Legislatura XLIX - Año I - Período Ordinario - Fecha 19731010 - Número de Diario 27

(L49A1P1oN027F19731010.xml)Núm. Diario:27

ENCABEZADO

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

XLIX LEGISLATURA

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921

AÑO I México, D. F., Miércoles 10 de Octubre de 1973 TOMO I.- NUM. 27

SESIÓN SOLEMNE

SUMARIO

Apertura

Se abre la sesión solemne en conmemoración al centenario del natalicio del prócer Ricardo Flores Magón.

Homenaje

Hacen uso de la palabra, para rendir homenaje a Ricardo Flores Magón, los CC. diputados Angel Olivo Solís, Eugenio Ortiz Walls, Miguel Hernández González y Héctor Guillermo Valencia Mallorquín. Se levanta la sesión.

Acta

Lectura y aprobación del acta de la presente sesión.

DEBATE

PRESIDENCIA DEL C. ARNOLDO VILLARREAL ZERTUCHE

(Asistencia de 170 ciudadanos diputados.)

APERTURA

- EL C. Presidente (a las 11:45 horas): Se abre la sesión solemne de esta Cámara de Diputados a la XLIX legislatura, para conmemorar el centenario del nacimiento de Ricardo Flores Magón, de conformidad con los puntos de acuerdo aprobados por esta asamblea el pasado 4 de octubre.

HOMENAJE

Esta presidencia se permite informar que harán uso de la palabra los ciudadanos diputados Angel Olivo Solís, Eugenio Ortiz Walls, Miguel Angel Hernández González y Héctor Guillermo Valencia Mallorquín.

Tiene la palabra el señor diputado Angel Olivo Solís.

El C. Angel Olivo Solís: Señor presidente; honorable Cámara de Diputados; querido amigo Nicolás T. Bernal, compañero de luchas y amigo entrañable de Ricardo Flores Magón, aquí presente (aplausos); compañero Luis Araiza, presidente de los sobrevivientes de la Casa del Obrero Mundial, que integraron los gloriosos batallones rojos, aquí presente (aplausos):

"Rendir homenaje a Ricardo Flores Magón, a cien años de su nacimiento, es recordar el pensamiento vigoroso y lúcido que traza líneas fundamentales para el desarrollo de México; es evocar al perseguido político, al sacrificado en aras de su ideal; es exaltar al recio batallador que, desde sus años mozos, se significa como líder estudiantil y lanza el guante a la dictadura que en ese momento, parece inconmovible; es honrar al periodista de combate que, sin desmayo en su tarea, en cada editorial, en cada artículo, fustiga a los poderosos, denuncia los crímenes valientemente y señala las lacras de la oligarquía, y al mismo tiempo, alienta al pueblo para emprender la lucha por su liberación.

De su padre Teodoro Flores indomable combatiente chinaco, Ricardo hereda el amor por la libertad y aprende con su ejemplo cómo practicar la solidaridad humana, cuando al cultivar las tierras que le da el Presidente Benito Juárez, en lugar de explotarlas por su cuenta y para su beneficio personal, prefiere hacerlo mediante el sistema comunal indígena; de su madre tiene su amor, su comprensión y el total apoyo a su lucha, que se significa cuando enferma y casi agonizante, se le presentan los esbirros porfiristas para ofrecerle la libertad de Ricardo y de su hermano Jesús, encarcelados en Belén, a cambio de que ellos abandonen la campaña que hacían en los periódicos en contra de la dictadura, y ella, en supremo gesto que la honra y magnifica ante la posteridad, se yergue y exclama: "Prefiero ver a mis hijos colgados de un árbol a ser la causa de su claudicación; díganle ustedes al señor Presidente Porfirio Díaz que escojo ver morir a mis hijos, sin verlos."

Este es el origen del temple de acero de Ricardo Flores Magón; esto es lo que explica su limpieza, su honestidad intelectual, su incorruptibilidad jamás desmentida que le lleva, incluso, a rechazar la pensión oficial que se le otorga, como lo llevara más tarde a preferir morir en prisión antes que rendirse, pidiendo perdón a sus verdugos para obtener su libertad.

Muy joven todavía, apenas estudiante preparatoriano, flores Magón inicia su lucha,

participa en reuniones públicas atacando una reelección más de Porfirio Díaz y orienta a sus compañeros estudiantes a desarrollar una labor que haga conciencia entre el pueblo, señalado lo nefasto del régimen dictatorial. Realizando una serie de actos públicos que cada día tienen más éxito, al aumentar el número de gente del pueblo que acude, y que al fin son severamente reprimidos, siendo encarcelado Ricardo durante un mes y por primera vez en su vida, marcándose así el inicio de una persecución continua a que se le sometió.

En 1893, aparece el semanario "El Demócrata", su primera tribuna periodística ; allí, Ricardo y sus compañeros de lucha atacan la corrupción en los tribunales, señalan las difíciles condiciones de vida del pueblo, de los obreros de las ciudades, de los campesinos en las haciendas, fustigan a empresarios y hacendados por la explotación de que hacen objeto a quienes les sirven y se pronuncian en contra de la injusticia social que prevalece. Esta campaña tiene éxito; pero pronto la imprenta donde "El Demócrata" se imprime, es asaltada por la policía; nuevamente la cárcel y la publicación del semanario es suspendida.

Así con el artesano que moría en aras de la industria moderna al servicio del imperialismo, y con el campesino arrojado de la tierra, que se transformaba en proletario de minas, la construcción de vías férreas - y algunas industrias extranjeras como la textil- se formó el panorama social de México que, en los entronques de los siglos XIX y XX, que se completó con los pequeños comerciantes, con los pequeños rancheros despojados de sus tierras, con los profesionistas enemigos de la dictadura, con los maestros de escuela en contacto con las miserias de su pueblo y las tragedias del que éste sufría y con los estudiantes sin futuro.

Llega el año de 1900, y el 7 de agosto aparece por primera vez, el periódico que va a ser tribuna definitiva: "Regeneración". Su lema inicial es "contra la administración de la justicia"; pero, para darle mayor amplitud muy pronto lo cambian llamándolo "Periódico Independiente de Combate". En él se recrudecen los ataques contra la administración de Díaz, denunciando sistemáticamente cuantos crímenes se cometen. En ese mismo año se revitalizan las actividades liberales en la República y se convoca para el histórico Congreso que debe iniciarse el 5 de febrero de 1901, en San Luis Potosí. A él acude como delegado Ricardo Flores Magón, y en un vehemente discurso que pronuncia, pone de relieve la necesidad de luchar no sólo en contra de los abusos de la Iglesia, violadora sistemática de las Leyes de Reforma, sino directamente en contra del gobierno de Díaz, verdadero autor de la opresión y la miseria que sufren los desheredados; de la explotación y el abandono de las clases humildes; y martillando en la conciencia de los delegados allí reunidos, a lo largo de su discurso, repite convencido: "¡Lo que hay que atacar es al gobierno de Porfirio Díaz. No es más que una madriguera de ladrones!"

Su palabra sacude la inercia, convence y entusiasma; los liberales allí reunidos, en gesto histórico se ponen de pie dispuestos a la lucha. La dictadura acecha y cae sobre ellos dispersándolos y encarcelándolos; el Club Liberal "Ponciano Arriaga", señero en esta actividad, es clausurado; se hace lo mismo con los demás organismos liberales esparcidos por el país y sus integrantes son rabiosamente perseguidos. Ricardo no puede ser la excepción; nuevamente a la cárcel y su tribuna, "Regeneración", es clausurada.

Pero Ricardo no es hombre que se desanime o se acobarde, con "El Hijo del Ahuizote" vuelve a la lucha con un solo objetivo: combatir sin tregua ni descanso al régimen de Porfirio Díaz; y la dictadura responde contra él, persiguiéndolo hasta su fin, una disposición absurda, violadora de toda Ley, establece que cualquier impresor a quien se encuentre imprimiendo escritos de los Flores Magón, tendrá dos años de cárcel, 5,000.00 pesos de multa y la confiscación de su imprenta.

Frente a esto, los Flores Magón y sus compañeros establecen sus propias imprentas, a las cuales allegan el material necesario, muchas veces desde la cárcel, y así, en línea sucesiva, aparecen "El Nieto" y " El Bisnieto del Ahuizote", en donde siguen sosteniendo la misma pelea con el mismo entusiasmo, con el mismo ardor, con la misma finalidad: liberar al pueblo de México de la dictadura que lo oprime y que sostiene la clase adinerada que lo explota.

Sin embargo, la situación de difícil se torna angustiosa y los obliga a emigrar, a salir del país, a abandonar la patria, pero no a abandonar la lucha, no a abandonar al pueblo, que en su palabra escrita encuentra un aliento para su lucha, una esperanza para su porvenir.

Larga es su odisea por Estados Unidos y Canadá; larga y difícil, pero fecunda: en 1906 aparece el Programa y Manifiesto del Partido Liberal Mexicano, firmado por Juan Sarabia, Antonio I. Villarreal, Enrique Flores Magón, Librado Rivera, Manuel Sarabia y Rosalío Bustamante, encabezados por Ricardo Flores Magón, en su carácter de Presidente de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, documento que influye más tarde, en forma decisiva, en el Congreso Constituyente de Querétaro, al ser redactados los artículos 27 y 123 de nuestra Carta Magna.

Allí, en el programa del Partido Liberal Mexicano, la exigencia de establecer una jornada máxima de trabajo y de fijar un salario mínimo para los trabajadores; la reglamentación del trabajo doméstico y del trabajo a domicilio; la adopción de medidas para evitar que con el trabajo a destajo, los patrones burlen la ley y la aplicación del tiempo máximo de trabajo y el goce del salario mínimo; la prohibición en lo absoluto del empleo de niños menores de catorce años, la obligación de los dueños de minas, y fábricas y talleres a mantener las mejores condiciones de higiene en sus propiedades, y a guardar los lugares de peligro en un estado que preste seguridad a la vida de los trabajadores, la obligación a los patronos o propietarios rurales a dar alojamiento higiénico a sus trabajadores; la obligación de los patrones a

pagar indemnización por accidentes de trabajo; la declaración de nulidad de las deudas contraídas por los jornaleros del campo con sus amos; la prohibición a los patrones, bajo penas severas, de pagar a los trabajadores de cualquier otro modo que no sea con dinero en efectivo, suprimiendo las infames tiendas de raya en las que se despojaba al trabajador del mísero salario afanosamente ganado; la prohibición y el castigo por imponer multas a los trabajadores, hacerles descuentos de su jornal o retardarles el pago de la raya por más de una semana, o negarle al que se separa del trabajo el pago inmediato del salario ganado. La obligación a todas las empresas o negociaciones de no ocupar entre sus empleados y trabajadores, sino a una minoría de extranjeros; y no permitir, en ningún caso, que trabajos de la misma clase se paguen peor al mexicano que al extranjero en el mismo establecimiento, o que a los mexicanos se les pague en otra forma que a los extranjeros; y la obligación de otorgar a los trabajadores el día de descanso semanal.

En el aspecto agrario, la obligación a los dueños de tierra para hacer producir todas las que posean, y el derecho del Estado para recobrar las porciones de tierra que el poseedor dejara improductivas, para darlas a mexicanos radicados en el extranjero que desearan regresar al país, así como a quienes las solicitarán, sin más condición que dedicarlas a la producción y no venderlas; la fijación de una extensión máxima de tierra que el Estado pueda ceder a una persona y la creación, por parte del mismo de un Banco Agrícola, para hacer a los agricultores pobres, préstamos con poco rédito y redimibles a plazos.

Estamos hablando, señores diputados, del programa del Partido Liberal escrito, redactado y conocido en el año de 1906 en los prolegómenos de la Rebelión Armada, jefaturada por Francisco I. Madero.

En estos puntos del programa del Partido Liberal Mexicano, está el germen de nuestro derecho social; del derecho cuya implantación va a favorecer a las grandes mayorías de los trabajadores del campo y de la ciudad rodeándolos de las garantías para el desenvolvimiento de su vida; del derecho, que los afanes de justicia social que alentaron a Francisco J. Mújica, a Heriberto Jara, a Luis G. Monzón, a Héctor Victoria y demás esclarecidos constituyentes, que hizo que se cristalizara en la Carta de Querétaro y que los regímenes de la Revolución Mexicana han venido sucesivamente profundizando, ampliando y fortaleciendo en beneficio del pueblo; agregando la implantación y el mejoramiento gradual del régimen de seguridad social, que cada día cubre a mayor número de mexicanos, y el sistema que poco a poco va permitiendo a los trabajadores disfrutar de una vivienda digna.

La extraordinaria visión social de Ricardo Flores Magón, puede observarse en toda su dimensión a 67 años de distancia cuando en este año de 1973 nuestra Revolución triunfante sigue luchando bajo la dirección de Luis Echeverría Alvarez como Presidente de la República, por mayores salarios para los trabajadores, por mejor seguridad social, por una casa decorosa para cada trabajador y por obtener el desarrollo mexicano con prioridad en la justicia social y con plena independencia ante cualquier intervención extranjera.

Seguimos luchando en nuestro país inspirados por Flores Magón, fundamentalmente contra la parte más reaccionaria de la clase patronal aliada al imperialismo de las empresas transnacionales, que sólo piensan en mezquinos intereses y que quieren que el hombre dependa de la máquina, cuando nosotros pensamos igual que Ricardo Flores Magón, en "que la máquina debe de estar al servicio del hombre".

Los monopolios, los carteles internacionales; este monstruo que ha parido el imperialismo mundial y que está cuidando la lucha en el Medio Oriente por la conquista en beneficio suyo de las zonas petroleras, estos monstruos transnacionales, son los que en el caso de México se han opuesto a mejorar el 20% para los trabajadores mexicanos. Casi todas las empresas han resuelto llegar a un arreglo con los trabajadores, pero la General Motors se opuso; el monopolio más gigantesco del mundo, la Americana Smelting, la Coca- cola, cuyos trabajadores están aquí. Y los compañeros de la Delawer Punch, que pertenecen a esa corporación nacional; la industria eléctrica de México (IEM) son las empresas transnacionales que no quieren entender el desarrollo nacional revolucionario con independencia y con justicia social para su pueblo.

Por eso los trabajadores vemos en Ricardo Flores Magón, a un precursor insigne de la Revolución Mexicana, y como tal, lo amamos y exaltamos, y defendemos su memoria.

Pero, junto a la preocupación por el establecimiento de una legislación que permita mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, destaca en el programa del Partido Liberal Mexicano también la preocupación y la inquietud por el problema educacional. Con clara visión postula la implantación definitiva de la escuela laica: "La supresión de las escuelas del clero - dice-, es una medida que producirá al país incalculables beneficios. Suprimir la escuela clerical es acabar con el foco de divisiones y los odios entre los hijos de México; es cimentar sobre la más solida base para un futuro próximo la completa fraternidad de la gran familia mexicana. Para que la democracia impere serenamente en nuestra patria y para que entre los mexicanos reine esa armonía, esa comunidad de sentimientos y aspiraciones, que es el alma de las nacionalidades robustas y adelantadas.

Aquí observamos, señores diputados, las ideas inmarcesibles de Ricardo Flores Magón que volvemos a encontrar en el Proyecto de Iniciativa de la Ley Federal de Educación enviada por el señor Presidente de la República a esta honorable Cámara de Diputados cuando en sus considerandos menciona "que la formación del hombre responde a las condiciones del

desarrollo histórico" y más tarde recuerda que "la popularización de la enseñanza, es recogida como postulado básico por los regímenes surgidos del movimiento revolucionario que se inicia en 1910 y la Constitución de 1917 hace suyas las aspiraciones del progreso del liberalismo, pero las proyecta con un sentido profundamente social".

Ricardo Flores Magón, no es sólo precursor de la Revolución Mexicana, en el sentido de adelantarse con los principios consignados en el Partido Liberal Mexicano; es precursor por adelantarse en la acción desde sus entusiasmos juveniles de violenta oposición a la dictadura; en precursor porque con su querida tribuna "Regeneración", burlando la persecución de los polizontes, penetra lo mismo en los hogares humildes, que en los hogares de los hombres que estudian y que piensan y se preocupan por la suerte de México. Con "Regeneración" golpea sistemáticamente las conciencias, alienta los entusiasmos, incita a la acción, va forjando los cuadros que, en el curso de los años posteriores van a conducir al pueblo de México, en los campos de la revolución armada; y en la tribuna, con su verbo, abrevado en las prédicas enardecidas de "Regeneración", agita y el resultado de esta agitación, lo escribe la historia en las páginas que consignan acciones heroicas y destacan así, Acayucan, Las Viescas, Las Vacas, Valladolid, Janos, en la sierra de Chihuahua, donde pierde la vida su entrañable amigo Praxedis G. Guerrero, a quien dedica un emocionado artículo en "Regeneración", el 14 de enero de 1911; y en la acción organizada de los obreros, la agitación sembrada por "Regeneración" se refleja en la huelga de los 10,000 garroteros de Cananea, en la huelga minera reprimida brutalmente y en donde queda de relieve la complicidad de los opresores de dentro con los explotadores de fuera; se refleja igualmente con los textiles en Río Blanco, donde las peticiones de los trabajadores, fundamentalmente la supresión de jornadas inhumanas de trabajo, son desoídas; los trabajadores son acribillados por los esbirros de la dictadura y muchos de sus dirigentes caen fusilados, pagando con su vida su legítima aspiración a una vida mejor. Todos estos hechos que en dramático y heroico desfile se suceden, son precursores de la Revolución que viene; y en ellos es decisiva la influencia de Ricardo Flores Magón y el grupo que abandera en el Partido Liberal Mexicano, como elemento fundamental, vehículo incansable de las ideas redentoras, detrás de todas estas acciones, aparece "Regeneración", inspirándolas con sus artículos, enardeciendo el entusiasmo , afirmando la fe en el porvenir que se asoma, con el progreso que se avizora y una nueva vida que se anuncia.

Cuando se plantea la sucesión presidencial de Francisco I. Madero este encuentra el terreno abonado por la prédica y la acción del magonismo. 'Regeneración' ha sacudido las conciencias, ha enardecido los corazones nobles y ha dado fortaleza a muchos varones que se alistan bajo el lema de 'Sufragio Efectivo No Reelección' y derrumban estrepitosamente a Porfirio Díaz. Pero, en el fondo, está el planteamiento de los problemas sociales hecho por el magonismo, concretado en los puntos del programa del Partido Liberal Mexicano, esparcido por todos los rumbos de la patria por medio de "Regeneración". Emiliano Zapata arranca de allí el lema de 'Tierra y Libertad' para tremolarlo como bandera victoriosa en las montañas del sur; los obreros retoman el camino iniciado en Cananea y Río Blanco, y pactan en el año de 1915 con el ejército constitucionalista y condicionalmente se alistan en él dándole gloria con las heroicas acciones que hicieron los batallones rojos integrados por los trabajadores a cambio de un programa social que la Revolución Mexicana, reconocida ya en la Carta de Querétaro, plasmara en el artículo 123 constitucional; ahí, esforzados discípulos y correligionarios de Ricardo Flores Magón en Querétaro, inscriben en el articulado de la Constitución nuestro derecho social y afirman la propiedad originaria de la nación sobre las tierras y las aguas comprendidas dentro de los límites del Territorio Nacional y su derecho para imponer en todo tiempo a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público.

Tres fueron pues, las grandes corrientes iniciales de la Revolución Mexicana; en su inicio el magonismo, en la revolución armada de 1910 el movimiento incansable de Francisco I. Madero, junto con eso, como parte fundamental de esta lucha, el movimiento campesino tremolado por Emiliano Zapata.

Los magonistas no han dejado de luchar. En Baja California, un pequeño grupo de ellos, encabezados por José Ma. Leyva, que más tarde llega a general del Ejército Revolucionario, en enero de 1911 se apoderan de Mexicali al grito de 'Tierra y Libertad', grito que estremece no sólo a la dictadura, sino sobre todo, a los terratenientes de allá, todos extranjeros, quienes ayudados por un payaso de circo, un aventurero de nombre Dick Ferris, que pretendía establecer en la península una llamada República de Porfirio Díaz y que previamente había advertido que él y quienes lo seguían estaban en contra de los revolucionarios, esparcen la confusión y arrojan sobre el nombre de Ricardo Flores Magón el cargo de 'filibustero', para enajenarle las simpatías del pueblo, cargo que el tiempo se ha encargado de desvanecer y que ahora ya nadie puede sostener con seriedad.

Tan es así, que está demostrado que el gobierno yanqui fue su más encarnizado enemigo, lo que no hubiera sucedido si el supuesto 'filibusterismo' hubiera significado alguna ganancia territorial para el gobierno yanqui.

Ricardo no regresa ya jamás al país, pasa su vida de cárcel en cárcel en los Estados Unidos condenado, purgando condena tras condena. 'Regeneración', su tribuna de siempre, circula con dificultades, hasta que por fin, queda fuera del registro postal para evitar su circulación. La persecución policiaca a Flores Magón y a sus compañeros se recrudece, al mismo tiempo que su salud decae; pero su espíritu permanece enhiesto; alienta en él, el rebelde de toda la vida, el inconforme contra la explotación y la injusticia.

Por este tiempo ya la revolución en México había avanzado. Don Venustiano Carranza había expedido la ley del 6 de enero de 1915 para restituir las tierras a los pueblos y se abren las puertas que habían de señalar definitivamente el nuevo sistema agrario. Desde antes otro rebelde igual de intransigente, magonista y él y magonista su lema 'Tierra y Libertad', Emiliano Zapata, exigía desde Morelos el reparto de la tierra; más tarde Francisco Villa se orientaba en ese camino y Lucio Blanco y Francisco J. Mújica se acercaban a la entrega de las tierras. En todas las corrientes de la Revolución, cuyo triunfo estaba a la vista, se percibía el triunfo de las tesis de los precursores. De Flores Magón, de Praxedis Guerrero, de Librado Rivera, de Camilo Arriaga, de Enrique B. Calderón, de Manuel M. Diéguez, de Juan Sarabia, de Alfonso Cravioto, de Santiago R. de la Vega, de Camerino Mendoza y tantos luchadores en donde era seguro que por una u otra fracción revolucionaria, se veía venir la convergencia ideológica que se produjo en la Constitución del año de 1917, donde quedaron grabadas las aspiraciones de todos aquellos que dieron lugar al programa del Partido Liberal Mexicano en el año de 1906, por cuyas ideas Ricardo Flores Magón había luchado por más de 20 años.

En 1918, en Estados Unidos, Ricardo sufre su último arresto; se le impone la última condena: 20 años de presidio para él; 15 para Librado Rivera. Su crimen, propagar sus ideales. Estamos en la época en que estalla la Primera gran Guerra mundial de 1918. Ricardo y sus amigos firman un 'manifiesto' en que condenan la guerra: 'Se murmura en la cantina - dicen-; se murmura en el teatro, se murmura en el tranvía y en cada hogar, especialmente en nuestros hogares, en los hogares de los de abajo; se lamenta la partida de un hijo a la guerra, o los corazones se oprimen y los ojos de humedecen al pensar que mañana, que tal vez hoy mismo, el mocetón que es la alegría del tugurio, el joven que con su frescura y su gracia envuelve en resplandores de aurora la triste existencia de los padres que están en el ocaso, será arrancado del seno amoroso de la familia para ir a enfrentarlo, arma al brazo, con otro joven que es, como él, el encanto de su hogar, y a quien no odia, a quien no puede odiar porque ni siquiera conoce'.

Estas son las palabras que a Ricardo Flores Magón condenan. El sistema político establecido no puede tolerar tanto. La libertad de pensamiento y de expresión, no pueden llegar hasta allí. Quien así piensa es un hombre peligroso al que hay que someter y encarcelar de por vida. Y para pagar el crimen de pensar así, Ricardo va a la prisión, en la Isla de Mc Neli primero, a donde llega enfermo y es sometido a tratamiento médico; a la penitenciaría de Leavenworth después, a donde es traslado por propia petición, pensando que allí podrá atender mejor su salud. Su vista se debilita urge a sus amigos que gestionen su libertad para atender su salud y salvarse de quedar ciego. Pero la condición que le ponen es imposible. En carta a su confidente y amigo, Nicolás T. Bernal recordarás, Ricardo te decía: 'La cuestión parece ser sencillísima y, sin embargo, cuán difícil es. Si no amase yo mi ideal de amor y libertad, no tendría yo el menor inconveniente en declarar mi arrepentimiento por haber osado interponerme entre el fuerte y el débil. Mi arrepentimiento, aunque fuera simulado, significaría que es una virtud el aprovecharse de la ignorancia y de la miseria para oprimir y explotar al ser humano. Que los trabajadores no muevan un dedo para forzar mi liberación, eso no me faculta para firmar mi arrepentimiento. Si los trabajadores no mueven un dedo a mi favor, esto sólo significa que no merezco su ayuda; pero prefiero que me den la espalda por mi insignificancia y por mi inutilidad, a que me escupan el rostro como un cobarde y traidor a sus intereses, lo que tendrían derecho de hacer si por escapar de una muerte cierta dentro de mi calabozo mis labios se mancharan con estas palabras: '¡Me arrepiento! Me arrepiento de haber socavado el trono de Porfirio Díaz; me arrepiento de haber dado la mano a los esclavos del Valle Nacional y de Quintana Roo; me arrepiento de haber tratado de romper las cadenas que atormentaban a los peones de las haciendas; me arrepiento de haber dicho al trabajador de la mina y de la fábrica, del muelle y del taller, del ferrocarril y del barco: 'únete y serás fuerte', me arrepiento de haber hecho entrever al humilde una vida más racional, más justa y más sana para el cuerpo y para la mente; me arrepiento de haber aconsejado la rebeldía contra el despotismo y la explotación'; y más adelante agrega: '. . . con la proximidad del invierno, mis males comienzan a recrudecerse. Cambio de clima y de régimen de vida es lo que me convendría; pero estas buenas cosas tienen un precio que no puedo pagar: la desvergüenza. De ello soy un indigente, y es la única moneda que pudiera salvarme'. Ricardo Flores Magón no firmó el documento solicitado, expresando su arrepentimiento y murió en la penitenciaría de Leavenworth, la madrugada del 21 de noviembre del año de 1922.

El ejemplo de Ricardo Flores Magón, debe de inspirarnos para que los dirigentes obreros de esta época que surgiendo del taller o de la fábrica estemos obligados a estudiar, a prepararnos a comprender cada vez mejor nuestra historia y nuestras luchas abiertas al pensamiento universal pero siempre dentro de la realidad del desarrollo de la Revolución Mexicana.

El dirigente obrero debe ser limpio, incorrupto, debe predicar con el ejemplo, y tener una devoción de servicio para los trabajadores que representa pues en esa forma será un verdadero líder.

La presencia de nuestro pueblo en las tres grandes revoluciones que es una sola, se han caracterizado con su fuerte contenido social y nos señalan los orígenes sociales de nuestras grandes causas y yo muy brevemente me quiero referir ante ustedes, en la independencia (las palabras del gran cura José María Morelos y Pavón), quien en el punto doce de 'los sentimientos de la nación' escrito para México en 1813 que como la buena ley es superior a todo hombre, la que dicte nuestro Congreso,

deben ser tales que obliguen a constancia y patriotismo y moderen la opulencia y la indigencia, de tal suerte que se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, aleje la ignorancia, la rapiña y el hurto.

Con el equipo más brillante, más extraordinario de ese hombre, extraordinario mundialmente: Benito Juárez en la Revolución de la Reforma.

El Nigromante Ignacio Ramírez decía: en el año 1856: A cada trabajador en 8 horas de ocupación, debe proporcionársele lo necesario para la alimentación de toda su familia.

En esa misma época y de ese equipo de Benito Juárez, Guillermo Prieto el Divino Fidel en el año de 1875 defendiendo el derecho colectivo de la huelga, expresaba: 'Huelga es el derecho de propiedad de los trabajadores protegidos por el derecho de asociación para evitar la tiranía del capital . . .'

Y estoy hablando de la época de la Reforma. Por eso es que ya en la Revolución el verbo rojo de Ricardo Flores Magón recoge estas inquietudes, al fin y al cabo hijo de un destacado juarista y un chinaco rojo que participó en contra, luchando en contra de la intervención francesa recibió de él y amamantó de él y de Benito Juárez los mejores ejemplos que legó este gran movimiento para nuestra historia. Por eso es que el dirigente obrero en esta época debe de luchar por la unidad de los trabajadores, manteniendo la independencia frente a la clase patronal y frente al Estado, porque el sindicato sea realmente un instrumento de lucha, una herramienta de combate en manos de los trabajadores para su mejoramiento económico y social y por eso debe de luchar sistemáticamente por el aumento de salarios. Debe el dirigente obrero respetar la democracia sindical con estricto apego a la voluntad de los trabajadores en los sindicatos; es el mejor homenaje que los obreros podemos darle a la figura y al ejemplo de Ricardo Flores Magón. El gobierno de los sindicatos debe ser la voluntad mayoritaria de los trabajadores, pero esa mayoría obrera debe aprender a mandar un diálogo con las minorías respetando su opinión, sin acudir a medidas de segregación, sin excluir la posibilidad del debate democrático que debe de existir con plena libertad en el corazón del sindicalismo. Sólo así haremos de los sindicatos obreros verdaderas ciudadelas de la democracia mexicana. Debe el dirigente obrero, luchar por mantener una lucha sistemática por el desarrollo independiente de México, por el estímulo, por la vigilancia y la defensa de las empresas y los servicios del Estado Revolucionario Mexicano por mantener la solidaridad con las demandas de los trabajadores independientemente de su ideología, de sus creencias y de su filiación política.

Por mantener la unidad obrera combativa junto con los campesinos con la aceptación del principio de la lucha de clase reconocida en nuestra Constitución de Querétaro en el año de 1917. Por las relaciones con las organizaciones obreras de todo el mundo, sin discriminaciones políticas.

Para nosotros los trabajadores de México, Ricardo Flores Magón vive y vivirá fundido en nuestra propia existencia, hecho carne y sangre de nuestra vida; su idealismo es insuperable; pero para la clase obrera, por encima de todo, se yergue el gran rebelde, el que educó desde las columnas de 'Regeneración' a los cuadros dirigentes obreros que se enfrentaron a la burguesía en Cananea y Río Blanco, el que trazó en el programa del Partido Liberal Mexicano las líneas geniales, simiente fecunda de nuestro derecho social, el que golpeó sin tregua ni descanso los bastiones de la dictadura, el precursor de la Revolución Mexicana, precursor de precursores, como dijera el presidente de la Suprema Corte de Justicia el 16 de septiembre que fue el centenario de su natalicio ante los Poderes de la Unión, el inmenso batallador cuyo nombre están esperando los muros de esta representación nacional, para que en ellos brille con fulgores de oro como homenaje a su entrega total, al ideal de la redención humana.

¡Honor y gloria a Ricardo Flores Magón, adelantado artífice del Derecho Social Mexicano!

¡Honor y gloria a Ricardo Flores Magón, precursor de la Revolución Mexicana!" (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Eugenio Ortiz Walls.

El C. Eugenio Ortiz Walls: Señor presidente, señores diputados, señoras y señores: quien quiera que tenga la buena costumbre de informarse de lo que acontece en este mundo, habrá notado de hace unos diez años a esta parte, un aumento de actividad de los diversos órdenes de la vida política y social; se nota una especie de fiebre, una ansia parecida a la que se apodera del que siente que le falta aire para respirar. Es este malestar colectivo que se hace cada vez más agudo, como que cada vez es más grande la diferencia entre nuestro pensamiento y los actos que nos vemos precisados a ejecutar.

Así en los detalles como en el conjunto de nuestras relaciones con los semejantes. Se piensa de un modo y se actúa de otro. Ninguna relación hay entre el pensamiento y la acción, a esta incongruencia del pensamiento y de la realidad, a esta falta de armonía entre el ideal y el hecho se debe esa excitación febril, esa ansia, ese malestar, parte de este gran movimiento que se traduce en la actividad que se observa en todos los países civilizados, para transformar este medio, este ambiente político y social, sostenido por instituciones caducas que ya no satisfacen a los pueblos, en otro que armonice mejor con la tendencia moderna a mayor libertad y mayor bienestar.

Son estas palabras textuales de Ricardo Flores Magón, precursor de la Revolución Mexicana y luchador insobornable de la causa obrera en México, pronunciadas el 30 de octubre de 1910 en una sesión del grupo "Regeneración".

Y he recogido este fragmento del pensamiento de un hombre nacido para vivir, comprometido contra todo aquello que significara para él injusticia y opresión porque trasciende

al pronunciamiento vinculado a una limitancia política concreta, en un momento histórico determinado, y porque deriva a nuestro tiempo, aquí y ahora, más que promesa y remembranza, oportunidad de reflexión sobre lo que significa la congruencia entre lo que se postula y lo que se practica.

El orador que me antecedió, destacó aspectos ideológicos y de la actividad de Ricardo Flores Magón que consideró de mayor trascendencia histórica y más próximo a su compromiso ideológico y político.

Acción Nacional desde esta tribuna ha señalado en anteriores ocasiones su posición ante la historia común del pueblo de México, ante la historia nacional, historia nacional, hombres hechos y circunstancias que en todo lo que tiene de claridad heroica y de sombra, es querámoslo o no, patrimonio legítimo de todo el pueblo mexicano y no bazar en el que se encuentra ropaje para satisfacción de facciones y banderías porque en Acción Nacional creemos que es posible el concierto en la diversidad, el respeto de la naturaleza y de la libertad humanas, su conciliación, la unidad en la pluralidad libre y digna y consiguientemente, que es posible la implantación de un sistema político y social, una forma de vida que asegura la vigencia de toda demanda, de todo movimiento, de toda convicción, de toda corriente legítima y sincera, por el acceso del pueblo al Estado y por la acción del Estado que es la expresión política y jurídica de la nación y cuya finalidad es la realización del bien común que simultáneamente implica la justicia, la seguridad y la defensa, respeto y protección de la persona y de toda la comunidad nacional; porque esa es nuestra razón de ser y de hacer, la diputación de Acción Nacional por mi conducto, participa en esta sesión solemne dedicada a ese auténtico líder y apasionado periodista, siempre leal a la causa de los desposeídos, que fue Ricardo Flores Magón.

Independientemente de las profundas discrepancias ideológicas o de otra categoría, que podamos confrontar con él, nuestra actitud sincera y abierta no debe confundirse con los reconocimientos siempre a posteriori de los oportunistas de última hora que como en la fábula de Monterroso, "constituyen monumentos a las ovejas negras del pasado, mientras siguen acabando a las actuales para darle ocupación a los escultores del futuro."

Por ello, no cabe hablar aquí de ismo de ninguna especie, ni de Bakunin, ni de Malatesta, ni de Kropotkin. Es la consigna de 'Tierra y Libertad', tan íntimamente ligada a Ricardo Flores Magón, y tan hondamente sentida, ayer y hoy, en los campos de México. La que debe evocarse junto a los hombres de Camilo Arriaga, de Juan Sarabia, de Praxedis Guerrero, de Librado Rivera y de nuestro inolvidable maestro Antonio Díaz Soto y Gama. Y evocar también con profundo respeto y admiración, aquellos años de persecución, de miseria y de cárcel que sufrió Flores Magón, ejemplo cierto del hombre que sabe vivir de acuerdo con su pensamiento. Al precursor revolucionario, al periodista valiente, al apasionado defensor del obrero, al exposicionista sincero, a Ricardo Flores Magón por la congruencia entre su pensamiento y su acción: nuestro sincero reconocimiento. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Miguel Hernández González.

El C. Miguel Hernández González: Señor presidente. Señoras y señores diputados:

En la segunda mitad del siglo XIX, con la aparición en 1848 del manifiesto comunista, se inició en el mundo la era de los combates por su transformación revolucionaria, mediante la aplicación de la ciencia política por revolucionarios que usaban el método científico, como Marx y Engels, que basaban su acción en el Materialismo Dialéctico, doctrina de la que deducen las leyes que rigen el proceso de la sociedad humana (Materialismo Histórico) y de las que gobiernan al régimen capitalista (Economía Política). El socialismo como ciencia supera las tesis nada profundas y sin perspectiva del socialismo utópico y descubre el anarquismo como posición política profundamente individualista.

Dentro de las doctrinas anarquistas, la de Miguel Alejandro Bakunin sería la que mayor influencia habría de ejercer tanto en el movimiento obrero y sus organizaciones sindicales como en los organismos de carácter político, principalmente en las regiones atrasadas en su desarrollo en aquella época, como la del sur de Francia, Italia y España, desde donde el anarquismo se proyecta a América Latina.

En los países industrializados de Europa, la clase obrera recibe la influencia de las ideas de Marx. A México le llegaron las corrientes filosóficas socialista y anarquistas de Norteamérica con el incipiente proletariado constituido por los obreros mineros y ferroviarios, influyendo entre otros en Praxedis G. Guerrero, mecánico en los talleres ferrocarrileros, compañero infatigable en la lucha revolucionaria de Ricardo Flores Magón, Camilo Arriaga, Librado Rivera y otra pléyade de luchadores.

Estas ideas, junto a las liberales con profundo arraigo en nuestro país, que entonces se lo disputaban como botín tanto Europa como los Estados Unidos de Norteamérica, conformaron la conciencia liberal de revolucionario anarco- sindicalista de Ricardo Flores Magón. Por tanto, al sostener las tesis de que la Revolución Mexicana fue un movimiento espontáneo carente de planes y programas, estructurado sin ninguna concepción política, resulta un planteamiento falso e injusto. Los documentos que figuraron desde principios de siglo y las proclamas levantadas por los hombres y los grupos que con mayor sensibilidad examinaron la lucha que se avizoraba, dan una idea de que los grupos sociales que participaron en nuestra lucha revolucionaria, a través de sus representantes, supieron imprimir a ésta en alguna forma sus anhelos y preocupaciones.

La Revolución Mexicana, se da dentro de un cuadro de dependencia imperialista, teniendo enfrente los prolegómenos de la primera guerra mundial, aguda manifestación de las contradicciones interimperialistas.

La Revolución Mexicana contó con diversos ideólogos; se nutrió con diversas corrientes del pensamiento revolucionario, destacando entre ellas, de manera importante, la socialista, anarquista y liberal, sostenida por quienes pugnaban por reconsiderar la observancia de las Leyes de Reforma, abandonadas - cuando no traicionadas- por el porfiriato. Entre los Más lúcidos y destacados intérpretes de la doctrina anarco- sindicalista destaca Ricardo Flores Magón, un hombre patriota y revolucionario, inspirado en esos principios, ya que no tuvo acceso, por diversas circunstancias, al conocimiento de la filosofía de Carlos Marx y Federico Engels.

Consciente del significado de su lucha dentro del cuadro precursor de la Revolución Mexicana, Flores Magón sabe que una lucha política sólo puede darse por medio de un instrumento político, y se dio a la tarea de organizar el Partido Liberal Mexicano, en cuyo programa aspiraba a revitalizar la corriente del liberalismo mexicano, históricamente conformado como doctrina democrática por Gómez Farías, Mora y que el gran patricio Benito Juárez hiciera triunfar como tesis opuesta a la concepción medieval de la Iglesia como autoridad hegemónica de la vida pública, rescatándolo de la dictadura porfirista, aliada o sometida al imperialismo, para darle al pueblo justicia, tierra y libertad, sosteniendo que los dueños de la tierra estaban obligados a hacerlas producir en toda su extensión, so pena de que el Estado confiscara las que no se pusieran en producción para ser repartidas, en primer término, a los mexicanos residentes en el extranjero que las solicitaran y, en segundo lugar, quienes las solicitan para la agricultura, sin más condición que no venderlas, y en tercer lugar a los pobres para quienes, por no tener elementos, debería crearse un banco agrícola que los refaccionara con bajos réditos y a plazos.

Para el obrero postulaba la jornada máxima de ocho horas; la prohibición de empleo a los niños menores de 14 años en la industria; la obligación del patrón de pagar indemnizaciones por accidentes de trabajo; la nulidad de las deudas contraídas con el hacendado y el descanso dominical obligatorio.

Muchos de los pronunciamientos de su programa sirvieron de inspiración a los constituyentes de 1917 y hoy le dan contenido a los artículos 27 y 123 de nuestra ley fundamental.

El periodismo lo ejerció no como aventura, sino como arma para la difusión de sus ideas, de su programa y de la organización de su Partido para combatir mejor por los intereses de la clase trabajadora y del pueblo. Por su intransigente lucha en los principios en que se formó en su juventud; por su honestidad de revolucionario, gran parte de su vida la pasó en las prisiones de México y en las de los Estados Unidos de Norteamérica y sufrió persecuciones sin fin. Nada de esto lo doblegó y mucho menos lo hizo claudicar.

Tuvo un concepto amplio del internacionalismo proletario, lo que lo hermanó con los dirigentes socialistas y anarco- sindicalistas de los Estados Unidos de Norteamérica.

En esta fecha en que la Cámara de Diputados dedica esta sesión solemne al recuerdo de este gran mexicano ejemplar, la fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista rinde cálido homenaje a Ricardo Flores Magón, ideólogo y firme batallador, seguros de que la apasionada lucha que él libró a favor de los oprimidos llegará a la victoria, en la medida en que la clase obrera - por la que entregó su vida- tome conciencia de su papel histórico y reconstruya como primer paso su unidad combativa en defensa no sólo de sus intereses clasistas, sino también por los del pueblo, contribuyendo como fuerza de vanguardia de la historia nueva para lograr la definitiva independencia de nuestra patria respecto de la sujeción imperialista.

Este, como a los que ayer rendimos homenaje, son los héroes que viven en lo más profundo del corazón del pueblo. Los héroes nacionales son del pueblo y no los podemos compartir con los que históricamente han estado, no en la trinchera de la liberación de la patria mexicana, sino en la de los que han importado príncipes para servirles de cortesanos. Los héroes nacionales y el pueblo y las fuerzas revolucionarias y patriotas no los pueden compartir con los que representan la contracorriente de la historia, los que miran hacia atrás y tratan de destruir el presente y cierran los ojos ante el porvenir. Los conservadores, como dijera el Presidente Echeverría, están "huérfanos de héroes", por eso quisieran que nuestro pueblo no tuviera memoria histórica, que no tomara experiencia del pasado para manchar firmemente en el presente con el objetivo de constituir un porvenir más luminoso como el que soñara Ricardo Flores Magón para las grandes masas del pueblo. Muchas gracias, compañeros (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene el uso de la palabra el ciudadano diputado Héctor Guillermo Valencia Mallorquín.

El C. Héctor Guillermo Valencia Mallorquín: Señor presidente; ciudadanos diputados: Con Juárez, Cárdenas, Gruma, Ghandi, Salvador Allende, Ricardo Flores Magón, se encuentran deteniendo la columna revolucionaria de la Historia; con Julius Neidere, Tito, Luis Echeverría y los pueblos de Medio Oriente se encuentran descansando las columnas del Tercer Mundo.

Es evidente, señores diputados, la historia del pueblo mexicano arranca de las raíces de la tierra y de la libertad. El grupo liberal iniciado por el licenciado Benito Juárez había encarnado en el grupo liberal de Ricardo Flores Magón, Esteban Baca Calderón y Praxedis Guerrero, aquellos que habían recogido la miseria de la dictadura, el hambre de justicia del pueblo mexicano.

Flores Magón, el incansable revolucionario y que despreciaba el enriquecimiento de los hombres que luchan por una causa revolucionaria justa, había perecido estrangulado por indicaciones del imperialismo norteamericano, pero no ha muerto, señores; Ricardo Flores Magón todavía se encuentra entre las calles de México, todavía su grito liberal se deja oír en

América Latina, y es que los revolucionarios - lo decía Allende- no tienen edad.

Ejemplo de su generación, Ricardo Flores Magón, como dirigente estudiantil, marcaba la pauta de la honestidad, de la entrega completa a la lucha por una sociedad justa. Abandona los estudios de jurisprudencia y se lanza a la calle y grita a través de una sociedad corrupta y escribe a través de una pluma, que en ocasiones hacen falta en nuestros días.

El imperialismo norteamericano, el monstruo que tiene aprisionada la economía latinoamericana, supo dar cuenta de este batallador.

La agencia Furlong, al servicio de Porfirio Díaz, había encontrado en el liberal, el reo más peligroso, pero no obstaba. Los obreros pedían libertad y justicia. La República quería democracia. Ricardo Flores Magón, un oaxaqueño como Juárez, había formado grupos liberales de obreros; había asistido al Congreso en San Luis Potosí, y se habían definido contrario a la dictadura de Porfirio Díaz.

No somos simpatizantes, decía, de que un gobierno reaccionario, dictatorial, se esté alimentando de corazones de niños, esté prostituyendo a las mujeres, y le esté entregando el producto del trabajo del pueblo a un país que tiene invertido su capital en nuestras tierras.

Humanista, Flores Magón denunciaba las lacras sociales, pero no tan sólo lo decía, iba al problema mismo con un grupo selecto de liberales y luchaba y decía que México mientras no tuviera libertad, mientras no tuviera democracia, sería fácil presa de cualquier imperialismo.

Murió asesinado, con los pulmones cansados, la vista apagada, aquel mexicano que en ocasiones escribía artículos para "Regeneración", en las camisas que sacaba a lavar su eterno amor, María Talavera, con la idea de publicarse y que había atravesado años y años purgando sentencias injustas, que había protestado en el seno mismo de los Estados Unidos, con los grupos liberales y anarquistas por la Primera Guerra Mundial y que lo colocaban como un pacifista mundial, había terminado como Ghandi, asesinado.

Y en México los grupos revolucionarios, después del movimiento de 1910, seguían sin entender la filosofía proletaria del grupo liberal formado por Juárez, seguido por Flores Magón y después por el mismo Emiliano Zapata.

Señores diputados, Ricardo Flores Magón, de ninguna manera, en ninguna forma puede ser motivo de celebraciones, él rechazaba las estatuas que posiblemente pondrían en su nombre, rechazaba también los honores y decía, los hombres deben perpetuarse con los hechos de las generaciones, los hombres luchadores y revolucionarios no pueden detener su tiempo ni para contemplar, ni para estar solamente a la expectativa.

Obreros de México, la República Mexicana está soportando la lucha frontal que tuvo Flores Magón, la inversión de empresas extranjeras, el capital extranjero, la fuga de divisas es el problema vigente número uno que ocasiona la inflación de nuestra patria.

Flores Magón, señores, más hubiera preferido en este aniversario del centenario de su nacimiento, se hubiera cumplido en su totalidad el programa del Partido Liberal Mexicano. A cien años, hay empresas todavía que esquilman y exprimen el trabajo de los trabajadores. Hay empresas de capitales extranjeros que se introducen en la educación nacional; en las universidades como inspiradores, en la educación particular, pero más lamentablemente la Iniciativa Privada está entrando dolosamente al campo mexicano y no permite la efectividad de los créditos, y no permite que la tierra realmente sea para solventar la economía de los campesinos.

Nos hemos encontrado a través del país, decía Ricardo Flores Magón, una serie de alimañas que no son ni mexicanos, que están hilvanando las desgracias del futuro de México y en "Regeneración" en los artículos combativos denunciaba día con día cuáles eran las lacras.

Ha muerto Ricardo Flores Magón; ha muerto para beneplácito de aquellos que ven en el obrero la materia prima para imprimir el dólar y para aumentar la cuenta bancaria.

Pero hemos visto también que después de Juárez, Ricardo Flores Magón prosiguió el programa del Partido Liberal, hoy encontramos en las reformas del actual gobierno de la República, la vigencia revolucionaria nacionalista del licenciado Luis Echeverría; que hable INFONAVIT, que diga los créditos que se están otorgando oportunamente al campo; que diga también las facilidades que los empresarios han encontrado en la atmósfera del actual régimen. Que hablen los obreros y que reclamen profundamente los derechos de la Ley Federal del Trabajo, que lo digan todos. Flores Magón, el incansable revolucionario, el que no podrá morir mientras haya injusticia en la fábrica, mientras haya injusticia en el campo, estará vigente, insoslayable hasta completar la justicia de los proletarios; no habrá tranquilidad, no esperamos una sociedad con equilibrios matemáticos; queremos convulsiones nacionales; queremos la aplicación de una Ley, porque vamos a necesitar la definición de la paz de la República a través de las generaciones. Flores Magón no se equivocaba; hombre íntegro en su generación y en su época, se había adelantado a movimientos sociales de América Latina y del mundo.

Sin embargo, decía el licenciado Reyes Heroles en su obra biográfica respecto a Flores Magón: "es un sol enclavado en la sombra", la pluma y la palabra de Ricardo Flores Magón al servicio del pueblo identifican plenamente la conducta revolucionaria de Luis Echeverría en donde el programa ya ajusta la idea con la acción, somos conscientes; el mundo en una burbuja de convulsiones está tratando de llegar a una economía independiente y en México no puede escapar, señores, porque en México tenemos grupos reaccionarios y uno que otro estado monopolista, mientras que tenemos muchos estados comparativamente que son del Tercer Mundo nacional.

No vamos nosotros, la fracción parlamentaria del Partido Auténtico a que con este acto

solemne a Ricardo Flores Magón se olvide la obra del gran oaxaqueño, iremos a proseguir el ideal revolucionario y el programa mínimo que los obreros necesitan y en lo que podamos, señores, habremos de solventar la lucha que libra el actual régimen de la República.

No seremos escépticos, cumpliremos con nuestra generación y encontraremos en cada logro revolucionario para los obreros, para los campesinos, el mejor homenaje a este hombre, Ricardo Flores Magón. Muchas gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: Sírvanse la secretaría dar lectura al acta de la presente sesión.

ACTA

- El C. Secretario José Luis Escobar Herrera:

"Acta de la sesión solemne efectuada por la Cámara de Diputados de la XLIX legislatura del H. Congreso de la Unión el día diez de octubre de mil novecientos setenta y tres.

Presidencia del C. Arnoldo Villarreal Zertuche.

En la ciudad de México, a las once horas y cuarenta y cinco minutos se abre la sesión solemne para rendir homenaje al distinguido mexicano Ricardo Flores Magón al conmemorarse el centenario de su natalicio.

Hacen uso de la palabra sucesivamente los ciudadanos diputados Angel Olivo Solís, Eugenio Ortiz Walls, Miguel Hernández González y Héctor Guillermo Valencia Mallorquín, quienes ponen en alto la figura del Ricardo Flores Magón, que marcó la pauta de la honestidad, de la entrega completa a la lucha por una sociedad justa; al periodista valiente, apasionado defensor de la clase obrera."

La secretaría da lectura al acta de la presente sesión.

Está a discusión el acta... No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica, se pregunta si se aprueba. Los que estén por afirmativa, sírvanse manifestarlo... Aprobado.

- El C. Presidente (a las 13:05 horas): Se levanta la sesión.

TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y

"DIARIO DE LOS DEBATES"