Legislatura L - Año I - Período Ordinario - Fecha 19760907 - Número de Diario 16

(L50A1P1oN016F19760907.xml)Núm. Diario:16

ENCABEZADO

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

"L" LEGISLATURA

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921

AÑO I México, D.F., Martes 7 de Septiembre de 1976 TOMO I. - NÚM. 16

SUMARIO

SUMARIO

Apertura

Orden del Día

Acta de la Sesión Anterior. Se aprueba

Invitaciones

Al segundo informe de la gestión administrativa del Gobernador del Estado de Zacatecas, el día 9 del actual. Se designa Comisión

Del Departamento del Distrito Federal, al acto que con motivo del 129 aniversario de la Acción de Armas del Molino del Rey y Casa Mata, tendrá lugar mañana miércoles. Se designa Comisión

INICIATIVAS DEL EJECUTIVO

Reformas al Artículo 85 del Código Penal para el Distrito Federal en Materia de Fuero Común y para toda la República en Materia del Fuero Federal

El C. Presidente de la República envía la Iniciativa expresada. A las Comisiones correspondientes e imprímase

Adición al Artículo 18 Constitucional

El propio Ejecutivo Federal remite la Iniciativa mencionada. A las Comisiones correspondientes e imprímase

OFICIOS DE LA SECRETARÍA DE GOBERNACIÓN

Condecoraciones

Tres oficios relativos a las solicitudes de permiso para que los CC. Carlos Zapata Vela, Jorge Pulford Núñez y Alfonso Martínez Calderón, acepten y usen condecoraciones extranjeras. Se turnan a Comisión

Informe de Labores

El secretario de Obras Públicas envía el informe de las labores desarrolladas por esa Dependencia, durante el lapso de un año. Resérvese en el Archivo.

Comentarios Sobre el Informe Presidencial

Hechos por los CC. Reynaldo Dueñas Villaseñor, Miguel Hernández Labastida, Jesús Puente Leyva, Armando Labra Manjarrez, Héctor Ramírez Cuéllar, Julio Zamora Bátiz, Eugenio Soto Sánchez, Salvador Reyes Nevárez y Víctor Manzanilla Schaffer

Orden del Día

Lectura del Orden del Día de la sesión próxima. Se levanta la sesión

DEBATE

PRESIDENCIA DEL C. HELADIO RAMÍREZ LÓPEZ

(Asistencia de 233 ciudadanos diputados).

APERTURA

- El C. Presidente (a las 11:15 horas): Se abre la sesión.

ORDEN DEL DÍA

- El C. Secretario Pastor Murguía González:

"Primer Período Ordinario de Sesiones. "L" Legislatura.

Orden del Día

7 de septiembre de 1976.

Lectura del acta de la sesión anterior.

El Gobernador del Estado de Zacatecas, invita al acto en el que rendirá su Segundo Informe de Gobierno, con la asistencia del C. Licenciado Luis Echeverría Alvarez, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, que tendrá lugar el próximo 9 de los corrientes.

El Departamento del Distrito Federal, invita al acto cívico que para conmemorar el 129 aniversario de la Acción de Armas del Molino del Rey y Casa Mata, tendrá lugar el próximo miércoles 8 de los corrientes.

Iniciativas del Ejecutivo.

De Decreto, que reforma el artículo 85 del Código Penal para el Distrito Federal en

Materia del Fuero Común y para toda la República en Materia Federal.

De Decreto, que adiciona un quinto párrafo al artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Oficios de la Secretaría de Gobernación.

Tres por los que se solicita el permiso constitucional necesario, para que los CC. Carlos Zapata Vela, Jorge Pulford Núñez y Alfonso Martínez Calderón, puedan aceptar y usar las condecoraciones que les fueron conferidas por gobiernos extranjeros.

De conformidad con el artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el C. Secretario de Obras Públicas, presenta el informe de labores correspondiente al período de septiembre de 1975 al 31 de agosto de 1976

Comentarios al Sexto Informe de Gobierno del C. Licenciado Luis Echeverría Alvarez, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos."

ACTA DE LA SESIÓN ANTERIOR

- El mismo C. Secretario:

"Acta de la sesión de la Cámara de Diputados de la Quincuagésima Legislatura del H. Congreso de la Unión, efectuada el día tres de septiembre de mil novecientos setenta y seis.

Presidencia del C. Heladio Ramírez López.

En la ciudad de México, a las once horas y veinte minutos del jueves tres de septiembre de mil novecientos setenta y seis, con una asistencia de ciento noventa y seis ciudadanos diputados, la Presidencia declara abierta la sesión.

Lectura del Orden del Día.

Sin discusión, se aprueba el Acta de la sesión anterior celebrada el día de ayer.

Se da cuenta de los documentos en cartera:

Para los efectos del Artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las Secretarías de Agricultura y Ganadería de Gobernación y de Recursos Hidráulicos, envían el informe de las labores desarrolladas por dichas Dependencias, correspondientes al período de septiembre de 1975 al 31 de agosto de 1976. Recibo y resérvense en el Archivo para consulta de los ciudadanos diputados y córrase traslado a la H. Cámara de Senadores.

De conformidad con los artículos 80 y 81 del Reglamento, se procede a la elección, por medio de cédula de los integrantes de la Comisión de Presupuesto y Gasto Público, para el primer año de ejercicio de la Quincuagésima Legislatura.

Hecho el cómputo correspondiente, arroja el siguiente resultado:

Ciento setenta y dos votos para la planilla integrada por los siguientes ciudadanos diputados: Ifigenia Martínez de Navarrete, Jesús Puente Leyva, Antonio Tenorio Adame, Jorge Efrén Domínguez Ramírez, Manuel Villafuerte Mijangos, Enrique Alvarez del Castillo, Armando Labra Manjarrez, Víctor A. Maldonado Moreleón, Eduardo Thomae Domínguez, Gustavo Salinas Iñiguez, Carlos Ortiz Tejeda, Roberto Olivares Vera, Carlos Riva Palacio Velasco, Carlota Vargas de Montemayor, Raúl Bolaños Cacho Guzmán, Alberto Mora López, Antonio Zorrilla Pérez, Ricardo Castillo Peralta, Crescencio Herrera Herrera, Artemio Iglesias Miramontes, Juan Madera Prieto, Ericel Gómez Nucamendi, José Luis Dorantes Segovia, Héctor Ximénez González, Silvia Hernández de Galindo, Jaime Aguilar Alvarez, Julio Cesar Mena Brito, Ricardo Pedro Chávez Pérez y Fernando Moreno Peña.

También se registraron cinco planillas diferentes con un voto para cada una, y otra con nueve votos.

En virtud de lo anterior, la Presidencia hace la Declaratoria de rigor. Para referirse a las medidas adoptadas recientemente por el Gobierno Federal, en relación con nuestra moneda, y proponer que la Cámara de Diputados se solidarice con todo el pueblo de México, para evitar abusos y enriquecimientos ilícitos y sobre todo para defender el patrimonio y los intereses de los obreros y de los campesinos, hace uso de la palabra, a nombre de los diputados del Partido Revolucionario Institucional, el C. Jorge Efrén Domínguez. Para hechos sobre el mismo tema, intervienen los CC. Diputados Jacinto Guadalupe Silva Flores, del Partido Acción Nacional; Francisco Ortiz Mendoza, del Partido Popular Socialista; Saúl Castorena Monterrubio, del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, y para aclaraciones los CC. Diputados Jesús Puente Leyva, Jorge Garabito Martínez y Julio Zamora Bátiz. Terminados los asuntos en cartera, se da lectura al Orden del Día de la sesión próxima. A las doce horas y cuarenta y cinco minutos, la Presidencia levanta la sesión pública y cita para la que tendrá lugar el próximo martes siete del actual, a las once horas. Se pasa a sesión secreta."

Está a discusión el acta ....No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica, se pregunta si se aprueba... Aprobada.

INVITACIONES

- El C. Secretario J. Refugio Mar de la Rosa:

"Fernando Pámanes Escobedo . - Gobernador Constitucional del Estado de Zacatecas.

Septiembre de 1976.

C. Diputado Heladio Ramírez López, Presidente de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. - Donceles y Allende. - México, D.F.

Muy estimado señor licenciado Luis Echeverría, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, rendiremos ante el Honorable Congreso Local, el Segundo Informe de Administración Pública que comprenderá los logros alcanzados por este Gobierno, gracias al apoyo de nuestro

Primer Mandatario y al esfuerzo de los zacatecanos.

El acto tendrá lugar el día 9 del actual, a las 11:30 horas en el Teatro del Seguro Social de esta ciudad, declarado Recinto Oficial.

Su presencia habrá de constituir una inestimable distinción para Zacatecas y, en especial para nosotros que mucho agradeceremos.

Reciba un saludo afectuoso con la seguridad de nuestra consideración atenta y distinguida.

Rúbrica.

El C. Presidente: Para asistir a este acto, en representación de la Cámara de Diputados, se designa a los siguientes CC. Diputados: Gustavo Salinas Iñiguez, Crescencio Herrera Herrera, José Leal Longoria y Julián Macías Pérez.

- El C. Secretario J. Refugio Mar de la Rosa:

"Escudo Nacional. - Estados Unidos Mexicanos. - Poder Ejecutivo Federal. - México, D.F. - Departamento del Distrito Federal.

México, D. F., a 2 de septiembre de 1976.

C. Diputado licenciado Heladio Ramírez López, Presidente de la H. Cámara de Diputados.

- Doncelles y Allende. - Presente.

Con motivo de conmemorarse el CXXIX Aniversario de la Acción de Armas del Molino del Rey y Casa Mata, el Departamento del Distrito Federal, por conducto de esta Dirección General, hace a usted una cordial y atenta invitación al acto cívico que tendrá lugar el próximo miércoles 8 del actual, a las 10:30 horas, frente al monumento erigido a la memoria de los héroes de aquella histórica jornada, en la Loma del Molino del Rey.

Al mismo tiempo, me permito rogarle tenga a bien dictar sus respetables instrucciones con objeto de que una comisión asista al acto de referencia y efectúe el depósito de una ofrenda floral, con la representación de esa H. Cámara de Diputados que usted preside.

Reitero a usted, con mi reconocimiento, las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

El C. Presidente: Para asistir a este acto, en representación de la Cámara de Diputados, se designa a los siguientes CC. Diputados: Alfonso Ballesteros Pelayo, Zeth Cardeña Luna, Juan José Varela Mayorga, Celia Torres y Ma. Elena Alvarez de Vicencio.

INICIATIVAS DEL EJECUTIVO.

Reformas al Código Penal.

- El C. Secretario Pastor Murguía González:

"Escudo Nacional. - Estados Unidos Mexicanos. - Poder Ejecutivo Federal. - México, D.F.

- Secretaría de Gobernación.

CC. Secretarios de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. - Presentes.

Conforme a instrucciones del C. Presidente de la República adjunta al presente les remito, para los efectos constitucionales, la iniciativa que a continuación se menciona:

Decreto que reforma al Artículo 85 del Código Penal para el Distrito Federal en Materia del Fuero Común y para toda la República en Materia del Fuero Federal.

Reitero a ustedes en esta oportunidad las seguridades de mi consideración distinguida.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, D.F., a 6 de septiembre de 1976. - El Secretario, Mario Moya Palencia."

"CC. Secretarios de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. - Presentes.

El gobierno mexicano ha desarrollado durante los últimos años un gran esfuerzo por enriquecer y actualizar, del mejor modo posible, su política de defensa social en la doble vertiente de la prevención del delito y el tratamiento del delincuente, asuntos, ambos, que interesan profundamente a la colectividad.

Por ello, el Estado emprendió, con beneplácito social, la reforma de diversas leyes penales, la expedición de varios nuevos ordenamientos, la construcción de nuevas y funcionales instituciones de tratamiento y la formación de recursos humanos idóneos para la debida ejecución de penas y medidas de seguridad.

Con lo anterior se fortalece la confianza en que un tratamiento adecuado permite, en considerable número de casos, la reincorporación social del infractor, desterrándose de esta forma ciertos prejuicios legales que, por no tomar en cuenta la eficacia readaptadora de la pena privativa de la libertad excluían de plano a determinadas personas, en función del delito cometido, de la posibilidad de obtener ciertos beneficios legales.

Habida cuenta de las anteriores consideraciones, se estima recomendable avanzar un paso más en la reforma del artículo 85 del Código Penal para el Distrito Federal en materia del Fuero Común y para toda la República en Materia del Fuero Federal, ya modificado en 1971. Dicho precepto, conforme a su redacción vigente, excluye del beneficio de la libertad preparatoria a los delincuentes contra la salud, de plano y sin distinción. Constituye éste, hoy día, el único caso en que los responsables de determinado delito quedan al margen de obtener la libertad preparatoria, cuyo otorgamiento, en las demás hipótesis, ha revelado grandes y constantes ventajas.

Considero que esta limitación puede y debe desaparecer, sobre todo si se tiene en cuenta, como no podría ser menos, que la libertad preparatoria no constituye un beneficio automático que deba concederse por el simple paso del tiempo. Por el contrario, la autoridad ejecutiva ha de otorgarlo previo estudio de la personalidad del infractor, del efecto que sobre éste hubiese producido el tratamiento penitenciario y, en definitiva, de las superiores consideraciones de la defensa social. De esta suerte, podrá establecerse un claro deslinde entre los individuos que no deben quedar en libertad, en virtud de su sostenida peligrosidad, de aquellos que, a la vista de datos objetivos sobre el hecho y la temibilidad, puedan reincorporarse anticipadamente a la vida libre del amparo de la libertad preparatoria, medida

que, por otra parte, puede ser revocada por la autoridad correspondiente.

Por lo anteriormente expuesto y con fundamento en la fracción I del artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, someto a la consideración del H. Congreso de la Unión, por el digno conducto de ustedes la siguiente:

Iniciativa de Decreto de Reforma al Artículo 85 del Código Penal para el Distrito Federal en Materia del Fuero Común y para toda la República en Materia del Fuero Federal.

Artículo único. Se reforma el artículo 85 del Código Penal para el Distrito Federal en materia del Fuero Común y para toda la República en materia del Fuero Federal, para quedar como sigue:

"Artículo 85. La libertad preparatoria no se concederá a los habituales, ni a los que hubieren incurrido en segunda reincidencia."

TRANSITORIO

Artículo único. El presente Decreto entrará en vigor el día de su publicación en el "Diario Oficial" de la Federación.

Reitero a ustedes, en esta ocasión, las seguridades de mi consideración atenta y distinguida.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, D.F., a 4 de septiembre de 1976. -

El Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. - Luis Echeverría Alvarez".

- Trámite: Recibo y a las Comisiones Unidas de Desarrollo de la Comunidad Social; de Salud Pública, y de Estudios Legislativos e imprímase.

ADICIÓN AL ARTÍCULO 18 CONSTITUCIONAL

- El mismo C. Secretario:

"Escudo Nacional. - Estados Unidos Mexicanos . - Poder Ejecutivo Federal. - México, D.F.

Secretaría de Gobernación.

CC. Secretarios de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. - Presentes.

Por instrucciones del C. Presidente de la República y para sus efectos constitucionales, con el presente envío a ustedes la Iniciativa de Decreto que adiciona un Quinto Párrafo al Artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, documento que el C. Titular del Ejecutivo de la Unión somete a la consideración del Constituyente Permanente, por el digno conducto de ustedes.

Reitero a ustedes en esta oportunidad las seguridades de mi consideración distinguida. Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, D.F., a 6 de septiembre de 1976.

El secretario, licenciado Mario Moya Palencia".

"CC. Secretarios de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. - Presentes. La Reforma Penitenciaria, que se inicia en el orden legislativo nacional con la promulgación de la Ley que establece las Normas Mínimas sobre Readaptación Social de Sentenciados, es la respuesta actualmente del Gobierno de la República a la necesidad impostergable de estructurar un proyecto penitenciario acorde con los postulados constitucionales en la materia y con el grado de desarrollo social y cultural alcanzado por el país.

Sin omitir considerar que nuestra legislación penal es hoy día instrumento adecuado para proteger los valores esenciales de nuestra vida en sociedad, la Reforma Penitenciaria tiene un superior objetivo: readaptar a las personas que han infringido las leyes, prevenir los delitos y reincorporar a los reclusos al proceso productivo y a las tareas del esfuerzo colectivo para el desarrollo integral de la comunidad.

Fincada en avanzadas posiciones del pensamiento penitenciario contemporáneo, la Reforma corresponde a la creciente humanización del Estado Mexicano y a su nueva ideología de la impartición de la justicia; persigue extender las garantías individuales y sociales no sólo a quienes adecúan su conducta a las leyes, sino también a aquellos que las transgreden. Rebasa el concepto de la "venganza social" para transformar y modernizar el aparato carcelario y ejecutor en beneficio de quien ha sido segregado de su medio, para lograr la reincorporación del sujeto.

La aplicación de la Reforma Penitenciaria se hace extensiva respecto de reos no federales, si los gobiernos de los Estados lo establecen así emprendiendo actos legislativos propios o, en ejercicio de su soberanía, celebran convenios de coordinación para el efecto con el Gobierno Federal, para que los sentenciados por delitos del orden común extingan su condena en establecimientos dependientes del Ejecutivo Federal, como lo señala el párrafo tercero del artículo 18 constitucional.

El Ejecutivo Federal ha considerado que el sentido humanista de este enunciado constitucional se podría trasladar a un plano superior consistente en la celebración de convenios de carácter general con gobiernos extranjeros para el objeto de que los reos de diferentes nacionalidades, recluidos por delitos del orden federal en nuestro país, cumplan las condenas en sus lugares de origen y, bajo un principio de reciprocidad, los reclusos de nacionalidad mexicana que extingan penas en otros países lo hagan en establecimientos de la República, solución que resolvería diversas cuestiones relacionadas con la problemática carcelaria. Asimismo, con el propósito de extender la aplicación de estas nuevas medidas a reos del fuero común, con estricto respeto a la autonomía de las entidades federativas, se previene que los Gobernadores de los Estados podrán solicitar al Ejecutivo Federal, en su caso, la inclusión de reos del orden común en los convenios a que se hace referencia, solicitud que deberá apoyarse en las leyes locales respectivas.

Es evidente que las condiciones de la vida moderna, la proyección internacional de ciertos delitos y la fácil comunicación entre las naciones han traído como consecuencia, entre otras, que nacionales de países extranjeros incurran en conductas delictivas dentro de

nuestro país - y lo mismo ocurre con mexicanos en otras naciones - y se vean por ello sujetos a enjuiciamiento y a ejecución penal en un medio distinto del suyo, en virtud del principio de territorialidad que hasta ahora rige estrictamente en este ámbito.

Ahora bien, la readaptación social del sujeto en su ambiente vital es, en último término, el objetivo superior de los supuestos punitivos. Conviene considerar que si la reincorporación social del sentenciado radica en la observancia de los valores medios de una sociedad determinada, no se podría readaptar un individuo en establecimientos carcelarios ubicados en país extranjero, cuyas costumbres e instituciones sociales difieren apreciablemente de las imperantes en sus países de origen.

Por lo anteriormente expuesto y con fundamento en la fracción I del artículo 71 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, someto a la consideración del Constituyente permanente, por el digno conducto de ustedes, la siguiente

INICIATIVA DE DECRETO QUE ADICIONA UN QUINTO PÁRRAFO AL ARTÍCULO 18 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Artículo único. Se adiciona un quinto párrafo al artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para quedar como sigue:

"Artículo 18. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

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El Ejecutivo podrá celebrar tratados de carácter general con gobiernos extranjeros con objeto de que los reos de otras nacionalidades, sentenciados por delitos del orden federal, en toda la República, o del fuero común en el Distrito Federal, cumplan las condenas en sus países de origen o de residencia y para que los reclusos de nacionalidad mexicana que extingan penas en otro país lo hagan en establecimientos de la República. Igualmente, los Gobernadores de los Estados podrán solicitar al Ejecutivo Federal, con apoyo en las leyes locales respectivas, la inclusión de reos del orden común en dichos tratados".

TRANSITORIO

Artículo único. El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el "Diario Oficial" de la Federación.

Reitero a ustedes, en esta ocasión, las seguridades de mi consideración atenta y distinguida.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, D.F., a 4 de septiembre de 1976.

El Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Luis Echeverría Alvarez".

- Trámite: Recibo y a las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales en turno, y de Estudios Legislativos e imprímase.

OFICIOS DE LA SECRETARÍA DE GOBERNACIÓN

Condecoraciones

- El C. Secretario J. Refugio Mar de las Rosa:

"Escudo Nacional. - Estados Unidos Mexicanos. - Poder Ejecutivo Federal. - México, D.F.

- Secretaría de Gobernación.

CC. Secretarios de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. - Presentes.

La Secretaría de Relaciones Exteriores se ha dirigido a ésta de Gobernación, con fecha 12 de agosto próximo pasado, manifestando lo siguiente:

"Ruego a usted tenga a bien solicitar de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión el permiso a que se refiere la fracción III, Apartado B del artículo 37 de nuestra Constitución Política, para que el C. Licenciado Carlos Zapata Vela, Ex Embajador de México en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, pueda aceptar y usar la Condecoración de la Orden de la Amistad de los Pueblos, que le confiere el Gobierno soviético."

Lo que transcribo a ustedes, para su conocimiento y fines legales procedentes, reiterándoles en esta oportunidad las seguridades de mi consideración distinguida.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, D.F., a 3 de septiembre de 1976.

El secretario, licenciado Mario Moya Palencia".

- Trámite: Recibo y a la Comisión de Permisos Constitucionales.

- El mismo C. Secretario:

"Escudo Nacional. - Estados Unidos Mexicanos. - Poder Ejecutivo Federal. - México, D.F. - Secretaría de Gobernación.

CC. Secretarios de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. - Presentes.

La Secretaría de Relaciones Exteriores se ha dirigido a ésta de Gobernación, con fecha 4 del actual, manifestando lo siguiente:

'Ruego a usted tenga a bien solicitar de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión, el permiso a que se refiere la fracción III, Apartado B del artículo 37 de nuestra Constitución Política, para que el C. Jorge Pulford Núñez, Cónsul de Dinamarca en Tampico, Tamaulipas, pueda aceptar y usar la Condecoración de la Orden Real de Dannebrog, que, en Primer Grado, le confiere el Gobierno Danés. Aprovecho la oportunidad para reiterar a usted las seguridades. . . '

Lo que transcribo a ustedes, para su conocimiento y fines legales procedentes, reiterándoles en esta oportunidad las seguridades de mi consideración distinguida.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, D.F., a 3 de septiembre de 1976.

El secretario, licenciado Mario Moya Palencia."

- Trámite: Recibo a la Comisión de Permisos Constitucionales.

- El mismo C. Secretario:

"Escudo Nacional. - Estados Unidos Mexicanos. - Poder Ejecutivo Federal. - México, D.F.

- Secretaría de Gobernación.

CC. Secretarios de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. - Presentes.

Para conocimiento de ustedes y fines legales procedentes a continuación les transcribo oficio que la Secretaría de Relaciones Exteriores dirigió a ésta de Gobernación, con fecha 4 de agosto próximo pasado:

'Ruego a usted tenga a bien solicitar de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión, el permiso a que se refiere la fracción III, Apartado B del artículo 37 de nuestra Constitución Política, para que el C. General brigadier D.E.M. Alfonso Martínez Calderón, pueda aceptar y usar la condecoración de la Orden de la Legión al Mérito que, en grado de Legionario le confiere el Gobierno de los Estados Unidos de América. Adjunta al presente remito a usted una copia fotostática del diploma que le fue conferido al citado general Martínez Calderón con la mencionada presea.

Al comunicar a ustedes lo anterior, les envío con el presente el anexo a que se hace referencia reiterándoles en esta oportunidad las seguridades de mi consideración distinguida.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, D.F., a 3 de septiembre de 1976.

El secretario, licenciado Mario Moya Palencia".

- Trámite: Recibo y a la Comisión de Permisos Constitucionales.

INFORME DE LABORES

- El C. Secretario Pastor Murguía González:

"Escudo Nacional. - Secretaría de Obras Públicas.

Ciudad de México, 2 de septiembre de 1976.

CC. Secretarios del H. Congreso de la Unión. Cámara de Diputados. - Ciudad.

En cumplimiento del artículo 93 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por su conducto me es muy grato someter a la consideración del H. Congreso de la Unión, el Informe de Labores de la Secretaría de Obras Públicas a mi cargo, que comprende el período del 1o. de septiembre de 1975 al 31 de agosto del presente año, en el que se incluye además, una síntesis de la labor desarrollada por la SOP durante la Administración del señor Presidente Echeverría.

Al mismo tiempo, por separado, remito sendos ejemplares del citado informe a los miembros de ese H. Congreso.

Muy cordialmente.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

El secretario, ingeniero Luis E. Bracamontes."

- Trámite: Recibo y resérvese en el Archivo para consulta de los ciudadanos diputados y córrase traslado a la H. Cámara de Senadores.

COMENTARIOS SOBRE EL INFORME PRESIDENCIAL

El C. Presidente: Me permito informar a la Asamblea que han solicitado a esta Presidencia hacer uso de la palabra, para comenzar el Sexto Informe rendido por el C. Presidente de la República, los siguientes diputados: Reynaldo Dueñas Villaseñor, Manuel Hernández Labastida, Jesús Puente Leyva, Héctor Ramírez Cuéllar, Julio Zamora Bátiz, Eugenio Soto Sánchez, Salvador Reyes Nevárez y Víctor Manzanilla Schaffer.

Tiene la palabra el C. Diputado Reynaldo Dueñas Villaseñor.

- El C. Reynaldo Dueñas Villaseñor:

"Señor Presidente: honorable Asamblea;

Vengo a la más alta tribuna de la nación a expresar la voz de la diputación obrera, militante del Congreso del Trabajo, para hacer algunas reflexiones al Sexto Informe de Gobierno rendido al pueblo de México, ante esta representación nacional por el Primer Mandatario, licenciado Luis Echeverría

Alvarez la semana pasada.

De trascendental como objetivo, consideramos en toda la magnitud que se pueda imaginar, el contenido del documento motivo de nuestro comentario, porque es lo efectivo, lo esencial, lo significativo de una labor altamente revolucionaria, patriótica y titánica del hombre estadista que con gran pasión, valor y decisión, así como con altas miras de progreso para México y su pueblo, rige los destinos de la nación, con mano segura hacia arriba y hacia adelante.

Tomaremos lo que corresponde a la política social del Informe de Gobierno, que refleja una vez más la firmeza de propósitos de dar, como lo ha hecho hasta el presente, un apoyo sincero y leal a la clase trabajadora, para encontrar la mejor solución a sus problemas.

Cuando el entonces candidato a la Presidencia de la República, licenciado Luis Echeverría, concluyó la que había sido una de las más intensas campañas preelectorales, comprobó el costo social de los años presentes de desarrollo estabilizador, se percató que el país requería crear, rápidamente, más de 600 mil empleos cada año; que el desempleo y el subempleo afectaban gravemente a la fuerza de trabajo, que el analfabetismo era aún superior al 20%; que arrastrábamos retrasos significativos en la universalización de la enseñanza primaria; que la población al margen de la seguridad social superaba el 40% del total; que persistía un déficit de 3 y medio millones de viviendas; que la participación de los trabajadores, en el consumo nacional no rebasaba el 35% y que a pesar de los esfuerzos del Gobierno y de los factores productivos, muchos trabajadores del campo y la ciudad no estaban aún protegidos por el salario mínimo.

Al reasignar recursos a la inversión social, lo que el Gobierno propicia es la modificación de actitudes y de estructuras

mentales que hagan factible sustituir con el concurso de todos, una sociedad de privilegios para pocos y de sumisión para muchos, por otra, fundada en la justicia y en la dignidad humana.

Desde el inicio de su mandato, el Ejecutivo renuncia a sostener la continuidad de un modelo económico que favoreció la concentración del ingreso y fortaleció el poder de núcleos privilegiados, reencauza nuestros esfuerzos de progreso por los principios genuinos de nuestro gran movimiento social.

Para el Presidente Echeverría, el desarrollo no reside en la acumulación de bienes, sino en la realización de las aptitudes humanas.

Depende, primordialmente, del empleo racional y justo de la fuerza del trabajo; renuncia que la rentabilidad económica fundada en la explotación de la mano de obra, sólo es un espejismo de progreso y encubre formas peligrosas de coloniaje y afirma que en la capacidad del país para generar empleos productivos y justamente remunerados, residen las únicas posibilidades ciertas de realización individual, bienestar compartido y de prosperidad nacional.

Durante los seis años de su administración, el Artículo 123 Constitucional, vuelve a ser el principal fundamento de toda nuestra política social y la síntesis de la filosofía mexicana del desarrollo así lo señalo el señor Presidente cuando en otro mensaje a la soberanía nacional, reconoció que en este ordenamiento no sólo se contienen las normas esenciales de protección al trabajador sino, además, los instrumentos jurídicos para alcanzar el bienestar de la clase obrera, el equilibrio de los factores de la producción y la distribución más equitativa de la riqueza. La República reconoce con Echeverría que la marginación, el subempleo, y la explotación de la mano de obra constituyen la expresión misma del subdesarrollo. Que ninguna organización política ni económica podrá prevalecer sino asegura, por el trabajo, el poder creativo de los hombres y la equidad de las relaciones sociales.

De ahí la amplia, profunda y trascendental importancia que el Ejecutivo Federal concede, a lo largo de su gestión, a la realización de una auténtica y revolucionaria política laboral. La inicia al rescatar de la inoperancia el anhelo de los trabajadores para disponer de una morada digna, al crear una de las instituciones más importantes de la Revolución Mexicana, el INFONAVIT.

Así principia la realización de un vasto programa de previsión social que mantendrán presente por su vigencia imperecedera, no sólo los trabajadores de hoy, sino aun las generaciones que sucedan a los hijos de sus hijos.

Las reformas constitucionales y las de las leyes que rigen las relaciones obrero patronales, la acción que esas reformas permiten, como la revisión anual de salarios; la inclusión de otras actividades industriales dentro de la jurisdicción federal; los nuevos contratos Ley; las reformas a la Ley del Seguro Social; la creación de organismos, como el Fondo Nacional de Fomento y Garantía para el Consumo de los Trabajadores; el Comité Mixto de Protección al salario; el Instituto Nacional de Estudios al Trabajo; la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo; la Ley Federal de Protección al Consumidor, son una prueba palpable de la comprensión, que en todos los casos ha demostrado el Presidente Echeverría, para las inquietudes y demandas de la clase trabajadora. Han robustecido la identidad; el afecto y la solidaridad que han vinculado a gobernante y trabajadores, contribuyendo también, en gran medida, para fortalecer la conciencia en la Revolución y la fe en las instituciones.

El movimiento obrero organizado no había tenido, como lo tuvo ahora, el apoyo del Presidente de la República para emplear con toda su fuerza y amplitud, el arma más formidable que diera la Revolución Mexicana a los trabajadores para defender y hacer prevalecer sus más legítimos intereses: el derecho de huelga.

Expresó también su más absoluto respeto a la vida interna de los sindicatos, cuando señaló, que la disgregación de la lucha no puede ser objetivo progresista. Corresponde a los propios trabajadores perfeccionar la democracia sindical. A ellos les compete solucionar sus diferencias por la vía del diálogo y no por la violencia y la irracionalidad.

Dijo también que el nuestro es un país de trabajadores. Para afianzar la independencia nacional es imprescindible la cohesión de las filas obreras cualquier fisura será aprovechada por los enemigos de México. Dividir el movimiento obrero, no importa el lenguaje y el señuelo que se use, es estrategia, contrarrevolucionaria, pero para esa estrategia , tenemos nuestra propia estrategia, que está fincada en la unidad inquebrantable de las organizaciones que forman parte del Congreso del Trabajo, que además forma parte de la alianza popular revolucionaria impulsada y vigorizada por Luis Echeverría Alvarez.

Nunca como bajo esta administración, el país había enfrentado al mismo tiempo tan enormes desafíos a su estabilidad social, al equilibrio entre los factores de la producción y a su relación con el exterior.

Sin embargo, la severa prueba mundial de la inflación en las economías de occidente, permitió a México salir airoso, conduciendo a las fuerzas sociales que integran la alianza popular y a los intereses económicos que conviven en nuestro contexto institucional, a enfrentar exitosamente la prueba del diálogo de la participación y de la corresponsabilidad, que han sido en el mandato de Luis Echeverría, las características fundamentales de la nueva estrategia de nuestro desarrollo.

Ante la polarización de las posiciones en pugna que provocara la inflación en México y frente a las justas reivindicaciones de los trabajadores, para restablecer con sentido social el equilibrio entre el capital y el trabajo, nunca antes el Primer Mandatario del país había testimoniado, como lo hizo Echeverría, su adhesión, su identificación y su compromiso con las grandes mayorías laborantes de México.

Fueron esos, momentos cruciales para saber si, en verdad, la Revolución había reencontrado su camino. La decisión y la conducta del Presidente Echeverría, son un testimonio de que los obreros, los campesinos, los maestros, los soldados y en suma los trabajadores, todos, de México siguen y seguirán siendo la fuerza y la conciencia de la Revolución.

No solo por impulso propio y de su Presidente, México entró en una nueva etapa de su evolución histórica. La coyuntura de la economía mundial por la que el país atravesó durante el presente sexenio lo han enfrentado juntos con sus instituciones al desafío del cambio y la readaptación.

Durante el régimen de Echeverría no hay prácticamente ninguna esfera, ámbito o institución de la vida pública que haya permanecido intacta o impasible frente a la exigencias de las circunstancias y los graves requerimientos del presente. Pero, sin duda, en el ámbito del trabajo y del bienestar social las instituciones de la República bajo la administración de Echeverría experimentaron profundas y revolucionarias transformaciones. En ellas se fincarán con certeza, en los próximos años, nuevas y grandes conquistas sociales.

Justicia en las relaciones obrero - patronales, eficacia en el trabajo, incremento de la productividad con sentido social; ocupación productiva y justamente remunerada para todos los mexicanos en aptitud y en edad de trabajar; elevación general del bienestar de todos los mexicanos. Son estos los signos que marcan estelarmente en la vida de la República, los grandes principios que reencauzaron a la Revolución hacia sus orígenes auténticos.

Son también, las más grandes realizaciones, entre otras, de un mandatario que enfrentó el desafío de su tiempo para devenir un hombre de la historia; conforman sin duda, los grandes planteamientos, en los que México habrá de sustentar su tránsito hacia una nueva sociedad más justa y equitativa.

Las mujeres en México representan una fuerza política, pero también un acervo de capacidades y de méritos que ninguna democracia pretendería desconocer.

En el artículo 4o. de nuestra Constitución ya consta, merced al señor Presidente, la igualdad de responsabilidades para mujeres y hombres en cuanto a la planeación familiar, la educación de los hijos y la conducción del hogar. Otras leyes subordinadas a la Carta Magna, como la ley Federal del Trabajo, están exentas ya de reticencias antifeministas y hasta de disposiciones de buena fe que pretendiendo salvaguardar a las mujeres, les limitaban en realidad, su campo de acción. Con las disposiciones agrarias ha sucedido otro tanto y en general, como ya expresé, con todas las piezas de nuestro sistema legal.

Cuando la organización de las Naciones Unidas decidió celebrar en México la conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer, no hizo más que reconocer los grandes merecimientos de nuestras mujeres, las cuales tienen en esta legislatura representantes que nos honran; y reconocer además esa obra sanamente feminista de su Gobierno.

Durante esa conferencia fue definido el sentido mexicano del feminismo: no es lucha entre los sexos, sino colaboración leal e igualitaria en busca de una liberación de todos; de mujeres y hombres y con ellos, del país en general.

Sería imposible tocar estos temas sin mencionar a una compañera nuestra, a una mexicana que ha abanderado las más nobles expresiones de este feminismo que es postulación de justicia y de independencia: Ma. Esther Zuno de Echeverría.

La compañera Ma. Esther, ha incorporado un nuevo concepto en el cuadro de nuestros deberes comunitarios: el de trabajo voluntario, que es exponente por excelencia de esa solidaridad que acabo de mencionar. La solidaridad, tal como la entiende la compañera Ma. Esther, y con ella sus ejércitos de promotores, de parteras empíricas, de organizaciones de nuestros núcleos familiares, es la versión más noble de la concordia y de la democracia. En lugar de la vieja idea de caridad, de cortos alcances y de aplicación no siempre generosa. La compañera Ma. Esther ha preconizado la de trabajo voluntario.

La ha puesto en práctica en su calidad de Presidente del Patronato de la Institución Mexicana de Asistencia a la Niñez y de Protección a la Infancia, que el señor Presidente, comprendiendo los altos fines sociales que cumple, ha convertido en Instituto Mexicano de la Infancia y la Familia y le ha conferido una solidez institucional a tono con la magnitud de los problemas cuyas soluciones procura.

Durante este sexenio, el señor Presidente, ha puesto un singular acento en la tarea educativa. Las razones de este empeño están a la vista: educar es liberar, y el régimen de Echeverría está animado por un inaplazable afán liberador.

La libertad tiene un vértice en el ser humano concreto. El individuo - las mujeres, los hombres - somos los sujetos de este atributo supremo que es la libertad y también debemos ser sus hacedores y sus más celosos vigilantes.

La libertad no es don gratuito sino fruto de una lucha inacabable. De una lucha política, y de una lucha moral, cívica y cultural. La educación, Luis Echeverría la ha comprendido con lucidez, y nos ha dicho con absoluta claridad - debe ser fuente y garantía de los valores originarios en que se apoya la libertad. Por esto su insistencia, su tesón en la tarea de edificar escuelas, de formar nuevas generaciones de maestros, de acrecentar el número de plazas en que ellos puedan ejercer su noble profesión. Por esto también su estímulo a la introducción de nuevos conceptos relativos a la tarea educativa y al aprendizaje, con conceptos como el de la enseñanza abierta y el de la capacitación para el trabajo.

Y por esto asimismo, la orientación que su gobierno ha dado a la educación nacional, para que en cada aula, cada maestro y cada alumno realicen, con la mayor profundidad, lo que

previene el artículo III de la Constitución General de la República, que define y concreta nuestra idea del hombre, de la relación del hombre con sus prójimos y con la naturaleza, y de la relación del individuo con sus mandatarios y representantes. Es decir, nuestra idea de la democracia. Ha habido dos líneas de avance en la acción educativa del Gobierno de la República; por una parte, la atención a la infraestructura del ramo, en la que está implícito un grande y ejemplar esfuerzo de orden económico. México dedica una fracción muy alta de su presupuesto de los dineros de su pueblo a enseñar a los niños, a los jóvenes y aun a las personas adultas. Cerca de 30 mil millones por año han movido y han venido perfeccionando el sistema educativo, mientras que en otros países cifras equivalentes, en relación con la magnitud de sus economías, sirven para comprar armas, para perfeccionarlas y para fortalecer ejércitos agresivos o represivos.

Por otra parte, este sistema educativo ha cobrado, definitivamente, su carácter de sistema liberador que acabo de señalar. Junto con la acción cuantitativa, se ha desarrollado una labor que apunta al remozamiento cualitativo. La educación que imparte el Estado es sanamente nacionalista, anticolonialista, modernizadora integradora de la personalidad de los educandos y factor de cohesión solidaria entre todos los mexicanos.

La Reforma Educativa que el régimen de Echeverría acometió desde el principio de su gestión y que aun no está consumada - por que no habría podido llegarse a esta meta en el lapso de seis años - , no implica solamente un perfeccionamiento de métodos didácticos, sino también una modificación de actitudes mentales. La nuestra es una educación para el cambio y en el principio de este cambio debe estar una mentalidad nueva, que la escuela conforma en los alumnos, en los profesores, en la sociedad en general.

Hemos dicho que la educación es instancia liberadora y que Luis Echeverría así lo ha reconocido para actuar en consecuencia. Tratándose de un país del Tercer Mundo, como es el nuestro, la liberación debe operarse respecto a un esquema de conceptos, de hábitos mentales y de formaciones éticas que la historia misma ha derrotado: el esquema colonial. México ya no transige y no quiere hacerlo ni consciente ni inconscientemente, con el acatamiento a formas de vida y de cultura que no son las suyas. El pueblo de nuestro país, encabezado por el Primer Mandatario ha decidido asumir las responsabilidades que nuestra época le asigna y hacerlo con la plena nitidez que sólo de la libertad puede provenir.

La educación nacional, según lo indica la nueva Ley Federal de la Materia, que Luis Echeverría inició ante este Cuerpo Legislativo; Ley que dé cauces a nuestro artículo III y contempla las circunstancias objetivas de estos tiempos de crisis mundial, las cuales se advierten en los terrenos del conocimiento, de la organización de las sociedades, de la creación intelectual y artística, de las relaciones económicas y políticas, la educación - decía - se ha convertido en un sistema para conservar y enriquecer el patrimonio cultural de nuestra patria y para hacer de cada mexicano un hombre o una mujer capaz de contribuir, en el próximo futuro a nuestro desarrollo independiente y a nuestra vida de país pacífico, plural, progresista y respetuoso de los derechos ajenos. Si se analiza más de cerca su obra educativa, será posible distinguir, sin dificultad, las líneas que se dirigen hacia modalidades concretas de nuestra liberación. Se ha advertido que la dependencia tecnológica representa un obstáculo para nuestro avance histórico y que las penetraciones culturales minan nuestra identidad. Las Escuelas Secundarias Técnicas, los Centros de Enseñanza Técnica Industrial, los Institutos Tecnológicos de varios tipos han proliferado durante su régimen y completan, en este momento, el ciclo que inició el Presidente Lázaro Cárdenas al estructurar el Instituto Politécnico Nacional. Estos organismos docentes empiezan a producir, para México, nuevos profesionales y técnicos aptos y dispuestos como deben estarlo todos los jóvenes de México, para servirse de sus conocimientos no sólo en su propio provecho, sino fundamentalmente, para emplearlos en bien de sus conciudadanos.

También ha encabezado el Presidente Echeverría la gran causa de nuestra consolidación cultural, a través de la escuela y de las instituciones de investigación y enseñanza superior. Ha comprendido - y por comprenderla la ha respetado escrupulosamente - la Autonomía Universitaria, que es afirmación de un principio de gran jerarquía humanista: el de que no haya avances científicos y académicos, sin que el trabajo encaminado para lograrlo se desarrolle en plena libertad.

No obsta, para el respeto de la autonomía el hecho de que los subsidios a las universidades y otros centros de educación superior se haya multiplicado durante su régimen. El vínculo de financiamiento que el Estado, cumpliendo su deber, ha mantenido con esas instituciones, no ha traído consigo, en ningún momento, otro lazo que sea incongruente con las ideas de Luis Echeverría y con la naturaleza misma de las Universidades: ha significado el que pusiera a éstos, en su labor académica a la merced de los criterios del poder público. Sistema liberador es nuestro sistema educativo. Pieza fundamental de su política, que es un gran acto de descolonización, de valentía moral ante nuestros problemas y nuestros errores. La tarea educativa ha sido a lo largo de estos seis años, una empresa viva, nutrida e impulsada por las mejores vocaciones de nuestro pueblo.

El Presidente Echeverría, en su último Informe expuso como era de esperar, todos y cada uno de los logros, que en los distintos renglones de su administración se llevaron a cabo.

Al analizar la exposición hecha, en el último Informe de su régimen y al compararlo con la que hizo en el primero, puede manifestarse que la gestión, suya en lo personal y en general la de quienes formaron el aparato

administrativo, fue la de una revolución dentro de la revolución, sin el menor juego de palabras o de conceptos, motivo por el cual debe satisfacerle, como la palabra cumplida, en una etapa más, según sus propias palabras. Militante en el Congreso del Trabajo, la diputación obrera hace suyos los conceptos ideológicos, doctrinarios y políticos que el Presidente Echeverría ha expuesto el día primero de este mes de septiembre ante la más alta representación nacional. Como rector de la clase obrera, el propio Congreso del Trabajo tiene conciencia del papel que le corresponde desempeñar en el proceso de transformación que se está efectuando en nuestro país.

Luis Echeverría puede estar seguro que no admitiremos retrocesos ni desvíos y que seguiremos empeñados, redoblando esfuerzos en acelerar la marcha de dicho proceso hasta lograr el advenimiento de esa nueva sociedad que los trabajadores del país tanto anhelamos". (Aplausos).

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Diputado Miguel Hernández Labastida.

El C. Miguel Hernández Labastida: Señor Presidente; señoras y señores diputados, señoras y señores: Cumpliendo con el mandato constitucional, el C. Presidente de la República leyó ante el "L" Congreso de la República, su VI Informe Presidencial. Siguiendo una tradición establecida por legislaturas anteriores, venimos en esta ocasión a exponer nuestros puntos de vista sobre los principales aspectos del Informe Presidencial.

Político Económico: Destaca de manera inpreponderante en el Informe Presidencial, por cuanto preocupa a las clases populares, la decisión de poner a flote el peso mexicano, información que un día antes, a través de la televisión y radio nacionales, había dado a conocer el Secretario de Hacienda.

Esta expresión técnica que no es sino una franca devaluación de nuestra moneda, debe su origen, desde luego a políticas económicas adoptadas desde hace 22 años, pero que hemos de valorizar por cuanto corresponde en este momento al análisis del último Informe Presidencial.

Desde luego es muy importante hacer mención de las reiteradas declaraciones de la firmeza de nuestra moneda, y de la no existencia de peligro alguno de devaluación por parte de los siguientes funcionarios de esta Administración:

El licenciado Mario Ramón Beteta, Secretario de Hacienda, el día 29 de marzo, ante banqueros de todo el mundo, en presencia del Presidente de la República, y hablando a nombre del Gobierno Federal, expresaba: podemos afirmar que está plenamente garantizado el cambio y la libre convertibilidad de nuestra moneda; su solidez no se encuentra en duda; nada aconseja la devaluación. En términos similares hizo declaraciones de prensa los días 2, 15, 24 de abril, 5 de mayo y 24 de junio.

El licenciado Ernesto Fernández Hurtado, Director del Banco de México, el 29 de mayo, el licenciado Miguel Alemán Valdés, Director de Turismo, el 18 de mayo, el licenciado Jorge Leipen Garay, Subsecretario de Recursos no Renovables el 16 de abril. Declaraciones en este sentido fueron vertidas por los siguientes funcionarios empresariales: el señor Agustín Legorreta, Presidente del Banco Nacional de México, el 28 de abril, el señor Frank Loretta, Presidente de la Cámara Americana de Comercio, en México, el 29 de abril; la Confederación Nacional de Cámaras de Comercio, el 4 de mayo; don Pablo Aveleyra, Director del Banco Nacional de México, el día 9 de marzo.

También el licenciado Ortiz Mena, Presidente del Banco Internacional de Desarrollo, el día 4 de julio. Y el propio señor Presidente de la República, Luis Echeverría Alvarez, en declaraciones a la prensa el pasado 28 de abril.

Por último, hace apenas tres semanas, cuando indudablemente ya se había tomado la determinación de devaluar el peso mexicano, el propio Secretario de Hacienda declaró textualmente:

"Aunque han circulado rumores infundados sobre la devaluación del peso, esta moneda sigue siendo la columna vertebral de la fuerte y creciente economía mexicana, mientras otras monedas no han podido mantener su paridad con el dólar norteamericano. Ha comprobado ser una moneda excesivamente confiable, manteniendo su paridad de $12.50 por dólar, sin interrupción, desde principios de la década de 1950".

Esta actitud engañosa del gobierno y sus cómplices del sector privado origina la creciente desconfianza que siente el pueblo hacia su gobierno. No se necesita ser un experto en cuestiones económicas para darse cuenta de una crisis de esta naturaleza en que nuestra moneda se devalúa verticalmente, no se presenta en forma imprevista; sino que es consecuencia de un deterioro paulatino de nuestra economía, que debería haberse apreciado y corregido oportunamente para evitar una devaluación de tal magnitud.

Siendo el Estado rector de la economía nacional, debió de haberse evitado las causas que originaron este crisis que son en primer término: aumento, año con año del déficit presupuestario que en 1971 fue de 4,787 millones en el Gobierno Federal y de 7,271 millones de pesos en las empresas descentralizadas.

En 1972, de 16,726 millones en el Gobierno Federal y de 5,304 millones en las empresas descentralizadas. En 1973, 27,415 millones del Gobierno Federal y 11,365 millones en las empresas descentralizadas. En 1974, de 31,237 millones de pesos en el Gobierno Federal y de 43,787 millones en las empresas del Gobierno. EN 1975, 42,048 millones del Gobierno Federal y de 47,184 millones en las empresas descentralizadas y se estima que en 1976, será de 43,827 millones del Gobierno Federal y de 25,986 millones en las empresas descentralizadas; lo que totaliza un déficit acumulado en el sexenio de 166,040 millones del Gobierno Federal y de 140,861 millones de las empresas descentralizadas.

Es decir, 306,901 millones de pesos del déficit del sector público. Este déficit se manifestó creciente, a pesar de las reformas y adecuaciones fiscales. Desde 1970 los ingresos por impuestos federales han aumentado a razón de más de 20% por año y si bien estos impuestos representan apenas 6.7% del producto bruto interno, en 1960, para 1975, cuando los ingresos por impuestos federales tuvieron una elevación muy cercana al 46% comparado con el incremento del 36.9% de un año antes, la participación había aumentado hasta casi 14% del ingreso bruto.

No debemos olvidar que este esfuerzo extraordinario para aumentar el volumen de ingreso, recayó fundamentalmente en las clases medias y trabajadoras.

Segundo, el déficit en la balanza comercial. Al aumentar sensiblemente nuestras importaciones sin una necesaria estimulación en el incremento de nuestras exportaciones, a pesar de la creación del Instituto Mexicano de Comercio Exterior, la balanza se mantuvo deficitaria en forma creciente a lo largo del sexenio, partiendo en un déficit de 124 millones de dólares en 1971 hasta alcanzar la enorme cifra de 3 mil 731 millones de dólares en 1975.

El año pasado tuvimos que importar productos agropecuarios como cereales, leche, semillas, grasas y lana, debido a nuestra baja productividad en el área agropecuaria. Del mismo modo influyó en nuestra balanza comercial deficitaria nuestra capacidad industrial para penetrar con productos manufacturados en los mercados internacionales por estar fuera de precio y de calidad.

Esta falta de competitividad en los mercados internacionales, hizo nugatorios los viajes presidenciales desde el punto de vista de promoción de nuestras exportaciones, ya que en 1970 México exportaba a 114 países, con venta de más de un millón de pesos a 65 de ellos, y para 1975 exportó a 121 naciones, de las cuales apenas 76 adquirieron productos mexicanos por más de un millón de pesos.

3o. Aumento exagerado en el medio circulante, al haberse elevado de 45,000 millones de pesos en 1970 hasta alcanzar 118 mil millones de pesos a fines de 1975 y seguir creciendo en lo que va del presente año. Este volumen de circulante ejerció una presión extraordinaria en el proceso inflacionario.

4o. Descapitalización en la economía nacional, al haberse presentado el fenómeno de fuga de capitales por parte de inversionistas extranjeros y nacionales, alarmados por declaraciones gubernamentales y por haber encontrado en otros países condiciones más favorables. La actitud de un gran número de inversionistas nacionales demuestra, sin duda, su falta de fidelidad a los grandes propósitos nacionales.

5o. La baja de la afluencia turística al territorio nacional, llega este año a límites críticos debido a los altos precios de nuestras zonas turísticas, en comparación con las de otros países y a pesar del esfuerzo que se hizo para dar al turismo internacional un trato preferencial, habiéndose presentado el fenómeno de un ingreso por concepto de turismo muy inferior al potencial de nuestras instalaciones.

6o. El aumento de la deuda pública que debido a la creciente operación deficitaria de la Administración ha llegado a niveles considerables, tanto en el Gobierno Federal como en organismos y empresas descentralizadas. Estas últimas endeudadas en un porcentaje muy alto de financiamiento externo.

En 1974, alcanzaba la cifra de 156,405 millones de pesos y se calcula actualmente en 223,692 millones de pesos.

Acción Nacional considera que para dar solución a los actuales problemas económicos por los que el país atraviesa, deberían tomarse las siguientes medidas:

1o. Reconstrucción total de la producción sobre todo agrícola, mediante medidas y aptitudes de justicia, verdad, honradez y aptitud técnica en el sector público y privado.

La propaganda engañosa y el disimulo, no resuelven nada.

2o. Manejo de un presupuesto público acorde con nuestras posibilidades económicas reales y que la Administración Pública se desarrolle respetando el presupuesto para evitar el endeudamiento más acelerado.

3o. Verdadera reforma fiscal a fondo donde se perciban ingresos fiscales por parte de todos los posibles contribuyentes en la medida que sea justa y equitativa.

4o. Un régimen de austeridad en el gasto público, eliminando el despilfarro y el derroche, estableciendo las necesarias prioridades en interés de nuestras clases más necesitadas.

5o. Alicientes fiscales a la pequeña y mediana empresa para estimular el ahorro y la reinversión y para que sean capaces de ir generando las fuentes de trabajo que ahora son necesarias, y que se harán indispensables para nuestra población creciente.

Hay que señalar, que no es posible la rectificación económica sin un esfuerzo paralelo, simultáneo sincero y eficaz por la rectificación democrática de nuestra vida política y la solidaridad socio - económica.

CAMPO

En relación con el problema del campo, Acción Nacional considera que es loable todo esfuerzo que se haga para plantear y resolver los distintos aspectos de este problema, lo mismo para definir posiciones de política agraria respecto a la naturaleza, contenido y finalidad de las formas de tenencia y explotación de la tierra dentro del sistema ejidal y comunal, como dentro del sistema de la propiedad privada. Es loable, asimismo, todo esfuerzo para evitar las formas de tenencia y explotación antieconómica y antisociales como son el sistema latifundista y el sistema minifundista. Es loable atender al mismo tiempo los problemas de la producción y de la productividad que afectan al amplio sector campesino marginado. Aprobamos el destino de recursos cuantiosos para mejorar el sistema de riego existente en el país, para abrir nuevas tierras al cultivo y bajo riego.

Consideramos que es encomiable todo esfuerzo tendiente a lograr una mejor organización de los ejidatarios, los comuneros y los pequeños propietarios, sobre todo el que tiende a la mejor organización.

Consideramos absolutamente indispensable continuar el esfuerzo para la realización de obras de infraestructura que permitan el desarrollo del campo y la saludable política agraria, dinámica, de una constante superación y de las disposiciones legales que rigen a la materia. Reconocemos que durante este sexenio se ha multiplicado esfuerzos en uno o en otro sentido, pero creemos, con plena convicción que esos esfuerzos han sido insuficientes, mal dirigidos, francamente contrarios para realizar una sólida reestructuración del sector agropecuario en México, y que muchas de las inquietudes manifestadas por la administración pública en este sexenio, dieron empleo de cuantiosos recursos y dieron resultados contraproducentes para los fines propuestos. Creemos que el empleo de cuantiosos recursos en apoyo del campo, se ha desperdiciado o derrochado lamentablemente, y no se han usado con un orden jerárquico de prioridades razonablemente estructurado.

Por último, creemos que esos mismos recursos no empleados como inversiones directas del Gobierno, sino como apoyo a las autoridades agropecuarias desarrolladas en el país por los campesinos y los agricultores, hubieran podido estimular suficientemente la economía agrícola y servir de base para una reestructuración mucho más a fondo de la que se ha intentado.

Insistimos una vez más, en que Acción Nacional no ha estado ni está de acuerdo con el sistema de tenencia de la tierra bajo el régimen latifundista, pero al mismo tiempo hemos de insistir en que tampoco está de acuerdo con el sistema minifundista que priva actualmente en México, y es uno de los obstáculos mayores para realizar una correcta planeación de la producción.

Estamos en contra del antiguo sistema latifundista, y del nuevo latifundismo amparado por influyentes y autoridades venales que permitieron la formación de latifundios disimulados.

No estamos de acuerdo con el sistema minifundista, por cuanto la subdivisión sin límites de la propiedad privada, ha impedido la explotación racional de la tierra en manos de los pardifundistas y por cuanto que el absurdo reparto de tierras en cantidad y calidad insuficiente, ha creado el minifundismo ejidal que participa de los mismos defectos de cualquier otro tipo de minifundismo y de otros derivados de la deficiente organización de las comunidades y los ejidos y el paternalismo mal entendido del Estado. Debemos, con toda energía y con toda razón a la auténtica pequeña propiedad en los términos en que lo determina la Constitución General de la República y la Ley Federal de la Reforma Agraria; defendemos este sistema de explotación de la tierra frente al latifundismo y frente al minifundismo ejidal o no ejidal, porque el sistema de la pequeña propiedad es un sistema justo de distribución de la riqueza territorial y agrícola de México y porque la empresa agrícola, con base en la pequeña propiedad, ha demostrado u eficacia en la producción y en la autosuficiencia de su financiamiento.

Creemos que muy por encima del problema organizativo de los ejidos y de las comunidades agrarias, existe en el fondo un problema estructural, por cuanto que las unidades de dotación de tierras agrícolas fueron entregadas a los ejidatarios con un criterio inicial radicalmente equivocado, cuando se pensaba que los ingresos que podían obtenerse de una parcela ejidal tomarse como los ingresos complementarios al salario, y cuando tiempo después se cambió la finalidad del reparto de la tierra pero no se cambió la unidad dotación y se siguieron repartiendo parcelas pequeñas y de mala calidad. Por lo tanto, mientras no se cambie la estructura material sobre lo que descansa todo el sistema ejidal y comunal, será imposible organizar la producción de la mayor parte de los ejidos y comunidades que además no recibieron más que tierra pobre y escasa para sus necesidades.

Esta deficiencia estructural no podrá ser superado mediante la colectivización de la tenencia o explotación de las tierras, porque no habrá ningún sistema administrativo capaz de hacer producir lo improductivo y capaz de hacer fértil la tierra estéril.

Acción Nacional considera lícita la tenencia y explotación de la tierra en forma individual o en forma colectiva. Admite que en algunos casos la explotación colectiva es más indicada que la explotación individual y, sobre el particular sostiene que debe respetarse en forma absoluta el principio de voluntariedad para agruparse en cooperativas u otras formas de asociación, siempre y cuando se respete la libertad de los asociados.

Condenamos toda forma de colectivismo impuesto por el Estado, porque vulnera la libertad de los campesinos y porque le concede al Estado una injerencia excesiva en la economía agrícola, acentuando el capitalismo de Estado que padece México.

Reiteramos que en este capítulo de la problemática social, económica y política del campo el Estado debe ser rencor y promotor de las acciones concomitantes, pero rechazadas que sea dueño de la economía del país, ejerza un paternalismo equivocado o se convierta en un tutor ad perpetuam de los campesinos.

Educación y cultura. El problema económico educativo debe ser planteado en sus términos reales, manejar con números absolutos el incremento presupuestal no da una idea exacta de la realidad. El haber llegado a multiplicar por cinco el presupuesto educativo en el sexenio, es indicativo de un esfuerzo realizado en ese sentido ; pero nada, no se dice ni de la eficacia de su aplicación ni su relación con la importancia del problema. Afirmar que 12 y medio millones de niños ingresarán este año en educación primaria contra 9.100,000 que ingresaron en 1971 sólo indica un incremento real, pero no se hace notar que la demanda

potencial es de 15 millones de niños. Además, debido entre otras razones a fallas estructurales del sistema educativo, el desperdicio escolar representa alrededor del 20% del presupuesto Escolar total. De cada 100 niños que comienzan la primaria menos de 2 llegan a los últimos años de educación superior, la distribución de oportunidades educativas sigue siendo injusta determinándose en gran parte por la capacidad de presión política para obtenerlas; se sigue presentando un gran desnivel entre el medio rural y el urbano. Mientras que en el medio urbano de cada 10 niños que inician la instrucción primaria, 5 la terminan en el medio rural sólo la termina uno de cada diez. Un dato real e inquietante, es que la escolaridad - promedio de nuestra población mayor de 10 años es sólo de 3 grados. Seguimos teniendo en México cerca de 10 millones de analfabetas simples y es una dolorosa realidad el hecho de que el 50% de los mexicanos mayores de 10 años, son analfabetas funcionales. La política seguida por el Gobierno en estos aspectos no ha tenido a nivelar las injustas diferencias que existen entre zonas deprimidas frente a zonas mejor dotadas, dando un trato preferencial a estas últimas ahondando más la diferencia que ha llegado a constituir un abismo que separa dos México entre las zonas deprimidas y en el de las zonas ricas y privilegiadas. Se sigue planteando el tema del libro de texto único y obligatorio en términos artificiales y con aspectos parciales que no llegan a tocar el fondo del problema. Al tomar posiciones extremas y de nacionalidad estéril, no sirve a México y sólo dificulta el análisis y la solución de los problemas; nos parece desalentador considerar que el único patrimonio cultural de muchas familias sean sólo esos libros de texto, la propia Secretaría podría evocarse a la tarea de proporcionar ediciones culturales a precios bajos o gratuitos para quienes así lo requieran, a fin de elevar el nivel cultural de nuestro pueblo; igualmente, está en su mano evitar la proliferación de esas subliteraturas que envenena y degrada a nuestra juventud; pensamos también que no se está usando adecuadamente y en la medida que pudiera hacerse la radio, la televisión y el cine para ayudar en la tarea educativa. Sabemos que estos medios de difusión tiene muy amplias posibilidades de concurrir a la solución de este problema. Respecto a la educación media y superior, se presenta el fenómeno de la grave frustración que sienten quienes habiendo alcanzado esas etapas de educación no encuentran oportunidad de empleo.

Relaciones internacionales. Los grandes problemas que afronta la humanidad exigen la existencia de vínculos reales de interdependencia entre los estados miembros de la comunidad internacional, sobre las bases de respeto mutuo y cooperación multilateral.

México, como parte de este comercio de naciones no puede ni debe permanecer a la exigencia actual de este mundo, convulsionado por las constantes crisis económicas, políticas y sociales. Reconocemos expresamente que es facultad del Ejecutivo dirigir la política internacional y, por lo mismo, es de su exclusiva responsabilidad.

México ha sustentado tradicionalmente la doctrina Estrada como base de sus relaciones con los demás países, con los principios de no intervención y respeto a la autodeterminación de los pueblos limitándose a tener o retirar su representación diplomática según convenga y absteniéndose de calificar la legitimidad de los gobiernos e instituciones de los demás países.

Creemos que el Ejecutivo se desvío en más de una ocasión de la llamada doctrina Estrada, desviación que le llevó a adoptar actitudes inamistosas con otros pueblos en una política internacional zizagueante.

Observamos que el Ejecutivo al exponer su punto de vista en relación con España y como presupuesto para la reanudación de relaciones diplomáticas, fijó condiciones que de ninguna manera admitiríamos nos fueran fijadas a nosotros, por un país extranjero.

Coincidimos plenamente con el Ejecutivo en su cadena a la política de fuerza llevadas por el actual régimen chileno, pero debe observarse la misma postura con los otros países que sufren igual tipo de dictadura aunque sea de otro signo, como Cuba, Rusia, China, entre los más destacados.

Compartimos con el actual régimen su preocupación por las relaciones injustas entre los países ricos y pobres y sus loables esfuerzos por organizar la defensa de los países productores de materia prima. Son justas las demandas tercermundistas sostenidas por el Ejecutivo, pero creemos que el énfasis puesto en ellas lo llevó a actitudes poco amistosas para otros países que no son del Tercer Mundo, actitudes que aunadas a errores diplomáticos como en el caso de Israel, determinaron una baja en el turismo internacional potencialmente económico.

Política Interna. Al manifestar el Ejecutivo que la amplitud y entusiasmo del sufragio popular rebasaron toda predicción, muy pocos regímenes democráticos, tal vez ninguno cuenta hoy con semejante respaldo ciudadano, el Presidente se apartó ostensiblemente de su investidura constitucional para convertirse en simple panegirista o en un miembro destacado de un partido político.

Con esta criterio partidista, el Ejecutivo sólo hace menciones generales del proceso electoral. Nosotros debemos dar testimonio, porque fuimos actores de ese proceso, de las múltiples violaciones cometidas en el mismo, de cómo una vez más se incidió en la práctica de desechar las listas nominales de electores por decisión tomada días antes del mismo día de las elecciones, para que todo mundo pueda votar en cualquier parte, considerando el Registro Nacional de Electores como una institución nula e ineficaz, cuando durante meses se insistió en su perfecta organización.

En las elecciones del 4 de julio, se repitieron prácticas antidemocráticas que creímos ya superadas.

Acción Nacional desde su nacimiento se ha empeñado en lograr que el artículo 155 de la

Constitución tenga vigencia plena y eficaz, restableciendo al municipio su autonomía, organización y capacidad para que sea la base de la estructura política de México.

Por ello, es de extrañar que en un informe presidencial que comprende prácticamente todo el sexenio, no se mencione en forma alguna al municipio; sus carencias, sus necesidades, en la enumeración de obras realizadas en la provincia.. Bien pudieron haber sido realizadas por los propios Estados y municipios, si hubiesen tenido auténtica soberanía y vida independiente.

En su informe, el Ejecutivo dijo:

"A efecto de acatar cabalmente los lineamientos constitucionales que señalan el derecho de los trabajadores a participar en las utilidades, fueron ajustadas las disposiciones que reglamentan el sistema, y se fijó un 8 por ciento en el reparto de las ganancias netas obtenidas por las empresas, antes de recibir el pago del impuesto sobre la renta". En este sentido, la postura de Acción Nacional siempre ha sido bien definida, porque no solamente ha querido y deseado que los trabajadores perciban utilidades en la empresa, sino que lucha por cambiar el sistema capitalista de la empresa, desterrando el criterio de que el trabajo es una simple mercancía, con olvido de la dignidad propia del trabajador. Nosotros creemos que la empresa debe entenderse como una comunidad de hombres, en la que la oportunidad de adquisición de los medios de producción sea igual para todos los que intervienen en su desarrollo, y en donde trabajadores y patrones tengan la misma responsabilidad en la dirección de los intereses de la comunidad, y en la que las utilidades que resulten en beneficio de todos. Luchamos por la creación de dispositivos legales que fomenten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los bienes de producción, sabiendo que de esta manera de incorporara a los trabajadores en responsabilidades de la empresa, logrará la colaboración de amplios sectores del país, hasta ahora marginados.

También dijo el Ejecutivo en su informe: "Respetamos la vida interna de los sindicatos, que corresponde a los propios trabajadores perfeccionar la democracia sindical. A ellos les compete solucionar sus diferentes problemas por la vía del diálogo, y no por la violencia y la irracionalidad.

Nunca hemos pretendido acallar las reivindicaciones laborales ni mucho menos limitarlas al ámbito exclusivo del mejoramiento material.

El peso político de los obreros organizados es indiscutible. Lejos de inhibir su afán de participar en las grandes decisiones nacionales, reconocemos el papel que han representado para impulsar las causas patrióticas y revolucionarias y alentamos su proyección a las batallas presentes y futuras por la independencia y la justicia. Por ello, hemos sostenido que el sindicalismo no puede confirmarse históricamente a la exclusiva defensa de los intereses económicos de sus agremiados. "Estas expresiones del Ejecutivo en su último Informe son coincidentes con pensamientos que hemos sostenido en múltiples ocasiones. Ha sido demanda permanente de Acción Nacional que las organizaciones de trabajadores funcionen con verdadera democracia interna, sin que el Estado intervenga directa o indirectamente en la designación de sus dirigentes, que se asegure la representación auténtica de sus agremiados mediante elecciones directas, secretas, sin aceptar presiones políticas o económicas; que se establezca un sistema objetivo y eficaz para exigir responsabilidades a los dirigentes sindicales y proscribir cualquier tipo de sanciones por motivos políticos o ideológicos.

Libertad de Prensa: En esta ocasión, como en anteriores escuchamos declaraciones referentes a que gozamos de una amplia libertad de expresión manifestando mediante la libre y veraz información que recibe el pueblo a través de los medios de difusión. Sentimos que esa libertad de expresión no es tan amplia como se pregona, sino bastante menguada, y que esa libertad no se compagina con instrumentos estatales de control como la Pipsa, ni con estrecha liga de los medios masivos de información de intereses de grupos capitalistas bien definidos. Creemos sin embargo, que son los periodistas y en general los profesionistas de los medios masivos de información quienes deben mantener la lucha constante por la libertad de expresión y satisfacer el derecho del pueblo a una información veraz, oportuna y objetiva.

Al hacer los señalamientos contenidos en las anteriores consideraciones, reafirmamos nuestra fe inquebrantable sin dudas ni vacilaciones en la capacidad del pueblo mexicano; en sus grandes reservas morales aun intactas que le permitirán encontrar el camino adecuado, porque la salvación de México debe ser obra de todos los mexicanos.

Diputados: Fausto Alarcón Escalona, Gonzalo Altamirano Rivas, Elena Alvarez de Vicencio, Guillermo de Carcer Ballezca, Miguel Garabito Martínez, Ramón Garcilita Partida, Guillermo Islas Olguin, Sergio Lujambio Rafols, José Luis Martínez Galicia, Rosalba Magallon Camacho, Tomás Nava de la Rosa, Teodoro Ortega Galicia, José Ortega Mendoza, Francisco Pedraza Villareal, Francisco Peniche Bolio, Adrián Peña Soto, Jacinto Guadalupe Silva, Juan Torres Ciprés y Miguel Hernández Lavastida. (Aplausos).

El C. Presidente: Tiene la palabra el diputado Jesús Puente Leyva.

El C. Jesús Puente Leyva: Señor Presidente; Honorable Legislatura: Hace apenas unos años, en la década de los sesenta, era común considerar una exaltación académica, una historia que - desde el aula universitaria - expresaba una franca inconformidad social con el proceso de crecimiento económico de México en el curso de tres lustros. Esta era, entonces, una heterodoxia académica no conciliable con el triunfalismo de quienes acuñaron el binomio de la estabilidad de precios y del tipo de cambio, como explicación irrefutable

de lo que complacientemente se llegó a llamar "El Milagro Mexicano".

La historia reciente proporcionaba, ciertamente evidencias de que el crecimiento económico de México le colocaba entre los países de América Latina (y en general del Tercer Mundo), que mayor éxito habían alcanzado en la lucha por romper el estereotipado círculo vicioso de la pobreza.

Este éxito tenía manifestaciones muy evidentes: la dinámica económica de México se había expresado en un crecimiento del producto nacional bruto a una tasa promedio anual del 6% en el curso de 1955 a 1970 - mucho más de lo que hubiera aspirado a lograr cualquier país latinoamericano.

Se reconoce por otra parte que dicho proceso se apoyó, pragmáticamente, en una prioridad histórica al estímulo del ahorro, a la formación de capital, acrecentamiento de la capacidad productiva, especialmente en el sector industria, que se sustentó a su vez en un amplio a veces honeroso esquema proteccionista.

Al mismo tiempo, se acumularon diversas demandas sociales no satisfechas, de muy alta prioridad, entre las que destacan las de educación, salud pública, vivienda, comunicaciones, etc. De esto se hubiera esperado, en realidad se espero, como contrapartida, la integración de una base productiva eficiente que constituyera una sana precondición del desarrollo económico del futuro.

Por el contrario, la configuración de un aparato productivo sobre protegido y poco competitivo, principalmente a nivel internacional, generó un sostenido bache de desequilibrio externo, lo que se hizo se empezara a sospechar respecto de las bondades de aquella estabilidad y que a principios de esta década difícil de los setenta, se aceptara abierta y oficialmente la existencia de una muy injusta distribución de los frutos del crecimiento entre los diversos sectores y clases sociales que integran a la población.

Pero no sólo eso, en el terreno estricto de lo material, la década actual sorprendió a México con una capacidad instalada en el límite de cero crecimientos en sectores básicos como el de energéticos (electricidad y petróleo) en siderurgia y petroquímica básica, fertilizantes, y sobre todo en el sector agropecuario al que prácticamente se le había sacrificado en favor del crecimiento industrial y de su hábitat urbano.

Todo esto configuró para Luis Echeverría, el arranque del presente sexenio, el panorama de una creciente inestabilidad social cuya expresión dramática no se consideró nunca deseable, nunca hasta entonces, pero que tampoco hasta entonces se había conjurado con evidencias objetivas de un cambio de fondo en las prioridades de nuestro desarrollo, y crecimiento económicos.

Dos hechos destacaban en esta coyuntura sexenal: por una parte, no se podían diferir por más tiempo demandas sociales acumuladas en el curso de décadas; por otra, era evidente que el proceso del llamado "desarrollo estabilizador" había agotado sus posibilidades de mantener el crecimiento económico del país, al precio de una iniquidad distributiva socialmente indeseable y de un desfinanciamiento creciente del sector público, que desde entonces, hacía previsible un crecimiento exagerado de sus problemas presupuestarios del futuro inmediato.

En este panorama, el realismo social y político de Echeverría inauguró un sexenio de crítica y autocrítica de convicción ideológica; las tesis no ortodoxas de los teóricos de la dependencia y del estructuralismo fueron sacadas del campo universitario por Echeverría con entusiasmo y con convicción ideológica, dándoles contenido político activista proyectando con ellas para México seis años de campaña presidencial en busca de lo social y políticamente deseable en un marco de desarrollo compartido.

En esta antesala de la administración, que en su último Informe llamara Echeverría panorama de "acciones no cumplidas" y de "silencios cómplices del pasado", instaló su propósito de convocar al pueblo a la realización "de un esfuerzo sin precedentes para recuperar el tiempo perdido y restaurar el rumbo de la "Revolución". No para renegar del pasado; no para resaltar inequidades y minimizar el esfuerzo creador de años, de otros regímenes - de varias décadas - porque la Revolución hecha Gobierno no practica, ociosa, el canibalismo histórico que muchos apetecen desde el refugio de la creación y la rinconera del sectarismo. Actitud crítica y autocrítica, sí, respecto de hombres, de corrientes de objetivos temporales y metas de coyuntura, pero con lealtad permanente a las banderas originales y a los objetivos primigenios de nuestra Revolución.

El Sexto Informe del Presidente Echeverría, en relación con el carácter de la economía nacional, en el VI Informe del Presidente Echeverría, habla con particular elocuencia de un esfuerzo del Estado, sin precedente en muchos años, aplicado a una estrategia de crecimiento orientada estrechamente a una mejor distribución social de sus frutos y a una mayor independencia en la política económica general.

Conviene destacar que esta nueva actitud crítica respecto a la estrategia del pasado desembocó, en el actual régimen presidencial, no sólo en la atención de necesidades inmediatas, sino en la concepción amplia de objetivos y realizaciones que dan un nuevo contenido a nuestro gran proyecto nacional.

El reconocimiento de las tendencias al agotamiento en las posibilidades de expansión global del sistema económico afortunadamente, como expresa el Informe, no condujeron como hubieran querido muchos a "no invertir en paliativos sino en proyectos claves de largo alcance, que hicieron posible superar los factores críticos de nuestra economía".

Superando toda miopía economista tecnográfica y en respuesta a los más genuinos objetivos desprendidos de los programas originales.

de nuestra Revolución, la política económica recuperó su contenido y práctica social, la cual se proyectó desde el ámbito del derecho hasta el de la cobertura de la seguridad y de los servicios sociales, en la recuperación del sector agropecuario y en la reivindicación de la vida rural, como lo expresara en el Informe. En todo ello se comprometió una parte destacada del gasto público.

Las múltiples tareas encaminadas a fortalecer al Estado representaron una acertada respuesta no sólo a la necesidad de salvaguardar la soberanía nacional, sino también de conceder al Estado el poder económico y político indispensable para hacer efectivo (frente al poder cada vez mayor de los agentes que distorsionan los procesos económicos de México) su destino histórico de promoción del desarrollo, y de estímulo al cambio y al bienestar social.

Lejos de una visión maniquea, dogmática o comprometida con intereses particulares, ha sido estimulante observar que las diversas medidas de política económica han recuperado su carácter instrumental, de manera que con particular imaginación se ha recurrido al uso de diversos instrumentos de política con el solo propósito, y la voluntad explícita, de que sean medios eficientes para alcanzar los objetivos y las metas que se juzgan prioritarias.

El carácter positivo de esta actitud profundamente renovadora del Estado frente a las cuestiones económicas destaca claramente si se considera que enfrentó, a profundidad, un conjunto de desequilibrios vinculados a la complacencia de la política económica del pasado, y a la errónea convicción (producto del coloniaje intelectual) de que el ajuste de dicha política al modelo proteccionista de expansión industrial, era compatible con la capacidad del sistema para distribuir con equidad después de acumular.

En este sentido la estrategia desarrollista dejaba al margen la significación que debía tener la vigilancia y orientación de esta industrialización substitutiva, que correspondía a un desarrollo tardío frente a la agresiva expansión internacional del capital y frente a la sombra de la dependencia.

Durante casi 20 años de expansión industrial, la consolidación del proceso, vinculado crecientemente a un patrón de diversificación de consumo, corrió paralela al ensanchamiento y predomino de estructuras oligopolícas, con particular presencia del capital externo, cuyo poder para acaparar los frutos del progreso técnico coadyuvaban adicionalmente a consolidar un patrón de demanda (no prioritaria) favorable al consumo de los grupos de altos ingresos.

La inercia de dicha estrategia, restringió al Estado su margen de acción, y repercutió en el deterioro de otras actividades productivas (en un principio las del sector primario y más adelante las de industrias básicas), así como las de bienestar (educación, salud pública y vivienda). Y por otra parte, generó paulatinamente un debilitamiento de los ingresos del Estado, consecuencia de las bajas cargas fiscales y de los precios subsidiados en los bienes y servicios producidos por el sector paraestatal; todo esto frente a requerimientos crecientes de gasto público, y paralelo a un ensanchamiento secular del déficit externo vinculado a la dependencia de nuestras relaciones comerciales, a cuyo costo se vinieron registrando las remesas de utilidades de la inversión extranjera y el uso recurrente del expediente de deuda pública con el costo y servicios respectivos.

Desafiando a todo esto, asistimos en actual sexenio a la histórica decisión de que las políticas económica y de desarrollo atendieran, prioritariamente, a la corrección de desequilibrios estructurales básicos, e intentaran generar una nueva dinámica de crecimiento más independiente, acorde con objetivos de prioridad social.

La política de planeación, como apunta el Informe, se dirigió a definir los objetivos políticos y sociales del país, rechazando el centralismo, la exigencia burocrática y la abdicación del Estado frente al capital. Se propuso establecer una nueva correlación de fuerzas con predominio del Estado y explícitamente del Estado su acción a favor de los intereses mayoritarios.

Se sentaron las bases para la planeación sectorial y regional, cuestionando el modelo de consumo para las élites, que (de maneras diversas, generalmente poco obvias) genera el empobrecimiento relativo de las mayorías, profundizando a su vez la dependencia externa.

En síntesis, se concibió un proceso (no un esquema) de toma de decisiones económicas, el cual tuvo en cuenta el grave defecto de la planificación consistente en que esta planificación no siempre hace específico lo que se considera estratégicamente importante; y que no siempre se logra percibir la planificación por quienes instrumentan técnicamente las decisiones políticas, el género de consumidores a quienes (a pesar de los imperativos del mercado) se debe servir. Por otra parte, se tuvo muy en cuenta (haciendo un recorrido crítico de nuestra muy peculiar experiencia) esta lección de la experiencia mexicana que los planificadores - frecuentemente sobrados de técnica y escasos de ideología - puedan engañarse al creer que lo que ellos desean es lo mejor para el país; o en su inocencia complaciente, y sin oficio crítico de intelectuales, pensar que lo mejor para el país es aquello que desean quienes detentan el poder burocrático. Para superar tales riesgos, Echeverría se mantuvo en consulta con el pueblo, puso en sitio de honor a la inteligencia crítica y, del propio Presidente de la República hacia abajo, valientemente desacralizó la majestad del poder político.

Con el fin de recuperar al sector primario de sus múltiples exacciones, "dignificar a sus hombres y apreciar su labor en sus justas dimensiones, integrándolos en forma dinámica y funcional con los demás sectores productivos", se desarrollaron un conjunto de medidas encaminadas a coordinar la acción de las instituciones que concurren al sector rural; elevar la

dotación de crédito a dicho sector, aumentar sustancialmente la inversión pública para desarrollo rural; favorecer los precios de la producción agrícola y fomentar, por diversos cauces, la asociación de los productores; aumentar el uso, preservación y aprovechamiento de recursos acuíferos; fomentar la ganadería, la producción pecuaria, el uso racional de los recursos forestales y promover actividades agro industriales.

Se mantuvo un particular interés por ensanchar la infraestructura vinculando su desarrollo al fomento de la producción, de las actividades de distribución a través del gasto en carreteras, transporte ferroviario, obras marítimas y rehabilitación portuaria.

No se escatimaron esfuerzos para rectificar las tendencias de nuestro crecimiento industrial, pues sus propios estrangulamientos se traducen paradójica y onerosamente, en el desempleo y subempleo tanto de recursos humanos como de capacidad productiva. En este sentido las medidas adoptadas se encaminaron a fortalecer el sector y a racionalizar su crecimiento, enfatizando las actividades que tienen gran rezago: las industrias básicas (petróleo, electricidad, minería, acero, fertilizantes, bienes de capital etc.) así como la mediana y pequeña industria. Se propuso evitar la indiscriminación en la sustitución de importaciones procurando asimismo integrar actividades productivas, ampliar el mercado interno y fomentar la exportación de manufacturas; fortalecer la capacidad productiva del sector paraestatal y ampliar sus actividades, vigilante a la eficiencia productiva y administrativa, a fin de cumplir con dichas tareas de abastecedor oportuno de bienes y servicios; expandir al mismo tiempo las actividades de fomento industrial de las instituciones financieras oficiales; regular la inversión extranjera y reglamentar la transferencia de tecnología.

En el aspecto regional se pusieron en práctica medidas de descentralización con el fin de distribuir equilibradamente las oportunidades de empleo, educación, seguridad social, etc., destinándose la mayor parte del gasto público a realizar proyectos en el interior del país.

Habida cuenta de la larga maduración de la mayoría de los proyectos realizados, después de cinco años de trabajo sostenido las cifras revelan que el proceso de capitalización ha continuado en apoyo de un nuevo período de expansión que se anticipa y se sabe desde ahora promisorio. La inversión total del país como participación del producto interno bruto - y así lo informó el Presidente en el VI Informe - pasó de 21% en 1970 a 24% en 1975, ya que no obstante el lento crecimiento de la inversión privada, se desarrolló una agresiva política de inversión pública pródiga en atenciones a la capitalización del sector primario, la industria básica y la infraestructura, fomentando así la expansión de la oferta rezagada en dichos sectores.

Conviene destacar el hecho de que en curso de los años 1970 - 1975, mientras el mundo experimentaba una a recesión generalizada y sufría una crisis financiera sin precedente en los últimos cuarenta años, México logró que su producto real creciera a una tasa promedio, ciertamente satisfactoria si se compara con el resto del mundo, del 5.6 por ciento anual. Esto como lo señala el Informe, se logró a pesar de que la inversión privada creció a una tasa ridículamente baja del 45% anual, y gracias a que la inversión pública se acrecentó anualmente a la tasa promedio del 16 por ciento - de hecho, entre 1970 y 1975 la inversión pública aumentó de 30 mil a más de 100 mil millones de pesos corrientes. Por primera vez en esta administración y no porque lo buscara empeñosamente el gobierno, sino por la división del sector privado, la inversión pública superó la privada, evadiendo el peligro de una recesión económica aguda y prolongada que hubiera acontecido si el país se hubiera confiado al oficio y virtudes de la inversión privada.

En esta perspectiva, la tarea de fomento y promoción económica en el actual sexenio ha demostrado que, contra todo convencionalismo del pasado, se puede reorientar el crecimiento económico con objetivos sociales, se puede distribuir más equitativamente y, al mismo tiempo, acrecentar el nivel de utilidades de las empresas. Se puede confirmar esto si consideramos que, mientras en los cinco años que cubre el período 1965 a 1969 el volumen de utilidades de las principales 30 empresas que cotizan en Bolsa reflejo importante de la vitalidad económica del país, creció en términos nominales un 46%, entre 1971 y 1975 dicho crecimiento fue superior al 200 por ciento.

Con cuánta razón señala el VI Informe del Presidente Echeverría que: ¿Quienes condicionan la inversión y la creación de empleos a lo que han llamado creación de garantías de estabilidad, incurren en un grave contrasentido. Es su retracción de la inversión privada, la que podría, precisamente, crear situaciones explosivas de marginamiento y conflicto social, si no fuera por la oportuna participación del Estado en la economía".

En el sector agropecuario se incorporó al riego más de un millón de hectáreas; se elevó la capacidad de fertilización a más de 50% de la superficie cultivada; se quintuplicó el crédito a las actividades agropecuarias; la inversión en el Programa Integrado de Desarrollo Rural alcanzó a cubrir el 32% de las zonas agrícolas del país y, después de muchos esfuerzos, se logró reestructurar y equilibrar la producción de alimentos.

El sector industrial se vio favorecido con el rompimiento de cuellos de botella y el fortalecimiento de las relaciones interindustriales que se expresaron en logros tan significativos como la duplicación en la producción de petróleo y en la capacidad instalada de generación de energía eléctrica, así como en la relativa a la producción siderúrgica, la ampliación de la red carretera de 70 mil a 200 mil kilómetros; la modernización de los ferrocarriles y la rehabilitación portuaria.

A su vez se registraron avances significativos en las política de bienestar asociados con la buena marcha de la actividad productiva: la población amparada por la seguridad social - informó el Presidente - pasó de 11 millones en 1970 a 25 millones a 1975. La ampliación en los gastos de educación favorecieron tanto a la de tipo básico como a las de calificación de mano de obra, ampliando las escuelas técnicas y conduciendo un apoyo sin precedente a las Universidades.

Los planes de vivienda permitieron la construcción de 300 mil unidades habitacionales de carácter popular, el máximo y más importante esfuerzo que se ha hecho hasta ahora en este importante renglón. Es por ello que resulta oportuno señalar que nos satisface que el orador de Acción nacional, por ejemplo en el caso de la habitación, hubiera destacado en esta tribuna, en términos absolutos realizados por el régimen Echeverrista; qué bueno, que cuestione sin embargo ese esfuerzo, destacando las necesidades y las demandas potenciales crecientes sobre todo en el caso de la Educación porque así nos preparamos para canalizar al Sector Público, mayor capacidad política y mayores recursos financieros, a fin de que México pueda enfrentar confiadamente, exitosamente, lo que merece su futuro.

El imperativo de recuperar para el Estado su capacidad en la promoción y orientación del desarrollo fue una preocupación constante que condujo, a veces en condiciones hostiles, a un conjunto de medidas fiscales, de financiamiento y administrativas, acordes con dicho objetivo. Producto de las mejoras administrativas y las reformas, la carga fiscal que había permanecido aproximadamente del 12.5% del producto interno bruto durante los sesentas, se elevó a 16% para 1975.

Por otra parte, en apoyo a las atribuciones normativas que reclaman una eficiente y orientadora acción directa del Estado en la economía, el producto de las empresas paraestatales, sector en donde se localiza buena parte de la industria básica del país, elevó su participación en el producto total de 8% en 1970 a 12% en 1975; se constató en este sentido, una preocupación constante en el agregado de empresas públicas, por planear la expansión de los sectores de industria básica, mejorar su capacidad administrativa, elevar su eficiencia productiva y proyectar adecuadamente sus necesidades financieras de expansión.

Hay que destacar que en un país como el nuestro, donde las necesidades de la población crecen geométricamente y los desequilibrios sectoriales y regionales tienden a pervertir el crecimiento económico, un Estado fuerte, política y económicamente, es la única garantía tanto de la consolidación de la autonomía del país en sus decisiones, cuanto de la promoción de un modelo de desarrollo que compatibilice intereses y aumente el bienestar colectivo. En este panorama se afirma nuestro pronunciamiento de que "no es posible señalar límites a la gestión económica del Estado", como no sea el interés público y el consenso popular.

En este terreno con Echeverría y extrapolamos el propósito con López Portillo, iremos como diría el Presidente Patriota de México," Tan lejos como el pueblo lo demande".

Recuperar como se ha hecho, con base en un sólido programa de capitalización, la pauta de expansión que asegure crecer sostenida y equilibradamente los próximos años, requirió imaginar un expediente de políticas económicas que expresaran un compromiso colectivo en la nueva estrategia de crecer y que permitiera a la vez, elegir correctamente entre la estabilidad a la corta (aunque fuera engañosa), y sirviera al interés especulativo de malos mexicanos y de agresivos extranjeros, o la consolidación de las bases firmes para el desarrollo sostenido en el largo plazo. Esta última ha sido, sin duda, afortunadamente, la decisión histórica (visionaria y patriótica) del Presidente de México, Luis Echeverría. (Aplausos.)

Afectados por una coyuntura internacional desfavorable caracterizada por la crisis monetaria, el retorno de los países desarrollados al patrón de tasas de cambio fluctuantes, las presiones inflacionarias (acompañadas paradójicamente por primera vez en la Historia Universal de situaciones recesivas), y con la aparición dramática de la crisis de energéticos, las medidas de política económica fueron en un principio limitadas exageradamente por la presión del déficit fiscal y del desequilibrio externo.

Posteriormente, en el empeño de no dejar abatir al país por la presión externa y abandonar los propósitos de reestructuración y reforma que hizo Echeverría como un compromiso con su pueblo se mantuvo una política expansionista atendiendo a los gastos corrientes del Estado, haciendo frente a la necesidad de sostener los gastos de capital que eliminaran el rezago en el sector agrícola, en las industrias básicas, y en todo lo que fuese menester.

Las elevadas exigencias de financiamiento del gasto frente al avance aún modesto de los ingresos públicos, condujeron a uso de expedientes combinados de deuda interna y externa que, aunque representaron un grado creciente de dificultad en su manejo, resultaron ser la solución de un período crítico en esta etapa de crecimiento.

De aquí, sin duda, reconocido y calificado por el propio Ejecutivo del país, el elevado monto actual de la deuda pública externa (13,000 millones de dólares) y la considerable magnitud del déficit presupuestal (90,000 millones de pesos en 1975). Paradójicamente, esto, llama a sorpresa y asombro a quienes alimentan y realizan sus expectativas de rentabilidad e ingresos personales del nivel que alcanza, año con año, el nivel agregado de la demanda efectiva (incluido el gasto público). Son los grupos, son quienes quisieran disfrutar todas las virtudes del crecimiento económico, sin invertir, y sin pagar sus costos.

Ante ellos, Luis Echeverría adoptó la decisión, la posición política consecuente con

nuestro sistema político de gobernar para todos pero tomando, por imperativo ideológico y alianza de clase, partido indiscutible por los débiles, los marginados y desposeídos, los obreros, los campesinos y las clases medias.

Es conveniente a este propósito recordar traer a colación en esta tribuna el evidente interés de grupos privilegiados de identificar al sector público casi en forma gratuita con el villano de la inflación en México. El propósito sería fácil de lograr a no ser que México, gracias al nivel, orientación y estructura del gasto público en este sexenio es sin duda el país del Tercer Mundo que más satisfactoriamente ha enfrentado todas las crisis comunes al mundo desarrollado y no desarrollado en el curso de la presente década.

Quienes padecen dicho asombro deberían preguntarse el costo social y económico de que el país hubiera corrido si antes la retracción de la inversión privada, de que si con la retracción de la inversión privada , el sector público hubiera inhibido su acción y gastos promotores del crecimiento económico.

Nadie mejor que la intuición educada políticamente responsable de Luis Echeverría previó la necesidad de fortalecer amplia, horizontalmente la base productiva del país. ¿No es, pues, gratuita nuestra generación de energía eléctrica, fertilizantes, productos básicos agropecuarios con exepción destacada del maíz y de la leche? ¿No es gratuito el hecho de que México sea el único país del mundo de su nivel de desarrollo, de su dimensión económica, demográfica y de mercado, el único en el mundo autosuficiente y exportador de petróleo? Es esto, todo esto sexenalmente la evidencia de derroche económico. Es esto señores, la mejor evidencia de la superior responsabilidad sexenal expresada en vivienda, en educación, alimentos, como compromiso al cual ha hecho, ha dado respuestas honradas y legítimas el Presidente Echeverría en este sexenio. (Aplausos.)

Es evidencia de la preocupación que fundamenta esto que la oposición a llamado en esta tribuna "alarmantes declaraciones presidenciales". Alarmantes, sí, para quien teme la reivindicación del pueblo. Alarmantes, sí, para quienes temen dentro y fuera del poder político constituido en este país, dar cara a México con su realidad. Hace temer, sí, a quienes temen la alianza nacional de nuestro país con todos los países tercermundistas. Alarma, sí, a quienes temen que esta alianza popular internacional de México, socorrida por el viajero Presidente Echeverría, comprometido con el destino del Tercer Mundo, provoque a México lo que ellos han llamado tradicionalmente "la huida" que no es otra cosa que el chantaje del correr de los capitales.

Alarma, de la misma manera, en que sorprende que algunos funcionarios públicos en la coyuntura recientísima de los meses pasados no hubieran hecho abiertas, francas, entre comillas "francas declaraciones de que el peso estaba sujeto a graves presiones".

¿Pues qué querían entonces estas gentes? ¿Querían que el Secretario de Hacienda, que el Director del Banco de México, que la burocracia comprometida con el régimen echeverrista hiciera afirmaciones desfavorables al peso, que hubieran favorecido la bolsa y la especulación de los ricos del país en detrimento del pueblo porque sacarían sus capitales? ¿Es esto lo que se quería? (Aplausos.)

No lo hago con simpatías de carácter personal de los funcionarios públicos que en México, en las entidades responsables, no anunciaron anticipadamente el fantasma de una devaluación, cumplieron estricta y razonablemente con su cometido de funcionarios públicos. (Aplausos.)

Por esto Honorable Legislatura, por todo ésto, Echeverría adoptó la posición consecuente de gobernar para todos, pero tomando por imperativo ideológico esto que ya hemos mencionado: alianza con las clases populares, presión sobre el presupuesto público, la aparición de presione inflacionarias de carácter doméstico ha sido producto de diversos acontecimientos, la generalización de este fenómeno internacional tiene su impacto en las condiciones económicas locales a través de la importación de materias primas e industriales, cuya compra estaba asociada tanto a la necesidad de expansión de la industria básica cuanto al rezago productivo del sector agrícola. Los elevados niveles del gasto público también tuvieron su incidencia si se considera que se efectuaron vinculados a inversiones de larga maduración y a sectores donde el rezago es difícil de superar. Por otra parte, está el propósito social irrenunciable de sostener la política de protección salarial y por otra, el hecho de que las presiones inflacionarias aparecen ahora en el marco de un aparato productivo cuya acción sobre los precios, producción y finanzas, favorecen indiscutiblemente el nivel de ganancias del sector empresarial. No obstante la aplicación de políticas antiinflacionarias en los últimos años, lo cual ha incidido en la cierta desaceleración de dichas presiones insiste en el peso de un deterioro secular en el déficit de nuestra balanza de mercancías y servicios, que se ha utilizado en los últimos años al pasar de menos de mil millones de dólares en 1970 a más de 3,600 millones en 1975. Por otra parte, es un hecho que nuestros niveles internos de precios tienden a superar a los externos; esto, junto con una virtual sobrevaluación del peso que se arrastra desde hace probablemente una década, desató presiones especulativas contra nuestra moneda, que comenzaron a traducirse en importantes fugas de capital.

Ante esto y la inconveniencia de que el endeudamiento público ya de por sí elevado por los requerimientos de la dura etapa de capitalización, sostuviera el costo de un antiguo desequilibrio, se optó por una política de flotación del tipo de cambio. Conviene mencionar a este respecto que ningún país ha escapado de la crisis económica mundial, inflación, recesión y desempleo, endeudamiento externo, son fenómenos generalizados, los países '0industrializados

están en proceso de reajuste, Inglaterra, Italia, Japón, entre otros, han reajustado a la baja sus niveles de vida, los países sin petróleo y sin alimento están en plena evolución pauperizante, muchos países han perdido, han renunciado a la independencia de su política social y de su política económica. México se defendió por más de cinco años, lo hizo con estoicismo y con responsabilidad, no sólo se evitó se filtrara completamente la crisis mundial de nuestras fronteras sino fortaleció su estructura productiva y su régimen democrático sin límites y sin cortapisas.

La decisión fue de iniciar la flotación a un alto nivel de cambio frente al dólar, ha rendido hasta el momento frutos que son obvios, en lo que se refiere a evitar maniobras especulativas que podrían afectar sustancialmente las reservas del banco central. Sin embargo, el carácter transitorio de la medida, que por otra parte plantea algunas interrogantes respecto a precios y salarios, no permite una clara diferencia entre el carácter real y el especulativo de la demanda de divisas.

Por tanto la pretensión de un nuevo equilibrio, debe apoyarse, como de hecho lo han planteado acertadamente las autoridades respectivas en medidas paralelas, para asegurar la capacidad competitiva de México en el exterior: proteger el poder adquisitivo y el nivel de bienestar de las clases populares; evitar lucros indebidos; proteger la salud financiera de las empresas; controlar el déficit público y regular el crecimiento del crédito.

En virtud de la nueva paridad fluctuante, México puede ahora, con mayor claridad, de cara a la realidad, identificar confiablemente su capacidad de oferta para abastecer mercados del exterior con los efectos favorables de éstos sobre la balanza corriente.

Ciertamente ahora, como en ningún momento desde hace años, se concibe la posibilidad de que las condiciones que presenta la economía en términos de una mayor capacidad de oferta de productos agrícolas manufacturas ligeras e industria básica, instituya una condición favorable a la medida adoptada, en lo que se refiere a satisfacer el consumo interno y a ampliar exportaciones.

Cabe destacar, sin embargo, por otra parte, el imperativo de manejar políticas adicionales para disminuir los efectos de la rigidez de las importaciones.

El éxito de una medida como la adoptada, la cual deberá desempeñar en un tipo de cambio estable, se finca en la posibilidad de que el incremento de la producción resulte superior al aumento en el gasto, si se considera que de hecho la variación en el tipo de cambio se traduce en tendencias inflacionarias vinculadas al restablecimiento del valor y del poder adquisitivo real de los saldos monetarios, en la redistribución de ingresos a favor desafortunadamente de quienes pretendidamente detentan una más alta propensión al ahorro porque están ubicados en los más altos rangos del ingreso en el encarecimiento temporal de la deuda externa, expresada en pesos, la necesidad del apoyo a la producción, al empleo y a la protección del consumo básico, reclaman una política de gasto y crédito selectivo compatible con dichos objetivos.

Desde otra perspectiva, el éxito de la política externa, la posibilidad de aumentar significativamente nuestras exportaciones, adoptada, permanece estrechamente asociada a la necesidad de contener la inflación.

En este sentido, y en el que ya se pronunció esta honorable Cámara Legislativa, resulta de primordial importancia lo que han propuesto y que tienen que ver con estas medidas. En la medida en que la capacidad de atemperar la inflación y estimular una mayor producción se relaciona con la capacidad de concertar dichas acciones, con la distribución del ingreso, es indispensable redoblar los esfuerzos para que las medidas adicionales conduzcan de hecho, a comprometer una conciliación de intereses, que no sea injustamente onerosa para algún sector en particular, pero sobre todo, para los asalariados y agricultores en general para la población de los más bajos ingresos, porque no cabe duda que nuestra propia convicción ideológica nos hace responsables de lo que acontezca en esta caso a futuro, de que todo aumento salarial, compatible con el proceso especulativo e inflacionario, debería ser detenido en seco, y que del lado de las demandas legítimas que tengan a este respecto los trabajadores, la representación de mi Partido en es ta Cámara estará siempre a su lado. (Aplausos.)

La idea fundamental de luchar porque se distribuya equitativa y equilibradamente los frutos del desarrollo reconoce, una vez más la necesidad de contar con la presencia de un Estado que finca su fortaleza en la lucha por la soberanía nacional, la vigilancia de los intereses mayoritarios y la promoción del desarrollo económico y social compartido. Esta es, por tanto, uno de los últimos actos del Presidente Echeverría; es uno de los últimos actos de este Presidente en Campaña. Un paso valiente necesario y oportuno, la flotación del peso constituye todo lo que se ha dicho como conjunto de objetivos, pero es algo más: políticamente trascendente, es la decisión radical de pasar al próximo Presidente de México, la estafeta sexenal libre de lastres. José López Portillo, por tanto podrá ejercer, esto es lo deseable, una política económica liberada de las amenazas recurrentes, que han ejercido su oficio de chantaje, cuando se ha pretendido hacer una revisión fiscal de fondo. López Portillo no escuchará la amenaza de huida de capitales cada vez que México busca afirmar si soberanía en decisiones trascendentes de política internacional o de bienestar colectivo. López Portillo, señores recogerá abundantemente los frutos maduros de la visión del patriotismo de la obra de Luis Echeverría. (Aplausos.)

El evento de la flotación del peso, no es aún historia en perspectiva. Sin embargo, queremos desde ahora, anticipar juicios y detener el embate de quienes quisieran desde ahora y en

futuro, identificar la devaluación de 1976 como el epílogo distintivo de la administración de Echeverría. Nada más absurdo por todo lo que hemos dicho, nada más absurdo y simplista que esto. La flotación del peso es, por el contrario, el costo acumulado diferido de una engañosa estabilidad de dos largas décadas; es la decisión valiente de dar la cara a la realidad; es por el contrario, disculpo la expresión que ya había anticipado en esta misma tribuna, un acto trascendente con el que Echeverría sepulta con lápida y epitafio, al ensueño esencialmente oneroso utilitariamente sospechoso, del desarrollo estabilizador que en cualquier circunstancia ha agotado sus posibilidades.

Otro es el corolario del régimen de Echeverría; es el fortalecimiento amplio de nuestra base productiva; es la capacidad de un país para encontrarse consigo mismo y con su realidad histórica, es la recuperación de la confianza en el futuro, es la actualización de nuestras mejores banderas revolucionarias, es, en suma, la convicción del deber patriótico y sacrificadamente cumplido hasta los límites que el pueblo ha demandado. Muchas gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado Armando Labra.

El C Armando Labra: Creo que esta es una magnífica oportunidad para reconsiderar lo fundamental de los trabajos de esta "L" Legislatura. Creo que tenemos aquí la responsabilidad de llevar a cabo el gran debate sobre la política nacional, sobre la política económica. Creo que tenemos la gran oportunidad de decir no, a la oposición sistemática y también no a la defensa a ultranza. Creo que podemos decir no a la incondicionalidad y fortalecer nuestra lealtad con toda medida, auténticamente revolucionaria.

Creo que podemos abandonar aquí el ejercicio retórico acusatorio o laudatorio y el culto positivo o negativo a la personalidad. Creo que esa es nuestra gran misión y espero que este gran debate - que no va a ser hoy, que será de todos los 3 años y ojalá más allá - se lleve a cabo con responsabilidad por parte de todos nosotros, porque creo que esto es lo que la historia y el pueblo espera de nosotros como conciencia cívica. Eso es lo que creo que debemos tener siempre claro en nuestros debates y a eso los invito a todos ustedes.

Este ánimo es el que me lleva a considerar la participación del compañero Hernández Labastida. Creo que se ha dicho algo aquí fundamental que no se puede dejar en el aire; se ha hablado aquí del gobierno y sus cómplices. Yo creo que esa es un afirmación que debe abundarse, es decir, se debe analizar con todo rigor. Yo creo que debemos recordar que desde los años 40 se decidió en este país avanzar por la senda del capitalismo y en su esfuerzo el Estado formó a una burguesía, burguesía cuyo poder económico a través del sacrificio que hay que reconocer de las mayorías y del Estado, ha conducido a la subordinación predominante de la política económica del Estado a los intereses de esta burguesía, y el ejercicio concreto de esta burguesía sobre la economía y la sociedad ha sido la política económica, esta política económica que se caracteriza por la estabilidad y que recientemente, en últimos lustros, se denominó como fenómeno estabilizador que consistió en estabilizar para la formación de este capitalismo burgués los salarios; de estabilizar los impuestos; de estabilizar la paridad cambiaría; de estabilizar no la deuda que debió contraer el Estado para seguir cumpliendo su función social ni tampoco la estabilidad de las utilidades.

Este ejercicio del poder de la burguesía minoritaria sobre el Estado implica por definición la falta de complicidad. ¿Cuál complicidad? Hay una falta de ejercicio del poder por la defensa de los intereses mayoritarios por parte del Estado. No se puede hablar tan gratuitamente de esta complicidad.

De otra parte creo que cabe insistir en algo que mencionaba Puente Leyva y es que esta política económica de estabilidad traía implícita un chantaje.

Un chantaje que pivotaba sobre la necesidad de mantener la estabilidad porque si no, decaía la inversión, porque si no, se fugaban los capitales.

La dinámica de la propia estabilidad ha dado, determinado, que se fugaran los capitales, se detuvo la inflación a consecuencia de la estabilidad. Y es por eso que ahora estamos rompiendo con ese esquema estabilizador de la miseria de las mayorías, pero no en todo este contexto debe identificar a la burguesía como una sola entidad en la que no están presentes los empresarios nacionalistas, los empresarios conscientes de la realidad nacional a los cuales el Partido Revolucionario Institucional ha invitado a conformar un frente nacional del cual creo yo que deben de participar y asuman su responsabilidad histórica ahora. Creo también muy importante aclarar que no se está ocultando una devaluación con el elegante nombre de una flotación; para quienes estén más o menos habituados al manejo monetario se debe recordar que desde 1971 ha sido común la flotación de monedas en el mundo y concretamente ha sido un estilo especialmente aplicado a partir de 1973 la flotación regulada de las monedas y es eso lo que tenemos ahora, a diferencia de la devaluación que implicaría establecer un tipo de paridad fijo diferente al que teníamos con anterioridad al 31 de agosto.

Creo muy importante señalar que estamos ahora en el umbral de una nueva estrategia económica que abandona el monetarismo, los instrumentales de la moneda, del crédito, de la paridad cambiaría; nos abandona como grandes objetivos de la política económica. Esta nueva estrategia implica también abandonar ese paternalismo al que hemos caído mucho los mexicanos y que hay que reconocer de lo que mencionó el compañero Hernández Labastida. Pienso que esta nueva estrategia económica, en la medida que realmente nos conduzca a abandonar estos instrumentos de estabilidad que se habían llevado a nivel de grandes objetivos

de la política económica. En la medida en que nos ofusquemos y que traigamos los objetivos de la política económica a nivel de instrumento sino que retomemos los grandes objetivos nacionales estaremos realmente todos contribuyendo a una estrategia económica de beneficio popular.

Este nuevo objetivo, diferente del de la estabilidad, debería ser el desarrollo democrático y popular y por tanto, efectivamente compartido.

Debemos buscar tasas crecientes del producto de la productividad para lograr el desarrollo económico. Debemos buscar ahora sí mayores tasas de empleo y la mejor distribución del ingreso para alcanzar efectivamente el desarrollo social y debemos revisar nuestro sistema educativo para efectivamente lograr un desarrollo social y debemos revisar nuestros sistema educativo para efectivamente lograr un desarrollo cultural popular.

Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Cuál es el instrumento concreto de esta nueva estrategia? Y forzosamente tendrá que ser la creciente participación del Estado en la economía ahora comprometida con una ideología de amplio sustento popular y compromisos popular, que nos va a llevar a medidas tan concretas como una inevitable reforma fiscal para la cual ahora hay coyuntura - ya lo mencionaba Puente Leyva nos puede llevar a instrumentos tan concretos como el establecimiento de una presupuesto de divisas que nos permita asimilar con prioridades sociales nuestra disponibilidad de recursos de monedas de otros países. Nos podemos, ahora sí, comprometer a llevar a cabo una planeación democrática y popular basada en el sector estatal. Pero de inmediato no debemos olvidar procedimientos concretos como es la adecuación de las atribuciones de algunas dependencias del Ejecutivo que fueron diseñadas para la estabilidad y que ahora confrontan una situación que ya no es estable. Y creo que debemos habilitar al Ejecutivo para que en efecto se puedan controlar los aspectos fundamentales que trae consigo la flotación, y son los niveles de precios para proteger los niveles de vida populares y el control al flujo de capitales para evitar el deterioro descontrolado en nuestra cuenta de capital.

Más concretamente creo que debemos ya, como Legislatura, y esto es una sugerencia a la maestra Ifigenia Martínez de Navarrete, creo que tenemos ya que empezar a revisar el presupuesto de 1977, porque ahí va a estar estructurado el nivel de gasto público y su destino, vigilar que sea realmente productivo, para que no caigamos en una exacerbación del gasto corriente de nuestro país. Tenemos también que pedir a nuestras monetarias que nos orienten sobre la precisión de la paridad cambiaría una vez que esté ajustado el nivel internacional del gasto público y debemos hacer un esfuerzo todos para conocer con todo detalle cómo se está comportando ahora, cuál es su estructura de la deuda pública y de la deuda privada, porque lo que está afectando al peso no es solamente al sector público sino a toda la economía del país, a toda la reserva del país que creo que tenemos la obligación de conocer estos elementos con toda oportunidad, con toda rapidez.

Creo que lo que mencionó el compañero Eduardo Labastida, cinco puntos positivos, son a mi juicio totalmente válidos o predominantemente válidos, creo que sí, en efecto, es deseable la reconstrucción de la producción especialmente en el sector agropecuario, claro que es necesario, y para eso también hay que pensar en cómo vamos a hacer productiva la organización en el campo para lograr estos propósitos comunes. Mencionó también el compañero Labastida que el Presupuesto Público sea acorde a las necesidades reales, que el Estado se ajuste a estos presupuestos y mencionaba en algún momento que había despilfarro y derroche. Yo siento que ésta es también una apreciación un poco ligera debido a que todos sabemos del raquitismo fiscal de nuestro Estado y de que no se puede considerar despilfarro las inversiones en infraestructura, las inversiones productivas que realiza el Estado a través de las empresas estatales, los servicios al campo, los servicios a las grandes ciudades y todo aquel conjunto de gastos que ya mencionó Puente Leyva. Yo creo que esto no puede ser despilfarro, no tenemos recursos para despilfarrar.

Creo que también tiene razón el compañero Hernández Labastida, cuando menciona que se precisa una reforma fiscal a fondo. Claro que se precisa y es preciso, ahora sí, empezar a gravar al sector capital, que es el que ha vivido un sistema de privilegio en los últimos 30 años a costa del sector asalarial. (Aplausos.)

Mencionó también el compañero Hernández Labastida que precisa la austeridad del gasto público, sí, pero no nada más eso, precisa que sea austero gasto público en gastos corrientes, pero precisa que el gasto público abra sus cauces a las inversiones productivas que generen empleo, por eso necesitamos conocer ya nuestro presupuesto para 1977 para poder jerarquizar la productividad económica y social del gasto público.

Y creo que también estaremos todos de acuerdo que se necesita alentar fiscalmente o de alguna otra forma a las pequeñas y medianas empresas. Yo quiero precisar que es a través de subsidios y estímulos fiscales como se debe estimular a ninguna empresa en este país, porque esto es precisamente lo que ha distorsionado en crecimiento empresarial en México, la sobreprotección y el encauzamiento de la competitividad de las empresas dentro de un aparato excesivamente proteccionista.

Pero sin embargo sí se pueden analizar otros mecanismos de estímulo.

Eso es todo lo que yo quería decir y sí quisiera felicitar al compañero Hernández Labastida, porque está haciendo ejercicio de algo que ya en pocos países del mundo se puede hacer, que es el ejercicio de la libertad democrática.

Muchas gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el diputado Ramírez Cuéllar.

- El C. Héctor Ramírez Cuéllar.

"Señor Presidente; honorable Asamblea:

En enero de 1970, durante la IV Asamblea Nacional Extraordinaria del Partido Popular Socialista, después de una profunda discusión en la base del Partido y en el Comité Central, se decidió la postulación del Licenciado Luis Echeverría Alvarez, como candidato a la Presidencia de la República. Las razones esenciales para asumir esa determinación fueron: que siendo el imperialismo norteamericano el enemigo fundamental de nuestro pueblo, se imponía la necesidad de unificar, en torno a un candidato común, a las fuerzas democráticas y patrióticas; que habiendo asumido las fuerzas de la derecha y de la provocación una actitud más agresiva que en otras ocasiones, era conveniente estimular a los partidarios de la independencia nacional, la democracia y el progreso social; que los planteamientos programáticos expuestos al pueblo por el licenciado Echeverría eran compatibles en gran medida, con el programa y la plataforma electoral del Partido Popular Socialista y que, en fin, era necesario dar un nuevo impulso a la Revolución Mexicana, ante diversos retrocesos y claudicaciones que se habían operado en el país en los últimos años. Ante su postulación, el licenciado Echeverría dijo: "Coincido con el Partido Popular Socialista en todo aquello que encontremos en la Constitución de México como el camino abierto para que sus grandes potencialidades sigan desarrollándose lo más pronto posible en nuestra patria. Coincido con el Partido Popular Socialista en ese afán nacionalista que ha caracterizado a sus actividades". La actitud del Partido Popular Socialista ante la administración del Presidente Echeverría ha sido la que se deriva de su ideología revolucionaria, la de la clase obrera, y de su línea estratégica y táctica: apoyar e impulsar, con interés patriótico, las medidas y las decisiones que han permitido avanzar por el camino de la Independencia Nacional, la ampliación del régimen democrático, la elevación del nivel de vida del pueblo y la aplicación de una política exterior independiente y disentir cuando aquellas medidas y decisiones se apartaron de los propósitos esenciales del público y la nación. En el momento en que concluye la administración del Presidente Echeverría, después de un análisis profundo de su obra, el Partido Popular Socialista considera que la tarea emprendida en 1970 ha sido positiva y ha sentado las bases para cambios más profundos en la vida de México.

A partir de 1970, se recrudeció la crisis del sistema capitalista mundial.

Nuestro país, como eslabón de ese sistema, no podía permanecer al margen de las consecuencias económicas y sociales trágicas de esa crisis. Durante el período comprendido entre 1968 y 1975, la economía de los Estados Unidos - la potencia imperialista más agresiva de la historia - sólo creció 3.7%, en tanto los países de Europa Occidental lo hicieron en 5.9% durante el mismo lapso. En 1970, la economía norteamericana experimentó fuertes retracciones que afectaron el resto del sistema capitalista y especialmente a los países en vías de desarrollo. El gobierno de los Estados Unidos suspendió en 1971 la convertibilidad del dólar respecto del oro y destruyó así las bases del sistema monetario internacional creado en 1944. Se inició un complejo desorden en el mercado internacional y en las relaciones económicas entre los Estados. La participación de los Estados Unidos en la producción industrial mundial decreció del 54% en 1948 al 40% en 1972.

El debilitamiento general de la economía de los Estados Unidos también se debió a otros factores: se incrementaron notablemente los gastos militares en diversas aventuras bélicas y en agresiones a diversos pueblos del mundo, como la sufrida por el noble y heroico pueblo vietnamita, quien finalmente derrotó la prepotencia imperialista y ahora construye una sociedad más justa, independiente y democrática. La clase trabajadora experimentó una fuerte disminución en su capacidad de compra con motivo de la depresión interna del dólar y el nivel de desempleo ascendió al 8% de la población económicamente activa, habiéndose elevado los precios de los artículos de consumo necesario en 5 veces. El resto de los países capitalistas conocieron de similares desajustes.

La nuestra también ha sido una época de grandes acciones de la clase trabajadora, que al sufrir los efectos de la nueva crisis del capitalismo, combatió enérgicamente por sus derechos económicos, sociales y fundamentales. Durante el período de 1966 a 1970 participaron en gigantescas acciones reivindicadoras, en los países capitalistas, 273 millones de trabajadores y durante el período de 1971 a 1975 el número ascendió a 315 millones, lo que revela la decisiva participación de la clase trabajadora, la clase que crea la riqueza, en la dirección de la sociedad. Mientras los países capitalistas vivieron la crisis que comentamos, lo que motivó que su renta nacional conjunta sólo creciera en 14% durante el período de 1971 a 1975, la renta nacional conjunta de los países socialistas aumentó en un 36%. La Unión Soviética superó a los Estados Unidos en la producción de los renglones básicos de la economía.

La política imperialista ha producido una grave contracción en el comercio internacional al elevar notablemente los precios de los bienes industriales que requieren los países en vías de desarrollo a efecto de superar su atraso y dependencia. Desequilibró las normas del sistema monetario internacional, lo que provocó la flotación de más de 30 monedas y la elevación de los niveles de inflación; aplicó una política de restricciones a las importaciones provenientes de los países en vías de desarrollo, lo que hizo más crónico el déficit de la balanza comercial; continuó controlando el funcionamiento de las principales instituciones bancarias internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, consolidando de esta manera el endeudamiento externo y la dependencia económica y tecnológica.

Sin embargo, los aspectos más avanzados de la política interna e internacional del Presidente Echeverría encontraron condiciones propicias en una serie de cambios sustanciales que se están operando en el mundo. Se amplió la fortaleza del sistema socialista, se liquidaron los últimos reductos coloniales en Asia y África merced a la lucha de los movimientos de liberación nacional, se produjeron avances democráticos en casi todos los países europeos, se escondió la política de distención internacional y la coexistencia pacífica con Estados de distinto régimen social, aumentó la fuerza política y la capacidad de decisión de los países en vías de desarrollo que recurrieron a mecanismos comunes para defender sus intereses frente a la voracidad de los grandes monopolios internacionales, creció el ejército de partidarios de la paz mundial y del desarme universal y completó y se vigorizó la presencia de los pueblos que tendieron a modificar normas injustas en las relaciones internacionales. En este marco , complejo y difícil contradicciones y antagonismos, debe ubicarse el gobierno del Presidente Echeverría. La nuestra ha sido una época de transición entre el régimen capitalista de la vida social, que ha agotado sus potencialidades en forma definitiva, y el régimen socialista de los instrumentos de la producción económica que no conoce la inflación, el desempleo o la recesión económica. En esta coyuntura internacional, el Presidente Echeverría aplicó una política que permitió fortalecer a México en lo interno y en lo internacional.

La administración del Presidente Echeverría se orientó desde 1970 a reforzar la participación del Estado en el proceso económico a revisar y corregir aspectos negativos de la política económica seguida en las últimas décadas, a consolidar la defensa de la soberanía nacional frente a las presiones del imperialismo y a propiciar una participación política más activa y consciente de las masas del pueblo en la solución de los grandes problemas nacionales. El Partido Popular Socialista considera que durante el período 1970 - 1975 se fortaleció notablemente el sector estatal de la economía, lo que corresponde a las tesis más avanzadas del programa permanente de la Revolución Mexicana. En esta dirección destacan, en forma sobresaliente, las siguientes realizaciones: se conquistó la autosuficiencia alimentaria después del grave déficit que el país tenía en ese aspecto: se duplicó la producción de energía eléctrica lo que constituye una base sólida para la industrialización nacional; se amplió la capacidad de Petróleos Mexicanos hasta convertir al país en exportador creciente de este energético vital; se elevó la producción de acero y se otorgó a la agricultura un estímulo económico sin precedentes. El Partido Popular Socialista saluda con entusiasmo el crecimiento de la inversión pública que aumentó de 30 mil millones de pesos a más de 100 mil millones habiendo superado notoriamente a la inversión privada. Con ello se evitó el destacamiento general del país ante el retraimiento y rezago de la llamada iniciativa privada, lo que demostró, una vez más, que la promoción del desarrollo nacional no puede quedar a la voluntad de los particulares o del capital extranjero, sino a la acción energética y decidida del Estado. Por ello, como dijo el Presidente Echeverría, "el Estado asumió la función de fortalecer el desarrollo independiente y en beneficio de las grandes mayorías de la población". Frente a las presiones políticas y económicas de la oligarquía reaccionaria estimuladas por el imperialismo norteamericano, que pretendían la indiferencia del Estado a que éste asumiera una actitud exclusivamente defensiva, el Estado. Respondió con importantes acciones internas y externas que tuvieron la finalidad de proteger los más elevados intereses del pueblo. Se elevó la carga fiscal del 12.5% a 16%. En esa dirección, el Partido Popular Socialista saluda el anuncio hecho por el Presidente Echeverría con el sentido de hacer aprobar "un impuesto que grave las utilidades extraordinarias o excedentes cuyo origen sea cambiario o provenga de una excesiva elevación de los precios de bienes y servicios". Se incrementó el intercambio comercial con el Japón, el Mercado Común Europeo y el Consejo de Ayuda Económica Mutua (CAME). El Partido Popular Socialista considera que ha sido negativo para la economía del país el depender casi exclusivamente del mercado norteamericano. Por ello, se apoya el reciente convenio comercial suscrito con el CAME y hace votos porque los estudios realizados por una delegación conjunta de alto nivel se traduzcan pronto en un incremento notable en las transacciones comerciales y el la colaboración científico - técnica. Se reglamentó el ingreso de las inversiones extranjeras y la transferencia de tecnología; ascendió a 23 millones la población amparada por los sistemas de seguridad social; se proclamó la zona económica exclusiva de las 200 millas, lo que habré una perspectiva ilimitada en la explotación racional de nuestros recursos naturales; se mejoraron los precios de garantía de los productos agropecuarios y se amplió considerablemente la acción CONASUPO lo que permitió la recuperación de la agricultura y combatir la inflación, la especulación y el acaparamiento; se crearon distintas instituciones de carácter público para proteger los salarios de la clase trabajadora; se incrementaron los salarios de los obreros y se redujo su revisión contractual a un año; se inició la construcción masiva de viviendas; pasaron a poder de la nación empresas tales como Teléfonos de México y Tabacos Mexicanos; se reestructuró la industria azucarera; se inició la reforma administrativa en el sector público para mejorar su eficiencia; se otorgó prioridad a las industrias nuevas, pequeñas y medianas, productoras de artículos manufacturados y se sentaron las bases para desarrollar una tecnología acorde a las necesidades nacionales. En síntesis, se amplió y fortaleció la participación del Estado en el proceso económico y social como no había ocurrido en las últimas décadas.

En el aspecto político y social destaca la firme actitud del Presidente Echeverría de rechazar la provocación política promovida por los enemigos de nuestro pueblo. Se decretó la amnistía a los procesados por los acontecimientos de 1968 y se contribuyó a despertar y acrecentar la conciencia política de los intelectuales y los jóvenes, en el marco de un clima de respeto para la discrepancia política. El Presidente Echeverría, denunció, en reiteradas ocasiones, el contenido reaccionario de las acciones terroristas y exhibió a las agencias de subversión del imperialismo como las originarias de estos fenómenos. El Partido Popular Socialista reconoce la serenidad y firmeza del Presidente Echeverría en el sentido de no abrir las puertas a la represión estatal generalizada, que hubiese vulnerado seriamente nuestro sistema político. Durante este período se otorgaron mayores facilidades a los partidos políticos nacionales; se elevó considerablemente la ayuda financiera a las instituciones de educación superior, destacándose la promoción de la enseñanza científica y formación técnica y se establecieron relaciones respetuosas y constructivas con las organizaciones juveniles y estudiantiles.

En la política exterior, la administración del Presidente Echeverría alcanzó sus expresiones más elevadas. México rompió relaciones con la Junta Militar de Chile, iniciando en América Latina un vigoroso movimiento solidario hacia el heroico pueblo de la gran patria de Neruda. El apoyo al pueblo chileno, que lucha contra la dictadura más criminal del Continente, se inscribe dentro de las tradiciones más progresivas y humanistas de la vida histórica del pueblo de México. Al condenar el golpe de Estado que derrocó al gobierno constitucional de la Unidad Popular, el Presidente Echeverría denunció la injerencia del imperialismo y de sus agencias de subversión en los asuntos internos del pueblo de Chile. Mi partido exalta ante la nación la brillante defensa que el Presidente Echeverría ha hecho de los derechos humanos fundamentales en América Latina, en donde se han entronizado feroces dictaduras neofascistas. La Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados constituye un valioso instrumento de carácter antiimperialista que permite a los países en vías de desarrollo luchar por un nuevo orden económico internacional, por la emancipación de los pueblos y por el ejercicio del pleno dominio sobre sus recursos naturales. Consecuente con estos objetivos, el Presidente Echeverría dio un fuerte impulso a la integración económica latinoamericana, a la defensa común de sus intereses económicos frente a la voracidad de los grandes monopolios imperialistas. La creación del Sistema Económico Latinoamericano y de la Multinaviera del Caribe, son pasos efectivos y perdurables, como entidades exclusivamente latinoamericanas, que marcan jalones en la emancipación definitiva de nuestros pueblos.

Pero el Presidente Echeverría encontró también resistencia en el interior del país. Las fuerzas de la oligarquía reaccionaria se enfrentaron resueltamente a la intervención del Estado en la vida económica, exigiendo una actitud contemplativa por parte de éste o concesiones económicas y políticas verdaderamente inadmisibles. El partido considera que la oligarquía financiera, industrial y comercial es la principal responsable del serio desequilibrio que experimenta hoy la economía nacional En tanto el país recurría al endeudamiento externo para financiar los planes de desarrollo, la oligarquía sustrajo capitales y divisas, los depositó en bancos extranjeros, derrochó en el exterior en artículos suntuarios, el capital creado por la clase trabajadora y se eximió de invertir en actividades productivas. Gran parte de la elevación de los precios de los artículos de primera necesidad tiene carácter exclusivamente especulativo. La oligarquía ha tenido aliados en la administración pública desde donde se torpedearon las acciones nacionales más progresistas. Muchos de estos altos funcionarios fueron sustituidos de inmediato. La llamada iniciativa privada, no obstante la política de estímulos y el excesivo proteccionismo gubernamental, ha sido incapaz de crear un sistema productivo eficiente, de satisfacer el mercado interno y más aún de competir con dignidad en el mercado internacional. Pero también la oligarquía puso en marcha acciones verdaderamente antinacionales. Algunas de ellas fueron: el paro agrícola de los productores de Sonora y Sinaloa, la reunión facciosa de Monterrey, la campaña contra los libros de texto gratuito y la Ley de Asentamientos Humanos, el asesinato de campesinos que exigían al respeto a sus derechos sociales, las campañas de rumores y falsedades y el encarecimiento u ocultamiento de bienes de consumo popular.

Las medidas de carácter económico que hicieron flotar el peso constituyen una necesidad impuesta por la cada vez más injusta división internacional del trabajo reforzada por el imperialismo, por el creciente endeudamiento externo del país, pro el grave retraso del aparato productivo y por la fuga de capitales, impulsada por la oligarquía reaccionaria. La advertencia del Secretario de Hacienda, el licenciado Beteta, en el sentido de que la especulación el acaparamiento y la elevación desmesurada de los precios, puede cancelar los aspectos más positivos de las medidas tomadas, obliga a las fuerzas democráticas a formar un frente común contra la especulación y el abuso que lesionan los intereses vitales del pueblo. Este frente común necesita enarbolar un programa de lucha. El Partido piensa que el financiamiento del desarrollo nacional debe proceder, en lo fundamental, de recursos financieros propios. Urge poner en marcha una audaz reforma fiscal que afecte al capital y no al trabajo, que permita gravar las utilidades de las grandes empresas privadas, nacionales y extranjeras. El país no puede estar sujeto a fenómenos importantes pero de carácter fluctuante como es el turismo extranjero ni estar condenado para siempre a ser un país

exportador de materias primas. La industrialización nacional, con sentido independiente y popular, es el camino más seguro para las prosperidad del pueblo y la nación. El anuncio del Secretario del Trabajo y Previsión Social, licenciado Gálvez Betancourt de que los salarios aumentarán en la misma proporción que los precios es el embrión de la escala móvil de salarios que tan reiterada y firmemente ha pedido el Partido Popular Socialista. La implantación de este instrumento regulador permitirá frenar al alza inmoderada de los precios. El maestro Vicente Lombardo Toledano, al comentar la devaluación de 1954, dijo: "Desde el año de 1946, el movimiento obrero, los partidos y organismos democráticos y revolucionarios han exigido el control de cambios. ¿En qué consiste el control de cambios?, se preguntaba. Consiste en el monopolio del Estado - que siempre se hace a través de un Banco Central - de la venta de divisas extranjeras al tipo de cambio que el gobierno ha fijado. Consiste en la formulación de listas de mercancías para adquirir, las cuales el Banco central entrega divisas extranjeras al tipo de cambio oficial. Consiste en que para mercancías no fundamentales no puede vender el Banco Central divisas extranjeras. De esta manera se fomentó la compra de lo necesario y se evita la compra de lo superfluo. Ciertamente, la implantación del control de cambios produce el "mercado negro" pero este fenómeno no repercute en forma importante en al economía de un país y en cambio se evita la fuga de capitales y los gastos dispendiosos en el exterior. Mi partido considera que ha llegado el momento de que el Estado señale los renglones de la vida económica en que ha de invertir la iniciativa privada. El Estado necesita convertirse en un auténtico productor de bienes y servicios; la industria alimenticia, vital para el desarrollo del país, que se encuentra controlada por el capital extranjero debe nacionalizarse; es necesario ampliar considerablemente la capacidad de la CONASUPO hasta convertirla en un instrumento regulador del mercado interno; boicot a los especuladores y a hambreadores; confiscación inmediata a quienes ocultan o sustraen del mercado los alimentos y otros productos. Ha llegado el momento de golpear, en beneficio del pueblo, el extraordinario y creciente poder económico de la oligarquía financiera, industrial y comercial. Las medidas propuestas son propias de los tiempos de crisis. Tratándose de formar el frente común contra la especulación y el abuso, no pueden ser incluidos los representantes ideológicos y políticos de las fuerzas oligárquicas. ¿Cuáles son las fuerzas políticas y sociales susceptibles de formar ese frente común? La clase trabajadora, los campesinos, los intelectuales progresistas, los jóvenes revolucionarios y los industriales y comerciantes medianos y pequeños, que observen una conducta nacionalista y patriótica. El Partido Popular Socialista continuará manteniendo una actitud firme e intransigente contra quienes, desde siempre, se han opuesto a la intervención del Estado en el proceso económico y han obstaculizado el desarrollo independiente y democrático del país. Hacia ellos ninguna concesión, ninguna actitud titubeante y conciliatoria, sino la lucha directa y permanente.

¡Qué la oligarquía pague el costo social de esta crisis y no el pueblo! Gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado Julio Zamora Bátiz.

El C. Julio Zamora Bátiz: Con su venia, señor Presidente: Al iniciarse la década de los 70, el panorama internacional reflejaba la injusticia generada en los 25 años precedentes. Los países del Tercer Mundo habían ya concretado en la Carta de Argel sus aspiraciones comunes a un nuevo orden económico internacional que incluyera precios justos para las materias primas, acceso real a la industrialización y sus beneficios y capital suficiente a tasas accesibles para financiar el desarrollo.

Se planteaba así un nuevo ámbito de confrontación internacional. De la guerra fría las superpotencias habían pasado al respeto de esferas de otra influencia; los países del Tercer Mundo deseaban ahora transitar de la dependencia neocolonial al desarrollo autónomo con justicia social. México inició esta década afrontando un ámbito mundial en pleno cambio. Políticamente necesitaba abandonar su presidencia (¿) en la preguerra por la circunstancia de ser el único revolucionarios entre los países en vías de desarrollo y ampliar y diversificar sus contactos económicos en atención a la preeminencia de estos temas en la sociedad contemporánea. El Presidente de México lo ha entendido así y ha expresado con entera precisión la importancia que para el devenir de nuestro pueblo tiene una política adecuada de contacto con el resto del mundo.

Hace unos días, en su VI Informe de Gobierno ante esta H. Asamblea, el licenciado Echeverría afirmó, y citó: "La política interior y la exterior son parte de una misma estrategia. Las responsabilidades de un Estado revolucionario para combatir el colonialismo fuera y dentro de sus fronteras, han sido la guía permanente de nuestras acciones en el exterior". Fin de la cita.

He pedido hacer uso de la palabra porque considero necesario y altamente conveniente para el país analizar y resaltar la actividad que Luis Echeverría ha llevado a cabo a lo largo de casi 6 años como conductor de la política exterior del gobierno revolucionario de México.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial el mundo capitalista quedó organizado en lo político en el sistema de igualdad jurídica de los Estados que preconiza la Carta de las Naciones Unidas; y en lo económico, bajo un mecanismo originado en Bretonwood y compuesto fundamentalmente por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, significó el establecimiento de un tutelaje financiero e industrial que hoy se conoce como neocolonialismo.

El proceso neocolonial generó en los países en desarrollo una gran tensión social. Los

campesinos, cuyos productos afrontaban problemas de mercado por la presión bajista de los precios ejercida por las metrópolis para asegurarse materias primas baratas, fueron deslumbrados por el pretendido aliciente del empleo urbano y dieron comienzo al éxodo campo - ciudad que creó los cinturones de miseria y mano de obra barata que requería la nueva clase industrial para hacer funcionar sus fábricas.

Es este el marco en que se inicia éste, el período más rico en la historia de la relación de México con el resto del mundo. Con estricta congruencia ideológica, Echeverría procuró en el exterior las mismas metas de desarrollo económico con justicia social que caracterizan el esfuerzo titánico efectuado en el país.

A lo largo de los últimos 6 años, en cada ocasión marcada por nuestra Constitución, el Presidente Echeverría ha informado a la soberanía popular de nuevos y más importantes iniciativas y logros en al política exterior. Como un denominador común de este esfuerzo es la búsqueda de un nuevo orden económico internacional, el mantenimiento irrestricto de los principios tradicionales de la política exterior mexicana y el diseño de una política de apertura para acelerar el progreso de México.

En 1971, el Presidente Echeverría inició una reorientación total de la política exterior mexicana; frente a la diplomacia de corte netamente jurídico, defensora de los derechos de México y bastante alejada de los avatares económicos que afectaban nuestro desarrollo postuló la incorporación al Servicio Exterior, como él mismo afirmara, de un cuerpo representativo de lo que el país piensa y necesita en esta fase de su existencia y simultáneamente, promovió la Ley del Instituto Mexicano de Comercio Exterior y una serie de modificaciones jurídicas que dieran relevancia a la relación económica y facilitaran e incentivaran a la industria mexicana a competir en todos los mercados del mundo.

Particular relevancia tiene la primera presentación de Luis Echeverría en la Asamblea General de la ONU; se planteó por voz de México el sistemático reclamo de una estructura mundial más justa y como parte de ella, el derecho inalienable del pueblo chino a estar representada por sus legítimos gobernantes en tan importantes cuerpo mundial.

1972, está asignado por la histórica Iniciativa de la Carta de los Derechos y Deberes Económicos de los Estados formulado en Chile durante la Reunión de la UNCTAD, el proceso negociador, largo y difícil que fue preciso cumplir hasta su aprobación por mayoría en la Asamblea General de la ONU, de la pauta de su trascendencia política y económica. Si se tratase de un documento de importancia secundaria, meramente enunciativo, los países poderosos del mundo no hubieran puesto tanta intransigencia en su postura contraria a la aprobación de la Carta, la Carta, que todo el mundo denomina con el nombre de su iniciador aunque el Presidente Echeverría, en un rasgo de modestia que le honra, haya señalado en esta Asamblea hace apenas unos días su reconocimiento al grupo de revolucionarios mexicanos que le ayudó a preparar la iniciativa, la Carta es el primer documento del nuevo derecho económico internacional y en ello radica su principal trascendencia. El licenciado José López Portillo, electo por el pueblo de México para la Primera Magistratura, ha subrayado la importancia que tienen la normas jurídicas para la convivencia humana; la Carta de los Derechos y Deberes Económicos de los Estados, viene a ser el Marco jurídico del nuevo orden económico internacional, que es meta y aspiración de la comunidad mundial. 1973 fue testigo de una intensa actividad del Presidente Echeverría en el ámbito mundial; consecuente con la pluralidad ideológica que postula nuestra Revolución, efectuó una gira por tres continentes que abrió a la industria mexicana los mercados de la Unión Soviética, de China y de otros países socialistas, y facilitó que se revisara y actualizara nuestra relación con los países de Europa Oriental y Europa Occidental.

El Partido Popular Socialista acaba de subrayar la plena coincidencia de dos corrientes ideológicas mexicanas en la importancia que tiene para el futuro desarrollo de nuestro país esta apertura de relaciones con los países socialistas. Evidentemente el separar nuestro país de la dependencia de un solo mercado, el esfuerzo realizado a través de viajes, a través de exposiciones, a través de la recepción de comisiones de compradores de México, es parte integral y fundamental de la dedicación que Luis Echeverría ha puesto en el comercio internacional como herramienta liberadora.

Ese es el motivo de los viajes y esa es la razón de ser. Los efectos se notan poco a poco, porque corresponde en el régimen de economía mixta de México a la iniciativa privada, en una alta proporción, aprovechar las oportunidades que el esfuerzo y el desvelo de muchos mexicanos, encabezados por Luis Echeverría, les proporciona al abrirles esos nuevos mercados. (Aplausos.)

Ojalá y otros núcleos políticos y económicos del país, comprendan con la claridad que lo hicieron los compañeros del Partido Popular Socialista, el alcance trascendental de estos esfuerzos.

En un momento estelar de la diplomacia mexicana durante 1973, México hizo respetar plenamente y en medio de auténticas batallas y de agresiones directas a nuestros diplomáticos y los derechos de extraterritorialidad de nuestra sede en Santiago de Chile, el derecho de asilo.

No es la primera ocasión en que nuestro país da ejemplo de dignidad al mundo en materia diplomática, cuando la agresión externa reforzó a las fuerzas fascistas españolas y provocó el derrumbe del gobierno democráticamente electo, nuestro país acogió a cientos de perseguidos, . . .y me resulta oportuno reconocer la gran importancia que tuvieron muchos de ellos en la formación del México que hoy vivimos.

Y se mantuvo nuestro país con estricto apego a los principios, reconociendo a los legítimos

representantes del pueblo español. Y quiero hacer aquí una mención a lo que ha afirmado el diputado Labastida a nombre de Acción Nacional.

Satisface mucho que haya reconocido el amplio mérito de la política internacional de Luis Echeverría, pero creo necesario expresar algunas fallas y quizá malos entendidos por falta de información que se deslizaron en su intervención.

No hay violación de la Doctrina Estrada, ni hay política internacional zigzagueante ni de Luis Echeverría ni de ningún gobierno de la Revolución Mexicana. (Aplausos.)

La Doctrina Estrada establece el respeto a la voluntad y a la situación interna de los países. Es entonces cuando México retira o mantiene su representante diplomático según convenga a los intereses nacionales. En el caso de España, no hubo solamente una transformación interna, hubo una descarada y abierta intervención de las legiones fascistas de la Legión Cóndor nazi y la complicidad de las decadentes democracias que postularon la no intervención. Esos fueron los que contribuyeron a la derrota de la República española; allí hubo clara intervención extranjera y por lo tanto no es aplicable la doctrina Estrada.

Si olvidáramos en estos casos los principios de no intervención, los principios de autodeterminación, de los pueblos, estaríamos negando nuestra propia historia. Estaríamos olvidando la intervención extranjera que ha mutilado nuestro territorio, estaríamos olvidando las presiones contra la autodeterminación, que aún hoy condicionan muchas de las medidas que se tratan de tomar en beneficio del pueblo de México. (Aplausos.)

Y para continuar refiriéndome a las afirmaciones de la representación panista, es claro que las relaciones con Chile tenían que ser interrumpidas. Hubo también en el caso de Chile - y por eso tampoco hay ningún zigzagueo ni ningún apartamiento de la doctrina Estrada en la posición de México -, hubo en ocasión de Chile una clara, abierta y confesada maniobra de intervención extranjera. Públicamente los voceros de ciertos gobiernos admitieron la política que han llamado de "desestabilización", y ése fue el primer tranco de los tanques gorilas contra el Palacio de la Moneda. Y por eso es que México no acepta un régimen fascista, cuyos antecedentes repugnan a todas las conciencias, y aquí lo destacó la representación de Acción Nacional, lo destacó la representación del Partido Popular Socialista, repugna a todas las conciencias la violación sistemática de los derechos humanos que se hace en Chile. Nunca en la historia de América se había llegado a esos grados de sevicia. No hay más antecedente en la historia del mundo, que los crematorios de Dachau para Pinochet. (Aplausos.)

La solidez de principios y su consistencia con la práctica diplomática, las volvió a reiterar México, cuando nos negamos a aplicar las llamadas sanciones a Cuba, aprobadas en abierta violación a la Carta de la OEA, por la presión imperial que tampoco quería respetar el derecho de autodeterminación del pueblo cubano.

Para orgullo de los hombres de bien, México se ha convertido en una América Latina ensangrentada por la represión, en asilo de cientos de perseguidos por el solo delito de ejercer su derecho y opinión política.

En la mayor parte de nuestro Continente, es ya delito tener opinión y ejercer la militancia, que todavía en México gracias al Gobierno de la Revolución, se ejercen con entera libertad. En América Latina, en muchos sitios de América Latina, cualquier matiz ideológico de izquierda o de derecha, expresado por un ciudadano, conlleva a la posibilidad de ser muerto por esbirros con placa o sin ella. Desde esta alta tribuna proclamamos con orgullo que en México nunca nadie será perseguido por opiniones políticas y que continuaremos siendo hospitalarios para quienes sean forzados a abandonar sus por la restricción a los más elementales derechos que las Naciones Unidas garantizan en la Declaración del Hombre y del ciudadano. El tiempo dio la razón a México; ya han reanudado relaciones con Cuba casi todos los países de la Región. Luis Echeverría aceleró este proceso al haber intensificado y ampliado los contactos de todo orden entre nuestro país y la isla del Caribe y al luchar en la OEA por la eliminación de las restricciones.

El tiempo también está dando la razón a México en cuanto a España, donde se observan alentadores signos de democratización que no son condición para establecer relaciones que imponga México y aquí necesariamente debo precisar los conceptos emitidos por Acción Nacional. No se trata de establecer una condición, eso sería auténtico intervencionismo, simplemente México, país de principios, no puede abandonar al pueblo español que hace 40 años expresara en votación libre, su apoyo a la República. El régimen actual es un transitorio heredero del régimen impuesto por la agresión nazifascista en España. Cuando el pueblo español exprese libremente su apoyo al presente régimen o a cualquier otro, habrá cesado el compromiso moral de México con aquella votación de hace 40 años y podremos reanudar relacionas con los pueblo y gobiernos españoles. (Aplausos.)

Seguramente, seguramente y así lo esperamos, el tiempo dará a México la razón frente a la agresión externa y el fascismo doméstico que en fatal contubernio se han enseñoreado en la mayor parte de América Latina.

América Latina que fue en 1974 el signo especial de la política exterior de Echeverría. Convencido de la necesidad de acelerar el proceso de integración regional tantas veces traicionada por los intereses coloniales, inició Luis Echeverría la formación del Sistema Económico Latinoamericano, hoy conocido por el SELA, en el cual sin títulos ni asesorías metropolitanas los países de Latinoamericano, hoy conocido por el SELA, en el cual sin títulos ni asesorías metropolitanas los países de Latinoamericana son gestores, directores y beneficiarios de sus esfuerzos

comunes para el desarrollo de un orden económico más justo y solidario.

La América Latina es nuestro principal y más dinámico mercado de exportación. Existen, en virtud del continuado esfuerzo de los gobiernos revolucionarios, acentuado con los viajes del Presidente Echeverría, acentuando con la actividad de los consejos comerciales en el exterior y en el envío de brigadas especializadas, existe en América Latina un amplio mercado para que la iniciativa privada mexicana lo aproveche.

Falta que haya espíritu para aprovecharlo; falta que haya apoyo de los banqueros mexicanos para la realización de las operaciones con sucursales allá en el terreno para no depender de la intermediación neoyorquina. Y falta también capacidad competitiva de una industria que en un amplio porcentaje vive en el invernadero de la sobreprotección que se la había estado dando por largos años. La Naviera Multinacional del Caribe, Transportación Marítima Mexicana y todos los esfuerzos de promoción realizados durante este sexenio, son la infraestructura que el gobierno revolucionario de nuestro país está dando para que se desarrolle un esfuerzo exportador orientado hacia ese rico y dinámico mercado latinoamericano.

1975 estuvo caracterizado por el estrechamiento de las relaciones con los países del Tercer Mundo. África y Asia establecieron con México un más directo intercambio a través de la firma de acuerdo y el contrato personal con sus gobernantes. Luis Echeverría, preocupado de encontrar formas operativas para llevar a la práctica el nuevo orden económico internacional propuso la creación del Sistema de Desarrollo del Tercer Mundo que fije y coordine las políticas de defensa de precios de las materias primas, mejore los términos de intercambio y procure condiciones más adecuadas para la importación de bienes de capital, materias primas y elaboradas y tecnología que requieren los países en desarrollo.

En 1976, culmina este gigantesco esfuerzo de adecuación económica y política de nuestras relaciones internacionales a la verdadera situación de México con dos Iniciativas: la adopción de una paridad cambiaría realista y la apertura del Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo en el cual de inmediato ha de celebrarse una reunión del Grupo de los 77, para analizar fórmulas de cooperación económica entre los países en vías de desarrollo. La multiplicación de los contactos diplomáticos mexicanos, elevando a 129 el número de países con los que sostenemos relaciones, es expresión de pluralismo ideológico que practica la Revolución Mexicana como corolario a su respeto a la autodeterminación de los pueblos, y necesaria apertura para facilitar la intensificación de nuestras relaciones comerciales que constituyen un aliciente para la creación de nuevos empleos, el más eficiente uso de la capacidad instalada en las industrias y la diversificación de mercados para la producción agropecuaria. Resulta así evidente que más allá de su importancia política, la febril labor internacional del Presidente Echeverría que incluye la suscripción de más de 206 convenios internacionales, implica un saludable impulso al proceso de desarrollo interno que nuestra creciente población demanda; si los empresarios mexicanos no saben aprovechar esta plataforma de lanzamiento, no es culpa del gobierno de la Revolución.

En el área latinoamericana, doctrinaria y prácticamente la década de 1970, lleva la impronta Echeverría, la reorganización de la O.E.A. con criterio pluralista, respetuoso de la igualdad jurídica de los Estados y la cancelación de las medidas discriminatorias a Cuba, así como la intensificación del intercambio intralatinoamericano y la instrumentación de las Comisiones Mixtas de México con el Grupo Andino y la Comunidad Caribeña, representan un sostenido esfuerzo para fortalecer la unidad de los países en desarrollo y defender la cultura hispanoamericana de la penetración neocolonial imperialista.

SELA ha probado con sus grupos de trabajo y la formación de la Naviera Multinacional del Caribe, que los países del área no son capaces de avanzar por sí y sin pausas en áreas económicas antaño considerada como coto exclusivo de los países transindustriales.

En las relaciones exteriores de México, merecen especial capítulo por su vecindad y poderío los Estados Unidos de América.

El Presidente Echeverría ha mantenido, en todo momento, la cordialidad, sin perder por ello la iniciativa en la defensa de nuestro legítimos intereses. Los arreglos tanto tiempo postergados en cuanto a la salinidad del Valle de Mexicali, la revisión constante de nuestros tratos comerciales y la presencia continua en defensa de los intereses de los trabajadores migratorios, son prueba de su vigilancia y atención.

Sin embargo, la mejor defensa de los intereses mexicanos estriba en la solidaridad mundial. Consecuente con la postulación de un orden internacional más justo, Echeverría ha sido vocero incansable de la demanda de una conferencia de desarme mundial, que retire de la onerosa carretera hacia la hecatombe, los recursos que el mundo necesita para alimentar a sus millones de pobladores.

El Presidente Echeverría ha asistido a 15 foros mundiales, y en ellos su prédica ha mantenido una consistencia y claridad ejemplares. Propuso un banco mundial de alimentos y dentro de los estrechos márgenes que el egoísmo de los países desarrollados permitió, la IV Reunión de la UNCTAD en Nairobi lo ha puesto en marcha.

Ha destacado el Presidente de México la responsabilidad los apetitos imperialistas de izquierda y de derecha en el deterioro de las condiciones mundiales del medio ambiente y en al pauperización de los asentamientos humanos.

Ha defendido el derecho de los países ribereños y de los carentes de litoral en las reuniones sobre derecho marítimo, y pasando de la teoría a la práctica, reivindicó para México,

con el apoyo del pueblo, las 200 millas de mar patrimonial, que garantiza el abastecimiento industrial y alimenticio de muchos miles de compatriotas. En estos foros con el mismo énfasis que destacó el derecho del pueblo chino a estar legítimamente representado, el Presidente Echeverría ha reiterado su apoyo a la existencia del Estado israelita, y el derecho de los ciudadanos palestinos a un territorio y soberanía que el mundo le reconoció en 1948.

Estas tesis, basadas en las tradicionales posturas de México en defensa de la autodeterminación, la igualdad jurídica y la no intervención, así como el rechazo de la fuerza para solucionar conflictos, se inscriben en el marco de la solidaridad internacional, que resulta imprescindible para hacer realidad el nuevo orden económico que requieren los países en desarrollo.

Confundir la defensa de principios con el afán economista de una corriente turística, equivale, señores de Acción Nacional, a vender la primogenitura por un plato de lentejas. (Aplausos.)

La diplomacia mexicana ha mantenido siempre una política de principios. Estos principios no pueden ser, no serán nunca abandonados por un chantaje económico; un chantaje económico que rechazan sin excepción todos los países del mundo. Y aquí en el diario de hoy está la prueba; es la línea israelita que está a punto de iniciar sus vuelos a México. El gobierno del país al cual ustedes insinuaron en su referencia no está de acuerdo con ese chantaje que realizan grupos que sí están interesados, en cambio, en atraer ese turismo a los sitios donde ellos tienen los hoteles, ellos tienen los servicios y no pueden establecerlos en México. Por eso es que tratan de desviar el turismo hacia el Caribe y hacia otras zonas, porque allá ellos serían los beneficiarios y no en México, en donde los beneficiarios son los prestadores de servicios turísticos mexicanos y muchas veces los ejidatarios, que a través del FONAFE están abriendo nuevas áreas de trabajo turísticos. (Aplausos.)

A lo largo de casi seis años, Luis Echeverría ha sido vocero respetado del Tercer Mundo, postura que es Lógica y así lo han reconocido los partidos políticos; lógico en un revolucionario que ha conjuntado nuevamente y en toda plenitud los principios de la Constitución de 1917 con la práctica de gobierno. El Club de Roma había sido durante muchos años expresión internacional del desarrollismo, cuya partida de defunción en lo doméstico se acaba de emitir, cuando con realismo y valor se abandonó el fetiche de la relación fija del peso con el dólar. Ante ese auditorio de negociantes y técnicos de torre de marfil, Luis Echeverría elevó lo voz del Tercer Mundo, y señaló la injusticia implícita en los planteamientos teóricos del club. Con elocuencia y conocimientos, los determinó a un nuevo análisis en el cual toman en cuenta las legítimas aspiraciones de la mayoría de la población del Club.

La hambruna no es una maldición bíblica para el lejano futuro. (Aplausos.)

El déficit de cereales, 20 millones de toneladas actualmente, 100 millones de toneladas en 1980, significa que ese fantasma se está corporizando en muchos países del Tercer Mundo, cuya situación se ve agravada por una insostenible deuda externa y por la especulación con los energéticos.

De esa injusticia social y económica, deriva el mayor peligro para la paz del mundo, y así lo ha reconocido y proclamado Luis Echeverría, que con la Carta de los Deberes y Derechos Económicos de los Estados, dio la pauta para resolver estos y otros problemas con absoluto respeto a la equidad que debe regir a las relaciones internacionales.

La Carta de los Derechos y Deberes Económicos de los Estados no es sólo expresión de principios universalmente aceptado, sino fundamento y marco para una acción solidaria internacional. México ha puesto en práctica, bajo la guía de Luis Echeverría, esos principios y esa solidaridad.

Una de las más contundentes formas de solidaridad es el contacto para intercambios comerciales y tecnológicos, y en esta área este sexenio ha sido particularmente fecundo.

La creación del Instituto Mexicano de Comercio Exterior dio las bases para que la industria mexicana y la expresión artesanal de nuestro rico folklore, se lanzarán a la búsqueda de nuevos y atractivos mercados. Se puede así sistematizar el esfuerzo privado y apoyar la gestión en forma que redunde en mejoramiento de nuestra balanza de pagos y en mayor actividad económica interna.

Se suscribieron docenas de acuerdos de cambio tecnológico, en el directo apoyo a la modernización de las variadas facetas de la actividad productiva del país, y se reglamentó la participación de la inversión extranjera en la economía, a la par que se facilitó el aprovechamiento de los avances tecnológicos por todos los empresarios interesados en desarrollar más y mejores productos. Si bien. Si bien la coyuntura económica internacional fue negativa y por ello gran parte de este esfuerzo no fructificó con el esplendor que fuera de desear, es de justicia reconocer que Luis Echeverría ha dado la plataforma para que la economía mexicana se incorpore en mejores condiciones competitivas al mundo exterior. La política internacional de México se tiene que identificar necesariamente con los postulados del Tercer Mundo porque al igual que muchas naciones de Asia, África y América Latina, luchamos contra las potencias neocoloniales que obstaculizan la libre disposición de los recursos naturales, que procuran la triangulación del comercio exterior o su sometimiento en remembranza de las restricciones coloniales del rey hispano a determinadas áreas de exportación, que pretenden la preeminencia de los intereses de las empresas transnacionales sobre los derechos y leyes de los países anfitriones, que encarecen la importaciones de manufacturas y las tasas de interés de los capitales, que restringen el acceso a sus mercados y deprimen los precios de las materias primas, que pretenden, en fin, que el mundo.

se someta a una absurda división en áreas económicas imperiales acordadas por las superpotencias por sí y para sí.

La lucha que estos 6 años ha conducido Echeverría no es solamente el planteo de las aspiraciones de los países del Tercer Mundo. Consecuente con la tradición mexicana que concibe el derecho como marco y herramienta del cambio revolucionario de estructuras, la Carta de los Derechos y Deberes de los Estados dan norma jurídica al nuevo orden económico internacional que procuran las naciones en vías de desarrollo.

Nuevo orden que es sencillamente la democratización de las relaciones económicas entre los países pervertidas por el neocolonialismo. La mejor prueba de la factibilidad de importancia de esta renovación en el juego de las fuerzas económicas, está en dos iniciativas del Presidente Echeverría:

La creación del SELA que elimina de la relación interna de América Latina la intermediación imperial y la defensa conjunta de precios de materias primas, cuyo éxito en materia de café, azúcar y minerales se ha traducido ya en beneficios directos para los productores, y nuevamente debemos reiterar aquí la estricta congruencia que hay entre el esfuerzo de desarrollo compartido -que ha guiado la acción interna de Echeverría- y la política internacional realista y comprometida que se ha seguido.

La solidaridad Latinoamericana el SELA, y la tercermundista La Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados y el Sistema de Desarrollo del Tercer Mundo, son en sus expresiones prácticas la defensa de la legítima aplicación de los campesinos, obreros y clases medias mexicanas que ven así disminuidas las presiones Imperiales. Sobre la economía y reciben los beneficios de la apertura de nuevos mercados y precios más estables y remunerativos.

Y si bien, frente a tan ardua labor, poco se puede señalar cuantitativamente como realización, es necesario que destaquemos por su importancia social el hecho de que por primera ocasión como consecuencia de estos sistemáticos esfuerzos, sean los productores, los campesinos de México, los que directamente exporten sus productos sin intermediarios ni dentro ni fuera de nuestra patria. (Aplausos.)

El trecho recorrido ha sido arduo y Luis Echeverría, con la honesta y revolucionaria autocrítica que aumenta su autoridad moral, ha señalado que los éxitos alcanzados no deben llevarnos al triunfalismo y a la complacencia, puesto que es mucho lo que falta por realizar. La Carta es aún objetada por los círculos imperialistas recalcitrantes, la defensa solidaria de los precios de materias primas se cumple solamente en unos cuantos artículos, la inversión transnacional es todavía peligrosa presión en muchas áreas y la industria de nuestro país tropieza con obstáculos tecnológicos y de mercadeo para su cabal desarrollo. Estos problemas que México y los demás países del Tercer Mundo sufren y tratan de solucionar, justifican y explican la necesidad de continuar incansablemente y sin desviaciones, la tarea internacional que ha trazado Luis Echeverría.

Nuestra revolución procura la justicia económica y social en un clima de absoluta libertad; es por ello, lógico y necesario, que en la escala internacional postulemos la igualdad jurídica, la autodeterminación y el respeto al pluralismo político.

Para desarrollar el país y elevar el nivel de vida de los mexicanos procuramos la mejor distribución del ingreso, el intenso uso de la tierra, la ampliación y la modernización en la producción industrial, precios remunerativos y equitativos para los productores y justos para los consumidores. Estos mismos criterios deben imperar, pues su validez es universal, en las relaciones entre los países. México vive, ha dicho nuestro futuro Presidente José López Portillo - y cito -, en un mundo de interdependencia en el que, lo hemos comprobado, no podemos resolver los problemas sobre la base de una soberanía nacional. Las soberanías nacionales particularmente de los países débiles, son absolutamente insuficientes frente a naciones poderosas, transnacionales desmetropolizadas y ataques internacionales político - económicos. De alguna manera tenemos que hacer el esfuerzo por aprovechar nuestra capacidad de solidaridad con quienes de algún modo tenemos identidad de principios y en intereses. Hasta aquí las palabras de José López Portillo.

La obra histórica de Luis Echeverría, es haber iniciado la práctica de esa solidaridad de México con el Tercer Mundo, haber definido y especificado tan bien sus intereses en un documento de derecho internacional, haber combatido las empresas transnacionales, y sobre todo, haber mantenido la pureza de la ideología revolucionaria mexicana frente a los imperialismos que se disputan la hegemonía mundial. Muchas Gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el diputado Soto Sánchez.

El C. Eugenio Soto Sánchez: Señor Presidente; Honorable Asamblea; Señoras y Señores.

Acudo ante esta alta tribuna de la patria y ante ustedes, compañeros diputados, representantes del pueblo de México, en nombre del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana y en el de una nueva generación que emerge a la vida nacional y hará su parte en el vigoroso impulso del desarrollo social y económico y en el destino de México con ideas siempre renovadas y con nuevos ímpetus, para comentar el Sexto Informe de Gobierno del Presidente Luis Echeverría.

El Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, es un partido de hondas raíces revolucionarias y por esta razón al hablar de la Revolución, aunque ésta sea palabra gastada, como gastado está el brocal de la noria donde han ido a beber hasta los mismos enemigos de nuestro movimiento social, porque el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana es un partido político

formado en su base por los viejos revolucionarios que hicieron posible, con las armas en la mano, el triunfo de los altos ideales de una Revolución que costó más de un millón de vidas de mexicanos y cuyas banderas los jóvenes revolucionarios de ideas, de sentimientos y acción, enarbolamos para que sigan tremolando en el límpido espacio de nuestra patria, banderas e ideales que hemos recibido como profundo ejemplo y acervo cultural, que recibimos como legatarios de la obra revolucionaria y que ahora aceptamos llevar con la decisión y coraje necesarios para que el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, apoyado en la apertura democrática del Presidente Echeverría, sea cada vez más una presencia real y auténtica dentro del contexto de la política nacional y la verdadera y auténtica opción revolucionaria del pueblo de México. (Aplausos.)

Los integrantes de la fracción parlamentaria del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana ante la Quincuagésima Legislatura, estimamos que al abordar esta tribuna debemos venir animados por la intención de que nuestra postura esté fielmente apegada a la realidad y a la legalidad y con base en esta premisa, mi partido manifiesta a esta representación popular, que el Sexto Informe de Gobierno que rindiera Luis Echeverría Alvarez, como Jefe de Ejecutivo Federal, ha sido un balance, no sólo de su último año de gobierno, sino de todo su mandato constitucional, cuyos resultados positivos y satisfactorios lo califican como uno de los más sólidos e importantes eslabones en la continuidad de la obra revolucionaria.

Nunca antes habíamos visto en mandatario alguno, mayor entrega y pasión por su pueblo, desde que asumió el Gobierno el Presidente Echeverría, quien llegó con la meta inagotable de servir a su pueblo con entrega y vocación de servicio, preocupado profundamente por la situación del país, siempre aunó la acción a la palabra y su vida pública y privada ha sido ejemplar para los mexicanos, predicando con el ejemplo en todas sus actividades enarbolando siempre las banderas de la dignidad y del trabajo y erradicando las del servilismo y del coloniaje. En cada acto de su gobierno el Jefe del Ejecutivo Federal ha actuado y hablado con el lenguaje de la verdad, aunque esta fuera cruda y descarada y afectara intereses oligárquicos, pero siempre fiel a la convicción de que el mexicano moderno prefiere identificarse con la imagen de una nación aun imperfecta, pero esforzada y trabajando unida en lo esencial, que con una patria de escaparate que sólo encubriera los intereses de unos cuantos y convencido que el engaño es propio de la dictadura, la verdad; patrimonio de los pueblos libres a esta actitud patriótica, nacionalista y revolucionaria la nación mexicana es ahora un poco más justa y un poco más libre.

La norma invariable seguida por el Presidente de México y que le ha permitido conocer a fondo y en su real dimensión los problemas de nuestro pueblo en el lugar mismo donde se generan ha sido el diálogo, franco, sincero y abierto y esto ha sido posible gracias a la actitud visionaria del Jefe del Ejecutivo Federal que entendió, desde el momento mismo de iniciar su mandato constitucional, que la mejor forma de gobernar es estableciendo el diálogo permanente entre pueblo y gobierno, lo mismo para estrechar fuerzas que para disminuir diferencias, lo mismo en la tranquilidad que cuando se pretende quebrantar la paz; este es el principio definidor de la verdadera democracia, con ella se ha reafirmado, una vez más, el destino democrático de México.

En nuestra vida interna la justicia social ha sido la brújula, al lograrse que obreros y campesinos se sientan protagonistas de nuestro desarrollo y no que lo sufran, ya que el Jefe de las Institucionales Nacionales reivindicó a las clases y sectores desprotegidos del pueblo de México en el ejercito de sus derechos inalienables de tener una vida decorosa como seres humanos; una vivienda digna y un irrestricto ejercicio de sus garantías individuales, logrando una jornada menos agotadora para los obreros, así como protegiendo y actualizando su salario; dotando a los campesinos de tierras e implementos de labranzas, fertilizantes, semillas y créditos defendiendo el ejido, señalado precios de garantía para los productos del campo, velando por el respeto a la propiedad e incrementando la explotación colectiva del campo.

Pero es incuestionable que son muchos los que han sentido afectados sus intereses, cuando el Presidente Echeverría ha puesto en práctica la nueva Ley de la Reforma Agraria; son los latifundistas, los terratenientes, los viejos caciques, los que dan sentido profundo rencor cuando un hombre con tan amplia y sincera sonrisa y franca convicción, ha llegado hasta los campesinos a escuchar sus problemas y conocer sus carencias; a exigir el respeto a la Ley a los terratenientes, a quitarles concesiones obtenidas en forma deleznable a quienes vienen impunemente explotando nuestros bosques; a quienes detentaban las mejores tierras de riego por influencias o compadrazgos y han invitado a los jóvenes campesinos a prepararse intensamente para poder cultivar mejor sus parcelas, con otras técnicas y mayor sentido de producción.

A nadie escapa que son muchos los empresarios que hoy sienta como la nueva Ley Federal del Trabajo, inspirada en la fe inquebrantable obrerista de Luis Echeverría, les ha ido quitando, a cada momento, oportunidades de seguirse enriqueciendo ilícita e impunemente a costa del sudor de los obreros mexicanos; empresarios que no han podido entender aunque el Presidente de México hable permanentemente del respeto irrestricto al derecho de huelga y que incite a los trabajadores a defenderse, esgrimiendo a la Constitución como su gran defensora.

La obra legislativa del presente régimen, se caracterizó por buscar nuevos horizontes en bien de las clases populares que forman la mayoría de la población mexicana y que han sido

tradicionalmente desheredados y oprimidos y en todo momento ha sido guiado por un sentimiento de alto patrimonio y de profundo conocimiento de las necesidades de la nación, encauzando su marcha hacia el progreso por la senda de la libertad y del derecho, buscando el bienestar de todos en el reinado de la ley y en el imperio de la justicia y adoptando, como actitud rectora, la crítica y la autocrítica. Al señalar errores y vacilaciones ha hecho vislumbrar nuevos caminos de redención en la noche intermitente y atormentada del pueblo mexicano. En efecto, la copiosa actividad legislativa del presente sexenio, además de su prolijidad, misma que denota la inveterada e insaciable preocupación de nuestro Presidente por atender y tratar de resolver todos los problemas que inciden sobre México, prácticamente ha renovado totalmente el derecho positivo mexicano, aumentándolo y actualizándolo con las necesidades ingentes presentes y futuras, conforme lo va determinando, tanto el aumento de la población como los avances de la ciencia y la tecnología.

La monumental obra que constituye la basta actividad legislativa de los últimos seis años, deja ver fundamentalmente un predominio de las garantías sociales que consagra nuestra Carta Magna tales como son: la educación popular, obligatoria, media y superior, rural y urbana, académica y tecnológica que en reciente fecha, con la promulgación de la Ley Nacional de los Adultos, hace un esfuerzo por rescatar a éstos de la ignorancia, permitiendo que se incorporen al conocimiento necesario para ampliar su horizonte personal y puedan conquistar las metas que se tracen. Promulgando, asimismo, las leyes que crean el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas y otras que dan vida a universidades y altos centros de estudios superiores, la Universidad Militar del Ejército y Fuerza Aérea Nacionales y la Escuela Médico Militar, destacando señeramente el Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo, la adecuación de la nueva Ley Federal del Trabajo, con el otorgamiento de la semana de cuarenta horas, la realización material de la creación, funcionamiento y servicio del Instituto que crea el Fondo de la Vivienda de los Trabajadores, que opera con la representación tripartita del Gobierno, trabajadores y patrones, que ha hecho posible la dotación de viviendas dignas a los asalariados. Estableciendo por ley la revisión anual de los salarios mínimos, para hacerlos remuneradores. Y proponiendo a los sectores privados el incremento del salario fuera de esos períodos para casos de emergencia o crisis económicas.

La justicia social y solidaridad popular que se obtiene a través de la nueva Ley General de Población, con la Ley Federal de Asentamientos Humanos, la Ley de Desarrollo Urbano del Distrito Federal, así como la Ley Federal de Protección al Consumidor, que crea el Instituto y la Procuraduría del mismo nombre, el FONACOT que protege el salario y permite que los trabajadores cuenten con mayor facilidad y a bajo costo de los aparatos, enseres y muebles que requieren para el desarrollo de la vida moderna, de tanta celeridad y exigencia.

La Ley de Premios, Estímulos y Recompensas Civiles, que atinadamente se dirige a todo ciudadano que tenga una vida ejemplar, una conducta debida, trabaje en determinados menesteres y despliegue extraordinarios merecimientos que lo coloquen, a la vista de los demás, como persona que ha actuado debidamente y que su condición es reconocida y premiada por la sociedad y el gobierno, no a merced de que una conducta correcta sea necesariamente estimulada, ya que no persigue ni el soborno ni la prebenda, sino el sincero y sano reconocimiento al ciudadano digno hijo de la patria, que otrora era soslayado indebidamente.

El código Sanitario que además de reglamentar la salubridad ampliamente en todos sus aspectos y relaciones humanas, obliga actualmente a los nosocomios privados a la atención y hospitalización gratuita de pacientes sin recursos económicos.

La ley que procura el mejoramiento del ambiente y erradicar la contaminación que tantos maleficios ocasiona y produce el cambio ecológico nocivo, que redunda en perjuicio de la nación en general.

Como consecuencia de la conferencia del Año Internacional de la Mujer, se realizó una reforma para adecuar la legislación civil en todos los planos, económicos, políticos, cultural, social, y aun familiar, resolviendo dudas y disyuntivas tan delicadas como en cuando a los hijos se refiere.

La preocupación para que los ciudadanos que han tenido que delinquir y purgar sus penas y sanciones, para de esa manera saldar su adeudo a la sociedad, y que habían venido padeciendo sistemas penitenciarios, totalmente anacrónicos y obsoletos, que además lejos de regenerarlos y reintegrarlos a la sociedad que ofendieron, los envilecía y colocaba en calidad de parias, ha sido abolida dicha práctica, con la construcción de los nuevos reclusorios, que responden a los planes más avanzados en cuanto a tratamiento de presos se refiere, dirigidos por el personal especializado más altamente calificado para ello, y con profundo trato humano, acorde a la realidad y a la psicología criminal. De dichos reclusorios en lugar de devolver a la sociedad parias o enemigos acérrimos, tendremos ciudadanos conscientes, responsables y que difícilmente volverán por el camino de la delincuencia.

El menor, cuyo número representa el 50% de la población actual del país y que había sido objeto de un trato injusto e inmediato, ha quedado preservado con la Ley de Protección al Menor, ya que son los ciudadanos en ciernes y las células dinámicas de nuestra patria, en quienes tenemos fincadas las esperanzas, y el futuro de México, pues a ellos corresponde ser los arquitectos y directores de un país como los hemos soñado, y que lograrán realizar contando con ese marco legal de que hice referencia.

Las reformas y adiciones que se hicieron al artículo 27 constitucional han sido muy

significativas, y entre otras señalo, la adición del párrafo octavo que crea la zona marítima exclusiva de 200 millas náuticas, acrecentando nuestro patrimonio y permitiendo el dominio exclusivo de dicha superficie y la privatización del Mar de Cortés o Golfo de California, cuya riqueza y variedad de especies marítimas es ampliamente conocida.

La promulgación de las reformas de la Ley del Fomento, Desarrollo y Explotación de la Minería y sus Reglamentos, por la que se vuelven los ojos y se canalizan los esfuerzos, a las riquezas minerales y metálicas que son patrimonio propio y se encuentra dentro de las entrañas de la tierra.

La Ley Federal de Aguas, viene a unificar a una muy extendida, disparatada y contradictoria legislación sobre el preciado líquido, necesario para el incremento del desarrollo agrícola y ganadero del país y que se hace sumamente indispensable en los núcleos de densa concentración urbana.

La Ley de Servicio Público de Energía Eléctrica, de arribo oportuno e indispensable y cuyo contenido permite que los trabajadores de dicha industria puedan alcanzar una alta calificación profesional, permitiendo su adiestramiento y preparación como imperativo a futuro inmediato, y cuya observancia y aplicación, congruente con la comisión Federal de Electricidad, logrará una vitalización y unificación solidarias.

Tampoco quedó pendiente la modificación de la estructura jurídica y orgánica del Estado, con la Reforma de la Ley de Secretarías y Departamentos de Estado, se erigieron en Estados el Territorio de Baja California Sur y el de Quintana Roo. y en Secretarías: de la Reforma Agraria el anterior Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización, y en Secretaría del Turismo el Departamento del mismo nombre.

El Patrimonio Nacional también se vio enriquecido y aumentado con la localización de nuevos mantos petrolíferos en el subsuelo, mismos que se han venido explotando con todo éxito, lo que ha disminuido nuestra dependencia económica con el exterior, permitiendo, por otra parte, la exportación del crudo, compitiendo con los países que integra la OPEP, lo que ha permitido tanto la extensión como el perfeccionamiento de la industria petroquímica mexicana.

El vigorizamiento de la economía nacional y la protección de la misma frente al exterior, se logra con la Ley de Transferencia de Tecnología, la Ley de Inversiones y Marcas, entre otras.

Durante el presente régimen se puso especial atención a las universidades de todo el país y a los centros de enseñanza técnica, otorgándoles un subsidio suficiente para que se llevara a cabo, a plenitud, la tarea de formar profesionistas y técnicos que una vez egresados de los centros de estudio, aportaran sus conocimientos, esfuerzo y capacidad en beneficio del pueblo de México y se mantuvo, en todo momento, un invariable e irrestricto respeto a la autonomía universitaria. Asimismo, nadie puede negar los avances impresionantes que ha logrado el régimen del Presidente Echeverría, en cuestiones tan importantes y recisivas para el progreso del país, como son la educación en todos los niveles; la autosuficiencia en petróleo la electricidad y la industria siderúrgica y esto constituye el indicador más claro y contundente de que el actual gobierno ha enfocado debidamente el desarrollo compartido y con justicia social.

El Presidente Echeverría, consciente de que México ocupa un importante lugar en el consorcio de las naciones y preocupado porque ese lugar sea más importante cada vez, realizó una política exterior, con doble finalidad: una para vigorizar los lazos diplomáticos de México con las naciones que conservan relaciones de ese tipo y acercarse a otros pueblos para establecer el inicio de unas relaciones diplomáticas que no existían, redundando en un incremento considerable, ya que casi duplicó nuestras relaciones internacionales. Otra, para abogar por los demás países, sobre todo los que correspondan al Tercer Mundo, despertar su conciencia y lograr la solidaridad para autodefendernos del imperialismo de que hemos venido siendo víctimas de a través de los años.

Para desarrollar esa labor, tuvo que viajar por los cuatro continentes de mayor importancia de la tierra, visitar múltiples naciones y entrevistarse con Presidentes, Reyes, Jefe de Estado, Primeros Ministros y Jerarcas de diversas latitudes, dialogando con el lenguaje de la verdad. Permitió en reciprocidad, que el hospitalario pueblo mexicano recibiera con orgullo la visita de grandes estadistas, mandatarios y dignatarios de sus respectivos pueblos.

Celebró gran número de convenios internacionales con otros países, algunos bilaterales y otros multilaterales, sobre actividades de carácter técnico y científico, así como comerciales y económicos.

Hizo importantes declaraciones conjuntas con los Jefes de Estado que se reunió y elevó la voz con valentía para repudiar acerbamente la atrabiliaria conducta de quienes como Augusto Pinochet, en la usurpación y el empleo de la fuerza encuentran la única razón del gobierno y se solidarizo, al igual que el pueblo mexicano, con el pueblo chileno que sufre una guerra que nunca le fue declarada; condenó asimismo enérgicamente el golpe de Estado en el que se asesinó al Presidente Salvador Allende sino a la democracia chilena, golpe de Estado planeado y dirigido desde el exterior por las fuerzas del imperialismo. (Aplausos.) Y así, anteponiendo la voz de la razón y del derecho a la de la fuerza y la violencia, también protestó por las atrocidades que cometió el régimen de la dictadura franquista en España, en contra de jóvenes rebeldes vascos, que fueron condenados a muerte inicuamente.

Aquí cabe mencionar, en el aspecto de las relaciones exteriores, que Acción Nacional ha presentado con claridad su verdadero rostro,

se conduele de nuestra solidaridad con Salvador Allende y con la democracia chilena ha expresado claramente su deseo de apartarnos de los países socialistas y revolucionarios del Tercer Mundo, cosa que no ha de lograr.

Utilizó Luis Echeverría los foros internacionales, para hacer oír la voz de la inconformidad con los moldes burgueses de opresión económica y política de los países que se encuentran en el Tercer Mundo, y propuso un cambio estructural de la Organización de las Naciones Unidas, así como de la Organización de los Estados Americanos, para hacer más imparcial y democrática su función, vigorizando la facultad de decisión de la Asamblea General.

Respetó y exaltó el Derecho de Asilo, tesis que nuestro país ha venido sosteniendo desde hace muchos años, dando asilo y protección a perseguidos políticos, lo que ha convertido a México en el templo de la democracia, y no conforme con ello, a través de la nueva Ley General de Población, hace extensivo el derecho de asilo político, a los perseguidos de todo el mundo, que lo soliciten y quieran acogerse a él.

Sosteniendo los principios jurídicos fundamentales de México en política exterior, siempre estuvieron presentes: La soberanía nacional de los Estados, la no intervención y la libre determinación de los pueblos.

Propuso en la tribuna de la Organización de las Naciones Unidas un trato más humano y justo a los países económicamente débiles, dependientes del imperialismo y propugnó abolir la fatal carrera armamentista, proponiendo una Conferencia Mundial del Desarme, principio por el que México siempre ha optado, como lo es el de la desnuclearización de la América Latina, por considerar que pacíficamente se pueda lograr más que por la fuerza y la estulticia, y que no es justo que el destino del mundo dependa de la decisión de unos cuantos necios; y por su confianza en el predominio de la fuerza de la razón en lugar de la fuerza de las armas.

Con base en los anteriormente expuesto, queda plenamente demostrado que durante el mandato constitucional de Luis Echeverría, la política exterior alcanzó una dimensión sin precedentes en nuestra historia, toda vez que dejó de ser la tradicional política exterior contemplativa y de participación rutinaria, para convertirse en una política exterior dinámica, actuante y creadora, al haber visitado naciones y estar en contacto con un número de gobernantes jamás alcanzado por Presidente alguno. Sin embargo, aquí es necesario destacar que el resultado de esta nueva política exterior, trajo como consecuencia altamente positiva, la diversificación de mercados para nuestros productos y por lo tanto el incremento de la producción de los mismos, creándose, al mismo tiempo, fuentes de trabajo para muchos miles de mexicanos que se habían venido debatiendo en la miseria y la desesperación.

Es significativo que el Presidente Echeverría, tanto en los foros internacionales, como en sus giras y en los países que visitó, propuso y propugnó por el establecimiento de un nuevo orden económico internacional, celebrando los convenios de cooperación con la comunidad económica europea y con el consejo de ayuda económica mutua, que abrió nuevos y favorables mercados a nuestro país en el viejo continente, así como los acuerdos que crearon la comisión mixta México - Comunidad del Caribe y la comisión mixta Andina - Mexicana.

Como paladín de los pueblos débiles, explotados y sojuzgados, propuso el establecimiento de una Carta Político - económicos a la Carta de los deberes y Derechos Económicos de los Estados, bien calificada recientemente por un alto funcionario del gobierno como una Constitución Económica Mundial, por lo importante de sus conceptos y lo profundo de su contenido y proyección, que permitirá a los países del Tercer Mundo una mayor igualdad al concurrir a los mercados internacionales, y evitando se les confisquen en la compra, sus materias primas. Como resultado de este esfuerzo denodado se crea el sistema económico latinoamericano SELA, vitalizador de la economía de sus integrantes y defensa efectiva en las operaciones de compraventa, trueque e intercambio de bienes, servicios conocimientos tecnológicos e insumos necesarios.

La fundación y feliz funcionamiento de la Naviera Multinacional del Caribe, permitirá la debida integración económica de los países latinoamericanos caribeños, en forma análoga a la mencionada para el SELA.

Ejemplo mayúsculo del anhelo y pasión por los países pobres contemos con un margen de seguridad o garantía de supervivencia y desarrollo armónico, lo representa la propuesta sobre la creación del Banco Mundial de Alimentos, hecha en la sede de la Organización de las Naciones Unidas, y con la finalidad inmediata de exterminar al jinete apocalíptico que representa el hombre que ha cabalgado extendiéndose por grandes territorios cobrando millones de víctimas, encontrando eco en el Tercer Mundo y logrando el establecimiento del fondo común para el establecimiento de reservas de estabilización de productos básicos.

El establecimiento del Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo, que tanto por su participación ecuménica, como por la múltiple gama de los temas y estudios que se realicen en el mismo, será instrumento de conocimiento y estrechamiento de vínculos económicos, políticos, culturales y sociales de los países tercermundistas.

Aquí quisiera hacer un parangón, fruto de largas reflexiones: Si Juárez en su tiempo, con su apotegma sentó las bases sobre las que debe de girar la convivencia de los seres y en todas las latitudes del mundo, Eheverría en el suyo con la constitución económica mundial, ha venido a establecer las relaciones político económicas entre los pueblos del orbe.

De intensa se debe calificar la actitud económica de México durante este sexenio, pues en muchos renglones ha duplicado y aun multiplicado sus resultados, todo ello en beneficio del país, cuyo desarrollo es evidente.

Dentro de la característica conformación de la economía mixta, cuya participación estatal se acentuó, así como la ociosidad de los capitales privados, cuyos dueños y titulares, declararon un miedo serval para invertir, mientras no tuvieran garantizado por el Estado el lucro y obtención de ganancias, lo cual es imposible, se debió a la falta de cooperación y solidaridad, con la preocupación y propósito del Ejecutivo de lograr una mayor distribución del ingreso para que el mismo fuera mayor Percápita, tomando en cuenta la inexorable interdependencia humana y económica de todos los sectores de la población y del abandono y hundimiento en la miseria de los más.

Fue necesaria la creación de una infraestructura económica sólida, que diera a México la seguridad de un desarrollo y creación presentes y futuros para garantizar su libertad económica, tanto en lo interno como en lo exterior, proliferando y actualizando las carreteras federales aún en los lugares más recónditos, o de difícil acceso, como es la península de Baja California, con la carretera Transpeninsular, el reforzamiento y aumento de los Ferrocarriles Nacionales, creando sistemas de riego en mayor cantidad de tierras, remodelando, creando y fomentando puertos de altura, de canotaje y turismo, y promoviendo la actividad turística nacional para cuyo caso se creó el FONATUR; incrementando la producción de la tierra, la pecuaria, satisfaciendo la fabricación de fertilizantes, el cultivo de la caña de azúcar y la producción de ésta, haciendo que la electrificación llegue aun a los pueblos más apartados y de difícil comunicación.

La obtención de naves marítimas y aéreas, para lograr una efectiva comunicación y digna participación en la integración y digna participación en la integración de nuestra República, la millonaria multiplicación de las líneas y aparatos telefónicos en forma que no ha tenido precedentes mecanizando el sistema postal de selección, clasificación y envío de correspondencia aumentando el número de piezas procesadas, considerablemente.

Para todo el establecimiento de la infraestructura que se creó, la inversión pública tuvo que ser inmensa, comprendiendo en importante escala la educación a todos los niveles.

Como una etapa del proceso económico, que puede lograrse efectivamente con la infraestructura lograda, se intensificó la producción en todas las áreas y en todos los campos, el agrícola, el ganadero, el pesquero, el industrial, el minero, el siderúrgico, el nuclear, en la petroquímica, habiendo logrado resultados positivos que han comenzado a satisfacer la demanda interna de muchos satisfactores, quedando inclusive excedentes que permiten la exportación.

Para vigorizar la economía nacional, cubrir los nuevos mercados internacionales y racionalizar las ventas de los productos exportables se estableció el Instituto Mexicano de Comercio Exterior, cuya competencia, actividad y resultados han sido muy satisfactorios a pesar de su corta vigencia.

La producción, difusión y venta, interna y externa de las artesanías típicas de todas las regiones de nuestro pueblo, ha dado mayor cohesión a las costumbres, regionalismos, y permitiendo la subsistencia e interdependencia económica de muchísimos artesanos que se encontraban en bancarrota.

La producción y el consumo de nuestros bienes, conforme a las leyes de la oferta y la demanda establecen la pauta de la regulación económica, y propiciando la creación de bienes de capital tendientes a la creación de riqueza y por ende de satisfactores. La reciente medida económica asumida por el licenciado Luis Echeverría, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, de abandonar la paridad fija y estricta del peso mexicano frente al dólar, es profundamente viril y honesta, obedeciendo a un completo conocimiento de la realidad social y económica de México y de sus posibilidades de desarrollo futuro.

Ese conocimiento ha sido rector de este sexenio, por ello y consciente de la realidad lacerante de nuestra economía y para evitar el prolongar una agonía, opto por marcar un costo a la estabilidad económica ficticia, que se tornaba intolerable, recomendando y previniendo una serie de medidas y consecuencias materiales, acordes con nuestra realidad para preservar el desarrollo compartido de México.

Es conveniente señalar que si el Estado hubiera aceptado la posibilidad de la flotación del peso anticipadamente, ello habría incrementado la salida de los capitales privados que tradicionalmente se alejan en los últimos años de cada administración. Los capitalistas privados al servicio de muchos de los cuales trabajan los contadores y abogados de Acción Nacional, habrían descapitalizado aún más el país. La producción y el consumo de nuestros bienes conforme a la ley de la oferta y la demanda, establecen la pauta de la regulación económica y propician la creación de los bienes de capital que inician las creaciones de casas y por ende de satisfactores.

Es ahora cuando más se necesita que los mexicanos cerremos filas en torno a nuestro gobierno, que respondamos con entereza y nos dispongamos a trabajar sin descanso. Ya que nuestras fuerzas y preocupaciones debemos enderezarlas hacia una mayor productividad de la tierra, a una debida y racional explotación pecuaria y marítima y un intenso fomento del turismo, que además de estrechar nuestros lazos con los hermanos de otros países representa un considerable ingreso de divisas, todo ello, para nivelar nuestra balanza internacional de pagos y liberarnos de la deuda pública y de nuestro subdesarrollo.

En una exigencia que los económicamente poderosos, comprendan la necesidad de una mejor distribución de la riqueza, porque existe un porcentaje mayoritario de nuestro pueblo que carece de los más elemental, y por más esfuerzo que haga el gobierno por que alcancen un nivel digno de vida, sin marginamientos, no podrá realizar dicho afán sin que desistan en sus economías una reducción en su lucro constante, teniendo que compartir la

responsabilidad de no dejar a nuestros mexicanos, ni en el hambre, en el desempleo o en la miseria, ya que estas son formas inicuas de esclavitud que deben quedar abolidas para siempre. No es posible contemplar y menos aún tolerar los brutales contrastes que aún se contemplan en México a casi 60 años de haberse hecho Ley la Revolución, entre la opulencia insultante de unos cuantos y ya no digamos la pobreza sino la miseria de muchos millones de mexicanos.

Por esta y muchas otras razones nuestra patria vive en estos momentos, compañeros diputados, un momento de destino, se trata de saber si México es capaz de desarrollarse íntegramente, de acuerdo con los planteamientos hechos por la actual administración o si por el contrario, las fuerzas de la reacción y retroceso del país, las fuerzas de los grandes capitales ilícitamente amasados, tiene la suficiente fuerza para explotar el esfuerzo y los sacrificios de las grandes mayorías, que con su actitud constante y tenaz hacen posible el México que hoy contemplamos.

El pueblo ha sido testigo que desde el mes de diciembre de 1970, la historia de la Revolución Mexicana, encontró un nuevo camino, el camino de la verdad, a partir de esa fecha se han dinamisado las posibilidades de progreso y bienestar y el pueblo mexicano siente ya ahora gran esperanza en su futuro, no obstante que como el Presidente Echeverría lo ha dicho, son muchos los problemas reales originados en nuestras viejas carencias; problemas que arrancan desde la época precortesiana, otros que se gestaron en tres siglos de coloniaje; muchos que vienen del siglo pasado o que derivan del porfirismo y otros que se generaron no solamente del crecimiento de la población, de las generaciones que irrumpen tocando las puertas de las oportunidades de estudio y trabajo, sino también de las ansias legítimas de justicia que ya nadie podrá quitar ni borrar del corazón y la mente del pueblo mexicano.

La política del país ha encontrado, lo creemos firmemente, desde diciembre de 1970, una nueva perspectiva, la tónica es ya más clara, más amplia y sobre todo más limpia, es ya efectivamente una función de servicio y no de lucro. La política mexicana es síntesis, ha encontrado verdadera y real dimensión de su significado.

Por todo lo anteriormente expuesto, los miembros del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana en todo el país, hemos llegado al convencimiento pleno que Luis Echeverría es uno de los más grandes hombres que ha parido México en su historia toda e incuestionablemente, el más grande en lo que va del siglo.

Sólo me resta señalar algunos de los logros más destacados obtenidos durante el gobierno de Luis Echeverría; y los que por su importancia y trascendencia habrán de ir más allá de la temporalidad del presente régimen:

1. La Ley General de Población.

2. El Impulso a la Educación.

3. La Autosuficiencia en Petróleo.

4. El impresionante impulso a la siderurgia y electricidad.

5. La política Exterior.

6. El SELA.

7. La Naviera Multinacional del Caribe.

8. La Ley General de Asentamientos Humanos.

9. La Igualdad Jurídica entre Hombre y Mujer.

10. La Institución Mexicana de Asistencia a la Niñez.

11. La Siderúrgica Lázaro Cárdenas "Las Truchas".

12. La Universidad del Tercer Mundo.

13. La Apertura Democrática.

14. La Flotación del Peso Mexicano, y

15. La Carta de los Deberes y Derechos Económicos de los Estados.

Ya para finalizar quisiera, quisiera manifestar a esa Representación popular, y por su conducto al pueblo de todo México que como el Presidente Echeverría dijera: "La Revolución Mexicana no ha terminado, pues si bien es cierto que es largo el camino que hemos recorrido, más largo es el que tenemos por delante; caminemos todos los mexicanos, unidos y optimistas luchando por la grandeza de México". Muchas gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: se declara un receso de quince minutos.

El C. Presidente: (a las 16:20 horas): Se reanuda la sesión. Tiene la palabra el señor diputado Salvador Reyes Navarez.

El C. Salvador Reyes Nevárez: Honorable Asamblea: Hablaré de la política interna del Presidente Echeverría, tal como él la describió en el informe que rindió al Congreso de la Unión el pasado día 1o. de este mes, y tal como todos nosotros y todos los ciudadanos de México hemos podido, no sólo contemplar sino vivirla cada quien por los que respecta a sus propias actividades y a su propia situación dentro de la comunidad nacional.

La política interna del Presidente Echeverría, es fundamentalmente un acto de congruencia, congruencia con las circunstancias actuales, congruencia con nuestros principios tradicionales, con nuestras decisiones históricas y congruencia también con los problemas que se avizoran en el inmediato futuro.

Echeverría, como todos los verdaderos estadistas, y empleo este término en el más puro de sus sentidos, no se limita a gobernar para el presente, Echeverría prevé, Echeverría vislumbra las cuestiones que habrán de plantearse a las generaciones que nos sucederán en función de ellas para legarles una patria más libre de problemas, para legarles tal vez fórmulas de solución aplicables en ese futuro que algún día será presente y en función de ellas también ha actuado y ha iniciado ante esta representación nacional muchas leyes que tienen ese sentido.

He dicho congruencia con nuestro pasado, el pueblo de México ha sido gran protagonista de nuestra historia, ha trazado a lo largo del tiempo un camino del que no podríamos desviarnos su pena de desdibujar nuestro

proyecto nacional. Los pueblos, compañeros diputados, igual que los individuos, se define por sus proyectos. El hombre es un ser que no se agota en la pura esencia del presente sino que se lanza perpetuamente hacia el adelante, que concibe en el presente de cada momento, no lo que es en ese momento sino lo que tendrá que ser, lo que decide ser en momentos posteriores.

El hombre sin proyectos es casi inconcebible y equivaldría a la mitad de su verdadero perfil vital. El país sin proyectos seria un país amodorrado. Yo creo que el país sin proyectos seria la presa por excelencia, sería la muestra por excelencia de la mentalidad colonial.

La mentalidad colonial que, entre otras cosas, veda el alzamiento de toda una nación, veda el alzamiento de todo un pueblo hacia su futuro o libre decisión de ese pueblo, de esa comunidad nacional.

El pueblo de México con Echeverría a la cabeza ha declinado definitivamente todo resabio de colonialismo, todo resabio de actitud colonial en la mente, todo pensamiento que nos unza, que nos amague, que nos esterilice en ineficiencia, en la denuncia a nuestras protestas últimas de decisión.

En este sentido esta congruencia de la política interna de Echeverría tiene mucho que ver, y en otros sentidos sucede lo mismo, tiene mucho que ver con la política exterior del presidente de México.

En realidad se trata de los dos lados, de las dos caras de una misma moneda. Tratamos de desuncirnos, tratamos de liberarnos de una situación que de alguna manera nos había privado de jugar el papel que deseamos, el papel que merecemos como pueblo soberano en la historia contemporánea.

Aquí en esta tribuna, el presidente de México dijo una vez que México había decidido por fin desempeñar un papel activo dentro de la historia.

Esta declaración equivale a la otra. México ha decidido deponer, ha decidido cancelar todo residuo, todo resto de la mentalidad colonial que antes había sido una de sus características.

No podría afirmarse que esta empresa de remozamiento mental ha llegado ya a sus últimas consecuencias. Por desgracia, y todos lo sabemos, aún persisten determinados trazos, determinados matices que recuerdan y de alguna manera reviven las antiguas actitudes, las antiguas, no conductas, sino precisamente anticonductas; las antiguas inercias.

Una de las grandes empresas de Echeverría; una de las grandes empresas que todos nosotros hemos de realizar consiste precisamente en esto: en asumir nuestra identidad, en asumir nuestra identidad histórica, al asumir también íntegramente todas las responsabilidades que implica la libertad plena por la que estamos luchando.

Si examinamos nuestro curso histórico, no es fácil distinguir entre todos los avatares y todas las vicisitudes por las cuales hemos atravesado desde que cobramos conciencia de nuestra nacionalidad, un proyecto que persiste. Es muy fácil distinguir - lo decía -, y es un proyecto que todavía hoy nosotros suscribimos y que será suscrito en adelante por todas las generaciones de compatriotas que afloran sobre esta tierra nuestra. Este proyecto se define a despecho de las múltiples intentonas en que han incurrido todos los que se empeñan en resistir al cambio. Es un proyecto de igualdad de los mexicanos, no sólo ante la Ley, sino ante las funciones económicas, ante las expectativas culturales, ante los muchos cauces que conducen al hombre a ser hombre concreto; a cada hombre de carne y hueso a la realización más y más plena de sus potencias y a la aplicación más y más fecunda de sus capacidades.

La política interior del presidente Echeverría representa un paso más y de mucho monto hacia la discusión de ese proyecto nacional. Echeverría ha cumplido su compromiso histórico, tal como lo dijo al rendir su protesta como candidato de nuestro partido, el Revolucionario Institucional, a la primera magistratura del país. Echeverría es un hombre de su tiempo; ha sabido comprender las complejísimas circunstancias en la que se desenvuelve la vida del país, y las condiciones críticas en que se agita el mundo, y ha actuado con absoluto realismo en medio de ellas, para avanzar un trecho cuya mensura no nos corresponde a nosotros, sino que queda librada al juicio de la historia para avanzar un trecho hacia aquel proyecto fundamental de todos nosotros.

Nuestro pasado colonial, nuestra dependencia, que no es un asunto cancelado, sino que todavía hoy gravita sobre el país, la presencia en el cuerpo de nuestra comunidad, de fuerzas minoritarias que no suscriben ese gran proyecto nacional, que es proyecto de igualdad, de libertad y de solidaridad, sino que postulan un anti - proyecto que profesan la cerrazón ante el cambio, que no piensen en el futuro en cuanto futuro, sino que sueñan en él como algo que ha de revivir extraído del pretérito; todas esas fuerzas y otras que pretenden no un cambio, sino una ruptura de nuestra imagen y de nuestras decisiones, todo ello, decía, levantada ante la acción del gobierno, hace seis años, una muralla que a muchos pareció insalvable, para Echeverría ese obstáculo no fue tal sino que fue por el contrario, un acicate. (Aplausos.)

Las demandas campesinas que de todos los puntos del país surgían como imperativos ineludibles, los requerimientos de los trabajadores, los de las capas medias de nuestra población, eran para Echeverría, hombre de su tiempo y de su tierra, otras tantas exigencias de una respuesta limpia, laboriosa, ardua pero inaplazable, Echeverría se aplico al darle desde el día mismo en que se asumió la primera magistratura.

Desde entonces hasta ahora - y seguramente hasta el 30 de noviembre próximo - el presidente de México ha desarrollado un esfuerzo denotado y tenaz para llevar adelante, a despecho de las condiciones adversas, nuestro proyecto que podría sintetizarse en una sola expresión: democracia social. Democracia no

sólo como esquema política, sino también y sobre todo como estilo de vida. La democracia no sólo consta en los procedimientos electorales y en la representatividad de los órganos del gobierno en relación con sus electores. La democracia es una actitud, una actitud de solidaridad de equidad y de respeto recíproco entre los habitantes de un país y entre ellos y los que por decisión popular son depositarios del poder público.

Cito entre comillas una frase, un fragmento del día 1o. de septiembre: "la tarea de estos años - dijo el presidente en esta ocasión - ha estado orientada a consolidar los propósitos que nos unen en lo esencial. Juntos imprimimos un nuevo sentido a la vida pública del país fortalecemos nuestras instituciones democráticas a través del derecho y de la libre determinación de nuestros pueblos".

Este párrafo compañeros diputados, es por sí mismo la expresión de la gran obra política interior del Presidente Echeverría. No es una obra concluida y nadie como el Presidente tiene conciencia de ello. La Revolución misma - él lo ha dicho - se haya apenas en la mitad de su jornada. Pero en el párrafo que acabo de recordar ante ustedes están los elementos esenciales del programa de Echeverría, del programa de política interna.

Muchos de ellos se han vuelto realidad, ahora mismo en esta Cámara nos es dable ver algunos de sus frutos. Unidos en lo esencial - ha dicho el Presidente -. Esta frase implica la vocación de concordia y también, es preciso notarlo, la de pluralismo en cuanto a la coexistencia de los partidos políticos, y más en el fondo en cuanto a la facultad de discrepancia que todos nosotros posemos.

El Presidente Echeverría no sólo ha admitido esa facultad sino que la ha adelantado. estamos unidos en lo esencial en la medida en que compartimos nuestros proyectos de sociedad, nuestros proyectos de nación; pero no queremos constituir un estado monolítico. La libertad es para nosotros mucho más cara que la unanimidad en que los rostros individuales desaparecen y se confunden para integrar una masa científicamente disciplinada y dirigida. (Aplausos.)

Juntos - añadió el Presidente - hemos impreso un nuevo sentido a la vida pública del país; juntos es menester repara en esta palabra; no se trata de la acción de un hombre sobre un pueblo inerte, sino de una acción que tuvo como primera finalidad la de avivar los propósitos de participación de este pueblo en los altos negocios de la República. Esta participación constituye no sólo un método para perfeccionar la democracia, sino que es, ya de por sí, desde su origen, la democracia misma, una democracia que no es aún tan amplia, tan fluida, tan operante como todos nosotros lo deseamos; pero que está como una idea regulativa en cada uno de nosotros. Una democracia, por otra parte, que el Presidente Echeverría ha estimulado mediante todas y cada una de las acciones de su gobierno.

Y en este momento, merced a reformas constitucionales y legales que él inició ante la representación nacional, son más amplios los límites de edad que se requieren para llegar a este recinto y al Senado, si es más pequeño el porcentaje que exige la Ley para que los partidos minoritarios acrediten diputados en esta Cámara, si es menos rígido el requisito del número de afiliados para el registro de nuevos partidos políticos, si todo esto es una realidad tangible y operante, también es una realidad la ancha puerta del diálogo que el Presidente ha abierto ante los campesinos, ante los trabajadores, ante los jóvenes, ante los profesionales, los intelectuales, ante todos nosotros que hemos elevado nuestra voz cotidianamente en los foros en que se ventilan los grandes problemas de nuestro país.

Los comicios del pasado 4 de julio en que todos nosotros resultamos electos y en que se consumó el hecho histórico de la elección por una abrumadora e inusitada cifra de cerca de 18 millones de votos del licenciado José López Portillo como presidente de México, para el próximo sexenio, estos comicios decía, representan una prueba tangible, una prueba visible para todo el que quiera verla, de hasta qué punto ha calado la acción democratizante del Presidente Echeverría y hasta qué punto el pueblo, hasta qué punto las grandes masas de ciudadanos de nuestro país han creído en esa obra y la han apuntado con su decisión y no solamente la han hecho posible, sino que ya la han convertido en verdaderamente irrevocable.

No podemos retroceder, porque el pueblo no lo permitiría, en esta senda democrática. (Aplausos.)

El compañero diputado del Partido Acción Nacional que hace algunas horas estuvo en esta tribuna, puso en tela de juicio la pureza de esos comicios. Yo no me atrevería a poner la mano en el fuego si se hablara de una pureza perfecta, si se hablara de comicios literalmente impecables, no me atrevería, porque la misma sustancia democrática de nuestras leyes de la materia, convoca a la realización, a la vigilancia de las elecciones a un verdadero ejército de compatriotas y en un verdadero ejército de compatriotas nadie puede garantizar la ausencia de errores humanos y la ausencia inclusive de comportamientos dolosos.

Lo que sí podemos asegurar todos nosotros, porque todos lo vivimos el día de las elecciones, es en sustancia, en esencia, que esos comicios fueron literalmente verticales que expresaron la voluntad, sin lugar a la menor duda, como tenía que suceder por necesidades internas de nuestra misma historia, atenta como siempre hacia aquel proyecto fundamental que yo les mencionaba, que es nuestro proyecto de democracia social.

(Aplausos.)

De lograr la justicia sin mengua de la libertad, y de lograr la libertad sin desdoro de la justicia.

El diálogo, había dicho un poco antes, pieza fundamental de la política interna de

Echeverría, y también como ya se ha mencionado en esta tribuna, de su política exterior, entraña la sustancia misma de la democracia.

Dialogar es operación que sólo puede producirse entre iguales; el diálogo supone la aceptación previa de la libertad de opinión del interlocutor; implica la admisión de su esencial dignidad y de su invulnerable respetabilidad.

Se dialoga entre pares, y si al trabarse el diálogo se establece un compromiso tácito, pero siempre firme de esgrimir la razón como único recurso y de dejar siempre intactos los cauces de la tolerancia.

Intolerante sólo podría ser Echeverría contra la misma intolerancia. Ha respondido a la provocación de los serenos argumentos que le proporciona nuestra historia entera, y que refrenda en cada uno de sus actos el pueblo de nuestro país, constituido hoy en una gran alianza en procura de aquél proyecto nacional que tanto les he mencionado; éste, en este terreno, es el sentido profundo del diálogo, el de erigirse como gran método humanista delante de todas las negaciones, de todas las maniobras mediante las cuales se intenta la clausura de la palabra y el desistimiento de lo que no es la palabra: ceguera moral, empecinamiento irracional, violencia en cualquiera de sus manifestaciones.

Pero el diálogo no atañe únicamente a la expresión verbal. Es verbal en su origen y en verbo, recordémoslo bien, es lo específicamente humano, pero también se traduce en acción. El pueblo y el presidente, dialogantes ambos, han actuado, han puesto en marcha innumerables empresas, todas ellas igualadoras, justicieras y libertadoras. Este país, que ha costado a sus hijos tanto esfuerzo, tanto sacrificio, tan arduos trabajos, tanta sangre y tantas lágrimas, que ha requerido de la entrega de millones de mexicanos a lo largo de los años y de los siglos, se finca en la palabra, porque la palabra es el concepto, es la idea, pero se manifiesta en la acción que es instrumento transformador de la realidad y de las circunstancias y del contorno.

Ha dicho Enrique Ramírez y Ramírez, es esta misma tribuna, que el derecho en nuestro país, en esta etapa de nuestra evolución, es un elemento de cambio, en vez de serlo de conservación de un orden preexistente. Nada más cierto; la acción del pueblo tiene entre nosotros, no sólo el apoyo sino en motor del derecho. Nuestra Constitución no estatuye formas inmutables, sino que es ella misma, por decisión consciente de sus hacedores, del propio pueblo, una posibilidad siempre actual de transformación creadora.

De acuerdo con estos principios, con estos hechos normativos que están ante nosotros, que encarrilan nuestra Revolución Por el rumbo del derecho, derecho al fin y al cabo revolucionario, que no es ancla en el pasado, sino velamen que nos empujan hacia adelante.

Echeverría ha consumado una visionaria labor de iniciador de leyes, que en el seno del Congreso han sido debidamente discutidas y aprobadas en su caso. 267 disposiciones legislativas han entrado en vigor durante su mandato, y todas ellas, de maneras directa o indirecta, por muy distintos caminos convergen en un punto: el del acrecentamiento de nuestras libertades y de nuestra justicia social; el de la ruptura de viejas desigualdades sociales regionales e internacionales.

A propósito de las desigualdades sociales, y tal vez de las regionales, nuestro compañero de AN - y aquí permítanme una disgresión porque parecería por lo menos extraño que el compañero de AN hubiese recibido a lo largo de toda esta jornada una serie de rectificaciones - permítaseme una disgresión en este sentido: No nos proponemos refutar a AN de manera sistemática, solamente que cuando AN ataca de manera sistemática, nosotros, con la verdad en la mano y la razón en la mano procuramos volver las aguas a su cauce y sentar las verdades ahí donde había no digo mentiras torpes, pero por lo menos verdades a medias o verdades incorrectamente dichas. (Aplausos.)

Se quejaba el compañero de AN de que la política educativa del gobierno de la República no había logrado - o tal vez quiso decir que ni siquiera se había propuesto nivelar las injustas diferencias que existen entre zonas deprimidas.

Yo quiero que me disculpen ustedes, compañeros diputados, si en lugar de acudir a estadísticas que todos tenemos al alcance de la mano, acudo simplemente a una experiencia personal, a una experiencia reciente que reviví, que obtuve respecto a algunos lugares que yo no conocía de mi Distrito, en la reciente todavía campaña electoral.

Mi Distrito abarca una gran parte de la portentosa, de la bellísima, pero muy difícil, Sierra Madre de Durango.

Mi Distrito implica dificultades de transporte, de traslado, que durante siglos se mantuvieron en pie y que mantuvieron aislados a los habitantes de aquella serranía.

Mi Distrito es duro, es áspero, aunque, repito, muy hermoso y podría añadir que muy rico. Es duro y la gente que lo habita ha tenido que habituarse a esa dureza de su habituar. Ha tenido que endurecerse ella misma sin perder, sino al contrario, acrecentando su nobleza.

Y en pueblitos perdidos en lo más recóndito de la Sierra Madre duranguesa, yo siempre me encontré, cuando se trataba, claro está, de pueblos cuyo número de habitantes justificaba el hecho, siempre me encontré una escuela primaria, modesta, pero suficientemente dotada y muchas veces me encontré una modernísima. una casi sorprendente por el contraste que había entre esa construcción y el paisaje que la rodeaba, una modernísima Escuela Secundaria Técnica Agropecuaria.

En el pueblecito del Rodeo, que no es precisamente serrano, pero que también se encuentra en una región muy difícil geográficamente hablando de Durango, yo vi a los muchachos, a los escolares de secundaria valerse, manejar un par microscopios modernísimos de los que en mis tiempos era muy difícil tener en

secundarias de aquí de la ciudad de México. Yo creo que el compañero de Acción Nacional pecó por ligereza, o tal vez por una ausencia de conocimientos cabales sobre la materia y creo, además, que pecó por falta de rigor metódico, porque no puede hablarse de una defectuosa solución del problema educativo si lo primero que hacemos es disociar este problema educativo de todo su contexto; si lo primero que hacemos es olvidarnos de que, por ejemplo, los niños campesinos acusan un índice muy bajo de escolaridad, no porque falle el sistema educativo, sino porque falla o ha fallado el sistema económico, porque apenas estamos saliendo de aquella época en que el campo no hacia más que suministrar recursos a los centros industriales y soportar una depauperación creciente. Yo creo que todo esto deberíamos meditarlo y tenemos 3 años por delante, meditarlo y esclarecerlo porque, repito, los problemas no deben, no pueden ser considerados de manera insular, sino que es preciso establecer en ellos las relaciones lógicas que los unen y extraer de esas relaciones una serie de prioridades relativas a su deseable solución.

Les decía que estas normas iniciadas por el Presidente Echeverría ante el Congreso de la Unión, tienen a la ruptura de esas desigualdades y tienden a la abolición, en una palabra, del colonialismo interno y del que acecha desde más allá de nuestras fronteras, conviene recordar al respecto la nueva Ley de Reforma Agraria, la Ley Federal de Aguas y la Crédito Rural que han señalo fórmulas efectivas de solución a muy viejos problemas campesinos que han propiciado la expropiación colectiva de la tierra, que han facilitado la llegada de créditos suficientes a ese sector de primordial importancia en nuestro país y que había sido víctima de una insaciable voracidad que afectaba sus recursos en beneficio del sector urbano. Conviene asimismo que recordemos la legislación promovida por el Primer Mandatario, con el objeto de propiciar la inversión extranjera, pero de una inversión extranjera que no venga a medrar a costas de nuestras insuficiencias, sino a colaborar lealmente, lealmente dentro del límite que nosotros, en uso de nuestra soberanía, le hemos fijado, a colaborar, decía, en la gran empresa de nuestro desarrollo. El mismo sentido Tiene la Ley de Transferencia de Tecnología, instrumento que nos pone a cubierto de una de las presiones más fuertes y más eficaces del imperialismo y nos coloca en posibilidad de ir construyendo con nuestro esfuerzo y con nuestro talento, una tecnología propia, que nunca será, porque no podría serlo enteramente original y autóctona, pero que tiende a adaptarse, al margen de toda imitación extralógica a las verdaderas peculiaridades y necesidades del país.

La mujer mexicana, merced a otras reformas legales que también han sido recordadas ya en esta jornada, se ha visto equiparada al varón. Se ha pertrechado a los sectores medio y laborante contra las mil tentaciones del consumismo y contra las mil argucias también del consumismo.

Se ha legislado también de los menores de la familia mexicana. Se ha refrendado en las normas que rigen la aplicación de ciertas penas corporales nuestra inquebrantable fe en la libertad originaria del individuo, en su libertad moral, único resorte capaz de borrar torpezas anteriores de la conducta.

La protección de nuestros recursos, la convicción de que todos ellos deben beneficiar al pueblo antes que a cualquier otra instancia, la creación por decisión soberana de la zona económica exclusiva de 200 millas en torno a

Todo ello apunta hacia la consolidación de nuestros litorales. aquel proyecto que yo les mencionaba al principio, el de un país soberano, cuyos hijos, en alianza solidaria, en pluralidad de vocaciones personales, pero en función de un designio que los une en lo esencial, trabajan y se esfuerzan para aumentar cada día el volumen de los frutos de la tierra, de los frutos de los talleres, de los frutos de la cultura.

El concepto de diálogo; el de crítica y el de autocrítica, el de discrepancia, son, como lo insinué hace unos minutos, piezas clave de la obra pública de Echeverría.

Son prácticas, procedimientos, métodos de gobierno, pero también de convivencia. Animan nuestra vida pública y está en el espíritu de esas nuevas leyes; de esas reformas legales a las que no he hecho sino una referencia somera y necesariamente incompleta.

Pero la labor no está consumada; las leyes predican un deber ser, y el ser real, el que está a nuestra vista, el que confrontan nuestros campesinos, nuestros obreros, nuestros empleados públicos, no se acomoda siempre todavía a los imperativos que el pueblo ha enunciado por boca del Presidente y del Congreso.

Es una tarea nuestra, de esta generación y de las que nos sucedan, hacer que concuerden el ser y el deber ser. Será labor de esta legislatura, la vigencia de los derechos sociales siguiendo una idea de quien será Presidente de México. Y de todos los mexicanos, de los que integran gobierno lo mismo que de los ciudadanos en general, será misión velar celosamente, activamente para que estas semillas no se pierdan, sino al contrario rindan todo lo que esperamos de ellas. Gracias." (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el diputado Víctor Manzanilla Schaffer.

El C. Víctor Manzanilla Schaffer: Señor presidente; compañeros diputados; señoras y señores: Hemos escuchado las opiniones, reflexiones, puntos de vista y consideraciones que han formulado los diputados representantes de la Mayoría y los diputados representantes de la minoría parlamentaria. En el caso de las hechas por el Partido Acción Nacional, y no como se ha creído, solamente por el diputado Hernández Labastida, porque si no me equivoco, lo que hizo el diputado Hernández Labastida fue leer un documento firmado por toda la diputación Panista, lo leído contiene una serie de consideraciones, puntos de vista, críticas y objeciones, a los realizado en los 6 años de Gobierno por ese Presidente ejemplar, Luis

Echeverría. (Aplausos.)

Me voy a referir, antes de entrar en materia, a esa afirmación del Partido de Acción Nacional, de que el Presidente Echeverría, o sea el Ejecutivo, al manifestar que, en las elecciones del 4 de julio, "la amplitud y el entusiasmo del sufragio popular rebasaron toda predicción, y que muy pocos regímenes democráticos, tal vez ninguno, cuentan hoy con semejante respaldo ciudadano", se apartó ostensiblemente, de su investidura constitucional, para convertirse en simple panegirista o en un miembro destacado de un partido político.

Criticar al Presidente por reconocer un hecho manifiesto, real, inobjetable, indestructible, como fue el triunfo definitivo de José López Portillo y de sus candidatos del PRI, es pedir, señores de Acción Nacional, que el primer Mandatario de la Nación, se quede callado frente a la fuerza de los hechos, y esto es políticamente imposible. (Aplausos.)

Panegirista es el que elogia a una persona, y el Presidente elogió y aplaudió la fortaleza revolucionaria del pueblo mexicano. Además, sí es Luis Echeverría el miembro destacado del Partido y así lo hemos reconocido y así lo hemos proclamado. Pero ese mensaje que ustedes critican yo siento que entraña una afirmación política para el PAN. Ese mensaje es decirles a ustedes, señores, que su candidato, el señor abstención, quedó derrotado definitivamente. (Aplausos prolongados.)

Claro, es posible en esta tribuna, que se manejen estos argumentos sólo para usar el consuelo del ahorcado -me ahorcaron pero les saqué la lengua. (Risas y aplausos.)

Señores diputados:

He pedido el uso de la palabra para expresar ante ustedes algunas reflexiones y comentarios sobra la obra agraria del presente gobierno, parte de la cual se encuentra referida en el VI informe que hace pocos días escuchamos en este mismo recinto parlamentario.

Mi deseo no es hacer un relato pormenorizado de los realizado en materia agraria, por que existen documentos que dan fe; existen seis informes presidenciales; informes de diversas Secretarías de Estado; información publicada en periódicos, en revistas, y más que nada, los mismos hechos y las obras concretas que trascienden las palabras.

El verdadero deseo de mi presencia en esta alta tribuna nacional, es tratar de analizar la obra agraria de un gobierno ejemplar que a lo largo de seis años de gobierno revolucionario comprobó, ante el pueblo y ante el mundo su coherencia ideológica al igualar su pensamiento con su emoción; su voluntad con su decisión; su palabra con su acción.

Reitero: no vengo a hacer un catálogo completo de lo que el Presidente Echeverría hizo y continúa haciendo en beneficio de los campesinos mexicanos o sea, en beneficio del 46% de nuestra población. En las juntas preparatorias se precisaron, con toda claridad los resultados de esa acción.

Además, quien con seriedad desee conocer los alcances y profundidad del agrarismo del Presidente Echeverría debe informarse y conocer la obra; debe ir al campo mexicano, a los ejidos y comunidades y escuchar la voz auténtica de los campesinos, esencia de nuestro pueblo, para sentir el fuerte latido nacional y revolucionario; la vibración de las más puras esencias de la nacionalidad y para escuchar no la esperanza, sino la confianza en nuestras instituciones y el gobierno de la República.

El mexicano responsable no hace caso de las quejas tendenciosas e interesadas de las minorías vencidas, desgastadas, resentidas y gemidoras que protestan por ver liquidados sus privilegios y descubiertas sus confabulaciones.

ANÁLISIS DE LA POLÍTICA AGRARIA

Haremos el análisis de la política agraria del Presidente Echeverría, partiendo de la idea, del hecho, de que todo acto humano y con mayor razón, todo acto de gobierno, tiene una causa y un fin; un por qué y un para qué; un motivo y un propósito. Además la causa y el fin de toda obra, deben entenderse dentro de un contexto, dentro de una circunstancia y en un tiempo determinado.

Desvincular y olvidar estos datos es perder el sentido y la dimensión de los hechos de un gobernante. Analizar significa distinguir y separar las partes de un todo para comprender sus características, significado y principios.

En consecuencia: para analizar la obra agraria del presente gobierno debemos distinguir las siguientes partes:

Primero: La realidad agraria a la que no se enfrentó el Presidente Echeverría cuando tomó posesión de su cargo;

Segundo: El marco legal de las relaciones sociales, económicas, políticas y culturales de los campesinos;

Tercero: El compromiso y el pacto que hizo con el pueblo, no sólo en discursos electorales, sino, lo que es más fundamental, más importante y decisivo, lo que dijo en su mensaje a la nación, cuando tomó posesión de su cargo.

Cuarto: Su conducta, actitud, voluntad y decisión para actuar.

Deseo decirle a mi compañero diputado Labra que estoy de acuerdo en abandonar el culto a las personas; pero también insistiré en que el complemento necesario para el entendimiento cabal de la obra del gobernante, debe comprender ese mundo subjetivo de la voluntad, función y decisión que lo impulsa a actuar en beneficio de la mayorías nacionales. (Aplausos.)

Quinto: Los resultados de su política agraria.

Comenzaremos por decir, en apretada síntesis, que el candidato Echeverría al realizar el más extenso recorrido electoral de que se tenga memoria, encontró, como realidad manifiesta que pese a todos los esfuerzos, programas y realizaciones positivas de los gobiernos anteriores, los problemas económicos, sociales y culturales de los campesinos, y, aun los políticos, seguían siendo de urgente resolución y reclamaban prioridad nacional, en beneficio de la estabilidad de nuestras instituciones.

El Presidente Echeverría encontró que la gravedad del programa agrario se producía por las siguientes causas:

1o. Por obstáculos legislativos: la legislación aplicable a la relación hombre - trabajo - tierra era injusta, insuficiente, obsoleta y contradictoria. El Código Agrario de 1942, aparecía frente a los reclamos de la realidad como deficiente, tolerante, débil e inoperante. Había permanecido casi 28 años, sin reformas, favoreciendo la concentración de la propiedad rural; complicando los procedimientos de entrega de la tierra y dificultando el desarrollo económico, de las partes de la estructura agraria.

La Legislación de Aguas de 1934 y 1946 favorecía la especulación y concentración de las tierras de los distritos de riego; hechos con dinero del pueblo.

La legislación de crédito rural estaba dividida en leyes, decretos y disposiciones que fraccionaban los recursos de la banca para dar crédito; al ejido, a la pequeña propiedad y otra que se pensó como de segundo piso, entregó sus recursos al desarrollo de la pequeña propiedad.

Es decir, la legislación vigente de 1970, que regulaba la tierra, la organización, el trabajo, el crédito y el agua, obstaculizaba la aplicación de la justicia social. No se hable de la multitud de reglamentos, circulares, disposiciones dispersas, contradictorias, de varias Secretarías del Estado.

También encontró el Presidente Echeverría, que había obstáculos administrativos. A pesar de, y esto quiero llamar la atención muy poderosa para comprender todo lo anterior, a pesar de que el Departamento Agrario, es el brazo ejecutor de la política Agraria del Presidente; a pesar de ser el instrumento de realización de la justicia agraria y de tener la mayor carga de responsabilidad revolucionaria, su presupuesto era el menor y se menospreciaba su importancia en la actividad administrativa general. Vivía en la penuria.

Escasez de medios, carencia de personal, bajos sueldos, limitación de funciones y discriminaciones administrativas, políticas y sociales para todo su personal.

Esto lo digo con conocimiento de causa, por haber prestado mis servicios durante nueve años en el entonces Departamento de Asuntos Agrarios y Colonización.

Encontró además el Presidente Echeverría obstáculos burocráticos: el Departamento Agrario tenía un personal reducido; parte del cual estaba compuesto por viejos empleados, verdaderamente agraristas, pero que añoraban la época del General Cárdenas y no comprendían la paulatina pérdida de la mística agraria en los nuevos empleados que prestaban sus servicios, por lo tanto, esperaban que pasara el tiempo para obtener su jubilación. Otra parte del personal se había vuelto, qué diremos, mañoso, perezoso, y también corrupto, porque sí había corrupción en algunos, de los que laboraban en el antiguo Departamento Agrario. (Aplausos.)

A todo lo anterior hay que agregar la sobre población en los ejidos, así se va conformando el problema agrario, sobrepoblación en todos los ejidos, el rezago de más de 60,000 expedientes o instancias agrarias sin resolver; la desorganización interna en ejidos y comunidades; la falta de definición de los derechos agrarios; las simulaciones, acaparamiento de tierra, la concentración económica de los beneficios de la explotación de la tierra; la especulación, renta y abandono de los bienes ejidales; la comercialización e industrialización de los propios bienes ejidales en manos de particulares y en manos de intermediarios; la falta de renovación de las autoridades ejidales y comunales que producía caciquismos y los abusos; el abandono de las zonas indígenas, el olvido de los mexicanos que vivían o que viven en zonas deprimidas. A todo lo anterior, ya se ha aceptado, ya se ha dicho en esta tribuna, queremos agregar la deficiencia en la educación rural, la insuficiencia en la educación técnica agropecuaria; la escasez en la electrificación rural y una infraestructura en su mayor parte en beneficio de las ciudades. En suma, el ejidatario, el comunero, el solicitante de tierras, a pesar de los deseos, repito, de los deseos de los gobiernos revolucionarios, se encontraban marginados del desarrollo nacional.

Frente a esa realidad de Presidente Echeverría, en diciembre de 1970, reconoció que al subsistir graves carencias e injusticias, se ponían en peligro las conquistas realizadas y que la excesiva concentración del ingreso y la marginación de los grupos humanos, amenazaban la continuación armónica del desarrollo. Advirtió que alentar las tendencias conservadoras que habían surgido en el período de estabilidad, equivaldría a negar la mejor herencia de nuestro pasado y para mantener la energía de la revolución se debía repudiar el conformismo y acelerar la evolución general.

Señalo, además, que no existe dilema alguno entre expansión económica y distribución del ingreso y que la reconquista de la tierra fue causa profunda de la Revolución y el origen del México actual; que el reparto agrario no había concluido y que deberíamos seguir preparando, desde su base, la construcción de la sociedad moderna.

Ante la nación, Luis Echeverría se comprometió con profundo sentido revolucionario, a ejecutar no un programa de gobierno, sino un programa del pueblo y expresó y citó textualmente, para comprender el compromiso que adquirió: "He dialogado francamente con mis compatriotas, me han dicho lo que necesitan, lo que ambicionan y lo que están dispuestos a realizar. Conocen mi pensamiento y mi voluntad de servirlos. Llega el momento de actuar, cumpliré con lealtad el deber conferido. No descansaré un sólo día del sexenio en la tarea de promover el mejoramiento de los campesinos y del medio rural".

Debamos reconocer que a partir de esa fecha, 1o. de diciembre de 1970, Luis Echeverría no ha descansado un sólo día en su infatigable devoción por mejorar social, política, económica y culturalmente a los campesinos del país.

Su decisión fue determinante, no diferir ni rezagar lo solución del problema agrario,

porque eso equivaldría a agigantarlo y a perder capacidad para resolverlo. Y no resolverlo integralmente, significaba truncar el sano desarrollo económico del país. Significaba destruir la base de nuestra sociedad. Significaba mutilar la vitalidad nacional, herir el sentimiento revolucionario, desvirtuar el compromiso histórico y hacer peligrar la armonía entre los mexicanos.

No sólo es importante, compañeros diputados, la decisión de resolver a fondo el problema agrario; no sólo es notoria la intensa actividad que el gobierno realizó sino algo más, algo que destacamos, porque explica muchas cosas: la limpia emoción revolucionaria, la conducta y actitud del Presidente Echeverría, de sus colaboradores más cercanos y de los líderes de las agrupaciones campesinas, demostrado frente a las presiones y amenazas de los intereses confabulados y frente a los justos reclamos, quejas y peticiones de los campesinos.

Afirma el Presidente Echeverría en su sexto informe, que nada de cuanto realizó la Nación en el sexenio es fruto de un designio personal o de un esquema preconcebido del gobernante.

No estoy de acuerdo con esta afirmación. Acepto que son el pueblo, sus instituciones jurídicas, las circunstancias, los factores condicionantes de la obra del gobierno, pero lo importante, lo decisivo, lo fundamental desde mi punto de vista es la emoción, ideología, decisión, voluntad, determinación, conducta y actitud del gobernante.

Cada hombre, gobernante o gobernado, tiene que decidir por propia cuenta lo que va a hacer. Esta decisión es intransferible; nadie puede sustituirnos. Aún en el caso de aceptar la decisión de otro, la aceptación es mi decisión.

En la consideración de las alternativas, de sus consecuencias, de los riesgos para la toma de decisiones, algunos pueden participar; otros pueden influir; pero finalmente el jefe de Estado tiene que decidir, y en ese momento se queda solo, profundamente solo. Soledad de mando, soledad que sólo se llena con el mundo objetivo de los pensamientos, emociones, ideología, creencias y convicciones. Este momento - y no otro -, es el que enfrenta a los gobernantes, a los líderes políticos y sociales con la historia.

Por eso la política agraria y las decisiones tomadas en seis años de gobierno, nos deben mover para reflexionar y para profundizar, para comprender su dimensión. La verdadera política agraria de un gobierno, no es sólo la aplicación y ejecución simple de las leyes aplicadas. Es esto, sí, pero algo más trascendente, que representa la concepción de un todo nacional integrado, armonizado y justo; equitativo y humano. Es además escuchar, atender, preocuparse y buscar solución a los problemas que los campesinos plantean.

Lo agrario, compañeros diputados, es algo que se siente, que traspasa la frialdad del pensamiento y del razonamiento y que se anida en nuestra emoción social.

Lo agrario es un tejido muy fino cuya malla sólo se percibe desde muy cerca.

Por ello no es tan importante hacer las leyes - aunque lo fuere -, sino saberlas ejecutar con decisión y firmeza.

Ese es el verdadero mensaje que Echeverría deja para las generaciones presentes y venideras. Pronto comprenderán los más obcecados de sus críticos, que ante la crisis de identidad que pasábamos, él, Luis Echeverría y María Esther, su esposa, ayudaron a salvar nuestra identidad política y a salvar nuestra identidad nacional. (Aplausos.)

Ahora es fácil entender todo lo que se ha hecho. Antes de Echeverría parecía que el pulso de la Nación latía solamente en las urbes o en las ciudades capitales. Por eso se agudizó, se recalcó el dualismo radical entre lo urbano y lo rural. La ciudad y el campo se detestaban, pero al mismo tiempo se deseaban. Se había olvidado que la sociedad de consumo, la sociedad mecanizada, nace de las grandes urbes y que la sociedad humana tiene su cuna en los poblados rurales.

La propia composición de esta "L" Legislatura, tanto aquí en la Cámara de Diputados, como en la Cámara de Senadores, demostraba el dualismo entre ciudad y campo.

Pocos, muy pocos auténticos campesinos eran postulados por nuestro partido para en cargo de diputado federal o senador; las ciudades eran productoras de los representantes populares. Se olvidaba nuestro partido que un pueblo es una suma de intereses, deseos, inteligencias, conocimientos, experiencias y cuanto mayor sea la afluencia y participación de voluntades actuantes que se manifiesten dentro de nuestra Nación, más vigorosa será su vitalidad y más expresivas las manifestaciones de sus potencialidades.

Por eso están ustedes aquí, diputados y compañeros campesinos, por eso nos sentimos profundamente honrados de trabajar con ustedes, porque ustedes representan una parte sustancial del pueblo mexicano. (Aplausos.)

Con estas reflexiones y opiniones parto para resumir algunas importantes realizaciones del sexenio es materia agraria.

Para ser consecuentes con la vocación del pueblo mexicano, la política agraria del Presidente Echeverría se manifestó en la legislación. Así nacieron los tres pilares del agrarismo moderno: La Ley Federal de Reforma Agraria, La Ley Federal de Aguas y la Ley de Crédito Rural, para dar una concepción integradora al problema agrario. Estas leyes son expresión de un mismo propósito: justicia social y transformación radical de las relaciones económicas el agro mexicano.

Se hicieron reformas a la constitución para facilitar la organización del trabajo colectivo. Y aquí, en la lectura de la opinión del PAN se señala que Acción Nacional condena el colectivismo - dicen ellos - impuesto por el Estado.

Recordemos que se reformó la fracción III del artículo 27 Constitucional para darle facultad

al Estado para organizar la producción colectiva en los ejidos y comunidades. Lógicamente cuando esta iniciativa se discutió en este recinto, el PAN votó monolíticamente en contra; pero viene la incongruencia, cuando se discute, con base en la reforma constitucional, las modificaciones a la Ley Federal de Reforma Agraria, y se aprueba el artículo 130 de la Ley de Reforma Agraria reformado que dice: "Los ejidos provisionales o definitivos y las comunidades podrán explotarse en forma colectiva o individual. La explotación colectiva de todo un ejido sólo podrá ser acordada o revocada por el Presidente de la República, cuando los trabajos técnicos y económicos que practique la Secretaría de la Reforma Agraria, a petición de parte u oficio, se compruebe que es conveniente dicha explotación. en este último caso se oirá la opinión de los interesados". O sea, en la organización colectiva de los ejidos del país, el PAN - y por eso lo felicito - vota unánimemente a favor. Entonces, hay un contrasentido. Qué bueno que haya meditado en sus observaciones y qué malo es que haya venido a decir a esta tribuna y en esta ocasión, de que se opone al sistema o que lesiona las libertades individuales.

Se hicieron reformas, pues, a la Constitución: se dio facultad para organizar colectivamente a los ejidos; se promulgó la Ley de Sociedades de Solidaridad Social para completar los avances de Crédito Rural y se dictó la nueva legislación cañera.

En el sexenio se distribuyeron más de 16 millones de hectáreas; más de 3 millones se reconocieron a los núcleos indígenas; se declararon 4 millones de terrenos nacionales; se entregaron más de 22,000 certificados de la inafectabilidad, amparando más de 4 millones de hectáreas; el 96%, repito el 96% de las comunidades agrarias del país cuentan con autoridades democráticamente electas. Casi 16,000 ejidos del país cuentan con su documentación básica, verdadero problema, porque no tenía ni la Resolución Presidencial, ni el Plano Proyecto, ni el plano definitivo, ni el acta de ejecución, ni el deslinde del propio ejido, lo cual complicaba muchísimo el problema agrario del país. Ahora ya cuentan con su documentación básica.

Además, se hace un Catálogo Nacional de la Propiedad Rústica; se crea un cuerpo especializado de Conciliación Agraria y la Comisión Nacional Tripartita y se han regularizado una gran parte de las zonas urbanas del país.

Además, algo de mucha importancia: se ejecutaron resoluciones presidenciales que se dejaron pendientes en sexenios anteriores y se terminó con el rezago agrario.

Todo esto se hace posible por algunos motivos. El primero: por la decisión del presidente Echeverría de elevar en un 932% el presupuesto del entonces Departamento de Asuntos Agrarios, hoy Secretaría de la Reforma Agraria que cuenta con 1,164 millones de pesos anuales; se hace posible porque se incorporan 12 mil nuevos empleados; porque se eleva de 8 a 18 los miembros del Cuerpo Consultivo Agrario; que es el que propone la solución de las peticiones de dotación, ampliación, restitución o nuevos centros de población, es el juez agrario, podríamos decir; se hace posible porque se modernizaron y actualizaron las instalaciones; porque se mantuvo la política de puertas abiertas; porque las organizaciones campesinas - y esto lo digo para aplaudir a los que aquí las representan - colaboraron vinculadas en el Pacto de Ocampo y porque se sumaron la comprensión y el apoyo de los Sectores Obrero y Popular.

Claro que atrás de la frialdad de esas cifras está presente y desde aquí lo reconocemos, el enjambre voluntades, esfuerzos, desvelos, mística agraria de miles de modestos trabajadores y de funcionarios de la Secretaría de la Reforma Agraria; que han demostrado su decidido empeño de vencer el burocratismo y el conformismo.

Junto al Presidente Echeverría; participando de sus preocupaciones y de sus decisiones, estuvo la presencia revolucionaria de un universitario, que fuera líder de la Confederación Nacional Campesina, que fuera el brazo ejecutor de la política agraria: de Augusto Gómez Villanueva. (Aplausos.) Junto a él y exigiendo al gobierno mayores realizaciones, estuvo también la inconformidad creadora, la rebeldía, la intransigencia revolucionaria, la emoción agraria de Alfredo Bonfil. (Aplausos.)

Claro, la enseñanza del Presidente Echeverría, su ejemplo inspirador, su ideología y moral revolucionarias han formado una nueva generación de agraristas. Por eso el relevo de los mandos se hace en forma natural; porque los que siguen, sienten, piensan y trabajaban casi en línea paralela. Ahí están para probarlo también, Celestino Salcedo y Félix Barra García. (Aplausos.)

Expresa el presidente Echeverría en su VI informe, en palabras escuetas y sencillas: se ha recuperado la autosuficiencia en la producción del trigo, frijol, arroz, oleaginosas, azúcar, y tenemos reservas de alimentos básicos para el pueblo.

Pero detrás de estas palabras sencillas, importantísimas para nuestra economía, debemos reconocer que está el esfuerzo del pueblo y del gobierno; que está un millón de tierras incorporadas para el riego y para la producción; la duplicación de la superficie fertilizada; la canalización de 90 mil millones de pesos en el sexenio se dieron para el crédito agrícola; la creación de la Comisión Nacional de la Caña de azúcar; la protección de los precios de los productos agrícolas, mediante la elevación de los precios de garantía; la coordinación eficiente de autoridades en la Comisión Nacional de Coordinadora del Sector Agropecuario; la rehabilitación de los sistemas de riego; la ampliación del poder de compra y comercialización de la CONASUPO y el apoyo a las zonas marginadas.

Al señalar en su Informe que ha sido un gestor incansable de los derechos del ejidatario,

del comunero, del colono y del pequeño propietario, también desde esta alta tribuna debemos reconocer todos los esfuerzos que el Presidente Echeverría ha hecho en beneficio de los campesinos. Lo recordamos representando instancias, reclamaciones, protestas por la salinidad de las aguas del río Colorado, hablando en nombre de miles de campesinos y con su indeclinable voluntad de servicio, regresar a informar directamente del resultado de sus gestiones a los propios interesados. Al afirmar que ahora se vive mejor en las comunidades rurales del país, estoy considerando las realizaciones del gobierno en materia de electrificación rural; los mil millones de pesos invertidos en el sexenio en el Plan Benito Juárez para obras de desarrollo de la comunidad rural; los siete mil millones de pesos invertidos por el PIDER; el apoyo a las zonas áridas, a las huicot, tarahumara; el apoyo a las comunidades de los seris, yaquis, tepehuanes, mijes, lacandones, huicholes, tarascos. Estoy considerando las obras de agua potable, centros de salud, esquemas modificados del Seguro Social llamados Solidaridad Social; estoy tomando en cuenta los campos deportivos construidos en todos y cada uno de los ejidos del país. Al decir que se vive mejor en el campo, también tomo en cuenta los 5,479 millones de pesos invertidos en caminos y mano de obra, 75,000 kilómetros que unen a los pequeños poblados rurales y que le dan trabajo, producción e ingresos al campesino; estoy considerando la reforma educativa y las 1,300 instituciones, centros, escuelas de educación técnica y de educación agropecuaria que funcionan en toda la República.

Cuando digo que ahora en el campo se vive mejor estoy considerando que se ha dignificado su forma de convivencia; que se ha dado participación y preparación a la mujer campesina; que se han fortalecido los lazos de la familia rural.

Al afirmar que al final de este sexenio el campesino tiene mayores oportunidades y puede defenderse mejor, estoy pensando en la formación de asociaciones de productores en empresas mixtas y organismos estatales: Tabamex; Instituto Mexicano del Café; Productos Químicos Vegetales y todas las organizaciones campesinas por ramas de producción; estoy considerando la inversión de 301 millones de pesos en industrias rurales, la ampliación de la red de CONASUPO, la oportunidad que se ha dado al campesino de transportar sus propios productos, comercializarlos, industrializarlos y exportarlos y la oportunidad de entrar a la actividad pesquera y en la formación de cooperativas.

Estoy considerando el Plan Nacional de Organización y Capacitación Campesina que opera en más de 8,000 ejidos del país.

En suma, cuando analizo todo lo hecho por el Presidente Echeverría en beneficio de ejidatarios, comuneros, colonos y pequeños propietarios, siento lástima por los gastos inútiles que pequeños grupos hacen para publicar ataques y protestas al ver cancelados sus ilícitos privilegios y sentir la férrea voluntad del Presidente Echeverría. (Aplausos.)

No deseo pasar inadvertido el hecho que se produjo en la lectura del documento que refleja la opinión de la diputación panista. Primero, felicitarlos porque están comprendiendo de qué trata la nueva política agraria del Presidente Echeverría. Felicitarlos porque dicen: "Que se solidarizan con todos los esfuerzos que se hagan para plantear y resolver en sus distintos aspectos el problema agrario. Que se solidarizan con la posición política respecto a la naturaleza, contenido y finalidad de las formas de tenencia y explotación de la tierra, dentro del sistema ejidal y comunal de la pequeña propiedad.

Felicitarlos, porque apoyan todo esfuerzo para evitar las formas de tenencia y explotación antieconómicas y antisociales, como son - tienen razón - el latifundio y el minifundio.

Felicitarlos, porque apoyan los esfuerzos tendientes a lograr una mejor organización de los ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios para la producción, y porque aprueban y piden continuidad, recalco, piden continuidad en el esfuerzo de realizar obras de infraestructura que permitan el desarrollo del campo.

Y apoyan - y esto es muy loable en ellos - la saludable política agraria, dinámica y de superación de las disposiciones legales que rigen la materia.

Pero, con estos planteamientos, también expresan algunos puntos críticos para la política agraria del Presidente Echeverría.

Dicen los compañeros diputados de Acción Nacional que se han desperdiciado, que se ha derrochado la inversión y que no hay orden jerárquico para hacerla. Que se han hecho esfuerzos insuficientes, mal dirigidos para reestructurar el sector agrario.

En realidad yo pienso que no se habían compenetrado bien de las realizaciones para poder apreciar que no ha habido derroche de inversión. Al contrario. No ha habido falta de del señalamiento de prioridades jerárquicas. Al contrario. Lo que pasa es que la nueva política agraria concibe las jerarquías de diferente manera de como se conciben por los que viven, piensan, actúan y hacen política en las ciudades. La nueva política agraria otorga la máxima prioridad, la jerarquía número uno, a la resolución del problema agrario, y todas estas cifras, todas estas inversiones del sector público que se han hecho en el desarrollo de la infraestructura agraria, para su consolidación, su ampliación y en su perfeccionamiento, todas esas inversiones, repito, han ido precisamente a reestructurar el sector agrario para habilitarlo no solamente en las cuestiones sociales, políticas y culturales, sino también y fundamentalmente, en las cuestiones económicas; para capacitarlo en la producción.

Entonces, siento que esta observación que hace el PAN, después de otorgar un apoyo general a la política agraria del Presidente Echeverría, sale fuera de Foco.

Claro, no recalco mucho esta crítica, porque en la visión, en la apreciación de las cosas, de los hechos, existe cierta dosis de ceguera, intencionada o normal, porque puede ser también muy normal, porque cuando miramos, la vista se posa sobre cierto número de cosas y se desvía de las restantes. No se puede ver una cosa sin dejar de ver las demás. Es como el cazador; el cazador no ve el paisaje. El cazador ve lo que se mueve y busca al venado. En este caso, se me antoja decir, que los compañeros de Acción Nacional ni vieron el paisaje, ni mataron al venado. (Aplausos.)

Hay algo que si - perdonen el abuso de la atención de ustedes - vale la pena insistir y señalar: el documento leído por el diputado Hernández Labastida, y firman todos los diputados de Acción Nacional, expresa que por encima de todo, esto es textual, hay en fondo, hablando del problema del campo, un problema estructural que es la dimensión de la parcela y luego hablan de que la parcela en su origen, fijaba su extensión como un complemento del salario. Es cierto, nada más que esta es la Ley del Ejido de 1920, pero el Derecho Agrario Mexicano, tiene como característica fundamental, su continua evolución, su flexibilidad, el cambio, la reforma, la modificación constante, para acoplarse con justicia, a las relaciones que se dan en el campo mexicano, relaciones económicas, sociales o culturales.

Entonces, yo no me explico cómo su argumento fundamental, del cual derivan el ataque al colectivismo, del cual proponen la nueva reestructuración del sistema ejidal, parte exclusivamente de algo que dijo la Ley de 1920.

No, no, hay que recordar aquí, que al ejidatario no se le dio, en un principio, la suficiente tierra para poder hacer con su trabajo el verdadero instrumento de su progreso y desarrollo.

Sí, es cierto, porque comenzamos en nuestra evolución legislativa a señalar que la parcela debe ser el complemento del salario, pero posteriormente esto se corrigió, y se señaló en la Constitución y en todos los demás Códigos que se publicaron, que parcela ejidal debe tener un mínimo de diez hectáreas de riego o sus equivalentes en otras clases de tierra.

Lo que sucede, y en eso veo algo de razón, es que en realidad, la primera parte de la ejecución de la Reforma Agraria Mexicana, se realizó con cierta timidez. Yo le llamo agrarismo periférico, porque se empezaron a repartir las tierras cercanas a la hacienda, porque el hacendado, el latifundista, a pesar del triunfo de la Revolución, quedó con poder, y como la vocación del pueblo mexicano es cristalizar los ideales revolucionarios en las leyes y las leyes les dieron capacidad a los afectados para pedir amparo, detuvieron las resoluciones presidenciales.

El general Plutarco Elías Calles señalaba, que había más amparos pendientes que resolver que resoluciones presidenciales dotando tierras. Este fue el agrarismo periférico. Ah, pero después vino, y esto no debe olvidarse, el agrarismo central, definitivo, emotivo, decidido del general Lázaro Cárdenas. Entonces sí se entró al corazón de la hacienda, entonces sí se le entregaron las mejores tierras al campesino. En la evolución registramos el agrarismo integral y la planeación agraria hasta llegar a la nueva política que se define como el agrarismo integrador del todo que es México. Debemos de tomar en cuenta esto para no decir que debemos buscar cambiar la estructura material sobre la que descansa todo el sistema ejidal y comunal a fin de organizar la producción. No, no, esto es una ligereza, es una falta de sentido de responsabilidad al señalarlo. Dentro de lo que tenemos con la organización ejidal que existe, con la comunal y la auténtica pequeña propiedad podemos organizar, como se está haciendo, y desarrollar la producción agrícola. De todas maneras, ya que no sé si desborde mi entusiasmo, mi pasión, quiero expresar desde esta tribuna en nombre de la mayoría parlamentaria, un reconocimiento y una felicitación a todos los partidos políticos, a todos los diputados que representan las corrientes minoritarias por hacer el esfuerzo y el intento serio por analizar la política del Presidente Echeverría en estos 6 años.

Honorable Asamblea:

Toda la obra que hemos reseñado queda en beneficio de millones de campesinos, de agricultores y de habitantes de la comunidad rural. Permanecerá como ejemplo de la dignificación de la vida campesina, como resultado del encuentro de nuestra identidad nacional.

Como toda obra humana es incompleta; como todo quehacer público no está realizado cabalmente y para ser congruentes con la definición de análisis cabría, en otra ocasión, hacer el comentario de la obra agraria del Presidente Echeverría, señalando lo que falta por hacer en el agro mexicano; pero lógicamente, lo que se hizo y cómo se hizo, pasa a formar parte de nuestro proceso revolucionario.

Pero algo muy profundo ha contribuido a esclarecer. Los mexicanos encontramos en el campo, en lo rural, el centro seguro y firme de gravitación de nuestras existencias; el rumbo acertado de nuestras vidas.

En el trasfondo de todo este esfuerzo del Presidente Echeverría y de su esposa, va quedando un sedimento de enormes proyecciones; una nueva política agraria, una nueva forma de servir al campesino. Admiro, profundamente, al matrimonio Echeverría por el ímpetu de obrar y la energía de soportar.

Se empieza esta nueva política a diferenciar de la vieja política, de la vieja política agraria; puesto que su fin no es sólo la entrega de la tierra, sino algo más: la integración de la comunidad rural a la vida de la nación.

La nueva política agraria significa la reconciliación de la urbe con el campo, el comienzo de la integración plena, la concordia y la solidaridad, el renacimiento revolucionario. Nueva política que comienza a dar sus frutos; que deberá alimentarse con nuevos bríos, con nuevos afanes, con nuevo entusiasmo en los años venideros y que necesita de fertilidad

revolucionaria para no matar sus nuevas germinaciones.

Hoy estamos más seguros, confiados y deseosos de seguir contribuyendo; de participar en la consolidación de una sociedad más justa, libre, democrática, independiente y humana.

Estamos seguros y estamos deseosos de participar, porque, al fin, del fondo de nuestra vida rural y campesina está espumando la más auténtica expresión del México moderno. Muchas gracias. (Aplausos prolongados.)

El C. secretario Refugio Mar de la Rosa: Señor Presidente, se han agotado los asuntos en cartera. Se va a dar lectura al orden del día de la próxima sesión.

ORDEN DEL DÍA

"Primer Período Ordinario de Sesiones. "L" legislatura.

Orden del Día

Lectura del acta de la sesión anterior.

El Departamento del Distrito Federal, invita al acto que con la asistencia del C. licenciado Luis Echeverría, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y para conmemorar el 129 aniversario de la Exaltación de los niños Héroes, tendrá lugar el próximo lunes 13 de los corrientes.

Colegio Electoral

Dictamen de la Gran Comisión, relativo a las elecciones efectuadas el 4 de julio próximo pasado, para Presidente de la República."

- El C. Presidente (a las 18:05 horas): se levanta la sesión y se cita para la próxima que se tendrá lugar el jueves 9 del actual, a las 11:00 horas.

TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y

"DIARIO DE LOS DEBATES"