Legislatura L - Año III - Período Comisión Permanente - Fecha 19790216 - Número de Diario 7

(L50A3PcpN007F19790216.xml)Núm. Diario:7

ENCABEZADO

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA COMISIÓN PERMANENTE

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

"L" LEGISLATURA

Registrado como artículo de 2a. clase de la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921

AÑO III México, D. F., Viernes 16 de Febrero de 1979 TOMO III.- NUM. 7

SESIÓN SOLEMNE

SUMARIO

Apertura.

Comisión de Cortesía

La Presidencia designa una Comisión para que, en su oportunidad, introduzca al Salón de Sesiones al señor James Earl Carter, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, invitado a esta sesión, por la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión.

Comitiva

La Secretaría da lectura a los nombres de las personas que integran la comitiva del Distinguido visitante.

Bienvenida

Una vez que la Comisión cumple con su cometido, el C. Presidente de la Asamblea, a nombre de la Comisión Permanente da cordial bienvenida al señor Presidente Carter. A continuación expresa la importancia de esta visita de Estado, mencionando los graves problemas que confrontan México y Estados Unidos y el deseo de resolverlos con sentido de interdependencia, por los caminos de la justicia, de la equidad, de la confianza, del respeto y de la buena fe. Termina enviando expresiones de amistad al pueblo norteamericano y haciendo votos porque la reunión sostenida con el señor Presidente López Portillo, consolide las relaciones de ambos países.

Palabras del Presidente Carter

Para agradecer los anteriores conceptos, usa de la tribuna el señor Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, quien manifiesta que ha venido a México a escuchar, para comprender mejor los cambios de los dos países y obtener una mayor comprensión de nuestros puntos de vista. Añade que ha pasado muchas horas con el Presidente López Portillo y estar trabajando para dar forma a una relación duradera, basada en el equilibrio e igualdad, en el respeto mutuo por la soberanía y la independencia y el reconocimiento de nuestros destinos comunes. Hace comentarios sobre nuestra cultura y termina con estas palabras: "Sentemos las bases de nuestras relaciones en las palabras de una de las figuras más ilustres de la historia de la libertad humana, Benito Juárez, palabras que están grabadas en las paredes de esta Sala: "Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz."

Agradecimiento

A nombre de la Representación Nacional, la Presidencia agradece al señor Presidente Carter su valiosa intervención, expresándole su reconocimiento por haber pronunciado su discurso en español. La misma Comisión que introdujo al Jefe de Estado lo acompaña al retirarse del Salón.

Acta

Se da lectura y se aprueba el Acta de esta sesión solemne. Se levanta la sesión.

DEBATE

PRESIDENCIA DEL C. SENADOR JOAQUIN GAMBOA PASCOE

(Asistencia de 28 ciudadanos legisladores.)

APERTURA

El C. Presidente: (A las 9:35 horas): En cumplimiento del Acuerdo dictado en la sesión del 24 de enero próximo pasado, se abre la sesión solemne de la Comisión Permanente de la Quincuagésima Legislatura del Congreso de la Unión.

COMISIÓN DE CORTESÍA

- El mismo C. Presidente: Se designa en Comisión para que esperen el arribo de

nuestro distinguido invitado, el Presidente de los Estados Unidos de América, señor James Earl Carter, a las puertas de este Recinto, y se sirvan acompañarlo al Salón de Sesiones, a los siguientes ciudadanos legisladores: senador Euquerio Guerrero López, diputado Enrique Alvarez del Castillo, senador Martha Chávez Padrón y diputada Ifigenia Martínez Hernández. Se les ruega que en su oportunidad, cumplan con su cometido. Se declara un receso en espera del señor James Earl Carter, Presidente de los Estados Unidos de América, que pronto hará su arribo a este Recinto.

(RECESO.)

COMITIVA

El C. Presidente: Se reanuda la sesión. En breves minutos hará su arribo a esta Sala, el Presidente de los Estados Unidos de América, señor James Earl Carter. Pedimos que entretanto, se sirva la Secretaría dar a conocer los nombres de las personas que integran la comitiva oficial del señor Presidente Carter y que ya nos acompañan en esta sesión.

El C. secretario Gustavo Guerra Castaños: Nos hacen el honor de acompañar en esta sesión en la que en breve recibiremos al señor Presidente de los Estados Unidos de América, las siguientes personalidades:

Señora Rosalynn Carter, esposa del Presidente de los Estados Unidos de América. (Aplausos.)

Señor Cyrus Vance, Secretario de Estado de los Estados Unidos de América. (Aplausos.)

Señora Grave Vance, esposa del Secretario de Estado. (Aplausos.)

Señor Patrick Lucey, Embajador de los Estados Unidos de América en México. (Aplausos.)

Señora Jean Lucey, esposa del Embajador de los Estados Unidos de América. (Aplausos.)

Doctor Zbigniew Brzezinski, Director del Consejo Nacional de Seguridad. (Aplausos.)

Viron Vaky, Secretario de Estado Adjunto para Asuntos Interamericanos. (Aplausos.)

Representante James Wright, Líder de la Mayoría de la Cámara de Diputados. (Aplausos.)

Senador Lloyd Benstsen, (Aplausos.)

Embajadora Kit Dobelle, Jefe de Protocolo. (Aplausos.)

Señor Robert Pastor, Funcionario del Consejo Nacional de Seguridad. (Aplausos.)

Señor Joseph J. Aragón, Invitado del Presidente Carter. (Aplausos.)

BIENVENIDA

- EL C. Presidente: Se encuentra a las puertas de este Recinto el señor James Earl Carter, Presidente de los Estados Unidos de América.

Se ruega a los presentes ponerse de pie.

(Hace su entrada el señor Presidente Carter y toma asiento a la izquierda de la Presidencia. Aplausos.)

- El C. senador licenciado Joaquín Gamboa Pascoe.

Señor James E. Carter, Presidente de los Estados Unidos de América,

Señora Rosalynn Carter,

Distinguidos acompañantes del señor Presidente Carter,

Honorables miembros del Cuerpo Diplomático,

Señor licenciado Agustín Tellez Cruces, Presidente de la Honorable Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Señor licenciado Rodolfo González Guevara, Presidente de la Gran Comisión de la Honorable Cámara de Diputados,

Señoras y señores congresistas,

Señoras y señores:

La Comisión Permanente del Congreso de la Unión, por mi conducto, saluda y da la más cordial bienvenida a usted señor Presidente James E. Carter.

Con particular interés hemos seguido el curso de su importante visita de Estado y de las entrevistas tenidas con el señor Presidente licenciado José López Portillo, abordando trascendentales cuestiones de interés común para ambos países, dentro del clima de amistad que caracteriza nuestras relaciones internacionales.

La Constitución de la República deja a cargo del Jefe del Ejecutivo Federal la conducción de la política internacional; sin embargo cabe comentar que, recientemente, a iniciativa del Presidente López Portillo, actitud que mucho lo distingue, se confirió al Congreso, concretamente a la Cámara de Senadores, la atribución de analizar anualmente esa política, que históricamente, la sustenta nuestro país en los indeclinables principios de respeto pleno a la soberanía de las naciones; de autodeterminación de los pueblos para decidir su propio destino; de no intervención, de solución pacífica de los conflictos y de trato con respeto, justicia y equidad.

Todos estos valores los sintetiza, con particular sencillez y claridad, el Presidente López Portillo, en el sentido de: Cultivar amistad con todos los pueblos afines a esos postulados y, no pedir a otra nación lo que nosotros no estemos dispuestos a hacer.

El estricto apego a estas normas de coexistencia internacional, permite que esta tarea, de la exclusiva responsabilidad del Presidente, la cumpla con la confianza y el apoyo del Congreso y del pueblo en general.

No se puede ignorar que nuestra vecindad, de gran amplitud territorial, imprime particular significado a las relaciones que tenemos, ya sean sociales, económicas, comerciales, políticas, culturales o de cualquier otra índole. Es natural también que, la persistencia de sus causas haga que algunos asuntos no se agoten y vemos como se repiten iguales o con modalidades, pero nuevos o antiguos, por las implicaciones que representan son siempre interesantes y siempre actuales.

Es con este sentido que nuestros parlamentos, vienen celebrando reuniones anuales,

ininterrumpidamente, desde hace 18 años. Quiero recordar gratamente la última que tuvo lugar en Washington, en junio de 1978 en que usted, señor Presidente Carter y su muy distinguida esposa, recibieron afectuosamente, en la Casa Blanca, a la Delegación Mexicana y, reiterarle nuestro reconocimiento por los amistosos conceptos que usted expresara en esa ocasión, manifestando satisfacción por contarnos como vecinos que vivimos en armonía, en paz y con respeto mutuo.

Animado en el espíritu de esas reuniones parlamentarias, es que quiero centrar mi intervención, en esta Sesión Solemne en que tenemos el honor y el agrado de recibir a usted señor Presidente.

Estimamos muy positivas esas reuniones, porque se cultiva en ellas la amistad, porque hay diálogo directo, por que se obtiene mayor conocimiento de nuestras realidades y se pueden adoptar mejores y más reflexivas determinaciones. Porque, en todo caso, dicho con franqueza, al comprendernos más tomamos conciencia de que hay naturales discrepancias, y que algunas decisiones no son fáciles o no permiten soluciones inmediatas y es necesario caminar y aventajar en ellas paulatinamente. Conscientes, eso sí, de que el trato de buena fe exige que nuestras respectivas posturas no sean determinadas nunca por actitudes de capricho o de arrogancia, sino por justas razones, por motivos valederos.

No son tiempos de prepotencias o de individualismos. Están proscritas las ínsulas de poder. El sentido actual tiene que ser de conciliación, de interdependencia, de ninguna manera de dependencia. Se materializa la interdependencia en un trato justo, digno, de respeto y de confianza recíproca.

México, ya lo ha expresado el Presidente López Portillo en diversos foros del mundo, incluso en el Congreso mismo de los Estados Unidos de América, ni quiere ni aspira a liderazgos y rechaza todo tipo de hegemonías políticas o económicas.

Con nuestros colegas americanos, abordamos una cuestión en la que usted, señor Presidente, continuamente hace patente su interés: Los Derechos Humanos, que en el presente, necesariamente incluyen derechos sociales básicos, como el Derecho al Trabajo, ya que sólo con la dignidad que da el empleo a la persona, tendrá validez el ejercicio y disfrute de la suma de garantías sociales e individuales. Como decía, juntos en esas reuniones, nos pronunciamos por el cumplimiento y reserva general de esos Derechos, lo que lamentablemente no ocurre en todas partes. Y consignamos también, que la lucha por los Derechos Humanos no debe ser utilizada, bajo ningún pretexto para alterar o afectar el principio de no intervención.

Al ventilar importantes asuntos comunes como el de los trabajadores migratorios, analizamos que es un fenómeno concurrente, de variadas motivaciones sociales, económicas, comerciales, financieras, de tecnología e industralización, etcétera; por lo que para encausar, en verdad, su resolución, deben ser afrontados todos sus orígenes. Darle un mero cariz demográfico sería demasiado sencillo, sería demasiado injusto.

De actualidad y trascendencia para México son sus recursos energéticos y la política que sigue al respecto. Es obvio que una nación como la de ustedes puede adoptar las medidas que le parezcan más adecuadas para su presente y futuro, y es natural que un país en desarrollo como el nuestro, esté obligado a actuar con cautela y responsabilidad en el uso de esos valiosos recursos no renovables, que no pueden manejar en un sencillo trato comercial abstracto e irreflexivo.

El gobierno, leal a esa responsabilidad y unido al sentir del pueblo, ha delineado que la explotación de esos recursos sea racional, programada, y que su comercialización sea justa. Sólo así se podrán cumplir los reclamos de México: Reafirmar su desarrollo, ampliar y consolidar su planta industrial, abrir nuevas oportunidades de empleo, dar solidez a su economía. Es decir, dar prosperidad nacional y asegurar, sobre todo asegurar, que ésta no será transitoria, sino que con progreso firme y sostenido, nuestra liberación será permanente.

La paz y la tranquilidad del mundo no se generan en la miseria, ni en la dependencia. En el grado en que cada nación se realice en la estabilidad y en la autosuficiencia, se logrará un mejor destino para la humanidad. Es por ese rumbo que dirige a la Nación, el Presidente López Portillo.

Señor Presidente Carter, sabemos de su preocupación, que compartimos totalmente, por un problema de lacerante actualidad: el de las drogas. Los parlamentarios norteamericanos y mexicanos tenemos la común determinación de combatir sin cuartel la producción, tráfico y consumo de drogas. Particularmente necesario es cuidar este último aspecto que tanto estimula a las otras facetas de un crimen contra la humanidad, que ensombrece el presente y el futuro de la juventud. El gobierno mexicano no escatima esfuerzo en esa labor, baste señalar que incluso emplea efectivos muy valiosos, de su ejército, que con éxito participan en esa noble lucha.

No deseo alargar mi intervención de esta Sesión Solemne en que recibimos a tan distinguido invitado y amigo, pero, permítaseme decir: Que si bien los derechos soberanos de cada pueblo le dan la facultad inalienable de crear y aplicar normas y de adoptar las medidas que estime más convenientes este derecho debemos de hacerlo congruente con el sentido actual de interdependencia de las naciones, lo que nos obliga a hacer todo lo necesario para el fortalecimiento constante de las relaciones entre Estados Unidos de América y México, para lograr que el curso y la solución de nuestras cuestiones y problemas comunes, se encuentre siempre por los caminos de la justicia, de la equidad, de la confianza, del respeto y de la buena fe.

Señor Presidente Carter:

Estando por concluir su visita de Estado, queremos reiterarle lo mucho que nos

sentimos honrados con su presencia en este recinto, y pedirle, atentamente que nuestras expresiones de amistad, las haga extensivas al gran pueblo norteamericano. Antes de escuchar sus valiosas palabras, hacemos votos porque la trascendental reunión que ha tenido con el Presidente López Portillo, consolide nuestras pasivas relaciones, y México, y los Estados Unidos de América, sean ejemplo de una vecindad de comprensión y entendimiento, en la paz con justicia, y la justicia con libertad, y en la libertad, con respeto y concordia.

Muchas gracias. (Aplausos.)

- El mismo C. Presidente: Se concede el uso de la palabra al señor Presidente James Earl Carter, Presidente de los Estados Unidos de América.

PALABRAS DEL PRESIDENTE CARTER

- El señor Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, James Earl Carter:

Señor Presidente y distinguidos miembros del Congreso Mexicano:

Como Presidente del país que ocupa el cuarto lugar en cuanto a población de habla hispana, me dirijo a ustedes como mejor puedo en el idioma de México, el mayor país de habla hispana del mundo.

Hace cerca de 10 años, el gran poeta mexicano Octavio Paz, escribió estas palabras sobre los Estados Unidos, y cito:

"Desde hace más de un siglo, ese país se presenta ante nuestros ojos como una realidad gigantesca, pero apenas humana sonrientes o coléricos, con la mano abierta o cerrada, los Estados Unidos ni nos oyen ni nos miran, pero camina, y al caminar, se meten por nuestras tierras y nos aplastan. Es imposible detener a un gigante, no lo es aunque tampoco sea fácil obligarlo a oír a los otros. Si escucha, se abre la posibilidad de la convivencia."

Amigos: he venido a México para escuchar.

En cierto momento para apreciar los mutuos beneficios de nuestra amistad histórica, como vecinos, pero también es un momento en que se producen cambios emocionantes en nuestros dos países y en nuestras relaciones mutuas.

Estoy aquí para comprender mejor estos cambios y para obtener una mayor comprensión de nuestros puntos de vista.

De los últimos tres días, he pasado muchas horas con vuestro Presidente, José López Portillo. Juntos, estamos trabajando para dar forma a una relación duradera, basada en equilibrio e igualdad, en el respeto mutuo por la soberanía y la independencia y en el reconocimiento mutuo de nuestros destinos comunes.

Las relaciones entre nuestros dos países son muy complejas, citando a Octavio Paz, una vez más: "Lo que nos separa es aquello que nos une. Somos dos versiones distintas de la civilización de Occidente". Y, sin embargo, es cierto que nuestras culturas y nuestras civilizaciones están cada vez más relacionadas entre sí.

Después de todo, yo les estoy hablando en el idioma, no sólo de México sino de 20 millones de mis propios compatriotas de los Estados Unidos de América. Esta influencia mutua se manifiesta en nuestra comida, en nuestra música, en nuestro arte, drama y deportes y en la apariencia y en los sonidos de nuestros paisajes y de nuestras ciudades también.

Pero es algo más profundo que todo esto. Si la realidad cultural del presente es un producto del pasado, también es un mapa del futuro. En ese mapa, tal vez, se acerquen más los caminos por los que ambos pueblos marchan hacia el progreso.

Creo firmemente que la mezcla de nuestras culturas debe ser bien acogida, pues será una fuente de fuerza y vitalidad para ambos pueblos.

Pese a todas las valiosas diferencias entre las costumbres e historia de nuestros países, somos semejantes en otro aspecto de suma importancia: Ambos somos sociedades pluralistas.

México es el resultado de muchas influencias culturales; influencias que han dado forma a una sociedad singular, conservando, al mismo tiempo, gran parte de su carácter original. Lo mismo se puede decir de los Estados Unidos. Es natural que aprendamos y adoptemos ideas los unos de los otros.

Desde nuestras perspectivas, los 2,000 años de historia de la civilización mexicana, son impresionantes, incluso imponentes. Cuando los primeros colonos ingleses llegaron a América la Universidad de México y las colonias españolas situadas en mi Estado natal, ya tenían 100 años.

México ha producido una gran y singular cultura; una cultura que hoy encuentra bella expresión en el arte, literatura, danza y arquitectura de gran vitalidad.

Nosotros respetamos su cultura que enriquece a la nuestra. Pero también respetamos a México como una gran y moderna nación en constante crecimiento.

El Presidente López Portillo ha adoptado importantes medidas para fortalecer la participación política, y ha fijado, igualmente, las metas de una mayor participación económica y de justicia social. Estas acciones merecen nuestra admiración y aplauso.

He tratado de formular el nuevo enfoque en relación con América Latina y el Caribe. Un enfoque que reconozca el carácter especial de cada país.

Los Estados Unidos consideran a los países latinoamericanos, no sólo como participantes regionales, sino como dirigentes importantes de un sistema más amplio de cooperación mundial, este compromiso es más que meras palabras. Durante el primer año de mi mandato presidencial los Estados Unidos firmaron un nuevo Tratado con Panamá sobre el Canal de Panamá, el cual reconoce la dignidad nacional y de los derechos legítimos del pueblo panameño y, al mismo tiempo, es consecuente

con los ideales y con los intereses del pueblo de los Estados Unidos, especialmente valoramos el papel que México desempeña en los asuntos internacionales.

En el mundo cada vez más variado y progresivamente menos dominado por superpotencias y por bloques ideológicos, la influencia y el liderato de México han ido en aumento. Ustedes constituyen una fuerza para la defensa de la justicia económica internacional del principio de la soberanía nacional y de la No Intervención, del control de armamentos y de la paz.

Se ha dicho que la guerra es demasiado importante para confiarla a los generales, es igualmente cierto que la paz es demasiado importante para confiarla solamente a las superpotencias.

La política de México afirma que el control de las armas nucleares es una cuestión que interesa a todos los países mediante los tratados de Tlatelolco, ustedes han tomado la iniciativa única e importante de inspirar en América Latina la decisión de estar para siempre libre de armas nucleares en el mundo en que los satélites pueden circundar en una hora y las ondas de radio en un instante. Todos los países son en cierto modo vecinos, pero la intimidad de México y los Estados Unidos no es ninguna abstracción, compartimos una frontera abierta de más de tres mil kilómetros de largo, somos vecinos en todos los sentidos de la palabra y, como dijo el Presidente López Portillo en su discurso ante nuestro Congreso Nacional hace dos años, "seguiremos siendo vecinos mientras la Tierra gire alrededor del Sol".

Nuestra amistad se ha visto a veces dañada por errores y por abuso de poder, incluso, las percepciones de uno y de otro se han visto a veces distorsionadas, pero hemos progresado, y yo opino que en los años futuros progresaremos hacia una mayor cooperación y una mayor comprensión y respeto mutuo.

Eso será así mientras las relaciones entre nosotros sean el producto de un diálogo sincero como el que hemos tenido el Presidente López Portillo y yo, durante los últimos días.

En los dos años que han pasado desde la visita del señor Presidente López Portillo a la Casa Blanca, la primera que recibí ahí de un Jefe de Estado, hemos alcanzado muchos logros juntos, hemos firmado un acuerdo sobre aviación civil, que tendrá por resultado la mayor expansión del servicio aéreo entre dos naciones en toda una generación.

Hemos firmado y ratificado tratados referentes a intercambios de reos, a las fronteras marítimas, a pesquería y a extradición. Hemos trabajado conjuntamente en forma eficaz para combatir el tráfico de narcóticos, aunque sabemos que la carrera está lejos de haberse concluido.

Hemos cooperado y hemos consultado mutuamente sobre cuestiones internacionales. Hemos fortalecido los vínculos permanentes de consulta entre nuestros dos gobiernos, y ayer firmamos acuerdos para ampliar la cooperación científica en los campos de la vivienda y del desarrollo de cosechas de terrenos áridos.

Esos logros son importantes no sólo por sí mismos, sino porque muestran nuestro deseo y nuestra capacidad para trabajar juntos.

Aún quedan nuestros problemas difíciles, especialmente en lo que respecta al comercio, la energía, y la migración. Ninguno de estos problemas se presta a una solución fácil. Ahora, y durante muchos años, cada una de estas cuestiones exigirá nuestros mejores esfuerzos para disminuir nuestras diferencias y encontrar un terreno común.

Como resultado de las consultas fructíferas de esta visita, los grupos de trabajo continuarán estudiando los problemas; ellos nos rendirán informes frecuentes al Presidente López portillo y a mí. Nosotros nos hemos puesto de acuerdo para reunirnos en un futuro cercano, preferentemente este verano, para valuar los progresos alcanzados y para resolver problemas pendientes. Esto es importante, y quiero decir en mi idioma.

(INTERPRETACIÓN EN INGLES.)

El comercio entre nuestros dos países, que ya alcanza un nivel anual de cerca de 10,000 millones de dólares con seguridad aumentará aún más rápidamente en el futuro. Necesitamos trabajar juntos como vecinos y como socios dentro del sistema de comercio internacional, a fin de reducir las barreras al comercio entre nuestros dos países, y dirigir de manera eficaz nuestras relaciones comerciales.

Por muchas razones, algunas de ellas históricas el tema de la energía ha despertado emociones profundas; ustedes tienen mucha razón de estar orgullosos de los grandes recursos naturales de México; es por ello que yo deseo repetir hoy lo que ya he manifestado enfáticamente ante el pueblo de mi propio país:

"Comprendemos perfectamente que los recursos petroleros de México son el patrimonio nacional del pueblo mexicano para exportar, usar y vender en la forma que México decida."

Respetamos la decisión de México de que producirá a un ritmo compatible con sus objetivos de desarrollo. Como un buen cliente estamos dispuestos a pagar un precio justo y razonable por el petróleo y el gas que ustedes deseen vendernos.

La creciente fuerza económica de México producirá muchos miles de nuevos empleos; una solución a largo plazo del difícil problema de la migración.

Como Presidente tengo la responsabilidad de aplicar las leyes de mi país inclusive las leyes de migración. Haré frente a esa responsabilidad en la forma más justa y humana que me sea posible. Las consultas que aquí he celebrado me ayudarán a tomar la decisiones acertadas.

Estoy decidido profunda y personalmente a proteger los derechos humanos fundamentales de todas las personas que se encuentren dentro de las fronteras de mi país, sean o no ciudadanos de los Estados Unidos.

Tengan la seguridad de que cumpliré ese compromiso. Mi país se alegra de ver la creciente fortaleza de nuestro gran vecino del sur.

No siempre estaremos de acuerdo con ustedes, de la misma forma que no siempre estamos de acuerdo con otros amigos íntimos y aliados pero estamos convencidos que nuestra propia fuerza aumenta, al tener amigos fuertes e independientes.

Nuestros problemas comunes no se resolverán sin una paciente labor de muchos años, pero en nuestras pláticas, el Presidente López Portillo y yo, hemos empezado a definir una visión común de un futuro mejor.

Será un futuro en el que habrá mayor comercio entre nuestros países, mayor migración legal en ambas direcciones, mayor colaboración entre nuestros economistas, planificadores y científicos. Y un futuro en el que se preservarán y se darán mayor valor a las culturas de nuestro país, a medida que nuestros pueblos sean más bilingües.

Sentemos las bases de nuestras relaciones en las palabras de una de las figuras más ilustres de la historia de la libertad humana, Benito Juárez, palabras que están grabadas en las paredes de esta Sala: "Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz".

Estas palabras son tan importantes que deseo repetirlas en mi propio idioma: (Palabras en inglés.) (Interpretación.) (Aplausos.)

AGRADECIMIENTO

El C. Presidente: Señor Presidente Carter, esta Representación Nacional le agradece su valiosa intervención en esta sesión solemne de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión. Deseamos expresarle nuestro reconocimiento por la atención de su parte, al haber pronunciado su discurso en español. Al despedirlo, le deseamos éxito y le reiteramos nuestros mejores deseos para el pueblo de los Estados Unidos de América, y para usted, en lo personal.

Suplicamos a los ciudadanos legisladores comisionados, que en el momento en que el señor Presidente Carter lo desee, lo acompañen al abandonar este Recinto, reiterándole nuestro reconocimiento por su visita. Gracias. (Aplausos.)

(La Comisión cumple con su cometido.)

Vamos a suplicar a todos los presentes que esperen unos minutos después de que termine esta sesión para desalojar esta Sala, ya que el movimiento especial que requiere el traslado del señor Presidente Carter al lugar a donde se dirige ahora, amerita que nosotros esperemos unos minutos para que ese movimiento se pueda realizar. Se los agradecemos atentamente.

El C. secretario Miguel López Riveroll: Señor Presidente, esta Secretaría informa que se ha agotado la cartera. Se va a dar lectura al acta de esta sesión solemne.

ACTA

- El mismo C. Secretario:

"Acta de la sesión solemne de la Comisión Permanente del Tercer Receso de la Quincuagésima Legislatura del H. Congreso de la Unión, efectuada el día dieciséis de febrero de mil novecientos setenta y nueve.

Presidencia del C. senador Joaquín Gamboa Pascoe.

En la ciudad de México, a las nueve horas y treinta y cinco minutos del viernes dieciséis de febrero de mil novecientos setenta y nueve, con asistencia de veintiocho ciudadanos legisladores, y en cumplimiento del acuerdo aprobado por esta Asamblea en la sesión llevada a cabo el día veinticuatro de enero próximo pasado, la Presidencia declara abierta la sesión solemne, que tiene el objeto de recibir al señor James Earl Carter, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, invitado por este Cuerpo Legislativo.

Para introducir en su oportunidad a tan distinguido visitante, la Presidencia designa en Comisión a los siguientes ciudadanos: senador Euquerio Guerrero López, diputado Enrique Alvarez del Castillo, senadora Martha Chávez Padrón y diputada Ifigenia Martínez Hernández.

A continuación, por instrucciones de la Presidencia, la Secretaría da lectura a los nombres de las personalidades que integran la comitiva oficial del señor Presidente Carter, que lo acompañarán en esta sesión:

Señora Rosalynn Carter, esposa del Presidente de los Estados Unidos de América; señor Cyrus Vance, Secretario de Estado de los Estados Unidos de América; señora Grace Vance, esposa del Secretario de Estado, señor Vance; señor Patrick Lucey, Embajador de los Estados Unidos de América en México; señora Jean Lucey, esposa del señor Embajador Patrick Lucey; doctor Zbigniew Brzezinski, Director del Consejo Nacional de Seguridad; señor Viron Vaky, Secretario de Estado Adjunto para Asuntos Interamericanos; representante James Wright, Líder de la Mayoría de la Cámara de Diputados; senador Lloyd Benstsen; Embajadora Kit Dobelle, Jefe de Protocolo; señor Robert Pastor, Funcionario del Consejo Nacional de Seguridad, y Joseph J. Aragón, invitado del Presidente Carter.

Después de un breve receso hace su entrada al Salón de Sesiones el señor Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, quien toma asiento a la izquierda del C. Presidente de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión.

En seguida, el propio C. Presidente de la Asamblea saluda y le da cordial bienvenida a nombre de este Cuerpo Legislativo al señor Presidente James Earl Carter.

Señala que con particular interés se ha seguido el curso de su importante visita de Estado y de las entrevistas con el C. Presidente de México, licenciado José López Portillo, en

las cuales se han abordado trascendentales cuestiones de interés común para ambos países, dentro del clima de amistad que caracteriza nuestras relaciones internacionales.

Hace mención de los múltiples problemas que confrontan México y Estados Unidos y el deseo de resolverlos con un sentido de interdependencia, siempre por los caminos de la justicia, de la equidad, de la confianza, del respeto y de la buena fe.

Concluye expresando que, estando por concluir su visita de Estado, desea reiterarle la honra que significa su presencia en este Recinto y rogándole atentamente que nuestras expresiones de amistad las haga extensivas al gran pueblo norteamericano, haciendo votos por que la trascendental reunión que ha tenido con el señor Presidente López Portillo consolide nuestras relaciones, y México y Estados Unidos de Norteamérica sean ejemplo de una vecindad fundada en la comprensión y entendimiento; en la paz con justicia, en la justicia con la libertad, y en la libertad con el respeto y concordia.

Para agradecer los anteriores conceptos, hace uso de la palabra en español, el señor presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, James Earl Carter, quien expresa lo siguiente:

Amigos, he venido a México para escuchar. Estoy aquí para comprender mejor los cambios de nuestros dos países y para obtener una mayor comprensión de nuestros puntos de vista. He pasado muchas horas con vuestro Presidente José López Portillo; juntos estamos trabajando para dar forma a una relación duradera, basada en equilibrio e igualdad; en el respeto mutuo por la soberanía y la independencia y en el reconocimiento mutuo de nuestros destinos comunes.

Hace una serie de consideraciones sobre el particular, destacando la política de México sobre el control de armas nucleares, mediante el Tratado de Tlatelolco, que interesa a todos los países, iniciativa única e importante que inspira en América Latina la decisión de estar para siempre libres de armas nucleares.

Concluye con estas palabras: 'Nuestros problemas comunes no se resolverán sin una paciente labor de muchos años; pero en nuestras pláticas, el Presidente López Portillo y yo, hemos empezado a definir una visión común de un futuro mejor. Sentemos las bases de nuestras relaciones en las palabras de una de las figuras más ilustres de la historia de la libertad humana, Benito Juárez, palabras que están grabadas en las paredes de esta Sala: 'Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.'

La Presidencia, a nombre de la Representación Nacional, agradece al señor Presidente Carter su valiosa intervención en esta sesión solemne, expresándole asimismo su reconocimiento por haber pronunciado su discurso en español.

Manifiesta que al despedirlo le desea éxito y le reitera sus mejores deseos para el pueblo de los Estados Unidos de Norteamérica y para él en lo personal.

La misma Comisión que introdujo al señor Presidente Carter lo acompaña al retirarse del Salón."

Está a discusión el acta... No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica, se pregunta si se aprueba. Los ciudadanos legisladores que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobada.

- El C. Presidente (a las 10:55 horas): Se levanta la sesión solemne y se cita a los integrantes de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión, a la sesión ordinaria que tendrá lugar el día 21 del presente mes, a las 11:00 horas. Muchas gracias por su asistencia.

TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y

"DIARIO DE LOS DEBATES"