Legislatura L - Año III - Período Ordinario - Fecha 19780905 - Número de Diario 5
(L50A3P1oN005F19780905.xml)Núm. Diario:5ENCABEZADO
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
"L" LEGISLATURA
Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, al 21 de septiembre de 1921
AÑO III MÉXICO, D. F., Martes 5 de Septiembre de 1978 TOMO III. - NÚM. 5
SUMARIO
Apertura.
Orden del Día.
Acta de la sesión anterior. Se aprueba.
Análisis del Informe Presidencial
Para hacer comentarios sobre los aspectos económicos de dicho Informe, usan de la palabra los CC. diputados Pedro González Azcuaga, Guillermo Salinas Iñiguez , Sergio Lujambio Rafols, Héctor Ramírez Cuéllar y Jesús Puente Leyva.
Orden del Día
Se da lectura al orden del día de la siguiente sesión. Se levanta la sesión.
DEBATE
PRESIDENCIA DEL C. RODOLFO GONZÁLEZ GUEVARA
(Asistencia de 176 ciudadanos diputados.)
APERTURA
- El C. Presidente (a las 11:25 horas): Se abre la sesión.
ORDEN DEL DÍA
- El C. prosecretario Heriberto Dante Santos Lozano:
"Tercer Período Ordinario de Sesiones.
"L" Legislatura
Orden del Día
5 de septiembre de 1978.
Lectura del acta de la sesión anterior.
Análisis del Segundo Informe Presidencial."
ACTA DE LA SESIÓN ANTERIOR
- El C. prosecretario Daniel Nogueira Huerta:
"Acta de la Sesión de la Cámara de Diputados de la Quincuagésima Legislatura del H. Congreso de la Unión, efectuada el día cuatro de septiembre de mil novecientos setenta y ocho.
Presidencia del C. Rodolfo González Guevara.
En la ciudad de México, a los once horas y quince minutos del lunes cuatro de septiembre de mil novecientos setenta y ocho, con asistencia de ciento setenta y cuatro ciudadanos diputados, la Presidencia declara abierta la sesión.
Lectura del Orden del Día del Acta de la sesión anterior verificada el día primero de los corrientes, misma que sin discusión se aprueba.
Se da cuenta con los documentos en cartera:
Para presidencia designa las siguientes Comisiones para que, en representación de esta Cámara de Diputados, concurran a los actos que a continuación se mencionan:
A la sesión solemne que tendrá lugar el día 8 del actual, en la que el C. General de División Fernando Pámanes Escobedo, Gobernador Constitucional del Estado de Zacatecas. rendirá el Cuarto Informe sobre el estado que guarda su administración pública, a los CC. diputados José Leal Longoria y Crescencio Herrera Herrera.
A la ceremonia que se llevará a cabo el próximo viernes 8 del presente, en ocasión de conmemorarse el 131 aniversario de la Acción de Armas del Molino del Rey, frente al monumento erigido a la memoria de los héroes de aquella histórica jornada, en la Loma del Molino del Rey de esta ciudad de México, a los CC. Diputados José Salvador Lima Zuno y Alfonso Ballesteros Pelayo.
A los diferentes eventos organizados con motivo del Sesquincentenario del Nombre de Morelia, que se llevarán a efecto el día 12 del mes en curso en dicha ciudad, con la asistencia del C. licenciado José López Portillo, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, a los CC. diputados que integran la Diputación Federal por el Estado de Michoacán.
La Secretaría presente y da lectura al informe que manifiesta el número de expedientes tramitados durante el mes de diciembre de 1977, por las Comisiones de Trabajo de la Cámara de Diputados. Insértese en el Diario de los Debates.
Elección, por medio de cédula, de la Comisión de Presupuestos y Cuenta para el tercer año de ejercicio de la Quincuagésima Legislatura.
Llevada a cabo la votación y hecho el escrutinio correspondiente, arroja el siguiente resultado:
Ciento cincuenta y seis votos para la planilla integrada por los CC. diputados Enrique Alvarez del Castillo, Carlota Vargas, Julio Zamora Bátiz, Luis Priego Ortiz, Enrique Ramírez y Ramírez , Armando Labra Manjarrez. Mario Hernández Posadas, Víctor Alfonso Maldonado, Jorge Efrén Domínguez, Artemio Iglesias Miramontes, Jaime Aguilar Alvarez, Julio César Mena Brito y Francisco Javier Santillán Oseguera.
También se registraron un voto, dos votos para otras tantas planillas y además, trece planillas en blanco.
En virtud de lo anterior, la Presidencia hace la Declaratoria de rigor.
Dos oficios suscritos por los CC. Secretarios de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión, a los que se acompañan las solicitudes de licencia del C. Antonio Toledo Corro, diputado federal por el IV Distrito Electoral del Estado de Sinaloa, y la del C. Guillermo Cosío Vidaurri diputado federal por el I Distrito Electoral del Estado de Jalisco, para separarse de sus funciones, en virtud de haber sido designados Secretario y Oficial Mayor, respectivamente, de la Secretaría de la Reforma Agraria.
A proposición de la Presidencia, la Asamblea considera estos asuntos de urgente resolución y les dispensa todo los trámites, a efecto de que se sometan a discusión y votación de inmediato.
A discusión los Puntos de Acuerdo respectivos. Sin que motiven debate, en votaciones económicas sucesivas se aprueban. Comuníquese.
La Propia Comisión Permanente remite a esta H. Cámara de Diputados, los siguientes asuntos:
La Convocatoria expedida por la H. Cámara de Senadores, para presentar candidatos a recibir la "Medalla del Honor Belisario Domínguez del Senado de la República". Túrnese a la Comisión de Programación Cívica y Actos Especiales.
El expediente que contiene el oficio de la Secretaría de Gobernación, con el que se envía la comunicación con el resultado de las negociaciones entre los Gobiernos de México y los Estados Unidos de Norteamérica, sobre el Informe Conjunto Sobre el Estado de los Trabajos del Mecanismo de Consulta México - Estados Unidos de América". Túrnese a la Comisión de Relaciones Exteriores.
El dictamen con Punto de Acuerdo, por el cual la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión, concede al Ejecutivo de la Unión una prórroga hasta de sesenta días, para presentar tanto la Cuenta de la Hacienda Pública Federal, como la de del Departamento del Distrito Federal, correspondientes al Ejercicio Presupuestal de 1977. Túrnese a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.
Las solicitudes de permiso de los CC. Armando Espinola Bernal, Jaime Jiménez Muñoz y Mario Armando Amador, para que puedan aceptar y usar condecoraciones de gobiernos extranjeros, y los CC. José Enrique Gutiérrez Villanueva y Héctor Hernández Garza, para que puedan prestar servicios de carácter administrativo en la Embajada de los Estados Unidos de Norteamérica, acreditada en nuestro país. Túrnese a la Comisión de Permisos Constitucionales.
La Gran Comisión de la Cámara de Diputados somete a consideración de la Asamblea la lista de los ciudadanos diputados para integrar las Comisiones que a continuación se expresan:
Primera de Acción Social, tercer año: Martha Andrade de Del Rosal, María Refugio Castillón Coronado, María Hilaria Domínguez Arvizu, Sacramento Joffre Vázquez, Víctor Alfonso Maldonado Moreleón, José Refugio Mar de la Rosa, Julio Dolores Martínez Rodríguez, Emilio Salgado Zubiaga, Jesús Martínez Gortari, Antonio Vega García, María Elena Marqués de Torruco, Juan Ortiz Montoya, José Luis Martínez Galicia, Marcela Lombardo de Gutiérrez Y Arcelia Sánchez de Guzmán Rubio.
Segunda de Acción Social, Tercer año: Aurora Cruz de Mora, J. Fernando Correa Suárez, Josefina Esquivel de Quintana, Jorge Muñoz Icthe, Ramón Serrano García, Alfonso Rodríguez Rivera, José Delgado Valle, J. Guadalupe Vega Macías, Juan Meléndez Pacheco, Lucía Betanzos de Bay, Rosalba Magallón Camacho, Francisco Hernández Juárez y Apolinar Ramírez Meneses.
Tercera de Acción Social, tercer año: María Guadalupe Urzúa Flores, José Leal Longoria, Juan Ernesto Madera Prieto, Julián Muñoz Uresti, Miguel López Riveroll, Salustio Salgado Guzmán, Mario Martínez Déctor, Miguel Molina Rivera, Félix Flores Gómez, Jesús Alberto Mora López, Jacinto Guadalupe Silva Flores, Víctor Manuel Carrasco Gutiérrez y Edilio Hinojosa López.
Administración, tercer año: Juan José Osorio Palacios, Antonio Riva Palacio López. Enrique Alvarez del Castillo y Pericles Namorado Urrutia.
Biblioteca, tercer año: César Augusto Tapia Quijada, Nicanor Gómez Reyes, Raúl Bolaños Cacho Guzmán, Jorge Efrén Domínguez Ramírez, Ricardo Eguía Valderrama, Enrique Soto Izquierdo, Carlos Gómez Barrera, Jaime Sabines Gutiérrez, Graciela Meave Torrescano, María Elena Alvarez de Vicencio, Francisco Ortiz Mendoza y Pedro González Azcuaga.
Comisión de Estudios Legislativos, tercer año Presidente: Miguel Montes García. Secretario: Pericles Namorado Urrutia.
Sección Constitucional: Antonio Riva Palacio López, Enrique Alvarez del Castillo, Raúl
Lemus García, Manuel Villafuerte Mijangos, Porfirio Cortés Silva, Héctor Terán Torres, Roberto Leyva Torres, Luis Priego Ortiz Pastor Murguía González, Francisco José Peniche Bolio, Héctor Ramírez Cuéllar y Saúl Castorena Monterrubio.
Sección Civil, tercer año: Enrique Gómez Guerra, Eduardo Andrade Sánchez, Francisco Rabelo Cupido, Julio Esponda Solana, Carlos Manuel Vargas Sánchez, Eduardo Estrada Pérez, César Augusto Tapia Quijada, Eduardo Donaciano Ugalde Vargas, Enrique Soto Izquierdo, Francisco José Peniche Bolio, Francisco Hernández Juárez y Félix Flores Gómez.
Sección Penal, tercer año: César Augusto Tapia Quijada, José de las Fuentes Rodríguez, Manuel Gutiérrez Zamora Zamudio, Agapito Duarte Hernández, José Reyes Estrada Aguirre, Ángel Sergio Guerrero Mier, Héctor Terán Torres, Raúl Bolaños Cacho Guzmán, Ricardo Pedro Chávez Pérez, Gonzalo Altamirano Dimas, Ildelfonso Reyes Soto y Eugenio Soto Sánchez.
Sección Administrativa, tercer año: Eduardo Andrade Sánchez, Jorge Efrén Domínguez, Ericel Gómez Nucamendi, Héctor Ximénez González, Homero Tovilla Cristiani, Celia Torres de Sánchez, Jorge Salvador Lima Zuno, Eduardo R. Thomae Domínguez, Mirna Esther Hoyos de Navarrete, Miguel Hernández Labastida, Román Ramírez Contreras, Manuel Hernández Alvarado y Jesús Alberto Mora López.
Sección Agrario, tercer año: Ricardo Castillo Peralta, Maximiliano Silerio Esparza, Raúl Lemus García, Pastor Murguía González, Guilebaldo Flores Fuentes. Rafael González Pimienta, Rigoberto González Quezada, Manuel Gutiérrez Zamora Zamudio, Jacinto Guadalupe Silva Flores, Felipe Cerecedo López, Raúl Guillén Pérez Vargas y María Guadalupe Urzúa Flores.
Sección Fiscal, tercer año: Enrique Ramírez y Ramírez, Ifigenia Martínez Hernández, Juan José Osorio Palacios, Enrique Gómez Guerra, Julio Zamora Bátiz, Ricardo Eguía Valderrama, Luis José Dorantes Segovia, Enrique Alvarez del Castillo, Luis Priego Ortiz, Guillermo Carlos de Carcer Ballescá, Rafael Campos López y Manuel Hernández Alvarado.
Sección Amparo, Tercer año: Raúl Lemus García, Manuel Gutiérrez Zamora Zamudio, Antonio Riva Palacio López, Enrique Alvarez del Castillo, Víctor Manzanilla Schaffer, Héctor Terán Torres, Carlos Manuel Vargas Sánchez, José Ramírez Gamero, Manuel Villafuerte Mijangos, Jorge Garabito Martínez, Alberto Contreras Valencia y Eugenio Soto Sánchez.
Sección Mercantil, tercer año: Roberto Leyva Torres, Ricardo Pedro Chávez Pérez, José Reyes Estrada Aguirre, Arturo Martínez Legorreta, Héctor Hernández Casanova, Eduardo Donaciano Ugalde Vargas, César Augusto Tapia Quijada, Carlos Manuel Vargas Sánchez, José Refugio Mar de la Rosa, Ramón Garcilita Partida, Rafael Campos López y Manuel Hernández Alvarado.
Sección Obrero, tercer año: Raúl Caballero Escamilla, Manuel Villafuerte Mijangos, José Ramírez Gamero Abraham Martínez Rivero, Porfirio Cortés Silva, Cecilio Salas Gálvez, Eleazar Ruiz Cerda, Jaime Aguilar Alvarez, Juan Torres Ciprés, Ezequiel Rodríguez y Fortino Alejandro Garza Cárdenas.
Sección de Asuntos Generales, tercer Año: Miguel Molina Herrera, José Mendoza Padilla, Roberto Olivarez Vera, Ricardo Castillo Peralta, Víctor Manuel Peralta Osuna, Jesús Alberto Mora López, Alfredo Carrillo Juárez, Jaime Bravo Ramírez, Roberto Ruiz del Río, Francisco Pedraza Villarreal, Víctor Manuel Carrasco Gutiérrez y Fortino Alejandro Garza Cárdenas.
Comisión Inspectora de la Contaduría Mayor de Hacienda, tercer año: Luis Priego Ortiz, Ifigenia Martínez Hernández, Armando Labra Manjarrez, Pericles Namorado Urrutia, Enrique Alvarez del Castillo, Guillermo Carlos de Carcer Ballescá, Jesús Luján Gutiérrez y Saúl Castorena Monterrubio.
Comisión de Imprenta, tercer año: Enrique Gómez Guerra, Jaime Aguilar Alvarez, Antonio Tenorio Adame, Jaime Sabines Gutiérrez, Mario Hernández Posadas, Roberto Garibay Ochoa, Enrique León Hernández, Ramón Serrano García María Elena Alvarez de Vicencio, Marcela Lombardo de Gutiérrez y Fortino Alejandro Garza Cárdenas.
Quejas, tercer año: María Refugio Castillón Coronado, Gustavo Santaella Cortés, Antonio Montes García, Fernando Cabrera Rodríguez, Bernabé Arana León, Juan Rodríguez González, Alfonso Garzón Santibáñez, Humberto Serrano Pérez, Emilio Salgado Zubiaga, Juan J. Varela Mayorga, Celia Torres de Sánchez, Alfonso Argudín Laria Y Fernando San Pedro Salem.
A discusión la proposición. No habiendo quien haga uso de la palabra en votación económica se aprueba.
La misma Gran Comisión de esta Cámara, propone a los CC. diputados Enrique Soto Izquierdo, Salvador Reyes Nevárez Y Víctor Alfonso Maldonado, para integrar la Comisión Especial que investigue y proponga en su dictamen, al ciudadano que se haya hecho acreedor, por sus méritos, a recibir la condecoración "Medalla Eduardo Neri al Mérito Cívico", de la H. Cámara de Diputados, para que le sea impuesta a la persona electa, en la sesión solemne del 9 de octubre del año en curso.
A debate la proposición. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se aprueba.
La misma Gran Comisión suscribe una proposición, a fin de que se proceda durante las sesiones ordinarias de los días 5, 6, 7,y 8 de este mes de septiembre, al análisis del Informe rendido por el C. licenciado José López Portillo, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, relativo al segundo año de su gestión administrativa.
La Asamblea en votación económica aprueba la proposición.
Los CC. diputados Jesús Alberto Mora López, Rafael González Pimienta, Félix Flores Gómez, José Mendoza Padilla, María Guadalupe Urzúa Flores, Francisco Javier Santillán Oseguera y Héctor Francisco Castañeda, integrantes de la Diputación Federal por el Estado de Jalisco, asignan una comunicación por la que designan al C. diputado licenciado Porfirio Cortés Silva, como su representante ante la Gran Comisión de esta Cámara de Diputados, en sustitución del C. diputado Guillermo Cosío Vidaurri, quien renunció a dicho cargo, en virtud de haber sido nombrado por el C. Presidente de la República, Oficial Mayor de la Secretaría de la Reforma Agraria.
En votación económica la Asamblea aprueba la proposición.
Agotados los asuntos en cartera se da lectura al Orden del Día de la sesión próxima.
A las doce horas y veinticinco minutos se levanta la sesión y se cita para la que tendrá lugar el día de mañana, a las once horas. Se pasa a sesión secreta."
Está a discusión el Acta.... No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica, se pregunta si se aprueba.... Aprobada.
El C. Presidente: En la sesión celebrada el día de ayer, esta H. Cámara de Diputados acordó que las sesiones de los días 5, 6, 7, y 8, se destinarían a comentar el Segundo Informe de Gobierno del ciudadano Presidente de la República. Conforme a este Acuerdo, la sesión del día de hoy iniciará el amplio y detallado comentario que llevará a cabo la Cámara de Diputados A tal efecto, en la Secretaría se han inscrito con el fin de comentar los aspectos económicos del Segundo Informe, los siguientes ciudadanos: diputado Pedro González Azcuaga, diputado Guillermo Carlos de Carcer, diputado Gustavo Salinas, diputado Héctor Ramírez Cuéllar y diputado Jesús Puente Leyva. En tal virtud, tiene la palabra el diputado González Azcuaga.
El C. Pedro González Azcuaga: Con su permiso, Señor Presidente:
Honorable Asamblea:
Hace cuatro días, desde esta tribuna, pudimos observar la reflexión madura de un País sobre su estructura económica, sobre sus problemas sociales y sobre los esfuerzos, a veces desestimados por algunos, para poder superar no sólo las crisis coyunturales que últimamente se han generalizado en la escena internacional, sino también para superar los males de antaño, las crisis crónicas del colonialismo, los problemas desde los primeros años de nuestra vida independiente y de nuestra larga lucha por formarnos una conciencia soberana.
Escuchamos aquí un reflexivo análisis autocrítico, profundamente autocrítico, de la tarea de gobierno en un país como el nuestro, dolido de las fallas más graves, obligado a preservar su soberanía y su independencia frente a las presiones de dentro y fuera, que muchas veces no son sino las dos caras de la misma moneda.
En palabras del propio Presidente de la República, escuchamos aquí el análisis del marco de nuestra relaciones económicas, cuyas tres características fundamentales habrán de ser consideradas siempre al evaluar no soló los esfuerzos del Gobierno de la República, sino nuestra estructura económica y la marcha económica general de nuestro país.
Tres características que nos dan también el marco de nuestra dependencia económica y que son:
Una economía de mercado, un sistema legal que garantiza los derechos individuales, incluyendo el de la propiedad y los derechos sociales y un sistema de libertad cambiaría en el aspecto monetario.
Estas tres características básicas de nuestra economía, son sin duda las que nos ubican dentro de un sistema capitalista mundial en el cual estamos inmersos, y de éstas, sólo la segunda, fruto de nuestra Revolución, es la que nos ha permitido atemperar los excesos y fija nuestro propio camino, la garantía y la defensa de los derechos sociales.
Pero dentro de esta problemática general, y en la situación conyuntural existente, los márgenes de dependencia se acrecientan cuando en un momento determinado, a través de nuestra libertad cambiaría se funjan inmensas cantidades de capital producto del esfuerzo de los mexicanos, deja a nuestros bancos vacíos y producen una inflación acelerada y la crisis, con sus correlativos políticos, establecen o pretenden establecer una desconfianza generalizada de amplios sectores de la población frente a los actos del Gobierno.
En estos dos primeros años de la Administración Pública de José López Portillo, se ha luchado detenidamente, se ha luchado cotidianamente y se ha luchado valientemente también por el restablecimiento, primero que nada, de la confianza de la mayorías y de los grandes sectores nacionales frente a los actos de gobierno. Creemos que este logro es la base fundamental con la que sin duda abandonaremos esta crisis económica, para superar los graves problemas que nos están aquejando; porque si se rompe la confianza ya podemos ver la fragilidad de nuestro sistema económico en algunos de sus aspectos fundamentales como lo es nuestro sistema monetario.
Escuchamos del C. Presidente los múltiples esfuerzos que se han realizado para superar la crisis monetaria y los índices equivocados de que hay un proceso de estabilización en el ámbito monetario; la sostenida paridad de nuestra moneda con respecto al dólar estadounidense durante los últimos meses en todas las operaciones bancarias.
Es cierto que se ha llevado a cabo una política de depresión de la demanda, para poder abatir la inflación y es cierto que esto ha gravitado fundamentalmente y todavía gravitará durante algún tiempo sobre el esfuerzo de los
trabajadores, sobre los recursos de los trabajadores que no sólo han atemperado en algunos momentos sus reclamos salariales, sino que los han visto estancarse para ayudar al país a salir de la crisis. Sin embargo, tenemos que reconocerlo, todavía 1978 es un año de inflación que debe preocuparnos.
Según datos proporcionados por el propio titular del Ejecutivo ante esta Asamblea durante los seis primeros meses del presente año, se registró una inflación del 8%. Considerando que los seis meses últimos del año es donde se incrementan precisamente los procesos inflacionarios, podemos señalar que cuando menos durante el presente año tendremos una tasa inflacionaria del 15 al 16%, sumamente preocupante. Porque si los incrementos salariales para los trabajadores son inferiores, como lo son a esa cantidad, ellos seguirán pagando el salir de la crisis, ellos estarán llevando todavía la carga fundamental de ese esfuerzo y más aún, este problema inflacionario tendrá un efecto inmediato que esperamos no se agrave en la captación de ahorro para poder facilitar la inversión.
Si las tasas fijas del sistema bancario nacional no dan más allá del 16% neto para que pequeños, medianos ahorradores puedan a ir a depositar el producto de su esfuerzo, entonces resultará que apenas estarán preservando su capital de los efectos inflacionarios y no obtendrán utilidad de su ahorro.
Dentro de este marco de crisis, hay que señalar que hay sin duda índices que son satisfactorios. ¿Por qué? Porque pese a estas circunstancias se elevó considerablemente, en el período del informe la captación bancaria nacional.
¿Qué quiere decir esto?
No, que nuestros medianos y pequeños ahorradores tengan un afán determinado de lucro, no que esperen reproducir sus recursos, sino que tienen confianza en el Gobierno de la República, en nuestra estructura económica y en el futuro de este país; porque están depositando ahí su dinero prácticamente su utilidad, pero también para apoyar el desarrollo de México. Este es un índice que tenemos que señalar porque así se puede superar la crisis.
Del propio Informe podemos obtener datos que, les decía, son definitivamente positivo: un incremento del 5% en nuestra producción nacional global y un incremento del 4% en nuestra producción nacional agrícola. Estos dos índices, en este año superiores al incremento de nuestra población, por primera ocasión en varios años son también bases fundamentales para poder señalar que estamos ya en vías de superar nuestros más graves problemas. Si en medio de esta crisis general, si en medio de procesos de esta índole y de presiones que sólo conocemos los inversionistas mexicanos, los productores mexicanos, urbanos y agrícolas, han logrado incrementar su producción por arriba de nuestro incremento demográfico que estamos comenzando a resolver, los problemas fundamentales, pero con respecto a la inflación, creemos nosotros que si bien el Estado ha asumido una postura responsable, controlando mejor su gasto corriente, eliminando los gastos fuera de programa, tratando de cuidar celosamente el dinero del pueblo que tiene a su cargo y si los trabajadores, como se ha demostrado, cargan con el peso fundamental de este proceso, es muy importante señalar, como la ha expresado José López Portillo en innumerables ocasiones, que la inflación sorprendió a México absolutamente ajeno a los mecanismos y a las actitudes propias para poder hacerle frente.
No teníamos ni siquiera la actitud mental adecuada para actuar frente a los fenómenos inflacionarios y es necesario en estos momentos incrementar la actividad de mecanismos que puedan coadyuvar al trabajador en defensa de su salario, fortalecer la acción del Consejo Nacional de Protección al Salario, del Instituto Nacional del Consumidor, ampliar vigorizar las tareas de la Procuraduría de la Defensa del Consumidor y hacer una aplicación de los organismos intermedios en luchar denodadamente por orientar al trabajador y defenderlo como consumidor, que es uno de sus poderes fundamentales.
En la medida en que sindicatos y partidos políticos - todos los partidos políticos - participemos de este esfuerzo, estaremos contribuyendo a defender al trabajador, a defender la producción y a que el país pueda superar la crisis económica.
Es necesaria una acción importante de los partidos en esta materia.
Y es necesaria porque, definitivamente, frente a la avalancha de la publicidad de los medios masivos de comunicación, el trabajador queda prácticamente desprotegido y muy frecuentemente la manipulación llega al extremo de preferir lo superfluo antes de obtener lo necesario.
La acción de sindicatos y de partidos políticos en esta materia será fundamental, no obteniendo quizás tarjetas de descuento para sus agremiados sino participando al país, a los trabajadores y a los desempleados de todo el país de los problemas del consumismo; haciendo conciencia de la necesidad de que el gasto familiar sea un gasto racional y razonable.
Creemos nosotros que en la medida en que se pueda frenar este proceso inflacionario que, por otra parte, ya se ha atemperado, en esa medida los costos de producción no serán tan onerosos y las posibilidades de inversión serán más amplias.
Y entonces podremos hacer algo efectivo frente al otro gran problema de nuestra sociedad en este momento y que es el desempleo. En la medida que se incrementa la inversión porque los costos de producción no sean honerosos, podremos abatir el desempleo. En esto creemos que todos tenemos en el ámbito individual, familiar, sindical, político, una
tarea que cumplir. Comenzar por la propia casa y por el propio patrimonio.
Dentro del texto del informe, hemos observado la profunda preocupación del Presidente López Portillo, por incrementar la acción de la República con respecto a la producción agrícola, pero por parte del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, quiero hacer especial mención a hechos recientes que el Ejecutivo ha asumido y que definitivamente son, no sólo congruentes con su línea general de gobierno, sino también con los principios originales de nuestro movimiento armado.
Hemos vivido etapas de confusión en el campo; no se podía iniciar la organización, porque no se había construido el reparto, no se puede iniciar ni planear la producción porque no hay seguridad en la tenencia.
Creemos que el reparto y la afectación recientes de conocidos latifundios, no sólo restablecen la confianza del campesinado mexicano en el Gobierno de la República, que nunca se ha perdido, sino que también es un paso fundamental que sabemos que habrá de ser una lucha permanente, porque sin el reparto agrícola, ni se justifica, ni se explica nuestra Revolución; debe de concluirse el reparto agrario antes de 1982, porque sólo así podrá organizarse y ordenarse verdaderamente la producción agrícola; en esto, señor Presidente López Portillo, como en otras cosas más, pero en esto muy especialmente, el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana expresa su solidaridad, su apoyo irrestricto a estas medidas.
Por ese camino se restablece la justicia, una parte de la justicia cuando menos en el campo mexicano.
En materia de energéticos, observamos del señor Presidente el más denodado afán de evitar que sea la gran espiral de nuestra dependencia, el gran eje que nos ata indefinidamente a lo que por fatalidad geográfica e histórica debemos de padecer.
El petróleo, es cierto, es un recurso nuestro, pero también lo es de nuestro hijos; del Informe puede deducirse que se ha utilizado patrióticamente, de manera ponderada, que no ha habido excesos que lamentar en esta materia, y que está dispuesto, el Presidente de la República, a utilizado para servicio exclusivo de México, cualesquiera que sea la magnitud de las presiones que se ejerzan sobre de él o sobre de nuestro país.
Hay que hacer notar esto:
En el petróleo, como se ha señalado mucho, puede estar uno de los renglones fundamentales de nuestro despegue económico, pero sólo si se utiliza con responsabilidad y con patriotismo será verdadero renglón de apoyo, de lo contrario, puede ser el eje que nos ate indefinidamente a uno de los polos del enfrentamiento mundial.
En suma, pensamos que se han utilizado razonablemente nuestros recursos fundamentales: los que están bajo el suelo y los que están en la superficie de nuestra tierra. Aún no se ha emprendido un verdadero e intenso programa de explotación de nuestros recursos marítimos, ni los que podrían ser motivo de la pesca; ni los que en la plataforma marítima se encuentran. Esto será una reserva fundamental para nuestro país; pero pese a los agoreros de todo tipo, podemos asegurar con nuestro presidente: tenemos algunos recursos, con el esfuerzo de todos, pero si no es de todos, nos basta con el de las mayorías nacionales, podemos seguir adelante.
Muchas gracias. (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Guillermo Carlos de Carcer.
El C. Guillermo de Carcer Ballezca: Señor Presidente; señores diputados:
Escucharemos hoy en el transcurso de la sesión, las opiniones de los distintos partidos políticos, en relación al segundo Informe de Gobierno rendido al Congreso por el Presidente López Portillo, referido al ámbito económico.
Esta será la última ocasión en que esta Legislatura podrá comentar y analizar un informe presidencial. De los 3 informes que hemos escuchado como diputados, sí notamos que en estos últimos ha habido cambio en el lenguaje de conceptos y de formas, en relación al último del licenciado Echeverría.
Este informe, el segundo, de López Portillo, tiene cierta semejanza al del año pasado, hay ausencia de cifras espectaculares aunque por ahí siempre se escucha alguna como la existencia de las reservas potenciales de petróleos que ascienden a 200 mil millones de barriles.
El informe reitera la aceptación de la crisis de 1976, para después presentar algunos indicadores que demuestran mejoría en la situación económica en general, pero esta mejoría se refiere principalmente a los últimos meses cercanos al informe y en materia económica, la mayor parte del informe se refiere a las posibilidades futuras, principalmente basadas en la explotación y venta del petróleo y derivados, hasta señalar el advenimiento, muy pronto, de la autodeterminación financiera y decirnos qué es lo que se va hacer con los excedentes.
En el informe se afirma que no se ha alcanzado todo, pero sí algo, que hay mejoría, que estamos superando la crisis, que se ha sabido enfrentar porque era urgente y ahora lo importante es enfrentar la crisis de fondo: el problema social.
Se señalan nuevamente las propuestas del gobierno para superar la crisis, Alianza para la Producción, Reforma Política y Administrativa, Reforma Fiscal y Reforma Económica, con nuevas políticas de precios, salarios, comercialización, etc.
Los objetivos primordiales siguen siendo alimentos y energéticos, se esboza el plan general de desarrollo dividido en tres objetivos, en 3 etapas de 2 años cada una; la primera etapa, la superación de la crisis; la segunda, la consolidación de la economía y la tercera, el crecimiento acelerado. La primera etapa o sea los
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2 primeros años de Gobierno de López Portillo, se dice, está ya por concluir la superación de la crisis. Se ha recordado la confianza, se está saliendo de la postración, cesó la fuga de capitales, han regresado algunos; la duda y la balanza se mejoran en el primer semestre de este año; se recupera la producción agrícola; cesó la dolarización y se ha atenuado la inflación. Estamos principiando la segunda etapa, la de la consolidación económica en donde hay que restaurar el deterioro, romper el círculo vicioso de no producir por falta de recursos y viceversa para llegar en el quinto año de este sexenio al crecimiento acelerado en donde los beneficios se deben repartir con equidad. Este es el marco general digamos que escuchamos sobre la cuestión económica en este Informe. Creemos los de Acción Nacional que es muy importante ubicarnos en la realidad de este país en el que estamos viviendo. Sabemos que no es fácil superar una crisis de un momento a otro, ya lo hemos dicho, la Alianza para la Producción no puede dar frutos inmediatos, es un plan a mediano y a largo plazo. No se puede crear la infraestructura productiva necesaria ni contar con los elementos adecuados para un aumento de producción, la Alianza no puede estar soportada sólo en convenios de buenos deseos; debe cimentarse sobre bases sólidas de confiabilidad, comprensión y decisión. La Reforma Administrativa se topa con el burocratismo, los intereses creados y la corrupción. La Reforma Fiscal se ha traducido en modificaciones de la base tributaria o en la creación de impuestos como el de la tasa de utilidades brutas extraordinarias que se suponía era coyuntural o el 15% adicional en los pagos de impuestos y derechos a la Tesorería del D, F., adecuaciones, pero no reestructuración de la política tributaria impositiva.
La reforma económica se ha basado en el sacrificio de los ingresos de los trabajadores, quienes ven aumentados sus salarios en un diez o doce por ciento, contra los aumentos de precios de un veinticinco o un veintinueve por ciento. La reforma política, que se ha concebido para ampliar el espectro ideológico en la Cámara, dentro de un control y prácticas en donde el sistema asegura su permanencia en el poder y el diputado de oposición es sólo una voz para dar cierto colorido y movimiento a un Congreso monolítico, no debemos olvidar que el sistema político que gobierna ahora, lo ha hecho por más de sesenta años y que si hemos llegado a una crisis, ha sido por diversas causas, externas e internas.
Dentro de las internas, debemos apuntar que este ha sido un gobierno de un solo grupo, en donde los funcionarios han aplicado sus criterios, han recibido los ingresos y los han distribuido de acuerdo con sus teorías y modelos adoptados, creándose una gran brecha por ejemplo: entre agricultura e industria, entre campo y ciudad.
Todo esto contemplando con criterio sexenal. De esta forma se han dado virajes que han variado desde el modelo liberal hasta el capitalismo de Estado o el de la indefinición de la economía mixta. Por eso es difícil y así lo creemos - que se pueda corregir en sólo dos años, problemas agudizados de falta de producción, empleo, salario remunerador, redistribución justa de la riqueza, etc.
En el informe se dice que no se puede atribuir la inflación al exceso de gasto o demanda, o al aumento de los salarios indiscriminadamente, sino, entre otras cosas, a los impactos devaluatorios, y recordamos que hace dos años aquí se hablaba de los beneficios que traería la devaluación: aumento de exportaciones, mayor producción, impulso al turismo, etc. Pero la crisis era severa y creemos que sigue siendo. Los indicadores se basan en gran parte en la existencia de nuestro petróleo. Se dan cifras de reservas y extracción de petróleo y gas.
Claramente se observa la decisión de obtener divisas para que nos permitan mejorar, ahora sí a corto plazo, la economía. Pero siendo la extracción y la venta de petróleo la actividad económica mayor de Estado en donde se mueven y moverán miles de millones de pesos, Creemos que se debe informar verídicamente. con periodicidad al pueblo de México, y manejar los recursos con gran escrúpulo, porque no sólo son importantes los millones de barriles que se vendan, sino conocer el costo de la extracción y la distribución, que si fueran muy elevados, pueden reducir el rendimiento a un porcentaje mínimo.
Los ingresos generados deben emplearse para aumentar la producción y dar mayores posibilidades a aquellos que no dependen directamente de la industria petrolera, y que es la mayoría del pueblo de México.
Esperamos, por tanto, con mucho interés las cuentas que se rendirán a esta Cámara de los excedentes captados a través de los impuestos de exportación, de producción y regalías que se anuncian en el informe presidencial.
Los signos de recuperación económica, creemos, son apenas perceptibles. Se habla, por ejemplo, del pago anticipado al Fondo Monetario Internacional, 123 millones de dólares, si no estoy equivocado, que más bien creo se refieren a un adelanto en el pago, para tener mayor capacidad de crédito. Asimismo, de la mejoría en la balanza mercancías. Se hacen diversos cálculos de la infiltración, en algunas de las declaraciones de los funcionarios públicos, que van de 12 al 18% para este año. Pero de todas estas cifras, pasamos a la realidad y confrontamos la constante alza de los precios, la escasez de los alimentos, o el aumento de las cuotas de la energía eléctrica en 1.5% mensual acumulativo cada mes durante dos años. Las denuncias de corrupción y fraude de funcionarios públicos deshonestos, la falta de posibilidades de educación de una gran cantidad de mexicanos, millones de niños y jóvenes se quedan sin escuela, el aumento del desempleo y, por tanto, de la delincuencia, etc. Hay que ser realistas; no se ha
aumentado la producción ni la productividad en el nivel necesario, en los niveles necesarios, las exportaciones han descendido considerablemente, la deuda pública no disminuyó, sino aumentó, y ya dentro de los egresos de este año representa casi el 30% entre el pago de capitales e intereses, y esto, señores diputados, resta recursos para la riqueza.
Es necesario que siendo como somos, un pueblo pobre y limitado, se hagan planes concretos para financiar el desarrollo y administrar del modo más honesto y claro los recursos que se allega el Estado.
El modelo de desarrollo adoptado no soló se agotó, sino que no funcionó debidamente, pues creó una mayor injusticia, una mayor brecha.
Probablemente en el mundo existan tantas doctrinas de desarrollo como países en proceso, y todavía dentro de cada país se debería hacer un esfuerzo para establecer doctrinas de crecimiento de acuerdo con las distintas zonas humanas, y geográficas, económicas que existen en los países que, como México, son tan variadas y diversificadas.
Contamos con las características generales de los países subdesarrollados, un ingreso per cápita muy bajo, una capitalización insuficiente, una desintegración de nuestra sociedad y economía.
Contamos con un elemento que debe ser tomado en cuenta para cualquier plan que se elabore: El rápido crecimiento de la población.
México ha crecido a un ritmo, todos los sabemos, anual del 3.5%, y en el Informe se dice que para 1982, el crecimiento bajará al 2.5%. Aunque esto fuera así, seremos entre 110 y 120 millones de mexicanos en el año 2000.
Es indispensable crear las condiciones necesarias y suficientes para poder vivir humanamente y tener un trabajo remunerado, para no desviar recursos y para repartirlos con mayor equidad.
También sabemos todos que más del 50% de la población está en el campo, y es la que tiene menores recursos. Es urgente como priocampo si es necesario en detrimento de las ridad inmediata, canalizar mayores recursos al ciudades; dar seguridad jurídica a la tenencia de la tierra; acabar con el control político y la sumisión; romper las estructuras imperantes con los caciques, acaparadores, especuladores, falsos líderes, usureros, rentistas y latifundista; liberar al campesino y hacer que la tierra produzca; prioridad en la producción de alimentos de consumo popular sobre cualquier producto de consumo suntuario o de exportación, a excepción del petróleo, no podemos seguir dependiendo del exterior en la compra de alimentos básicos; debemos ser autosuficientes a precios bajos y de buena calidad, para tener un pueblo alimentado capaz de producir más.
La realidad del ingreso del campesino es trágica. Según datos de recientes publicaciones, el 76% de los jornaleros que viven en localidades de menos de 2,5000 habitantes; obtienen menos de $600.00 pesos de ingreso mensual por familia. La mayoría que vive en localidades con menos de 10 mil habitantes, su ingreso es menor de $999.00 pesos mensuales por familia; 5 millones, incorporados a la producción agrícola, tiene menos de $499.00 de ingreso mensual por familia; lo que determina un ingreso per cápita de $39.00 y un ingreso diario per cápita de $1.30 centavos. Sólo el 5.2% percibe ingresos entre mil y cuatro mil novecientos noventa y nueve pesos mensuales y el 0.9%, más de $5,000.00; y aunque habitan en localidades que se produce leche, y carne y huevo, el 60% de los habitantes rurales no la consumen ni un día a la semana. Por eso, no sólo debe considerarse meta prioritaria al campo, sino crear las condiciones para rescatarlo de la miseria en que se encuentran.
Una forma que ya alguna vez ha propuesto Acción Nacional, para ayudar a disminuir el desempleo en el campo, podría ser, además de los grandes trabajos programados y estructurados por las dependencias oficiales, pensar en aprovechar la fuerza de trabajo en la realización de pequeños trabajos, con un costo mínimo y una inversión de capital de poca cuantía, con lo que se lograría por una parte, un incremento en la productividad y se ayudaría a la población rural desempleada, creando un medio de vida y una posibilidad de incrementar el consumo; pequeños trabajos como despedrar campos terracear las pendientes suaves, trabajos básicos de defensa del suelo contra la erosión, replantar y reforestar, cimentar acequias abrir pozos, limpiar norias, cerrar todas las pequeñas cuencas para conservar la mayor cantidad de agua de lluvia, mantener los canales de irrigación. Estamos conscientes de que la superación de la crisis y la consolidación de la economía no puede hacerla el gobierno solo, se necesita que los demás sectores económicos participen con criterio de solidaridad y de justicia social, propiciando inversión de capital, creando fuentes de trabajo, etc.
Vivimos en este país y no debemos pensar con criterio individualista de profunda injusticia, sino sobre nosotros pesa una gran responsabilidad de coadyuvar al desarrollo nacional. El que tiene más dinero, educación, técnica, etc., debe ser factor para la redistribución de la riqueza.
Muchas veces se habla de que la riqueza en México se encuentra en pocas manos y se piensa que la disyuntiva es que la maneje totalmente el Estado. Acción Nacional ha propuesto el término medio, en donde el trabajador participe en la administración y en la propiedad de los bienes de producción, con salario y prestaciones suficientes y que se compartan los rendimientos.
El estado ya nadie lo cuestione, debe intervenir en la economía, pero debe definirse con mayor claridad las áreas de su intervención y el modo de hacerlo, para qué fines y con qué métodos, pero también no debemos olvidar los mexicanos que el Estado no es algo fuera de
nosotros, que las inversiones que está haciendo de su patrimonio son producto de nuestro trabajo y que no cuenta con otro patrimonio.
El pueblo de México ha estado esperando que los propósitos se transformen en hechos, es cierto que se ha dicho casi todo, pero muy poco, también es cierto, se ha logrado.
Si hemos contado con un tiempo de espera quizás este tiempo se éste terminando, por eso deseamos que el esfuerzo de todos los sectores de México se encaminen a la resolución frontal de los problemas y así mejorar las condiciones que urge hacerlo necesitan la mayoría de los mexicanos. Muchas gracias. (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el diputado Gustavo Salinas Iñiguez.
El C. Gustavo Salinas Iñiguez: Señor presidente Honorable Asamblea: Al asumir la Primera Magistratura de la Nación, el Presidente López Portillo, propuso al país un programa para gobernar juntos con el pueblo, los acontecimientos y no se su víctima. Seguiremos siendo los mexicanos, dijo entonces, quienes planteemos nuestro problemas y los resolvamos con nuestros propios recursos e instituciones, para mantener nuestra independencia política y económica.
A mi entender, con estas palabras, el Presidente López Portillo selló un pacto con el pueblo para gobernar junto con él, nunca a sus espaldas. Pacto que es ha cumplido de acuerdo con los lineamientos democráticos que rigen nuestra convivencia.
El inicio del actual Gobierno en 1976, fue ciertamente difícil. Diversos problemas internos de origen estructural y de conyuntura aunados a otros de no menor importancia generados por graves y complicados desajustes de la economía internacional como lo fue la falta de alimentos, ausencia de materias primas y escasez de energéticos, provocó en todos los países del mercado incluyendo obviamente a México, un acelerado proceso inflacionario, así como la precipitación de devaluaciones competitivas.
El impacto que ocasionó esta situación en nuestro sistemas económico y social fue considerable. Unos, por fortuna los menos, huyeron despavoridos a depositar sus capitales en arcas del extranjero; otros, impotentes ante los acontecimientos, se desgarraron las vestiduras; otros más, hicieron su "agosto" aprovechándose de la espiral inflacionaria y de la flotación monetaria, en tanto que las grandes mayorías de obreros y campesinos tuvieron que soportar, con patriotismo ejemplar, una realidad nacional que venía a poner fin a la fantasía creada por los protagonista del modelo de desarrollo estabilizador. Desde entonces, el famoso milagro mexicano se esfumó. Bajo esta situación, el Presidente López Portillo se hizo cargo del gobierno de la República; de inmediato demandó serenidad para no perder el rumbo, al tiempo que delineó un programa vigoroso de gobierno encaminado a hacer frente, como primera instancia, a las causas y los efectos de la negativa crisis. "Como primera instancia, conforme a una nueva estrategia de desarrollo - dijo el Presidente - en el acto de toma de posesión, ajustaremos los instrumentos financieros para movilizar los recursos existentes, adecuaremos con la política fiscal, la monetaria y la certifica, la de utilidades, precios y salarios, la de endeudamiento interno y externo, la cambiaría y las transacciones con el exterior así como con la política de inversión y gasto público."
A casi dos años de distancia, podemos afirmar, sin falsos triunfalismos, que el programa económico delineado por el gobierno de la República ha comenzado a dar resultados positivos.
Del análisis cuidadoso del texto del Segundo Informe del Presidente López Portillo, dicho ante esta Presentación Nacional, se desprenden varias consideraciones en materia económica que conviene resaltar.
La desconfianza que invadió la frágil conciencia de algunos mexicanos, hacia finales de 1976, y que provocó una fuerte contracción de la inversión privada así como una considerable fuga de capitales, se ha convertido hoy en día en una sólida confianza hacia el actual régimen y hacia las instituciones del país.
El regreso de capitales así como el incremento de la inversión privada en áreas importantes de la economía, nos hacen suponer que la crisis de confianza ha sido prácticamente superada.
En su Informe, el Presidente López Portillo, dijo lo que realmente queríamos escuchar las mayorías, más no lo que algunos grupos sectarios querían que dijera. Se hizo una evaluación Franca y realista de nuestros avances, así como de nuestros rezagos, cuya cuantía va siendo menor en la medida que avanza la obra de gobierno.
Los resultados que escuchamos son alentadores. Nos encontramos en la etapa final de la crisis, completamente controlada y casi superada; una Alianza para la Producción debidamente comprendida y aceptada por sectores que en ella intervienen; una Reforma Política cuyos resultados comienzan a dar frutos en el panorama democrático de la nación; una Reforma Administrativa que ha venido a organizar al gobierno para después organizar al país; una Reforma Fiscal en marcha, empeñada en ser un instrumento efectivo de la distribución del ingreso, complementada con una Reforma Económica, encaminada a ser más racional y justo nuestro sistema económico social.
Para dar sentido realista a las acciones que el gobierno se ha propuesto llevar a corto, mediano y largo plazo, se ha seguido el camino de una planeación democrática que " conduzca y marque destino". En este sentido, se ha programado metas sucesivas que vienen a definir al Plan Global de Desarrollo Nacional en tres etapas bianuales: En los primeros dos años se ha pretendido superar la crisis; en los otros dos, se aspira a consolidar la economía, y en los dos
últimos, habrá de lograse un crecimiento acelerado.
Los indicadores más significativos que nos inducen a afirmar que la crisis ha comenzado a ceder, son: Se ha alejado el peligro de la pérdida de nuestra soberanía monetaria; ha cesado la fuga de capitales y regresado algunos: Ha mejorado la posición de la deuda externa y de la balanza de pagos.
En el último semestre , la producción industrial creció aceleradamente, y la agrícola tiende a recobrarse, al tiempo que se ha asimilado el sistema de flotación del peso frente al dólar.
Como resultado de todo ello, por primera vez, en los últimos tres años, el crecimiento de la economía en términos reales, será superior al incremento de la población, que llegará a finales del presente año, al 5%
Este dato, es tal vez el indicador más importante que manejó el Presidente López Portillo en su Segundo Informe de Gobierno, para demostrar a la Nación que transitamos por buen camino.
Aspecto importante, subrayado por el Presidente, fue el relacionado con la emisión de valores gubernamentales, con certificados de Tesorería, cuya circulación al 30 de junio fue superior a los 23 mil millones de pesos, así como una segunda emisión de petrobonos por dos mil millones de pesos. Esta nueva práctica, pone de manifiesto el mercado interés del gobierno por obtener recursos adicionales del mercado interno de capitales, en vez de acrecentar la deuda externa.
Mención especial ocupó en el informe, la firma del Convenio de Cooperación con la banca privada, que permitió la canalización de financiamiento por diez mil millones de pesos, para la rehabilitación de distritos de riego. Destacó, por otra parte, que la política monetaria, ha mantenido con instrumentos suficientes, el crecimiento del dinero circulante sin que hayan originado deformaciones circunstanciales o cíclicas.
"Estamos resolviendo - dijo el Presidente - los problemas financieros de corto plazo, que ponían en peligro la economía", se ha mantenido la libre convertibilidad del peso, al tiempo porque se ha reafirmado nuestro crédito en los mercados internacionales.
Pese a los logros alcanzados en materia económica, el Presidente López Portillo, dejó sentada su profunda preocupación porque los frutos de la recuperación no hayan alcanzado todavía el ámbito social. Todos éstos son indicadores muy significativos, - dijo - animan a los expertos, pero poco dicen al obrero que consintió en restringir el aumento en su salario y al ama de casa que padece la angustia del encarecimiento de la vida.
El sistema de economía mixta que caracteriza nuestra economía, hace que el Estado en gran medida, sea regulador de la actividad económica. Sin embargo, fuerza extraña el interés de las mayorías, aposentadas las más de las veces en el anonimato, disparan con frecuencia los precios de los artículos de primera necesidad.
Contra estos apóstatas, el presidente ha anunciado la preparación de iniciativas de ley para agravar la pena y configurar nuevos delitos contra la economía popular. Estaremos esperando con ansia revolucionaria estas iniciativas que pronto vendrán a defender el raquítico ingreso familiar.
Ante los problemas ocasionados por la baja producción de artículos de primera necesidad, de suministro y de alza de precios, el Presidente López Portillo ha convocado a una Alianza para la Producción, convencido de que por medio de ella, se logrará abatir la escasa oferta de producción social y nacionalmente necesarios. Los resultados se pueden apreciar, pues al aumentar la producción de productos básicos hizo que la tasa de inflación, medida por índice nacionales de precios al consumidor, fuera de 8% en los primeros meses del presente año, inferior en 5% a la registrada en el mismo período de 77.
Este esfuerzo nacional por dar alimento a 64 millones de mexicanos está íntimamente vinculado a otra prioridad del Gobierno que es la producción de energéticos.
En este aspecto, cabe destacar el gran éxito que se ha obtenido. Los constantes descubrimientos de importantes yacimientos de petróleo, localizados en la tierra firme y en la plataforma continental, han venido a demostrar la gran riqueza que guarda el subsuelo mexicano. Actualmente, dijo el Presidente en su Informe, que las reservas probadas ascendían a 20 mil millones de barriles, las probables a 37 mil y las potenciales a 200 mil millones de barriles. Luego, siguió diciendo. que en la mayor parte de la República, el capricho de los viejos mares y selvas, dejó su huella generosa en más 20 mil Kilómetros de litorales tósiles y 1 millón 800 mil kilómetros cuadrados de plataformas, atrapadas en cientos de estructuras, que contienen distintas modalidades de hidrocarburos".
Conviene resaltar la actitud del Presidente López Portillo de no vender gas natural por debajo del precio establecido por el Gobierno de la República de 2.60 dólares por millar de pies cúbicos. Esta vigorosa actitud viene a confirmar una vez más, la franca posición de independencia de nuestro país frente a presiones del vecino país del Norte.
Por otra parte, el gobierno está empeñado en canalizar los excedentes de petróleo al fortalecimiento del Estado así como para proteger y aumentar el patrimonio de la Nación, mediante programas preferentemente de largo plazo y que vislumbren el siglo XXI
Estos ingresos no habrán de destinarse, como algunos quisieran, a gastos de consumo, ni serán motivo para posponer las responsabilidades fiscales de empresas y ciudadanos.
Compañeros diputados: De la lectura y análisis de la parte económica del Segundo Informe de gobierno del Presidente López Portillo, podemos sacar las siguientes conclusiones:
La política económica del Informe descansa en el impulso prioritario a la agricultura, la
educación y los energéticos. Por ello, la tesis económica plantea una confrontación nacionalista ante la dependencia económico política y social con la que la metrópoli capitalista busca someter las decisiones soberanas del pueblo mexicano, precisamente, porque intenta convertirnos en un país importador de alimentos, exportador de energéticos y en colonias cultural.
No hay dependencia más grave que la de ser un país que importa alimentos. Otras formas de dependencia, - la tecnológica, y la financiera - afectan a unos cuantos. Ser dependientes para cometer, afecta a todos, pero más aún a los sectores desvalidos que soportan el peso de la crisis y que son la mayoría del país.
Por ello, el énfasis puesto en la agricultura es un indicador de lucha por nuestra independencia real, tanto hacia el exterior como hacia el interior, porque fortalece al sector más desfavorecido del régimen de la Revolución.
La estrategia de moderación y realismo en materia de energéticos soporta y complementa la configuración de una política económica de amplio espectro que no polariza infantilmente "las esperanzas en el petróleo". La conciencia expresada por el Presidente respecto a los riesgos de negocios con nuestros clientes naturales en términos de respecto a nuestra soberanía y al interés nacional, exige de nosotros una vigilancia y contribución permanente, porque está de por medio un futuro que a todos atañe y es responsabilidad histórica de todos.
Los soportes fundamentales más novedosos de la política económica del Segundo Informe, son: La concepción de nuevas formas de organización productiva y, la autodeterminación financiera.
La primera deriva de las evidentes fallas de las formas de propiedad que predominan en los sectores productivos, y que dentro de un esquema tradicional de economía mercado, no responden a los requerimientos del desarrollo en términos de empleo y producción. Ello significa que ha quedado clara la insuficiencia de ajuste económico, y la imperiosa necesidad de fortalecer las formas sociales de propiedad y la participación creciente del Estado, como alternativas básicas de interés mayoritario que no ha podido ser satisfecho por la concentración del ingreso y riqueza en grupúsculos minoritarios de corte oligárquico.
La autodeterminación financiera nos lleva a ampliar los renglones de ingreso público, en virtud de que los recursos que se obtengan por exportación de energéticos en el 980, no representan más allá del 10% de lo que hoy será el producto interno bruto. Por tanto este concepto financiero implica el avance definitivo en la Reforma Monetaria y Fiscal, hoy por hoy pospuesta bajo presiones de causantes minoritarios privilegiados aún, retraídos como partícipes del desarrollo económico productivo.
El esquema contra la dependencia; el énfasis en la agricultura, el petróleo, la educación, y en apoyo de nuevas formas de organización social, de la producción y en modalidades de autodeterminaciones financiera, buscan redistribuir el ingreso y la riqueza a los sectores populares porque implica generar empleos social y económicamente justificados.
En efecto, fue confirmada nuestra condición de ser un país de economía de mercado. Históricamente no ha surgido país industrializado cuya economía mercantil no haya sido proveída por un Estado poderoso, normalmente sometido a terceros o sobreexplotando al pueblo.
México puede encontrar una vía para crecer en su contexto histórico y geográfico, a través de un Estado política y económicamente legitimado, si en efecto encontramos nuevas formas de propiedad de los medios de producción que garantizen una economía de beneficio popular, que no tenemos, pero que podemos construir, para continuar el avance hacia formas superiores de organización social, menos injustas para la mayoría de los mexicanos.
Finalmente, podemos afirmar sin temor a equivocaciones, que el camino señalado por el Presidente en su II Informe, habrá de conducirnos a una Sociedad más justa, a un país más libre y a una Nación más nuestra. Muchas gracias." (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado Sergio Lujambio.
El C. Sergio Lujambio Rafols: Señores diputados:
Yo siento que no importa que algunos conceptos sean repetidos por algunas de las personas que están tomando la tribuna.
En Acción Nacional creemos que cualquier esfuerzo que se haga para ubicar esta Asamblea en la conflictiva realidad actual y futura es valioso; valioso especialmente para ustedes, para los que están en aptitud de tomar las decisiones que corrijan los problemas actuales.
Esto lo hemos intentado en las discusiones de las Cuentas Públicas, de las leyes de Ingreso y los Presupuestos. Ahora es una buena oportunidad, refiriéndose al Segundo Informe que presenta el Presidente de la República. El informe contempla buenos propósitos en la medida en que se haga realidad en un futuro próximo, se dejarán sentir sus beneficios en las mayorías desposeídos de nuestra población. Ojalá sea así.
Hace tres días, el Ejecutivo presentó su informe, es materialmente imposible estudiar el contenido de los anexos que nos entregaron ayer en tan breve tiempo, nos limitaremos al contenido de los anexos que nos entregaron.
Consideramos que existen un repunte en nuestra economía, mencionaremos algunos indicadores, respectivamente, pero los mencionaremos: incrementos en la producción agrícola de un 4%; abatimiento de la inflación, la traíamos en 76 del 27.2 en 77 del 20.7. Nosotros no creemos que el estimado del 15% para esté año se haga a pesar de los buenos propósitos del Ejecutivo, consideramos que llegará al 17 o al 18%.
Elevación probable del producto nacional en un 5%, síntoma halagador si tenemos en
cuenta que en 76 anduvimos dos años consecutivos por debajo del incremento de la población.
La zafra: la más alta de la historia, bueno, esto es lo menos que podía suceder, les metemos varios miles de millones de pesos cada año a los campos azucareros.
Producción pesquera, aumenta de un 25% respecto al lapso anterior, consumo interno de 150 mil toneladas sube a 200 mil. En verdad, ésta sigue siendo una cifra ridícula, nuestro país puede absorber tranquilamente un millón de toneladas de pescado.
Los ingresos de once mil millones de pesos por exportaciones en la captación pesquera, también los consideramos bajísimos.
Incrementos en la producción de fluido eléctrico por 1.5 millones de kilowatts con elevación de consumo de 65%, en buena parte consumo en áreas industriales.
Generación de 48 mil empleados en áreas turísticas de franco crecimiento.
Incremento en la exportación de manufacturas.
Nosotros creemos que estos son los síntomas más reveladores pero también consideramos que este repunte de nuestra economía es raquítico, insuficiente para dar respuesta a nuestras exigencias actuales y base muy precaria para cubrir necesidades futuras de un país cuya población se verá duplicada en los próximos 22 años. Existen 3 Hipótesis en la actualidad, creo que andamos en 65 millones. Programación y Presupuesto está manejando 3 hipótesis, la mejor nos hace llegar a 128 millones de habitantes, esto ya es irreversible, aunque bajemos la tasa anual del 3.5 al 2.5 llegaremos a 128 millones. Las otras hipótesis, de no ser abatida esta tasa, nos hacen llegar a 140 o a 150 millones en los próximos 22 años. Imagine esta Asamblea el conflicto social que se presentaría en este país si no hacemos esfuerzos de rescate real de nuestra economía a corto plazo.
Del mismo modo existen indicadores económicos que nos son desfavorables; elevación de circulante monetario, que es un elemento de presión inflacionario, el déficit de la balanza comercial creció 109% a pesar de ser contrarrestado parcialmente por la exportación de petróleo que registró un incremento de 50%.
Importación de Maíz, trigo y leche por 8 mil millones de pesos, necesidad de otorgar subsidios populares por 7,400 millones de pesos; tan sólo al pan y a la tortilla, 3,000 millones de subsidios directos. Se estima que tendremos necesidad de importar 3 millones 500 mil toneladas de gramos entre maíz, trigo y sorgo.
En 1977 en aquella comparecencia que hizo Fernando Solana, nos informo que las importaciones habían sido del orden de 2.5 millones de toneladas. Quiere decir que nuestra importaciones de granos sigue aumentando en una forma alarmante.
Elevación de la demanda muy por encima de la producción y los precios, donde se refleja el alza del costo de la vida de nuestros conciudadanos.
En cuanto a artículo de consumo han aumentado cerca del 20%, si se les compara con los de hace un año. Las alzas más dramáticas: 24% en la carne hasta el mes de mayo y ha seguido subiendo; granos 15% hasta julio y frutas el setenta y cinco %.
Sin embargo, ¿cuál es el costo financiero de este precario repunte de nuestra economía? Veamos. ¿Quién hace esfuerzos para estimular la economía? Vamos a observar los esfuerzos del sector público.
Desde que estudiamos los Presupuestos de Gasto para la Federación, los recursos de que dispone el sector público para estimular la economía. En este año de 78 encontramos severas limitaciones para la acción económica del sector público. del gasto total de $912450 millones, se tenían que destinar $236692 millones. Este es un lastre terrible para el ejercicio del gasto.
En sueldo y salarios del sector público se iban a ir $141917 millones que nos parece una cifra excesiva y la necesidad de ubicar a buena parte de las personas que trabajan dentro el sector público, en áreas que pudieran ser productiva y en apoyo para las paraestatales, se preveían $96,042 millones que seguimos sin considerar justificado. La suma de estos tres conceptos, señores da $474 mil millones, el 52% del gasto, entre el servicio de la deuda, entre sueldos y salarios del sector público y apoyo a las paraestatales.
Son tres piedras que el ejercicio del gasto público tiene amarradas del cogote.
Si a esto restamos el gasto administrativo y el gasto social, educación, salubridad, etc., calculado en un 30%, escasamente quedaba un 18% para propiciar el desarrollo. A pesar de que el informe dice que la inversión para 78 es la tercera parte del gasto. Y todo esto teniendo en cuenta que durante 1978 tendremos que pedir prestados $292 mil millones.
Y el otro sector, el sector privado, en el texto del informe se lee: "la oportunidad y efecto de la inversión pública y el esfuerzo de los empresarios que han aceptado su compromiso de invertir para producir, no fueron coincidentes y desafortunadamente, no podrían serlo. Se tenía que salir del golpe intempestivo de la devaluación. Recapitalizar, resolver problemas toma tiempo e impacienta."
Nosotros hemos que estado investigando cuál es la respuesta que ha dado la inversión privada y que nos han informado que es de un 20% y esto nos impacienta particularmente a los del PAN, porque nosotros creemos en la economía mixta y en la medida que el sector privado no haga esfuerzos de inversión adicional, es evidente que con los recursos petroleros el Estado penetrará aún más dentro de la economía.
Un llamado enérgico a la iniciativa privada para que invierta y dar respuesta a los problemas actuales y después no se quejen de la penetración del Estado en la economía.
En fin, ¿en qué se traduce esto? ¿Cuál es el costo financiero de un recurso económico raquítico e insuficiente? Se traduce en deudas,
porque el repunte nos ha salido carísimo, nos hemos endeudado en una forma terrible y hemos tenido que sacar petróleo a chorros. Al cierre de 1976, cuando estudiamos la Cuenta Pública de 1976, consideramos todos los compromisos del sector público valuados en $806 mil millones. De acuerdo con los datos apuntados en el Informe, la deuda del 30 de junio de 1978, menciona 25 mil millones de dólares, a 22.80, son $570 mil millones y la deuda interna de gobiernos $320 mil millones de dólares, son $890 mil millones. Ya tenemos un dato muy certero de la deuda interna de las paraestatales, son $110 millones. Eso da un billón de pesos, más interés que estamos obligados a pagar. Ahora muy concretamente esto ya se vuelve una obligación real, porque en el destino de los recursos petroleros López Portillo aclara que no se destinará al pago de la deuda, quiere decir que el compromiso de intereses se traduce en una obligación real, son $240 mil millones. En total: Un billón 240 mil millones de pesos, en comparación con los $806 mil millones de 18 meses atrás, los incrementos a los compromisos reales en 18 meses, son $434 mil millones. Sin considerar los intereses por pagar, serían $369 mil millones los incrementos reales, incrementos a la deuda pública por un 58.5% en 18 meses.
Pero es mucho un billón 240 mil millones, es mucho dinero, pues es muchísimo dinero para nuestros recursos. Los ingresos naturales del Sector Público para 1978, alcanzan la cifra de $621 mil millones. Quiere decir que la Deuda representa dos años de los ingresos naturales del Sector Público.
Es un peso terrible el que ya nos representa la Deuda, no podemos seguir endeudándonos más y esto sin contar el costo social para el repunto de nuestra economía, el sacrificio obrero y de las amas de casa y de los campesinos y en general, de las mayorías de nuestra población, de las que hablaremos cuando analicemos el aspecto social del Informe Presidencial.
Evidentemente parte de estos recursos fueron destinados a obras de interés social, para exigencias no satisfechas de educación y salud de nuestra población y obras de infraestructura, pero no existe proporción guardada y lo otro es el petróleo.
Estábamos sacando un millón 50 mil barriles diarios, y ahora sacamos un millón 400 mil barriles; del excedente, hemos dispuesto de 350 mil barriles diarios, a 13.40 dólares barril, son 4 millones 690 mil dólares, que a 22.80, son $106 millones diarios, pues es una cifra importante, pero si la comparamos con los niveles de gasto que representa el Sector Público y la comparamos con los niveles de deuda, no es tanto como para echar campanas a vuelo ya desde ahorita.
Tres mil millones al mes y 36 mil millones al año, no sería más que eso. Admitido que estamos en tiempo de crisis, con condicionantes del Fondo Monetario Internacional, con los efectos postdevaluatorios, etc, pero tenemos que admitir también que con las actuales estructuras productivas y distributivas de la riqueza, no es posible sacar al país adelante a preminencia del interés político del grupo dominante, de la oligarquía trágica por mantenerse en el poder, ha sido en buena parte causa y razón de la crisis.
El crecimiento de la población también ha contribuido, ahora se presenta lo que el Informe califica, el problema social, mejor llamarlo conflicto social.
El Informe dice que con estas realidades tenemos que seguir. Ya se ha mencionado aquí. En una economía de mercado, con un sistema legal que garantiza tanto derechos individuales, incluida la propiedad privada, como sociales y la libertad cambiaría, como una constante forzosa de nuestra condición. Muy bien, en los dos primeros conceptos, en lo de la constante forzosa de la libertad cambiaría, creo que podíamos crear ciertos limitantes, nosotros hemos estado estudiando esto y no vemos porque no podían crearse ciertos limitantes a la libertad cambiaría. Una economía de mercado funciona espléndidamente cuando hay producción y productividad; tenemos que acabar con todas las deficiencias, insuficiencias o estrangulamientos a la producción. Aunque esto conlleve a perder el control político de campesinos u obreros. Organizar al campo para que voten por el PRI, como decía Bower, no puede ser por necesidad la organización para producir.
Existen áreas donde la producción puede arrancar ya, estamos yendo al mar desde la época de Ruiz Cortines.
Si una de las prioridades es alimentos, allí los tenemos, nada más es ir por ellos, el campo está allí también, esperando a que nos decidamos hacerlo producir en serio.
En turismo podemos tener una enorme captación de divisas con baja inversión o el petróleo va a suplir todas nuestras deficiencias o insuficiencias productivas.
Con las actuales estructuras, no se puede seguir más que sacrificando a las mayorías y endeudándonos, no hay otra salida, un caso concreto es el 30% que en el área de la comercialización aporta al producto interno bruto. Este es un algo importantísimo, que creemos que no debe ser tan difícil corregir.
Ni el desarrollo estabilizador, ni el desarrollo compartido, ni mucho menos la Alianza para la Producción, han podido llevar a la distribución del Ingreso familiar con la más elemental justicia para una sobrevivencia con cierto decoro.
Las razones que vivimos un sistema de economía capitalista pero extraordinariamente liberal, extraordinariamente individualista y extraordinariamente corrupto y carente de planeación y eficacia. La corrupción se convierte en base de sustentación del sistema. Es un hecho evidente, tenemos denuncias a cada rato de la corrupción dentro del Sector Público, ya alarma a los ciudadanos cada 2 o 3 días denuncias de corrupción. También estamos convencidos que la corrupción existe en el ámbito del Sector Privado, pero alguien tiene que empezar a poner el ejemplo, no hay ninguna
sociedad, ningún sistema económico o político que perdure con un cáncer de corrupción, la corrupción tiende a la disolución de la sociedad.
En esta cámara de Diputados podíamos poner a funcionar a nuestro organismo dependiente, la Contaduría Mayor de Hacienda y realizaríamos en verdad un esfuerzo valioso para eliminar la corrupción.
Muchos conciudadanos piensan que este sistema no funciona, pero la razón es que los hemos manejado muy mal, podían funcionar bien si lo manejamos con una verdadera dimensión social produciendo y distribuyendo la riqueza nacional con el gobierno como rector de todo nuestro proyecto económico, pero haciéndolo con honestidad probada, dentro de un plan nacional de desarrollo que, contemplando los recursos petroleros, beneficie a toda la población en su educación, salud, alimentación, vivienda, empleo, etc., creando la necesaria igualdad en las posibilidades de desarrollo de todos los mexicanos.
En Acción Nacional creemos que nuestro problema económico tiene un claro origen político, entre otras razones y es básicamente de estructura, en la producción y en la distribución. Los intereses creados es lo que debe abatirse, canalizar nuestros escasos recursos en áreas en donde mejor puedan emplearse los recursos financieros y humanos para producir lo que convenga y necesite la mayoría de la población. Este es al cambio que todo México espera, pero al que se resiste la oligarquía porque se ponen en juego o dominio y control político o intereses económicos bastardos y mientras estos cambios estructurales no se realicen, no se establecerán vínculos reales de solidaridad, fundada en la justicia.
Para terminar, el destino que se pretende dar a los excedentes del petróleo los consideramos de gran importancia por la tremenda penetración que el Estado tendrá en nuestra economía. En Acción Nacional estamos en espera de la definición de los proyectos.
Bástenos por ahora decir que el Estado no se fortalece con excedentes petroleros, se fortalece con la adhesión sincera y leal de un pueblo gobernado con aptitud, justicia y honestidad.
Muchas gracias (aplausos).
El C. Presidente: Tiene la palabra el diputado Héctor Ramírez Cuéllar.
- El C. Héctor Ramírez Cuéllar. Señor Presidente. Honorable Asamblea.
La fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista, ha examinado el segundo Informe del Presidente López Portillo, y tiene las siguientes conclusiones y observaciones:
Un aspecto medular del Informe, es el anuncio hecho por el Ejecutivo, en el sentido de que la crisis económica del país ha sido superada. El presidente da una serie de indicadores de acerca de esta fase de la recuperación económica del país. Estos indicadores ya se han repetido en esta Tribuna el día de hoy, pero conviene mencionarlos porque serán la base de nuestro análisis siguiente.
Es cierto que la inflación se ha reducido respecto de los niveles de 1977, y obviamente de 1976. Es cierto que se ha reducido el déficit presupuestal, y ahora hay un ejercicio del gasto más racional y más planificado.
Se ha mejorado la estructura de la deuda interna, especialmente en plazos de más allá de un año. Ha cesado la dolarización. Ha terminado la fuga de capitales. Se ha elevado la producción industrial que estaba abatida, y la producción agropecuaria que estuvo estancada muchos años.
Pero, ¿a qué se debe que esta recuperación económica?, por qué estos indicadores de la superación de la crisis no se reflejan en el estado general de la economía.
A qué se debe que esta visión optimista no tenga todavía resultados concretos, específicos, en el nivel de vida de las masas populares, y en el mejoramiento de las condiciones generales de nuestro pueblo. A nuestro juicio hay causas que en este momento, en este año, esta trabando que estas modificaciones positivas tengan su correlato en la economía del país.
En primer lugar, entre el gobierno federal y sector privado, se suscribió un convenio para poner a disposición de las masas populares 90 productos básicos a precios accesibles, contando con el estímulo financiero y fiscal del gobierno federal. ¿Cuál ha sido el resultado concreto del programa de producto básicos de éstos 90 artículos? En primer lugar, de las 90 mercancías, de los 90 artículos programados, el Sector Privado sólo puso en el Mercado 62; de los Productos de Inversión productiva anunciados por el Sector Privado con el Presidente hace dos años, sólo han ejercido el 10% de sus compromisos; en donde el Estado, a través de la CONASUPO, domina en la producción, como en el caso del maíz, del trigo, de la harina de maíz y de trigo, en ese caso, los precios han observado una situación estacionaria, pero en los otros ramos de la economía, en donde domina el monopolio nacional y extranjero, los precios se han disparado.
¿A qué se debe esta situación?
De acuerdo con el Programa de Productos Básicos, se concebía una planeación entre el Sector Público y el Sector Privado, pero esta planeación no puede darse en tanto el Estado no tenga una posición hegemónica en esos sectores productivos.
Se cometió el error de aplicar una política de liberación de precios de ciertos productos, como la carne, la leche, el huevo y los productos enlatados o conservados, con el pretexto de que de esta manera se aumentaría la oferta en el mercado, y de que se mantendría abastecido a éste.
¿Qué fue lo que ocurrió en la práctica?
Que la oferta de estos productos liberalizados permaneció más o menos estacionaria, y está muy por debajo de la demanda nacional.
Tenemos un ejemplo concreto de la leche fresca. Se producen al día aproximadamente 6 millones de litros. Se pensó que aumentando el precio de la leche, la oferta de este
producto se incrementaría, y no fue así, porque la demanda real de leche es de 16 millones de litros. Quiere decir que es equivocadamente pretender estimular la producción o la oferta por la vía de los precios; quiere que la producción y la oferta deben enfrentarse de manera global, por varias Secretarías de Estado, y organismos públicos y no sólo por la Secretaría de Comercio. El Gobierno Federal, puso a disposición de los empresarios, un capital de 5 mil millones de pesos, para financiar sus actividades y expander sus instalaciones. De las 284 empresas que suscribieron convenios con Gobierno Federal, sólo 187, las más grandes, utilizaron estos créditos. Se observó que el empresario privado prefiere utilizar los créditos y el financiamiento, que le reditúa utilidades a corto y mediano plazo. Y ahí tenemos en el Banco de México, el dinero listo para ser prestado al pequeño y mediano comercio y a los empresarios de esta magnitud. Sin embargo éstos no tienen capacidad de crédito actualmente. Ellos también han sido víctimas de su propia política y de la crisis económica nacional. En este momento sobre la moneda, que simboliza su valor, la importancia de la economía de un país, se están ejecutando presiones importantes en el exterior, que están provocando un fenómeno acumulativo en torno al peso mexicano. En los últimos doce meses, el dólar, la moneda norteamericana, ha fluctuado hacia la baja en los mercados europeos y el precio del oro ha aumentado en todo el mundo; en virtud de nuestra vinculación comercial y monetaria con el imperialismo yanqui, con sus instituciones crediticias, estas fluctuaciones y los cambios en el mercado norteamericano, repercuten negativamente en la economía nacional.
Porque no tenemos seguro ese mercado y porque, además, en los Estados Unidos persiste la inflación y el encarecimiento de la maquinaria; esta situación de continuar produciéndose, provocará una depreciación interna de la moneda nacional, un fenómeno despreciativo interno, que desembocará en una devaluación posterior, si continua esa tendencia a la baja del dólar.
Por desgracia, por nuestra política comercial y financiera equivocada, durante ya muchos lustros, tenemos que pagar el precio de la crisis económica del capitalismo, el precio de las contradicciones entre los Estados Unidos, Europa Occidental y Japón.
Podemos considerar que el primer informe del Presidente López Portillo, fue un informe defensivo, en el que el Ejecutivo llamaba a reagrupar fuerzas sociales y económicas y buscaba el fortalecimiento financiero y económico del Estado.
El segundo informe, es de carácter ofensivo, porque es este año se ha fortalecido la autodeterminación económica y financiera del Estado mexicano. En estos 12 meses, el Estado ha fortalecido su base social con los cambios operados en el seno del movimiento obrero y en el seno del partido en el Gobierno. El Estado tiene hoy una base social más amplia que la que tuvo el Gobierno anterior al final de su mandato. A esto agregamos el hecho de que las exportaciones petroleras están ya permitiendo obtener recursos cuantiosos para la inversión y para la planeación. ¿Por qué el Presidente no llamó ahora a los empresarios a invertir? Porque la ausencia de inversión privada se pueda suplir perfectamente con la inversión del Estado. ¿Por qué el Presidente dice a ciertos empresarios que pueden abandonar el país, que pueden sacar sus capitales? Porque obviamente no lo harán, ya que en este momento se entabla una lucha, por el reparto de los recursos financieros del petróleo.
¡Qué importante es que el Estado mexicano tenga autodeterminación económica! En primer lugar, el Estado podrá aumentar sus inversiones y por la primera vez podrá hacer una planeación más o menos importante de sus actividades. Si tiene recursos adicionales la expansión del gasto público tendrá que operar en un plazo inmediato y el Estado se fortalecerá en lo político y en lo económico.
El informe destruye algunas de las opiniones que aquí se han vertido como las causas de la inflación. Se acusó al anterior Gobierno de que él había generado la crisis y la inflación, porque tenía un gasto público desorbitado porque había un exceso de circulante monetario, porque la Deuda Pública se había disparado; porque los salarios habían aumentado en forma estratosférica.
Estos cuatro indicadores, que según algunos economistas y contadores burgueses eran la causa de la inflación, ya no tienen la fuerza que tenían hace tres años, ahora han cambiado las condiciones de esos indicadores económicos. Sin embargo, la inflación aún persiste, la crisis y la recesión aún se manifiestan. Quiere decir que los argumentos que se esbozaron en ese sentido, resultan absolutamente falaces. Es falso que el aumento de los salarios sea la causa de la elevación de los precios, porque en el costo de la producción los salarios tienen una pequeña proporción. Es falso que el exceso de circulante monetario sea la causa de la inflación, también puede ser la causa de una enorme cantidad de productos en el mercado.
Es falso que el disparo de la Deuda Pública sea la causa de la inflación, porque hemos observado que en este año se redujo el ritmo de la Deuda Pública pero los niveles de precios aumentaron.
Esto no quiere decir que estos factores no incidan, no repercutan, en su conjunto, en el proceso de la crisis de un país. Es un problema distinto.
Sin embargo, qué es lo que se pretende con esta explicación mecánica de las crisis y de la inflación: ocultar las verdaderas causas, los orígenes estructurales de la crisis.
Impedir que se precisen responsabilidades, y que se señale a los partícipes y responsables de esta situación.
De esta manera, tendiendo una cortina de humo tecnocrático, se pretende ocultar lo esencial de la crisis económica.
El informe señala que la tregua ha terminado, y esto es muy importante. El sector privado y los elementos tecnócratas del gobierno federal consideraron que congelando los salarios podrían aminorar la inflación y la crisis, pero se les pasó la mano. Los empresarios y los funcionarios que los apoyan, al restringir los salarios, provocaron una grave contracción del mercado interno, redujeron el poder adquisitivo de los trabajadores. Hace dos años el sector privado afirmaba que no invertía porque había falta de confianza en las reglas del juego. Ellos con esa retracción en la inversión mataron la "gallina de los huevos de oro" mataron el mercado interno ahora que quieren invertir algunos, se enfrentan a que la situación se ha vuelto en contra de sus propios intereses, se enfrentan al terrible y trágico drama de que no hay poder adquisitivo en las masas populares; se encuentran ante el problema de que la producción no puede salir al mercado, de que hay muchos productos y casi no hay compradores. ¡Sigan por ese camino los empresarios, y tendrán que pagar esa dilación en la inversión con el quebranto de sus propias instalaciones, porque el mercado interno de contraerse aún más, puede provocar un colapso de esas propias empresas industriales, comerciales y de servicio.
En estos años han demostrado una gran miopía, y por el interés de almacenar rápidamente enormes utilidades, se olvidaron de lo esencial para sus propios intereses burgueses: la ampliación del mercado interno. Si un país no tiene mercado y si sus ciudadanos no tienen poder adquisitivo, la industria y el comercio entran en grave recesión, y ese es el pago que ahora ellos mismos han tenido, por eso su silencio en torno al Segundo Informe del Presidente.
Naturalmente, que el Informe ya no llama a la inversión, puesto que no la hicieron, pero sí establece un compromiso con una parte del Sector Industrial que participa en las inversiones productivas, con el Sector más racional y más inteligente de la oligarquía, ese que hizo grandes fortunas en el marco de la crisis, que demostró más capacidad que el resto de los grupos oligárquicos y con ellos establece una Alianza para la Producción y ya no con todo el sector de la Oligarquía.
De ahí que actualmente esta Alianza entre el Estado y el Sector Industrial Progresista, estén interesados en el desarrollo de la política agraria que actualmente está proviéndose.
¿Por qué ocurre este fenómeno?
Porque la afectación de los latifundios, desde el punto de vista económico, desarrolla las fuerzas productivas en las regiones en donde operaban o existían esos latifundios, modernizan las actividades agropecuarias, mejora el nivel de vida de los campesinos, y claro, los latifundios beneficiados con el pago de las indemnizaciones, ahora tendrán que trasladarse al sector industrial, al sector de los servicios, del comercio, de la hotelería y de los bienes raíces.
Esa burguesía agraria que conocieron nuestros antepasados en la Revolución, ha desaparecido con la propia dinámica del desarrollo capitalista del país y estos sectores afectados por el reparto, se tendrán que incorporar a invertir a otras ramas económicas. Pero es aquí en donde tenemos que hacer una denuncia y una preocupación: en los últimos años ha crecido la inversión en bienes raíces en la hotelería. Es decir, en actividades no productivas, que fue a las que condenó el Presidente López Portillo. Actualmente, hay una política incorrecta del Gobierno Federal, para entregar en bandeja de plata al Grupo Monterrey, la explotación y uso de los recursos turísticos de nuestro país. El Gobierno Federal está otorgando apoyos crediticios importantes al Grupo Monterrey, para instalar cadenas hoteleras de gran dimensión nacional e internacional y esas cadenas hoteleras, se están vinculando obviamente, con las cadenas hoteleras y con la aviación civil norteamericana.
Nosotros consideramos que el Estado debe meditar y debe impedir que esta rama económica tan productiva desde el punto de vista de las utilidades, caiga en manos del sector privado, y lo mismo tratándose de los bienes raíces. Muchos políticos, diputados y senadores, funcionarios públicos, dirigentes sindicales, han hecho su fortuna en el campo de la especulación con los bienes raíces urbanos y rurales. Esa forma de inversión es improductiva desde el punto de vista social y nacional.
En el mismo gobierno hay políticos como Miguel Alemán, Carlos Hank González, Pedro Ramírez Vázquez que han formado consorcios en la rama de la industria, de la construcción, en la hotelería, también en los bienes raíces para hacer grandes fortunas.
Si algún mexicano quiere enriquecerse en una semana, basta con que entre al negocio de los bienes raíces con nuestro país.
Pero, además, la banca privada que prometió también tener una actitud positiva en cuanto a las inversiones, apenas autorizó 10 mil millones de pesos para la rehabilitación de distritos de riego, casi el 8% de sus recursos totales. La mayor parte de los recursos bancarios están ociosos o están dedicados al comercio, a ciertas ramas industriales, a la hotelería y a la especulación con terrenos.
La banca privada a pesar de que se le otorgaron estímulos, como la reducción del encaje legal, no cumplió con su papel de invertir y apenas deja, por cierto en las zonas de la agricultura moderna y productiva, el 8% de sus grandes volúmenes.
Pero la crisis económica está dejando una pesada herencia a nuestro pueblo, como ocurre en toda crisis. En los últimos meses y años, la injusta distribución de la riqueza pública se ha agravado de una manera dramática. No tenemos, en este momento, datos del estado de la distribución de la riqueza en nuestro país, pero es evidente que la crisis ha golpeado tremendamente a las masas asalariadas y que
nuestra pirámide social se ha deformado aún más en los últimos. Son ahora más marcadas que antes las diferencias, ya casi abismáticas, entre una breve minoría opulenta y la gran mayoría de este pueblo. Esto naturalmente que genera graves contradicciones sociales que producen conflictos de orden político. Por eso el Presidente considera que el problema número uno, ahora es el problema social. Y esto es cierto. No basta que el Estado cree empleos; no basta que el Estado amplíe el mercado interno, porque eso al final y al cabo beneficia a los sectores económicos privados, sino es necesario aplicar una auténtica política de redistribución de la riqueza pública a efecto de impedir, de aminorar el estancamiento de la economía en su conjunto y la proliferación de los conflictos sociales. De la forma como se aplique esta política en cuanto al ingreso de la nación, depende el futuro del país. Pero esta tarea no la puede desarrollar el Estado, sino es una competencia de la clase obrera y de los campesinos. Sólo ellos tienen la preocupación, por sus propios intereses de clase, de cambiar esta injusta estructura económica. Es evidente que el sistema capitalista no puede resolver o no ha resuelto en ningún país del mundo los problemas de la inflación, de la recesión y del desempleo.
Veamos la experiencia internacional: esta no es una simple declaración de principios del Partido Popular Socialista. ¿Cómo vamos a tener aseguradas nuestras exportaciones al mercado norteamericano si en ese mercado hay fluctuaciones en sus compras?, ¿Si hay una política de defensa de sus intereses nacionales? ¿Cómo vamos a planificar nuestras ventas al exterior en esas condiciones? Naturalmente que no lo podemos hacer en estas circunstancias. Nosotros vemos que si la crisis internacional continúa agravándose y la lucha entre las grandes potencias se profundiza, particularmente en Europa, estamos en peligro de una nueva recaída por razones de dependencia histórica, política y económica.
Nuestro Partido llama a los representantes de los obreros y de los campesinos a que combatan por mejores salarios, a que no caigan en la absurda tesis de que los incrementos salariales son la causa de la inflación; a que combatan por modificar la monstruosa distribución de la riqueza pública. Los cambios operados en su seno están produciendo reformas en la conciencia social de todo el pueblo; estas transformaciones, hasta ahora subjetivas, de una parte del proletariado, deben continuar desarrollándose para predominar en las decisiones del Gobierno Federal, porque en la medida en que se acerca la autodeterminación financiera, el sector industrial, el comercial y el de los servicios, van a alzar la mano para pedir su parte. Los recursos petroleros no deben conducir a México a una situación similar a la de Venezuela en la que los excedentes financieros no han podido crear la industria nacional venezolana y no han podido desarrollar la agricultura de ese país. Tenemos ejemplos a la vista de como se utilizan mal los recursos económicos derivados del petróleo; pero ese proyecto histórico sólo lo pueden realizar los obreros y las fuerzas progresistas de esta Nación. A ellos corresponde definir el futuro inmediato de nuestro país. Muchas gracias." (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el diputado Jesús Puente Leyva.
El C. Jesús Puente Leyva: Señor Presidente. Honorable Asamblea:
Un esencial propósito, al comentar el Segundo Informe que rinde a la Nación el Presidente José López Portillo, es corresponder al realismo y austeridad de los conceptos expresados en este recinto el pasado día primero. Con esta premisa, demos paso a un mínimo de evidencias para dar apoyo a un juicio de consenso nacional, que el 1o. de septiembre anticipara con legítima convicción el diputado Rodolfo González Guevara.
México escuchó ese día en voz del Primer Mandatario del País, dijo González Guevara:
"Un mensaje comprensible para el pueblo, objetivo y realista crítico y razonadamente optimista."
Hoy, y los días inmediatos, habremos de refrendar la validez de este juicio. Habremos de reiterar que el razonado optimismo del Informe se apoya en la realidad de nuestros días y se proyecta programáticamente a metas económicas y a objetivos sociales que, por primera vez, podamos concebir con cierta holgura económica y con autodeterminación financiera.
El informe se encuadra en la objetividad. Es un mensaje sincero, sin el dramatismo de las vestiduras rasgadas.
Se nutre de realidades y se apoya, entre otros, en los siguientes hechos relevantes: superando el abatimiento económico de 1976 y de 1977, en que el crecimiento del producto interno bruto fue menor al crecimiento de la población, el año actual se registra un crecimiento económico general que - en términos reales - el propio Informe prevé al nivel de 5 por ciento.
Esto será posible gracias a la recuperación de sectores estratégicos de la economía que hizo evidente desde el primer semestre del año actual. En dicho lapso el sector industrial creció 10 por ciento en relación con el mismo período del año pasado. Destaca el dinamismo de los energéticos, que son piezas claves de la recuperación; la producción de petróleo creció 20 por ciento, y la de energía eléctrica 10 por ciento en ese mismo lapso.
Se ha logrado elevar el nivel de la demanda global, lo que ha permitido una mejor utilización - todavía no satisfactoriamente - de la capacidad de producción instalada. En ello ha jugado papel relevante el más alto nivel de gasto público que, autorizado por esta Cámara, en 1978 será 35 por ciento superior al de 1977.
Especial importancia tiene la inversión. Los gastos de capital del gobierno federal
se han incrementado 27% en el período enero - julio del año actual. Existen claras evidencias de que, por su parte, la inversión privada se ha reactivado en el curso de los últimos meses. Esto se reflejó en el financiamiento otorgado por el sistema bancario, que en conjunto se incrementó 121% en los primeros 7 meses del año actual. A partir de abril, la demanda de créditos y el financiamiento de la banca privada han mantenido un ritmo sin precedentes, y esto ha sido posible porque a partir del año pasado se ha registrado una elevada captación bancaria y cierta liberación del encaje legal.
En los primeros 7 meses de este año, dicha captación en moneda nacional fue 173% superior a la de 1977; favorablemente la captación en moneda extranjera representa tan solo el 11% del total captado en dicho lapso. La confianza en la recuperación económica del país, cuando apenas concluye lo que el primer mandatario llamo "Etapa de Superación de la Crisis", se expresa en otros hechos elocuentes. El 74% de la captación bancaria en el curso del año, corresponde a depósitos a un año o más; en tanto, para el mismo período del año pasado dicha proporción era del 33%. Esto permite a las instituciones bancarias contar con los recursos necesarios para el financiamiento de proyectos que requieren crédito a más largo plazo.
El ritmo de la inflación se ha moderado durante el primer semestre del año actual, esperándose que esta mejoría se pueda mantener en lo que resta del año.
Contra la opinión de algunos observadores, el crecimiento de la oferta monetaria se ha mantenido al ritmo que lo requieren los niveles crecientes de la actividad económica, de manera que la expansión nominal del circulante pueda hacer frente - sin obstáculos - al mayor volumen de transacciones que se realiza a los nuevos niveles de precios.
El gasto público se mantiene en los límites autorizados por esta Cámara; de la misma manera el endeudamiento está bajo control: nada se ha gastado, nada se ha comprometido que no hubiera sido autorizado por esta soberanía.
La deuda externa, que tanto preocupa a la opinión pública del país - y que expresa una de las grandes debilidades de México - , aumentó en términos netos nada más, ese es el dato oficial: 1,349 millones de dólares durante el primer semestre de este año, de los 3000 que están autorizados por esta Cámara para el año en conjunto. Estamos, entonces, en líneas con lo autorizado por la Cámara.
El mejoramiento del equilibrio externo, a niveles adecuados con la realidad presente y con las perspectivas económicas del país en el corto plazo, se expresa en el monto de las reservas en moneda extranjera y en los medios de pago internacional, que suman, entre reservas primarias y secundarias, casi 4,000 millones de dólares. Un testimonio irrefutable de dicho mejoramiento es la liquidación de los préstamos concedidos a México por el Fondo Monetario Internacional, en el Convenio de Facilidad Ampliada que se escribió en 1976.
Por otra parte, se registra una sana dinámica de los ingresos del Sector Público. En 1978 la recaudación del ingreso sobre la renta ha crecido 40% en los primeros siete meses del año, en tanto que la correspondiente al Impuesto sobre Ingresos Mercantiles lo ha hecho en 24%. Como lo informó a esta Soberanía el Primer Mandatario, los ingresos efectivos totales de la Federación se incrementaron en el primer semestre del año actual en más de un tercio respecto al mismo período del año anterior.
La recuperación económica de 1978 ha provocado un aumento significativo de las importaciones, en virtud de los mayores requerimientos de materias primas y de bienes de producción, en tanto que las exportaciones se han visto limitadas por una demanda mundial, aún débil, y en virtud también de movimientos especulativos de precios, especialmente en el caso de productos agrícolas y de productos mineros. En cuanto a la exportación, es importante mencionar el dinamismo del petróleo crudo, que al mes de julio registraba un incremento del orden de 90% sobre igual lapso de 1977. En cualquier caso, el déficit comercial ya no representa un obstáculo insuperable para el manejo de la política económica del país.
Las circunstancias que hacen repuntar económicamente a México, se dejan sentir incluso en el sector agropecuario, a pesar de que el régimen de lluvias no ha sido del todo favorable. El crecimiento de la producción agrícola que durante 77 fue de 4% es significativo, si se tiene en cuenta el desplome registrado en 75 y en 76 y que el año pasado fue uno de los más secos de las tres últimas décadas. En 1977 se cosecharon un millón 240 mil hectáreas adicionales. Por primera vez en su historia, con la suma del ciclo otoño - invierno 77 - 78 y lo que corresponde al ciclo primavera - verano del año actual, México tendrá una producción anual de maíz por encima de los 10 millones de toneladas. En 1977, el crecimiento del producto agrícola mejoró la balanza comercial agropecuaria, dejando un saldo favorable superior a 17 mil millones de pesos, una vez financiada por el propio sector la importación de alimentos y de materias primas de origen agropecuario, requeridas por el país.
Este es, perdón por las reiteraciones, a grandes rasgos, el panorama objetivo en que se encuadra el mensaje presidencial; este es el marco de realidades en que tiende a concluir la superación de la crisis; estas son las prendas objetivas que el Presidente ha expuesto a México sin aspavientos, después del tiempo y de la tregua concedidos; este es el testimonio de que, en la tormenta de las crisis, lo peor ha pasado.
En la dinámica nacional, todo esto corresponde a un presente que, de prisa, se convierte en historia. Hagamos un esfuerzo por transcender estos hechos, y en abono a nuestra responsabilidad enunciemos las interrogantes sociales y políticas que, desde ahora, se proyectan hacia la segunda etapa del plan global de desarrollo nacional enunciado en este recinto, como compromiso, por el Presidente de la República; segunda etapa en que se deberá consolidar lo alcanzado y se deberán preparar las condiciones propicias al crecimiento acelerado y sostenido; etapa en la que, superando la estrategia técnica de cómo superar los problemas económicos, se enfatizará la decisión política de para quienes y en favor de cuantos deberá crecer el país en el futuro.
El quehacer político de participación ampliada, el juego democrático previsto y legitimado por la reforma política, habrán de propiciar las respuestas del futuro. A la hora definitiva de enfrentar "lo importante", a la hora de atacar la crisis de fondo, el problema social, el expediente relevantete en que se habrá de inspirar la acción será el diálogo y la militancia política de todos los mexicanos.
Superación de la crisis, recuperación de un equilibrio mínimo no para hacer viable el aceleramiento económico del país, tales fueron las metas declaradas desde un principio para 1977 y para 1978. Son años también en que, expresó el Presidente en su Informe, no avanzamos en la redistribución de la riqueza; no pudimos darle ocupación a todos los que querían trabajo. Años en que tal vez, se acentuaron las desigualdades; tiempos de sacrificio, reconocido y encomiado sacrificio de la masa trabajadora.
El tiempo y la tregua, ahora, dan paso a una nueva etapa económica que debe conllevar un profundo contenido social y convicción política de afirmación de lo logrado y de crecimiento acelerado con justicia social, propendiendo al pleno empleo para hacer vigente el derecho al trabajo.
En esta perspectiva, la palabra austera de López Portillo cede al inspirarse en la más legítima inspiración ideológica. Así lo escuchamos en este recinto: "Queremos un porvenir para la nación. Tenemos derecho y voluntad de bien. Lo haremos valer con la razón y el sentimiento para atemperar la opulencia y la miseria, sin perder la libertad."
Las condiciones económicas determinan frecuentemente el derrotero de los pueblos sobre la miseria y el hambre, sobre la incultura y la dependencia externa, florece la represión y se erigen las dictaduras. Las condiciones económicas de México, por el contrario, le permiten actualizar sus mejores tradiciones democráticas y modelar su porvenir conforme a un ideal de nación, que supera el histórico arquetipo de país que diseño el "desarrollo estabilizador". Este es esencialmente el contenido del mensaje. Conceptuoso y con visión de la historia, no sólo ha informado al país; el Presidente de México ha venido a expresar, a proponer, un proyecto y un ideal de nación con declarado compromiso ideológico y con explícita praxis programática, viendo lejos: viendo al año 2000.
En dos grandes pilares de la economía nacional está apuntalando México su tácita presente y su estrategia medita: energéticos y producción agropecuaria. El análisis y comentarios del Informe Presidencial en el apartado económico, para no perder la mirada en el bosque, puede centrar su atención, debe centrar su atención en estos dos aspectos fundamentales. Antes que nada, conviene mencionar el monto de las reservas de hidrocarburos dado a conocer en el Informe: México cuenta con 20 mil millones de barriles de reservas probadas, lo cual, descontados los volúmenes de exportación programados, nos permite asegurar, dijo el Presidente, que somos un país con petróleo y gas suficientes para penetrar con desahogo más allá de los albores del siglo XXI.
Podemos anticipar desde ahora la exclamación no meditada, auténtico reflejo condicionado metódicos y de críticos sectarios; los que, en efecto, hacen de la denuncia profesión y del fracaso, festín; ellos, los renuentes a la militancia con legitimidad que brinda la reforma política; ya los imaginamos, ya están negando la existencia de tales reservas. Habrán de negar, sin aportar prueba alguna y sin proponer cifras alternativas o estimaciones más autorizadas. En el mismo tenor podemos prever la insistencia de quienes en México, haciendo coro a sospechosas voces de fuera, insistirán en que se está llevando a cabo una explotación irracional de nuestros hidrocarburos, con lo que se comprometen los requerimientos energéticos de las generaciones futuras. Podemos prever igualmente la voz de quienes, con más pretensiones que haberes académicos, insistirán en que la irracionalidad de la explotación estriba en que México no tendrá capacidad para absorber eficientemente y en forma productiva las divisas y recursos generados por la exportación petrolera programada. Esta tesis se compagina con otros que, consideramos la experiencia de otros países, aseveran que los programas "relámpago" de explotación de recursos naturales son invariablemente costosos y dilapidadores y que, por otra parte, no existe países que hayan logrado superar su dependencia externa mediante la explotación acelerada de tales recursos.
A esto debemos contestar enfáticamente que en verdad, por sí solo, el petróleo ni riqueza alguna garantizan la felicidad individual ni el bienestar social de un país. Sin embargo, en verdad también, lo hacen más viable. En este sentido cierto desahogo económico es condición necesaria, aunque no suficiente, para sanear y dinamizar el crecimiento económico.
Por otra parte, algo definitivo, si hasta ahora no ha habido países de escaso de desarrollo que hayan superado los problemas estructurales de la dependencia explotando sus recursos naturales, tampoco ha existido hasta ahora, en la
historia del mundo, un país que como el nuestro inaugure una etapa de auge petrolero teniendo las precondiciones sociales, la infraestructura y el nivel de desarrollo, la estabilidad, así como la dimensión económica y demográfica que tiene México, para con opciones históricas singulares aprovechar esta coyuntura que en forma alguna es producto de la providencia o del azar como algunos pretenden. A propósito de esto, es importante afirmar que en relación al petróleo, nada es fortuito, nada es providencial. Quienes afirman lo contrario, se pronuncian irresponsablemente, son ciertamente los voceros del "autodesdén nacional", que a toda costa tratan de negar al Estado mexicano el mérito de acierto histórico que se inauguró con la expropiación de 1938, y que se rubrica con la identificación de reservas y con las acrecentadas posibilidades de explotación en la presente década.
En cuanto al crecimiento de las reservas probadas de hidrocarburos que prácticamente se cuatruplican en los últimos tres años, hay quienes quieren convencer a la opinión pública de que éstas no existen, argumentado que dicho aumento se registró sólo "en el papel". Los analistas críticos que finalmente se han rendido a la evidencia de tales reservas, han decidido aplaudir a la milagrería; son los mismos a los que duele que, finalmente, México haya decidido cancelar las exportaciones de gas para consumir dicho energético en su totalidad internamente. Les duele, tal vez, porque esta decisión les cancela el argumento político de las pancartas y porque les reduce el pretexto y el espacio para la pinta de bardas.
Olvidan esas personas que la dotación de recursos naturales es de hecho un regalo de la naturaleza; esto es cierto en el caso de México y de cualquier país; sin embargo, no reconocen que la capacidad para detectar tales, recursos el desarrollo tecnológico y la formación de capital que su explotación y aprovechamiento requieren, de ninguna manera son eventos providenciales. Las modalidades, el éxito o el fracaso que se registran en este campo, tienen explicaciones que son objetivas e históricamente identificables. Así, existen países potencialmente bien dotados de hidrocarburos que importan combustibles en forma masiva; así se explica también que México se empiece a preocupar del marco o administración de la abundancia, derivada de la exportación del petróleo.
A este respecto, preocupa oficialmente, lo oímos en el Informe, que ante la inminente avalancha de divisas derivadas de la exportación petrolera. México no cuenta con suficientes proyectos, o no cuenta con ellos oportunamente para canalizar en forma eficiente y productiva tales recursos. Esta tesis es cierta si se hacen consideraciones casuísticas, pero puede no serlo si se completa el marco amplio de necesidades y los programas de desarrollo cuya realización, por décadas, ante la falta de recursos, ha tenido que diferir el país. De cualquier manera, la idea ha logrado penetrar en las esferas académicas así como en las áreas oficiales en que se decide, en buena parte, la estrategia económica de México Se trata de una tesis que se extrapola de la experiencia internacional. En el caso de México, ciertamente necesitamos más proyectos a fin de que a mediano plazo se logre racionalizar la estructura productiva del país, removiendo cuellos de botella entre los sectores, y tratando de superar los problemas de la dependencia tecnológica.
Debemos pasar, es preciso, de los programas a los proyectos explicitados en detalle. Tenemos tiempo para ello; pero sobre todo, tenemos algo mejor, tenemos experiencia. México es un país que ya experimentado la transferencia y la adaptación tecnológica de áreas básicas tan sofisticadas como la de comunicaciones y transporte, irrigación, industria petrolera, la química y la petroquímica, la siderúrgica, la cementera, etcétera. Con todo esto, no debemos temer a la abundancia, debemos administrarla con disciplina y con eficiencia, capitalizando nuestra experiencia tecnológica y nuestra capacidad de organización.
Por lo demás, es preciso contemplar esta coyuntura con el mismo pragmatismo que en otras épocas le permitió a México construir presas, abrir caminos e instalar escuelas. Épocas en que, concluida la lucha revolucionaria, el país ni siquiera sabía cuál era el perfil cuantitativo de su realidad económica y social; entonces, como ahora, había necesidad de prioridad indudable, obvias necesidades que era necesario satisfacer, y obstáculos al crecimiento que era urgente remover.
Esto es lo importante: Las necesidades actuales del país son evidentes y corresponden, ellas mismas, a una suma de proyectos, a programas amplios que urge realizar. En este sentido abundan las alternativas; falta probablemente cierta capacidad de organización y disciplina para hacer factible lo que es deseable y necesario; en este sentido sí nos hacen falta proyectos, pero sobre todo, voluntad de acción.
Sin embargo, cómo hablar de escasez de proyectos, cuando el déficit habitacional de México supera a los 4 millones de viviendas cuando, como expresan los anexos del propio Informe, dos millones de niños no encuentran cupo en las escuelas primarias; cuando siete millones de adultos son analfabetas y 13 millones, también de adultos, no terminaron la primaria; cuando más de un millón de compatriotas desconocen la lengua española; cómo hablar de falta de proyectos, cuando 6 de cada 10 mexicanos carecen del amparo de la seguridad social; cuando el grueso de la población del país carece de servicios públicos elementales, aún en los privilegiados centros urbanos. Ciertamente tales necesidades corresponden a programas y a proyectos sociales de productividad indirecta y de largo plazo. Probablemente lo que urge, así lo diría cualquier pragmático, es que el país genere proyectos de elevada e inmediata rentabilidad;
hablemos entonces del otro pilar de nuestra estrategia económica, hablemos del sector agropecuario.
Faltan proyectos, pero en el campo hace más de dos décadas, probablemente tres, se abandonaron tierras y se inhibieron las inversiones públicas y privadas. ¿Cómo explicar que la superficie cosechada por habitante sea en estos días menor a la que existía hace un cuarto de siglo y que, al mismo tiempo, México importe anualmente 3 millones de toneladas de granos, destacadamente de maíz? Hablamos de falta de proyectos cuando apenas la cuarta parte de la tierra que se cosecha en México es de riego y cuando urge rehabilitar, de prisa, casi dos millones de hectáreas de esas tierras a un costo aproximado de 40 millones de pesos, para lograr que se aproveche al máximo el agua que las riega.
El sector agropecuario, el otro pilar del desarrollo, es ciertamente un listado inagotable de necesidades, de programas pendientes de instrumentar y de demandas que reclaman proyectos. Concretamente, se estima necesario agregar a la superficie cultivada del país medio millón de hectáreas anuales, en los próximos años, a fin de mantener un aceptable equilibrio entre la producción y el crecimiento de la población. A los costos actuales, si sólo la mitad de esas tierras fuera de riego, la inversión requerida se aproximaría cada año a los 25 mil millones de pesos.
Existen actualmente 150 mil tractores en México, uno por cada cien hectáreas cosechadas; convendría que esa cifra se duplicara antes de que termine el sexenio, lo cual requiere una inversión aproximada de cuarenta y cinco mil millones de pesos.
Finalmente, urge a México una política de fomento para las tierras de temporal, que nunca, jamás ha existido. Es un hecho, por ejemplo, que el crédito agropecuario no alcanza sino a una tercera parte de los once millones de hectáreas de temporal que se cultiven en el país. Por otra parte existen en México 19 millones de hectáreas de tierra temporales, de lluvia variable, que no trabajan; de ellas se podrían habilitar con cierta facilidad y seguridad de rentabilidad 4 millones de hectáreas, en un esfuerzo inmediato de expansión de la frontera cultivable. Habilitar con crédito tales tierras reclamaría recursos anuales de, aproximadamente, diez mil millones de pesos adicionales. En esta amplia perspectiva de necesidades y de programas que hasta ahora la falta de recursos ha impedido realizar, se ubican los proyectos que el país requiere y que el Presidente de la República reclama.
"Con todo esto debemos moderar, en forma realista, la idea de que el ingreso de recursos por la explotación petrolera inundará las arcas fiscales y hará, en definitiva, económicamente fuerte al Estado y al Gobierno mexicano. No es así definitivamente no es así. De hecho, al nivel estable de un millón de barriles diarios previsibles para 1981, de exportación de crudo, el sector público federal logrará una recaudación anual que - a los precios actuales - significaría aproximadamente 55 mil millones de pesos y que, en su oportunidad, representaría solamente 5 por ciento de los ingresos totales del sector público federal. Así, recursos fiscales derivados del petróleo no son tan elevados que permitan relegar o concebir como secundaria la necesidad de una profunda, urgente, reforma fiscal, única vía para fortalecer económicamente al Estado y hacer viable su propósito de redistribuir el ingreso y hacer justicia entre las masas del país.
En este contexto reducir el programa de explotación petrolera porque nos habremos, dicen algunos, de intoxicar de recursos o de divisas, permitiría probablemente - nada más - que nuestro país superara algunos problemas económicos actuales, pero que no lo hiciera holgadamente, lo cual haría permanente nuestras débiles condiciones de negociación con el exterior. En cualquier caso, es obvio que las más importantes virtudes del petróleo mexicano no se refieren a la fortaleza fiscal del Estado mexicano; se refieren destacadamente al equilibrio de la balanza de pagos, a que tendremos divisas suficientes para importar los bienes y servicios (tal vez hasta subsidiados) que requiere el país y a la consecuente estabilidad del peso; se refiere a la autosuficiencia energética de México, lo cual constituye un privilegio del que gozan contados países en el mundo contemporáneo; privilegio que le permitirá, al mismo tiempo, preparar el cambio gradual a otras fuentes energéticas del futuro, destacadamente a la de tipo nuclear. Se refiere esta coyuntura favorable, finalmente, a la oportunidad de fortalecer la base productiva de México en áreas estratégicas, entre todas las cuales destaca el sector agropecuario.
Afortunadamente, como lo expresara el Presidente de la República al Congreso de la Unión, la estrategia es firme y meditada. Es, ciertamente, el deber y el derecho de las generaciones actuales de usar desde ahora nuestro petróleo para asegurar el porvenir de la Nación. Es explotar los hidrocarburos responsablemente, manteniendo un adecuado y ventajoso equilibrio entre reservas probadas y producción. Es la proyección del auge petrolero a un objetivo social destacado. Convertir las necesidades en demandas y las demandas en programas y proyectos. Es afirmar el propósito histórico de crecer económicamente atemperando, como dijo López Portillo, las desigualdades sociales, sin el sacrificio de la libertad.
En el quehacer político y burocrático, en México y en el mundo, es común evitar compromisos y expresar metas concretas en el tiempo, sobre todo a corto plazo. De esta manera, siempre es posible enmendar en el error y racionalizar las inconsistencias. López Portillo vino a esta Cámara a comparecer ante la representación popular del país, y lo hizo con realismo y con sinceridad, empeñando su
palabra y definiendo metas; imponiendo condiciones de acción para sí mismo y para el país. Su compromiso de gobernante con México es claro. Esta es la esencial reflexión que provoca el Informe. Hay compromiso y están declaradas las metas. México empeña con esto su más meditada confianza. Muchas gracias... (Aplausos.)
ORDEN DEL DÍA
El C. prosecretario Daniel Noguiera Huerta: Se va a dar lectura al Orden del Día de la próxima sesión.
"Tercer Período Ordinario de Sesiones.
"L" Legislatura.
Orden del Día
6 de septiembre de 1978.
Lectura del acta de la sesión anterior.
Análisis del Segundo Informe Presidencial."
- El C. Presidente (a las 14:20 horas): Se levanta la sesión y se cita para la próxima que tendrá lugar, el día de mañana, miércoles 6 de septiembre, a las 11:00 horas.
TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y
"DIARIO DE LOS DEBATES"