Legislatura LIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19851122 - Número de Diario 41

(L53A1P1oN041F19851122.xml)Núm. Diario:41

ENCABEZADO

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

"LIII" LEGISLATURA

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos,

el 21 de septiembre de 1921

AÑO I México, D. F., viernes 22 de noviembre de 1985 TOMO I. NÚM.. 41

COMPARENCIA DEL SECRETARIO

DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO

SUMARIO

APERTURA

ORDEN DEL DÍA

ACTA DE LA SESIÓN ANTERIOR.

OFICIO DEL SENADO

SENADORES ASISTENTES

A ESTA SESIÓN

La Colegisladora participa su designación. De enterado ACUERDO SOBRE EL DESAHOGO

DE LAS COMPARENCIAS

Que establece procedimientos en las comparecencias de los CC. secretarios de Hacienda y Crédito Público y de Programación y Presupuesto. Se aprueba

COMPARENCIA

DEL C. LICENCIADO

JESÚS SILVA HERZOG

La presidencia expresa lo motivos de la presencia del comparecente. Acto seguido el C. Secretario de Hacienda y Crédito Público trata las acciones y alcances de la iniciativa Ley de Ingresos de la Federación 1986..

A continuación, abordan la tribuna los CC. Pedro José Peñaloza, Heberto Castillo Martínez, Carlos E. Cantú Rosas, Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, Antonio Monsivais Ramírez, Graco Ramírez G. Abreu, José Pascual Moncayo, Jorge Eugenio Ortiz Gallegos y Píndaro Urióstegui Miranda, para consideraciones sobra la Ley de Ingresos de la Federación. Se declara un receso

Se reanuda la sesión. Formulan preguntas al C. licenciado Jesús Silva Herzog, los CC. Luis Manuel Orcí Gándara, Humberto Enrique Ramírez Rebolledo, José Camilo Valenzuela, Roberto Calderón Tinoco, Héctor M. Calderón Hermosa, Alejandro Gascón Mercado, Porfirio Camarena Castro, José Angel Conchello Dávila, Pedro José Peñaloza, Blanca Esponda Espinosa, Jesús Heriberto Noriega Cantú, Hildebrando Gaytán Márquez y Salvador Robles Quintero, a las que el C. Secretario de Estado da respuesta

PALABRAS DE LA PRESIDENCIA

Relativas a la exposición y las respuestas del comparecente

ORDEN DEL DÍA

De la sesión próxima. Se levanta la sesión

DEBATE

PRESIDENCIA DEL C. BLAS CHUMACERO SÁNCHEZ

(Asistencia de 355 ciudadanos diputados)

APERTURA

EL C. Presidente (a las 10:35 horas): - Se abre la sesión.

ORDEN DEL DÍA

La C. Secretaria Rebeca Arenas Martínez:

«Primer Período Ordinario de Sesiones.

"LIII" Legislatura.

Orden del día.

22 de noviembre de 1985.

Lectura del acta de la sesión anterior.

Comunicación de la H. Cámara de Senadores.

Comunicación de las fracciones parlamentarias integrantes de la "LIII" Legislatura.

Comparecencia del licenciado Jesús Silva Herzog, Secretario de Hacienda y Crédito Público.»

ACTA DE LA SESIÓN ANTERIOR

La misma C. Secretaria:

«Acta de la Sesión de la Cámara de Diputados de la Quincuagésima Tercera Legislatura del H. Congreso de la Unión, efectuada el día diecinueve de noviembre de mil novecientos ochenta y cinco.

Presidencia del C. Blas Chumacero

Sánchez

En la ciudad de México, a las quince horas y cincuenta minutos del martes diecinueve de noviembre de mil novecientos ochenta y cinco, la presidencia declara abierta la sesión una vez que la secretaría manifiesta una asistencia de trescientos veintiséis ciudadanos diputados, misma de la sesión solemne inmediata anterior.

Lectura del orden del día y del acta de la sesión verificada el día catorce de los corrientes, la que sin discusión se aprueba.

Se da cuenta con los documentos en cartera:

El Departamento del Distrito Federal suscribe atenta invitación a la ceremonia cívica que tendrá lugar el día 20 de los corrientes, frente al Monumento de la Revolución de esta ciudad de México, con motivo del LXXV aniversario de la Iniciación de la Revolución Mexicana.

Para asistir a dicha ceremonia con la representación de la Cámara de Diputados, la presidencia designa en comisión a los CC. Eliseo Mendoza Berrueto, Blas Chumacero Sánchez, Nicolás Reynés Berezaluce, Jorge Montúfar Araujo, Salvador Robles Quintero, Guillermo Fonseca Alvarez, Heriberto Ramos Salas, Adrián Mora Aguilar, Gilberto Nieves Jenkin, María Luisa Mendoza Romero, Joel Lleverino Reyes, Gonzalo Altamirano Dimas, Arnoldo Martínez Verdugo, Juan de Dios Colli Mas, Martín Tavira Urióstegui, Jorge Cárdenas González, Miguel Osorio Marbán, Pedro José Peñaloza y Miguel Angel Barberena Vega.

Invitación del propio Departamento del Distrito Federal, a la ceremonia que en ocasión del LXIII aniversario luctuoso de Ricardo Flores Magón, se llevará a cabo el día 21 del actual en el Panteón Civil de Dolores de esta capital.

La presidencia nombra en comisión para que, en representación de este Cuerpo Legislativo, concurran a la ceremonia mencionada, a los CC. Oswaldo García Criollo, Mario Bustillo Villalobos, Mauro Rodríguez Cruz, Jesús Emilio Martínez Alvarez, Alberto Juan Pérez Mariscal, Rodolfo Linares González, Oney Cuevas Santiago, Patricia Villanueva Abrajam, Porfirio Leonel Rojas Medina, Alfredo López Ramos, Beatriz Gallardo Macías, Magdalena García Rosas y Jorge Cárdenas González.

El C. Javier Paz Zarza se refiere a la tragedia de San Juan Ixhuatepec ocurrida el día 19 de noviembre de 1984, donde varios mexicanos resultaron víctimas a causa de la explosión de gas.

Hace consideraciones sobre el particular y propone que se solicite un informe por escrito sobre la ayuda en especie y en efectivo que se recibió, y cómo y a quiénes se canalizó.

Que se solicite un peritaje oficial y se analice por las comisiones correspondiente de esta Cámara, y que se promueva el retiro de las instalaciones tanto de Pemex como de la Distribuidora de Gas que todavía existen allí.

Para reseñar las acciones emprendidas por el Gobierno Federal, estatal y municipal en la solución de los problemas de los habitantes de San Juanico, y solicitar se guarde un minuto de silencio en memoria de los que perdieron la vida en esa tragedia, interviene el C. Heriberto Serrano Moreno.

Puesto todos los presentes de pie, se guarda un minuto de silencio en memoria de los desaparecidos.

En los términos del artículo 58 del reglamento, hacen uso de la palabra, en pro el C. Javier Paz Zarza, en contra el C. Gerardo Fernández Casanova.

Para proponer que se turne a comisiones la proposición, a fin de tener un informe claro y preciso, usa de la palabra el C. Jorge Montúfar Araujo.

Para apoyar la proposición habla la C. Cecilia Romero Castillo. Para hechos lo hacen los CC. Jorge Alcocer Villanueva y Joaquín Cantú.

La asamblea en votación económica no admite la proposición del C. Javier Paz Zarza y en consecuencia se da por desechada.

La asamblea en votación económica admite a trámite la proposición del C. Jorge Montúfar Araujo. Túrnese a la comisiones unidas de Energéticos y de Asentamientos Humanos y Obras Públicas.

Por su parte, el C. Alejandro Gascón Mercado, presenta y da lectura a una iniciativa de decreto que reforma el párrafo tercero del artículo 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Túrnese a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.

Se continúa con los asuntos en cartera:

El Banco de México remite el informe correspondiente al movimiento diario del financiamiento interno del propio Banco de

México y de la Cuenta General de la Tesorería de la Federación, correspondiente al tercer trimestre del año en curso. Recibo y a las comisiones unidas de Hacienda y Crédito Público y de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público envía el informe de la Deuda Pública, correspondiente al tercer trimestre de 1985. Recibo y resérvese en el archivo para consulta de los ciudadanos diputados y córrase traslado a la H. Cámara de Senadores.

A continuación abordan la tribuna los siguientes ciudadanos diputados:

Regina Reyes Retana Márquez, para proponer que se inscriba con letras de oro en los muros de este recinto el nombre de Andrés Molina Enríquez.

Eraclio Zepeda Ramos, para proponer que la propuesta se considere de urgente y obvia resolución.

Nicolás Reynés Berezaluce, para pedir que la proposición en cuestión se turne a la comisión correspondiente para ser analizadas detenidamente.

Manuel Terrazas Guerrero, para adherirse a la proposición de que pase a comisión y se resuelva simultáneamente con la proposición para que se inscriba en letras de oro, el nombre de Ricardo Flores Magón.

Jorge Montúfar Araujo, para proponer a nombre de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados, se integre una comisión para que estudie y dictamine la propuesta de referencia y para que dicha comisión sea integrada por los CC. Diego Valadés Ríos, Santiago Oñate Laborde, Martín Tavira, Urióstegui, Romeo Flores Caballero y José Luis Díaz Moll.

La asamblea en votación económica aprueba la proposición de la C. Regina Reyes Retana Márquez.

La propia asamblea en votación económica aprueba la proposición del C. Jorge Montúfar Araujo.

A solicitud del C. Manuel Terrazas Guerrero, se unen las dos proposiciones. La asamblea en votación económica aprueba la incorporación de las dos proposiciones.

Túrnese a la comisión integrada y aprobada por la asamblea.

Por su parte, el C. Eduardo Acosta Villeda se refiere a lo expresado por un candidato a diputado federal en los Estados Unidos de América, sobre la corrupción imperante entre funcionarios del Departamento de Justicia de la Unión Americana.

A su vez, el C. Jesús Martínez Alvarez rinde homenaje a Ricardo Flores Magón, precursor de la Revolución Mexicana, con motivo de que el día 21 de los corrientes se cumplirá un aniversario más de su muerte.

En virtud de que las siguientes iniciativas, enviadas por el C. Presidente de la República, han sido ya impresas y distribuidas entre los ciudadanos diputados, la secretaría por instrucciones de la presidencia, les da el trámite respectivo:

De decreto de reformas y adiciones a las leyes Federal del Trabajo y de Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores. Recibo y a la Comisión de Trabajo y Previsión Social.

De decreto que amplía la garantía que el Gobierno Federal puede otorgar en las operaciones de préstamo celebradas con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento y el plazo en que la misma puede concederse. Recibo y a la Comisión de Hacienda y Crédito Público.

De Ley del Servicio de Tesorería de la Federación. Recibo y a las comisiones unidas de Hacienda y Crédito Público y de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública.

De decreto que reforma y adiciona Diversas Disposiciones de la Ley Federal de Aguas. Recibo y a las comisiones unidas de Gobernación y Puntos Constitucionales y de Agricultura y Recursos Hidráulicos.

De Criterios Generales de Política Económica. Recibo y a la Comisión de Hacienda y Crédito Público.

De Ley de Ingresos de la Federación para el ejercicio fiscal de 1986. Recibo y a la Comisión de Hacienda y Crédito Público.

La iniciativa anterior incluye el informe sobre el uso de la facultad en materia arancelaria.

De Ley de Ingresos del Departamento del Distrito Federal para el ejercicio fiscal de 1986. Recibo y a las comisiones unidas de Hacienda y Crédito Público y del Distrito Federal.

De ley que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Ley de Hacienda del Departamento del Distrito Federal. Recibo y a las comisiones unidas de Hacienda y Crédito Público y del Distrito Federal.

De ley que establece, reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones fiscales. (Miscelánea). Recibo y a la Comisión de Hacienda y Crédito Público.

Con proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal de 1986. Recibo y a la Comisión de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública.

Con proyecto de Presupuesto de Egresos del Departamento del Distrito Federal para el ejercicio fiscal de 1986. Recibo y a las comisiones unidas de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública y del Distrito Federal.

De Ley Orgánica del Banco Nacional de Comercio Exterior. Recibo y a las comisiones unidas de Hacienda y Crédito Público y de Comercio.

Proyecto de decreto que autoriza a los CC. Edgardo Antonio Hicks Gómez, Pastor José Fernando Covián Vilchis y María Teresa Estébanes Hernández, para prestar servicios como empleados en la Embajada de los Estados Unidos de América, acreditada en nuestro país. Es de primera lectura.

Proyecto de decreto que reforma el que aprueba el Convenio Constitutivo de la Corporación Financiera Internacional.

En atención a que este documento ha sido ya impreso y distribuido entre los ciudadanos diputados, la asamblea le dispensa el trámite de segunda lectura.

La secretaría por instrucciones de la presidencia da lectura a un voto particular del Partido Socialista de los Trabajadores.

A discusión en lo general y en lo particular el proyecto de decreto. Sin que motive debate, en votación nominal se aprueba en ambos sentidos por doscientos cincuenta y un votos en pro, seis en contra y quince abstenciones. Pasa al Senado para sus efectos constitucionales.

Proyecto de decreto que autoriza la suscripción del Convenio Constitutivo de la Corporación Interamericana de Inversiones y que establece bases para su ejecución en México. Se le dispensa la segunda lectura.

Se da lectura a un voto particular presentado por el Partido Socialista de los Trabajadores.

A discusión en lo general y en lo particular. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación nominal se aprueba en ambos sentidos por doscientos cincuenta y cinco votos a favor, ocho en contra y catorce abstenciones. Pasa al Senado para sus efectos constitucionales. Proyecto de decreto que reforman al que autorizó al Ejecutivo Federal a firmar, en representación del Gobierno de México, los Convenios Constitutivos sobre el Fondo Monetario Internacional y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento. Se le dispensa la segunda lectura.

Se da lectura a un voto particular del Partido Socialista de los Trabajadores.

A discusión en lo general el proyecto de decreto.

Usan de la Palabra, en contra el C. Jorge Alcocer Villanueva, en pro el C. Agustín Leñero Bores, en contra el C. Alejandro Gascón Mercado, en pro el C. Hesiquio Aguilar de la Parra, en contra el C. Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, por la comisión el C. Luis Manuel Orcí Gándara y en contra el C. Eduardo Valle Espinosa.

Suficientemente discutido en lo general, en votación nominal se aprueba en este sentido, con los artículos no impugnados por ciento ochenta y cinco votos en pro, veintinueve en contra y doce abstenciones.

A discusión en lo particular. A debate el artículo 12.

Intervienen, en contra el C. Hildebrando Gaytán Márquez, en pro el C. Hesiquio Aguilar de la Parra.

Suficientemente discutido, se reserva para su votación nominal en conjunto.

A discusión el artículo 9o.

Hablan, en contra el C. Jorge Alcocer Villanueva, en pro el C. Jorge Flores Solano.

Se reserva para su votación nominal en conjunto.

A discusión el artículo 6o.

Usan de la palabra, en contra el C. Graco Ramírez G. Abreu, en pro el C. Agustín Leñero Bores.

Suficientemente discutido el artículo 6o., en votación nominal se aprueba con los artículos 12 y 9o. anteriormente reservados en sus términos, por ciento ochenta y seis votos a favor, treinta y dos en contra y cinco abstenciones.

Aprobado el proyecto de decreto en lo general y en lo particular. Pasa al Senado para sus efectos constitucionales.

Proyecto de decreto que autoriza al Ejecutivo Federal para aceptar enmiendas al Convenio Constitutivo del Banco Interamericano de Desarrollo, y que reforma la ley que establece bases para la ejecución en México, por el Poder Ejecutivo Federal, del citado Convenio Constitutivo. Se le dispensa la segunda lectura.

A discusión en lo general y en lo particular. Sin que motive debate, en votación nominal se aprueba en ambos sentidos por ciento noventa y siete votos afirmativos, diez negativos y doce abstenciones. Pasa al Senado para sus efectos constitucionales.

El C. Pablo José Pascual Moncayo usa de la palabra para hacer consideraciones sobre la resolución aprobada por la H. Cámara de Senadores, en el sentido de que no existe inconveniente para que el Gobierno de la República inicie negociaciones para la adhesión al GATT.

Propone que esta Cámara convoque a una amplia consulta a efecto de normar criterios sobre la conveniencia o inconveniencia del ingreso de México al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio.

En los términos del artículo 58 del reglamento, usa de la palabra, en contra el C. Javier Garduño Pérez, en pro el C. Cuauhtémoc Amezcua Dromundo; para hechos sobre el mismo tema los CC. Gerardo Unzueta Lorenzana y Jorge Masso Masso.

En atención a las intervenciones de los ciudadanos diputados y dada la importancia del asunto, el C. Pablo José Pascual Moncayo reitera su proposición, para debatirla a fondo en mejor ocasión. Retirada la proposición.

La secretaría por instrucciones de la presidencia da lectura a los oficios de remisión de las siguientes iniciativas enviadas por el C. Presidente de la República:

De decreto que reforma la Ley Monetaria de los Estados Unidos Mexicanos. Recibo y a la Comisión de Hacienda y Crédito Público.

El informe sobre los pesos y composiciones metálicas de las monedas que se han acuñado. Recibo y a la Comisión de Hacienda y Crédito Público.

De decreto que establece las características de las nuevas monedas de oro y de plata, y de la cuproníquel, conmemorativas del XIII Campeonato Mundial de Fútbol 1986. Recibo y a la Comisión de Hacienda y Crédito Público.

De decreto que fija las características de monedas acuñadas en platino previstas en el artículo 2o. bis de la Ley Monetaria de los Estados Unidos Mexicanos. Recibo y a la Comisión de Hacienda y Crédito Público.

De decreto que modifica las características de las monedas de uno, diez y cincuenta pesos, y señala las características de las monedas de quinientos pesos. Recibo y a la Comisión de Hacienda y Crédito Público.

De decreto que modifica las características de las monedas conmemorativas para celebrar el LXXV aniversario del comienzo de la Revolución Mexicana. Recibo y a la Comisión de Hacienda y Crédito Público

También la secretaría da lectura a los siguientes oficios:

Tres, relativos a las solicitudes de permiso para que los CC. José Angel Santana Hernández, Eduardo Gutiérrez Alcaraz, María Esther Morales Durán, Francisco Javier Chapa Linares, Xóchitl Leonor Prince Pimentel, Juan Cuevas Acuña y José Luis García Macín puedan prestar servicios como empleados en la Embajada de los Estados Unidos de América, acreditada en nuestro país. Recibo y a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.

Dos de la H. Cámara de Senadores, a los que se acompañan las minutas proyectos de decreto, que conceden permiso a los CC. David Zepeda Torres y Juan Arévalo Gardoqui, para que puedan aceptar y usar una condecoración que les confiere el Gobierno de la República de Perú y el Gobierno de la República Federativa del Brasil, respectivamente. Recibo y a la comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.

Finalmente, para hacer consideraciones y expresar sus particulares puntos de vista en relación a la entrada del Gobierno de México al GATT, hace uso de la palabra el C. Alejandro Gascón Mercado.

Agotados los asuntos en cartera se da lectura al orden del día de la sesión próxima.

A las veintiuna horas y quince minutos se levanta la sesión y se cita para la que tendrá lugar el viernes veintidós de noviembre, a las diez horas, en la que comparecerá el C. licenciado Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda y Crédito Público.»

Está a discusión el acta ... No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta a la asamblea si se aprueba... Aprobada, señor presidente.

El C. Presidente: - Esta presidencia encarece a todos los presentes guardar silencio, llevar sus pláticas particulares fuera de este recinto. Y a todos los que se encuentran en el pasillo que no sean legisladores tengan la bondad de desalojarlo. Continúe la secretaría.

OFICIO DEL SENADO

SENADORES ASISTENTES

A ESTA SESIÓN

El C. secretario Reyes Rodolfo Flores Zaragoza:

«CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. Presentes.

Tenemos el honor de comunicar a ustedes que la Mesa Directiva de esta H. Cámara de Senadores, tuvo a bien acordar que en atención a la solicitud presentada a esta Cámara con motivo de la comparencia del ciudadano licenciado Jesús Silva Herzog, secretario de Hacienda y Crédito Público, el próximo viernes 22 de noviembre, a las 10:00 horas, ante el pleno de esa Cámara, con el propósito de ampliar la información contenida en la exposición de motivos de las leyes de Ingresos y Presupuestos de Egresos de la Federación y el Distrito Federal, para 1986; han sido designados para asistir en representación de esta honorable Cámara, a los ciudadanos senadores Hugo B. Margáin y Ernesto Millán Escalante.

Reiteramos a ustedes las seguridades de nuestra consideración atenta y distinguida.

México, D. F. 19 de noviembre de 1985.

Senador Guillermo Mercado Romero, secretario; senador Luis José Dorantes Segovia, secretario.»

Trámite: - De enterado.

ACUERDO SOBRE EL DESAHOGO

DE LAS COMPARECENCIAS

El mismo C. Secretario:

«Honorable asamblea: En los términos del artículo 70 de la Constitución General de la República; 38, 39 y demás relativos de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, así como del artículo 30 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, se somete al pleno, el acuerdo de práctica parlamentaria que celebran las diferentes fracciones de la Cámara de Diputados de la LIII Legislatura del Congreso de la Unión, mismos que establece procedimientos para el desahogo de las comparecencias constitucionales, de los secretarios de Hacienda y Crédito Público y de Programación y Presupuesto.

I. El secretario del despacho después de haber sido introducido al Salón de Sesiones será invitado por el presidente de la Cámara para que aborde la tribuna y haga la exposición que motiva su comparecencia.

II.- Se abre un primer período de la comparecencia, bajo las siguientes reglas

: a) Desde la tribuna participará un diputado por cada una de las fracciones parlamentarias, quien expondrá la tesis de su partido y concluirá con la formulación de pregunta. El partido puede substituir la formulación de tesis por las preguntas que considere oportunas.

b) El presidente de la Cámara dará oportunidad al secretario del despacho para que al final de cada intervención del diputado de que se trate, si así lo desea, pueda hacer comentarios o responder al cuestionamiento que se hubiere formulado.

c) Durante este período cada diputado respetará un tiempo máximo de 15 minutos por intervención. El presidente de la Gran Comisión hará, por los conducto legales establecidos, la sugerencia de manera que la respuesta del secretario del despacho tenga una duración equivalente a la formulación de la pregunta.

d) El secretario del despacho dispondrá, en obvio de tiempo y por razones prácticas, un asiento ubicado en el área de tribuna de la Cámara.

e) El orden de estas intervenciones será:

Tesis PRT.

Respuesta secretario del despacho.

Tesis PMT.

Respuesta secretario del despacho.

Tesis PARM.

Respuesta secretario del despacho.

Tesis PPS.

Respuesta secretario del despacho.

Tesis PDM.

Respuesta secretario del despacho.

Tesis PST.

Respuesta secretario del despacho.

Tesis PSUM.

Respuesta secretario del despacho.

Tesis PAN.

Respuesta secretario del despacho.

Tesis PRI.

Respuesta secretario del despacho.

III. Al término de este período, se abrirá un receso de una hora.

Receso.

IV. Se inicia la sesión de preguntas y respuestas.

En este período cada una de las fracciones formulará las preguntas a que tenga derecho, de acuerdo al siguiente orden:

Por escrito dos cuartillas como máximo y en forma verbal cinco minutos de tiempo.

Las preguntas serán planteadas por los diputados desde su curul.

El primer diputado en preguntar podrá replicar al secretario respecto de su respuesta a la intervención del diputado de su partido que participó en la primera ronda. No procede réplica alguna posteriormente.

Tampoco se consideran convenientes las interpelaciones.

Orden de Intervenciones:

PRI, PAN, PSUM, PDM, PARM, PMT, PRI, PAN, PRT, PRI, PST, PPS, PRI.

V. Desahogados los puntos de este acuerdo, procederá la presidencia a levantar la sesión.

México, D. F., a 21 de noviembre de 1985.

Coordinadores de las fracciones parlamentarias:

Eliseo Mendoza Berrueto, PRI; Jesús González Schmal. PAN; Graco Ramírez Garrido Abreu, PST; Arnoldo Martínez Verdugo, PSUM; Antonio Monsivais Ramírez, PDM; Indalecio Sáyago Herrera, PPS; Carlos Enrique Cantú Rosas, PARM; Heberto Castillo Martínez, PMT; Pedro José Peñaloza, PRT.

En votación económica, se pregunta si se aprueba este documento ... Los que estén por la afirmativa, ponerse de pie ... Aprobado el acuerdo, señor presidente.

COMPARENCIA DEL C.

LICENCIADO JESÚS SILVA HERZOG

El C. Presidente: - Se encuentra en el salón de recepción de esta Cámara de Diputados el ciudadano licenciado Jesús Silva Herzog, Secretario de Hacienda y Crédito Público. Se designa en comisión para que lo introduzcan a este recinto y lo acompañen cuando desee retirarse, a los ciudadanos diputados: David Jiménez González, Fernando Ortiz Arana, Jorge Cárdenas González y Consuelo Botello de Flores.

Se ruega a la comisión cumpla con su cometido.

(La comisión cumple con su cometido). (Aplausos.)

El C. Presidente: - De conformidad con la fracción IV, párrafo segundo del artículo 74 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, comparece el ciudadano licenciado Jesús Silva Herzog, Secretario de Hacienda y Crédito Público.

El señor Secretario de Hacienda y Crédito Público fue informado oportunamente del Acuerdo de Práctica Parlamentaria que fija el procedimiento de su comparencia. El documento relativo fue votado por la asamblea, por lo que constituye la norma conforme a la cual habremos de desahogar los trabajos de esta sesión.

El ciudadano Licenciado Jesús Silva Herzog, Secretario de Hacienda y Crédito Público, ha solicitado hacer uso de la palabra. Tiene la palabra el señor secretario.

El C. licenciado Jesús Silva Herzog: - Señor presidente de la honorable Cámara de Diputados; señores legisladores; señoras y señores: Comparezco ante esta soberanía en cumplimiento del artículo 74, fracción IV, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a fin de profundizar sobre los objetivos y acciones que se establecen en la iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación para el ejercicio fiscal de 1986.

En días pasados, el Ejecutivo Federal les envió el documento sobre los Criterios Generales de Política Económica, en el que se realiza un diagnóstico de la situación económica del país, así como el planteamiento de las principales metas para el año próximo.

En la iniciativa de Ley de Ingresos se presentan las propuestas de cambio en materia hacendaria y financiera. Esta comparecencia pretende ser complemento de la información que han recibido con el propósito que el examen de la iniciativa discusión y aprobación, en su caso, sirva para facilitar el logro de los objetivos propuestos.

A 75 años del inicio de la Revolución Mexicana, el país ha tenido que enfrentar muy difíciles y diversos retos, que le han planteado las diferentes realidades. De hecho, cada avance siempre genera nuevos problemas y desequilibrios, que exigen nuevas, soluciones. Hoy, nos encontramos ante una de las situaciones económicas más complejas de nuestra historia contemporánea.

Sin embargo, como en otros tiempos, México reafirma sus valores fundamentales. Pugna por preservar y engrandecer los más nobles sentimientos nacionales, que le han permitido transitar con dignidad y entereza en su proceso de desarrollo. Lazo de unión social, el nacionalismo revolucionario nos ha dado patria y sigue siendo el sustento ideológico que nos conduce por los caminos de la paz y la libertad.

Al amparo de ese principio y fieles al proyecto plasmado en la Carta Magna, pueblo y Gobierno han promovido grandes transformaciones y demostrado capacidad para salvar escollos. Tres cuartos de siglo de avance y progreso así lo confirman.

En ese lapso se ha pasado de una economía preponderantemente rural a una de desarrollo urbano e industrial. Se han acumulado acervos crecientes de capital humano y físico, que cada vez abren más oportunidades de crecer y, de manera soberana, aprovechar los abundantes recursos naturales. Somos uno de los diez países más importantes en capacidad productiva, sin contar a los de Europa Oriental, y los avances en materia social son innegables, aun cuando falta mucho por hacer.

Esos logros y la fuerza social básica de que se dispone, sólo pueden ser entendidos a partir de la evolución histórica y la consistencia de los principios rectores, que han dado sustento al pacto que nos une. Es así como ha sido posible alcanzar objetivos y metas, en una Nación que se empeña en perfeccionar sus formas de convivencia.

Dentro de esa perspectiva, el Presidente Miguel de la Madrid presentó un programa de Gobierno derivado del mandato popular. El desafío era enfrentar las condiciones críticas de la economía y del ambiente social que imperaba en 1982, en un marco de democracia y libertad. Era imperativo fortalecer el quehacer revolucionario, para evitar desviaciones del Proyecto Nacional. Desde entonces, ha habido logros importantes, así como estancamientos y retrocesos.

Hay que entender que la crisis que hoy vivimos no surgió por generación espontánea, ni en forma súbita o aislada. Es resultado de un proceso largo y complejo que resintió la presencia de factores internos y de un entorno internacional desfavorable para los países pobres. Son muchas las naciones que hoy viven una situación de crisis.

En lo interno, se han rebasado etapas de crecimiento con resultados desiguales. La dinámica misma del desarrollo generó la necesidad de cambios de fondo que se fueron retardando, acumulando rasgos difíciles de superar en el corto plazo.

A partir de ese diagnóstico, donde se reconocen problemas estructurales y coyunturales, externos e internos, y sustentándose en las bases históricas del país, así como en los principios fundamentales de la Constitución, el actual régimen inició una enorme tarea de renovación, consciente de la magnitud del esfuerzo y de la inexistencia de fórmulas mágicas.

Con una estrategia global, que favorece la participación activa de todos los integrantes de toda la sociedad, ha sido posible realizar avances significativos al instrumentar reformas democráticas. Los cambios sociales, generados por la industrialización, la educación y el surgimiento de grupos organizados, se han traducido, en los pasados tres años, en un mayor pluralismo de la opinión pública, nuevos partidos políticos y un papel más activo del Congreso y del Poder Judicial. Nunca, como ahora, se discute tanto la cosa pública y con libertad se expresan las ideas de todos los sectores.

Se ha fortalecido la naturaleza mixta de la economía, al precisar responsabilidades del Estado en la conducción del desarrollo y garantizar las libertades de los sectores social y privado, quienes contribuyen con la mayor parte del producto interno.

A pesar del impacto negativo de la actual situación, se han ejecutado acciones para frenar el desempleo, así como proteger el ingreso de obreros y campesinos. Sin embargo, hay que reconocer que ellos han soportado el mayor costo de la crisis. Es difícil mejorar el nivel de vida de la población, como lo dijo el Presidente De la Madrid, cuando se tiene una economía débil y convaleciente.

Ello no implica que se hayan descuidado los aspectos sociales del desarrollo. Aun cuando México tiene una población cuya dinámica de crecimiento crea un cúmulo de necesidades crecientes, más allá de los recursos disponibles, se ha puesto especial énfasis para atenderlos. Así, cada vez se incorpora un mayor número de personas a la educación. Cada año son más los beneficiados con la seguridad social y con viviendas que cuentan con todos los servicios. No obstante, existen limitaciones severas que impiden un avance más acelerado en esas áreas.

En lo referente a la economía, el país continúa su estrategia en un clima de paz y estabilidad política, pocas veces comparable con otras naciones similares, tomando en cuenta las condiciones desfavorables que padecemos. Al tiempo que se enfrentan nuevos obstáculos de origen externo, han surgido problemas internos y se han hecho evidentes los grandes desequilibrios estructurales de nuestra sociedad.

A tres años de gobierno, es útil realizar un balance que permita apreciar lo complejo de la situación económica reciente y las circunstancias previsibles en el futuro cercano. Es necesario no menospreciar lo avanzado ni enfatizar

errores o fracasos. El futuro de la Nación requiere de objetividad para no amedrentarse ante las tareas pendientes, serenidad en la concepción de las políticas a seguir, firmeza al ejecutarlas y solidaridad en el reparto de costos y beneficios.

Es obvio que los enfoques pueden variar según ideologías o intereses y cada quien tendrá su verdad. Lo importante es llegar a establecer puntos de acuerdo en lo fundamental, decir con claridad hacia dónde se quiere llegar en el análisis y las acciones que se proponen, pero sobre todo, no perder la perspectiva histórica y el mandato de las mayorías.

Con base en lo anterior, se debe reiterar que difícilmente se encontrará en la historia reciente del desarrollo nacional, un año tan complicado en materia económica como 1985. El programa de reordenación se debilitó con rapidez y el panorama internacional se tornó más desfavorable. Estas son las verdaderas razones de los problemas que enfrentamos. Además, los sismos de septiembre originaron obstáculos adicionales.

Hasta mediados de 1984, las tendencias negativas se habían logrado revertir y la mayoría de los objetivos del programa económico se estaban cumpliendo. En efecto, en relación a 1982, el ritmo inflacionario descendió a la mitad; se recuperó la capacidad de crecimiento; disminuyeron los índices de desocupación abierta; se redujo a casi el 50% el déficit del sector público como proporción del producto interno; mejoró el sector externo; la deuda se reestructuró y se reconstituyeron las reservas de divisas.

De hecho, en el segundo semestre de 1984 empezaron a aparecer manifestaciones negativas que se hicieron evidentes hasta principios de este año. Ello fue resultado de cambios más acelerados de lo previsto, desigualdades en los logros e incumplimiento de metas, así como del surgimiento de nuevos problemas internos y externos.

El gasto global, público, privado y social, se expandió en forma acelerada, tanto en inversión como en consumo, lo que originó mayores empleos pero, también, presiones sobre los precios, la balanza de pagos y el mercado cambiario.

De esa manera, al inicio de 1985 la inflación resultó superior a lo previsto, derivada de ese mayor gasto, del repunte de la actividad económica a fines de 1984, de la elevación de algunas tarifas públicas y precios privados, así como del déficit público y su impacto en los costos financieros.

Desafortunadamente, por la cadencia normal de la información y de las tareas de presupuestación, la magnitud de algunos de esos sucesos no se conoció con oportunidad y, en consecuencia, no pudieron considerarse al elaborar el programa económico y el presupuesto de 1985. Este desfase entre la aplicación de las políticas y un escenario distinto al real, originó problemas adicionales.

La mayor inflación y la insuficiencia de los cambios estructurales iniciados, provocaron modificaciones en el tipo de cambio y aumentaron las necesidades de financiamiento del sector público, influyendo en las tasas de interés y los costos de la deuda pública interna. En tal virtud, se incrementaron los gastos públicos que, aunados a la disminución en los ingresos reales, afectaron la meta estimada de déficit.

El sistema financiero, por su parte, se caracterizó por una gran demanda y una insuficiente generación de ahorro. El exceso de liquidez monetaria y la velocidad de crecimiento de la economía, propiciaron que, a mediados de este año, se restringiera la corriente crediticia a los sectores privado y social, y se adecuara la derrama de recursos a las actividades prioritarias y al financiamiento del sector público.

Por su lado, el entorno internacional sigue siendo adverso. Las políticas proteccionistas, la recesión de los países industrializados, la disminución de los precios y demanda del petróleo y de casi todos los productos exportables, así como la poca disponibilidad de financiamiento y las altas tasas de interés que aún existen, han repercutido drásticamente en nuestra economía.

Consecuencia de lo anterior, son los resultados en las cuentas del exterior que se deterioraron durante 1985, en relación con la evolución observada en los dos años anteriores. La balanza comercial sufrió una reducción en su superávit y la de cuenta corriente alcanzó el equilibrio después de dos años de saldo positivo lo que, junto a un deterioro de la cuenta de capital derivado fundamentalmente de la amortización de la deuda externa, pública y privada, originó una disminución en el nivel de las reservas internacionales del Banco de México. En tal sentido, el ascenso de las importaciones, como reflejo de la reactivación económica; el escaso dinamismo de las exportaciones no petroleras; menores gastos de turistas extranjeros en el país; y, el impacto de la reducción de ingresos del petróleo, son algunas de las variables que contribuyeron a ese fenómeno. No obstante, puedo afirmar que al día de hoy, las reservas internacionales del país, son ligeramente superiores a las existentes el pasado 31 de agosto.

Todo ello ha presionado al mercado cambiario, básicamente al tipo de cambio libre. En efecto, el mayor ritmo inflacionario, el desconcierto en el mercado petrolero, dificultades en la comunicación con sectores importantes de nuestra sociedad y con países vecinos, modificaron las expectativas sobre la percepción que diversos grupos tenían acerca de los problemas adicionales y, por ende, han llevado a niveles excesivamente altos a dicho tipo de cambio.

Con base en esto se han tomado las medidas indispensables para adecuar la política cambiaria a las condiciones prevalecientes. Es imperativo, ante todo, garantizar las importaciones

para la actividad productiva, el consumo de básicos y sufragar el servicio de la deuda externa.

En resumen, 1985 ha sido extremadamente difícil. Sin embargo, se ha logrado hacer crecer el empleo y mantener la planta productiva. Los ajustes en la política económica realizados, en febrero, marzo y julio, respondieron a las nuevas condiciones y permitieron que lo alcanzado no se diluyera o revirtiese. No se perdió el rumbo ni el control de la economía; se ha actuado con responsabilidad y energía para enfrentar la agudización de las circunstancias adversas y preservar los avances.

En ese contexto se definió la política económica para 1986, cuyo propósito fundamental es articular las exigencias de un esfuerzo adicional de reordenación, con las orientaciones del proceso de reconstrucción y cambio estructural.

Se evaluaron diversas opciones surgidas de la opinión pública y de las propias tesis del Gobierno. Se escogió la que se puede ofrecer con responsabilidad y realismo, atendido los problemas globales y las principales demandas de la sociedad.

Hay que estar conscientes que no habrá logros espectaculares. Se prevé un modesto abatimiento de la inflación y, en las mejores condiciones, un incremento moderado del producto. Esto es así, además porque no es fácil que las reformas estructurales, que pretenden superar rezagos acumulados desde hace mucho tiempo, tengan frutos en el corto plazo. Existen inercias y resistencias al cambio, difíciles de eliminar.

En el programa de política económica continúa la alta prioridad de combatir la inflación y la necesidad que se tiene, para lograrlo, de sanear las finanzas públicas. Sin embargo, en función de la experiencia de los últimos años, reconoce lo indispensable de actuar con mayor intensidad en las acciones de carácter estructural. Ello implica el ajuste del gasto público y la eliminación, a través de precios reales, de los volúmenes de transferencia que se estaban otorgando a la empresa pública. Requiere avanzar en la racionalización de la protección a las empresas, haciéndolas más eficientes en el interior y contar con insumos más baratos para competir en el exterior. Precisa no superponer, sino articular armónicamente los programas de reconstrucción, descentralización y reconversión industrial que se vinculan al terremoto.

Las políticas de carácter coyuntural tienen una importancia decisiva en el tiempo. Se requiere iniciar el año con un rígido control del gasto y regulación monetaria firme, que apoye las medidas de ingreso, a fin de lograr incrementar el ahorro disponible y, paulatinamente bajar las tasas de interés y la inflación.

Cabe destacar la urgente necesidad de incrementar el ahorro interno y canalizarlo de manera eficiente en apoyo a la actividad productiva. Mientras no se alcancen niveles adecuados de ahorro, será imposible que la economía crezca sana y sostenidamente.

Es preciso insistir que todos debemos modificar nuestros hábitos de consumo: implica no solamente gastar menos, sino gastar mejor. Ello se convierte en imperativo para, primero, depender de los recursos que generamos y, segundo, disminuir el uso de recursos ajenos.

Una pieza importante de ese esfuerzo será reestablecer la capacidad de ahorro del sector público, a través de la racionalización y eficiencia en la ejecución de su gasto, apegado su uso a las prioridades de la reordenación económica y cambio estructural, así como del incremento real de los recursos propios.

En ese sentido, el sistema tributario mexicano ha venido ajustándose en un proceso continuo, a las características y modalidades de nuestro desarrollo. Para el año próximo, no se aumentará la carga tributaria en su conjunto, sino que se evitará que disminuya y dificulte el financiamiento sano del gasto público.

En un contexto inflacionario como el actual, los impuestos directos, pese a las ventajas que en general representan, pierden importancia marginal, temporal y parcialmente, en función de la manera en que se afecta la base gravable. De tal forma, se emprenderán, en los próximos meses, estudios tendientes a ensanchar la base gravable de las empresas, con criterios de la más estricta equidad y justicia, para corregir esos efectos distorsionantes que la inflación produce.

De otro lado, reconociendo que la inflación ha afectado los ingresos reales de las personas físicas, y que los impuestos aumentan más que proporcionalmente por la estructura de la tarifa que se aplica a las percepciones nominales, se propone, como en años anteriores, ajustar en forma generalizada dicha tarifa, con mayor énfasis en beneficiar los renglones que corresponden a las personas de bajos ingresos.

La reconstrucción nacional requiere de cantidades adicionales de recursos. Por esto, y en forma transitoria, se sugiere una carga impositiva extraordinaria a los contribuyentes de ingresos medios y altos, así como un incremento en las tasas de algunos bienes y servicios específicos, dentro del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, cuyo consumo puede ser catalogado como no indispensable.

Además, se acelerarán los ajustes en la administración tributaria, haciendo especial hincapié en aumentar la efectividad y frecuencia de fiscalización.

La política de precios y tarifas del sector público, que constituye la otra vertiente esencial del ajuste estructural del ingreso, intentará una mejor asignación de recursos en la economía, participar efectivamente en el aumento de ahorro gubernamental en general, y de las empresas públicas en particular, así como racionalizar los subsidios y darles una mayor equidad. Ello buscando no impactar desfavorablemente el consumo básico de la

mayoría de la población y las medidas antiinflacionarias.

En tal sentido, disminuir los montos elevados de transferencias y subsidios que reciben algunas empresas públicas implica, necesariamente, que los precios de los servicios que prestan reflejen adecuadamente los costos reales, suponiendo esfuerzos de productividad. Parte del deterioro en el ahorro público se produce cuando los precios y tarifas comienzan a rezagarse, en relación a los niveles de inflación.

Para 1986 los estímulos fiscales continuarán apoyando algunos de los objetivos fundamentales de la política de cambio estructural y reconstrucción. Se refuerzan los incentivos para inducir la descentralización; se preservan los estímulos a la construcción de vivienda de bajo precio para arrendamiento; se dan nuevos apoyos a tareas como la investigación y el desarrollo tecnológico. Además, se mantiene, como se programó, el 25% de depreciación acelerada para continuar apoyando la inversión privada.

Un marco adecuado que fomenta la captación de recursos por el sistema financiero, es elemento importante en la estrategia de fortalecimiento del ahorro interno. Aquí es preciso el óptimo aprovechamiento de los instrumentos disponibles, así como lograr el difícil equilibrio de mantener una adecuada política de tasas de interés que, a la vez que estimule la captación y permanencia de los recursos, no desaliente la inversión productiva.

Dentro de los objetivos básicos de la política de crédito, destacan el incremento en la eficiencia y equidad en la canalización de ahorros y el impulso a las actividades prioritarias contempladas en la estrategia económica. Asimismo, la derrama de recursos preferenciales, a través de la banca de desarrollo y fondos de fomento, demandará un cuidado especial.

La banca nacionalizada, por su parte, ha venido adoptando diversas medidas para participar más activamente en favor de la planta productiva. Su reestructuración mediante fusiones; una conformación más racional, al establecer instituciones con cobertura regional, multiregional y nacional; la conjugación de rentabilidad con alto sentido social; son elementos, que la han convertido en instrumento básico del desarrollo.

De tal forma las instituciones bancarias han trascendido el simple concepto de intermediación financiera, al fundamentar sus acciones en forma más estrecha con los intereses generales del país.

Ahora, además de cumplir eficientemente con las operaciones y servicios atribuibles a la banca, también responden a los requerimientos de la reordenación y cambio estructural.

En ese sentido, la actual administración ha tenido la grave responsabilidad de perfeccionar y mantener actualizado el marco jurídico y operativo de la banca, para que ésta siga desempeñado su papel central de promotor del desarrollo, sin apartarse del principio fundamental de rectoría económica del Estado. De ahí la importancia de las iniciativas de leyes orgánicas de los bancos de desarrollo, sometidas a la alta consideración del Honorable Congreso de la Unión.

Otro aspecto esencial para fortalecer y consolidar el sistema financiero ha sido el desenvolvimiento de los intermediarios financieros no bancarios. Su desvinculación de los bancos les ha permitido encontrar su propia dinámica. Por ello, será necesario seguir promoviéndolos para que puedan contribuir, en el marco de una sana competencia y complementariedad con la banca, a la captación de ahorro y al financiamiento de las actividades productivas de manera destacada.

Las instituciones de seguros han confirmado su importante papel y sólido desarrollo. Apoyadas en una adecuada estructura financiera y en la técnica del reaseguro establecidas por la ley, las instituciones aseguradoras están haciendo frente a responsabilidades extraordinarias derivadas de los sismos, mostrando así su solidez y rápida capacidad de respuesta en protección de sus asegurados.

En materia de deuda externa, los propósitos para 1986 se fundamentan en los avances registrados hasta ahora. En efecto, la reestructuración de 48 mil 700 millones de dólares, ha permitido hacer compatible el perfil de amortizaciones con la capacidad de pago del país. Hoy, México se encuentra menos endeudado, interna y externamente, en términos reales, que hace algunos años.

El año entrante se prevé que el ahorro externo cubra alrededor del 5% de los ingresos públicos totales, lo que dejará disponibles recursos internos suficientes para los sectores social y privado, moderando la presión sobre las tasas de interés. Además, se podrán importar los bienes necesarios y cubrir el servicio de la deuda.

La voluntad y el propósito del Gobierno Mexicano por cumplir con los compromisos derivados de la deuda externa, no es simplemente porque se considere a ésta como una "deuda de honor", ni es por supeditación a intereses externos. El Gobierno ha expresado ese objetivo en función del interés al que está más obligado: el del pueblo de México.

Un país como el nuestro no podría soportar interrupciones drásticas en sus relaciones financieras, comerciales y políticas con el exterior, al establecer una suspensión unilateral. La confrontación y el aislamiento no son la mejor manera de proteger el bienestar de las mayorías. Ello tendría graves repercusiones sobre la capacidad de crecimiento de la economía, lo que a su vez se reflejaría, con serias consecuencias, en el empleo y el salario. Las ganancias, si las hubiera, serían mínimas y precarias.

Independientemente de las repercusiones que tendría en el exterior, que a veces se dramatizan demasiado con la figura de embargos, supresión de ventas o el cierre de fronteras,

pudiera haber consecuencias internas negativas. En efecto, eso sería motivo ejemplar para que fácilmente se resquebrajaran las normas que rigen las relaciones económicas y financieras de la sociedad, pues decisiones similares afectarían seriamente las operaciones entre particulares, con la banca o el Gobierno.

Por eso se ha insistido que la reestructuración de la deuda es un paso importante, pero no es la solución definitiva al problema. Es imperativo continuar la búsqueda de un avance mayor en la materia que asegure, por una parte, la necesaria transferencia real de recursos a los países en vías de desarrollo y, por la otra, aligere el peso del servicio de la deuda.

Aquí vale la pena destacar que las naciones endeudadas no podrán cumplir sus obligaciones si no cuentan con recursos para generar riqueza o si ésta se dirige sólo al pago de la deuda, en detrimento de sus objetivos, en aumento del sacrificio de sus habitantes. Alguien tiene que ceder y las naciones deudoras están pagando caro un problema cuya responsabilidad debe, a todas luces, ser compartido.

El siguiente paso ha de guiar a la cooperación y la concertación de acciones múltiples, en donde se incluyan temas comerciales, financieros y económicos y participen todos los protagonistas: países deudores, banca privada, banca multilateral, autoridades reguladoras y gobiernos de las naciones acreedoras.

Pagar la deuda no puede estar, nunca ha estado, por encima de las necesidades fundamentales de los pueblos. No es válido pensar, siquiera, en sacrificar estas necesidades en aras de satisfacer, exclusivamente, a los acreedores. La primera y única responsabilidad de los gobiernos democráticos es con sus comunidades.

Señores diputados: La humanidad vive épocas difíciles, de confrontación. Esa circunstancia y la estrecha interrelación entre países que caracteriza a la vida moderna nos obliga, como Nación libre, soberana e independiente, a marchar unidos, a continuar consolidando la idea y el sentimiento de nacionalidad, para avanzar en el perfeccionamiento de nuestras formas de vida y simultáneamente, coadyuvar el mejoramiento de las relaciones internacionales.

Por ello, en la actualidad no podemos ni debemos permitir luchas estériles ya superadas. Somos una sociedad a la que todavía le quedan muchas páginas históricas que escribir. Protagonicémoslas al amparo de nuestros más altos valores, fuente inagotable de enseñanza y compromiso vital para construir el futuro.

Los ideales de la Independencia, la Reforma y la Revolución nutren el proyecto nacional que los héroes nos legaron. A esta generación, a la sociedad toda, corresponde la disyuntiva de avanzar, construyendo el país que los próceres desearon o dejar que la inercia, la ausencia de acuerdos fundamentales en objetivos comunes, concluyan en el abandono de lo hasta ahora logrado.

Hace 65 años, una población casi seis veces menor que la actual inició, sobre los escombros de una dictadura devastada, la construcción de México de hoy. Ahora, es preciso que perfeccionemos nuestro quehacer cotidiano. Primero, estando todos dispuestos a hacer mejor lo que nos corresponde hacer; después proseguir en el camino de la renovación nacional.

Si esta generación ha de aceptar la responsabilidad histórica que le ha tocado vivir será preciso, entonces, que gobernantes y gobernados, reconozcamos la realidad que debemos enfrentar.

Estamos conscientes, si queremos seguir avanzando, que sólo será posible hacerlo si cada vez dependemos más de nosotros mismos, de las potencialidades y recursos con que contamos. Nadie hará por México lo que nosotros no hagamos por él.

El país tiene recursos humanos, naturales y materiales suficientes con qué continuar hacia un destino superior. Basta señalar nuestra historia, nuestro pueblo o, simplemente, la geografía en que nos ha tocado nacer.

Vivimos una etapa de transición, no de bonanza. Ello implica modificación de hábitos actitudes y formas de vida. Pero estos cambios, generados por las condiciones internas, no deben dar lugar a la autodenigración, el desánimo o la complacencia, menos aún por aquellos que más han sido beneficiados por el desarrollo.

En ese contexto adquiere mayor dimensión e importancia la reciente convocatoria a la renovación nacional, a mejorar el quehacer de la República, que el Presidente Miguel de la Madrid hiciera al pueblo de México. Esa es la tarea que, ahora todos debemos realizar.

Tenemos con qué. La mayoría de los mexicanos queremos hacerlo. Estamos ciertos que podremos lograrlo. México saldrá adelante. (Aplausos.)

El C. presidente: - Se procede a desarrollo el primer punto del acuerdo de práctica parlamentaria para el desarrollo de esta comparecencia.

Para tal efecto, han solicitado hacer uso de la palabra los siguientes ciudadanos diputados: Pedro Peñaloza, Heberto Castillo Martínez, Carlos E. Cantú Rosas, Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, Antonio Monsivais Ramírez, Graco Ramírez Garrido Abreu, Pablo José Pascual Moncayo, Jorge Eugenio Ortiz Gallegos y Píndaro Urióstegui Miranda.

Tiene la palabra el ciudadano diputado Pedro Peñaloza.

El C. Pedro José Peñaloza: - Señor presidente; señoras y señores diputados: La Ley de Ingresos que nos viene a presentar hoy conforma sin duda la continuación de una política económica antipopular que ha tenido como estrategia la de deprimir los niveles de los asalariados bajo la divisa

de un endeudamiento sin límite y la hipoteca de la soberanía nacional.

Hoy, a tres años transcurridos del régimen actual, afirmamos que el Plan Nacional de Desarrollo y el Programa Inmediato de Reordenación económica, han sido los instrumentos para aplicar una línea económica que ha fracasado en sus metas y que lejos de aliviar los programas nacionales y de los trabajadores ha colocado al país en condiciones de extrema vulnerabilidad frente a los organismos internacionales, especialmente frente al Fondo Monetario Internacional.

Uno de los enunciados del Programa Inmediato de Reordenación económica de crecimiento sano, sostenido e igualitario, ha hecho agua. Hoy los tecnócratas gobernantes sacan el mismo esquema programático de hace tres años y le sustituye números y le ponen énfasis a los llamados de solidaridad y confianza, pero los registrados fijados han estallado en mil pedazos.

A cambio de crecimiento sano, sostenido e igualitario, ahora para 1986 nos proponen un crecimiento alrededor de cero como en 1982 y una inflación entre 45 y 50%.

De nueva cuenta, como en el pasado reciente, después de pequeños errores de instrumentación, hablan de un nuevo proceso de reactivación. El pueblo ya no cree en ese tipo de promesas, el gobierno ha planteado la teoría de que es posible crecer y para justificar su irresponsable política de imperable adeudamiento.

A esta idea nosotros respondemos que no es cierto, como lo demuestran las propias cifras oficiales, si no, veamos: Mientras que el producto interno bruto en 1982 decreció 0.5%, la deuda creció en 17.9%; mientras que en 1983 en producto interno bruto decreció 5.3%, la deuda aumentó en 4.3%; mientras que en 1984 el producto interno bruto creció 3.7%, la deuda aumento 4.1%; en 1985 el producto interno bruto será de 3.5% y la deuda aumentará en 3.7%.

En 1986, se prevé un comportamiento del PIB entre 0 y 1%, mientras que la deuda crecerá en 3.4%.

Por si estos datos no fueran suficientes para enfrentar esa teoría gubernamental, habría que señalar también que de acuerdo a las previsiones del crecimiento del producto interno bruto, para 1986, que puede ser del 1%, el ingreso per cápita de los mexicanos será de 1,294 dólares a precios de 1970, lo cual significará dos dólares, repito dos dólares por debajo del ingreso de 1979.

Con lo anterior queda claro que es falsa y lesiva la opción gubernamental de crecer y pagar y que más bien estamos sacrificando el nivel de vida de los mexicanos con el único objetivo de pagar.

En materia fiscal la Ley de Ingresos plantea una serie de aumentos a los servicios que proporciona el gobierno, al igual que aborda el aumento de algunos impuestos. Sobre esto hay que decir que el gobierno con estas medidas afecta fundamentalmente a los asalariados de menores ingresos y al mismo tiempo continúa la tradicional línea de conducta del camino fácil de enfrentar el déficit estatal a través del aumento a los impuestos, sin entrar al problema de fondo que es gravar en mayor medida a los ricos que a los pobres, y aunque ahora se introduce la modalidad de gravar el lujo y otros rubros para proveer al gobierno de fondos adicionales para la reconstrucción, sin embargo se sigue evadiendo la necesidad de una reforma fiscal radical.

La característica central de estos nuevos impuestos, es que están relacionados al terremoto que padecimos en días pasados; sin embargo es preciso señalar que el camino por el que ha optado el gobierno no es el adecuado, puesto que las tareas de la reconstrucción se pueden enfrentar en otros rubros que es el de la suspensión de la deuda externa con lo cual podrían aliviarse muchos y variados problemas. Por otro lado, habría que señalar que no obstante que las tasas de interés internas se han aumentado en más de 20 puntos porcentuales, no ha servido para aumentar el ahorro interno, sino al contrario, el gobierno actual no ha permitido ni el volumen de fuga de capitales que en 3 años ascienden según cifras oficiales a 7,585 millones de dólares que significa un 38% de lo que se fugó durante todo el sexenio echeverrista y más del doble de la huida registrada en los primeros 3 años de López Portillo. Sin duda el tema que permea la crisis económica del país es la deuda externa. Nosotros estamos convencidos que la lucha contra la inflación, el saneamiento de las finanzas y del sector externo tiene relación directa con el pago de la deuda externa; nuestra preocupación radica en el hecho de que este endeudamiento agrede severamente a los trabajadores; por eso para nosotros la actual política de austeridad que está instrumentando se ha hecho en concordancia con los lineamientos de diversas agencias financieras internacionales, especialmente del Fondo Monetario Internacional, con lo cual sin duda se atenta claramente contra nuestra soberanía, en la medida que el FMI se ha convertido en gendarme de nuestra nación, como lo demuestra un documento confidencial o presuntamente confidencial del Estado, del Fondo Monetario Internacional, para las consultas de 1985 bajo el artículo 4o. y el uso de recursos del Fondo bajo el programa de Acuerdo Extendido, preparado por el Departamento del Hemisferio Oeste en donde se admite claramente que existe una supervisión estricta del comportamiento de la economía mexicana - y aquí está, señor Secretario, usted seguramente lo conoce, se lo pongo para que lo recuerde.

Para nosotros es preciso insistir que la deuda externa vulnera nuestra soberanía nacional, agredida por lo que podíamos llamar el robo más grande del Siglo XX que practican los usureros internacionales y que descapitaliza y hunde a los países deudores representando una extraordinaria sangría para

nuestra economía, y afecta las condiciones de vida y de salud de los trabajadores.

Por eso es altamente peligroso el nuevo compromiso que ha adoptado el Gobierno Mexicano, que plantea que México pagará entre 1986 y 1990, 95,800 millones de dólares, de los cuales aproximadamente 79,900 millones serán por intereses. El global de esta escalofriante cifra es apenas inferior en 100 millones al saldo de la deuda de 1985. Esta es la realidad.

Ante la situación delicada que vive nuestro país, especialmente después del sismo, aunque no únicamente por esta razón, nosotros hemos planteado la necesidad de la suspensión del pago de la deuda, para que estos ingresos se destinen a la reconstrucción de la ciudad de México y en general para reactivar la economía: fomentar la creación de empleos, escuelas, hospitales, etcétera, porque el gobierno con su política está hipotecando a las futuras generaciones y está convirtiendo a nuestro país en un exportador de capitales vía la deuda y al mismo tiempo el gobierno está actuando a espaldas de la mayoría de los mexicanos, orillándolos a la miseria más extrema. Pero todo indica que poco importa al gobierno el costo social que conlleva el pago de la deuda.

En conclusión, en la política económica gubernamental, existen un conjunto de mecanismos que permiten la reproducción de la deuda externa del sector público: primero porque la estructura tributaria es totalmente favorable a los intereses de la burguesía. Los capitales gravados por medidas fiscales son beneficiados por múltiples compensaciones y servicios que hacen gastar al Estado más de lo que recibe por recaudación.

El incremento de los ingresos tributarios se ha hecho sin tocar realmente al capital. Aplicando por el contrario, medidas recaudatorias como el Impuesto sobre la Renta, el IVA, el impuesto al consumo de energía y otros que afectan al consumo final.

Segundo, porque el Estado sigue pagando una costosa carga de subsidios directos e indirectos a los distintos sectores del capital. Los aumentos de precios a los combustibles y a la electricidad, se ha hecho caer sobre los bienes de consumo final, no sobre los combustibles y la electricidad industrial.

El Estado ha asumido los riesgos y una gran parte de los costos de la deuda del sector privado. La entrega de los montos en su deuda en pesos y el pago de ésta por la banca central, ha representado una pesada carga financiera para el Estado. El Estado ha mantenido un política de respaldo financiero a las importaciones del sector privado. La entrega de dólares preferenciales y el mantenimiento de los tipos de cambio, representan también una pesada carga financiera.

Esta política de subsidios financieros muestra toda la incongruencia del gobierno cuando suprime los subsidios a la población en nombre de un supuesto combate al populismo. Al mantenerse un mercado libre de cambios prácticamente ningún control que obligue a los capitales a reintegrar el monto de sus exportaciones, el Estado contribuye de hecho a trasladar una parte esencial de la reposición del capital sobre la estructura de subsidios existentes.

La firma de las cartas de intención con el Fondo Monetario Internacional, son la sanción jurídica de la pérdida efectiva de la soberanía nacional en materia económica. El gobierno no ha tenido ningún empacho en reconocer que las medidas más importantes de su política son las que acordó previamente con el FMI. Cada uno de sus fracasos los ha explicado no al pueblo de México, ni siquiera al Congreso de la Unión en un respeto mínimo elemental a las formas legales, sino a los personeros de la banca internacional, pidiendo su comprensión y estableciendo nuevos compromisos más lesivos a la Soberanía Nacional.

La deuda es socialmente impagable; su pago ha significado ya efectos desastrosos para toda la economía y para la sociedad. Pagar la deuda significa desempleo, menos servicios, menos recursos al campo, mayores enfermedades y más hambre. La deuda es impagable socialmente porque no es una deuda que sea producto de verdaderas necesidades nacionales, sino producto de una especulación financiera entre la Banca Internacional, los personeros del régimen y capitalistas mexicanos. México no se ha beneficiado de los créditos externos: los trabajadores mexicanos no percibieron ningún beneficio de esos créditos.

Rechazamos los argumentos del gobierno para darle continuidad al pago de la deuda. Es falso que la suspensión del pago de la deuda signifique un gran atraso económico por el supuesto cierre y boicot que desataría el imperialismo contra nuestro país. Hay que decir abiertamente que el saqueo que significa el pago de la deuda es más dañino y descapitalizador que cualquier boicot. Hoy mantenemos las puertas abiertas para que nos saqueén, no para desarrollarnos o para crecer.

Es falso que México requiera del tipo de confianza que hoy deposita la Banca Internacional en el Gobierno Mexicano. La Banca confía en seguirnos saqueando y para ello la confianza se basa en que le paguemos y nada más. Es falso también que la suspensión del pago de la deuda significa el aislamiento internacional como lo ha dicho el gobierno: por el contrario, con la suspensión del pago de la deuda nuestro país encabezaría una lucha continental por la solución de fondo a los problemas económicos que agobian a nuestro sub - continente, y concitaría el respaldo y solidaridad de todos los pueblos de la tierra, incluídos los sectores democráticos dentro de los Estados Unidos.

Afirmamos, finalmente que la suspensión del pago de la deuda es el primer paso para dar una salida democrática, nacional y popular a la crisis. Esta salida implica una política salarial que restituye el poder de compra del salario de acuerdo al nivel de inflación,

es decir el establecimiento de una escala móvil de salarios. Implica también una política de inversión centrada en la creación de empleos productivos y remunerados; una política urbana que resuelva los problemas de vivienda, servicios educativos y de salud y recreación ; una nueva política agrícola y agraria centrada en resolver los problemas de la miseria, el hambre y la falta de tierras que frene la descapitalización del campo y el intercambio desigual.

Implica, en síntesis, una política de atención a las demandas populares con una perspectiva democrática de fortalecimientos de la soberanía de las libertades democráticas. Muchas gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: - Señor Secretario de Hacienda y Crédito Público: ¿desea usted hacer uso de la palabra?

El C. licenciado Jesús Silva Herzog, Secretario de Hacienda y Crédito Público: - Si me lo permite, señor presidente.

Hemos escuchado con gran atención el planteamiento diverso del señor diputado Peñaloza alrededor de cuestiones de carácter general.

Creo que dentro de su planteamiento de carácter general, toca diversos aspectos sobre los cuales me gustaría hacer algún comentario breve:

Primero. La política económica actual es una política económica antipopular, afirmación reiterada por parte del señor diputado Peñaloza. Y se le atribuye a la política económica una seria de efectos, de repercusiones sobre el acontecer económico y social del país en los últimos años.

Yo quisiera comentar con ustedes que lo que la política económica ha pretendido en estos tres años, es, esencialmente, combatir una situación de crisis, iniciada ya desde hace muchos años desde el punto de vista estructural, pero que con manifestaciones de coyuntura muy claras, se hizo evidente a finales del año de 1982. Los problemas que estamos combatiendo son problemas para tratar de romper una presión inflacionaria que indiscutiblemente representa uno de los elementos económicos que más deterioro producen en el bienestar de las grandes mayorías de la población. De tal manera que tocando este aspecto, el de la inflación, podemos subrayar que de los objetivos centrales ha sido y es el tratar de abatir esas presiones inflacionarias. Lo hemos logrado parcialmente y hemos logrado -si se puede hablar de logro en este sentido -, el que una situación especialmente peligrosa pudiera haberse ido de las manos y estuviéramos, como otros países de nuestro Continente, haciendo frente a un problema de hiperinflación, uno en que el aumento en los precios anuales pudiera no haberse descendido y luego detenido como ha sido en nuestro caso, sino que se hubiera desatado y estuviéramos en este instante combatiendo tasa de inflación superiores al 200, al 300, al 400%.

No hay que olvidar que la inflación es el enemigo más importante de la distribución del ingreso y del bienestar de los trabajadores, del bienestar de las grandes mayorías de una nación, de tal manera que difícilmente pudiéramos señalar que la política económica del gobierno de la República ha caído en mil pedazos o que haga agua, como lo señala el señor diputado Peñaloza.

El Gobierno ha reconocido con objetividad con realismo las fallas y los logros obtenidos durante este período. Lo ha hecho apegado a una noción estrecha de verdad y de hablar sin expresiones que pudiera solo crear falsas expectativas y resultados contraproducentes en el corto plazo.

En este año de 1985, lo hemos dicho en varias ocasiones, la política económica se enfrentó a problemas adicionales. A problemas adicionales de carácter interno y a problemas adicionales de carácter externo. No fue producto de la política económica el que aparecieran esos nuevos problemas o no fue en su totalidad el que fuera por la política económica la aparición de estos problemas adicionales. Difícilmente se lo podríamos imputar el descenso en los precios de petróleo que México sufrió en el mes de febrero y junio pasado. Y no solamente el descenso en los precios, sino también una disminución importante en el consumo que se tradujo en disminución de ventas de petróleos mexicanos hacia afuera.

De tal manera, que creo que debemos como me permití comentar en las palabras iniciales mantener una actitud realista, mesurada y objetiva para reconocer con seriedad algunos avances que se han logrado, así como también reconocer los problemas, los graves problemas a los que todavía tenemos que enfrentarnos

. La corrección de las finanzas públicas tuvo un mejoramiento verdaderamente extraordinario en el año de 1983. Logramos bajar el déficit a la mitad de 18% alrededor de 9%. Parece sencillo cuando hablamos de estas magnitudes en términos solamente numéricos, pero implica un esfuerzo serio, concienzudo y liberado de toda una sociedad, para lograr una mejora de esta magnitud.

Quisiera comentar que no hay muchos casos en la historia económica reciente en el que esto pueda ser observado.

De tal manera, que aun cuando va sabíamos de antemano que el señor diputado Peñaloza no iba a estar de acuerdo con la política económica que pretendemos llevar a cabo en el año de 1986, y sabíamos también de antemano que no va a tener el respaldo ni el apoyo ni el consenso de algunos grupos minoritarios de la población, pensamos, sin embargo, que era la opción que con verdad, con realismo, sin despertar falsas expectativas ni promesas que no pueda cumplirse, sino en la mayor medida de lo posible apegadas a esta realidad que podemos

contemplar en este momento. No quiere decir, tampoco, que el año que entra no vaya haber desviaciones sobre algunas de estas metas, vivimos en mundo complejo, cada ves más difícil más complejo, sujeto a muy diversos factores de toda índole externos, internos, reales, psicológicos, expectativas que afectan de una manera sensible el resultado final de este tipo de variables. Pero lo que sí puedo asegurar es que dentro de las opciones posibles la que nosotros sentimos que más se apega a una concepción realista objetiva y que por ende atiende de mejor manera los intereses populares es la que hemos sometido a la alta consideración de esta soberanía.

Imaginé también que se iba a tocar de alguna manera el tema de la deuda externa. El problema es sin duda un tema que ha dado motivo a un profundo debate nacional, el tema es motivo de un amplio y profundo debate en la gran mayoría de los países en proceso de desarrollo y en la gran mayoría de los países industriales del mundo; es un tema verdaderamente trascendente y fundamental de cuya solución probablemente vaya a depender la relación económica entre países en las próximas décadas.

Es también un tema que hay que ver con un especial cuidado y una especial serenidad. Y Hemos escuchado del diputado Peñaloza la sugerencia sencilla, atractiva en la apariencia de que si suspendemos los pagos de la deuda externa esos recursos los podremos utilizar de una manera mucho más amplia a necesidades ligadas con la reconstrucción. Y nos habló de que con esos intereses que dejaríamos de pagar podríamos hacer escuelas, podríamos hacer nuevos hospitales, mejorar las instalaciones de salud y dotar de vivienda a un número creciente de los que en el sismo pasado perdieron su morada. Solución y fórmula aparentemente muy atractiva, dejamos de pagar y lo que dejamos de pagar lo gastamos en esos menesteres.

Creo que es una argumentación que difícilmente puede resistir un análisis de seriedad.

En primer lugar, y sólo para tocar los impactos que pudiera provocar una decisión de esta naturaleza, los impactos internos, pudiera comentar con ustedes en este momento que para el año que entra pensamos obtener logros modestos en materia de inflación, con un manejo económico apretado y difícil y que si dedicáramos esos recursos al financiamiento de esas necesidades, lo que podríamos estar haciendo en realidad sería aprovechar un incremento importante en los recursos manejados dentro de toda la economía y un proceso inflacionario que se nos revertiría al poco tiempo.

Estoy absolutamente seguro que esas metas de inflación modestas que estamos planteando seguramente que sería excedidas y podríamos entonces sí, entrar en esa fase a la que aludía al principio de un problema hiperinflacionario, pero también se desconoce y no quiero elaborar mayor cosa sobre el particular que una decisión de este tipo afecta el resto del panorama de la relación internacional y de la relación interna, no es cierto como se quiere hacer aparecer, que simplemente bastaría dejar o tomar la decisión para dejar de pagar para que el asunto se resolviera. El resto del esquema económico y social, interno y externo se modificaría de manera sustancial y radical; las consecuencias, nosotros sentimos, nosotros estamos convencidos, que no serían en beneficio de las grandes mayorías del país, sino que serían en esencia, en detrimento y tendrían un impacto negativo para esos grupos fundamentales de nuestra sociedad.

Por eso el Gobierno de la República está sosteniendo la tesis que sostiene, porque su interés fundamental es corresponder al interés general del pueblo.

Y por último, en la referencia que hizo al documento elaborado por el Fondo Monetario Internacional, quisiera comentar con el señor Peñaloza que "STAF" quiere decir equipo de trabajo. Muchas gracias.

El C. presidente: - Tiene la palabra por el Partido Mexicano de los Trabajadores, el C. diputado Heberto Castillo Martínez.

El C. Heberto Castillo Martínez: - Señor Secretario de Hacienda y Crédito Público: Sabemos ahora por la iniciativa de Ley de Ingresos, que el Gobierno y sus empresas recibirán 23.8 billones de pesos de los cuales destacan 7.16 billones por financiamiento y también que gastarán 30.2 billones, faltarán 6.4 billones que tendrán que venir de financiamientos internos o foráneos que no se especifican.

Aparecen por ahí 9.8 billones consignados simplemente como otros ingresos y es necesario aclarar estos conceptos.

Por el otro lado, los egresos del gobierno y sus empresas se harán por dos conceptos, fundamentalmente; uno, el gasto federal que asciende a 15.39 billones y el otro, el servicio de la deuda que reclama 14.79 billones de pesos. El 49% del total.

Según esas cifras, por cada peso que recibamos como crédito, tendremos que pagar 1.09 pesos por servicio de la deuda. Estamos, según se ve, pidiendo dinero prestado, para pagar, pero a diferencia de lo que afirmaba, según don Luis Cabrera, José Ives Limantour, secretario de Hacienda de Porfirio Díaz, un préstamo mayor sirve para pagar otro menor. Ahora el Gobierno de la Revolución, ésta que se festeja tan entusiastamente, no alcanza a lograr préstamos mayores para pagar los menores.

No se reconoce, empero, esta realidad en los documentos enviados por el Ejecutivo, todo lo contrario, se afirma ahí que el endeudamiento neto ha sido menor que el autorizado por el Congreso, en los dos últimos años. Sin embargo el monto de la deuda externa,

que se considera el la página 18 del folleto de la secretaria de Hacienda, acerca de la reestructuración de la deuda externa de México, se publica que ésta en los años de 1982, 1983 y 1984, fue de 84 mil 800 millones de dólares, 88 mil 600 millones y 95 mil 900 millones de dólares, respectivamente.

El crecimiento de la deuda, entonces, entre 1983 y 1984, fue de 7 mil 300 millones de dólares. No obstante en los criterios generales de política económica para la iniciativa de Ley de Ingresos se dice: "Paralelamente se está contemplando un endeudamiento externo neto del sector público por un monto de hasta 4 mil 100 millones de dólares, lo que permitirá estabilizar el valor real de la deuda pública externa después de su reducción consecutiva en términos reales de 1983 a 1985". ¿Cuáles términos reales?

Se ha reconocido en este Congreso, ante la Comisión de Hacienda, que la deuda externa de México es impagable, pero se insiste en cubrir los intereses de la misma y en no buscar una negociación que permita la suspensión de su pago. El Presidente Miguel de la Madrid, afirma que: "México tiene la capacidad para que simultáneamente crecer y pagar, México tiene salida económica dentro del marco de la estrategia en marcha"

"En tal virtud el Gobierno de la República no se ha planteado la posibilidad de recurrir a medidas como la moratoria unilateral que sólo conduciría a la confrontación y al aislamiento".

Pero sabemos, y usted mejor que muchos, señor Secretario, que el Gobierno ha recurrido ya a la moratoria unilateral obligada no volitiva. Lo hizo en 1982 y en 1983 y costó muchos miles de millones de dólares. 2 mil millones de pesos según recuerdo por un año, y usted fue pieza clave en este proceso.

Nosotros no planteamos una suscripción arbitraria, unilateral, proponemos la negociación con las naciones acreedoras, de un lado y las deudoras del otro. Los mismos dirigentes de las dos superpotencias que hay en el mundo, Estados Unidos y la Unión Soviética, han declarado en Ginebra que el problema de la deuda en América Latina puede acarrear graves males si no se atienden adecuadamente. Ya hablaron de varias naciones, no de un club de deudores, se refirieron a un subcontinente de sobreexplotados: a la América Latina. Podríamos sumar esfuerzos con todos esos países.

Ahora sabemos que se proyecta pagar en 1986 14.8 billones por el servicio de la deuda. La mitad casi del presupuesto total de la Federación, cantidad de dinero que, al tipo de cambio controlado de hoy día, equivale a 44 mil 700 millones de dólares. Y así se afirma que: "México tiene la capacidad para simultáneamente crecer y pagar".

En los criterios generales de política económica se dice que "el pago de intereses sobre la deuda del sector público presupuestal ascenderá a cerca de 5.8 billones de pesos", es decir, 1.5 billones más que lo contemplado originalmente en el presupuesto. Nos preocupa un hecho: Los depósitos a plazo fijo que consigna la banca nacionalizada suman alrededor de 12 billones de pesos a diciembre de 1984. Quizás serán del orden de los 18 billones en este fin de año.

¿Con qué dinero paga la banca los intereses a los depositantes? ¿Qué negocios tiene la banca que produzcan más del 65% anual que reditúan esos depósitos? ¿Podría mencionarnos alguno el señor Secretario de Hacienda, uno solo?

El Gobierno pretende hacer creer que podemos pagar los intereses de la deuda externa, que hacerlo garantiza a la nación dinero fresco de nuevos financiamientos, y no es cierto. Los intereses de la deuda ascienden a 12 millones de dólares aproximadamente, equivalen a 500 millones de barriles de petróleo si consideramos que un barril vale ahora 24 dólares. Cada 4 años entregamos, así por concepto de intereses 2 mil millones de barriles de petróleo, y debemos recordar que compañías extranjeras petroleras produjeron desde 1901 hasta 1937, 1850 millones de barriles de petróleo; así, cada cuatro años entregamos más hidrocarburos al extranjero sin percibir otro beneficio que ser considerados buenos pagadores, que el que el extrajeron en 37 años las transnacionales, hasta que el Gobierno de Lázaro Cárdenas les puso el alto con la expropiación petrolera. Por ahora, el dinero fresco que llega por el petróleo sale fresco también, íntegro casi, por el pago de los intereses de la deuda.

El presupuesto de 1986 es 43.1 veces superior al de 1985, pero la inflación a fines de este año rondará por el 60%, el presupuesto sí resulta inferior en más del 10% al de 1985; se programa más austeridad, menos inversiones, más hambre para el pueblo trabajador; ni siquiera se tomó en cuenta la necesidad de gastar un poco más para resarcir al pueblo de la pérdida de sus bienes, casas, escuelas, hospitales, a causa el sismo.

Por otro lado, señor Secretario, los pronósticos que ustedes hacen acerca de la proporción de la deuda externa y el producto interno bruto, son, cuando menos extraños a los métodos aritméticos y algebráicos usuales. En el informe de 1984, el Banco de México, se dice que "la deuda pública pasó de una magnitud equivalente al 91.8% del PIB en diciembre de 1982, a 82.1% en el mismo mes de 1983" - termina la cita -; mejoramos según estos números, pero señor Secretario en el folleto de octubre de 1985, de la Secretaría a su cargo, se informa que la deuda externa creció de 1982 a 1983 en 3,800 millones de dólares al pasar de 84,800 a 88,600, en tanto que el PIB disminuyó 5.3%

¿Cómo es posible que habiendo crecido la deuda externa y disminuido el PIB su cociente haya disminuido en vez de aumentar? Esta pregunta la hemos hecho antes reiteradamente, ¿podría ahora señor Secretario, aclararme este enigma matemático?

Pero hay más dudas de nuestra parte. En el folleto de Hacienda acerca de la deuda externa se dice, punto 4, página 14: Las proyecciones del programa nacional del financiamiento del desarrollo, indican que en el futuro el monto de la deuda externa total representará una proporción cada vez menor del PIB; esta proporción llegó en 1984 a 55.7% del PIB y se prevé disminuirá a 31.7 en 1990. Además, se anuncia que para entonces la deuda externa será de 115,366 millones de dólares. Hemos hecho ver antes que para determinar las tasas de crecimiento del PIB en dólares de 1984 hace falta saber cuál es la tasa de crecimiento de la deuda externa y cuál la tasa de inflación mundial. Si fijamos esta en 3.5% y 2.3% como si mal no recordamos se nos dijo en la comparencia del subsecretario Suárez, la tasa de crecimiento del PIB durante 7 años de enero de 1984 a diciembre de 1990, tendría que ser de 9.66% una tasa de crecimiento durante 7 años de 9.66%, que todos sabemos que esa tasa es del 4% en el mejor de los casos en los últimos tiempos ¿en qué criterio se apoyaron para pronosticar 9.66%?

Por último, el criterio que ahora plantea el Gobierno para obtener mayores ingresos por impuestos es el de siempre; trabar el producto del trabajo y no las utilidades. Se ha combatido la inflación ciertamente, limitando al máximo el poder adquisitivo de las mayorías, si no tienen para comprar, los precios no suben mucho. Ahí están los enormes depósitos a plazo fijo, 12 billones de pesos que revelan las ganancias excesivas que perciben los grandes empresarios y ahí está la pérdida del poder adquisitivo del salario, ahora nuevamente al nivel del que tenían los trabajadores en 1964 para demostrar la injusta explotación que padecen.

No hace falta mucha técnica para entender que la única salida para nuestra patria es garantizar los derechos económicos elementales de los trabajadores, garantizándoles un ingreso más consecuente con su participación en la producción y proporcionándoles medios para que puedan comprar bien. No es un momento adecuado para una verdadera reforma fiscal que grave las ganancias de la especulación financiera y comercial y se cobren más impuestos a quienes tienen más ingresos como casatenientes, bodegueros y comerciantes e industriales que con reetiquetación o maniobras, con inventarios que enriquecen fabulosamente con la pobreza del pueblo?

Continuar como se anuncia descargando el peso de la crisis en los obreros, campesinos, empleados y sobre los pequeños empresarios privilegiando a los grandes negociantes nacionales y extranjeros es conducir a la nación al caos, económico, es tentar al pueblo de paciencia. Gracias. (Aplausos.) Por su atención.

El C. presidente: - Señor Secretario de Hacienda y Crédito Público: ¿desea hacer uso de la palabra?

El C. Secretario de Hacienda: Si señor.

El C. presidente: - Tiene usted la palabra.

EL C. Secretario de Hacienda: - Como siempre escuchamos con un especial interés las palabras del señor ingeniero Castillo.

Creo que además de una serie de preguntas e interrogantes que nos hace sobre distintos aspectos cuantitativos de la iniciativa de Ley de Ingresos y del proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 1985, ha tocado algunos temas fundamentales sobre los cuales quisiera referirme.

Antes de proceder a ello, quisiera intentar una explicación modesta a algunas de las inconsistencias numéricas que el encuentra.

En primer lugar, la comparación de la deuda externa con el producto interno bruto, en distintos periodos. Pregunta que hizo hace tres semanas aproximadamente en la visita que el señor subsecretario Suárez, acompañado por los directores de crédito y de planeación hacendaria de la Secretaria de Hacienda, tuvieron con la Comisión de Hacienda y con la Comisión de Programación de esta Cámara de Diputados. Ahí se le explicó al señor ingeniero Castillo, que la metodología para el cálculo era un poco distinta y en esta ocasión nos vuelve a plantear la misma cuestión. Voy a tratar de repetir la misma explicación que los funcionarios de la Secretaría de Hacienda intentaron dar al señor ingeniero Castillo hace unos días.

Mientras el señor ingeniero Castillo para sus estimaciones toma en cuenta el saldo de la deuda el fin del período y lo multiplica por el tipo de cambio al fin del período y después lo divide entre el producto interno bruto en pesos, la metodología que nosotros utilizamos difiere esencialmente de que nosotros no usamos el saldo al fin del período, sino usamos el saldo promedio durante el período y multiplicamos por el mismo tipo de cambio que utiliza el propio ingeniero Castillo.

Nosotros usamos como denominador el producto interno bruto, expresado en dólares al tipo de cambio que se usa también para el numerador. De ahí que las discrepancias creo que son explicables y con mucho gusto profundizaremos en la aclaración al señor ingeniero Castillo, de algunas de estas dudas de cómputo que seguramente como muchas de estas dudas, son de carácter terminológico.

También nos preguntaba al principio el origen de una partida de alrededor de 8 billones de pesos en el Presupuesto de Ingresos en la iniciativa de ingresos. Se trata de ingresos propios de los organismos descentralizados y entidades de participación paraestatal. Se encuentran desglosados en la página catorce del documento correspondiente.

Paso a hacer algunos comentarios sobre algunas de las tesis fundamentales del señor ingeniero Castillo, rogándole que nos permita en los próximos días recoger las expresiones precisas de dudas cuantitativas, y haremos

el esfuerzo mayor posible por aclararlas, por aclararlas o convencerlo a usted o que usted nos convenza, ofreciéndole con todo gusto que si hay un error por nuestra parte lo reconoceremos y haremos aclaraciones pertinentes.

Yo quisiera tocar algunos de los puntos esenciales a los que ha aludido el señor ingeniero Castillo. El endeudamiento externo al que México ha acudido en los últimos tres años, es menor que el autorizado por esta H. Cámara de Diputados y por el Congreso de la Unión en los años de 1983, 1984 y 1985. Creo que esto vale la pena subrayarlo porque por ahí ha habido rumores, comentarios de que el Ejecutivo no atienda las disposiciones del Legislativo, y que por ahí con alguna frecuencia se anuncian operaciones de crédito que no han sido autorizados por esta soberanía.

Quiero decir enfática y rotundamente que esos comentarios carecen de verdad, y que la primera afirmación que me permití hacer es válida puesto que el Ejecutivo Federal ha contratado endeudamiento externo por cifras menores a las que esta soberanía nos ha autorizado.

En 1983 nos autorizaron endeudarnos de manera neta - neta quiere decir contrataciones menos amortizaciones - por una cifra de 5 millones de dólares; nos endeudamos por algo más de 4 mil millones de dólares. En 1984 esta Soberanía nos autorizó 4 mil millones de dólares de endeudamiento y nos endeudamos por un poco más de 2.5 millones de dólares, y en este año de 1985 teníamos autorización para contraer empréstitos en términos netos por mil millones de dólares y el año terminará, según nuestras mejores estimaciones, con un saldo positivo de alrededor de 500 millones de dólares o sea la mitad de lo que esta soberanía nos había autorizado.

Es principio fundamental del Ejecutivo atender de modo estricto y apegado a las autorizaciones que esta soberanía nos da en materia de endeudamiento externo.

Nos habla el señor ingeniero Castillo que tenemos que pagar mucho de intereses. Se ve claramente en el presupuesto de egresos cómo una parte importante se destina al servicio de la deuda mexicana, interna y externa.

Y esto corresponde a una realidad. Y la realidad es que nuestro país que en este momento se encuentra altamente endeudado, en lo interno y en lo externo, no por decisiones de 1985, o de 1984, o de 1983, o de 1982, sino por una evolución de los últimos lustros en el que la necesidad de atender los requerimientos sociales de nuestra población condujeron al gobierno de México a gastar por encima de los ingresos que percibía. Fue la manera como pudo atenderse de una mejor forma, estos requerimientos económicos y sociales. Fue la manera en la que el país pudo acceder a ritmos de crecimiento económico y social, que fueron superiores a los que hubiéramos tenido si nos hubiéramos limitado, con estricto apego, a nuestra disponibilidad de ingresos.

Me dirán alguno de ustedes que hubiera sido mejor aumentar los ingresos propios. Y yo estaría total y absolutamente de acuerdo con esa tesis. Pero lo cierto, lo verdadero, es de que este proceso, el gasto excedió al ingreso, y como sucede en las mejores familias, esto se puede hacer sólo cuando uno puede acudir a fuentes externas, a crédito interno y externo. Y en este momento, el país está altamente endeudado. Lo esté en el interior, repito, y lo estará en el exterior. Y eso explica, de manera clara, el porqué tenemos qué destinar una proposición tan alta de nuestros escasos recursos, a cubrir el servicio de esa deuda, interna y externa.

Se puede decir aquí que por qué no suprimimos el servicio de esa deuda. Nada más que dejo a la consideración de ustedes lo que esto significaría para un estado de derecho, como es en el que vivimos los mexicanos.

También señalo el señor ingeniero Castillo, que México tiene capacidad para crecer y para pagar. Pero que esto no es así, sino que deberíamos usar lo que íbamos a usar para pagar, para atender esas necesidades sociales. Yo creo que este comentario ya fue hecho en la intervención, o en los comentarios que hice a la intervención del señor diputado Peñaloza.

Nosotros estamos convencidos que México tiene capacidad para importar lo necesario, para crecer razonablemente y para atender el servicio de la deuda externa.

Hasta este momento, hasta 1985, noviembre de 1985, no ha habido en las etapas más recientes una limitación seria, por concepto de balanza de pagos, al desarrollo económico y social de nuestro país.

Los problemas del desarrollo son muy amplios y muy complejos, pero pecaríamos de simplistas si sólo se los atribuyéramos a la obligación de atender un servicio de una deuda interna o de una deuda externa.

No ha habido limitación de divisas para comprar las importaciones necesarias, y este año las importaciones van a crecer. Y el año que entra en 1986, tenemos previsto también que las importaciones podrán seguir creciendo. De tal manera, que no entiendo, muchas veces, el por qué de algunas afirmaciones que le quieren atribuir a la obligación o a la responsabilidad de cubrir el servicio de la deuda, muchas de las penurias, muchos de los problemas, muchas de las privaciones que tiene nuestra población. Esas derivan de otras consideraciones, de una problemática histórica y coyuntural, pero no pequemos de ese simplismo excesivo, malinformado o con otras intensiones de atribuir a esos problemas al cumplimiento de una obligación de carácter financiero.

Es cierto, el año próximo, lo dijimos en las palabras introductoras, no es un año en donde el Gobierno de la República pueda ofrecer logros espectaculares. Algunos dirán que es más de lo mismo, que es más de lo que se

propuso a esta soberanía, a finales de 1982. Y si entendemos por esta expresión la firme determinación de corregir las finanzas públicas, de abatir la inflación y de sentar una base más firme que nos permite, ahora sí, acceder a un crecimiento más sano y sostenido, estaríamos totalmente de acuerdo en que es más de lo mismo; es perseverancia y es realismo para atender problemas que otras opciones, que otras alternativas que se han analizado parecen mucho más alejadas de un cumplimiento cabal de las responsabilidades fundamentales de nuestro Gobierno, de nuestro país.

Una palabra final, en relación con una expresión reiterada; necesitamos hacer, ahora si, una reforma fiscal verdadera. Expresión que hemos escuchado de manera reiterada en muchas ocasiones, pero que desafortunadamente no hemos tenido la oportunidad de conocer qué está detrás de una expresión de esta naturaleza. Ojalá y que en este diálogo, que mantendremos y que ofrecemos de la mejor voluntad, pudiéramos saber con un poco de mayor detalle, con un poco de mayor precisión qué se quiere con esta expresión que, repito, se señala de manera reiterada en varias de estas ocasiones. Quedaríamos en espera con muchísimo gusto de esas sugerencias. Muchas gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: - Por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, el C. diputado Carlos E. Cantú Rosas, hace uso de la palabra.

El C. Carlos E. Cantú Rosas: - Señor presidente: señores diputados: señor Secretario de Hacienda y Crédito Público, licenciado Jesús Silva Herzog: Hemos escuchado con profunda atención no solamente la exposición que inicialmente usted virtió sobre el interesante tema que en esta ocasión nos ocupa, también hemos apreciado el esfuerzo que realizan compañeros diputados de los diversos partidos para señalar en este recinto, mediante su muy particular óptica y personal horizonte, los distintos puntos de vista que este asunto le merece como atención nacional y como preocupación de México entero.

El Partido Auténtico de la Revolución Mexicana participa en este evento señalado inicialmente cuáles son los cauces, los afanes, las orientaciones, las conductas y las líneas mediante el cual transcurre nuestra participación en el diario acontecer de la política nacional.

El Partido Auténtico de la Revolución Mexicana nace y se explica con el afán de reencausar la Revolución que surgió de la entraña y a la que desviaciones, retrocesos, complicaciones y corrupción han obstaculizado desvirtuando y, de alguna manera, alejándola de sus principios originales. Nuestro partido cree que la Revolución Mexicana es bandera también de la Constitución de 1917 y lucha desde su fundación al lado del pueblo por ensanchar los cauces de la democracia mexicana. En esta nueva era, señor Secretario, nuestra generación tomó la estafeta de aquellos que entregaron su capacidad, su esfuerzo y en ocasiones su vida para hacer de la Revolución una realidad, participantes de un movimiento armado que los mexicanos de hoy, del mañana y del futuro no podemos ni debemos de olvidar.

La Revolución surgió de las profundidades de la mina y del zurco abandonado para luchar por la libertad, la mano que empuño el fusil fue la mano áspera del campesino, la mano generosa del obrero, la mano dirigente de la Adelita que recorre el país buscando una vida mejor para sus hijos o tal vez una muerte digna para ella y sus compañeros. Fue la Revolución inspiración y apostolado de un pueblo y cualquier manipulación que pretenda olvidarlo se estrellará una y otra vez con la voluntad popular. El proceso revolucionario y su proyecto de nación, plasmado en la Constitución de Querétaro, marcaron pauta, rutas, metas y procedimientos para reencontrar a México, era el rescate de México como nación y pugnaba por una democracia que tendiera al mejoramiento permanente del nivel de vida de los obreros, de los campesinos y trabajadores en general.

La Constitución de 1917, garantizó para la nación la propiedad original de los productos del subsuelo y en su articulado social, estableció relaciones equitativas entre trabajo y capital y trazó además el marco jurídico para encauzar al país por la senda que recorrió Hidalgo, que continuó Morelos, que cimentó Juárez por el camino que reabrieron Madero y Carranza y por la ruta patriótica que trazó Lázaro Cárdenas y nos hizo recuperar el destino luminoso de la dignidad nacional.

Ese proyecto de país hoy se ve mutilado, porque banqueros extranjeros a miles de kilómetros de distancia pretenden determinar como voraces acreedores los aspectos fundamentales de nuestra actividad económica. Hoy, al igual que en la época de Benito Juárez, de Venustiano Carranza y de Lázaro Cárdenas, se ciernen amenazadoras en contra de nuestra nación, las arrogantes reclamaciones económicas de la usura internacional.

La deuda externa que actualmente absorbe el 37.5% del presupuesto del Gobierno Federal, es sin lugar a dudas el tema de mayor preocupación del México actual. Los datos estimados, indican que al término de este año nuestra deuda externa alcanzará la cifra de 100 mil millones de dólares, equivalentes al 25% del total de la deuda de Latinoamérica, que se concentra especialmente en Brasil, Argentina y en México y al 11% del total de la deuda del mundo en desarrollo.

Obligados por las presiones de la Banca Internacional, en 1984 de cada peso que gastó el Gobierno, el 37.5 se destinó al pago de la deuda, el 32.4 al gasto corriente, el 15.3 a subsidios, y el 11.5 a inversión y el restante 1.9 a otros gastos.

Cada uno de los aproximadamente 7 millones de trabajadores efectivos que hay en el

país, le debe casi 5 millones de pesos a la Banca Internacional y para cubrirlo, requería entregar por más de una década a los usureros el producto íntegro de su trabajo.

La redocumentación de la deuda externa ocasionó al pueblo de México en los últimos tres años una erogación de más de 33 mil millones de dólares sólo por intereses y no obstante ese sacrificio se incrementó la deuda en 30 mil millones de dólares más; el sólo pago de intereses en el año que transcurre significa una erogación de 12 mil millones de dólares que son cubiertos primordialmente con las divisas que nos otorga la venta de petróleo, pues, del millón y medio de barriles que diariamente exportamos, se destinan un millón 150 mil a tal fin, entregando en consecuencia cada cuatro años y medio al extranjero tanto petróleo como el extranjero en nuestro territorio las empresas transnacionales en los años de 1901 a 1938. En estos términos, pagar la deuda externa significa sacrificar a dos generaciones de mexicanos a cambio de satisfacer los intereses de la deuda internacional; significa, entre otras cosas, el ajuste presupuestal que cancela plazas de trabajo; el incremento de precios y tarifas al servicio público y que impulsa la inflación y suspende proyectos sociales que son un compromiso de la Revolución.

Ante este tormentoso panorama que oscurece no tan sólo el cielo patrio, sino a toda Latinoamérica y demás países del Tercer Mundo, se ha dejado escuchar en los foros internacionales multiplicidad de criterios y opciones sobre el trato aislado o en conjunto que debe brindarse a la banca internacional en el arreglo de este espinoso asunto.

Los consensos generados en las reuniones de Cartagena y en la Habana, pueden diferir en los enfoques del problema, pero dejan perfectamente claro que éste rebasa la simple consideración de la liquidez y ha llegado el momento de plantearlo en términos de insolvencia real de los pueblos latinoamericanos empeñados en defender su futuro.

Los tratadistas del derecho apegados estrictamente al sentido del artículo 73 fracción VII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, sostienen terminantemente que la deuda externa no tiene por qué ser cubierta por el pueblo mexicano, dado que los empréstitos fueron contraídos de espaldas a él, en contra de su voluntad, sin haber sido consultado al respecto y lo más grave de ello, sin cumplir estrictamente con los requisitos que señala nuestra Carta Magna en el artículo de invocación, motivo por el cual aducen, esos tratadistas, que se debe requerir de inmediato a las autoridades hacendarias para que otorguen a esta soberanía nacional, informes pormenorizados sobre los empréstitos del pasado, motivo de recientes renegociaciones y poder comprobar la legalidad de los mismos o, en su caso, deslindar las responsabilidades correspondientes.

Sostienen además los invocados tratadistas que deben nuestros actuales gobernantes avalados por todas las fuerzas populares exigir la nulidad absoluta de los empréstitos públicos que se hayan celebrado en violación del orden jurídico nacional.

Otros en cambio manifiestan que en razón de que estos empréstitos fueron concertados en el contexto del injusto desorden económico internacional, aprovechándose de nuestras carencias y necesidades, fijándosenos arbitrariamente términos e intereses, procede unilateralmente a desechar todo compromiso que impida la sobrevivencia misma del Estado Mexicano.

Hay quienes también proponen la suspensión temporal de pagos o la definición de un límite del pago del servicio de la deuda externa sujeto a una cierta proporción en el monto de las exportaciones.

Avalados por la historia, los estudiosos afirman que la invasión francesa ordenada por Napoleón "el pequeño", obedeció más a un afán expansionista del imperio francés que a la intención de recuperar un adeudo nuestro, preocupados observamos ahora cómo el grupo asesor de bancos integrados por representante de las entidades acreedoras, pretende más allá del cobro de las cargas que el Fondo Monetario Internacional quisiera imponer al pueblo de México en lo social, una política genocida. En lo económico la descentralización y el entreguismo al capital transnacional, y en lo político la antidemocracia, y en el plan internacional la traición a Centroamérica.

A nuestros acreedores internacionales no les interesa el cobro de la deuda, quieren conservarnos deudores como una arma pronto a dispararse para mantenernos sometidos por la necesidad y el hambre e irnos dejándonos en cada renegociación o nuevo empréstito tirones de territorio y de soberanía nacional; su juego es perverso, premeditado, cruento y persistente.

Necesitamos reaccionar. Estamos a tiempo para enmendar el camino si hemos sido engañados, presionados o inducidos, después no habrá pretextos ni disculpas que ofrecer a un pueblo que al perder su capacidad de asombro observa a la distancia la montaña como último refugio para sus múltiples inconformidades.

Por motivos de supervivencia, por reclamo popular y por mandato constitucional para preservar nuestra independencia y soberanía, resulta contraproducente seguir sosteniendo una actitud de país pagador de una deuda que ha servido principalmente para erigir palaciegas colinas mientras el pueblo se debate en la miseria y en la promiscuidad: en las goteras de las ciudades sin servicios públicos suficientes, sin empleo y lamentablemente también muchas veces aún sin alimentos.

Toca a esta LIII Legislatura hacer un replanteamiento de la deuda externa, aunque los banqueros extranjeros consideran sacrilegio la sola posibilidad de una moratoria negociada en forma bilateral o multilateral con los países acreedores. Las graves cargas

soportadas han hecho perder al pueblo su capacidad de asombro, pero sería terrible que perdiera su paciencia.

La historia patria tiene innumerables ejemplos de cómo proceder en casos como el que hoy nos aqueja con la deuda externa, a pesar de que después de 1938 llegaron generaciones de advenedizos, tecnócratas y sedicentes revolucionarios que alegremente encontraron la supuesta solución a los problemas nacionales con sólo mirar más allá del río Bravo, engrosando la deuda para financiar el desarrollo, iniciándose desde aquel entonces la fuga de capitales tanto de empresarios privados como de funcionarios y empresarios, causando en 6 años dos devaluaciones importantes.

Luego, la historia del desarrollo estabilizador ante la megalomanía fría e irresponsable y corrupta de sexenios anteriores, que marca el término del país con amplias posibilidades de desarrollo para dar principio al agobiante cambio del sacrificio que México sufre.

Todo lo anterior y mucho más ha ocasionado hambre en los hogares, quiebra en los negocios, campos abandonados, desunión entre algunos mexicanos, desempleo, falta de oportunidades, industrias clausuradas, jóvenes sin futuro y madres desesperadas, a pesar de los múltiples planes de desarrollo y el enfermizo afán de encontrar en la banca internacional las soluciones fáciles, soluciones momentáneas pero cuyas consecuencias ahora estamos padeciendo.

La deuda externa se encuentra convertida en el eje de nuestra problemática nacional, es punto de referencia y tema de definiciones políticas; en torno a ella, especialistas y tecnócratas han dado recetas hasta la saturación. Las recomendaciones van desde la declaratoria unilateral de la moratoria hasta la renegociación conjunta de los principales deudores de América Latina.

En torno a ello, nosotros en el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, sostenemos, señor Secretario, que es necesaria la inmediata moratoria renegociada de la deuda, que no es posible continuar el pago de los intereses usureros de la banca internacional y sacrificar por ello el proyecto de nación que las mayorías populares compartimos.

En el tema, lo que hoy abundan son opiniones, pero en verdad el que sufre en carne propia el pago de los intereses usureros de la propia el pago de los intereses usureros de la banca internacional, es el pueblo que se debate en el círculo vicioso de inflación y desempleo. Explíquense a los ciudadanos las alternativas, hágase esto con claridad y honestidad y sometámonos a la voluntad popular.

El PARM sostiene que es necesaria, como una alternativa al problema de la deuda externa y la crisis financiera internacional, promover una cumbre de estados iberoamericanos deudores para unificar un criterio que permita la reestructuración de la deuda en forma tal que no interfiera en una pronta y sostenida reactivación de la actividad productiva y de nuestras economías, pues no es posible continuar pagando intereses usureros a la banca internacional, sacrificando con ello el progreso nacional y la supervivencia del país. Nos parece ilógico y contradictorio, que por el pago de la deuda el país cancele o posponga los proyectos que lo hacen viable como Nación; esto implica en el fondo una grave, mucho pero mucho muy sería automutilación.

Observemos que la política financiera del país se encamino tan sólo a financiar el déficit presupuestal, contraponiéndolo a su papel de financiar la producción mediante una política de tasas de interés, que al decir del señor Presidente de la República, Miguel de la Madrid, ofreció rendimientos reales a los ahorradores, lo que propició una mayor canalización de recursos al sector social y privado, logrando el Gobierno Federal captar una parte sustancial de sus refinamientos financieros a través de certificados de Tesorería, CETES.

Al analizar la evolución de los CETES, encontramos que el interés pagado por ellos ha ido en aumento acelerado, tanto para cubrir los intereses que estos valores demandan, como para las necesidades del financiamiento público, financiando el gobierno federal su faltante presupuestal con préstamos otorgados por los ahorradores de tal forma, que el principal factor que provoca el aumento del déficit presupuestal, es la manera en que el gobierno se ha venido financiando. Este sistema de financiamiento creado por el Banco de México se ha constituido a nuestro juicio en un boomerang; si bajan los intereses para disminuir el déficit, se retiran masivamente los ahorros depositados en CETES y el gobierno perdería su fuente sustancial de financiamiento.

Los compromisos resultantes de la deuda han obligado al Gobierno Federal a suspender importantes proyectos de inversión y a realizar recortes sustanciales del gasto corriente. El Partido Auténtico de la Revolución Mexicana sostiene que una política de racionalización del gasto público no debe dejar, no debe implicar dejar sin fuentes de trabajo a miles de empleados. A su alcance el Gobierno Federal tiene los nombres de aquellos individuos que han llevado al país a través de sus latrocinios, pillajes y saqueos al peor de los desastres económicos que registra la historia nacional; en contra de ellos la crisis y la opinión pública nacional exigen se ejerciten las acciones pertinentes para recuperar de inmediato los caudales económicos desaparecidos y aplicarlos al pago de los compromisos contraídos con el exterior, desaparezcan las presiones y los burócratas en peligro de cesantía, puedan seguir disfrutando con tranquilidad de sus trabajos y contribuyendo al progreso nacional.

Por todo lo anteriormente expuesto, señor Secretario de Hacienda y Crédito Público, señor licenciado Jesús Silva Herzog a nombre del PARM, acorde a la representatividad que el pueblo nos ha conferido, deseamos traer a

esta tribuna las preguntas de aquellos que no han participado en la instrumentación de las políticas sociales, de los que no han sido escuchados, de los que sufren las consecuencias de los actos de gobierno, y viven en forma anónima, a los aciertos o los fracasos de la política oficial; de aquellos que en las urnas expresaron su confianza en nosotros y nos otorgaron la responsabilidad de representarlos. Las preguntas que aquí y en todos lados del concierto nacional en cualquiera de sus puntos cardinales, se hace el ciudadano en México entero.

Señor secretario ¿Cuál era al iniciarse esta sesión el monto y el perfil de nuestra deuda externa? ¿En qué términos se contrataron y para qué fines concretos esos 4, 000 millones de dólares que se prevé ocupar durante 1986 resolverán algún problema específico y la cantidad aludida esos 4,100 millones de dólares es parte del monto ofrecido por el Plan Baker propuesto por el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos de Norteamérica en la Reunión del Fondo Monetario Internacional celebrado en Seúl, Corea del Sur?

Otra pregunta, tenemos conocimiento que durante el año que transcurre la deuda interna ascendió a 9 billones de pesos, los que ocasionaron intereses por más de 5 billones de pesos con sus obvias repercusiones en el déficit presupuestal correspondiente.

¿Cómo se piensa subsanar el déficit de 1985? ¿Crecerá indefinidamente este rubro en 1986? ¿Se han previsto topes para dicha deuda interna?. Y no obstante su alto costo en el Estado seguirá financiándose mediante los CETES, o ¿qué nuevas estrategias empleará?

Y finalmente señor Secretario aun cuando ya ha dado contestación a una pregunta similar, particularmente consideramos que podría extenderse la explicación a la misma. ¿Qué consecuencias acarrearía al país la declaración unilateral de una moratoria a la Deuda Externa?, muchas gracias por su atención.

El C. Presidente: - Señor Secretario de Hacienda y Crédito Público: ¿desea usted hacer uso de la palabra?

El C. Secretario de Hacienda: - Si me lo permite, señor presidente.

El C. Presidente: - Tiene usted la palabra.

El C. Secretario de Hacienda: - El señor diputado Cantú Rosas, nos ha hecho un planteamiento plural que trataré de atender en la mayor medida de lo posible, dado que también nos han sugerido de parte de la presidencia, que en esta sesión el compareciente limite su intervención a un número de minutos reducido.

En el período de preguntas y respuestas de la tarde, algunas de las cuestiones que puedan no haber quedado cubiertas suficientemente, trataré de hacer comentarios adicionales.

Nuevamente el problema de la Deuda Externa. Tiene mucha razón el señor diputado Cantú Rosas, que es un tema candente, en el que las opiniones, las preocupaciones de la colectividad se manifiestan en forma muy clara. Yo estoy seguro que para muchos de los que estamos en este recinto, hemos tenido oportunidad de comentar el problema de muy diversas ocasiones en muy diversos foros. Por razón natural en mi caso este ha sido un ejemplo muy claro.

Es interesante también cómo el tema ocupa la atención mundial y cómo frente a las alternativas que aquí hemos escuchado, que tienen en esencia como común denominador el buscar una disminución clara en el servicio de la deuda, muchos economistas políticos, sociólogos, de muy diversas partes del mundo, están haciendo propuestas concretas, específicas sobre distintas alternativas para tratar este problema. No cabe la menor duda que se trata de un problema trascendente y del cual, como decíamos al principio, va a depender mucho de la relación internacional en las próximas décadas. Y cuando decimos mucho de la relación internacional en las próximas décadas, estamos señalando en esencia mucho del nivel de bienestar de las generaciones presentes y de las generaciones futuras de un país como el nuestro.

Esa relación internacional si se deteriora puede ofrecer menores oportunidades para exportar, y al exportar menos tendremos capacidad utilizada ociosa que puede provocar a su vez desocupación, y con ello una trama complicada, difícil pero que va a traducirse en última instancia en efectos sensibles en el bienestar de nuestra población y de nuestros hijos.

Por eso el tema es fundamental, por eso debemos hacer todos un esfuerzo para analizarlo con la mayor profundidad posible, para darle todo el tiempo y la atención que requiera, para ver si de común acuerdo o con la actitud solidaria y aportaciones de muy diversos sectores de nuestra población, bebiendo también de sugerencia que otras latitudes nos puedan ofrecer, podemos encontrar una salida más definitiva, más de fondo a este problema trascendente.

Plantea el diputado Cantú Rosas lo que también ha sido parte importante de la discusión alrededor de la deuda externa: ¿Debemos actuar de manera aislada o debemos actuar de manera conjunta con otros países deudores? ¿Debemos adoptar una actitud pasiva o debemos adoptar una actitud activa frente al problema? Y creo que es importante aclarar estos puntos porque de alguna forma han sido parte importante de la discusión, de la polémica, del debate, del intercambio de opiniones que nuestra sociedad ha tenido alrededor de este problema.

En primer lugar estoy absolutamente convencido, y es la actitud del Gobierno de la República, que no solamente rehuimos cualquier actitud pasiva, sino que hemos tenido una actitud abierta y francamente activa frente al problema. No hay que olvidar que nos tocó el raro privilegio, y repito y subrayo

el raro privilegio de ser los pioneros en la declaración de lo que después se ha llamado "la crisis de la deuda."

En agosto de 1982 tuvimos que iniciar y dar una serie de pasos para atender el problema de coyuntura que en ese momento teníamos. Fuimos pioneros en esas primeras conversaciones y en esas primeras negociaciones. Y adoptamos una actitud, una actitud participativa, y por qué no decirlo, de pioneros en esta materia no sólo frente a América Latina, sino ante otras regiones que al poco tiempo iban a tener problemas semejantes a los que nosotros enfrentábamos ya en agosto de 1982.

Fuimos el primer país que obtuvo una reestructuración de corto plazo, reestructuración que nunca se dijo que fuera una respuesta definitiva, sino que nos iba a dar el espacio necesario, el respiro que requeríamos para poder encontrar otras fórmulas y dar un paso hacia adelante más firme y más claro Fuimos también los pioneros en plantear una reestructuración multianual. Ahora se da por un hecho, se da por sentado, pero quiero comentar con ustedes que cuando México planteó esa solución multianual a nuestro problema, se planteó en diciembre de 1983,y en aquél instante la reacción de la comunidad financiera internacional fue de recelo absoluto y de rechazo absoluto a esa propuesta y a esa postura nuestra.

6 meses después, vía planteamiento, información, actitud madura, seria y realista, esa idea que había sido rechazada, era aceptada y entrábamos al inicio de un esfuerzo de reestructuración multianual que ahora representa la regla en la gran mayoría de los países deudores.

En Cartagena, en donde nos reunimos 11 países deudores de América Latina, México tuvo una participación activa desde los momentos de organización, debate y continuación de estas cuestiones. Y en los foros más amplios como el Fondo Monetario Internacional, como el Banco Mundial, como el Comité Interino, como el Comité de Desarrollo, como el Grupo de los 77, como Naciones Unidas, nuestro país ha mantenido y mantiene una posición de vanguardia frente al tratamiento de la deuda externa de los países en desarrollo.

En una semanas más tendremos una nueva Reunión del Grupo de Cartagena, en Montevideo, en donde se volverá a reunir el mismo grupo que nos reunimos en julio de 1984, para intercambiar puntos de vista y probablemente adoptar actitudes comunes frente a planteamientos recientes que han hecho algunos países industriales.

De tal suerte que sí quiero dejar muy en claro que no es correcta afirmación de que hemos estado pasivos y esperando a ver qué es lo que sucede, sino convencidos de que para que suceda lo que queramos que suceda, necesitamos actuar con energía, con vigor, pero con seriedad y con realismo. Y por eso nuestro país ha tenido y tiene esa posición de vanguardia en esta materia y con frecuencia tenemos ocasión de intercambiar experiencias, puntos de vista y reacciones de unos países y de otros, frente al tratamiento que unos y otros países están obteniendo o recibiendo de la Comunidad Financiera Internacional.

Mantendremos esta postura, esta postura de estar juntos, solidarios y a la vanguardia con los países de América Latina. Pero también estamos convencidos que la solución específica tiene que reconocer circunstancias muy diversas de los diversos países que conforman América Latina.

No es lo mismo atender el problema de la deuda externa de Bolivia, quien en este momento sufre una tasa de inflación superior a 12 mil por ciento al año, que el problema de otros, países del cono sur. que en este momento tiene una estabilidad monetaria mucho más clara.

No es lo mismo atender el problema de la deuda externa de un país que ha incurrido en moratoria de otro que se encuentra al corriente en el pago de sus intereses.

No es lo mismo atender el problema de la deuda externa de un país, cuyas posibilidades de exportación son muy reducidas, de aquel otro que tiene petróleo o prospectos atractivos de incremento en la exportación de productos no petroleros.

De tal suerte que sí estamos de acuerdo, planteamientos de carácter común, adopción de criterios comunes pero ya la negociación, el hallazgo, la búsqueda de fórmulas específicas, creo y estoy convencido, que deben corresponder a esas diversas circunstancias que caracterizan a nuestra colectividad Latinoamericana.

Es más, no ha habido una sola propuesta a nivel de gobiernos de países deudores de una negociación en común. Y no es porque no la hayamos hecho nosotros, no la ha hecho nadie.

De tal suerte que en el momento en que alguien la hiciera y no la ha hecho hasta ahora, estaríamos dispuestos y en la mejor disposición y actitud para expresar nuestros puntos de vista.

Es muy cierto lo que apuntó el señor diputado Cantú Rosas, estamos en una economía altamente endeudada, como se comentó anteriormente, y el pago de intereses internos y externos, absorbe una parte importante del presupuesto de Egresos de la Federación.

¿Cómo podemos hacer para abatirlo? Precisamente corresponde a ese objetivo uno de los planteamientos básicos de la estrategia para el año próximo. De la estrategia para el año próximo, de la estrategia de ingresos y de egresos. Hay que bajar el déficit del sector público, corregir las finanzas públicas para con ello disminuir las necesidades de incurrir en deuda adicional; y si lo logramos, y si somos efectivos en esto, tendremos posibilidad también de afectar la tasa de interés interno, la tasa de inflación interna Y esto, señores,

es lo que puede representar el mayor alivio a una situación de alto endeudamiento como el que en este momento nos encontramos.

En lo externo, ya lo hemos dicho, buscar por esos diversos caminos en los que estamos trabajando el abatimiento de las tasas de interés internacionales, y es curioso cómo en este problema grave por el que estamos pasando casi ninguno de los oradores que se oponen a la política del gobierno señalan que en este año la tasa de interés internacional ha bajado en forma sensible.

Es curioso como en ocasiones se concentran sólo el acento en lo que pudiéramos llamar aspectos negativos, pero la tasa de interés internacional ha bajado en estos últimos dos meses y ha significado para el país la necesidad de pagar intereses en una suma menor de alrededor de 1,800 millones de dólares. Esto no quiere decir que no debamos seguir reconociendo que la tasas de interés mantiene todavía un nivel excesivamente alto en términos reales y que debamos seguir pugnando por abatirlo atacando una de las causas fundamentales en donde tenemos poco que decidir, que es el déficit de la economía norteamericana.

Por otro lado, es absolutamente necesario aumentar nuestras exportaciones, cubrir nuestros requerimientos de servicio de la deuda requiere tener mayor divisas y estas las vamos a obtener menos desde el punto de vista de incremento por exportación de petróleo y más y ahí es donde debe concentrarse el esfuerzo en el estímulo decidido a la exportación de productos no petroleros. La obtención de estos recursos adicionales nos va a permitir no solamente obtener una tasa de crecimiento de nuestra economía más dinámica, sino tener una posición más cómoda para atender este servicio de la deuda externa.

Y por último en esta materia también, hemos insistido y seguiremos insistiendo en que es necesario reanudar la transferencia de recursos reales de los países, industriales a los países en desarrollo. Transferencia que en estos últimos años se ha revertido y ha convertido a buen número de nuestros países en países exportadores de capital, situación a todas luces insostenible e inconveniente. Por eso se requiere modificar y transformar este proceso y retomar la necesidad que nuestros países tienen de acudir al ahorro externo para complementar el propio y estimular el desarrollo económico general.

Un minuto más de su atención para algún comentario sobre el destino de la deuda externa. Es importante distinguir que toda esta discusión en la que estamos embarcados en los últimos meses, ven a la deuda externa exclusivamente como un problema de peso y de problema, se olvida la otra faceta, el momento en el que la deuda externa fue complemento de financiamiento, cuando la deuda externa ayudó a apoyar distintos proyectos de naturaleza social y económica, se olvida la parte que la deuda externa desempeña como complemento del financiamiento del desarrollo.

Yo quisiera que me permitieran ustedes, sin que esta lectura implicara una defensa a ultranza y el desconocimiento de algunos problemas que seguramente debe haber habido en el manejo en alguno de estos proyectos, pero sí es importante destacar cómo del total de la deuda externa, más de la tercera parte, casi el 40% ha estado destinado al sector energético, el hecho de que seamos el cuarto productor, el cuarto exportador de petróleo en el mundo, de que estemos produciendo una plataforma de producción ligeramente superior a 2 millones 700 mil barriles por día, de los cuales exportamos 1 y medio, se pudo lograr en parte, no digo en todo, en parte por una política de endeudamiento sana en la que incurrió Petróleos Mexicanos.

Y si hemos podido mantener la capacidad de generación de energía eléctrica y alumbramiento a pueblos y a poblaciones rurales de manera creciente, lo hemos podido hacer también por que se usó parte importante del endeudamiento externo para esos propósitos, casi 40% del endeudamiento de 1970 a la fecha, repito ha sido canalizado al sector energético.

Buena parte de la labor de regulación en el abasto popular que lleva a cabo CONASUPO, ha sido financiada en parte con ayuda de crédito del exterior; la mayor parte de los fondos manejados por el Banco Nacional de Crédito Rural, para dar crédito al campesino y al ejidatario mexicano ha provenido de créditos del exterior, y ahí podría dar ilustraciones diversas como el Metro, como otras muchas obras en donde con frecuencia se olvida esta parte de la deuda que conviene tener presente si queremos hacer un juicio sereno, objetivo y realista.

No quisiera excederme, ya me excedí del tiempo permitido, señor diputado Cantú Rosas, en la del período, vespertino tendré el gusto de comentarle sobre la forma de financiamiento interno del déficit del gobierno, con relación directa a los Certificados de Tesorería. Gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: - Por el Partido Popular Socialista, hablará el señor diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo.

El C. Cuauhtémoc Amezcua Dromundo: - Compañero presidente; ciudadanas y ciudadanos integrantes de esta representación popular: Quisiera iniciar mis comentarios en torno a la exposición del señor Secretario de Hacienda y del Proyecto de Ley de Ingresos contribuyendo a la argumentación que el propio señor Secretario de Hacienda hacía hace unos momentos con relación al destino de los recursos obtenidos en su momento y que ahora consideramos deuda externa.

El ha señalado que una parte de ellos se invirtieron para desarrollar la capacidad productiva de Petróleos Mexicanos. Es cierto;

faltó añadir que lamentablemente esto, si bien nos permitió elevar nuestra capacidad de exportación de petróleo y obtener así recursos, con ellos ahora apenas podemos pagar los intereses de esa misma deuda. Faltó añadir también al señor Secretario de Hacienda, que parte de los recursos obtenidos por endeudamiento no fueron utilizados para financiar el desarrollo de las fuerzas productivas de México, sino que fueron utilizados para reponer el saldo en divisas necesario para tratar de detener la paridad del peso y, por lo tanto, en la práctica, financiaron la enorme fuga de decenas de miles de millones de dólares que se dio entre el período 1981-1982, particularmente en este último año.

Las fuerzas democráticas, progresistas, revolucionarias de México, nunca han estado en contra de que se contraten créditos en el exterior, así de manera tajante; este es un problema relativo, no absoluto; lo que se ha planteado siempre es que hay ciertas normas, ciertas características que determinan el que la deuda contratada puede resultar positiva o venga a resultar negativa. Una de ellas es el destino precisamente. Si se usa para impulsar el desarrollo de las fuerzas productivas será positiva, si se usa para otros fines, para subsidiar a empresarios privados ineficaces, para subsidiar la extracción de capitales del país, entonces es profundamente negativa.

Tiene que ver también el tipo de tasa de interés con que se contrata, el plazo y muchos otros aspectos. Es un problema en verdad complejo, pero lo cierto es que en la forma en que se manejó, ya globalmente considerados los aspectos positivos y negativas, y en la forma en que ahora se maneja, nos ha llevado a un verdadero callejón sin salida, a menos que se oriente de manera radical el rumbo.

El Partido Popular Socialista afirma que la política económica propuesta y realizada por el actual gabinete económico ha resultado ineficaz, desde el punto de vista de los objetivos y metas que públicamente se trazó en el propio gabinete económico hace tres años, y afirma además que desde el punto de vista de los intereses de las mayorías, de los trabajadores del campo y la ciudad, ha resultado verdaderamente catastrófica.

El señor Secretario de Hacienda en su exposición nos habla de logros, estancamientos y retrocesos. Sin embargo, los logros que enumera están más en el plano retórico: los estancamientos y retrocesos están más en las realidades. Atribuye los estancamientos y retrocesos a varios factores, entre ellos destacadamente un entorno internacional desfavorable. Ese entorno internacional desfavorable en verdad existe y va a seguir existiendo cada vez de manera más acusada. Todas las fuerzas del campo democrático, patriótico y antiimperialista lo saben desde hace mucho tiempo.

Formular planes y programas pensando que tal vez el entorno internacional va a dejar de ser desfavorable, que va a superarse la crisis general del sistema capitalista, que va a reactivarse la economía del sistema capitalista mundial, implica por lo menos proceder con una gran ingenuidad y siempre que así se haga posteriormente habrá que venir a afirmar que si no se alcanzaron las metas y objetivos propuestos se debió a que lamentablemente no se previeron aspectos desfavorables del entorno internacional.

Reconoce el señor Secretario de Hacienda que la carga fundamental de la crisis económica en México ha pesado sobre los hombros de obreros y campesinos. Qué bueno que por lo menos se haga ese reconocimiento; qué lamentable que no se rectifique el rumbo para evitar que el próximo año o que dentro de los dos o tres se tenga que venir a hacer la misma lamentación y en términos de mucha mayor magnitud.

Reconoce también que la inflación ha afectado el ingreso de las personas físicas y de entre los factores a los que atribuye los tropiezos económicos graves que estamos sufriendo, señala como uno importante la reducción de precios del petróleo. Es otro hecho, también que era perfectamente pronosticado en su momento y que en este momento es perfectamente pronosticable que seguirá esa misma tendencia y cada vez de manera más acusada, porque esto no obedece a cuestiones coyunturales de relativa demanda u oferta momentánea, sino obedece aun proceso de desarrollo científico y tecnológico por el cual, en el largo plazo, las materias primas fundamentales van siendo cada vez sustituidas por nuevos elementos.

Así pues, si ahora estamos haciendo nuevos planes a partir de la idea de que el precio del petróleo se va a estabilizar o a recuperar, estaríamos cometiendo otra vez un grave error del que nos lamentaríamos en su momento, como también ocurre cuando venimos a hacer planes sobre la posible capacidad de elevar nuestras exportaciones no petroleras, de elevar nuestras exportaciones de manufacturas sobre la base de estimular al sector privado y sobre la base de lanzar al sector privado a una competitividad cada vez más abierta por medio del posible ingreso de México al GATT. Este es otro planteamiento tan absurdo o por lo menos tan ingenuo como el que en algún momento se pudo haber hecho, pensando que la gran exportación de petróleo podía habernos convertido en un país económicamente próspero.

No existe en verdad esa posibilidad, ni de manera remota. Hacer ese tipo de planteamientos es ignorar las leyes fundamentales del desarrollo económico en esta etapa. En general, estos son los hechos lamentables de las formulaciones en materia de política económica que nos han llevado a muchos resultados profundamente negativos.

Por ejemplo, el señor Secretario de Hacienda ha ponderado el desarrollo económico, ha reiterado en su intervención y lo hace también en la exposición de motivos del proyecto de Ley de Ingresos, un planteamiento que se ha venido haciendo desde hace tres años, el de la necesidad de impulsar un

crecimiento económico sostenido, y ha declarado que este crecimiento de alguna manera se ha dado, si bien, tal vez no con la suficiencia que fuera de desearse. Los datos estadísticos son en extremo preocupantes. Teniendo como fuente al Banco México, los datos demuestran que en 1983 el crecimiento fue de carácter negativo, es decir, fue una disminución del 5.3%; y en 1984 hubo un crecimiento de 3.5% y en 1985 se prevé un crecimiento de 4.6%. La suma del crecimiento económico en estos tres años de la actual administración vendría a ser por lo tanto de 2.8%. Creo que de ninguna manera se puede manejar como una cuestión positiva, ni nadie pude vanagloriarse de un promedio de esas características en un país que tiene un promedio de crecimiento demográfico de alrededor de 2.7% anual. Es decir, en la realidad venimos a quedar prácticamente, en estos tres años, en una tasa de crecimiento por debajo de cero.

El índice de precios al consumidor es otro de los indicadores sumamente preocupantes: según los datos del Banco de México, para un índice de 98.8% en 1982, uno de 80.8% en 1983, uno de 60% en 1984 y uno probable de nuevamente 60% en 1985 nos estaría dando, suprimiendo 1982 y tomando sólo los tres últimos años, un promedio de 66.2%, frente al cual el del último año, o el del año anterior, no son sustancialmente menores.

Volviendo al problema de la tasa de crecimiento del producto interno bruto, el pronóstico que se hace para 1986 en la iniciativa de ley que comentamos, es todavía más preocupante frente a promedio general de 2.8%, porque el pronóstico es de crecimiento del 1% en el caso óptimo o de menos 1%, disminución en el peor de los casos. Sin embargo, al aplicar la tasa de crecimiento poblacional vendríamos de cualquier manera a tener nuevamente un proceso recesivo en extremo preocupante.

No sé cómo puede caber en una razonamiento lógico frente a estas tasas de crecimiento económico la afirmación de que es posible crecer y pagar; parece que tras este eufemismo se esconde la afirmación de que lo que se necesita es pedir para pagar, pagar para poder pedir en un círculo vicioso que nos está hundiendo cada vez en condiciones de mayor dramatismo.

La paridad cambiaría durante estos tres últimos años ha pasado de 148 pesos dólar, al finalizar el año de 1982 y al iniciarse el año de 1983, a 500 pesos dólar, el día 18 de noviembre de este año. Una pérdida de 352 pesos por dólar, que en términos absolutos es la mayor que se pueda haber registrado en un período semejante en la historia de México.

Sin embargo, decía el señor Secretario de Hacienda en alguno de los comentarios que ha hecho a intervenciones de otros compañeros de Cámara, que el problema de la deuda no es el problema fundamental. Es cierto, el problema fundamental para cualquier economía del mundo es el problema del desarrollo de sus fuerzas productivas y nuestras fuerzas productivas están estancadas en su desarrollo desde hace varios años. Pero junto con el problema del desarrollo de las fuerzas productivas hay otro de igual importancia que es el problema de la distribución de la riqueza generada, porque es aceptado en general por las fuerzas del campo democrático, que no se mide el desarrollo simplemente en términos de crecimiento económico, sino que el desarrollo se mide fundamentalmente en términos de crecimiento social, de elevación del bienestar de la mayoría de los integrantes de una sociedad, o sea del pueblo. En nuestro caso, en los últimos tres años las cifras estadísticas en ese aspecto son verdaderamente catastróficas. Del producto nacional, de la riqueza que generamos los mexicanos con nuestro trabajo, cada vez un porcentaje más reducido queda en manos de los trabajadores, cada vez es menor la parte que corresponde al salario y cada vez es mayor la parte que corresponde al capital. Ahí es donde está la parte catastrófica de la política que se está siguiendo. Y a esto habría que añadir un segundo aspecto acerca de la riqueza que generamos los mexicanos en nuestros esfuerzos, así como una pequeña parte de la población se está apropiando cada vez de una parte mayor de la riqueza que generamos los trabajadores, depauperándonos, así en esa misma forma, la Nación mexicana en su conjunto está siendo descapitalizada cada vez más convirtiéndose en lo que afirmó hace unos momentos el Secretario de Hacienda en esta tribuna, en un país exportador neto de capitales. Esta afirmación del Secretario de Hacienda, dicha por él aquí, delante de todos ustedes, y no por el Partido Popular Socialista, es la demostración más clara y definitiva de que no se está siguiendo el camino adecuado, de que la política económica es verdaderamente catastrófica.

Tengo muchas notas, en función del tiempo trataré sólo algunos de los muchos aspectos que puede ir tomando o durante el proceso de intervención que se ha venido dando esta mañana.

Sobre el problema de la deuda hay algunas afirmaciones interesantes. El señor Secretario de Hacienda ha dicho que no son los problemas que pudiéramos tener con el exterior los que más debe preocuparnos si dejáramos de pagar la deuda, y ha dicho que son mas bien problemas de carácter interno, y de entre éstos mencionó sólo uno el de una posible inflación galopante si los recursos que ahora exportamos por concepto de pago de intereses, los invirtiéramos para desarrollar nuestras fuerzas productivas.

Me parece como para reprobar a un alumno de primer año de Economía, no le encuentro lógica, y es más, si proyectáramos esta afirmación, querría decir entonces que la única forma de acabar con esta inflación que no ha podido controlar la política económica del gabinete, sería no invertir un solo peso, mejor no aprobar un solo peso para sostenimiento

de gastos ni inversiones de los mexicanos; vamos a exportar entonces los 32 billones que constituyen el Presupuesto de Egresos; tal vez esa sea la fórmula para acabar con la inflación, según esta lógica absurda.

Nos ha dicho que se podrían resquebrajar las normas que rigen la vida interna. Algunas afirmaciones semejantes se encuentran, cuando se lee en los libros de historia de 1918, expresadas por quienes se oponían a medidas patrióticas como la nacionalización del petróleo.

Nos ha dicho, y esta es alguna de las cosas más avanzadas que le hemos escuchado, más progresistas, porque en general no es progresista el lenguaje del señor Secretario, nos ha dicho que debemos hacer comprender a los países acreedores que el problema de la deuda no es una responsabilidad unilateral de los países deudores, sino que es responsabilidad bilateral de los deudores y acreedores. Esto no lo compartimos de ninguna manera.

Nosotros pensamos que la deuda externa, tal y como se ha venido dando, no se ha dado en un proceso de igualdad real entre deudores y acreedores; pensamos que ha sido una deuda fundamentalmente impuesta por las grandes potencias económicas, en la que nosotros hemos sido víctimas de muchas maneras, no hemos tenido el libre albedrío de escogerla y tomarla por nuestra voluntad.

Y plantear que es una mutua responsabilidad nos parece tanto como plantear que aquellas deudas que nuestros peones de las haciendas de la época porfirista que heredaban a sus hijos y a sus nietos, era responsabilidad compartida de los hacendados y de los peones. No. Nos parece que es simple y llanamente un inmoral saqueo impuesto desde el exterior. Y que mientras no entendamos que es un saqueo inmoralmente impuesto, seguiremos manejando la idea eufemística de que, por un deber moral, por un deber jurídico, estamos obligados a responder de esas cantidades.

Una información en la que sí podríamos coincidir es que pagar la deuda no puede estar por encima de las necesidades de los pueblos, la hizo el señor Secretario hace unos minutos. Ojalá no quedara en retórica y se tomaran entonces las medidas adecuadas para resolver las necesidades crecientes y lacerantes de nuestro pueblo, en vez de estar exportando una cantidad tan elevada de recursos, para tratar de pagar la deuda.

Se ha dicho que un país como el nuestro no podría resistir el aislamiento al que nos someterían. Quienes planteamos la demanda de la lucha por la cancelación de la deuda y de sus intereses, la planteamos no como un acto heroico y aislado de un solo país, porque entendemos que en la política nacional como internacional, el problema de la correlación de las fuerzas es fundamental para que una medida pueda o no tener éxito, y evidentemente no nos favorecería la correlación de las fuerzas para que México solo, como en una actitud heroica, se declarará partidario de cancelar su deuda. Pero vemos con preocupación que sólo un sector de los mexicanos, sólo el sector democrático, patriótico, antiimperialista dentro del gobierno, tesis que no comparte la Secretaría de Hacienda, y de fuera del gobierno, se ha preocupado por luchar en foros internacionales por tratar de conformar un frente común, que cambie la correlación de las fuerzas, para poder resistir a las presiones del imperialismo.

Nos disgusta mucho oír al señor Secretario de Hacienda, cuando viene a elogiar el hecho de que ha habido bajas de algunos puntos en las tasas de interés. También nos disgusta cuando lo escuchamos hacer suyas las tesis fundamentales del Fondo Monetario Internacional, presentándolas como suyas en lo personal, defendiéndolas, y señalando que aún cuando el fondo no tuviera esas exigencias, México estando él en la Secretaría de Hacienda, evidentemente, las adoptaría e impulsaría.

Nos ubica frente a él, en posiciones radicalmente distintas.

Nosotros pensamos, lo hemos dicho muchas veces, que frente a este problema tan grave de la política económica de nuestro país, problema que consideramos medular, fundamental para resolver los problemas presentes y futuros de México, se requiere de una acción unitaria de las fuerzas del campo democrático, patriótico antiimperialistas de dentro y fuera del gobierno. Nos parece que la crisis en los países dependientes es esencialmente el resultado del aceleramiento, del saqueo al que nos ha sometido el imperialismo mundial, principalmente el norteamericano.

Concluyo, puesto que se me ha terminado el tiempo, sin hacer ningún cuestionamiento. No formulamos ninguna pregunta al señor Secretario de Hacienda, conocemos perfectamente su pensamiento, hemos estudiado su iniciativa; no necesitamos aclarar nada para nosotros; nos ponemos a su disposición para aclararle algunas dudas, como aquella de que después de tantos años, todavía, no sabe en qué consiste la reforma fiscal a fondo que propone el PPS hace mucho tiempo. Muchas gracias. (Aplausos.)

El C Presidente: - Señor Secretario de Hacienda y Crédito Público: ¿desea usted hacer uso de la palabra?

El C. licenciado Jesús Silva Herzog: - Si me permite, señor presidente: De manera breve, para tratar de compensar los minutos que me excedí en la respuesta anterior, quisiera comentar o hacer algunas observaciones a los planteamientos del señor diputado Amezcua.

Empezaría por uno, referente a la lección de economía, que nos dio de primer año: (Aplausos.)

Yo creo que no se necesita ser economista, ni del Partido Popular Socialista para captar que dentro de ciertas restricciones en una economía, si le inyectamos una cantidad

adicional de recursos, puede provocarse presiones inflacionarias adicionales.

No sé en qué escuela estudió el señor diputado, pero seguramente una reflexión sencilla, de sentido común, pudiera ser útil para entender que si esta inyección es adicional a una economía ya presionada es posible que el aumento de precios sea mayor.

Por otro lado, quisiera simplemente confirmar lo que él apuntaba de que como él conoce la tesis que ha venido sosteniendo el gobierno y la Secretaría de Hacienda, nosotros también conocemos las que él ha venido sosteniendo. Y es obvio que no coincidimos, pero sí es obvio también que escuchamos siempre sus planteamientos y los de sus partidarios, de sus elementos del partido con toda atención y con todo respeto.

Nos hablaba de que la política económica ha sido ineficaz y que los logros que nosotros apuntamos son retóricos y que los retrocesos sí son reales. Yo creo que ya nada más el planteamiento de las cosas de esta manera, pues nos indica sesgo, que creo que conviene precisar. Si hay algo en lo que el Gobierno del Presidente De la Madrid ha insistido y hasta este momento lo hemos mantenido y sostenido, es hablar con la verdad, reconocer en ejercicio de autocrítica que en ocasiones han sido interpretados por algunos observadores superficiales como de casos de ingenuidad, hemos reconocido problemas no sólo de los que nos plantea nuestra situación económica, sino también problemas derivados de la instrumentación de la política económica del Gobierno.

Y los logros que señalamos son logros modestos, pero no creo que sea justo ni corresponda a la verdad calificarlos como retóricos, y que sin embargo los problemas adicionales por los que nos encontramos esos sí son problemas que corresponden a la realidad. Algunos logros modestos, si se quiere, pero logramos revertir la tendencia del déficit del sector público de una manera significativa. No se cumplieron las metas de este año, lo dijimos desde el principio, pero el déficit del año de 1985, con las desviaciones reconocidas, va a ser de la mitad de lo que fue hace tres años.

Es un logro, que en la medida que habíamos previsto, no en la que se había anunciado, pero es un elemento al cual creo que debemos darle un reconocimiento. La inflación a finales de 1982 y principio de 1983 tenía tasas mensuales de alrededor de 150% por año, la hemos logrado abatir gradualmente, lentamente, al 80%, al 60% y este año otra vez al 60%. Aquí también no se cumplieron las metas anunciadas.

Aquí también hubo problemas en el cumplimiento de esos objetivos, pero creo que también debemos reconocer que no hubo un deterioro como el que puede darse con frecuencia en estos fenómenos inflacionarios, que sí deberíamos hablar de un retroceso si la inflación se nos hubiera disparado otra vez a 150%, en ese caso creo que el lenguaje que hubiéramos usado los funcionarios que tenemos el honor de servir en el Gobierno, hubiera sido distinto al que hemos usado en estos últimos meses.

Nos apunta el señor diputado Amezcua, que hay que rectificar el rumbo, nosotros estamos dentro de la tesis que hay que perseverar en los objetivos fundamentales, que rectificar el rumbo implicaría, probablemente o seguramente en el muy corto plazo, efectos más serios contra el bienestar general de las mayorías y si no cuál sería esa rectificación de rumbo, ¿debemos gastar más de lo que podemos gastar?, creo que tenemos una experiencia de los últimos años en donde muchos de los problemas se han dedicado, precisamente, de ese intento por tratar de satisfacer las necesidades sociales, corresponder a los intereses populares en la mayor medida y en una medida tal, en que, incluso, ha sido necesario incurrir en el endeudamiento alto de carácter interno y de carácter externo, pero ahora es el momento en el que si de verdad queremos proteger ese bienestar de las grandes mayorías de la población, nuestra posición, nuestra opinión, nuestra convicción es que la única manera de poderlo lograr es mediante la perseverancia en la corrección de estos desequilibrios fundamentales, perseverancia en los mismos, que por otro lado no ignoran, sino que tratan de atender en la mayor medida de lo posible las necesidades sociales de los grupos mayoritarios de la población y por ahí y por ello el Presupuesto de Egresos, sobre los cuales comentará más ampliamente el Secretario de Programación y Presupuesto el lunes próximo, oriente en la mayor medida de lo posible sus recursos a la atención de esas necesidades sociales, fundamentales de nuestro pueblo.

Nos dice el señor diputado Amezcua, que ¿cómo es posible fundar un plan económico, con el supuesto de que el precio del petróleo va a permanecer estable o incluso va a ser superior? ¿Que cómo es posible planear para el año próximo una estrategia económica con el supuesto de un aumento de las exportaciones no petroleras? Quisiera hacer una corrección aquí muy directa y muy cordial; en la estrategia económica para el año de 1986, no estamos tomando ningún supuesto optimista en materia de precios petroleros, estamos adoptando una actitud realista que, incluso, fue uno de los factores que provocó la necesidad de hacer ajustes adicionales en el Presupuesto de Egresos de la Federación.

Y en lo que respecta a las exportaciones, sí estamos previendo un aumento de las exportaciones no petroleras, estamos previendo un aumento del 11% sobre un nivel del año de 1985 que significó un decremento sobre los volúmenes exportados el año pasado.

Si estos son supuestos irreales, alejados de lo que puede ser sensato, yo quisiera simplemente llamar la atención a las lecciones de economía correspondiente al primer año,

para que, creo, no se podrían calificar de esta manera.

Es cierto que el tipo de cambio ha sufrido una modificación muy importante en los últimos meses, pero es el tipo de cambio libre, y aún cuando no desconozco la importancia y trascendencia sobre todo en la sociedad y en las expectativas de este movimiento en el tipo de cambio libre también creo que conviene tener en mente que existe otro tipo de cambio controlado, que responde precisamente a una política cambiaria que trató de aislar a las divisas que son indispensables para las importaciones que requiere nuestra planta productiva; para las importaciones que requerimos hacer de productos básicos y atender las necesidades de consumo de los grupos mayoritarios de la población, fue cuando se decidió separar los mercados y dejar a uno que representa la quinta parte del total que responda a esas fuerzas libres del mercado. Es este el que ha sufrido un embate mayor de expectativas, de incertidumbres, de desconfianza que se generó en los últimos meses.

El otro tipo de cambio sigue con el manejo de explotación regulada manteniendo un margen adecuado de subvaluación que nos permite atender, desde el punto de vista nacional, nuestras necesidades fundamentales y este fue precisamente el motivo, la razón, la justificación del por qué la política cambiaria es la que es en este momento.

Si tuviéramos los mercados unificados, esta presión especulativa que tuvimos en estas últimas semanas, hubiera repercutido, seguramente en una pérdida de reservas internacionales de nuestro país, Situación que pasamos en años anteriores y que no queremos que vuelva a suceder. De tal manera que yo sí pediría que cuando hagamos ese énfasis en la evolución del tipo de cambio libre, justa, con números precisos, la hagamos también del otro aspecto fundamental del mercado cambiario, para que de esa forma tengamos una visión más completa, más realista y más ligada con la realidad, y la realidad es una gran exigencia para quienes tenemos una responsabilidad pública. No podemos ignorarla señor, diputado, Muchas gracias.

El C. Presidente: - Por el Partido Demócrata Mexicano, el ciudadano diputado Antonio Monsivais Ramírez, hará uso de la palabra.

El C. Antonio Monsivais Ramírez: - Señor presidente: compañeras y compañeros diputados; señor licenciado Jesús Silva Herzog, Secretario de Hacienda y Crédito Público: La fracción parlamentaria del Partido Democrático Mexicano, en consonancia con su nombre, aboga porque en México se implante una real y consistente democracia económica. Ello implica un régimen que, al partir de una abundante producción de bienes, esté al servicio de todos los hombres que integran la comunidad mexicana, que sea operada por las decisiones de todos, según su posición, y aporte a la sociedad.

Queremos un desarrollo económico real y sostenido, que sirva al desarrollo integral del hombre, que beneficie, según justicia, a todos los que participan en él y no sólo a unos cuantos privilegiados y que este inserto en el desarrollo social y sea una consecuencia de éste.

Sabemos que las actividades económicas concurren dos agentes principales: los gobernados, ya sea individualmente o asociados, y el Estado. Entre estos dos agentes no debe haber antagonismos, sino que ambos deben conjugar esfuerzos para bien de la Nación.

El Estado es responsable del desarrollo general del país, por lo que debe intervenir bajo el principio de subsidiaridad de la actividad social y económica, especialmente en aquellas áreas en que los particulares no sean garantía del desarrollo pleno de México.

En estas condiciones nos pronunciamos por una planificación democrática de la economía nacional, rechazando, por otra parte, la economía totalitaria en la que el Estado es el dueño de los medios de producción, del producto, de los productores y asimismo rechazamos el sistema de economía liberal en donde las leyes económicas son manipuladas en un sistema de libertad para el abuso y de la igualdad para la arbitrariedad.

Para que una planificación se pueda considerar en verdad democrática, no basta que se denomine así, como sucede en el estatista, diseño actual, sino que debe reunir las siguientes características: que en ella concurran, efectivamente, la voluntad y las decisiones de los agentes que intervienen en la economía y que el Gobierno no la suplante ni las absorba, sino que las armonice y las integre para bienestar colectivo; que los particulares, empresarios, trabajadores y consumidores coincidan en ella; que sus resultados se orienten a que efectivamente participen de los beneficios de la actividad económica la mayor parte de los mexicanos y permita la superación en todos los niveles de los sectores populares y fomente una mejor distribución de la riqueza; que cumpla los requerimientos técnicos de una adecuada planificación y que sirva para fomentar el desarrollo económico y no para detenerlo; y que prevea un margen de libertad para la actividad de los particulares, no polarice sus iniciativas creadoras, sino que las fomente en un contexto en que las iniciativas y la libertad económica no sea privilegio de una minoría, sino que se extienda lo más posible a todos los que intervienen en la actividad económica.

Por otra parte, la actual crisis impide que se establezca inmediatamente una democracia económica en todos sus aspectos, porque primero hay que tomar medidas para sanear nuestra estrecha economía, corregir los vicios que la estancan y atender las urgencias inmediatas.

Por lo anterior, las principales medidas económicas que proponemos están orientadas a superar la actual y grave crisis, aunque

nuestras soluciones que recomendamos, para el momento ya existe orientación hacia la democracia económica que queremos, conscientes de que las instituciones que reclama ésta, también son una manera de resolver la crisis actual y superarla en un estado superior de la historia del pueblo de México.

En nuestro país padecemos un régimen fiscal fundamentalmente injusto, irracional y contrario al desarrollo económico; en este régimen se registran tasas impositivas tan altas como las que rigen en países de mucho mayor desarrollo, entre los económicamente activos existen causantes cautivos que son agobiados con todas las contribuciones y gravámenes y otros que no cubren ningún impuesto directo, este régimen invita a una constante evasión fiscal, misma que va desde la elemental medida de sobrevivencia hasta la actividad delictiva para lograr lucros millonarios. Lo duro y exagerado de las cargas detiene el avance de la pequeña y mediana empresa y sólo permite la presencia en más de un campo, de las grandes empresas, muchas de ellas transnacionales, las cuales sí pueden soportarlas o sortearlas.

Ante este panorama abogamos porque se racionalice el régimen fiscal, que en el mismo se bajen las tasas impositivas y se establezcan mecanismos eficaces y justos para evitar la evasión, que cese la lucha entre recaudadores y víctimas. Abogamos también porque se establezca un régimen fiscal más benigno para las pequeñas y medianas empresas, tanto en las cargas impositivas como en las cuotas para la seguridad social. Con menos gasto público se pueden cobrar menos impuestos, entre ellos, en primer lugar, los impuestos al consumo, como el gravoso IVA, las cuales en un régimen fiscal justo debe reducirse a su mínima expresión. Por lo pronto el injusto Impuesto al Valor Agregado en su tasa general, debe pasar a su mínima expresión, desgravarse totalmente en toda clase de alimentos, medicinas, ropa y calzado, y en el futuro el Impuesto al Valor Agregado debe desaparecer. Es nuestra proposición y el pueblo lo reclama.

Como todos sabemos, la deuda de nuestro país con acreedores extranjeros es la segunda más alta del mundo, el 75% del producto de nuestras exportaciones se dedica al pago de los intereses de dicha deuda sin que se pague el capital, sino que al contrario, aunque en menor medida, pues, que en sexenios anteriores, ha aumentado el endeudamiento neto, se han obtenido nuevos préstamos que ha incrementado su monto asfixiante. Sin embargo, no nos inclinamos por la moratoria, no nos inclinamos por el no pago, pues eso sólo nos condenaría al aislamiento, al retroceso, en una imposible autosuficiencia y se producirían más daños a México que los que se tratan de evitar.

En cambio sí sostenemos las siguientes posturas: primero, nos oponemos a cualquier aumento del endeudamiento externo por pequeño o grande que parezca.

Segundo, exigimos del Gobierno una diplomacia activa y enérgica para lograr de los acreedores internacionales mejores condiciones de pago en plazos e intereses, ya sea en negociaciones bilaterales o multilaterales, formando un frente común con otro países deudores.

Respecto al Presupuesto de Egresos para el próximo año, si bien es cierto abultado, esto quisiéramos entender, redundaría en abultados bienes y servicios al pueblo de México. Sin embargo, queremos hacer solamente dos planteamientos muy concretos; primero, que se apliquen exactamente al rubro a que se destinan con estricta honradez y con patriótico criterio.

Y tercero, que en todo y por todo, jamás se exceda de lo presupuestado.

Por otra parte, nos preocupa la inflación: sin duda alguna, este es el principal fenómeno que padecemos los mexicanos. Para 1985, se estimó una inflación del 35% y durante los 10 meses de este año, hemos sobrepasado esta meta. Esta no ha sido controlada. Para 1986 se estima en un 45%. ¿Qué bases tenemos, señor Secretario, para que ésta no sea rebasada? Por su contestación y por su comentario a nuestras tesis, le agradezco anticipadamente, a nombre de la fracción parlamentaria demócrata.

El C. Presidente: - Señor Secretario de Hacienda y Crédito Público. ¿desea usted hacer uso de la palabra?

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: - Si me lo permite, señor presidente.

El C. Presidente: - Tiene usted la palabra.

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: - Son cuatro los planteamientos fundamentales que hace el diputado Monsivais a nombre de la fracción parlamentaria del Partido Demócrata Mexicano.

Primero, sus puntos de vista particulares sobre la participación del Estado en la vida económica.

Segundo, puntos de vista también del Partido Demócrata Mexicano, sobre el sistema tributario de nuestro país.

Tercero, planteamientos alrededor del problema de la deuda externa, el Presupuesto de Egresos y de la inflación: son cinco, pues los puntos fundamentales que nos ha tocado el señor diputado Monsivais. Voy a tocar algunos de ellos de manera breve, y probablemente el primero lo dejaré para la sesión vespertina.

El diputado Monsivais nos pide en esencia bajar los impuestos; nos señala que las tasas para las empresas, para las personas físicas, para los contribuyentes cautivos son exageradamente altas, que alguna de ellas está impidiendo un desarrollo más sano de la pequeña y mediana industria, que deberíamos adoptar un sistema que reduzca esas cargas fiscales y que dentro de otras medidas incluya

la desaparición del Impuesto al Valor Agregado, reclamo del pueblo, terminó su expresión el diputado Monsivais.

Yo quisiera, sobre este particular, señalar que una media de baja de impuestos o de desaparición de impuestos, indiscutiblemente que sería una media popular. Si llegáramos a estos momentos del período de sesiones del Congreso y presentáramos en la Ley de Ingresos una propuesta para disminuir tasas o impuestos, seguramente que muchos de los aquí presentes y muchos de los ausentes pensarían que es una medida digna de todo aplauso y de apoyo por parte de las grandes mayorías.

Les confieso que para quienes trabajamos en la Secretaría de Hacienda sería altamente atractivo, desde un punto de vista personal, el proponer una medida de esta naturaleza. Sin embargo las circunstancias en las que esto pudiera ser posible son circunstancias muy distintas a las que en este momento tenemos en nuestro país. Uno de los problemas básicos es obtener recursos necesarios para atender necesidades vitales, y nuestro pueblo es un pueblo cuya mayoría o en un número muy importante sigue sufriendo amplias privaciones de toda índole, de tal suerte que ampliar gasto para atender esas necesidades sería siempre justificado. Sin embargo en estas circunstancias, y normalmente es la nota característica para todo país en proceso de desarrollo, en proceso de esfuerzo por mejorar el nivel de vida de sus habitantes, el que requiere fortalecer su capacidad recaudatoria. En esta ocasión, en esta sesión, estuvimos analizando con todo detalle la posibilidad de hacer una propuesta, en la que se pudiera reducir, algunos puntos, la tasa del Impuesto al Valor Agregado Estamos absolutamente seguros que hubiera sido una medida bien recibida, que la gente la hubiera aplaudido. Pero reducir dos puntos la tasa al Valor Agregado, hubiera significado, en nuestra mejor estimación, una pérdida de ingresos entre 350 y 400 mil millones de pesos. De tal manera que la pregunta inmediata sería: ¿de dónde obtenemos estos recursos?, o ¿cuál es el gasto adicional que podemos y debemos recortar?

Nuestro sistema tributario es un sistema de los más modernos del mundo, que ha tenido en los últimos años avances muy significativos, y que ha sido reconocido, no por nosotros sino por comentarios de carácter internacional y de otras administraciones tributarias del mundo, como sistema avanzado en su diseño, en su concepto. Sin embargo, no cabe la menor duda que tenemos mucho que hacer para lograr un cumplimiento cabal de las obligaciones fiscales de parte de la sociedad en su conjunto.

Hay pocas injusticias mayores, que no se pague de acuerdo con la capacidad contributiva de sectores o de personas. Sobre todo en un momento en que el país requiere de estos recursos para atender necesidades enormes. En estos últimos años henos puesto un énfasis especial en tratar de mejorar nuestra administración, en mejorar nuestra capacidad fiscalizadora, para reducir esos problemas que ustedes han comentado, que nosotros reconocemos y que nosotros nos esforzamos por reducir y por eliminar en su caso. Pero no cabe la menor duda de que en los próximos años, uno de los retos básicos que la administración pública tiene, como administración general, es hacer que la sociedad en su conjunto contribuya de manera más equitativa, más justa a sufragar los gastos del erario nacional. Estaríamos en mejor condición recaudadora y en mejor condición para atender las necesidades crecientes de nuestro pueblo .

No creemos que sea con una actividad fiscalizadora como esto lo vamos a lograr, sino esencialmente mediante una contribución voluntaria creciente, de el universo de contribuyentes que va lográndose poco a poco y en donde la ayuda que todos puedan contribuir y aportar será positiva y bienvenida.

En este año de 1985 estamos proponiendo a esta alta soberanía, prácticamente un paquete tributario que descansa esencialmente para obtener los recursos adicionales en un derecho especial de hidrocarburos.

En un incremento de algunas tasas para algunos impuestos de algunos consumos de bienes considerados no indispensables.

En materia de personas físicas, con excepción de los estratos más altos, todo el resto del universo de contribuyentes, pagará en 1986 una cantidad de impuestos menor que la que cubrió en 1985. Es decir, se busca adecuar dentro de esas limitaciones que tenemos y defender en la mayor medida de lo posible la capacidad, el ingreso real de los grupos contribuyentes mayoritarios en nuestro país.

Nos dice el diputado Monsivais que nuestro país tiene la segunda deuda más alta del mundo. Lo voy a corregir con toda cordialidad: el la tercera, la primera es los Estados Unidos, la segunda es Brasil y la tercera es México. Nos dice que no la moratoria y que no al endeudamiento adicional. Difícilmente pudiera cumplirse con este principio, atractivo, justificado, pero difícil en la realidad.

Durante los próximos años México, como la gran mayoría de los países en desarrollo, va a seguir requiriendo del apoyo, la contribución complementaria del ahorro del exterior. Lo va a seguir requiriendo y necesitando si quiere obtener tasas de crecimiento superiores a las que podría obtener si sólo descansa en la generación del ahorro interno.

Por ello, estamos convencidos que nuestro caso, con todos los esfuerzos necesarios para incrementar el volumen de ahorro interno, en los próximos años, en los próximos lustros, será necesario seguir contando con ese aporte de ahorro del exterior. Deberemos hacerlo con cuidado, con el esmero que requiere una situación problemática y difícil, como la que en este momento

atravesamos.

Totalmente de acuerdo en la apreciación de que el Presupuesto de Egresos no debe excederse; y ser aplicado con transparencia y honradez. Propósito vital, fundamental de la administración del Presidente De la Madrid.

¿Qué bases tenemos para que la meta de inflación para el año de 1986 no vaya a ser rebasada, como lo fue la de 1985?

Ojalá pudiéramos venir ante esta tribuna y comentar con esta alta soberanía que el movimiento de esas variables lo tenemos totalmente y plenamente controlado.

Ojalá y pudiéramos decirles que no hay el menor riesgo de que una variable de esta naturaleza pueda desviarse.

Ojalá y pudiéramos decirles que los pronósticos contenidos en el documento de Criterios Generales de política Económica, que los elementos contenidos en la iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación o en el Presupuesto de Ingresos, se van a cumplir a rajatabla y con toda precisión. Sin embargo, son presupuestos y se moverán dentro de un mundo en donde la incertidumbre constituye prácticamente la característica general. Lo que sí puedo asegurar, lo que sí podemos asegurar es de que habrá el esfuerzo más decidido y perseverante buscar en la medida en que estas decisiones dependan de las autoridades del Gobierno, para que estén dentro del pronóstico establecido. Estamos absolutamente seguros, convencidos que el cumplimiento de estas metas no son importantes para cumplir con un ejercicio de protección económica, sino que son importantes y trascendentes porque van a repercutir de una manera o de otra en el bienestar de las mayorías de la población. Y eso, eso es lo único que importa. Muchas gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: -Por el Partido Socialista de los Trabajadores, el ciudadano diputado Graco Ramírez Garrido Abreu, hará uso de la palabra.

El C. Graco Ramírez Garrido Abreu: - Señor presidente; compañeros diputados; señor Secretario de Hacienda: Para no correr el riesgo de que don Jesús Silva Herzog me repruebe en economía me preocuparé del tema político, y espero que don Jesús Silva salga bien librado del tema político.

Es posible pensar, partiendo de esto, que la política económica de un país no puede estar separada de la política general de ese país. Y nosotros reconocemos, efectivamente, que estamos ante una política económica que está prolongado un plan inmediato de reordenación económica, y es cierto que son indiscutibles los esfuerzos y que es cierto, y reconocemos que superó la emergencia de 1982, pero también el reconocimiento de que el esfuerzo principal para esta recuperación de estos años ha sido posible por el sacrificio de la clase obrera, los trabajadores y los campesinos.

Los esfuerzos de los que habla el Secretario de Hacienda, los esfuerzos que ha realizado el Gobierno, sus proyecciones económicas y hay que decirlo con precisión, y hay que decirlos con claridad, han sido saboteadas también por que llama el entorno económico internacional adverso y esto implica que se reconozca a estas alturas, desde el punto de vista político, que no es posible seguir pensando en que encontraremos condiciones adecuadas para poder mantener un comercio exterior que se reconoce que se ha aceptado por el proteccionismo y el 75% de ese comercio se realiza con los Estados Unidos de Norteamérica y que no es posible pensar en convencer a la Banca Internacional, cuando la Banca Internacional nos ofrece reformas estructurales que obedecen a mayor privatización de la economía, que obedece a reducción del gasto público, que obedece a condenarnos a ser un país tributario de la Banca Internacional.

Creo que es importante destacar también, que la deuda externa de nuestro país es una deuda de 95 mil millones de dólares, pero de los 95 mil millones de dólares, 70 mil corresponden al sector público, 18 mil al sector privado y 7 mil a la banca, según cifras oficiales.

Hemos de observar también que la política tributaria que plantea la iniciativa insiste en los impuestos indirectos en los impuestos al consumo que calculamos puedan afectar el 30% del salario nominal, esta política tributaria es regresiva, esta política deja intocados los intereses del gran capital y esto es muy grave, porque elevación fiscal y la tasa a pesar de que es importante sigue favoreciendo a los grupos económicamente poderosos en nuestro país.

Podemos concluir entonces, que junto con la gran mayoría de los trabajadores de ingresos medios y el sector público que aporte el 45%, nada mas Pemex, el 45% del ingreso fiscal, el Gobierno tendrá recursos para poder financiar su gasto.

La misma inflación se refleja más en las tasas del interés bancario para compensar el ahorro, afectando al salario que está perdiendo el poder adquisitivo.

La política cambiara nos plantea también un problema muy serio. Se habla de que el 80% de las divisas mediante el sistema del dólar controlado, se mantienen para financiar el sector público y privado. Pero hay que decirlo, señor Secretario de Hacienda, es necesario que se diga esta Cámara de Diputados. Pero qué ha ocurrido con el dólar controlado también, que ha sido un dólar controlado que en manos de empresarios ha propiciado grandes fraudes a la Nación. Los casos de Nuevo León, los casos de Tijuana, deben ser destacados aquí también por el Secretario de Hacienda, y lo que es peor, la fuga de capitales tiene un profundo contenido político, no estamos simplemente ante un problema de confianza, la llamada confianza empresarial, estamos ante un problema más serio, el problema de usar las dificultades económicas del país para doblegar al

Gobierno y a todo el pueblo frente al interés privado.

¿Quién desconoce que a partir del 11 de octubre a partir de la publicación del decreto expropiatorio del señor Presidente De la Madrid, se acrecienta la devaluación de nuestro peso? públicamente a nosotros los empresarios en Nuevo León, como un instrumento, según ellos legítimo, para manifestar su desacuerdo con respecto a la política que sigue el Gobierno y que se planteó a partir de este decreto.

No compartimos entonces los cálculos optimistas del Secretario de Hacienda, porque la devaluación del dólar libre está afectando al dólar controlado y porque el dólar controlado ha servido también a la fuga de capitales.

Solamente para este año se calcula alrededor de 2 mil 500 millones de dólares de fuga de capitales y la propia Secretaría de Hacienda en las estimaciones que hace para endeudar al país en los próximos cinco años en un cálculo de 11 mil a 15 mil millones de dólares, reconoce que en ese mismo plazo pueda existir una fuga de capitales de 7 mil a 8 mil millones de dólares.

Sobre el problema de la deuda externa, efectivamente nosotros, señor Secretario, esta Cámara de Diputados realiza un foro de consulta u análisis acerca de la deuda externa. Esta concepción del foro, implica que tenemos en esta Cámara de Diputados, una visión de la sociedad dinámica y dialéctica. La validez de este foro de consulta se sustenta en que el problema de la deuda externa no sólo es un problema del Gobierno, del gabinete económico, es un problema del pueblo y de sus organizaciones.

Nosotros consideramos, entonces, en torno a este problema de la deuda y frente al problema que vino ocurriendo en la vida política y económica del país, que hay que enfrentar el problema de la deuda externa con cambios estructurales.

Sí me preocupa a mí también lo dicho por el diputado Amezcua cuando usted señala y ratifica que de tener los recursos que hoy estamos pagando por servicios de la deuda, desquiciaríamos, alimentaríamos la inflación.

Señor secretario, yo considero, con todo respeto que esta es una visión muy conservadora de la realidad, y para nosotros la realidad también es posibilidad de transformación. Sí requerimos de esos miles de millones de dólares; no tenemos nosotros, tiempo de recuperar esos miles de millones de dólares, siempre y cuando no conservemos la misma estructura económica que actualmente se conserva en nuestro país.

Se requiere entonces reconocer un hecho político, un hecho político frente al problema financiero, frente al problema de la deuda, frente al problema de la política económica se requiere aquí plantear cuáles son los términos de la alianza histórica entre movimiento obrero, entre los trabajadores y el Gobierno constitucional.

Reconstruir no es sólo proponer impuestos temporales para financiar los programas de reconstrucción; reconstruir no con el concepto de economía mixta, decimos nosotros, no se puede seguir pensando en que la economía mixta en este país es la propiedad pública y la propiedad privada esencialmente.

Nosotros consideramos que de mantenerse esta ilusión con los empresarios privados estamos condenando al país a que siga sufriendo la situación que estamos viviendo. Nosotros sabemos bien, como así lo señalamos en su momento al Presidente, es muy difícil gobernar un país con los bolsillos rotos, es muy difícil enfrentar los problemas del desarrollo con las dificultades económicas que hoy se tienen.

Por lo tanto, nosotros consideramos, señor Secretario, que estamos ante un problema político, de definición: el problema de la deuda, el problema de la situación económica que vive el país, el problema de esta Ley de Ingresos es un problema esencialmente político, no simplemente un problema de números y partidas y cifras; estamos ante la necesidad de definiciones políticas; nosotros no cuestionamos la capacidad que tienen para gobernar ustedes, cuestionamos la política económica que se pretende seguir y nos preocupa que esta política económica continúe porque puede plantearse que se pierda la posibilidad de gobernar. Y como, efectivamente, estamos ante problemas de la realidad, nosotros consideramos que tenemos que enfrentar en alianza con fuerzas obreras y populares, el problema de poder gobernar este país. De otra manera, los empresarios que hoy son la gran segunda fuerza política y que sabotean los esfuerzos económicos y que se privilegian de la política económica que ustedes realizan, sacrificando a los trabajadores, se están planteando evidentemente el poder político en este país.

Y si esta política que ahora se sigue en el terreno económico no se comparte, podemos imaginar la política que nos ofrecen en el terreno económico los empresarios, una política de entrega y saqueo a nuestro país.

Por lo tanto, nosotros consideramos que hay que plantarse la definición de la reconstrucción económica sobre la base de un pacto nacional que plantee una salida diferente al país y que ya no sacrifique más a los trabajadores y que ya no privilegie más la alianza con los empresarios y que ya no mantenga más la esperanza de que el imperialismo norteamericano que la política norteamericana va a hacernos caso algún día y va a quitarnos barreras proteccionistas y va a bajar tasas de interés y va a dejar de especular con las materias primas en el mercado internacional.

Ante el problema de la deuda nosotros entonces planteamos también, que es un problema político; sí entendemos cuando el Secretario de Hacienda sostiene y en el texto mismo de la iniciativa se plantea, que están

por una moratoria, no están porque es una moratoria unilateral.

Pero la realidad, la realidad por la tendencia económica a no tener recursos suficientes, vamos a entrar al dilema de sacrificar el desarrollo para pagar más los servicios de la deuda, y frente a esto, frente a este futuro que ya ustedes han recibido importantes lecciones, señor Secretario, a sus cálculos anteriores en años pasados, han habido resultados diferentes. Si los cálculos de ahora tienen resultados diferentes, es el momento entonces de considerar que el foro de la Cámara de Diputados y que la concertación de fuerzas políticas en torno a este problema tienen que plantear una salida que preserve la soberanía nacional, que preserve entonces la posibilidad de que en este país dejemos de ser exportadores de capital y entendamos que la deuda más importante que tiene el Gobierno no es con la banca, sino con el pueblo de México como mandato constitucional.

Señor Secretario, frente a todo esto somos optimistas, frente a una política que no compartimos en el terreno económico, compartimos la necesidad de la alianza y evitar que la derecha avance en este país. ¿Por qué somos optimistas? Porque tenemos historia, historia y experiencia en la lucha de emancipación nacional, tenemos por eso futuro, tenemos recursos y tenemos un pueblo capaz de lograr enfrentar cualquier amenaza del exterior suspendido no pagos, pero el problema es un problema de definición política, señor Secretario.

El C. Presidente: -Señor Secretario de Hacienda y Crédito Público: ¿desea usted hacer uso de la palabra?

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: -Si lo permite, señor presidente.

El C. Presidente: -Tiene usted la palabra.

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: -Gracias. Igualmente que los señores diputados que han hecho uso de la palabra anteriormente, planteamientos diversos lo que nos hace el señor diputado Graco Ramírez, creo que él subraya la necesidad de dar un sentido político a muchas de estas discusiones; señala y con mucha razón que el proyecto de iniciativa de la Ley de Ingresos para 1986 no es sólo un problema de cifras ni de contenido eminentemente financiero, como tampoco lo es el Presupuesto de Egresos de la Federación, sino que son asuntos de naturaleza esencialmente política y creo que tiene toda la razón el señor diputado Graco Ramírez.

El planteamiento de la iniciativa de Ingresos y el Presupuesto de Egresos plantea definiciones políticas fundamentales por parte del Gobierno de la República que son sometidos a la consideración de esta Soberanía, planteamientos políticos fundamentales que parten de nuestra historia, de los compromisos fundamentales con el mandato popular que recibió el Presidente de la República con la realidad a la que nos enfrentamos y con el futuro inmediato que se aspira desde el punto de vista político, pero con una clara conciencia del momento y de la circunstancia por la que atravesamos.

El diputado Ramírez nos habla de que este es un momento de definiciones. Que una crisis como la que vivimos, y es una frase usada repetidamente, es un momento también de definición, de claridad. Y en ese sentido creo que de manera muy clara el mensaje básico que tiene un claro sentido político, que queremos dejar aquí en esta soberanía, es precisamente ese, el que estas iniciativas corresponden a un interés y a una definición política fundamental. Y la decisión y definición política fundamental es que el Gobierno de la República responde de manera esencial y fundamental a las necesidades de los grupos mayoritarios de nuestra población. Ese es el mandato fundamental que ha recibido el Gobierno de la República. Y para atenderlo se plantea una estrategia económica no desligada de la definición política, que busca corregir en este momento, corregir circunstancias desfavorables.

No es posible, lo ha dicho el Presidente de la República, me permití reiterarlo en las palabras introductorias, no es posible proporcionar un mejoramiento claro y definitivo en el bienestar de las mayorías cuando la economía se encuentra débil y convaleciente. Aquí la liga muy clara y con la que coincido plenamente, de que no se puede desasociar la política de la economía. Pero tampoco se puede desligar la política de la economía. Ambas se encuentran entreveradas y enlazadas de una manera clara y de una manera clara y de una manera extraordinariamente estrecha. Lo que se puede hacer en política depende de lo que sucede en economía. Y lo que sucede en economía depende también de cuestiones de definición política.

¿Cuáles son las estrategias fundamentales para el año 1986?, lo hemos dicho y lo hemos reiterado y lo volvemos a hacer en este instante. Se trata de corregir circunstancias desfavorables a las que nos enfrentamos. Se trata de corregir inflación. Se trata de corregir finanzas públicas. Pero no para corregir una variable financiera o para mejorar un número que aparezca en un informe o en una conversación, sino precisamente para atender de mejor forma la necesidad y el compromiso político del Gobierno de la República con los grupos de obreros, de campesinos, de profesionales que constituyen la mayoría de la población. Sin esa corrección de poco serviría esa alianza, porque definitivamente requerimos pisar más firme y en suelo mejor cimentado para poder aspirar en los próximos meses y en los próximos años a ese mejoramiento, a ese mejoramiento que constituye la razón fundamental de cualquier

quehacer de un Gobierno comprometido con intereses populares.

Varias dudas nos plantea y externa aquí el diputado Graco Ramírez, dudas sobre la política de tasas de interés, dudas sobre la política cambiaria, y nos pide que aclaremos y precisemos aspectos importantes en estas cuestiones. En materia de tasas de interés, política vital ligada directamente con la economía pero con influencia y repercusiones en la política, políticas de tasas de interés en donde señala que lo niveles son excesivamente altos, que mediante esta tasa de interés muy alta estamos deteniendo la inversión y ejerciendo una influencia negativa en las perspectivas de recuperación de nuestra economía, tesis que escuchamos una y otra vez por diversos exponentes y voceros de la opinión pública de opiniones muy diferentes de nuestra sociedad.

Yo quisiera comentar que en estas cuestiones importa mucho la tasa de interés real, es decir aquella que deduce a la tasa nominal los problemas inflacionarios, y que habría que ver también a lo largo de nuestra historia reciente cuáles han sido los niveles de tasas de interés que por un lado constituyan un incentivo suficiente para que el ahorrador deposite sus ahorros en los mecanismos institucionales. Si este nivel fuera claramente negativo en términos reales, habría claramente un incentivo mayor por parte de la comunidad para destinar su ahorro no al ahorro institucional de carácter financiero sino a la compra de otras cosas, a la especulación en otros menesteres, reduciendo con ello de forma muy sensible la fuerza de la que se nutre el sistema financiero para apoyar el financiamiento de nuestro desarrollo.

Es claro aquí también que sería deseable que bajara la tasa de interés, que sería deseable que este nivel que los bancos pagan por los ahorros y que los bancos cobran por sus créditos fueran menores, pero altamente dependientes están estos niveles del comportamiento de los precios, y también de los niveles de tasas de interés en el exterior, con las cuales las nuestras compiten, compiten por una interdependencia que existe creciente entre las economías, y de manera particular por la geografía que domina a la nuestra.

Comentarios diversos nos hace el diputado Ramírez acerca de la política cambiaria. Y con mucha razón. Nos dice que si queremos ser claros y distinguir el tipo de cambio libre y el tipo de cambio controlado, también señalemos en este caso del tipo de cambio controlado, que ha habido abusos, desviaciones y fraudes con el uso de las divisas del mercado controlado.

No solamente estamos de acuerdo con él, sino que son públicas y han sido denunciadas precisamente por las autoridades financieras del país. Por ello, estamos empeñados, de manera perseverante, en mejorar nuestros instrumentos de control dentro del mecanismo de control de cambios. Difícil tarea. Por las circunstancias que dominan a estas transacciones, y difícil tarea también por la geografía a la que aludimos hace un momento. Pero definitivamente tiene razón de que el tipo de cambio controlado, también ha dado lugar para abusos y para desviaciones. Tiene también razón cuando nos dice que la evolución del tipo de cambio libre afecta al tipo de cambio controlado. Efectivamente. Y por eso preocupa la evolución reciente que ha tenido el mercado del tipo de cambio libre, porque indiscutiblemente, entre mayor divergencia haya entre los dos mercados, mayor incentivo habrá para evitar la canalización de los recursos en el controlado y desviarlos hacia el mercado libre. De ahí la inconveniencia, lo negativo de estas fugas de capital que hemos atestiguado en los últimos meses.

Pero aquí vale la pena una aclaración pertinente: con frecuencia se identifica al renglón de errores y opiniones de la balanza de pagos como renglón equivalente a fugas de capital. Y se dice: las fugas de capital en los últimos meses, son tanto, y ese tanto corresponde a cifra estimada de errores y omisiones de nuestra balanza de pagos. Permítame una declaración pertinente. Esa interpretación no es correcta. En errores y omisiones están las fugas de capital, pero están también muchos otros movimientos, como por ejemplo: subfacturaciones, sobrefacturaciones, demoras en los registros de operaciones de comercio exterior, de uno o de otro lado, etcétera, de tal manera que para juzgar el monto de las fugas de capital es altamente riesgoso hacerlo con la identificación en el renglón de errores y omisiones.

Según las últimas cifras de que disponemos, tampoco es correcta la cifra que se ha dado de incremento de los depósitos de los mexicanos en el exterior. Según las últimas cifras de las que dispone, oficialmente, ha habido un incremento en los depósitos de mexicanos en el exterior en los últimos meses, pero este no llega, de ninguna manera, a la magnitud que con frecuencia se ha aludido. El momento correspondiente es superior a 1 000 millones de dólares en esta primera parte del año de 1985.

Se está llevando a cabo un foro de consulta sobre la deuda externa. Y que bueno que lo mencionó el diputado Graco Ramírez, porque fue precisamente su partido, secundario por la gran mayoría de los miembros de esta Legislatura, el que propuso el que se llevara a cabo este evento.

Se han tenido dos reuniones, una en Tijuana y otra en Toluca. Se han presentado casi 500 ponencias de los más diversos orígenes, de partidos políticos, de entidades académicas, de grupos de profesionales, de agrupaciones gremiales, locales, municipales o estatales. Y creo que ha habido una oportunidad extraordinariamente valiosa para intercambiar puntos de vista y escuchar los planteamientos fundamentales de la sociedad, sobre este problema vital.

El foro no ha terminado y continuará en otros lugares, según nos han platicado los que tienen mayor relación con este foro.

Es interesante destacar cómo en la gran mayoría de las ponencias, -cuando digo gran mayoría es gran mayoría de las ponencias presentadas- el camino que se escoge no es el de la confrontación o el aislamiento, sino es el de una negociación tesonera, perseverante, audaz y de vanguardia como la que estamos tratando de seguir en el Gobierno de nuestro país.

Nos habla el diputado Graco Ramírez, para terminar su intervención y yo haría lo propio, de que se siente optimista a pesar de las dificultades por las que estamos atravesando. Yo quisiera decirle que comparto plena y totalmente su optimismo, porque también comparto su convicción de que el país, sus instituciones su gente, su voluntad para superar problemas estarán presentes, como lo han estado en estos años y lo estarán en estos próximos para que podamos, de aquí a unos años, decir que el diputado Ramírez y el compareciente tenían razón en ser optimistas. Muchas gracias.

El C. Presidente: -Por el Partido Socialista Unificado de México, el C. diputado Pablo José Pascual Moncayo, hará uso de la palabra.

El C. Pablo José Pascual Moncayo: -Señor presidente; compañeros diputados; señoras y señores; señor Secretario: El hecho de recibirlo hoy, señor Silva Herzog, en esta Cámara obedece a motivos que van mucho más allá del simple cumplimiento de los compromisos constitucionales que usted y nosotros tenemos para examinar propuestas que ha turnado el Ejecutivo Federal. Ahora, además, circunstancias recientes que han empeorado la ya de por sí muy deteriorada economía del país, nos obligan a ir más allá de la simple confrontación de opiniones: aunque pocos han sido consecuentes con ello, todos los sectores activos en el país han estado de acuerdo en que la emergencia por la que hemos vivido en los dos meses anteriores nos obliga a realizar esfuerzos de elaboración y desarrollo políticos para ser capaces de responder a los nuevos imperativos que los terremotos de septiembre nos impusieron.

Sin embargo, tanto para el Estado como para los grupos más politizados de la sociedad, ha sido muy difícil llevar a cabo ese despliegue de imaginación y de formulación de nuevas alternativas. Quisiéramos aquí por eso ir más allá del simple cuestionamiento al proyecto de Ley de Ingresos que hoy viene usted a explicarnos, desearíamos ubicar las circunstancias en las que este proyecto se presenta y se pretende poner en práctica para el próximo año. Y aquí resulta inevitable abundar en circunstancias aparentemente obvias, pero que de tan conocidas a veces olvidamos tomar en cuenta.

Quiero recordar por eso, señor Secretario, que dentro de unos cuantos días la actual administración pública federal llegará a la mitad de su ejercicio sexenal. Hemos vivido ya tres años de forzada reordenación y de austeridad y francamente, señor Secretario, los saldos de este lapso son impresionantemente desfavorables. No es nuestro interés quedarnos en el señalamiento de responsabilidades, pero nosotros mismos seríamos poco serios si a la crítica que sistemáticamente hemos formulado a la política económica gubernamental, no añadiéramos que esta misma política ha sido diseñada y puesta en práctica por un grupo gobernante específico, y ese grupo, a juzgar por los resultados de esa política, ha fracasado en su intento para que la economía mexicana se pudiera recuperar.

Hace tres años, el actual grupo gobernante podía contar al menos el beneficio de la duda, inclusive quienes no votamos por el partido oficial en las elecciones federales de 1982 debíamos aguardar a conocer los resultados de las medidas económicas del nuevo gobierno aun cuando desde entonces, como mi partido lo señaló en esta misma Cámara, teníamos la certidumbre de que privilegiar el pago de la deuda externa buscar a toda costa el abatimiento de la inflación y promover el eufemístico adelgazamiento del Estado eran líneas de acción contrarias al interés popular porque no atendían a los auténticos problemas de la economía mexicana. Es decir, no tomaban en cuenta rezagos históricos, desigualdades sociales crecientes y sobre todo las debilidades internas de la planta productiva del país.

La crisis de todas luces se ha profundizado, lo saben millones de trabajadores para quienes el salario y su poder adquisitivo aparte de insuficientes son una suerte de crueles indicadores para advertir el empeoramiento de la crisis.

Esas realidades y el desaliento y el escepticismo de las mayorías de la sociedad son más significativas que las a menudo maquillas cifras que sobre la evolución de la economía proporcionan algunas instituciones oficiales, pero aún dentro de la lógica que ha prevalecido en el grupo gobernante señor Secretario, se puede concluir que la política económica reciente no ha sido la mejor para el país. Hace tres años junto al beneficio de la deuda, sobre lo que podría llegar a realizar, ese grupo contaba con el indiscutible hecho que se vivía una crisis económica de gran magnitud, ahora sin embargo, nadie puede afirmar razonablemente que las dificultades de hoy son consecuencia de los rezagos y las ineptitudes de ayer. La situación actual de nuestra economía es hoy en términos globales y en perspectivas, peor a la de hace un trienio, naturalmente, las condiciones internacionales no han mejorado, pero a ellas fundamentalmente a la inestabilidad del mercado petrolero es que en verdad deseamos encontrar respuestas útiles y no sólo disculpas o falsas justificaciones, debemos añadir las consecuencias de una errónea política- económica.

Aún con datos oficiales, reveladores aunque no siempre suficientes, se pueden documentar esas afirmaciones; aunque se siga comparando la situación de hoy, con la que privaba en 1982, debe reconocerse que no se han alcanzado los objetivos que supuestamente se alcanzarían con ajuste que ha sido tan costoso desde el punto de vista social, pese a las mayores reducciones de los salarios reales, ahora se nos dice que la inflación se ha estabilizado alrededor del 60% anual, aunque continúa la misma política de salarios.

Pese a la gigantesca devaluación que hemos vivido, las exportaciones se han incrementado, las fugas de capitales, incluso, se elevaron durante el último año y el supuesto saneamiento de las finanzas públicas, pese a los recortes permanentes del gasto, sólo se ha traducido en una distorsión de los fines de la política fiscal que en lugar de guiarse por objetivos sociales, está cada vez más dominada por los caprichos de la coyuntura financiera.

Los resultados de esta política se han traducido en un fortalecimiento productivo, los índices de volúmenes de la inversión son inferiores a los de hace 6 años, el producto industrial del primer semestre de este año, con todo y el crecimiento resultó menor al de 1981 y el rezago es incluso mayor en algunas ramas de la producción, entre otras las del artículo para el consumo mayoritario.

No hay entonces fortalecimiento productivo, ni saneamiento de las finanzas públicas, sí tenemos en cambio una economía más pequeña en relación a las necesidades crecientes que se deben atender y todavía peor, estamos agravando la incapacidad para atender en el futuro los requerimientos sociales que son cada vez mayores.

Tenemos una sociedad evitada por la cuantiosa transferencia de recursos al exterior que durante los últimos años se ha estado realizando por medio del servicio de la deuda y en concreto se ha estado enviando al exterior el resultado del trabajo de millones de mexicanos que a cambio han visto reducidos sus ingresos reales como nunca antes, al menos durante los últimos 40 años.

Ese panorama triste y desalentador de la economía mexicana, sin duda ha estado definido por muchas circunstancias pero es indudable que su conformación ha exigido una marcada responsabilidad de las autoridades gubernamentales.

Hoy en día somos más pobres, tenemos más desempleados, los niveles de consumo siguen abatiéndose, la fuga de divisas es una interminable sangría que nos debilita crecientemente, la fragilidad del peso mexicano ejemplifica patéticamente esos retrocesos.

Hace tres años se nos dijo que esperásemos, que no había razones para alarmarnos, que la política económica gubernamental tendría Éxito. Hoy al menos ese recurso de pedir confianza y calma a una sociedad agobiada por la desesperanza y por la crisis, no puede tener más eficiencia. Hay que cambiar de rumbo económico y de discurso político si es que se desea, más allá de la autocomplacencia, a atender a las preocupaciones de la nación.

Queremos ser objetivo en nuestro juicio, pero comprenderá usted que a estas alturas de la crisis resulta difícil quedarnos en la ecuanimidad o en la frialdad de los indicadores económicos sociales, y estamos consientes de que somos falibles, señor Secretario, y eso nos permite además tener la certidumbre de que hoy en día todas las fuerzas sociales y políticas, desde el gobierno hasta los partidos, tienen obligación de esforzarse para revisar sus respectivas proposiciones.

Y ese esfuerzo de imaginación, coraje y capacidad de renovación que algunos sectores sociales manifestaron, por ejemplo, en ocasión de la tragedia de septiembre, no la advertimos, lo encontramos en la mayor parte de las decisiones del Gobierno Federal del que usted forma parte.

Se ha insistido en las bases para formular la política económica actual en la necesidad de congruencia, y donde hay numerosas y terribles incongruencias es precisamente en la aplicación de esa política como ya lo hemos indicado; se habla de reforzar a la planta productiva, pero para ese tipo de gastos sólo se redestina los remanentes que quedan después de cumplir con el congreso de obligaciones con el extintor; se habla de tender las necesidades sociales, pero las mayorías siguen padeciendo deterioros crecientes en aspectos tan esenciales como la salud, la educación y la vivienda.

Es inevitable, señor Secretario, referirnos a la deuda.

A pesar de las catástrofes internas, esta tragedia que para naciones como la nuestra significa la obligación de tener que seguir pagando a los bancos extranjeros, sigue siendo uno de los ejes de nuestros problemas, sobre todo porque no se advierte decisión política suficiente que partiera de la convicción de que por el cambio hasta ahora cruzado no vamos a llegar a ningún sitio conveniente.

En lugar de pagar, como hasta ahora lo hacemos, podríamos destinar esos recursos para mejores y sobre todo más constructivas causas, especialmente podríamos lograr un efectivo desarrollo de la economía mexicana, compra maquinaria, asegurar refacciones, adquirir las condiciones necesarias para crecer con desarrollo social, garantizar un digno nivel de ingresos a la población.

No pretendemos, y en esto para que no haya confusiones queremos ser enfáticos, la autarquía del país, ni el aislamiento a la economía nacional; no pretendemos que nuestras fronteras queden selladas apartándonos del exterior, sino, al contrario, tener con el exterior una relación adecuada y no desventajosa para nuestro país como ahora sucede. Quisiéramos una economía donde el pago de la deuda resultara de las posibilidades del país, es decir, de su desarrollo, no como hasta como ahora se nos impone cuando el pago de la de la deuda condiciona y restringe seriamente al desarrollo mexicano.

En las circunstancias actuales, tomando la enorme debilidad que padecemos a consecuencia de la deuda externa, estaríamos tentados a decir simplemente que la solución es la moratoria o inclusive la suspensión definitiva de pagos, como se ha dicho con distintos énfasis en fechas recientes. No queremos discutir aquí la pertinencia o no de la moratoria, supongamos inclusive sin conceder, señor Secretario, que definitivamente no pudiéramos acceder a ella porque implicaría más problemas de los que se buscara resolver; supongamos también que es necesario mantener nuestros lazos con la banca internacional y con los intereses nacionales en ella representados, y a pesar de esas suposiciones, dentro del marco de reflexión que establecen, sigue siendo necesario encontrar un camino diferente al hasta ahora establecido por las instituciones transnacionales y por nuestro gobierno.

Supongamos entonces que debemos seguir pagando, pues aún en esta lógica es imposible pagar como hasta ahora lo hemos tenido que hacer; supongo que sea inaceptable dejar de pagar; pues bien, es todavía más inaceptable estar pagando como hasta ahora, sacrificando el crecimiento del país.

Un presupuesto federal como el que nos ha sido presentado, en el que prácticamente la mitad de los recursos de la nación está destinado para financiar la deuda, es absolutamente inadmisible, y aquí encontramos otra incongruencia en el discurso gubernamental. Se dice que vamos a crecer para poder pagar pero lo cierto es que por pagar seguimos dejando de creer.

Según las previsiones oficiales, en 1986, en el mejor de los casos, la economía crecerá 1%: después, en los dos últimos años del sexenio, si es que se logran algunas metas para el próximo año, la tasa de crecimiento alcanzaría un promedio del 4%. Por lo pronto, en 1986, según sus propuestas, nos endeudaremos más, pagaremos y no creceremos.

No estamos, por lo tanto, por la autarquía ni por el suicidio nacional, ni contra la negociación de las cuestiones económicas, estamos por soluciones eficaces, que no repitan errores del pasado y que permitan que nos construyamos un futuro. Y hablando de negociaciones, señor Secretario, quisiéramos destacar también que en nuestra opinión, estas deben ser con el exterior naturalmente, pero también internas: queremos decir simplemente que otras de las incongruencias de la política económica radica en la falta de concordancia entre lo que hacen y proponen y otras dependencias gubernamentales es esta área.

El caso más lamentable y escandaloso se encuentra en las medidas dispuestas por el Banco Mexicano, institución en la que a juzgar por lo que de ella se conoce, sí hay afanes de autarquía y sí hay intentos suicidas respecto de la economía. A despecho de los esfuerzos que pueden realizarse en otras áreas en el Banco de México se ha promovido el endeudamiento interno que no redunda en beneficio del interés nacional. ¿A quién benefician más que a unos cuantos las exageradas tasas de interés que esa institución decide? ¿En qué política de desarrollo se ubican? ¿Como se ligan si acaso es posible con la prioridad que para el gobierno es el pago de la deuda externa? ¿Cómo se justifican en comparación con otra prioridad en el discurso oficial que es el control de la inflación?

La deuda, la interna y la externa, debe de estar supeditada a las necesidades sociales y no al contrario; hay que cambiar de política señor Secretario.

El otro asunto que es inevitable mencionar es la cuestión fiscal, quisiéramos recordar que en la cuestión fiscal hay mucho más que asuntos de técnica tributaria, nosotros y usted naturalmente, sabemos bien que tras la discusión de los impuestos suelen agazaparse numerosos prejuicios ideológicos y políticos. Hace no muchos días fuimos testigos del enfrentamiento o de lo que la opinión pública pudo conocer de este episodio, entre el Gobierno Federal y una de las más importantes cámaras patronales, la Coparmex, no abundaremos sobre el asunto que mercería otras reflexiones en otro momento, pero cabe recordar en buena medida que quienes desde posiciones de poder financiero suelen manifestar desconfianza y reclamos al gobierno y a otros sectores sociales, son precisamente quienes menos hacen para que la nación les tenga confianza. En el caso de los impuestos solamente quienes son contribuyentes cautivos porque su salario les deducen la carga fiscal, suelen aportar lo que de acuerdo con la ley tienen obligación de pagar. Pero hay un amplio universo en donde destacan grandes empresas y empresarios y en el que la evasión fiscal es práctica frecuente. A los empresarios y evasores hay que añadir también a sectores de las clases medias profesionales en las que se ha generalizado la práctica ya no sólo de evadir el pago de impuestos, dejando de extender recibos por sus honorarios, ahora también se está acostumbrado cobrar en dólares por ese tipo de servicios o con diversas formas para disfrazarlos. Se acostumbra también por ejemplo, que grandes compañías de asesorías y consultorías presenten los recibos por sus trabajos como pagos por derecho de autor lo cual es obviamente una forma de burlar al fisco.

En las fricciones entre uno y otro sectores de la sociedad, o en los enfrentamientos políticos entre gobierno y empresarios hay numerosas causas, es preciso ubicar entre ellas el autoritarismo que con frecuencia se manifiesta en las decisiones gubernamentales.

No menos rígidas son las actitudes de algunos capitales de empresas y atrás de eso, en la raíz de nuestros problemas existe una marcada reticencia contra la democracia, pero no profundizaremos en el análisis de la débil democracia mexicana que nos llevarían mucho tiempo: reconozcamos, sí, que para superar la crisis cualquiera que sea la estrategia que se adopte y en general para que el país salga adelante es necesario que exista concretación

social y eso no lo hay desdichadamente en el México de nuestros días.

Se dijo mucho a partir de la tragedia de septiembre, que los mexicanos podíamos manifestar capacidad para responder comunitariamente a las adversidades, pero no hay esa necesaria expresión unitaria aunque afán e interés en la sociedad sí existiría para lograr un auténtico desarrollo nacional; en vez de concertación desde el poder existen uno o varios soliloquios; esta contradicción es la última que deseamos señalar ahora y que consideramos muy grave en el proceso donde se toman y asumen o imponen las decisiones políticas y de política económica en nuestro país.

¿Cómo vamos a resolver esas contradicciones, con qué política puede transitar de la soledad, de las decisiones del poder a la versatilidad y la riqueza que proporciona la participación social? ¿Qué medidas harían posible que en lugar de monólogos accediéramos a una forma democrática de toma de decisiones? Ese es nuestro punto de vista, más que sus respuestas a cuestiones puntuales señor Secretario, quisiéramos saber qué comentario le merecen estas reflexiones que acabamos de presentar a usted. Muchas gracias.

El C. Presidente: -Señor Secretario de Hacienda y Crédito Público: ¿desea usted hacer uso de la palabra?

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: -Si me lo permite, señor presidente.

El C. Presidente: -Tiene usted la palabra.

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: -Buena parte de las reflexiones expresadas por el diputado Pascual, se dedican en una primera porción de su intervención, a comentar sus puntos de vista sobre la política económica que hemos seguido en la presente administración. Y nos habla de que los logros si los hubo, son totalmente insuficientes y que en esencia lo que deberíamos hablar sería de un fracaso de la política económica.

En anteriores intervenciones me he permitido expresar nuestros puntos de vista sobre el particular. Y sólo quisiera que me permitieran unos minutos para señalar o reiterar o subrayar, por qué sentimos que no se puede hablar de un fracaso de la política económica. Se puede hablar de dificultades adicionales de problemas adicionales a la política económica, que se han venido tratando de enfrentar conforme van apareciendo en el entorno internacional y en el panorama doméstico.

En 1982 la inflación a finales y a principios de 1983, tenían una tasa mensual de alrededor del 50%. Hoy, como él mismo lo señaló ya lo hemos comentado, estamos con un nivel inflacionario de alrededor del 60%. Pero hay una diferencia entre tasas del 150% mensual y 60%. Yo creo que hay una diferencia, los números lo indican. Repito, no se siente satisfacción de ninguna, sino se reconoce que no se lograron los objetivos de abatimiento del proceso inflacionario, ni en 1984, ni en 1983, ni en 1985. Pero hemos manteniendo un proceso de corrección y hemos evitado deterioro y retroceso.

En 1982 no hubo crecimiento; en 1983 hubo una caída en la actividad económica nacional. En 1984 y en 1985 tenemos resultados positivos de entre tres y medio y cuatro por ciento. Insuficientes, completamente de acuerdo, pero hemos tenido un crecimiento superior al que habíamos previsto; insuficiente, lo repito, pero que también plantea una situación diversa de la que nos encontramos a finales del año de 1982.

El déficit público era de 19%, 18.5% y lo hemos bajado al 9% en 1984 y en 1985; resultado insuficiente, lo vuelvo a reiterar, pero también plantea un proceso, una tendencia de corrección de una de las variables fundamentales en el manejo de la política económica de un país.

Teníamos un endeudamiento importante en 1982; en 1981 hay que recordar que el país se endeudó por más de 23 mil millones de dólares, y en este año de 1985 el endeudamiento neto, si acaso llegará a 500 millones de dólares.

El financiamiento del gasto total se ha venido reduciendo aquel que proviene de recursos del exterior de una manera dramática, importante, y por ello también complementamos la afirmación con la afirmación de que el país se encuentra hoy menos endeudado, en términos reales, que hace unos años.

No quiere decir de ninguna manera, y poca justificación tendríamos para hacerlo el que aquí dejáramos una nota de satisfacción o de triunfalismo; de ninguna forma. El proceso de corrección de una crisis está en marcha y se encuentra a escollos adicionales, por eso queremos perseverar insistir con terquedad en que es necesario hacer la corrección de estos aspectos fundamentales para que después podamos creer y aspirar a un mejoramiento en los niveles de bienestar de nuestra población. Si no se corrigieran estos aspectos de fondo, sería muy difícil -lo repetimos, lo subrayamos-, sería muy difícil hablar de un mejoramiento en ese nivel de vida, en ese nivel de bienestar de las mayorías.

Con mucha sensatez nos plantea en relación con el problema de la deuda externa que él coincide con aquellos que opinan que no es posible declarar una moratoria. ¿Así entendí? ...sino que es necesario insistir en la búsqueda de un camino diferente. Diferente al que en este momento hemos adoptado para obtener recursos adicionales con los que se pueda mantener una tasa de crecimiento razonable en el país, y poder crecer para pagar.

Nos comenta el diputado Pascual, con mucha razón, que este argumento se debilite mucho en la estrategia o en el planteamiento para 1986, puesto que en 1986 se plantea un crecimiento en verdad muy modesto. Pero yo

creo que es importante destacar en estas cuestiones es muy difícil establecer una instantánea de la situación, porque es muy difícil hacer los cortes en el tiempo, sino que más bien tenemos que buscar una proyección a lo largo de varios años. Cuando se dice, creer para pagar, no necesariamente se está diciendo: crecer el año que entra para pagar el año que entra, sino esencialmente el que requerimos mantener esos criterios fundamentales para sentar bases sólidas, que nos permitan acceder a un crecimiento más dinámico, acelerado y sostenido en los años futuros. De tal suerte que nosotros no lo vemos en una película instantánea, en una fotografía, sino que se trata de un proceso dinámico y dialéctico.

Nos dice que es necesario intensificar negociaciones externas e internas, y que el financiamiento interno que el Banco de México proporciona al Gobierno Federal, se encuentra a tasas exageradamente altas, fijadas por el Banco de México. Esto merece también una corrección importante: las tasas de interés no las fija la autoridad monetaria. Las tasas de interés responden, como todo precio fundamental en la economía, al juego, a las fuerzas de la oferta de dinero y de la demanda de dinero. Si existe en un determinado momento un exceso de demanda por fondos, por encima de la oferta disponible, por más que las autoridades quisieran detener el nivel de las tasas de interés, las tasas de interés van a subir en el mercado institucional, o en mercados que se desarrollan en forma paralela en un medio extrainstitucional.

Entonces quisiera hacer esta aclaración, que creo que conviene hacerla porque con frecuencia se piensa que la tasa de interés es fijada por las autoridades monetarias y financieras del país. La tasa de interés responde a fuerzas de oferta y demanda. Y por eso, en los últimos meses, la tasa de interés se ha elevado. Por eso en 1983, en el segundo semestre, cuando pudimos introducir correcciones importantes en la economía, cuando aumentó la disponibilidad de recursos, las tasas de interés, en aquella época, iniciaron una tendencia descendente que no fue sino interrumpida hasta inicios del presente año de 1985.

En este año de 1985, la demanda, por recursos que existen en la economía ha sido superior a la oferta y esto ha provocado un aumento en las tasas de interés. No decisiones unilaterales casuísticas o discrecionales de la autoridad. Esto es importante subrayarlo.

En materia tributaria, completamente de acuerdo con lo que apunta el señor diputado Pascual. No subraya altos grados de evasión en distintos sectores de nuestra economía; nos apunta altas empresas, altas utilidades, profesionistas, etcétera. Yo podría agregar muchos otros ejemplos, por eso uno de los grandes retos que tenemos en la administración, que tendremos en los próximos años, será precisamente coadyuvar a mejorar este control de la capacidad contributiva y de los pagos realizados por los contribuyentes, de reducir evasión, de reducir elución fiscal.

Constituye en problema serio que reconocemos, que hemos reconocido y sobre el cual estamos también tratando de poner un mejor esfuerzo para reducirlo.

Ha habido algunos logros, todavía modestos en el control de la evasión y confiamos en que con sistemas que se han venido desarrollando en los últimos años y que empiezan a dar ya sus primeros frutos tangibles, en los próximos años podamos compartir con ustedes una reducción realmente muy sustancial en lo que constituye un problema social y una desviación injustificada. Gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: -Por el partido Acción Nacional, el señor diputado Jorge Eugenio Ortiz Gallegos, hace uso de la palabra.

El C. Jorge Eugenio Ortiz Gallegos: -Cuando usted señor Secretario de Hacienda y Crédito Público, don Jesús Silva Herzog, comentó que si las mayorías conociesen de usted los impuestos iban a ser reducidos, las grandes mayorías de México aplaudirían la medida, cuando usted dijo eso reconoció que las medidas que usted nos está presentando son el apoyo de las grandes mayorías, sino de la minoría relativa que controla este país. Usted afirma que el gobierno dedica una parte de su gasto a la ayuda a las clases populares, pero se le ha olvidado mencionar que en el proceso de la recaudación de impuestos muchos de los dineros tienen un costo excesivo de operación de recolección; y también ha dejado de mencionar que muchos de los recursos se canalizan al gasto político que mantiene la imagen de este régimen de mayoría relativa. Y finalmente, también ha dejado de mencionar que muchos de los recursos que en este país se manejan sirven para engordar las fortunas de la oligarquía que nos gobierna.

Pero estamos aprendiendo que la interpretación que se nos da ahora de que creceremos para pagar, representa ya no que en este año de 1985 creceremos, sino que algún día creceremos.

Usted finalmente ha comentado que no hay triunfalismo en sus palabras, y nosotros vamos a entrar al fondo del tema para saber que usted no nos responde con triunfalismos estériles.

Acción Nacional asentó en 1939 en sus principios de doctrina la siguiente frase que figura en el capítulo de economía: "El Estado ha de corregir las injusticias que en la aplicación de la renta existan". Según diferentes fuentes oficiales, en México el gasto del sector público, gasto del Gobierno Federal y de sus organismos y empresas representaba como porcentaje del producto interno bruto un 26% en 1970, creciendo a 35% en 1976 y alcanzando 59% en 1982.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la de 1971, dejó establecido

en el artículo 31: "Que son obligaciones de los mexicanos, según la fracción cuarta, contribuir a los gastos públicos así de la Federación como del Estado como el del municipio en que en que residan de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes".

Ciertamente que las leyes de ingresos y del gasto público han sido dictadas y aprobadas por los diputados de la mayoría que se enlistan en el mismo partido al que pertenece el Ejecutivo ponente de cuantas leyes económicas rigen las finanzas del Gobierno, pero por ello es ineludible la siguiente reflexión que seguramente inquieta a la mente de cuantos mexicanos advierten, no los que quieren cegarse el deterioro general de la economía del país.

La cuota que en 1970 significaba como parte del producto interno bruto 26%, fue proporcional y equitativa cuando se acrecentó a más del doble del 59% en sólo 12 años hacia 1982, es evidente que alguna injusticia se está cometiendo en nuestro país a lo largo de lo que se ha llamado "La decena trágica" y que adicionales injusticias siguen recayendo sobre los mexicanos en estos tres años que acumulan ya una "Quincena trágica". Nuestra posición en Acción Nacional es demandar con urgencia que se corrija tales injusticias porque a pesar del crecimiento de la carga fiscal, como porcentaje del producto interno bruto, mejor dicho, con motivo de tales incrementos, ha ocurrido la erosión constante de la economía de los mexicanos y de sus familias, pero sobre todo de aquellos desheredados o desamparados que se encuentran en la base de la desigual pirámide.

En el primer párrafo del documento, Criterios generales de política económica para la iniciativa de Ley de Ingresos y Egresos de la Federación, correspondiente a 1986, suscrito por la Presidencia de la República, en el que seguramente, de manera preferentemente se sustenta la comparecencia de usted, Secretario de Hacienda en esta Cámara de Diputados, que dice así en el primer párrafo: en el curso de los tres últimos años, se ha recuperado la emergencia económica que prevalecía a fines de 1982.

Admitiendo sin conceder, dejando para más tarde nuestros cuestionamientos que demuestran lo contrario, admitiendo por un momento que en los tres años recientes han sido de recuperación y salida de emergencia, destaquemos que un gobierno sin memoria es un ente desarraigado, que puede reincidir por olvido en los mismos gravísimos errores del reciente pasado, sepultado por desprecio o por amnesia.

El error fundamental de 1970 como el de éste 1985 y del año económico 1986 que ahora se proyecta en estas leyes, surge de la injusticia cometida por un gobierno que toma del cauce nacional un monto excesivo de los recursos de la nación en detrimento del pueblo y de su progreso.

Los contenidos del folleto mencionado, Criterios Generales de Política Económica, etcétera, abundan en la referencia sobre lo que representa el sector público frente al producto interno bruto. Así se dice, por ejemplo, que la carga fiscal pasó de 18.6 en 1973 a sólo 17.3 en 1984 y que disminuirá probablemente 6 décimas para representar 16.7 como porcentaje del producto interno bruto en 1985, y se formula que para 1986 se buscan modificaciones sustantivas al actual esquema de "imposición". Se proyectan para incremento del ingreso gubernamental nuevos impuestos, nuevas bases de tributación, recaudaciones extraordinarias, tal es en síntesis lo que viene a proponernos y que explicarnos usted señor secretario de Hacienda, que el Gobierno de una mayor carga fiscal para el pueblo de México.

Debemos recordar que en los años de 1983, 1984 y 1985 el déficit presupuestal que se compone con el exceso del gasto por encima de los presupuestado como tributación fiscal representa no décimas, unidades como porcentaje del producto interno bruto. En 1983 el déficit presupuestal significó 8.9 como parte del producto interno bruto. Ese déficit disminuyó 9 décimas solamente en 1984 para representar el 8%, y en 1985 se subirá, según los estimados, a 8.9 o tal vez a 10% sobre el producto interno bruto.

Resulta pues, señor secretario de Hacienda, que el Gobierno se preocupa por recuperar recaudación fiscal a razón de décimas del producto interno bruto para gastar inmisericordemente no décimas, sino varios puntos por encima del ingreso a través del sistema del déficit presupuestal.

De ahí pues el endeudamiento que en 1986 volverá a recibir aceleración, de ahí la inflación que el propio gobierno acepta que no a podido controlar, de ahí el dispendio que representa desorden, ineficiencia y corrupción, de ahí los innumerables males económicos que habremos de comentar en su oportunidad.

Usted ha reconocido la nociva implicación de la inflación sobre los salarios en algún momento de esta su comparecencia. Nosotros decimos que la inflación es el verdugo, la inflación es el hampón que arrebata el valor adquisitivo al salario del trabajador.

Señor Secretario: Sus presupuestos de 1983, 1984, 1985 y 1986 son cómplices del hampón que roba el salario al trabajador porque fueron los cómplices del sistema presupuestal deficitario que genera inflación.

Debemos recordar que la carga fiscal de 1970 de los siguientes 15 años ha sido un peso injusto, una excesiva obligación impuesta al pueblo, cuyo salario se deteriora cada día; formulado de otro modo, si la carga fiscal se reduce sólo unas cuantas décimas como porcentaje del producto interno bruto, no se dará suficiente alivio a la tributación que pesa sobre el pueblo mexicano, menos aún si se pretende que la carga no se reduzca ni siquiera en décimas: el gobierno seguirá pues ejerciendo injusticia en el desorden del reparto, quedándose con una parte sustancialmente mayor de la renta nacional y haciendo más injusta

la porción que al final de cuentas corresponderá al pueblo.

Consta en la página 41 de la publicación respectiva, que usted señor de Hacienda expresó en el curso de su comparecencia hace un año, el 21 de noviembre de 1984: No hay peor injusticia tributaria que los contribuyentes no aporten lo que la ley señala. No es asunto cuestionar aquí por el momento, si una ley injusta es obligatoria conforme al derecho, pero es imprescindible voltear el esquema para la siguiente formulación; no hay peor injusticia contra un pueblo que emplear ineficientemente los impuesto que entrega el gobierno constituido no llega al poder por elecciones democráticas, estableciéndose por lo tanto como gobierno ilegítimo de origen, también podemos agregar que la carga tributaria injusta y el gasto desordenado se configuran como un hecho de injusticia distributiva.

¿Dónde comenzó la crisis de hace 15 años? Durante casi 25 años, hasta 1969 el país había conseguido un crecimiento constante, una inflación moderada, todo dentro de una formula repetitiva de la participación del gobierno con un gasto gubernamental y su inversión pública como parte del producto interno bruto. Súbitamente, a partir de que el Presidente de la República de entonces declaró que las finanzas públicas se manejaban desde Los Pinos y de que su Secretario de Hacienda que estuvo sentado hasta hace un momento aquí, sufrió de inmediato una caída desde el caballo que venía montando, el precio del pan se incrementó 30 tantos; el de la carne 24 veces: de la leche 15; el índice general del precio subió de 100 hasta 400. No fue ciertamente una inflación importada por que el país del norte con el que realizamos más de las dos terceras partes de nuestro comercio, siguió manteniendo la inflación de menos del 3.5 y en el nuestro la inflación se disparó hasta significar un problema anual de 80%.

Sabemos que la ortodoxia de los economistas rehuyen la simplificación de las causas de tan grande desastre y que los técnicos de este sistema oficial, y usted lo que ha retirado aquí hace un momento, arguyen que fue también mal de otros, epidemia que cundió en naciones subdesarrolladas pero aún para usted y sus técnicos es irrebatible que aquí, igual que en otros países, el gasto excesivo del gobierno fue el factor esencial de la pérdida del rumbo. Gobiernos de todos los signos políticos creyeron en el expediente del gasto excesivo y del endeudamiento para promover riqueza social y empleo para repetir una expresión empleada por usted que hizo comentarios a la intervención de un diputado de la oposición: "creyeron de buena fe o con mala intención". Un excesivo gasto que se apoyo en contratación de adeudos para cubrir y prevenir sobregiro.

(Se oyen voces.)

El C. Presidente: -Se suplica guardar compostura.

El C. Juan de Dios Castro Lozano: -No se alcanzó a oír porque no estamos ahora en la mesa de taquigrafía.

El C. Presidente: -Sí, señor, lo conozco.

El C. Jorge Eugenio Ortiz Gallegos: -Un excesivo gasto se apoyó en la contratación de adeudos para cubrir y prevenir sobregiros, en una impresión de billetes para financiar excesos, salvo excepciones como lo de la planta de extracción de petróleo para la exportación canalizados a inversiones de mero lujo, a construcción de elefantes, a dispendios impresionantes y a corrupciones inimaginables. A propósito de este tema, usted se pronunció aquí hace una hora o dos con el aforismo de que sucede en las mejores familias usted ni pudo modificar la expresión diciendo que sucede también en los peores gobiernos. Pero también pareció inducir la explicación del que el gasto es excesivo porque una parte de dicho gasto es social y se dedica al apoyo de las grandes mayorías. Toda esta remembranza tiene por objeto actualizar dos observaciones fundamentales: la primera, se refiere a la necesidad de si el gobierno acepte que su reordenación económica no progresa, no por falta de conceptualización y definición de metas, sino por deficiencia de la voluntad de implementar cuánto ya ha sido formulado en un sinnúmero de planes y de pronunciamientos. De 1970 a 1982 la población creció en un 40% y la explosión burocrática a un 300% y no ha sido reducida la burocracia en los tres años recientes. Quede esto sólo como ejemplo entre las muchas metas incumplidas cuyo resumen puede relatarse en los siguientes enunciados:

La batalla contra la inflación sigue caminando en derrota, el déficit público de 1985 se duplica de 5.5 del producto interno bruto a casi el doble a razón de 8 o 9 o 10%. Las finanzas gubernamentales padecen enfermedad crónica: la economía mexicana está desprovista de capacidad competitiva frente al extranjero; nuestro peso se desploma tan horrendamente como el de aquel famoso viernes negro de 1982; disminuye la captación bancaria; no se otorgan créditos al sector privado; se reducen las reservas internacionales del Banco de México y las balanzas comercial y de pagos; se siguen exiliando con brazos y cerebros, miles de mexicanos.

En una frase, el Programa de Reordenación Económica es un empedrado de buenas intenciones que se desvirtúan por las realidades de la economía y la crisis de confianza que alienta la estampida cambiaria, la fuga de capitales y las tendencias inflacionarias.

La segunda guarda relación estrecha con el sentido general de esta intervención. Mientras el déficit del gobierno continúa, habrá que seguir a inflación, La inflación es el cáncer que inyecta mayor miseria a los miserables y mayor riqueza a los adinerados.

El espejismo de que el aumento del gasto corriente genera empleo, y de que de ese modo se consigue el progreso, es una tesis en desuso derrotada por las realidades económicas de muchos países.

De aprobarse el presupuesto en los montos que representa de cargas sobre la Nación, de asentir a los aumentos de nuevos empréstitos y de otorgar el si a los presupuestos contenidos deficitarios, México proseguirá hundiéndose en la misma tragedia, la de algún progreso tal vez, pero progreso improductivo y sólo aparente, que no habrá de mejorar el poder adquisitivo del salario; que no estimulará el arraigo de los capitales; que no fomentará la iniciativa de los trabajadores y de los empresario, que no alimentará la fe de los mexicanos en su país y que no inspirará confianza en este gobierno que se incomoda con el tiempo. Muchas gracias.

El C. Presidente: -Señor Secretario de Hacienda y Crédito Público: ¿desea usted hacer uso de la palabra?

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: -Si me lo permite, señor presidente.

El C. Presidente: -Tiene usted la palabra.

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: -Me parece que la intervención del diputado Ortiz Gallegos seguramente daría lugar a una discusión activa sobre varios de los puntos que él tocó.

Le voy a hacer algunos comentarios de carácter general y rogarle que me permita la sugerencia de que en la lectura de las iniciativas de Ley de Ingresos, probablemente él haya tenido ocasión de leer una versión preliminar y no la definitiva porque nos comentó varias cosas que no se si porque ya se me hayan olvidado, pero no aparecen en ninguna parte de las Iniciativas de Ley de Ingresos para 1986.

Voy a dar algunas cifras de carga fiscal y lo voy a hacer de una manera comparativa, para que nos ubiquemos y no caigamos en la alarma a la que nos había convocado el señor diputado Ortiz Gallegos de que la carga en nuestro país es verdaderamente excesiva y que impide prácticamente todo el esfuerzo de empresas o trabajadores.

Los datos que tengo corresponden al año de 1982 y plantean carga fiscal total, y la carga fiscal por impuestos en una muestra de 50 o 60 países. Nosotros tenemos una carga fiscal total de 19%; eso incluye además de los impuestos los pagos que tienen que hacer por concepto de seguridad social en nuestro caso de prestaciones habitacionales consignadas en el FOVISSSTE y en el INFONAVIT; 19.02 es la cifra correspondiente a nuestro país; arriba de nosotros con carga fiscal superior están la gran mayoría de los países, por ejemplo algunos: Canadá tiene 19.73, Estados Unidos 22, Finlandia 28, Nueva Zelanda 34, Barbados para no escoger nada más de los países más altamente industrializados 28, Venezuela 28.63, y un poco menores que nosotros estaría Argentina con el 15.5%, Paraguay con el 12%, de tal manera que esa carga fiscal a la que aludió el señor diputado Ortiz Gallegos durante más o menos de 45% de su intervención no es así el aspecto que quiso transmitir.

Pero por otro lado, lo más importante es ver la evolución reciente. Apuntó él señaló correctamente en esta ocasión, cómo en los últimos dos o tres años la carga fiscal se ha venido deteriorando en nuestro país; se ha venido deteriorando esencialmente por un deterioro en la base gravable de las empresas de nuestro país, derivado este deterioro en la base gravable del efecto que la inflación -y hemos tenido inflación en los últimos años provoca el efecto que la inflación desde el punto de vista tributario en la masa de recursos sobre los cuales se pagan impuestos. De ahí que hayamos comentado en la iniciativa de Ley de Ingresos, que estamos en proceso de hacer estudios para revisar el concepto de la base gravable. No que estemos sometiendo a esta soberanía ninguna modificación especial a esa base gravable, sino que vamos a iniciar, lo queremos hacer con todo cuidado y con todo tiempo, por las enormes repercusiones que una medida precipitada pudiera provocar en el aparato productivo nacional.

Repito la carga fiscal en nuestro país se ha venido deteriorando ligeramente en los últimos años. Ha jugado aquí también un papel destacado el deterioro, en pesos, en efecto, en pesos, que una menor devaluación del tipo de cambio ha provocado en los ingresos de PEMEX que vienen, la mayor parte de ellos, expresados en monedas extranjeras.

De tal manera, que el propósito para 1986 no es aumentar la carga fiscal, como lo apuntó el señor diputado Ortiz Gallegos. No pretendemos aumentar la carga fiscal, en 1986. Lo que pretendemos es tratar de evitar un deterioro mayor en esa carga fiscal, por la consecuencia que tendría en menores ingresos, de los cuales pudiera utilizar nuestro gobierno.

Este esfuerzo para evitar el deterioro va a provocar, o se materializa mejor dicho, mediante a la propuesta a ustedes de diversas medidas que pretenden obtener alrededor de 900 mil millones de pesos adicionales, o como consecuencia de estas medidas. Pero de esos 900 mil millones de pesos, no hay ninguna aportación importante de aumento de impuestos a personas físicas en general, o a las empresas. Se pretende obtener la mayor parte, el 60% de este incremento de 900 mil millones de pesos, mediante el establecimiento de un derecho especial, extraordinario, a Petróleos Mexicanos, por un 6% adicional.

Además hay algunas tasas adicionales en algunos impuestos específicos a producción y servicios y cigarros, en vino, en licores, en gasolina, que no van a repercutir en precio de gasolina sino en absorción de recursos por parte de la entidad productora.

Estos impuestos adicionales nos van a proporcionar al rededor de 250 mil millones de

pesos, que junto con los 600 mil de PEMEX, proporcionan el aumento fundamental de recaudación para el año próximo.

Algunos muy opuestos al pago de impuestos, tradicionalmente. Opuestos al pago de impuesto, me dirán que hay un tasa adicional del 10% a los contribuyentes con más de 7 veces y media de salario mínimo. Y, efectivamente, está incorporada en la propuesta de la Ley de Ingresos. Pero el efecto recaudatorio, es verdaderamente moderado y lo estimamos entre 10 y 20 mil millones de pesos.

Se busca esencialmente la participación de aquéllos que más tienen en su esfuerzo nacional, ligado con la reconstrucción.

Y los contribuyentes que pagan más de 7 veces y media de salario mínimo, señores, son menos del 4% del total de contribuyentes en el país.

De tal manera, que a lo mejor el señor Ortiz Gallegos, cuando hablaba de incrementos en las cargas fiscales se estaba refiriendo a ese 4% de contribuyentes que ganan 7 veces y medio más del salario mínimo, dentro de la escala de contribuciones.

Por otro lado, y simplemente para ubicar la discusión, le quisiera comentar al señor diputado Ortiz Gallegos que una de las orientaciones fundamentales de la estrategia para el año próximo es continuar con el saneamiento de finanzas públicas. Abatir el gasto público en alrededor de 2.5% del producto interno bruto y aumentar los ingresos, también en términos de su participación en el producto interno bruto.

Con eso pretendemos bajar el déficit a la mitad de lo que probablemente concluya el año de 1985. Pensamos abatirlo o pretendemos abatirlo del 9.6% al 4.9% en 1986, esfuerzo difícil, sin precedente o con el precedente de 1983 pero donde nos enfrentábamos a un entorno completamente diferente. En 1983 traíamos un período en donde el crecimiento de la economía y del ingreso había sido muy acelerado. El país, en los años anteriores, había tenido un comportamiento económicos de los más dinámicos en el mundo, con tasas superiores al 8% en términos reales.

Ahora, en 1986, y estamos conscientes de ello, lo vamos a hacer. Los vamos a esforzar para lograrlo en un entorno que, definitivamente, es distinto, porque el período que precede es un período de dificultades, como lo hemos comentado a lo largo de esta mañana de manera profusa.

De tal suerte, que creo que si ubicamos claramente el no aumento de la carga fiscal para 1986, la desgravación real para todos los contribuyentes, de ingresos medios y bajos y el esfuerzo tesonero por abatir el déficit público para el año próximo, creo que muchos de los comentarios y expresiones del señor diputado Ortiz Gallegos podrían modificarse de una manera importante. Gracias.

El C. Presidente: -Por el Partido Revolucionario Institucional, el ciudadano diputado Píndaro Urióstegui Miranda, hace uso de la palabra.

El C. Píndaro Urióstegui Miranda: -Señor presidente: Muchas revoluciones, tanto de las llamadas burguesas como de las socialistas, al consolidar sus victorias militares y sus triunfos políticos, instauraron regímenes dictatoriales con los que negaron muchas de las razones de sus, propios orígenes. La Revolución Mexicana optó por el camino de la democracia y el marco jurídico del estado de derecho.

La libertad y la justicia fueron desde un principio valores sustanciales de como precursores, caudillos e ideólogos, participaron y fueron definiendo los perfiles de nuestro proceso revolucionario. En ninguna nación, ha sido fácil transformar un ideal revolucionario en vida institucional; se multiplican hasta nuestros días, los ejemplos dramáticos de pueblos que encausados en procesos revolucionarios, no pudieron o no han podido encontrar oportunamente los causes democráticos a su libertad, a su justicia y a su estado de derecho. Nosotros mismos, de 1910 a 1917 pagamos un alto costo de sangre y de violencia en aras de un ideal reivindicador y pese a que culminamos esta etapa con un texto constitucional, suma de todas las aspiraciones populares, tuvimos que prolongar hasta 1929, este baño de sangre y de sacrificios indescriptibles por el desbordamiento de las pasiones y de las ambiciones sectarias. En 1929, al mismo tiempo que se dio el último intento de "cuartelazo", como contra partida, se fundó el Partido Nacional Revolucionario y con él, se finca y consolida la conquista más importante y trascendental de nuestro proceso revolucionario: un sistema político, que va a garantizar a nuestro país, estabilidad política con paz social, con libertad, con justicia y con democracia.

Superamos el gobierno de los caudillos e instauramos el de las instituciones; la lucha de las ideologías va a regir las contienda política y los partidos pasarán a ser, paulatinamente, los principales protagonistas de la vida política del país. A partir de entonces, el hoy Partido Revolucionario Institucional, nuestro partido, el partido de las mayorías populares y consecuentemente el de la fracción mayoritaria de esta Cámara, pasó a convertirse en el principal instrumento de lucha y de cambio social del pueblo mexicano, pero también en el depositario y salvaguarda del ideario de la Revolución Mexicana. En la pasada XII Asamblea Nacional de nuestro organismo político, se ratificó dentro de nuestra declaración de principios, que el partido es una gran frente popular de acción política permanente que actúa con base en el proyecto nacional que contiene la Constitución General de la República; y que es alianza de las clases obreras, campesinas, populares y medias urbanas y rurales, comprometidas con la doctrina y el programa revolucionario. A México lo rigen las instituciones y a estas, las fortalece cotidianamente la soberanía popular; consecuentemente,

los programas políticos, económicos y sociales de nuestros gobiernos, están identificados con los documentos básicos de nuestro partido. Estado revolucionario y partido, con plena autonomía, marchan así paralelamente, porque ambos son productos de un mismo proceso revolucionario.

En diciembre de 1982, el Presidente Miguel de la Madrid asumió la suprema responsabilidad de dirigir los destinos del país; momento por demás difíciles en lo que se advierte el recrudecimiento de un viejo sueño: la lucha del poder económico por una hegemonía sobre el poder político. Esto propicia que desde el punto de vista interno, se acentúen las deficiencias estructurales de nuestra economía; las que reflejaron en su momento, entre otras, el inicio de un proceso de hiperinflación, falta de liquidez para cumplir nuestros compromisos con el exterior, fuga de divisas, contracción del mercado, escasez de recursos para financiar el desarrollo, déficit fiscal del 34.8% y aumento de las tasas de desempleo; esto se agudiza como consecuencia de un marco internacional que se caracteriza por la agresividad de los imperialismos en pugna por el predominio mundial y que, entre sus manifestaciones, provocan una caída permanente de los precios de las materias primas, incluyendo el petróleo: proteccionismo de los mercados internos de los países altamente industrializados, en detrimento de las exportaciones de los países en vías de desarrollo: y, un persistente incremento de las tasas de interés, que tanto incide en el crecimiento de las deudas externas: estas circunstancias económicas -con graves y profundas repercusiones sociales- caracterizan desde su inicio al actual régimen, como el que han tenido que afrontar las condiciones más adversas, difíciles y riesgosas, del México contemporáneo, para definir un programa económico que permita al mismo tiempo, cambios estructurales, desarrollo social, estabilidad política y defensa absoluta de la soberanía nacional.

Hacemos referencia a una crisis económica que no es exclusiva de México, sino que involucra prácticamente al mundo entero y que, si no encontramos a la brevedad posible fórmulas conciliatorias de los intereses de los países fuertes y débiles, podríamos pensar que avanzamos aceleradamente a un enfrentamiento de consecuencias impredecibles para la humanidad. Ante tan delicadas condiciones internas y externas, solo la fortaleza de nuestras instituciones políticas y la solidaridad de los diversos sectores de nuestra población, unidos en torno a su presidente, hicieron posible que esté, delineara con patriotismo, con decisión y convicción política de estadista revolucionario, planes y programas económicos no solo para encontrar fórmulas transitorias que le otorgaran el aplauso fácil, sino para alcanzar la adversidad, cambios estructurales a nuestro sistema económico, políticos y sociales, que permitieran soluciones de fondo y realistas para un futuro más acorde con las justas aspiraciones de superación a que tienen derecho todas las futuras generaciones de mexicanos. Todo esto dentro de un respeto absoluto a la vida democrática del país y a las libertades de nuestro pueblo; otros países optaron por la vía del autoritarismo, por la sumisión vergonzante a los grupos plutocráticos o cayeron en el marasmo de la anarquía; este país; sus poderes públicos, su sistema político, su pueblo, con la Constitución como escudo, ideología y como lección de historia, escogieron la unidad nacional y el fortalecimiento de las instituciones.

Afianzar el estado de derecho como premisa revolucionaria, fue desde su inicio característica del actual gobierno; con base en ello, es el constituyente permanente reformó los artículos 25, 26 y 28 de la Constitución; por el primero, se definió la rectoría económica como una responsabilidad del Estado, para planear, conducir, coordinar y orientar la actividad económica nacional, de manera integral y con el fin de fortalecer la soberanía nacional; de manera igual, el artículo 26, se establece la responsabilidad de los sectores públicos, social y privado, de participar en esta responsabilidad social.

Y, por el tercero se especifican las ramas de actividad exclusiva del Estado en materia económica. Consecuencia de ello fueron sucesivamente, la Ley Nacional de Planeación y las reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, el Plan Nacional de Desarrollo y los Programas Sectoriales y Regionales, entre otras medidas de política económica, para responder dentro de un marco de legalidad a la encrucijada del momento. El plan nacional de desarrollo señaló cuatro objetivos fundamentales: conservar y fortalecer las instituciones democráticas; superar la crisis; recuperar la capacidad de financiamiento; y, propiciar los cambios cualitativos, requeridos por el país en sus estructuras económicas, políticas y sociales.

Estamos conscientes de que no ha sido posible alcanzar todas las metas deseadas, tanto por dificultades internas difíciles de superar, como factores externos ajenos a nuestra voluntad y no siempre susceptibles de prever. Sin embargo, advertimos avance en el saneamiento de algunos aspectos importantes de la economía nacional, como son: reducción de los niveles de inflación y de desempleo; reorientación de la planta productiva nacional; intensificación de la política comercial en base a aranceles para regular y fortalecer el mercado interno; lograr eficiencia; productividad y ahorro interno, merced a una readecuación del comportamiento de los diversos sectores de la economía; saneamiento de las finanzas públicas en base al ajuste estructural del gasto, la elevación de los ingresos tributarios, mayor control de la evasión fiscal y el ajuste de los precios y tarifas del sector público; y, renegociación de la deuda externa, todo ello, con el propósito de restablecer las condiciones indispensables para un desarrollo económico que permita restituirse a los núcleos populares mayoritarios que tanto han resentido

el embate de la crisis, los niveles de bienestar a que tienen derecho dentro de un proceso revolucionario con justicia social.

Sabemos igualmente que no estamos en los linderos de una solución definitiva, todavía nos falta por recorrer un largo y penoso camino y que significa carencias, privaciones y sacrificios. Lo importante es que todos los mexicanos tomemos conciencia de la responsabilidad política, económica y social que compartimos y que sólo podemos superar con trabajo, con eficiencia, con honestidad y con unidad nacional.

En los países sojuzgados por dictaduras, no existe oposición que disienta de las políticas gubernamentales; en cambio, el los regímenes democráticos, no sólo permiten, si no que estimulan el pluralismo ideológico; es muy fácil criticar y asumir la táctica del francotirador: a todo lo que pase. Problemas económicos tan graves y delicados como los que afrontamos no pueden ser resueltos por fórmulas mágicas de medieval alquimia y mucho menos de un día para otro.

Decir que esto es posible, aprovechándose de la angustia de quienes más resienten las consecuencias de la crisis económica, no sólo es oportunismo político no se queda en una simple frivolidad exhibicionista; es algo más grave consecuencia de esta polarización ideológica, es una forma más de inmoralidad política que lesiona las bases de la nación. (Aplausos.)

Agradecemos, señor secretario de Hacienda y Crédito Público su comparecencia ante esta Cámara, que es una expresión genuina de las libertades de la vida democrática del país; aquí se manifiestan sin restricción alguna todas las corrientes políticas por minoritarias que sean; esta realidad es una conquista política de la Revolución Mexicana, que la fracción mayoritaria priísta ha propiciado y defendido apasionadamente para que la libertad de expresión de las fracciones minoritarias se mantengan inviolable y con el mayor respeto.

Esta representación nacional integró, como usted lo señaló, una comisión especial pluripartidista para llevar acabo un foro de consulta popular sobre la deuda externa; con ese propósito se realizaron ya dos reuniones, una en Tijuana y otra en Toluca, a las que asistieron representantes de organizaciones públicas y privadas de once entidades federativas.

Justo es reconocer la madurez, la prudencia y la serenidad de juicio que ha privado en los ponentes, con una mayoritaria tendencia a rechazar la moratoria o cualquier otra variante de suspensión unilateral de pagos, como un solución precipitada que, a la postre, podría ser de consecuencias más negativas de lo que se pretende resolver.

A 175 años de vida independiente, ratificamos nuestra voluntad de seguir siendo un país independiente; recoja usted señor Secretario de Hacienda y Crédito Público nuestra determinación de no afectar en lo más mínimo nuestros valores de soberanía ni impedir nuestra capacidad de desarrollo social, ni propiciar una dependencia del exterior en lo económico, comercial, tecnológico o financiero. Estoy seguro que compartimos el criterio de que la soberanía nacional no es negociable y que la atención a las necesidades populares es nuestra única, verdadera prioridad.

La fracción mayoritaria priísta hace público reconocimiento al esfuerzo tenaz, nacionalista y honesto del Presidente de la República. Miguel de la Madrid, por la firmeza de sus convicciones políticas e ideológicas para afrontar el reto que la crisis nos ha impuesto, no solo para sobrevivir, sino para continuar creciendo en la libertad y por la vía democrática, el programa económico para 1986 que se pone a consideración de esta Cámara no es una panacea para la solución de nuestros problemas, tampoco es un conjunto de medidas desesperadas, improvisadas o pulistas: es la ratificación de una estrategia económica de mayor plazo y de una definida actitud política que asume el Presidente de la República con responsabilidad y juicio histórico para encontrar soluciones definitivas. Sabemos que no será un año fácil, pero también estamos conscientes que avanzamos con paso firme por la mejor de las opciones, la que nos garantiza un desarrollo reducido pero sostenido: estabilidad política y paz social. (Aplausos.)

El C. Presidente: -Señor Secretario de Hacienda y Crédito Público: ¿desea usted hacer uso de la palabra?

EL C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: -Si me lo permite, señor presidente.

El C. Presidente: -Tiene usted la palabra, señor secretario.

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: -Gracias, Señor presidente. Voy a ser muy breve, y voy a retomar algunos de los conceptos fundamentales que acaba de expresar el señor diputado Urióstegui. Nos ha planteado dentro de un recorrido histórico, el por qué de ciertas actitudes políticas que el gobierno de la República ha utilizado y ha seguido para hacer frente a la difícil coyuntura por la que atravesamos.

Subrayó de manera muy enfática y con mucha razón el cómo nuestro país ha ido fortaleciendo su estructura institucional; de cómo problemas que hace unas décadas hubieran sido difíciles de afrontar, ahora estamos en mejor capacidad para hacerlo porque existen instituciones de la República que se ha venido formando a lo largo de las últimas décadas y perfeccionando en sus cuadros técnicos en sus recursos de diversa índole.

Con cuánta razón apunta también el diputado Urióstegui, y habría que también destacarlo de manera subrayada, el cómo la coyuntura a la que nos enfrentamos al inicio de la administración del presidente De la Madrid,

era una coyuntura difícil y problemática, de cómo respondía a una situación de crisis que sin embargo no era mucho menos es, privativa de nuestro país, Si lanzamos la mirada al sur de nuestra patria, sería difícil encontrar un país en el que no estuvieran presentes problemas semejantes a los nuestros.

Y si lanzamos la mirada hacia otras latitudes, también encontraríamos una coincidencia muy digna de ser tomada en cuenta.

Economías socialistas que se enfrentan a problemas con cierta semejanza a los nuestros a los que otros países de América Latina padecen. Economía en general en un activo proceso de reordenación para poder encontrar otra vez, un piso más firme que les permita otra vez, crecer de manera más acelerada y sostenida.

Es importante también destacar y aquí hemos puesto el énfasis en la coyuntura que el Gobierno del Presidente De la Madrid nunca limitó ni ha limitado su esfuerzo a enfrentar poblemos del momento de la coyuntura, si no que estamos empeñados también en introducir cambios de estructura, cambios estructurales que resuelvan poblemos acumulados durante varias décadas. Y en este año de 1985, año que probablemente de los más difíciles de nuestra historia reciente, se han tomado pasos importantes para introducirnos en la transformación de varias estructuras fundamentales de nuestro país. Y ahí están varias de las que ustedes han estado discutiendo en estas últimas semanas. Y ahí deberán estar otras sobre las cuales habrá que profundizar en los próximos meses. Pero con el reconocimiento pleno de que no basta resolver el momento, sino se tiene esa dimensión y esa proyección para atender los problemas de estructura.

Y termino simplemente con la misma expresión con la que terminó el diputado Píndaro Urióstegui: Este esfuerzo, este esfuerzo se ha hecho con estabilidad y paz social. Gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: -Se declara un receso de 60 minutos.

(A las 16:40.)

(Reanudación de la sesión a las 17:40 Horas.)

El C. Presidente: -Se reanuda la sesión.

Se suplica a todos los señores legisladores ocupar sus asientos, y a los que no sean legisladores dejen libre el pasillo del centro.

En los términos del acuerdo de práctica parlamentaria que norma esta reunión, se va a proceder a desahogar el segundo punto.

Señor licenciado Jesús Silva Herzog, Secretario de Hacienda y Crédito Público: Varios ciudadanos diputados han manifestado su deseo de hacer a usted algunas preguntas en relación con las iniciativas de Ley de Ingresos para el ejercicio fiscal 1986. Han sido inscritos para este efecto de los siguientes ciudadanos diputados:

Por el PRI, diputado Luis Manuel Orcí Gándara por el PAN, Humberto Enrique Ramírez Rebolledo, por le PSUM, José Camilo Valenzuela, por el Partido Demócrata Mexicano, Roberto Calderón Tinoco, por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, Héctor M. Calderón Hermosa, por el Partido Mexicano de los Trabajadores, Alejandro Gascón Mercado, por el PRI, Porfirio Camarena Castro, por el PAN, José Ángel Conchello Dávila, por el PRT, Pedro José Peñaloza, por al PRI, Blanca Esponda, por el Partido Socialista de los Trabajadores, Jesús Heriberto Noriega Cantú, por el Partido Popular Socialista, Hildebrando Gaytán Márquez, y por el PRI, Salvador Robles Quintero.

En consecuencia vamos a proceder a conceder la palabra por el PRI al diputado Manuel Orcí Gándara, con tiempo de cinco minutos.

EL C. Luis Manuel Orcí Gándara: -Señor Secretario: Las recientes iniciativas de ley que recibimos relacionadas con los ingresos y el programa de presupuesto para el año que entra, están antecedidas por una serie de informaciones que relatan la evolución de las principales variables de la economía en 1985, y plantean metas para el año próximo.

Igualmente en la parte primera de su comparecencia hoy más temprano, hubo importantes referencias a estos aspectos, por ejemplo se refirió usted a que en la lucha contra la inflación hicimos avances importantes en los años de 83 y 84, y que en el 1985 tendremos algo muy parecido al año pasado. También no deja de preocupar el hecho de que en el sector externo se haya reducido el superávit en la cuenta corriente, tengamos un desequilibrio en ella, tengamos una importante inestabilidad en el mercado cambiario, y además señor Secretario, que hayamos tenido una serie de problemas en este sector en 1985.

Luego, claro, también, que el déficit del sector público, que es el que da origen a la deuda interna y externa, se mantiene en el 1985 por tercer año consecutivo, en un nivel muy parecido como proporción del producto interno bruto.

Todo lo anterior, señor Secretario, a la luz de que los avances en materia económica son fundamentales para lograr justicia social, desarrollo económico y cambio estructural. Sabemos que nos movemos dentro de una estrategia de política económica que debe de ir dando claros signos año tras año, de avance, porque sólo así podemos atenuar y hasta revertir tendencias hacia polarizaciones ideológicas, que suelen ocurrir con micha frecuencia en países que no logran dar avances en las satisfacciones de lo que sus sociedades requieren.

¿Podría usted decirnos, señor Secretario, ante la experiencia ante la evolución de las metas en 85, en que se cumplieron algunas y otras no, qué ocurrió con el manejo del instrumental de política económica durante ese año, el actual, que nos pueda dar luz en cuanto al riesgo de que las metas de ese manejo instrumental, así como los objetivos

básicos de política económica de 1986 se puedan cumplir?

Y segundo: ¿No existen otras opciones en el manejo de estos instrumentos, que permitan acelerar o mantener la economía, sin sufrir resultados indeseables tomando en cuenta esto, que el programa de 1986 está estructurado en un contexto de mayor plazo?

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: -Muchas gracias, señor diputado Orcí, por su cuestionamiento que toca a aspectos fundamentales de la política económica de 1985, e indiscutiblemente que tendrá repercusiones en el manejo de la política económica para 1986.

Creo que es importante tratar de precisar lo que aconteció en el año 85. Como se dijo en las palabras introductorias y en varias de las intervenciones anteriores, en el momento de diseñar la estrategia económica para el 85, finales de octubre del año pasado, nos enfrentábamos a una coyuntura y a un entorno económico distinto del que prevaleció unos meses después.

El dinamismo del gasto global, público y privado se hizo evidente a finales del año de 84. En el mes de diciembre, concretamente en la segunda mitad del mes de diciembre de 84, nos enfrentamos a presiones bien importantes en materia de demanda de crédito al sistema bancario por parte del sector público por parte del sector privado.

De manera paralela, el Gobierno se vio forzado a atender gastos que no se habían hecho presentes en los meses anteriores, sino que hubo que atender, y me refiero fundamentalmente, al pago de intereses por la deuda interna en esa última parte del año de 1985.

Por otro lado, en enero de 1985, se anunciaron revisiones importantes a los precios de varios de los energéticos fundamentales en nuestra economía. Se anunció el aumento en el precio de la gasolina y un aumento significativo en el precio de la energía eléctrica.

Esto provocó una inflación en el mes de enero pasado de poco más de 7%, que indiscutiblemente puso dudas, y deudas fundadas en el mantenimiento de la meta de inflación que habíamos anunciado del 35%.

Por el lado de los ingresos, igualmente, y a lo largo del año, tuvimos una postura de ir revisando los precios y tarifas del sector público, pero ante esas presiones inflacionarias mayores nos vimos impedidos de continuar con esa política y llevar a cabo aumentos que fueron menores que los que estaban previstos para el año de 1985. Lo hicimos precisamente para proteger los ritmos inflacionarios y evitar impactos adicionales en el nivel de la vida de los grupos mayoritarios de la población.

En el caso del sector externo, tuvimos entornos que se nos modificaron con rapidez apenas entrado el año de 1985. Recordarán ustedes como desde la primeras, semanas de este año, se habló de manera insistente en que el mercado petrolero estaba presionado y que se había convertido, no en el mes de enero, sino en una evolución de los últimos años en un mercado de compradores, en contra de lo que había acontecido años antes en el que la fuerza de la oferta fue la que dominó estos mercados.

Todo esto condujo a un clima de incertidumbre, que cierta inestabilidad y de aparición de elementos de desconfianza en varios sectores de nuestra población; provocó a su vez, la adopción de medidas de carácter compensatorios apenas en los primeros días del mes de febrero, no hubo necesidad de esperar mucho sino que había señales evidentes de que había que actuar y actuaremos en los primeros días de febrero de 1985.

Se anunciaron medidas de diversa índole, unas destinadas al saneamiento adicional de finanzas públicas que se habían visto afectadas negativamente por la presencia de estos factores y otros para hacer frente a una demanda de crédito, resultado a su vez de una reactivación económica superior a la que habíamos previsto. A la que habíamos previsto en el gobierno, a la que se había previsto en prácticamente todos los sectores de opinión de nuestra sociedad.

Nadie fue capaz, nadie fuimos capaces, de poder captar oportunamente el dinamismo con el que cerró el año de 1984 y el dinamismo con que apareció y se hizo presente en lo primeros meses de 1985. La inversión privada a pesar de muchos de los comentarios que se decían, estaba resurgiendo con gran vigor, mostrando tasas de crecimiento muy superiores a las que habíamos registrado en los dos años anteriores y así la industria de la construcción mostraba señales de dinamismo, que era necesario compensar para evitar un sobrecalentamiento, peligroso en la economía convaleciente como la nuestra

Se adoptaron medidas de política monetaria, se emitieron bonos de regularización monetaria y repito, medidas del lado del ingreso y medidas del gasto público. Algunas de estas medidas surtieron efecto y otras fueron insuficientes, insuficiente para la problemática a la que nos enfrentábamos.

A mediados del año, volvieron a surgir con un ímpetu mucho mayor las presiones en el mercado petrolero, los rumores de bajas importantes, de situación, de limitación importante en los productores fundamentales en el mercado petrolero. Arabia Saudita, capaz de producir 10 millones de barriles diarios, había restringido sus niveles de producción a un poco más de 2 millones de barriles , para tratar de equilibrar el mercado y de evitar presiones adicionales en los precios, pero había, por esté y por otros motivos, señales importantes de inestabilidad.

Ahí aparecieron, aunado a factores diversos, algunos económicos y otros de naturaleza distinta a lo económico , presiones sobre el mercado cambiario. Había la percepción por parte de la sociedad de que algo teníamos que hacer después de las elecciones

del 7 de julio; y hubo compras anticipadas de divisas precisamente anticipando esa decisión.

Hay quien piensa que muchas de estas decisiones se difirieron después del domingo 7 de julio por razones distintas a las meramente económicas.

Yo quiero recordar que en esos días precisos fue cuando se discutieron por parte de la Organización de Productores de Petróleo las políticas que se iban a adoptar en materia petrolera. El petróleo, lo sabemos todos, se ha convertido en un factor fundamental en nuestras vida económica; la mayor parte de las exportaciones dependen del petróleo y de una buena dosis de los ingresos tributarios dependen también de los ingresos petroleros .

Era importante pues participar en esta reunión de los productores petroleros, tratar de influir en la mayor medida de lo posible por un mayor equilibrio, una menor estabilidad en los mercados petroleros, y de ahí que hubiéramos adoptado esa política de participación con la OPEP para evitar problemas que al poco rato pudieran haberse opuesto a esfuerzos adicionales por nuestra parte

Un descenso de un dólar en la cotización del precio del petróleo tiene efectos superiores a 500 millones de dólares en los momentos actuales, de ahí esa actitud en la que se buscó esa participación para defender el interés general que era coincidente con el interés nuestro.

La OPEP se reunió precisamente ese fin de semana, el 5 y el 6 de julio del presente año, y hubo por tanto, una vez conocidas esas decisiones, de bajas moderadas en el precio del petróleo, hubo que adoptar las decisiones que correspondieron al mercado cambiario y en otras áreas de actividad económica. A mediados de julio tomamos decisiones más enérgicas para hacer frente a lo que aparecía como una presión muy importante sobre el déficit público; medidas de austeridad, de recorte en el gasto corriente que sabíamos bien que no iba a tener efecto directo en los números de 1985, pero también sabíamos bien que iban a introducir correcciones de estructura y con efectos positivos en los ejercicios posteriores.

Ya hemos comentado en reiteradas ocasiones, la estrategia económica, la política económica hasta ahora adoptada, ha sido una política que se ha visto acompañada por logros modestos y por problemas y escollos adicionales.

De ahí que el año próximo estemos presentando a esta soberanía, reconociendo esos factores y esos problemas de este año una estrategia que busca una corrección adicional en estos problemas fundamentales, corrección de finanzas públicas, abatimiento e inflación, mejora en nuestras cuentas con el exterior, crecimiento moderado, protección de planta productiva, protección a los niveles de empleo.

Algunos de los instrumentos utilizados funcionaron en la dirección correcta, algunos con una intensidad que no fue suficiente; para el año de 1986 la intención, la decisión política, la convicción fundamental es el cuidado con esmero de la aplicación de estos instrumentos, para asegurar de una mejor forma el cumplimiento de los objetivos.

Uno de los problemas de cualquier país tiene el diseño de una política, no es sólo el diseño conceptual sino uno de los problemas básicos que tiene un país como el nuestro, que tiene un país en proceso de desarrollado, que tiene un país desarrollado, es el grado de cumplimiento entre el programa, entre la estrategia y los resultados concretos; es decir, la instrumentación, la ejecución, la aplicación de esa política.

Nosotros estamos convencidos que la ejecución, la aplicación de esta estrategia en el año de 1986, nos acercará en forma más cabal, a los objetivos que se plantean a la consideración de ustedes. Muchas gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente:- Tiene la palabra el C. diputado Humberto Enrique Ramírez Rebolledo, por Acción Nacional.

El C. Humberto Enrique Ramírez Rebolledo: -Señor Secretario, el señor diputado Jorge Eugenio Ortíz Gallegos, le dijo a usted que había mencionado que el reducir impuestos sería una medida popular y al contestarle la observación. usted dijo que en relación al IVA, una reducción de dos puntos significaría una disminución de 350 mil millones de pesos en la recaudación fiscal. El ajuste en el gasto por usted programado en este año, significó no ejercer 850 mil millones de pesos en el presente ejercicio.

La pregunta que surge en forma directa en este tema, es ¿no vale el pueblo de México un sacrificio del gobierno equivalente al ejercicio en este año para no gastar los 850 mil millones de pesos, o bien un billón de ellos en una expectativa de mayor sacrificio para el gobierno y bajar por este resultado 5 puntos a la tasa general del IVA? La deuda externa del país es uno de los temas que más preocupa a la mayor parte de los sectores de la población, el actual Presidente de la República y usted fueron Secretarios del Estado en Sexenio que más ha endeudado a México, los argumentos que en su momento en el Congreso se dieron para autorizar al Ejecutivo no sólo a encontrar cantidades determinadas de endeudamiento sino inclusive para convenir montos adicionales por cantidades indeterminadas e ilimitadas fueron varios; se hablaba de que al presentarnos en el extranjero se reflejaba el excelente crédito que México tenía internacionalmente debido a la solidez y firmeza de nuestra economía. Pocos años bastaron para demostrar la falsedad y debilidad de las afirmaciones de los que en su momento, sirvieron de corifeos a la política del gobierno en materia de endeudamiento.

En el sexenio del Presidente López Portillo el endeudamiento externo creció en cifras sin precedentes, de 20 mil millones a 80 mil millones en números redondos y actualmente nuestro endeudamiento supera los 96 mil millones de dólares a la Secretaría a su cargo a pronosticado que a fines del presente año el monto será de 99,336 millones de dólares americanos.

La fracción VIII del artículo 73 de nuestra Constitución dispone que salvo tres casos de excepción que el propio dispositivo señala, todo empréstito debe destinarse para la ejecución de obras que directamente produzcan un incremento de los ingresos públicos.

Indíquenos usted por favor si tal endeudamiento se destinó a ese género de obras en caso afirmativo, ¿cuáles fueron los principales proyectos de inversión pública y los montos de ingresos públicos que se han generado y que se sumaron a la riqueza nacional?

Por otra parte, cuándo se ha recabado la autorización del Congreso en las renegociaciones de la Deuda Externa. Sobre todo cuando tales operaciones han implicado aumento de carga total por intereses a cubrir debido al diferimiento.

Señor Secretario, con respeto a la deuda interna ¿qué cantidad de lo captado por la Banca se ha destinado a financiar al gobierno? En lo que se refiere a CETES y a otras fuentes de financiamiento, ¿cómo y de dónde se van a obtener los recursos para pagar intereses y en su momento el capital? ¿O debemos suponer que se incrementará el monto del circulante con el consiguiente impacto inflacionario para que sea el pueblo quien sufra el golpe al mermar de nuevo el poder adquisitivo de la moneda?

Además, al estatizarse los bancos, la deuda externa e interna de esto y sus empresas, pasó a formar parte de la del Gobierno Federal. ¿Cuándo se pidió autorización al Congreso para absorber dicha deuda? Esta misma pregunta se la hago en relación a la absorción que el Gobierno Federal hizo, según el informe del 1º. de septiembre, de la deuda privada de algunos organismos descentralizados: Comisión Federal de Electricidad, Conasupo, Ferrocarriles Nacionales, entre otras.

En la iniciativa de ley que establece reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones fiscales para 1986, que nos fue entregadas a penas el martes 19 del actual, tres días antes de su comparecencia, encontramos nuevos impuestos sísmicos y aumentos a diversas tasas y base de contribuciones.

Si la experiencia de muchos países, especialmente el nuestro, nos indica que esto redunda en una menor captación global, ¿por qué se insiste en aumentar los impuestos?, si lo contrario, bajarlos, permite financiar de manera relativa más fácil el incremento en servicios sociales, gracias a la expansión de la base gravable ya que la menor carga fiscal propicia mayores rendimientos netos para el ahorro, la inversión, el trabajo, la innovación y sobre todo, la disminución de elevación fiscal?

Además le ruego nos explique en términos que puedan ser entendidos por nuestro pueblo que nos está escuchando y viendo en esta comparecencia, cómo va a pagar el Gobierno que usted representa el exceso de gastos sobre ingresos totales presupuestados, tanto en la Administración Pública Central, como en la paraestatal, superior a los 8 millones de pesos. La respuestas que dio usted sobre las reuniones de la OPEP, en las mismas fechas de las elecciones de julio pasado, nos indican una feliz coincidencia, pero nosotros en el Partido Ación Nacional creemos que tales medidas de ajuste económico fueron diferidas para maquillar la realidad nacional con fines electorales.

Por último, señor Secretario, en la misma respuesta que dio usted al diputado Ortiz Gallegos insistió que el déficit del sector público significará en 1986 un 4.9% en relación al Producto Interno Bruto. Sobre esto quiero terminar haciéndole dos preguntas: la primera es simple interés profesional: ¿a cuánto ascenderá el monto estimado por usted del Producto Interno Bruto para 1986?, y segundo, ¿no cree usted que el pueblo de México está ya cansado de promesas del gobierno que nunca cumple, ya que esta es la tercera vez que se ofrece en este mismo recinto un déficit de rango del 4 al 5% de déficit sobre el Producto Interno Bruto total? Gracias. (Aplausos.)

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: -Hay una lista importante de preguntas que usted nos hace en su intervención; voy a tratar -yo creo que para después si le parece- tomé nota creo que bastante pormenorizada de por lo menos la mayoría de ellas.

Voy a empezar por un comentario que usted hace relación con el manejo de los instrumentos de política económica en el tiempo.

Sabía de alguna manera que ustedes iban a hacer alguna intervención señalando que algunas decisiones en materia de política de tasas de interés o de política cambiaria se habían diferido para atender necesidades electorales del 7 de julio, por eso me anticipé a esa observación señalando que ese fin de semana había precisamente la reunión de Productores de Petróleo cuya decisión era fundamental, y aquí sí espero coincidencia fundamental para la adopción de medidas por parte de las autoridades mexicanas.

Sería un poco difícil demorar decisiones de esta naturaleza cuando estábamos absolutamente convencidos de que el domingo 7 de julio, la victoria, el triunfo electoral no iba a tener la menor duda, además tuvimos razón. (Aplausos.)

Tiene usted la razón, no hemos pedido autorización para las reestructuraciones de la deuda al Congreso de la Unión; no lo hemos hecho porque no hay ninguna disposición que así lo señale. La deuda no aumenta con una reestructuración sino sencillamente lo que se busca

es su mejor distribución en el tiempo y el logro de un ahorro en el pago de intereses, lo más amplio posible.

No es correcta la apreciación que en algunas de estas reestructuraciones, incluso así lo señala usted, sobre todo de aquellas que producen un aumento en la carga de intereses. En las reestructuraciones en las que el gobierno mexicano ha estado empeñado, no ha habido aumento por carga de intereses, sino por el contrario, ha habido ahorros sustanciales en el pago de intereses.

Hemos hecho público en varias ocasiones, y hay algún folleto que hace poco en la Comisión de Hacienda y de Programación tuvimos el gusto de distribuir, en donde se señala con claridad, con precisión, con detalle, el ahorro que por un poco más de 5 mil millones de dólares el país ha de obtener por la reestructuración de 14 años, en el pago de los intereses, por la deuda pública externa.

Tampoco hubo una solicitud concreta para llevar acabo la absorción de la deuda, parte de la deuda externa, de la banca nacionalizada al Gobierno Federal. Y no la hubo por la misma razón que señalaba anteriormente: porque no se tradujo de ninguna manera en un aumento de la deuda pública externa del país ni del sector público, sino simplemente una transferencia de deuda asignada a la banca, parte de ella fue clasificada como deuda del gobierno del sector público mexicano.

Lo hicimos por razones no de carácter financiero, sino porque eran operaciones que la banca había contratado de manera directa y deliberada, para transferir recursos por parte de la banca al Gobierno Federal, en su mayor parte.

Vuelve usted a hacer algún comentario sobre la política de impuestos, e incluso, le atribuye un adjetivo interesante a los impuestos, y los llama "impuestos sísmicos". Me imagino que por ello lo que quiere decir es de que se están planteando algunas modificaciones, algunas tasas para propósitos ligados a la reconstrucción. Y lo vuelvo a señalar; se trata de aumento en las tasas, en el impuesto especial de producción y servicios, para una serie de productos de consumo no indispensable. Los repito: los vinos, los licores, la cerveza, el tabaco.

Hay también alguna tasa adicional para teléfonos, para servicio telefónico destinado a la capitalización de Teléfonos de México y hay también un aumento en las tasas propuesto para el impuesto especial en producción y servicios al consumo de gasolina. El resto del aparato tributario, no tiene modificaciones sustanciales; lo hemos señalado y lo reiteramos en esta ocasión.

Nos pide usted la estimación del producto interno bruto para 1986, le iba yo a decir 75 mil billones en números redondos, la cifra precisa que tenemos y con la que hemos hecho los cálculos correspondientes es 74 mil 767 miles de millones de pesos.

Y vuelvo un poco al principio. Nos apunta usted que si no es nuestro pueblo acreedor a una baja importante en los impuestos que como el Impuesto al Valor Agregado graba de manera especial. Vale la pena, aquí también, hacer un señalamiento concreto. El impuesto al valor agregado es un impuesto indirecto y es un impuesto al consumo, pero desde sus primeros momentos le fueron dotadas ciertas características que llevaban, precisamente el objetivo de proteger en la mayor medida de lo posible el consumo de los grupos no populares de nuestro país.

Así puedo comentar con usted que el impuesto al Valor Agregado, en México, tiene exención o tasa creo para un número importante de productos que son consumidos en forma preferente por esos grupos mayoritarios de la población.

En la canasta básica si hacemos el análisis de los productos que componen esa canasta básica, el 75% de los mismos se encuentran exentos o tienen tasa cero. Y si tomamos en cuenta lo llamado, la canasta de consumo popular, el 95% de los productos se encuentran exentos del pago del Impuesto al Valor Agregado. Aquí se quiso, y estamos conscientes que no se obtiene en un 100% pero se quiso con estas medidas, tratar de señalar el interés, el intento, la vocación política de usar estos instrumentos, y la política económica general buscando la mayor protección posible para el consumo de las mayorías.

Por estas razones, nosotros tenemos confianza en que la estrategia que se plantea en la Iniciativa de Ley de Ingresos, en el Presupuesto de Egresos de la Federación, para 1986, tendrá el respaldo de la sociedad, porque estamos seguros que la sociedad sabe entender que es una alternativa difícil nunca fácil, pero es la única que en este instante se puede plantear con realismo y en busca de mejores horizontes. Gracias, diputados. (Aplausos.)

El C. Juan de Dios Castro Lozano: -¿Me permite una interpelación?

El C. Presidente: -No hay interpelaciones, tenemos una lista previamente convenida con todas las fracciones parlamentarias. Este acuerdo ha sido aprobado por el pleno de esta soberanía y está en plena vigencia.

Tiene la palabra el diputado José Camilo Valenzuela del Partido Socialista Unificado de México.

El C. José Camilo Valenzuela: -Señor secretario; compañeros diputados: Pareciera ser que cuando se tienen que tomar decisiones importantes para la suerte del pueblo y de la economía nacional, se acentúa la prepotencia del discurso oficial y se recurre de nueva cuenta a hablar de grupos minoritarios, de reducidos grupos minoritarios que se oponen a la política oficial, sin embargo hace ya tiempo que la oposición a la política oficial ha dejado de reducirse a la oposición y en particular a la oposición de izquierda, hace ya tiempo que organizamos como el Congreso del Trabajo aprobado programas y formulado

exigencias que reclaman una modificación del rumbo que se ha impuesto al país y que implica un creciente sacrificio para la mayoría de los mexicanos.

En este sentido yo quiero preguntar al señor Secretario ¿si coincide considerando que la mayoría del pueblo mexicano que en escasa tercera parte de los mexicanos en edad de votar, apoyaron al Partido Revolucionario Institucional en las elecciones pasadas? ¿Si la mayoría de los mexicanos apoya en la actual política de sacrificio popular y nacional? La economía nacional va a iniciar 1986 casi al nivel con que iniciamos 1982, sin embargo se insiste de parte del señor Secretario y del Gobierno, en hablar de avances en la defensa de la planta productiva que sin creer ha tenido que producir durante todos estos años para producir altas ganancias, principalmente dedicadas al capital usuario nacional y extranjero.

Se insiste en hablar también de defensa e incremento del empleo como de fortalecimiento de la independencia y la soberanía nacional, cuando se subordina todo al servicio de la deuda externa y la inversión extranjera. ¿Cómo con una economía que inicia en 1986 al nivel en que inició en 1982 se puede hablar de la planta productiva, de incremento y defensa del empleo y de avances en una sociedad más igualitaria? Obviando estas realidades contundentes y resaltando avances en aspectos financieros como el déficit público, la inflación y el ritmo de endeudamiento avances que aunque se resalten no dejan de ser todavía escasos, se niega, se quiere ocultar el fracaso de la política por este gobierno desde 1986. Sin embargo, ¿a qué precio se han logrado esos escasos avances en esos indicadores financieros? Al precio de agudizar el deterioro de los salarios para llevarlos prácticamente al nivel que se tenía hace más de una década, al precio de deteriorar los ingresos populares, al nivel de generar en el país hambruna física y de masas, al precio de agudizar el desempleo de millones de mexicanos que padecen una gran incertidumbre de su futuro y en especial de las últimas tres generaciones de jóvenes que han arribado a la edad de trabajar en los últimos tres años. ¿Cómo se puede hablar de éxitos en la política del régimen, si los pronósticos que nos hacían para 1985 de arribar a un crecimiento sostenido y estable de nueva cuenta son dejados de lado y se nos plantea otro ajuste, otro PIRE, otro Plan de Reordenación que implica nueva austeridad y nuevo sacrificio nacional?

Por otro lado se sigue insistiendo en hablar de combatir el déficit público, sin embargo la política fiscal que se nos plantea vuelve a dejar sin tocar las altas ganancias de los sectores dominantes en este país. En esas condiciones y tomando en cuenta el sacrificio brutal de casi 3 años que ha soportado el pueblo, la contracción brutal del gasto público, ¿para cuándo se piensa sanear el gasto público?

Por otro lado, se habla de avances en la inflación, se habla de avances en otras áreas de la política oficial como tasas de interés y de cambio y se insiste en que éstas están determinadas por las Leyes del mercado. Sin embargo, se olvida decir que ese mercado está dominado por los monopolios nacionales y extranjeros y que son ellos los que utilizan la inflación como un mecanismo despiadado para deteriorar los ingresos populares y elevar sus ganancias.

Creo que en este sentido insistir en no tomar medidas políticas para evitar que los monopolios sigan despedazando las condiciones de vida y de trabajo de los mexicanos, es y debe ser una de las causas que está permitiendo que se acentúe la usura, que se acentúe el paso del capital usurario en la economía nacional. ¿O es que acaso las medidas políticas, la voluntad política no influye para determinar el juego de las leyes económicas?

Se insiste por último en que debemos crecer para pagar, en que es posible crecer para pagar, sin embargo, esta propuesta insiste en seguir posponiendo las necesidades sociales, pero en cambio dice que no puede esperar, que no pueden esperar los capitales internacionales y nacionales que se llevan, en el próximo presupuesto, casi el 50%. ¿Hasta cuándo va a crecerse, hasta cuándo van a esperar las necesidades de la mayoría de los mexicanos y qué garantía hay de que después de otro año de ajustes brutales para la economía mexicana y en especial para los trabajadores, en los próximos años pueda haber mejoras para las condiciones de vida del pueblo?

El C. Presidente: -Se le ha vencido el tiempo, señor diputado.

El C. José Camilo Valenzuela: - Voy a concluir porque casi todos lo han pasado, no soy la excepción.

Por último, se insiste que en que el rumbo actual, en que la política que se está proponiendo es la única posible, en que suspender el pago de la deuda externa y retomar un rumbo popular y nacional es inviable, sin embargo, la historia nacional demuestra que los momentos en que la nación ha potenciado su desarrollo, como sucedió cuando Lázaro Cárdenas, fue cuando se dieron paso precisamente en un sentido popular y nacional. En esto cabe aclarar, nosotros estamos por la suspensión de pagos por la moratoria, no como el remedio a la situación económica en general, pero sí como un paso indispensable para renegociar un nuevo orden económico internacional para renegociar nuevas condiciones para el pago de la deuda externa.

Y quiero preguntar al Secretario, ¿cómo piensan lograr estas mejores condiciones para pagar la deuda externa y su servicio?, con el diálogo se van a ablandar los corazones usureros de los banqueros internacionales? Muchas gracias.

El C. licenciado Jesús Silva Herzog: -Voy a tratar de contestar su primera interrogante. Estoy convencido que la mayoría del pueblo

mexicano, el 7 de julio pasado votó por la mayoría del Partido Revolucionario Institucional. (Aplausos.)

Estoy también convencido que la gran mayoría del pueblo mexicano, sabrá entender el programa económico de 1986, sabrá comprender las dificultades que plantea, pero sabrá darle también su apoyo solidario.

Usted, señor diputado Valenzuela, pone en duda algunos de los logros modestos obtenidos en estos años, señala que de ninguna manera sería justificado hablar de éxitos y ahí estamos totalmente de acuerdo; creo que no hemos utilizado en ninguno de nuestros pronunciamientos públicos la palabra éxito, para poder evaluar los logros modestos que en algunos renglones se han obtenido; señala usted que en este período no ha habido protección a la planta productiva, que no ha habido protección al empleo de la fuerza de trabajo; tengo aquí en la mano un dato que puede ser interesante en relación con los asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social. No es un indicador completo ni global del esquema de ocupación o de desocupación en nuestro país, pero es uno de los mejores indicadores de que disponemos; no hay otros confiables elaborados por nadie, por ningún sector, para darnos esta idea cabal y completa de esta situación fundamental.

Los asegurados del Instituto Mexicano del Seguro Social han aumentado entre agosto de 1984 y agosto de 1985, de 9.7%. Esto plantea un aumento de empleo, insuficiente si se quiere, pero definitivamente no corresponde esta cifra con una afirmación de que el empleo ha sido descuidado y de que en este momento tenemos menos empleados que los que teníamos hace un año o los que teníamos hace 2 años.

En materia de deuda externa lo hemos comentado en diversas ocasiones, a lo largo de esta sesión; el 50% o casi 50% del Presupuesto de Egresos que será destinado al pago de intereses, incluye también diputado Valenzuela el pago de intereses de la deuda interna. De tal manera que su afirmación de que todo este rubro importante del Presupuesto va hacia afuera, hacia la comunidad financiera internacional no es exacto puesto que incluye el pago de la deuda interna que por cierto representa una porción ligeramente superior a la del pago de la deuda externa.

No hemos dicho nunca que la alternativa a 1986 que hemos propuesto a su alta soberanía sea la única posible, hemos señalado que a nuestro juicio, a nuestro mejor leal saber y entender, después de haber evaluado otras porciones planteadas por diversos partidos políticos, por otras corrientes ideológicas o distintos voceros de opinión, a nuestro juicio, de acuerdo con nuestra convicción, la alternativa que estamos planteando es la que más se apega a una actitud realista de viabilidad y que pueda permitir al finalizar el año de 1986 sentar una base más firme para de ahí poder acceder a estados de desarrollo superiores. No es la única, hay otra pero a juicio del gobierno esta es la que mejor responde a los intereses generales del país, y ese es el compromiso único y fundamental del gobierno del Presidente De la Madrid. Muchas gracias. (Aplausos.)

El C. Presidente: -Tiene la palabra el señor diputado Roberto Calderón Tinoco, del Partido Demócrata Mexicano.

El C. Roberto Calderón Tinoco: -Gracias. Señor Secretario, en el documento de criterios generales de política económica para 1986 se menciona que el sistema cambiario ha permitido proteger nuestras reservas monetarias; a este respecto el PDM considera que la política cambiaria se retrasó en sus ajustes con lo cual el peso se vino erosionando en el primer semestre del año, de tal forma que las reservas internacionales netas se contrajeron entre 1,718.5 millones de dólares durante los primeros 8 meses del año. Una consecuencia adicional al resto en el ajuste cambiario es el actual valor del peso frente al dólar. Pensamos en el PDM que de haberse manejado incluso con anterioridad estos ajustes, las expectativas del público no hubieran sido tan malas como las actuales.

Consideramos además, que el tipo de cambio superlibre apareció en un mal momento político, esto es, después de las elecciones de julio. Se junta al sismo de que se haya renegociado el pago de 950 millones de dólares, cuando sabemos que fue el desgaste tan significativo que venían teniendo las reservas internacionales.

Es de todos conocido que la Balanza Comercial del Sector Público es superavitaria con la actual devaluación del peso frente al dólar, el gobierno tiene mucho más pesos de los que pensaba obtener en un principio.

Nuestra pregunta sería: ¿qué es lo que se va a hacer con dichos excedentes?

Por otra parte, en el Proyecto de Ley de Ingresos, se establece que se impondrán cargas adicionales que eleven la recaudación para ayudar a la reconstrucción. En el PDM siempre hemos cuestionado las altas cargas impositivas que existen en nuestro país. Además, en esta ocasión no estamos de acuerdo, señor Secretario, en que se utilicen pretextos que sólo sirvan para ampliar la carga impositiva. El costo de la reconstrucción en su conjunto, de un billón de pesos, no resulta, consideramos nosotros, significativo si consideramos que todo no recae en el sector público.

Debo decirle que de acuerdo a un estudio de la SEPAL, sólo el 42% del costo lo absorberá el sector público, monto que se reducirá con las diversas aportaciones al gobierno en pro de la reconstrucción. En este sentido estimamos que los 420 mil millones de pesos serán con cargo al sector público. Si consideramos que el Fondo para la Reconstrucción, o a este Fondo han ingresado cerca de 60 mil millones de pesos, la carga se reduce a 360 mil, que equivale a uno punto uno por ciento del total presupuestado.

Reiteramos que la solución al déficit del sector público no está en el aumento de los impuestos, sino en la recaudación del gasto y consecuentemente, pues, en una mejor administración de los ingresos.

En cuanto a las soluciones que se proponen para evitar la evasión fiscal, no creemos que la solución sea el uso por ejemplo de cajas registradoras con memoria como se pretende y del cual ya se había hecho un estudio demostrando su ineficiencia.

Respecto al endeudamiento externo nuestra posición ha sido en el sentido de reducir la Deuda Externa, incluso en términos nominales.

Consideramos excesivo un aumento de la Deuda en 26% de 1983 a 1986, ya que su monto de 15 mil 504 millones de dólares, equivale aproximadamente al saldo de la deuda pública externa que teníamos en 1976.

En el documento de criterios generales de política económica nos dice que el endeudamiento no es excesivo. El día de hoy, al inicio de su comparecencia dijo usted que México se encuentra menos endeudado interna y externamente. No estamos nosotros de acuerdo con este endeudamiento, o que con este endeudamiento se busque ajustar el flujo de divisas que entran y salen del país.

El sector público, creemos, debe buscar otros mecanismos para esto y no endeudamientos excesivos.

Nuestra pregunta sería: ¿qué acaso la política de endeudamiento externo no es dejar de endeudarse?

Por otro lado: ¿no podría el gobierno crear un verdadero mecanismo de fomento a las exportaciones o al turismo en forma efectiva para buscar las divisas que necesitamos en lugar de endeudarnos para pagar?

Por su atención a estas preguntas, le agradezco, señor Secretario.

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: -Muchas gracias, diputado Calderón Tinoco. Voy a tratar de dar respuesta no sólo a las preguntas finales de su intervención, sino a varios de los comentarios que usted hizo durante su intervención.

Estamos operando desde finales de 1982 con un sistema de cambio dual, un sistema de cambio dual cuyo propósito básico es proteger el nivel de nuestras reservas internacionales y asegurar un monto de divisas suficientes para entender las necesidades, fundamentales de importación de maquinaria y equipo, refacciones, productos básicos así como entender el servicio de nuestras obligaciones con el exterior.

En este momento tenemos un mercado de cambio libre que ha resentido en las últimas semanas oleadas especulativas cuyo origen es diverso, y que podría ser motivo igualmente de alguna evaluación, discusión y análisis.

Esta especulación, esta mayor demanda por la divisa extranjera se ha reflejado en un aumento en el precio de la divisa extranjera, es decir, en una devaluación de nuestro signo monetario. El no tener los mercados separados hubiera podido implicar que para hacer frente a esa demanda especulativa, y en el supuesto de que hubiéramos querido mantener un tipo de cambio fijo, hubiéramos tenido que utilizar un monto no preciso de reservas internacionales de nuestro Banco Central. De ahí que esta separación entre los mercados nos ha permitido proteger, defender, en una mejor forma, la reserva internacional de nuestro país.

Esto no quiere decir que lo que acontece en un mercado no afecta a lo que acontece en el otro. La oferta, y ya lo comentamos en otros momentos. Definitivamente, entre mayor divergencia hay entre los tipos de cambio en uno y en otro mercado, mayores incentivos habrá para disminuir el flujo de divisas en el controlado y aprovecharse en mayor grado de una cotización más atractiva en el mercado libre para los exportadores y viceversa, para los importadores.

Las reservas internacionales cayeron, efectivamente, en los primeros meses del año. Pero cayeron por diversas razones. En primer lugar, tuvimos una amortización neta de deuda pública y privada. El Gobierno, el sector público, usó en menor grado los recursos que tenía disponibles en el exterior. Y lo hicimos, paradójicamente, lo hicimos en este menor grado porque, por ejemplo, nos fue muy bien en el sector agrícola, los niveles de producción, de productos que antes o que ahora importamos, tuvimos que emplearlos en menor cuantía. Y eso provocó el menor uso de líneas de crédito que estaban previstas ser utilizadas en la primera parte del año de 1985.

Además, tuvimos un menor dinamismo en la exportación de productos no petroleros. Y en contrapartida, una mucha mayor rapidez en el crecimiento de las importaciones derivadas de que la actividad económica en nuestro país estaba creciendo de una manera más acelerada.

El turismo externo, el turismo hacia nuestro país, mostró también menores tasas de crecimiento. Esta combinación de factores explica, en esencia, el porqué la baja de las reservas internacionales de las que hemos dado cuenta públicamente.

Habla usted de la oportunidad del retraso en la modificación de la política cambiaria. Y aquí no le puedo contestar a usted de una manera enfática de que no tiene razón. Es un tema especialmente difícil el de escoger la oportunidad precisa para mover este tipo de instrumentos. Si nos anticipamos, los efectos para el país son altamente negativos: estimulamos inflación y afectamos costos de las importaciones indispensables para la marcha de nuestra planta productiva. Si nos retrasamos, alentamos actitudes de carácter especulativo y retrasamos, por así decirlo, el estímulo a las exportaciones.

Nosotros creímos o creemos que el momento en el que se actuó fue el más razonable dentro de las limitaciones imperantes,

pero aquí le concedo, señor diputado, la posibilidad de que en la oportunidad en el manejo de este instrumento fundamental haya habido o haya podido haber algún desface que pudiera ser calificado de retraso en la oportunidad.

Algunas correcciones en materia de reconstrucción. Se ha estimado, de la mejor forma posible, que la reconstrucción derivada del sismo 19 de septiembre, va a ascender a una cifra de entre un billón y un billón y medio de pesos. El Fondo de Reconstrucción muestra solidaria del apoyo de la sociedad mexicana a la tragedia, no tiene las cifras que usted apunta, tiene recursos menores que los que usted señaló y que el día de hoy fueron publicados en la prensa nacional, derivada de la reunión semanal que el Comité Técnico del Fondo de Reconstrucción está llevando acabo.

Lo que puede financiar el Fondo de Reconstrucción, será relativamente modesto, frente a la magnitud del costo de reconstrucción. Hemos empezado a trabajar y lo hicimos de inmediato en reconstrucción de escuelas y en reconstrucción de hospitales, esencialmente aplicando los recursos de este Fondo de Reconstrucción. El programa de vivienda que se verá intensificado en las próximas semanas y meses, y que representa, probablemente, el otro factor fundamental de mayor afectación, de mayor perjuicio del terremoto.

Pero sea de ello lo que fuere, el Fondo de Reconstrucción será un apoyo importante, pero la mayor parte de los recursos tendrán que venir, esencialmente, de los recursos fiscales; y, para obtener éstos, es la razón básica, por la cual, nos hemos permitido someter a su soberanía algunos ajustes a algunos impuestos especiales de consumos no fundamentales, pero que serán extraordinariamente importantes para el financiamiento de una primera etapa de las labores de reconstrucción.

No sentimos que esta sea una tarea de unos meses o de un año, sino que es muy probable que dada la magnitud de los problemas, tenga que prolongarse por un tiempo adicional.

Ya su compañero de partido nos había expresado su punto de vista acerca de la deuda externa. Su convicción respetable de que no se pretende declarar una moratoria, pero se busca y se propone que haya un desendeudamiento neto en materia exterior, que no nos endeudemos más, sino que no nos endeudemos, que la alternativa no sea crecer para pagar, sino crecer para dejar de endeudarnos. Le comentaba también a su compañero de partido, el diputado Monsivais, que ojalá y esto fuera posible en las circunstancias actuales, pero que la estructura de las economías de los países en desarrollo, muestra limitaciones, la expansión de las necesidades sociales, en educación, en hospitales, en carreteras, en plantas industriales de muy diverso tipo sugieren la conveniencia de complementar el ahorro interno con ahorro del exterior; esto ha sido una tendencia casi universal del desarrollo de los países actualmente industrializados; por eso pensamos que en los próximos años si queremos tener una tasa superior a la que tendríamos sin la ayuda de ese ahorro externo, seguiremos utilizando ahorro del exterior de manera complementaria al ahorro interno. No quiere decir esto, de ninguna manera, y lo subrayé en las palabras introductorias, que uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos como sociedad, como país es elevar la porción que del ingreso de cada quien, de individuos, familias, empresas, Gobierno, se destina al ahorro, porque sólo el ahorro puede dar bases sólidas para financiar una inversión sólida y con ella sólidamente estimular el crecimiento de una economía y de una sociedad.

Es posible que tenga usted razón que las máquinas registradoras no sean el mejor camino para combatir la evasión, tampoco lo creemos nosotros, combatir la evasión requiere una tarea y un esfuerzo muy generalizado y muy amplio y a través de muy distintos instrumentos, éste es sólo uno, sólo uno que de merecer la aprobación de esta soberanía puede presentar un paso adelante en un mejor control del pago de los contribuyentes que tienen mayor contacto con el público, de ninguna manera pensamos que sea el único, ni de ninguna manera pensamos tampoco que sea el más importante, hay otras acciones en las que estamos empeñados para tratar de reducir o eliminar en su caso difícil aspiración la evasión fiscal. Gracias, diputado. (Aplausos.)

El C. Presidente: -Tiene la palabra el señor diputado Héctor M. Calderón Hermosa, del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana.

El C. Héctor M. Calderón Hermosa: -Señor Secretario: Quiero valerme para empezar del derecho que otorga el acuerdo de práctica parlamentaria en el punto cuatro, para referirme a algunas preguntas que le fueron formuladas a usted por el líder de nuestra fracción parlamentaria, el licenciado Carlos Cantú Rosas y que consideramos que no fueron contestadas. Si me permite usted, le voy a dar lectura a estas preguntas:

La primera era: ¿Cuál era hoy, al iniciarse esta sesión el monto y el perfil de nuestra deuda externa?

Segunda: ¿En qué términos se contratarán y para qué fines concretos, estos 4 mil 100 millones de dólares que se prevé ocupar durante 1986? ¿Resolverán algún problema específico? ¿La cantidad aludida es parte del monto ofrecido por el Plan Baker, propuesto por el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos de Norteamérica en la reunión del Fondo Monetario Internacional, celebrada en Seúl, Corea del Sur?

Tenemos conocimiento de que durante el año que transcurre la deuda interna

ascendió a 9 billones de pesos, los que ocasionaron intereses por más de 5 billones de pesos, con sus obvias repercusiones en el déficit presupuestal correspondiente. ¿Cómo se piensa subsanar el déficit de 1985? ¿Crecerá indefinidamente este rubro en 1986? ¿Se han previsto topes para dicha deuda interna? ¿No obstante su alto costo, el Estado seguirá financiándose mediante los CETES o qué nuevas estrategias empleará?

Y, finalmente, ¿Qué consecuencias acarreará al país la declaración unilateral de una moratoria en la deuda externa? Estas, señor, son las preguntas que hizo el señor Cantú Rosas a las cuales quisiera, con su venia, agregar estos puntos y consideraciones:

Un sistema bancario operante, sano y dinámico es vital, no sólo para sanear la economía, sino también para la tarea de reconstrucción, así como para la más larga y profunda, que es la de promover y financiar el desarrollo de nuestro país en los años por venir. En este esfuerzo, tienen que actuar lo bancos de desarrollo y la banca comercial, sin embargo, lo que se observa es que hay una tremenda escasez de recursos y cuando éstos están disponibles, lo están tasas muy altas, se habla incluso de que se propicia una desintermediación financiera. Señor Secretario. ¿Está el sistema bancario captando los volúmenes de ahorro que se requieren? ¿Por qué tanta escasez que se hace evidente cuando encontramos que los bancos no pueden o no quieren prestar para actividades productivas?, y, finalmente, ¿por qué se presta a tasas de interés tan altas? Parecería que estamos penalizando la actividad productiva, ¿hay expectativas de que esas tasas bajen y cuándo? Muchas gracias.

El C. licenciado Jesús Silva Herzog: -En el comentario que me permití hacer después de la presentación global del señor diputado Cantú Rosas, me di cuenta que había yo omitido de comentar algunos de los planteamientos que él había hecho. Los tenía yo aquí anotados y pensaba aprovechar su intervención para hacer un esfuerzo y tratar de complementarlo del mejor modo posible.

Había otro que no señaló usted y por el cual voy a empezar y que es la evolución de la deuda, su aplicación a distintos sectores, misma que se ha hecho a espaldas del pueblo. Así lo señaló el diputado Cantú Rosas en su intervención en la mañana.

Solamente quisiera decir que la aplicación de la deuda externa está publicada en forma permanente desde hace ya un buen número de años y que de manera trimestral el Ejecutivo, a través de la Secretaría de Hacienda, ha venido informando a esta soberanía sobre la evolución y aplicación de la deuda externa cada tres meses. El último informe, correspondiente al tercer trimestre de 1985, fue entregado a esta soberanía el día 14 de noviembre anterior. Ahí está por cierto la cifra que fue motivo de la primera pregunta del diputado Calderón, pregunta que había ya hecho, y lo reconozco, el diputado Cantú Rosas: ¿Cuál es al día de hoy el monto y el perfil de la deuda pública externa?

Cifras que ya se han comentado aquí en esta comparecencia. Han sido repetidas por el diputado Graco Ramírez en alguna parte de su intervención y por algunos otros de los oradores que han participado en el debate.

Al día de hoy no podría decirle, pero sí le puedo decir el monto correspondiente al último día de septiembre anterior, que es la cifra sobre la cual tenemos registros definitivos y precisos y que están contenidos en el informe correspondiente que está a la disposición de ustedes. Al día de hoy no tendría yo elementos con qué hacerlo.

La deuda pública externa asciende a 96 mil millones de dólares de acuerdo con ese informe, representada por 71 mil millones de la deuda pública, 18 mil millones de deuda privada y la diferencia corresponde a deuda externa de la Banca.

El perfil de este endeudamiento responde a los esfuerzos de reestructuración. El 99% se encuentra documentado a largo plazo y sólo el 1% se encuentra documentado a corto plazo. Situación bien distinta a la que prevalecía en el año de 1981, por ejemplo, en donde la deuda de corto plazo, la deuda pública externa de corto plazo llegó a representar, a finales de ese año de 1981, más del 20% de la deuda total.

Los 4 mil millones de dólares que estamos pensando obtener en los mercados internacionales para el año próximo, tendrán una aplicación diversa para los distintos proyectos ligados con las necesidades de desarrollo económico y social del país. Dentro de estos 4 mil millones hay una porción muy importante de recursos procedentes de organismos financieros internacionales, del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo, que seguramente podrán ser aplicados a proyectos específicos, de infraestructura rural, de infraestructura urbana, de apoyo o programas de crédito agrícola, industrial, etcétera. Otra porción importante de estos recursos provendrán de líneas de crédito para apoyar importaciones que hagamos de los países industriales del mundo; recursos que proporcionan los bancos dedicados al fomento de las exportaciones en cada uno de estos países, de Estados Unidos, de Inglaterra, de Francia, de Alemania, de Japón. Y tenemos también, definitivamente, una operación importante como la banca comercial, una operación importante con la banca comercial, cuyos términos en este momento no los conocemos porque no han empezado y no se han iniciado conversaciones definitivas de negociación sobre estas operaciones.

Era necesario, primero, presentar a esta soberanía, al pueblo de México, la estrategia económica para el año de 1986, conocer sus primeras reacciones y después iniciar ya de modo más concreto y específico estas conversaciones. De tal suerte que no podría comentarle en este instante cuáles serían los

términos, las condiciones de estas posibles operaciones.

De los 4 mil millones de dólares, señor diputado Calderón, señor diputado Cantú Rosas, estamos estimando mil millones de dólares procedentes de los organismos financieros internacionales, repito, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo. Alrededor de 500 millones de dólares en operaciones bilaterales con estos organismos oficiales de los países industriales, y alrededor de 2 mil 500 millones de dólares de la banca comercial de todo el mundo. Y quiero insistir aquí, de todo el mundo, porque con frecuencia existe también una interpretación errónea; la deuda pública externa de México se encuentra ubicada, se encuentra escriturada con bancos de más de 40 países distribuidos en todo el mundo, de tal manera que es en ese sentido una deuda que tiene una distribución geográfica amplia.

No sabemos si estos 4 mil millones de dólares de operación para el año de 1986 formarán parte del Plan Baker o no; nosotros lo planteamos en nuestros primeros ejercicios de pronóstico para el año de 1986 conociendo o tratando de apreciar cuál puede ser la evolución de nuestra economía, qué recursos tenemos y cuáles serían los recursos necesarios. El Plan Baker fue presentado en la reunión de Seúl el mes de septiembre pasado con posterioridad a estos primeros planteamientos que las autoridades mexicanas habían hecho ya de manera pública.

¿Cómo vamos a hacer para reducir el monto y el peso de la deuda interna? Pregunta concreta que nos hace el diputado Calderón reiterando una pregunta hecha por el diputado Cantú Rosas. La única manera de poderlo hacer de manera efectiva es reduciendo el déficit del sector público que de manera paralela implicará una menor necesidad de incurrir en deuda interna. Si lo logramos también podremos abatir en cierto grado la tasa de inflación y si esto a su vez lo logramos podremos abatir la tasa de interés que es el precio del servicio de la deuda interna. De ahí que me permitiría comentar, señores diputados, que la estrategia que estamos planteando para 1986 va dirigida perfectamente en consonancia con esa necesidad sentida por ustedes, sentida por nosotros, sentida por todos de que era necesario abatir el peso de esta deuda interna para hacerlo la forma es la que me he permitido a nuestro juicio esbozar.

Se plantea también de si para financiar parte de este déficit del sector público que existirá, se reducirá sobre los niveles actuales, pero todavía tendrá un monto y un nivel importante, seguiremos utilizando a los CETES. Los Certificados de Tesorería cuya tasa de interés, mejor dicho, refleja no la decisión de la autoridad financiera que difícilmente podría establecer una tasa de interés alta cuando él es el que la tiene que pagar, refleja, lo repito, y eso es importante que pueda ser captado no una decisión caprichosa discrecional de las autoridades, sino responde a fuerzas de oferta y demanda de recursos y que sube la tasa de interés de los CETES cuando el déficit del sector público demanda recursos adicionales al mercado, el mercado que está constituido por particulares, que está constituido por bancos, pero que en esencia plantea una posibilidad de absorción de esos requerimientos que cuando son excedidos repercuten inmediatamente en un aumento del precio, o sea, en un aumento de la tasa de intereses.

Nos comenta también acerca de la escasez de recursos y de las altas tasas de interés. Temas que también hemos tocado ya en distintas ocasiones en este momento. Durante el año el financiamiento al sector privado y social por parte de la banca nacionalizada, ha tenido un crecimiento satisfactorio. Sobre todo, en la primera mitad del año. En estos meses más recientes, en donde nos hemos visto presionados por estos factores adicionales de mayor inflación, de mayores tasas de interés, de mayor déficit público, ha habido necesidad y de hecho no se han requerido medidas deliberadas, de absorber liquidez excedente en el sistema y frenar por así decirlo, una demanda de crédito que en ciertos momentos fue excesiva. Y esto, igualmente como lo anterior, ha repercutido en altas tasas de interés.

En este año de 1985 ha habido un proceso de desintermediación financiera. A diferencia de los dos años anteriores, el volumen de ahorro canalizado a las instituciones financieras del país, ha sido menor que lo que fue en los dos años anteriores, producto de diversos factores y fenómenos que debemos tratar de revertir, porque en la medida en que la Banca, los intermediarios financieros no bancarios, capten menos ahorro de la sociedad, tendremos menos capacidad para apoyar al financiamiento de nuestro desarrollo. Pero representa también un proceso que resulta normal en una situación altamente inflacionaria. De ahí que los niveles de tasas de interés persigan con frecuencia el ofrecer al ahorrador una tasa de interés real, positiva. Sino se ofrece, si el rendimiento es negativo, y lo pueden ver ustedes en el horizonte de cualquier país que escojan, si no se ofrece ese rendimiento positivo, real, el ahorrador potencial o efectivo, tendrá mayor estímulo para canalizar sus ahorros en otros destinos distintos que los ahorros financieros. Y se trata precisamente de revertir esta tendencia., este proceso que fue un hecho concreto y efectivo en este año de 1985.

De tal manera que a la pregunta de si la Banca está captando el ahorro necesario, yo le diría que la Banca está haciendo el mayor esfuerzo por captar el mayor volumen posible de ahorro. Pero que difícilmente lo que hemos captado en este año, pudiéramos calificarlo como el necesario.

Y por último, espero que con esto haya yo dado una respuesta si no a todas, si a la

gran mayoría de sus cuestiones, por último, se plantea cuándo pueden bajar las tasas de interés.

Aquí me atrevería a decir que el ingrediente fundamental para hacer esto posible es de si nuestra sociedad, todos logramos abatir el ritmo de inflación; si no somos exitosos con el abatimiento de la tasa de inflación difícilmente podremos contemplar una disminución en las tasas de interés por las razones anteriores que hemos comentado. Si logramos abatir la tasa de inflación, estoy absolutamente seguro que podremos empezar a ver una tendencia hacia la baja en las tasas de interés. Ya lo vimos durante estos últimos tres años, lo vimos a mediados de 1983 y prácticamente hasta principios de 1985; hubo descensos en la tasa de interés de hasta 20 puntos en algunos instrumentos, y esto era precisamente porque habíamos logrado revertir la tendencia inflacionaria; el objetivo para el año de 1986 es ése, y aspiramos a lograrlo. Gracias, señor diputado. (Aplausos.)

El C. Presidente: -Tiene la palabra el C. diputado Alejandro Gascón Mercado, del Partido Mexicano de los Trabajadores.

El C. Alejandro Gascón Mercado: - La política tributaria tiene carácter regresivo, pues se basa fundamentalmente en los impuestos indirectos que tiene que pagar el pueblo. Las medidas del PIRE siguen sin favorecer a las grandes mayorías; los recientes ajustes económicos del Gobierno han traído como contrapartida elevados costos sociales. La crisis está deteriorando gravemente los niveles de ocupación; el mercado de trabajo está quebrado, y las posibilidades de quienes se incorporan son cada vez más difíciles, sobre todo en empleos permanentes. El pago del servicio de la deuda externa, 12 mil millones de dólares anuales limitan seriamente los márgenes de acción de la política de desarrollo; la deuda rebasa los 96 mil millones de dólares y destaca entre todos los obstáculos por ser la causa de deformaciones importantes en la estructura financiera.

Estas son expresiones del Congreso del Trabajo enviada a la Comisión de Salarios Mínimos el jueves pasado.

Por eso yo no creo que la mayoría del pueblo mexicano esté de acuerdo con esta política económica. Ya son muchas expresiones: la izquierda, la derecha, los de en medio, todos protestan. Los de arriba y los de abajo. Creo que esta política ya no le sirve esencialmente a nadie.

La Cámara convocó a un foro de la deuda. Y a veces las buenas acciones las echamos a perder. Tenemos 500 ponencias, probablemente 450 de ellas pertenezcan a grupos del partido del Gobierno, o de instituciones del Gobierno. Yo creo que este problema es tan grave que la política financiera y particularmente el de la deuda, que debiéramos hacer una consulta en México, y votar todos los mexicanos porque las condiciones de este tiempo no son las de hace unos meses. Votar sí, o no, debemos pagar esta deuda, y si debemos pedir un dólar más prestado a los círculos imperialistas.

Claro que en un evento como este se dicen muchas cosas, y aveces son actos de fe. Yo estoy convencido que la mayoría del pueblo mexicano no fue a votar en las anteriores elecciones. Yo creo que hay, a veces, actos de soberbia, pero más parecen actos de inconsciencia. Un amigo mío de Nayarit dice que los hombres que han gobernado a este país en los últimos 50 años, y los toreros, son muy buenos padres de familia. Porque han heredado, de cierta manera sus títulos nobiliarios, y si vemos un cartel de los toreros ahora, se parecen mucho en cuanto a los apellidos y a veces a los nombres, a los toreros de hace 30 años. Y el cartel político es más o menos parecido.

Yo me pregunto con curiosidad si este pueblo va a resistir a los nietos de los revolucionarios en el poder, porque, me refiero a esto porque se decía.. .. .. claro, de 1981 a la fecha nosotros nos encontramos las mismas cosas más o menos como están. Y es cierto, nosotros no objetamos sólo la política del actual Gobierno. Creo que aquí hay una mala política económica desde hace, pues, unos 40 años cuando menos, sobre todo desde que el licenciado Miguel Alemán gobernó a este país, y desde entonces, más o menos se inspira en los mismos principios.

Cuando uno ya ha estado muchas veces aquí, ha oído -en ese caso estamos el Presidente de la Cámara y yo-, que estamos frecuentemente en las legislaturas del Congreso de la Unión. Uno ha oído muchas cosas de los secretarios de Hacienda y del propio Presidente de la República. Y la primera vez, uno toma en serio todo lo que dicen, ya después no tanto.

Aquí se nos dijo, por ejemplo, por el antecesor del actual Secretario de Hacienda, que el IVA no iba a ser inflacionario; y ya vieron lo que pasó.

Hay salidas políticas, Heberto Castillo pregunta: ¿Se va a hacer una Reforma Fiscal a fondo o él plantea, es necesario hacer una Reforma Fiscal a fondo? Y el Secretario de Hacienda dice: Pues, que le digan cómo en qué consiste esa Reforma Fiscal a fondo. El sabe. Se trata de no cobrarle impuestos a los trabajadores y se trata de cobrarles muchos impuestos a los capitalistas de este país, para que no haya hombres como Vázquez Raña que hace negocios de 20 mil millones de pesos, tranquilamente. Para eso; que pide que le permitan sacar 40 millones de dólares -y dice que le autorizaron sacarlos-, yo no sé si sea cierto.

Yo tenía la esperanza de que este negocio fuera del licenciado López Portillo y del licenciado Echeverría junto con Vázquez Raña. Bueno, porque de alguna manera, pues, esto se hubiera distribuido, pero Vázquez Raña dice; no, es mi negocio.

Señor Secretario, pídales a los empleados de la Secretaría de Hacienda que están chiflando que no lo hagan, porque los diputados no lo acostumbran.

¿Por qué le autorizaron a Vázquez Raña que sacara 40 millones de dólares en las condiciones de hoy?

Porque 40 millones de dólares no tienen importancia frente al saqueo permanente que se vive en el país. Y nosotros tenemos que precisar estos hechos.

Aquí entre nosotros podemos acoplar las cuentas, ajustarlas, no hay problema. Los que no pueden ajustar las cuentas son los trabajadores de salario mínimo que van al mercado, ellos no pueden ajustar las cuentas ni acoplarlas. Millones de mexicanos ya no tienen para comer. Ese es el cuadro. Y aquí podemos especular todo lo que queramos, pero la realidad es otra.

¿Se canalizó la deuda hacia algunas actividades productivas? Yo creo que sí, no podríamos negarlo. Pero también parte de la deuda se canalizó hacia el general Durazo, y tampoco podemos negarlo, y a otros que metieron a la cárcel los de este Gobierno, y a otros que van a meter a la cárcel los del Gobierno que sigue, yo pienso que se ha canalizado para varias partes, pero no hay asomo de espíritu autocrítico, nada ha pasado en este país, no se han cometido equivocaciones esencialmente, no ha habido errores, no ha habido fallas, en lo general ha habido buena fe, todos queremos a México y vamos adelante, pero adelante sigue el problema grave de que cada día los mexicanos se enfrentan con realidades patéticas, dramáticas, en el problema de la habitación, en el problema de la comida, en el problema de la educación, en todo lo que son sus necesidades fundamentales.

Uno no dejan de hacer comparaciones, cuál sería el monto de la deuda con Lázaro Cárdenas, Lázaro Cárdenas que ha desarrollado como nadie las fuerzas productivas del país, lo hizo a base de empréstitos con el extranjero o lo hizo a base de repartir la tierra, de nacionalizar la industria petrolera en manos de extranjeros, de formar la Comisión Federal de Electricidad, nacionalizar los ferrocarriles, eso es otra cosa, es un política opuesta, si hubiéramos seguido el camino de Lázaro Cárdenas habría en esta Cámara algunos disgustados, pero el pueblo de México estaría francamente muy satisfecho de su propia obra.

Las empresas imperialistas traen un dólar y se llevan 2, esto ya lo reconoce todo el mundo, por qué no establecer que los que saquen un dólar en este país paguen dos, hay expresiones políticas, estamos abiertos a todas las sugerencias, dice el Secretario, que las otras latitudes nos pueden ofrecer sobre la deuda. Yo participé en un encuentro sobre los países de América Latina en Cuba, supe que habían invitado a muchos hombres relacionados con el gobierno de México, no fue nadie, claro ahí estábamos nosotros, pudimos dar opiniones; compartimos las ideas de muchos latinoamericanos de que estas deudas que tienen nuestros países son injustas, inmorales, impagables, incobrables y yo estoy sospechando que esta deuda que tenemos en México es ilegal.

Decía Cantú Rosas que sometiéramos esto a la voluntad popular, yo casi estoy a punto de pensar como una viejita en mi pueblo "que hay que someter esto a la voluntad de dios", creo que ya no queda otra. Hace un rato vino un periodista y me informó que el episcopado se había declarado partidario de la reelección del Presidente de la República y me dijo qué opina usted, yo también, dije, yo ya estoy igual que el episcopado, partidario de la reelección del Presidente de la República y él un poco se extraño, sí, pero le dije, yo estoy como una vieja de la edad media que se encontró al rehén, y esta señora le dijo: "Que Dios te guarde mil años".

El rey que sabía que era un delincuente, le preguntó ¿pero cómo que te guarde mil años?, sí, porque yo conocí a tu abuelo, era un hombre muy negativo; conocí a tu padre, era peor que tu abuelo, y ahora te conozco a tí y espero que tú dures mil años porque si viene tu hijo, quién sabe cómo nos vaya. A veces uno piensa que es mejor que este gobierno permanezca por los siglos de los siglos. Yo pienso, señor Secretario, que esta deuda puede ser ilegal porque dentro de las facultades del Congreso el artículo 73 dice, lo que ya han dicho otros compañeros, fracción VIII: "Es facultad del Congreso para dar bases sobre las cuales el Ejecutivo pueda celebrar empréstitos sobre el crédito de la nación. Para probar esos mismos empréstitos y para reconocer y mandar pagar la deuda nacional."

Yo creo que en la Ley de Ingresos nosotros autorizamos las bases para los empréstitos que deben realizarse, pero después de conocer estas bases, antes de hacer los empréstitos, según el texto de la Constitución, el Congreso de la Unión debiera sancionar estos empréstitos como legítimo representante del pueblo de México. Yo creo que de aquí se desprende que el Poder Ejecutivo no tiene facultades para hacer esto, y si esto es cierto, bueno, pues, son los que han firmado los empréstitos los que debieran pagarlos, no el pueblo de México.

Me surge otra duda, la fracción 18 dice: "Las facultades del Congreso para establecer casas de moneda, fijar las condiciones que está debe tener, dictar reglas para determinar el valor relativo de la moneda extranjera, determinar el valor relativo de la moneda extranjera, creo que llevar a este movimiento acelerado del alza de la moneda, de inestabilidad de la moneda, no se ajusta a esta fracción XVIII del artículo 73. Yo quisiera preguntarle, señor Secretario. ¿No será ilegal lo que estamos haciendo en estos dos aspectos sobre la deuda y sobre esa flotación permanente de la moneda en México?

El C. Presidente: -Señor diputado, se le ha vencido a usted el tiempo.

El C. Alejandro Gascón Mercado: -Yo espero que pronto se venza el tiempo de la situación de hoy.

El C. Presidente: -Muy bien.

El C Alejandro Gascón Mercado: -Muchos invitan a cambiar la política económica del Gobierno, yo invito al pueblo de México a cambiar al Gobierno y así cambiaremos la política económica.

El C. licenciado Jesús Silva Herzog: -Nos dice el señor diputado Gascón Mercado que en las distintas ocasiones que le ha tocado formar parte de una Legislatura ha aprendido no hacer totalmente caso a muchas de las cosas que se dicen y que se oyen. Nosotros no podemos esgrimir la misma experiencia, pero con una mucho más restringida, limitada, reducida también podríamos decir parafraseándole que no hay que hacer caso a todo lo que se oye ni a todo lo que se dice.

Me resulta un poco difícil hacer algún comentario sobre puntos específicos. Creo que su punto o su mensaje lo transmitió con la elocuencia de la que siempre ha hecho gala y que tiene, pero trataría yo de tocar algunos puntos fundamentales:

Uno que es muy importante: El de si esta deuda es una deuda legal o ilegal. La deuda es una deuda con tratado por gobiernos legítimamente constituidos. Fue adecuadamente documentada, se llevó a cabo en las condiciones imperantes en cada uno de los instantes y se utilizó para los propósitos concretos que pueden identificarse si alguien quiere tomarse la molestia de hacerlo.

Se aplico para ampliar la capacidad de producción de Petróleos Mexicanos e incrementar los ingresos públicos procedentes de una empresa como Petróleos Mexicanos, y aquí trato de tocar aun cuando sea de pasada una de las preguntas que quedaron inconclusas hechas hace unos cuantos minutos.

Se aplicó también para ampliar la generación de energía eléctrica, como aquí se ha señalado anteriormente, casi 40% de los empréstitos obtenidos fueron dedicados al sector energético. Si no hubiéramos tenido estos recursos probablemente la expansión de la capacidad de producción en este sector energético, en Petróleos, en la Comisión Federal de Electricidad hubieran sido por lo menos más lentos de lo que fueron, por el apoyo de estos empréstitos del exterior; si no los hubiéramos tenido, las tarifas o los precios de Pemex o de la Comisión Federal de Electricidad, seguramente que hubieran sido considerablemente más elevados de lo que han podido ser en estos años más recientes.

De tal manera que sí quiero señalar en forma tajante, que no cabe la duda de sí ésta es una deuda ilegal; es muy distinta a la que en otras épocas de nuestra historia contrataron gobiernos ilegítimamente constituidos, y ahí se reacciono de la manera que corresponde a una situación de esta naturaleza.

Por otro lado, la contratación de la deuda ha seguido los preceptos establecidos en los diversos ordenamientos legales, partiendo de la Constitución General de la República, de la Ley de la Administración Pública Federal, de la Ley de Ingresos de la Federación correspondiente a cada uno de los años, de la Ley General de Deuda Pública, siguiendo los preceptos contenidos en cada una de estas disposiciones, es como el Ejecutivo ha llevado a cabo las operaciones de deuda externa, siguiendo de manera fiel las disposiciones contenidas en estos ordenamientos.

De tal suerte que es difícil siquiera aceptar la expresión que sugiere el diputado Gascón Mercado.

Estos ordenamientos legales, le dan al Ejecutivo facultades amplias para llevar a cabo las diversas operaciones de endeudamiento externo. La fracción VIII del artículo 73 constitucional, establece y señala la forma en que el Ejecutivo puede llevar a cabo estos empréstitos. En una sociedad como la que vivimos, en donde en un año activo en materia de endeudamiento externo se llevaron acabo miles de operaciones de crédito, algunas mediante un simple compromiso oral que después se documentaba, por parte de alguna entidad pública, por parte del Gobierno de la República, sería sencillamente fuera de la realidad al pretender que pudiera analizarse cada uno de estos empréstitos por el Legislativo.

De tal suerte que lo que el Legislativo hace es señalar los criterios generales, los montos y exigir informes periódicos sobre el cumplimiento de esta responsabilidad, señalamientos que han sido plena y totalmente observados por el Gobierno de la República. Nos plantea el señor diputado Gascón Mercado un panorama al inicio de su intervención que ha sido retirado por parte de varios de los voceros de partidos semejantes al que ahora milita; hemos hecho comentarios diversos sobre varios de estos planteamientos, estando de acuerdo definitivamente en que los problemas a los que nos enfrentamos, la crisis a la que nos enfrentamos ha requerido un esfuerzo especial de política económica; no es la política económica la originaria de los costos sociales en los que estamos involucrados en nuestro país sino que es la crisis precisamente la que ha provocado estos costos sociales. Lo que la política económica ha pretendido y ha logrado en cierta medida, en cierta medida es mitigar, reducir en cierta forma estos costos sociales. Con una política económica distinta la crisis, esta crisis por la que estamos atravesando, probablemente estaría conduciendo a una situación de problemas mucho más agudos, de tal suerte que reitero lo que he reiterado en varias intervenciones, de ninguna manera pensamos que estos años se hayan cubierto de logros o de avances, sino que estos son modestos, moderados

y hay retrocesos y hay problemas, pero definitivamente que haber actuado de otra forma y ser un poco más específico en los planteamientos, no nada más en los objetivos, ser un poco más específico y concreto en los planteamientos, hubiera conducido probablemente a un deterioro adicional en el nivel de vida de los grupos mayoritarios de la población, y este es una preocupación y un motivo del quehacer fundamental del Gobierno de la República.

Habría otros comentarios que hacer sobre varios de los puntos tocados por el señor diputado Gascón Mercado, nos habla de la política económica de hace ya más de 30 años, de que la política tributaria es regresiva, reiterando también algunos planteamientos hechos por otros organismos de que la reforma fiscal no ha agravado lo que debería agravar, que ha habido fallas en muy diversos terrenos. Respetamos su opinión señor diputado Gascón Mercado. (Aplausos).

El C. Presidente: -Tiene la palabra el C. diputado Porfirio Camarena Castro, del PRI.

El C. Porfirio Camarena Castro: -Trataré de concretar mis ideas para no convertir esta sesión en un escenario de monólogos, como uno que hiciera famoso Carlos Ancira.

Señor Secretario, las propuestas para aumentar impuestos así como para elevar los precios y tarifas de bienes y servicios, que produce el sector público como los hidrocarburos, electricidad, etcétera, parecen tener dos serias implicaciones: en primer lugar podrían acelerar la inflación. Lo que parecería ser incongruente con una de las metas fundamentales del programa económico del Gobierno, que es la de luchar contra la inflación. Y en segundo lugar amenazan afectar el ingreso real de los trabajadores porque conociendo cómo las empresas con abuso transfieren a precios estas cargas, obligan a pagar mucho más por bienes y servicios que son importantes en lo que usted mismo ha llamado la "canasta de consumo básico de sus familias.

Los dos aspectos que mencionó son preocupantes. Pero más lo es la implicación que estas elevaciones de precios e impuestos pueden tener para el ingreso real de los trabajadores mexicanos.

Señor licenciado Silva Herzog, yo creo que todos los mexicanos estamos conscientes de que la profundidad de la crisis en que entramos hace tres años, requiere de esfuerzos constantes. Y una actitud patriótica de todos los mexicanos para luchar por enderezar la nave de nuestra economía.

Conocemos su rectitud intelectual y su vocación por hablar con la verdad. Nos dio prueba de ello cuando dijo el mes pasado, que algunas de las metas principales que del programa de 1985, no iban a poderse cumplir. Pero ahora yo le haría dos preguntas: Hay que hacer mayores esfuerzos y sacrificios. Primero, ¿qué se ofrece al pueblo de México a cambio de estos esfuerzos y sacrificios?, y segundo, ¿no podemos intentar la aplicación de políticas que mantengan bajos precios protegiendo así el nivel de vida de la mayoría de la población mexicana?

A su criterio, señor Secretario, ¿puede contestar estas preguntas? Muchas gracias. (Aplausos.)

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: -Muchas gracias, diputado Camarena, por esta interrogante que plantea cuestiones fundamentales para el manejo de la política económica, para la sociedad y para el bienestar de los grupos mayoritarios.

Hemos señalado que una política de ingresos se compone esencialmente de una política tributaria, de impuestos, una política de crédito interno y externo que hemos ya comentado en forma amplia en esta comparecencia, y por una política de precios y tarifas de los bienes y servicios que ofrece el sector público.

En materia de política tributaria se ha comentado ya que no se pretende aumentar la carga fiscal, sino que lo que pretendemos es evitar un deterioro adicional en esta carga fiscal, que el acento en materia tributaria está colocado para el año de 1986, en el establecimiento de un derecho especial, extraordinario a la extracción de hidrocarburos, y que se trata de no tocar otros aspectos fundamentales de la política de impuestos, sino que por el contrario, se está proponiendo una desgravación importante a los grupos de trabajadores y de contribuyentes que tienen ingresos medios y bajos para que mediante una menor carga fiscal el año próximo puedan aliviar y defender de mejor forma su ingreso personal real.

En materia de crédito sabemos las limitaciones que existen en materia externa y también en materia interna, de ahí que parte importante de la política de ingresos descanse en el año de 1986 en una política de revisión de precios y tarifas de bienes y servicios ofrecidos por el sector público.

Su objeto o su criterio global responde al objetivo de recuperar el rezago en el que caímos en el año de 1985; por rezago en el que caímos en el año de 1985, lo que quiero decir es que sus precios aumentaron menos que la inflación, de tal suerte que hubo un descenso en el precio real de buena parte de estos productos.

La gasolina, por ejemplo, cuyo precio subió en el mes de enero, al mes actual, al mes de noviembre, tiene un decremento en términos reales, porque el aumento fue menor que la inflación. Y así sucede con varios de los otros productos que ofrece o proporciona el sector público mexicano. De tal manera que el año que entra lo que pretendemos es recuperar el rezago en el que caímos este año, y evitar que en el año de 1986 nos vuelva a suceder lo mismo, es decir, buscar incrementos que se mantengan en línea con la inflación.

Pero esta política no es una política que se haga de manera indiscriminada, sino que se busca afectar en mayor medida a aquellos productos con mayor poder recaudatorio y que por otro lado tenga una menor incidencia en el consumo, en el ingreso real de los trabajadores.

En este año de 1985, por ejemplo, y tengo aquí algunas cifras, de aumento de precios de algunos productos básicos que en todos los casos aumentaron sus precios por debajo de la inflación estimada para 1985. La leche subió 46% en el año, menos que la inflación; el huevo 48.1% menos que la inflación; el aceite 42%, menos que la inflación; el gas doméstico 32%; la energía eléctrica 39.8%. El salario mínimo, por contra en este mismo período, y es una pregunta pertinente, subió en este mismo período del que estamos hablando, 55%.

No quiere decir que no haya habido otros productos en donde el incremento de precios haya sido mayor, pero sí, la preocupación permanente de buscar que con estas revisiones se proteja de la mejor forma posible el ingreso real, el salario real de los trabajadores y de los grupos mayoritarios de la población.

El año próximo, lo decíamos en las palabras introductorias, deberemos tener un cuidado especial en la calendarización de muchas de estas acciones. Es importante la distribución de las acciones a lo largo del año, para que en la primera parte podamos obtener una mejora sustancial en las finanzas públicas, que reduzcan presiones inflacionarias, que nos permita abatir tasas de interés y a su vez provoque menores requerimientos de gasto por parte del déficit público.

De tal suerte, que estos son los criterios básicos que inspiran esta política de precios y tarifas. Política de precios y tarifas que no es, y reconocemos ampliamente una política popular; que sería mejor y más atractivo y más aplaudido que los precios quedaran estables o bien que se provocaran descensos importantes en algunos de ellos. La capacidad recaudadora del estado sería sensiblemente afectada.

Si quisiéramos hacer los mismos gastos que tenemos previstos, tendríamos que financiarlos de un procedimiento con repercusión y efecto inflacionario mucho más directo.

De tal suerte, que lo que aparentemente pudiéramos ahorrarnos en efecto inflacionario, se revertiría al poco tiempo por un financiamiento del déficit basado en recursos inflacionarios.

Y en el corto plazo. En el corto plazo, en periodos cortos de tiempo no es posible encontrar recursos adicionales que puedan sustituir a los procedentes de medidas de esta naturaleza. No los hay, o por lo menos nosotros no los hemos encontrado. Gracias diputado Camarena.

El C. Presidente: -Tiene el uso de la palabra el C. diputado José Ángel Conchello Dávila, del Partido Acción Nacional.

El C. José Ángel Conchello Dávila: -Señor Secretario: En ese documento llamado criterios generales para el Presupuesto de 1986, encontramos a la vez una grave injusticia y una gran contradicción que esperamos que usted nos pueda aclarar.

Nos referimos en concreto a que al hablar de las finanzas públicas, en ese documento se dice textualmente: a partir de una situación inicial de desequilibrio estructural de las finanzas públicas, que hacían que su tamaño encendiera lo que la economía y las sociedades (léase el pueblo), podían sostener de una manera sana. Se ha llevado a cabo durante los últimos 3 años un esfuerzo considerable para reducir la brecha entre ingreso y gasto. En cambio, al hablar de la política financiera para 1986, se dice que el ajuste se basa, fundamentalmente, en un aumento de 1.5% del producto interno bruto a los ingresos del sector público presupuestales.

En esto, señor Secretario, se ve que los hacendistas están elevando los impuestos al pueblo de México, no fundados en una tarea a realizar, no en un programa de trabajo, no en la capacidad tributaria o contribuyente del pueblo de México, sino simplemente en que haya en su torre de marfil algún técnico que resolvió que había que aumentar el peso del gobierno en un 1.5% más del producto interno bruto.

Decir que aumentará el porcentaje respectivamente al producto interno bruto, que es una cantidad, una suma medulosa que se manipula muchas veces a voluntad de los técnicos, es fincar el aumento de las cargas fiscales en argucias tecnocráticas y no en las posibilidades del pueblo o en las necesidades del Gobierno.

Incidentalmente agradeceré al señor Secretario que nos diga a cuánto asciende el producto interno bruto para este año de 1985.

Pero volviendo al tema, considero que esa actitud es absurda e inconstitucional, pues los mexicanos constitucionalmente no estamos obligados a pagar impuestos simplemente para aumentar el porcentaje de gastos del gobierno, sino conforme a un presupuesto, a un programa que debe ser primero aprobado por el pueblo a través del Congreso y pienso que cuando hay un error en el punto de partida en la conceptuación original, tiene uno que esperar errores en el acto final; pero independientemente de eso, hay una abierta contradicción entre uno y otro propósito, pues por una parte se reconoce que en 1983 había un peso excesivo del gobierno sobre la economía y sobre el pueblo y por la otra se nos dice que para 1986 el gobierno debe crecer aún más a pesar de la crisis que padecemos. Además de que la experiencia de muchos países ha demostrado que un aumento en los impuestos puede provocar una baja real en la recaudación o de que a la inversa, una baja de impuestos puede provocar un mayor desarrollo, la primera pregunta señor Secretario es ¿Cuál es la tendencia del fisco para 1986, elevar el peso y la carga del fisco federal, en contradicción con los propósitos iniciales de

este sexenio o volver a aumentar los impuestos iniciales y el peso del gobierno para regresar a la situación de 1982 que tanto se ha criticado?

La segunda pregunta se relaciona con ese grave problema que representa a la vez una constante carestía para el pueblo y la falta de moneda estable para la economía, carestía que tiene como causa principal y pienso que usted mismo lo ha reconocido, el déficit en el gasto del Gobierno Federal al hablar de la inflación.

Ahora bien comprobando que en estos tres años sólo se nos ha prometido pero no se ha actuado en la baja del déficit federal, ya que este año es mayor de lo que era a principio de este sexenio, preguntamos a usted a beneficio que ve menguado su salario mínimo o del campesino que ve menguado el valor de su cosecha, no cómo, sino cuándo van a emprender un programa para abatir la inflación y así combatir la carestía dentro y la devaluación fuera?

La tercera pregunta señor Secretario no es de orden macroeconómico, sino tal vez microeconómico, no es pregunta de economía mundial, sino tal vez de economía de aldea, de pueblo, de paraje, de ranchería y es relativa a esas máquinas registradoras de comprobación fiscal, que según la llamada miscelánea fiscal serán propiedad del gobierno y se instalarán, cito textualmente, a todos los contribuyentes que cuenten con establecimientos fijos y realice operaciones con el público en general, dice, todos los contribuyentes.

Tomaba la letra la intención del gobierno y llevaba hasta la reducción al absurdo significa que el Huichol que en Huejuquilla, El Alto, Jalisco vende sarapes y sombreros, y el masateco que en un jacal a orillas de la carretera vende cerámica o el que vende cocos bajo una palapa o el locatario del mercado de Jamaica, todos ellos y varios millones de misceláneas, torterías, talleres mecánicos que hay en el país, van a recibir como custodios y a operar bajo su responsabilidad una máquina, quizás ya eléctrica, del Gobierno Federal para vigilar su ingresos.

Quisiera el señor Secretario explicarnos ¿qué clase de máquinas son éstas? ¿Quién está fabricando esos tres o cuatro millones -por que no se hace distingo si son causantes menores o mayores- esos tres o cuatro millones de máquinas para todos los establecimientos del país? ¿Y cuántos miles de mecánicos se necesitarán para darles mantenimiento en las 98 mil comunidades que hay en los 2 mil 500 municipios del país? ¿Y cómo se compagina este acto que significa poner prácticamente un procurador fiscal en cada tendajon con la reforma administrativa que el gobierno en la que se nos dice que el gobierno tiene confianza en el pueblo? Muchas gracias.

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público, Jesús Silva Herzog: -Si usted me permite, señor diputado Conchello, voy a tratar de hacer dos comentarios sobre algunas preguntas que de manera no deliberada omití responder en los planteamientos que el diputado Ramírez Rebolledo me hizo al inicio de esta sesión vespertina. Creo que uno de ellos, importante, era el de si los empréstitos con el exterior que habíamos contratado habían cumplido con el requerimiento constitucional de que sirvieran para generar ingresos públicos.

Y comentaba hace unos minutos que un ejemplo de ello, fue la aplicación de crédito externo para inversiones destinadas a la exploración, explotación, industrialización, comercialización de productos petroleros. Es un caso muy claro, muy concreto que representa alrededor del 20% por sí sólo del empréstito general y que sirvió para generar ingreso público. Ingreso público materializado en impuestos adicionales para el gobierno y el ingreso de divisas que han servido para financiar parte importante de nuestras compras con el exterior.

Una situación análoga pudiéramos utilizar en el caso del otro gran componente del sector energético, la Comisión Federal de Electricidad, que también obtuvo recursos importantes del exterior, tanto de organismos internacionales como de banca privada, como de organismos de apoyo financiero bilateral.

Estos apoyos permitieron ampliar la capacidad de generación de energía eléctrica, misma que vendida a ciertos precios que con frecuencia subieron elementos de subsidio provocaron incrementos en los ingresos públicos.

Y así pudiéramos tal vez multiplicar uno por uno los distintos destinos que los diversos empréstitos externos tuvieron para concluir que han provocado un aumento en los ingresos públicos.

No dudo que podamos encontrar una o dos operaciones y operaciones aisladas en donde esto sea más difícil de precisar como en el caso petrolero o en el caso de la energía eléctrica. Por ejemplo, los créditos externos destinados al apoyo de crédito a distintos sectores. Ahí tendríamos que argumentar de otra forma para justificar que provocaron aumento en los ingreso públicos, pero creo que podríamos señalar, con plena cercanía a la verdad, de que se ha cumplido con ese precepto constitucional fundamental de que el empréstito procedente del exterior ha cumplido con el requerimiento de provocar, de producir, de estimular un incremento en los ingresos públicos.

Otra pregunta que también omití, no de manera deliberada, de comentar en la anterior presentación del diputado Ramírez Rebolledo, fue la relacionada con la asunción de pasivos de varias empresas del sector público.

Esto conviene también comentarlo: en este año de 1985 hemos adelantado en convenios de reestructuración de la deuda de la Comisión Federal de Electricidad y de Ferrocarriles Nacionales de México. Están muy adelantados

los trabajos para hacer lo propio con Conasupo, con SIDERMEX y con algunas otras empresas públicas. Se trata no de un aumento de la deuda pública, sino de una sustitución del deudor organismo descentralizado particular, quien transfiere su deuda al Gobierno Federal a cambio de ciertos compromisos importantes en materia de productividad, de mejora en la eficiencia de la operación de estas entidades. Hay incluso un nuevo rubro, un nuevo ramo en el Presupuesto de Egresos de la Federación aprobado en el anterior período de sesiones correspondiente a 1984 que establece como un ramo especial partidas especiales para atender a estos programas de asunción de pasivos.

Nos parece que han sido ejercicios importantes, que transmiten una mayor sanidad y un mayor equilibrio a las empresas públicas, muchas de las cuales se encuentran excesivamente cargadas con una deuda externa que vio resentidos los efectos abruptos de una devaluación tan fuerte como la que tuvimos en el año de 1982 y que en menor grado ha continuado en este período más reciente.

También se había comentado de por qué no se reducía, por ejemplo, cinco puntos el IVA y ese sacrificio pudiera destinarse de una manera más directa a atender necesidades populares; lo comentamos también, no sé si en forma directa o en alguna de las otras intervenciones, pero definitivamente la resta de esa capacidad de atención por parte del Estado, seguramente que se traduciría de modo muy directo, en una menor atención a muchas otras necesidades de carácter económico o de carácter social; por eso no lo hemos hecho y hemos preferido proponer a ustedes el mantenimiento de la tasa correspondiente al Impuesto al Valor Agregado.

Paso ahora a algunos comentarios a las preguntas del señor diputado. Conchello. Nos cita una frase del documento de Criterios Generales de Política Económica o de la Ley de la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación; nos la cita y nos dice que parte del reconocimiento de que el problema de finanzas públicas era agudo y que esto no es congruente con la intención del Gobierno de incrementar la carga tributaria en 1.5%.

Es curioso que el señor diputado Conchello no haya visto el otro lado de la moneda, o que si lo haya visto no lo haya querido ver; el otro lado de la moneda es el que se plantea en esta estrategia, una reducción del gasto público en una proporción de alrededor de 2.5% del producto interno, para que, combinadas las políticas de ingreso y de gasto, provoquen, permitan, faciliten una disminución del déficit público sobre el producto interno bruto.

De tal manera que no se ve ni se aprecia cuál incongruencia de una afirmación inicial con las propuestas que aquí se someten, el reconocimiento era que hay desequilibrio en finanzas públicas y la propuesta y el instrumento que se somete a su soberanía en precisamente el utilizar distintos mecanismos para abatir el tamaño del déficit público, y de ahí que se pretenda, y así está establecido como objetivo concreto, bajar el déficit de un nivel de alrededor de 9 y medio, 9.6, con el que terminaremos en este año de 1985, a uno de 4.9%.

Congruencia directa y clara entre la primera afirmación, corregir finanzas públicas y uso de instrumentos para ese objetivo. Aclaración importante, el aumento del 1.% de los ingresos no es aumento en los ingresos tributarios, lo hemos tratado de aclarar en distintos casos, se trata esencialmente de un aumento procedente esencialmente de mayores ingresos por precio y tarifas del sector público, la carga fiscal no se eleva en la iniciativa de Ley de Ingresos presentada a esta soberanía. Producto interno bruto para 1985, me extrañan un poco las preguntas numéricas del diputado Ramírez que me preguntó nuestra estimación del producto interno para 1986 y usted diputado Conchello me pregunta nuestra estimación del producto interno para 1985. Con mucho gusto se la damos, se encuentra publicada en muy diversos documentos que vamos a procurar que se distribuyan de la mejor manera para que pueda facilitar su lectura. El producto interno bruto estimado para este año de 1985 lo estimamos en una cifra de alrededor -estamos en noviembre de 1985-, en una magnitud que cubre todo el Valor Agregado en toda nuestra sociedad, lo estimamos, repito, estimamos en 46.8 billones de pesos, el del año próximo lo habíamos estimado la cifra 74.

Máquinas registradoras. Yo quisiera pedirle diputado Conchello que no se alarme, que no se alarme por el mazateco o por el regiomontano (Aplausos.) que en la medida es una iniciativa que busca tratar de introducir un mayor orden en el cumplimiento de las obligaciones fiscales. Se deberá hacer en caso en que merezca la aprobación de esta soberanía de manera gradual. Hay algunas experiencias interesantes en algunos otros países, experiencias interesantes en donde resulta mucho más fácil la labor de fiscalización y créame que en ocasiones esto es un ingrediente importante para tratar de reducir evasiones, falsedades en las declaraciones tributarias. Es una mera iniciativa que repito, en caso de que pueda llevarse a cabo deberá hacerse de manera gradual, no hay motivo de alarma pero hay máquinas proporcionadas por la Secretaría de Hacienda quien cobrará un derecho anual módico para que no grave demasiado las finanzas de estos contribuyentes. No pretendemos extender a todo el universo, sino nos conformaríamos con algunos de los que representan al porcentaje más alto de la recaudación.

Acepto que llevado al absurdo como usted lo llevó, habría que calificar algunos de estos comentarios. Pero no es esa la intención. Y si se dice todos, se dice todos, pero no se dice todos el año de 1986. Se pretende hacerlo de manera creciente, gradual y paulatina. No hay

motivo de alarma diputado Conchello. (Aplausos.)

El C. Presidente: -Tiene la palabra el señor diputado Pedro Peñaloza, por el Partido Revolucionario de los Trabajadores.

El C. Pedro José Peñaloza: -Yo quisiera que antes de que se empiece a contabilizar mi tiempo, me permitiera hacer un comentario a propósito del lacónico sesgo que dio usted al documento que yo presenté en mi intervención.

Le pediría al Presidente que tomara nota de esto, para que empezara a contabilizar cuando yo le indiqué.

Señor Secretario: yo presenté un documento ahí, donde a nuestro juicio se compromete la soberanía de nuestro país. A ello usted comentó como buen maestro de inglés tradujo lo que significa staff. Yo no le pregunté eso señor Secretario. No me interesaba saber eso. Me interesaba saber otra cosa. Me interesaba, saber cuál es la opinión del gobierno de un documento que compromete la soberanía nacional del país, que habla de que el Gobierno Mexicano ha sido monitoreado por el FBI, y usted me respondió una traducción.

Creo yo y muchos mexicanos piensan igual, que la soberanía nacional de nuestro país está siendo severamente vulnerada. A esto usted hoy, y el gobierno con extraordinaria frecuencia, señalan que no, que la soberanía está intacta.

Yo pregunto señor Secretario, ¿acaso puede estar la soberanía nacional intacta, cuando un organismo financiero internacional nos dictamina, nos ordena cuál debe ser el crecimiento de la economía?, del monto de los salarios. Creo que no, de ninguna manera. Nuestra soberanía está siendo vulnerada ahí en complicidad con el gobierno que acepta eso. De tal suerte señor Secretario, que nosotros estamos convencidos de que la tarea número uno hoy, de los mexicanos, de la mayoría de los mexicanos es luchar en contra de que se siga violentando nuestra soberanía, es la lucha número uno, y esto implica expulsar, detener, frenar la injerencia de los organismos internacionales en la economía mexicana, y que ustedes han contribuido a ello.

Quisiera también señalar que usted ha mencionado de manera muy frecuente aquí en sus intervenciones que el 7 de julio pasado el pueblo de México votó por el partido del gobierno para labrar su política. Eso no es cierto. El pueblo mexicano no le dio al gobierno un cheque en blanco, de ninguna manera; el pueblo de México no votó a favor del partido del gobierno para que nos hundiera en la miseria; de ninguna manera. Esa parte del 40% que votó, votó en el sentido tradicional en que ha votado, pero no es un cheque en blanco señor Secretario. Quería aclarar este aspecto.

Por otro lado yo creo que usted en su intervención también ha reiterado un asunto que creo que es importante comentar. Usted dice que las tareas que hoy tenemos enfrente requieren un denominador común que es el sacrificio. Yo pregunto, señor Secretario ¿acaso ese sacrificio que piden al pueblo trabajador se le están pidiendo a la iniciativa privada? ¿Que sacrificio le están pidiendo a la iniciativa privada además de mimarla y llenarla de regalos porque sólo el trabajador es el que está pagando esta crisis, no los empresarios?

Yo quisiera que pudiera usted comentar este asunto.

Y por otro lado yo creo que soy muy optimista señor Secretario, igual que usted; yo creo que aquí hemos logrado señor Secretario, en esta asamblea y en esta reunión una cosa muy importante, un punto de acuerdo que yo lo quiero plantear abiertamente, hay un punto de acuerdo: Que estamos totalmente en desacuerdo con la política del gobierno. Es un punto importante de acuerdo que sectores importantes del pueblo de México comparten y que me parece que es importante señalarlo para que no se piense que únicamente hay pesimismo en la discusión; también hay un balance positivo que creo que es éste.

Quisiera hacerle dos preguntas finalmente señor Secretario; -tiempo caluroso compañeros.

Las altas tasas de interés del sistema bancario que según usted, son producto de la ley de la oferta y la demanda, han provocado la descapitalización neta del sistema en referencia.

Pregunto: ¿por qué se mantienen las altas tasas de interés, a pesar de que éstas provocan, 1, una mayor descapitalización de la banca; 2, un freno para el crecimiento de la misma; 3, un menor otorgamiento de créditos hacia los sectores prioritarios de la producción, y 4, una amenaza a la fuente de trabajo de los bancarios y otros sectores.

Segunda pregunta: Nosotros denunciamos hace algunos días en este recinto, la continua violación de los derechos laborales de los trabajadores bancarios. El marco laboral que la banca está obligada a observar, ha sido violentado de manera general y sistemática, como se comprueba en el despido de miles de trabajadores, incluso se plantea un nuevo recorte de más de 6.000 plazas. En su momento, presentamos a este recinto prueba de las violaciones. Basta señalar en esta ocasión lo siguiente: 1, no existe aprobación, incluso solicitud, al tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, para reestructurar el número de los trabajadores; 2, en banco como el BCH, se niega el pago de gastos de defunción, de acuerdo con lo que establece la ley; 3, en BANPESCA, BANPAÍS, BCH, Crédito Mexicano, Continental, Ganadero, y en general, en toda la banca se continúa con la política de despidos, incluso de mujeres incapacitadas que gozan de licencia.

Ultima pregunta: señor Secretario, seguramente esto involucra a su persona, discúlpeme. Quisiera saber, señor Secretario, si usted podría vivir con $37,500, que es con lo que viven los trabajadores del salario mínimo

Quisiera saber, eso me interesaría mucho, porque lo que ha quedado aquí, además del punto de acuerdo muy importante en que hay desacuerdo, lo importante que ha quedado aquí también claro, que el país imaginario del que habla el gobierno es un país distinto del que se respira, del que se vive, del de la miseria, del desempleo. Muchas gracias, señor Secretario.

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: -Gracias, señor diputado Peñaloza; es muy rica su intervención y trataré de hacer un comentario en el orden en que usted las presentó.

Primero, un comentario sobre lo comentado por usted antes de que empezara a correr el tiempo. Y si el relacionado al documento al que usted aludió, elaborado por el Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, en donde se afirma que en el período de reseña el Fondo Monetario Internacional ha mantenido una vigilancia, un monitoreo de la evolución de la economía mexicana.

Y esto nos lo plantea el señor diputado Peñaloza, como la prueba irrefutable de que hemos perdido y lesionado la soberanía nacional.

Yo quisiera decirle al señor diputado Peñaloza que en ese caso más de 50 países de los 148 miembros del Fondo Monetario Internacional tienen lesionada y perdida su soberanía, porque en éstos, alrededor de 50 países el organismo internacional del que somos miembros cumple con una de sus responsabilidades al mantener una evaluación coordinada con las autoridades respectivas, sobre la evolución de magnitudes económicas fundamentales.

Aquí tengo la lista de los países que tienen suscrito acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Países en donde seguramente existe también un memorándum en el que se dice palabras más, palabras menos, que el equipo de trabajo del fondo ha mantenido una supervisión, un análisis, un examen de la evolución reciente de la economía correspondiente de ese país.

Y aquí están países, como Argentina, como Hungría, como Yugoslavia que difícilmente podemos decir que han rendido su soberanía, porque tienen establecido un convenio con el Fondo Monetario Internacional. Y aquí podría dar lectura a varios de ellos: China por ejemplo; China Popular acaba de terminar también un convenio con el propio Fondo Monetario Internacional.

Entonces, me parece realmente difícil de aceptar que por que haya un documento elaborado por un equipo de trabajo del Fondo Monetario Internacional, en donde se dice que se está evaluando y examinando nuestra evolución económica, por eso nuestra soberanía está lesionada y la hemos perdido. La soberanía nacional ni se ha perdido ni está lesionada, sino que por el contrario está cada día más fortalecida. (Aplausos).

El 7 de julio, efectivamente las grandes mayorías nacionales no extendieron un cheque en blanco, los cheques en blanco ya no son muy fáciles de encontrar, lo que las grandes mayorías del pueblo de México hicieron el 7 de julio, fue dar un voto de confianza y los resultados así los comprueban. (Aplausos.)

Creo que tiene usted mucha razón en que uno de los acuerdos fundamentales que hemos obtenido de esta sesión, es que estamos en desacuerdo, en eso estamos de acuerdo. (Aplausos.)

Altas tasas de interés, tema que hemos comentado, la política de tasas de interés tiene que moverse en un difícil equilibrio, por un lado tratar de ofrecer un rendimiento atractivo para que el ahorrador canalice sus ahorros hacia los bancos, ya habíamos dicho que si no encuentra suficiente atractivo aquí o en China. No invierte en los bancos sino que usa el dinero para otras cosas; y por otra parte, ese difícil equilibrio entre dar un rendimiento adecuado al ahorrador y evitar un crecimiento excesivo de la corriente de crédito, equilibrio difícil, equilibrio no fácilmente obtenible en el corto plazo, sobre todo en un ambiente de inflación y en el que estamos sujetos a vaivenes y a efectos derivados de un clima de incertidumbre, pero no creo que pudiera ser aceptable el que este nivel alto de tasas de interés esté provocando los efectos que aquí don Pedro Peñaloza nos señala, no hay descapitalización de la banca, no hay tampoco un freno al crecimiento entendido por lo menos en un período relativamente amplio y tampoco existe una amenaza a las fuentes de trabajo en las instituciones bancarias, los recortes y medidas de austeridad en el sistema bancario, no han sido producto de un nivel de tasa de interés elevado que haya provocado una descapitalización o estos efectos, sino fueron productos de un esfuerzo solidario de todo el sector público para tratar de ajustar su tamaño a una disponibilidad de recursos que era menor a la estimada en este año de 1985.

Los empleados bancarios han mantenido un nivel relativamente estable en los últimos años, a pesar de un incremento muy sustancial en el número de usuarios de servicios bancarios que se han dado en estos últimos tres años.

La productividad, por ende, se ha elevado de una manera significativa y hoy la banca mexicana es una banca más eficaz que lo que era la banca mexicana hace tres años. Hoy la banca mexicana es una banca más ligada de manera más estrecha con los grandes intereses generales del país de lo que era hace tres años.

Hemos estimado que para este año de 1985 las utilidades que la banca mexicana va a proporcionar, se encuentran en un nivel de entre 85 y 90 mil millones de pesos. La precisión derivará esencialmente del costo efectivo de los daños que muchas instalaciones bancarias sufrieron a raíz del terremoto. No ve, 85, 90 mil millones de pesos cifra que aparece

exageradamente alta pero que permite de manera razonable mantener la estructura financiera de la banca sólida y que a su vez permite su papel de intermediación financiera.

Aquellos que piden que estas utilidades deberían utilizarse para bajar la tasa de interés, les decimos de manera sencilla que el efecto que provocaría sería mínimo en la tasa de interés, pero que sería muy importante en la solidez de las instituciones bancarias mexicanas.

Y si hay algo importante qué destacar, que tampoco ha sido señalado en esta comparecencia, es que nuestro sistema bancario en estos tres años de experiencia nacionalizada, se ha comportado con normalidad, con estricto apego a las disposiciones legales, con mayor cercanía con los intereses sociales y mayoritarios de nuestra Nación, y sobre todo, manteniendo la confianza, la confianza esencial del público ahorrador, del público usuario de estos servicios.

Estos recortes de personal que se han dado en la banca, se han dado con pleno y total apego a las disposiciones legales, cualquier irregularidad que pudiera haberse provocado, estamos prontos para conocerla y poder actuar en consecuencia.

Y para terminar, diputado Peñaloza, yo le preguntaría a usted si usted pudiera vivir con 37 mil pesos mensuales. Muchas gracias.

El C. Presidente: -Tiene la palabra la C. diputada Blanca Esponda Espinosa, del Partido Revolucionario Institucional.

La C. Blanca Esponda Espinosa: -Estamos seguros, señor Secretario, que los sectores mayoritarios del país reconocen el esmerado esfuerzo realizado por el Gobierno patriótico del Presidente Miguel de la Madrid para resolver los desafíos económicos que plantea la vida contemporánea a nuestra Nación.

Insistiremos, sin embargo, en el asunto de la deuda nacional porque por segunda ocasión en la historia de la patria ocupa uno de los primeros sitios de reflexión de los mexicanos.

Por ello y porque la Constitución nos faculta ampliamente, en esta Legislatura no sólo hemos debatido con profusión técnica el tema, sino que nos hemos esmerado por escuchar la voz del pueblo y reflexionar con él. Nos hemos comprometido a recoger las soluciones que el pueblo quiera ofrecernos.

Su apreciación acerca de lo escuchado y recogido hasta ahora en el Foro Nacional sobre Deuda Externa es correcta, pero nuestro propósito no sólo es escuchar, sino también aportar soluciones y señalar caminos para encontrar soluciones auténticas que satisfagan ampliamente el interés nacional y el interés nacional y el espíritu democrático del Gobierno de la República.

Sabemos que los empréstitos contraídos con el exterior constituyeron en su tiempo y circunstancia un desiderátum político para quienes, al mando de la Nación, tuvieron que optar por el estancamiento o por el crecimiento por el anacronismo o por la modernidad; por el pasado o por el futuro.

Nos comprometimos con el futuro con todas sus consecuencias; vinculamos indisolublemente principios y acciones revolucionarias con nuestro programa para crecer en la libertad y con la justicia social; los rezagos sociales eran muchos y de muy diversa índole, teníamos que crear riqueza y repartirla porque nuestra población crecía aceleradamente; no bastaba que poseyésemos bastos recursos naturales, había que extraerlos, procesarlos, transformarlos y venderlos y con su producto generar recursos para el bienestar de los mexicanos.

Revaloramos nuestra circunstancia y optamos, optamos por desarrollar la industria nacional, el comercio, los servicios, por mecanizar la agricultura, por crear nuevas ciudades; nos percatamos de la necesidad de participar activamente en la comunidad internacional. Quienes olvidan hoy que ayer decidimos modernizar al país, padecen de amnesia histórica.

A los catastrofistas y detractores, les recordamos que hemos sido fieles a la Revolución porque también optamos por ensanchar la justicia social; creció el proletariado nacional; los salarios constituyeron un factor decisivo para distribuir la riqueza nacional; creció la clase media, los grupos sociales organizados aumentaron sus ingresos y algunos sectores en el campo compartieron el desarrollo y esa reciente modernización nacional.

Hoy, por costumbre, otros dolosamente olvidan el sacrifico social que este esfuerzo entrañó para la Nación. Ciertamente habrán de transcurrir varias décadas antes de que logremos el verdadero desarrollo armonioso y homogéneo al que aspiramos. La justicia y la igualdad en la sociedad mexicana son principios indeclinables; a ellos nos hemos ajustado en el pasado, seguiremos siendo fieles a ellos en el futuro.

Esta Cámara discutió, analizó y se pronuncio en favor de los cambios y transformaciones que el Gobierno revolucionario actual está introduciendo en nuestro sistema económico; el programa implica esfuerzo y sacrificios de todos, significa un compromiso de solidaridad de la sociedad en su conjunto. No sólo es antipatriótico sabotearlo, como pretenden algunos, sino que es retardatario apelar al inmovilismo de la sociedad o al ostracismo como recurso para superar la crisis.

Estamos convencidos de que la paz social, el espíritu de trabajo de los mexicanos y la fe indestructible en nuestra Nación, nos permitirán seguir caminando y creciendo, ningún organismo vivo se resiste a crecer y la Nación mexicana está hoy más viva que nunca. Recientemente el pueblo escuchó una respuesta comprometida del Presidente en ocasión del sismo: la expropiación salvaguardó el derecho de los necesitados en contra del abuso y la especulación de los casatenientes

urbanos. Sí, señor Secretario Silva Herzog, hemos percibido en nuestra búsqueda por 11 estados del país en el foro de la deuda externa ese afán mexicano por seguir creciendo y por ensanchar los cauces de nuestra democracia, para encontrar soluciones viables y adecuadas a los problemas nacionales, porque los problemas de la Nación son en efecto los problemas de todos los mexicanos.

Aquí en esta soberanía hemos analizado y aprobado la política económica, aquí también habremos de plantear soluciones a los problemas derivados de su complejidad, en esencia la dignidad de la República está comprometida en la solución adecuada del problema de la deuda externa y por eso, señor Secretario, quisiéramos saber cómo se podrá enfrentar la etapa que sigue a aquella primera que nos permitió superar la crisis de liquidez y ganar tiempo para buscar una solución de mayor trascendencia, ocasión en que se recurrió, por cierto, a una moratoria de pagos negociada y la segunda que se terminó recientemente, relativo a la renegociación de cerca de 50 mil millones de dólares de capital endeudado con la banca comercial de 43 países del mundo. Pero ahora nos preguntamos qué posibilidades reales tenemos como país para entrar a una tercera etapa de la renegociación de la deuda. Por otra parte, en materia de política económica, pues quisiéramos preguntarle cómo podremos cumplir los compromisos contraídos en relación con la deuda interna y la externa. Usted ya nos ha dado algunas respuestas, pero quisiéramos que usted nos precisara de si es posible cumplir esos compromisos sin deteriorar los niveles de vida y de ingreso de las mayorías, así, como cuáles eran los mecanismos que nos permitirían fortalecer la salud del sistema económico y consolidar la rectoría del Estado.

Y finalmente, señor Secretario, en la circunstancia actual, ¿qué se ha pensado hacer para que siga siendo viable nuestro sistema económico y para que se continué garantizando el camino transformador de la Revolución Mexicana? Muchas gracias.

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: -Muchas gracias, diputada Esponda, por su intervención.

Empezaría por hacer algún comentario por la parte final de su pregunta. Cómo hacer viable nuestro sistema económico, y mantener la fuerza transformadora de nuestra Revolución.

Creo que ahí, en esa pregunta, pudiéramos ubicar la esencia de los esfuerzos en los que el Gobierno está empeñado en estos últimos tres años y que propone a esta soberanía perseverar en el cuarto año de Gobierno.

Lo que sentimos indispensable para mantener nuestro sistema como viable, es volver a colocarlo en cimientos más firmes que permitan por esa firmeza, poder aspirar a estados superiores de desarrollo económico y social. De ahí nuestro interés en mantener la corrección de las finanzas públicas como condición fundamental para continuar la lucha en contra de la inflación. De ahí nuestro interés en fortalecer nuestra posición exportadora para lograrle dar a nuestra economía un motor adicional que ahora no lo tiene con la sustitución de importaciones y que lo requiere tener por ese lado de la balanza comercial. De ahí que yo me atrevería a decir que lo que podemos hacer para hacer nuestro sistema económico viable y mantener la fuerza transformadora de nuestra Revolución, es, repito, perseverar, insistir, no desmayar en la estrategia que venimos planteando. Esta estrategia de aplicarse e instrumentarse con éxito, estoy absolutamente seguro que nos dará bases mucho más alentadoras para ese crecimiento y ese mejoramiento en el bienestar que todos buscamos para nuestra población.

¿Cómo podemos cumplir con los compromisos de la deuda interna y externa?, son temas que de alguna manera hemos tocado ya en algunas otras intervenciones. En materia de deuda interna ligada también con externa, es fundamental seguir corrigiendo las finanzas públicas, seguir abatiendo el déficit público, grabarnos, subrayarlo que ni un individuo, ni una familia, ni una empresa, ni un país puede gastar más de lo que tiene por un tiempo prolongado; definitivamente es una alternativa atractiva porque puede uno hacer más de lo que pudiera hacer limitado a los propios recursos, pero que a la corta o a la larga es necesario reconocer y tomar medidas correctivas.

Creo que es muy importante el Foro de Consulta sobre la Deuda Externa que se está llevando a cabo. Ya tuvimos ocasión de hacer algunos comentarios y de reconocer cómo en las ponencias presentadas por muy diversos sectores, por muy diversos grupos de la población existe un consenso mayoritario para mantener la sensatez, el realismo, la madurez y la responsabilidad. Nosotros en la Secretaría de Hacienda estaremos pendientes y deseosos de colaborar con ustedes en las fases ulteriores de este Foro de Consulta sobre Deuda Externa. Lo hemos hecho en las sesiones de Tijuana y de Toluca, y si así nos invitan estaremos prontos para continuar haciéndolo en otros lugares en donde ustedes quieran llevarlo a cabo.

La tercera etapa en materia de deuda externa. Desde muy al principio de la problemática se reconoció que se trata de un problema que no surgió de la noche a la mañana, que tampoco podrá ser resuelto en el corto plazo o de la noche a la mañana; que estos problemas económicos y sociales complejos van a requerir de parte de todos los participantes un esfuerzo perseverante, sostenido, imaginación para poder encontrar una solución más duradera y más firme.

En un primer momento tuvimos que hacer frente a un problema de emergencia; era necesario encontrar ese respiro, ese aire para poder hacer planteamientos adicionales, de ahí que hubiéramos planteado una moratoria

en términos claros, una prórroga como se planteó a la Comunidad Financiera Internacional por 90 días. En este lapso nos comprometimos a plantear esquemas adicionales para negociar y reestructurar nuestra deuda externa, y lo logramos con una reestructuración a corto plazo que permitió trasladar lo vencimientos del capital sólo en un plazo de dos años. Sabíamos muy bien desde el principio que esa no era la solución, que había necesidad de encontrar otras salidas porque dos años es un plazo demasiado corto para este tipo de problemas. Y de ahí que hubiéramos planteado una segunda etapa de reestructuración multianual, que es la que acabamos de concluir en los últimos días del mes de agosto pasado.

La tercera etapa, se ha llamado a una nueva fase una vez concluido este período de reestructuración, período de reestructuración multianual, que somos el único país que en este momento ha podido lograr el avance hasta este instante. Ni Argentina, ni Brasil, ni Venezuela, ni Colombia, que son los que mayores avances tienen, han podido lograr el avance que nuestro país ha logrado.

Repito, no solución definitiva; pero sí avance sustancial e importante que nos ha dado un tiempo precioso para el país en estos años.

¿Cuál será esta tercera fase? Hemos planteado y lo hemos dicho en los foros internacionales, que el problema actual tiene dos aspectos fundamentales: por una parte, el servicio excesivamente oneroso de la deuda para la gran mayoría de nuestros países, y en segundo término, la necesidad de asegurar una transferencia real, neta, de recursos de los países industriales a nuestros países, para complementar el ahorro interno y fortalecer nuestro esfuerzo de desarrollo.

Aligerar el peso de la deuda implica actuar necesariamente, sobre los intereses de la deuda externa, tema que en este momento todavía no se toca en las diversas deliberaciones internacionales. Transferencia real de recursos, que sí se ha tocado y que constituye una de las esencias del plan propuesto por el Secretario de Hacienda de los Estados Unidos hace apenas unos cuantos meses. Nosotros sentimos, y lo dijimos hace más de un año y medio, que este problema de la deuda era como una pelea de box a por lo menos 15 rounds, y que llevábamos apenas dos o tres de los mismos.

Insistimos en que será necesario en esta próxima etapa, por una parte, atacar estos dos grandes aspectos centrales; por la otra, buscar una distribución más equitativa del costo del ajuste.

Y por otra más, el buscar la participación. La participación decidida y clara de todos los que de alguna manera participaron en la gestación del problema.

El endeudamiento externo, no es responsabilidad exclusiva de los deudores como tampoco lo es de la banca acreedora internacional, sino que seguramente la verdad reside en una responsabilidad compartida en donde nosotros solicitamos los empréstitos, ellos ofrecieron los recursos, los organismos internacionales estimularon esta transferencia de recursos y los organismos reguladores y gobiernos de países acreedores, de alguna manera también estimularon y facilitaron este proceso.

De tal suerte, que en esta tercera etapa, en esta tercera fase en donde es necesario atacar estos puntos centrales, en donde es necesario asegurar una tasa de crecimiento razonable para nuestros países, deberá buscarse esa participación más equitativa y solidaria de todos los protagonistas.

Serían mis comentarios a su intervención, diputada Esponda. (Aplausos.)

El C. Presidente: -Tiene la palabra el C. diputado Jesús Heriberto Noriega Cantú, del Partido Socialista de los Trabajadores.

El C. Jesús Heriberto Noriega Cantú: - El optimismo nuestro, señor Secretario, se- cifra y se sustenta en la capacidad del pueblo y sus mejores fuerzas para modificar la actual política económica del Gobierno.

Somos optimistas porque la realidad nos dicta que no es posible mantener los excesivos pagos del servicio de la deuda externa y que en un futuro no lejano llegaremos a la insolvencia con pleno respaldo del pueblo trabajador, para no condenar a nuestro país a ser un país tributario de la banca internacional.

Usted está en su derecho de ser optimista y pensamos que cifra su optimismo en los resultados que ha tenido la política, seguida hasta ahora por el Gobierno.

Si coincidimos en algo y esperamos que usted y el Gobierno lo profundicen, es en reconocer la fuerza que la clase obrera y el pueblo tienen para sacar adelante a la Nación.

Cuando mi compañero Graco Ramírez señala la necesidad de la reconstrucción política y económica, nos estamos refiriendo a una definición que va más allá de las reedifición física de lo destruido por los últimos sismos, es más que impuestos temporales para financiar dichas obras. La situación nos obliga a concebir la reconstrucción nacional como toda una definición política que se plantea redefinir la alianza del Gobierno con la clase obrera y el pueblo trabajador además, rectificando el sacrificio, que durante estos años han tenido que pagar esas fuerzas fundamentales de la Nación, gracias a las cuales ha tenido este país una estabilidad relativa, reconstrucción de la economía con la propiedad social, que a pesar de tener rango constitucional, sigue marginada de la estrategia económica para darle a la crisis una salida democrática y popular.

De seguir el Gobierno pensando en resolver los problemas a los empresarios que son sacadólares e ineficientes, se me ocurre pensar que dichos empresarios y sus partidarios se parecen a aquellos ladrones que gritan

"agarren al ladrón" mientras hunden a la economía nacional.

Pensamos que la reconsideración de esa política económica, esa expresión de la reconstrucción de la que hablamos nosotros. Hasta aquí, señor Secretario, de mi derecho de réplica.

Primero, quisiera formular una pregunta muy relacionada con su respuesta, a la pregunta del compañero Graco Ramírez, citando al Presidente de la República, dijo usted, que no es posible proporcionar un mejoramiento claro y definitivo en el bienestar de las mayorías cuando la economía se encuentra débil y convaleciente, no le parece a usted que sería mejor decir que no puede aliviarse una economía débil y convaleciente, reincidiendo en las prácticas y las concepciones que precisamente causaron su enfermedad; su respuesta puntualizada y concreta nos interesa. Segunda pregunta.

¿Si el detonante de la actual crisis económica ha sido la fuga continua de capitales y las medidas practicadas hasta ahora por el Gobierno para revertir el proceso, tales como las altas tasas de interés, y la flexibilización del control de cambios entre otras, no han funcionado, no considera usted viable la repatriación de capitales mexicanos depositados en el extranjero, previa negociación con los bancos depositarios aplicando la facultad expropiatoria del Estado, o bien como los principales autores de la fuga son empresarios que tienen industrias, fincas, cadenas comerciales, y plantas industriales en México, no ha considerado esa Secretaría a su cargo la posibilidad de utilizar medidas fiscales o equivalente sobre las propiedades que todavía tienen los sacadólares en nuestro país para compensar por lo menos en parte los daños causados a la economía nacional. Agradecería las respuestas a estas preguntas planteadas.

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público, Jesús Silva Herzog: -Muchas gracias, diputado Noriega Cantú, gracias por precisar algunos de los conceptos de reconstrucción nacional política y económica a los que se refirió en su momento el diputado Graco Ramírez.

Estamos de acuerdo y entendemos que su concepción va más allá de la reconstrucción física, de las instalaciones educativas u hospitalarias, que va más allá, mucho más allá del establecimiento de una tasa transitoria de impuestos a ciertos productos especiales. Que de lo que se trata, y así lo entendimos, y le agradezco su reiteración, es de buscar en estos próximos momentos históricos de nuestra patria, una reconstrucción en la alianza del Gobierno con las fuerzas mayoritarias del país y fue en ese sentido en el que me permití o traté o pensé que lo había hecho, responder de manera general a algunos de esos comentarios expresados por el señor diputado Graco Ramírez, señalando que ese es el propósito fundamental de esta estrategia económica, de la que hemos venido siguiendo en estos últimos tres años, el mantener reforzar, con realismo, con veracidad, con enjundia, con perseverancia, el combate a las causas fundamentales de una crisis que enfrenta el país, y aquí conviene insistir mucho, en que muchos de los problemas sociales a los que nos enfrentamos no son producto de una política económica, sino que responde a una situación de crisis y que la política económica, seguida, lo que ha tratado de perseguir, es mitigar, reducir esos costos sociales y esos problemas a los que hemos venido aludiendo.

Estoy totalmente de acuerdo, diputado Noriega Cantú, de que además de señalar que difícilmente es posible mejorar este nivel de vida de la población con una economía débil y convaleciente, que usted plantea una frase inversa, señalando con razón que lo importante es ir a la raíz y a la causa fundamental de los problemas.

Nuestro país enfrenta problemas estructurales, muchos de ellos que tienen origen hace ya muchas décadas, algunos derivan de centurias. Otros problemas se pueden ubicar, identificar más en el momento presente y más en razones de coyuntura. En las manifestaciones más claras de la crisis de coyuntura son estos problemas los que hemos venido tratando de atacar, y por esos nuestro acuerdo total y fundamental con usted. Son las causas, es la enfermedad, es el origen el que debemos tratar de atacar y de perseguir.

Y si estamos de acuerdo en que uno de los problemas básicos por los que atraviesa, desde el punto de vista de coyuntura, nuestra sociedad y nuestra economía es la inflación, debemos en consecuencia tratar de atacar la inflación, y en esto espero que usted estuviera totalmente de acuerdo.

Si descuidamos esto que es uno de los orígenes de los problemas actuales más serios que mayores distorsiones provocan en el bienestar y en el nivel de vida de los grupos mayoritarios, estaremos ahora sí, descuidando el bienestar, el nivel de vida de los grupos de trabajadores de las capas mayoritarias de nuestra población.

De ahí que el Gobierno de la República, congruente con este diagnóstico, esté poniendo su mejor esfuerzo para tratar de abatir, como primera prioridad, el proceso infracionario y reducirlo a una magnitud más tolerable, que definitivamente es muy por debajo de la que hemos logrado hasta la fecha.

Vivimos junto a la economía más industrializada el mundo. Tenemos una frontera de 3 mil kilómetros, a lo largo de esa frontera y un cruce diario de más de un millón de personas que cruzan la frontera de un lado para otro.

Tener una inflación de 60% no es una situación sostenible, no lo es por el efecto directo y sensible que provoca este proceso en el bienestar y en el nivel de vida y en la distribución del ingreso de nuestra sociedad. Por eso queremos tratar de perseverar y

luchar con todas las fuerzas posible para evitar y reducir las presiones inflacionarias.

De esta manera, en la manera que tengamos éxito con esto, será posible el logro de muchos de los otros objetivos que son fundamento esencial de cualquier esfuerzo de Gobierno. Lo mismo podríamos decir, de manera ligada, de manera interrelacionada con el mismo problema de las finanzas públicas; tenemos que atacar de cuajo y de modo lo más directo posible el necesario abatimiento del desequilibrio entre lo que tenemos y lo que gastamos.

Por eso estamos totalmente de acuerdo, diputado Noriega Cantú, con que es necesario ir a las causas verdaderas de los problemas por los que estamos atravesando.

Importante es distinguir que la fuga de capitales no es la causa de la crisis, creo que más bien es completamente al revés, que la fuga de capitales que hemos venido padeciendo es una manifestación, es una resultante de los problemas por los que estamos atravesando y que la manera de evitar esta fuga de capitales, la manera de proporcionar una repatriación de capitales del exterior hacia nuestro país, difícilmente la podríamos encontrar en procedimientos coercitivos o de carácter administrativo, difícilmente podríamos hacerlo por mayor gusto, mayor interés y mayor deseo de que así pudiera suceder. Tenemos que recuperar en forma sensible la confianza y para recuperar la confianza son muchachos los esfuerzos que hay que desplegar, no sólo por el Gobierno, sino por todos los integrantes de nuestra sociedad.

Serían mis comentarios, diputado Noriega Cantú. (Aplausos.)

- El C. Presidente: - Tiene la palabra el C. diputado Hildebrando Gaytán Márquez, del Partido Popular Socialista.

El C. Hildebrando Gaytán Márquez: -Señor Secretario: Nuestro país cuenta con un suceso histórico trascendente, que es hilo conductor de su desarrollo histórico: la Revolución Mexicana. Encierra este fenómeno social, esta corriente ideológica, una concepción del desarrollo económico, un camino y una serie de metas a alcanzar, si es nuestra respuesta; más aun, queremos afirmar entre la vía de la Revolución Mexicana y las medidas propuestas por los sectores reaccionarios y el imperialismo para el desarrollo de México, existen no solamente diferencias de matiz, de grado, sino grandes diferencias de fondo.

El sistema de vida que sustentan los sectores reaccionarios y el imperialismo para los pueblos semicoloniales y dependientes como el nuestro, es ese sistema que las Naciones Unidas han identificado como neocolonialismo, ¿cuáles son las características del neocolonialismo? Son atar a los países dependientes como simples exportadores de materias primas, energéticos y fuerza de trabajo, bloqueando y minando el desarrollo industrial y tecnológico propios; fortalecer a los monopolios, la inversión extranjera directa y la expansión de maquiladoras; fortalecer los vínculos de imperialismo con la burguesía reaccionaria, estimular la economía llamada de libre comercio y reducir la intervención del Estado en su desarrollo económico. En la defensa de esas medidas se ha distinguido el Fondo Monetario Internacional y en su esencia tal es el contenido del Plan Baker propuesto recientemente por el gobierno norteamericano para mantener sujetos a los pueblos en vías de desarrollo en el pago de los altos volúmenes por concepto de los intereses y amortización de la deuda externa; ahora bien, la Revolución Mexicana por el esfuerzo de nuestro pueblo, y la claridad visionaria de mexicanos ilustres, ha desglosado una vía, un rumbo del desarrollo opuesto al neocolonialismo, cuyos objetivos son: la independencia nacional, el mejoramiento sistemático de las condiciones de vida del pueblo y la ampliación del régimen democrático. A tres años de la política económica promovida entre otras secretarías, por las de Hacienda y Crédito Público, hay elementos para considerar no solamente si dichas medidas han solucionado problemas del pueblo a la Nación, algunos, ciertamente difíciles de alcanzar a corto plazo, sino inclusive formular el juicio acerca de si esas medidas en su conjunto constituyen cimientos sólidos para avanzar por el camino de la Revolución Mexicana o mas bien han sido retrocesos, conciliaciones y reformas que prolongan esta situación de crisis. Porque no podemos olvidar que el Presidente de la República plantó que esta crisis sería oportunidad no solamente para retomar una situación del pasado, sino para superar esos problemas y crear condiciones mejores para la Nación y el pueblo. Pero las medidas que ha tomado el gabinete económico que por falta de tiempo no vamos a mencionar, han incidido a disminuir la intervención del Estado de la economía; han deteriorado las condiciones de vida de los trabajadores y han menguado la fuerza del Estado frente a las presiones del imperialismo. Esto nos preocupa muy seriamente a los miembros del Partido Popular Socialista.

Se afirma, y estamos de acuerdo, y además podría acaso ser esta la mejor declaración de esta su comparecencia, sobre la deuda; que el pago de la deuda no puede estar por encima de las necesidades fundamentales del pueblo. Estamos de acuerdo. Pero la política seguida por la Secretaría a su cargo, según vemos, espera que el problema llegue a situaciones más agudas de alto nivel crítico, para entonces postular una medida que no sea la que quieren los grandes banqueros internacionales.

El asunto de la deuda externa, que ha sido centro de esta discusión, que lo es entre las grandes organizaciones sociales y en el pueblo mismo, tiene que llevarnos a un acuerdo y es de que ésta constituye el problema más agudo que frena el desarrollo de las fuerzas productivas y perjudica los niveles de bienestar del pueblo.

No pensamos que sea correcto, que sea alentador para el pueblo y la Nación, cerrar el debate por esta tarde o bien ser esta la solución permanente en la discusión en una simple posición de pagar o no pagar.

A los Estados Unidos, a los banqueros internacionales su posición es clara; a ellos les interesa el pago de la deuda, o más aun de los intereses que está generando.

¿Cómo compaginar la defensa de pagar la deuda y a la vez velar por los intereses de México? El problema de la deuda va más allá de ser un problema de México. Pensamos que deben levantarse expectativas que no conculquen nuestro desarrollo. El trato de la deuda, pensamos que debe darse hasta llevarlo a la Organización de las Naciones Unidas, y en ese centro dar origen a normas del derecho internacional que salven nuestro desarrollo independiente; que esta decisión indudablemente que va más allá de simplemente señalar el pago de la deuda.

Sabemos que la situación del desarrollo nacional y las presiones del imperialismo son intensas. Sostenemos que el tratamiento de la deuda externa no puede ser ajeno a la lucha por el nuevo orden económico internacional, y debe ser complementado con cambios en la estructura económica y social del país, en la vá del nacionalismo revolucionario. Pero lejos de esta política de fuerte contenido nacionalista y popular, se han hecho concesiones grandes a la alta burguesía, a los exbanqueros y sacadólares que insaciables en su ambición económica siguen haciendo reclamos al Estado, como lo vimos hoy en unos planteamientos que señalo el Partido Acción Nacional.

No es la hora de México, por sus fuertes problemas para simples acciones de defensa y reforma superficial. Usted, señor Secretario, ha dicho que esta generación tiene una grave responsabilidad.

Es cierto. Nosotros añadimos: está en jugo en esa responsabilidad, está en juego el camino independiente de México y nuestra soberanía, a la que debemos luchar por preservar todas las fuerzas democráticas y patrióticas, a las que llamamos nosotros para dar, para impulsar una política audaz, esclarecida y de profundo raigambre patriótico y popular, que es la que a nuestro juicio demanda el pueblo y la Nación.

Señor Secretario, gracias por su atención a estos planteamientos míos.

El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público: -Muchas gracias, diputado Gaytán Marques, por sus expresiones, por sus comentarios acerca de aspectos fundamentales de nuestro acontecer nacional.

Yo estoy totalmente de acuerdo con usted, que nuestro movimiento social es un movimiento profundamente transformador. Ahí su esencia fundamental. Pero nosotros lo entendemos como un proceso, que como todo proceso, no es ni debe ser estático, sino que se encuentra en un proceso dinámico de cambio que reconoce circunstancias cambiantes del acontecer internacional y del acontecer nacional.

Menciono esto porque me extraño mucho su expresión de que las maquiladoras son una representación clara del colonialismo, y que las maquiladoras y políticas destinadas a contribuir a su desarrollo, serían en su caso políticas reñidas con los principios básicos de la Revolución. Me parece una interpretación que no corresponde totalmente a un reflejo de necesidades fundamentales a lo que se enfrenta nuestro país. Maquiladoras ofrecen, en este momento, recuerdo la cifra, alrededor de 300 mil puestos de trabajo adicionales, ocupación que en ausencia de otras actividades, y no las ha habido porque no están ocupadas en esas otras actividades, provocaría desocupación de esas personas que en este momento se encuentran trabajando en esa industria maquiladora.

De tal manera, que ahí no comparto la tesis de que esto sea una expresión de colonialismo, sino que por el contrario, a nuestro juicio, puede ser una expresión clara de atención a necesidades fundamentales como es precisamente la de dar ocupación y dar empleo a nuestra población.

Reiteraría yo de manera enfática la expresión que usted amablemente repitió de mis palabras iniciales esta mañana: el pago de la deuda externa no puede estar, -y agregábamos- ni nunca ha estado por encima de las necesidades fundamentales del pueblo de México. Y este principio básico que, repito, no puede estar ni ha estado, ni debe estar, será un principio que fundamentalmente deberá ser mantenido en los años próximos.

Dice usted que el problema de la deuda no es un problema privativo de México, sino que es un problema que se extiende a muy diversas latitudes, se ha comentado. Sugiere usted que se lleve al seno de las Naciones Unidas para que ahí pueda discutirse dentro del concierto de las naciones que forman parte de este organismo internacional y que debe formar parte, lo señala y coincidió con usted, de una negociación más amplia que no abarque tan solo el problema del endeudamiento externo. Ha sido una tesis fundamental de las autoridades mexicanas, que el problema de la deuda no es un problema financiero, que es un problema que tiene claras connotaciones políticas y que no puede ser tratado de manera aislada, sino dentro de una discusión que incluya, por una parte, el problema del endeudamiento externo, pero por la otra que se dé su justa importancia a los problemas comerciales de acceso de los productos, de las materias primas que exportamos a los mercados internacionales, y que también lo ubique dentro de la dimensión fundamental de el financiamiento externo necesario para los próximos años.

Es, por tanto, un problema que debe ser analizado, discutido, definido y resuelto en un contexto económico mucho más amplio

que el simple planteamiento financiero. Y en eso estamos absolutamente de acuerdo y la postura de usted coincide plenamente con las actitudes básicas que se han venido sosteniendo en los últimos años.

El tema de la deuda ha sido ya discutido en la Organización de las Naciones Unidas, hay varios grupos de trabajo que están dedicando su esfuerzo y atención al análisis de este problema y no sólo en la organización en si, sino en varios de los organismos de pendientes de las Naciones Unidas, como la UNTAT en Ginebra, quien ha dedicado en los últimos años una atención preferente al problema de la deuda, sobre todo de los países de América Latina, de tal suerte que esta propuesta que usted hace ha sido tomada ya desde hace ya varios años, porque no es, y de acuerdo, no es un problema que esté limitando a las fronteras mexicanas ni que corresponda a una problemática de nosotros, sino que es un problema verdaderamente de carácter internacional y que se le ha estado dando ese tratamiento en prácticamente todos los foros internacionales de los últimos dos o tres años. Gracias, señor diputado.

El C. Presidente: -Tiene la palabra el señor diputado Salvador Robles Quintero, del Partido Revolucionario Institucional.

El C. Salvador Robles Quintero: -Señor Secretario: Permítame hacer referencia al uso que usted hizo del concepto de logros moderados al referirse a la evolución de la economía de 1982 a la fecha.

Es cierto que la palabra éxito no sería tampoco apropiada, digo esto, porque desde la profundidad de la crisis de finales de 1982 y tomando en cuenta el extraordinariamente difícil entorno internacional que hemos vivido y el gran esfuerzo del pueblo y el Gobierno, en el solo hecho de haber revertido las tendencias, para mí representa un importante logro, es decir, hemos hecho posible lo que para mucho parecía y parece aún imposible.

Gracias a esto, creo yo que México no entró en la vorágine del deterioro económico y político, que ya ha ocurrido en otros países, todavía asumidos en la inflación, en el desempleo y en la inestabilidad política aguda.

Ninguna economía está exenta hoy de estos peligros, en México la decisión política que llevó al Gobierno con el apoyo del pueblo a tomar medidas claras y efectivas a partir de 1983, no sólo invirtió una tendencia en extremo peligrosa, sino que tambíen avanzó, si, modestamente en el grado de cumpliendo de las metas cuantitativas.

Valga este comentario inicial para agregar que hoy hemos escuchado planteamientos de 22 diputados de los nueve partidos políticos registrados, algunos han pintado un México sin esperanzas, con actitudes pesimistas o con soluciones inspiradas en tesis radicales o anarquizantes ajenas a nuestra idiosincrasia o a nuestra historia; otros con rencor reaccionario de su derrota consagrada en la Constitución de 1917, han expresado aquí más adjetivos e injurias que tesis constructivas. Y en este orden de ideas y como a veces el que calla otorga, no quiero dejar de destacar por su folklorismo y superficialidad, la versión tremendista que el futuro de México presentó el diputado Gascón, así como la visión poco seria que expresó sobre el cambio de mando en la república. Ni en el fondo, ni en la forma compartimos sus puntos de vista, por el contrario, las rechazamos plenamente.

A la mayoría parlamentaria del PRI nos preocupa hondamente la situación que vive México, pero nosotros vemos salidas democráticas y revolucionarias, nosotros confiamos en la capacidad de nuestro pueblo y de nuestro Gobierno, en el Gobierno del Presidente Miguel de la Madrid, para decirlo con toda claridad, que es capaz de resolver la grave problemática actual en nuestro estado de derecho, en el marco de nuestras libertades y con base en nuestra experiencia revolucionaria y nacionalista demostrada por tantos mexicanos que nos han precedido y que han hecho enormes aportaciones a lo largo de la historia mexicana de este siglo.

Señor Secretario, de muchas de las intervenciones de hoy, parecía ser que la política económica sigue estando excesivamente orientada al corto plazo; que no hemos salido de sólo ver la problemática de coyuntura y que hemos descuidado los aspectos de mediano y largo plazo. Asimismo, a veces da la impresión de que está demasiada enfocada la política económica hacia los aspectos financieros, desatendiendo los problemas reales que afectan e impactan la vida de todos los mexicanos en todos los aspectos del acontecer nacional, principalmente para los sectores modernos y para las clases de los campesinos y de los obreros, así como para los segmentos de bajos y medianos ingresos de nuestro pueblo.

Le pido a usted respetuosamente intentar un resumen del día de hoy, quisiéramos conocer la opinión del responsable de las finanzas nacionales sobre esta aparente dicotomía en el diagnóstico del presente y del futuro de nuestra sociedad, dicotomía que pudiera provocar incertidumbre y desorientación, y las falsas expectativas en la opinión pública nacional, sobre el futuro de México. Muchas gracias.

El C. licenciado Jesús Silva Herzog: -Muchas gracias, señor diputado Robles quintero, por los comentarios hechos a varias de las participaciones que hemos escuchado durante esta comparecencia que para mí ha resultado especialmente aleccionadora y estimulante.

Con toda sencillez y con todo aprecio y reconocimiento quiero agradecer a esta soberanía la paciencia de su atención durante ya largas 10 horas y media que llevamos de trabajo.

Para la Secretaría de Hacienda, esta comparecencia en este momento por el que

estamos atravesando resulta, repito, especialmente estimulante, porque hemos podido constatar la pluralidad esencial de que se compone nuestra nacionalidad. Lo hemos podido hacer y escuchar con amplio respeto a las diversas expresiones que aquí se han hecho, y hemos tenido ocasión, y eso da motivo de satisfacción como mexicano, escuchar un ejemplo claro de esa pluralidad.

Actitudes diversas, unas con optimismo sereno y desbordado, otras que plantean un panorama menos brillante para los años por venir. No cabe la menor duda que hemos y estamos transitando por una etapa especialmente difícil.

Me permití, tal vez exagerado poco, calificar este año de 1985 como uno de los años más complicados, más complejos que pueda registrar la historia económica reciente de nuestro país.

Y lo hemos transitado, repito, tramo especialmente difícil de nuestra historia, manteniendo la solidaridad esencial de nuestro pueblo, lo hemos podido transitar en un clima de respeto a las libertades y con un clima de estabilidad y de paz social innegable.

Para mí, señores legisladores, el poder constatar este proceso, este trance por etapa difícil, en un clima de libertad, con estabilidad y paz social, con oportunidad para escuchar planteamientos diversos, animados todos por el deseo de contribuir a un mejoramiento de nuestra patria, constituye la base esencial de por qué coincidía con el optimismo del diputado Graco Ramírez hoy en la mañana; optimismo que se refuerza por el conocimiento de nuestra historia, que se refuerza con el reconocimiento claro de este pueblo nuestro tiene con qué salir de estos momentos difíciles, tiene con qué enfrentar y salir de la crisis por la que atravesamos.

En este trance difícil, el Presidente Miguel de la Madrid ha lidereado con mano firme y serena, con realismo ha propuesto medidas, en ocasiones no con toda popularidad deseable, pero siempre apegado y sabiendo distinguir lo posible de lo deseable.

Con estas experiencias, con el reconocimiento claro de que tenemos con qué, y con el liderazgo firme de Miguel de la Madrid, renovamos nuestra confianza y nuestro optimismo de que México, de que nosotros podremos salir adelante de estos momentos difíciles. Estamos seguros de que lo vamos a lograr. Señoras, señores, muchísimas gracias por su atención. (Aplausos.)

El C. Presidente: -Señor Secretario, ha concluido la lista de diputados insertos para hacerle preguntas. Se le ruega pasar a ocupar su lugar.

PALABRAS DE LA PRESIDENCIA

El C. Presidente: -Señor licenciado Jesús Silva Herzog, Secretario de Hacienda y Crédito Público: Esta soberanía aprecia la exposición y respuestas que se ha servido dar en torno a cuestionamientos y argumentos que se han manifestado durante su comparecencia sobre la iniciativa de Ley de Ingresos para Ejercicio Fiscal de 1986.

En esta sesión se han podido expresar dudas, inquietudes e incluso discrepancias, pero en todas estas manifestaciones, ha existido un denominador común, encontrar las respuestas más idóneas para afrontar los retos a que se enfrenta la Nación; es así que en la variedad de la representación plural nacional se dan debates que como en el presente están a la altura de la voluntad, necesidades y aspiraciones populares. Un acuerdo de práctica parlamentaria formulando por los nueve partidos políticos aquí presentes y votado por el pleno le dio características distintas al trabajo que hoy realizamos. El debate de altura y la precisión de las convicciones expresadas nos llevan a concluir que por encima de las diferencias hoy aquí através del diálogo, volvió a triunfar el pueblo que se han dado instituciones políticas, sólidas, vigorosas y sensibles al reclamo de la Nación.

Reciba, señor Secretario de Hacienda y Crédito Público, nuestro cumplido reconocimiento. (Aplausos.)

Se ruega a la comisión designada para acompañar al señor licenciado Jesús Silva Herzog, Secretario de Hacienda y Crédito Público, cuando desee retirase de este recinto.

Se ruega a los ciudadanos diputados permanecer en el recinto a fin de continuar y agotar los asuntos en cartera. Continúe la secretaria con los asuntos de cartera. El C. secretario Juan Moisés Calleja García: -Señor presidente, se han agotado los asuntos en cartera. En consecuencia se va a dar lectura a la orden del día.

ORDEN DEL DIA

El mismo C. secretario:

«Primer Período Ordinario de Sesiones.

LIII Legislatura.

Orden del día.

25 de noviembre de 1985.

Lectura del acta de la sesión anterior.

El Congreso del estado de Chiapas, invita a la sesión solemne en la que el general Absalón Castellanos Domínguez, gobernador constitucional del estado, rendirá su tercer informe de gobierno, y que tendrá lugar el próximo 29 de noviembre.

Comunicación de la H. Cámara de Senadores.

Oficio de las secretarías de Programación y Presupuesto y de Hacienda y Crédito Público

Con el que se remite el informe sobre la situación económica y las finanzas públicas,

correspondiente al tercer trimestre del año en curso.

Comparecencia del licenciado Carlos Salinas de Gortari, Secretario de Programación y Presupuesto.»

El C. Presidente (a las 21:40 horas): -Se levanta la sesión y se cita para la que tendrá lugar el próximo lunes 25 de noviembre, a las 10:00 horas, en la que comparecerá el C. licenciado Carlos Salinas de Gortari, Secretario de Programación y Presupuesto.

TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA

Y DIARIO DE LOS DEBATES