Legislatura LIII - Año III - Período Ordinario - Fecha 19871230 - Número de Diario 52
(L53A3P1oN052F19871230.xml)Núm. Diario:52ENCABEZADO
LIII LEGISLATURA
DIARIO de los DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración de Correos, el 21 de septiembre de 1921
AÑO III México, D. F., miércoles 30 de diciembre de 1987 NÚM. 52
CLAUSURA
SUMARIO
APERTURA .
Se abre la sesión.
ORDEN DEL DÍA
Se da lectura.
ACTA DE LA SESIÓN ANTERIOR
Sin discusión, se aprueba.
COMUNICACIONES
Oficio en el que notifica la Suprema Corte de Justicia de la Nación, haber rendido su informe anual de labores y la clausura del segundo período ordinario de sesiones. De enterado.
Oficio del diputado Abelardo Rigoberto Alaniz González, en el que comunica optar por el cargo de Presidente Municipal de Villa del Carbón, del Estado de México, Se toma nota.
Del Senado de la República, en el que comunica la designación de delegados a la XXVIII Interparlamentaria México - Estados Unidos de América. De enterado.
Del Senado de la República, en que comunica la elección de titulares y sustitutos que integrarán la Comisión Permanente. De enterado.
PROPOSICIÓN DE LA GRAN COMISIÓN
Oficio en el que notifica los nombres de los diputados que propone para integrar la comisión instaladora del Colegio Electoral de la LIV Legislatura.
El diputado Gerardo Unzueta Lorenzana expone su opinión por la designación.
Se aprueba la proposición.
INSCRIPCIÓN PARA INTERVENCIONES
La presidencia la notifica a la Asamblea.
COMENTARIOS DE DIPUTADOS
DIPUTADOS PEDRO JOSÉ PEÑALOZA
Reflexiones de balance de LA LIII Legislatura.
DIPUTADO JORGE AMADOR AMADOR
Comentarios al balance de la LIII Legislatura.
DIPUTADO CARLOS ENRIQUE CANTÚ ROSAS
Consideraciones al balance de la LIII Legislatura.
DIPUTADO CUAUHTÉMOC AMEZCUA DROMUNDO
Consideraciones al balance de la LIII Legislatura.
DIPUTADO ANTONIO MONSIVÁIS RAMÍREZ
Análisis al balance de la LIII Legislatura.
DIPUTADO ARNOLDO MARTÍNEZ VERDUGO
Importancia al balance de la LIII Legislatura.
DIPUTADO JESÚS GONZÁLEZ SCHMAL
Revelaciones del balance de la LIII Legislatura.
DIPUTADO NICOLÁS REYNÉS BEREZALUCE
Síntesis al balance de la LIII Legislatura.
COMISIÓN DEL SENADO DE LA REPÚBLICA
Que participa la clausura de sus trabajos. La senadora Silvia Hernández de Galindo, hace exposición de lo realizado.
FINAL DE GESTIONES
La presidencia hace una evaluación y agradece las atenciones dispensadas a la mesa directiva.
CLAUSURA
La presidencia clausura el tercer período ordinario de sesiones.
Se levanta la sesión.
DEBATE
PRESIDENCIA DEL C. DAVID JIMÉNEZ GONZÁLEZ
(Asistencia de 207 ciudadanos diputados)
APERTURA
El C. Presidente (a las 11.20 horas): - Se abre la sesión
ORDEN DEL DÍA
La C. secretaria Yrene Ramos Dávila: - Se va dar lectura al orden del día.
«Cámara de Diputados. - Tercer Período Ordinario de Sesiones. - LIII Legislatura.
Orden del día
30 de diciembre de 1987.
Lectura del acta de la sesión anterior.
Comunicación de la suprema Corte de Justicia de la Nación.
Comunicación del C. diputado Abelardo R. Alaniz González.
Oficios de la honorable Cámara de Senadores
Por el que se comunican los nombres de los senadores que en unión de los diputados integran la delegación mexicana a la XXVIII Reunión Interplanetaria México - Estados Unidos de América.
Por el que se comunican los nombres de los senadores que fueron electos para integrar la Comisión Permanente del Tercer Receso de la LIII Legislatura.
Designación de la Comisión Instaladora.
Intervención de los coordinadores de las fracciones parlamentarias que integran la Cámara de Diputados.
Declaratoria de clausura de labores de la honorable Cámara de Diputados del Tercer Período Ordinario de Sesiones.»
ACTA DE LA SESIÓN ANTERIOR
La misma C. secretaria:
«Acta de la sesión de la Cámara de Diputados de la Quincuagésima Tercera Legislatura del honorable Congreso de la Unión, efectuada el día veintinueve de diciembre de mil novecientos ochenta y siete.
Presidencia del C. David Jiménez González
En la ciudad de México, a las trece horas con cinco minutos del día veintinueve de diciembre de
mil novecientos ochenta y siete, la presidencia declara abierta la sesión una vez que la Secretaría manifiesta una asistencia de doscientos ochenta y siete diputados.
Se da lectura al orden del día.
Se aprueba el acta de la sesión anterior, después de una aclaración del diputado Eduardo Acosta Villada, del Partido Mexicano Socialista.
La Secretaría da lectura al oficio de la diputada Regina Reyes Retana, por el que comunica que opta por el cargo de Presidente Municipal de Jilotepec, Estado de México. Se toma nota.
Se da cuenta con la comunicación del Congreso del Estado de Nuevo León, relativa a la elección de la mesa directiva que fungirá durante los primeros quince días del mes de diciembre. De enterado.
Hace uso de la palabra el diputado Edmundo González Llaca, del Partido Revolucionario Institucional, quien da lectura al informe de la comisión especial para la defensa del lenguaje. De enterado, insértese en el Diario de los Debates.
Para expresar sus felicitaciones a la comisión, hacen uso de la palabra los diputados Genaro Piñeiro López, del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional; Pablo Ventura López, del Partido Acción Nacional; Martín Tavira Urióstegui, del Partido Popular Socialista y María Luisa Mendoza, del Partido Revolucionario Institucional.
El diputado Martín Tavira Urióstegui, del Partido Popular Socialista, hace uso de la palabra para presentar una iniciativa de reformas al artículo 74 fracción IV de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Además, con autorización de la Asamblea, propone el siguiente punto de acuerdo: Único. La Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión, resuelve instruir a las comisiones conducentes, a fin de que se avoquen a realizar los estudios y trámites requeridos, para integrar un órgano técnico en el seno de esta Cámara, que sirvan de apoyo, consulta y asesoría en los trabajos relativos al examen exhaustivo y profundo del Presupuesto de Egresos.
La presidencia turna la iniciativa a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales y pone a consideración de la Asamblea el punto de acuerdo. Aceptado éste, se turna a la Comisión de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública.
El diputado José Manuel López Arroyo, del Partido Revolucionario Institucional, hace uso de la palabra para proponer modificaciones a los artículos 123 constitucional y 120 y 590 de la Ley Federal del Trabajo. Se turna a la Comisión de Trabajo y Previsión Social.
Hace uso de la palabra el diputado Héctor Pérez Plazola, del Partido Acción Nacional, para presentar una iniciativa de reformas al artículo 74 fracción IV, párrafo cuarto de la Constitución General de la República. Se turna a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.
El diputado Nabor Camacho Nava, del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, presenta una iniciativa para prohibir el uso de esteroides en alimentos para ganado de engorda. Se turna a la Comisión de Salubridad y Asistencia. La presidencia felicita al diputado Camacho Nava por su fecunda labor legislativa.
El diputado Genaro Piñeiro López, del Frente Cardenista, hace uso de la palabra para proponer una iniciativa de Ley Reglamentaria del artículo 73 fracción VIII de la Constitución General de la República. Se turna a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.
Siendo las quince horas, la presidencia consulta a la Asamblea si se continúan las labores de esta sesión sin receso. La Asamblea no da su consentimiento y por lo tanto, deberá aplicarse el acuerdo firmado por las fracciones parlamentarias para decretar un receso, una vez que se terminen de presentar las iniciativas de los señores diputados.
El diputado Jaime Castellanos Franco, del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, hace uso de la palabra para presentar una iniciativa de reformas al Código Sanitario en vigor. Se turna a la Comisión de Salubridad.
Hace uso de la palabra el diputado José Angel Aguirre Romero, del Frente Cardenista, para proponer a través del derecho correspondiente, que se declare el año de 1988 como del general Lázaro Cárdenas del Río y de la Expropiación Petrolera. Se turna a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.
Hace uso de la palabra el diputado Alejandro Gascón Mercado, para presentar una iniciativa de reformas al artículo 24 de la Constitución General de la República. Se turna a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.
Hace uso de la palabra en favor de la iniciativa presentada por el diputado Gascón Mercado, el diputado Eraclio Zepeda, del Partido Mexicano Socialista, quien pide que también se turne a la
Comisión de Asuntos Indígenas. Se turna dicha petición a la Comisión de Asuntos Indígenas.
Hace uso de la palabra el diputado Gerardo Unzueta Lorenzana, del Partido Mexicano Socialista, para proponer, a nombre del Partido Revolucionario de los Trabajadores, del Frente Cardenista y del Mexicano Socialista, el siguiente punto de acuerdo que considera de obvia y urgente resolución: "El pleno de esta Cámara de Diputados expresa su repudio a las medidas de represión violenta, aplicadas por el ejército israelí contra la población de los territorios palestinos ocupados. Expresa su firme reconocimiento a los derechos al retorno, a la autodeterminación y a constituirse en Estado independiente y a la Organización para la Liberación Palestina como su legítimo representante. Expresa su apoyo a la iniciativa de la celebración de una conferencia internacional de paz para el Oriente Medio, bajo los auspicios de la ONU, que tenga como base todas las resoluciones emitidas por este organismo internacional sobre la cuestión palestina, donde participen los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y todas las partes involucradas en el conflicto, en pie de igualdad, incluida la Organización para la Liberación Palestina, como legítimo representante del pueblo palestino. La Asamblea acepta la propuesta del diputado Unzueta y la considera de urgente y obvia resolución. Cúmplase en sus términos.
A las dieciséis horas se declara un receso de cuarenta minutos. A las diecisiete horas se reanuda la sesión. Hace uso de la palabra el diputado Eduardo Valle Espinoza, del Partido Mexicano Socialista, para proponer reformas a la Constitución Política de los Estados Mexicanos. Se turna a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.
Hace uso de la palabra el diputado Pablo Ventura, del Partido Acción Nacional, para solicitar que se lleve a cabo una labor a fin de que los indígenas no sean discriminados.
El siguiente punto del orden del día es la segunda lectura al dictamen de las Comisiones de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública y del Distrito Federal, con proyecto del Presupuesto de Egresos del Departamento del Distrito Federal para el ejercicio fiscal de 1988. En atención a que este documento se encuentra distribuido entre los señores diputados, la presidencia solicita a la Asamblea le sea dispensada su lectura. Se le dispensa la lectura.
Para exponer los votos particulares de sus fracciones parlamentarias, hacen uso de la palabra los diputados Beatriz Gallardo Macías, del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional; José Trinidad Cervantes Aguirre, del Partido Demócrata Mexicano y Jesús Heriberto Noriega Cantú, del Partido Mexicano Socialista, quien pide que se inserten en el Diario de los Debates los documentos que entrega a la Secretaría, ordenando la presidencia dicha inserción.
Para fundamentar el dictamen, hace uso de la palabra, por la comisión el diputado Gilberto Nieves Jenkin, del Partido Revolucionario Institucional, quien da respuesta a una interpelación del diputado Alejandro Cañedo, de Acción Nacional y señala que en el dictamen hay algunos errores mecanográficos que solicita sean corregidos en el Diario de los Debates y que son los siguientes: en la páginas 13, en el programa de agua potable, en el primer párrafo, al final dice: "con lo cual se obtiene un caudal de promedio de 35.5 metros cúbicos por segundo". Debe decir:" con lo cual se obtiene un caudal de 36.5 metros cúbicos por segundo". En el mismo proyecto de dictamen, en su artículo 15, página 34, segundo párrafo, tercer renglón dice: "Se establezcan notas específicas" debe decir: "se establezcan metas específicas" La presidencia ordena que se tome nota de los errores de referencia.
Para hechos, hacen uso de la palabra los diputados Efraín Calvo Zarco, del Partido Revolucionario de los Trabajadores; Jorge Alcocer Villanueva, del Partido Mexicano Socialista; Gilberto Nieves Jenkin, del Partido Revolucionario Institucional y nuevamente el diputado Calvo Zarco.
Se abre la discusión en lo general. Para hablar en contra del dictamen, hacen uso de la palabra el diputado Jesús Galván Muñoz, del Partido Acción Nacional; el diputado Jesús Heriberto Noriega Cantú, quien solicita y obtiene autorización de la Asamblea para tratar algunas propuestas de modificación a los artículos segundo, tercero y cuarto del dictamen, respecto a las cifras que se contienen en dichos preceptos; el diputado Antonio Monsiváis Ramírez, del Partido Demócrata Mexicano; el diputado Héctor Morquecho Rivera, del Partido Popular Socialista, y el diputado Efraín Calvo Zarco, del partido Revolucionario de los Trabajadores.
En favor del dictamen hacen uso de la palabra el diputado Adrián Mora Aguilar, del Partido Revolucionario Institucional, quien da respuesta a una interpelación del diputado Efraín Calvo Zarco y solicita la aprobación del dictamen por las razones y fundamentos que expone.
Para hechos, hacen uso de la palabra los diputados Alejandro Cañedo Benítez, del Partido Acción Nacional; Efraín Calvo Zarco, del Partido Revolucionario
de los Trabajadores; Beatriz Gallardo, del Frente Cardenista; Cecilia Romero Castillo, del Partido Acción Nacional, José Angel Conchello, del Partido Acción Nacional, quien solicita se suspenda la reducción del presupuesto por lo que hace al metro ligero, y nuevamente Beatriz Gallardo Macías. En su intervención. la diputada Cecilia Romero Castillo, de Acción Nacional, formula una pregunta a la Comisión en el sentido de cuánto les constará los delegados políticos del Departamento del Distrito Federal los Kilómetros de bardas que se están pintando hoy en día con motivo de las próximas elecciones presidenciales.
Por la Comisión hace uso de la palabra el diputado Homero Díaz, Córdova quien da respuesta a interpelaciones que le formulan las diputadas Cecilia Romero Castillo y María del Carmen Jiménez de Avila, del Partido Acción Nacional manifiesta que respecto del comentario hecho por la diputada Romero Castillo acerca de las pintas de bardas, quiere señalar a fin de que se registre en el Diario de los Debates que quien está haciendo este tipo de acciones no es el Departamento del Distrito Federal, sino el Comité directivo del Partido Revolucionario Institucional, en el Distrito Federal. Finalmente da respuesta a otra interpelación del diputado Alejandro Cañedo Benítez, del Partido Acción Nacional.
Para hechos, nuevamente hacen uso de la palabra los diputados Jaime Paz Zarza y Alejandro Cañedo Benítez, ambos del Partido Acción Nacional.
La presidencia solicita a la Secretaría se consulte a la Asamblea si el dictamen se encuentra suficientemente discutido en lo general. la Asamblea lo considera suficientemente discutido y en virtud de que hay tres artículos reservados para su votación en lo particular, se procede a tomar la votación en lo general y en lo particular de los artículos no reservados, emitiéndose 226 votos en pro y 63 en contra. la presidencia declara: aprobados en lo general y en lo particular los artículos no impugnados, por 226 votos.
Hace uso de la palabra el diputado Federico Ling Altamirano, del Partido Acción Nacional, para prestar algunas modificaciones a los artículos segundo y tercero del proyecto de dictamen, las cuales, puestas a votación de la Asamblea son desechadas por mayoría de votos.
La presidencia pone a consideración de la Asamblea las propuestas de modificación a los artículos segundo, tercero y cuarto del proyecto de dictamen, formuladas por el diputado Heriberto Noriega Cantú, del Partido Mexicano Socialista, las cuales son desechadas por mayoría de votos.
Por lo tanto, se procede a recoger la votación nominal de estos tres artículos impugnados, emitiéndose 229 votos en pro y 57 en contra. La presidencia señala: aprobados los artículos segundo, tercero y cuarto por doscientos veintinueve votos. Aprobado en lo general y en lo particular el Presupuesto de Egresos del Departamento del Distrito Federal, para el ejercicio fiscal de 1988. Pasa al Ejecutivo para sus efectos constitucionales.
El siguiente punto del orden del día es la elección de los diputados que formarán parte, en su calidad de titulares y sustitutos, de la Comisión Permanente. Hecho el escrutinio la votación, el presidente declara que formarán parte de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, que funcionará durante el próximo tercer receso de la LIII Legislatura, los siguientes diputados: propietarios, Nicolás Reynés Berezaluce, Juan Maldonado Pereda, Fernando Ortiz Arana, Santiago Oñate Laborde, Moisés Calleja García, Yrene Ramos Dávila, Alfonso Reyes Medrano, David Jiménez González, Jorge Eugenio Ortiz Gallegos, Gerardo Unzueta Lorenzana, Héctor Morquecho Rivera Jorge Amador Amador, Carlos Enrique Cantú Rosas. Roberto Calderón Tinoco y Ricardo Pascoe Pierce. Suplentes: Manuel Germán Parra, Javier Garduño Pérez, Jorge Flores Solano, Melquiades Morales Flores, Eduardo Robledo Rincón, Jarmila Olmedo de Garcilita Manuel Jiménez Guzmán, Carlos Palafox Vázquez, Juan de Dios Castro Lozano, Alejandro Encinas Rodríguez, Gabriela Guerrero Oliveros, Beatriz Gallardo Macías, Reyes Fuentes García, José Trinidad Cervantes Aguirre y José Luis Díaz Moll.
La Secretaría da lectura a una proposición de la Gran Comisión en la cual designa a los diputados integrantes de las reuniones interparlamentarias México - Estados Unidos de América y México - Canadá, solicitando se faculten a la propia Gran Comisión para nombrar las delegaciones necesarias de acuerdo con los compromisos internacionales que sean adquiridos. La Asamblea aprueba dicha proposición.
La mesa directiva procede a designar las comisiones de cortesía, para participar que la Cámara de Diputados cerró su tercer período ordinario de sesiones, al Presidente de la República, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y a la Cámara de Senadores.
Hace uso de la palabra para formular una denuncia de hechos en torno a la renegociación de la deuda externa, el señor diputado José Angel Conchello Dávila, del Partido Acción Nacional.
Proposiciones: La Asamblea procede a desahogar proposiciones que formulan los siguientes diputados, dándoles la Asamblea, el trámite correspondiente.
La diputada Gabriela Guerrero Oliveros, del Partido Acción Nacional, propone un punto de acuerdo, para que la Cámara de Diputados se dirija al Parlamento Latinoamericano y a la Unión Interparlamentaria a fin de que se lleven a cabo acciones para impulsar el decenio mundial para el desarrollo de la cultura. Se acepta y se turna a la Comisión de Relaciones Exteriores.
El diputado Jaime Haro Rodríguez presenta una iniciativa que pide se inserte en el Diario de los Debates, en la cual se apoya para proponer que el nombre de Luis Cabrera sea inscrito con letras de oro en el recinto de la Cámara de Diputados. Se acepta y se turna a la Comisión de Régimen, Reglamento y Prácticas Parlamentarias.
El diputado Juan Carlos Velasco Pérez, del Partido Acción Nacional, presenta una iniciativa para que se inscriba con letras de oro en el recinto de la Cámara de Diputados, la leyenda "A los legisladores Constituyentes de 1814". Se acepta y turna a la Comisión de Régimen, Reglamento y Prácticas Parlamentarias.
El diputado Agustín Bernal Villanueva, del Partido Revolucionario Institucional, solicita que esta Cámara les formule un reconocimiento a los técnicos y trabajadores petroleros que sofocaron el incendio del pozo conocido con el nombre de "Yum II" en la zona de Campeche. La presidencia declara: exprese esta Cámara el reconocimiento a tan valiosos trabajadores.
El diputado Lorenzo Serrano Gutiérrez, del Partido Demócrata Mexicano, formula una denuncia contra una empresa de Taxco, Guerrero, la cual da malos tratos a sus trabajadores. Se acepta y se turna a la Comisión de Información, Gestoría y Quejas, y a la de Trabajo y Previsión Social.
El diputado Rubén Aguilar Jiménez presenta una iniciativa de reformas al artículo 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Se turna a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.
El diputado Homero Díaz Mota, del Partido Demócrata Mexicano, presenta una iniciativa de reformas a la Ley del Seguro Agropecuario y de Vida Campesina. Se inserta en el Diario de los Debates y se turna a las Comisiones de Agricultura, Recursos Hidráulicos y de Reforma Agraria.
El diputado Samuel Quiroz de la Vega, del Partido Revolucionario Institucional, presenta una iniciativa de reformas al artículo 53 constitucional. Se turna a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales.
El diputado José Angel Aguirre Romero, del Frente Cardenista, formula una denuncia de diversos hechos sucedidos en los últimos días en algunos Estados del país. Se inserta en el Diario de los Debates y se turna a la Comisión de Información, Gestoría y Quejas.
Agotados los asuntos en cartera, se da lectura a la orden del día de la próxima sesión.
A la una y diez minutos del día treinta de diciembre, se levanta la sesión iniciada el día veintinueve, y se cita para la que tendrá lugar hoy mismo, a las nueve horas.»
Está a discusión el acta... No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba... Aprobada, señor presidente.
COMUNICACIONES
El C. secretario Antonio Sandoval González:
«Escudo Nacional. - Estados Unidos Mexicanos. - Suprema Corte de Justicia de la Nación. Presidencia. - México.
CC. secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión. Presentes.
Me permito comunicar a ustedes, rogándoles se sirvan hacerlo del conocimiento esa honorable Cámara que el día de hoy se rindió el informe anual de labores de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación y se clausuró el segundo período de sesiones correspondiente al año en curso.
Reitero a ustedes las seguridades de mi especial consideración.
México, Distrito Federal, 15 de diciembre de 1987.
El presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Carlos del Río Rodríguez.»
Trámite: - De enterado.
El mismo C. secretario:
«Palacio Legislativo, 28 de diciembre de 1987.
C. diputado licenciado David Jiménez González, presidente de la LIII Legislatura de la Cámara de
Diputados del honorable Congreso de la Unión. Presente.
Abelardo R. Alaniz González diputado federal a la LIII Legislatura del honorable Congreso de la Unión, electo por el XVII Distrito Electoral Federal del Estado de México, ante usted de la manera más atenta comparezco para exponer: que en virtud de haber sido declarado por la Comisión Estatal Electoral, Presidente Municipal electo, de Villa del Carbón, Estado de México para el período constitucional 1988 - 1990 vengo por medio del presente escrito y con fundamento en lo dispuesto por el artículo 125 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a hacer del conocimiento de esta honorable Cámara de Diputados que en esta fecha opto por desempeñar el cargo de Presidente Municipal a que he hecho referencia.
Comunico a ustedes lo anterior para los efectos legales conducentes.
Atentamente.
Abelardo R. Alaniz González.»
Trámite: - Se toma nota.
El mismo C. Secretario:
«Escudo Nacional. - Estados Unidos Mexicanos. - Cámara de Senadores. - México, D. F.
CC. secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión. - Presentes.
Para conocimiento de esa honorable Colegisladora, tenemos el honor de comunicar a ustedes que en sesión pública ordinaria celebrada el día de hoy, fueron designados los siguientes ciudadanos senadores para integrar la delegación en unión de los ciudadanos diputados que designe esa honorable Cámara, representará al honorable Congreso de los Estados Unidos Mexicanos en la XXVIII Reunión Interparlamentaria México - Estados Unidos de América. Senadores: Salvador J. Neme Castillo, Socorro Díaz Palacios, Raúl Salinas Lozano, Hugo B. Margáin, J. Patrocinio González Blanco Garrido, Agustín Téllez Cruces, Alejandro Sobarzo Loaiza, Juan S. Millán Lizárraga, Gonzalo Pastrana Castro y Héctor Vázquez Paredes.
Reiteramos a ustedes las seguridades de nuestra consideración atenta y distinguida.
México, Distrito Federal, 29 de diciembre de 1987. - Luis José Dorantes Segovia; secretario, Abraham Martínez Rivero, secretario.»
Trámite: - De enterado.
El mismo C. Secretario:
«Escudo Nacional. - Estados Unidos Mexicanos. - Cámara de Senadores. - México, D.F.
CC. secretarios de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión. - Presentes.
Tenemos el honor de comunicar a ustedes, para conocimiento de esa honorable Colegisladora, que en sesión pública celebrada el día de hoy, esta Cámara de Senadores eligió a sus integrantes para la Comisión Permanente que habrá de funcionar del primero de enero al treinta y uno de agosto de 1988, en el tercer año de ejercicio de la Quincuagésima Tercera Legislatura del Congreso de la Unión, cuyos miembros son:
Titulares: Senadores Gonzalo Martínez Corbalá, Norberto Mora Plancarte, Armando Trasviña Taylor, Rigoberto Ochoa Zaragoza, Silvia Hernández de Galindo, Gilberto Muñoz Mosqueda, Ramón Martínez Martín, Myrna Esther Hoyos de Navarrete, Diamantina Reyes Esparza, Francisco José Madero González, Luis José Dorantes Segovia, Alfonso Zegbe Sanén, Alberto E. Villanueva Sansores, Abraham Martínez Rivero.
Sustitutos: Senadores Guillermo Mercado Romero, Andrés Valdivia Aguilera, Gonzalo Salas Rodríguez, Arturo Romo Gutiérrez, Manuel Villafuerte Mijangos, Gonzalo Pastrana Castro, Liberato Montenegro Villa, Norma Elizabeth Cuevas Melken, Fernando Mendoza Contreras, Adelfo Hurtado García, José Socorro Salcido Gómez, Héctor Vázquez Paredes, Rafael Armando Herrera M. y Artemio Caamal Hernández.
Reiteramos a ustedes las seguridades de nuestra consideración atenta y distinguida.
México, Distrito Federal, 29 de diciembre de 1987. - Luis José Dorantes Segovia, secretario; Abraham Martínez Rivero, secretario.»
Trámite: - De enterado.
PROPOSICIÓN DE LA GRAN COMISIÓN
La C. secretaria Yrene Ramos Dávila:
«México, Distrito Federal, a 30 de diciembre de 1987.
C. presidente de la Cámara de diputados. Presente.
De conformidad con lo dispuesto por los artículos 14 y 47, fracción IV de la Ley Orgánica del
Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, en relación con el artículo 2o. del Reglamento para el Gobierno Interior del propio Congreso, la Gran Comisión de esta Cámara se permite proponer para integrar la comisión instaladora del Colegio Electoral de la LIV Legislatura, a los siguientes ciudadanos diputados: Presidente, Juan Moisés Calleja García; secretario, Blas Chumacero Sánchez y Jesús Siller Rojas; suplentes, Sócrates Rizzo García y Margarita Ortega de Romo.
En razón de lo anterior, les solicitamos someter los nombramientos respectivos a la consideración de la Asamblea, para los efectos legales correspondientes.
Atentamente.
Nicolás Reynés Berezaluce, presidente; Juan Maldonado Pereda, secretario; Jorge Montúfar Araujo, secretario.»
Está a discusión la proposición...
El C. Gerardo Unzueta Lorenzana: - Señor presidente, pido la palabra para hechos.
El C. Presidente: - Tiene usted la palabra, señor diputado.
El C. Gerardo Unzueta Lorenzana: - Compañeros diputados: Ha sido ya una tradición de esta Cámara de Diputados, en tanto que ella ha sido dominada por el Partido Revolucionario Institucional, que los integrantes de la comisión instaladora del Colegio Electoral sean todos del partido gobernante; sean todos de la mayoría priísta.
Nosotros estamos completamente en desacuerdo de que la Gran Comisión haga una propuesta en la cual no tiene cabida ningún partido de oposición, ningún diputado que no sea miembro del Partido Revolucionario Institucional.
Naturalmente que esto puede ser sacado por mayoría simplemente. La Gran Comisión propone, la mayoría aprueba y se acabó; pero esto es una contradicción evidente y una contradicción fuerte con el carácter que tiene la Cámara de Diputados.
La Cámara de Diputados es una Cámara en la que hay la participación, la presencia de otros partidos. Es absolutamente indispensable que en cada paso de la Cámara de Diputados se refleje, esté presente esa pluralidad; si esa pluralidad realmente es una pluralidad que se va a mantener y no un simple pretexto para adornarse; si esa pluralidad es real, debe reflejarse en los órganos de Gobierno, en las comisiones y en todas las posibilidades que haya de representación por parte de la posición.
Nosotros proponemos que esta propuesta de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados no sea aprobada así, sino sea reformada y sean incluidos representantes de los partidos de oposición. Muchas gracias.
El C. Presidente: - Prosiga la Secretaría consultando a la Asamblea si acepta la proposición de la Gran Comisión.
La C. secretaria Yrene Ramos Dávila: - En votación económica, se consulta a la Asamblea si acepta la proposición de la Gran Comisión.
Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo.
(Votación.)
Los que estén por la negativa, sírvanse manifestarlo... Aprobada.
INSCRIPCIÓN PARA INTERVENCIONES
El C. Presidente: - Han solicitado el uso de la palabra los siguientes ciudadanos diputados: Pedro José Peñaloza, Beatriz Gallardo Macías, Carlos E. Cantú Rosas, Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, Antonio Monsiváis Ramírez, Arnoldo Martínez Verdugo, Jesús González Schmal y Nicolás Reynés Berezaluce.
Tiene la palabra el diputado Pedro José Peñaloza.
COMENTARIOS DE DIPUTADOS
DIPUTADO PEDRO JOSÉ PEÑALOZA
El C. Pedro José Peñaloza: - Señor presidente; señoras y señores diputados: Han transcurrido ya tres años de esta Legislatura, en esta Legislatura hemos presenciado diversos acontecimientos políticos de primera importancia.
Para el Partido Revolucionario de los Trabajadores es de primera importancia, que los diputados hagamos un balance de cuál ha sido nuestro papel en estos años.
Hemos vivido momentos tensos en esta Cámara de Diputados, hemos sido testigos de la violencia electoral en diferentes Entidades de la República,
hemos debatido con amplitud el caso específico del fraude electoral en Chihuahua, hemos discutido también lo que para nosotros fue la conclusión de la concepción conservadora y fundamentalmente reaccionaria del Gobierno; que el Código Federal Electoral, que de manera palmaria demuestra la falta de voluntad política y la concepción de democracia aldeana que el Gobierno mexicano ha venido acuñando durante muchos años.
Por supuesto, también esta Cámara de Diputados ha sido partícipe de discusiones sobre la depresión de los niveles de vida de los trabajadores mexicanos.
En esta tribuna, hemos discutido las políticas draconianas contra los trabajadores y campesinos de México, que ha instrumentado el Gobierno, los sabios economistas del Gobierno, cuya concepción central ha sido pagar la deuda externa a costa de entregar y vulnerar nuestra soberanía.
Porque es obvio que en materia de política exterior, se ha vulnerado nuestra soberanía nacional; hoy nuestro país es más débil frente a las presiones imperialistas. El epilogo de este Gobierno, el sello ilustrativo de este Gobierno, sobre las presiones imperialistas y la política entreguista, lo demuestra ese hecho grotesco, absurdo, que vino aquí a defender el ciudadano Petriccioli, y que seguramente Miguel de la Madrid, comparte en otorgar el "Águila Azteca" a un empleado del Gobierno de Reagan: al señor Volker.
Esta ha sido la visión reducida, la visión limitada, que ha practicado el Gobierno y que en esta Cámara hemos discutido.
En esta Cámara, los economistas del sistema han venido a defender la reconversión industrial que en términos prácticos implica lanzar a la calle miles y miles de mexicanos y que ahora con el Pacto de Solidaridad, mal llamado así por el Gobierno, se pretende expulsar y consumar esta política de reconversión industrial que significa reconvertir el país a un país más pobre que en el pasado.
Pensamos nosotros que el Gobierno mexicano ha desarrollado toda una visión sobre su papel en la dirección internacional del trabajo; ha cedido y ha doblado el espinazo en el sentido más estricto del término, cuando ha entregado al imperialismo norteamericano nuestras posibilidades autónomas de decidir nuestro destino.
La planta industrial de nuestro país, ha sido puesta al servicio de las grandes empresas transnacionales; la mayor parte del presupuesto ha sido destinada para el pago del servicio de la deuda externa. Por eso, desde esta tribuna nosotros luchamos durante los últimos tres años en contra de la política antipopular del Gobierno, que buscó vía la reconversión industrial tratar de hacer más pobres a los mexicanos.
Por eso, de manera conjunta, la apertura comercial hacia el exterior no es más que la expresión de esta visión de una economía supuestamente independiente pero que tiene como resultado práctico entregar nuestro país al imperialismo.
Pero yo quiero, señoras y señores diputados, referirme a un hecho que debe ser el punto de reflexión de esta generación de diputados y de las futuras generaciones. Me parece que la relación que mantuvimos con el Poder Ejecutivo y especialmente con el Presidente de la República, vulneró la soberanía del Poder Legislativo. Nadie puede sentirse satisfecho después de haber transcurrido tres años, en donde el Presidente de la República se convirtió en el gran legislador, cuando el Presidente de la República fue el que se dedicó a legislar y se erigió como el único y principal diputado de este país.
Nadie puede pensar el poder legislativo en esta LIII Legislatura se defendió en contra del avasallamiento que desde Los Pinos y Palacio Nacional sufrió esta Cámara de Diputados. Para nosotros la concepción de una democracia moderna, para nosotros la concepción de una democracia distinta, implica, en primerísimo lugar, romper el cordón umbilical, romper ese cordón umbilical que liga al Poder Legislativo con el Presidente de la República.
No es posible que a finales del siglo XX aún el Poder Legislativo mexicano dependa de los dictados de las formas de hacer política atrasada y primitiva que ha acuñado el Gobierno del Partido Revolucionario Institucional.
Para nosotros, el Poder Legislativo tiene que ejercer su poder, la Constitución se lo manda, sus diputados lo tienen que ejercer, sin embargo, estos últimos tres años, el balance nos indica que no pudimos hacerlo.
Que no pudimos lograr, no pudimos imponer lo que nos mandan la Constitución. No pudimos decirle al Presidente de la República, como cuerpo legislativo, que el poder de los diputados debe de ser el mandato fundamental, debe de ser la práctica cotidiana del Poder Legislativo, de un Poder Legislativo activo y dinámico que salga a recoger las demandas populares y que las convierta en leyes, aún no lo hemos logrado.
Nadie, repito, puede decir lo contrario, nadie puede decir que en estos tres años, el Poder Legislativo se defendió y logró repeler este avasallamiento de Presidente. Por eso en este capítulo de la relación del Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo, el balance es totalmente negativo, igual que en otras ocasiones. El Poder Legislativo no fue otra cosa más que el órgano legitimador de las concepciones y prácticas del presidente de la República. en ese sentido, el Poder Legislativo ha sido reprobado.
La historia de México, señoras y señores diputados, es de primera importancia en esta Cámara de Diputados; no se pueden tener dos caras, no se puede permitir que nuestros compañeros diputados del Partido Revolucionario Institucional manejen dos caras, la pública y la privada, aquella que dice en lo privado, que reivindica las luchas populares, las luchas de los asalariados del país y a la hora de votar por iniciativas del Presidente, que vulneran, que golpean, que hacen pedazos las condiciones de vida de los mexicanos, levanten la mano automáticamente. Esto forma parte de una cultura dominante que hay que hacer a un lado, que tiene que ver con el peso que tiene el Ejecutivo sobre los diputados del Partido Revolucionario Institucional sobre los diputados del partido revolucionario institucional que muchos de ellos vienen aquí a representar a colonos y campesinos y obreros, que vienen aquí a hablar en nombre de los obreros y los campesinos.
Queremos una democracia en donde esos diputados que representan a los obreros y a los campesinos, vengan aquí y sean consecuentes con lo que dicen en el barrio, en el ejido, en la fábrica y luchen por las reivindicaciones de esos sectores de la población.
No queremos que sigan practicándose el lema de vicios privados, virtudes públicas. No queremos que los diputados sigan teniendo la concepción de que el Presidente de la República es el único y prepotente legislador del país. Tenemos que dignificar el Poder Legislativo, pero este Poder Legislativo tiene que dignificarse no adentro de la Cámara de Diputados únicamente.
Para la fracción parlamentaria del Partido Revolucionario de los Trabajadores, la concepción de democratizar el Congreso, no es posible si no luchamos por las grandes transformaciones afuera de este recinto; si no luchamos por transformar las relaciones entre las clases dominantes de nuestro país, mientras los obreros y los campesinos no transiten en el amplio camino de la democracia. Y se respire en este país, un nuevo país donde el denominador común sea democracia.
Es ahí donde tenemos que luchar por dignificar este Poder Legislativo.
Para nosotros, a propósito de estos tres años, queremos decir que se puede afirmar que el Poder Legislativo, en especial la Cámara de Diputados, porque la Cámara de Senadores sigue siendo como lo hemos dicho en otra ocasiones, únicamente la transición entre las gubernaturas y el cementerio.
Pensamos que la Cámara de Diputados logró traer a esta tribuna muchas reivindicaciones. La oposición independiente del Gobierno, trajo a la plazuela de San Lázaro, afuera de este recinto, a hombres y mujeres jóvenes y viejos, que vinieron a tocar las puertas de este recinto con sed de justicia y democracia. Eso para nosotros es altamente positivo; esto es indicativo de que afuera de este recinto hay miles de hombres y mujeres que luchan, que quieren democracia en este país.
Para nosotros no es posible que siga la Cámara de Diputados funcionando como hasta la fecha; no es posible que se insinúe una nueva ley orgánica para el futuro, para los próximos 500 diputados que habrán de venir aquí a defender sus tesis y sus puntos de vista. Nada de ley orgánica restrictiva, nada de ley mordaz contra los diputados. Lejos de eso, la clase dominante debe entender que allá afuera las válvulas de la democracia están estallando, que las aspiraciones de los pobres de México desean y buscan una Cámara de Diputados que esté del lado de sus luchas y ésta no se va a conseguir con una ley orgánica restrictiva y antidemocrática; que no puede ser esta Cámara de Diputados un organismo activo cuando la clase dominante pretenda ver a la Cámara de diputados como una sala de la agencia del Ministerio Público, en donde se puedan expulsar o remitir a los diputados.
De eso no se trata, señores; se trata de abrir las puertas de la democracia aquí en San Lázaro, en las fábricas, en los ejidos, en el campo, ése es el reto y veremos en esa lucha por la democracia quién es quién, de eso se trata.
Para nosotros, el reto fundamental que tenemos que plantear es que la lucha por la democracia dentro de la Cámara implica necesariamente una lucha por la democracia en las calles. Para nosotros, señoras y señores diputados, para la fracción parlamentaria del Partido Revolucionario de los Trabajadores, ha sido una experiencia muy estimulante estar aquí con ustedes. Pensamos, hace tres años, cuando llegamos a esta Cámara de Diputados, teníamos una concepción, teníamos la concepción exterior de que la Cámara de Diputados era un organismo dependiente del Presidente; después de tres años y después de muchas
horas de debate, después de mucho conocimiento con los diputados de la mayoría, podemos afirmar que hemos ratificado esta concepción, la Cámara de Diputados no es un organismo independiente del Presidente y sigue manteniendo un cordón umbilical gigantesco entre la plazuela de San Lázaro y Los Pinos presidenciales.
En está Cámara de Diputados mantuvimos una relación respetuosa con la oposición independiente del Gobierno, a nadie debe espantar que mantuvimos coincidencias con partidos como el Partido Acción Nacional y el Partido Demócrata Mexicano; de ninguna manera porque para nosotros las alianzas y contra alianzas que desarrollamos en la Cámara de Diputados, obedecían a los intereses de la mayoría de la población y, sobre todo, el hilo conductor de los acuerdos que mantuvimos con otras formaciones políticas tuvieron como denominador común la democracia.
Y quiero mencionar en especial que con los compañeros del hoy Partido Mexicano Socialista mantuvimos una relación fraternal y respetuosa, unitaria y sobre todo muy fructífera. Yo quiero decir que la alianza permanente que mantuvimos con los compañeros del Partido Mexicano Socialista no es resultado de los acuerdos en esta Cámara; a los compañeros del Partido Mexicano Socialista los conocimos en otros combates libramos junto con ellos en las calles de México, hace muchos años, otras batallas, y por eso me siento satisfecho y lo digo a nombre de mi fracción parlamentaria, que los acuerdos que establecimos con el Partido Mexicano Socialista fueron más allá de la simple lucha por reivindicaciones democráticas, y abarcaron temas más amplios y estratégicos como es la concepción sobre la conducción económica y política que hace el Gobierno mexicano.
Y estas alianzas que hicimos con a oposición independiente en esta Cámara, ha sido puntual, ha sido pulcra, ha sido satisfactoria y nosotros pensamos que debe seguir, y seguirá y lucharemos porque estos pactos y alianzas con la oposición independiente siga, porque el pueblo de México quiere una oposición independiente, consecuente, que rompa con el primitivismo y las concepciones religiosas de las alianzas y de la política, porque el pueblo de México aspira a una oposición independiente que luche, pero también aspira a una oposición socialista y revolucionaria que salga a las calles a luchar codo a codo con los obreros y campesinos.
Seguro estoy de que las alianzas respetuosas que mantuvimos por un lado con el Partido Demócrata Mexicano y el Partido Acción Nacional, y en especial con el Partido Mexicano Socialista, debe dejarnos satisfechos.
Quiero Señoras y Señores diputados, finalmente, señalar que nuestra óptica política del trabajo que hemos desarrollado aquí, tiene que ver mucho con lo que está pasando afuera. La Cámara de Diputados debe seguir siendo un organismo fundamentalmente un foro para proponer opiniones y puntos de vista, que se sepa que la izquierda revolucionaria tiene opiniones, tiene propuestas, tiene ideas de cómo gobernar este país. No se trata , como se vino a decir aquí, por algunos de una oposición, por oposición.
Nosotros queremos gobernar, somos una oposición que quiere el Gobierno, y esas propuestas que hicimos en la Cámara iban apuntadas para allá.
Esta Cámara de Diputados, para nosotros es de primera importancia. Nosotros hemos nutrido nuestras concepciones y nuestra práctica política en diversas personalidades. Nosotros tenemos una concepción internacionalista de lo que es la lucha de los pueblos del mundo, como lo hizo Francisco Javier Mina.
Pero por supuesto y, sobre todo, nosotros somos un partido con profundas raíces nacionales. Y nuestras concepciones tenían como vertiente y como columna vertebral a Ricardo Flores Magón, a Francisco Villa, a Emiliano Zapata, a Francisco Mújica, a Heriberto Jara, y por supuesto, nutre nuestra combatividad el legado histórico que nos han dejado los miles y miles de héroes anónimos de los movimientos sociales que lucharon por un país distinto, un país con democracia. Y me refiero específicamente al movimiento de los médicos de 1966 y, por supuesto, me refiero a los ferrocarrileros de 1957 - 1958 y, por supuesto, me refiero a los jóvenes, hombres y mujeres, colonos y obreros que ofrecieron su vida en aquellas jornadas gloriosas de 1978 y que gracias a ellos estamos en esta Cámara de Diputados.
Señoras y señores diputados, ha terminado la LIII Legislatura, pero la transformación radical de esta sociedad, cruelmente injusta, continúa. Muchas gracias.
DIPUTADO JORGE AMADOR AMADOR
El C. Presidente: - Tiene el uso de la palabra la compañera Beatriz Gallardo Macías.
La C. Beatriz Gallardo Macías (desde su curul): - Compañero presidente, declino el uso de la palabra en favor de mi compañero diputado Jorge Amador.
El C. Presidente: - Con mucho gusto, Beatriz, entonces nuestro compañero y amigo, el señor diputado Jorge Amador Amador.
El C. Jorge Amador Amador: - Ciudadano presidente; compañeras y compañeros diputados: Por respeto a la Cámara de Diputados, mi grupo parlamentario hace uso de la palabra en este momento. De acuerdo con la práctica establecida no es éste el lugar que le corresponde al Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional.
Cuando el orden de los oradores va de menor a mayor, nosotros generalmente hablamos después del Partido Demócrata Mexicano y antes que el Partido Mexicano Socialista, la razón fundamental es que nuestro grupo parlamentario se integró no por la voluntad de los individuos que la integramos exclusivamente, sino por el voto de 600 mil ciudadanos de México que el primer domingo de 1985 nos hizo representantes de la nación y del pueblo ante esta institución.
Las deslealtades, las traiciones, tienen sus efectos limitados en al ámbito del poder de los traidores y de los desleales. No tienen por qué alterar el funcionamiento de las instituciones nacionales, ni de los grupos parlamentarios que constitucionalmente son las formas de organización del trabajo de la Cámara, ni de la Cámara misma.
Es despreciable la conducta desleal y también es despreciable la conducta de quienes le dan validez a las deslealtades.
Desde un principio, en la Cámara se manejaron dos posibles teorías para interpretar cuál debería ser el lugar del Partido Socialista de los Trabajadores. La teoría constitucional más firme es la de que el lugar lo dan los ciudadanos que votan y eligen, no lo dan los que traicionan.
La teoría, desde nuestro punto de vista más inconsistente, es que finalmente si el número de diputados leales de un grupo parlamentario se redujo, también se reduce la presencia y las prerrogativas de este grupo en nuestra Cámara.
Debo comunicarles a ustedes la satisfacción de que durante todos los trabajos de sesiones privó la teoría constitucional legítima; hubo el respeto merecido para nuestra fracción, para nuestros diputados.
Yo lamento mucho que una mesa directiva que tuvo un comportamiento tan ejemplar tenga esta tacha en su desempeño; lo lamento y aquí expreso enérgicamente mi protesta para quien corresponda. Nuestra función no es la de policía ni la de investigación. Quién haya tomado la decisión, que reciba la enérgica protesta del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional.
Compañeras y compañeros diputados: Nos ha tocado compartir la conducción de la nación en la segunda mitad del sexenio de la más profunda crisis económica que haya padecido nuestra patria.
Heredamos de la LII Legislatura un conjunto de reformas constitucionales de mucha trascendencia, cuya efectividad social, económica y política todavía se ha conservado en el terreno de la posibilidad.
La elevación a nivel constitucional de la nacionalización bancaria, la elevación al rango constitucional de la propiedad social y del sector social, como protagonista importante de la actividad económica nacional.
El conjunto de disposiciones que fortalecieron la autonomía municipal, son avances que bien podrían ser caracterizados, como recursos para una contraofensiva política que nos permitiera superar la crisis; sin embargo, un conjunto de circunstancias y la falta de decisión política profunda y a fondo han impedido que estos recursos se hubieran utilizado para enfrentar en la tarea social de la superación de la crisis, con la eficacia necesaria.
Durante 1985 padecimos el golpe de los sismos de septiembre, la actividad política principal de nuestra Cámara, se expresó en términos de solidaridad con la sociedad golpeada por el fenómeno de la naturaleza y por el fenómeno social, de una estructura que permite que la naturaleza golpee a los que menos tiene, a los que más trabajan.
Participamos en la modificación de la legislación bancaria para actualizar y llevar a todas las instituciones, el modelo que desincorporaba del patrimonio nacional, casi un tercio de las acciones o de los títulos de propiedad de las empresas bancarias.
No fueron de mucha trascendencia las iniciativas de 1985, el Poder Ejecutivo, al recurrir a la vía expropiatoria puso de manifiesto que todavía algo queda de su origen revolucionario, que cuando las circunstancias son extremas, todavía puede utilizar algunas de sus mejores armas y en ese sentido pasó la prueba de los sismos.
Durante 1986 nuestra nación sufrió la derrota petrolera, que nos impuso la terrible condición de quedar privados de los ingresos de divisas por la vía del crédito internacional y una caída del precio que provocó los recortes presupuestales de mayores magnitudes en la historia de nuestro país.
La función legislativa principal, se expresó en las modificaciones a la legislación electoral.
Se reformaron las bases constitucionales de la actividad electoral del pueblo de México, y aprobamos el Código Federal Electoral.
La característica principal de estas iniciativas, radica en el hecho de que el Estado adoptó una actitud defensiva; colocó en la Constitución y en el Código Federal Electoral, dos tipos de reformas. algunas que alentaron la participación social e incrementaron la posibilidad de los partidos y los ciudadanos en la vigencia del padrón y en la vigilancia del voto el día de las elecciones. Fueron reformas positivas.
Otras, fundamentalmente, se inscriben en lo que podríamos llamar las medidas administrativas para no perder la mayoría aunque en la práctica electoral, el partido sólo sea, el partido mayoritario sólo sea relativamente mayoritario.
Esta es una reforma, desde nuestro punto de vista, regresiva. La mayoría, sobre todo en un país acosado por enemigos históricos como los tiene México en el imperialismo norteamericano, tiene que ser una mayoría fundada en estrechos y profundos lazos con el pueblo y con el conjunto de las fuerzas nacionales y populares.
Tiene que ganar el derecho a ser mayoría absoluta, sobre la base de que sus programas de gobierno respondan a las necesidades y a las aspiraciones del pueblo.
Los mecanismos administrativos solamente pueden propiciar victorias en la forma y desvinculación en el fondo. 1987, ha sido el año que pone de manifiesto como los enemigos que no son disciplinados y reducidos, luego conquistan capacidades que violentan el orden legal y constitucional y que dañan profundamente los intereses populares: las dos devaluaciones y el conjunto de modificaciones en materia económica que se han realizado en nuestro país, precisamente durante el tiempo de este tercer período ordinario, no han provenido de la voluntad presidencial ni de la voluntad popular, expresada a través de sus órganos representativos.
Han sido poderes ilegítimos, constituidos por la acumulación de riquezas que el exceso de libertades de nuestro país permite, fundados en la explotación y el saqueo.
Nuestro desempeño en este tercer período, puede establecer como principal en el aspecto de la Ley de Ecología y de Protección al Ambiente. Una Ley muy generosa, una ley muy necesaria, pero no precisamente el centro de las preocupaciones del pueblo y de la nación.
Para el centro de las preocupaciones del pueblo y de la nación, que es la necesidad de controlar, que es la necesidad de conducir los asuntos económicos por el camino del interés popular y nacional no pudimos generar las iniciativas suficientes; ni el Ejecutivo las envió ni nosotros las propusimos o las que propusimos no pudimos convertirlas en leyes, en disposiciones obligatorias para el Estado y para toda la sociedad mexicana.
Por eso una reflexión es obligatoria, no tiene nuestro país el Poder Legislativo y la Cámara que sus actuales necesidades exigen. Hemos vivido la paradoja de que lo individual, de que en la consulta con las partes que integran esta Cámara podríamos nosotros decir que existe un consenso, que existen opiniones que pueden decirse que son mayoritarias, acerca de las reformas que se deben realizar en la conducción económica y política de nuestro país.
Frente a la realidad de que minorías privilegiadas acumulan riqueza y poder social y político para depredar el patrimonio nacional y las condiciones de vida de los trabajadores, yo casi puedo asegurar que no hay diputado que esté en contra de esta realidad y que opine que se deban tomar medidas de fondo para reducir o eliminar los privilegios de quienes nos atacan y depredan. Y además, no sólo en lo individual sino también como organizaciones, organizaciones obreras, organizaciones campesinas, partidos políticos, grupos políticos, dicen que expresan y circulan este consenso.
Sin embargo, este consenso, por la estructura que actualmente tiene la Cámara y que actualmente tienen los poderes de la nación, no puede traducirse en iniciativa real, en legislación consecuente con esta iniciativa.
Luego, entonces, la renovación de los poderes nacionales, que constitucionalmente debe suceder en los próximos meses, particularmente por el voto de la ciudadanía, el primer miércoles de julio de 1988 no puede ser simple renovación; urge la reconstrucción del Poder Legislativo, urge que en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores con más libertad el pueblo elija y determine la correlación de fuerzas internas; urge que las fuerzas de la nación se desinhiban, se liberen de ataduras, las viejas disciplinas ya no operan, porque las viejas disciplinas están perjudicando el interés del pueblo y el interés de la nación.
Ha surgido la posibilidad real de que nuestro país, por decisión mayoritaria del pueblo de México se restablezca y se mejore un equilibrio de fuerzas que hoy se ha deteriorado. No hay razón para que la segunda fuerza política del país sea una fuerza
antinacional, es necesario que la primera y la segunda también sean fuerzas nacionales y populares, que la única diferencia entre una y otra sea quizá el grado de compromisos con los intereses establecidos y el grado de libertad para luchar por el avance, de acuerdo con los principios de la Revolución y de acuerdo con las legítimas aspiraciones del pueblo de México para ir más allá de los principios de la Revolución Mexicana.
Por todo ello compañeras y compañeros, este grupo parlamentario que a pesar de deslealtades y de traiciones, que a pesar de la desconsideración de algunas fuerzas que estarían en primer lugar a ser obligadas a ser consideradas con un aliado consecuente, logró mantenerse, logró aportar su modesta contribución a la integración de la voluntad nacional en los trabajos de esta LIII Legislatura, es por eso repito, compañeras y compañeros, que al despedirnos hacemos el firme compromiso de trabajar sección por sección, comunidad por comunidad, barrio por barrio y hasta donde sea posible, ciudadano por ciudadano, para que contribuyan todos los mexicanos a la reconstrucción de los poderes nacionales, colocándolos en situación de estar como deben estar al servicio del pueblo y solamente del pueblo. Muchas gracias.
DIPUTADO CARLOS ENRIQUE CANTÚ ROSAS
El C. Presidente: - Tiene el uso de la palabra el diputado Carlos Enrique Cantú Rosas, del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana.
El C. Carlos Enrique Cantú Rosas: - Señor presidente: compañeros diputados; señores senadores presentes en este acto: Conscientes de la responsabilidad que como integrantes de esta LIII Legislatura debemos asumir en momentos cruciales para México, traigo a esta tribuna el sentir de mis compañeros de fracción parlamentaria, de los dirigentes, militantes y simpatizantes del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, y la voz de quienes en el campo, en la fábrica, en su hogar, en el aula y en el desempeño de su profesión viven los altibajos de esta nación, que lucha denodadamente en la búsqueda de su mejor destino patrio.
A punto de concluir los trabajos de esta histórica LIII Legislatura, al acercarse la hora de reincorporarnos a nuestras labores cabe reflexionar brevemente si en verdad hemos cumplido cabalmente con la responsabilidad que la ciudadanía nos confío.
Recordamos que desde las primeras sesiones de esta Legislatura, el tema fundamental planteado al abordar esta tribuna se ha centrado en la crisis económica que padecemos. La deuda externa ha sido punto de partida en atención a las lesivas consecuencias que trae aparejadas, convertidas en desempleo, inflación y dependencia con el exterior. En estos días, el tema sigue siendo el mismo, pero agravado porque el mexicano continúa perdiendo, a causa de una crisis que no provocó, parte sustancial de su patrimonio, cerca del 65% del poder adquisitivo de su salario, por la inflación; y al serle mutilada la esperanza ha ido perdiendo también la confianza en el futuro de la patria.
La angustiosa situación que prevalece en el panorama nacional, provoca día con día la transformación del pueblo de México. Lo que antaño resultaba holgado, hoy nos resulta estrecho. Los otroras plausibles avances de las representaciones plurinominales, hoy resultan grilletes de política - esclavitud, mediante los cuales se mediatiza la combatividad de los partidos políticos en la lucha legislativa.
México es un país que ha venido cambiando paulatinamente, como han venido transformándose también la actitud de los partidos políticos y de los propios legisladores. Tras muchos años de silencio, considera llegada la hora de hablar, de la emisión de las ideas y de la defensa de los conceptos y planteamientos económicos, ideológicos y partidistas. Por eso, estas galerías que en múltiples ocasiones han sido saturadas con obsequiosos individuos cada primero de septiembre y en las comparecencias de los secretarios de Estado, inusitadamente se han visto tomadas varias veces por conglomerados ciudadanos que anhelantes de justicia arriban desbordantes manifestando no siempre con buenas maneras sus justos reclamos populares.
Durante muchos años, se han acallado las voces y las querellas de quienes las consecuencias de las crisis han sido peyorativamente tratados, por aquellos mercenarios que en sus actos han truncado su honor por una prebenda. Nuestra posición par - tidista no debe sorprender a nadie, desde los inicios de los trabajos de esta LIII Legislatura, los integrantes de la fracción parlamentaria del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, mantuvimos razonadas discrepancias contra la política económica del sistema, porque no podemos convertirnos en verdugos de aquéllos a quienes prometimos representar y defender.
Los integrantes de esta fracción parlamentaria sostuvimos y sostendremos nuestra actitud de oponernos sistemáticamente al aumento de los costos
de los artículos de primera necesidad y de los artículos públicos que brinda el Estado. Mantendremos nuestra postura de combate a la inflación y de lucha decidida frente a la actitud gubernamental que no fija límites a nuestro endeudamiento con el exterior. Sostenemos, asimismo, nuestro compromiso aceptado frente y ante la nación, de defenderla de los embates de la política económica oficial, cuyas fallas de implementación y de manejo siempre repercuten en el encarecimiento de la vida y en la merma del salario de los trabajadores.
En esta legislatura, los integrantes de la fracción parlamentaria del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, luchamos sin limitación de esfuerzos, afanes y sacrificios por recuperar la credulidad ciudadana en sus representantes populares. De ahí que nuestros integrantes en el transcurso de su presencia en esta LIII Legislatura, presentaron más de 60 iniciativas de ley, independientemente de las decenas que abordaron esta tribuna para presentar denuncias, quejas y protestas frecuentemente en contra de las violaciones al proceso electoral y la presencia permanente de los hampones electorales que en marcado contubernio con los órganos fundamentales del Gobierno, mantienen la presencia del fraude electoral en todos los procesos que vive nuestro país en los 2 mil y pico de Municipios en que esta dividido territorialmente.
Hemos compartido juntos un sinfín de experiencias, muchas de ellas dolorosas por decepcionantes cuando en este recinto, inusitadamente atendiendo consignas, claudicaciones de los principios y olvidando sus raíces populares, algunos de ustedes votaron en contra de los más sagrados intereses del pueblo, y otras experiencias también muy gratificantes, fortalecedoras que nos hacen comprender que no estamos solos, que no clamamos en el desierto ni aramos en el mar, cuando de ustedes recibimos o junto con ustedes conjuntamos la fortaleza necesaria, el aliento indispensable para sacar avante en este recinto las mejores causas del pueblo mexicano.
Continuar la obra del constituyente es propiciar el predominio fecundo de la legalidad en la vida diaria de la República, es convertir el ideal político, económico y social en el más destacado propósito de la cultura cívica del mexicano y es cumplir con la elevada responsabilidad de representar a una ciudadanía que aspira legítimamente al progreso, al bienestar social.
Ante las diarias presiones del Fondo Monetario Internacional, la soberanía nacional está en riesgo y nuestra independencia en juego. En todas las tribunas, el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana ha venido solicitando urgentemente se declare una moratoria negociada, y el resultante de esta trascendente y patriótica acción económica se aplique de inmediato tanto al impulso de nuestra agroindustria como a los servicios públicos asistenciales y educativos que brinda el Estado.
Los trabajadores, los campesinos, los sectores económicamente débiles y desposeídos, se debaten dolorosamente en una permanente lucha por su existencia. El poder adquisitivo del salario, el producto económico del jornal del campesino, y lamentablemente el de millones de técnicos y profesionistas, maestros, mujeres, jóvenes y viejos, resulta insuficiente para garantizarles la diaria subsistencia.
Las libertades individuales que establece la Constitución son diariamente conculcadas, delincuentes con placa, pistola y cachiporra hacen nugatorio en el panorama nacional los anhelos libertarios del Constituyente de 1917, de los mexicanos de ayer, de los mexicanos de hoy y de los mexicanos de siempre.
En esta tribuna también se escucharon las voces discordantes de los representantes de millones de mexicanos que no encontramos en el llamado Pacto de Solidaridad Económica el conducto adecuado ni los elementos necesarios para resolver la grave crisis económica y el imbatible proceso inflacionario que vive el país.
Esta situación que ahora vivimos, no es distinta a la que prevalecía en 1910, cuando el 90% de la población se debatía en la pobreza. En efecto, hoy también millares de familias se encuentran a punto de inanición; nuestra patria está sujeta con ignominiosos grilletes impuestos por el Fondo Monetario Internacional y sojuzgada por una deuda externa impagable.
La democracia que ofrece el Estado, es sólo palabra de discurso y la inflación ha flagelado el pueblo y vencido al Gobierno. Mientras que el desempleo es continuo, motivo de desesperanza para los padres de familia, un grupo de individuos sostienen terca actitud de permanencia en el poder, a pesar de que han demostrado que nada tiene ya que ofrecer para solucionar la difícil coyuntura económica, política y social que vive el país.
Resulta urgente, si en verdad necesitamos servir al pueblo, que con su voto nos trajo a este recinto, implementar acciones para detener de inmediato la carrera inflacionaria, alcanzar la autosuficiencia alimentaria, resolver el problema agrario, defender el derecho de todos los mexicanos a contar con una habitación higiénica y digna, apoyar amplia y permanentemente a los
trabajadores, luchar sin tregua contra la ineficiencia y corrupción, propugnar un plan nacional que asegure nuestra autosuficiencia energética e impulsar al movimiento ecologista para preservar el medio ambiente; luchar por una educación en la libertad y para la libertad, apoyar a nuestros grupos indígenas en el propósito de ser comunidades independientes, autosuficientes autónomos congruentes con sus tradiciones milenarias enriquecidos con los que la tecnología moderna puede aportar en calidad de complementos permanentes a cada cultura; exigir que la justicia se imparta en forma efectiva, pronta y expedita y mantener permanentemente una actitud de vigilancia revolucionaria para que no vuelvan a desviarse la noción de las metas y objetivos que el pueblo se fijó en sus tres movimientos libertarios: la Independencia, la Reforma y la Revolución.
Esta ha sido la inquietud en que han transcurrido varias constituciones en los planteamientos para mejorar la forma de Gobierno, pero lamentablemente ésto no se refleja aún en la solución definitiva de los problemas torales que padece la nación. Problemas que en algunas ocasiones nos han hecho exclamar desde esta alta tribuna, que tal parece que existe dos Méxicos, uno de color de rosa, imaginario, ajeno a la realidad, producto de datos, cifras y cálculos de laboratorio, y el otro injustamente engañado, el defraudado y el empobrecido que sufre los errores de la implementación de las políticas del Gobierno.
Mientras esto acontece, los legisladores de los partidos llamados minoritarios nos encontramos regularmente con que nuestro afanes y esfuerzos, al presentar alguna iniciativa de ley, se presentan y se estrellan contra la negativa del grupo parlamentario que no siempre congruente con la verdad, sino sólo con el dictado de los intereses del partido y de su Gobierno.
Falla grave, además, es la costumbre intemperada de que al jefe del Ejecutivo se le deje el papel de gran legislador, porque con el apoyo incondicional del grupo parlamentario ya referido, todas sus iniciativas son inminentes leyes, negando los argumentos que los integrantes de otras fracciones parlamentarias exponemos, así sean diáfanamente claros y precisos.
Por lo anterior, consideramos, debe intensificarse la lucha por la democratización integral de la nación mexicana, exigiendo plena efectividad y respeto al sufragio.
En nuestros recorridos por el interior de la República, encontramos un intenso descontento popular, provocado por la enorme desigualdad económica entre los componentes del conglomerado que forma la nacionalidad.
La demanda reiterada es un cambio radical en la actitud gubernamental y, por ésta y otras razones, congruentes con la nueva era que nuestro partido vive, decidimos lanzar como candidato a la Presidencia de la República, al hombre que garantiza una nueva opción revolucionaria para el pueblo de México: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
La respuesta oficial a esta actitud patriótica es ya violenta; las represalias en contra de los dirigentes, militares y simpatizantes parmistas, pretendiendo socavar nuestra unidad, van desde millonarias ofertas económicas hasta el retiro del empleo, la amenaza, la calumnia y la violenta agresión física y moral por parte de los esbirros que sabemos muy bien a quienes obedecen.
Por eso, creemos que lo que falta para que concluya el proceso electoral, que ya estamos viviendo, habrán de concitarse una serie de hechos y elementos que tendrán que ir siendo denunciados y conocidos por el pueblo de México.
No obstante y a pesar de estas reacciones virulentas podemos sentir los parmistas que hemos cumplido y estamos cumpliendo con México, al ofrecerle un camino diferente para salir de una inmensa maraña de injusticias en que por tanto tiempo lo han mantenido sumido varias administraciones gubernamentales, que se perdieron en trayecto al desviarse de la auténtica senda que nos señaló la Revolución Mexicana y su legado histórico: La Constitución Política y Social de 1917.
Esta generación de legisladores habrá de servir de histórico parteaguas al definir al México de la crisis y el inicio del México del progreso; toca el honor a esta LIII Legislatura de ser la impulsora de una nueva mentalidad ciudadana: es aquí donde se ha producido el repique sonoro de una nueva campana de Dolores que despierta conciencias, impulsa patriotismo y eleva el nacionalismo; aquí es también donde se ha anunciado con insistencias la profecía de una nueva era, cuando México se prepara para remontar el destino ignominioso que caprichosamente pretenden asignarle extrañas y poderosas fuerzas del exterior.
Es a partir, señores diputados, de esta Legislatura, cuando el período de adormecimiento y sumisión llega a su fin, después de que agotada la fe y la confianza hemos considerado urgente propiciar un nuevo ordenamiento económico, político, social y cultural, que libere a los mexicanos del peso brutal de las imposiciones.
El pueblo se prepara a acudir a las urnas electorales el próximo 6 de julio, toca a nosotros exigir el respeto a su decisión, es nuestra responsabilidad demandar respeto al voto ciudadano, conscientes de que la presente lid electoral no será como otras que han pasado, simples ritos cívicos para renovar los cuadros de representantes populares y de funcionarios de la burocracia sexenal, sino la batalla más importante que se habrá dado en los últimos 50 años, para refrendar los postulados de la Revolución Mexicana y rescatar el modelo del país por el cual vertió su sangre el pueblo de México.
Creemos que a pesar de los severos problemas que la nación padece, aún quedan caminos viables de solución. Como representantes del pueblo de México, somos nosotros los legisladores, quienes debemos canalizar y encauzar este impulso nacional, abriendo los cauces y facilitando los instrumentos para que sea factible bajo el más estricto respeto a las normas legales, rescatar una vez más la participación ciudadana y su confianza en los proceso electorales; que la fe de nuestro pueblo desborde y aniquile los viejos moldes de aniquilosamiento y de nueva era, y que una nueva era fecunda y entusiasta en el destino de esta patria de Cuauhtémoc, de Hidalgo, de Juárez, de Morelos y de Carranza.
Conjuntando la labor de los 400 integrantes de esta legislatura, quedaron registrados en los anales legislativos, decenas de iniciativas, proyectos de reformas, denuncias y quejas, lo conducente es sería ahora, señores diputados, sería saber en qué medida el país fue transformado por nuestra intervención; qué heridas restañamos, qué entuerto desfacimos y en qué dimensión y gracias a nuestra labor, la patria resultó más libre, nuestra independencia más clara y nuestra soberanía, más firme.
Al terminar esta sesión, salvo un llamado para un período extraordinario, habremos de regresar a nuestras trincheras naturales; al campo, al arado, a la fábrica, a la industria, al magisterio o a la profesión. Y ahí, en la soledad de nuestra conciencia, mantendremos lacerante en el espíritu, el dolor del México que sufre, el del México de injusticias que prevalecen en el ámbito nacional; el de los brutales cacicazgos que por sistema se oponen al progreso, creando una mazmorra de venganza personal en cada Municipio, villorrio o ranchería que la civilización no ha encontrado todavía en su camino.
Aún cuando en esta trinchera, aún cuando nuestra trinchera no se encuentra ya en esta tribuna, la más alta del país, debemos mantenernos en la lucha, señores diputados.
Mientras existan injusticias y cacicazgos que combatir, mientras existan voraces explotadores, mientras se niegue la tierra al campesino, fuentes de trabajo al obrero, aulas a nuestros hijos, oportunidades para los jóvenes y alimento para los mexicanos; tenemos la obligación, señores diputados, de seguir transitando lanza en ristre por los caminos de la patria, elevando nuestra voz ante las injusticias cometidas; asesorando a los débiles y orientando una y mil acciones reivindicadoras.
Habremos de salir de este recinto, fortalecidos a luchar por México, que reclama la entrega de nuestros mejores afanes; no permitiremos que la sangre derramada en los campos de batalla se convierta en vino de los convites de los provocadores. Ni que revolucionarios de cartón, cubran sus pillerías con los colores nacionales y se alejen del proyecto nacional y plasmado en la Constitución de 1917.
La lucha de ideas, señores diputados, debe mantenerse en este recinto. La consigna que antaño prevaleció fue desterrada, de hoy para siempre; los eternos oficiantes del silencio, la genuflexión y el entreguismo, no tendrán cabida en futuras legislaturas, porque el pueblo de México se ha puesto de pie; empieza a avanzar por los caminos de la patria y pretende traer a este recinto a sus mejores hombres.
Para concluir, señores diputados, no podemos negar que también entre los integrantes de la fracción mayoritaria encontramos hombres y mujeres de buena fe, aquellos que diariamente hacen manifestar su rebeldía ante la consigna recibida en el trabajo de comisiones; aquellos que no aceptaron ni aceptan los mandatos de un sistema que mantiene en la inopia a los obreros, sin tierra a los campesinos, sin alimento a los mexicanos y atada a la patria a los vergonzantes reclamos de los usureros del Fondo Monetario Internacional.
Para ellos, los que no claudicaron y en medio de las presiones se mantuvieron vivos, para ustedes, honorables integrantes de las diversas fracciones parlamentarias que aquí convergen, y que de la permanente defensa de los intereses nacionales hicieron un apostolado.
Para todos los compañeros diputados, periodistas, directivos y colaboradores de esta Cámara, desde esta tribuna, en este recinto, en esta fecha, cuando Cronos al conjuntar las manecillas del destino nos esta despidiendo de los trabajos ordinarios de esta legislatura, nuestro eterno reconocimiento y los mejores votos por el bienestar y el progreso de la nación mexicana. Muchas gracias, compañeros diputados.
DIPUTADO CUAUHTÉMOC AMEZCUA DROMUNDO
El C. Presidente: - Tiene el uso de la palabra el diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, del Partido Popular Socialista.
El C. Cuauhtémoc Amezcua Dromundo: - Con su autorización, compañero diputado presidente; compañeras y compañeros diputados: Hemos compartido los integrantes de ocho fracciones parlamentarias tres años de trabajo, tres años de discusiones, de debates, a veces de elevada calidad, a veces de expresión de una apasionada lucha, siempre expresión de concepciones diversas, de ideologías distintas, de concepciones programáticas también diferentes respecto a lo que es nuestra realidad y a lo que debe ser el futuro de nuestra patria.
Tres años críticos en el escenario del mundo y en las condiciones internas de vida de nuestro país, tres años durante los cuales la paz en el planeta se vio amenazada como pocas veces en el pasado; tres años durante los cuales la política armamentista llegó a proporciones demenciales; tres años durante los cuales, sin embargo, en la fase final, en los últimos meses, en este campo, en el de la lucha por la paz, empezó a manifestarse un viraje, empezó a manifestarse de nueva cuenta el éxito de la ofensiva de la lucha de quienes estamos interesados por evitar un holocausto nuclear, por quienes estamos interesados en preservar la vida de la humanidad.
Esta Cámara de Diputados, la fracción parlamentaria del partido de Vicente Lombardo Toledano, de manera muy destacada, pero junto con ella muchos otros diputados del campo democrático y patriótico, libramos grandes batallas en el lucha por la paz, en la lucha por el desarme y de igual manera en las expresiones de solidaridad con los pueblos que luchan por su plena emancipación económica y política frente al imperialismo.
Creamos aquí, surgió de esta Legislatura un importante grupo de diputados mexicanos por la paz que agrupa alrededor de un centenar de distinguidos integrantes de esta LIII Legislatura, miembros de distintos partidos políticos del campo democrático. Generamos declaraciones, documentos que enviamos a la Organización de las Naciones Unidas, al Parlamento Mundial, a parlamentos de otros países del mundo.
En la vida nacional, estos tres años han sido críticos también, después de una larga etapa de desarrollo contradictorio difícil, pero en ascenso como línea general de las fuerzas productivas de nuestro país por la vía independiente, por la vía de las nacionalizaciones, después de una larga etapa de década, de avance en conquistas de carácter social para los obreros, para los campesinos, para las capas populares de nuestro país; después de una larga etapa de avances en lo económico, en lo social, en la lucha por la ampliación de la vida democrática, siempre difícil y plagada de contradicciones. Entramos en los últimos años en una etapa primero de estancamiento y después de franco retroceso.
La contradicción entre las dos posibilidades de crecimiento económico para un país como el nuestro, la posibilidad de que este crecimiento económico se diera en condiciones de desarrollo de fuerzas productivas nacionales, propias, y por lo tanto, que este desarrollo de las fuerzas productivas se canalizara hacia la conquista de la independencia económica y política plena de nuestro país.
Y por otro lado, la otra posibilidad de crecimiento económico, la que podría darse vinculando cada vez más la economía nacional en condiciones de subordinación a la economía imperialista, que a diferencia de la otra vía nos llevaría a una pérdida creciente de independencia y soberanía. Esa contradicción entre estas dos vías que se venían dando de manera entremezclada, pero con predominancia de la vía nacionalista e independiente, llegó a hacer crisis a partir de la década de los setentas; llegó a presentarse una correlación de fuerzas tan equilibradas y una contradicción tan agudizada, que se vio que difícilmente podría seguir nuestro país caminando como en las décadas anteriores, por la vía de intercalar a veces acciones de carácter nacionalista y antiimperialista y a veces acciones de carácter contrario.
En la década de los setentas, llegamos por primera vez a romper el equilibrio entre la presencia del capital privado y la presencia del capital estatal en la economía de México, en favor de la economía estatal, de la vía no capitalista de desarrollo.
Sin embargo, en la misma década de los setentas, en sus últimos años, empezamos a entrar en una etapa de franco retroceso, que nuevamente fue remontada en 1982, con la histórica medida de la nacionalización de la banca; a partir de allá, a partir de ese momento culminante, el reagrupamiento de las fuerzas enemigas del desarrollo independiente de México, de los grandes capitales privados nacionales, fundamentalmente especuladores y no productivos, que se fueron creando al calor de la Revolución Mexicana, de las concesiones múltiples como resultado fundamental de las concesiones múltiples, que fue en una u otra ocasión otorgando el poder público en favor de
estos grupos poderosos, llegó a tal grado de acumulación que representaron un serio peligro y una rémora difícil de superar para seguir avanzando por la vía independiente.
Al mismo tiempo, en el campo internacional, la presencia de un gobierno radical reaccionario en Estados Unidos, el de Reagan, creó condiciones favorables para que las fuerzas de la derecha en nuestro país cobraran preeminencia.
Al mismo tiempo, el crecimiento de la deuda externa creó condiciones de vulnerabilidad a la economía de nuestro país; esos factores conjugados y otros más, permitieron que un pequeño grupo de tecnócratas dieran un virtual golpe de Estado desde dentro del poder público y se desviaran de manera primero tibia y después radical y profunda, de lo que fue la vía de desarrollo surgida de la Revolución Mexicana. Este pequeño grupo de tecnócratas no ha abandonado hasta hoy en su lenguaje para el consumo popular, las expresiones de referencia a la Revolución Mexicana, pero en la práctica su conducta nada tiene que ver con la vía que surgió el poderoso movimiento popular de 1910.
Este grupo pequeño impuso en nuestro país de manera dócil las tesis que convenían al gobierno de Reagan, al Departamento de Tesoro de Estados Unidos y al Fondo Monetario Internacional; así, durante estos cinco años nuestro país ha sido llevado por una vía que ha profundizado la crisis económica, que ha empobrecido de manera brutal a las masas campesinas y obreras, que ha hecho perder de manera muy importante espacios de soberanía nacional, y que amenaza con la pretensión de mantener nuestro país por esa vía profundizándolo durante los próximos seis años.
Parte de muchas manifestaciones de retroceso grave que se han dado en lo reciente, cuya lista sería muy extensa y nos llevaría largo tiempo enumerar, podemos señalar el proceso que se ha dado en llamar desincorporación o que más bien debería llamarse de privatización del sector estatal de la economía; retrocesos también en la distribución de la renta nacional muy graves; retrocesos también en la política de subsidios que se ha ido retirando cada vez más de la cobertura de los intereses populares para concentrarse cada vez más en el estímulo a los grandes capitalistas privados; retrocesos también incluso en el orden internacional, como por ejemplo en el otorgamiento de una presea de elevado rango nacional a uno de los verdugos de México, Paul Volcker; retrocesos también en el artículo 343 del Código Federal Electoral en materia de privilegios al clero político, y podríamos seguir con una lista sumamente larga; intentos de retrocesos algunos afortunadamente detenidos como el de tratar de rendir homenaje en esta Cámara de Diputados a un personaje tan negativo de la historia reciente de México, como Plutarco Elías Calles.
Frente a todos estos retrocesos, frente a estas desviaciones graves de la vida nacional, frente al abandono surgido de la Revolución mexicana, el Partido Popular Socialista mantuvo, como ha mantenido durante 39 años que tiene de existir siempre una conducta firme y fiel a los principios, siempre en la línea de defender las conquistas y el camino de la Revolución Mexicana, siempre en la línea de combatir con toda la energía, con toda pasión y con toda su capacidad a las fuerzas contrarrevolucionarias y reaccionarias, ya sea que estén dentro del poder público y su partido o fuera de él.
De impulsar la vía de las nacionalizaciones, de impulsar la vía de la distribución equitativa de la renta nacional, de la defensa de los intereses populares; hoy como ayer durante estos tres años, como durante los primeros años de la vida del Partido Popular, primero, después Partido Popular Socialista, libramos, seguimos librando la misma batalla de siempre. Ahora, para retomar el camino que se ha perdido, que se ha abandonado en los últimos años para regresar al camino de la Revolución Mexicana.
Hoy como ayer, el Partido Popular Socialista es enemigo de toda concepción sectaria, de toda concepción restrictiva en la lucha política nacional; hoy como ayer somos firmes partidarios de la más amplias alianzas de la posibilidad de trabajar juntos con muchas fuerzas diversas, no solamente de la izquierda, porque hoy como ayer, estamos convencidos de que no es todavía la izquierda en México, ni hoy, ni hace cinco, ni hace 10, ni hace 20 años una fuerza por sí sola capaz de resolver los grandes problemas de México; seguimos convencidos de que la izquierda es la fuerza valiosa, avanzada, cualitativamente importante, pero todavía pequeña en el contexto nacional y que además de la izquierda existe otras fuerzas progresistas democráticas, patrióticas, que en este momento están llamadas a participar de manera activa en la solución de los grandes problemas nacionales.
Por eso la línea del frente nacional democrático y patriótico con la que nació el Partido Popular hace 39 años y que ha permitido lograr tantas y tan importantes victorias a nuestro pueblo en estas décadas, sigue siendo sin duda la única línea posible, la única línea victoriosa, la única línea capaz de resolver los grandes problemas de nuestro país. Amplias alianzas con fuerzas heterogéneas de distintas concepciones filosóficas,
de distintas ideologías de distintas representativas; incluso, de distintas clases sociales, pero que tengan en común el interés de que nuestro país se desarrolle por la vía de su independencia; que tengan el interés de defender con un gran vigor los intereses patrióticos de México, que tengan el interés común de avanzar por la vía democrática.
Y, al mismo tiempo, trabajar en la esfera de lo cualitativo, que también ha sido desde los inicios de nuestro partido y sigue siendo hoy, trabajar en lo cualitativo por la unidad orgánica de la izquierda como núcleo cualitativo central capaz de dirigir la lucha revolucionaria de todas esas fuerzas, mucho más amplias.
En otros momentos, la línea del frente nacional democrático y patriótico ha encontrado su expresión cabal y su núcleo fundamental en la alianza entre el partido de Vicente Lombardo Toledano, partido de clase, partido marxista - leninista, fiel a los principios que jamás ha abandonado, y las fuerzas avanzadas del poder público y su partido. Se ha plasmado en candidaturas comunes, siempre realizadas con compromisos programáticos, lamentablemente en esta ocasión las fuerzas progresistas y democráticas, las fuerzas patrióticas de dentro de Gobierno y su partido perdieron una pelea histórica, perdieron la batalla por la sucesión presidencial que, hasta ahora, no habían perdido en ocasiones anteriores.
Y fuerzas de carácter contrarrevolucionario y antipatriótico se impusieron en la lucha por las sucesión presidencial. Eso ha ocasionado que la aplicación concreta al frente nacional democrático y patriótico tenga que desplazarse y se dé un programa común, con una plataforma electoral común y con un candidato común, fuera del poder público y su partido.
El frente nacional democrático hoy se integra ya con los compañeros del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, con los compañeros del partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, con los compañeros de la Corriente Democrática, con varias decenas de organizaciones populares, obreras y campesinas del país, con muchos otros sectores y con muchas individualidades.
Y es, como ha sido a lo largo de la historia de México, un gran movimiento popular; un movimiento popular sin duda mayoritario; un movimiento popular que en este momento arrastra ya a millones de mexicanos, un movimiento popular que recobrará en 1988 el camino de la Revolución Mexicana que llegará a Palacio Nacional y que desplazará al pequeño grupo de tecnócratas que han traicionado a la Revolución y a la patria.
Dentro del Partido Revolucionario Institucional y dentro del poder público, seguimos reconociendo a importantes fuerzas positivas y progresistas, saludamos con mucho interés y satisfacción, de manera destacada al sector obrero del Partido Revolucionario Institucional, con el que hemos podido constatar que nos unen muchos puntos de identidad, aquí mismo en esta tribuna, durante estos tres años, hemos coincidido en muchos momentos, en la defensa de los intereses de la clase obrera y en defensa de los intereses de la nación mexicana, los documentos programáticos, sobre todo en materia económica, del Congreso del Trabajo y de la Confederación de Trabajadores de México, coinciden en más de un 95% con las tesis que ha sustentado el Partido Popular Socialista.
Coincidimos también con muchos de los representantes del sector campesino del Partido Revolucionario Institucional, coincidimos también con muchos de los destacados militantes del sector popular del Partido Revolucionario Institucional, que aquí mismo también en esta Cámara hemos defendido y librado muchas batallas juntas, por ejemplo en defensa del Instituto Politécnico Nacional y en muchos otros casos diversos; más aún, consideramos que en esta LIII Legislatura en la Cámara de Diputados, ha sido sin duda mayoritaria la presencia de diputados del sector progresista, del sector patriótico, del sector democrático del Partido Revolucionario Institucional, sin duda mayoritario, lamentablemente la correlación de fuerzas a otros niveles no nos ha permitido que eso se manifieste en avances muy importantes de carácter legislativo que aquí podríamos haber logrado.
Ahora, compañeras y compañeros diputados, en este momento, en los años próximos del devenir histórico de nuestra patria, la tarea que tenemos que librar de manera común, con toda inteligencia y habilidad, con modestia, sin luchas de carácter menor, de grupo o de partido, posponiendo todo interés de carácter sectario o de grupo, es la lucha por rescatar la vía surgida de la Revolución Mexicana, por retomar el Palacio Nacional para las mejores fuerzas de México, por derrotar la política económica totalmente ajena al camino surgido de nuestra historia y que nos ha sido impuesto por un pequeño grupo de tecnócratas; rescatar la vía de la Revolución Mexicana y volver a avanzar por el camino que nos permite desarrollar nuestra fuerzas productivas con independencia a ese esfuerzo común, llamamos a todos los diputados del campo democrático y patriótico, que están en los partidos progresistas,
que están en los partidos de la izquierda, que están muchos de ellos en el Partido Revolucionario Institucional y que ellos sabrán desde qué trinchera libran la batalla.
Nosotros respetaremos siempre su libertad y su derecho de librar su batalla en la trinchera que estimen conveniente y queremos, eso sí, librarla juntos en defensa de los intereses superiores de la nación y del pueblo mexicano.
Pensamos que seguramente nos volveremos a ver, quizá aquí mismo en un período extraordinario de sesiones; si no es aquí, nos seguiremos encontrando en las plazas públicas, en las calles, en el campo, en la fábricas, librando muchas batallas.
El porvenir es nuestro, lo vemos con optimismo, estamos seguros de la victoria. Gracias.
DIPUTADO ANTONIO MONSIVÁIS RAMÍREZ
El C. PRESIDENTE: - Tiene la palabra el diputado Antonio Monsiváis, del Partido Demócrata Mexicano.
El C. Antonio Monsiváis Ramírez: - Señor presidente; compañeras y compañeros diputados: Vengo a nombre de la fracción parlamentaria de mi partido, el Demócrata Mexicano, a tratar de hacer una reflexión política y un análisis del trabajo que como parlamentarios realizamos en esta LIII Legislatura.
Al concluir el tercero y último período ordinario de sesiones, nosotros creemos que estamos obligados a una seria reflexión, porque consideramos al parlamento como parte inseparable de la democracia, que entiende el diálogo en la deliberación, en el debate y en la discusión, así como en sus expresiones de coincidencia y discrepancia como algo consustancial al parlamento.
Nuestra labor legislativa, compañeras y compañeros diputados, se ha desarrollado en el marco de tres adversidades nacionales. Una de ellas fue, el de los temblores de septiembre de 1985, mismos que conmocionaron a todo el mundo. Desde nuestra postura legislativa, nos hicimos solidarios en distintas medidas y grados con la tragedia que enlutó a miles de hogares mexicanos.
En ese percance se manifestó la potencialidad de la sociedad civil, la cual manifestó sacrificio, solidaridad y capacidad para afrontar la adversidad, superando en mucho la actitud de las autoridades.
Ese hecho nos dio alientos para proseguir en nuestra lucha por la democracia, al mismo tiempo que nos hizo sentir humildes y quitarnos el sombrero ante el verdadero soberano que es el pueblo de México.
Otras de las adversidades en las que nos movimos, fue la institucionalización de la crisis económica; parecía que con el PIRE se iba a abatir el mal que es signo y contenido de la misma, o sea, la inflación. En 1983 se abatieron en forma significativa sus dígitos, pero en el segundo semestre de 1984, ante los signos de que las cosas podrán mejorar, vino el deseo de celebrar anticipadamente una victoria y empezó el desorden presupuestal.
Esto último le dio alientos a un mal que se enraiza en las estructuras y con su segundo aire maléfico nos enfrentamos en esta Legislatura. Ya en el PIRE se había convertido en superpire y en años sucesivos surgió el PAC y el minipac, y últimamente, como última patada de ahogado el Pacto de Solidaridad Económica.
Ese entorno económico sirvió de marco a nuestra labor legislativa, ya sea en los presupuestos de ingresos y egresos, en el examen de las cuentas públicas y distintos pronunciamientos que sobre la situación se emitieron en esta Cámara.
La tercera adversidad por la que atravesó esta diputación, fue la agudización de la contrarreforma política que empezó en el segundo semestre de 1984 y hoy sopla con los vientos más fuertes. Esta contrarreforma se debió a una medida de sobrevivencia del grupo en el poder ante los numerosos triunfos que en 1982 y 1983 obtuvieron los partidos independientes y de oposición. Uno de los hechos más significativos fue que en un momento dado, los Ayuntamientos de siete capitales de Estado estaban en manos de partidos distintos al partido oficial. El temor, el pánico de que se formara una bola de nieve, impulso una reacción cavernícola manifestada por una acentuación de los fraudes electorales; éstos no habían dejado de existir, pero se incrementaron con ferocidad y cinismo hasta llegar al carro completo al de todas todas, mismo que hizo derramar lágrimas de cocodrilo al candidato del partido oficial a la presidencia en la ciudad de Hermosillo, Sonora.
Esta realidad, en lo legislativo, se tradujo en las denuncias y en la defensa del voto popular desde esta tribuna. También esta contrarreforma política se manifestó legislativamente y en forma muy negativa, en la aprobación del Código Federal Electoral y en la creación de una Asamblea de Representantes del Distrito Federal y las diversas
leyes secundarias que de ella derivaron, pero también para honor de esta Cámara, se levantaron voces independientes en defensa de la autodeterminación del pueblo de México.
Con estas apreciaciones no pretendo hacer política con la mayoría, aunque la esencia de los parlamentos sea la discusión y el debate. En esta ocasión simplemente expreso el sentir de la fracción parlamentaria de mi partido, el Demócrata Mexicano. De todas maneras, frente a todos estos problemas y todas esas adversidades, esta legislatura se pronunció sobre ellas, sin evadirse, sin eludir responsabilidades.
Los respectivos pronunciamientos se pueden calificar de muy distintas maneras, pero el conjunto honra a esta Legislatura. Hemos participado en tres años de historia del pueblo de México.
Ciertamente, desde el Gobierno, nuestro papel, y hay que reconocerlo, ha sido secundario. El principal protagonista de nuestra actuación ha sido el Ejecutivo, para la mayoría, dando el santo y seña para las respectivas avalanchas de adhesión; para los independientes y la oposición como motivo para cumplir nuestro deber, para expresar nuestras críticas de acuerdo con nuestra conciencia y como eco de los reclamos del pueblo.
Como ya se dijo en esta tribuna, el principal legislador, el árbol gigantesco sin cuya sombra no crece ninguna economía legislativa, fue el Presidente de la República. Para revertir esa situación elevamos nuestra voz, pero más que nosotros, quien revertirá esa situación y la llevará a lo negativo de la historia, será el pueblo cuando cansado de tanta explotación y tanta burla, ese pueblo recobre su soberanía.
Es usual que en esta última sesión, se regañe a los diputados de la mayoría por ser coautores de esa situación. Como el día de hoy ya ha sucedido en esta tribuna.
Los del Demócrata Mexicano no los regañamos en esta ocasión; sabemos que son partes de un sistema, del cual son a la vez víctimas y victimarios. En lo personal, he conocido a muchos de ellos y he podido apreciar sus cualidades y virtudes. Por regla general, su valía humana es superior al sistema que defienden.
La lucha de los demócratas no es en contra de las personas o para dirigirlas a favor de otras; nuestra lucha es en contra de un sistema que ha empobrecido al pueblo de México, que ha acentuado las desigualdades y ha comprometido nuestra soberanía. Pero no se inspira únicamente en esa oposición, sino en el anhelo de establecer un sistema mejor, una democracia integral y humanista en la que cada mexicano sea más, tenga más y valga más.
No podemos en esta ocasión dejar de decir una palabra de reconocimiento a nombre de la fracción parlamentaria del Partido Demócrata Mexicano, a los trabajadores y a los administrativos de esta Cámara que con su trabajo han hecho posible, junto a nosotros, el trabajo legislativo.
Especial mención merece la señorita María Elena Sánchez Algarín, a quien reconocemos el trabajo que tan diligentemente desarrolla. (Aplausos). Nuestro reconocimiento también al señor Alejandro Azcoytia Alvarez, que tan estimado es de todos los diputados y de varias legislaturas. (Aplausos).
Queremos también, compañeras y compañeros diputados, en esta ocasión, decir una palabra a los periodistas y a todos los que comparten el trabajo de los medios masivos de comunicación. Gracias por sus oportunas y verídicas informaciones. (Aplausos).
Al compañero diputado David Jiménez González, presidente de la Cámara de Diputados en el mes de diciembre nuestro reconocimiento por la forma tan atinada y diligente como dirigió los trabajos legislativos. (Aplausos.)
Y a todos ustedes, compañeras y compañeros diputados, el más ferviente deseo de prosperidad y bienestar para el próximo año de 1988.
Gracias por su atención. (Aplausos.)
DIPUTADO ARNOLDO MARTÍNEZ VERDUGO
El C. Presidente: - Tiene el uso de la palabra el señor diputado Arnoldo Martínez Verdugo, del Partido Mexicano Socialista.
El C. Arnoldo Martínez Verdugo: - Con su permiso, señor presidente; compañeras diputadas; compañeros diputados: El momento en que clausuramos el tercer período ordinario de sesiones de la LIII Legislatura del Congreso de la Unión, coincide con una de las más difíciles coyunturas de la vida nacional y política de México.
Hemos entrado ya en el sexto año del Gobierno de Miguel de la Madrid, período en el cual el país se ha ido hundiendo de manera paulatina pero sistemática,
en el pantano de una crisis que ha hecho más pobres a los pobres, pero ha enriquecido más a los ricos, que ha debilitado a la nación frente a sus enemigos externos, y ha planteado con toda crudeza al fracaso de la dirección política priísta, y la necesidad, la perentoriedad de cambiar la orientación del desarrollo económico y social, y de llevar a la dirección del país a otras fuerzas, precisamente a aquellas que pueden colocar el desarrollo al servicio de los intereses de los que viven de su trabajo, que constituyen la mayoría de la nación, y asegurar la plena independencia nacional.
Hace apenas 15 días que el presidente Miguel de la Madrid hizo público el llamado Pacto de Solidaridad Económica, en el que daba respuesta a las exigencias planteadas por una parte importante del movimiento sindical nacional, que había acompañado sus planteamientos con emplazamientos de huelga a un número considerable de empresas.
La respuesta del Presidente fue la expresión más clara y explícita del contenido antiobrero, antipopular, y por ello mismo antinacional de la política económica y social que se aplica coherentemente desde el primero de diciembre de 1982.
El pacto del 15 de diciembre es una expresión de la prepotencia del Gobierno, y de su sometimiento a los intereses del capital financiero, pero al mismo tiempo, representa la crisis del pactismo social. La crisis de esta forma específica, de supeditación de los intereses de la clase obrera y de los campesinos a los intereses de sus enemigos directos, los capitalistas, a través de la intermediación de los Gobiernos del Partido Revolucionario Institucional.
El pactismo, siempre fue usado para conciliar intereses irreconciliables, como son los del obrero y el capitalista; funcionó mientras los Gobiernos pretendían ejercer la dirección del proceso productivo y transcurría una fase ascendente de desarrollo económico, pero tenía que llegar a su ocaso en el momento en que el neoliberalismo estimula por todos los medios, la gestión privada, y la crisis se instala en todas sus dimensiones.
Ningún obrero podrá hoy pensar que el pacto del 15 de diciembre, conviene en alguna medida a sus intereses. Pero si no expresa, aunque sea sólo una parte de sus intereses, no podrá funcionar como mecanismo de conciliación y sometimiento.
Por eso afirmo que se ha iniciado la crisis del pactismo y que este hecho puede contribuir a esclarecer la conciencia de los obreros y a extender su convicción de que sólo ellos, mediante su acción independiente, pueden defender sus intereses más caros y encabezar a todo el pueblo.
Se equivocan todos aquellos que siguen hablando de que los trabajadores son la base social en que se apoya éste y otros gobiernos priístas. Esta frase rutinaria, pretende ocultar lo que se volvió evidente desde hace muchos años, los gobiernos priístas se apoyan real y efectivamente en las capas altas de la burguesía mexicana y utilizan el sindicalismo oficial como una fuerza auxiliar de apoyo.
El hecho de que el movimiento sindical especialmente la base de los obreros, no comprenda esta ubicación suya y piensen que su futuro depende de buena relación con el Gobierno, y no de su propia capacidad de acción; es uno de los factores políticos que más negativamente influyen en la vida nacional y directamente en la situación económica y social de los obreros y de todos los trabajadores.
La crisis y los pactos como el del 15 de diciembre, enseñan y enseñaran todavía más a los obreros que la única vía para su verdadera liberación es la de su independencia de clase, la de su alianza con los campesinos y con todas las masas trabajadoras y la conquista de la democracia en el país y en el interior de sus propias organizaciones.
Contribuir a afirmar esta tesis, ha sido una de las tareas que se propuso cumplir el grupo parlamentario del Partido Mexicano Socialista en esta Cámara.
En este período de sesiones, se produjo la fusión de los grupos parlamentarios del Partido Socialista Unificado de México, el Partido Mexicano de los Trabajadores, y una parte del grupo parlamentario del Partido Socialista de los Trabajadores. Esta fue una unidad de principios, una unidad de esas que elevan la capacidad de acción de las fuerzas del socialismo en nuestra patria.
Ver esta fusión, como una expresión de maniobras es sólo manifestación de miopía política y mezquindad.
Nosotros atribuimos a la participación de las fuerzas revolucionarias en esta Cámara, una importancia ligada al desarrollo de la democracia en el país. Nos hemos esforzado, por ello, en contribuir a que la Cámara sea no sólo un foro para el debate nacional, sino un lugar para impulsar el desarrollo de la democracia, para eliminar los vicios del presidencialismo y para
contribuir a la creación de un nuevo sistema político y una nueva estructura económica y social.
Gracias al pluralismo inicial de su composición, la Cámara de Diputados se fue convirtiendo, en los últimos años, en un lugar de cita de diversos movimientos populares, que mantienen ocupada la explanada del Palacio Legislativo, con demostraciones masivas, mítines, huelgas de hambre, plantones, pliegos petitorios.
Parece que en este recinto, el único reducto institucional de la libertad, y ello se debe principalmente al pluralismo de su composición; aunque no todavía a su capacidad decisoria.
Una conclusión de este período de sesiones, debería ser, por ello, consolidar este logro, hacer del Poder Legislativo una institución más atenta a las diversas inquietudes populares y más coherente con las tareas constitucionales que tiene; pero esto reclama más hacer vivo, más eficaz, más riguroso el quehacer legislativo.
Por desgracia, compañeros diputados, la política económica conservadora que quiere cumplir con los prestamistas internacionales antes que con su propio pueblo, no podría marchar sola, y comenzó a arrastrar a la política apolítica al retroceso; como un retroceso clarifico yo al intento de reforma de la Ley Orgánica del Congreso y del Reglamento de la Cámara de Diputados, dejando intactas las estructuras obsoletas de dirección de la Cámara, en lugar de abrir nuevos espacios a la expresión plural, como la experiencia de los debates de estos tres años, podría habernos enseñado, me refiero a la pretensión de mantener la dirección de la Cámara, en el monopolio priísta que expresa la Gran Comisión y el seguir manteniendo comisiones restringidas a la exclusiva decisión del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional.
Lo más grave, sin embargo, no es esto, los proyectos de reglamento y de ley orgánica, introducen restricciones insólitas a la investidura de los diputados, amenazas que pueden convertirse en violaciones de fuero constitucional, que es una condición del ejercicio de la función parlamentaria.
No es deseable en forma alguna, que sobre la LIII Legislatura caiga el balcón de haber dejado en herencia unos proyectos que quisiera entender como producto de los rigores momentáneos del debate y no como una convicción madura de quienes firmaron los proyectos.
Los llamo por ello a condenarlos al olvido al menos a estos aspectos más nocivos a los que me he referido.
Compañeras y compañeros diputados, nos ha tocado vivir en un período gris de la historia nacional, sabemos sin embargo que de estas situaciones pueden surgir los cambios renovadores, resultado de la experiencia y de los golpes, pero no surgen solos, sin la voluntad y la decisión de los actores. Esta voluntad, en nuestra opinión, debe ser encaminada, desde hoy, a desarrollar un movimiento popular, una gran confluencia de todas aquellas fuerzas que, del conjunto de tareas nacionales, tomen en sus manos la tea de conquistar la democracia, de defender la independencia nacional, y de darle al desarrollo económico, un sentido popular y no oligárquico; el frente contra el pacto que ha comenzado a estructurarse en el curso de la acción, es un ejemplo de que esta confluencia es posible.
El otro es la asamblea democrática por el sufragio efectivo, que organizan diversas personalidades de la vida política, económica y cultural. Lo principal y decisivo, sin embargo, es la acción de los obreros y los campesinos y la unidad en la lucha de los partidos del movimiento obrero, de la democracia y del socialismo. Esta unidad en la acción está en marcha.
Saludamos el esfuerzo conjunto realizado en esta Cámara, entre el Partido Mexicano Socialista y el Partido Revolucionario de los Trabajadores, que firmaron un acuerdo de unidad que han cumplido, a pesar de las dificultades inevitables.
Saludamos también las coincidencias que se han establecido entre nosotros y otros, y los demás partidos de oposición, representados en esta Cámara y la confluencia de puntos de vista que se expresaron entre nosotros, y diversos diputados miembros del Partido Revolucionario Institucional.
Con esto quiero subrayar que no es hora de pensar en exclusivismos, sino en asumir una tarea nacional con verdaderos criterios nacionales y democráticos.
En nombre del grupo parlamentario del Partido Mexicano Socialista, deseo a todas la diputadas, a todos los diputados, a los compañeros trabajadores de la Cámara de Diputados, que tengan un feliz año nuevo y que su lucha conquiste mejores logros en los años que nos esperan. Muchas gracias. (Aplausos.)
DIPUTADO JESÚS GONZÁLEZ SCHMALL
El C. Presidente: - Tiene la palabra el señor diputado Jesús González Schmall, del Partido Acción Nacional.
El C. Jesús González Schmal: - Señor presidente; compañeros miembros de borrar esta asamblea: Un repaso a tres periodos ordinarios y dos extraordinarios de la LIII legislatura que a su vez, corresponden a la mitad del sexenio presidencial, es motivo esta mañana de nuestra asamblea.
Sesenta y siete años después de la Revolución, la perspectiva histórico - política en lo que ellos nos ubica, revela un cuadro actual que dista mucho de ser deseable y se sale totalmente de lo que los hombres de aquí y de cualquier parte del mundo, consideramos los mínimos necesarios de la dignidad de la persona humana, de sus derechos naturales es lo material y en lo espiritual.
Como nación nos invade el sentimiento contrastante, la pertenencia a una comunidad con recursos humanos y materiales de extraordinaria potencialidad y una realidad incompatible y apartada de esas potencialidades y posibilidades y de esas aspiraciones comunitarias.
Nadie podrá sentirse satisfecho con el México de hoy, para nuestra desgracia los que de décadas nos acusaban de pesimistas cuando criticábamos tendencias regresivas en lo político y en lo económico, hoy nos tienen que dar la razón.
Las proposiciones a favor de una democracia pluralista y a favor de la congruencia entre el decir y el hacer, existen hoy como demandas inaplazables y consecuentes con la necesidad de darle al México de nuestros días la viabilidad de tomar su lugar en el mundo y propiciar un presente y un futuro justo y promisorio para sus hijos.
La deuda pública, externa e interna, es síntoma de ese comportamiento recurrente de un gobierno atrapado en sus necesidades inmediatas a cortísimo plazo y con el afán de sortear calamidades sólo generando otras de mayores proporciones.
Lo que fue un lastre en la época posrevolucionaria se vuelve a repetir con los signos ominosos de la dependencia exterior; la caída en los mismos círculos viciosos de acceder al crédito externo sin reparar en sus consecuencias, nos tiene al borde de incurrir en los mismos errores.
El canje de nuestra deuda vencida o por vencer, por bonos del tesoro norteamericano, nos sitúa ante la misma incertidumbre que obligó al gobierno de Obregón, Calles, a firmar los tratados de Bucareli, para lograr el reconocimiento de sus gobiernos, así hubiera sido el precio de asesinar al congresista fiel jurado y de inferir la peor humillación al Congreso de la Unión.
No se atribuye a esta crítica sólo a una actitud oposicionista, tiene sustento en la experiencia y obliga a contemplarla con toda crudeza. No tenemos derecho a volver a caer en la misma vergüenza; el camino de menor resistencia nunca ha sido el mejor camino para un gobierno, la historia nos lo demuestra, requerimos recobrar la seguridad de que obrar teniendo siempre por delante los intereses de México, de hoy y de sus futuras generaciones, por más difícil y agreste que sea el camino, siempre redituará en ventajas a la conciencia personal y a la conciencia comunitaria. No son el camino en materia de deuda externa, las tortuosas negociaciones al margen de principios y compromisos éticos.
A pesar de la disparidad del mundo moderno, nadie puede ocultar que es cada día más amplio el consenso de ver el problema de la deuda externa de los países de menor desarrollo, en el marco de una apreciación y valoración ética. ¿Quién puede negar que en muchos casos, la deuda se originó por el alza desmesurada de los recursos petrolíferos?, en otros más por la caída de los precios de las materias primas exportables, y un grupo adicional por la inseguridad en las transacciones comerciales; sin embargo, también y es el caso de México, la deuda creciente deriva de una incapacidad técnica y política para dar a los créditos externos su función constitucional de producir riqueza para generar su propio pago.
La abundancia artificial de dinero, de dinero prestado, dio a traste con una trayectoria económica que si bien requería de rectificaciones e impulsos hacia la justicia social, era susceptible de reencauzarse hacia objetivos verdadera y plenamente nacionales.
El agobio financiero por el desprecio de la oportunidad de desarrollo, por el desperdicio de la ocasión que ante el mundo se nos presentó en los años sesentas y setentas, y haber dado lugar a que se revirtiera en contraposición a sus posibilidades de que el crédito externo en realidad tuviera estimulación y tuviera efecto en el desarrollo nacional, es precisamente la corresponsabilidad ética de este gobierno; es la corresponsabilidad de este gobierno frente a la responsabilidad de los acreedores que colocaron sus excedentes a bajo precio y que después incrementaron las tasas para su recuperación. De esta suerte, la responsabilidad ética de la deuda pública es compartida en México entre deudores y acreedores.
El principio ético que postula el documento, justicia y paz que el año pasado expidió El Vaticano y que señala categóricamente la no obligación de pago a cargo de la pobreza de los pueblos, debe ser considerada también a la luz de
los mismos principios éticos que obligan a los gobiernos deudores al manejo honesto, escrupuloso y eficiente de los recurso públicos y censura su utilización por las oligarquías con propósitos de control político a través del crecimiento de dominio económico de los propios países en su ámbito interno.
Por ello, para Acción Nacional, la deuda tiene primordialmente un fundamento ético. Se puede ciertamente como lo ha propuesto el Partido Acción Nacional, solicitar y lograr reducción de intereses y capital de la propia deuda, pero obliga a cambio el ejercicio de un gobierno democrático y capaz, para garantizar la erradicación de la pobreza, no sólo por el agobio de la deuda externa, sino por las mismas condiciones internas por las que un gobierno desordenado propicia una inflación y una recesión que castigan inmisericordemente precisamente a los más necesitados. Sí queremos y es posible la reducción de la carga por la deuda externa, pero ello sería, o es imposible, mientras el gobierno se cierre a dar al pueblo espacio en las decisiones y capacidad de vigilancia y fiscalización en el manejo de los dineros públicos.
En suma, cuando se rompa la inercia de dar prioridad a los objetivos políticos sectarios frente a los objetivos políticos generales y de ver a corto plazo sin previsión ni visualización de las consecuencias a posteriori y la acumulación de los problemas que ello genera, incurren en demagogia quienes proponen que sólo con el no pago de la deuda se resolverán los problemas de México. Es en todo caso infantil y miope, es equivocado no ver y aun en el evento de una dispensa total de la deuda, con una estructura de poder como la actual, se volvería a acumular en pocos años el mismo freno a nuestro desarrollo.
Es imprescindible un cambio real verificable hacia la democracia participativa, es la demanda de los tiempos modernos, de nuestros días, de nuestra patria. El Partido Acción Nacional reclama la vigencia de los principios éticos para obtener de nuestros acreedores justicia y revisión de pagos hechos de intereses. Exigimos respeto a nuestra independencia y capacidad de pagar generando recursos con exportaciones y desarrollo interno, pero no somos ilusos en el sentido de que sólo ello resolverá el problema, trabajamos afanosamente por el cambio político hacia una democracia verdadera para reproyectar el desarrollo nacional hacia la justicia social y el crecimiento generalizado, hacia un manejo honesto de los fondos públicos y hacia la eliminación de cualquier gasto político, entendido éste como todo gasto que no incida en el bien de los mexicanos y en su desarrollo futuro.
Remontar la crisis política y económica es el reto de nuestros tiempos, es el llamado de la patria de nuestro ser nacional, nadie puede sustraerse de ello, nadie puede sustraerse de ello, nadie puede excluirse de este momento dramático de nuestra historia, mucho menos podemos eludirlo quienes hemos aceptado la responsabilidad de representar al pueblo y ofrecerle opciones y alternativas políticas. No es definitivamente el Pacto de Solidaridad Económica el camino, ya hemos dicho suficiente; no es pacto porque no entraña obligaciones y derechos recíprocos, fue convocado sobre bases predeterminadas e inmodificables, y las partes supuestamente representativas del resto de la sociedad lo suscribieron por adhesión.
No es solidario porque la desproporción entre las ventajas que obtienen las partes es inocultable, ni los trabajadores, ni los campesinos, ni los medianos y pequeños empresarios equiparan los beneficios al incremento descomunal de precios del sector público, pero sobre todo porque los artesanos, trabajadores independientes, asalariados o no, amas de casa, desempleados, los niños, los jóvenes de nuestra patria fueron excluidos del propio pacto, ofreciéndoseles a cambio de 100 días de ayuno la remota posibilidad de ver caer la inflación hacia finales de los próximos 365 días.
No es tampoco el pacto económico porque no supone ningún proyecto realista, ni siquiera enunciativo de promoción económica que requeriría para serlo el propiciar el aumento de producción, los empleos, el consumo y la demanda real. Lejos de eso, el pacto ofrece abrir frontera para importaciones y estimular a otras economías. Tal medida con el señuelo de que ello pudiera abatir la inflación, cuando el mismo Presidente de la República dijo aquí, en su último informe, que padecíamos ya una inflación inserta al costo, y este costo es también el costo producción nacional.
Visto así, el remedio del pacto que ofrece peor que el mal que pretende remediar; es imperativo recurrir a un verdadero llamado nacional, a un verdadero y auténtico pacto, que no sólo traslade los sacrificios y esfuerzos a los débiles, sino que se les incluya prioritariamente en las ventajas.
Acción Nacional pone un verdadero acuerdo nacional, una concertación viable y equitativa al amparo de principios y valores en los que creemos los mexicanos, sin sectarismos, sin contaminaciones de intereses político - grupales; el gobierno tiene la iniciativa, la oportunidad histórica de dar a tiempo un camino nuevo de concertación nacional. Los partidos políticos debemos atender al llamado, reconociéndose nuestra función y representación real de los
mexicanos que quieren concurrir a la vida política nacional a partir del reconocimiento de la pluralidad de la misma comunidad, pero hacia el sentido de unidad nacional en las buenas y en las adversidades y sólo bajo el signo de la integridad nacional impecable.
El acuerdo nacional podría contener un capítulo económico, un capítulo político y un capítulo social para incluir en estos tres órdenes los problemas básicos y prioritarios de la nación. Es necesario, urgente, inaplazable el diálogo, la apertura democrática, la concurrencia nacional y el desapego de obsesiones políticas sectarias para abrir una nueva etapa, para abrir una nueva época en la historia de México.
Las circunstancias no pueden diferir la cita con México, la responsabilidad histórica de quienes hoy detentan el poder está precisamente siendo enjuiciada por todos los mexicanos. Los que hemos aceptado venir a esta Cámara siempre con el aliento y siempre con la esperanza de propiciar ese cambio y esa apertura, nos uniremos y seremos copartícipes de abrir, de expresar una nueva etapa, una nueva posibilidad de cambio de nuestra vida política y económica.
Los momentos y los tiempos hacen más grave la crisis, no podemos seguir esperando que el aprendizaje lento y la propia posibilidad de cambio del sistema, presa en su propia inercia, sea el que dé cauce a esta oportunidad de diálogo, apertura y democracia.
Necesitamos incurrir en los verdaderos sentidos y en los verdaderos ideales de México, necesitamos abrir la posibilidad del acuerdo nacional real, factible, y que nos dé oportunidad a todos los mexicanos de expresarnos y de participar en las decisiones y en el diseño de los programas, para con ello abrir a México esta oportunidad que hoy como nunca se nos presenta si los mexicanos que creemos y queremos a la patria, aceptamos que debemos reunirnos y concertar en la mejor disposición para lograr a su vez la mejor disposición y los mejores años para el futuro de México. Muchas gracias.
DIPUTADO NICOLÁS REYNÉS BEREZALUCE
El C. Presidente: - Tiene el uso de la palabra el ciudadano diputado Nicolás Reynés Berezaluce, del Partido Revolucionario Institucional.
El C. Nicolás Reynés Berezaluce: - Compañeras y compañeros diputados; distinguidos senadores: En esta sesión, la número 49, clausuramos el tercer período de sesiones ordinarias de esta LIII Legislatura.
Dentro del más profundo respeto de los grupos parlamentarios, representantes de igual número de partidos en este foro, sin duda el más alto de la República, se desarrollaron las tareas legislativas que nuestra obligación política impone.
Es aquí donde concurren todas la ideologías y credos políticos, aquí donde el libre juego de las ideas da paso al ejercicio de la democracia entre los representantes del pueblo de México, aquí donde el consenso político entre las fracciones parlamentarias y el debate público, van conformando la legislación que habrá de regir en nuestro país.
En la diversidad, nuestro trabajo legislativo tiene como destinatario común, último y único, al pueblo que nos otorgó con su voto la representación que ostentamos con orgullo y ejercemos con dignidad.
Esta legislatura ha respondido a los tiempos que hoy vive nuestro país; sus diputados han abordado en tribuna y en comisiones los problemas que México enfrenta.
En esta tribuna se escuchó la voz de los mexicanos a través de sus representantes en denuncias, quejas y reclamos; en las galerías el pueblo se congregó en apoyo a sus planteamientos; la explanada del Palacio legislativo fue santuario para todos los que en ella se manifestaron: campesinos, obreros, jubilados, estudiantes, precaristas y damnificados, que de manera pacífica acudieron a ésta nuestra casa, la casa del pueblo de México.
Nuestro pueblo encontró y siempre encontrará en las comisiones reglamentarias y en los diputados, atención, orientación y apoyo en sus peticiones fundadas.
Hemos analizado, dictaminado, debatido y aprobado en su caso nuevas leyes y adecuaciones a las ya existentes; cumplimos con ello con nuestra más alta responsabilidad; lo hicimos puntualmente, defendiendo con vehemencia nuestra verdad, ésta que a cada uno nos entregaron los ciudadanos cuando votaron por nosotros, con energía y con mesura, los diputados todos, hemos sido fieles a nuestro origen y al pacto político constitucional, norma y aspiración de todos los mexicanos.
Se reformó el Código Federal Electoral, incorporando el libro noveno sobre la elección de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal,
que cumplimenta la renovación política en que estamos empeñados.
Paralelamente, discutimos y aprobamos la iniciativa de Ley Orgánica de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, para nombrar este órgano de participación ciudadana. Los dos instrumentos son fruto del debate plural que caracteriza nuestra legislatura.
La Ley General del Equilibrio ecológico y de Protección al Ambiente, se estudió y dictaminó con cuidado. Con su aprobación unánime se adelanta en la lucha que México dará para preservar su naturaleza.
Estudiamos y aprobamos la Ley de Distritos de desarrollo Rural, para organizar mejor la producción rural en la búsqueda de la autosuficiencia alimentaria.
Al reformar la fracción X del artículo 89 de la Constitución General de la República, incorporamos los principios de la política exterior, siempre presentes en la historia de México.
Nuestra política internacional no variará, nos enorgullece la defensa que México hace de la autodeterminación de todos los pueblos y del respeto a su soberanía, estos principios están ya en la Carta Magna de 1917; antes eran práctica y aspiración, ahora son principios que además rigen como un avance significativo la evolución política de nuestro país.
Se decretó inscribir con letras de oro en este recinto, los nombres de Pedro Sainz de Baranda y Leandro Valle.
Se dio entrada para primera lectura al dictamen producto de la iniciativa para que el nombre de Plutarco Elías Calles, se inscribiera con letras de oro, en atención a que un grupo de más de 130 diputados firmó la iniciativa, considerando oportuno plantearla.
No son deseables los enfrentamientos, pero tampoco podemos coartar, dentro de un sistema democrático como es el nuestro, el libre juego de ideas. Somos respetuosos del pensamiento de los demás y reclamamos ese derecho para el nuestro.
En este último período ordinario de sesiones, esta representación nacional celebró 49 sesiones ordinarias, cuatro secretas y una solemne, participando en el debate 1 mil 723 oradores a lo largo de 473 horas de trabajo en el pleno; a ello debemos agregar las jornadas de trabajo en comisiones, en el análisis de las iniciativas y en la elaboración de los dictámenes que les correspondieron.
Recibimos y despachamos 18 minutas de la colegisladora. También como Cámara de origen, recibimos 28 y despachamos 27 iniciativas.
Debo y otorgo por ello, mi reconocimiento al esfuerzo constante de mis compañeros diputados de todas las fracciones parlamentarias que respondieron finalmente a su vocación política y social.
En estricto respeto a la división de poderes que la Constitución establece, y con la finalidad de que los ciudadanos diputados tuvieran mayor información para el estudio y análisis de las diversas iniciativas del Ejecutivo recibidas, celebramos múltiples reuniones con servidores públicos de mandos superiores y medios, tanto de la Administración Pública Federal central como de la paraestatal.
Ante el pleno comparecieron los secretarios de Desarrollo Urbano y Ecología, de Programación y Presupuesto y de Hacienda y Crédito Público, quienes ampliaron los lineamientos del Ejecutivo vertidos en las iniciativas respectivas.
Ante comisiones y para exponer los criterios de la Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos del Distrito Federal, compareció el ciudadano jefe del Departamento del Distrito Federal, como resultado de la firma del Pacto de Solidaridad Económica y el cambio de las condiciones económicas en el país, surgió la necesidad de hacer modificaciones a las iniciativas de Ley de Ingresos y de Egresos enviadas previamente por el ejecutivo, se citó nuevamente a los secretarios Aspe y Petriccioli, quienes comparecieron ante la comisiones unidas respectivas para responder a la interrogantes de los diputados que las integran, y lograr así un dictamen acorde a las nuevas circunstancias.
El congreso mexicano, enarbolando las banderas del proyecto nacional, cuando en el exterior, las ambiciones de las superpotencias amenazan los intereses superiores de la humanidad, han dignificado su presencia en las distintas reuniones con legisladores de países vecinos.
Actuando en las interparlamentarias con Estados Unidos y con Canadá, con apego a nuestro nacionalismo y a nuestros principios de autodeterminación de los pueblos, no intervención, solución pacífica de las controversias y promoción de la cooperación para el desarrollo, esta soberanía pudo realizar un diálogo digno y de manera positiva para el futuro de nuestras relaciones bilaterales.
Los ciudadanos diputados que nos representaron en estos actos, fortalecieron los vínculos y los
intercambios con nuestros homólogos parlamentarios. Se acentuó nuestra posición en mutuo respeto de nuestras diferencias culturales e históricas.
Sin confrontación y con dignidad, esta soberanía seguirá representando al pueblo mexicano frente al exterior, alimentando nuestra tradición de país amante de la libertad.
A la apertura del período de sesiones que hoy llega a su fin, asistió el ciudadano Presidente de la República y rindió su V informe de gobierno a la representación nacional.
En su mensaje habló del esfuerzo que pueblo y gobierno han desarrollado frente a la crisis económica más dura de nuestra historia contemporánea.
Convocó el Ejecutivo a seguir trabajando con entusiasmo y tesón, aumentando la eficiencia y la productividad, evitando el dispendio y el derroche personal, al señalar las responsabilidades que a cada unos nos atañen; con él, creemos que México es obra de nuestro pueblo, no sólo tarea del gobierno.
En mayo, a iniciativa del instituto de investigaciones de la Cámara, se realizó el primer curso de derecho parlamentario iberoamericano.
Distinguidos juristas, parlamentarios y politólogos de España, Brasil, Venezuela, Argentina, Colombia y México dieron gran realce a este curso y sus intervenciones, están ahora contenidas en el libro que constituye el primer texto de la materia en el área del derecho público.
Se realizo el análisis a fondo de la estructura administrativa de la Cámara, tanto para buscar su racionalización como para mejorar las condiciones de los trabajadores de la Cámara.
Están concluidos todos los estudios técnicos, tanto administrativos como jurídicos, para actualización la administración, sujetándola a fines de nuestra Cámara, elevando su eficiencia y haciendo justicia laboral; el mes entrante se pondrán en vigor, con base en el decreto de esta honorable Cámara de 1961.
Las pláticas de negociación establecidas con la representación sindical, han llevado a un acuerdo sobre el reglamento de escalafón y el catálogo institucional de puestos.
Las categorías resultantes del estudio se están homologando funcionalmente con las de los otros dos poderes.
Se ha dado un mayor apoyo a la dirección general de asuntos jurídicos, para que la Cámara esté en posibilidades de cumplir con la obligación de dar respuestas oportunas y apropiadas a los informes previos y justificados, solicitados por las autoridades judiciales con motivo de los juicios de amparo promovidos por diversas leyes expedidas en anteriores periodos legislativos.
Se reorganizó el área de taquigrafía parlamentaria, pues es urgente obtener la información en forma simultánea al acontecer de las sesiones.
El personal capacitado con las nuevas máquinas adquiridas, ha permitido unificar el trabajo y hacerlo con mayor velocidad y limpieza.
En una segunda etapa, que se inicia la semana entrante ya de informática, se registrarán los debates directamente en computadoras, para formar el Diario de los Debates con rapidez, y evitar para siempre el rezago.
Se volvió a instituir la organización del Diario de los Debates, restituyéndole su personal y adquiriendo para ello un proceso electrónico ya en uso, que se complementa con el de taquigrafía parlamentaria. A plena marcha, estará operando a partir de enero próximo.
Se ha dado continuidad al desarrollo del Sistema de Información Legislativa, que es ya una realidad a la que acuden legisladores, unidades de apoyo al servicio de la cámara, congresos locales, dependencias de los otros dos poderes, periodistas y particulares.
Se computarizó ya toda la información de las leyes vigentes, incluyendo su proceso legislativo.
Se instalaron terminales de computación en cada una de las oficinas de los grupos parlamentarios, para un fácil acceso a la información disponible.
Se inició el servicio del banco de datos de información jurisprudencial. Se buscará la colaboración con sistemas análogos, para evitar duplicidades.
El acervo documental de la dirección de Apoyo Parlamentario se ha depurado y clasificado para facilitar el acceso inmediato a los diversos temas.
Previo estudio, se dio inicio a la reestructuración de los servicios médicos, cumplida en 80%, con las características necesarias para coordinarse con el sistema de salud.
Nuestro servicio médico es complementario del que ya venían recibiendo los diputados y empleados de la Cámara.
Funcionan actualmente los servicios de urgencia, consulta externa y estomatología atendidos por internistas y cirujanos que aseguran una atención médica oportuna y de calidad óptima. Se programa una segunda etapa de seguimiento de enfermos hospitalizados y de atención domiciliaria.
Para el mejoramiento de los servicios que la Cámara proporciona a los ciudadanos diputados, se ha buscado siempre que aquéllos sirvan de apoyo sustancial a sus tareas legislativas y de gestoría; tal es el caso de la apertura de una oficina de boletos de Aeroméxico, así como el establecimiento de un área administrativa de servicios que continuarán aumentando para servir a los diputados.
Se gestionó la instalación e inauguró con la Secretaría de Educación Pública la librería del correo del libro.
Se construyeron y pusieron en servicio dos restaurantes que cuentan con las comodidades y atenciones que se merecen los diputados y el personal al servicio de la Cámara.
Se ha dado mantenimiento preventivo a todas las áreas, equipos de servicio y sistemas del Palacio Legislativo, revisando proyectos para hacer las modificaciones necesarias al recinto y proveer lo necesario para dar acomodo a los 100 diputados adicionales que darán un total de 500 diputados federales en la próxima legislatura.
Por orden alfabético de su entidad federativa, todas las mañanas y las tardes los ciudadanos diputados y el pueblo en general, rinden los honores a nuestra Enseña Patria, que permanece izada en señal de que este palacio es asiento de uno de los poderes del Estado mexicano.
Somos representantes de la nación. La participación plural en el planteamiento y solución de los problemas que en México enfrente, ha probado la validez de la reforma política, que renueva el ejercicio de la democracia.
Debo hacer un reconocimiento a mis compañeros diputados de las diversas fracciones parlamentarias, y a quienes tienen la tarea de coordinarlas, por su convicción y denuedo, por su presencia en la tribuna, por la acuciosidad y empeño con que han trabajado en las comisiones.
Su presencia y acción han contribuido de manera invaluable para dar altura a la actividad parlamentaria.
Considero un honor y un orgullo la tarea de coordinar la fracción parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional, mi partido. Los diputados que la integran actuarán siempre con decisión y empeño, congruentes con los enunciados de los documentos básicos de nuestro instituto político; con lealtad y entrega a la causa de la República y a la defensa de las instituciones.
Por ello, mi más profundo reconocimiento y mi deseo por su éxito continuado en las nuevas acciones que vamos a emprender.
No es posible una labor ordenada y eficaz sin una buena conducción de la asamblea, rindo por ello homenaje a la brillante actuación de los diputados que presidieron las sesiones en este período del que hoy informo.
Los medios de comunicación constituyen un vehículo que lleva a todos los ámbitos la crónica parlamentaria; plasman en la letra y la imagen el curso de nuestra acción para informar con veracidad y prontitud; sus equipos de trabajo nos acompañan en jornadas como las recientemente celebradas, rindiendo simultáneo testimonio de los aconteceres parlamentarios; mi agradecimiento con el de todos mis compañeros por su trabajo, su esfuerzo y claridad narrativa.
Nuestra gratitud y respeto para todos los trabajadores y todos los colaboradores de esta Cámara, que con nosotros participan, son testigos de nuestras preocupaciones y comparten nuestros aciertos.
La unidad de promotoras voluntarias ha venido trabajando con emoción en las tareas comunitarias que se realizan en San Pedro Mártir; ha promovido tareas de reforestación que han alcanzado a las áreas verdes del Palacio Legislativo.
La organización de conferencias, conciertos, exposiciones pictóricas y otros tipos de actividades culturales, han sido parte también de su actividad.
Compañeros diputados, al concluir este tercer período de sesiones ordinarias de la LIII Legislatura, no termina nuestra responsabilidad al servicio de nuestra patria; muchas tareas nuevas nos esperan. El límite de nuestros alcances es el de nuestra capacidad e imaginación, pero si éstas no se manifiestan con la emoción por el servicio a nuestros ciudadanos y al país, habremos desperdiciado la experiencia adquirida como diputados.
Nuestro tránsito por la Cámara nos señala el compromiso permanente de velar por la democracia, de buscar el mejoramiento de nuestras
instituciones, de organizar a nuestra ciudadanía para luchar por su bienestar y la justicia social.
Hemos alcanzado el honor de ser representantes de un pueblo que ha merecido el derecho histórico de serlo, porque tiene fisonomía, porque tiene rostro, porque tiene el acendrado nacionalismo en que apoyó su presente para construir su futuro.
Contendientes y aun opuestos en la concepción política, los diputados aquí presentes coincidimos en la buena fe, compartimos suelo y sangre, somos leales a la raíz y vislumbramos el futuro, estamos mirando delante y por eso debatimos tan apasionadamente el hoy.
Que nadie se equivoque, nuestra vocación política viene de la conciencia histórica. El hoy es la matriz del mañana y por eso la historia no comienza con la responsabilidad propia. Viene escribiéndose hace ya largo tiempo.
Aquí no hay lugar para la mezquindad. Lo cotidiano desaparece ante el resplandor de la conciencia nacional que por nuestro conducto se expresa.
Si algo dejamos aquí de algún valor, a modo de herencia, es que trabajamos fuerte y de buena fe.
Recogemos de la historia lo mucho que hay. El tiempo es una prueba que depura, va fijando excelencias y explicando las cosas.
La conciencia de México es su historia. Su vocación por la libertad y la justicia. La nación no reconoce imperativos intelectuales o políticos que vengan de otras experiencias o de pretensiones hegemónicas.
La nación, compañeros diputados, aquí alienta, aquí vive. Su latido vital se halla entre estos muros que, mientras puedan estar al lado del pueblo como protección, como aliento, como abrigo, seguirán creciendo en dimensión y haciendo dilatadas las fronteras de la justicia.
Diversos en la concepción, somos uno en el destino. Puestos entonces de pie, aplaudamos al único motivo de nuestra vida: México.
COMISIÓN DEL SENADO DE LA REPÚBLICA
El C. Presidente: - La más cordial bienvenida a la comisión de ciudadanos senadores que se encuentran entre nosotros, para participarnos la clausura de los trabajos de esa colegisladora.
Se le concede la palabra a la ciudadana senadora Silvia Hernández de Galindo.
La C. senadora Silvia Hernández de Galindo: - Gracias, señor presidente; compañeros diputados Nicolás Reynés, Jesús González, Arnoldo Martínez, Jorge Amador, Indalecio Sáyago, Pedro Peñaloza, Antonio Monsiváis, Carlos Enrique Cantú; compañeras y compañeros legisladores: Vengo con los senadores Liberato Montenegro, Filiberto Vigueras y Perfecto Arredondo, a cumplir con el encargo de enunciar a ustedes que ha terminado el tercer período ordinario de sesiones de la LIII Legislatura en el Senado, así lo hago, y con ello, quisiera señalar algo más que la cronología, porque este espacio temporal de la vida del Congreso, histórica y políticamente hablando, ha significado para las mayorías de México un período nada ordinario.
Se ha transformado en un período excepcional y extraordinario en el debate del país. Pocas veces en el memorable proceso de la nación, hemos tenido que atender y valorar legislativa y socioeconómicamente tantos problemas y tantas exigencias para enfrentar una realidad que ha exigido, exige y seguramente exigirá por mucho tiempo lo mejor de nuestro juicio, lo más esencial de nuestra capacidad analítica, lo más rigurosamente hablando del comportamiento político.
Hemos entendido que no puede haber problema sin solución. La nación ha crecido, ésa es una de las transformaciones que ha generado la crisis, en su proceso, en su coyuntura, en su estructura; crisis que no se remite sólo a México, es cierto, pero que no exime a México, tampoco en razón de los innegables problemas internacionales de replantear su propia realidad.
La interrelación de los problemas nacionales, la interdependencia y la conexión de las grandes articulaciones históricas del mundo, revelan de una manera cada día más clara, que estamos en el mundo, pero que el mundo primordial se encierra en nuestras fronteras.
En el gran debate y combate de finales del siglo XX, vamos a tener que encontrar siempre las fórmulas que hagan posible el desarrollo con la libertad, el cambio permanente, porque permanente es igualmente la revolución científico tecnológica y la madurez y la modernización de las instituciones que la historia y la Revolución le han dado a los mexicanos.
Aquí se ha dicho que la crisis ha generado un nuevo diálogo nacional, que quizá para las fuerzas más retrógradas sea un fenómeno de confusión y de arrebato. Cabe ver, sin embargo, la cuestión al contrario, como un ascenso político de las fuerzas más conscientes hacia la pluralidad y la autenticidad,
ese doble hecho, señores diputados, pienso que finalmente conforma la obra legitimadora del régimen y la esencia misma de las luchas libertarias de la nación.
Esta legislatura ha sido tierra fácil y prueba concreta y fehaciente de que la reforma de las leyes y la innovación jurídico - política, se correspondían con las demandas concretas de los pronunciamientos por un nuevo marco del derecho.
Quizá como en ningún otro período legislativo, se ha trabajado tanto y tan intensamente desde posiciones puramente parciales o partidarias, podría decirse acaso, que no siempre los debates han sido suficientemente positivos; sin embargo, cómo negar que el Congreso mexicano, como cuerpo de la pluralidad nacional ha asistido una extraordinaria movilización de novedades institucionales y legales, que se quiera o no, correspondían a muy profundas e irreversibles peticiones populares.
El patrimonio de la legalidad mexicana se ha enriquecido con la incorporación de las leyes ecológicas a las leyes del desarrollo económico, en tanto que los pronunciamientos históricos en materia internacional se han convertido en pronunciamientos fundamentales de esta soberanía nacional, para evitar desde la dimensión de la ley la menor posibilidad de un doble discurso; los ejemplos son y serían múltiples, y si bien algunos podrían no estar satisfechos, apenas podemos señalarlo, que en este período de sesiones de indisputable importancia al final del sexenio, el Congreso ha sido presidido en sus debates por la confluencia del debate externo, del debate popular.
Ese ascenso moral del Poder Legislativo, esa interacción creciente entre el gobierno y la sociedad civil, entre el gobierno, el Congreso y la sociedad, conforman no un hecho nuevo, pero sí un acontecimiento histórico insoslayable; la aparición de la sociedad, de forma creciente en todas las decisiones, o al menos en forma creciente justamente en sus exigencias nunca, como al final de este período, se ha podido entender de manera tan relevante y clara, que la elección de la democracia, la libertad y la pluralidad, no pueden construirse sin la sociedad y sin un Estado que tenga presente la ley y la responsabilidad de defender el plan, el suelo y el futuro de las mayorías sociales.
Quizá nunca, como al final de este período, la Revolución Mexicana busca reencontrarse a sí misma y con la historia de México; a ratificar sus viejos imperativos de igualdad y justicia, no en términos utópicos, o proféticos, sino de reconocimiento objetivo, concreto, mesurado, de que no hay economía nacional sin el trabajo de los hombres y las mujeres de México y sin un mercado nacional del tamaño de una nación como la nuestra, que no tiene otra cita mayor que la cita que tiene con la historia y con el futuro, que por cierto en unos años será de 100 millones de conciudadanos.
Estamos conscientes de que México se ha transformado en un país urbano y que ese urbanismo que a veces no merece ese nombre, cuando elige la democracia, opta por la descentralización y por la ecoorganización. Y que ese urbanismo tiene que abrirse a nuevas formas de participación social, de pluralidad y corresponsabilidad que no son separables ya de nuestra madurez política.
Estamos ante la extraordinaria oportunidad de perfeccionar nuestras instituciones, y valorar algo de lo que ahora somos testigos: del patrimonio inmenso que significa en un duro período de dificultades, que el área de la discrepancia y el debate, se hayan ampliado enormemente sin la ruptura del derecho; que nada ni nadie nos separe de esa experiencia humanista porque sólo así entraremos en el siglo XXI con el rostro nuevo de un México agitado, agitado por el cambio, por la paz, por la democracia y por la libertad. Muchas gracias. (Aplausos.)
El C. presidente David Jiménez González: - Ciudadano presidente la Comisión de la Cámara de Senadores: La Cámara de Diputados se ha enterado de que la colegisladora dio por terminadas sus labores del tercer período ordinario de sesiones de la actual legislatura que hoy termina.
A nombre de esta Cámara, afectuosamente retorno el saludo de los señores senadores y hago votos por su prosperidad y bienestar personal.
FINAL DE GESTIONES
El C. presidente David Jiménez González: - Ciudadanos senadores; compañeros diputados. Hemos tenido la oportunidad y distinción de parte de ustedes, de conducir las sesiones de este mes de diciembre que, como suele suceder, está cargada de trabajo y de un gran esfuerzo realizado por cada uno de los ciudadanos diputados.
En este recinto hemos conocido los grandes problemas nacionales, cierto es, pero también hemos sido protagonistas de su estudio, análisis, discusión y soluciones, en el ámbito de nuestra competencia.
La responsabilidad histórica que esta honorable Cámara ha tenido con el pueblo de México al tratar los asuntos y problemas nacionales, no es sino una muestra fehaciente del compromiso que los representantes populares tenemos con el cuerpo social que compone nuestro ser nacional: la sociedad mexicana.
Aquí hemos librado batallas políticas e ideológicas, que han permitido profundizar en los problemas y necesidades, así como en las inquietudes y aspiraciones de nuestro pueblo.
No hemos sido ajenos a los acontecimientos nacionales, que de una u otra manera han impactado a la sociedad mexicana; no hemos sido ajenos a los acontecimientos internacionales o mundiales que también han impactado al Estado mexicano.
Se han tratado en este último período de sesiones como en los anteriores, problemas serios, que van desde lo económico a lo político, transitando por aquellos que están íntimamente vinculados con la vida de la nación.
No nos debe caber la menor duda que en un régimen de libertad y de derecho hemos podido ejercitar nuestras facultades y cumplir con nuestras obligaciones, sabedores que sólo en un momento democrático como el nuestro, la expresión de ideas, de pensamiento y de conductas, encuentran garantía inquebrantable en la Carta Magna de 1917.
Esta mesa directiva no ha tenido mejor propósito que el dar dentro del marco reglamentario de prácticas de esta Cámara, la mayor apertura y libertad en el campo de los debates y el mejor desempeño de nuestras tareas. Si lo conseguimos fue sin duda por la valiosa y entusiasta participación de todos ustedes.
Los debates que se han dado en este recinto, no son más que una muestra fehaciente, indudable, del ejercicio de nuestros derechos y de la libertad de que gozamos como representantes de la soberanía del pueblo mexicano.
Se han defendido con pasión y con gallardía las ideas y los conceptos vertidos en la Cámara; se han dado tesis contrarias, se han presentado momentos difíciles, y en no pocas ocasiones desbordando las pasiones de los compañeros diputados, por estos impulsos obedecen a que esta Cámara plural, no la componemos ni ángeles ni demonios, sino hombres que sentimos y vivimos la política, hombres que sentimos y vivimos la vida de México, hombres que sentimos y nos preocupamos por los problemas de la nación.
Aquí como en otras partes del mundo, en los congresos y en los parlamentos, el enfrentamiento o antagonismo de ideas, posiciones o estrategias políticas se desarrollan de manera constante y normal salvo en los estados dictatoriales o totalitarios.
La libertad es premisa fundamental para el avance y conciliación de un Estado democrático. El esfuerzo y trabajo realizado, sólo se ha visto limitado por nuestra capacidad y voluntad individual, pero hemos dado y puesto a nuestras responsabilidades, el mejor de los empeños. Sin embargo, no somos nosotros los que juzgaremos nuestra actuación, sino que será el pueblo de México.
No es en esta Legislatura en la que nace o termina la alta responsabilidad de legislar. Hemos sido dentro de la vida del país, un eslabón más en la cadena interminable del tiempo, en la que nuestro México eterno busca y lucha por encontrar nuevos cauces y horizontes que le permitan superar sus problemas para arribar a una sociedad más justa.
Robustecer y consolidar nuestra soberanía, independencia y democracia ha sido preocupación de todos. Cada partido, grupo o individuo ha pensado y lo ha dicho en esta tribuna, ¿cuál es el camino mejor para alcanzarlo? ninguno de nosotros discrepa o está en desacuerdo en el objetivo o en la meta fundamental, todos nos hemos preocupado por el presente y futuro de México; todos estamos prestos a dar la batalla, cada quien en su campo, en su esfera, con su estrategia o dentro de sus concepciones, para que México supere esta etapa difícil por la que atravesamos.
Hoy se cierra el ejercicio de los tres periodos ordinarios de sesiones de esta LIII Legislatura. Nos llevamos las satisfacción de haber vivido una etapa importantísima de la vida nacional, de haber participado en las grandes decisiones nacionales como auténticos protagonistas, cada uno en sus trincheras, cada uno en sus posiciones. Lo hecho está allí, la historia lo reflejará en los documentos que forman la vida de nuestra Cámara y del Congreso.
El Diario de los Debates, en él ha quedado escrito hoy, y para siempre, lo que hicimos y las conductas que adoptamos. Por eso reitero, el mejor juez que tendremos será la historia y el pueblo de México. Aquí en este recinto, todos tuvimos la oportunidad de conocer a compañeros de distintos y diferentes lugares de México. Situación que nos permitió en no pocas ocasiones, conocer lo que piensan y sienten del país en las distintas latitudes de nuestro territorio.
Estimados compañeros y amigos, la tarea que se nos encomendó no se hubiera podido realizar si no hubiera sido por la gentil comprensión y consideración de ustedes; el trabajo ha sido de todos, de todos sin exclusión. La participación de los diputados de los distintos partidos políticos enriquecieron el quehacer legislativo y robustecieron el campo de las ideas, de la política que sin duda se refleja en el estado democrático y de derecho en el que vivimos.
Quiero aprovechar esta ocasión para agradecer también a mis compañeros de la Comisión de Justicia, su esfuerzo, trabajo y la solidaridad que siempre me brindaron.
A los señores periodistas, reporteros, a la televisión, en fin, a todos los medios de comunicación, que con objetividad y verdad informaron al pueblo de México; a los trabajadores y empleados de esta Cámara.
En lo personal, agradezco siempre el apoyo que me dieron los compañeros de la mesa directiva: Ignacio Ramos Espinosa, Margarita Ortega de Romo, Eduardo Lecanda Lujambio, Cristóbal Figueroa Nicola y Víctor Jiménez Osuna.
A los compañeros secretarios Marco Antonio Espinosa Pablos, Yrene Ramos Dávila y Ofelia Casillas Ontiveros, Antonio Sandoval González, Patricia Villanueva Abrajam, Eliseo Rangel Gaspar, Jesús Siller Rojas y Beatriz Gallardo Macías.
A todos ustedes, mi reconocimiento por su consideración y comprensión. Me siento orgulloso de formar parte de una Cámara en donde la vida me brindó la oportunidad de conocer a nuevos compañeros y amigos, y a refrendar la sólida e inquebrantable amistad de aquellos que me la brindaron hace años.
Los retos de hoy y los del mañana, no nos amedrentan, no nos atemorizan ni nos hacen flaquear; por el contrario, hacen que todos saquemos fuerza, talento e imaginación, para superarlos con fe inquebrantable y amor inigualable a México.
Nuestro principio y fin, es México, engrandecerlo es nuestra obligación y responsabilidad; el pueblo nuestro juez, la historia el testigo. (Aplausos.)
CLAUSURA
El C. secretario Antonio Sandoval González: - Se ruega a los presentes ponerse de pie.
El C. Presidente (a las 14.45 horas): - «Hoy, treinta de diciembre de mil novecientos ochenta y siete, la Cámara de Diputados de la Quincuagésima Tercera Legislatura del honorable Congreso de la Unión, declaro formalmente terminados sus trabajos correspondientes al tercer período ordinario de sesiones.»
Se levanta la sesión de Cámara de Diputados para abrir la de Congreso General.
TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y DIARIO DE LOS DEBATES