Legislatura LIV - Año III - Período Ordinario - Fecha 19901101 - Número de Diario 2
(L54A3P1oN002F19901101.xml)Núm. Diario:2ENCABEZADO
LIV LEGISLATURA
PODER LEGISLATIVO FEDERAL
DIARIO de los DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Registrado como artículo de segunda clase en la Administración de Correos, el 21 de septiembre de 1921
PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
Diputado Gonzalo Martínez Corbalá
RECINTO LEGISLATIVO
CENTRO MÉDICO NACIONAL
DIRECTOR DEL DIARIO DE LOS DEBATES
Héctor de Antuñano y Lora
AÑO III México, D.F., jueves 1o. de noviembre de 1990 No. 2
SESIÓN DE CONGRESO GENERAL
SUMARIO
SUMARIO
ASISTENCIA
La secretaría informa sobre el quórum.
APERTURA
Declaratoria del Presidente del Congreso de la Unión.
COMISIONES DE CORTESÍA
La secretaría da lectura a las designaciones.
ACUERDO PARLAMENTARIO
Se da cuenta con el mismo.
INTERVENCIONES DE LEGISLADORES
Hacen uso de la palabra los legisladores:
Abel Carlos Vicencio Tovar.
Vicente Luis Coca Alvarez.
Ignacio Castillo Mena.
Rafael Aguilar Talamantes.
Guillermo Jiménez Morales.
RECESO
En espera del Presidente de la República.
INFORME PRESIDENCIAL
El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Carlos Salinas de Gortari, da lectura al documento.
RESPUESTA
El Presidente del Congreso, diputado Gonzalo Martínez Corbalá, da respuesta al informe presidencial.
ACTA DE LA SESIÓN
Sin discusión, se aprueba en sus términos.
CLAUSURA
Se levanta la sesión.
DEBATE
PRESIDENCIA DEL DIPUTADO GONZALO MARTÍNEZ CORBALÁ
(Asistencia de cuatrocientos treinta y dos diputados y cincuenta y siete senadores)
ASISTENCIA
El secretario diputado Juan Manuel Verdugo Rosas: - Señor Presidente, hay una asistencia de 432 diputados.
El Presidente del Congreso de la Unión: - Se ruega al ciudadano secretario de la honorable Cámara de Senadores, proceda a pasar lista de asistencia.
El secretario senador Gustavo Almaraz Montaño: - Se va a proceder a pasar lista de asistencia de los senadores.
Señor Presidente, hay una asistencia de 57 senadores.
El secretario diputado Juan Manuel Verdugo Rosas: - Señor Presidente: Hay una asistencia de 432 diputados y de 57 senadores, hay quórum de Congreso General.
APERTURA
El Presidente del Congreso de la Unión: - Se abre la sesión de Congreso General.
El secretario diputado Juan Manuel Verdugo Rosas: - Se suplica a todos los presentes ponerse de pie.
El Presidente del Congreso de la Unión: - El Quincuagésimo Cuarto Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, abre hoy, primero de noviembre de 1990, el Primer Período de Sesiones Ordinarias del Tercer Año de su ejercicio constitucional. (Aplausos.)
COMISIONES DE CORTESÍA
El Presidente del Congreso de la Unión: - Sírvase la secretaría dar lectura a la lista de los nombres de los diputados y senadores que integran las comisiones designadas de acuerdo con el artículo 11 del reglamento.
El secretario diputado Juan Manuel Verdugo Rosas: - Comisiones de cortesía, 1o. de noviembre de 1990.
Para acompañar al ciudadano Presidente de la República, de su residencia al Palacio de las Bellas Artes, senadores: Emilio M. González, Laura Alicia Garza Galindo, Enrique Burgos García, Roberto Anzar Martínez, José Antonio Valdivia y Eliseo Rangel Gaspar.
Diputados: Juan Manuel Verdugo Rosas, Hiram Escudero Alvarez, Gilberto Ortíz Medina, Roberto Jaramillo Flores, Napoleón Gómez Sada, Humberto Peña Reyes, Humberto Pulido García, Sara Villalpando Núñez y Julián Ibargüengoytia Cabral.
Para recibir al señor Presidente de la República en el acto de apertura de sesiones del Congreso, senadores: Nicolás Reynés Berezaluce, Saúl González Herrera, Ernesto Luque Feregrino, Dulce María Sauri Riancho, Fernando Silva Nieto, Oscar Ramírez Mijares, Martín Montaño Arteaga y Gulmaro Pacheco Moreno.
Diputados: Agustín Serna Servín, Guadalupe Rodríguez Carrera, Juan Jaime Hernández, Juan Manuel Rodríguez González, Miguel Díaz Muñoz, Melchor de los Santos Ordóñez, Cirila Sánchez Mendoza, Vicente Torres Ruíz y Felipe Zambrano Páez.
Para acompañar al señor Presidente de la República del Palacio de las Bellas Artes al Palacio Nacional, después de la lectura del informe, senadores: Alfonso Martínez Domínguez, Humberto Lugo Gil, Maximiliano Silerio Esparza, Netzahualcóyotl de la Vega García, Alberto Juárez Blancas y Jorge Adolfo Vega Camacho.
Diputados: Guillermo Jiménez Morales, Abel Carlos Vicencio Tovar, Oscar Mauro Ramírez Ayala, Rafael Aguilar Talamantes, Maurilio Hernández González, María Teresa Chagoya Méndez, Enrique Martínez y Martínez, Rodolfo Ruíz Pérez, Antonio del Río Abaunza y Juan Mesina Alatorre.
El Presidente del Congreso de la Unión: - Esta Presidencia solicita a las comisiones de cortesía que en su oportunidad cumplan con su cometido.
ACUERDO PARLAMENTARIO
El Presidente del Congreso de la Unión: - Se ruega a la secretaría dar lectura al acuerdo parlamentario.
El secretario diputado Juan Manuel Verdugo Rosas:
«Los legisladores pertenecientes a los diversos partidos políticos representados en las cámaras de Senadores y Diputados del honorable Congreso de la Unión, por conducto de sus coordinadores celebran el presente.
ACUERDO PARLAMENTARIO
Primero. La sesión del Congreso General relativa a la apertura del Primer Período Ordinario de Sesiones, del Tercer Año de ejercicio constitucional de la LIV Legislatura, en cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 69 de la Constitución General de la República tendrá lugar el próximo día 1o. de noviembre y dará inicio a las 8.00 horas.
Segundo. En dicha sesión, harán uso de la palabra, de las 09.00 a las 10.00 horas, por espacio de diez minutos cada uno, los siguientes oradores en el orden que a continuación se establece.
Diputados: Abel Carlos Vicencio Tovar, Oscar Mauro Ramírez Ayala, Ignacio Castillo Mena, Rafael Aguilar Talamantes y Guillermo Jiménez Morales.
Las intervenciones serán transmitidas en directo, por los siguientes medios de comunicación: canales 4 y 13 de televisión y por las estaciones de radio Red y 94.5 Opus. F.M.
Tercero. Concluidas las intervenciones señaladas se abrirá un receso para aguardar la llegada del ciudadano Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Cuarto: Después del receso, la sesión de Congreso General proseguirá con la lectura del informe del titular del Ejecutivo Federal y la contestación correspondiente, a cargo del ciudadano Presidente del Congreso, de conformidad con lo establecido por el artículo 9o. de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos.
México, Distrito Federal, a 30 de octubre de 1990.»
Por la Cámara de Senadores: senador Emilio M. González, del Partido Revolucionario Institucional y senadora Ifigenia Martínez Hernández, del Partido de la Revolución Democrática.
Por la Cámara de Diputados: diputado Rafael Aguilar Talamantes, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional; diputado Oscar Mauro Ramírez Ayala, del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana; diputado Ignacio Castillo Mena, del Partido de la Revolución Democrática; diputado Abel Carlos Vicencio Tovar, del Partido Acción Nacional y diputado Guillermo Jiménez Morales, por el Partido Revolucionario Institucional.
INTERVENCIONES DE LEGISLADORES
El Presidente del Congreso de la Unión: - En tal virtud, se concede el uso de la palabra al ciudadano diputado Abel Vicencio Tovar.
El diputado Abel Carlos Vicencio Tovar: - Señor Presidente; señoras y señores legisladores; señoras y señores: Con razón se ha limitado el tiempo de estas intervenciones, y digo con razón, señores, porque el tiempo mismo como oportunidad para el mundo y para este país es limitado. Las oportunidades no se multiplican ni se rehacen todos los días.
Al término de este ejercicio legislativo escucharemos el informe del Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Muy probable es, pienso yo, que se volverá a hablar del futuro, aquello que se desea, que se tiene en frente, que se encuentra como un lugar al que se quiere llegar. Pero en México, durante muchos años, hemos cometido el error de ligar al futuro con los compromisos del presente y de usar en nuestra proyección para el futuro, la contaminación de las realidades y de los fracasos del presente.
Palabras se podrán decir muchas, pero es difícil que los hechos sean siempre una consecuencia directa de las palabras presidenciales, según la experiencia que se ha tenido en este país.
Se usan muchos estereotipos, estereotipos que se fijan en el presente y que se proyectan, aunque no queramos, hacia el futuro: la revolución, por ejemplo. Con el respeto que a todos nos merece este movimiento histórico que dio acceso a la modernidad para este país, con este respeto; sin embargo, es tiempo que levantemos la vista y nos digamos qué queremos decir con "revolución"; porque, señores, una revolución que después de ochenta años de iniciada, requiere ser reiteradamente nombrada como recurso desesperado para poder subsistir, o fracasó rotundamente o cambió sus objetivos, tal vez traicionando los originales. ¡Y esto tenemos que aclararlo!
Se hablará ciertamente de modernidad, pero aquí hay una alternativa, se hablará de modernidad simplemente para disfrazar el presente, o con el propósito firme de comprometer al futuro.
Esto queda en el ámbito de una intención personal que es difícil juzgar. Por otro lado, señores, en este país de presidencialismo muy eficaz y muy determinante, el informe, en términos generales, creo que ya lo conoce el pueblo de México, porque aquí, como en todas partes, los que hablan, fundamentalmente, son los hechos. Las palabras, aun con las mejores intenciones, están muy comprometidas con la retórica y con el compromiso del ceremonial que en estas ocasiones tiene que cumplirse.
Yo digo que en muchos aspectos ya no sería necesario esperar el informe, porque ya está dado. Por ejemplo, en este país, no hay más poder eficaz, real, que el Poder Ejecutivo. Desde las decisiones que deben tomarse en las dependencias del Ejecutivo, para que los diputados simplemente formalicen lo que ya se acordó, hasta la pequeñez, la injuria, la saña, la falta de atención con que jefes de la policía y del ejército, han tratado a los diputados como simplemente querían llegar a este lugar para cumplir su función. (Aplausos.)
Una reforma electoral que se puede levantar frente al mundo con elementos interesantes, con nuevas combinaciones de instituciones que antes tal vez no existían en este país; una reforma electoral que parece estar simplemente bien escrita en papel, bien escrita.
En Coahuila, por ejemplo, nuevamente miles, yo diría cientos de miles, ¿quién sabe?, decenas de miles, dirán otros, de ciudadanos coahuilenses, no pudieron ejercitar su derecho porque por lo menos había dos padrones: el padrón que los partidos políticos querían seguir, y el padrón que tenían los funcionarios encargados, no de administrar, sino de dirigir la elección. (Aplausos.)
Y con los antecedentes que tenemos, qué podemos esperar en ese estado de México, tierra de misiones muchas veces en cuanto a la presencia de caciques que siguen dominando la vida política de este estado, tan cercano al Distrito Federal.
El informe está dado. Muchas palabras. Hay que cuidar los recursos naturales.
En el estado de Jalisco, el Lago de Chapala se seca y no hay recursos humanos, materiales ni de inteligencia ni de intención para salvar a ese recurso. (Aplausos.)
El recurso del campo, ya se habló también en los hechos, antes de que el informe se pronuncie: la miseria que sigue acosando a los cientos de miles de ejidatarios y la agresión que están sufriendo todos aquellos que son o que constituyen la parte ciertamente productiva del campo. El precio de los productos agrícolas, tiene que acomodarse al precio de los productos internacionales, de los mercados internacionales, y la inflación que eleva el costo y los insumos para la producción, esos todavía no resuelven la situación. (Aplausos.)
El informe, yo creo que está dado; estuvo ciertamente presente el Ejecutivo en la reforma electoral, en donde el gobierno se asegura nuevamente no sólo la presencia, sino la decisión fundamental en lo fundamental de las elecciones.
En cualquier país, por ejemplo, se me ocurre en este momento, se vería muy mal que se condicionara el otorgar el voto a la militancia a un partido político. Pues aquí, no se quiso considerar como una falta grave ese "condicionar" el voto a la militancia de un partido político. Es decir, tú, si militas en un período político, tienes comprometido el voto, de antemano.
El informe está dado. Una reforma bancaria que era indispensable; capital que se requiere. Todos lo entendemos; pero se requería un poco más de sensibilidad y compromiso no solamente con los grandes centros financieros internacionales, sino con el nacionalismo de México que requiere más garantías en el manejo de un aspecto tan importante de las finanzas, como es la banca que ahora vuelve a quienes originalmente la erigieron.
El informe está dado. El año que entra, señores, llegaremos a la cúspide de ese ciclo sexenal de la esperanza; ese ciclo que se reitera y que tantas veces nos deja frustraciones. Muchos piensan: lo que no se intenté éste y tal vez el nuevo año, difícil será que se convierta en estructuras de gobierno. ¡El tiempo se acaba! ¿Qué se ha logrado durante ochenta años de gobierno revolucionarios? Y pensarlo, no tengo tiempo, señores, ni siquiera para intentarlo, pero simplemente cuando en 1929 se erige con el sistema de partido - gobierno el Estado contemporáneo mexicano, hubo dos sectores especialmente privilegiados que al mismo tiempo se erigieron en bases de sustentación del Estado mexicano: la gente del poder, la alta, la adorada, la verdadera burocracia que manda. Y por el otro, los dueños del dinero.
Y después de todos estos años, y después de hablar y de proteger a los campesinos y a los obreros, los militares en su lugar, sagazmente ocupando su sitio sin decir mucho, nuevamente,
como en 1929, si alguno hiciera la disección del Estado mexicano, se encontraría con que esos dos sectores, la alta burocracia del poder político y el poder económico, siguen siendo las bases de sustentación del Estado mexicano. (Aplausos.)
No hay tiempo para más, señores. Yo diría que estamos ante la oportunidad que se nos acaba, de pluralizar para siempre las bases de sustentación de este Estado, de recordar que el Estado moderno no es otra cosa más que la organización jurídica y política de una nación que finca muy profundo sus raíces en la tierra mexicana y que por serlo, es plural, rica, maravillosamente constructiva y creativa, y cuántas, pero cuántas fuerzas podrían liberarse cuando la organización del Estado correspondiera a la pluralidad profunda de la nación que la nutre. (Aplausos.)
Eso es lo que tenemos que hacer. Si durante mucho tiempo, y esto lo veremos dentro de unos momentos a partir del informe presidencial, no se ha logrado acercar la pluralidad de una nación tan querida para nosotros, porque formamos parte de ella, con el Estado mexicano, ya es tiempo de hacerlo; ya es tiempo de decir, como algún líder de la democracia que resurgió en la Europa del Este: "esta historia que se había detenido, vuelve a marchar". Gracias.(Aplausos.)
El Presidente del Congreso de la Unión: - Tiene la palabra el diputado Vicente Luis Coca Alvarez.
El diputado Vicente Luis Coca Alvarez: - Con su venia, ciudadano Presidente; compañeras y compañeros legisladores; señores secretarios de estado; pueblo de México: El Partido Auténtico de la Revolución Mexicana surge a la vida política por la inconformidad de los veteranos de la Revolución de 1910, al comprobar que las acciones de gobierno se estaban desviando de los postulados originales de la Revolución y de la Constitución de 1917.
Ahora, en la última década del siglo, constatamos acciones como la de Aseguradora Nacional Agrícola y Ganadera; como la del Banco Nacional Pesquero y Portuario; como la de los fraudes cometidos por los empleados y gerentes de los bancos desnacionalizados ahora y por la nueva burla a la democracia y al derecho constitucional del voto, como la acontecida el pasado domingo 28 de octubre, en la que según el delegado del Registro Nacional de Electores en el estado de Coahuila, todos los errores y la no presencia de los electores de oposición en el padrón electoral, se debieron a una falla técnica.
Hoy, al igual que ayer, la nueva era de nuestro partido, se encuentran más sólidos los fundamentos para nuestra presencia en la vida del Estado.
En dos legislaturas de la nueva era del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana y con nuestra presencia en los congresos locales y los ayuntamientos del país, estamos luchando para que los mexicanos encuentren sustento jurídico a los reclamos que deben formular ante las flagrantes violaciones a las garantías constitucionales y políticas de los mexicanos.
En la pasada LIII Legislatura al Congreso de la Unión, demandamos justicia y respuesta para cientos de miles de jubilados, pensionados y viudas que en este país viven casi de la caridad pública porque sus ingresos no les permiten cuando menos, satisfacer sus necesidades más urgentes de alimentación; en cambio hay políticos y ex funcionarios que gozan de pensiones que son un insulto para los cientos de miles de jubilados.
¿No es así, señor licenciado José López Portillo?
Ante esta vergonzosa realidad, los diputados del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana buscaremos, lucharemos hasta el último día de nuestra gestión, porque en México, los pensionados, jubilados y viudas, puedan gozar cuando menos del miserable salario mínimo que actualmente se les paga a los obreros en nuestro país.
Un nuevo reclamo recorre los cuatro puntos cardinales de la patria, y es lo de los derechohabientes del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado y pensionados de esta institución, constata diariamente cómo sus demandas de servicio médico y de medicinas no les son satisfechos, porque en la mayoría de las clínicas y hospitales, no existen los medicamentos indispensables para la atención de los pacientes, y suponemos que a los años de la pésima administración de Alejandro Carrillo Castro, no se puede atribuir a éste las deficiencias de un organismo que se denomina Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado, cuando observamos que desgraciadamente es lo contrario.
Pero si transitamos por todas las secretarías de Estado y las empresas de participación estatal, podemos escuchar el clamor de los mexicanos en demanda de respuesta a sus reclamos: el Banco de Crédito Rural, los campesinos ven cómo se rematan los tractores y los instrumentos de labranza para pagar deudas que los ejidatarios no contrajeron.
En la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, se siguen aplicando las técnicas de
producción agrícola que sólo han empobrecido al campesino nacional, aparte de que han visto con complacencia como pequeños propietarios y latifundistas perforan el suelo nacional para extraer el agua y dejar a la población sólo el arsénico y la contaminación.
Los petroleros de este país, antes denunciaban cómo sus líderes dilapidaban el dinero en Las Vegas. Hoy, Cuauhtémoc Santana, subdirector de Petróleos Mexicanos, algo podría comentar al respecto. Los trabajadores de ese importante sector del país, ahora también acusan al líder sindical de acciones nada democráticas al interior de su organización.
Ante la inconformidad de comerciantes e industriales, demandamos de la Secretaría de Hacienda y Crédito público, una mayor reflexión en la iniciativa que se enviará al Congreso en los próximos días, sobre las reformas y adiciones que se deben hacer al Código Fiscal de la Federación, entiéndase Miscelánea Fiscal. Ya que de no ser debidamente sopesados los pro y los contra, señor Pedro Aspe, de lo que es en la actualidad la Miscelánea Fiscal, la irritación y la inconformidad se acrecentarán en el país.
También demandamos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y la Comisión Nacional Bancaria, implemente una vigilancia estricta y permanente en las casas de bolsa y la banca desnacionalizada ahora, ya que es inconcebible el cúmulo de denuncias y fraudes multimillonarios que recientemente se han cometido en contra de los ahorradores, sin que a éstos se les garantice el recuperar sus ahorros, que con esfuerzo y sacrificio lograron acumular durante años de trabajo, y ahora unos vivales los despojan de su patrimonio.
También es absurdo que se sigan efectuando convenciones bancarias en las que se dilapidan millones de pesos, y los mexicanos constatan cómo algunos funcionarios bancarios descansan plácidamente en las playas mexicanas, mientras los créditos al agro nacional escasean en perjuicio de la producción de granos básicos, señor Secretario de Agricultura y Recursos Hidráulicos, profesor Hank González.
Es imprescindible que en este país opere de manera imparcial la Contraloría General de la Federación, escuchando a los afectados y denunciantes, a fin que deje de ser un aparato al servicio del Estado, atendiendo y resolviendo sumariamente las denuncias que se le formulen, orientando y difundiendo entre los trabajadores del Estado y el pueblo de México, los preceptos de la Ley Federal de Responsabilidad para los Funcionarios Públicos, en los que se daban fundamentar las denuncias, evitando así convertirse en un órgano represor del gobierno, que actúa sólo en contra de los funcionarios y burócratas que se han salido de la línea política del funcionario o del partido en el cual se encuentran militando.
Nuestra fracción parlamentaria ha recurrido al juicio político al que se refiere la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su título 4o., artículo del 108 al 114 de la Constitución fundamental, que consideramos que es la única vía que existe para frenar la negligencia de los secretarios de Estado, gobernadores, jefes de departamento y funcionarios judiciales, no obstante que las resoluciones las siga manipulando la mayoría quien se ha convertido en defensor de oficio de la corrupción y del mal gobierno.
Los legisladores del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana continuaremos recurriendo al juicio político, porque es el único instrumento con que cuenta el pueblo en contra de los altos funcionarios.
Una es la modernidad y la concertación, que se han colocado como los resortes principales del actual gobierno, y que no logran romper con viejas y anacrónicas prácticas del quehacer gubernamental, la promesa incumplida, la arrogancia y la prepotencia, incluso el enfado y la irritación, cuando la obsesión gubernamental de control es de paternalismo y de corporativismo; relaciones de respeto mutuo entre el estado y las organizaciones sociales, que están lejos de practicarse.
Hasta la médula, el criterio del estado de la prepotencia, el enano criterio que todo debe canalizarse por las vías de la imposición total, que en todo ello se encierra el déspota principio del autoritarismo, mismo que aplaza soluciones de fondo para las grandes mayorías, discriminándolas en la repartición de la riqueza, mientras privilegia a los grandes monopolios, las finanzas nacionales e internacionales.
Los problemas políticos de los mexicanos los debemos resolver entre los mexicanos. Los partidos sólo tenemos un compromiso con la democracia y con la nación. Por ello, no debemos recurrir a opiniones ni a recetas del extranjero, ni mucho los parmistas aceptaremos la intervención de organismos internacionales en los asuntos internos del país, repudiando la presencia de observadores, porque esto implicaría una intervención en la vida soberana de los mexicanos.
Conocemos nuestra historia patria, y el ejemplo de Juárez, nuestro partido nunca recurrirá al
exterior para externar su posición y su crítica política, ya que esas posiciones son muy poco conocidas por los mexicanos y, cuando llegan a serlo, sólo propician el abstencionismo y el deterioro de nuestra imagen en el exterior.
México no podría participar en la historia universal y ser dueño de su destino; la nación ha reiterado en el exterior su dignidad soberana, el irrestricto derecho a la autodeterminación y su aspiración al trato justo y equitativo de los acuerdos y convenciones. Es por ello, en el proceso iniciado en relación al tratado de libre comercio con el hegemón del norte, podemos afirmar ha empezando a minar las conquistas alcanzadas.
Con el acuerdo de libre comercio, se está jugando el destino de México, por lo tanto, debe actuarse con actitud sensata, y dejar de ver hacia el norte, volviendo la vista hacia el sur, en donde México, con su ubicación en el contexto latinoamericano, debe concretarse a impulsar una relación económica mucho más vigorosa, que convierta los intensos lazos históricos, políticos y culturales de los pueblos de la región, en puntos de partida para el desarrollo, a través de un pujante intercambio comercial.
Las condiciones de la zona empujan a países y gobernantes a dejar otras viejas retóricas, ahora enlaces y uniones, tiene un fin específico. Ante el proteccionismo de las potencias industrializadas y la escasez de créditos, atacar la crisis y fortalecer la soberanía de nuestros países, debe ser compromiso de todos los latinoamericanos. En la economía y la colaboración, se encuentra el terreno más propicio para impedir el aislamiento, impulsado por las políticas industriales de cerrazón de mercados.
En Latinoamérica las naciones tienen características culturales comunes y económicas complementarias que pueden aprovecharse para afrontar los retos impuestos por los cambios tecnológicos y la competencia externa. En este sentido, la integración significa no sólo conexiones ideológicas sino enlaces productivos que fortalezcan la soberanía de cada país; elevar los niveles de vida de los pueblos latinoamericanos, en una exigencia que urge hacer realidad en el corto plazo. La complementariedad económica es una de las vías más expeditas para alcanzar tal objetivo.
Somos, los parmistas, ciudadanos de raigambre profundamente nacionalistas y revolucionarios, con un camino perfectamente definido. Por ello, a punto de escuchar un informe presidencial, consideramos oportuno señalar que en esta presencia renovada en la política mexicana, el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana se manifiesta en contra de quienes a todos se oponen por sistema, sin ofrecer a cambio un camino propio, nacionalista, definido y practicable contra quienes sueñan con quimeras socializantes y difunden en el exterior lo que no son capaces de defender hacia el interior o quienes sustentados en un falso liberalismo tratan de ocultar el afán de dominio de la derecha capitalista contra los caciques, que en algunos casos convertidos en gobernadores, dominan regiones y localidades.
El Presidente del Congreso de la Unión: - Señor diputado Coca, lleva usted 15 minutos y el acuerdo parlamentario fue que serían 10 minutos por cada orador.
El diputado Vicente Luis Coca Alvarez: - Estoy por terminar, señor Presidente.
El Presidente del Congreso de la Unión: - Muchas gracias.
El diputado Vicente Luis Coca Alvarez: - Imponiendo su voluntad a las mayorías, contra quienes han hecho de los puestos públicos fuentes de riqueza personal ante la miopía de las contralorías de los estados, contra los líderes sindicales corruptos que olvidándose de los obreros, pensionados y viudas siguen manipulando a organizaciones de membrete con liderazgos que nadie legítimamente les ha otorgado, contra los líderes campesinos que traicionando a los ejidatarios y a los agricultores de este país se aliaron a Anaxa y Banco Nacional de Crédito Rural, así como a los latifundistas para explotar a los verdaderos productores del campo, contra los tecnócratas que en el actual y anteriores gobiernos siguen imponiendo soluciones de gabinete a problemas sociales que están totalmente desvinculados del pensamiento y el interés de las clases populares, contra los funcionarios judiciales que violando la Constitución permanecen en sus puestos sin importarles el respeto y dignidad de la institución que representan, en contra de aquellos...
El diputado Oscar Mauro Ramírez Ayala (desde su curul): - Moción de orden.
El Presidente del Congreso de la Unión: - Diga usted, señor diputado.
El diputado Oscar Mauro Ramírez Ayala (desde su curul): - Que guarden silencio y respeten al orador.
El Presidente del Congreso de la Unión: - Favor de guardar silencio y al diputado Coca, nuevamente le expresamos el compromiso que hay de ajustarse a 10 minutos.
El diputado Vicente Luis Coca Alvarez: - Y podría llevar más, compañero diputado.
(Desorden.)
Contra los funcionarios judiciales que violando la Constitución permanecen en sus puestos sin importarles el respeto y dignidad de la institución que representan, y en contra de aquellos que sólo aplican la ley de quien no puede pagar por burlarla, contra los funcionarios públicos o privados que hostigan y explotan a la mujer, impidiéndoles la participación abierta y total de este grupo social que es el mayoritario de nuestro país, contra quienes se han aprovechado de la buena fe y limpieza venidas de la juventud y la han conducido a la corrupción y al vicio, para mantenerla subordinada a sus particulares intereses, contra los individuos voraces que extenúan a los obreros y a las costureras en las maquiladoras con jornadas de trabajo ilegales a cambio de salarios de hambre, contra los especuladores y vendepatrias que convirtieron en moneda extranjera el trabajo de los mexicanos y cuyos capitales todavía conservan en el extranjero, sin considerar el sacrificio que pueblo y gobierno han hecho para mantener la estabilidad económica de que gozamos.
(Desorden.)
Si tienes alguna otra opción, compañero diputado, puedes hacer uso de tu derecho.
El Presidente del Congreso de la Unión: - Ruego tanto al orador como a los legisladores, guarden orden.
El diputado Vicente Luis Coca Alvarez: - Yo le rogaría mantener el orden, señor Presidente.
El Presidente del Congreso de la Unión: - Estamos tratando de hacerlo, diputado. Le vuelvo a recordar muy atentamente que su tiempo se agotó, diputado.
El diputado Vicente Luis Coca Alvarez: - Seguramente el tiempo del orador se ha agotado, pero no el tiempo de la República.
(Desorden.)
Contra los medrosos y los pusilánimes que no han querido compartir los riesgos que confronta la construcción de México del futuro, contra los que piensan que la política del país debe sumirse en abstención y servir a intereses inconfesables al extranjero, contra los desnacionalizados que sueñan con anexiones al vecino del norte, contra los que sostienen que México debe desvincularse de su solidaridad con las naciones hermanas de Latinoamérica, y en suma el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana se pronuncia contra quienes pretenden desviar el camino de México, del destino que con esfuerzo y sangre escribieron los héroes de la Revolución.
Congruentes con la nueva era partidista, sostenemos que los ideales del movimiento revolucionario de 1910 deben alcanzarse porque siguen siendo válidos por el México de hoy y del futuro, mantendremos nuestra lucha parmista como un eterno homenaje, para aquellos que con esfuerzo y sacrificio conjugaron el movimiento social que convulsionó el país en 1910 y con ellos construiremos la nueva era que demanda el país. Muchas gracias. (Aplausos.)
El Presidente del Congreso de la Unión: - Tiene la palabra el diputado Ignacio Castillo Mena.
El diputado Ignacio Castillo Mena: - Con la venia del ciudadano Presidente; honorable Congreso de la Unión; pueblo de México:
En la sesión inaugural del Período Ordinario del Congreso de la Unión, el titular del Ejecutivo debe presentar por escrito un informe sobre el estado que guarda la administración pública, y se ha vuelto tradición que venga a esta tribuna para dirigir un mensaje político mediante el que juzga la propia obra de gobierno.
Quienes integramos la oposición genuinamente democrática, acudimos a esta sesión de Congreso General para expresar libremente nuestra opinión en torno a la gestión del Ejecutivo, con serenidad objetiva vamos a fijar la posición del Partido de la Revolución Democrática acatando el mandato que el pueblo nos otorgó en los últimos comicios federales.
Nos manifestamos con la obligación de corresponder con lealtad a la confianza ciudadana que esperamos sea refrendada en las elecciones del año próximo.
Una vez más nuestro partido asume las inconformidades, demandas y aspiraciones de los mexicanos y es nuestro deber irrenunciable defender con toda agresión los derechos legítimos de la ciudadanía.
En esa virtud, nos oponemos y nos opondremos a los actos de gobierno que consideremos contrarios a los intereses del pueblo y de la nación. (Aplausos.)
Exigimos con firmeza nuestro derecho de expresarnos frente al Ejecutivo sin menoscabo de las dignidades de cada uno de los poderes, no pretendemos en esta sesión se desarrolle un debate entre los miembros del Legislativo y el Ejecutivo, pero sí que seamos escuchados con el mismo respeto con que a nosotros se nos pide que lo hagamos. Es obvio que habiendo cambiado en forma radical la integración de las cámaras, particularmente la de diputados, no es procedente que un miembro del mismo partido al que pertenece el informante le dé respuesta a nombre de todo el Congreso.
Por semejante razón, demandamos la misma cobertura de los medios informativos para las exposiciones del Ejecutivo y las de los miembros del Poder Legislativo, como ocurre sin excepción en todos los países democráticos.
Mantener igualdad jurídica y equilibrio entre los poderes son principios elementales de convivencia civilizada, consagrado por la Constitución Política a cuya vigencia aspiramos siempre.
Los cambios que se han operado en nuestra sociedad y en el mundo obligan a modificar sustancialmente relaciones arcaicas entre los poderes, podríamos avalar con nuestro silencio cómplice o con nuestra ausencia las expresiones presidenciales, que los sabemos todos, son en la mayoría de los casos contrarias a la verdad.
Estamos aquí para ejercer nuestro derecho a la crítica y para plantear soluciones viables a los grandes problemas que aquejan al país.
En dos años de ejercicio tecnocrático del poder nuestro pueblo es más pobre, su patrimonio y sus horizontes disminuyen día con día y su destino se encuentra cada vez más subordinado al arbitrio de unos cuantos.
La soberanía e independencia nacionales han sido secuestrados por los centros financieros internacionales, el estado de la nación es ominoso en lo político, ofensivo en lo económico y desesperante en las condiciones de vida de los mexicanos; no son estas palabras de escándalo sino hechos, hechos lamentablemente resentidos por todos los mexicanos.
Los acuerdos populares que rigen la política del gobierno obedecen a concesiones pactadas en el interés extranjero, en tiempo que anuncian arduas disputas por la hegemonía internacional; abatimos nuestras defensas en aras de una globalización que se ha entendido como sometimiento y no como la oportunidad para reestablecer los términos de una relación digna y equitativa.
Para salvar al país se requiere una administración patriótica, honesta e inteligente, sustentada en el mandato ciudadano, todo poder que dimana del pueblo debe aceptar invariablemente la voluntad del propio pueblo.
La propaganda abrumadora que el gobierno hace cotidianamente presenta un país que sólo existe en la imaginación de unos cuantos y que la realidad desmiente de modo irrefutable. De nada sirve, por ejemplo, que se elogien sin medida las decisiones que privatizan el patrimonio público y despojan a la nación de sus derechos históricos ni menos que se afirme que los recursos que se obtienen de sus ventas se emplean en programas de servicio social, cuando no disponemos de la información sobre las condiciones y el monto de las operaciones, las razones que la funda, los beneficiarios o los favoritos que los usufructúan y el destino preciso de los recursos que se obtuvieron, de toda evidencia el gobierno se abroga facultades que la Constitución y la ley no le confieren y procede a la liquidación de los recursos del Estado nacional.
Una nación no se construye con medidas improvisadas ni con gestos autoritarios, menos aún por la adopción compulsiva de proyectos extranjerizantes que desatienden las necesidades del pueblo, desprecian sus talentos y aún ignoran sus existencias, una nación se forja desde su base, transformando los modos de vida y producción de sus habitantes, alentando su creatividad y defendiendo tenazmente los derechos de todos, una nación se edifica por la obra, y el esfuerzo común es un marco de libertades democráticas y decisiones compartidas, una nación se mantiene en la continuidad de las tradiciones que le explican y le dan sentido.
La reforma electoral perpetrada por el gobierno y adoptada por la anuencia de sus asociados y compañeros de ruta no corresponde a las espectativas generadas por el despertar cívico de 1988 ni a las exigencias elementales de un régimen democrático, significan un retroceso por cuanto a la voluntad manifiesta de asegurarse una mayoría ficticia en los órganos de representación popular y de perfeccionar los mecanismos que hacen posible la defraudación del voto ciudadano. (Aplausos.)
Con dicha reforma el gobierno reitera la concepción anacrónica de que todo el poder debe corresponder a un solo grupo y mediante la llamada cláusula de gobernabilidad asegura la mayoría en la Cámara de Diputados para el partido que obtenga el 35% de la votación.
No acepta que en un país plural las decisiones de gobierno se adopten también de manera plural
ni menos que el poder público pueda cambiar de manos conforme a la voluntad soberana de los electores, no admite, en suma, el tránsito pacífico hacia un sistema democrático porque lucharemos y seguiremos luchando junto con el pueblo para alcanzarlo en la alternancia política de 1994.
Toda la reforma fue dirigida con el propósito de mantener en el poder al agonizante partido oficial y de consolidar sus alianzas hacia la derecha, a efecto de consumar la entrega del país al interés extranjero. Nosotros propusimos en cambio un esquema consistente de seguridad para el voto ciudadano, de calificación imparcial de las elecciones y de igualdad en la competencia política, así como un sistema representativo que en sí hiciera imposible la entronización de un partido de Estado.
No buscamos la substitución de un partido por otro, se podría incurrir en vicios paralelos parecidos, sino la devolución al pueblo de su derecho de autodeterminación y la garantía efectiva de que nunca más va a ser arrebatada. (Aplausos.)
Se instituyó una pesada y costosa maquinaria burocrática para la organización de las elecciones y su dirección conjuntamente con un Tribunal Federal Electoral quedaron al arbitrio del Ejecutivo y de su partido, se hizo a un lado a pesar de compromisos suscritos la ampliación plural del Senado de la República, la democratización del Distrito Federal, y una nueva legislación sobre medios informativos, se desechó el derecho de voto para los mexicanos en el extranjero y la prohibición de la afiliación colectiva a los partidos políticos que refuerza el control de los líderes corruptos.
Se puso en movimiento un censo extraordinario costoso que supera la cifra de 300 mil millones de pesos para la elaboración del nuevo padrón electoral, que utilizando torcidamente, como empieza a ocurrir, facilita la supresión caprichosa de los electores y la inadmisible desnegación de su derecho al sufragio.
El pasado 28 de octubre, en las elecciones de Coahuila se atropellaron las garantías políticas de los ciudadanos, se sustituyeron y confundieron los padrones electorales y se repitieron las más conocidas maniobras para suplantar las decisiones populares, ¿cuál es pues?, me pregunto la credibilidad de un gobierno que pregona una supuesta voluntad democrática y la niega abiertamente con su conducta.
Ante su impotencia electoral, el gobierno ha escogido al partido del abstencionismo, sabe que si el pueblo vota libremente lo va a derrotar, por ello desalienta la participación ciudadana que se ha reducido en las últimas elecciones locales a un promedio cercano al 15% total de los electores, ¿cómo es posible gobernar y representar con un porcentaje tan bajo de la ciudadanía?
La única respuesta posible frente a esa estrategia de nulificación ciudadana es acudir a las urnas y vigilar los sufragios, a pesar del fraude y a despecho de la intimidación, sólo, señores, votando venceremos. (Aplausos.)
Resulta un descaro hablar del libre juego democrático y utilizar lo poco que queda del gasto social a través del Programa Nacional de Solidaridad y de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares. Con objetivos explícitos de manipulación y control de los sectores marginados se cancelan presupuestos ordinarios para escuelas, clínicas, créditos sociales, y servicios públicos tanto federales como estatales y municipales para canalizarlos en una burda maniobra demagógica al servicio del partido oficial. Las pruebas de ese manejo faccioso de los fondos públicos que conforman un neopopulismo degradante y antidemocrático están al alcance de todos, son condenatorios y sin apelación posible. (Aplausos.)
No podríamos aprobar una política económica cuyo éxito solamente se apunta en las cifras amañadas y en los mensajes grandilocuentes que no resuelven los problemas de nadie, no podríamos aceptar que la política del gobierno descargue todo el peso de la crisis sobre los sectores de los menores ingresos y lesionen irreversiblemente la salud de la infancia y el futuro de las nuevas generaciones, mientras estimula la concentración del poder y del capital en grupos cada vez más pequeños que toman las decisiones centrales del país a espaldas del pueblo.
Es urgente abandonar las pautas de una economía especulativa y tributaria de desperíodo, abriendo el camino al empleo productivo y mejor remunerado mediante las inversiones que el país reclama y que harían factible un crecimiento estable y equilibrado de todos los sectores.
El cambio que México requiere ha de gestarse por el impulso de sus fuerzas internas para poder participar competitivamente en la economía internacional, ello exige una verdadera liberación de nuestras potencialidades, que disminuya la especulación improductiva y detenga la desvalorización de la fuerza de trabajo, lo que sólo es posible mediante la modificación de objetivos y prioridades nacionales con la instauración de la democracia.
La llamada modernización es en cambio tan antipopular que sólo puede sostenerse mediante la reproducción del autoritarismo...
El Presidente del Congreso de la Unión: - Diputado Castillo Mena, con toda atención le recordamos que ya son 15 minutos.
El diputado Ignacio Castillo Mena: - Voy a concluir, señor Presidente.
La transición política es entonces condición del desarrollo económico, la decreciente asignación presupuestal para la educación, la salud, la vivienda, las comunicaciones, la infraestructura y el empleo son a la vez un abandono de las responsabilidades esenciales del gobierno y un obstáculo insalvable para nuestro crecimiento futuro.
La pauperización de las clases populares se ahonda por la continua restricción a su poder de compra, bloqueando los aumentos de salario mientras se toleran los aumentos de precios, los márgenes de resistencia social están prácticamente agotados.
En contrapartida, el gobierno muestra un ser enfermizo por pagar el exorbitante servicio de la deuda externa, cede ante los poderosos con la misma consistencia con que oprime a los débiles, transfiere masivamente hacia los más ricos aquello de lo que priva a los más pobres. Se dice así en un modelo anticonstitucional de gobierno. (Aplausos.)
Es inadmisible la política represiva que conculca los derechos de los trabajadores, de los productores y del pueblo en general, la negación del derecho de huelga y de la libertad sindical, la violación de los contratos colectivos de trabajo y el incumplimiento de las disposiciones constitucionales en materia de salario, justo y remunerador y el olvido culpable de los jubilados y los pensionados son inaceptables las restricciones al crédito que requieren los trabajadores y particularmente los del campo.
El abandono del ejido y del medio rural, los precios injustos a los productores de la tierra y la ausencia de apoyos técnicos y materiales a la agricultura, el desmantelamiento de la planta industrial con la importación desmedida de productos extranjeros, el desempleo creciente, la improductividad y la renuncia a un desarrollo científico y tecnológico propios.
Son reprobables las políticas educativas que deterioran la condición del maestro, aumenta la deserción escolar y reduce el número de aulas, de horas de clase y de asignaturas que ahogan a la universidad pública y convierten la promoción de la cultura en ejercicio de captación de intelectuales, son condenables las decisiones gubernamentales que conducen al incremento de las enfermedades endémicas de la mortalidad y de la desnutrición infantil.
El remate de las empresas que conforman el patrimonio del pueblo, como la banca y la industria paraestatal que funciona con eficiencia, no solamente descapitaliza al país sino que entrega en manos de los intereses privados y de los capitales trasnacionales la rectoría económica del Estado, que es una premisa de nuestra autodeterminación. (Aplausos.)
Exigimos una conducta patriótica de la política exterior sin dobles lenguajes y sumisiones indignas, la integración política y económica con América Latina, el fundamento de la defensa conjunta de nuestros intereses que nos permita sobrevivir y progresar en tiempos difíciles, ella es incompatible con la integración hacia el norte y la aceptación prácticamente de un mercado común con Estados Unidos de América y Canadá.
La reversión de esa política constituye una auténtica emergencia nacional, proponemos retomar el camino original de la Revolución Mexicana y el proyecto económico y político que se contiene en la Constitución de 1917, necesitamos su esencia de libertad, equidad y equilibrio social, nacionalismo, identidad cultural y desarrollo compartido que nos une a todos los mexicanos, ello no es anacrónico, porque los valores genuinos de una nación son perdurables, lo retrógrado es pretender que volvamos a la era de la colonia, del vasallaje y de la explotación irrestricta del hombre por el hombre. Lo inadmisible es el manejo caprichoso y despótico del poder público, semejante política no podría prevalecer porque es injusta y es ilegítima. (Aplausos.)
El Presidente del Congreso de la Unión: - Señor diputado Castillo Mena, lleva usted 20 minutos.
El diputado Ignacio Castillo Mena: - Ya voy acabar.
Es incontenible la reforma democrática por la que el país se afana, el abuso tendría pronto un freno y las aspiraciones populares un cauce para realizarlo, ello ocurra por la vía pacífica y dentro del marco legal y logremos evitar el desbordamiento y la ruptura del orden público, ésa es nuestra lucha, pero también la responsabilidad del gobierno.
Hacemos un llamado para que cese la violación flagrante y sistemática de los derechos humanos y se abran las posibilidades de un diálogo verdadero que facilite el tránsito hacia la democracia y la plena vigencia del régimen constitucional, los acuerdos políticos son indispensables para orientar y alentar los cambios en un ámbito de respeto recíproco, no se trata de destruir al adversario lo que llevaría fatalmente a la violencia, porque mientras unos disponen del poder otros tenemos al pueblo a nuestro lado, lo indicado es convenir entre todos un porvenir mejor para la República. (Aplausos.)
Reiteramos nuestra exhortación para que los mexicanos de buena voluntad que amén en verdad a su país se unan en la promoción de un acuerdo nacional para la democracia; partidos políticos y organizaciones sociales, trabajadores y empresarios, jóvenes y campesinos, estudiantes, intelectuales, creyentes y fieles de todas las religiones, soldados y funcionarios, hombres y mujeres hasta conformar un consenso que imponga por la vía de la concertación política del imperio de la ley, de la razón y de la tolerancia y por el mandato supremo del voto popular la transformación ordenada y justa del Estado y de la sociedad. ¡Democracia ya!, ¡patria para todos! (Aplausos.)
El Presidente del Congreso de la Unión: - Tiene la palabra el diputado Rafael Aguilar Talamantes.
El diputado Rafael Aguilar Talamantes: - Honorables miembros del Congreso de la Unión; señoras y señores invitados: No cabe duda que en medio de inteligentes usos y torpes abusos, la democracia se abre paso en nuestro país, madura la sociedad mexicana y maduramos las fuerzas políticas y con ello damos garantía de que en México habremos de salir adelante en todas aquellas aspiraciones nacionales y populares que contribuirán, que contribuyen ya a la grandeza de nuestra nación.
El reto no es fácil, vivimos en un mundo convulso y difícil, se requiere madurez como nación e inteligencia para enfrentar los retos y superarlos, pero México está en ese camino y quienes contribuimos con nuestro esfuerzo político a que se transiten los cambios democráticos que el país necesita, valorando altamente una estabilidad conquistada a pulso y una legalidad constitucional construida a base de grandes esfuerzos, estamos seguros que el día de hoy cuando el Presidente de la República rinda el segundo informe de gobierno va a dar testimonio del esfuerzo que todos los mexicanos estamos haciendo para construir la democracia y la grandeza de este país.
Es muy difícil que en un tiempo tan breve, 10 minutos apenas, podamos hacer un resumen o un cuestionamiento o una valoración justa del esfuerzo nacional realizado y particularmente de lo que acontece en la vida nacional.
Sin embargo, quisiera dedicar este escaso tiempo a hacer referencia a algunas cuestiones que nos parecen fundamentales.
En primer lugar, quisiera referirme a algo que afecta principalmente a la clase obrera de nuestro país: los salarios. Se ha dicho que para que tengamos una economía competitiva, para que México pueda competir en la economía mundial, se requiere producir más y con mayor productividad. Y se dice que sólo es posible que seamos un país competitivo, con salarios bajos.
Recientemente, con los dineros del pueblo de México, hemos estado viajando al extranjero un importante grupo de diputados. Y las experiencias que hemos observado en otros países, particularmente en Europa, son de que los países más competitivos, los países más desarrollados, los países más ricos, son los países que más respetan a sus obreros y mejor pagan a sus trabajadores. (Aplausos.)
¡Es falso, por lo tanto, que se requiere castigar los salarios, que se requiere deprimir los salarios para que tengamos competitividad!
Nosotros desde esta alta tribuna reclamamos un mejor trato a los obreros y ese mejor trato pensamos que debe darse a través de la elevación sustancial de los ingresos de los trabajadores. ¿Por qué dicha política? Por moral pública, por respeto a nosotros mismos, exigimos la solidaridad del Estado y de la sociedad también, con los jubilados.
Pensamos que desde esta alta tribuna se debe dar respuesta a las demandas de esos hombres, de esas mujeres, que entregaron años de esfuerzo a nuestro país.
Mi padre es un hombre de 90 años, jubilado, que gana 275 mil pesos mensuales. Y conozco la tragedia de los jubilados, el enorme esfuerzo que realizan para sostener a sus familias, y es justo que la Cámara legisle y el Ejecutivo responda con medidas que tiendan a elevar sustancialmente los ingresos de los jubilados, equiparándolos cuando menos al salario mínimo, para que puedan vivir con decoro.
Los militantes del Partido del Frente Cardenista hemos trabajado en todos estos años y particularmente en estos meses por encontrar respuestas a las grandes necesidades de los sectores populares, que ponen en manos nuestras sus problemas. Los necesitados de vivienda, los que luchan por trabajos, por tierras, los que demandan justicia. Y por eso tenemos una mayor capacidad de valorar, lo que significa ese extraordinario programa que el Presidente Salinas ha puesto en marcha: el Programa de Solidaridad.
Nosotros valoramos de manera diferente ese programa, porque estamos recibiendo los beneficios de ese programa a través de drenajes, agua potable, centros de salud, mejoramiento de la condiciones de vida de las poblaciones con las que también trabajamos. Como también valoramos la creación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, porque son militares nuestros víctimas continuamente de injusticias, y no teníamos a dónde acudir muchas veces para repararlas. Mantenemos una lucha permanente en defensa de la justicia y sabemos el valor que tienen estos organismos; como sabemos el valor del diálogo como forma de lucha, como forma de expresar nuestros intereses y como forma de defender a nuestros afiliados y a los sectores populares que confían en nosotros.
Sabemos, señoras y señores, que construir un país justo es obra de generaciones y participamos en ese propósito con nuestro modesto esfuerzo, como militantes políticos que a través del marxismo llegamos al cardenismo y descubrimos en el pensamiento nacional antiimperialista de Lázaro Cárdenas, en su programa histórico, capacidad para enfrentar los problemas ahora y del próximo siglo.
Somos orgullosamente defensores del cardenismo histórico y por ello valoramos la legalidad constitucional y la estabilidad política de este país. Y sabemos que la política en México tiene que ser un arte y una ciencia para poder promover los cambios e impulsarlos, sin trastocar algo que a los mexicanos nos ha costado mucho. Por eso recurrimos a las instancias que debemos recurrir para demandar y para resolver.
Las cardenistas del Partido del Frente Cardenista hemos desarrollado a pulso, a base de muchos esfuerzos, pero con sinceridad y con franqueza, una magnífica relación con el Presidente Salinas. Lo hemos hecho sobre la base del respeto mutuo, el trato digno, absolutamente independiente.
Nuestro trato, con decoro y con respeto, ha significado que podamos expresarle con la mayor claridad nuestras inquietudes y nuestras preocupaciones.
¡Desde esta tribuna quiero enviar un afectuoso saludo y un abrazo a nuestro amigo Joaquín Hernández Galicia, que está preso en una de las cárceles de esta ciudad, porque es un cardenista revolucionario, un dirigente petrolero que con dignidad y hombría supo, en su momento, sostener verticalmente la dirigencia del gremio petrolero!
¡Y quiero decirle a Joaquín, que he hablado de su asunto con el Presidente!
(Desorden.)
¡Que le he expresado la injusticia de su encarcelamiento, que hemos presentado elementos para demostrar su inocencia y que el Presidente, comprensiva y generosamente, nos ha escuchado y nos ha prometido contribuir a que ese asunto se resuelva con justicia y lo más pronto posible!
Los cardenistas históricos, los que defendemos el pensamiento del general Lázaro Cárdenas, somos hombres honrados y somos hombres leales...
El Presidente del Congreso de la Unión: - Señor diputado, esta mesa le recuerda que ya lleva usted 15 minutos.
El diputado Rafael Aguilar Talamantes: - ¡Voy a terminar!
Y como tales nos comportamos en las buenas y en las malas; por eso rechazamos la simulación, rechazamos que al pueblo se le quiera dar "gato por liebre". No estamos de acuerdo con ese cardenismo frívolo, superficial, que parece cardenismo de moda, ese cardenismo que alega "derechos de sangre", ese cardenismo de pedigrí.
(Desorden.)
Somos el cardenismo obrero, el cardenismo campesino, el cardenismo del general.
Desde esta tribuna...¡Me gusta que les duela a los cuauhtemistas! ¡Qué bueno que los cuauhtemistas se sienta lastimados! ¡Qué bueno!
El Presidente del Congreso de la Unión: - Están prohibidos los diálogos, señor diputado.
El diputado Rafael Aguilar Talamantes: - Porque es importante que en esta elevada tribuna de la nación ¡los farsantes queden en su lugar!
¡Al final de cuentas, el cardenismo histórico será en este país una ideología y un programa que
contribuya a la salud de la nación y al bienestar de México! Muchas gracias por su paciencia.
El Presidente del Congreso de la Unión: - Tiene la palabra el diputado Guillermo Jiménez Morales.
El diputado Guillermo Jiménez Morales: - Ciudadano Presidente; honorable Congreso...
El Presidente del Congreso de la Unión: - Permítame, señor diputado, un momento.
Esta Presidencia ruega a las personas que se encuentran en los pasillos, ocupen sus lugares y guarden silencio para escuchar al orador.
Adelante, señor diputado.
El diputado Guillermo Jiménez Morales: - Honorable Congreso de la Unión: La Quincuagésima Cuarta Legislatura se ubica y participa en la profunda transformación que caracteriza a la época en que vivimos. Las modificaciones en el mundo actual son estructurales en lo ideológico, jurídico, político y económico. Una era de impulso y renovación está presente en el afán de preservar y consolidar la paz social y el desarrollo de los pueblos que afrontan tensiones y conflictos, riesgos y oportunidades.
Las cámaras que integran el honorable Congreso de la Unión se encuentra en el vértice de las manifestaciones de una sociedad abierta, en la que la libertad y la voluntad de cambio son evidentes. Es indudable que el país vive ahora una democracia que se expresa en una más amplia participación de la comunidad mexicana, en un régimen más equilibrado de partidos, que recoge la amplia gama de fuerzas y tendencias de nuestro pueblo, que existe mayor armonía en la nación.
La vigencia de un ámbito de libertad y de intervención ciudadana, es de la mayor trascendencia y significado en los últimos tiempos. Hay una diferencia sustancial entre el actual sistema de partidos, respecto del que prevaleció durante las décadas precedentes. Hemos llegado a una nueva correlación pluripartidista.
Debemos de reconocer la importancia que los sucesivos cambios legales, que hicieron posible transitar hacia un nuevo marco jurídico, para fortalecer la vida democrática de la nación.
Con la reforma electoral emprendida, se fortalecen los procedimientos en la conformación de la representación popular. Los partidos políticos y la ciudadanía, en consulta pública contribuyeron a forjarla. No es el resultado de una visión exclusiva, porque la reforma incorpora los anhelos y aspiraciones de la sociedad mexicana, a una nueva etapa de nuestra evolución democrática.
La actual legislación no pretende resolver de una vez y para siempre todas las expectativas ni los problemas de la democracia mexicana, pero debemos reconocer en ella un instrumento viable para que los procesos electorales federales se realicen en un ambiente de mayor democracia y las disputas se diriman conforme a derecho.
La amplia concertación entre las diversas fuerzas políticas para su aprobación, da idea de su importancia. El acuerdo parlamentario que la hizo posible, fue la consecuencia de un prolongado esfuerzo colectivo que respondió a los intereses generales del país.
La actual legislatura adquirió una nueva composición que modificó sustancialmente el funcionamiento del Poder Legislativo y su peso específico en la vida del Estado.
La actuación de los miembros de las cámaras pertenecientes a los diversos partidos políticos, enriquece la función parlamentaria. La ciudadanía está ampliamente informada del acontecer legislativo.
Es constante la lucha de nuestro partido por concretar los ideales ciudadanos a la altura de nuestro tiempo. Hay avance y movilización. El gobierno se nutre de los principios revolucionarios. En una democracia como la nuestra, movimientos ideológicos partidistas y posiciones críticas, están presentes en la sociedad, como expresión libre de una participación que integra y fortalece la cultura política del país, concurren los ciudadanos, los grupos, los partidos, en la realización de las metas nacionales. Lo alcanzado es el resultado de la acción de todos los sectores.
Está vigente la democracia en las decisiones fundamentales de la comunidad, en el ejercicio del derecho en la atención a las demandas sociales, en la solución a las cuestiones nacionales. Es representativa de la integridad e impulso de los ciudadanos, preservar los valores, la soberanía y la independencia de México. Los legisladores de la nación expresan sin limitaciones sus propósitos y demandas. Para preservar los valores de libertad de expresión y armonía, es necesario aportar permanentemente ponderación en el juicio y mesura en el comportamiento.
Bajo estas premisas, los legisladores del Partido Revolucionario Institucional afirmamos que en México la reforma del Estado, la ampliación y el perfeccionamiento de la vida democrática y las reformas económicas, están dirigidas al mejor desarrollo del país y colocan en el centro de la actividad contemporánea a la sociedad y a la persona humana.
La paz social que compartimos, el impulso por la justicia, el afán por el desarrollo y el beneficio colectivo, ponen de manifiesto la importancia y validez del sustento político y moral de la obra del gobierno; con seriedad, sin desplantes, con eficacia, se cumplen los programas gubernamentales, se combate la pobreza, se procura la estabilidad y el crecimiento económico, dentro de un orden justo y equitativo.
El principio y la práctica de la justicia social están vigentes. Negar apoyo a quienes más lo necesitan va contra la sociedad y la persona. Los estados sin arraigo y sentido social, caen fácilmente en su deshumanización.
El Estado mexicano contemporáneo asume su debida naturaleza, al cumplir sus funciones propias, sin extralimitaciones ni desviaciones. Se ha debidamente dimensionado en lo económico y administrativo.
El país ha respondido con capacidad, audacia y concordia al desafío de nuestro tiempo. México se abre al mundo. El Ejecutivo Federal impulsa intensamente la solidaridad con las naciones, a fin de procurar nuevas inversiones y mercados. Se integran las causas comunes en nuestro hemisferio y el desarrollo recíproco con otras latitudes.
Las reformas económicas toman validez y sentido len el contexto de nuestro tiempo. No se pueden entender si nos separamos de los grandes cambios internacionales que se imponen en la realidad comercial y financiera de los pueblos. Ignorarlo sería desconocer las reglas de un mundo interactuante e interdependiente, incorporándolos al cambio; con trabajo incesante y capacidad competitiva, mantendremos incólumes la soberanía y la independencia nacional.
Vivimos un nuevo México, un innovado panorama se advierte, las reformas estructurales han calado hondo, existen nuevas oportunidades y expectativas, estamos obligados a responder con eficacia y congruencia a las nuevas condiciones de existencia.
Cierto es que en la trayectoria de la República no están exentos los riesgos, pero con capacidad y fe, los mexicanos vamos adelante en la modernidad.
México no se encuentra aislado, está en plena actividad para salir avante, la ciudadanía respalda las acciones del gobierno con trabajo, confianza y decisión. Hay estabilidad, desarrollo y paz social. Entenderlo así nos lleva a la seguridad de que el régimen actual tiene firmeza, efectividad y validez en sus principios y resultados.
Identificados procuramos el bienestar de la población, en especial de los que menos tienen. Dividir y fraccionar a los hombres y a los pueblos es fácil. La cooperación, aunque difícil, es lo importante, jamás la desunión y el quebranto.
Compañeros legisladores: En la función legislativa y ante la nación, debe unirnos una voluntad común, la conciencia y el cumplimiento del deber por la República. Por ello, convocamos a reafirmar la unidad fundada en la convicción y en la razón. La historia nacional nos revela con invariable persistencia que los capítulos decisivos de nuestra evolución, siempre fueron resultado del esfuerzo conjunto, de nuestra convergencia y de nuestra cuestión social en torno de una meta: México. (Aplausos.)
El Presidente del Congreso de la Unión: - Se declara un receso en espera del ciudadano Presidente de la República, licenciado Carlos Salinas de Gortari.
RECESO
El Presidente del Congreso de la Unión (a las 10.58): - Se reanuda la sesión. Se ruega a todos los presentes ocupar sus lugares.
(Llega acompañado de la comisión respectiva el ciudadano Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y se le rinden los honores de ordenanza.)
INFORME PRESIDENCIAL
El Presidente del Congreso de la Unión: - Tiene la palabra el ciudadano Carlos Salinas de Gortari, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos: - Honorable Congreso de la Unión; ; mexicanos: Cumplo con la responsabilidad constitucional de presentarme a la apertura del primer período ordinario de sesiones del Congreso de la Unión. En este momento entrego el informe escrito sobre el estado que guarda la administración pública federal. Acudo, además, motivado por la convicción de que con ello, afirmamos una saludable práctica republicana de
nuestro sistema político y reconocemos la razón de ser de nuestra función pública: servir a la nación.
Durante el período que cubre este informe el país ha confirmado su decisión de cambiar y modernizarse para fortalecerse ante el mundo y mejorar la convivencia entre los mexicanos. Se moderniza para hacer viable la economía en un entorno internacional de fuerte competencia y, así, generar empleo y oportunidades para todos. Se moderniza para canalizar las diferencias políticas ordenadamente, con paz social, y así, fortalecer la unidad que requiere acometer los retos internos y externos. Se moderniza para ser una sociedad más justa, más generosa, más valiosa para cada uno y más respetada en el mundo. Todo esto lo hacemos para permanecer soberanamente como mexicanos. Estas han sido las tesis del cambio en que todos estamos involucrados y que dan cuenta del robusto carácter nacional.
El compromiso con el cambio es irrenunciable. Tiene condiciones precisas y objetivos definidos: la soberanía y la integridad territorial; la preservación de las instituciones de derecho y las libertades; la consolidación de las condiciones del desarrollo económico y social. El cambio debe proteger también las tradiciones más arraigadas en la sociedad, la unidad familiar, la cultura que nos hace diferentes en el mundo, el lenguaje y los símbolos que nos unen. Debe respetar las creencias más profundas de los mexicanos. Es un cambio que fortalece la estabilidad general de la República y anima el orgullo de pertenecer a nuestra gran nación.
El mundo vive transformaciones profundas en todos los órdenes. En lo político, terminó la guerra fría y la bipolaridad. Un encuentro espléndido con la libertad ha desmoronado rituales y muros, rutinas y viejas jerarquías. Se abren nuevos espacios para el diálogo y se despierta la conciencia de opciones más amplias. En lo económico, atestiguamos la globalización de los mercados, la interdependencia financiera, el recrudecimiento de la competencia. En lo científico y tecnológico accedemos a una verdadera revolución en los procesos productivos y en la vida cotidiana.
Son cambios que avivan la esperanza. Las dificultades que enfrenta la nueva configuración serían más graves sin las transformaciones que la han hecho posible. No obstante, el mundo que dejamos era relativamente previsible. Ya no lo es. La incertidumbre es la nota distinta del momento; la interrelación global, su rostro futuro. El cambio es tan rápido que el escenario actual es ya diferente al del inicio del año. Los acontecimientos del Golfo Pérsico nos recuerdan bruscamente lo ilusorio del optimismo sin la superación de los desequilibrios profundos y sin la voluntad de acatar el derecho vigente. Mucho de lo que está sucediendo era imprevisible, pero nada es simple y todo nos afecta.
Nadie puede escapar a estos impactos decisivos. La tarea del cambio alcanza a todos, no sólo a los países en desarrollo. Hoy vemos viejos enemigos herederos de una historia de confrontaciones, proponerse metas comunes, articular sus economías, acudir al encuentro libre de sus culturas. Las naciones que no sepan adaptarse creativamente no podrán conservar su integridad. Quien no lo haga a tiempo dejará pasar las posibilidades que la nueva situación ofrece, pero se verá obligado a pagar, una a una, todas las desventajas: estancamiento, atraso tecnológico, tensión social y, al final, debilidad nacional, es decir, pérdida efectiva de la soberanía.
Hemos decidido salir al paso de estos cambios aprovechando sus oportunidades para hacer menores sus riesgos. Queremos encauzar los nuevos vientos que soplan afuera para evitar que se convierta, adentro, en tormentas inesperadas.
La quiebra general de los modelos de crecimiento sobreprotegido, de economías fuertemente estatisadas y regímenes políticos autoritarios ratifican el rumbo que hemos elegido: el de la apertura a las corrientes comerciales, financieras y tecnológicas; el de la reforma del Estado clientelar y propietaria hacia un Estado solidario y promotor, el de diálogo y el acuerdo en el marco de una nueva cultura política.
La fortaleza y la soberanía de México no se agotan hoy en sus fronteras. Deben hacerse valer también fuera de nuestro territorio, en el tablero de la interdependencia y la globalización. Si algo ha sido constante en nuestra vocación nacional, es la voluntad de cambiar por nosotros mismos al momento de las grandes transformaciones mundiales. Nuestra historia nos enseña también que podemos salir a conquistar nuestro lugar entre las naciones con una sana confianza en la fuerza y permanencia de nuestra cultura. A lo largo de los siglos hemos conservado las tradiciones más antiguas y absorbido las corrientes más modernas. Los rasgos de identidad y pertenencia acumulados dentro de esa cultura viven con vitalidad única en lo profundo de cada mexicano. Ellos nos dan hoy seguridad y entereza para cruzar fronteras y salir al mundo.
Se habla mucho del fin de la bipolaridad y del amanecer de una nueva configuración multipolar. Pero no se reconoce suficientemente que
vivimos un momento mundial de primacía militar al tiempo que se consolidan nuevos polos económicos, financieros y culturales. Las democracias que emergen en Europa Central nacen rechazando la ineficiencia productiva, la opresión cultural y el autoritarismo burocrático. Experimentan ahora con las instituciones políticas y ensayan audaces estrategias económicas porque prácticamente ha desaparecido el ejercicio hegemónico de su gran vecino. Pueden aceptar riesgos internos porque ya no tienen en sus fronteras ningún desafío inmediato a su soberanía. No es el caso de América Latina. Nuestras condiciones externas imponen otras formas a nuestras audacias. En el continente renace el aliento democrático, surge un nuevo ánimo por alejarse del estancamiento y la dictadura. Pero más allá de las intenciones, nuestra circunstancia geopolítica se mantiene y por ello la defensa de la soberanía permanece como propósito fundamental e imprescindible. Este es el valor más importante para México, el objetivo político decisivo al conducir sus nuevas relaciones con el mundo.
La multipolaridad económica también ofrece retos inéditos para los mexicanos. Se perfilan cada día ante nuestros ojos tres grandes centros rectores de la dinámica mundial: Europa, el Pacífico Asiático y Norteamérica, que concentran la capacidad de transformación financiera, comercial, científica y tecnológica. No existe siempre voluntad en los nuevos bloques de dar lo bienvenida y ofrecer vínculos productivos y respetuosos a naciones como la nuestra. Ellos exhiben muchas diferencias en su interior y se integran de modo distinto. Hay que luchar con tenacidad, con imaginación, para afrontar la competencia y negociar la participación nacional en la nueva configuración del mundo. No es una tarea fácil. ¿Como dirigir el cambio interno y promover la vinculación con los nuevos polos de desarrollo mundial? ¿Cómo fortalecer la soberanía en un mundo de creciente interrelación? ¿Cómo lograr que la globalización reconozca la autodeterminación? La respuesta que México ha adoptado, acorde con nuestra historia y con nuestras circunstancias, tiene dos vertientes: la primera es hacia el exterior y la segunda hacia el interior.
Hacia el exterior la estrategia se basa en la diversificación de nuestras relaciones. Con Europa, ante las perspectivas de unificación que se darán a finales de 1992, negociamos un acuerdo que nos asegure, en los hechos, el acceso de México a ese enorme mercado. Japón y los países asiáticos están formando un bloque extraordinario de finanzas, comercio e innovación. Estamos actuando para aprovechar su vertiginoso crecimiento y participar en los acuerdos de la Cuenca del Pacífico. Con los Estados Unidos nos hemos propuesto alcanzar un área de libre comercio. Con este país existe ya de hecho una intensa relación económica que en ausencia de un marco rector, tiende a crecer desordenada e inequitativamente. La extensión al Canadá daría mayor amplitud al acuerdo que buscamos y forjaría, en esta parte del continente americano, la zona de libre comercio más grande del mundo.
El punto es claro: debemos reconocer las nuevas reglas de la competencia global, acelerar internamente las transformaciones económicas, incrementar nuestra participación en los mercados mundiales. No es firme la soberanía fundada en el estancamiento, en la automarginación de los centros internacionales de tecnologías y recursos, bajo el argumento ingenuo que ahí sólo se inventan reglas de intercambios desventajosas para los países en desarrollo. Soberanía nunca quiso decir autosuficiencia o autarquía, falta de influencias o relaciones. La interdependencia no se opone por necesidad a la soberanía; la supone cuando está fundada en el control de la dirección del cambio interno, ya que sólo entre soberanos puede darse la interdependencia. Lo contrario sería subordinación, que para nosotros es inaceptable. Por eso luchamos palmo a palmo, como el mejor, por el lugar que nuestro país puede y debe ocupar en el mundo. Queremos que México sea parte del primer mundo y no del tercero.
Hacia el interior, fortalecemos la soberanía promoviendo la justicia, elevando el bienestar del pueblo. La tarea es extender la solidaridad y moderar las desigualdades. Compartimos esa pasión pública con las generaciones que edificaron nuestro Estado nacional y definieron su identidad precisa. Apelar a los sentimientos de la nación es algo más que una referencia retórica al compromiso fundador de nuestra historia. Es reconocernos en nuestra mexicanidad porque la justicia promueve la cohesión social de la nación, que es el cimiento de su soberanía.
Por eso cabe la pregunta: al defender a la nación en el mundo, ¿a quién estamos defendiendo adentro de nuestras fronteras? Para defender la soberanía de México hay que integrar a todos, con justicia, a la vida nacional, acortar diferencias sociales, ampliar la participación del mayor número en los asuntos y en los beneficios del esfuerzo colectivo. Los modos de incorporación son fáciles de enunciar, pero difícil es la labor de realizarlos: elevar el bienestar, multiplicar las oportunidades efectivas de empleo, educación, salud, alimentación, vivienda, seguridad y ambiente sano, de autoestima y superación personal. Se trata de tener crecimiento económico e instituciones justas, de asegurar la participación de
los más en las decisiones que los afectan. En breve, se trata de democracia, ahí, en la vida del día con día, en la vida cotidiana, donde es menos pensada pero, sin duda, igualmente importante.
La soberanía entraña la justicia. Demanda más oportunidades y acceso a ellas para todos. Supone, especialmente, la erradicación de la miseria. Esta es la tarea mayor de una sociedad como la nuestra. La desigualdad extrema pone en peligro nuestra identidad, nuestra determinación autónoma y aún el poder vernos a nosotros mismos con orgullo. Por eso, avanzar hacia formas de equidad más concretas es una manifestación de la nacionalidad; solidarizarse con quienes más lo necesitan, es su expresión más elevada. La soberanía nacional debe invocar tanto la soberanía popular, la democracia, como la solidaridad y la unidad en torno a los retos de la nación.
Requerimos para ello un Estado concentrado en lo básico, promotor de la infraestructura social y con respuestas a las demandas más sentidas de la población. Este, y no otro, es el sentido de la reforma del Estado; la justicia. Ahí es para tener la fortaleza que demanda su fin superior: la soberanía. No hay otra manera de reformar al Estado que perfeccionar sus instituciones y sujetar su acción a la ley, apoyarse en la sociedad, abandonar su carácter excesivamente propietario y excluyente. Era inaceptable un Estado con tantas propiedades frente a un pueblo con tantas necesidades. El Estado tan propietario debilitaba la salud de la economía, la atención política, el ánimo de la gente, la defensa efectiva del país en el exterior. Por eso, el Estado solidario, cuyo objetivo es la justicia, no ampara proteccionismos ni privilegios oligopólicos, pero regular mejor; no posee, sino conduce, no sustituye sino orienta. El Estado justo no renuncia a sus obligaciones constitucionales, particularmente las de propiedad estratégica, sino las consolida y cumple. Usa el gasto público para abrir oportunidades, para mitigar los efectos que dejó la crisis y los que ocasiona el tránsito hacia el nuevo modelo de desarrollo.
La justicia que procura el Estado solidario es defensa de la soberanía adentro. La defensa moderna de la soberanía requiere un Estado que, simultáneamente, se vincule a los centros de desarrollo en el mundo y extienda la justicia entre sus ciudadanos. Para lograrlo, debe ser un Estado promotor del crecimiento y que exprese mejor a la sociedad, lo cual implica, a su vez, una reforma política y una reforma económica de igual magnitud e intensidad.
El destino soberano de México reside en la democracia y en la prosperidad compartida. Su plena realización requiere en materia política, nuevas posibilidades de expresión y asociación, de decir y pensar lo que más convenga a los intereses propios, pero también de instituciones y prácticas que fortalezcan las responsabilidades democráticas en el ejercicio de la libertad y de organizaciones políticas con capacidad para gobernar y defender los intereses de la soberana República. En materia económica se requieren reglas claras y permanentes, condiciones de desarrollo sostenido para que todo mexicano pueda dedicarse a la profesión o industria que más convenga al bienestar propio y al de su familia, promoviendo siempre el interés general que hace posible el de cada uno.
El crecimiento económico sólo tiene sentido en la medida en que sirva al objetivo final: elevar el nivel de vida de todos los mexicanos. Este objetivo obliga a mantener la estabilidad, a incrementar la producción y repartir mejor sus beneficios. Por eso, quedan descartadas las propuestas que dan referencia a unos cuantos en detrimento del bienestar de la mayoría. Es el caso de la protección excesiva frente a la competencia externa, de la regularización exagerada que crea monopolios y fomenta el abuso de subsidios indiscriminados en condiciones de escasez. Tales prácticas anacrónicas dividen en dos grupos a la ciudadanía: los pocos que se benefician y los muchos que deben pagar. Inhiben el esfuerzo productivo, favorecen relaciones de privilegio, paralizan la iniciativa de los mexicanos. Por ello, la modernización económica de México está eliminando estas viejas actitudes.
Una economía que funciona es, ante todo, una economía con estabilidad. La inflación lastima más a quienes menos tiene, obstaculiza la inversión, desalienta a la sociedad. Estabilidad quiere decir finanzas públicas sanas y competencia abierta; exige que el gobierno no gaste lo que no tiene y que gaste bien. Los países que han tenido déficit mayores y han cerrado sus economías no han propiciado el progreso de sus sociedades sino su estancamiento. Ciertamente, hay quienes pretenden vincular la orientación social de un gobierno con el descontrol fiscal. Otros suponen que la mera disciplina presupuestal y la sola libre competencia bastan para que se beneficie a toda la población. Pero nuestra experiencia histórica y la de otros países que nos dicen que los primeros engañan y los segundos no cumplen.
El Estado debe actuar siempre con responsabilidad fiscal, promover el crecimiento, armonizar intereses encontrados y moderar diferencias sin inhibir a la sociedad. Una intervención estatal excesiva o, en el otro extremo, una inexistente, son igualmente de perjudiciales. En la ausencia se
radicalizan las diferencias, se fomentan los abusos, se protegen las injusticias y la desigualdad termina por perjudicar a todos, aún a los que creen tener las mejores posiciones. En el exceso de intervención, ya lo hemos visto, surgen fuentes de ineficiencias y privilegios, desatención, subordinación y debilidad. Quienes nos dieron Constitución e instituciones buscaron un Estado justo que participe en la vida social y productiva y que defienda a la nación. Sobre todo, ambicionaron un Estado comprometido con el bienestar del pueblo. La reforma del Estado es hacer realidad cotidiana esa voluntad histórica, que es todavía nuestra.
Necesitamos sumar voluntades y esfuerzos para avanzar a paso seguro, sin afectar la estabilidad general del país. No hay otro método para ello que el diálogo constante, la multiplicación de los acuerdos y su cumplimiento puntual. La democracia es compromiso y sustento del Estado mexicano. Al abrir canales de expresión y participación popular, la democracia libera la creatividad potencial de nuestra sociedad. Los nuevos consensos sociales, al superar a la vez uniformidad de criterios y dispersión de voluntades, promueven la unidad interna indispensable para subsistir en el concierto de las naciones modernas.
Nuestra democracia es soberana. Ciertamente, hace suyo el ideal universal del autogobierno a través de la representación, fundada en el voto universal y secreto. Pero no compra imitaciones ni se subordina a la calificación externa. La discusión sobre nuestra democracia no tiene fronteras, pero sólo hay un juez decisivo que es el pueblo mexicano, Aprendemos del mundo lo que puede enriquecer nuestra vida política, pero valoramos lo bueno que tenemos, lo que, tal vez por evidente, con frecuencia se oculta. El nuestro no es un sistema de partidos inventado, sino el que se formó en nuestra historia reciente y el que debe aprender a convivir con pleno respeto a la ley, con la mayor responsabilidad ante la nación.
La iniciativa política para la democracia es consustancial a la modernización económica del país. Queremos una democracia a la altura de las mejores en el mundo, capaz de conducir a nuestra patria con elevados niveles de consenso y con mecanismos eficientes para dirimir el debate. En las instituciones políticas del país, los ejes del cambio son la aplicación de la ley y el servicio público que sirve y no se sirve del poder. No se trata de meras adecuaciones administrativas, sino de efectiva protección de derechos y rápida respuesta a las demanda. El Estado está modernizando su relación con la sociedad civil, promoviendo la nueva cultura política que anima ya a ciudadanos y grupos sociales. Ni la soberanía, ni la justicia, ni la cultura democrática pueden prosperar en el ejercicio arbitrario del poder, como tampoco sin las virtudes cívicas en el ciudadano y sin la responsabilidad política de los partidos ante la nación. Finalmente, educarnos en la ley, aplicarla, es la respuesta llana y simple que todos debemos procurar.
El cambio político no es para destruir nuestra base institucional ni quebrantar la paz social, condiciones necesarias, aquí y en todas partes, para realizar los objetivos nacionales. Los mexicanos no quieren aventuras, cambios bruscos ni riesgos innecesarios. Quieren que el diálogo, el respeto y la responsabilidad sean la manera de mejorar la vida política de la nación. La democracia electoral no se alcanza con prácticas que pongan en riego la estabilidad del país o la continuidad de las instituciones. Debemos congratularnos por los nuevos instrumentos legales aprobados por la mayoría pluripartidista en el Congreso.
El diputado Jorge Martínez y Almaraz (desde su curul): - Quiero hacerle una pregunta...
El Presidente del Congreso de la Unión: - Permítame, señor Presidente. Señor legislador, ésta es una sesión de Congreso General que se lleva a cabo de acuerdo con el artículo 69 de la Constitución, el 5o., el 7o. y el 8o. de la Ley Orgánica y el 189 del reglamento. No está previsto de ninguna manera la deliberación en esta sesión de Congreso General, a la que concurren las dos cámaras; no le puedo dar el uso de la palabra, señor diputado. (Aplausos.)
Continúe usted, señor Presidente.
El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos: - Finalmente, educarnos en la ley, aplicarla, es la respuesta llana y simple que todos debemos procurar. El cambio político no es para destruir paz institucional y quebrantar paz social.
En su dimensión participativa y cotidiana, la democracia ha tenido su prueba en el acercamiento del gobierno a todos los grupos sociales y en la participación de éstos en las soluciones que les atañen. Visito constantemente toda la República, escucho las demandas, me comprometo y cumplo. En los programas gubernamentales han tenido preeminencia la tolerancia y el diálogo político. Los valores de la democracia están en la nueva participación de la gente, en la autonomía fortalecida de individuos y grupos, en el acuerdo y en la negociación, en reglas claras y responsabilidades precisas.
La soberanía de México está fundada en una virtud comunitaria y colectiva que se ha traducido en la búsqueda incansable de la justicia social, en la erradicación de la miseria y en la construcción de los medios institucionales que garanticen el bienestar compartido. Pero, también, la soberanía sustentada en la solidaridad se nutre y fortalece por el consenso y por la participación. En este sentido, soberanía es también democracia: democracia participativa, tolerancia y diálogo, acuerdo y acción concertada.
Diputados y senadores de la República: Dar cuenta de lo que sociedad y gobierno hemos realizado en este año, verlo a la luz de la gran transformación mundial y trazar las tareas nacionales que nos ocuparán ahora, es el contenido de este mensaje.
La política exterior es un instrumento fundamental de relación soberana con el resto de las naciones. Norman nuestra acción internacional, el respeto a la autodeterminación de los pueblos y la no intervención en sus asuntos internos. Nos pronunciamos invariablemente por la solución pacífica de las controversias y por la igualdad jurídica de los estados. Sabemos que el desarrollo sólo es posible con la cooperación internacional, libre de la amenaza y del uso de la fuerza.
Por eso, la respuesta a la transformación global ha sido una voluntad decidida de diversificar nuestras relaciones y emprender un progresivo acercamiento con los nuevos bloques regionales. Recibimos la vista de 12 jefes de Estado y gobierno y, además, sostuve encuentros con 34 mandatarios. Nos hemos abierto hacia el mundo, hacia los centros de mayor dinamismo y también hacia los que para nosotros son más naturales, donde nuestros empeños tienen significado histórico y cultural.
Con Estados Unidos de América buscamos una interacción que reconozca la importancia de la relación bilateral para ambos países, enfatizando el diálogo, el respeto y la reciprocidad. Se ha insistido en el equilibrio de las relaciones comerciales y financieras, una mejor cooperación en la lucha contra la delincuencia y el narcotráfico, escrupulosa de la soberanía, del derecho nacional y de la buena fe. Hemos demandado un trato justo y humano para los indocumentados, y se creó el Programa para las Comunidades Mexicanas en el Extranjero. Durante el mes de junio realicé una visita a Washington, y en esa ocasión traté con el presidente Bush los temas de la agenda bilateral y, en particular, los aspectos del comercio.
Iniciamos conversaciones para encontrar mecanismos que permitan un vigoroso desarrollo de nuestras relaciones económicas en beneficio de ambas naciones. El Foro Nacional de Consulta que organizó el Senado de la República sobre las relaciones comerciales de México, concluyó en la conveniencia de un Acuerdo de Libre Comercio con Estados Unidos. Demandó reciprocidad a nuestra apertura comercial unilateral, eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias, reconocimiento a los distintos grados de desarrollo, eliminación de medidas unilaterales de interpretaciones subjetivas, mecanismos objetivos para dirimir diferencias. Sobre estas bases conducimos ahora el diálogo.
Estamos en la etapa de los análisis y las consultas. Como anticipamos, las negociaciones formales no empezarán sino hasta el primer semestre del año próximo. México ofrecerá en solo frente, tomando en cuenta los intereses de los empresarios y los grupos medios, los derechos de los obreros, las preocupaciones de los campesinos y las opiniones de los expertos. Procederemos con seriedad, con la fortaleza que nos da lo que estamos realizando internamente, con intensidad pero sin premura, con el tiempo requerido para obtener los mayores beneficios para el país.
Cuidaremos que el plazo de la transición sea lo suficientemente largo para que los cambios sean graduales; que los sectores más expuestos cuenten con mecanismos adecuados de ajuste; que las empresas medianas y pequeñas tengan acceso a los apoyos necesarios para integrarse con ventaja a cadenas productivas.
La negociación de un acuerdo como el que pretendemos alcanzar con los Estados Unidos, no incluirá tema alguno fuera del ámbito estrictamente comercial.
(Desorden.)
El Presidente del Congreso de la Unión: - Permítame, señor Presidente. Les ruego, señores diputados, orden en la sala y respeto al recinto. Le ruego a usted respeto al recinto si es tan amable. Respetemos al recinto. Continúe usted, señor Presidente.
El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos: - La negociación de un acuerdo como el que pretendemos alcanzar con los Estados Unidos, no incluirá tema alguno fuera del ámbito estrictamente comercial. Esta es la diferencia entre un acuerdo de libre comercio y un tratado de mercado común. Conservamos intacta nuestra autonomía frente a terceros países.
Quiero ratificar que la nación mantendrá la propiedad y el dominio pleno sobre el petróleo y los hidrocarburos. (Aplausos.)
Reitero, la nación mantendrá la propiedad...
El diputado Miguel Aroche Parra: - (No se escuchó.)
El Presidente del Congreso de la Unión: - Señor diputado, guardemos orden en el recinto. Continúe usted, señor Presidente.
El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos: - La nación mantendrá la propiedad y el dominio pleno sobre los hidrocarburos y el petróleo, y el Estado seguirá ejerciendo íntegramente las facultades que le otorga el artículo 28 de la Constitución para desarrollar, de manera exclusiva, las áreas estratégicas.
Recibió en el mes de marzo la visita del Primer Ministro de Canadá. En esa ocasión se firmaron acuerdos en materia de agricultura, turismo, comercio e inversión. El encuentro ha resultado particularmente benéfico. El Canadá es participante potencial en un acuerdo de libre comercio. Mantenemos una estrecha comunicación y preparamos condiciones propicias para avanzar en esa dirección.
De especial importancia son las relaciones con los países de nuestra frontera sur. Los vínculos establecidos con Guatemala y Belice han alcanzado la más elevada fluidez política de los últimos años. Recibimos la visita del Presidente Cerezo; a través de los trabajos de la Comisión Binacional hemos avanzado en la solución de los problemas financieros, comerciales, migratorios y de coinversiones en la frontera. Son relevantes los convenios con Belice para combatir al narcotráfico así como el suministro de energía eléctrica a ese país, establecidos durante la visita del Primer Ministro Price. De la misma manera, el Caribe nuestra tercera frontera, amerita una mayor presencia de México. El gobierno ha actuado en consecuencia. Avanzamos en proyectos concretos con el primer ministro Manley y, durante mi visita a Jamaica, se formalizó la participación de México como observador en la comunidad del Caribe.
México apoya los esfuerzos para superar la grave situación económica y social de los países de Centroamérica, porque es congruente con nuestros principios y está en nuestro interés. La paz necesita sustento en el desarrollo de la región. Por eso formamos parte ya del Banco Centroamericano de Integración Económica, alentamos un renovado Pacto de San José y, en concertación con Colombia y Venezuela, estamos diseñando fórmulas de cooperación hacia los países centroamericanos. Hemos encontrado nuevos mecanismos para negociar las deudas pasadas y promover el comercio con México. Con la visita de los presidentes electos de Honduras y Costa Rica, de los presidentes de El Salvador y Nicaragua, y mi visita a Honduras hace unos días, adelantamos una nueva iniciativa, directa e intensa, con esta área vital para nuestra nación. Nuestra propuesta apunta a elevar la oferta exportadora de la región, el abasto seguro de energéticos, la asistencia técnica y el financiamiento tanto a importaciones centroamericanas como a proyectos conjuntos de inversión. Hemos elevado el aprecio por nuestro país en Centroamérica.
Una solidaridad del mismo temple nos enlaza con la región latinoamericana a la que pertenecemos y con las que guardamos vínculos históricos y afinidad cultural. La condiciones hoy favorecen un mayor realismo, un auténtico intercambio, una renovada conciencia colectiva. América Latina tiene en la conformación de gobiernos democráticos y en la apertura de sus economías el potencial para una integración efectiva. Debemos hacer de ésta un proceso paulatino, lúcido y ordenado, avanzando hacia un comercio más libre para no colocarnos en desventaja frente a otras regiones. Debemos eludir propuestas inalcanzables que nos llevarían nuevamente al desencanto y a la frustración.
El retorno de la democracia a Chile permitió el reencuentro anhelado con un país querido y cercano. A través de las visitas de Estado recíprocas hemos recuperado vínculos y preparamos las bases para un acuerdo de libre comercio con ese país. Acudí a Ecuador a refrendar una vieja amistad, y formalizamos acuerdos específicos vinculados a los sectores comercial, pesquero y energético. Asimismo, visité a las repúblicas de Bolivia, Argentina, Uruguay y Brasil. En estos encuentros precisamos medios prácticos para una mejor relación entre nuestras naciones. Se firmaron 25 acuerdos de cooperación. México participó en la IV Reunión de Presidentes del Grupo de Río en Caracas, Venezuela, que admitió nuevos miembros y se proyecta como el ámbito de concertación política para la integración y el diálogo con los nuevos bloques económicos. En este contexto, México propuso lineamientos para pasar a los hechos en los acuerdos comerciales dentro de la región. Los 10 puntos que presenté ante Asociación Latinoamericana de Integración, que también derivaron de la consulta nacional del Senado, han sido asumidos por el Grupo de Río. Con Colombia, tras la visita del Presidente
Gaviria, se avanzaron acuerdos para la explotación de las minas de carbón colombiano. Nuestro país ingresó como miembro de la Corporación Andina de Fomento. Probamos así, en los hechos y con iniciativas eficaces, la clara vinculación de México con América Latina. Mantendremos nuestro propósito de integración y seguiremos siendo sus más decididos promotores.
Por su pertenencia a la Cuenca del Pacífico, México busca participar de la dinámica tecnológica y de la capacidad financiera de su región asiática. Con ese propósito visité Japón, Australia y Singapur, y se establecieron nuevas representaciones en este último país y en Tailandia. Promovimos el ingreso de México a los esquemas de concertación de la zona, como la Conferencia para la Cooperación Económica Asia - Pacífico. En septiembre, México pasó a ser miembro de pleno derecho en su Comité Permanente. De la visita del Primer Ministro Kaifu y mi viaje al Japón tenemos resultado concretos. Se precisaron apoyos financieros para el combate a la contaminación, reconstrucción de locomotoras, equipamiento de termoeléctricas y promoción de nuestras exportaciones a ese país. Avanzamos en un mayor acercamiento entre dos culturas celosas de sus tradiciones milenarias. La visita del Presidente de la República Popular China permitió mejorar el entendimiento y la colaboración a través de un mecanismo de consulta bilateral.
En mi gira de trabajo por Europa visité Portugal, Reino Unido, República Federal de Alemania, Suiza y Bélgica, a fin de incrementar el comercio y atraer inversiones. Este un creciente apoyo de esta comunidad a los esfuerzos de transformación de México. Participamos como miembro fundador en el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo; lograremos así una mayor presencia y vinculación con las economías de los países de Europa Central. Ante el GATT fijé nuestra posición en las negociaciones de la Ronda Uruguay: fin de las interpretaciones unilaterales, desmantelamiento de las barreras no arancelarias, reconocimiento de las diferencias de desarrollo y en particular, reciprocidad a la apertura de México. El éxito de la ronda es fundamental para promover un sistema comercial abierto a nivel global, evitar fricciones crecientes entre bloques y ofrecer beneficios compartidos. Por ello, México apoya y espera una conclusión positiva de las negociaciones de este año. Hasta ahora ha sido más fácil conciliar puntos de vista entre países desarrollados y en desarrollo que resolver las diferencias en materia agrícola entre Estados Unidos y la comunidad europea. Esta es una situación paradójica y riesgosa que debe superarse.
Destacan las visitas a México de los reyes de España y del Presidente del Consejo de Ministros de Italia, Andreotti. Con estos países se firmaron acuerdos bilaterales de Cooperación y Amistad y de Cooperación Económica, respectivamente. La presencia en México del Presidente Havel, de la República Federativa Checa y Eslovaca, permitió un acercamiento importante a los procesos de apertura y cambio de las naciones de Europa Central. Ampliamos también nuestra presencia en África abriendo embajadas en Marruecos y Zimbabwe con el fin de aprovechar las oportunidades de intercambio que ofrecen estos países.
Con la asistencia de más de 70 jefes de Estado y gobierno en la cumbre mundial en pro de la infancia que México auspició, enfatizamos no sólo la prioridad que deben tener los niños para el mundo. sino la promoción de una más aguda conciencia sobre los graves abusos que sufren los menores que migran con sus familias, los refugiados, los muchos que viven en la pobreza. Soló una iniciativa global para el desarrollo puede comenzar a dar verdaderas esperanzas al mundo y a los niños del siglo XXI. (Aplausos.)
El pueblo de México recibió con cariño y respeto al papa Juan Pablo II. "El peregrino de la paz" encontró a su paso fe y alegría, fue una visita que dejó un recuerdo permanente de aliento. Los mexicanos guardamos siempre afecto hacia él.
En la Asamblea General de las Naciones Unidas, nuestro país señalo su deseo de reforzar la diplomacia y la primacía del derecho internacional en esta oportunidad histórica que nos ofrece el fin de la guerra fría. Afirmé que soberanía y democracia son indispensables en un mundo de independencia. Soló así, autogobernarse permite comprometerse, ligarse, abrirse hacia la comunidad de naciones. Por eso, el futuro debe estar en más y no menos respeto a los estados; en un más estricto y eficaz apego al derecho internacional.
La soberanía y la seguridad de la nación tienen en las fuerzas armadas uno de sus más firmes baluartes. Identificados plenamente con los intereses de la sociedad a la que sirven, el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada de México han cumplido con sus responsabilidades, han desplegado también, una solidaridad ejemplar con las comunidades cuando más lo han necesitado. Así sucedió con los damnificados por el huracán Diana, donde ejecutaron el Plan DN - III - E y el plan SM - AM - 90. La modernización de los
institutos armados ha tenido efectos que ya es posible apreciar en su actuar cotidiano. Su capacidad de respuesta se ha incrementado con el ajuste de los dispositivos, el desarrollo de su entrenamiento y la mejoría de instalaciones, armamento y equipo. Destaca la adquisición de helicópteros de avanzada, de equipo electrónico y de telecomunicaciones, de refacciones y accesorios actualizados. Se construyeron y rehabilitaron centros militares y navales. Hoy, las fuerzas armadas están mejor equipadas para sus altas funciones.
Reconocemos la trascendencia que para la seguridad de la nación y nuestra vida institucional tienen sus operaciones contra el narcotráfico. El Ejército en especial, la Fuerza Aérea y la Armada destruyeron plantíos, decomisaron enervantes y estupefacientes, clausuraron pistas clandestinas eficazmente. Se inició la fase II del Sistema de Detección y Control donde los nuevos radares mexicanos permitirá detectar aeronaves que pretendan internarse con drogas al país. En el cumplimiento de su elevada misión aportan toda su experiencia y capacidad, y cuando las circunstancias lo demandan, también su vida. Transmito con orgullo a los soldados y marinos de México el reconocimiento y el aprecio que el pueblo les tiene. Su valor y su lealtad son ejemplares. (Aplausos.)
México vive un ambiente de libertades ampliadas. Estamos adecuando nuestras instituciones y prácticas políticas para conducir ordenadamente nuestras propias transformaciones internas. Se trata de la construcción de una democracia que nade de nuestra experiencia y que se fortalece de los cambios mismos de la sociedad. Por ese valor la unidad y la estabilidad. Las naciones que se han desarrollado han requerido largos períodos de continuidad institucional. Promovemos el cambio para generalizar el respeto de todos a la ley, alentar una participación ciudadana más amplia y el ejercicio moderno de la acción gubernamental y, demás, para estimular la competencia civil entre partidos en el marco del derecho, producto de un acuerdo responsable entre ellos.
Por obligación y por convicción buscamos la mayor protección a los derechos fundamentales del hombre, las garantías individuales que consigan nuestra Constitución. Combatimos la delincuencia y erradicamos la impunidad. Por eso, también, protegiendo sus derechos se preliberaron más de 12 mil reos en estricto apego a la ley.
Se creó la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Con la participación social y con una firme voluntad política, sus labores ampliarán la defensa de los derechos de quienes viven en México. La respuesta no se ha hecho esperar. Se han atendido 297 denuncias presentadas de presuntos atropellos a las libertades. Aspiramos a una Policía Judicial Federal profesional, ética y ejemplar. El respeto a las personas, aun a los que delinquen, es el propósito que tienen que atender. Por eso se fortalecen los sistemas de evaluación y estímulo pero, sobre todo, los de control y sanción. En el transcurso de este período ordinario evitaré iniciativas de ley para garantizar los derechos durante la investigación y averiguación previa y durante el procedimiento. Que no exista la menor duda: Con la protección de los derechos humanos estamos firmemente comprometidos. Actuaremos en consecuencia. (Aplausos.)
México reafirma sus principios humanitarios y ratifica la observancia de su tradicional política de ayudar a refugiados y derecho de asilo. Envié al Congreso de la Unión iniciativa que entró en vigor el pasado 18 de julio, mediante la cual se adiciona el artículo 42 de la Ley General de Población y se crea la figura migratoria de refugiados. Con este paso adecuamos una larga tradición política de nuestro país a las condiciones modernas de la vida internacional. Mención especial merece el Programa Paisano, establecido para garantizar un trato digno al regreso de los trabajadores migratorios mexicanos. Hoy nuestros consultados han proporcionado 350 mil tarjetas que identifican y protegen a mexicanos fuera del país y cuando reingresan al territorio nacional. En México no podemos permitir que los propios ciudadanos teman su retorno y desconfíen por abusos de autoridades menores.
La relaciones entre los poderes de la Unión han sido respetuosas y de colaboración. Esto ha permitido un más adecuado cumplimiento de las funciones a cada uno encomendadas. Se atendieron con oportunidad y se pusieron a disposición de los legisladores los elementos necesarios para el ejercicio de sus atribuciones. En un marco de respeto hemos cumplido con las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de los tribunales competentes. Al mismo tiempo hemos procurado poner a su disposición los elementos necesarios para el fiel cumplimiento de su delicada y trascendente función. De igual manera se fortalece la coordinación interinstitucional del Poder Ejecutivo Federal con los gobiernos de los estados.
Nuestra lucha contra el narcotráfico no ha cejado. Hemos llevado adelante la destrucción de plantíos en más de seis mil hectáreas, la aprehensión de más de 18 mil presuntos responsables de delitos contra la salud, y el aseguramiento de armas,
naves y vehículos utilizados para estos actos ilícitos. Se han decomisado en 1990 más de 45 toneladas de heroína y cocaína base, equivalente a 800 millones de dosis. El valor de mercado de las drogas decomisadas durante mi administración sería del orden de 120 mil millones de dólares. Nuestro compromiso de acabar con el narcotráfico es irrenunciable como firme es la convicción de que, en nuestro territorio, sólo los mexicanos combatimos este grave mal. Hemos hecho valer los compromisos jurídicos que dan seguridad a los procedimientos internacionales de ejecución de sentencias, de cooperación jurídica y de recuperación de bienes. En el combate al narcotráfico el gobierno continuará actuando decididamente; pero no basta su acción, se requiere la participación de toda la sociedad para su eficaz combate.
Nos empeñamos en reforzar los sistemas de vigilancia y control del gasto público y el comportamiento legal, honesto, eficiente, de la gestión gubernamental. Que los recursos fluyan, que las tareas se realicen, que las obras se terminen y sirvan a la población. Debemos reconocer el enorme daño que ocasiona la promesa incumplida, el servicio interrumpido, la edificación inconclusa. El apoyo de la población es insustituible para que esto no ocurra.
En materia electoral, el Congreso de la Unión ha aprobado un nuevo marco jurídico integralmente renovado. El acuerdo democrático que hizo posible la reforma de la Constitución y la aprobación del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales constituye una innovación madura, un ejercicio político de altura. Por primera vez en la historia moderna del país, los legisladores de partidos pertenecientes a todo el espectro político aprobaron las nuevas reglas electorales.
El diputado Pablo Gómez Alvarez (desde su curul): - Eso no es cierto, déjeme hacerle unas preguntas.
El Presidente del Congreso de la Unión: - Señor diputado Pablo Gómez, diríjase usted al Presidente del Congreso en primer lugar.
El diputado Pablo Gómez Alvarez (desde su curul): - Quiero hacerle unas preguntas.
El Presidente del Congreso de la Unión: - No, está no es una sesión deliberativa, usted lo sabe muy bien, es sesión de Congreso General en la que sesionan las dos cámaras y en la que ésta previsto solamente la intervención del Presidente de la República y el Presidente del Congreso. No hay posibilidad de darle el uso de la palabra. (Aplausos.)
No, señor, no le puedo dar el uso de la palabra. Soy yo el que debo decirlo, no puede usted hacer uso de la palabra. Continúe por favor.
El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos: - Fue la iniciativa de los partidos políticos y el diálogo intenso, a veces apasionado, lo que hoy permite tener un instrumento perfeccionado para conducir la contienda electoral. Tanto en este Congreso, como en la vida académica y en los medios de opinión pública, muchas ideas y propuestas se expusieron. Días, incluso noches enteras, fueron testigos de la fuerza del debate y, al culminar, de la fuerza de la razón. El 85% de los diputados federales votó por el Código. Cinco de las seis fuerzas políticas aquí representadas lo consideró, en su conjunto, superior al que nos regía.
La nueva legislación electoral es hoy derecho positivo, y por ello, a todos obliga. Crea nuevas autoridades donde ningún partido, ni conjunto de ellos, tiene primacía. Los nombramientos se sujetan a procedimientos y requisitos objetivos, no arbitrarios. En el órgano superior, los consejeros representan a más de una fracción parlamentaria. Todos los partidos tienen representantes; se crea una nueva figura de consejeros magistrados que duran en su encargo ocho años para dar continuidad e imparcialidad a las decisiones. El nuevo Tribunal Federal Electoral tiene plena jurisdicción y sus resoluciones no podrán modificarse más que por las dos terceras partes del colegio electoral, es decir, solamente mediante un amplio acuerdo entre las distintas fuerzas políticas. Los partidos tienen más prerrogativas y también más obligaciones. Se abre el capítulo de los delitos electorales. Se profesionaliza el servicio electoral, se elabora un padrón totalmente nuevo, confiable, con base al cual se otorgarán nuevas credenciales para votar.
(Desorden.)
El Presidente del Congreso de la Unión: - Señores legisladores, en la Cámara de Diputados se analizará esto. Señores legisladores, en ambas Cámaras, en próximos días de la semana entrante se iniciará el análisis de este informe. Ahí podrán ustedes expresar todas sus opiniones, guardando aquí el orden que corresponde. Repito, en el análisis del informe presidencial en la Cámara de Diputados y en el Senado mismo, ahí podrán ustedes expresar sus opiniones. Es donde nos corresponde a nosotros hacerlo como legisladores. Aquí guardemos el orden, guárdense el orden y la dignidad a este recinto. Señores legisladores, escuchemos el informe presidencial, a ese hemos venido para después analizarlo en la sesión correspondiente de cada Cámara. Guarden
silencio. Guarden el respeto a este recinto. Guardemos silencio para poder escuchar el informe presidencial, señores. (Aplausos.)
Continúe usted por favor, señor Presidente.
El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos: - He cumplido con la obligación de enviar las propuestas para consejeros magistrados del nuevo organismo electoral y, en período extraordinario de la Cámara de Diputados, se aprobaron los nombramientos por mayoría calificada como lo establece la ley, es decir, los funcionarios electorales y los miembros del tribunal electoral fueron aprobados por legisladores de partidos políticos de la más diversa orientación. Se han realizado las acciones necesarias para crear y poner en funcionamiento las instituciones previas en el código. El gobierno ha comprometido importantes recursos presupuestados para ello. Toca ahora a las organizaciones políticas, a las nuevas instituciones y a todas las autoridades federales, la más estricta observancia de la nueva ley y promover la más amplia participación del ciudadano. El compromiso de todos debe ser con la transparencia del proceso electoral. Los resultados dependerán de la capacidad de cada organización política para convencer y ganarse el voto de los mexicanos.
Durante el período que se informa se realizaron comicios constitucionales en dos estados de la República, en los cuales se renovaron 517 ayuntamientos y nueve congresos locales. Los procesos electorales pusieron de manifiesto la vitalidad del régimen de partidos existentes en el país. La democracia entraña reconocimiento a la pluralidad y competencia pacífica. La violencia es un recurso irracional que atenta contra la fortaleza de la nación. (Aplausos.)
El desbordamiento ocasional de las pasiones partidistas ante controversias electorales ha sido superado por la disposición de las fuerzas políticas al diálogo y a la conciliación.
El diputado Lorenzo Martínez Gómez (desde su curul): - Eso no es cierto...
El Presidente del Congreso de la Unión: - Permítame, señor Presidente. Compañero diputado, en la Cámara tendrá usted todas las oportunidades de expresar sus opiniones. Continúe usted, señor Presidente.
El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos: - Hace ya casi dos años nos propusimos consolidar la estabilidad económica y promover la recuperación de la actividad productiva. El pacto ha sido instrumento fundamental para evitar el desbordamiento de la inflación y permitir su reducción.
En 1989, el Producto Interno Bruto aumentó poco más de 3%. A pesar de cierta pausa en el dinamismo económico durante la primera parte del año; en 1990, el crecimiento del producto será, por segundo año consecutivo, mayor al crecimiento de la población. Si bien la inflación se mantiene en la zona porcentual del 20%, significativamente por debajo de los niveles registrados en años anteriores, en 1990 será mayor que la proyectada. A principios de año se corrigieron rezagos de precios que perjudicaban al desempeño fiscal y ponían en peligro el abasto de bienes indispensables. Pudimos haber ignorado esos rezagos y evitar el relativo repunto inflacionario que se observó en la primera parte del año. Pero preferimos ir a la raíz de los problemas para ampliar la viabilidad del programa económico en el futuro. Otra respuesta hubiera sido contraproducente.
En 1989, redujimos el déficit fiscal a la mitad en términos reales. En el primer semestre de 1990, aún sin considerar la reducción negociada del saldo de la deuda pública externa, el déficit fue nuevamente inferior en términos reales al del mismo semestre del año pasado. Al considerar la renegociación registramos un superávit financiero. De este modo, para todo 1990 será alcanzada la meta de reducir el déficit fiscal alrededor del 1% del Producto Interno Bruto, y lograremos así el déficit más bajo en un cuarto de siglo. La disciplina fiscal constituye el ancla fundamental de la estabilidad económica.
La política tributaria ha buscado distribuir más equitativamente la carga fiscal al mismo tiempo que se establecen tasas más bajas, competitivas a nivel internacional. Se eliminaron tratamientos privilegiados y exenciones de que gozaban ciertos grupos contribuyentes, ampliando la base en el Impuesto Sobre la Renta, al Activo y al Valor Agregado se simplificaron disposiciones fiscales y se agilizó el despacho de las mercancías en las aduanas. Los resultados han sido alentadores. En lo que va del año los ingresos tributarios y en particular el Impuesto al Valor Agregado, han crecido significativamente en términos reales. Los ingresos adicionales por exportación de petróleo favorecen aún más este resultado, Se amplían así los márgenes de la economía nacional aun cuando el programa de nuestro país ni se base, ni depende de hechos fortuitos, sino del quehacer decidido de todos.
Tal como se previó, la reducción de las tasas de interés, junto con la selectividad en la asignación del gasto público, permitió que fuera posible
simultáneamente, reducir el déficit y aumentar el gasto público en lo estratégico y socialmente prioritario. Continuaremos reestructurando los subsidios para que sean selectivos y transparentes y beneficien a la población que más lo necesita. La reducción de las tasas de interés es reflejo de las perspectivas favorables de la economía mexicana. La tasa de los Certificados de Tesorería disminuyó de más de 47 puntos en marzo a menos de 27 a la fecha En la actualidad, en ahorro de la población en las instituciones financieras alcanzan casi el 40% como proporción de ingreso nacional, el más elevado que se ha registrado en la historia. Ello es resultado de la confianza y no de una expansión excesiva del crédito del banco central.
Ha mejorado la eficiencia en la canalización de crédito para la inversión productiva; sin embargo, México necesita un sistema financiero más moderno. Con ese propósito envié a este honorable Congreso de la Unión las iniciativas de reforma al sistema financiero en diciembre pasado y en mayo para reformar los artículos 28 y 123 constitucionales. El Estado deja así de desempeñar el papel de propietario mayoritario en las instituciones de banca comercial, sin demérito de su función rectora, al modificarse de raíz las circunstancias que explicaron, en su momento, la estatización de la banca.
Mi iniciativa se sustentó en la defensa de los compromisos profundos de nuestra Constitución: fortalecer las áreas estratégicas, parte vida de las convicciones populares, y cambiar para cumplir mejor con las responsabilidades de justicia que tiene el Estado. Por eso, sirve el interés nacional el restablecimiento del régimen mixto de la banca como lo estableció el constituyente por más de 65 años.
Un Estado excesivamente propietario, con tantos recursos inmovilizados en la banca, era inadmisible cuando había tantas necesidades que atender. Ahora esos recursos, junto con los que ya no tendrán que gastarse para modernizar a los bancos, servirán a la estabilidad y a dar respuesta a las demandas más sentidas de la población. Al mismo tiempo, el Estado refuerza la vigilancia sobre las nuevas instituciones financieras, y su capacidad para orientar el crédito.
Aumentó la certidumbre y la estabilidad en el mercado de divisas, por eso se redujo el margen entre los tipos de cambio, libre y controlado, y bajó el precio de las coberturas cambiarias. La favorable evolución del mercado y la renegociación de la deuda externa, permitieron reducir el deslizamiento de un peso a 80 centavos en promedio diario. Paralelamente, en índice del tipo de cambio real, según precios del producto, el más relevante para esta comparación, se ha mantenido sin mayor variación durante el año pasado y lo que va del presente. Nuestra competitividad se ha conservado. La importante depreciación del dólar norteamericano con relación a Europa y Japón ha aumentado incluso los márgenes de ventaja de nuestras exportaciones.
En mi primer informe indiqué que la negociación de la deuda pública externa era ya un hecho. Faltaba precisar la opción que elegirían los más de 500 bancos acreedores; reducción del saldo, baja de intereses o aportación de recursos frescos. Con la firma del acuerdo de reestructuración de nuestra deuda externa, el 4 de febrero pasado, el 43% de deuda elegible se orientó a la opción de quita de principal, el 47% a la disminución de intereses y del resto derivarán aportaciones de dinero nuevo.
La negociación cumplió con los requisitos que fijamos. Se han abatido las transferencias netas al exterior. El valor económico de la deuda histórica acumulada se ha reducido en más de 20 mil millones de dólares, y con ello ha disminuido lo que debemos en relación a lo que producimos. Su saldo en términos de su impacto económico neto equivale a pesar del 60% del producto a fines de 1988, alrededor de 40% a marzo de 1990. El carácter multianual de la renegociación de la deuda elimina la incertidumbre propiciada por las negociaciones periódicas.
La evolución de la balanza de pagos, en su conjunto, ha sido favorable: al ahorro del servicio de la deuda y al incremento de los ingresos de exportación, favorecidos en el último trimestre por el alza del precio y del volumen exportado de petróleo, se sumaron la mayor inversión extranjera, el crédito externo y la repatriación de capitales. Ello determinó que no obstante el uso en marzo de reservas por 1 mil 374 millones de dólares para la constitución de garantías en la renegociación de la deuda, y el pago de 1 mil 336 millones de dólares de apoyos de autoridades financieras de países extranjeros, llamados créditos - puente, las reservas internacionales del país alcanzaron el día de ayer, 8 mil 415 millones de dólares. Todo ello está aconteciendo en un marco macroeconómico con fundamentos de una creciente solidez.
Este año se puso de manifiesto la inestabilidad de los precios del petróleo. A pesar de un bien inicio, las cotizaciones descendieron a niveles preocupantes en mayo. Por la crisis del Golfo Pérsico, los precios han mostrado un repunte sustancial. Reconocemos que los precios
actuales son resultado de la incertidumbre en el golfo y su futuro en consecuencia es indeterminado.
Precios muy bajos propician el desperdicio entre los consumidores y desalientan a los productores; precios demasiado altos crean presiones inflacionarios y tendencias recesivas en los países más industrializados, lo que perjudica a todos y afecta nuestra capacidad de exportación. Por eso, promovemos la estabilidad del mercado petrolero y un nivel razonable de precios. Mientras tanto, consideramos que los importantes ingresos adicionales que recibimos son de carácter transitorio y, como tales, no pueden destinarse a gastos permanentes. Los canalizaremos fundamentalmente a la consolidación fiscal y financiera. Los excedentes fortalecerán el programa de inversiones de Petróleos Mexicanos en perforación y desarrollo, ya que le conviene al país contar con márgenes para atender mejor las necesidades internas y abrirse nuevas opciones de exportación.
La Comisión Federal de Electricidad ha mantenido sus programas de expansión, lo que ha permitido que la generación de electricidad aumente más de 6% este año. La ampliación de la capacidad instalada significa que el número de usuarios crezca más de 6% En materia de infraestructura se están construyendo más de dos mil kilómetros de autopistas concesionadas de cuota, cuidando siempre que exista una vía libre alterna. Estas obras equivalen al doble de las carreteras de cuatro carriles construidas en los últimos 20 años. Al término de la concesión a los particulares, las carreteras revertirán en propiedad de la nación. La participación privada ha permitido reorientar recursos fiscales al mantenimiento y construcción de carreteras y, en este año, de más de 3 mil 700 kilómetros de caminos alimentadores y rurales. Se ha impulsado en los ferrocarriles la carga de contenedores, pero redoblaremos las acciones para elevar su eficiencia. Se intensificaron los trabajos de modernización portuaria en los dos litorales. La iniciativa privada comprometió cuantiosas inversiones en terminales especializadas de carga, en muelles para cruceros, marinas y puertos turísticos.
La desregulación responde al espíritu que anima la reforma del Estado. Con el transcurso del tiempo se acumularon leyes, reglamentos y disposiciones que llegaron a constituir verdaderas barreras al desarrollo de la actividad económica, ya que algunas normas se han vuelto obsoletas y otras son abiertamente contradictorias. Así, se eliminaron la exclusividad de rutas y otras reglamentaciones innecesarias en el autotransporte, y con ello las tarifas descendieron en promedio un 25%, y en algunos casos hasta el 50%.
Se eliminaron restricciones a las aerolíneas y se actualizaron convenios bilaterales y se negociaron nuevos acuerdos. Se fortaleció el marco regulatorio de Teléfonos de México, antes de proceder a su desincorporación. Destacan, el crecimiento de 11% de la red telefónica, la nueva operación de la telefonía móvil celular, el avance de la red digital y el proyecto de fibra óptica que multiplicarán significativamente la capacidad de comunicación. Los satélites Morelos I y prácticamente el II, se emplean a toda su capacidad. Por ello, está en diseño una nueva generación de satélites.
Se modificó la ley aduanera para que los importadores y exportadores realicen más ágilmente sus operaciones. Se abrogaron los decretos que sobrerregulaban las actividades industriales y comerciales de la masa y la tortilla, de la industria salinera, cerillera y henequenera. El primero para elevar la oferta, y las últimas para eliminar oligopolios. Se suprimieron permisos de siembra y exportación de hortalizas y frutas, así como los referentes a la comercialización del cacao, azúcar y café. Gracias a estas medidas los ingresos por exportación de café crecieron en un 70% y somos, en la actualidad, el segundo proveedor del mercado del norte.
Nuevas disposiciones promueven la especialización y mayores escalas de producción en la industria automotriz. En la industria de equipo de cómputo se facilita a los productores la in - corporación de insumos nacionales y la es - pecialización de su producción, y los usuarios pueden ahora disponer de tecnologías modernas. Concertamos el programa de modernización de la industria farmacéutica, así como las medidas para eliminar gradualmente los permisos de importación. Promovemos la diversificación sectorial y geográfica de la industria maquiladora, así como una mayor integración a la economía nacional.
Se estima que en este año, el número de establecimientos de esta industria, aumentará 15%, y el personal ocupado 10%. Para elevar la competitividad en las franjas fronterizas y zonas libres, nuevas disposiciones impulsan el abasto de productos nacionales y sustituyen el sistema de cuotas por el de libre importación. La Comisión Mixta para la Promoción de las Exportaciones ha actuado eficazmente en la devolución del Impuesto al Valor Agregado, la eliminación de restricciones a la exportación ganadera, y con información para localizar mercados en el exterior. Quiero destacar que el gobierno federal dará especial apoyo a los micro y pequeños empresarios, mediante un fondo revolvente sin
tramites que les permita acceso al financiamiento institucional.
La promoción de la inversión extranjera se apoya en las adecuaciones reglamentarias aprobadas el año pasado. El nivel alcanzado en proyectos aprobados y los inscritos desde la publicación del reglamento en mayo del año anterior, ascienden a 5 mil millones de dólares, cifra sin procedente. Además de atender las perspectivas positivas del mercado interno, las empresas extranjeras encuentran en México una localización adecuada para exportar a Estados Unidos y también a Japón.
Por otra parte, para obtener más divisas, empleo y equilibrio regional, podemos y queremos ser una mayor potencia turística. Por eso hemos autorizado la sustitución de la deuda pública por inversiones en infraestructuras en siete nuevos proyectos turísticos. Al vender sus propiedades, Fondo Nacional de Turismo aumentó 91% el financiamiento otorgado para la promoción turística. Se estima que, a la fecha, el número de paseantes extranjeros se incrementó en más de 7%, en tanto que el turismo nacional lo hizo en 4%.
Mi gobierno está empeñado en promover el progreso científico y tecnológico Se busca tener en el país a nuestros técnicos y científicos, modernizar el aparato productivo y vincularlo con las instituciones de investigación. Se incrementó 20% en términos reales el presupuesto, y en 24% el total de miembros del Sistema Nacional de Investigadores, quienes, a partir de marzo, vieron aumentadas sus percepciones de acuerdo con la evaluación de méritos que realiza el propio sistema. En los institutos de educación superior se instituyeron becas al desempeño académico. Con todo, no es aún suficiente. Necesitamos dedicar más recursos y contar con más participación y responsabilidad de la comunidad. Avanzar en la ciencia y la tecnología es imprescindible para el bienestar de los mexicanos.
Superar los rezagos que afectan el campo es una de las más altas prioridades de la nación. Uno de los postulados fundamentales de la Revolución fue el de llevar justicia social a los campesinos. Sin embargo, la situación en el agro mexicano es altamente preocupante. Existe una acelerada descapitalización, creciente minifundismo y una pobreza lacerante. Creo imprescindible que la nación encuentre soluciones dignas para la vida de los campesinos, formas de integración a la sociedad que respeten sus orígenes y sus tradiciones. Reconozcamos las realidades actuales. Hablemos del rentismo y de sus causas, de la parcela de tamaño insuficiente para sostener a una familia y del desempleo, para encontrar fórmulas organizativas para su superación, con pleno respeto a las formas constitucionales de propiedad. No podemos aceptar que la actual sea la condición que podamos brindar a nuestros campesinos. Del aumento de la producción y la productividad dependen de sólo la soberanía alimentaria del país, sino también el bienestar de los productores y sus familias.
Avanzamos en la seguridad de la tenencia de la tierra y la atención a los campesinos. En el período del informe se ejecutaron 583 resoluciones presidenciales anteriores, resolviendo la mitad del rezago histórico total. Amparan 1 millón 254 hectáreas que se incorporan a la producción. Se firmaron 162 resoluciones presidenciales que dotan de 175 mil hectáreas a grupos solicitantes. Se expidieron 133 mil certificados de inafectabilidad agrícola y ganadera. Estamos distribuyendo cerca de un cuarto de millón de hectáreas de superficies decomisadas, a quienes las utilizaban en cultivo ilegales.
Empresas como Tabacos Mexicanos, Instituto Mexicano del Café, Pronase y Azúcar, se encuentran en proceso de ser reestructuradas, liquidadas o transferidas a las organizaciones de productores. La participación del sector social y privado en estas actividades, elevará el rendimiento de toda ella. También favorecerá la capitalización del campo, liberará recursos públicos para ayudar a los que menos tienen. Adicionalmente estamos reformando el sistema de crédito al campo. Aquellos que pertenecen a zonas marginadas o padecen altos riesgos de perder su producción por siniestros, serán atendidos mediante el mecanismo de crédito o la palabra por el Programa Nacional de Solidaridad. A los de bajos ingresos pero con potencial productivo, se les dará financiamiento por medio del Banco Rural y Ficart, y los que se dedican a la agricultura, ganadería y silvicultura comercial, serán apoyados por fideicomisos instituidos en relación a la agricultura y las sociedades nacionales de crédito. Sabemos que en ocasiones resultaba más rentable provocar siniestros y cobrar el seguro, que aprovechar al máximo el potencial productivo de la tierra. Comienza sus operaciones Agrosemex que habrá de corregir los vicios de la anterior aseguradora. Se han abierto espacios para que los aseguradores privados ofrezcan sus servicios en esta área.
El maíz y el frijol han permanecido en el esquema de precios de garantía y su comercialización se apoya por Compañía Nacional de Subsistencias Populares. Los precios de garantía a los campesinos se han incrementado significativamente en términos reales y se han introducido
diferencias por calidad. Para los demás productos se llevaron a cabo concertaciones entre productores, industriales y comerciantes, para adecuar sus precios al contexto de una economía más abierta. Asimismo, se desgravó la importación de insumos agropecuarios y se amplió la participación del sector privado y social en la producción y comercialización y de semillas mejoradas. Se ha avanzado en la rehabilitación de los distritos de riego con una mayor participación de los agricultores: esta línea de acción, por sus grandes beneficios potenciales, es de la mayor prioridad.
En este año se cosecharán más de 25 millones de toneladas de los 10 principales cultivos, 14% más en volumen, que el año pasado. Ello demuestra la fuerte capacidad de recuperación del sector cuando mejoran las condiciones de su entorno. Los resultados obtenidos nos alientan a redoblar el esfuerzo. Se garantizó el abasto de frijol por el éxito del programa emergente. Deseo destacar la notable respuesta de los campesinos y pequeños propietarios. Levantaremos la cosecha de maíz más alta de la historia. En maíz y frijol, alimentos básicos para la dieta de los mexicanos, nos acercamos prácticamente a la autosuficiencia, hecho sin precedente en los últimos 20 años. Este esfuerzo merece el reconocimiento de todos los mexicanos. (Aplausos.)
En materia pecuaria se ha fortalecido la producción de huevo, carne, y se inició la recuperación de la industria lechera, cuyas importaciones disminuirán en 10% este año.
Para incrementar nuestra superficie arbolada y contribuir al rescate de nuestras selvas tropicales, pusimos en marcha el Programa Nacional de Reforestación.
La pesca sigue presentando un crecimiento positivo. La acuacultura será más dinámica con la modificación a la Ley Federal de Pesca, que permite la participación de los campesinos y de la inversión privada en el cultivo de especies de elevado valor económico. Podemos recuperar nuestro liderazgo en esta rama. Canalizamos el crédito con mayor agilidad y oportunidad. Se unificó el gremio de los cooperativistas, dando una muestra de amplia madurez y conciencia nacional. En el caso del atún redoblamos nuestro compromiso ecológico a la vez que defenderemos, con la razón, nuestras exportaciones. (Aplausos.)
El Estado se reforma para desencadenar la transformación social de México, ardua tarea donde el tiempo nos impone la doble obligación del esfuerzo sostenido y la esperanza perseverante. No hay otro camino que el trabajo, el de todos, en todas partes, en todo momento. Cuando la economía se fortalece, cuando se multiplica las oportunidades y se reducen las diferencias, la nación se hace más soberana. Ello no acontece sólo por la mayor generación de riqueza, ni siquiera por una mejor distribución de ella. Reclama eso y más; una convicción y una emoción socialmente compartidas, de que pertenecer a la nación significa hacer del destino general parte del propio. Ese es un compromiso ético y una responsabilidad política que el estado en ningún momento puede soslayar.
La población del país se duplicó en los últimos 25 años, en marzo constatamos que somos más de 81 millones de mexicanos, el XI país más poblado del mundo, de acuerdo con los resultados del Censo General de Población y Vivienda. El levantamiento se realizó con la tecnología más avanzada para asegurar la máxima cobertura y calidad. Es, sin duda, el ejercicio censal más preciso en la historia del país. Es alentador observar que la tasa de crecimiento de la población ha disminuido al 2.1% anual, de acuerdo a estimaciones recientes. No obstante, la dinámica poblacional continúa siendo elevada. Sólo durante mi administración se sumarán 10 millones más de mexicanos, que agregarán sus demandas a las ya acumuladas. El reto es formidable y requiere soluciones al crecimiento demográfico más efectivas y permanentes.
La respuesta social está en el empleo. Hoy podemos decir que se están consolidando las condiciones generales para un crecimiento perdurable. Mayor inversión significa oferta más abundante de empleos que, aunque todavía no son suficientes, es, a su vez también, aliento a la productividad y mejoramiento de las percepciones. En este contexto, se inscribe la puesta en marcha del Programa Nacional de Capacitación y Productividad. Asimismo el Servicio Nacional de Empleo se ha convertido en un enlace efectivo entre oferta y demanda y un vínculo para la capacitación y la incorporación productiva.
En los últimos dos años los salarios medios han crecido en términos reales, si bien no recuperan aún los niveles prevalecientes antes de la crisis. Los salarios contractuales, los más extendidos entre la población de la economía formal, se han venido renegociando de acuerdo con la situación propia de las distintas ramas y empresas. Los salarios mínimos, por su parte, han tenido una evolución menos favorable. Para elevar el salario mínimo real debemos, en particular, asegurar que no repunte la inflación. Hemos constatado que los que los salarios han sido más favorables cuando la inflación ha sido baja más que cuando los incrementos nominales han sido elevados. Por ello,
el control de la inflación es no sólo un objetivo económico sino una obligación social.
La Junta Federal de Conciliación y Arbitraje fortaleció su función mediante la capacitación del personal y la unificación y difusión de criterios de resolución de demandas y emplazamientos. Cabe destacar que de los 5 mil 600 emplazamientos que recibió la junta entre noviembre de 1989 y agosto de 1990, sólo estallaron el 2.4%, con un descenso de 47% en el número de trabajadores involucrados.
El gobierno federal ha respondido a las demandas de sus trabajadores dentro de los márgenes disponibles. Se ha atendido en particular al magisterio y a los médicos y enfermeras. Dado que los maestros habían sufrido en años anteriores el mayor deterioro salarial, en lo que va de mi administración, han recibido un aumento acumulado de 89%. Seguiremos buscando, mediante el diálogo, una mejoría en sus condiciones de vida para que puedan, a su vez, elevar la calidad de su alta tarea educativa.
Para un Estado, justo la propiedades son las del bienestar social. La educación es uno de sus componentes y parte central de la modernización del país. Bajo los mandatos constitucionales buscamos sumar la dimensión productiva al espíritu que ha regido la educación mexicana. Requerimos estrechar los vínculos de los ciclos entre sí y entre la comunidad y la escuela. La educación será un elemento primordial que nos capacitará para salir al mundo fortalecidos y seguros de nosotros mismos.
Como resultado de la participación de maestros, padres de familia, profesionistas, intelectuales y de diversos sectores de la sociedad, el Programa para la Modernización Educativa dispone ya de sus primeras acciones. Se formularon los programas de todas entidades federativas, adecuados a las características plurales de nuestro país. Los servicios del Sistema Educativo Nacional se han extendido y diversificado en todo el territorio. Sobresale el incremento anual de 8% en la matrícula de preescolar en especial en el medio indígena.
En la política cultural, se ha procurado la realización descentralizada y correspondiente de las tareas de preservación, estímulo y difusión del arte y la cultura. Se han otorgado estímulos económicos a creadores reconocidos, jóvenes talentos, intérpretes y ejecutantes en áreas artísticas. A la vez, se han apoyado 360 proyectos de cultura popular, pensados y realizados por las propias comunidades. Se canalizan recursos de particulares en las labores de conservación del patrimonio cultural. Para ensanchar nuestros intercambios culturales, promovimos festivales de calidad en el país y en el exterior exposiciones de gran impacto, como las del Museo Metropolitano. Seguiremos revisando las estructuras administrativas excesivas y las rigideces de las instituciones oficiales de cultura. Esta es el área por excelencia de expresión libre, en donde ninguna burocracia debe frenar la creatividad.
México ha recibido una gran alegría y ha sentido valorado su lenguaje, su imaginación y su sensibilidad, a través de un excepcional poeta. El Premio Nobel hace justicia a su talento y derrama sus beneficios a nuestra literatura, a la estima compartida por lo que aquí nace, se nutre y se realiza. Sea este acontecimiento, además de un reconocimiento a Octavio Paz, un estímulo a todos en nuestro camino futuro. (Aplausos.)
Sigue siendo primordial para el Estado mexicano la elevación de la calidad de nuestros servicios de salud y seguridad social. Se amplió la cobertura con la inauguración de hospitales y centros de primer nivel de la Secretaría de Salud, del Instituto Mexicano del Seguro Social y del Instituto de Seguridad y Servicio Social de los Trabajadores del Estado. Se apoyó igualmente la acción de los procuradores de la salud, parteras tradicionales y brigadas móviles y cirugía extramuros. Se han abatido las enfermedades infecciosas, y el brote epidémico del sarampión se controló desde mayo.
Se propició la participación del magisterio y de la sociedad en el autocuidado de la salud. Con programas y campañas de inmunización a nivel nacional, avanzamos en la prevención. En este año se administraron 69 millones de vacunas.
La Comisión Nacional del Deporte ha extendido sus actividades con el fin de seguir ofreciendo opciones para el desarrollo individual y social, en particular para la juventud. Se han creado ligas, construido y reparado canchas e instalaciones. Esta es una demanda sentida en los poblados y un ámbito privilegiado de participación de la comunidad.
Tenemos que reforzar las políticas de descentralización de la población, los servicios y las actividades productivas. La sola voluntad del gobierno no basta; se quiere la efectiva incorporación de los sectores sociales y productivos. De ahí el impulso que se está dando a la creación y fortalecimiento de corredores industriales, comerciales, turísticos y agropecuarios, y la promoción de sistemas urbano - regionales que desahoguen a las zonas que registran actualmente un alto grado de concentración. Se trata de propiciar
una renovación a la vida urbana y una mayor articulación de los núcleos rurales dispersos que aún subsisten. Hemos elevado las coberturas en agua potable y alcantarillado; nuevas reservas territoriales apoyan un crecimiento urbano más ordenado. También se puso en marcha un programa especial para regularizar asentamientos en predios federales.
En la ciudad de México los compromisos que hemos asumido se vienen cumpliendo. Está ya en operación el Programa de Lucha contra la Contaminación Atmosférica, se complementará con nuevas decisiones para proteger el agua y controlar los desechos sólidos. Se reiniciaron las obras del Metro y se están cambiando todas las unidades de Ruta 100. Se realizan inversiones cuantiosas para introducir drenaje y servicios en las colonias populares. Se han resuelto problemas graves de regularización de tenencia de la tierra. Se trabaja en programas de gran alcance social, orientados a proteger a la niñez. En procuración de justicia y seguridad, hay avances y se seguirá redoblando el esfuerzo. El nuevo impulso a la inversión pública y el mantenimiento de los servicios de la ciudad, han sido posibles por la efectiva contribución de los capitalinos para mejorar las finanzas públicas del Distrito Federal. Sus habitantes han demostrado una gran solidaridad con las causas de la ciudad y un respeto a las normas mucho mayor al que algunos suponían.
Una conducción pública respetuosa de la pluralidad, la responsabilidad de todas las fuerzas sociales y políticas y el importante papel que ha significado la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, ha contribuido a crear un clima de respeto a los derechos humanos y al ejercicio pleno de las libertades. Es una razón de aliento saber que los capitalinos están encontrando respuestas a los más graves problemas de su ciudad. (Aplausos.)
La construcción de vivienda en nuestro país sigue estando rezagada. Una morada digna y decorosa es una de las demandas más sentidas de la población, y es el sustento indispensable para mejorar su bienestar. Importantes esfuerzos ha realizado el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores al entregar este año 15 mil créditos y 70 mil viviendas, el número más alto desde su fundación. El Fondo de Vivienda del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado ha redoblado su esfuerzo en beneficio de los trabajadores. Fideicomiso Fondo Nacional de Habitaciones Populares y Fondo de Vivienda intensificaron su actividad. Apoyamos la autoconstrucción de vivienda con programas de abaratamiento de insumos, parques de materiales y centros de abasto. Continuamos simplificando el otorgamiento de licencias y permisos.
Nuestro desarrollo se desenvuelve en un proceso creciente de respeto al medio ambiente. Seguimos trabajando sobre prioridades, al tiempo que se funda una nueva relación de la sociedad con el entorno natural. De ahí el énfasis en el combate a la contaminación de zonas críticas, como la franja fronteriza norte, los principales puertos industriales del país y la zona metropolitana de la ciudad de México, donde está en marcha una acción integral. Este año se concluyó la primera etapa del Programa de Saneamiento de la cuenca Lerma - Chapala, y se continúa trabajando con intensidad los mismo en el Lago de Pátzcuaro que en los ríos Blanco, Balsas y Coatzacoalcos. En todas estas tareas, además de nuestro propio esfuerzo, hemos contado con la cooperación técnica y financiera de Japón, Estados Unidos, Francia, Alemania y otras naciones. A todas ellas agradecemos su apoyo.
Mi gobierno ha sostenido acciones firmes para proteger los recursos naturales. En la selva lacandona avanzamos en la protección de su núcleos vitales al tiempo que se consolidan esquemas de propiedad y de producción de quienes la habitan.
Entramos también en un combate frontal contra el tráfico de especies y promovimos nuestra incorporación a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna. El compromiso ecológico de nuestro país se reafirmó al constituirse el pasado 5 de junio, como sede del Día Mundial del Medio Ambiente.
Canalizamos los recursos y tenemos más oportunidades para responder a nuestros compatriotas. Está el mandato de nuestras leyes para erradicar la pobreza. No es una fatalidad. Existe un reclamo de la sociedad para hacer de la lucha contra la pobreza una prioridad nacional. Contamos con una enorme capacidad productiva de imaginación e iniciativa en todos los mexicanos y está viva su tradición solidaria. Hay una voluntad nacional y una clara decisión del gobierno de la República para enfrentar la desigualdad, para combatirla con decisión y energía. Ese es el sustento del Programa Nacional de Solidaridad.
En México, la solidaridad es una realidad profunda entre las familias, en la vida de todas las comunidades. Es signo de carácter de los mexicanos. El gobierno de la República promueve, apoya y articula las corrientes solidarias de la sociedad y las instituciones que la practican. Se suma a ellas para enfrentar nuevas y más amplias tareas.
Solidaridad es ponerle un piso distinto al país, es la oportunidad de una nueva sociedad. Está surgiendo una manera diferente de hacer las cosas. La erradicación de la pobreza, desde luego, no puede confinarse a un programa de gobierno; es una tarea de la nación. Por eso el programa recoge las propuestas de trabajo de los grupos participantes: los pueblos indígenas, los campesinos y los colonos populares; alienta y promueve su participación organizada. He realizado más de 46 giras de trabajo en los estados de la República y visitado más de 300 comunidades y colonias populares. He establecido un diálogo permanente con los que menos tienen. Eso ha permitido que a los planteamientos que dieron origen al programa se haya agregado la experiencia en su ejecución. El paso de las palabras a los hechos se ha fundado en cuatro principios generales que rigen todas las acciones de solidaridad:
El primero es el respeto a las iniciativas de las comunidades. Recoge demandas que se convierten en proyectos que, por modestos que parezcan, elevan su bienestar.
El segundo es una plena y efectiva participación y organización en todas las acciones del programa. Las comunidades aportan recursos e influyen en las decisiones, en la ejecución y en la evaluación de las obras, creando una verdadera contraloría social. Los intereses populares se reconocen, no se imponen soluciones desde arriba. La solidaridad suma sin sustituir a los participantes. El fortalecimiento de sus organizaciones con libertad y autonomía no se concede, se busca explícitamente.
El tercero es la corresponsabilidad. El programa no ofrece nada gratuitamente. Quienes participan en él no piden ni aceptan regalos. Nuestro pueblo tiene mucha dignidad y sólo reclama apoyos a sus legítimas iniciativas. (Aplausos.)
Nunca se ha exigido afiliación ni subordinación, y la población se ha beneficiado sin distingos.
El cuarto es la transparencia, la honestidad y la eficiencia en el manejo de los recursos. El programa opera con recursos presupuestales en el marco del combate estricto a la inflación, la cual es el mayor enemigo de los intereses de la mayoría. El programa no subsidia unilateralmente ni por tiempo indefinido, ni genera relaciones de dependencia. La concertación es herramienta de trabajo permanente e irrenunciable. Con ella se combate la discrecionalidad, el autoritarismo y la burocratización. Normas rigurosas evitan aparatos administrativos excesivos, sin menoscabo del control. Los recursos se invierten en su totalidad, sin desviarse para otros propósitos. Así lo exigen las aspiraciones populares, que no aceptan que en su nombre se edifiquen instituciones rígidas, ajenas o distantes. No hay olvidados para el programa . La aplicación rigurosa de estos cuatro principios nos resguardan del populismo y su mal gemelo, el paternalismo.
Las acciones del Programa Nacional de Solidaridad se conciben como una inversión en la infraestructura física y social que por sus características propicia la justicia y la democracia. Un lugar especial lo ocupa la impartición de justicia, que se traduce en seguridad y por ello incide sensiblemente en el bienestar. Todos estos planteamientos tienen ya clara expresión en hechos que puedan constatarse. Que algunas de esas realizaciones sirvan para ilustrar la dimensión y el sentido de solidaridad.
En materia de salud, en 1990 se inició la construcción de 490 nuevas unidades medicas, la de cuatro hospitales generales y seis hospitales rurales y se concluirá la construcción de 16 hospitales regionales. Con ello más de dos millones de mexicanos de los niveles más bajos de ingreso, y sin protección institucional, recibirán atención a su salud. En materia de alimentación y abasto, se establecieron en el campo y zonas urbanas, más de 1,700 nuevas tiendas, y se pusieron en operación 348 cocinas populares.
En materia de equipamiento urbano, más de 1 mil 600 colonias populares del país y más de mil sistemas en zonas rurales, contarán con el servicio de agua potable y drenaje, con lo que este año tres millones de compatriotas dejarán de padecer el agobio de acarrearla de lugares distantes, muchas veces en sus hombros y sin potabilizar. En todos los casos los participantes aportaron su iniciativa y fuerza de trabajo, sin regateos, para hacerlo posible. Desde el inicio del programa se han electrificado más de 3 mil 500 colonias populares y comunidades rurales, dotando de este servicio a cinco millones de mexicanos. El esfuerzo adicional desplegado por los trabajadores electricistas, permitió que en menos de 12 meses, se introdujera el servicio eléctrico en Chalco y Chimalhuacán, con una población equivalente a la de dos estados de la República.
En cuanto a teléfonos y correos, con el decidido concurso de sus trabajadores, en este año se dota de servicio telefónico a más de 1 mil 300 poblaciones rurales de 31 mil casetas telefónicas tipo Ladatel y 33 mil aparatos convencionales en zonas urbano - populares, beneficiando a dos y medio millones de mexicanos. También, se instalan más de cinco mil expendios postales en colonias populares y más de 2 mil 500 en comunidades rurales.
En este año se han entregado 450 mil escrituras en colonias populares por parte de la Comisión de Regularización de la Tenencia de la Tierra y de los gobiernos estatales, con lo que sumado al entregado el año anterior, resuelve el 45% de la superficie irregular que existía al inicio de mi administración. Sobre este soporte de seguridad se invierte en obras de infraestructura urbana como la pavimentación, banquetas, plazas y espacios deportivos que responden al reclamo por ciudades más dignas, más humanas.
Regularizar la tenencia de la tierra urbana es un compromiso social del gobierno de la República. Queremos reconocer así, los derechos legítimos e inaplazables del mundo urbano que nuestro desarrollo creo, y queremos poner una base de elemental justicia, seguridad y estabilidad para ese México nuevo que está ya entre nosotros. Vemos en estos millones de compatriotas que viven en nuestras colonias populares a los herederos genuinos de aquellos que por la tierra hicieron la Revolución Mexicana. Les respondemos hoy como la reforma agraria les respondió a sus abuelos campesinos. Como señal de solidaridad y compromiso político, regularizamos, en un marco del derecho, la tierra urbana que habitan desde hace muchos años, la tierra en la que sueñan y en la que se empeñan. Queremos para el México que vendrá, una estabilidad social de largo plazo equivalente a la que el reparto agrario sembró en su momento para todos.
En materia educativa, dentro del programa se han rehabilitado y dignificado en menos de un año, 14 mil 860 escuelas con una alta participación de profesores, padres de familia y la orientación de agrupaciones de ingenieros y arquitectos que sumaron sus esfuerzos para entender esta urgente tarea nacional. Los ayuntamientos se hicieron cargo de la administración del programa, en tanto que su ejecución quedó íntegramente en manos de los comités de solidaridad de cada escuela. Adicionalmente se construyeron 12 mil nuevos espacios educativos para responder a demandas nuevas o insatisfechas.
La atención a los niños encuentra un capítulo especial en el programa. Hemos iniciado el apoyo a niños de familias de pocos recursos para asegurar que terminen su educación primaria, otorgando becas y dispensan a un cuarto de millón de ellos. Hemos establecido, además, 450 nuevas lecherías, con lo que incrementan en 50% las que existían al inicio de la administración, abasteciendo con leche subsidiada a casi un millón de niños. El Desarrollo Integral de la Familia también ha reforzado su acción; atendieron integralmente a más de un millón 240 mil personas. Asimismo, hago un reconocimiento a la labor, muchas veces callada, de miles de mujeres que son auténticas promotoras voluntarias del bienestar. (Aplausos.)
El programa atiende, con la participación de los agricultores, a los jornaleros agrícolas que tienen severas deficiencias en sus condiciones de vida y de trabajo. También, a través de mujeres en solidaridad, impulsa tres mil proyectos que benefician a sus participantes como productoras, trabajadoras y administradoras del hogar; 115 mil jóvenes, egresados de instituciones de educación superior, se han incorporado a las tareas de solidaridad con el apoyo de becas, que les permiten cumplir con el servicio social en su sentido más profundo.
Capítulo especial lo constituye la atención a los pueblos indígenas. En 1990 se creó un fondo destinado al apoyo de su actividad productiva y otro a la protección y fomento de su patrimonio cultural. Los dos quedan totalmente bajo su administración a través de representantes electos, sin injerencias de autoridades ajenas, beneficiando a 50 grupos étnicos del país. Así se expresan el respeto y la corresponsabilidad, que son también muestra de confianza entre nosotros y en nuestro futuro.
Más de 400 mil campesinos que en 1 mil 350 municipios del país cultivan tierras con baja productividad y en zonas de alto riesgo, han recibido apoyo del Fondo de Solidaridad para la Producción. Estos recursos se administraran por los ayuntamientos y se entregan directa e individualmente a los productores, se respetan sus decisiones. No se imponen patrones de cultivo ni paquetes técnicos, por el contrario, se impulsa la incursión en nuevas actividades que recogen la experiencia de los campesinos mexicanos. Al reintegrarse los recursos recibidos, éstos se quedan para la realización de obras productivas o de beneficio colectivo, decididas por las propias comunidades. Este fondo nos permite romper el pernicioso círculo que vinculaba al crédito agrícola con el siniestro y la cartera vencida, y hacía prosperar la corrupción, el ocultamiento y el paternalismo. De esta manera, el Estado reasume con transparencia, su apoyo a las zonas de alto riesgo y de extrema pobreza. Lo hacemos confiando en la palabra de los productores rurales.
En apoyo directo a los presidentes municipales, el programa ha dotado de fondos a 1 mil 426 municipios de 13 estados de la República para fortalecer su capacidad de respuesta a las necesidades urgentes de sus habitantes. Estos recursos se dedican por completo a inversiones avaladas por la comunidad y con su participación directa. Estas obras, casi siempre pequeñas, resuelven grandes necesidades de la vida cotidiana y
atienden lo mas entrañable de la convivencia diaria.
El programa de Solidaridad se ejerce a lo largo de todo el año, pero buscamos estimular la participación de los diversos sectores al realizar la Primera Semana Nacional de Solidaridad. Durante ella hicimos efectivo el compromiso de "palabra ofrecida, palabra cumplida". Fue una jornada que movilizó amplios grupos y sectores de la sociedad, mostrando que la solidaridad es una manera de ser de los mexicanos y no sólo un programa de gobierno. También fue una ocasión importante para evaluar los avances y los retos que tenemos todavía que enfrentar. En total, se realizaron en la semana más de 50 mil actividades en las que participaron 10 millones de mexicanos.
Solidaridad seguirá trabajando más para quienes menos tienen; lo hará con un ánimo y carácter plural. El programa está abierto a todos, sin necesidad de que cambien de bandera o de ideología. Los hechos lo demuestran. Sobre esa base hoy lo reitero. (Aplausos.)
Respeto las críticas al programa y las analizo con cuidado. Pido sin embargo que antes de rechazarlo, visiten cuando menos una de las colonias populares o de las comunidades rurales o indígenas en que se está llevando a cabo. Convivan con los participantes; escúchenlos. Permitan a un grupo de mujeres relatar con orgullo cómo participaron en la electrificación ayudando a cargar un poste de luz por la ladera en que está ubicada su vivienda, o a los hombres describir cómo se organizaron para abrir la cepa por la que iría la tubería del agua potable; escuchen a una maestra relatar la forma como se organizaron para volver a dignificar su escuela, o a un joven colono señalar con claridad que el programa es suyo, no del gobierno. (Aplausos.)
Contemplen el brillo en los ojos de un niño que ya no necesitará de una vela para alumbrar el libro en el que estudia, o a un campesino mostrar orgulloso cómo cumplió la palabra empeñada al reintegrar los fondos que le fueron prestados. Acudan a la modesta vivienda en donde sesiona el Comité de Solidaridad, donde supervisan el ejercicio de los recursos y se ponen de acuerdo en las obras a ejecutar; compartan la sencilla pero emotiva celebración de una calle por ellos pavimentada, o la tranquilidad que da a una familia tener la escritura anhelada durante largos y angustiosos años. Participen en la movilización para elegir desde la base a los representantes de la comunidad: compartir la nueva cultura del respeto y la autoestima, de la dignidad y el orgullo de ser sujetos y no sólo objetos del cambio. Aspectos de la vida cotidiana que son comunes para la mayoría de los mexicanos, eran aspiración para muchos. Hoy se están volviendo realidad.
Hay mucho que aprender del pueblo mexicano. Hay que convivir con él, sentirlo más allá de la esfera propia de cada uno. Es sorprendente y se sorprenderán, el significado que para los mexicanos tienen las pequeñas acciones que son grandes realizaciones, capaces de convertir el acto local en epopeya comunitaria. Es un orgullo servir como Presidente del pueblo mexicano. (Aplausos.)
Honorable Congreso de la Unión; compatriotas: México ha tenido avances significativos. La economía se recupera y preserva su estabilidad. El sistema político, a pesar de todas las presiones a las que ha estado sujeto, ha mantenido el orden interno y logrado importantes realizaciones. La posición de México en el mundo es más respetada y de mayor prestigio. El problema social tan delicado que vive el país, empieza a encontrar respuestas evitando que se exacerbe. Se han tomado las medidas correctivas para proteger los derechos humanos, y el narcotráfico no ha puesto en entredicho a las instituciones. Sirva esta reflexión para confirmar la confianza en la capacidad del pueblo mexicano para salir adelante.
En México, podemos resolver nuestros problemas y contar dignamente entre las naciones. La circunstancia actual es diferente es la de hace tan sólo un par de años. Los términos de la competencia política cuentan ya con un nuevo marco legislativo, producto del acuerdo entre partidos. El diálogo domina la vida pública. Hay nuevas condiciones y arreglos y prácticas democráticas. Hoy, hemos dejado atrás los temas más graves de la crisis, como la deuda externa y concentramos nuestra atención en los del crecimiento y sobre todo los de la justicia. La solidaridad está llegando a las comunidades rurales e indígenas y a las colonias populares despertando esperanza, participación y ánimo.
Se han profundizado las medidas de cambio estructural. El Estado confirma su reforma; con la desestatización de la banca, puede cumplir mejor sus obligaciones de justicia, concentrar sus recursos y atención en lo fundamental, abrir espacios a la iniciativa social. Entramos con conversaciones con Estados Unidos y Chile para buscar un acuerdo de libre comercio que garantice reciprocidad, acceso de nuestros productos, y aliente la creación de empleo en nuestro país. Diversificamos nuestras relaciones en el exterior, enfatizando la cercanía con América Latina, y estrechando los vínculos entre todos los grupos sociales en el interior. México se está modernizando. Son cambios necesarios; son cambios bienvenidos.
La imagen que proyectamos al mundo es la de un país entregado a la modernización de sus estructuras. La de una civilización con raíces milenarias, forjando una identidad orgullosa decantada en el surgimiento de nuestra nacionalidad en los albores del siglo XIX, y reafirmada por la Revolución Mexicana y un sistema consistente de vida social y política. Revolución e identidad son movimientos permanentes que acreditan nuestra capacidad de cambio.
Comprender lo que hemos realizado nos exige levantar la vista más allá de nuestras circunstancias personales y de grupo, para ver a la Nación con su conjunto. Ella está ahora más saludable y con más esperanzas que en el pasado inmediato. Hay conciencia de lo que falta por hacer, de los anhelos de muchos que aún queremos ver realizados. No hay triunfalismo pero tampoco angustia. Existe un razonable optimismo que cuenta con bases ciertas.
He escuchado en otras naciones, en Europa, en el Pacífico, en nuestro continente americano, que el nombre de México evoca no sólo las culturas grandiosas que nos precedieron, el elaborar historia de nuestro pasado, o la consecuente posición internacional del país. Hoy ven en México, además, una muestra del cambio viable y prometedor, un dinámico proceso de modernización que debe ser observado, un interlocutor serio para tratar los asuntos regionales y del futuro global. La razón está en que hemos ido logrando hacer realidad lo que nos hemos propuesto, pasar de las palabras a los hechos, cumplir lo que hemos comprometido. Es la nueva actitud abierta y segura del país que trabaja en su interior y busca oportunidades en la nueva configuración mundial.
El escenario internacional seguirá teniendo, en los próximos meses, elementos inciertos para todos. Permanece la inestabilidad en los mercados del petróleo, a la vez se perfila un menor dinamismo de la economía norteamericana. Cuidaremos los recursos adicionales del alza del petróleo para protegernos de sus fluctuaciones futuras. Aseguraremos el espacio convenido de intercambio con todos los bloques, para que el comercio internacional siga siendo beneficio para nosotros. Consolidar estos objetivos contará entre nuestras prioridades externas.
Para construir una mejor democracia es vital el respeto a la ley y a los derechos humanos, la seguridad de poder decir y actuar en el marco de lo permitido legalmente. Está en las manos de cada uno de los partidos políticos y de las autoridades que la competencia electoral represente un verdadero avance para el país. En estos procesos, como en todos los campos seguiré gobernando para todos los mexicanos. (Aplausos.)
A través de los distintos niveles y canales, seguiré buscando un diálogo cada vez más maduro con todas las corrientes políticas. El proceso en sí ha sido ya útil para evitar que se debilite el esfuerzo común; lo mantendré como fórmula para reducir confrontaciones y construir enfrentamientos; para consolidar un clima de respeto y de ética política. Para todos es necesario tener claro el rumbo. Nada más riesgoso que la confusión . (Aplausos.)
Tenemos que redoblar la disciplina y fortalecer los acuerdos que nos han permitido abatir la inflación. Mantendremos por eso un estricto control de las finanzas públicas y del gasto. Para lograr una inflación más baja el próximo año, es necesario que las adecuaciones de precios se moderen y contribuyan a la estabilización permanente. Redoblaremos el escrupuloso cumplimiento del Pacto por todas partes.
Hay una exigencia de que el pacto permanezca pero que funcione mejor. No podemos exagerar la importancia de disminuir el crecimiento excesivo de los precios. Es la condición necesaria para elevar el bienestar de los mexicanos y sostener la recuperación económica. Menos inflación en 1991 concentrará nuestra acción. Exigiremos un esfuerzo especial de productividad de las empresas públicas, en particular de las más grandes, por su impacto en la eficiencia general de la economía. Seguiremos desregulando las áreas en donde mayor competencia signifique menores costos. Pondremos todo el empeño en estimular las exportaciones y evitar la competencia desleal de las importaciones con la producción nacional.
Muchas acciones que se han iniciado para atender las necesidades de agua potable, de caminos, luz, escrituración y vivienda, de abasto y escuelas, deben culminar; otras muchas deben iniciarse a la brevedad. En particular, los centros de salud deben funcionar mejor, contar siempre con los medicamentos y el instrumental apropiado; brindar una atención de calidad, con calidez. Nuestros compatriotas, los que menos tienen, demanda legítimamente más y mejor, y más pronto. Trabajaremos en especial por los niños, por su entorno, por su realidad y su futuro, que es el nuestro. Vamos a hacer que el gasto público se dedique aún más al beneficio social, y que el Programa Nacional de Solidaridad cuente con más recursos para responder al ritmo que demandan los mexicanos. El compromiso es con el bienestar del pueblo. Así, decidiremos nuestro futuro por nuestra capacidad para enfrentar la pobreza y contrarrestar las tendencias a la concentración excesiva de la riqueza.
Pondremos todo el empeño en garantizar el más estricto respeto a los derechos humanos. En
materia de justicia, está es la tarea más sensible y más importante. Con el instrumento de la ley, atacaremos la impunidad y la inseguridad. Tenemos que corregir las insuficiencias en la impartición de justicia. Los mexicanos han expresado, de muchas maneras, su decisión irrevocable por vivir en una sociedad respetuosa de los derechos, trabajadora, responsable, decidida a ofrecer más oportunidades. Vamos a cumplirlas.
Mexicanos: El nuestro no es el perfil de un país agotado. México es una nación joven, en movimiento. México es también una nación con densidad histórica, formada por civilizaciones que midieron su vida en siglos. El nuestro no es, por eso, un país improvisado. Articula nuestro momento presente, la pujanza de una joven nación de 200 años con una población mayoritariamente de niños y adolescentes, pero también con la memoria de muchas herencias en nuestra conciencia colectiva. Debemos sacar provecho del equilibrio que asume el vigor del cambio con la sabiduría que nos ha precedido. Este es el sustento para ver con claridad lo que exige de nosotros, de todos y cada uno, la defensa de la nación en el mundo del siglo XXI que está por abrir sus puertas.
El anhelo de constituir un pueblo libre, moderado en sus diferencias, en el que ley esté por encima de todo hombre, ha sido para nosotros una lucha dolorosa. El destino de México es tan grande como lo es su epopeya histórica. Vivimos tiempos distintos con un mismo orgullo. El bienestar de cada uno de nosotros no se logrará al margen de la fortaleza de nuestra patria. La mejor defensa de la nación transita hoy, necesariamente, por el fortalecimiento cultural y productivo de todas y cada una de las regiones, de todos los estados de la República.
Las acciones para el futuro inmediato que he mencionado, son solamente muestras de lo que tenemos que hacer. No hay tiempo que perder ni esfuerzo que ignorar. Esta es la convocatoria en los hechos, donde el trabajo rinde bienestar porque lo hacemos juntos y el beneficio es para todos. La nación pervive por nuestro esfuerzo y por mantener nuestro entusiasmo.
El nacionalismo mexicano tiene hoy nuevas vías. La soberanía ya no es algo rígido; tiene que asumirse como decisión. Su esencia, la justicia social, requiere de la dinámica económica y ésta no se logrará por sí sola; dada la creciente globalización de las relaciones comerciales del mundo, es indispensable una vinculación a los grandes centros económicos, sin la interrelación el riesgo es mayor: la desintegración.
Estaremos, sin duda, sujetos a nuevas influencias y actitudes pero, ante ellos, tenemos la fuerza de nuestra cultura y de nuestra identidad, probada ante los intensos procesos de comunicación que ya vivimos. Sólo saliendo al mundo aceleraremos internamente la justicia y fortaleceremos a México. Sólo una más decidida solidaridad entre nosotros nos dará la energía para hacer valer nuestra soberanía. Soberanía y justicia no son producto fortuito. Responden a un plan y aun proyecto nacionales. Los vientos del cambio sólo nos serán favorables si mantenemos el rumbo, nuestro rumbo.
Lo sabemos adentro; que lo conozcan bien afuera. En esta tierra ha existido y existe una nación de enorme resistencia y de grandes y probadas capacidades. El mexicano es un pueblo con carácter, de muchísima vitalidad. Por eso no hay reto que lo amedrente ni circunstancias que lo derrote. La nuestra es una auténtica nación; ahí está la base histórica y actual de la soberanía. Por eso tenemos confianza en nuestro destino y fe en que sabremos superar los problemas por grandes o profundos que puedan ser.
Hemos dejado atrás el temor y el cansancio. Tenemos que mantener el esfuerzo, redoblar el trabajo, seguir actuando decididamente, sin renunciar jamás a nuestra identidad, manteniéndonos orgullosamente como país independiente en sus decisiones, soberano en sus leyes, con orden interno y con instituciones propias para la justicia. Hay una fe legítima en los mexicanos basada históricamente en la realidad de la nación. En lo que somos, fundemos ánimo y esperanza.
Demos la batalla por la justicia, razón profunda de nuestra historia, para que nuestra presencia en el mundo sea más eficaz y rinda frutos para los mexicanos. Vivamos nuestra democracia, y produzcamos más y mejor. Que lo que hacemos exprese nuestra libertad y que la libertad tenga un mejor sustento material. De libertades, no olvidemos, se trata de esta gran nación. Como Presidente de la República mi única lealtad está con México y nada distraerá mi atención del objetivo de fortalecer a la nación y hacerla más justa. Gobernaré para todos y seguiré trabajando más para que los que menos tienen. Mi compromiso es indeclinable y mi voluntad la animan millones de voces en todo el país, y el reconocimiento que en el mundo dan hoy a todos los mexicanos. Esta es la modernización de México para construir su futuro. Con la solidaridad de cada uno de nosotros, lograremos que sea mejor que todos nuestros pasados. Este es el tiempo de México. Juntos lo haremos realidad. ¡Viva México!. (Aplausos.)
RESPUESTA
El Presidente del Congreso de la unión: - Ciudadano Licenciado Carlos Salinas de Gortari, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; Ciudadano Presidente de la honorable Suprema Corte de Justicia de la Nación; ciudadana Presidenta del Senado de la República; honorable Congreso de la Unión; señoras y señores.
En los próximos días, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 8o. de nuestra Ley Orgánica, habremos de analizar con profundidad y con toda amplitud, tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores, el informe que usted ha presentado hoy ante ese Congreso de la Unión, en cumplimiento del artículo 69 constitucional. Cabe expresar que su contenido corresponde a la relación entre un pueblo más plural y demandante, que exige ya la satisfacción de sus necesidades apremiantes y un gobierno que se esfuerza por dar más a los que menos tienen, sin dejar de procurar en todo momento mantener el ritmo de progreso general que satisfaga a todos los mexicanos.
En el lapso correspondiente al informe que hoy rinde usted, el entorno mundial se ha transformado vertiginosamente.
La década final de este siglo se presenta plena de nuevas circunstancias. Algunas son prometedoras de condiciones favorables para el desarrollo de países como México, otras más constituyen preocupantes amenazas a la paz y seguridad mundiales, que bien podrían retardar nuevamente la recuperación del tiempo para el desarrollo en esta década, y aun cancelar algunas alentadoras posibilidades que se configuraron recientemente.
Circunstancias ominosas evidencian que la lucha por la consolidación de la soberanía nacional, se mueve entre la esperanza de que se acepte de una vez y para siempre el derecho internacional y el temor de que se rompan las normas de convivencia pacífica mundial.
La paradoja es tal vez el signo de nuestro tiempo y en ella nos toca vivir. Continuaremos no obstante, nuestro esfuerzo cotidiano por consolidar una nación mejor, presente y futura; soberana en lo externo, justa y democrática en lo interno.
La sociedad mexicana es hoy más informada y crítica, como también es más activa su memoria histórica. Por ello produce caminos de pluralidad política, ideológica y cultural, que la conducen a un conocimiento profundo y reflexivo de su complejidad.
En esta atmósfera, los distintos actores políticos y sociales expresan una mayor autonomía respecto al Estado y una mayor diferenciación ciudadana. Ello proviene de la capacidad de definir las identidades propias, sus campos de acción y sus proyectos de sociedad, características de sociedades dinámicas como la muestra, dispuestas a seguir el acelerado ritmo del mundo actual, en constante renovación.
La sociedad y el Estado reconocen la pluralidad y crean, en el mayor consenso posible, vías y órganos de expresión, abriendo paso a esa voluntad consistente de democratización política. Esta supone la expresión de la diferencia, el desacuerdo, aún la pasión de las posiciones encontradas, porque ésta es una condición permanente pero necesaria de la democracia: sin diversidad y sin lucha política fuerte pero civilizada, las sociedades se tornan inmóviles; sin el ánimo de encontrar acuerdo, las sociedades se dividen y se entregan a la anarquía.
Este Congreso de la Unión es prueba de pluralismo político. Aquí se expresan voces muy distintas y, a veces, difíciles de reconciliar. Por eso, debe ser el foro para la actitud madura, la respuesta tolerante, el respeto a las personas; ésta es la razón política del Poder Legislativo Federal. Descuidar las reglas de la instituciones fundamentales no avanza la democracia. Debemos aprender a convivir con lo que nos separa. La tolerancia no es concesión, sino reconocimiento a la autonomía de los demás.
El acceso posible de un número mayor de individuos al ejercicio de la política; la búsqueda de la transparencia y el respeto de los mecanismos electorales; el pluralismo de la vida partidaria; la existencia de espacios, como el Congreso, para la discusión, la deliberación, el consenso o el disenso; las prácticas democráticas, en suma, hacen pasar el principio de la soberanía popular del mito a la realidad. Donde hay democracia, hay posibilidad de luchar por mejores niveles de vida, por los mejores y más claros caminos de expresión política por mayores oportunidades de lograr la justicia social.
Un pueblo con bienestar económico y con libertades políticas, permite al Estado construir los consensos y la paz interna necesarios a los objetivos de desarrollo económico y social que su gobierno ha propuesto: justicia y seguridad, empleo y servicios, educación, salud y vivienda, abasto de alimentos y un medio ambiente limpio. No sin divergencias, no sin discusión, no sin adversarios leales, se están sentando las bases para una estructura económica, y su adecuado funcionamiento, que haga posible la inserción
internacional de nuestro país y no disminuya eficacia en sus resultados internos concretos.
En este sentido, es posible hacer del comercio exterior uno de los factores más importantes del crecimiento, dado que crea especializaciones productivas y empleo de tecnológicas congruentes con los recursos del país. Pero, por sobre todo, deberá dar por resultado un efecto positivo en el nivel de vida de la población, y generar empleos productivos y estables, contribuyendo a una mejor distribución del ingreso.
La consolidación de la apertura comercial, debe fundamentarse en el establecimiento de normas que no debiliten las reales capacidades y calidades productivas internas.
Múltiples iniciativas en pro de la diversificación de los mercados bajo condiciones de reciprocidad, que deben ser defendidas, y de reglas claramente establecidas, han de profundizar este esfuerzo, siempre en el marco de la soberanía nacional, principio que fija el límite absoluto de lo negociable.
Para hacer imperar la justicia como atmósfera dominante y la libertad como escenario de una vida ciudadana plena y sin miseria,, cumplir con la soberanía popular y garantizar simultáneamente la soberanía nacional, estamos participando todos mediante el apoyo reflexivo a la crítica razonada.
Nuestra nación, como tantas otras, en sus viscisitudes históricas, en sus formas de constitución y de organización para producir bienestar y riqueza, ha producido al mismo tiempo, atrasos en las formas de distribución, que han generado injusticia y desigualdades irritantes. Amplios grupos de mexicanos viven en condiciones de extrema pobreza y necesidad.
El régimen democrático es la gran alternativa histórica que crea reglas de convivencia para resolver las desigualdades sociales, sin recurrir al uso de la violencia.
Continuaremos reduciendo la desigualdad mediante la atención específica a las necesidades de la población en extrema pobreza, sobre la base de la corresponsabilidad y de su compromiso para superar, con el apoyo y estímulo del Estado, la situación de exiguo bienestar en que sobreviven. El esfuerzo que la sociedad y el gobierno realizan solidariamente en este sentido, está ya rindiendo frutos.
La indivisible relación entre política y economía, entre un poderoso proceso de ampliación democrática que nace en la sociedad misma y los objetivos de desarrollo económico y bienestar social, nos da por resultado un México que cambia interna y externamente.
De las fronteras hacia adentro de democratiza la sociedad, se diferencian los grupos que identifican sus intereses, definen acuerdos y desacuerdos.
De las fronteras hacia afuera, construimos con esfuerzo una inserción de efectos internos positivos, en el mundo de la interdependencia, de cuya desigualdad somos plenamente conscientes y a la que debemos vigilar escrupulosamente.
Por estas razones, el eje en torno al cual gira necesariamente la política exterior de México, tanto en las relaciones diplomáticas cuanto en las comerciales o financieras, es la soberanía nacional como principio y como práctica, que señala los límites de las materias negociables y define los rumbos del Estado de la sociedad.
Asimismo, el principio rector del cual parte y al cual retorna continuamente el consenso nacional en política exterior es también la soberanía nacional. Expresión jurídica y política de la voluntad de autodeterminación de la nación mexicana; principio constitutivo de nuestra identidad y cultura que nos ha enseñado la historia. Por la tal razón, junto con la autodeterminación, conforma una dimensión que cohesiona la nación a su alrededor. Por ello, México está en permanente alerta en su defensa.
Hoy no existen las naciones aisladas. En cada historia nacional hay un elemento universal. Este es el modo en que se origina la relación que la economía mundial establece con los procesos nacionales.
Vivimos una realidad internacional en la que los grandes centros de acumulación de los medios materiales, militares, políticos y culturales ejercen una influencia globalizadora de hecho; pero todos queremos que las nuevas relaciones se regulen según el principio de igualdad jurídica de los estados y del derecho internacional.
Este objetivo legítimo, especialmente para los países de desarrollo, contiene un principio ético y un principio de racionalidad económica. Ético en cuanto se inspira en la justicia; de racionalidad económica porque niveles de bienestar generalizados, estimulan la producción y el consumo, el comercio, y el intercambio en todas las realidades nacionales.
Los riesgos que la globalización económica implican, no significarán jamás ni la dilución de las fronteras, ni la abdicación a la conciencia nacional.
Es el reconocimiento de nuestra identidad, de cuanto constituye el nosotros; identidad nacional que hace posible la autodeterminación política y la independencia económica no aislacionista. La identidad no sólo la da un pasado común, sino el deseo de compartir un futuro.
Estos riegos no deben, sin embargo, paralizarnos. Necesitamos crear espacios útiles y productivos en el intercambio con el mundo y diversificar mercados hacia zonas extremadamente activas y competitivas.
Tenemos que establecer reglas claras en el comercio existente o por venir con nuestros vecino del norte, que estén enmarcadas en nuestra soberanía nacional y garanticen el futuro de las próximas generaciones. Simultáneamente debemos avanzar en la integración latinoamericana, con decisión y firmeza, para que la poderosa circunstancia económica mundial no nos lo impongan desde fuera y bajo sus condiciones.
Nuestro país vive esta época, resulto a aprovechar las circunstancias propicias para beneficio y bienestar de su pueblo. Nos exige esfuerzo material y requiere temple moral, reciedumbre y nacionalismo sano, porque las amenazas potenciales y reales a la independencia y a la libertad,, están siempre presentes en modo latente o manifiesto. Sólo con la voluntad solidaria de todos los mexicanos lograremos nuestros objetivos.
Tenemos por delante muchos problemas que también deben seguir concentrando la atención de la ciudadanía y de sus representantes parlamentarios: la recuperación económica; la consolidación de instituciones y prácticas electorales democráticas; el saneamiento y protección severa del medio ambiente. Todos ellos son parte de la compleja problemática que tenemos por resolver.
Asimismo, debemos mantener un constante esfuerzo para procurar el respeto absoluto a los derechos humanos, cuyo reconocimiento y protección legal es hoy una preocupación universal que los mexicanos compartiremos plenamente y sin reservas ya que son condición indispensable para la sobrevivencia de la democracia.
Es cierto que falta mucho por hacer, pero también es innegable lo mucho realizado en este corto período de su gobierno para vencer los graves problemas de la crisis que vivimos, sin dejar de respetar la compleja pluralidad mexicana, que bien puede ser fuente de riqueza para enfrentar los obstáculos del desarrollo.
Triunfará nuestra firme voluntad de progreso. Consolidaremos la justicia social y la soberanía nacional. (Aplausos.)
Se ruega a todos los presentes ponerse de pie, para rendir los honores de ordenanza al ciudadano Carlos Salinas de Gortari, Presidente de la República.
(Honores de ordenanza.)
Se ruega la comisión designada para acompañar al ciudadano Presidente de la República, al retirarse de este recinto, cumpla su cometido.
ACTA DE LA SESIÓN
El Presidente del Congreso de la Unión: - Ruego a la secretaría dar lectura al acta de esta sesión de Congreso General.
El secretario diputado Juan Manuel Verdugo Rosas:
«Acta de la sesión del honorable Congreso de la Unión , celebrada el día primero de noviembre de mil novecientos noventa, correspondiente a la apertura del Primer Período de Sesiones Ordinarias del Tercer Año de ejercicio de la Quincuagésima Cuarta Legislatura.
Presidencia del diputado Gonzalo Martínez Corbalá
En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las 8.50 horas del día primero de noviembre de mil novecientos noventa, con una asistencia de cuatrocientos treinta y dos diputados y cincuenta y siete senadores, el Presidente declara abierta la sesión.
Puestos todos de pie, el Presidente declara: "El Quincuagésimo cuarto Congreso de los Estados Unidos Mexicanos abre hoy, primero de noviembre de mil novecientos noventa, el Primer Período de Sesiones Ordinarias del Tercer año de ejercicio constitucional".
Por instrucciones de la Presidencia, la secretaría da lectura a las comisiones designadas en acatamiento del artículo once del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos.
La misma secretaría da lectura al acuerdo parlamentario que suscriben los grupos parlamentarios de los partidos políticos integrantes de la Quincuagésima Cuarta Legislatura del honorable Congreso de la Unión.
Para expresar sus opiniones respecto al informe presidencial, hacen uso de la palabra los legisladores: Abel Vicencio Tovar, del Partido Acción Nacional; Vicente Luis Coca Alvarez, del Partido Auténtico de la Revolución Democrática; Ignacio Castillo Mena, del Partido de la Revolución Democrática; Rafael Aguilar Talamantes, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional y Guillermo Jiménez Morales, del Partido Revolucionario Institucional
El Presidente pide a las comisiones designadas que cumplan con su cometido y a las 10.28 horas, declara un receso para esperar la llegada del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Receso
A las 10.50 horas se reanuda la sesión y se rinden los honores de ordenanza al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Carlos Salinas de Gortari
El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos rinde su segundo informe de gobierno y entrega el documental respectivo.
El Presidente del Congreso, diputado Gonzalo Martínez Corbalá, da cumplida respuesta al informe de gobierno.
Puestos todos de pie, se rinden los honores de ordenanza al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Carlos Salinas de Gortari, cuando se retira del salón de sesiones.»
Está a discusión el acta... No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba.
Los legisladores que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo poniéndose de pie... Aprobado, señor Presidente.
CLAUSURA
El Presidente del Congreso (a las 13.40 horas): - Se levanta la sesión de Congreso General. Se recuerda a la sesión de Cámara de Diputados es el próximo 6 de noviembre a las diez horas.