Legislatura LV - Año I - Período Ordinario - Fecha 19911101 - Número de Diario 2

(L55A1P1oN002F19911101.xml)Núm. Diario: 2

ENCABEZADO

LV LEGISLATURA

PODER LEGISLATIVO FEDERAL

DIARIO de los DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de segunda clase en la Administración de Correos, el 21 de septiembre de 1921

PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

Diputado Fernando Ortiz Arana

RECINTO LEGISLATIVO

CENTRO MEDICO NACIONAL

DIRECTOR DEL DIARIO DE LOS DEBATES

Héctor Antuñano y Lora

AÑO I

México, D.F., viernes 1o. de noviembre de 1991

No. 2

INFORME PRESIDENCIAL

SUMARIO

ASISTENCIA

La Secretaría informa que hay quórum.

SE ABRE LA SESIÓN

COMISIONES DE CORTESÍA

La Secretaría da lectura a las designaciones.

ACUERDO PARLAMENTARIO

Se da cuenta con el mismo. Intervienen los legisladores: Cuauhtémoc Amezcua Dromundo

Carlos Enrique Cantú Rosas

Alberto Marcos Carrillo Armenta

Rosa Albina Garavito Elías

Diego Fernández de Cevallos Ramos

Manuel Jiménez Guzmán

RECESO

En espera del Presidente de la República.

TERCER INFORME DE GOBIERNO

El Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Carlos Salinas de Gortari, da lectura al documento.

RESPUESTA

El Presidente del Congreso, diputado Fernando Ortiz Arana, da respuesta al informe presidencial.

ACTA DE LA PRESENTE SESIÓN

Se da lectura. Se levanta la sesión.

DEBATE

PRESIDENCIA DEL DIPUTADO FERNANDO ORTIZ ARANA

ASISTENCIA

El Presidente (a las 09.03 horas): - Proceda la Secretaría a pasar lista de asistencia de diputados.

El secretario diputado Everardo Gámiz Fernández: - señor Presidente, hay una asistencia de 487 diputados.

El presidente: - Se ruega al secretario de la Cámara de Senadores, proceda a pasar lista de asistencia

El Secretario senador Oscar Ramírez Mijares: - Se va a proceder a pasar lista de asistencia de los senadores de la República.

Señor Presidente, hay una asistencia de 61 senadores.

Señor Presidente, hay una asistencia de 487 diputados y 61 senadores.

Hay quórum de Congreso General.

El Presidente: - Se abre la sesión de Congreso General.

Se suplica a todos los presentes ponerse de pie.

El LV Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, abre hoy, 1o. de noviembre de 1991, el Primer Período de Sesiones Ordinarias del Primer Año de su ejercicio constitucional. Muchas gracias. (Aplausos.)

COMISIONES DE CORTESÍA

El Presidente: - Procede la Secretaría a dar lectura a la lista de los diputados y senadores que integran las comisiones designadas, de acuerdo con el artículo 11 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General.

El secretario Manuel Garza González: - Para acompañar al Presidente de la República, de su residencia al recinto del Congreso, senadores Alfonso Martínez Domínguez, Humberto Lugo Gil, Rogelio Montemayor Seguy, Jesús Murillo Karam, Alberto Juárez Blancas y Argel León Moreno.

Diputados: César Augusto Santiago Ramírez Diego Zavala Pérez, Rodolfo Toxtle Tlamani, Romero Flores Leal, Amador Rodríguez Lozano y María Esther Scherman Leaño.

Para recibir al señor Presidente de la República en el acto de apertura de sesiones del Congreso, senadores Nicolás Reynés Benezaluce Manuel Cavazos Lerma, Carlos Sales Gutiérrez, Idolina Moguel Contreras, Héctor Olivares Ventura, Héctor Terán Terán y Roberto Robles Gárnica.

Diputados: Miguel Angel Yunes Linares, Ana Teresa Aranda Orozco, Manuel Terrazas Guerrero, Cecilia Soto González, Paloma Villaseñor Vargas y Rodolfo Echeverría Ruiz.

Para acompañar al señor Presidente del recinto de Congreso a Palacio Nacional, después de la lectura del informe, senadores: Emilio M. González, Maximiliano Silerio Esparza, Manuel Aguilera Gómez, Netzahualcóyotl de la Vega García Silvia Hernández Enríquez y Miguel Alemán Velasco.

Diputados: José Antonio González Fernández, Lydia Madero García, Luisa Alvarez Cervantes, Carlos Enrique Cantú Rosas, Manuel Díaz Infante y Luis Dantón Rodríguez Jaime.

El Presidente: - Esta Presidencia solicita a los señores legisladores integrantes de las comisiones con que ha dado cuanta la Secretaría, que en su oportunidad cumplan con su cometido.

ACUERDO PARLAMENTARIO

El Presidente: - Señores Legisladores, previamente a esta sesión de Congreso General, los coordinadores de los diferentes grupos partidistas y el senador Emiliano M. González, suscribieron un acuerdo que tiene que ver con el orden del día de la presente Sesión de Congreso General.

En este acuerdo, se dispuso que previamente al arribo del Presidente de la República, los diversos partidos políticos llevaran a cabo intervenciones en la tribuna de esta sesión de Congreso General. Se determinó igualmente el orden de las intervenciones y siguiendo éste, otorgamos el uso de da palabra al compañero diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, del Partido Popular Socialista. (Aplausos.)

El diputado Cuauhtémoc Amezcua Dromundo: - Señor Presidente; compañeras y compañeros legisladores: Con este Tercer Informe, el gobierno

no actual concluye la primera mitad de su ejercicio. Vivimos tiempos, por tanto, de reagrupamientos, de tomas de posiciones de las fuerzas políticas del país con visitas a la sucesión presidencial.

Este proceso, normal e inevitable, puede observarse como un movimiento de grupos en torno a individuos y de éstos en busca de puestos públicos, pero ésa sería una visión superficial y frívola del asunto.

En el proceso de reagrupamiento de fuerzas hay otro aspecto rico y trascendente, que es el que interesa al partido Popular Socialista y seguramente a todas la fuerzas políticas y sociales, a todo el pueblo de México. Se trata del tema del rumbo y del programa.

El Partido Popular Socialista tiene como objetivo fundamental el de constituir una patria soberana y un pueblo próspero y dueño de su destino. Teniendo en mente ese elevado objetivo, el Partido Popular Socialista considera que la segunda mitad del sexenio se inicia la etapa en que debe establecerse un diálogo plural entre todas las fuerzas políticas reales del país, en torno a los grandes temas que habrán de definir el perfil de México del siglo XXI.

Este diálogo permitirá cortejar ideas, tesis y programas para definir cuáles son los que convienen a los intereses superiores de la nación y del pueblo. Permitirá, además, encontrar las afinidades y las discrepancias que puedan existir entre unas y otras fuerzas entre carácter patriótico, democrático y progresista, para unir esfuerzos en torno a las cuestiones coincidentes. Permitirá, por último, precisar los términos del debate frente a quienes asuman posiciones antagónicas para profundizar en el examen sustantivo de esas discrepancias, en el entendido de que esta batalla, la batalla de las ideas, es, en escencia, la batalla por el porvenir de la nación.

Entre los grandes temas que estarán entre la mesa de los debates con los diversos foros nacionales y muy destacadamente en ambas cámaras del Congreso de la Unión, está la cuestión de la democracia electoral, sobre la cual el Partido Popular Socialista fija desde este momento los trazos esenciales de su posición.

El Partido Popular Socialista concibe el problema de la vida democrática como un proceso y no como una cuestión absoluta de todo o nada o de una ruptura. Considera que nuestro país ha avanzado por la vía de la aplicación del régimen democrático a partir de 1917, registrándose varios pasos de importancia durante las últimas décadas; el más trascendente de ellos, la reforma de 1964, siendo presidente el licenciado Adolfo López Mateos.

Sin embargo, podría decirse que la gran reforma democrática electoral en el México posrevolucionario no se ha realizado todavía. A juicio del Partido Popular Socialista esta reforma para que tenga un carácter progresivo y sea consecuente en nuestra propia vía histórica de desarrollo, debe garantizarse la consolidación del régimen de partidos, en el que estén representadas todas las fuerzas políticas reales que existen en nuestro país, combatiendo las tendencias y presiones de fuerzas poderosas que tratan de imponer cualquiera de dos modalidades artificiales por ajenas a nuestro contexto, ya sea la pulverización de la voluntad popular por medio de la simulación de existencia de numerosos partidos, o bien la falsa democracia bipartidista que pretenda manejar la voluntad popular como una mercancía que se compre o que se venda según la tarifa de una u otra agencia mercadológica y publicitaria, al estilo de lo que ocurre en los Estados Unidos de América.

El manejo de los procesos electorales desde la casilla hasta el órgano calificador debe dejar de ser unilateral del gobierno y de su partido, como lo ha sido hasta hoy y pasar a ser verdaderamente plural tomando sus resoluciones por consenso y, sobre todo, deben establecerse las normas y mecanismos que aseguren a todos los partidos equidad y suficiencia en el acceso a los medios de información, dejando atrás la etapa actual en la que ciertamente tenemos derechos a tiempos en radio y televisión, pero éstos son marginales y puramente simbólicos.

Debe entenderse claramente que en tanto uno o dos partidos aparecen y monopilicen virtualmente los canales de comunicación con el pueblo, los procesos electorales deben ser considerados como viciados desde su origen, al no permitir que los ciudadanos conozcan de manera adecuada las diversas propuestas y puedan, por tanto ejercer su derecho de elección de manera libre y razonada.

Aquí queda, compañeras y compañeros legisladores, para el debate con todas las fuerzas políticas y sociales, la propuesta del Partido Popular Socialista, para una reforma democrática trascendente, que descansa en tres puntos:

1. Consolidación del régimen de partidos integrados por todas las fuerzas políticas reales.

2. Composición verdaderamente plural de todos los órganos encargados de preparar, organizar, vigilar y calificar los procesos electorales, cuyas decisiones deben someterse al consenso, y

3. Canales abiertos de manera equitativa y suficiente para que todos los partidos puedan atender y satisfacer su comunicación con los electores.

Las demás cuestiones serían de carácter técnico o procesal.

Mucho se habla ahora de modernización y eso es correcto. El Partido Popular Socialista ha sido un precursor de la modernización del país en todos los aspectos. Pero lo ha concedido como un proceso en el cual el pueblo no tiene por qué perder su soberanía, su identidad ni su cultura. No tiene por qué sacrificar sus anhelos de justicia, de progreso y de bienestar, sino que por el contrario, todos estos valores deben acentuarse. Por esta razón es que ha existido una profunda discrepancia entre el Partido Popular Socialista y el actual gobierno.

El Partido Popular Socialista no puede aceptar, por ejemplo, que la idea de la modernización del campo para aumentar de manera sustancial su productividad, conlleve necesariamente la destrucción del tejido, con la consecuente reconstitución visible o disfrazada del latifundio, porque esto significaría sacrificar a los campesinos, condenándolos a la explotación y la miseria y además no tendría el valor de una respuesta nueva, moderna a los problemas del campo, sino de la simple y extralógica vuelta a la situación que imperaba en la época porfiriana.

El Partido Popular Socialista no puede aceptar la tesis de que la modernización educativa implique vulnera ni en lo más mínimo el artículo 3o. de la Constitución, que es precisamente lo nuevo, lo innovador en este campo. Tampoco puede aceptar que la modernización se pretenda instrumentar por técnicos de gabinete al margen de las experiencias, los juicios y opiniones de los maestros mexicanos y menos aún que con ese pretexto se trate de destruir o desmantelar su organización sindical.

El Partido Popular Socialista tampoco puede coincidir con quienes postulan que la modernización de la planta industrial y el incremento de la productividad social en esta área, deba conducir indefectiblemente a la sobreexplotación de los trabajadores, a la pérdida de sus conquistas o a la cancelación de sus derechos legítimos.

El Partido Popular Socialista está por la inserción de México en la economía mundial, pero no acepta que está se haga a costa de la independencia y de la soberanía nacional, ni al precio del abastecimiento de nivel de vida de decenas de millones de compatriotas, como ha venido ocurriendo desde 1982 y de manera más acentuada en los últimos tres años, vía el Tratado de Libre Comercio con los Estado Unidos y Canadá, Por el cuál podría profundizarse todavía más este proceso.

El Partido Popular Socialista rechaza con energía el camino de las privatizaciones, que ha consistido en malbaratar las empresas que son patrimonio del pueblo, con el pretexto de obtener recursos para atender obra pública y social a través del llamado Programa Nacional de Solidaridad. Rechazamos por falsa la contradicción entre Estado propietario y Estado que atiende las necesidades populares. En las historia de México encontramos múltiples hechos que demuestran que, por el contrario, los mejores gobiernos se caracterizaron por realizar a la vez una abundante obra pública y social y a acrecentar el patrimonio del pueblo por la vía de las nacionalizaciones y de la creación de nuevas empresas del Estado.

El falso que se vendan bienes para alivianar males, se han malbaratado los bienes, patrimonio del pueblo, con la consecuencia inevitable a corto, mediano y largo plazo, de acrecentar los males del pueblo.

El Partido Popular Socialista reitera su propuesta sobre la formulación de un acuerdo nacional para el desarrollo de las fuerzas productivas con independencia, sobre la base de impulsar el desarrollo científico y tecnológico de México. Llamamos al Poder Ejecutivo, llamamos a la comunidad científica, a las instituciones de investigación científica y técnica, llamamos a las organizaciones sociales, llamamos a los capitalistas de carácter nacionalista y a las fuerzas políticas todas, a discutir esta propuesta que en días próximos expondremos con mayor amplitud y en detalle.

El Partido Popular Socialista considera plenamente vigentes los principios que han dado sustento a nuestra histórica política exterior, autodeterminación de los pueblos y no intervención, solidaridad con quienes luchan por el derecho de seguir su propia vía y por la búsqueda de la integración de América Latina y el Caribe. En este último aspecto, encuentra signos positivos en la conducta gubernamental en los últimos años y los valora adecuadamente, valora

sobre todo la solidaridad con el pueblo de Cuba, nuestro entrañable pueblo hermano que libra la más desigual y la más digna de las batallas contra nuestro enemigo común: el imperialismo norteamericano.

Sobre estas bases, con estas características, estamos dispuestos a debatir con las distintas fuerzas políticas ya jugar las coincidencias con las de carácter democrático, patriótico y progresista que nos permiten sustentar la posibilidad de la unidad en la acción, sin abdicar del pensamiento de Morelos, de la obra de Juárez, de la herencia de Villa, de Zapata, de Cárdenas y de Vicente Lombardo Toledano, sin mutilar ni contrareformar la Constitución política de los Estados Unidos vía por la cual debemos transitar y dentro de la cual están abiertas las mejores posibilidades para modernizar el país en beneficio de la nación en su conjunto y de las masas populares de nuestro pueblo. Muchas gracias. (Aplausos.)

El Presidente: Se concede el uso de la palabra al diputado Carlos Enrique Cantú Rosas, del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana.

El diputado Carlos Enrique Cantú Rosas: - Señor Presidente; señores senadores; señores diputados señoras y señores asistentes a este evento: Dentro del marco de nuestras libertades, obligaciones y derechos, en la concepción democrática nacional, el partido Auténtico de la Revolución Mexicana, atento a la representatividad a que su pueblo nos ha conferido, define desde esta tribuna el juicio de aquellos que no han participado en la instrumentación de las políticas oficiales del gobierno, de los que no han sido escuchados, de los que sufren las consecuencias de los actos de gobierno y viven en forma anónima los aciertos y los fracasos de la política gubernamental.

El diálogo y la crítica son elementos indispensables en una nación que aspira a la democracia; decir la verdad aun sabiendo que no resulta grata para todos porque lesiona intereses ilícitos, es compromiso que el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana ha aceptado ante y frente al pueblo de México sin limitaciones de riesgos y de sacrificios. Las opiniones escuchadas son diversas, las óptimas percibidas son diversas y por ello resulta un imperativo moral traerlas a este recinto que hoy más que nunca, debe constituirse en trinchera de los legítimos anhelos populares y no en caja de resonancia de aplausos cortesanos.

A casi 74 años de promulgación la Carta de Querétaro, arribamos a un país que angustioso se debate en medio de las tormentas provocadas por las incontenibles olas de los que nada tienen y siguen siendo explotados. De aquellos que oyeron hablar de Emiliano Zapata y Lucio Blanco y carecen de tierra; de Flores Magón y no tienen vivienda; de Heriberto Jara y de Mújica y carecen de empleo; de Gabino Barrera y de Justo Sierra y no encuentran aulas para sus hijos y, de Cárdenas, que nos libera del explotador extranjero y hoy cargan sobre sus hombros el peso de una deuda externa que resulta impagable para el pueblo de México.

Un tema de primordial importancia y que debe ser abordado en el informe presidencial es el relativo a las pasadas elecciones del 18 de agosto A este respecto el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana considera que a medida que pasan los años, los métodos de la imposición se han sofisticado y resultan cada vez más lacerantes en el organismo de la nación. Después de la parodia sufrida el pasado Colegio Electoral se profundizaron las rencillas entre hermanos en algunos distritos del país, pues en lugar de encontrar solución a sus legítimos reclamos, sufrieron mayores violaciones a sus derechos disfrazados de legaloides respuestas.

Luego de tanta difusión, publicidad, anuncios declaraciones y promesas de legatimidad electoral, no sólo se repitieron los vicios del pasado, sino que además de inauguró, en auténtica demostración de modernidad, la presencia y el uso de la cibernética y de la ingeniería electoral, puesta al servicio de la antidemocracia, de la corrupción y el fraude en prejuicio del pueblo de México.

Resultó fácil para los favoritos del sistema, con la utilización de los recursos económicos del Estado atrás de una computadora, recibiendo sin limitación credenciales de elector, alterando el padrón y con la abierta complicidad de los funcionarios, ganaron las elecciones.

Por ello, consideramos que en este recinto y ahora, no están todos los que son ni son todos los que están, pues desafortunadamente al lado de hombres honestos, responsables y trabajadores, que sin duda los tiene también el partido oficial, se lograron infiltrar individuos que son producto del dedazo.

No se vale que en algunos Estados, municipios y distritos del país, los recursos nacionales que corresponden al pueblo, hayan sido empleados fundamentalmente para impulsar las candidaturas de los protegidos y los que resulta más grave aún, para ejercitar acciones de venganza,

de represalia y revanchismo, en contra de aquellos candidatos de oposición, cuyo único delito podría ser ante los ojos de algunos gobernantes, el no haber cubierto la complicidad de sus campañas con las siglas tricolores mediante los cuales amorales individuos protegieron sus actividades.

El Colegio Electoral se constituyo en el cadalso de la democracia. El mayoriteo fue insultante y obligó a los partidos de auténtica oposición, por dignidad y respecto a nuestros electores, a retirarnos de las discusiones formales de dicho foro. Así, el partido Auténtico de la Revolución Mexicana demostró al país que es preferible el sacrificio a la complicidad y aquiescencia con el fraude electoral.

El propósito del Partido Revolucionario Institucional y del sistema fue vencer a como diera lugar y contra esto no existe reforma política que posibilite algún alcance democrático. Esto es la consecuencia inmediata y la vinculación del gobierno con su partido y de la cláusula de gobernabilidad que resulta a todas luces obsoleta e inconstitucional.

La determinación del Estado es materia electoral es inequívoca, no admite la alternativa del poder, ni un régimen plural de partidos, ni tiene la intención de respetar el voto; sólo se pretende garantizar la continuidad en el sistema en el que el poder no dimana del pueblo, sino del gobierno.

Conocemos las limitaciones que los intereses del pasado establecen a los organismos gubernamentales federales, pero esto de ninguna manera justifica la pasividad de algunas de nuestras autoridades que actuaron con temor frente a los permanentes infractores, caciques y líderes corruptos.

Se nos convoca a la unidad, a la conciliación y a la armonía, pero se nos trata como enemigos, se nos agrede y se nos despoja de auténticos triunfos obtenidos en las urnas electorales; artificiosamente se crean colegios para calificar los procesos, que se alejan radicalmente en su conducta y en sus obligaciones, del respeto a la legalidad y al derecho y por ende, se mutila la esperanza de un pueblo al convertirse, como ya se dijo en cadalsos electorales en los cuales se sacrifican los más caros anhelos de justicia electoral.

En un momento más habrá de abordar esta tribuna el Presidente de la República, licenciado Carlos Salinas de Gortari, para informar por tercera vez a la nación del estado que guarda la administración pública. Se ha constituido en costumbre, protocolo, ritual o cortesía en eventos de esta naturaleza, aceptar como ciertas las irregularidades en el proceso electoral y realizar y reanunciar anuncios promisorios de perfección democrática, de amplitud libertaria y de pleno respeto al sufragio, a la voluntad y a la soberanía popular. Con declaraciones, y agradecimientos, tradicionalmente se ha logrado y pretendido lograr un borrón y cuenta nueva, con el compromiso de que ahora sí, abocarse a restañar las heridas electorales, que se han venido profundizando en el cuerpo nacional después de cada proceso electoral.

Los ofrecimientos sin embargo, son luz de esperanza para los gobernados, pero los hechos son elementos de juicio del presente y conforme a ellos, podemos aquilatar la conducta del gobernante.

Creemos que es urgente que en el quehacer nacional se pase de las promesas a los hechos; ya no son suficientes los simples propósitos de corrección de errores, tampoco la sola aceptación de imperfecciones que naturalmente siempre han repercutido en contra de la oposición en el seno de los organismos electorales.

Lo que se requiere y de veras, no como simple producto de exportación para acreditar democracia ante tribunales extranjeros, ante la Organización de las Naciones Unidas, la Casa Blanca o el New York Times, es que por encima de intereses partidistas o de grupo, logremos un instrumento electoral que nos permita transitar a los mexicanos, todos, por la auténtica senda de la libertad y democracia para lograr la nueva era que todos queremos para México.

En el desempeño formal de esta legislatura escucharemos propuestas para modificar la Constitución y sus leyes secundarias, a fin de lograr un marco jurídico al Tratado de Libre Comercio.

El Partido Auténtico de la Revolución Mexicana no satanizará por sistema lo que el Ejecutivo envié en calidad de proyectos de reformas a la ley, pero por razón natural de experiencias anteriores, por ciertas dolorosas experiencias, habremos de analizarlas con especial cuidado, responsabilidad y reflexión, para conjuntar esfuerzos con la mayoría cuando la reforma de referencia, a nuestro juicio, sea positiva para el conglomerado nacional.

Sin embargo, nos oponemos sin limitación de esfuerzos y riesgos cuando se ponga en peligro nuestro proyecto de nación. Algunos funcionarios están interesados en un Congreso sumiso

que no ponga en riesgo las reformas de referencia en esto radica la razón de fondo que, a nuestro juicio, para negar la auténtica representatividad que los partidos de oposición logramos en las urnas electorales.

Por ello nos fueron arrebatadas posiciones por un Colegio Electoral que actuó por consigna y sin escrúpulo alguno, desechando los mejores argumentos y pruebas, presentados por los partidos y candidatos de la defensa de sus legítimos intereses.

Se nos habla de la recuperación económica, se dice que ya tenemos en puerta y se presenta el Tratado de Libre Comercio como la llave de la esperanza. El Partido Auténtico de la Revolución Mexicana ni sataniza a priori el tratado de referencia, ni comparte el entusiasmo desbordante de los negociadores oficiales, quienes, en su prisa, han olvidado que todas las cifras confirman que la economía norteamericana sufre una inocultable recesión, motivo por el cual los expertos y eruditos avizoran una depresión superior a la de los años treinta, porque ahora la economía norteamericana se encuentra asentada sobre bases más endebles que en aquellas ocasiones.

Integrar nuestra economía en nuestras condiciones convierte a nuestro país en puerta de escape para las inversiones y empresas norteamericanas que huyen de los malos tiempos allá.

Un Tratado de Libre Comercio en condiciones de crecimiento podría permitir, por ejemplo, que los salarios en México tenderán a homologarse con los del vecino país del norte, pero un acuerdo comercial en condiciones de grave recesión en los Estados Unidos, exige que se perpetúen los salarios bajos aquí y que se endurezca por parte de ellos la mano dura en contra de los inmigrantes mexicanos.

Por todas estas razones en nuestra plataforma electoral de 1991 afirmamos que es urgente que las negociaciones no queden sólo en un reducido grupo de funcionarios federales y que el Congreso de la Unión participe en la evaluación y vigilancia del curso, la forma y el alcance de las negociaciones, en apego estricto a nuestros actuales preceptos constitucionales.

Es evidente que la inflación sigue siendo elevada y golpea con mayor vigor a los que más carencia tienen a quienes ya no es material ni moralmente posible seguirles pidiendo mayores sacrificios.

El incontenible aumento de los costos de los artículos alimentarios y de primera necesidad, así como de los servicios públicos que presta el Estado, todo ello incide brutalmente en la espiral inflacionaria que nos atañe. La familia mexicana se empobrece más cada día, al ver que el poder adquisitivo de su moneda, resulta insuficiente para satisfacer las necesidades indispensables.

Desde el inicio del pacto en diciembre de 1987, el salario mínimo ha sufrido un deterioro superior al 35%. La distribución de la carga de la crisis no ha sido equitativa y lejos de ella, se acentúa en aquellos que menor grado de responsabilidad tienen.

La fracción parlamentaria del partido Auténtico de la Revolución Mexicana orientará vigorosamente su acción a reordenar el marco jurídico del sector agropecuario; actualmente existen por lo menos 30 ordenamientos con carácter de ley, de los cuales se desprende más de medio centenar de reglamentos, múltiples tratados, casi 500 decretos y más de 200 acuerdos e incontables disposiciones y circulares.

El sector social del país, los obreros y campesinos, especialmente han sido el más sacrificado, mientras que el sector económicamente fuerte avanza apoyado por los programas de gobierno; las clases populares continúan cargando el peso específico de dichos programas y a cambio éstos cada día se desvinculan más sus necesidades, incluso han soportado la congelación de salarios en tanto avanza el sigiloso pero incesante aumento en los precios, sin que el pacto, en las nueve etapas y casi cuatro años, que tiene de vigencia, haya logrado controlar la inflación.

El Programa Nacional de Solidaridad tiene una connotación eminentemente política; resultó ser un instrumento gubernamental insuficiente para resolver la problemática social. Es un programa que está sujeto a la temporalidad del sexenio y, por lo tanto, es efímero, crea una estructura sobre puesta y paralela del gobierno, compite deslealmente contra los partidos de auténtica oposición, motivo por el cual habremos de presentar un proyecto de iniciativa tendiente a regular su ejercicio.

Las relaciones entre la Iglesia y el Estado constituyen un tema histórico que tiene profunda raigambre en la idiosincrasia nacional. Desde hace varios años, en el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana hemos propuesto la necesidad de consultar a la ciudadanía sobre su sentir respecto a este punto convertido en tabú y terminar de una vez y para todas con una vergonzante simulación, que a ojos vistos, diariamente

se realiza entre los representantes de estas entidades y surja así en definición nacional, esplendorosa, diáfana y soberana la voluntad del pueblo de México.

Los parmistas seguimos pensando que existen dos Méxicos: uno, el modelo concebido por teóricos gubernamentales, producto de profundas adecuaciones económicas, tendencias y estimaciones de computadora que anuncian la buena nueva de un país metido, aunque con calzador, en concierto de las naciones del primer mundo y, en el otro, el cuartomundista, el que conforman los 41 millones de mexicanos pobres, 17 millones de los cuales viven en extrema miseria.

Este México es el que proyecta para 1994, seis millones de desempleados, con una tasa superior al 18%. Realmente, señores legisladores, no sabemos a cuál de estos mexicanos se referirá en unos momentos más el señor Presidente de la República. Muchas. gracias. (Aplausos.)

El Presidente: - Se concede la palabra al diputado Alberto Carrillo Armenta, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional.

El diputado Alberto Marcos Carrillo Armenta: - Señor Presidente; miembros del Congreso de la Unión; señoras y señores: A nombre del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, quiero fijar la posición inicial que adoptará nuestro grupo parlamentario en relación con la inauguración de los trabajos de la honorable Cámara de Diputados y en relación al informe que en cumplimiento del mandato constitucional rendirá a esta soberanía el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

Este Congreso fue integrado por decisión del pueblo, expresado en las urnas el pasado 18 de agosto. En ejercicio de su soberanía, el pueblo de México renovó la totalidad de la Cámara de Diputados y la mitad de la Cámara de Senadores del poder Legislativo.

La votación sin precedentes alcanzada en este proceso intermedio por todos los partidos políticos, habla de que los ciudadanos se sintieron alentados e impulsados a dar su voto al candidato y al partido que más le fueron afines por sus ideas, principios y programas, concurriendo así al fortalecimiento de la soberanía popular, al arraigo de la votación democrática que tenemos como pueblo y, lo más importante: cada ciudadano contribuyó a la integración de la representación nacional, llevando al candidato de su preferencia al ejercicio del poder público.

Al valorar la amplia participación popular nuestro partido valora en consecuencia en alto grado a esta legislatura integrada pluralmente por las seis fuerzas políticas organizadas nacionalmente.

Valor también su propia responsabilidad conferida a nuestro partido por electores, al ubicarnos como tercera fuerza política por el voto a senadores y la cuarta fuerza política electoral por el voto a diputados federales.

Por eso tenemos y así lo reconocemos, una gran responsabilidad con el pueblo de México, con el sistema democrático pluripartidista en que los mexicanos aspiramos a vivir y con el Poder Legislativo, uno de los tres poderes de la Federación.

México transita un proceso de reconstrucción de la vida política del país. El pueblo de México con la misma energía que se manifiesta en contra de un sistema de partido único, se ha manifestado también en contra de un sistema bipartidista. Falso sistema democrático en donde el equilibrio de cúpulas, la simple alternancia de poder de minorías privilegiadas, sean la norma.

La condición que exige el pueblo de México de los partidos políticos, es responsabilidad y consecuencia. El pueblo de México exige partidos serios, consecuentes, con planteamientos claros de gobierno, responsables y capaces de dar seguridad a los ciudadanos de nuestra patria.

Las elecciones han demostrado una gran madurez cívica del pueblo. Ahora nos toca a los partidos políticos ser consecuentes con ese mandato.

Por eso, la actitud de nuestra fracción parlamentaria en la próxima legislatura será madura y seria. Sabemos de las grandes responsabilidades de coparticipar en la elaboración de normas jurídicas y legales que rijan las transformaciones a que tiene que someterse nuestro país para responder con éxito a los retos que nos enfrenta el fin del siglo XX. El mundo se trasforma aceleradamente y México no es ni puede ser la excepción.

Nuestro país tiene los recursos suficientes para emprender grandes cambios políticos, económicos y sociales, con la seguridad de que sean para avanzar en la vida democrática que como establece la Constitución, no solamente es una estructura jurídica, sino un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo de México.

Estamos armados por nuestra historia y por el pensamiento de los mejores hombres de la nación. El cardenismo, que no sólo es una filosofía, sino un pensamiento vivo y una guía para la acción, está llamado a hacer su aporte al cambio, El cardenismo es cambio, cambio permanente para emancipar. Cardenismo significa la alianza histórica de las mejores fuerzas del pueblo, la alianza constitucional del pueblo y gobierno.

Sabemos que la próxima legislatura deberá enfrentar la tarea de emprender grandes cambios legales, probablemente la misma Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, sea sometida al examen de los legisladores con el fin de renovarla. Estamos dispuestos a aportar en este examen y con absoluta firmeza empeñar nuestro mejor esfuerzo e inteligencia para que estos cambios signifiquen avances y evitar por todos los medios la restauración de fueros y privilegios ya derrotados por la historia de nuestro país.

Lo único que vale restaurar con estas reformas constitucionales, es el poder popular para adecuarlo a las necesidades del próximo siglo.

Nuestro punto de referencia en las discusiones por venir, será siempre la defensa de los intereses nacionales y populares, en donde sustenta la capacidad plena del pueblo de México, de defender su soberanía nacional.

Sabemos que un pueblo soberano es un pueblo material y espiritualmente satisfecho. Por eso luchamos porque los avances logrados en el terreno económico por la presente administración en esta primera mitad del sexenio, se traduzca en la segunda parte del sexenio, en satisfactores para que los mexicanos abatamos los grandes rezagos acumulados.

Requerimos un combate frontal a la pobreza, empeñan en ello todos los esfuerzos y recursos nacionales.

Nuestro partido valora el esfuerzo de la actual administración y a través principalmente del Programa de Solidaridad, ha demostrado que se equivocaron aquellos que quieren establecer como obligatoria la supresión de la política social del Estado en aras de la estabilización económica y la superación de la crisis.

El próximo período de acción gubernamental, debe tener un marcado énfasis en la política social. Valoramos, también, la política del régimen en pro de la concertación y reconciliación nacional manifiesta de múltiples maneras, particularmente en los esfuerzos que se realizan en el campo de la justicia y los derechos humanos. Reiteramos nuestra demanda, en el sentido de que debe liberarse a hombres que hicieron su aporte en su momento a luchas sindicales y políticas representando causas de importancia nacional. Por eso reiteramos nuestra demanda de liberación de dirigentes sindicales petroleros.

Valoramos en alto grado la política audaz que en materia internacional ha sido puesta en práctica por la actual administración. México debe cumplir con el aporte que le corresponda en la lucha por la integración de Latinoamérica y en defensa común de su soberanía, independientemente de los sistemas de vida que cada pueblo decida darse.

Finalmente, nuestra fracción se compromete a hacer su mejor esfuerzo para su aporte a la integración de un Poder Legislativo más fuerte y respetable. Un Poder Legislativo fuerte, no para rivalizar ni mucho menos contraponerse a los demás poderes de la Federación, sino para sumar más poder en beneficio de las grandes causas nacionales. Estos poderes serán verdaderamente fuertes en la medida que sean instrumentos de la voluntad popular.

Un equilibrio de poderes, porque éstos se enfrenten o perdieran la legitimación que el pueblo otorga a quien genuinamente le representa, significaría la parálisis que genera vacíos de las instituciones, vacíos que serían llenados por el protagonismo de privilegios, de minorías poderosas económica y políticamente, de la tan de moda llamada "sociedad civil".

Reiteramos la disposición del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, de contribuir con las mejores fuerzas representadas en esta Cámara de Diputados en beneficio de la transformación democrática del pueblo de México. Gracias. (Aplausos.)

El Presidente: - Se concede el uso de la palabra a la diputada Rosa Albina Garavito Elías, del Partido de la Revolución Democrática.

La diputada Rosa Albina Garavito Elías: - Señor Presidente; miembros del Congreso de la Unión:

El jefe del Ejecutivo Federal rendirá hoy su Tercer Informe de Gobierno, Lo hará frente a un Congreso formado por una mayoría artificial e ilegítima. Los diputados y los senadores de esa mayoría ocupan una curul, producto del operativo de Estado que violentó la voluntad ciudadana.

Con este operativo se lastimó no sólo a partidos y ciudadanos, se lastimó sobre todo al país.

En cualquier Estado, con un sistema democrático, es común el diálogo y el debate entre el titular del Ejecutivo y el Legislativo sobre los diversos asuntos de gobierno. En nuestro país esto no sucede. El informe presidencial se convierte en un ritual que sólo refuerza la supeditación de los poderes al Ejecutivo.

Aquí el inicio de los trabajadores del Congreso de la Unión se convierte en un acto cortesano que sólo satisface intereses particulares y no los intereses generales de la nación y al cual asistimos los legisladores como espectadores invitados en nuestro propio recinto.

No será actitud irresponsable de nuestra parte si frente a distorsiones aberrantes hacemos uso del derecho de protesta en esta sesión. En ella irá el reclamo de millones de ciudadanos cuyos derechos no fueron respetados. Hacemos votos porque ésta sea la última ceremonia del acartonado rito presidencialista.

Cuando las instituciones distorsionan la realidad política del país, como en el caso de este Congreso, el Poder Ejecutivo puede darse el lujo de un informe distorsionado del estado en el que se encuentran los asuntos de la nación.

A tres años de iniciado este gobierno, no podemos congratularnos con una política de modernización que ha sacrificado soberanía, justicia social, desarrollo estable y que ha negado la democracia.

El mundo vive grandes cambios, la caída de los regímenes del partido de estado alienta las esperanzas de un mundo mejor, donde los aires de la democracia soplan por las distintas partes del mundo. Pero también está presente la posibilidad de que se frustren ante la política expansionista de Estados Unidos y la implantación sin contrapesos de su proyecto neoliberal.

La responsabilidad que cada país tiene para contribuir a que este reordenamiento internacional se consolide en un orden estable y justo, es mayor. Proyectos de nación sólidos, definidos soberanamente con el respaldo de la voluntad popular, serán la garantía de esa nueva convivencia.

Los retos que impone la reinserción en le mercado mundial constituye una oportunidad para hacer de la nuestra una economía competitiva y sólida, con un desarrollo estable, suficiente y justo; pero también para contribuir a ese nuevo orden internacional.

No son ésas las perspectivas que abren la negociación de un Tratado Trilateral de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, en los términos en que se está planteando. No lo son cuando se pretende que la firma de este tratado sirva de aval a la confianza que los inversionistas reclaman sobre la interesibilidad de los cambios estructurales impuestos al país como situaciones de hechos y que en esta legislatura tratarán de legalizarse con la votación mecánica de la mayoría.

Las perspectivas no son halagüeñas cuando se pretende supeditarnos más a la economía estadounidense, que no resiste el embate competitivo frente a otros países y bloques económicos y prefiere, mediante la Iniciativa de las Américas, trasladar los costos de su necesaria reconversión hacia nuestros países por la disponibilidad de mano de obra barata, de recursos energéticos como nuestro petróleo y por el deterioro ecológico que sus leyes no permiten.

Tampoco un halagüeño para el país colocar a la inversión extranjera como pivote del desarrollo nacional, en lugar de aceptar como complementaria para alcanzar los objetivos de un desarrollo definido previa y soberanamente.

Las esperanzas que este tratado abre a la población mexicana tampoco pueden ser muchas, cuando la recuperación salarial y del empleo quedan sujetas a definiciones que se dan en el exterior, de acuerdo a plazo y ritmos que las empresas transnacionales definirán.

Mucho menos puede ser alentador que el proyecto de país sea el de una gran maquiladora donde la ventaja comparativa la constituya el dudoso privilegio de tener los niveles salariales más bajos del mundo.

Es necesario hacer de la liberalización comercial lo que es: sólo un instrumento más para el desarrollo y nunca un fin en sí misma.

El gobierno no sólo cedió las cartas de negociación con la previa apertura comercial, que dejó al país con un promedio arancelario del 10%, sino que entró a la negociación de los flujos comerciales con el espejismo de una deuda externa bien negociada. De esta manera, a la injusta ventaja de comercios "Puestos en bandeja de plata", debemos sumar la salida de recursos para el servicio de la deuda de volúmenes inconvenientes para nuestro desarrollo.

Debe reconocerse la disparidad de las economías, a fin de que las consecuencias de tratado sirvan para aminorarlas y no para hacerlas más profundas. Para ello es necesario el reconocimiento previo de la necesidad de financiamiento compensatorio, de reglas de inversión adecuadas, de protección laboral, de cuidado del medio ambiente.

La integración económica debe servir al desarrollo de la humanidad, a la participación equitativa en los frutos de este desarrollo y no como se avizora en este tratado y como ya muestra la experiencia, con el celebrado entre Canadá y Estados Unidos, para que un país subordine a otro.

Señor Presidente: Si es tan amable, le pediría que se guardase orden en la sala.

El Presidente: - Esta Presidencia solicita a todos los asistentes pasar a ocupar sus lugares y guardar silencio para escuchar las intervenciones de los señores oradores.

La diputada Rosa Albina Garavito Elías: - Para evitarlo, el Estado tiene que echar mano de todos los instrumentos de la política económica de que dispone. Como lo hicieron los países europeos antes de arribar a su próximo mercado común, como lo hacen todos los estados que ponen por delante los intereses de un desarrollo nacional, antes que enajenarse en las teorías económicas en boga, que sabiamente nunca practicaron.

Difícilmente podemos sentar las bases de un desarrollo estable, suficiente y justo si no se garantiza la soberanía alimentaria, si a la eficiencia de nuestro sector agropecuario se le pretende medir con los patrones de los precios internacionales La Ronda Uruguay, celebrada a fines de 1990, evidencia con claridad que ni los países más desarrollados están dispuestos a desproteger a sus productores agropecuarios en aras de la liberalización comercial.

Tampoco se puede medir el éxito de la política por la situación coyuntural de buenos regímenes de lluvias; el problema es de fondo y así hay que atacarlo. Es necesario recuperar la experiencia histórica del ejido, fortalecerlo y convertirlo en una célula de producción democrática, donde al criterio de rentabilidad privada, que no alcanza para satisfacer los intereses generales y nacionales, se oponga el interés social. Alertamos sobre el hecho de que esta legislatura intentará avanzar en la desaparición del ejido, para responder a las demandas de inversionistas extranjeros y nacionales.

El Partido de la Revolución Democrática no está por el gigantismo estatal en la economía, pero reconoce como una falsa disyuntiva la de más Estado o más mercado. Reclama el cumplimiento de la obligación de la rectoría económica del Estado, plasmada en el artículo 25 constitucional, para el cual el Estado deberá controlar las empresas que en la definición de un desarrollo nacional, soberano y justo, se consideren necesarias.

Disculpe, señor Presidente, pero yo aún siento bastante desorden en esta sala; por respeto a este recinto legislador pido orden.

El Presidente: - La Presidencia de este Congreso General reitera su solicitud a los señores asistentes, para pasar a ocupar los sitios que se les han asignado en este recinto y guardar silencio, que permita que las intervenciones de los oradores continúen.

La diputada Rosa Albina Garavito Elías: - Gracias, señor Presidente.

¿De qué modernización podemos presumir ante el mundo y qué avance podemos explicar a nuestros compatriotas, cuando esta política ha disminuido el salario real en 60%, cuando el 45% de la población económicamente activa se encuentra percibiendo ingresos que van de uno a dos salarios mínimos, ingresos que apenas cubren del 30% al 60% del costo de una canasta básica? ¿Cuál solidez económica se está sustentando, cuando por el indicador de salarios, horas trabajadas y prestaciones recibidas, la economía informal abarca casi al 50% de esta población económicamente activa?

No nos engañemos, el país no son los 37 empresarios privilegiados que poseen el 22% de la riqueza nacional; tampoco aquellos que alcanzan un poco de las migajas de esta opulencia. Un estadista tendría que pensar en la solidez de la nación, por tanto, tendría que gobernar para los 80 millones de ciudadanos que somos.

Tampoco nos engañemos... Disculpe, señor Presidente, se que la costumbre es que ésta sea una fiesta del Presidente, pero recuerdo que estamos en el recinto legislativo, utilizando el derecho que nos dio un acuerdo para hacer uso de la palabra en el orden debido.

El Presidente: - Sí, diputada Garavito. Esta Presidencia ha hecho dos llamados ya, hace un tercer llamado, en particular, a quienes nos acompañan en las galerías, para que guarden silencio y permitan la continuidad de las intervenciones acordadas,

efectivamente, por los grupos partidarios para esta sesión de Congreso General.

La diputada Rosa Albina Garavito Elías: - Gracias, señor Presidente.

Tampoco nos engañemos, el Programa Nacional de Solidaridad es un paliativo limitado a la extrema pobreza, que además hace del voto ciudadano un rehén de la pobreza; es un instrumento falso, porque la política económica sigue generando más pobreza y en el otro extremo la opulencia. Bastaría cumplir con el mandato constitucional plasmado en el artículo 3o., que concibe a la democracia también como el mejoramiento constante de las condiciones materiales de vida del pueblo haciendo del gasto social un instrumento de justicia. Repetir el equivalente a 800 pesos diarios por cada persona que el Programa Nacional de Solidaridad considera de extrema pobreza, constituye una burla al espíritu del Constituyente de 1917, quien reconocía que en una sociedad de desiguales el Estado debe aspirar a la igualdad social.

El gasto social que se ha deteriorado a lo largo de la última década, debe recuperarse para cumplir los requerimientos mínimos en educación, salud, alimentación y vivienda. Padecer el cólera, enfermedad ancestral de la pobreza en plena modernidad es evidencia clara del país que se está perfilando hacia el año 2000. Tampoco podría presumirse de modernidad y de avance, de fortalecimiento de la confianza cuando el 18 de agosto, como en todos los procesos electorales locales, se recurrió al operativo de Estado para violentar la voluntad ciudadana. El gobierno no ha dudado en hacer uso de la represión para imponer sus fraudes, de esta violación gubernamental dan cuanta los más de 100 muertos por estos hechos.

La situación del país es grave, no solamente por el deterioro de las condiciones de la vida de la mayoría de los mexicanos, no sólo porque no se han sentado las bases de un desarrollo estable, suficiente y justo, no sólo porque la reinserción en el mercado mundial que se lleva adelante no garantiza un orden económico internacional, justo y estable; la situación es grave porque para legitimar este proyecto se recurre al fraude como razón de Estado.

Hacemos un llamado para que el gobierno y su partido actúen con responsabilidad, todavía tienen la oportunidad de rectificar; la precariedad de las bases en las que está sentado un proyecto de desarrollo entreguista y excluyente son muy peligrosas, puedan dar satisfacción a unos cuantos, pero mientras esta política no pase la prueba de las urnas, se estará posponiendo el reto más importante: el reto de la democracia, el reto de la soberanía popular.

El Partido de la Revolución Democrática ha reiterado en varias oportunidades su disposición al diálogo siempre y cuando se refiera a los temas fundamentales de la agenda nacional y siempre y cuando exista voluntad política para cumplir. Hoy lo vuelve a hacer, celebremos la iniciativa del Partido Acción Nacional por arribar a un consenso nacional por la democracia, para la justicia, en la libertad. El Partido de la Revolución Democrática emplaza al gobierno para que se pronuncie en torno a la necesidad de un diálogo para iniciar la reforma del Estado y la democratización política del país; esto es, poner fin al régimen de partido de Estado y su sustitución por un sistema verdaderamente democrático, única manera en que los retos de la modernización, de la justicia social y de la soberanía podrán resolverse en la pluralidad que el país demanda.

Esta reforma deberá concretarse entre otras cosas en una nueva ley electoral que ponga en manos de organismos independientes y autónomos del gobierno la organización y calificación de las elecciones. Por la importancia y la transcendencia del debate y para contar con la posibilidad de que no se tergiversará, proponemos su amplia difusión por los diversos medios de comunicación.

Hoy iniciamos una nueva legislatura, tenemos por delante tres años de gobierno que buscará readecuar el marco legal al proyecto neoliberal, las conquistas históricas en materia educativa, laboral, agraria y de energéticos se ven amenazadas, pretenden con estos cambios la continuidad de un proyecto que no está legitimado. Nuestra responsabilidad es alertar a la nación sobre estos riesgos, proponer alternativas viables que rescaten la historia y vean hacia el futuro y construir en lo inmediato los consensos para el inicio a un tránsito efectivo a la democracia. Lo haremos con la responsabilidad que demanda la nación.

¡Democracia ya. Patria para todos! (Aplausos.)

El Presidente: - Esta Presidencia hace un nuevo llamado muy respetuoso a todos los asistentes a este informe, para que guarden silencio durante las intervenciones que lleven a cabo los diversos oradores.

Se concede el uso de la palabra al señor diputado Diego Fernández de Cevallos, del Partido Acción Nacional.

El diputado Diego Fernández de Cevallos Ramos: - Con su venia, señor Presidente; honorable Congreso de la Unión; distinguidos invitados; señoras y señores: Inicia hoy sus trabajos la LV Legislatura al Congreso de la Unión. Concluyó un proceso electoral en el que los partidos políticos actuaron y hablaron de distinta manera. Acción Nacional hizo y dijo lo que conforme a sus convicciones consideró su obligación hacer y decir por el bien de México. Hoy reiteramos que sigue siendo inaplazable, vital para la vida de la República, superar todo escollo que impida o retarde el acceso a comicios pulcramente organizados y plenamente liberados de toda aquella iniquidad que finalmente mancha la imagen de la autoridad y el nombre mismo de México.

Nuestra lucha de más de medio siglo por el voto respetado, no cesará. Seguiremos impulsando reformas legislativas para mejorar los procedimientos electorales y exigiremos la desaparición de organismos que como el Colegio Electoral, han quedado ética, histórica, jurídica y moralmente descalificados.

El acceso de los partidos políticos a los medios masivos de comunicación, debe ser garantizado y reglamentado y el abuso de los recursos públicos en campañas electorales, debe cesar. De nada sirve, señoras y señores, que se logre avances en el marco normativo, si la competencia electoral se sigue librando contra la estructura del poder. No basta, señores, que seamos iguales frente a la ley, si no somos iguales frente a la autoridad. Este es el reto y éste es el clamor nacional. Por lo demás, los problemas de la patria son tantos y tan grandes que más que invitarnos a discutir el pasado, nos deben comprometer a conquistar un futuro mejor. Acción Nacional ve hacia adelante; Acción Nacional lucha por la democracia para la justicia en la libertad.

Un país es fuerte y soberano, en la medida que sus sistemas educativos sean capaces de preservar y engrandecer su cultura, de generar conocimientos y de enseñar a adquirirlos y utilizarlos con sentido ético.

El esfuerzo educativo debe recaer en la sociedad toda y, por tanto, deben modificarse las leyes de la materia para suprimir criterios estatistas o facciosos, que inciden enfrentar el desafío de la conservación y la adaptación histórica de la identidad nacional.

La libertad educativa es un derecho inalienable del hombre, de la familia y de la sociedad, por cuanto es racional y libre la naturaleza del hombre. El pluralismo político debe garantizar la expresión del pluralismo social y éste debe concretarse en un auténtico pluralismo educativo.

El Estado tiene responsabilidad en la preservación de la vida y de la salud de todos los seres humanos que se hallan bajo su potestad Desde su concepción hasta su muerte, todo hombre y toda mujer, tiene una dignidad que debe ser reconocida y tutelada por el orden jurídico.

Es preciso que el gasto público dirigido a la seguridad social alcance, por lo menos, los niveles que se recomiendan por los organismos internacionales, a los que México pertenece.

Los mexicanos exigimos respeto pleno a nuestros derechos humanos fundamentalmente y acceso, cierto y pronto, a la justicia.

El México de hoy reclama una profunda reestructuración del poder judicial. El grupo parlamentario de Acción Nacional aportará su decidido esfuerzo por apoyar todas aquellas reformas legales que coadyuven a tan importante propósito.

En este amplio sentido y en este mismo ámbito es preciso que la Procuraduría General de la República cuente con mayor apoyo, pero también con mayores exigencias de la comunidad.

No olvidemos que el Ministerio Público es precisamente el representante de la sociedad y debe estar, única y exclusivamente, a su servicio.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos debe adquirir rango, poder, medios y autonomía suficientes para realizar sus trabajos.

Los cambios legislativos deberán ser profundos para que cumpla eficazmente esta tarea, pero sin olvidar que la prevención de los delitos y la persecución de los delincuentes, corresponde al Ministerio Público.

Que la impartición de la justicia es responsabilidad judicial y que exista la Contraloría General de la Federación que con rango constitucional debe cubrir y cumplir plenamente sus funciones, lo que hasta la fecha no ha hecho.

Resulta pertinente destacar que la Constitución general de la República, en vez de otorgar debe reconocer los derechos fundamentales del hombre, porque son anteriores y superiores a toda ley.

Acción Nacional insiste en que la economía, por ser una actividad al servicio del hombre, debe

estar sometida a la ley moral y a los fines y valores permanentes de la vida humana.

Los mexicanos requerimos de una política de empleo que devuelva al trabajo y al trabajador su calidad de elementos esenciales de creación, distribución y disfrute justo de riquezas materiales y culturales.

Debemos promover una nueva cultura para que se alcance la justa participación en el esfuerzo productivo y en la distribución de la riqueza, que ese esfuerzo genere.

Las leyes que regulan y las prácticas que determinan el mundo del trabajo deben modificarse, para que todos los mexicanos en aptitud de trabajar, cuenten con espacio y oportunidades de realización y así acabar con la pobreza lacerante en la que se encuentra virtualmente la mitad de los mexicanos.

Un mundo en que las naciones son protagonistas y testigos del difícil proceso de integración planetario en el ámbito económico y comercial, México debe garantizar, en primer término, la producción de alimentos para todos sus hijos. Este es un asunto de sobrevivencia material, de paz social y de soberanía nacional; por ello, junto a la reforma educativa debe darse la reforma a las leyes laborales y agropecuarias, a fin de que ningún esquema violente o agreda la dignidad del hombre y de su trabajo y que por el contrario, se garanticen y fomenten las facultades creadoras de todos los mexicanos.

Ratificamos enfáticamente, que ningún esquema o ideología que ataque la libertad del hombre trabajador y producto puede ser admisible y que el gobierno tiene una función rectora, subsidiaria y promotora del bien común. Ni el hombre del campo ni el de la fábrica, puede seguir sometidos a controles políticos, jurídicos y económicos que les impidan una vida digna.

Acción Nacional, durante su larga presencia en la vida de México, ha rechazado el sacrificio de las libertades esenciales de la persona, ha entendido al Estado como un medio y no un fin en sí mismo, ha considerado conciliables los intereses individuales con los colectivos y ha proclamado que el bien común sólo se alcanza con la conducta auténticamente solidaria de los hombres.

Es incuestionable que todo gobierno debe proyectar y ejecutar actividades que apoyen y auxilien a los más necesitados. Los rezagos seculares, fundamentalmente causados por administraciones incompetentes y deshonestas, no pueden esperar a los lentos procesos de reestructuración económica.

Reconocemos la procedencia de todos aquellos esfuerzos del actual régimen que respondan a tales exigencias. Sin embargo, rechazamos la idea de elevar el nivel de vida de la población más pobre, a través de un programa permanente, definido, dirigido y materializado por el Poder Ejecutivo Federal que vulnere el pacto con los estados y nulifica el trabajo de los ayuntamientos al violentar el orden constitucional en lo referente a la vida municipal.

A lo anterior ha de añadirse el sesgo político electoral que a través de los medios de publicidad se ha dado a las referencias de estas inversiones, impidiendo así la sana competencia política que demanda toda democracia.

Me anuncian algunos diputados que no hay orden en la sala.

El Presidente: - Esta Presidencia, primero reitera a los asistentes en las galerías su solicitud de guardar silencio para continuar con la sesión de Congreso General y además instituye al personal de la Oficialía Mayor de esta Cámara, para que haga ese llamado en lo personal a los invitados que están accediendo a este recinto. Se solicita, de nueva cuenta, en las galerías, guardar silencio para escuchar a los oradores.

Continúe, señor diputado.

El diputado Diego Fernández de Cevallos Ramos: - México no puede seguir practicando una política interior e internacional, que en algunos ámbitos sea reflejo de situaciones y mentalidades ya superadas y que además mantengan al país al margen de su propia juridicidad.

Desde esta perspectiva, reiteramos nuestra convicción y nuestra exigencia de que se reformen las leyes que se refiere a las iglesias y al culto religioso. Nadie razonablemente puede desear, en esta materia, el retorno a un pasado que jamás debe repetirse. Pero ciertamente, es tiempo que se precisen y definan sanas relaciones del Estado y las iglesias, para que estas instituciones en el ámbito de su respectiva competencia, sirvan cabalmente a la sociedad.

En un país de mayoría católica, esto es además la bebida aceptación de la realidad sociocultural y uno de los elementos centrales de nuestra identidad nacional. El Congreso de la Unión debe adquirir facultades plenas para tomar parte activa

y decisoria en el establecimiento de pactos, acuerdos y tratados internacionales, especialmente en materia comercial.

Reconocemos que los imperativos geográficos y económicos nos obligan a relacionarnos con nuestros vecinos del norte. Pero destacamos la necesidad de fortalecer nuestros vínculos con todos los pueblos de la Tierra y particularmente con los países de América hispanolusitana. España y Portugal nos unen con sangre, cultura e identidad nacional.

Señoras y señores: para realizar estos anhelos se requiere acceder a la democracia; para limpiar la tierra, los mares y los cielos de México, debemos mover las almas de los mexicanos.

Por nuestra parte, hablaremos con quienes deseen hablar y buscaremos consensos con quienes demuestren voluntad política de obtenerlos, sobre la base de verdadera y buena fe, por grandes que parezcan las diferencias que nos separen.

El diálogo es herramienta insustituible en el trabajo político y el cambio se dará por medio de las palabras, de los hombres y de las mujeres de palabras.

Son inaceptables los disensos artificiales y los consensos artificiosos. Sostenemos con Manuel Gómez Morín, que lo único indiscutible de México, ese dolor de México, ese dolor que causa el hambre, la pobreza, el desempleo, la ignorancia, la discriminación y el voto no respetado.

Tres años por delante son pocos, señores legisladores, para los rezagos que vive la nación. Pero mucho lograremos si somos capaces de unificar nuestros servicios, nuestros esfuerzos, para poder atender, servir plenamente a México.

Señoras y señores: en Acción Nacional Luchamos y los invitamos a todos a luchar por la democracia para la justicia en la libertad. Gracias.

El Presidente: - Tiene la palabra el diputado Manuel Jiménez Guzmán, del Partido Revolucionario Institucional.

El presunto diputado Manuel Jiménez Guzmán: - Con su venia, señor Presidente; miembros del Congreso de la Unión; señoras y señores: Después de una intensa jornada político - electoral en todo el país, hemos concluido los trabajos del Colegio Electoral, durante el cual prevalecieron el debate de altura, la buena fe, el respeto y la libre expresión de ideas y pensamientos.

Estamos por iniciar las tareas de un nuevo y renovado Poder Legislativo. En unos minutos más, señoras y señores, escucharemos el tercer informe que rinde, en el marco de la Constitución general de la República, el Presidente de México, para dar cuenta del estado que guarda la administración pública en el país que será analizado por esta soberanía de manera detallada en sesiones subsecuentes.

Ni ritual cortesano, ni frío protocolo. Acto republicano, en el cual el Ejecutivo Federal se somete al juicio de la representación popular.

El Congreso mexicano es hoy, no sólo síntesis de la historia nacional, de sus mejores hombres y pensamientos, es también sólido soporte para el México futuro de cara al Siglo XXI.

Foro de libertad, de legislación y debate político, Expresión plural y democrática, reflejo de una nueva sociedad más crítica, más exigente, más vigilante, más participativa.

Hemos escuchado con atención de mis compañeros de las cinco fracciones parlamentarias aquí representadas sus diversas posiciones. Me corresponde a nombre de mi partido, el Revolucionario Institucional, fijar nuestra propia posición hoy que se inaugura una nueva etapa en la democrática del país.

Los priístas asumimos nuestra responsabilidad, abiertos al diálogo, a la búsqueda de comunes denominadores en bien de México, alejados de actitudes triunfalistas y prepotentes. La papeleta depositada por los ciudadanos el 18 de agosto, es compromiso y es mandato. Compromiso irrenunciable de trabajo, dedicación y responsabilidad. Mandato que nos ordena el fiel cumplimiento de nuestras obligaciones con la nación.

Sin abdicar de nuestros principios y valores, de nuestras tesis ideológicas y programáticas, nos anima una firme voluntad democrática para encontrar unidad en la diversidad, unidad en lo fundamental. Porque estamos convencidos de que la confrontación de ideas y las discrepancias permiten encontrar consensos sólidos de carácter democrático.

Los priístas reconocemos que durante los últimos tres años hoy avances innegables, pero también reconocemos que el camino por recorrer es más arduo y difícil. Ratificamos nuestra alianza razonada con el régimen republicano, representativo, democrático y federal; con división de poderes que implica colaboración, respeto, equilibrio político y corresponsabilidad.

Al iniciarse un nuevo tramo, la ley y la razón deberán presidir nuestras acciones y quehaceres. El saldo, señores legisladores, a nuestro juicio, es favorable.

Hoy la reforma del Estado y la modernización se sustentan en los acuerdos nacionales para la ampliación de la vida democrática, para la recuperación económica y la estabilidad, para la elevación del nivel de vida y bienestar de los mexicanos. Simplista la afirmación de que en México sólo hay reforma económica y no política. La reforma, a nuestro juicio, es integral y cimentada firmemente en el contenido político, social y filosófico de nuestra Carta Magna, ley fundamental, programa de gobierno, proyecto de nación futura.

En el ámbito interno abarca: El control de la inflación. El crecimiento económico, cuyo índice duplica el de la propia población. Disminución de la deuda interna. Redimensionamiento del Estado, sin perder su rectoría. Respeto a la pluralidad ideológica. Establecimiento de un nuevo marco jurídico institucional para impulsar el desarrollo político y democrático del país. Construcción de un sistema de partidos. Reforma económica profunda y reforma política que al reconocer la demanda social reclamo nuevas reglas, nueva ley, nuevo padrón, nuevo tribunal, nuevas instituciones electorales que son, es cierto perfectibles todas ellas.

Reforma del Estado que entiende que no basta el crecimiento económico por sí mismo para resolver nuestros problemas. Que es inadmisible que después del triunfo de la revolución de principios de siglo, aún persista desigualdad y pobreza, ante lo cual establece el Programa Nacional de Solidaridad. Respuesta veraz, clara y democrática, a los retos que vivimos y al reclamo justo de los más de los que menos tienen.

Política social del trabajo colectivo que atiende, señoras y señores, a indígenas, campesinos y colonos populares, con quienes la Revolución Mexicana tiene un compromiso aún pendiente qué cumplir.

Reforma del Estado que implica asumir la nueva realidad de condiciones geopolíticas y económicas distintas para inscribir a México en los grandes cambios del mundo contemporáneo.

Acceder al desarrollo y preservar soberanía en un mundo cada vez más interdependiente, ante el surgimiento de bloques de naciones y la naciente redistribución del poder de las finanzas, del comercio internacional, de las telecomunicaciones, del avance científico y tecnológico.

Nuestros objetivos, a nuestro juicio, son claros: diversificar nuestra economía para acceder a nuevos mercados. Impulsar el Tratado de Libre Comercio, como un instrumento más de política económica. Incrementar el ahorro y redistribuir con justicia el ingreso, la riqueza y el bienestar nacional.

Reforma del Estado que se sustente en el ideal juarista y bolivariano para que nuestras naciones en desarrollo no queden al margen del progreso integral. Que en el ámbito mundial proyecta al país a nuevas metas y en lo interno salvaguarda la Constitución y lo que la historia mexicana ha definido como las decisiones políticas fundamentales.

La modernización de México es, a nuestro juicio, la revolución de nuestro tiempo. Que no significa abdicar de los principios de la República y de la ley fundamental, sino entraña transformar y reformar los medios e instrumentos para hacer realidad nuestros principios centrales.

Reforma del Estado que a nuestro juicio conduce con talento, valor y lealtad un humanista de nuestro tiempo, a quien le indigna la injusticia y la marginación: ¡el Presidente de la República Carlos Salinas de Gortari! (Aplausos.)

Señoras y señores, iniciamos una nueva etapa a tres años de distancia, en la que cambio y reforma son binomio indivisible; en este contexto el LV Congreso General deberá ser protagonista y coadyuvar con los cambios necesarios, siempre en el marco de la ley, para fortalecer la democracia y arribar a la justicia social y en el transformar nuestras normas internas del Congreso para estar a la altura de las nuevas circunstancias; cambios, a nuestro juicio, prudentes, sensatos, graduales, pero con decisión, firmes y sostenidos; cambios para avanzar, no para pulverizar; fieles a nuestros orígenes y a nuestras raíces, para saber con talento conservar lo que nos otorga identidad y para poder transformar lo que ya resulta caduco y obsoleto.

Finalmente, señoras y señores, nuestra convocatoria del priísmo es al diálogo y a la concertación, a la búsqueda y encuentro de propósitos y afinidades, al debate civilizado y de alteza venidas, para que unidos sigamos construyendo las bases de un país más justo, independiente, democrático y soberano. Muchas gracias. (Aplausos.)

RECESO

El Presidente (a las 10.40 horas): - Esta Presidencia declara un receso en espera del arribo del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

(Receso.)

EL TERCER INFORME DE GOBIERNO

El Presidente (a las 11.00 horas): - Tiene la palabra el licenciado Carlos Salinas de Gortari Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

El licenciado Carlos Salinas de Gortari, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos: - Honorable Congreso de la Unión, mexicanos:

Asisto a la apertura del Primer Período Ordinario de Sesiones del Congreso de la Unión y presento un informe por escrito en el que manifiesto el estado general que guarda la administración pública. Con ello cumplo con un deber constitucional y ratifico mi convicción en el respeto y la colaboración entre poderes.

En los últimos tres años, los mexicanos hemos reafirmado nuestra formidable herencia cultural. Hemos logrado con gran esfuerzo, realizaciones significativas en la vida productiva, en el ejercicio de las libertades, en el combate a las condiciones de pobreza en que muchos viven aún. Este gran trabajo colectivo ha sustentado un nuevo impacto de México en los asuntos internacionales. Se han renovado nuestros lazos con Iberoamérica, ámbito cultural y político de nuestras afinidades y es más intensa nuestra relación con los centros más dinámicos de las finanzas, el comercio y las tecnologías: por eso, el país es más respetado en el mundo. Lo sucedido en los últimos doce meses se apoya en el impulso de los dos años previos, lo consolida y permite avanzar hacia la realización de nuevas metas. Al dar cuenta de este período reconocemos una etapa del esfuerzo nacional y vemos hacia adelante con la mirada en el futuro.

I. El nuevo nacionalismo en la última década del siglo.

Desde el inicio de mi gobierno, los mexicanos reclamaron cambios; cambios en la economía para volver a crecer con estabilidad y crear más empleos; cambios en la sociedad para combatir a fondo la pobreza; cambios en la política para avanzar en la democracia. Señalaron que no quieren cambios superficiales, ni aquellos que provoquen rupturas, conflictos o divisiones. Han exigido evitar modificaciones que dejaran todo igual, pero demandan que, al cambiar, se conserven tradiciones, valores, historia y costumbres; es decir, quieren un cambio que fortalezca nuestra identidad y nos permita seguir siendo, con orgullo, mexicanos. Así, cambiamos para fortalecer a la nación y, por eso, el nuestro es un cambio esencialmente nacionalista.

Propuse a los mexicanos modernizar al país como la manera de dar profundidad y dirección al cambio. La modernización es una estrategia para cambiar, en respuesta a nuestras necesidades y al ritmo del pulso del mundo. Pero su objetivo superior es asegurar la permanencia soberana de México. La modernización es, y así se expresa en los hechos, nacionalista.

¿Cuál es el papel que tiene el nacionalismo en la última década del siglo? El nacionalismo difícilmente puede expresarse hoy en los mismos términos del pasado. Ya no existe el mundo en el que se formó el Estado mexicano, ni el de las grandes guerras y la depresión de los años treinta, ni el mundo bipolar de la guerra fría. México, a pesar de sus muchas necesidades, ya no es la nación en busca de integrarse, dispersa o rural, analfabeta o incomunicada o amenazada en su territorio.

Cada momento de nuestra historia necesitó de los mexicanos una respuesta que privilegiara los intereses nacionales para que el país que hemos sido, y del mundo en el que hemos vivido. Por eso nuestro nacionalismo se ha expresado de diversas maneras a lo largo de la historia y no se agota en ninguna de ellas. Esas expresiones nunca han sido permanentes o inmutables; siempre han respondido a sus circunstancias. Tienen en común que surgieron de la fuerza interna, por ver al país superar sus retos, ser más soberano y justo, porque de ello han dependido las realizaciones personales de cada mexicano. El nuestro es un nacionalismo que se reconoce en todas sus etapas históricas, vinculado no a determinadas fórmulas del poder o de la producción, sino al interés nacional y a los valores y la cultura que nos constituyen.

Si el nacionalismo define lo que nos hace ser una y la misma nación a través de los siglos, no podemos aceptar que, por atarse a procedimientos del pasado, se le pretenda ver como un obstáculo para nuestro desarrollo. Por el contrario es lo único que nos garantiza que seremos nosotros, como colectividad, como mexicanos, los que permaneceremos fuertes en el mundo que se configura. Por eso debemos rechazar las

deformaciones que ven en el nacionalismo una propuesta sacramental, congelada, compuestas por políticas públicas de ayer, que hoy ya son inoperantes. También rechazamos el nacionalismo negativo como aquél que fue símbolo de estados excluyentes y opresores en la Europa de los años treinta, o como el que hoy sirve de bandera a regionalismos que dividen y desintegran. La opción no es entre manifestaciones agotadas del nacionalismo o en el abandono y la entrega. Nacionalista es lo que fortalece a la nación, y no es la añoranza de fórmulas y rasgos de otros tiempos que, en el contexto del mundo actual, lejos de robustecerla la debilitan, la hacen más vulnerable, menos viable.

El nacionalismo mexicano en nuestros tiempos y de cara al Siglo XXI, heredero de principios derivados de la historia, tiene que modificar sus expresiones para asegurar el logro de cuatro principios fundamentales: la defensa de nuestra soberanía, el respeto a la libertad, la firme promoción de la justicia en el ámbito de una prosperidad general, cada vez mayor, y el desarrollo de la democracia.

Este es el nacionalismo que define nuestra Constitución en el artículo 3o. Nos exige la compresión de nuestros problemas, el aprovechamiento de nuestro recursos, la defensa de nuestra independencia política, el aseguramiento de nuestra independencia económica, la continuidad y el acrecentamiento de nuestra cultura. También reclama contribuir a la mejor convivencia humana, apreciar la dignidad de la persona y de la familia, y robustecer la convicción del interés general de la nación. De este modo, la Constitución demanda conocernos mejor, proteger apegos, perseguir metas y fomentar convicciones, sin exclusivismos y sin hostilidades hacia otras naciones. Esta es la manera en que reconocemos y distinguimos nuestro camino del ajeno, y como decíamos educar a las generaciones futuras de mexicanos.

En el mundo de hoy, y en México de hoy, ¿cómo definir nuestra independencia política y económica, cómo acrecentar nuestra cultura, cómo respetar la dignidad de la persona y de la familia, cómo servir hoy, en este momento de la historia universal, al interés superior del pueblo mexicano? En síntesis, ¿qué demanda el interés nacional en el mundo contemporáneo?

Históricamente, el resorte del nacionalismo ha sido la respuesta a un desafío externo. Hoy, ese desafío está en riesgo de quedar fuera, al margen de los nuevos procesos integradores del mundo, de las grandes corrientes del intercambio y de lo recursos; eso sería debilitarse y sucumbir. En el breve espacio de dos años hemos visto en otras latitudes los costos para otras naciones al pretender evitar el cambio y querer mirar sólo hacia dentro. También testificamos la esperanza de construir una civilización. Pero entre los costos y la esperanza permanece, incierto, el tramo por recorrer, el riesgo de querer cambiarlo todo, en desorden, y quedarse finalmente sin nada. No será cerrando nuestra puertas, pretendiendo ignorar lo externo, como aseguraremos mayor independencia económica en un mundo interdependiente. Por ello, la voz de México tiene que influir más en las decisiones internacionales que, inevitablemente, afectarán a nuestra nación. Por eso, México cuida lo esencial y abre novedosos y más definidos vínculos económicos con los nuevos polos de desarrollo mundial, en donde se concentra la capacidad financiera, comercial, científica y tecnológica.

En nuestra política exterior tenemos el enorme legado de principios y prácticas que siempre han dado a México respetabilidad en los foros multilaterales. Pero estos principios nunca han sido pretexto para dejar de tomar posiciones frente a los hechos, sino normas que guían la mayor presencia de México en los asuntos internacionales. Por ello, frente a los conflictos, en las iniciativas regionales e internacionales de México se han aplicado estos principios permanentes, con prácticas renovadas, a las diferentes condiciones externas. Por eso también promovemos la participación de México en los nuevos foros regionales.

Somos parte de la humanidad; nuestra cultura ha contribuido al desarrollo del ser humano y nuestros recursos al bienestar material de muchas naciones. También nos hemos beneficiado y transformado con el intercambio. Entendemos que la revolución de las telecomunicaciones acerca a culturas y multiplica sus influencias mutuas. Muchos de los principios que nos hemos dado en nuestra vida independiente, en especial la defensa de los derechos del hombre, se han extendido hoy en la comunidad de naciones. Por eso, al asegurar su valor y vigencia en México, cumplimos con nosotros mismos, con nuestra aspiración histórica y con la comunidad mundial a la que pertenecemos.

Sabemos que, en lo económico, tenemos que participar de la interrelación para crecer más rápido. Si nuestra economía no generase más empleos permanentes y mayor bienestar duradero para la población, nos debilitaríamos internamente y eso afectaría nuestra capacidad soberana. Sin embargo. la decisión de intensificar la interrelación

económica no implica de ninguna manera dependencia o integración política. Podemos mantenernos soberanos con una mayor relación económica, porque estamos decididos a crear una sociedad más justa dentro de la libertad y la democracia, a promover mayor movilización popular y a demandar organizaciones políticas maduras.

En México no existen divisiones culturales que fracturen la voluntad nacional. Podemos alcanzar lo que nos proponemos. Tenemos la fortaleza de que nuestro país coincida el ámbito cultural y el de la nación. Aquí está la mejor defensa de nuestra independencia política y de aseguramiento de nuestra viabilidad económica. En el continente europeo se ha decidido crear no sólo una zona de libre comercio sino una región común, sin fronteras ni pasaportes, con monedas, banca, parlamento y ejército comunes. A diferencia del proyecto europeo, en México, por razón histórica y por convicción política, sólo promovemos mayor interrelación económica e intercambio más libre con todas las naciones, manteniendo siempre nuestro carácter de país soberano.

En el mundo se está dando una reestructuración supranacional. Algunos países, que no tienen vecinos con capacidad hegemónica, habla ahora de borrar fronteras. Pero para nosotros la defensa de la soberanía y del Estado nacional no es un anacronismo, sino un principio toral de sobrevivencia. Reconocemos la necesidad de contar con organismos multilaterales, con la fuerza para contribuir a causas humanitarias, pero no podemos aceptar que se pretenda dárseles facultades para intervenir en los asuntos internos de otras naciones. Hoy, los actos políticos internos son observados y comentados desde el exterior. Pero el día en que México entregue decisiones políticas internas a árbitros externos habrá puesto en entredicho su soberanía. Por eso, no podemos aceptar que se pretenda dirimir nuestras diferencias políticas en el extranjero. En México asistirán siempre los medios apegados a derecho y canales de diálogo abiertos para resolver las controversias. Preservar a la patria es nuestra misión.

En lo interno, fortalecemos a México con una política de crecimiento sostenido, con estabilidad, generando más empleos, consolidando la apertura a la competencia, elevando el ahorro, la promoción de la inversión, el acceso a las nuevas tecnologías y una orientación exportadora. También lo hacemos propiciando la transformación de prácticas políticas para garantizar la legalidad y el acuerdo en las reglas de la competencia por el poder del Estado. Sobre todo, fortalecemos al país con una nueva política social, fiscalmente responsable, que fomenta la participación y eleva, en los hechos, el nivel de vida. Esta es nuestra forma nacionalista de actuar en un mundo interdependiente, adecuándose a los cambios para fortalecer a la nación.

La sociedad mexicana se ha transformado de modo vertigioso. Las grandes divisiones del pasado se desdibujan ente los efectos de los procesos de urbanización, de los nuevos modos de producción y de las tecnologías. Sin embargo, persiste una gran línea divisoria que limita directamente la integración nacional en el sentido que reclama el nacionalismo mexicano. Esta línea es la pobreza. La única acción que el Estado y la sociedad no puede ignorar, por razones de justicia y por razones de nacionalismo, es de romper definitivamente esa barrera de la pobreza que puede impedir que la vinculación a las corrientes del cambio mundial beneficien efectivamente a toda la nación.

Por eso, el nuevo nacionalismo de la última década del Siglo XX debe convertir en interés nacional el abatimiento de la pobreza. Los sentimientos nacionalistas, como elementos de cohesión social, son, por eso, sentimientos de solidaridad. No es extraño que el lema del combate a la pobreza extrema sea precisamente "solidaridad". El objetivo es asegurar la vialidad económica y la estabilidad política en un clima amplio de libertades, como condición indispensable para emprender lo importante. Y esto es la integración masiva de la población a la vida activa, económica y política de la nación. Dicho sencillamente, se trata de más justicia: justicia social. Esta justicia no puede reducirse a un mero esquema redistributivo de transferencia de recursos. El nacionalismo demanda la participación organizada. La mejor distribución del ingreso y la promoción de la justicia compromisos irrenunciables del Estado mexicano. El nacionalismo de la última década del siglo es democrático participativo, tolerante, defensor de libertades, productivo y promotor de la justicia en la realización del interés nacional.

Acaso la más rica de nuestras tradiciones sea la de mantener vivos como parte del presente; nuestro muchos pasados. La tradición de no desechar lo viejo por lo nuevo, ni de inmovilizarnos ante lo nuevo por el peso de lo viejo, sino de conservarnos y afirmarnos en el cambio. Nuestra cultura no es ni puede ni debe ser un catálogo muerto o intocable de triunfos pasados, inconmovibles; no puede pretender tampoco que será impermeable ante el intercambio con otras culturas

que hoy se aviva con la intensa comunicación. En la perspectiva histórica, nuestra cultura es dinámica y flexible, no rígida e inmutable; su profundidad y su densidad es tal que estas influencias habrán de enriquecerla. Nuestra cultura es rica acumulación de experiencias y de vivencias; es el fruto del cambio y del contacto constante con otras culturas y con los rasgos disímbolos, a veces contradictorios, de su propia diversidad y, en ocasiones, ha sido influencia decisiva para otros pueblos, Así se hizo nuestra cultura, con capas sedimentadas de muchos pueblos aborígenes y externos, y es nuestra de manera inconfundible, nuestra, así en el cambio lo seguirá siendo.

II. Los hechos (1988 - 1991)

1. Las nuevas vinculaciones con el mundo. La imagen, la voz la participación de México en el exterior se ha transformado significativamente en los años recientes. El país, relativamente aislado de las tendencias europeas, ausente de los foros de cooperación en la Cuenca del Pacífico, avanzando poco en la integración de América Latina, distanciado de los Estados Unidos, conocido en el mundo, principalmente por ser el gran deudor, ha dado una vuelta decidida, activa y dinámica a su presencia y a su capacidad de acción.

Nuestra estrategia fundamental ha sido la de diversificar las relaciones externas. La Cumbre Iberoamericana simboliza el paso histórico de un primer diálogo entre todos los países de América Latina, España y Portugal. Hoy, con la Comunidad Europea y con la mayoría de sus miembros, México tiene una comunicación al más alto nivel. Participamos en sus organizaciones y hemos precisado los términos del intercambio y del acceso a este gran mercado. En el Pacífico somos miembros de los foros más importantes¿. En América Latina recuperamos la iniciativa y hemos dado pasos concretos, realistas en la integración económica como lo demostramos con el Tratado de Libre Comercio firmado ya con Chile; el acordado con Centroamérica y las iniciativas con Colombia y Venezuela. Hemos abierto una nueva etapa de relaciones con Estados Unidos, basada en el respeto y en la cooperación. Llevamos a cabo negociaciones para establecer, con los Estados Unidos y Canadá, el Tratado Trilateral de Libre Comercio que nos permitirá crecer más de prisa y sólidamente, crear empleos mejor remunerados y elevar el bienestar de la población.

Durante tres años en base a más de 443 encuentros en el exterior y en México con más de 50 jefes de Estado y de gobierno, se ha podido establecer un nuevo diálogo político para articular compromisos y sumar voluntades fundado en las razones del país. En 1991 recibí a 29 mandatarios y realice visitas a ocho países de Europa y de nuestro continente. México tiene hoy iniciativas relevantes y así se reconoce en el exterior.

En julio pasado llevamos en Guadalajara la primera Conferencia Iberoamericana de la historia. Al acudir a la reunión todos los jefes de Estado de América Latina, así como del rey de España, el Presidente del gobierno español, el Presidente de Portugal y el Primer Ministro de esa nación, se manifestó la capacidad de convocatoria del país y se institucionalizó la Conferencia Iberoamericana de Jefes de Estados y de Gobierno, la cual se reunirá anualmente. Esta cumbre ha demostrando ser fuente concreta de oportunidades para el país, mecanismo para fortalecer nuestra seguridad y medio para canalizar la solidaridad en la región. Esta iniciativa política, de amplísimas posibilidades, fortalece al país en sus negociaciones con otras naciones, y nos muestra como vínculo con América Latino y los países europeos.

En Europa contamos ya con un acuerdo marco con la comunidad y con varios acuerdos bilaterales que facilitan nuestro acceso a sus mercados y promueven la inversión en el país. Participamos, como miembros fundadores, en el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, y asistimos a mesas de trabajo en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Este intenso diálogo ha propiciado el interés de los empresarios europeos, quienes están concretando ya inversiones que pueden ser cuantiosas en los próximos años.

A nivel bilateral realicé fructíferas visitas oficiales a Alemania, a la República Federativa Checa y Eslovaca, a Italia, y a la Unión Soviética. Con el Presidente Gorvachov sostuve largos cambios, pudiendo verificar las enormes tensiones generadas durante su proceso de reforma de la Unión Soviética y los límites a que ésta había llegado, realidad confirmada durante el diálogo con el Presidente Yeltsin. El impacto de estos cambios sobre la estabilidad europea y en el entorno mundial, es evidente. Establecimos relaciones diplomáticas con Estonia, Letonia y Lituania. Durante el viaje a Europa visité el Vaticano y en la conversación con el papa Juan Pablo II pude ratificarle el carino y el afecto que le guarda el pueblo de México y recogí el aprecio que él tiene por nuestra patria.

El Pacífico asiático posee los centros más dinámicos del comercio y de la tecnología, además de una disciplina probada de trabajo y ahorro, por lo que es sin duda una región fundamental en la configuración del mundo del próximo siglo. Por ello, a México le interesa reindivicar su presencia como nación del Pacífico. Ingresamos en la Conferencia Económica de la cuenca del Pacífico, organizamos la XII reunión del PBEC y esperamos ser pronto miembros del Consejo Económico Asia - Pacífico (APEC). Las inversiones de la región, particularmente de Japón, prometen un alto crecimiento. Como en el caso de Europa, la perspectiva de la zona de libre comercio en América del Norte representa para las empresas asiáticas un aliciente decisivo. Contamos en el apoyo de los gobiernos de esa región para vincularnos con los sistemas de distribución de estos países y derribar las barreras que dificultan el acceso a sus mercados. En septiembre, recibí la visita del Presidente de la República de Corea y del Primer Ministro de Malasia. Con ambos países se consolidaron vínculos en todos los ámbitos.

En América Latina, tierra de nuestros afectos y afinidades. México ha reafirmado no sólo el diálogo político cercano con los gobiernos, sino también la disposición favorable de sus pueblos. México promueve una relación especial con sus vecinos del sur. En febrero me entrevisté con el Presidente de Guatemala para examinar los temas bilaterales y en septiembre realicé una visita de Estado a Belice, en ocasión del décimo aniversario de su independencia. En este viaje se suscribió un acuerdo amplio de comercio e inversión.

En enero recibí en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, a los presidentes de Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, y Nicaragua, donde suscribimos un Acuerdo General de Cooperación y un acuerdo de Complementación, los cuales conducirán a la plena liberalización de nuestras relaciones comerciales. Con Costa Rica en particular hemos intensificado vínculos en todos los ámbitos y en febrero nos visitó el estimado Presidente de esta entrañable nación. Con Honduras y con Nicaragua hemos encontrado soluciones a la deuda con México y avanzamos hacia una mayor cooperación. Conjuntamente con Colombia, España, y Venezuela respaldamos las gestiones del Secretario General de las Naciones Unidas en favor de una solución pacífica al conflicto en el Salvador y hemos apoyado las conversaciones de paz en Guatemala.

Proseguimos ampliando y profundizamos nuestras relaciones con las naciones caribeñas. Participamos En la Conferencia Económica Regional en Jamaica, aumentando la presencia en esta área que es nuestra tercera frontera. Esperamos que las reformas iniciadas en Cuba pronto permitan una dinámica de mayor acercamiento con América Latina y también un clima de menores tensiones con los Estados Unidos. En Ello coincidimos los presidentes del Grupo de los Tres en la reunión reciente que celebramos en Cozumel.

Durante la visita del Presidente Fujimori, del Perú, se suscribió un acuerdo de cooperación en materia de lucha contra el narcotráfico Apoyados en proyectos concretos y en la claridad de los objetivos hemos impulsado la transformación del Grupo de Río en un marco de acciones políticas de la región en conjunto. El sistema de integración reconoce en nuestro país a un promotor de la unidad que se sustenta en los hechos.

Hacia el norte, vivimos sin duda una nueva etapa en nuestras relaciones con Canadá y los Estados Unidos. Con Canadá se ampliaron y se estrecharon las relaciones durante varias reuniones con el primer ministro Mulroney, particularmente sobre las perspectivas del Tratado Trilateral para América del Norte. En Monterrey y en Houston sostuve entrevistas con el presidente Bush y visité, en abril y en septiembre, varias ciudades de los Estados Unidos.

La actitud respetuosa del gobierno de los Estados Unidos hacia México y una nueva disposición, desprendida de mitos y perjuicios, han permitido cambiar nuestras complejas y difíciles relaciones, enfatizando las coincidencias y al aprender a dirimir y respetar nuestras diferencias.

Hemos avanzado prácticamente en todas las áreas de beneficio mutuo, a través del mecanismo de la Comisión Binacional: en la cooperación respeto al ambiente y al narcotráfico, en el comercio y las finanzas, en la cultura y los problemas migratorios. Hemos iniciado una respetuosa e intensa relación con la comunidad mexicanoamericana. Sin duda, muchos aspectos demandan aún nuestra atención más decidida, prioritariamente la defensa de los trabajadores migratorios mexicanos. No cejaremos en la protección de los connacionales en nuestro país y cuando trabajen en otras naciones. Laboran con honestidad y dignidad y deben respetarse sus derechos humanos tanto como laborales.

Por eso promovimos, junto con otros países, que la Organización de las Naciones Unidas Adoptara

la Convención Internacional sobre Protección de Trabajadores Migratorios y sus Familiares. Apoyamos las medidas que adoptó la Organización de las Naciones Unidas para oponerse a la flagrante violación de la soberanía de Kuwait por parte de Irak y nos pronunciamos por el inmediato restablecimiento de la legalidad internacional. México siempre abogará en favor de un orden internacional basado en el derecho, como forma de armonizar la defensa escrupulosa de la soberanía, dando atención a los nuevos problemas globales. Buscamos que la Organización de Estados Americanos se constituya en instrumento de apoyo efectivo a los estados miembros para superar la pobreza extrema y las desigualdades tecnológicas que hoy limitan la integración económica, la seguridad continental y la plena soberanía. Así, México ha tenido en su política exterior una poderosa herramienta para hacer valer su presencia en el mundo, ser respetado y favorecer el contexto de sus cambios internos.

La fortaleza de la nación descansa segura en nuestras fuerzas armadas. El Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada de México resguarda el territorio, los recursos naturales del país y las instalaciones vitales para la economía nacional. Con su vocación permanente de servicio a la comunidad, sus miembros recorrieron el país, proporcionando atención médica y medicinas a la población que lo requería. Estuvieron presentes, como siempre en caso de necesidad, en las inundaciones que afectaron a 13 estados de la República. El compromiso permanente de México en la lucha el narcotráfico encontró un eficaz brazo de combate en las fuerzas armadas. En arriesgadas acciones perdieron la vida soldados mexicanos que reciben el permanente homenaje de sus compatriotas. Por el gran valor que representan para la nación.

La modernización de las fuerzas armadas de México es una actividad permanente por el gran valor que representan para la nación. El ejército, la Fuerza Aérea y la armada mejoran sus escuelas y actualizan constantemente planes de estudio y de operación, métodos de adiestramiento y estructuras de los organismos militares. Hemos puesto en marcha un programa de vivienda para las fuerzas armadas que ha permitido entregarles, este año, un número de viviendas casi equivalente a las construidas para ellos en los 50 años anteriores. La nación cuenta con una defensa flexible y operativa en cualquier circunstancia y equipada de manera congruente con las necesidades del país. Reitero a las fuerzas armadas el aprecio a su lealtad y a su noble labor de ayuda a la población y defensa permanente de nuestra patria. Así lo reconoce el pueblo de México (Aplausos.)

2. Democracia y gobierno

Al interior el país ha vivido en paz. La intensa movilización para competir por el poder político, para avanzar contra la inflación y hacer eficiente nuestro aparato productivo, para mejorar las condiciones de vida de la población, he permitido la formación de nuevos consensos, una concordia no exenta de pasión y debate, pero comprometida con el diálogo permanente.

Desde el inicio de mi gobierno he señalado que ninguna forma de impunidad será tolerada; que nadie está por encima de la ley ni tiene, en su aplicación, prebenda para perturbar derechos humanos. Nuevas reglas dan más eficaces derechos procesales a las personas. La nueva Comisión Nacional de Derechos Humanos, respetada activa, vigila y atiende con creciente eficacia las quejas por presunta violación de derechos. Este año, la comisión ha recibido 3 mil 374 denuncias. El nivel de desarrollo no determina el número de denuncias o el estado de los derechos humanos. Muchos factores deben tomarse en cuenta. Lo importante es nuestro compromiso contra la impunidad; más de la mitad de dichas denuncias han sido satisfactoriamente resueltas. He prometido una respuesta eficaz a las recomendaciones de la comisión, éste es un compromiso fundamental del gobierno de la República.

El narcotráfico se combate sin cuartel, desmantelando organizaciones, decomisando estupefacientes y castigando a culpables en grados y niveles sin procedente en nuestra historia. Reconocemos el esfuerzo realizado, vidas sacrificadas en el cumplimiento del deber. Hemos decomisado entres años, 1 mil 500 toneladas de mariguana, más de 122 toneladas de cocaína pura, cerca de 10 mil vehículos y más de 20 mil armas. En este período se detuvieron a más de 45 mil personas. Sólo en 1991 en cocaína pura se decomisaron 40 toneladas. El valor de lo decomisado este año a precio de mercado, es equivalente a la deuda externa del país. Pero el fin no justifica los medios; si en la persecución de narcotraficantes en esta guerra en tiempos de paz se violan derechos humanos, los responsables seguirán siendo severamente castigados. (Aplausos.)

La procuración y administración de justicia, la vigilancia permanente para evitar y sancionar las violaciones a los derechos humanos en la plena libertad de expresión y prensa, movimiento y petición,

el cambio ha significado dar pasos decisivos en la construcción de una nueva relación del Estado con la sociedad. Por eso se reformaron las leyes sobre los procedimientos penales que eliminan aprehensiones ilegales e interrogatorios violentos, determinan los requisitos para que una confesión tenga valor legal, evitan la incomunicación del acusado y protegen a los indígenas involucrados en procesos penales, asistiéndolos en su propia lengua 631 personas, mayoritariamente indígenas, se beneficiaron del indulto y la amnistía.

Durante los últimos tres años la nación ha logrado innovaciones políticas. Ha aumentado el consenso sobre los cambios estructurales necesarios para el desarrollo del país. Se han ido superando situaciones de polarización y hemos sido testigos de nuevos reencuentros entre la sociedad y el gobierno. La más alta responsabilidad pública es ahora, ampliar las posibilidades de cohesión de la sociedad.

Sin embargo, debemos ser conscientes de que todo cambio genera movimiento. Es positivo que se discuta, que se tomen posiciones. Hoy tenemos paz social, estabilidad, discusión; hay partidos políticos con posiciones de respeto pleno a las libertades públicas; nuevos énfasis en la protección de los derechos humanos y también mayor demanda social de responsabilidad para quienes actuamos en la vida pública.

La voluntad de los mexicanos se expresó en elecciones competidas y en todo el país. En 1991 se realizaron 557 elecciones municipales, 285 elecciones de legislaturas estatales en 13 entidades federativas y siete gubernaturas. El 18 de agosto pasado el país vivió, además, una jornada electoral federal intensa, en la que los ciudadanos de la República dieron una prueba ejemplar de civismo en una de las elecciones intermedias más concurridas en tiempos recientes.

La nueva organización electoral incorpora más a la sociedad por medio de 2 mil representantes ciudadanos en sus órganos colegiados. Un nuevo tribunal de pleno derecho atendió los recursos de inconformidad de los partidos. Los partidos políticos responsables también de la movilización para voto, ejercieron sus derechos y promovieron sus programas y a sus candidatos en todo el país; aprovecharon las prerrogativas que les concede el nuevo Código Electoral y recibieron en su conjunto oportunamente más de 100 mil millones de pesos de recursos públicos que les entregó la autoridad electoral.

Casi 21 millones de mexicanos votamos el 18 de agosto. Se instalaron cerca de 60% más de casillas por mandato de la nueva ley y por eso se encontraron más próximas a los domicilios. La votación fue copiosa, más del 61% de las listas y vigilada por 700 mil ciudadanos de los más de 5 millones insaculados y casi medio millón de representantes de los partidos políticos.

Aprendimos que algunas disposiciones electorales requieren perfeccionarse, en particular, si bien se entregaron más de 36 millones de credenciales, el 92% del padrón, la presión de los tiempos provocó ciertas deficiencias. El sistema de información señalado por la ley no fue suficientemente ágil. El padrón, realizado puerta por puerta, hecho sin precedentes entre otros países, requiere pasos adicionales de verificación y mejoramiento. Convoco, por eso a los partidos políticos a estudiar y proponer las modificaciones apropiadas para perfeccionar el marco legal y adoptar métodos análogos a los que utilizan muchos países avanzados para dar resultados el día mismo de la jornada electoral. Además, tenemos que cumplir la exigencia legal de establecer la credencial con fotografía y la cédula de identidad ciudadana. Sin duda, así, en el diálogo podremos mejorar nuestros mecanismos y procesos. La responsabilidad en el análisis...

(Desorden.)

El Presidente: - ¡Orden, señores diputados! ¡Orden, señores diputados, para continuar con la sesión de Congreso General!

¡Orden, señores diputados! ¡Señores diputados!

Continúe, señor Presidente.

El licenciado Carlos Salinas de Gortari, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos: - Y en el cambio legislativo, en su caso, corresponde a este honorable Congreso. (Aplausos.)

En el cambio, las formas tradicionales son rebasadas por la realidad y las prácticas nuevas conllevan riesgos. En estas circunstancias, puede suceder que los cambios demandados no se reconozcan ni se ubiquen en su real dimensión. No es posible, en estos tiempos de cambio, gobernar un país como el nuestro con hipótesis o prácticas políticas de hace décadas. Juzguemos los resultados con suficiente visión y distancia frente a los hechos. La política tiene la responsabilidad de convertir el conflicto en diálogo y de llegar a acuerdos en el marco de la ley. Si logramos dar acomodo a las inquietudes de una sociedad

abierta, si las fuerzas políticas de la nación siguen demostrando su capacidad para encauzar las disidencias, habremos superado la lógica de la cerrazón y nos habremos colocado en una postura histórica distinta. Tendremos espacios internos y externos más amplios para seguir venciendo los retos que nos plantea la modernización. Por esto, respondamos todos a un diálogo nacional para que, con franqueza y buena fe, encontremos juntos el camino de la concertación para afrontar los grandes retos nacionales. (Aplausos.)

La responsabilidad de los tiempos actuales es la transformación nacional. Es positivo que se discuta, que se tomen posiciones, no puede haber una vida política rica que se exprese a una sociedad tan diversa y responda a cambios tan profundos y complejos sin debate o sin pasión. Además de cambiar el discurso hay que comprometerse a incidir verdaderamente en las prácticas. Tenemos que transformar nuestra acción y darle marcos nuevos, distintos y duraderos. La nación ha elegido el camino del cambio político, del cambio ordenado, del cambio democrático.

3. La economía del crecimiento

La economía mexicana ha recuperado sus estabilidad, se transforma en sus estructuras y ha crecido, cada año de este gobierno, casi al doble de la población. La clave ha sido y seguirá siendo la permanencia de la política económica, el estricto control del gasto público, un sistema fiscal competitivo, la reducción de la deuda, la apertura comercial y la desregulación, la promoción de la inversión y de las exportaciones. En tres años la economía de México es más sana y tiene mayor capacidad de dar respuesta al reclamo de los mexicanos por más empleos y mejor remunerados. Todavía falta mucho para recuperar lo que perdimos por la crisis, pero trabajamos para que los beneficios de la recuperación lleguen a más compatriotas y a más regiones del país.

El crecimiento económico, que en el primer semestre de 1991 fue casi del 5% anual, ha sido el más alto para este período en los últimos 10 años. La inflación acumulada en los primeros nueve meses es la menor en 16 años. Tenemos por primera vez en la historia, en los primeros meses un superávit fiscal que alcanza casi 10 billones de pesos. En este resultado influyó de manera particular el ingreso por la venta de Teléfonos de México y de los bancos. Pero aun sin considerar dichos ingresos, el resultado fiscal del primer semestre mostraría un importante saneamiento de las finanzas públicas, con una reducción real de su déficit en más del 50% respeto del mismo período de 1990. Estos resultados sientan las bases para dar paso definitivo a la estabilidad.

El gasto presupuestal se redujo 16% real en relación al primer semestre de 1990. Dentro de este gasto destaca la reducción real de casi 50% del destinado al servicio de la deuda pública En el marco de la estricta disciplina fiscal hemos abierto espacio para un crecimiento positivo del gasto social. Así, este gasto, que incluye salud, educación, desarrollo urbano y regional y Solidaridad, habrá pasado de representar 32% del gasto programable en 1988 a 44% del presupuestado para 1991. Las participaciones y estímulos a los estados y a los municipios registraron un crecimiento significativo de 18% en términos reales durante el primer semestre de 1991.

Los ingresos del sector público entre enero y junio de este año fueron superiores en 14%, en términos reales, a los del mismo lapso de 1990. Este comportamiento se enmarca en un sistema fiscal más equitativo, con tasas impositivas inferiores a las de hace tres años, una mayor simplificación administrativa que alienta el cumplimiento de los contribuyentes.

Pocos países han realizado un ajuste de tal magnitud en unos cuantos años. El aumento de los ingresos, la reducción del servicio de la deuda y la selectividad en la asignación de los recursos han permitido, al mismo tiempo, eliminar el déficit público y fortalecer la atención a las áreas prioritarias de la actividad gubernamental.

Logramos abatir la inflación, que en 1987 superó el 150% a un nivel cercano a la meta establecida para este año. El éxito del pacto por casi cuatro años muestra que los compromisos se cumplen cuando hay diálogo, ideas claras y decisión de los grupos sociales. La prórroga del Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento Económico, vigente hasta el 31 de diciembre de 1991, permitió la reducción de desliz del tipo de cambio de 80 a 40 centavos en promedio por día. Nuestra meta es reducir aún más la inflación y mantenerla en los niveles de las naciones con quienes más comerciamos.

Los principales promotores de la expansión económica son, en la actualidad las exportaciones y la inversión. Mientras el consumo se recupera gradualmente, el crecimiento de la inversión en los últimos años ha triplicado al de la economía, al registrarse aumentos reales superiores al 12% anual. Con estas inversiones

el país fortalece su capacidad para generar empleo, satisfacer las aspiraciones de progreso de la población y para competir con productividad creciente en un mercado mundial cada día más integrado. Las perspectivas son alentadoras. Así lo han percibido los inversionistas de México y del mundo al decidirse a canalizar a nuestro país montos crecientes de sus recursos para inversión.

La apertura a las inversiones extranjeras tiene como objetivo atraer recursos, tecnología y capacidad de exportación. Por eso la promovemos decididamente. Pero no se pretende que, mediante ella, los extranjeros compren en forma generalizada empresas existentes y que los empresarios mexicanos se vuelvan rentistas o gerentes. Para ello habremos de fortalecer el diálogo entre el gobierno y el sector privado con el fin de que las políticas públicas de competitividad sean más efectivas y que las alianzas estratégicas entre los empresarios mexicanos y los del exterior permitan especialización, escalas y acceso a los mercados.

La recuperación de la actividad económica se refleja directamente en los niveles de empleo. Entre enero y agosto la tasa promedio de desempleo abierto en las principales ciudades del país fue del 2.6% frente al 3.6% que se registró en promedio durante 1988; sin embargo, persisten fenómenos de subempleo. El número de asegurados permanentes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) aumentó casi 8% en el mismo período respecto al año pasado. Simultáneamente se ha logrado detener el descenso del salario medio real en la industria manufacturera que se mostraba hasta hace tres años y en algunas ramas y regiones se empieza a observar una recuperación moderada.

En congruencia con las mejores perspectivas de la economía, las tasas de interés han bajado considerablemente. Hoy, los réditos disminuyen a la par que se incrementa el ahorro. La tasa de Certificados de Tesorería a 28 días se redujo del 27% en octubre de 1990 alrededor el 17% este mes, al tiempo que el saldo real del ahorro financiero aumentó 13% entre septiembre de 1990 y 1991. La mayor estabilidad y las mejores perspectivas han propiciado un mayor plazo en la captación del ahorro; en un solo año, el plazo promedio de vencimiento de la deuda pública interna pasó de 223 días a más de mil días.

En la balanza de pagos encontramos una situación nueva que requiere explicarse en forma adecuada. Antes, cuando la cuenta corriente mostraba déficit y no se podían obtener mayores empréstitos del exterior, las reservas bajaban; ahora la situación es la opuesta. El déficit en cuenta corriente viene creciendo, las reservas internacionales también están aumentando, el sector público no se endeuda y el gasto público no presiona las importaciones. La dinámica de las importaciones proviene del incremento de la inversión privada, que ha contratado su financiamiento, y del flujo de la inversión extranjera. Es decir las mayores importaciones necesarias para ampliar la base productiva del país, llegan acompañadas de su propio financiamiento en divisas. Situación similar sucedió en España durante su notable recuperación.

Si tuviéramos superávit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. México estaría exportando capitales al resto del mundo. Lo que necesitamos es exactamente lo contrario: obtener recursos del exterior que complementen el ahorro interno. Por eso, a pasar del buen comportamiento de nuestras exportaciones no petroleras, que crecen casi un 14% real, seguiremos observando el déficit en cuenta corriente, crecimiento de la inversión foránea y aumento de las reservas internacionales. Prueba de ello es que el 1o. de noviembre de 1989 anuncié que las reservas internacionales del país ascendían a 7 mil 324 millones de dólares y un año después a 8 mil 415 millones de dólares. Ahora, a partir de esta última cifra, las reservas se han duplicado en un año y han alcanzado el nivel más alto en la historia del país. Informo a esta soberanía que el día de ayer el monto de las reservas internacionales en el Bando de México alcanzó 16 mil 710 millones de dólares. Esto confirma la solidez de nuestra moneda. (Aplausos.)

La economía mexicana está ahora mejor preparada ante las fluctuaciones en los mercados del exterior, y el esfuerzo por alcanzar el crecimiento sostenido con estabilidad se desarrolla sobre bases más firmes. Este fortalecimiento financiero de la economía mexicana se refleja, principalmente, en una reducción significativa del endeudamiento público tanto interno como externo. En términos netos, la deuda externa del sector público ha pasado de representar el 54% del producto del país en 1987, a 23% en 1991. Por su parte, la deuda interna ha disminuido a 15% en el mismo lapso. En proporción al tamaño de la economía, la deuda pública total se ha reducido a menos de la mitad en tan sólo cuatro años. Así, la economía es más grande y la deuda es más pequeña.

Este desendeudamiento del país ha sido posible gracias a la prudencia con que se han manejado los recursos adicionales y la oportunidad con

que se han enfrentado situaciones externas inciertas. A finales del año pasado, el precio del petróleo se elevó rápidamente por la incertidumbre de la guerra del Golfo Pérsico, pero anticipábamos que al solucionarse el conflicto el precio del petróleo disminuiría. Dimos entonces tres pasos previsores: Estimamos un precio promedio del petróleo equivalente a la mitad del que se observaba en el mercado; adquirimos opciones en futuros del petróleo para garantizar los ingresos proyectados, y decidimos canalizar la casi totalidad de los recursos provenientes de la privatización a un Fondo de Contingencia. La decisión resultó acertada; el precio del petróleo se abatió, pero, al estar preparados, pudimos proteger nuestros avances y mantener nuestro programa económico.

Los recursos derivados de las privatizaciones que se canalizaron al Fondo de Contingencia se han aplicado a cancelar pasivos por 20 billones de pesos que el gobierno federal tenía con el Banco de México. Esta operación permitió a la vez incorporar a las reservas del país los recursos en dólares que se encontraban en este fondo. El gobierno ha considerado inconveniente aplicar ingresos que ocurren una sola vez, como los provenientes de la venta de empresas, al financiamiento de gastos permanentes. Ahora, destinar recursos del fondo a la reducción de la deuda interna tendrá como consecuencia un ahorro permanente en los intereses que paga el gobierno, y abrirá mayores márgenes para el gasto social. De esta manera, los ingresos de las privatizaciones se traducirán en programas de beneficio popular, no sólo durante un año sino de manera continua. Los mexicanos más necesitados saben que su gobierno, en lugar de acumular propiedades, responde a las comunidades trabajando más por los que menos tienen. La reforma económica tiene por eso, consenso y bases sociales.

Con objeto que la recuperación económica no sea concentradora de oportunidades, pusimos en marcha un programa especial de apoyo a la micro, pequeña y mediana empresas. Sin trabas burocráticas, con tasas accesibles, con crédito oportuno y con asesoría administrativa, tecnológica y comercial, se ha apoyado en sólo 12 meses a mas de 50 mil empresarios del país. Se trata de un paso fundamental en la reforma del Estado. Al inicio de mi gobierno, Nacional Financiera, el banco para el desarrollo, canalizaba sus recursos a subsidiar a cuatro paraestatales. Ahora, con la reforma apoya a miles de pequeños y medianos empresario, como un acto de confianza hacia ellos. Alentamos, así, la formación y la organización de uniones de crédito. Los pequeños y medianos empresarios mexicanos seguirán contando con el apoyo del gobierno de la República.

Hemos afianzado la apertura económica con los acuerdos de libre comercio, firmados y en negociación. El pasado mes de septiembre concluimos el Tratado de Libre Comercio con la República de Chile, en él se garantiza tanto la apertura de los mercados como el otorgamiento de plazos de transición para evitar desbalances sectoriales. Asimismo, este tratado reconoce el origen regional de las mercancías y asegura la equidad de las transacciones. Al incorporar temas adicionales sobre servicios, inversión y propiedad intelectual, compatibles con el Acuerdo General de Arenceles y Comercio, el Tratado con la República de Chile es, sin duda, de vanguardia. Una comisión administradora permitirá la comunicación para lograr la eficacia del tratado. Tenemos el instrumento y, sobre todo, la disposición amistosa de elevar el comercio y el beneficio para nuestros pueblos.

Después de ampliar consulta pública, realizada por el Senado de la República, iniciamos la negociación del Tratado Trilateral de Libre Comercio con los Estados Unidos y Canadá. Ahora la negociación se ha intensificado. Se han establecido 18 grupos para tratar los temas sustantivos; los de más intensa discusión son lo relativos al mecanismo de resolución de controversias, a los asuntos arancelarios y a los periodos de transición. Por México participan conjuntamente y como frente unido el gobierno, representantes de empresarios, de obreros y campesinos, investigadores y académicos, y un sólido grupo de abogados y tratadistas. Mantenemos permanentemente informado al Senado de la República y al público en general, y ofrezco ampliar esta información a las comisiones respectivas de la Cámara de Diputados. (Aplausos.)

Nuestros negociadores actúan con conseriedad, responsabilidad y profundo patriotismo. Saben que los acuerdos que se tomen influirán por muchos años en el desenvolvimiento económico del país. En virtud de que se trata de una negociación para obtener acceso a otros mercados, tendremos que facilitar el acceso al nuestro. Pero como lo he reiterado en diversas ocasiones, en el caso del petróleo y la electricidad no propondremos modificaciones a la disposición constitucional que reserva al Estado mexicano la propiedad y el control sobre nuestros energéticos. (Aplausos.)

Hace unos días, en Zacatecas, los negociadores de los tres países intensificaron su trabajo, pasando

así a una nueva etapa de la negociación en la que ya se iniciaron las revisiones de textos. Sin embargo, procederemos sin prisas, buscando obtener el mayor beneficio para la nación y evitando también que la negociación se prolongue innesesariamente.

Con el sector exportador se concentraron 28 medidas estratégicas de desregulación. Estas acciones han comenzado a propiciar el mejoramiento corresponsable de servicios como el transporte ferroviario, la operación portuaria, la generación de electricidad y la operación de las aduanas. Es notable la nueva capacidad productiva y de la exportación de varios sectores industriales y de servicios.

En estos tres años hamos concluido 266 procesos para desincorporar empresas públicas no consideradas estratégicas por nuestra Constitución, mediante las cuales el gobierno ha recibido cerca de 10 billones de pesos. En lo que va de 1991, por medio de un sistema transparente de subasta convocada públicamente con calificación previa de los grupos interesados, se vendieron ocho bancos de un total de 18. Este proceso ha logrado diversificar el capital, ya que el número de accionistas de los ocho bancos desincorporados pasó de aproximadamente 9 mil 500 en 1982 a 32 mil en la actualidad, sin incluir el gran número de personas que participaron por intermedio de sociedades de inversión. También participan más empresarios de distintas regiones del país. La desincorporación bancaria es un paso en el proceso de modernización financiera que se realiza dentro de un marco jurídico y reglamentario de vanguardia. Así, se diversifica el capital, se aumentan las oportunidades de invertir para los particulares y el Estado fortalece su vigilancia, conducción, promoción y orientación por la vía legal y reglamentaria.

La recuperación en marcha se da, a diferencia de otras épocas, en casi todos los sectores de la economía. Destaca en especial el crecimiento, durante el primer semestre, de casí 7% real del sector agropecuario, significativo después de muchos años de estancamiento y declive. A pesar de esta notable recuperación, el proceso de modernización iniciado por el gobierno de la República tiene, en el agro, uno de los retos más complejos y más urgentes. El propósito central en la modernización del campo está en aumentar simultáneamente la producción y la justicia. Hemos avanzado en lo primero, pero hace falta mucha más justicia en el campo mexicano.

Dar certidumbre en la tenencia de la tierra es propósito central de la política agraria. (Aplausos.)

Hemos reducido significativamente el rezago histórico de la ejecución de resoluciones presidenciales existentes al inicio de la presente administración. En el período de este informe se regularizó la situación de un millón 25 mil hectáreas correspondientes a 21 mil familias campesinas, como producto de la ejecución de 226 resoluciones. Se expidieron 107 mil certificados de derechos agrarios, 50 mil de bienes comunales y 300 mil de inafectabilidad agrícola, ganadera y agropecuaria.

La actividad productiva del campo se ha recuperado: después de una caída de 4% en 1989, se observó un crecimiento de más de 3% en 1990 y se espera uno superior para 1991. La balanza agropecuaria pasó de 186 a 334 millones de dólares entre enero y agosto de 1990 y 1991 respectivamente. Los precios de concertación han constituido una herramienta que apoya la transición hacia una economía de mercado. Buenas lluvias y sobre todo mucho trabajo en el campo permiten esperar este año una producción, de los 10 principales cultivos, del orden de las 26 millones de toneladas. Los precios de garantía del maíz y del frijol han contribuido a elevar la producción de maíz a 13 millones de toneladas y la de frijol a más de un millón, así como a una mejoría en el ingreso de los productores. Por primera vez en dos decenios hemos logrado dejar de importar estos dos productos escenciales. Este esfuerzo extraordinario se aprecia mejor si se considera que ahora producimos todo el maíz y el frijol que demanda una población que es 35 millones mayor que hace 20 años, última época en que dejamos de importar estos productos básicos. Mi reconocimiento a los campesinos y productores que han logrado tan elevadas cosechas en estos dos últimos años. El reto consiste ahora en hacer permanente este resultado.

En el ámbito pecuario se ha fortalecido la producción de huevo y de carne, y se inició la recuperación de la industria lechera que tuvo un incremento de casi 10% en 1990. Se ha logrado garantizar el abasto de carne de res y contar con un excedente exportable. En materia de pesca se encuentra en marcha la modernización de las cooperativas, el impulso a la acuacultura, una mayor vigilancia e inspección de los litorales de México. La reestructuración de la deuda de la flota camaronera y el aumento de la flota pesquera. Hemos adoptado un programa para eliminar la mortalidad incidental de los delfines en la pesca del atún. La tortuga marina tiene veda permanente y hemos iniciado trabajos para instalar medios de pesca, que no afecten a la tortuga, en las embarcaciones camaroneras, en el Golfo de México y en el Caribe. Los mexicanos

queremos una economía fuerte y productiva, pero nunca a costa de la destrucción de él.

En materia de energéticos, Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) han realizado importantes inversiones para satisfacer la demanda interna y las exportaciones de hidrocarburos. La colocación de bonos por parte de Pemex ha tenido respuesta positiva de inversionistas nacionales y extranjeros. Con reglas cada vez más claras se ha logrado, con financiamiento y construcción de particulares, poner en marcha nuevos proyectos en las ramas de electricidad, petroquímica y fertilizantes. Quiero reiterar que mantendré firme el compromiso de conservar para la nación el manejo exclusivo de sus recursos energéticos. Debemos sin embargo alcanzar la eficiencia total en Petróleos Mexicanos y en la Comisión Federal de Electricidad, el gran sector energético de los mexicanos. Hay márgenes de productividad y eficiencia que todavía podemos aprovechar. Estoy seguro que trabajadores y empresa alcanzarán metas superiores para beneficio de los mexicanos.

En lo que resta del sexenio, la demanda interna de energía habrá de crecer a una tasa superior al 5% anual. Existen bases suficientes para responder a las exigencias del corto plazo, pero será necesario canalizar al sector de energía recursos adicionales para atender los retos que plantea la recuperación económica. Durante este año, la producción de crudo aumentó el 1.3% y ampliamos los volúmenes de exportación, aprovechando así la mayor estabilidad del mercado internacional. Sin embargo, el consumo interno de gasolina sigue creciendo a tasas todavía muy altas y requiere de importaciones que este año son equivalentes a más de 10 % del valor total de las exportaciones petroleras.

Para realizar tareas de exploración se han celebrado contratos de servicio con empresas particulares, como se viene haciendo desde hace decenios. Se paga puntualmente por obra realizada, sin comprometer los recursos del subsuelo; es decir, no hay ni habrá contratos denominados de riesgo, sólo de servicios. En petroquímica promovemos las inversiones como condición indispensable para elevar su capacidad de competencia y para atender mejor las necesidades de la demanda doméstica y de la internacional. Hemos, adecuado la industria al avance de la tecnología y se han acelerado los trámites para el otorgamiento de permisos de en la petroquímica secundaria.

En el presente año, la generación de electricidad aumentó 5.6%, y hemos avanzado en la reestructuración administrativa, operativa y financiera del sector eléctrico. Esperamos incrementar los recursos propios para asegurar la expansión sana de este sector estratégico. En el marco de la ley, procuramos que participe el sector privado en el financiamiento y en la construcción de proyectos que respondan ala necesidad de aprovechar el potencial de la generación. Las instalaciones serán operadas por la Comisión Federal de Electricidad y pasarán a formar parte de sus activos, una vez liquidados los financiamientos que se han canalizado a dichas plantas.

En 1990 se expidió el nuevo Reglamento de la Ley Minera que elimina procedimientos, trámites y trabas burocráticas que restaban oportunidad en el otorgamiento de concesiones y asignaciones. A la demanda de 7.8 millones de hectáreas acumulada hasta 1989 se ha respondido con concesiones por casi siete millones, abatiendo así el rezago en casi un 90%. Con el concurso de mineros de México, en este año se invertirán casi tres billones de pesos, cantidad que duplica la inversión realizada en el ejercicio anterior. Asimismo, para favorecer el aprovechamiento de los recursos mineros se acelera la desincorporación de los terrenos disponibles, proceso que habrá de alcanzar dos millones de hectáreas al cierre del presente año.

Para construir el sistema carretero que exige el desarrollo de país se convocó a toda la sociedad a participar en un programa de alcance nacional. La respuesta, ha sido muy positiva y ha permitido que cuantiosos recursos privados se destinen a las grandes obras de infraestructura caminera. Recordemos que durante 36 años sólo se pusieron en operación mil kilómetros de carretera de cuota de cuatro carriles; tan sólo entre 1989 y 1991 se han puesto en servicio, principalmente con inversión de particulares. 1 mil 800 kilómetros adicionales de autopistas de cuota, lo que permite, a ritmo notablemente acelerado, dotan al país de la infraestructura moderna de comunicaciones. A la vez, se han reconstruido 2 mil 700 kilómetros que se encontraban en condiciones críticas, y se ha intensificado la reparación de otros 15 mil kilómetros severamente dañados. También se han procedido a reestructurar Ferrocarriles Nacionales de México, con la participación de sus trabajadores, y se avanza en la modernización de sistema postal y telegráfico mexicano.

El Sistema Portuario Nacional es un factor clave para la economía del país. En el puerto de Veracruz, el más importante de la República, se

eliminaron prácticas de ineficiencia y corrupción que lo aquejaron por décadas. Además, se han sentado las bases para lograr su modernización a corto plazo. La nueva organización del puerto incluye sistemas operativos de alta eficiencia y una mejoría sustancial en las condiciones laborales para los auténticos trabajadores portuarios; el puerto de Veracruz alcanzará, en breve, niveles internacionales se servicio. Además, el país cuenta con dos nuevos puertos; Pichilingue, en el estado de Baja California Sur, y Topolobamopo, en Sinaloa. Estos dos nuevos puertos abren formidables perspectivas al desarrollo regional y nacional. En Ensenada se concluyó un nuevo acceso para cruceros turísticos. Durante 1991, la productividad del Sistema Portuario Nacional aumentó un 100% en el manejo de contenedores y un 50% en el de graneles. Todavía existe amplio margen para elevar su indispensable eficiencia.

La comunicación telefónica constituye una actividad central de telecomunicaciones; por eso la desincorporación de la empresa Teléfonos de México siguió un proceso transparente y cuidadoso que garantiza la expansión y mejoramiento gradual de la calidad de los servicios, asegura la participación accionaria de los obreros en la empresa y mantiene el control de los mexicanos sobre este servicio. La decisión de lanzar un nuevo sistema de satélites, que cuadruplica la potencia de los satélites Morelos obedece a la necesidad de ampliar los servicios de telecomunicaciones, en su diseño participan técnicos y científicos mexicanos.

En los últimos tres años, México recibió a más de 19 millones de turistas extranjeros y divisas por más de 10 mil millones de dólares. En el transcurso de los primeros ocho meses de 1991 la balanza turística registró un saldo favorable por más de 1 mil 400 millones de dólares. El turismo interno - 33 millones de compatriotas - significa un 12% más que el que se registró al inicio de la presente administración. Está en ejecución un número sin precedente de grandes proyectos turísticos en todos los litorales del país, que permitirán a México aumentar sensiblemente su captación de turistas en los próximos años y, con ello, generar más empleos, promover el desarrollo regional y obtener divisas.

En síntesis, hemos avanzado en le recuperación, hemos pasado del estancamiento al crecimiento económico sano y sostenido. Nuestras finanzas públicas son estables gracias a un esfuerzo como pocos han sucedido en el mundo. Canalizamos mayores recursos al gasto social con estricta disciplina fiscal. Tenemos un país en crecimiento por tercer año consecutivo, sin déficit público, con la inflación más baja en una década y, por primera vez, con superávit fiscal. consolidamos la apertura y desregulación. Diversificamos nuestras relaciones comerciales. El aparato productivo se moderniza y exporta más. El Estado ha desincorporado prácticamente todas las empresas no estratégicas que le impedían concentrar su atención y sus recursos en las obligaciones primarias. La inversión ha crecido en México a ritmos acelerados y con ella la creación de empleo. El salario promedio ya no decae, sino que se recupera gradualmente por regiones. Producimos más y con mejor calidad.

La transformación económica se está haciendo en paz. Esto ha sido posible por la vitalidad de las instituciones, el ejercicio de la política y la responsabilidad. No hubiera ocurrido así sin las instituciones capaces de concertar pactos y compromisos con los factores de la producción. Tampoco hubiera sido posible afianzar las reformas económicas si éstas no hubieran generado mejores expectativas para todos los ciudadanos, y sin las nuevas fórmulas de participación de la sociedad, como de la de los sindicatos en los procesos de privatización. Menos aún hubiera sido posible sin un clima de tranquilidad en las ciudades y en el campo, producto del ejercicio permanente del gobierno y de la política. Las reformas económicas no se consolidan sin instituciones y sin política, de la misma forma como no es posible garantizar la transformación política de largo plazo sin solidez en la economía y sin políticas sociales que compensen los desequilibrios y las desigualdades.

El reto, sin embargo, sigue siendo muy grande. Los beneficios de la recuperación no se reflejan todavía de manera evidente entre gran número de compatriotas. Fue mucho lo que la crisis le redujo al nivel de vida de los mexicanos. Los rezagos económicos implicaron costos sociales muy elevados. Muchas demandas siguen superando a nuestros recursos. De una crisis tan profunda no se sale en unos cuantos años. Por eso, aunque muchos hemos avanzado, mucho más tenemos que hacer hacia adelante, para que el bienestar se refleje efectivamente en la vida diaria del pueblo mexicano.

4. La nueva política social

4.1 Los avances sectoriales

Buscamos el crecimiento económico, pero sobre una base de mayor justicia. Estamos construyendo una política social nueva que requiere de la participación de poblaciones y grupos, que de

manera transparente, directa y sin trabas burocráticas apoye, con recursos, lo que decida y haga la comunidad. Esta nueva política social armoniza democracia y justicia, compromiso con hachos, y da prioridad a lo urgente y a quienes más lo necesitan.

Se ha puesto particular empeño en vigilar la observancia de las normas laborales y los derechos del trabajador, en promover mayor seguridad en el medio de trabajo, en estimular la productividad y en fomentar una sólida relación obrero patronal. Dentro del proceso de modernización, - en el que el sector productivo ha debido afrontar cambios profundos en sus esquemas de organización - , la procuración de la justicia laboral ha dado prioridad a la conciliación. En esta materia, entre más de cinco mil emplazamientos recibidos por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, sólo llegó a la huelga un 2%. Las condiciones en que se realiza el trabajo, la seguridad y la salud del trabajador son responsabilidad permanente del gobierno, por lo que entre enero y julio de este año se incrementó en 17% el número de visitas de inspección.

La transformación del país pasa por la modernización educativa. Concertadamente, con la participación de diversos maestros, padres de familia, expertos en grupos sociales, se han precisado los problemas y se ha propuesto un programa general, programas estatales con compromisos precisos, programas para la educación superior y la investigación científica. Esta propuesta está abierta al diálogo para perfeccionarla. A la vez, se rehabilitan escuelas, se les dota de equipo y materiales, se eleva la situación de los maestros y se debate libremente en todo el país esta gran reforma educativa de México.

La lucha del gobierno de la República contra el analfabetismo ha sido permanente. Durante el lapso que cubre este informe se alfabetizó a más de medio millón de personas. Se está construyendo un modelo pedagógico nuevo, que articule los niveles de enseñanza preescolar, primaria y secundaria, evitando posibles traslapes y lagunas entre ellos. En el nivel medio superior fueron atendidos, en el ciclo escolar 1990 - 1991, dos millones 100 mil alumnos. Para el presente ciclo se estima que en los bachilleratos propedéuticos, bivalentes terminales la inscripción ascienda a 2.2 millones de educandos, 100 mil más que en el período anterior. Destaca en este nivel la iniciación de servicios por parte de nuevos colegios descentralizados de educación tecnológica.

No habrá educación de calidad sin mejorar el nivel de vida de los maestros. Por ello, partiendo de niveles muy bajos al inicio de mi administración, en los últimos 35 meses los salarios de los maestros han crecido 151%, y los seguiremos mejorando para llegar al salario profesional. (Aplausos.)

Reitero mi respeto a las maestras y a los maestros de México y mi reconocimiento por su trascendental labor en favor de la nación.

En las instituciones públicas de educación superior radican muchas esperanzas para elevar la competitividad del país y para garantizar la permeabilidad social. En particular, se ha fortalecido los programas de posgrado buscando niveles de excelencia. También se ha creado un sistema de universidades tecnológicas, orientado a la solución de problemas reales del sector productivo. Han iniciado sus operaciones las nuevas universidades tecnológicas de Ciudad Netzahualcóyotl de Aguascalientes, y próximamente lo hará la de Tula. Paralelamente, se pusieron en operación 12 institutos tecnológicos, que ya operan en diversas entidades federativas, con base en esquemas educativos más flexibles y adaptables a los requerimientos del sector productivo. Destacan los nuevos tecnológicos de Zitácuaro, La Piedad, La Mixteca y Ecatepec, entre otros.

Es cada vez más evidente el carácter estratégico de la ciencia y de la tecnología en el proceso de modernización nacional. Por ello es prioritaria la canalización de recursos públicos a dicho sector. En 1991, estos recursos crecieron en casi un 20% en términos reales, alcanzando cerca de 2.5 billones de pesos. En el mes de marzo, siguiendo las recomendaciones del Consejo Consultivo de Ciencias se establecieron cuatro fondos adicionales para fomentar la investigación básica y aplicada, para evitar la emigración de muchos de nuestro científicos y para desarrollar la capacidad de investigación en la industria.

La cultura crece en el contacto con el mundo. Estos intercambios son materia de nueva creación. No podemos ni debemos eludir este diálogo, que es probablemente el signo más acabado de los tiempos nuevos. México, en su historia, siempre lo ha hecho así. Mantendremos los apoyos para difundir los resultados de nuestra creatividad, alentar a nuestros artistas y promover su presencia en el exterior. Este ha sido el propósito de los programas de becas y de los fondos para la promoción de la cultura. Hemos visto un incremento significativo de visitas de grupos de artistas del anterior. Además, se amplió la red de bibliotecas al incorporarse 157

más, con las que suman un total de 3 mil 390 y llegarán a 5 mil al término de este gobierno.

A través de la Comisión Nacional del Deporte se ampliaron las oportunidades para su práctica tanto en las escuelas como fuera de ellas. Así, se ponen en operación centros de iniciación deportiva, módulos de recreación y fomento a la salud, módulos laborales de autogestión y centros de desarrollo deportivo municipal. Mediante el Programa Nacional de Solidaridad se han construido a la fecha más de 700 unidades deportivas. Se consolida el deporte también como una expresión propia de nuestra cultura. Hay, sin duda, especialidades deportivas de las que el mexicano espera mucho mejores resultados. Con mayor esfuerzo, seriedad y organización, pueden cumplirse estas expectativas deportivas.

Se ha procurado mayor cobertura en las acciones y programas de salud y seguridad social en el país. La población amparada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en su régimen ordinario alcanzó a 38 millones de personas, casi 9% más que en 1988. Por su parte, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) incrementó en el mismo lapso en casi 15% su población de asegurados, para cubrir a más de ocho millones de personas. Se han atendido y controlado diversos problemas de salud pública y de interés epidemiológico. Por más de un año, México no ha tenido un solo caso de poliomielitis y disminuyeron el sarampión y la tosferina en 96% y 84%, respectivamente. El programa de vacunación universal, que consiste en dar todas las vacunas a todos los niños concluirá a fin de año en 14 entidades federativas y en el Distrito Federal.

El cólera llegó a América Latina hace ocho meses. Es bien sabido que cuando llega a un continente se extiende a todo él. Se han detectado casos de cólera en 14 países, desde Brasil hasta los Estados Unidos y Canadá. La preparación para su inevitable llegada consistió en aumentar sustancialmente los sistemas de agua potable y su tratamiento con cloro. A México llegó hace 16 semanas. Desde entonces las autoridades de salud han detectado y atendido dos mil casos, y en el mismo lapso ya habían presentado 223 mil casos en el primer país latinoamericano al que llegó el cólera. Gracias al esfuerzo del personal del sector salud y de la Comisión Nacional del Agua, ya están en sus labores normales el 99% de los enfermos que se atendieron en México. Mantendremos nuestra acción preventiva y curativa ante los casos aislados que ocurran, y seguiremos atentos a su evolución en el resto del continente. El sida constituye un problema reducido pero creciente de salud pública. Los avances en las acciones de atención médica, detección oportuna de casos y difusión de información al público están permitiendo resultados positivos; sin embargo, las autoridades de salud tendrán que reforzar su acción.

Como parte de los compromisos de ampliación en la infraestructura de Sistema Nacional de Salud, en el período se concluyeron 10 nuevos hospitales generales y 67 unidades de primer nivel. Además, se inició la construcción de otros dos hospitales y 19 unidades de primer nivel, y continúa la de 14 hospitales generales y seis centros de salud. Al mismo tiempo, se realizan actividades de rehabilitación, ampliación, conservación y mantenimiento en más de 100 unidades de atención. Todo ello con el propósito de incrementar la cobertura, calidad y acceso a los servicios que se ofrecen tanto a la población abierta como a la que tiene derecho a la seguridad social.

Adicionalmente, la atención a los minusválidos constituye una actividad prioritaria del quehacer asistencial; por eso durante este período se otorgaron más de 600 mil consultas para atender la invalidez, así como más de un millón y cuarto de consultas de terapia rehabilitadora, que permitirán la incorporación a la vida productiva y social a las personas que enfrentan estos padecimientos. Por conducto del DIF (Desarrollo Integral de la Familia) se brinda, en forma permanente, ayuda alimentaria y desarrollo integral a niños, adolescentes, mujeres, ancianos, minusválidos y personas de escasos recursos. Como parte de la ayuda alimentaria se distribuyeron más de 118 millones de desayunos en escuelas.

Se ha buscado promover la eficiencia de los mercados de alimentos básicos. La Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO) reorientó su presencia en la comercialización de granos, participando selectivamente en la adquisición de maíz, frijol, únicos productos sujetos al régimen de precios de garantía. Asimismo, se mantuvo en niveles adecuados la reserva técnica reguladora de estos granos. Mediante la tarjeta solidaridad se ha beneficiado a más de dos millones de familias con tortilla a precios subsidiados en más de 200 ciudades. Se han puesto en servicio 7 mil 500 tiendas Compañía Nacional de Subsistencias Populares, con lo que suman ya 20 mil rurales y cinco mil urbanas en las zonas de menores recursos. Hemos venido actuando para que la recuperación del desarrollo se refleje en cada uno de los

estados de la República; hoy aproximadamente más del 60% de la población vive en la zonas urbanas, y para el año 2000 esta proporción puede elevarse al 80%. Mientras la población total crece a 1.9% anual hoy en día las áreas rurales lo hacen por debajo de este promedio nacional, y las ciudades medias crecen a una tasa superior a la de las grandes urbes. La vida futura de nuestro país será irrevocablemente urbana. Trabajamos en la consolidación de un sistema de ciudades que permita aprovechar el potencial económico y la disponibilidad de suelo, agua e infraestructura en los 80 centros de población más importante del territorio.

Enfrentar el reto habitacional constituye una alta prioridad de mi gobierno. Logramos aplicar durante este año más de 12 billones de pesos a construir y entregar más de 150 mil viviendas. El Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit) otorgó más de 77 mil 400 financiamientos y el Fondo de Vivienda (FOVI) financió más de 90 mil viviendas. Así, durante estos tres años se habrán ejercido 29 billones de pesos y se habrán construido 100 mil viviendas, número sin precedente que habremos de incrementar.

Desde hace poco más de una década iniciamos en México un proceso institucional, serio y consistente, para atacar los problemas del medio ambiente. Estamos avanzando en la solución de cuestiones ancestrales que hoy se traducen en la depredación de los recursos naturales y en un progresivo deterioro de la calidad de vida en las principales ciudades de país, particularmente en la zona metropolitana de la ciudad de México. Por eso, hemos hecho obligatorio que las diversas dependencias y empresas federales integren el criterio ambiental en todos sus proyectos y actividades. Muestra de ello ha sido la decisión que tomamos de cerrar la Refinería 18 de Marzo, en Azcapozalco, en cuyo lugar se asentará un parque, espacio de recreación para los habitantes y nuevo pulmón para la ciudad. Esta decisión implicó la pérdida de seis mil empleados directos y un costo superior a 1.5 billones de pesos. Pero con esto atendimos un reclamo justo y establecimos un ejemplo a seguir. La meta es desconcentrar progresivamente, sin detrimento de las actividades productivas ni de los derechos de los trabajadores, todas aquellas empresas que dañen las condiciones ambientales.

Se han puesto a disposición de aparato productivo nacional líneas de crédito para la incorporación de dispositivos anticontaminantes. Contamos ya con un marco normativo más preciso para este propósito, con normas técnicas para aire agua y suelo. Se han realizado más de siete mil inspecciones a nivel nacional. En su caso se han decretado clausuras parciales o totales a aquellas empresas que en forma reiterada violan las normas establecidas.

Gracias a un gran esfuerzo tecnológico y de producción, el contenido de plomo de las gasolinas se ha reducido en un 85%. Desde el pasado 6 de junio se dispone de gasolina Nova con un 50% menos de plomo, y en la nueva gasolina Magna Sin prácticamente se ha eliminado. Este año reforestamos 93 mil hectáreas, cifra que representa más del doble del promedio anual de los últimos ocho años.

Nuestro país se ha adherido a la Convención Internacional del Tratado de Especies en Riesgo de Extinción (Cites). Con ello México no solo defiende recursos que pertenecen a los mexicanos sino contribuye a asegurar la permanencia de cadenas biológicas escenciales para la vida en el planeta. México no será receptor de nuevas industrias que contaminen y que, por eso no aceptan en otros países. Así como no queremos una industria sucia ni obsoleta, tampoco queremos ver nuestro territorio ni nuestros mares convertidos en basureros propios o ajenos, particularmente en la zona fronteriza. Para esta zona se ha establecido un plan integral que cubre los años de 1992 a 1994, enfatizando el tratamiento de la basura y de aguas residuales. El propósito es contar con una reglamentación ecológica estrictamente aplicada, apoyada en recursos y equiparable en ambos lados de la línea fronteriza, protegiendo el entorno de los mexicanos.

La ciudad de México, la más grande concentración industrial y urbana, ha iniciado la transición de una economía altamente destructora del ambiente a otra con desarrollo equilibrado. Mucho se llegó a dudar sobre el futuro de la ciudad; muchos son y seguirán siendo sus problemas, pero no cabe duda de que, en la gran capital de la nación, existen enormes reservas sociales e institucionales para mejorar la calidad de la convivencia. De nuestra capital podemos estar orgullosos todos los mexicanos.

Se ha construido también un nuevo equilibrio en las relaciones de la ciudad capital con el resto de los estados de la República. Con un esfuerzo fiscal extraordinario que habrá de mantenerse, los subsidios y participaciones fiscales excedentes que iban a la ciudad, pueden ahora canalizarse a otras regiones para elevar allá el nivel de vida, aumentar el empleo y la productividad y, con ello, romper el círculo vicioso de las migraciones hacia el centro del país.

La administración del Distrito Federal ha dado prioridad a tres asuntos: primero, a mantener un clima de tranquilidad que reconozca el pluralismo y que permita el amplio ejercicio de las libertades y mayor cercanía del gobierno con los ciudadanos; segundo, mejorar la administración de los servicios públicos, haciendo frente a los problemas financieros que enfrentan y ampliando la capacidad de respuesta institucional en los asuntos que interesan a la población, como la regularización de la tenencia de la tierra, drenaje, agua, basura, transporte y seguridad, y tercero, tomar las decisiones estratégicas de las cuales depende la viabilidad de la zona metropolitana. Se han expropiado las zonas de las cuales depende la recarga del acuífero; se han establecido límites a la expansión de la mancha urbana sobre los bosques, y está en marcha uno de los más ambiciosos programas anticontaminantes del mundo. Plantamos en solo 4 meses, 12 millones de árboles y haremos mucho más en los próximos tres años. Esta acción para mejorar el entorno es indispensable, pues la ciudad sigue enfrentando serios problemas en su medio ambiente.

En el Distrito Federal ha sido posible combinar acciones que eran urgentes con decisiones de largo plazo, una visión de la ciudad en su conjunto con las pequeñas decisiones que son importantes para sus vecinos. Hoy existe más ánimo en la ciudad, niveles crecientes de responsabilidad ciudadana y mayor confianza en su futuro.

4.2 El Programa Nacional de Solidaridad

No seríamos una generación digna de nuestra historia si como sociedad consintiéramos la pobreza de muchos compatriotas. Los mexicanos son y han sido siempre generosos, humanitarios, capaces de ver su suerte en la fortaleza de los demás y no en su debilidad. Este es un hecho de nuestra cultura, de nuestro ser más íntimo. El mexicano es un pueblo solidario por experiencia de siglos, pero también un pueblo digno que no quiere obsequios ni que lo ignoren para resolver sus problemas. Quiere ser actor y sujeto de los cambios.

Al inicio de mi gobierno la atención se concentró en los rezagos más urgentes. Necesitábamos entonces, y seguimos necesitando, construir un nivel básico por debajo del cual no viva nunca una familia mexicana. Es, sencillamente, iluminar la oscuridad con energía eléctrica; revertir la insalubridad con agua potable y drenaje, con atención cálida de los servicio de salud; la inseguridad con iluminación y pavimentación: la incertidumbre con escrituras públicas; la arbitrariedad con justicia, y fundar el futuro de nuestros hijos con escuelas dignas que nadie tenga que abandonar, en la primaria, por falta de recursos económicos.

Para afrontar el reto de la justicia hemos convocado a la solidaridad y hemos creado un programa de gobierno para alentarla y apoyarla, sumándose iniciativa de los grupos de nuestra sociedad. El Programa Nacional de Solidaridad, se me ha dicho a lo largo del país, es ya del pueblo, no del gobierno. Esta afirmación reiterada expresa que hemos encontrado un instrumento adecuado, una forma de trabajo en la que se enlazan demanda social y servicio público, democracia y actos concretos de justicia del gobierno. Ese resultado nos estimula y nos obliga a avanzar más rápido, perfeccionando el funcionamiento del Programa.

Los grandes aspectos del Programa de Solidaridad nacieron en las comunidades y no en escritorios burocráticos; surgieron de la movilización popular, de las plazas y calles, de los pueblos y las comunidades. Lo escuché de su propia voz en cada una de las 168 giras que he realizado dentro del país desde diciembre de 1988. Al atender los servicios básicos se sumó, espontáneo, el reclamo y la organización de las comunidades. A los servicios indispensables para su progreso se unió la demanda de la actividad productiva que haga permanente el bienestar. Solidaridad incorporó el reclamo de fuentes de empleo. Ese fue el origen de los fondos para la producción, para los pueblos indígenas, para grupos de campesinos y pescadores. En unos cuantos meses, uniéndonos los mexicanos con respeto y trabajo, hemos hecho lo que a muchas naciones les ha tomado hacer en décadas.

En Solidaridad, el mejor discurso son los hechos, y éstos hablan así:

Mas de 61 mil comités de Solidaridad se han establecido en colonias populares, comunidades rurales y pueblos indígenas de todo el país, los cuales han realizado más de 150 mil acciones en los casi tres años que tiene de operar el Programa. En ese lapso, incorporamos a más de seis millones de mexicanos a los servicios de salud, y la infraestructura de atención a población abierta se incrementó un 10% respecto de 1988; ocho millones de compatriotas cuentan con agua potable; se electrificaron más de 10 mil comunidades, dando este servicio a 11 millones de mexicanos; se realizaron trabajos de pavimentación de calles en más de tres mil localidades urbanas y rurales, y se construyeron, rehabilitaron y mejoraron 14 mil kilómetros de caminos en beneficio de casi dos millones de habitantes en las zonas más necesitadas.

Asimismo, un millón 400 mil niños se forman en los nuevos espacios educativos construidos; se han rehabilitado 50 mil escuelas por padres de familia y maestros a través del Programa

Una escuela digna; casi un cuarto de millón de niños recibe ahora una beca en efectivo para terminar su educación primaria sin tener que desertar por falta de recursos de sus padres; se les proporcionan despensas y atención médica, y más de 350 mil jóvenes prestadores de servicio social han participado en el desarrollo de sus comunidades.

Se ha más que duplicado el número de lecherías populares y casi siete millones de niños tienen acceso a este alimento básico; 27 millones de personas cuentan con el servicio de tiendas populares y con apoyo del Programa se da servicio postal a cuatro millones de habitantes de colonias populares y de zonas rurales.

Los fondos municipales Solidaridad operan en el 76% de los municipios del país; más de 600 mil campesinos que laboran en dos millones de hectáreas participan en el Fondo de Solidaridad para la Producción; se apoya también a 190 mil productores de café en 12 entidades de la República y a 87 organizaciones de productores forestales en 21 estados; cerca de mil organizaciones indígenas en 21 entidades federativas han emprendido 991 proyectos productivos; alrededor de 2 mil 500 indígenas han sido liberados con las acciones de procuración de justicia, y se ha mejorado el 80% de los albergues indígenas.

Hemos entregado más de un millón 200 mil escrituras a igual número de familias en colonias populares y sólo en tres días entregamos más escrituras que en una década. Las escrituras dan a sus poseedores un soporte de seguridad que los alienta a invertir incluso en proyectos productivos. Reitero que vemos en estos millones de mexicanos que viven en nuestras colonias populares a los herederos genuinos de aquellos que por la posesión de la tierra hicieron la Revolución Mexicana. Les respondemos hoy como la reforma agraria les respondió a sus abuelos campesinos.

Del 9 al 14 de septiembre se llevó a cabo en todo el país la Segunda Semana de la Solidaridad. Más de 13 millones de compatriotas participaron en ella, se evaluaron los resultados de los programas en marcha y se propusieron opciones para mejorar su ejecución.

Estos son los hechos que ahora integran un discurso nuevo, con un contenido diferente; el de la corresponsabilidad, la autoestima y la dignidad. Las metas alcanzadas. Son un ejemplo de la capacidad del pueblo organizado y participativo. En todos los aspectos de bienestar social estamos incrementando los servicios a un ritmo mayor que el crecimiento de la población, lo que nos está permitiendo abatir rezagados y atender a los nuevos mexicanos que nacen cada año.

Estos hechos, convertidos en un discurso nuevo, de la promesa cumplida, nos dan también un sustento ideológico. Esta forma novedosa de hacer las cosas, con participación, con organización, con verdadero sentido democrático, nos dota de una base moral nueva. Por eso es importante el intercambio directo de bienes y servicios entre campesinos y obreros, una forma de pacto en que ambos ganan y se fortalece la nación en eficacia y equidad. Así también promete vivificar a México la organización territorial de Solidaridad en una coordinación nacional. La contraloría social da la transparencia financiera al Programa y es la manera de ratificar el control comunitario de su destino, manteniendo los controles presupuestales establecidos por la ley. Solidaridad funciona porque entrelaza lo nuevo de nuestra compleja sociedad con las prácticas tradicionales y permanentes de participación de los pueblos que nos ha enseñado la historia, y que hoy hacen las comunidades. Solidaridad es la reforma democrática de las bases populares a lo largo de nuestra patria que da una dimensión nueva a nuestro nacionalismo. Nos está dando la estabilidad y la paz social de largo plazo que merece nuestra patria; ha creado nuevos vínculos entre instituciones y servidores públicos, vínculos que son parte de la reforma del Estado que propuse a todos los mexicanos para acercar la acción del gobierno a la sociedad. Solidaridad es el movimiento que usan el lenguaje de los hechos sociales y de la participación popular. Por eso, la esperanza que ahora nos rodea tiene sólido fundamento. (Aplausos)

III. Los próximos tres años

Honorable Congreso de la Unión, compatriotas: El nacionalismo mexicano de hoy emerge renovado, se expresa en el respeto a la dignidad de las personas y edifica un nuevo basamento social para las familias que menos tienen. Es un nacionalismo nuevo que construye caminos de progreso, decididos por la comunidad; que se manifiesta en la participación organizada y en la unidad de las voces diversas de la sociedad, la región, la comunidad. Es un nacionalismo

democrático que fortalece la soberanía popular y, con ella, la soberanía nacional ante el mundo. El nacionalismo es la pasión de los mexicanos por construir su historia.

La elección nos ha dado un mandato para el cambio, y nuestro nacionalismo nos señala el camino que habremos de seguir en todos los frentes. Hoy nos demanda consolidar las nuevas vinculaciones hacia el exterior y las nuevas relaciones del Estado con la sociedad para continuar con el diálogo y la concertación. Mantendremos así la tarea de reconciliación con las diversas fuerzas políticas y con todos los sectores sociales, en el ámbito interno y externo, que he venido llevando a cabo desde el inicio de mi administración.

Tenemos el mandato de cambiar para permanecer, pero no para que todo siga igual. Por eso, por la vía del diálogo, continuaremos los cambios y con su consolidación.

Exterior, seguiremos promoviendo la diversificación de nuestras relaciones por medio de un intenso diálogo político con nuestros vecinos del norte, los Estados Unidos y Canadá. Al sur del continente, nuestro propósito esencial de integración es con América Latina y con Iberoamérica.

Por eso ampliaremos nuestras iniciativas diplomáticas en la región y negociaremos acuerdos de libre comercio para asegurar que en el exterior no se limiten los esfuerzos que hacemos dentro. Profundizaremos los vínculos con Europa y con la Cuenca del Pacífico. Al establecer nuevos canales de diálogo, al abrir nuevos mercados, al atraer inversiones y tecnologías y al crear empleo, la acción al exterior fortalece al país en el mundo contemporáneo. En el mundo unipolar de hoy, la confrontación pone en riesgo inútil la soberanía. La firmeza y la diversificación de relaciones es indispensable para fortalecer la independencia. Acercamiento y diálogo respetuoso con el norte; profunda intensificación de relaciones con el sur; mayor acercamiento al este y al oeste. Estas son, por eso, políticas nacionalistas para nuestro momento; nacionalistas en el mismo sentido en el que otros comportamientos fueron nacionalistas para su tiempo y, con seguridad, igualmente decisiva para la permanencia de México en el futuro.

En el interior, tenemos que seguir ampliando la concertación ante las fuerzas políticas del país para asegurar que en las normas electorales respondan plenamente a las expectativas de la población. En la defensa de los derechos humanos vamos a fortalecer la capacidad de los órganos de procuración de justicia, a promover la más pronta respuesta a las decisiones del Poder Judicial Federal y a poner a la consideración de ustedes, señores legisladores, elevar a rango constitucional la protección que brinda la Comisión Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos.(Aplausos.)

Aseguraremos que en la lucha contra el crimen las libertades y garantías de toda persona en México siempre serán respetadas, y que su violación o la tortura serán firmemente sancionadas conforme a derecho. Seguiremos decididamente atacando la impunidad decididamente.

En mi discurso de toma de posesión propuse modernizar las relaciones con las iglesias. Partidos políticos de las más opuestas tendencias han señalado también la necesidad de actualizar el marco normativo. Recordemos que, en México, la situación jurídica actual de las iglesias derivó de razones políticas y económicas en la historia y no de disputas doctrinarias sobre las creencias religiosas por lo que su solución debe reconocer lo que debe perdurar y lo que debe cambiar. Por experiencia, el pueblo mexicano no quiere que el clero participe en política ni acumule bienes materiales.(Aplausos.)

Pero tampoco quiere vivir en la simulación o en la complicidad equivoca. No se trata de volver a situaciones de privilegio sino de reconciliar la secularización definitiva de nuestra sociedad con la efectiva libertad de creencias, que constituye uno de los derechos humanos más importantes. Por eso convoco a promover la nueva situación jurídica de las iglesias bajo los siguientes principios; la separación entre el Estado y las iglesias, respetar la libertad de creencia de cada mexicano, y mantener la educación laica en las escuelas públicas. (Aplausos.)

Promoveremos congruencia entre lo que marca la ley y el comportamiento cotidiano de los ciudadanos, dando un paso más hacia la concordia interna en el marco de la modernización.

En lo económico nos proponemos seguir creciendo gradualmente a tasas sostenidas. Queremos que este crecimiento sea con estabilidad para asegurar mayor bienestar entre las familias mexicanas. Por eso, en los próximos años vamos a redoblar los esfuerzos para disminuir la inflación a menos del 10%. Reforzaremos la disciplina fiscal y promoveremos la renovación del Pacto con los ajustes concertados que reclaman las circunstancias actuales y las metas para el próximo año. El Pacto, como mecanismo de diálogo, ha

probado ser un instrumento invaluable para tener mayor sertidumbre, estimular la inversión y lograr mejor resultado en el esfuerzo que se realice.

Para impulsar la inversión y ampliar la cresción de empleo debemos elevar el ahorro interno, sobre todo através de sistemas de ahorro complementario que favorezcan a los trabajadores y a las clases medias. Necesitamos crecer. Así lo reclaman más de 82 millones de compatriotas y los casi dos millones que cada año se nos unen. Para los mexicanos no quieren un crecimiento a cualquier costo. No será un crecimiento concentrado de la riqueza sino que haga avanzar la justicia. No será un crecimiento depredader de la naturaleza y de la gran diversidad biológica que tiene México y que aporta al mundo. No será para unas regiones nada más o apra algunas ramas o sectores. Será un crecimiento limpio, más equitativo y equilibrado a lo largo del país. Este es el desafio que la nación asume y que va a conquistar.

Por eso, frente a los retos nuevos y viejos del país, debemos profundizar en la respuesta inmediata y avanzar en los cambios estructurales de largo plazo que nos exige el interés nacional, no sólo de esta generación de mexicanos, sino de las siguientes. Sabemos, por la experiencia de otras recuperaciones económicas del pasado, que sus beneficios no se reflejan de inmediato para todos; por eso, además del crecimiento, promovemos el desarrollo social a fin de no quedarnos esperando y desesperando la paciencia de la población. Tampoco desbordaremos lo que tanto trabajo ha costado alcanzar: estabilidad, baja inflación, eliminación de la pesada carga de la deuda. Por eso tenemos una propuesta social en marcha para actuar desde ahora con la población y para su bienestar. Esta es Solidaridad. Me propongo continuar con el Programa durante toda mi administración mediante recursos crecientes para beneficio del pueblo mexicano.

Estructuralmente existe un reclamo generalizado de que se actúe en dos áreas fundamentales para la viabilidad futura de nuestra nación: el campo y la educación.

Las luchas agrarias sido esenciales en la formación de nuestro país. Han sido batallas por libertad y justicia en el campo. De ellas tenemos lecciones útiles que aprenden. Entre los hombres y mujeres del campo la ignorancia no fue la causa de sus luchas, pues éstas se dieron como respuesta a realidades del país. La pasión ha existido en sus movimientos, pero sbre todo la inteligencia y la razón; manifestaron una ley trascendente en el poder transformador de la ley y han contribuido al progreso de la nación. Así, el movimiento campesino del Plan de Ayala de 1911 fue fundamento de la Revolución, ganó dimención constitucional en el Artículo 27. logró la primera codificación establecida al inicio de 1931 y con toda razón, tomó forma masiva en la reforma agraria industrial por medio de las dotaciones ejidales y de las definiciones de la pequeña propiedad a partir de los años treinta.

En la acutalidad. Las luchas por libertad y justicia en el campo siguien de enorme importancia y, por su moral histórica y su verdad, sigue y segirán mereciendo nuestro profundo respeto, así como un apoyo apasionado y eficaz. Hoy los campesinos nos muestran en su esfuerzo cotidiano y sus prácticas diarias que estas luchas se dan de manera diferente, con reclamos distintos, con dominios directos y social, contruyendo en los hechos una nueva reforma campesina. Precisamente por eso, y como lo han hecho otros tiempos los gobiernos de la Revolución. Hoy, el gobierno, representante de la nación y al lado de los campesinos, tienen que tomar hoy en cuenta las condiciones de la república y del mundo para responder a la lucha agrarias de esta generación.

Debemos partir del reconocimiento de nuevas realidades; nuestra población está creciendo, pero nuestro territorio es el mismo. Sólo en el campo viven los 25 millones de compatriotas, casi el doble de la población que había en todo el país en 1910, y su número va en aumento. Existen 25 millones de hectáreas de labor, de ellas cinco millones son de riego, mientras que la fuerza de trabajo en la agricultura ya es: de seis millones de productores. ha crecido la producción pero la productividad no es suficiente. El minifundio se extiende tanto entre ejidatarios como entre pequeños propietarios y los campesinos tienen que trabajar más para sacar menos. En nuestro campo todavía hay mucha miseria.

El reparto agrario establecido desde hace más de 50 años estuvo bien justificado en su época, y es reconocido hoy en día por su compromiso con los campesinos. En su momento llevó justicia al campo; pero pretende, en la circunstancias actuales, continuar por el camino de antes ya no significa prosperidad para la patria ni justicia para los campesinos. No porque haya fallado la reforma agraria, sino por la propia dinámica social, demográfica y económica a la cual la reforma contribuyó. Hoy la mayoría de los ejidatarios o pequeños propietarios son minifundistas; dos

terceras partes de los campesinos que siembran maíz en el país tienen menos de tres hectáreas de tierra de temporal por familia; muchos sólo poseen surcos. Así no pueden satisfacer sus propias necesidades. El gobierno está obligado por mandato constitucional a seguir repartiendo tierras, pero desde hace años los efectos del reparto son contrarios a su propósito revolucionario, y cumplirlo no responde al espíritu de justicia de la propia Constitución. Antes, el camino del reparto fue de justicia; hoy es improductivo y empobrecedor. Seguir esa ruta sería traicionar la memoria de nuestros antepasados revolucionarios, defraudar a los campesinos ya beneficiados por el reparto y burlas a los que esperan nuevas tierras, hombres y mujeres de carne y hueso, de ideas y sueños. Con toda razón se indignarían ante repartos de pura estadística, en el papel. Nos exigen opciones productivas claras con su participación en el trabajo y para el progreso nacional.

Por eso llegó el tiepo de cambiar nuestra estrategia en el campo. Este es un momento clave. Consecuentes con los propósitos originales de libertad y justicia de la Revolución, por medio de nuestras mejores instituciones vamos a sumarnos a las nuevas luchas de los campesinos. promoveré un programa integral de apoyo al campo con recursos adicionales para capitalización, abrir opciones de proyectos productivos y de asosaciación, y proteger la vida en comunidad. Esto requiere también reformar a la legislación agraria que mantenga claramente lo ya ganado y faciliten las luchas futuras del pueblo campesino por su dignidad y bienestar. En ellos la decisión habrá de corresponder a la soberanía de este Congreso. No se trata de soluciones absolutas; tampoco de resolver el minifundio volviendo al latifundio. Pero sí sembra una nueva semilla de libertad y autonomía en el campo para que los campesinos puedan defender sus intereses y obtener bienestar, por ellos mismos, con el apoyo el respeto del Estado. Todo esto para que sus poblados, ejidos, comunidades, rancherías y otras formas de convivencia en el campo sean más democráticas, más solidos, y para que el esfuerzo de su trabajo les dé más beneficios. Ratificaremos la vigencia de las tres formas de propiedad que establece la Constitución para el campo: ejidal, privada y comunal. El ejido permanece pero promoveremos su profunda trasformación.

En 1915, la Ley Agraria zapatista tuvo por lema: "Reformar, libertad, justicia y ley. " En este espíritu y con el mismo fin, pero ante nuevas circunstancias y retos diferentes de los nuestros tiempos, proponemos reformas para garantizar de nuevo la libertad de los campesinos mexicanos en sus luchas por la justicia y por un bienestar que redunde en bien de nuestra nación.

La educación tiene que ser otra de las grandes prioridades de la acción del gobierno y de la sociedad. Los grandes momentos de la educación en México: la creación de las instituciones con Guillermo Prieto, Joaquín Baranda y Justo Sierra; la gran ofensiva contra el analfabetismo y en favor de la integración nacional de Vasconcelos, y la lucha por la cobertura de educación básica, las grandes definiciones de la educación y la creación de materias educativos de Torres Bodet, se produjeron con una profunda motivación nacionalista. Buscaron forjar e integrar una nación. Y preservar de las amenazas externas y de la disposición interna. La unidad que buscaron era el remedio para la disgregación, el aislamiento, las discordias de su tiempo. Por eso, la centralización federal a la que contribuyeron permitió unir a la nación en torno de valores comunes, de una misma lengua, de una historia propia. Por el camino de la educación fortalecimos la integración nacional. La educación fue un instrumento de justicia que abrió oportunidades donde no las había, que eliminó cotos y frenos locales, que formó profesionales de la educación con seguridad en sus empleos y que dio un principio de equidad para todo mexicano.

Este esfuerzo, que prácticamente resolvió el problema de cobertura educativa básica con el tiempo y como efecto de sus propias bondades, reconoce ahora sus límites el cambio. Necesita una reforma de calidad y vinculación con la comunidad donde ocurre. Si estamos creando nuevas relaciones entre Estado y la sociedad, ésta es una de las más significativas. Por eso, su camino futuro exige de la reformulación de los contenidos y métodos educativos con base en un principio nacionalista y con un nivel de calidad competitiva en el mundo. Su vinculación a la sociedad que educa debe trasformar su estructura, su equipamiento y su financiamiento. La gran tarea de evaluar el sistema educativo está completa y tenemos a hora no sólo un diagnóstico veridico y confiable de los problemas de la educación en todo el país, sino tabién diversos programas y métodos para lograr la educación que México necesita en las próximas décadas.

Somos una nación, y tenemos un sistema educativo apoyado en la potentosa red de escuelas en todo el país. Pero para la sociedad justa que queremos y para la exigencia del mundo de hoy, debemos acelerar los cambios. Mantendremos el sistema educativo nacional, pero acercaremos

la actualidad educativa a la escuela, alejada por el centralismo, y mejoraremos la administración. La educación pública seguirá siendo laica, gratuita en la primaria obligatoria, medio por excelencia de movilidad social. Recogeremos la riqueza de la diversidad regional. Fortaleceremos los procesos de evaluación, involucrado más a la comunidad y a la familia con la escuela. Acrecentaremos el uso de medios tecnológicos en la enseñanza. Atenderemos la seguridad en el entorno escolar.

Comprometeremos recursos presupuestales crecientes en términos reales para el sector educativo, canalizados más a resultados educativos de excelencia; haremos corresponsable a la sociedad en la provisión de recursos para la educación. Se profundizará en la interrelación curricular de los ámbitos nacionales y regional, preservando y actualizando el libro de texto gratuito y ratificado la libertad de educación. Pondremos énfasis en los ejes básicos del curriculum, destacando la historia, el idioma, las ciencias, las matemáticas y el civismo. También pondremos énfasis en el carácter académico del director y fortaleceremos el Consejo Técnico de las escuelas para que apoye el trabajo docente. Vincularemos más el sistema educativo medio y superior a la estructura productiva del país.

Debemos crear las condiciones para promover el movimiento hacia la calidad educativa. La educación en México es una facultad concurrente entre la federación, los estados y municipios, y así seguirá siendo. Tendrá ahora, sin duda, nuevos pesos más orientados hacia el municipio y los estados, que hacia la federación. Nuestro sistema educativo cuenta con muchos maestros de gran preparación y maestras de excelente capacidad. Seguiremos elevando su nivel de vida para alcanzar el salario profesional. La propuesta de cambio permitirá que la del maestro sea una profesión apreciada y respetada socialmente, y que nuestros niños y jóvenes estén mejor preparados para el México del futuro.

A las universidades públicas vamos a apoyarlas con el equipamiento que tanto necesitan. No se trata de subsidios abiertos e incriminados, sino de recurso para proyectos probados de mejoría académico y a rehacer la infraestructura deteriorada por los años de crisis.

Mejor educación significará mejor distribución de ingresos, y permitirá aprovechar las oportunidades que nos abre la interrelación económica. No olvidemos que la potencia económicas de Europa y de Asia las ha colocado en un lugar de privilegio la enorme calidad de su sistema educativo. Nuestro propósito es alcanzar esa calidad.

Mexicanos: En nuestra nación hay vitalidad y esperanza fundada. Los cambios que hemos aprendido y los que tendremos que realizar amplían las oportunidades para la mayoría de los mexicanos. Algunos llevarán más tiempo que otros; todos requerirán trabajar más, redoblar el esfuerzo, seguir actuando decididamente. Reafirmo que el país no se inicia ni concluye con una administración. Trabajamos para el presente pero, sobre todo, para un mejor futuro. En el mundo de hoy una revolución que no cambia, sucumbe ante la fuerza de las trasformaciones; pero revolución que cambia abandonando sus principios pierde su esencia y también su cumbre. Por eso, los cambios que estamos llevando a cabo permiten mantener viva a la Revolución Mexicana; cambiamos los procedimientos porque vivimos nuevas realidades internas y externas. Pero son precisamente estos medios renovados los que nos permitirán acercarnos más a los fines permanentes que son marcó la gran Revolución de 1910; defender la soberanía y la integridad de nuestra nación; amplia la justicia y las oportunidades para nuestros compatriotas; respetar la libertad y la dignidad del ser humano, y expedir la democracia y la participación organizada.

Pocas revoluciones de principios de siglo perduran todavía; hemos asumido el desafío de modernizar la nuestra por la vía nacionalista y popular, y vamos a triunfar. Lo haremos sentado mejores bases para muchos años por venir; lo haremos por construir mejores tiempos para nuestros hijos y para los hijos de nuestros hijos.

Avanzaremos con el pueblo y para beneficio de los mexicanos: de los indígenas, los campesinos, los obreros, los empresarios, incluidos los pequeños y medianos, profesionistas, intelectuales, artistas y clases medias. Para jóvenes, abriremos la educación de calidad y las oportunidades de empleo que demandan. Con las mujeres construiremos una sociedad que les dé seguridad, respeto y que aproveche sus enormes talentos. A los estados y municipios demos las posibilidades reales de desatar su gran riqueza y creatividad local, para que la diversidad, canalizada a responder a los desafío del país sea la fuente renovada de la unidad nacional.

Habrá que trabajar más, pero en condiciones más dignas de vida; habrá que seguir esforzándonos, pero con hechos de biene star al alcance de los mexicanos; habrá que seguir actuando,

pero con resultados tengibles que muestren un mejor horizonte para las familias. A lo largo de la historia, la tencidad y la laboriosidad nos ha permitido alcanzar nuestros anhelos y esperanzas.

Como Presidente de la República seguiré gobernando para todos mis compatriotas, sin distingos y sin excepciones, pero trabajaré más paras los términos constitucionales de mi mandato, mantendré apego permanente a la realidad, sin olvidar lo mucho que falta por hacer, con mi lealtad inquebrantable a la nación. Exigiré de mis colaboradores estricata disciplina, trabajo redoblado y entrega, sin distraer la tención del despacho que les ha sido encomendado para el servico de la población. Procuraré siempre que mi esfuerzo se refleje en una mejor calidad de vida de mis compatriotas.

Nuestra patria ha realizado grandes hazañas a lo largo de su historia. Hoy tiene confianza en su vitalidad y está decidida a avanzar más, y realizar un esfuerzo superior con el ánimo puesto en un mejor porvenir. México tiene voluntad de unidad y progreso. Nuestras causas son de justicia y de orgullo; nuestro propósito es el bienestar del pueblo mexicano.

Hay esperanza a lo largo de nuestra patria. Hagamos de ella realidad. Vale la pena. Es por nuestros hijos. Es por México.

¿Viva México, compatriotas! (Aplausos.)

RESPUESTAS

El Presidente: - Licenciado Carlos Salinas de Gortari, Presidente de la República; señor Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; señores legisladores federales, miembros del Congreso de la Unión; señores invitados; señoras y señores:

Por mandato de la norma constitucional y para cumplir una positiva tradición de nuestra vida republicana, el titular del Poder Ejecutivo Federal ha informado hoy a la presentación popular sobre la situación que guarda la administración pública. Se encuentra así, en un marco de respeto entre poderes, los consensos de la nación y las decisiones de gobierno.

El Informe Presidencial tiene un elevado contenido político. Es el acto formal, a través del cual se actualiza y destaca la coordinación entre los órganos Legistivo y Ejecutivo. El Informe Presidencial implica de manera necesaria el reconocimiento mutuo de instancias distintas y complementarias de un poder soberano que radica en el pueblo.

Al comparecer el Titular Ejecutivo ante este foro de representación por excelencia, se confirma la raíz y vocación popular del poder político. Es así como en este acto republicano el mandatario rinde cuentas al destinatario final de todo acto de gobierno.

En esta forma, abierta y diversificada, el depositario del mandato popular ha presentado el resumen de un año de esfuerzo, de trabajo y de acciones. No ha dado a conocer los motivos, las razones que inspiraron su gestión a lo largo de su informe. El Ejecutivo nos ha trasmitido la filosofía que sustenta e impulsa el cumplimiento de su encargo.

Como señala la ley, demos respuesta en forma concisa y general a su informe, señor Presidente. En las cámaras y en sesiones posteriores habremos de considerar, con rigor y cuidado, hechos, cifras, políticas y desempeños. Al final, habremos de expresar nuestra visión plural de este su Tercer Informe de Gobierno.

Las cámaras hablarán con su pluralidad de cómo estamos enfrentando hoy los nuevos desafíos. Hablaremos en las cámaras de las libertades en México, de la democracia y del estado de derecho. Haremos un análisis constructivo de cómo se están fincando las nuevas bases de la sociedad en el tránsito de México hacia el siglo XXI.

Al asumir la responsabilidad de dar respuesta en nombre del Congreso General al informe del Titular del Poder Ejecutivo, lo hago ubicando las acciones de este Congreso en su contexto constitucional; lo hago ratificando las relaciones de dignidad y de respeto que se dan entre los Poderes de la Unión.

Hoy, nuestro tiempo se corresponde con la necesidad de una nueva y mayor colaboración de los poderes, que sea garantía de la eficiencia en las tareas que a cada autonomía corresponden y de la concurrencia en el esfuerzo conjunto, que finalmente a todos nos compete.

Esta Legislatura tiene un claro concepto de su responsabilidad histórica ante la nación. Hoy México cambia y los legisladores federales estamos decididos a participar en el nuevo cauce de ese proceso. Tenemos muy exactos los nuevos tiempos que vive México, inmersos por supuesto en los nuevos tiempos que está viviendo el mundo;

ni queremos, ni podemos sustraernos a nuestros tiempos. La revolución de las libertades recorre el mundo, nos desafía en México a encontrar cauce inéditos a la energía ciudadana. Hemos de crear novedosas formas para nuestro desempeño individual y colectivo. Nos esperan nuevos retos, hemos de edificar nuevas instancias y abrirles nueva vías a nuestra democracia.

La LV Legislatura reconoce el valor, el enorme valor que tiene el diálogo político con las diversas formaciones partidiarias por la coincidencia en la superación de los problemas nacionales. Privilegiar este camino de acercamiento, explicación y enriquecimiento de puntos de vista diversos, sigue siedo fórmulas de excelencia en el desarrollo político nacional.

Hemos conocido la relación de los esfuerzos y de resultados. Sobre lo actuado tendrá que recaer una valoración plural, amplia, fincada en un análisis que nos permita seguir haciendo más y mejores cosas.

En este Congreso, en cada Cámara, examinaremos con detalle la relación entre la acción de gobierno y la iniciativa de la sociedad para reformarse. La otra parte de nuestro trabajo tiene un alcance mayor, ha de sustentarse en la consideración de las acciones para tener así la posibilidad de poner otras que coadyuven en la tarea de general del gobierno. De esta manera habremos de participar en todo aquello que tendrá que ser realizado, aquellos que consatituirá los nuevos hechos.

Desde la diversidad de este Congreso, vemos la realidad con ojos de futuro, buscamos la congruencia en el proyecto, mantenemos la fidelidad a los principios, reconocemos, en suma, la presencia de nuevas exigencias que en otras latitudes han hecho caer ideologías, estructuras, formas que apenas hace poco tiempo a todos parecían inconmovibles.

El Poder Legislativo mexicano, con su perfil de pluralidad y su preucupación por engrandecer a México tendrá que profundizar en los contenidos del informe y emitir su opinión política sobre ellos. Con la mayor seriedad y respeto cumpliremos este trabajo. Hoy, por lo tanto, me toca la obligación de responder al informe rendido en el marco de nuestra competencia, como un órgano de poder autónomo.

Esta Legislatura inicia sus trabajos sustentados en el legado de una larga trayectoria cameral, con los aportes, los aciertos, los debates y también los corredores de 54 legislaturas.

Tenemos la responsabilidad de continuar con la tradición, la historia y las contribuciones de tantos mexicanos que han fortalecido nuestro Poder Legislativo, pero también ahora, con toda franqueza, hay que reconocer los signos del cambio y sus imperativos que hacen que nuestra responsabilidad sea aún mayor.

Los temas torales para la vida nacional que usted ha señalado en su informe señor Presidente, sin duda motivarán el análisis, la reflexión y en su caso las determinaciones del Congreso a través de sus cámaras. Al hacerlo, habremos de cohesionarnos por el debate y la discución libre, habremos de encontrar formas que priviligien la discución amplia de nuestras diferencias, que nos lleva como órgano de poder, a elaborar una propuesta consensual que responda a la nueva realidad de México. Ese es el marco de nuestra inmediata acción legislativa, buscar las normas, las leyes que estructuren un nuevo orden jurídico que permita alcanzar también nuevos equilibrios entre las aspiraciones de las sociedades y los fines del Estado.

La mayor comunicación entre los poderes es el principio de un mejor y más eficaz colaboración. El Poder Legislativo Federal cumplirá con exactitud las facultades que la Constitución le asigna como órgano encargado de crear y modificar el orden jurídico nacional, como órgano de fiscalización y vigilancia de la Administración Pública Federal. Cumpliremos, no sólo ejerciendo a plenitud nuestras atribuciones, sino sumando propuestas y consideraciones a la tarea de gobierno, propuestas y consideraciones surgidas de la discución y aportaciones plurales, propuestas y consideraciones que siempre tendrán que ver sólo con el interés superior de México.

Señor Presidente: El Poder Legislativo Federal recibe hoy su Tercer Informe de Gobierno. Nuestros análisis será acucioso, de buena fe y particularmente propositivo. Diversas concepciones permitirán juicios también distintos. Buscaremos coincidencias y daremos el mayor respeto a nuestras diferencias. En unas y en otras está la esencia del trabajo de un Congreso plural como el nuestro, como el de México; en unas y en otras está la fortaleza de Poder Legislativo mexicano. Gracias (Aplausos.)

Se ruega a la comisión encargada para acompañar al seynor Presidente de la República al retirarse de este recinto, cumpla con su cometido.

ACTA DE LA PRESENTE SESIÓN

El Presidente: -Proceda la Secretaría a dar lectura al acta de esta sesión de Congreso General

El secretario diputado Everardo Gámiz Fernández:

"Acta de la Sesión de Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, celebrada el día primero de noviembre de mil novecientos noventa y uno, correspondiente a la instalación del Primer Año de Ejercicio de la Quincuagésima Quinta Legislatura.

Presidencia del diputado Fernando Ortiz Arana.

En la ciudad de México, Distrito Federal, siendo las diez horas con treinta y nueve minutos del día primero de mil novecientos noventa y uno, con una asistencia de cuatrocientos ochenta y siete diputados y sesenta y un senadores, el Presidente declara abierta la sesión.

Puestos todos de pié, el Presidente declara: "El Quincuagésimo Quinto Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, abre hoy, primero de noviembre de mil novecientos noventa y uno, el Primer Período de Sesiones Ordinarias de su Primer Año de Ejercicio Constitucional".

La Secretaría de cuenta con los nombres de los legisladores que integran las comisiones designadas de acuerdo con el artículo once del Reglamento.

Se da cuenta con el acuerdo parlamentario que norma la sesión de Congreso General, e inmediatamente después concede la palabra a los representantes de los partidos políticos que integran la Quincuagésima Quinta Legislatura.

Terminadas las intervenciones de los ciudadanos legisladores, se ordena un receso en espera del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

Receso.

A las once horas con un minuto, se concede el uso de la palabra al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, quien informa sobre el estado que guarda la administración pública a su cargo.

El Presidente del Congreso General, de respuesta constitucional al informe del Presidente de la República.

Por instrucciones de la Presidencia, la Secretaría da lectura al acta de la presente sesión."

Está a discución el acta... No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba.

Los ciudadanos legisladores que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo poniéndose de pie. Aprovada señor Presidente.

El Presidente (a las 13.20 horas): - Se levanta la Sesión de Congreso General y se recuerda que habrá Sesión de Cámara el próximo martes a las diez horas.