Presidencia
del Congreso
Diputado Ricardo Frrancisco García Cervantes |
ASISTENCIA
El Presidente del
Congreso: |
Solicito a la Secretaría dé conocimiento a esta
Presidencia del resultado del cómputo de asistencia de los diputados.
El secretario
diputado Manuel Medellín
Milán: |
Se informa a la Presidencia que se han registrado
previamente 408 diputados.
El Presidente del
Congreso: |
Solicito al Secretario de la Cámara de Senadores haga
del conocimiento de esta Presidencia la asistencia de senadores.
La secretaria
senadora Rita María Esquivel
Reyes: |
Señor Presidente, con base en el registro previo de
asistencia de la Secretaría, se informa que están presentes 113 senadores.
El Presidente del
Congreso
(a las 17:10 horas): |
Se abre la sesión, habiendo quorum, de
Congreso General.
El secretario
diputado Manuel Medellín
Milán: |
Se suplica a todos los presentes ponerse de pie.
DECLARATORIA DE APERTURA
El Presidente del
Congreso: |
El Congreso de los Estados Unidos Mexicanos,
abre hoy, 1o. de septiembre del 2000, el Primer Periodo de Sesiones Ordinarias del Primer
Año de Ejercicio de la Quincuagésima Octava Legislatura.
Se procederá a entonar el Himno Nacional.
(Himno Nacional.)
COMISIONES REGLAMENTARIAS
Y DE CORTESIA
El Presidente del
Congreso: |
En virtud de que cada una de las cámaras al
constituirse designó las comisiones de cortesía a que se refiere la Ley Orgánica y el
Reglamento del Congreso, esta Presidencia ruega a los legisladores integrantes de las
mismas, procedan en su oportunidad, a cumplir con el cometido asignado por sus cámaras.
INTERVENCIONES PARTIDISTAS
El Presidente del
Congreso: |
De conformidad con lo que establece el artículo 7o.
numeral dos de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos,
harán uso de la palabra los siguientes legisladores:
Del Partido Alianza Social, el diputado José Antonio Calderón Cardoso.
De Convergencia por la Democracia Partido Político Nacional, el diputado Angel Enrique
Herrera y Bruquetas.
Del Partido de la Sociedad Nacionalista, el diputado Gustavo Riojas Santana.
Del Partido del Trabajo, el diputado Alberto Anaya Gutiérrez.
Del Partido Verde Ecologista de México, el senador Jorge Emilio González.
Del Partido de la Revolución Democrática, el diputado Martí Batres Guadarrama.
Del Partido Acción Nacional, el senador Jorge Zermeño Infante.
Del Partido Revolucionario Institucional, la diputada Beatriz Paredes Rangel.
En tal virtud, se concede el uso de la palabra al diputado José Antonio Calderón
Cardoso, hasta por 15 minutos.
El diputado José Antonio Calderón
Cardoso: |
Con el permiso de la Presidencia; diputadas y
diputados; senadoras y senadores presentes; ciudadanas y ciudadanos:
La Cámara de Diputados del Congreso de la Unión inició la toma de protesta de las
diputadas y diputados, realizando acuerdos para la designación de las comisiones
legislativas en un marco de exclusión de las fracciones parlamentarias minoritarias a
cualquier cargo de gobierno de la Cámara.
Con estas actitudes es muy claro que los grupos parlamentarios mayoritarios corren el
riesgo de traicionar los valores democráticos que ofrecieron representar a los electores
mexicanos.
Las actuales mayorías nos han mostrado señales de intolerancia, de rechazo al diálogo y
de ataque al derecho a la diferencia que representamos la diputada y el diputado de
Alianza Social, que es una nueva fuerza ciudadana.
Resulta trágica la negativa de las arrogantes mayorías para vivir a cabalidad los
principios y los valores de la democracia dentro de esta Cámara. Las minorías somos
desoídas, avasalladas y lastimadas en nuestra dignidad parlamentaria.
Las fuerzas parlamentarias mayoritarias le deben respeto a la diferencia y a las minorías
como un valor democrático en todas las esferas de la actividad humana. Para nosotros
conlleva un enorme reto moral luchar por el derecho de las minorías, ello nos representa
un deber político, por lo cual convocaremos a los hombres y las mujeres libres y
revolucionarios, a manifestarnos públicamente para dinamitar los últimos vestigios del
anciano régimen.
Recordemos que el autoritarismo vivió gracias a la complacencia de una oposición leal
que simulaba ser oposición y que hoy, hoy que ella es gobierno, no nos muestra que
efectivamente inicie el gran proyecto de la democracia, desde el seno del Poder
Legislativo. La democracia no será posible sin diálogo con las minorías y sin su
participación plural en los órganos decisorios de la vida política; porque aquella
mayoría que atenta contra los derechos de las minorías, atenta contra la democracia.
Los diputados de Alianza Social tenemos muy clara la filosofía política que queremos
instaurar: queremos que los poderes del Estado promuevan el derecho a la diferencia, el
respeto absoluto y completo de todas las prerrogativas y facultades que la ley le confiere
a las minorías de cualquier signo, así sea ético, económico, religioso, cultural,
político y ecológico. Queremos un gobierno de leyes, no de hombres; queremos que los
órganos de gobierno sean abiertos a la voluntad ciudadana en la toma de sus decisiones;
que haya racionalidad y una vocación humanista, para que toda acción de gobierno sea a
favor del desarrollo integral de las capacidades de todos los mexicanos de cualquier edad,
pero especialmente de quienes más necesitan de la solidaridad social, de los 71 millones
de pobres que viven en el territorio nacional.
Nos resulta evidente, compañeros legisladores, que en caso de no haber rectificaciones en
la Cámara, que los grupos parlamentarios mayoritarios han comenzado a defender los
intereses de la oligarquía, del capital y del mercado globalizado que están detentando
el control de las comisiones legislativas para impedir que desde ellas se trabaje en la
producción de propuestas políticas en bien de los principios de la soberanía, la
independencia, el nacionalismo y de quien menos tiene. Eso habremos de revertirlo mediante
la lucha auténticamente democrática a través de la permanente consulta a los ciudadanos
para obtener propuestas inteligentes e imaginativas de los hombres y mujeres que aman
verdaderamente a México.
Alianza Social, por otra parte, quiere expresar su reconocimiento a la participación
cívica de los mexicanos y mexicanas que votaron el 2 de julio, a los candidatos que
promovieron la discusión pública electoral en todas las plazas, a todos los ciudadanos
que fungieron como representantes de casilla o de partido, a los consejeros electorales, a
todos los consejos del IFE y al Presidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León,
cuyo reconocimiento de los resultados electorales fue un claro pronunciamiento a favor de
la civilidad de la competencia electoral; un pronunciamiento que despertó un nuevo ánimo
de aliento a la nación que nos permite volver a creer en nosotros mismos y a creer en un
futuro mejor.
En este reconocimiento también queremos dejar constancia de la labor del ingeniero
Cuauhtémoc Cárdenas, que tiene un lugar señalado por su promoción de la voluntad
popular que encauzó hacia la transición pacífica y democrática para lograr la
alternancia en la presidencia de la República.
Reciban un fraternal saludo las ciudadanas y ciudadanos nacionalistas que libremente nos
agrupamos en la Alianza por México que representó un ejercicio plural y que enriqueció
la cultura democrática por su vocación de respeto a la diversidad de las fuerzas
políticas emergentes.
Las nuevas fuerzas partidistas estaremos presentes en las cámaras con el deber
constitucional y legal de recibir el informe y analizar objetivamente lo que señale el
Presidente de la República.
En este VI Informe de Gobierno del Presidente no podemos dejar de advertir el estado que
guarda la población del país, que es un desastroso estado por la injusta distribución
de la riqueza económica, pues existen 71 millones de pobres, de los cuales 30 millones
son producto de la actual administración.
Nueve de cada 10 mexicanos se encuentran en niveles de ingreso personal inferiores a los
alcanzados en 1994, al tiempo que una docena de mexicanos acumulan fortunas insultantes
equivalentes al total de las percepciones anuales del 40% de la población del país.
Mientras siga habiendo unos pocos que tienen mucho y unos muchos que tienen poco, la
afirmación de que arribamos a la normalidad democrática será una expresión incompleta.
Sin igualdad funcional no hay democracia.
Si a nuestra transición no le damos contenido social corremos el riesgo de estancar
nuestro desarrollo democrática.
La Administración Pública Federal guarda un estado de irracionalidad de la distribución
del gasto público. Por una parte, el rescate bancario y carretero recibieron recursos 50
veces superiores a los orientados al rescate de las decenas de millones en pobreza extrema
que, por otra parte, fueron solamente atendidos por el Progresa 5 millones de ellos.
El Gobierno Federal no promovió reformas administrativas en abono de la eficacia y
transparencia en la recaudación fiscal y del sistema tributario, sino que promovió de
facto una paulatina desgravación de los grandes capitales a través de diversas fisuras
de la norma.
La gobernabilidad del régimen careció del respaldo popular para emprender reformas
tributarias acordes al principio de justicia social, lo que nos permite señalar que la
presente administración que termina fue un régimen neoliberal con la implicación del
grave sometimiento de la soberanía nacional al mercado mundial, en perjuicio de la
población mexicana.
El actual gobierno continúa el proceso de descentralización de la administración
pública, transfiriendo de manera inadecuada responsabilidades y competencias a los
estados, las cuales nos arrojan, hasta este momento, resultados desastrosos.
Hoy existe un desabasto hospitalario en el sector público y un progresivo deterioro de la
calidad del sistema de la educación pública que son dos ejemplos graves de la debacle y
deficiente descentralización, descentralización que más bien está desmantelando la
política de gasto social, a pesar de la increíble coexistencia de un cuantioso
superávit del erario federal.
La administración federal nos ha ocultado que de acuerdo a cifras del Ceneval hoy el
22.5% de los aspirantes a ingresar al nivel de educación media superior ignoran que
Miguel Hidalgo promovió la independencia del país.
Debido a la improvisada descentralización de la administración pública nos encontramos
con que más de 23 mil millones de pesos descansan inútiles en las arcas de la
tesorería.
Históricamente, amigos legisladores, estamos asistiendo al término constitucional del
periodo del presidente Zedillo. La Presidencia se transferirá pacíficamente a un
presidente electo de un partido distinto, quien habrá de entregar las riendas de un país
que vive expectante por los posible beneficios de la alternancia democrática.
Sin embargo, y paradójicamente, no dejaremos de reconocer que la pésima gestión
terminará en medio de un ambiente festivo y de esperanza que está viviendo la mayoría
de mexicanos porque su gestión a favor de los ricos no empaña la esperanza ciudadana en
la democracia y en la alternancia partidista para corregir el rumbo de la nación.
Tenemos confianza de que podremos derribar los últimos muros del autoritarismo y de las
acostumbradas concertacesiones políticas. El diálogo y la razón son las únicas armas
con las que contamos los diputados democráticos, debemos emplearlas para rechazar el mal
y apoyar el bien, vengan de donde vengan. Tal es la intención de nosotros, los
legisladores de Alianza Social.
109, 110 y 111
La transición del 2 de julio, que se refiere al cambio en el
Ejecutivo Federal y a la pluralidad en este Congreso, no será completa si nosotros no
erradicamos la cultura propia del antiguo régimen de no liquidar sus usos y costumbres,
entonces estaríamos ante un cambio de fachada o un simple gatopardismo.
La realidad deberá ser enteramente distinta después del 2 de julio. Para ello es urgente
que propongamos una reforma constitucional que logre la plena vigencia de la democracia
representativa y participativa, la implementación del referendum, el plebiscito, la
iniciativa popular, la vigilancia ciudadana y la revocación del mandato.
Finalmente, los diputados de Alianza Social queremos reiterar que para un pueblo con 71
millones de pobres y con uno de los perfiles de distribución de ingreso más desiguales
del mundo, una constitución política que no tenga carácter social y redistributivo o
permítanme decirlo en otros términos, si no representa una clara defensa preferencial
por los pobres, resultará absolutamente incapaz de contener las tensiones y las
fricciones internas que hoy asolan a la nación, las cuales pueden representar su fractura
como Estado y perder por tanto su independencia.
Un Estado social de derecho existe que Estado y sociedad sean garantes eficaces contra la
exclusión y los desgarramientos del tejido social. Postula que la solidaridad es la
verdadera base de toda ciudadanía. Adopta como punto de partida el respeto esencial a la
dignidad del hombre y la mujer y adopta como instrumento principal un constante y renovado
compromiso societario contra sus flagelos seculares: la miseria, el aislamiento, la
injusticia y el dolor.
El Estado social de derecho que proponemos es en esencia un pacto contra la exclusión. De
este pacto dimana su fuerza y justificación. Ser ciudadano en un Estado social de derecho
es no estar solo, es apoyarse en otros, es apoyar a otros. Si no adecuamos nuestras
instituciones el vínculo que nos une corre un grave riesgo de ruptura. Para los
ciudadanos que conformamos Alianza Social el futuro de México, señoras y señores
legisladores, está indisolublemente unido al futuro de los millones que conforman la
nación mexicana.
Muchas gracias.
El Presidente del
Congreso: |
Recuerdo a los diputados y senadores que harán uso de
la palabra, que conforme a las disposiciones de la Ley Orgánica, se concede hasta por 15
minutos.
Tiene la palabra, del Partido de la Sociedad Nacionalista, el diputado Gustavo Riojas
Santana...
Se cede la palabra al diputado Angel Enrique Herrera Bruquetas, hasta por 15 minutos, del
Partido Convergencia por la Democracia.
El diputado Angel Enrique Herrera y
Bruquetas: |
Con su venia, señor Presidente; honorable Congreso de
la Unión; distinguidos invitados; señoras y señores:
Felizmente y para bien de la patria termina el más mediocre sexenio de la historia
contemporánea. ¡Ernesto Zedillo empezó mal y terminó peor: simulaciones, inercias,
inseguridad, irresponsabilidades, demagogia, ineptitud! Fuimos seis años un barco sin
timón, navegando por aguas fangosamente turbias.
A un Presidente se le juzga por su obra y también por sus colaboradores. Elegir es
elegirse. El tamaño del actual Presidente de la República como gobernante lo define su
errático ejercicio administrativo, así por ejemplo como su muy cercano colaborador,
Espinosa Villarreal, supremo exponente del funcionario ideal que apoyaba y distinguía el
Presidente.
El tema de la creciente pobreza de las mayorías, el de la democracia, el de la seguridad
pública, el tema de la independencia y soberanía nacionales, el tema de las
devaluaciones encubiertas, se expresan todos ellos enpalabras, pero fundamentalmente se
reconocen en los hechos de gobierno.
Pocos trazos definen al Presidente que venturosamente se va. La investigación del crimen
de Estado cometido en contra de la persona de Luis Donaldo Colosio, queda sospechosamente
no aclarada. El error de diciembre partió a la economía del país en dos y la paridad
monetaria de esa fecha al día de hoy, nos deja una depreciación del 300%.
El problema de Chiapas, tan importante para la agenda nacional, fue saboteado, enturbiado
y olvidado desde Los Pinos. ¡El prometido "Bienestar para la Familia" nunca,
pero nunca llegó!
¡Zedillo es el Fobaproa, es Acteal y es Aguas Blancas!
El fallo del pueblo es irrevocable. Salgamos a las calles y preguntemos a lo largo y a lo
ancho de toda la geografía nacional cómo califican los que nada tienen, la obra de
Zedillo. La respuesta será reveladora. La herencia ideológica, política y teórica de
aquel malandrín llamado José María Córdoba, empobreció crecientemente a las mayorías
y enriqueció hasta límites intolerables a las clases privilegiadas de siempre. Sirvió a
los menos y les dio la espalda a los más, por eso ya va siendo hora de juzgar como se
debe y con todo el rigor del caso a los presidentes, sin evitar llegar hasta donde sea
necesario si su conducta así lo amerita.
Democracia es la palabra sustantiva de nuestro tiempo. Todas las inquietudes de la
sociedad política y de la sociedad civil se han dirigido hacia ella. Se ha buscado
afanosamente una democracia donde la libertad sea parte integrante de la justicia y en la
que la justicia legitime plenamente el ejercicio público de la libertad. No queremos una
democracia en la que pocos estén de acuerdo con pocos, sino una democracia en la que
muchos estén de acuerdo con muchos.
México salió enriquecido de la jornada electoral del 2 de julio. Tenemos un pueblo que
se afirma y que lo demuestra en las urnas. Nos hemos rejuvenecido como país
sorprendentemente. Ha sido el producto innegable de un esfuerzo sistemático de
imaginación, de lucidez, de valor y de suprema honradez de todos los ciudadanos,
Profundizar en la democracia es el reto, la magnitud y la simultaneidad de los grandes
problemas a enfrentar exige la construcción de un gran consenso básico que involucre a
la gran mayoría de la sociedad.
Se gobierna a través del ejemplo o no se gobierna; ética y política van por caminos
paralelos, la moral es una sola y la casa del político debe ser de cristal y está bien
que así lo sea porque un país que se respete no puede construirse a base de crímenes y
de impunidades, a la fuerza de la corrupción hay que oponer el indestructible baluarte de
la fuerza del derecho, a la intriga y a la deslealtad hay que enfrentarle el cinismo en
plan de indomable adversario, el pueblo mexicano esta urgido de que se le reinstale la
esperanza en los valores legítimos de la patria.
Luchemos porque la democracia política dé paso a la democracia económica, aquélla que
busca afanosamente una mejor calidad de vida para todos; lo imposible parece hoy posible,
la democracia del dedo murió y este país cargado de siglos y de historia conoce la
prueba de la verdad del sufragio.
Hoy, con el VI Informe de Gobierno concluye el último acto de un proyecto de nación
neoliberal profundamente desigual e injusto. Pronto empezaremos a ver actuar a un nuevo
gobierno y es ahí donde juzgaremos su congruencia y su eficacia o donde condenaremos su
engaño o su ineptitud; hechos, muchos hechos son los que reclama la nación, no más
palabras y menos, mucho menos engaños. La paciencia popular, virtud ciudadana por
excelencia se agota, no es eterna, es una profunda verdad que la rectitud en el quehacer
político y el vigor ético en su instrumentación son los resortes básicos de un
gobierno genuinamente democrático.
De ahí la necesidad de una crítica permanente y vigilante que sirva para la
preservación de los más altos y genuinos valores de la nación, la soberbia del
tecnócrata es la antítesis del sentir republicano, quien gobierna por seis años a su
capricho es un demócrata o es un monarca; libertad, justicia y democracia no se realizan
por sí solas con la alternancia en el poder, es preciso defenderlas, provocarlas,
sostenerlas, sus bases se hayan en la distribución y entrañas ciudadanas maduradas por
el debate parlamentario, garantizadas por el consenso legitimador y por la presencia
responsable y vigilante de cada uno en el quehacer de todos.
Estamos ante el nacimiento de un nuevo tiempo político, tiempo de espera y de esperanza;
todo una confianza compartida en lo que puede llegar a ser México toca a la puerta. La
filosofía política contemporánea, hija de las preocupaciones crecientes del siglo que
se fue, había denunciado ya hace algún tiempo los peligros que encierra para la
conciencia de nuestra época la muerte de la esperanza.
Los jóvenes que arrancan con el siglo, no pueden confiar su propio destino a los milagros
de una tecnocracia calificadamente inútil para redescubrir el valor del ser humano y el
sentido de la historia. Como nos hace falta ese patriotismo que pone voluntad en los
corazones y cómo nos estorba esa indiferencia y cobardía que hace vanas y tristes las
palabras: justicia, trabajo, seguridad y dignidad.
Quien no se sacrifica por el futuro de los suyos, no puede entender al que lo hace. La
verdad suprema de la política está en la acción; el deber de los ciudadanos es estar
ahí, donde sean más útiles. ¡Empecemos a caminar!
Muchas mexicanas y muchos mexicanos esperan resultados tangibles de esta legislatura, no
los defraudemos. ¡La nación nos lo exige y la historia, la historia nos lo reclamará
algún día!
El Presidente del
Congreso: |
Se concede el uso de la palabra al diputado Gustavo
Riojas Santana, del Partido de la Sociedad Nacionalista.
El diputado Gustavo Riojas Santana: |
Gracias, señor Presidente:
Integrantes del Poder Judicial; señoras y señores legisladores; miembros del gabinete;
mexicanas y mexicanos:
Con el informe que hoy se nos presenta a todos los mexicanos, finaliza una etapa en la
vida de nuestro amado México: el poder continuo de una era priísta en la Presidencia de
la República, llega a su fin y la historia juzgará mejor que nosotros, los partidos
políticos, los verdaderos avances o retrocesos, equivocaciones o aciertos,
incumplimientos o realidades a nuestro pueblo y a nuestra nación.
Si bien es cierto que estamos viviendo un proceso de transición democrática y que
algunas cosas han cambiado, también lo es, tendremos que admitirlo, que nos queda mucho
trabajo y camino por transitar; desafortunadamente, aún no se alcanza entre los mexicanos
un estadio superior de comunicación entre Gobierno y ciudadanos.
El uso político indebido que se hizo de las generaciones pasadas, nos deja un endeble
andamiaje de compromiso moral con la patria y con la construcción de un México moderno y
democrático.
En la percepción del Partido de la Sociedad Nacionalista, se nos hereda a los mexicanos
un estado de derecho debilitado, una desestabilización social en ciernes, un país con
las grandes mayorías empobrecidas y una inseguridad creciente. Son las promesas
incumplidas a las mexicanas y a los mexicanos, las que lastiman y ofenden; son las
promesas incumplidas de los gobiernos las que provocan el distanciamiento y la falta de
solidaridad que debemos tener todos; es la necedad, es la necedad y la soberbia principal
elemento de alejamiento entre Gobierno y ciudadanos, entre partidos políticos y
autoridades. Es la falta de respeto y de compromiso con nuestra gente la que nos ha
separado y enfrentado en muchas de las ocasiones. Es, por otro lado, la marginación y la
injusticia, madre de toda violencia, la que aún hasta estas fechas nos muestra los
exiguos resultados que podemos haber tenido.
Continuamos llevando como una vergüenza lacerante ante nosotros y ante las nuevas
generaciones, la pobreza extrema, la falta de oportunidades y la injusticia social.
La unidad y reconciliación nacional, el resurgimiento de nuestro orgullo, el sentimiento
de pertenencia, la verdadera defensa de nuestra soberanía y la autodeterminación que los
mexicanos debemos tener en todos y cada uno de los aspectos económicos, políticos y
sociales, es y debe ser obligación de todos.
¿Cómo exigir al mundo respeto para nuestro país, trato justo y equitativo, si en muchas
ocasiones al interior no nos respetamos? ¡Cómo pedirle a los jóvenes de hoy y del
mañana que empiecen a volar, si vemos a los adultos arrastrándose permanentemente con
posiciones de sumisión vergonzante y entrega mezquina y mercantilista! Para el Partido de
la Sociedad Nacionalista, nuestro proyecto es y será un México para los mexicanos, un
México justo y democrático, un México de oportunidades y sobretodo de respeto a todas y
cada una de las mexicanas y mexicanos que habitamos este hermoso país.
112, 113 y 114
Por eso, nos hemos fijado como meta colocar al nacionalismo
como eje de la toma de decisiones políticas y económicas, que permitan el desarrollo
sustentable de nuestra nación.
En el Partido de la Sociedad Nacionalista lucharemos para que la pluralidad no sea o no
continúe siendo mensajes de campaña y letra muerta en la realidad. Impulsaremos el
derecho de participación política que tenemos todos y cada uno de los mexicanos,
derechos consagrados en nuestra Carta Magna. Por lo que, los nacionalistas seremos los
cimientos y estructura para la consolidación plena de la transición democrática.
Nacionalismo y ser nacionalista no significa pertenecer a una organización o partido
político; ser nacionalista significa luchar permanentemente por el bienestar de todas y
todos los mexicanos; es impulsar a nuestro país a ser nuevamente un líder moral y
auténtico de los demás países. Ser nacionalista significa el pensar que por encima de
la lealtad y compromisos partidistas, está el interés supremo de la nación.
Los nacionalistas decimos que por encima de la lealtad está el honor a la patria.
En el Partido de la Sociedad Nacionalista sentimos que algunos no han evaluado
objetivamente lo que somos y cómo logramos constituirnos como partido político nacional.
Se olvidan o no saben y no quieren hacer el mínimo esfuerzo de investigación, de los
antecedentes, logros y participación permanente que hemos tenido.
Hay personas que no logran comprender cómo puede existir un partido sin grandes y
connotados personajes políticos, cómo puede existir un partido sin ataduras ni
compromisos. Les es difícil entender cómo pudo estructurarse un partido político
nacional sin mecenas, padrinos o la aprobación de los grandes jerarcas de la política
nacional. No pueden aceptar que existimos mexicanos osados que rompemos con la añeja
tradición de formar partidos con dinosaurios o camaleones.
El Partido de la Sociedad Nacionalista participó en la Alianza por México porque
consideramos que el proyecto que presentó el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano,
fue un proyecto nacionalista, dirigido al bienestar y progreso de las mayorías,
respetuoso de la naturaleza ideales de la mujer y del hombre e impulsa e impulsaba a la
unidad nacional y al resurgimiento de nuestro orgullo que como mexicanos tenemos.
Participamos en todo el país, pero específica y puntualmente en 19 distritos
electorales, enmarcados principalmente en los estados de Guanajuato, Jalisco, Nuevo León,
Querétaro y San Luis Potosí, con candidaturas de mexicanas y mexicanos profundamente
nacionalistas; los resultados de nuestra participación no fueron los que hubiéramos
deseado, pero de ninguna manera fueron menores a los obtenidos por el Partido de la
Revolución Democrática en las elecciones de 1994 y 1997.
Aceptamos la crítica y reconocemos nuestros alcances, pero de ninguna manera aceptaremos
los señalamientos provenientes de la falta de información, de la falta de objetividad y
de la falta de profesionalismo y ética.
En el Partido de la Sociedad Nacionalista contamos con 6 años de lucha permanente en el
impulso del nacionalismo en México y un año, un año como partido nacional.
Después de 6, 12, pero seguramente antes de 62 años seremos serios contendientes a la
Presidencia de nuestro país.
El derecho de participación en los asuntos de la vida nacional, es un derecho
constitucional de todas las mexicanas y mexicanos, el deseo fascistoide de algunos, de
dejar dos o tres expresiones en los diferentes ámbitos del quehacer político es igual
que el querer monopolizar en dos o tres industrias o televisoras o radiodifusoras o
periódicos y negar la existencia de toda nueva expresión u organismo en México, es
tanto como dejar a un lado a los más de 20 millones de mexicanos que se abstuvieron en
las pasadas elecciones obligándolos a decidirse o permanecer en abstención al no
ofertarles nuevas expresiones políticas.
Por otra parte, en el ámbito de la agenda legislativa, manifestamos nuestra disposición
para coincidir en lo programático, ideológico y en lo político con todas aquellas
propuestas, provengan de donde provengan, que busquen el fortalecimiento de un estado
nacionalista que quiera avanzar en un país de políticas públicas, de valores, de
rendición de cuentas, de transformación, de bienestar social para todos los mexicanos.
El compromiso de los nacionalistas es con la mayoría de los mexicanos, con los
marginados, con la clase media soporte de la economía nacional, con el magisterio, con
las mujeres y los jóvenes, con las personas de la tercera edad, con los discapacitados y
con los pueblos indígenas.
Somos un partido de reciente registro, pero no por ello carente de propuestas, de
energía, de compromiso con México o de iniciativas. La falta de atención y apoyo al
magisterio ha provocado que nuestro nacionalismo se vea disminuido y que el arraigo a
nuestras raíces y a nuestras costumbres se vaya perdiendo cada día más. Qué mejor
inversión a un país, coincidimos todos, que la educación, pero los nacionalistas
decimos: qué mejor inversión que el apoyo justo y permanente a los principales
impulsores del amor a la patria, a la unidad nacional, al respeto de nuestras
instituciones y a la creación de generaciones con un alto sentido de responsabilidad en
sus obligaciones con México.
El deber de los nacionalistas es frenar y revertir la tendencia privatizadora de nuestras
áreas estratégicas, como son los recursos naturales; los espacios aéreos, marítimos y
terrestres; la intervención extranjera, la postración y sumisión ante los grandes
consorcios.
Los nacionalistas decimos: no más renaves, fobaproas, rescates carreteros o de cualquier
otra índole que afecten los intereses de los mexicanos.
En cuanto al informe que de su mandato rinda el doctor Ernesto Zedillo Ponce de León,
esperamos que no contenga omisiones y que por primera vez con la responsabilidad que el
cargo que tiene, nos diga verídicamente el estado en que deja a la nación.
De lo anterior para los nacionalistas, este sexenio fue un gobierno de voluntades y de
promesas, en donde se benefició a unos cuantos y se perjudicó a millones, donde las
tecnocracias aplastaron el compromiso social, en donde la intransigencia y la soberbia
pudo más que el bienestar de las mayorías, en donde los rescates y privatizaciones
fueron ideología, en donde existió dos méxicos: el de los discursos y el de las
realidades.
Finalmente, el Partido de la Sociedad Nacionalista quiere hacer un gran reconocimiento a
los nacionalistas más grandes de México: nuestras fuerzas armadas. Organismo que
salvaguarda la soberanía nacional y que rescata lo mejor de nuestros valores costumbres.
Son pues, las fuerzas armadas bastión del nacionalismo y no por unos cuantos los
mexicanos dejaremos de sentirnos profundamente orgullosos de esta institución.
El impulso a un nacionalismo sano, moderno, pensante, es tarea de todos los mexicanos y
sobretodo obligación de todos los actores políticos. En el Partido de la Sociedad
Nacionalista creemos firmemente, que el cumplimiento de nuestras obligaciones, de todas y
cada una de las mexicanas y mexicanos, deberá ser el principal elemento para la exigencia
de nuestros derechos.
Los nacionalistas hemos llegado a una postura firme e irrevocable: México para los
mexicanos, recordando que la patria es primero.
Muchas gracias.
El Presidente del
Congreso: |
Se concede el uso de la palabra al diputado Alberto
Anaya Gutiérrez, del Partido del Trabajo.
El diputado Alberto Anaya Gutiérrez: |
Con su permiso, señor Presidente; compañeras y
compañeros legisladores; señoras y señores:iniciamos hoy los trabajos de la LVIII
Legislatura, la cual repite su conformación pluripar tidista, sin que alguna fuerza
política por sí misma tenga la mayoría absoluta en ninguna de sus cámaras. Tenemos
como reto concretar la plena vigencia de la división de poderes que por tantos años fue
letra muerta.
La anterior legislatura dio los primeros pasos hacia una relación de mutuo respeto con el
Poder Ejecutivo, ahora nos toca convertirla en una realidad irreversible.
En esta sesión el presidente Ernesto Zedillo habrá de rendir su último informe de
gobierno, son momentos muy especiales para el país, luego del mandato ciudadano de
concluir el prolongado régimen priísta de más de siete décadas y comenzar la
construcción de un México mejor, con base en la democracia, la justicia social y la
soberanía popular.
No obstante, como en similares ocasiones, hoy habremos de presenciar lo que el pueblo ha
denominado "la danza de los millones", es decir, la mención interminable de
cifras sobre supuestas acciones en favor de la sociedad mexicana y un discurso que
tratará de convencernos del promisorio futuro que tenemos casi al alcance, en la mano.
El Partido del Trabajo reconoce lo positivo, pero no comparte las cuentas alegres de la
tecnocracia, que nos hablan de una economía aparentemente sana cuando la mayoría de la
población está sometida a la pobreza y a la marginación. Reconocemos el crecimiento del
producto interno bruto, la estabilidad cambiaria, el descenso de las tasas de inflación,
el equilibrio en las finanzas públicas, el crecimiento de las exportaciones y el aumento
en las reservas monetarias internacionales. Sin duda son indicadores económicos
positivos, pero no los aceptamos como reflejo de una economía sana, cuando constatamos
que la mitad de la población está al margen de los beneficios de este crecimiento,
cuando vemos descender continuamente el poder adquisitivo de los trabajadores del campo y
de la ciudad.
No aceptamos, en suma, una política económica neoliberal que ha generado un crecimiento
económico en favor de unos cuantos a costa de la vivienda, el vestido, la educación, la
alimentación y la salud de la mayoría de los mexicanos. Tampoco aceptamos que ese
crecimiento sea sinónimo de desarrollo nacional, cuando contemplamos el desmantelamiento
de la infraestructura básica del país, cuando tenemos un sistema financiero al margen
del sector productivo, cuando asistimos al colapso del campo, cuando importantes ramas
económicas se encuentran en peligro de desaparecer, cuando el pequeño y mediano
empresario no pueden salir adelante.
México no puede seguir por ese camino. La votación del 2 de julio fue un claro mandato
por el cambio del rumbo nacional, primordialmente en lo relativo a la política
económica; fue una sanción categórica para que el gobierno que termina, para un
gobierno que se va dejando graves y grandes saldos sexenales.
En lo político, el gobierno de Ernesto Zedillo cierra envuelto en escándalos, fruto de
una política errática que ha ido del autoritarismo a la ausencia del mando en el
ejercicio del poder. Desde su primer discurso el presidente Zedillo prometió una reforma
electoral definitiva que desterraría la iniquidad de los comicios; prometió asimismo
alcanzar la paz digna en Chiapas y realizar la reforma democrática del Estado.
La reforma electoral quedó muy lejos de ser definitiva; la iniquidad en las contiendas
electorales prevaleció en los hechos como razón de Estado y pasó a la agenda por venir.
Se dio un paso importante con la autonomía de los órganos electorales, que favorecieron
la celebración de comicios auténticos, pero nada se avanzó en el ámbito de la
democracia participativa.
Será imperativo honrar los ofrecimientos realizados durante las campañas, al calor de la
voz, de la búsqueda del voto ciudadano; tendrá que iniciarse una reforma que admita sin
regateos el referendum, el plebiscito, la revocación de mandato, la iniciativa popular,
la afirmativa ficta, el gobierno comunitario como cuarto nivel de gobierno y la voz
ciudadana en los cabildos.
En Chiapas el Ejecutivo Federal no buscó realmente la paz. Del rechazo a los Acuerdos de
San Andrés Larráizar se pasó al pisoteo de la Ley de Concordia y Pacificación, al
rompimiento traicionero de la tregua pactada, a la ocupación militar de la zona de
conflicto y a la promoción de grupos paramilitares. Ahora, tendrá que retomarse la senda
pluralmente trazada para alcanzar la concordia y la pacificación con dignidad,
desterrando la tentación de aplicar soluciones de fuerza que ya demostraron su rotundo
equívoco. El camino más promisorio pasa por restablecer el diálogo directo con el
Ejército Zapatista de Liberación Nacional, con base en el reconocimiento de los Acuerdos
de San Andrés, el retiro de la ocupación militar y la plena rehabilitación de la
Cocopa.
115, 116 y 117
Será indispensable avanzar hacia una verdadera reforma de
Estado que permita profundizar y consolidar la democracia; el espíritu republicano, la
división de poderes y la constitución de una sociedad justa y generosa con sus hijos
más desprotegidos.
Los mexicanos sufrimos la violencia cotidiana del crimen organizado, que se ha convertido
en delincuencia de Estado; en no pocos casos, alimentada por altos mandos de los cuerpos
policiacos federales y estatales. Sufrimos las consecuencias de un narcotráfico
convertido en problema de seguridad nacional, cuyos tentáculos visibles alcanzan a
gobernadores y altos mandos del Ejército mexicano.
El Partido del Trabajo, está convencido que la seguridad pública no es un asunto
policiaco, sino un problema complejo, cuyo sustento radica en dos graves flagelos: la
corrupción y la impunidad.
Sostenemos también que la solución a la inseguridad pública pasa necesariamente por el
saneamiento de fondo de las estructuras de Estado, tarea imposible si no se lleva a cabo
con la participación de toda la sociedad. La impunidad y la corrupción, solapadas desde
la misma Presidencia de la República, hoy salen a la luz pública con los recientes
escándalos vinculados a la administración federal. Lo vemos con el ex secretario de
Turismo, otrora encargado de las finanzas de su campaña presidencial, convertido hoy en
prófugo de la justicia. Lo vemos también con el Secretario de Comercio y Fomento
Industrial, al que le estalló en las manos el escandaloso caso del Renave, verdadero
ejemplo de complicidad política y absoluta irresponsabilidad social. La renuncia de
Herminio Blanco es lo menos que debe de proceder en este caso.
Por otra parte, a la lista de matanzas nunca aclaradas, como la de Aguas Blancas y Acteal,
se suman ahora los recientes y trágicos enfrentamientos de Chimalhuacán, donde vimos
enfrentarse al PRI contra el PRI. Además, están pendientes los juicios contra
gobernadores y ex gobernadores, frenados anteriormente por un poder presidencial que ya no
da para más, pareciera que de repente se agolpa en la escena el elenco principal de la
impunidad, reinante en el sexenio por concluir: Oscar Espinosa Villarreal, Carlos Cabal
Peniche, Víctor Cervera Pacheco, Jorge Carrillo Olea, Roberto Albores, Rubén Figueroa y
Mario Villanueva; el propio Ernesto Zedillo tendrá problemas para explicar el origen de
recursos de su campaña, presuntamente inscritos hoy en el Fobaproa.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, en una acción sin precedente, falló en favor
de la Cámara de Diputados la controversia constitucional que obliga al titular del
Ejecutivo a presentar la información de los fondos del Fobaproa. Bajo el disfraz de
apoyar al ahorrador, el Fobaproa se convirtió durante el sexenio que termina, en el
megafraude del siglo; monumento a la impunidad y a la corrupción en nuestro país.
Hablamos de una gigantesca suma que se convirtió en deuda pública por las complicidades
del Gobierno Federal, los pasados legisladores del PRI y del PAN. Se trata a todas luces
de una carga injusta, inmoral y perniciosa que habrán de pagar los que menos tienen las
deudas de quienes más tienen, que en muchos casos se llevaron a cabo mediante actos
ilícitos realizados con la complicidad de las autoridades correspondientes.
Hablamos de un verdadero saqueo de magnitudes históricas que alcanza más de 70 mil
millones de dólares, en el que falta contabilizar todavía otro saqueo, el de la banca de
desarrollo, del cual aún no sabemos la suma de los recursos públicos transferidos
ilegalmente a bolsillos privados. Entre ambos saqueos seguramente superarán los 83 mil
millones de dólares de la deuda pública externa acumulada hoy en el país.
Si a todo esto le sumamos los 45 mil millones de dólares reconocidos como deuda pública
interna, hablamos de una deuda pública total que nos heredará el actual gobierno, muy
superior a los 200 mil millones de dólares.
El Fobaproa evidencia así el verdadero rostro de rapiña del modelo económico neoliberal
que privatiza las ganancias y socializa las pérdidas privilegiando la especulación y el
dinero fácil a la sombra del contubernio entre el poder económico y el poder político.
Junto a lo anterior el saldo social que deja el actual gobierno resulta por demás
indignante. Hablamos de los 50 millones de pobres, 20 millones de ellos reconocidos en
situación de pobreza extrema; hablamos del empobrecimiento y de solución de las clases
medias y del salario que no alcanza para lo indispensable; hablamos de la gran
desnutrición infantil; del deterioro de la seguridad social; del déficit de viviendas;
de la deserción escolar y de la explosiva explosión que alcanza a la niñez mexicana.
A pesar de esta realidad lacerante, el Gobierno actual redujo sus programas destinados a
los sectores más desprotegidos. En compensación despegó enormes campañas
publicitarias. El ofrecimiento debienestar para la familia, lema central de Zedillo,
quedó nada más en la promesa. Solamente unas cuantas familias privilegiadas fueron las
que se beneficiaron.
Hoy se habla de querernos imponer de nuevo el IVA; desde esta tribuna señalamos que nos
vamos a oponer al aumento del IVA en alimentos y medicinas. A esta política económica
rapaz, el Partido del Trabajo no le concede ni el beneficio de la duda. La hemos combatido
desde las trincheras porque ha sido la causante del empobrecimiento de nuestro pueblo y lo
seguiremos haciendo aunque ahora venga con la máscara del cambio.
Ante el pueblo de México el Partido del Trabajo refrenda aquí su compromiso de luchar
por un México verdaderamente democrático, libertario, justo y soberano.
Muchas gracias.
El Presidente del
Congreso: |
Se concede el uso de la palabra al senador Jorge Emilio
González Martínez, del Partido Verde Ecologista de México.
El senador Jorge Emilio González Martínez: |
Muchas gracias, señor Presidente; honorable Congreso
de la Unión; mexicanas y mexicanos:
Primero que nada quiero agradecer la confianza a los legisladores del Partido Verde para,
a nombre de mi partido, representarlos este día tan simbólico para todos nosotros.
Hace apenas unas semanas este querido México nuestro era un país muy distinto al de hoy.
La incertidumbre, el temor y las dudas eran sentimientos que de alguna manera todos
compartíamos antes del 2 de julio.
Pero gracias al esfuerzo y a la determinación de todos podemos sentirnos muy satisfechos
y orgullosos de haber superado todas las dificultades y ser hoy un país más
democrático, más justo y más seguro de su destino.
El Gobierno de la República, el Instituto Federal Electoral, el Tribunal Electoral, los
partidos políticos y sobre todo los ciudadanos hemos conseguido dar el paso hacia el
futuro que todos queríamos. Felicidades a todos.
Hoy, al iniciarse los trabajos de la LVIII Legislatura de este Congreso de la Unión, los
diputados y senadores que la constituimos nos sentimos profundamente orgullosos de ser una
de las tres columnas que sostienen a nuestro régimen constitucional y sabemos de la
responsabilidad que esto implica.
También reconocemos el esfuerzo patriótico realizado por los diputados y senadores que
formaron la anterior legislatura, en especial por establecer las bases para que la
instalación del Congreso y sus trabajos se lleven de forma civilizada.
En el Partido Verde Ecologista de México estamos muy satisfechos por el trabajo que
hicieron nuestros diputados en la pasada legislatura. Durante los últimos tres años la
representación verde en este Congreso obtuvo logros importantes, tales como la reforma al
artículo 4o. constitucional, que establece el derecho de todos los mexicanos a vivir en
un medio ambiente sano y ecológicamente equilibrado; al artículo 25 constitucional, para
garantizar que la rectoría del desarrollo nacional que dicta el Estado sea ambientalmente
sustentable; a la Ley Federal de Turismo en lo referente al ecoturismo; a la Ley General
de Salud con la reforma que prohibe fumar en edificios federales; a la Ley del Impuesto
sobre la Renta para que se exente del pago de impuestos a las empresas que den donativos a
organizaciones civiles que se dediquen a la protección de animales en peligro de
extinción; la iniciativa que creó la Comisión Investigadora de la Empresa Exportadora
de Sal, S.A. de C.V., ubicada en la reserva de la biosfera El Vizcaíno, en el Estado de
Baja California Sur, en la que después de un año de intensos trabajos obtuvimos la
cancelación del proyecto de expansión de dicha empresa por el Presidente de la
República y así quedó a salvo el santuario de la ballena gris en la laguna de San
Ignacio.
Las anteriormente mencionadas son solamente seis de las 17 iniciativas presentadas por el
Partido Verde Ecologista de México y aprobadas por la Cámara de Diputados.
El compromiso de trabajo de los diputados del Partido Verde por la causa del medio
ambiente y una mejor calidad de vida para todos los mexicanos queda patente en lo
realizado por la anterior legislatura, pero estamos conscientes de que apenas es el inicio
de mucho trabajo que tendremos los legisladores verdes por la causa del medio ambiente.
En esta LVIII Legislatura los verdes trabajaremos para cumplir los compromisos
legislativos pactados en la Alianza por el Cambio. También trabajaremos por una gran
reforma del Estado que dé cauce a nuestra nueva realidad política, así como por una
reforma fiscal y por la modernización de nuestros sistemas productivos, entre muchos
otros grandes temas. Pero nunca, nunca olvidaremos nuestra esencia, nuestro principal
compromiso con la sociedad que es trabajar por la ecología y el medio ambiente.
Sería imposible nombrar todas las iniciativas ecológicas que mi partido presentará pero
en términos generales el objetivo que buscaremos será el de adecuar todas las leyes al
marco de un desarrollo sustentable, es decir, generar beneficios para las comunidades con
la utilización responsable de los bienes de la naturaleza.
Nosotros, en el Partido Verde, somos ecologistas por convicción. Crecimos y vivimos
convencidos de ello. Nuestro principio y fin es la ecología en todo su significado, es
decir, convivir en armonía con la naturaleza y el respeto a todos los seres vivos.
Este es el sentido por el cual estamos aquí y es la principal responsabilidad ante todo
nuestro país. Trabajemos incansablemente para cumplirle a los presentes y a las futuras
generaciones, que tienen todo el derecho de disfrutar los elementos naturales que no son
de nuestra exclusividad.
Decía al principio que México ha tenido un gran cambio y creo que si una palabra expresa
con claridad este cambio, esa palabra es la esperanza y es que hoy estamos los mexicanos
disfrutando con ese maravilloso sentimiento humano que es la esperanza. En todos estuvo el
cambio, de un sentido u otro. Seguramente la historia será la responsable de juzgar a
todos los actores de este gran cambio. Pero yo no quiero dejar pasar esta oportunidad para
en nombre de mi partido hacer un reconocimiento público a algunos de los principales
actores:
Al Instituto Federal Electoral y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación, por su gran profesionalismo.
Al Partido Revolucionario Institucional, por demostrar su patriotismo y civilidad
política.
Al Partido Acción Nacional, nuestros aliados, por su larga lucha democrática y su
entrega a la gran causa que es México.
Y al Presidente de la República, Ernesto Zedillo Ponce de León, por su voluntad
democrática y su amor a México.
Hoy, 1o. de septiembre del nuevo milenio, es un día histórico para mi país. Tendremos
muchas oportunidades para dar discursos políticos sobre todos los temas de interés
nacional, pero hoy, hoy es uno de esos días que quiero hablar con el corazón a mi
país...; hoy quiero hablarle a mi país con el corazón.
Quiero decirle a México del sentimiento de alegría que nos llena a todos los militantes
del Partido Verde Ecologista de México por haber participado y cooperado con la Alianza,
que le ha regresado la esperanza a México.
Quiero decirle a mi país de la responsabilidad que tenemos en mi partido con la juventud
mexicana, que tanto ha sido castigada por las crisis económicas y la falta de
oportunidades para un desarrollo sano y digno.
Nuestro compromiso con los jóvenes es claro y permanente. Seremos siempre impulsores y
defensores de los jóvenes mexicanos. Promoveremos su participación en todos los
sectores, en especial el político, y seguiremos demostrando que los jóvenes sí podemos.
118, 119 y 120
Ante mi país doy las gracias a nuestro Presidente electo
Vicente Fox Quesada..., por su compromiso con la ecología y el desarrollo sustentable.
Por su propuesta para hacer del problema de la destrucción de los bienes de la naturaleza
un asunto de seguridad nacional. Por su valor y tenacidad para llevarnos a vivir el sueño
de todos los mexicanos y las mexicanas: la alternancia. Por devolvernos la esperanza de un
México más justo y próspero, y porque su entrega y su amor a México será un ejemplo
para todas las actuales y futuras generaciones.
También quiero hacer un reconocimiento a nuestro líder nacional, por los 20 años de
lucha incansable, por su convicción verdadera, desde los momentos más difíciles, cuando
nadie creía en la causa verde, hasta la fundación y consolidación del Partido Verde
Ecologista de México...
El Presidente del
Congreso: |
A las señoras y los señores legisladores les solicito
el respeto y la atención que todos merecemos en esta sesión de Congreso.
Continúe señor orador.
El senador Jorge
Emilio González Martínez: |
Muchas gracias, señor Presidente.
Como decía, quiero hacer un reconocimiento a nuestro líder nacional, por los 20 años de
lucha incansable, por su convicción verdadera desde los momentos más difíciles, cuando
nadie creía en la causa verde, hasta la fundación y consolidación del Partido Verde
Ecologista de México, para después liderearnos hacia la conformación de la gran alianza
que nos dio el cambio.
Cómo olvidar los primeros años, las primeras luchas tan difíciles, cómo olvidar los
viajes desde hace más de 20 años para liberar tucanes en las selvas del sureste, cómo
olvidar el significado de todo esto. Nunca, nunca, los del Verde los vamos a olvidar,
permanecerán siempre en nuestro corazón, siempre. Gracias por el ejemplo.
Gracias a la vida por las oportunidades que nos da de servir a México. Tenemos un largo
camino por recorrer, tendremos que trabajar y lograr consensos. Confiamos que en todos los
partidos habrá voluntad para ello.
Todo en la vida es incierto, lo único cierto para nosotros es que no vamos a defraudar la
esperanza, es que no vamos a traicionar la confianza de México. ¡ México no te vamos a
fallar, porque el triunfo es de todos! ¡Hoy tenemos esperanza en el futuro, hoy, todos,
todos, tenemos paz!
Todo México hoy puede decir con orgullo y la mirada en alto: ¡Ya ganamos! ¡Viva
México!
El Presidente del
Congreso: |
Esta Presidencia quiere exhortar a las señoras y a los
señores legisladores a conservar el clima de respeto entre nosotros.
Se concede el uso de la palabra al diputado Martí Batres Guadarrama, del Partido de la
Revolución Democrática.
El diputado Martí Batres Guadarrama: |
Compañeras y compañeros legisladores; distinguidos
invitados; pueblo de México que nos escucha:
Hoy inician los trabajos de la nueva legislatura del Congreso de la Unión y asistimos al
informe del fin de sexenio. Culmina una época y están por definirse los trazos de la
nueva era.
Es momento de balances y de perspectivas. Debería ser también momento de intercambio
entre el Presidente de la República y los legisladores, el doctor Ernesto Zedillo sin
embargo, no está aquí para escuchar y menos aún para contestar preguntas. Este formato
también debe llegar a su fin.
El día 2 de julio la sociedad conquistó la alternancia en el poder, esta transformación
positiva es el resultado de intensas luchas, entre otras de los estudiantes de 1968, de
personalidades como Salvador Nava, Rosario Ibarra de Piedra, Heberto Castillo, Valentín
Campa, de la insurgencia cívica de 1988 encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas.
Detrás de la caída del sistema de partido de Estado se encuentra también la lucha de
más de 600 perredistas que fueron asesinados por defender el voto. Nuestro reconocimiento
para la ciudadanía que no se rindió ni perdió la esperanza.
El Presidente felicitó al ganador de la contienda presidencial, qué bien, pero no tuvo
el mismo gesto hacia Andrés Manuel López Obrador, ganador de la elección en el D.F. Se
respetó la voluntad popular en muchos casos pero no fue así en Guerrero y nunca se
resolvió el agravio en Tabasco. Hoy no evaluamos a un partido, hacemos el examen crítico
de un gobierno que con una visión dogmática viene destruyendo a nuestro país, sus
políticas se cuestionan ahora desde todos los partidos políticos, no hay motivo para el
balance positivo, Zedillo falló, ahora mismo nos parece increíble que con los cambios
ocurridos el Presidente se haya negado a recibir al gobernador de Zacatecas y a los
presidentes municipales de todos los partidos de aquel Estado, es una despedida con sabor
a despotismo.
Habiendo excedentes presupuestales deben reponerse las partidas que afectan al pueblo y al
gobierno de Zacatecas como lo señala el propio decreto del presupuesto. El gran saldo del
gobierno saliente es la pobreza, la caída de los salarios, la desesperación de los
campesinos que mueren al cruzar la frontera norte, es la ironía trágica de quien
prometió bienestar para las familias.
Los gobiernos neoliberales han actuado de manera desalmada, nada los conmueve y grandes
obras son sus grandes negocios, en unos cuantos años se enriquecieron con devoción y
como proyecto a una familia, alegaban que así competiríamos con éxito en el mundo,
ahora algunos mexicanos figuran en la lista de los 30 hombres más ricos del mundo pero
ninguna de sus empresas se encuentra entre las 100 más poderosas del planeta, el dogma de
la estatización ha sido canjeado por el dogma de la privatización.
Ahora quieren insistir en la venta de la industria petrolera y de la industria eléctrica
y desde aquí decimos a la nación, no avalaremos ninguna nueva privatización, no podemos
estar de acuerdo en ninguna privatización más sin hacer el balance histórico de las
mismas; ahí está la privatización bancaria, completo fracaso que todos pagamos, nos
vendieron la idea de que el Estado era pésimo administrador; sin embargo, vendieron los
bancos a los privados y privó la corrupción y la ineficiencia, pero eso sí los
banqueros corrieron a pedir el subsidio del erario público, el apoyo del Estado para
sobrevivir en la crisis.
Los neoliberales han destruido así los subsidios al consumo popular, pero han levantado
el más grande subsidio para los banqueros 1 billón de pesos, 1 millón de millones de
pesos de todos los mexicanos, recursos que alcanzarían para pagar 100 años del
presupuesto de la UNAM.
Zedillo parece querer ser un Robin Hood al revés, que expropia a los pobres para darle a
los ricos, su Gobierno es un inventor de negocios como el Renave, que en el colmo de la
privatización concesionó un servicio que debía ser público a particulares; lo hicieron
además en favor de un genocida torturador, ¿Qué otros negocios tienen como ése? ¿A
qué clase de personaje se los entregan? ¿Qué esperan para cancelarlo? ¿Y qué espera
el Secretario de Comercio para renunciar?
El sexenio de Zedillo, es el del aumento al IVA; el de la requisa a las aerolíneas; el
que castiga al Distrito Federal y le quita los recursos; el que declara inexistente la
huelga de Volkswagen. Ernesto Zedillo sí pasará a la historia, como el presidente
Fobaproa.
El conflicto de Chiapas está por cumplir ya los siete años y este tema ha sido el gran
ausente de los últimos tres informes presidenciales; el Gobierno se va sin honrar su
palabra de cumplir los acuerdos de San Andrés Larráinzar.
Recientemente nos indignamos también con la noticia del encarcelamiento de Rodolfo
Montiel y Teodoro Cabrera, en Iguala, defensores de los recursos naturales, y ahora presos
políticos. El Gobierno del doctor Zedillo se empecinó en ahorcar a la Universidad
Nacional, provocando, alargando y reprimiendo el conflicto que vivió esa institución.
No hay un solo caso, un asunto en el que el Gobierno de Zedillo tomara una decisión a
favor de los pobres; no hay un solo gesto social del Gobierno que vaya a trascender
históricamente. Este, es también el Gobierno de la impunidad, el que toleró la
violencia y el crimen sin castigo.
A los espinozas Villarreal, a los Cabal Peniche, a los Mario Villanueva, Aguas Blancas,
Acteal, Chimalhuacan, Colosio, cardenal Posadas, fraudes y crímenes sin castigo. El
presidente Zedillo nunca entregó la información sobre el Banco Unión y tuvo que
intervenir la Suprema Corte de Justicia para obligarlo a cumplir con el requerimiento del
Poder Legislativo.
Se ha detenido recientemente, al general Acosta Chaparro, acusado de narcotráfico; sin
embargo, hace décadas que dicho personaje ha sido responsable de desapariciones
políticas, torturas y matanzas, protegido siempre por los gobiernos federales.
La política económica neoliberal, ha llegado a un tope de tolerancia: o la cambia el
próximo presidente o este Congreso de la Unión tendrá que modificarla. Y si el
Ejecutivo insistiera en seguir cediendo soberanía, el Legislativo puede y debe, marcar
otro rumbo y tomar decisiones.
A los demás grupos parlamentarios, los convocamos a asumir con valentía el reto de
cambiar la política económica; a rechazar el dogma fundamentalista neoliberal; a
redistribuir la riqueza; a terminar con el sacrificio eterno del pueblo. Hagamos ahora del
Congreso un espacio de cambios, no esperemos a que otras instancias lo hagan; no esperemos
pasivamente a que llegue un Constituyente; no esperemos a que el Ejecutivo reinvente la
tradición de decirle al Congreso lo que debe aprobar. El tema de la reforma del Estado es
un tema propio de este Congreso, del Poder Legislativo, no del Ejecutivo. Hagamos los
cambios ahora y aquí, en esta legislatura.
Proponemos a todos los partidos, encontrar las convergencias para el cambio. De nuestra
parte habrá consensos en todo lo que signifique nuevos beneficios para la gente, y
discrepancia cuando se trate de ahondar desigualdades.
Compañeras y compañeros legisladores: seremos oposición firme a todo signo de gestión
neoliberal del próximo gobierno y a todo intento de retroceso oscurantista, y sin
embargo, apoyaremos las propuestas de avanzada que presenten otras fuerzas políticas.
Están dadas las condiciones para lograr la ratificación del gabinete económico, la
aprobación del Plan Nacional de Desarrollo y la elección del Procurador General de la
República en el Congreso; el establecimiento de las figuras de referendum y plebiscito,
el voto de los mexicanos en el extranjero.
Proponemos que los delitos cometidos por funcionarios públicos federales no tengan más
el beneficio de la libertad bajo fianza. En el centro de nuestro discurso planteamos:
equidad de los géneros; derechos culturales y autonomía de los pueblos indios;
elevación de las jubilaciones y pensiones; educación pública gratuita en todos niveles;
impuestos al capital especulativo; reforma laboral sólo para agregar nuevos derechos de
los trabajadores; revisión de los tratados de libre comercio, y por supuesto, por la
estabilidad democrática de la nación, el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés
Larráinzar y la apertura plena del caso Fobaproa.
Compañeras y compañeros: hagamos del Congreso un verdadero poder del Estado: autónomo,
digno, productivo, reformador, visionario y social. Cumplamos con el mandato popular del
cambio del 2 de julio.
Muchas gracias.
El Presidente del
Congreso: |
Se concede ahora el uso de la palabra al senador Jorge
Zermeño Infante, del Partido Acción Nacional.
El senador Jorge Zermeño Infante: |
Señor Presidente del Congreso de la Unión; señores
legisladores; señoras y señores:
Fijaré la posición de los grupos parlamentarios del Partido Acción Nacional de la LVIII
Legislatura Federal.
De entrada, quiero destacar que para los panistas de México, lo sucedido recientemente es
mucho más que el fin de una competencia electoral en la que unos ganaron y otros
perdieron. Tenemos una visión diferente de lo acontecido. En nuestro concepto, se trata
de una gran victoria cultural y política de todo un pueblo.
121, 122 y 123
Los mexicanos fuimos capaces de dejar atrás una subcultura
de falsificaciones y desconfianzas, para hacer nacer en paz y en orden nuevas formas de
instituir el poder público y de establecer modalidades sustancialmente distintas en el
ejercicio. Esto, de suyo, es algo portentoso que habrá de generar bienes públicos y
hará posible alcanzar una vida más digna para todos. En nuestras manos está lograrlo.
Sin embargo, no nos engañemos, en México de ahora en adelante no será el número el que
determine de modo inexorable la verdadera correlación de las fuerzas políticas ninguna
mayoría absoluta o relativa podrá atropellar impunemente.
La sociedad ha descubierto que cuenta con reservas morales, con valores cívicos y con
herramientas democráticas para su propia defensa y liberación. La sociedad ha comprobado
que el optar por la vía del derecho, así como por el cumplimiento del deber y el
ejercicio del sufragio, implica en sí mismo generar condiciones propicias para vivir la
fuerza de la esperanza y creer en nosotros mismos.
Los legisladores de Acción Nacional estamos conscientes de que en el ámbito partidario
ha sido modesta nuestra aportación en el esfuerzo, que la millonaria cosecha de votos se
explica y justifica por el talento y la generosidad que durante 61 años han venido
sembrando en el campo de México cientos de miles de mujeres y hombres de buena voluntad
que abrazaron las banderas del humanismo político y lucharon democráticamente en un
sistema profundamente antidemocrático.
En tal contexto, los legisladores panistas asumimos sin soberbia, pero con altura de
miras, la responsabilidad parlamentaria que deberá ser compartida en pluralidad
respetuosa, con todas las expresiones ideológicas y partidistas representadas aquí.
No nos animan propósitos menores. Frente a la esperanza de millones de seres humanos que
exigen y merecen mejores oportunidades concretas para desarrollarse y vivir mejor en
plenitud, tenemos la certeza de que con ustedes, señores legisladores de otros partidos,
podemos y debemos emprender la gran tarea de reconstrucción nacional.
En la nueva etapa de la vida de México al nacer esta legislatura, los diputados y
senadores de Acción Nacional, ofrecemos con la mayor sinceridad y de cara a la nación,
hacer nuestro mejor esfuerzo por contribuir al perfeccionamiento de la vida democrática
del país, a promover una relación digna, respetuosa y de cooperación con los poderes
Ejecutivo y Judicial, a impulsar el verdadero federalismo y el desarrollo municipal, a
crear una conciencia clara de que siendo México un país inmensamente rico no es posible
seguir hablando de pobres, sino del imperativo moral de lograr que nuestra patria deje de
ser erial de desposeídos. En fin, ofrecemos que todo lo que sea bueno en nosotros,
estará al servicio de las mejores causas de México.
Hemos de insistir en que la descalificación maniquea de buenos contra malos ha probado su
ineficacia y perversidad. Son tiempos para la inteligencia, para la razón, para la
tolerancia, para el ejercicio responsable de las libertades nada debe llevarnos a la
confrontación que degrade, divida o elimine. La falsa disyuntiva entre seudoliberalismo
premoderno y su contraparte el populismo voluntarista, deberá quedar atrás.
Tampoco resultará benéfico que las más valiosas defensas de la vida y de las libertades
humanas, se pierdan en reyertas que transgredan los mismos valores que pretenden
salvaguardar.
Hoy, hoy más que nunca, debemos recordar que todas las instituciones, estados nacionales,
iglesias, gobiernos, escuelas, sindicatos y organizaciones de toda naturaleza, tienen como
única justificación, estar al servicio de los seres humanos, jamás como instrumento de
expoliación y dominio.
Los legisladores de Acción Nacional tenemos la certidumbre de que llegó la hora de hacer
de México un gran país, un gran estado nacional, una patria grande, libre, ordenada y
generosa. Lo hemos dicho en esta tribuna y lo ratificamos hoy, los nuevos tiempos plantean
a los tres poderes de la Unión, el enorme desafío de lograr el fortalecimiento de las
instituciones de la República:
Para garantizar la vigencia de los derechos humanos.
Para hacer posible la unidad en la diversidad y la concordia en la competencia.
Para elevar el nivel de vida del pueblo.
Para que la convivencia armoniosa entre personas, familias e instituciones, sea protegida
por leyes justas y por gobiernos honestos y eficaces. Para que la riqueza nacional sea
racionalmente aprovechada en beneficio de las generaciones presentes y venideras. En suma,
para que la soberanía de México sea una realidad que preserve y engrandezca el ser y el
modo de ser de la patria.
Muchas gracias.
El Presidente del
Congreso: |
Se concede el uso de la palabra a la diputada Beatriz
Paredes Rangel, del Partido Revolucionario Institucional.
La diputada Beatriz Elena Paredes Rangel: |
Honorable Congreso de la Unión, distinguido señor
Presidente; señoras y señores legisladores:
Hoy 1o. de septiembre del año 2000, acudo a esta tribuna con orgullo de militante del
partido que fue factor esencial de la estabilidad política y la transformación del
México del Siglo XX.
Participo con la responsabilidad de quien representa en esta ceremonia a las bancadas que
hacen la mayoría relativa en el Senado y en la Cámara de Diputados: 60 senadores
priístas y 211 diputados integran la fuerza del partido en el Poder Legislativo de la
Unión, a aquellos que nos brindaron su respaldo para acceder a esta representación,
nuestra gratitud y compromiso de congruencia; a la nación entera, a todo el conjunto
social, la certidumbre de que seremos parlamentarios responsables, conscientes del momento
histórico que atraviesa el país, capaces de seguir el ritmo de la sociedad actual,
llegando al consenso cuando del interés superior del país se trate y siendo enérgicos
en la divergencia cuando de afectar principios, conquistas o expectativas sociales se
refiera.
A la LVIII Legislatura del Congreso de la Unión le corresponderá ser la primer del Siglo
XXI mexicano y del nuevo milenio, este Sigo XXI en el que el pueblo de México quiso
mostrar a través de sus instituciones su rostro plural y diverso, pero no nos engañemos.
La proyección del voto ciudadano en el Poder Legislativo implica que ninguna de las
fuerzas políticas aquí representadas pueda legislar por sí misma, resultando
indispensable el acuerdo entre diversos partidos para lograr la mayoría absoluta, y la
necesaria convergencia del Partido Revolucionario Institucional, con el Partido Acción
Nacional cuando se requiera de las dos terceras partes para realizar reformas
constitucionales. El voto ciudadano no desechó el criterio del PRI para la toma de
decisiones fundamentales.
Efectivamente, no nos engañemos. Al nuevo Presidente de México lo eligieron cuatro de
cada 10 votantes. Así se expresó la regla de la mayoría en la elección presidencial,
nada menos, pero nada más.
El mensaje del electorado deberá derivar en prudencia, tolerancia y apertura de todas las
fuerzas políticas que ejerzan el poder público, tanto en el Poder Ejecutivo como en el
Legislativo. En este México de hoy, nadie detenta la unanimidad.
No llego a este foro con el rosto bajo, la mirada huidiza o la voz titubeante; que no se
confundan los analistas, que no magnifiquen nuestros adversarios y nuestros detractores;
el PRI perdió la elección presidencial pero no está aniquilado. Detrás de cada uno de
los legisladores, diputados y senadores que ostentan nuestra divisa en el seno de las
cámaras, está una genuina representación social y el legado de la corriente histórica
que estableció el principio de igualdad de todos frente a la ley, la libertad de los
mexicanos de pensar, de escribir, de expresar y de crear, de reunirnos y asociarnos, la
libertad de conciencia y de culto. Que forjó al Estado mexicano como un Estado laico,
democrático y federal, que consagró a la educación como un derecho universal a través
de la educación pública y el libro de texto gratuito, que distribuyó más de la mitad
del territorio nacional a través de la reforma agraria y reconoció patrimonio y espacio
social a los campesinos, que reivindicó la propiedad de la nación sobre los
hidrocarburos, que perfiló un sistema de economía mixta alentando la inversión privada
con sentido social, que consagró el derecho de huelga, que instituyó la seguridad
social, que, en síntesis, estableció las bases del México moderno y realizó las
reformas estructurales que nos pusieron a tono con el entorno mundial de nuestro tiempo.
En este largo proceso, el PRI evidenció siempre su aptitud no sólo para renovarse, sino
para renovar a las instituciones del país y ensanchar los cauces democráticos por los
que habría de transitar el México contemporáneo.
Baste recordar que la reforma electoral de 1977, que confirió a los partidos políticos
el carácter constitucional de entidades de interés público e incorporó la
participación de fuerzas otrora marginadas, fue votada sólo por el PRI; baste recordar
que las sucesivas reformas electorales, contaron siempre con la concurrencia del PRI y que
la de 1996 fue votada sólo por nuestros correligionarios, porque teníamos que actuar con
responsabilidad frente a la exigencia mayoritaria de la ciudadanía y en concordancia con
la convicción democrática que ha animado nuestros mejores momentos; a los logros que con
rigor histórico nadie podrá escatimarnos, habrá que sumar también problemas,
desaciertos e insuficiencias.
Sin duda, el continuo gobernar implica un proceso de desgates y gobernar un país que
vivió 300 años de coloniaje; en el que se engendraron desigualdades sociales abismales y
procesos de discriminación que no hemos sabido erradicar gobernar un país cuya vecindad
geopolítica marcó su sino en el Siglo XIX y el modo de su inserción económica en el
Siglo XX; gobernar una nación pluriétnica, pluricultural que se ha multiplicado por más
de seis veces en los últimos 100 años, ha representado un grave reto y en el claroscuro
del juicio al PRI, en muchas ocasiones se encuentra poca objetividad y también alguna
mezquindad.
De los errores sabremos ocuparnos los priístas Åya nos dio su opinión el electoradoÅ,
como también de realizar las reformas internas necesarias e ineludibles que permita
acrecentar nuestro lugar en el actual espacio social; que permitan ampliar nuestra
representatividad para reconstruir vínculos con las nuevas causas del nuevo protagonismo
ciudadano; que permitan, en fin, que los mexicanos acrediten que somos una opción viable,
democrática y experimentada para un buen gobierno.
Quienes creemos que la política es el instrumento privilegiado de la civilización humana
para transformar la historia, pensamos que debemos aquilatar con estatura moral y con
visión de Estado el espíritu de cambio que anima a la sociedad mexicana, para que
nuestro accionar se le corresponda.
Todas las ofertas que contendieron el pasado 2 de julio, presentaron una propuesta que
tenía como eje el cambio; en el fondo, los votantes se expresaron, todos, a favor de
planteamientos que proponían cambios; con diversas intensidades y matices, con
diferencias, pero finalmente lo que aglutinó a la ciudadanía, es una vocación por la
renovación que caracteriza los tiempos nuevos de la patria, esa, que asoma su rostro
joven en las universidades, esa patria que emigra al norte a buscar empleo y sustento;
ésa que puebla urbes y megalópolis en el país latinoamericano que constituye la
decimatercera economía del mundo.
El compromiso es mayúsculo; debemos evitar recaídas personalistas y monopolios de poder;
debemos reconocer sin ambages, que la política no goza de prestigio entre muchos
mexicanos y que los políticos en general somos vistos con desconfianza. Tenemos por
delante la tarea de demostrar que la política no es una actividad facciosa, deberemos
acreditar con hechos tangibles que sabemos y podemos construir los nuevos escenarios que
la nación necesita y demanda.
Nuestro papel es claro: privilegiar la capacidad de iniciativa de los legisladores,
respondiendo a los compromisos adquiridos en el proceso electoral y encontrando los
acuerdos pertinentes para que las iniciativas con sentido social y las que sean básicas
para continuar el desarrollo del país se conviertan en leyes. Asumir la trascendencia de
formar mayoría relativa en el Congreso de la Unión y ser al mismo tiempo una opción
distinta a quien encabezará el Poder Ejecutivo a partir del 1o. de diciembre. Distinta,
que la supone antagónica y opositora a todo aquello que lesione principios, cancele
conquistas, distorsione la naturaleza popular,democrática, representativa, laica y
soberana del Estado mexicano. Distinta, que con originalidad y perfil propio, evidencie
que es posible ser oposición seria, constructiva, en la legalidad y en la concurrencia
pertinente en aquellas cuestiones válidas para el interés público y de las mayorías
sociales. Distinta, pues, a la vez que nuestro origen partidario es diferente al de quien
ejercerá la presidencia, somos corresponsables de la conducción gubernamental federal en
el Poder Legislativo de la Unión, lo somos en los niveles de las entidades federativas a
través de gobiernos locales y de congresos de Estado. Lo somos también en centenares de
ayuntamientos.
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