Presidencia
del diputado Armando Salinas Torre
ASISTENCIA
El Presidente diputado Armando Salinas
Torre:
Ruego a la Secretaría informe a
esta Presidencia si existe el quórum necesario para esta sesión solemne.
La
Secretaria diputada María de las Nieves García Fernández:
Se informa a la Presidencia que
existen registrados previamente 278 diputados. Hay quórum, señor Presidente.
El Presidente diputado Armando Salinas Torre (a
las 10:45 horas):
En cumplimiento al decreto aprobado
en la sesión del 24 de abril del año 2003, se abre la sesión solemne, convocada para
develar en el Muro de Honor de esta Cámara de Diputados el nombre del ilustre Alfonso
García Robles.
Solicito a la Secretaría dé
lectura al decreto publicado en el Diario Oficial
de la Federación.
LETRAS DE
ORO ALFONSO GARCIA ROBLES
La
Secretaria diputada María de las Nieves García Fernández:
Diario Oficial. Viernes 25 de abril de 2003. Poder
Legislativo. Cámara de Diputados.
Decreto para que se inscriba en
letras de oro en el muro de honor de la Cámara de Diputados el nombre “Alfonso
García Robles”. Al margen un sello con el Escudo Nacional que dice Estados Unidos
Mexicanos, Cámara de Diputados.
La Cámara de Diputados del
honorable Congreso de la Unión, con fundamento en la fracción I del artículo 77 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, decreta:
Inscríbase en letras de oro en el
muro de honor de la Cámara de Diputados el nombre “Alfonso García Robles”.
Artículo primero. Inscríbase con letras de oro
en el muro de honor del Palacio Legislativo, en San Lázaro el nombre insigne diplomático
y pacifista. Premio Nóbel de la Paz. Alfonso García Robles.
Artículo segundo. Se instruye a la Mesa Directiva
de esta Cámara para que, en coordinación con la Comisión de Reglamentos y Prácticas
Parlamentarias, organice la ceremonia en la que se dé cumplimiento a la inscripción del
nombre de Alfonso García Robles.
ARTICULO
TRANSITORIO
Unico. Este decreto entrará en vigor el día
siguiente de su publicación en el Diario Oficial de
la Federación.
Salón de sesiones de la Cámara de
Diputados del honorable Congreso de la Unión. México, DF, a 24 de abril de 2003.—
Diputados: Armando Salinas Torre, Presidente; María de las Nieves García Fernández, Secretaria.
El
Presidente diputado Armando Salinas Torre:
Destacamos la presencia en el
salón de sesiones de las siguientes personalidades: la señora Juanita Sislo de García
Robles, el señor Fernando García Robles Sislo, el senador Enrique Jackson Ramírez, en
representación del Presidente de la República, el doctor Reyes Tamez Guerra, Secretario
de Educación Pública, el Embajador emérito Sergio González Gálvez, en representación
del Secretario de Relaciones Exteriores, el ingeniero Alfonso Vaca Morales, en
representación del gobernador del estado de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, el
ingeniero Eduardo Curiel del Río, Presidente municipal de Zamora, Michoacán.
También nos acompañan
exsecretarios de Relaciones Exteriores, embajadores eméritos de nuestro país,
embajadores y funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores, miembros del
honorable cuerpo diplomático y de organismos internacionales acreditados en México,
invitados especiales de la familia García Robles, así como estudiantes de la escuela
secundaria Alfonso García Robles, de la licenciatura en Relaciones Internacionales de la
ENEP, UNAM y de la Universidad Latinoamericana. Todos ustedes bienvenidos.
La Cámara de Diputados, por mi
conducto, invita al senador don Enrique Jackson Ramírez a dirigirnos un mensaje.
El senador Enrique Jackson Ramírez:
Con su permiso, señor Presidente;
compañeras y compañeros legisladores, distinguidos invitados: es una distinción y un
honor para el Senado de la República que nos permitan hoy acompañarlos en esta
trascendente, en esta significativa sesión solemne para honrar a un gran mexicano.
El demostrar hoy que tenemos
memoria nacional, el acreditar que tenemos capacidad para vernos y para reflejarnos en los
méritos de los más grandes mexicanos es, sin duda, un acto generoso y de ética
política y un gran compromiso cívico.
Honrar, honrar a los que nos han
dado prestigio y han merecido el reconocimiento del mundo en vida sin duda habla de la
madurez y de la sensibilidad de la Cámara de Diputados.
Es un acierto de la LVIII
Legislatura haber acordado inscribir en el muro donde están los mexicanos más ilustres a
un gran mexicano, a don Alfonso García Robles. A esta decisión el Senado de la
República se suma sin reserva alguna y con todo orgullo.
Este es uno de los asuntos que nos
convocan a todos, que nos hace coincidir a todos. Honrar a quienes tienen méritos propios
y honrar a un mexicano que se destacó en la política exterior, es una buena ocasión
para ratificar los principios, las bases, la historia y el rumbo y sobre todo el respeto
que se ha ganado la diplomacia mexicana.
El pensamiento de nuestro Premio
Nóbel, García Robles, cobra hoy plena vigencia. Hoy cobra plena vigencia. Esa es la
trascendencia de su pensamiento, un impulsor del respeto irrestricto al derecho
internacional y a las normas que regulan la convivencia entre las naciones, hoy tiene
plena vigencia.
Un defensor de privilegiar las
decisiones soberanas de cada nación, hoy tiene plena vigencia. Y en tiempos de
incertidumbre, de violencia, de guerra, los mexicanos estamos obligados a respaldarnos en
la doctrina, en los principios y en la fortaleza de la acción y del pensamiento de
nuestra política exterior. Ese es nuestro quehacer cotidiano, luchar por un país mejor;
pero también por mejorar y por extender nuestra relación con otras naciones; de
empeñarnos en que nuestro actuar afuera no se reduzca sólo a ganar más mercados. Que no
tenga como propósito central sólo elevar los intercambios y atraer las inversiones, que
hay que hacerlo, por supuesto. Lo que no se puede olvidar, lo que es la tarea de los
mexicanos, es preservar, acrecentar y defender celosamente nuestra soberanía, nuestra
posición, nuestra opinión propia que tenemos del acontecer internacional y sobre todo,
nuestra dignidad como nación. Ese es un empeño, es un compromiso en el que siempre debe
de estar presente la solidez, el talento, el patriotismo del mexicano que con toda
justicia hoy honramos, de don Alfonso García Robles.
Muchas gracias.
El Presidente diputado Armando Salinas Torre:
Solicito a la Secretaría dé
lectura a la comunicación recibida de parte del Presidente de la República.
La
Secretaria diputada María de las Nieves García Fernández:
«Al centro un sello con el Escudo
Nacional que dice. “Estados Unidos Mexicanos”. Abril 29 de 2003. Diputado
Armando Salinas Torre, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados,
Presente.
Estimado señor Presidente:
Quiero transmitir a usted y a los
miembros de ese cuerpo legislativo, mi beneplácito por la acertada iniciativa que
rendirá homenaje a nuestro Premio Nóbel de la Paz, mediante la inscripción en letras de
oro el nombre de don Alfonso García Robles, en el recinto de la Cámara de Diputados.
Es deseo de todos los que amamos a
México, que los grandes mexicanos sean un recuerdo vivo que día a día nos aliente a la
construcción de una patria mejor.
En un mundo convulso como el de
hoy, en el que mi Gobierno ha buscado que la armonía y las soluciones pacíficas a los
conflictos entre las naciones sean una regla, la decisión tomada por esa representación
no podría ser más coherente con la tradición pacifista de nuestro país.
Atentamente.
Vicente Fox Quesada, Presidente de los Estados
Unidos Mexicanos. Rúbrica.»
El Presidente diputado Armando Salinas
Torre:
Publíquese en la Gaceta Parlamentaria.
Tiene
el uso de la palabra, para dirigirnos un mensaje, el diputado José Manuel del Río
Virgen, de Convergencia por la Democracia, hasta por cinco minutos.
El diputado José Manuel del Río
Virgen:
Con su permiso, señor Presidente:
Saludo con mucho respeto la
presencia del senador Enrique Jackson Ramírez. Por supuesto la presencia del señor
Secretario de Educación Pública, el doctor Reyes Tamez. A los familiares de nuestro
destacado homenajeado.
Es, compañeras y compañeros
legisladores, una tradición interna y de corte nacional que nos da sustento como nación
inscribir en letras de oro en este recinto, soberanía y casa del pueblo de México, a
quienes sin pretenderlo con sus palabras y con sus hechos fueron, son y serán ejemplo
para todos los mexicanos.
Alfonso García Robles es uno de
esos ciudadanos ejemplares, quien toda su vida la dedicó a servir a su patria con decoro
y también con honor. Como académico, como político, como diplomático; pero sobre todo
como hombre pacifista.
En 1982 recibió el Premio Nóbel
de la Paz, distinción que nunca se le había otorgado a otro mexicano. Nació en una
etapa difícil, en una etapa ruda, en una etapa en donde los momentos de la época no eran
los mejores. Sin embargo, como estudiante destacó por su alto compromiso con la
Universidad. Se graduó para hacer estudios de posgrado. Fue estudiante ejemplar y
profesionista ejemplar. Embajador, Secretario de Relaciones Exteriores y Embajador ante la
ONU. Fue el virtuoso forjador de la Comisión Preparatoria para la Desnuclearización de
América Latina y el Tratado de Tlaltelolco que prohibió decididamente las armas
nucleares de toda la región. Su carrera no terminó ahí. Se integró al Comité de
Desarme de Ginebra y también presidió el Grupo de los Setenta y Siete Países en Vías
de De-sarrollo.
Mantuvo toda su vida que los
problemas entre las naciones deberían de resolverse mediante el diálogo y sobre todo
mediante la concertación sobre la fuerza de las armas y la cerrazón ideológica. ¡Que
actual es nuestro homenajeado! ¡Que actual es nuestro Premio Nóbel! ¡Que actual es don
Alfonso García Robles! ¡Pues en tiempos de convulsiones militares, injerencismos
nacionales y riesgo de la paz mundial, nuestro homenajeado sigue siendo actual!
Con esas convicciones y mística
por el servicio público creyó que el Estado de Derecho y la constitucionalidad sólo son
observadas cuando existe un poder que tiene la fuerza suficiente para garantizarlo, es
decir, la fuerza de la verdad y la razón de Estado, de justicia social, de desarrollo y
de autodeterminación. Esta última nunca sugerida, impuesta, conseguida con actos
belicistas.
Fue por estas razones y por otras,
por su pacifismo que el 13 de octubre de 1982 fue distinguido con el Premio Nóbel de la
Paz.
En tiempos de confusión,
compañeras y compañeros legisladores, debemos de preguntarnos: ¿Desde cuándo la vía o
el camino para derribar a un tirano es martirizar, torturar, destruir y rendir, incluso
hasta acabar un pueblo que ha padecido todo esto largamente? Entonces la enseñanza de don
Alfonso García Robles surge de espontáneo. El decía que había que utilizar el
diálogo, la palabra, la ciencia y la tecnología de su tiempo para ponerla a disposición
de su país y del mundo por sus encargos.
Compañeras y compañeros
legisladores: la comunidad internacional ya no puede ignorar las repercusiones de las
transferencias irresponsables de armas. Las ventas militares indiscriminadas fomentan la
inestabilidad política y las violaciones de los derechos humanos. Falta un código
internacional que haga valer los derechos de todos, respetando las diferencias de los
mismos. El fin, promover la paz y la seguridad global y proteger sobre todo los derechos
humanos.
Don Alfonso García Robles quería
un país de justos entre los justos y una República de iguales entre repúblicas de
iguales y evitar a toda costa el brote de violencia nacionales que ponga en riesgo la
estabilidad internacional y las buenas relaciones entre las naciones en busca del
desarrollo continental, aun en contra de los promotores de gobiernos neocolonialistas,
imperialistas, bélicos y plutocráticos.
En el ámbito internacional es
indispensable que quienes se sienten ofendidos por actos terroristas condenables
enérgicamente. Por cierto no confundan justicia con venganza, porque ambas son total y
absolutamente diferentes.
¡Llevaremos el nombre de un hombre
ejemplar a los muros de este recinto y lo colocaremos con letra de oro para ejemplo de la
patria!
Gracias.
El Presidente diputado Armando Salinas
Torre:
Tiene
el uso de la palabra la diputada Beatriz Patricia Lorenzo Juárez, del Partido Alianza
Social, hasta por cinco minutos.
La diputada Beatriz Patricia Lorenzo
Juárez:
Con el permiso de la Presidencia:
Honorable Asamblea: distinguidos
invitados. Si bien los esfuerzos de la comunidad internacional nunca serán suficientes
para evitar toda amenaza nuclear masiva, es necesario reconocer los esfuerzos individuales
a favor de la paz, a favor de los semejantes y tal es el caso del justo reconocimiento que
hoy esta LVIII Legislatura hace a la memoria y trayectoria del destacado diplomático
mexicano, don Alfonso García Robles.
Así, al inscribir en letras de oro
en el Muro de Honor del salón de sesiones de esta Cámara de Diputados, el nombre del
Premio Nóbel de la Paz 1982, Alfonso García Robles se inscribe un compromiso constante y
firme del pueblo de México por la paz y por el apoyo mutuo entre los pueblos de la
Tierra.
Existen convicciones que
trascienden fronteras, que unen a las distintas razas en un sentimiento común y que no
necesita palabras y son estas convicciones las que hacen a los seres humanos
corresponsables en la construcción de un futuro común.
Alfonso García Robles se
manifestó para evitar la proliferación de las armas nucleares así como para dar lugar a
un desarme general y completo de armamentos nucleares de destrucción masiva, pero no por
dar lugar a ello por medio de la violencia sino por medio del diálogo y el respeto mutuo
entre las naciones.
El homenajeado quiso que las
naciones aprendieran a pensar de una mansera en donde la raza humana fuera lo importante,
más allá de territorios o credos. Desgraciadamente el uso de la tecnología nuclear para
fines pacíficos en beneficio del desarrollo económico de los pueblos es mínimo en
comparación con la utilización de esta misma tecnología pero para dar fines bélicos
sin duda el hombre está más preocupado y ocupado por dar lugar a su autodes- trucción
que por preocuparse por un progreso colectivo.
La carrera armamentista para
almacenar bombas, cohetes y armas atómicas de destrucción masiva, es una carrera sin
retorno en donde la razón de la fuerza aplasta sin consideración a la fuerza de la
razón. Así, es tal la cantidad de armamento nuclear existente hoy día sobre la Tierra,
que nuestro planeta podría explotar en pedazos cientos de veces pero solamente citamos un
momento de irracionalidad para terminar con el pasado, presente y futuro de la humanidad.
Con la entrada en vigor del Tratado
de Tlaltelolco en 1967, América Latina y El Caribe hacen de la paz y del espíritu
humanista los cimientos de su posición con respecto a los conflictos bélicos que
involucran armamento nuclear.
El deseo de los pueblos de la
Tierra por dar lugar al desarme nuclear tiene su origen en un solo hecho que demostró al
hombre que así como el ser humano es capaz de enaltecer el espíritu humano con sus
creaciones en la música o el arte, también es capaz de provocar de manera demente su
propia destrucción. Este hecho son las monstruosas explosiones nucleares en las ciudades
japonesas de Hiroshima y Nagasaki el 6 y 10 de agosto de 1945 respectivamente.
Don Alfonso García Robles dejó
claro con su actividad diplomática que México está a favor de hacer de los territorios
espacios de entendimiento y no campos de batalla.
El insigne abogado y diplomático
michoacano no sólo vio por el bien de México sino por el bien de Latinoamérica y El
Caribe y con ello nos dio el ejemplo de que el bienestar individual no puede concebirse
sino generar el bienestar colectivo.
La vida de don Alfonso García
Robles, tuvo al igual que todos los seres humanos un fin: el 2 septiembre de 1991 pero a
partir de hoy su legado será recordado por las generaciones futuras de México y del
mundo como ejemplo a seguir, a emular y los futuros legisladores tendrán a diario frente
a ellos el nombre de este ilustre mexicano para recordarles que México estuvo, está y
siempre estará orgullosamente a favor de la paz y en contra de la violencia.
Alfonso García Robles nos exhortó
a fortalecer la seguridad internacional pero no por medio de la violencia, la imposición
o la amenaza mutua ya que todo lo anterior tan sólo debilita la fe en la raza humana.
Don Alfonso García Robles hizo de
su actividad profesional un compromiso ante la vida y una forma de impulsar sus
convicciones, las cuales están estrechamente ligadas a las de sus connacionales, es decir
a una actitud a favor de la paz y en comunión con la histórica vocación pacifista de
México.
La libertad de elegir es un derecho
inalienable del ser humano.
Don Alfonso García Robles eligió
el camino de la paz y hoy su nombre será inscrito e inmortalizado en letras de oro, sin
duda algunos de sus ideales eran, son y serán los correctos.
Muchas gracias.
El Presidente diputado Armando Salinas Torre:
Tiene el uso de la voz el diputado
Víctor Antonio García Dávila, del Partido del Trabajo, hasta por 10 minutos.
El diputado Víctor Antonio García
Dávila:
Con el permiso de la Presidencia;
compañeras y compañeros diputados; honorables invitados a esta su casa, la casa del
pueblo de México:
El grupo parlamentario del Partido
del Trabajo acude a esta tribuna para patentizar nuestro reconocimiento a la infatigable
labor en pro de la paz y el desarme mundial realizada por don Alfonso García Robles,
quien fuera miembro del servicio diplomático de México que participó como delegado en
la Conferencia de San Francisco, Cumbre Mundial en la que se fundara la Organización de
las Naciones Unidas y fuera también en la década de los sesenta representante permanente
de nuestro país ante dicho organismo internacional en el Comité por el Desarme Mundial.
Debemos recordar también que
García Robles desempeñó un arduo trabajo en la promoción de un acuerdo para la no
proliferación de armas nucleares en América Latina y cuyo esfuerzo culminó el 12 de
marzo de 1967 con la firma del Tratado de Tlaltelolco, por 22 países.
Justamente el día en que los
mexicanos, y debiera ser en todo el mundo, recordamos a nuestro paladín del desarme
mundial, los países llamados “civilizados”, encabezados por la máxima potencia
de aniquilación internacional, mantienen la ocupación en Irak después de haberla
arrasado, precisamente hoy se escribe una página más en la negra historia del gobierno
estadounidense en contra no sólo del pueblo iraquí sino en contra de la humanidad, con
un agravante fundamental de que ahora no pudo contar con la complicidad de las Naciones
Unidas, cuya existencia por supuesto queda en evidencia una vez más.
¿Desde cuando las grandes
potencias tienen interés en lo que pase a la población de este país? Desde hace doce
años se le acusa a Irak de poseer armas de destrucción masiva. Nos hemos preguntado
alguna vez el origen de dicho armamento, es importante recordar la obra de don Alfonso
García Robles, distinguido en 1982 con el Premio Nóbel de la Paz, en un momento clave
para la sobrevivencia de la población mundial.
Año tras año, las grandes
potencias en una loca carrera por desarrollar mecanismos de destrucción cada vez más
sofisticados y efectivos se encaminan al mundo irremediablemente hacia su destrucción.
Estamos por impulsar una política internacional en la que se luche por el desarme de
todos los países, no solo de Irak ni de Corea del Norte ni de los palestinos como ha
insistido el gobierno norteamericano, sabemos que estas acciones beligerantes no pararán
ahí.
El Partido del Trabajo pregunta a
la comunidad internacional, en esta loca carrera de destrucción en contra de la
humanidad, ¿quién o cómo se parará el armamentismo de los Estados Unidos? ¿por qué
no se cuestiona en el armamentismo de Israel o de otros países?, la respuesta es simple:
son aliados de Estados Unidos ¿Acaso el aniquilamiento del mundo es su objetivo
primordial?
Por todas estas razones debemos
pugnar también porque en el mundo, especialmente en México, surjan, surjan, muchos
hombres de la talla de García Robles que enarbolen la no intervención y el desarme de
todas las naciones por el bien de la humanidad.
El grupo parlamentario del Partido
del Trabajo saluda a la inscripción del nombre de don Alfonso García Robles, en el Muro
de Honor de esta Cámara de Diputados como ejemplo de congruencia intelectual y se une
también, al dolor, al sufrimiento en este Día del Niño, a todos los niños aniquilados
muertos en Irak. Si don Alfonso García Robles viviera también dijera “la reversa
también es cambio”.
El Presidente diputado Armando Salinas
Torre:
Tiene el uso de la voz el diputado
Martí Batres Guadarrama, del Partido de la Revolución Democrática, hasta por 10
minutos.
Permítame diputado Batres.
Activen el sonido en la curul del
diputado Bernardo de la Garza.
El diputado Bernardo de la Garza Herrera (desde su
curul):
Señor Presidente, no habíamos
nosotros dado el nombre de la persona que tomaría la palabra a nombre del grupo
parlamentario del Partido Verde, utilizando ese espacio sería la diputada Cristina
Moctezuma.
El Presidente diputado Armando Salinas
Torre:
¿Me permite el diputado Martí
Batres?
Tiene
el uso de la voz la diputada María Cristina Moctezuma, del Partido Verde Ecologista de
México, hasta por 10 minutos.
La diputada María Cristina Moctezuma
Lule:
Con su permiso, señor Presidente;
compañeras y compañeros diputados; bienvenidos invitados especiales:
Alfonso García Robles, destacado
mexicano con una gran trayectoria internacional, defensor activo del pacifismo, fue
distinguido con el Premio Nóbel de la Paz el 13 de octubre de 1982 y hoy esta Cámara se
honra en galardonar a un prestigiado mexicano.
Honrar a Alfonso García Robles, es
un referente en estos tiempos en que el concepto de la paz y la promoción de la misma,
parece haber sido olvidado por algunos. Afortunadamente nuestra nación ha tenido
ciudadanos que por su fomento a la paz, han contribuido a construir un pueblo pacifista,
valor que afortunadamente los mexicanos conservamos hasta la fecha.
Los valores y la congruencia, hoy
más que nunca, deben ser aplaudidos y galardonados por todos, esto por sí solo explica y
justifica la perpetuidad y reconocimiento a quien contribuyó, a través de su vida, a
construir un México que siempre ha procurado la paz.
Muchas gracias.
El Presidente diputado Armando Salinas
Torre:
Tiene
el uso de la voz el diputado Martí Batres Guadarrama, del Partido de la Revolución
Democrática, hasta por 10 minutos.
El diputado Martí Batres Guadarrama:
Con permiso, señor Presidente,
saludamos a la familia de don Alfonso García Robles, saludamos con respeto también al
Presidente de la Cámara de Senadores y a los invitados que nos acompañan representantes
del Gobierno Federal y del gobierno de Michoacán:
No es casual que esta Cámara de
Diputados le rinda homenaje a don Alfonso García Robles, esta Cámara de Diputados quiere
enviar al mundo un mensaje certero y contundente por la paz. Se trata del desarme, de la
desmilita- rización, del desarme de todos, no del desarme de unos para el rearme de
otros. La idea es el desarme de todos y también del mundo occidental, también de la
superpotencia, también de Estados Unidos de América, el país con el mayor potencial
militar destructivo convencional y no convencional.
Lo decimos ahora, justo ahora que
esa gran superpotencia ha colocado en crisis al sistema jurídico mundial invadiendo un
país sin ninguna autorización de ningún organismo multilateral, con el pretexto de
encontrar armas de destrucción masiva que no fueron encontradas y destruyendo y arrasando
con un pueblo.
Esta Cámara de Diputados
representa al pueblo mexicano, un pueblo pacifista y por ello esta Cámara de Diputados
toma posición por la paz. Queremos muchos Garcías Robles en la política mexicana y en
la política del mundo. Alfonso García Robles es un símbolo de la paz. Junto con Genaro
Estrada, Alfonso García Robles representa uno de los pilares de una doctrina de política
exterior que sigue viva y cuya vigencia existe en la medida en que tengamos la
obligación, la responsabilidad, el deber de combatir cualquier tendencia guerrerista en
el mundo. Una política exterior no envejece por el paso de los años, pues podemos
advertir otras políticas exteriores en otros lugares del mundo que llevan cientos de
años, algunas que no compartimos porque por ejemplo hay doctrinas intervencionistas que
cumplen ya más de 200 años.
Una política exterior como la de
México es vigente porque es vigente la lucha por la paz, por el equilibrio del mundo, por
la cooperación, por la autodeterminación, por la no intervención; una política
exterior como la de México es una política que prestigia al país. Por eso esta
tradición es tan importante para la subsistencia de México, por eso esta tradición es
parte de la identidad del Estado mexicano. Colocar el nombre de don Alfonso García Robles
en los muros de esta Cámara de Diputados constituye un símbolo, pero también un
compromiso de todos los que estamos aquí presentes para luchar por la paz, para combatir
cualquier política guerrerista y para exigir a un país que pretende ser el amo del
mundo, que se desarme y que se desarme ya.
Muchas gracias a todos.
El Presidente diputado Armando Salinas
Torre:
Tiene
el uso de la tribuna el diputado Julio Castellanos Ramírez, por el Partido Acción
Nacional, hasta por 10 minutos.
El diputado Julio Castellanos
Ramírez:
Con el permiso de la Presidencia;
compañeras y compañeros legisladores, distinguidos invitados:
Hoy esta Cámara de Diputados honra
la memoria de un gran estadista mexicano que supo plasmar su ideología pacifista y
visionaria en su trabajo y dejó una huella indeleble en todos aquellos que reconocemos en
la paz y la armonía la única forma sana de convivencia entre la huma- nidad.
Alfonso García Robles nació en
Zamora, Michoacán, el 20 de marzo de 1911; falleció el 2 de septiembre de 1991. Se
graduó en la carrera de leyes en la Universidad Nacional Autónoma de México e hizo
estudios de posgrado en el Instituto de Estudios Superiores de la Universidad de París y
otro más en la Academia de Derecho Internacional de La Haya.
Su larga carrera diplomática
comenzó en 1939 al servicio diplomático de México como tercer Secretario de la
Delegación en Suecia. Su primera misión relevante llegaría seis años más tarde, en
1945, al fungir como delegado en la Conferencia de San Francisco, Cumbre Mundial en el que
fue fundada la Organización de las Naciones Unidas.
En la primera mitad de la década
de los sesenta, ocupó el puesto de embajador en Brasil, cargo que dejó para convertirse
en el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México hasta 1970.
Posteriormente, en la primera mitad
de la década de los años setenta, fue el representante permanente de México ante la ONU
y en 1977 asumió el puesto de representante permanente de México en el Comité por el
Desarme con sede en Ginebra, Suiza.
En 1982, hace ya 21 años, don
Alfonso García Robles fue distinguido con el Premio Nóbel de la Paz, en reconocimiento a
su enorme labor y activismo para promover el Tratado para la Proscripción de las Armas
Nucleares en América Latina, mejor conocido como el Tratado de Tlaltelolco. García
Robles es considerado y con justa razón, el padre de este tratado; sus ideas y su
cálculo realista se ven reflejados en el fraseo del acuerdo.
Fue mientras desempeñaba el papel
de embajador de México en Brasil, cuando comenzó su papel crucial en el lanzamiento e
implementación de este acuerdo. Su legítima inquietud por el problema tenía su origen
en la llamada crisis de los misiles, originada tras la instalación en Cuba de misiles
nucleares por parte de la Unión Soviética, la cual, afortunadamente, pudo ser resuelta
de manera diplomática sin consecuencias beligerantes que sin duda, hubieran modificado el
curso de la historia.
La idea central del acuerdo
promovido por el embajador Robles, giraba en torno a que, al no existir armas nucleares en
ninguno de los países latinoamericanos, se aseguraba la no participación de los mismos
en un posible conflicto que involucrase a las grandes potencias.
Las negociaciones fueron conducidas
en su mayor parte por García Robles, quien gracias a su talento político y a sus grandes
habilidades diplomáticas, consiguió que tras años de discusiones se firmara el tratado.
El Premio Nobel de la Paz, Alfonso
García Robles, expuso que nunca antes se había visto a la humanidad enfrentada como en
esta época, al peligro real de la extinción provocada por ella misma, de ahí que la
disyuntiva sea que el mundo acabe con las armas nucleares o éstas acaben con el mundo.
El embajador García Robles afirmó
que para vencer la renuencia de las potencias nucleares a cesar la carrera armamentista,
sería necesario recurrir a la movilización de la opinión pública mundial.
Hoy día, la geopolítica del mundo
nos presenta un panorama poco alentador, ante la hegemonía de quienes desoyen el clamor y
la voluntad de la mayoría y actúan unilateralmente poniendo en riesgo el frágil
equilibrio entre las naciones del Medio Oriente.
Hace ya tiempo que don Alfonso
García Robles manifestó lo absurdo que resulta pretender la seguridad nacional
aumentando la inseguridad internacional. Señaló también, que los arsenales nucleares
acumulados bastan y sobran para infringir, no una, sino muchas veces, la muerte total del
planeta por lenta o instantánea desintegración.
Para el Premio Nóbel de la Paz
1982, las armas nucleares no tienen objeto militar alguno, nadie en su sano juicio podría
pensar en su utilización, la cual implicaría el suicidio universal.
Por ello, hoy más que nunca
resulta impostergable dar los pasos necesarios para la adopción sin demora de medidas
eficaces relativas al cese de la carrera armamentista nuclear.
Sin duda, el Embajador García
Robles, se oponía a la proliferación de armas nucleares en cualquier latitud del planeta
y en Acción Nacional creemos fervientemente, que únicamente a través de la razón, la
sensatez, la cordura, la prudencia y la sabiduría, lograremos incidir a favor de la paz
mundial, anhelada seguramente por don Alfonso.
García Robles representa, sin
lugar a dudas, lo más valioso, brillante y congruente de la diplomacia mexicana
contemporánea. Sin duda, la obra maestra que lo encumbró para obtener este galardón
universal, único para México en materia de paz, fue la iniciativa, negociación y
conclusión del Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en Latinoamérica,
conocida como Tratado de Tlaltelolco.
Los legisladores de Acción
Nacional reconocemos que este tratado representa un acto visionario por parte de nuestro
país y las naciones participantes, y una demostración de realismo político y madurez
diplomática.
Inscribir en letras de oro en el
Muro de Honor de este recinto legislativo, el nombre del insigne diplomático pacifista,
Premio Nóbel de la Paz, Alfonso García Robles, para el grupo parlamentario del Partido
Acción Nacional, es una forma de expresar nuestra admiración y gratitud, por su
incansable y lucida labor a favor del desarme, la paz y la seguridad internacionales.
El fue una de estas personas que
poseen el valor de admirar de frente la verdad de la situación creada por las armas
nucleares, este acto es sólo el reconocimiento de que no olvidamos que la existencia del
Tratado de Tlaltelolco es fruto de acciones realizadas por hombres, como el embajador
García Robles, que tuvieron el valor y la determinación por hacer realidad esa visión.
Por su atención, muchas gracias.
El Presidente diputado Armando Salinas
Torre:
Tiene
el uso de la palabra la diputada Beatriz Paredes Rangel, por el Partido Revolucionario
Institucional.
La diputada Beatriz Elena Paredes
Rangel:
Señor diputado Armando Salina
Torre, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados; estimado amigo senador
Enrique Jackson Ramírez, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, cuya
presencia distingue de manera particular esta sesión; doctor Reyes Tamez Guerra,
Secretario de Educación Pública y representante del señor Presidente de la República;
distinguida señora Juanita de García Robles, esposa de don Alfonso García Robles y
demás familiares que nos acompañan; autoridades del gobierno de Michoacán y del
municipio de Zamora; señor Embajador emérito Sergio González Gálvez, representante del
señor canciller; distinguidos amigos del cuerpo diplomático; compañeras y compañeros
legisladores:
Participo ahora, en la que tal vez
sea mi última intervención ante el pleno de los diputados de la LVIII Legislatura. Por
ese motivo, no puedo dejar de referirme a la trascendencia que nuestra Cámara ha tenido
para garantizar la gobernabilidad democrática y la estabilidad institucional en nuestro
país, al aprobar las leyes de carácter fiscal y presupuestal que proporcionaron el piso
básico para que el titular del Ejecutivo Federal ejerza sus funciones de Gobierno y
ejecute los programas públicos.
Es destacable, la visión de Estado
que permitió cumplir con la responsabilidad de legitimar la alternancia, cuando el primer
Presidente del Siglo XXI, surgido de una composición política distinta a la que tuvo la
hegemonía en México en el curso del Siglo XX, protestó en sesión de Congreso General
cumplir y hacer cumplir nuestra Cons- titución.
México, es un país de
instituciones. Nuestra Legislatura ha honrado esa condición. Mi reconocimiento a todas y
todos las señoras y señores diputados.
Hemos aportado, en el tramo de
nuestra actuación legislativa, un impulso notable al propósito de consolidar la vía
democrática como espacio de la convivencia entre los mexicanos, y la legitimidad
institucional como eje del ejercicio del poder.
Hablo, a nombre de los legisladores
del Partido Revolucionario Institucional, organización en la que milito. Como reformista
que soy, seguiré pugnando por la transformación del mismo, por su reencuentro con el
momento histórico contemporáneo, porque recupere su posibilidad de ser vanguardia.
Reconozco en mis correligionarios, el compromiso con lo social que distinguió a su
negociación legislativa, y la madurez que califica, si juzgamos sin regateos, el
comportamiento de nuestro grupo parlamentario. Saludo al coordinador, Rafael Rodríguez
Barrera, a quien reitero fraternidad y solidaridad perenne.
Mucho me complace que hacer uso de
la palabra en esta Sesión Solemne, sea para exaltar valores superiores.
Reivindiquemos a la palabra como la
saeta certera que zahiere, y quiebra la inercia y el desaliento, cuando, cargada de
contenido, transmite la verdad, cuando le da voz a lo más preciado del pensamiento
humano, cuando registra las aspiraciones de un pueblo. Así, deseo que logren ser mis
palabras hoy, expresión de dignidad, de orgullo por un mexicano, relato de la grandeza de
lo que hemos sido y podemos ser.
Creo, con Ortega y Gasset, que el
hombre es él y su circunstancia. Pero si algo distingue a los personajes de las personas,
a los que trascienden de los que pasan, a los que aportan de los que medran es, su
comprensión de la circunstancia, domeñarla y apreciando el contexto, imprimir su toque,
interpretar las aspiraciones de sus contemporáneos o encarnar el continuo del devenir
histórico para, actuando, modificar el curso, transformar las cosas, y así, darle una o
varias vueltas a la rueda de la historia, para avanzar, aunque sea un pequeño tramo, en
la civilización humana.
Voy a referirme a García Robles.
El origen: el Michoacán de
tradición liberal, la cantera de Morelos, de Melchor Ocampo, de Lázaro Cárdenas. La
síntesis purépecha y criolla que procreó un mestizaje con identidad de región y de
nación. De visión, desde Michoacán, de lo mexicano. Con los colores y el fuego del
Paricutín.
El antecedente: la prosapia
diplomática del Servicio Exterior Mexicano. Esa diplomacia de la que nos hemos
vanagloriado, de tradición juarista, principista, y emblemática de la dignidad soberana
de los países que han podido ser, a golpe de machete y fuerza de palabra, por encima de
los apetitos de las potencias expansionistas o de las seducciones de quienes compran o
cautivan. Esa diplomacia de carrera que ha prohijado funcionarios con la mayor jerarquía,
la que se origina en la fusión de patriotismo y profesionalismo; ese servicio civil que
califica, desde al más modesto segundo secretario en el Consulado de Sausalito, hasta el
Embajador Emérito y Plenipotenciario en Naciones Unidas, como verdaderos servidores de
México. Al exaltar a don Alfonso García Robles, deseamos homenajear a los centenares de
hombres y mujeres cuya vocación y profesionalismo nos ha permitido integrar al Servicio
Exterior Mexicano como un ejemplo de institucionalidad garante de la seriedad de México
en su representación ante el mundo.
Antecedente fundamental también,
abrevar el espíritu de las leyes en universidades mexicanas y francesas, en esa feliz
conjunción del pensamiento liberal que ha caracterizado a nuestros mejores hombres.
El Contexto: La Guerra Fría. La
crisis de los misiles. El riesgo nuclear.
La vulnerabilidad de nuestra
región ante una conflagración entre las potencias de entonces que pudiera devenir en un
conflicto nuclear de proporciones incalculables.
La decisión. Hacer del Derecho
Internacional y la Política Exterior el instrumento privilegiado, el verdaderamente
legítimo, para diseñar y encauzar nuevos estadios para la convivencia internacional.
El Tratado para la Proscripción de
las Armas Nucleares en la América Latina y El Caribe, conocido como el Tratado de
Tlaltelolco, es un astro luminoso en medio de un horizonte estéril, plagado de actitudes
belicistas, de recursos para sofisticar las formas de destrucción, de un nuevo
entronizamiento de los señores de la guerra.
Pasmados ante los horrores de las
nuevas armas que hacen caso omiso de la letra, el espíritu y la filosofía de las leyes
del honor en el campo de batalla, armas aberrantes como las bombas de fragmentación o las
que queman a los seres humanos o las que usan uranio empobrecido y dejan secuelas
permanentes, nos olvidamos del peligro nuclear que no sólo persiste, sino es aún más
grave ante la posibilidad de su uso por terroristas, por irresponsables o por megalómanos
con propósitos imperiales. Estoy convencida de que ahora, más que nunca, es urgente
luchar, como lo hizo García Robles, por la eliminación de todas las armas nucleares en
el mundo.
De la mayor relevancia, también,
las aportaciones de don Alfonso García Robles, para la definición del Tratado Sobre los
Derechos del Mar, que proveyó a las naciones costeras de las 200 millas de mar
patrimonial como espacio de ejercicio de su soberanía. Para tener una idea del impacto
que para el país ha tenido el Tratado Sobre los Derechos del Mar basta decir que la sonda
de Campeche, de la que proviene el 79% del petróleo que exportamos, pertenece a nuestra
jurisdicción gracias a ese ordenamiento internacional.
Señoras y señores: en esta hora
difícil de la vida del mundo, en que el escenario internacional se ensombrece por la
unipolaridad sin cortapisas, y el Sistema de Naciones Unidas se ha vulnerado y evidenciado
en su debilidad e insuficiencias; cuando algunos desean que los poderes sean limitados y
convertirla en una organización de ayuda huma- nitaria, eliminándole todas sus
capacidades políticas; cuando el entorno nacional se enturbia por la confusión y las
descalificaciones, atrapado en la competencia sin fin, y el quehacer político es más la
arena de vendettas y complacencia de facciones, que espacio de creación y trascendencia,
cuando en el país la noción de Estado apenas es ráfaga fulgurante, como excepción, no
como ejercicio cotidiano; cuando los indicadores en América Latina nos hablan de la
ampliación de la desigualdad, de la degradación en los niveles de vida, de las tensiones
que corroen la gobernabilidad democrática, personalidades como Alfonso García Robles nos
reconcilian con la especie humana y nos hacen ver, que no obstante avizorar el
Apocalipsis, estremecerse ante la corrupción y mediocridad, si existe tenacidad y
convicciones, si se transita sin doblegarse, siempre se encuentra un resquicio para que la
razón impere y el hombre se encuentre con lo mejor de sí mismo y con lo mejor de la
sabiduría humana transmitida de generación en generación, condensada a través de
centurias, enaltecida a través de una actividad que, cuando bien se lleva, ennoblece: la
política, que en su acepción superior, es representación, capacidad de negociación y
acuerdo sobre valores sustentados en principios. La política, que en tratándose de
relaciones entre pueblos y países, es la diplomacia.
Creo, con Jaime Sabines:
“Entreteneos aquí con la
esperanza, el júbilo del día que vendrá germina en los ojos como una luz reciente, pero
ese día que vendrá, no ha de venir, es éste.”
Porque creemos en la paz como valor
superior y expresión de la civilización humana.
Porque aquilatamos al Sistema de
Naciones Unidas como un sistema en el que impere el derecho y la justicia y lo concebimos
como el escenario multilateral, que reformado y democratizado, debe fortificarse como el
sínodo de las decisiones mundiales que a todos obliguen.
Porque apreciamos la consistencia
del Servicio Exterior Mexicano, su actitud congruente con principios, su profesionalismo
en la representación de los intereses nacionales ante el orbe.
Por ello, esta LVIII Legislatura
honra a don Alfonso García Robles, porque los valores que condujeron su fructífera
existencia son los que se deben de inmortalizar y al grabar su nombre en letras de oro en
el recinto parlamentario, eternizamos una trayectoria, una vocación y una conducta que ha
prestigiado a la política y al derecho internacional, y ha distinguido,
engrandeciéndola, la aportación de México a la civilización universal.
Muchas Gracias.
El
Presidente diputado Armando Salinas Torre:
Senador Enrique Jackson Ramírez,
Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República; señor Secretario de
Educación Pública, don Reyes Tamez Guerra; señores familiares de don Alfonso García
Robles; señores funcionarios del Gobierno y de los gobiernos de Michoacán; señores
embajadores, miembros del honorable cuerpo diplomático y de organismos internacionales
acreditados en México; compañeras y compañeros diputados:
Pocas veces un homenaje es tan
oportuno como el que hoy se rinde a don Alfonso García Robles.
En estos tiempos difíciles, cuando
hace falta imaginar y construir un nuevo orden mundial sin predominios hegemónicos, su
talento, capacidad de negociación y conocimiento del derecho internacional seguramente
habrían logrado aportaciones fundamentales.
Reconocemos la valía de don
Alfonso García Robles días después de haber concluido un doloroso conflicto armado y
ello implica un doble significado: primero, esta representación popular le hace justicia
a un hombre que será recordado a perpetuidad; segundo, el Congreso de la Unión envía un
nuevo mensaje al mundo que ratifica el compromiso por el respeto al derecho internacional
y el apego incuestionable a los mecanismos multilaterales de resolución de conflictos.
Este acto es además motivo de
satisfacción personal. Me enorgullece y estimula representar a la Cámara de Diputados en
momentos donde la nobleza y generosidad nos unen y colocan a todos por encima de las
diferencias y coyunturas.
La visión de este ilustre mexicano
es perfectamente válida hoy; de hecho sin duda, inspirado en su pensamiento, México ha
desplegado un creciente activismo internacional comprometido con la paz mundial, el
desarme, el desarrollo y los derechos humanos.
García Robles es un ejemplo de
profesionalismo comprometido con la ética. Fue un servidor público que se empeñó en
nutrir un talento para ponerlo al servicio de su país.
Hoy es necesario pensar la manera
en la que se pueda transformar el conjunto de instituciones internacionales surgidas de la
Segunda Guerra Mundial.
La Organización de las Naciones
Unidas, a la que García Robles le dedicó buena parte de su esfuerzo, necesita revisarse.
Además, es tiempo de fortalecer el sistema jurisdiccional mundial para evitar que
decisiones tan complejas como la guerra y la paz sean tomados por órganos demasiado
politizados.
Este contexto añora la tenacidad y
claridad propias de Alfonso García Robles. En este Muro de Honor de la Cámara de
Diputados hay un reflejo de nuestra historia. Ahora estamos poniendo un nombre que nos une
en la admiración y el reconocimiento.
El legado de García Robles se suma
a la base de la política exterior de este régimen democrático. Esto no quiere decir que
dejen de existir diferencias, diferentes posiciones y puntos de vista, pero deben quedar
claros los principios que nos unen y deben ser respetados por todas las fuerzas
comprometidas con la democracia, la equidad y los derechos humanos, en México y en el
mundo.
Si encontramos esos principios que
nos unen, todas las diferencias serán válidas con esas reglas.
Con una visión de Estado se trata
de construir las nuevas instituciones de la política exterior, más allá del partido que
gobierne.
La situación actual impone abrir
una discusión mesurada y seria, sin dogmas, sobre cuáles son los objetivos nacionales
con respecto al resto del mundo en los terrenos económico, político y en el social. Se
trata de discutir el papel de México en la integración del mundo y continuar al frente
de las iniciativas en el contexto regional, en lugar de dejarnos arrastrar por los
acontecimientos.
La memoria de Alfonso García
Robles nos impulsa hacia una actividad propositiva y valiente a favor de la conducción
humana, más fraterna y más equitativa.
Es un momento oportuno para que se
oiga de nuevo su voz a favor de la paz; es tiempo de que se recuerde su capacidad para
conseguir acuerdos en los espacios diplomáticos y para reafirmar el compromiso de México
con los organismos internacionales y los acuerdos multilaterales.
Sin ingenuidad México ha mantenido
una actitud que ha valorado la paz por encima de la guerra.
Ahora es tiempo de impulsar una
reconstrucción en la que la Organización de las Naciones Unidas juegue un papel
relevante.
Esta fecha es motivo de orgullo
para el Congreso y debe serlo también para la sociedad mexicana.
Felicidades a don Alfonso García
Robles; felicidades a su familia. El legado de este insigne mexicano, está entre
nosotros.
Muchas gracias.
DEVELACION
DE LETRAS DE ORO
Se ruega a los ciudadanos: senador
Enrique Jackson Ramírez, Presidente de la Cámara de Senadores; al diputado Martí Batres
Guadarrama, Presidente de la Junta de Coordinación Política; a los diputados: Beatriz
Elena Paredes Rangel; Rafael Rodríguez Barrera, coordinador del grupo parlamentario del
Partido Revolucionario Institucional; Alejandro Zapata Perogordo, coordinador del grupo
parlamentario del Partido Acción Nacional; Augusto Gómez Villanueva, Presidente de la
Comisión de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias; Bernardo de la Garza Herrera,
coordinador del grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista de México; José Narro
Céspedes, subcoordinador del grupo parlamentario del Partido del Trabajo y a mis
compañeros vicepresidentes, nos acompañen a la develación del nombre del ilustre
Alfonso García Robles, que ha sido inscrito en el Muro de Honor de este recinto.
(Los nombrados pasan a develar el
nombre de don Alfonso García Robles en los muros de honor del recinto.)
La
Secretaria diputada María de las Nieves García Fernández:
Se les invita a pasar a ocupar sus
lugares.
El Presidente diputado Armando Salinas
Torre:
Se invita a los presentes a ponerse
de pie, para entonar el Himno Nacional.
(Se entona el Himno Nacional.)
CLAUSURA
Y CITATORIO
El Presidente diputado Armando Salinas Torre (a
las 11:55 horas):
Agradecemos la presencia y
participación de todos nuestros invitados a esta sesión solemne.
Se
levanta la sesión y se recuerda a los diputados que a las 13:00 horas continuará nuestra
sesión ordinaria.
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