DIRECTOR GENERAL DE CRONICA PARLAMENTARIA Gilberto Becerril Olivares | PRESIDENTE Diputado Juan de Dios Castro Lozano |
DIRECTOR DEL DIARIO DE LOS DEBATES Norberto Reyes Ayala |
AÑO I | México, DF, 16 de octubre de 2003 | Sesión No. 15 |
El Presidente, en cumplimiento del acuerdo aprobado en la sesión del 9 de octubre de 2003, declara abierta la sesión solemne para conmemorar el L aniversario de la incorporación a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos del derecho de las mujeres mexicanas a votar y ser elegidas
Dirige un mensaje el diputado Juan de Dios Castro Lozano, Presidente de la Mesa Directiva
Se procede a la presentación de un video conmemorativo
Se concede el uso de la palabra a los diputados y diputadas:
Jaime Miguel Moreno Garavilla
Joel Padilla Peña
Alejandra Méndez Salorio
Martha Lucía Mícher Camarena
Continúan en la celebración de esta sesión, las diputadas:
Margarita Ester Zavala Gómez del Campo
Diva Hadamira Gastélum Bajo
Dan lectura a los nombres de las mujeres que han desempeñado y desempeñan el cargo de diputadas federales de la XLII a la LIX Legislaturas, las diputadas:
Jazmín Elena Zepeda Burgos
María Avila Serna
Regina Vázquez Saut
Mayela María de Lourdes Quiroga Tamez
Se concede la palabra a la diputada Elba Esther Gordillo Morales, Presidenta de la Junta de Coordinación Política
Lista de asistencia de diputados, correspondiente a la presente sesion. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Ruego a la Secretaría haga del conocimiento de esta Presidencia el resultado del cómputo de asistencia de los diputados y rogamos a las personas que no sean legisladores tengan la bondad de ocupar sus lugares.
El Secretario diputado Marcos Morales Torres:Se informa a la Presidencia que existen registrados al momento 352 diputadas y diputados.
Por lo tanto, señor Presidente, hay quórum.
El Presidente diputado Juan de Dios Castro Lozano (a las 11:15 horas):
Se abre la sesión.
Proceda la Secretaría a dar lectura al orden del día.
«Primer Periodo Ordinario de Sesiones.--- Primer Año.--- LIX Legislatura.
Orden del día
Sesión solemne para conmemorar el L aniversario del reconocimiento constitucional del derecho de las mujeres a votar y ser elegidas.
Jueves 16 de octubre de 2003.
Palabras del diputado Juan de Dios Castro Lozano, Presidente de la Mesa Directiva.
Presentación de vídeo conmemorativo.
Intervenciones de integrantes de los grupos parlamentarios.
Lectura y proyección en las pantallas de los nombres de las 690 exlegisladoras que han sido y son representantes de la XLII a la LIX Legislaturas de la Cámara de Diputados, por diputadas de los grupos parlamentarios.
Palabras de la diputada Elba Esther Gordillo Morales, Presidenta de la Junta de Coordinación Política.
Lectura del acta de esta sesión solemne.»
En cumplimiento del acuerdo aprobado en la sesión del 9 de octubre de 2003, se abre la sesión solemne para conmemorar el L aniversario de la incorporación a la Constitución General de la República del Derecho de las Mujeres Mexicanas a Votar y ser Elegidas.
Con el propósito de hacer uso de la palabra, la Presidencia solicita autorización a la Mesa Directiva.
Presidencia del diputado Antonio Morales de la PeñaEl Presidente diputado Antonio Morales de la Peña:Se le concede el uso de la palabra al diputado Juan de Dios Castro Lozano, Presidente de la Mesa Directiva y se solicita a todas las compañeras y compañeros que no sean legisladores ocupen sus respectivos lugares.
El diputado Juan de Dios Castro Lozano:Señoras y señores legisladores; Mesa Directiva; señoras y señores:
En la máxima tribuna de la nación hago uso de la palabra para tocar un tema de gran importancia como lo es el aniversario del voto de la mujer en México y que refleja el desarrollo democrático que está viviendo nuestra sociedad.
Yucatán fue el primer estado donde se reconoció el derecho a votar por la mujer, con un decreto promulgado por el entonces gobernador Felipe Carrillo Puerto, en el año de 1922. Y fueron tres, fueron tres las primeras diputadas locales en la historia de México.
El voto de la mujer se reconoció posteriormente en la legislación de San Luis Potosí, en el año de 1923. Y en Chiapas en el año de 1925. Y a nivel nacional el 17 de febrero de 1947 se reformó el artículo 115, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para que las mujeres pudieran participar en la vida política del país, ocupando cargos públicos en igualdad de condición que los varones.
Sin embargo, fue hasta el 17 de octubre de 1953 cuando se reformó el artículo 34 de nuestra Carta Magna, para iniciar el ingreso legal de las mujeres en la vida política de México al reconocerse su derecho a votar.
El alma de este país son sus hombres, pero el corazón de México son sus mujeres.
Este Congreso ha sido testigo de intensos debates sobre el avance, no tan rápido como hubiéramos querido, pero avance al fin sobre la participación política de la mujer.
Los Diarios de los Debates de este Congreso han sido testigos, primero mudos y luego hablantes, de las reformas al Cofipe y la Ley que Crea el Instituto Nacional de la Mujer.
En 1964 en el Senado de la República solamente había una mujer; hoy se cuenta con 22 mujeres valiosas. Hace 50 años en esta Cámara de Diputados sólo había una diputada federal; hoy contamos con 112 mujeres extraordinariamente valiosas.
Falta, señoras y señores legisladores, falta todavía mucho por hacer. Pero ese tema es de responsabilidad de todos, de hombres y de mujeres. En el ámbito político, en el ámbito jurídico, en el ámbito social, la construcción de mayores espacios para que la mujer participe en las decisiones de gobierno y en puestos de elección popular es tarea de todos.
México sabe que sus mujeres no solamente cargan niños, no solamente cargan pasiones, no solamente cargan penas y bolsas de supermercados, sino también cargan preocupaciones y esperanzas para mejorar sus condiciones de vida de ellas y de sus hijos. Las mujeres tienen fuerzas que nos asombran, aunque algunos insistan en llamarles todavía ``el sexo débil''; la fuerza de las mujeres no radica en sus músculos; su fuerza, su tenacidad está en su alma y está en su corazón.
Celebramos este aniversario como un reconocimiento a la fuerza interior que la mujer mexicana tiene, a su energía instintiva, a su intuición práctica, a su inteligencia emocional, a su deseo irrenunciable de alcanzar los sueños como objetivos, y que esos sueños, esas esperanzas, esos deseos se plasmen siendo esposa, siendo madre, siendo hija, siendo novia, siendo hermana, pero sin renunciar a ser también profesionista y ciudadana, a votar y ser votada, a elegir y decidir en este maravilloso techo nacional que representan las mujeres.
Eso es todo, muchas gracias.
Presidencia del diputado Juan de Dios Castro LozanoEl Presidente diputado Juan de Dios Castro Lozano:El siguiente punto del programa en esta sesión solemne es la proyección de un video conmemorativo de este L aniversario.
(Proyección del video transcripción:)
«No hay duda que para la inteligencia de muchos lugares es menester mucha historia, costumbres, ceremonias, proverbios y aun maneras de hablar de aquellos tiempos, en que se escribieron para saber sobre qué caen y a qué aluden algunas locuciones de las divinas letras. Quizá nunca antes las mujeres habían tenido tanta participación en el escenario político nacional, como lo están teniendo ahora; las mujeres son protagonistas de primer orden en todos los campos, lo mismo en el deporte que en la literatura, la economía, la ciencia, la política y el arte; se les puede encontrar dirigiendo un periódico, una obra de teatro o un proyecto empresarial.
Durante mucho tiempo la mujer estuvo ausente en el panorama político y cultural del país, la conquista fundamental que desatara el cambio, es sin duda el derecho al sufragio; la democracia al ser un sistema en que una sociedad toma decisiones en torno al poder y al gobierno, tiene en el voto su máxima expresión.
En México, al igual que en la mayoría de los países, este derecho se reconoció a las mujeres después de mucho tiempo, así encontramos en la historia que la aspiración de las mujeres por lograr una igualdad intelectual, social, económica y política, está inmersa en un proceso largo que inicia desde épocas antiguas; fue hasta los movimientos armados, en las luchas de independencia y en la revolución, cuando la participación de las mujeres quedó plasmada.
En el Siglo XIX, durante el movimiento independentista, las mujeres participaron también de manera activa, aunque son pocos los nombres que registró la historia, entre ellas Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario Fernández y Gertrudis Bocanegra.
Durante la intervención francesa, Ignacia Rianchi peleó junto con Nicolás Romero; a principios del Siglo XX en la huelga de trabajadores de la fábrica de Río Blanco, en Orizaba, Veracruz, varias mujeres lucharon por mejorar las condiciones laborales, como Anselma Sierra, Carmen Cruz, Guadalupe Martínez, Lucrecia Otoris, entre otras. Después de la Revolución las mujeres exigen mayor participación social y reconocimiento como ciudadanas, estuvieron presentes en las luchas armadas, pero no fue sino hasta la Constitución Política de 1917 donde se inscriben por primera vez sus derechos.
En esos tiempos de subversión, las mujeres estaban al mando de batallones de soldados y guerrilleros que lucharon en contra de Díaz y posteriormente contra Huerta, trabajaron como enfermeras, voluntarias, mensajeras, soldaderas y coronelas.
A principio del Siglo XX las mujeres mexicanas empezaron a tener presencia en las organizaciones políticas, como sucedió en el Partido Liberal Mexicano, las feministas del club de las hijas de Cuauhtémoc, fundado en 1910, organizaron una marcha contra el régimen porfirista, pronunciándose por la igualdad política de las mujeres.
En 1922 Felipe Carrillo Puerto, gobernador de Yucatán, envió una iniciativa al Congreso del estado para reconocer el voto de las mujeres.
En San Luis Potosí, el gobernador Aurelio Manrique, expidió un decreto en 1923, en el cual reconocía a las mujeres del estado el mismo derecho.
En 1937 el Presidente Lázaro Cárdenas envió al Senado una iniciativa para reformar el artículo 34 constitucional como primer paso para que las mujeres obtuvieran la ciudadanía. La Cámara alta pospone el debate dadas las condiciones políticas del país.
En 1946 la Cámara de Diputados aprobó una iniciativa enviada por el Presidente Miguel Alemán, en la que se adicionó el artículo 115 constitucional, estableciendo que en las elecciones municipales participarían las mujeres en igualdad de condiciones que los varones, con el derecho de votar y ser votadas.
Finalmente, el 17 de octubre de 1953 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el nuevo texto del artículo 34 constitucional: ``Son ciudadanos de la República los varones y las mujeres que teniendo la calidad de mexicanos reú-nen además los siguientes requisitos: haber cumplido 18 años siendo casados o 21 si no lo son y tener un modo honesto de vivir''.
Para 1955, en las elecciones del 3 de julio las mujeres acudieron a las urnas para elegir diputados federales.
``Me siento muy orgullosa del trabajo de todas las mujeres que me han precedido, de las mujeres que actualmente luchan y trabajan para otras mujeres y de las que estoy segura se están preparando para continuar avanzando hacia los derechos plenos de todas las mujeres en este país y en el mundo.''
En contraste con otros países México llega tarde a reconocer la ciudadanía de las mujeres, ya que los primeros países que reconocieron este derecho fueron Nueva Zelanda en 1893 y Australia en 1902.
El voto de las mujeres ha sido un aporte significativo para el fortalecimiento de la cultura democrática.
La lucha de las mujeres se ha dado a lo largo de la historia en un contexto de marginación, discriminación y segregación de género que ha limitado el conocimiento y ejercicio pleno de sus derechos.
La lucha de las mujeres por la equidad de género es una larga historia con diversos y significativos logros como son: la creación de la Convención Nacional de las Mujeres por la Democracia en 1991 y las reformas al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, que para los partidos nacionales consideren en sus estatutos que las candidaturas a ocupar puestos de elección popular no excedan del 70% para un mismo género.
``Es un privilegio. De cierta manera es un privilegio ir a votar nosotras como mujeres, porque la verdad le ha costado mucho trabajo a la mujer lograr que sea escuchada y el voto es uno de sus mayores logros.''
Hoy que se conmemoran 50 años del reconocimiento del derecho al voto de las mujeres, el Congreso en su LIX Legislatura reconoce que no puede existir una democracia sin la presencia de las mujeres en todos los ámbitos.
Las mujeres siguen impulsando la apertura democrática y efectiva que concilia los valores de equidad, justicia, libertad, tolerancia y respeto a toda la sociedad.
``Bueno, yo creo que lo están valorando desde antes para poder seguir participando, porque hay muchas mujeres preparadas y están desperdiciadas, entonces las oportunidades no son únicamente para los hombres, también deben de ser para las mujeres.''
El Congreso de la Unión ha trabajado en la elaboración de propuestas que promuevan la no discriminación de la mujer, la promoción de políticas y acciones gubernamentales, condición de género, respeto a los derechos de las mujeres y la aprobación de presupuestos que las beneficien en materia de salud, educación, trabajo, cultura, alimentación, toma de decisiones, derechos humanos, entre otros.
Con la celebración del Primer Parlamento de Mujeres de México en 1998, el Congreso y la sociedad civil lograron un espacio de interlocución para materializar la igualdad de género en todos los campos en los que participan las mujeres. Durante cuatro años las legisladoras y las ciudadanas promueven acciones afirmativas que incidan transversalmente en la política nacional.
En esta sesión solemne las diputadas y los diputados de esta LIX Legislatura celebran la trascendencia de la incorporación de las mujeres a la vida democrática de nuestro país.
A 50 años, el Congreso de la Unión se compromete a seguir elaborando las leyes que construyan la ciudadanía plena de las mujeres, a 50 años el Congreso reconoce que todavía falta un largo camino por recorrer para garantizar el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres y así saldar la deuda histórica que con ella se tiene.
Por ello, a 50 años el Congreso desarrolla acciones afirmativas que permitan hacer realidad las demandas que ha forjado la lucha de todas las mujeres mexicanas. » (Final del video)
El Presidente diputado Juan de Dios Castro Lozano:Harán uso de la palabra hasta por 10 minutos, las siguientes diputadas y diputados: por el Partido de Convergencia, Jaime Moreno Garavilla; por el Partido del Trabajo, Joel Padilla Peña; por el Partido Verde Ecologista de México, Alejandra Méndez Salorio; por el Partido de la Revolución Democrática, Martha Lucía Mícher Camarena: por el Partido Acción Nacional, Margarita Zavala Gómez del Campo; por el Partido Revolucionario Institucional, Diva Hadamira Gastélum Bajo.
En consecuencia, tiene la palabra el diputado Jaime Moreno Garavilla, del grupo parlamentario del Partido de Convergencia.
El diputado Jaime Miguel Moreno Garavilla:Honorable Asamblea; amable auditorio:
Realmente alguien podría llegar a dudar que es el eterno feminismo el que nos impulsa permanentemente hacia arriba siguiendo con ello a Goethe y que conste que la pródiga vida de esta genial figura de la literatura universal transcurre procurando la armonía entre razón y sentimiento, entre hombre y naturaleza.
Es que no tiene por qué haber oposición, no tiene por qué haber discrepancia, vincular a las honduras del corazón con lo más granado del pensamiento sirve hasta para citar el tramo que en armonía y sin fatigas recorre el eterno péndulo de Cronos yendo del romanticismo decantado a la heroicidad, de la gestación del ser a la instauración de la patria y de una nación.
¿Qué esto es manifestación del amor cósmico? Por supuesto, mas no olvidar que éste ha determinado tomar a la mujer por instrumento para consumar sus obras, las que impactan a los sentidos, ocupan la ente y trascienden la vida del hombre.
Sea que se quiera invocar a la Sara bíblica de Abraham, a Nefertiti la de Amenofis en Egipto, a Josefina la de Napoleón, a Julieta y Shakespeare, a Juana, la nuestra, la de Asbaje, Rosario la de nuestro Comitán, a la Corregidora, a la señora Tacher o a la señora Clinton; es categórico que ninguna de ellas como tampoco de las innumeras que estarían por mencionarse, han adquirido capacidad o fincado su fama gracias a la generosa concesión de una disposición jurídica.
Efectivamente, algo absurdo hay en el empecinamiento de establecer en los códigos lo que la naturaleza ya se ha encargado de decretar: la capacidad superior de la mujer.
La retrospectiva hacia una sociedad de tradiciones autoritarias y por ende insensibles a la realidad, justifican sin embargo, esta práctica normativa cuya sucesión histórica, aunque incipiente y lánguida como ya lo hemos podido advertir en este magnifico documental proyectado, comienza a aparecer entre nosotros hasta mediados de la segunda década, nada menos que del Siglo XX.
Se autorizó, ya se dio cuenta de ello, el primer Congreso Feminista en Yucatán en 1915, con énfasis se presume la asistencia de más de 600 delegadas. Apenas iniciada la tercera década, gracias a Carrillo Puerto, se crean las ligas feministas como autogestoras del mejoramiento integral de la mujer.
Un decreto del gobernador Manrique de San Luis Potosí en 1923, otorga el derecho a la mujer a votar y a ser elegida, sólo en las elecciones municipales. En ese mismo año en Yucatán surgía la primera diputada al Congreso local, Carrillo Puerto sus apellidos. Dos años más tarde Chiapas concedía a sus mujeres mayores de 18 años los mismos derechos políticos del hombre.
Un antecedente más al hecho que hoy conmemoramos, lo es la reforma al artículo 34 constitucional, ya aprobada en los términos del 135, hay registro documentado, histórico de ello por las dos Cámaras, por la de Diputados y por la de Senadores, en el marco del mandato de don Lázaro Cárdenas, no obstante esta reforma no llegó a ser promulgada.
La reforma que en 1946 auspició el Presidente Miguel Alemán al artículo 115, tuvo la bondad de federalizar, podríamos decirlo así, el derecho de las mujeres a participar electoralmente dentro del ámbito municipal.
Una promesa de campaña, cumplida, fue la del Presidente Caballero, hábil sin par, don Adolfo Ruiz Cortines, quien en su calidad de candidato aún a la Presidencia de la República les prometió a las mujeres la ciudadanía sin restricciones, en el mes de abril de 1952.
Y es así como llegados al día que hoy recordamos, al 17 de octubre de 1953, fecha en que apareció publicado en el Diario Oficial de la Federación el nuevo texto del artículo 34 constitucional, de consuno (sic)a la supresión del 115 respectivamente que daba fin al sufragio femenino en su restricción a la órbita municipal.
Al amparo de estas reformas es como surge en la historia legislativa de nuestro país, la elección de la primera diputada federal por Baja California; se trata, pues, de un hecho relevante en nuestra evolución cívica como nación el que conmemoramos, si, es también nota de distinción y progreso en lo jurídico-electoral, no cabe duda.
Hay que conmemorarlo como ahora lo hacemos, insistiendo en que la potencialidad femenina en todos los órdenes del acontecer mundano es tal y tan demostrada a lo largo de la historia, que no necesita reglamentarse. Con su estipulación constitucional basta y sobra, amén de otros elementos coactivos que puedan incorporarse a la norma, la naturaleza misma de esta disposición permite que su sola infracción equivalga simultáneamente a su sanción.
Conviene verbigracia a un partido político que aspire a ser mayoritario o a crecer, excluir la participación de la mujer cuando en principio la capacidad de movilización, de construcción y aportación que ella tiene es por demás reconocida, y en segundo término cuando el 51% del electorado está constituido precisamente por mujeres.
Qué tanto sirve en ese tenor el establecer en la legislación secundaria cuotas mínimas de representación en forma obligatoria, sin antes persuadir a mujeres y a hombres, al electorado en general e incorporarse a la cultura y al hábito de la participación. Habrá que echar un vistazo a las reformas de 2000 cómo impactaron en el proceso federal, en el del 2002 cómo impactaron en el proceso federal de 2003.
Se trata de disposiciones a nuestro juicio inocuas, no hacen daño; innecesarias si se trata de decretar las capacidades femeninas, además de que habría que analizar qué tanto contribuyen al fomento de una decidida y constante participación. A la participación hay que fomentarla, ya lo hemos dicho, de otras muchas maneras y una de ellas es generando la confianza social. Surgida así la participación, las normas que disponen cuotas mínimas de participación pierden la razón de existir, han de mantenerse las mujeres en posiciones cimeras, con o sin la voluntad masculina, con o sin la prescripción reglamentaria.
Este es el proceso de perfeccionamiento de nuestra democracia, el que exige solidaridad, cooperación y respeto entre géneros, ello conduce invariablemente a la posibilidad de acceso y participación a los espacios de poder con equidad y transparencia.
Reconociendo las diferencias naturales que hay entre la mujer y el hombre, benditas diferencias, hay que admitir que en el plano de lo estrictamente jurídico tenemos igualdad desde mediados de la última década de los setenta. Ante la nación se advierte que para seguir siendo factor de impulso permanente hacia arriba, la mujer sólo necesita seguirlo demostrando como hasta hoy. Entonces, como decía Goethe hay que advertir y evitar los severos riesgos de mostrar a la vida como una comedia para los que sólo piensan o como una auténtica tragedia para los que sólo sienten.
Hoy, 50 años después, que siga viviendo ésa, la única, la pequeña, la bendita gran diferencia. Enhorabuena y felicidades.
El Presidente diputado Juan de Dios Castro Lozano:Tiene el uso de la palabra el diputado don Joel Padilla Peña, del grupo parlamentario del Partido del Trabajo.
El diputado Joel Padilla Peña:Compañeras, compañeros legisladores:
Es para mi un honor rendir honor a quien honor merece, como hombre, como legislador y como integrante del grupo parlamentario del Partido del Trabajo. Celebramos con entusiasmo y regocijo el L aniversario de la conquista del voto femenino en nuestro país, del derecho de votar y ser electas. Medio siglo de la creciente participación de las mujeres en la política, en la representación popular y los cargos públicos de elección. Que esta conquista fue resultado de la lucha tenaz de muchas generaciones y del valor personal de incontables mujeres por acabar con la antiquísima opresión patriarcal en la familia y en la sociedad.
Durante las revoluciones europeas de fines del Siglo XVIII y de mediados del Siglo XIX la presencia de las mujeres comenzó a sentirse en las trincheras y en muchas otras actividades de carácter práctico, intelectual y financiero. Poco a poco se fueron labrando un espacio propio para contribuir a la transformación de sistemas sociales opresivos, pero fue hacia las décadas de 1870 y 1880 cuando comenzó a ser reconocido su esfuerzo. Los marxistas de esos años postularon que la condición social de las mujeres era el mejor termómetro para medir el desarrollo de la sociedad en todos sus aspectos.
En Europa, Estados Unidos, Asia Oriental y América Latina, los primeros años del Siglo XX representaron una nueva etapa de ascenso en la lucha femenina por alcanzar la ciudadanía y la libertad de acceder a las actividades que les estaban prohibidas como la educación superior, la responsabilidad empresarial y la política.
En México, las mujeres participaron activamente durante la Revolución Mexicana al lado de sus hombres, combatiendo por las mismas causas de la libertad, la justicia y la democracia. Sus derechos elementales, al igual que los de todos los mexicanos, quedaron consagrados en la Constitución de 1910, pero las condiciones socioeconómicas y culturales del país tornaban impracticable su ejercicio.
A pesar de la situación más favorable para los mexicanos varones, debe decirse que la mayoría de la población no gozaba de condiciones de vida adecuadas, de la libre elección de sus representantes y gobernantes y de muchos otros derechos en las áreas de la educación, la cultura y la recrea-ción.
En este sentido, debe reconocerse que las mujeres como genero padecían una doble conculcación de sus derechos, una doble opresión. Expresión de ello, es que sólo hasta 1954 rindió protesta la primera diputada federal.
En las últimas tres décadas, las condiciones sociopolíticas y culturales han cambiado notablemente, es verdad que una gran parte de los mexicanos sigue sin mejorar sus condiciones de vida, de trabajo, educativas y de salud; pero en estos años la sociedad ha ensanchado los espacios para una participación más plena de las mujeres en los asuntos públicos de México. Ha sido resultado de la propia acción afirmativa y de la lucha de género de las mujeres, pero también ha contado con incontables aliados del género masculino, convencidos de que el avance social de las mujeres es un derecho innegable que nos beneficia todos; sin embargo, no podemos hablar de una incorporación plena, de un punto de llegada donde impere la igualdad ciudadana entre las mujeres y los hombres.
Hemos avanzado como país en la creación del marco constitucional y normativo para lograr dicha igualdad, pero la realidad refleja un gran rezago en las oportunidades y el ejercicio de los derechos sociales, económicos, políticos y culturales de las mujeres.
La población femenina sigue siendo mayoritaria en cuanto a rezago educativo, lo mismo ocurre con la población en condiciones de pobreza extrema, cada vez son más las jefas de familia en el sector rural en virtud de la migración interna y de la salida de miles de campesinos hacia los Estados Unidos por no tener oportunidades en nuestro país.
No se puede soslayar la persistencia de la violencia intrafamiliar y social que más lastima a las mujeres, que se ejemplifica de manera uniforme en el caso de los cientos de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez. Esta es una responsabilidad que todos debemos asumir para que no haya una víctima más.
Aún son pocas las mujeres que han incursionado en el sector empresarial, a pesar de que un número cada vez mayor cuenta con la preparación suficiente. Asimismo, en numerosos campos profesionales las mujeres no gozan del principio jurídico de que a trabajo igual, debe corresponder un salario igual.
En la ciencia y desarrollo tecnológico sigue predominando la participación masculina, aunque cada vez son más las que mujeres se incorporan en esta área estratégica del país.
En la política, prevalecen condiciones similares a las antes descritas; las mujeres ocupan hoy numerosos cargos de elección popular pero en términos muy desiguales respecto a los varones, basta decir que desde la legislación que les confirió la ciudadanía plena en octubre de 1953, a la fecha no se ha logrado que superen el 16% de los integrantes del Poder Legislativo Federal.
En la vida artística y en el deporte, tenemos ejemplos muy destacados de la participación femenina, pero que ilustran las condiciones desventajosas a las que se enfrentan ante el predominio de criterios sexistas a favor de los hombres.
Un buen número de mujeres ha llegado a cargos públicos de alto nivel, a funciones diplomáticas y a la presidencia de partidos políticos nacionales; su capacidad y desempeño han sido notables y su incidencia en las decisiones sobre los asuntos públicos ha sido evidente.
Sin embargo, estos casos son la excepción y no la regla de nuestra vida pública. Los rezagos y las desventajas de que son objeto las mujeres en México y en todo el mundo, deben ser superados.
El Partido del Trabajo desde sus lejanos orígenes en las organizaciones sociales que lo fundaron, ha reivindicado el lugar central que tiene la lucha de las mujeres por conquistar sus derechos y el cabal ejercicio de los mismos.
Por ello nos sumamos con entusiasmo a esta celebración, que reconoce los invaluables aportes de las mujeres al desa-rrollo de México.
Refrendamos nuestro compromiso en la lucha de las mujeres por alcanzar y ejercer sus derechos en todos los órdenes de la vida nacional.
¡Enhorabuena, mujeres de México!
El Presidente diputado Juan de Dios Castro Lozano:Gracias, señor diputado.
Tiene el uso de la palabra la diputada Alejandra Méndez Salorio, del grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista de México.
La diputada Alejandra Méndez Salorio:Con el permiso de la Presidencia; compañeras y compañeros legisladores:
Tan sólo 50 años han transcurrido desde aquel 17 de octubre de 1953, fecha histórica que marca el momento en que la Constitución acepta en su regazo el esfuerzo y la lucha ganada a pulso por quienes pugnaron para obtener este derecho.
Un año después, el entonces Presidente Adolfo Ruiz Cortínes, declaraba: ``La mujer mexicana está jurídicamente en aptitud de ejercer todos sus derechos y es factor de la mayor importancia en la actividad económica y social''.
Así aparece en nuestra Constitución el derecho de las mujeres mexicanas, para reivindicar su soberanía plenamente: el derecho a votar y ser votadas. Así iniciaba el reconocimiento legal de nuestro ingreso a la vida política de México.
Si en ese entonces se decía que la mujer es factor de la mayor importancia en la actividad económica y social, hoy día esa referencia ha quedado rebasada, por mucho, y precisamente por eso, sin detenernos en el tiempo, todos los mexicanos estamos comprometidos con la realidad actual que marca la importancia de la mujer, en todos los ámbitos de la responsabilidad humana.
La importancia de la mujer en las actividades y responsabilidades que tenemos los mexicanos, es exactamente la misma que la de los hombres, ya nada se interpone entre la realidad de nuestras posibilidades y nuestros logros en todos los sectores, productivos, políticos y humanos de nuestro país.
La mujer mexicana ha logrado enseñar en estos últimos 50 años de reconocimiento político legal, que sabe asumir su responsabilidad sin demérito alguno, ha demostrado que su capacidad no marca diferencia alguna con la de los hombres; la mujer mexicana ha conseguido demostrar con su trabajo y su empeño ilimitado, que nadie le regaló nada cuando finalmente fue integrada al trabajo y la responsabilidad política de México.
Siendo una mujer joven y de reciente ingreso a la vida política de México, quisiera agradecer a todas esas mujeres y hombres, que durante mucho tiempo lucharon contra corriente para que la igualdad de género quedara plasmada en nuestra Constitución.
Sin ese esfuerzo, millones de mujeres mexicanas estaríamos marginadas y excluidas de la facultad para ejercer nuestros derechos y obligaciones.
Es el momento de recordar que la lucha por la igualdad en los derechos políticos para las mexicanas dio inicio con el Primer Congreso Feminista que se realizó en Yucatán el 28 de octubre de 1915. Este sentó las bases para que en la Constitución de 1917 se reconociera la igualdad entre hombres y mujeres, aunque sólo dentro del seno de la familia.
Yucatán fue el primer estado donde se reconoció nuestro derecho al voto, con un decreto promulgado en 1922, por el entonces gobernador Felipe Carrillo Puerto.
Elvia Carrillo Puerto, Beatriz Peniche de Ponce y Raquel Cib Cicerón, fueron pioneras en el trabajo legislativo al ser las primeras tres diputadas locales en la historia de México. Otros estados siguieron el ejemplo de Yucatán y el voto de la mujer se reconoció posteriormente en las legislaciones de San Luis Potosí, en 1923 y en Chiapas en 1925.
El General Lázaro Cárdenas presentó en 1937 una iniciativa de reforma al artículo 34 constitucional para reconocer la igualdad política de la mujer y posibilitar su participación política. Sin embargo, después de muchas discusiones las legislaturas locales se opusieron a la propuesta.
A nivel nacional el 17 de febrero de 1947 estando en la presidencia Miguel Alemán, se reformó la fracción I del artículo 115 de la Constitución, para que las mujeres pudiéramos participar en elecciones municipales en igual de condiciones que los varones. Pero fue hasta 1953, siendo presidente electo Adolfo Ruiz Cortines, que se logró constitucionalmente otorgar el derecho al voto de la mujer.
Ha quedado atrás la época de la negativa legal y formal, pero aún está en serios problemas cuando la teoría debe convertirse en práctica. Aún vivimos en un mundo desigual y desnivelado en muchos ámbitos. La mujer sigue siendo tratada formalmente como un mal necesario en algunos sectores. Existe discriminación de género y marginación hacia la mujer, en ciertos ambientes. Han pasado 50 años pero obviamente aún seguimos siendo vistas con sombra de duda en algunos aspectos de la vida política productiva de México.
Ese es el reto del México nuevo; del México que con nuestro esfuerzo o sin él, crece desmesurada y crudamente; el México que necesita de todas y todos para salir adelante; el México que poco a poco pero sin tregua, debe aceptar el esfuerzo de todos sus ciudadanos, mujeres y hombres, hombres y mujeres; y aunque la igualdad de género no es cuestión de estadística y números solamente, sino fundamental y esencialmente de conducta y criterio, ahí están los números que muestran fríamente cifras y metas que indican un avance precario en algunos renglones.
La mujer mexicana es la esperanza de un México nuevo. Sus características naturales, su idea de la vida, su concepción del esfuerzo, su idea de formar un enfoque de los problemas, su sensibilidad y su gran capacidad de trabajo y comprensión de las cosas, son el complemento del esfuerzo que han manifestado quienes nos han dado este presente, difícil sí; pero lleno de oportunidades también.
La mujer mexicana no necesita ya demostrar nada. Ahora es cuestión de trabajar sin comparaciones ni complejos de ningún lado. Las mujeres mexicanas estamos en el camino correcto: el de la participación igualitaria, equitativa y sin comparaciones.
Las mujeres demostraremos, como lo hemos venido haciendo, que aquéllos que lucharon para reconocer nuestros derechos y nos dieron la oportunidad de ejercer nuestras responsabilidades, no se equivocaron.
Soy una mujer convencida de que México sólo será México cuando la mujer se integre plenamente a todos los ámbitos de la vida nacional, dejando constancia de su capacidad sin límites y su talento sin cortapisas.
Muchas gracias.
El Presidente diputado Juan De Dios Castro Lozano:Muchas gracias, diputada.
Se concede el uso de la palabra a la diputada Martha Lucía Mícher Camarena, del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática.
La diputada Martha Lucía Mícher Camarena:Muchas gracias, señor Presidente:
``¿Qué sería de México si a la mujer se le concedieran facultades y nos gobernaran? Indudablemente sería un desastre, porque la mujer puede ser más criminal que un hombre; la mujer cuando toma una rutina o un capricho, no le entran las palabras aunque se le hinque de rodillas. La mayor parte de grandes dramas han sido ocasionados por la mujer, ya sea la de la clase media o la de la clase alta. Todas son de instintos casi iguales, siempre criminosas, falsas. En fin, un desastre. Esto que han discutido sobre el voto de la mujer es una locura y muy borrica la mujer, es para su hogar y no para meterse en asuntos de hombres.''
Lo que acabo de leer es un párrafo de las tantas cartas que se recibieron en la Presidencia de la República, pues ya desde 1937 en respuesta a la movilización de las mujeres en la lucha por el derecho al voto, se habría presentado ante el Senado la iniciativa de reforma a la Constitución.
¿Sigue la sociedad mexicana pensando igual? Pareciera que sí, Ya nos lo advertía Amparo Ochoa en los ochentas: ``Mujer, si te han crecido las ideas, van a decir de ti cositas muy feas''.
¿Y cómo fue evolucionando este crecimiento de las ideas? Ya desde el Congreso Constituyente, al proclamarse la Constitución de1957 advertían los liberales, al discutir los derechos del hombre, que se olvidaran de los derechos más importantes, los derechos sociales de las mujeres, y recomendaba que la legislación le concediera iguales prerrogativas, iguales derechos que al hombre.
Igualmente sucedió en la Constitución de 1917. Una vez más el pacto político entre los hombres excluyó a las mujeres.
¿Cuántas historias de mujeres silenciadas y silenciosas desconocemos? Por ello traigo ante ustedes una pequeña parte de esa historia no contada, de esa historia que insistieron en borrar y que nosotras queremos reconocer.
Sor Juana Inés de la Cruz, perseguida por realizar tareas impropias para su sexo tales como pensar, escribir, estudiar y argumentar. Quien escribía en su celda, en su celda de castigo: ``no hay cosa más libre que el entendimiento humano''. Sí, sor Juana de ``hombres necios que acusáis a la mujer'' le responde y nos responda y nos pregunta ``en perseguirme, mundo, qué interesa. En qué te ofendo cuando sólo intento poner bellezas en mi entendimiento y no entendimiento en las bellezas. Yo no estimo tesoros ni riquezas y así siempre me causa más contento poner riquezas en mi pensamiento que no pensamiento en las riquezas''.
Traigo a su memoria también la valentía de las mujeres como doña Leona Vicario, que intrépida se fuga en un encierro y en Tacuba organiza un grupo de mujeres con el propósito de unirse a la causa insurgente.
El golpeteo en clave de doña Josefa Ortiz. Las mujeres valientes de Yucatán, del Congreso Feminista de 1917. Cuánta tierra fértil nos heredaron las decenas de miles de mujeres del Frente Unico Pro Derechos de la Mujer. Benita Galeano, Tinísima, Frida Khalo, Consuelo Uranga, Matilde Rodríguez Cabo, precursoras del feminismo en México. Defensoras de los trabajos de las más pobres se pelearon por el derecho al descanso materno.
Toda esta historia es la no contada por quienes creyeron que borrándonos apagarían nuestras voces. Es la historia de nuestras abuelas, de nuestras madres, de nuestras mujeres mexicanas, quienes conquistaron su derecho al voto y a la ciudadanía mereciendo el rango constitucional hasta 1953.
Permítanme traer ante ustedes una frase de la comandanta Esther, quien el 28 de marzo de 2001, en este mismo recinto alzó su voz diciéndonos: ``soy indígena y soy mujer y eso es lo único que importa ahora''.
En México ser mujer, niña, adulta, vieja, joven, trabajadora, madre soltera, jefa de hogar, divorciada, soltera adulta, indígena, homosexual, pobre, migrante, discapacitada, analfabeta o sin estudios concluidos, ha sido suficiente pretexto para recibir un trato desigual y discriminatoria, incluso ha sido pretexto para asesinarnos, para violarnos, para desaparecernos y para no permitir el acceso a una vida digna y a un desarrollo integral.
Mientras se nos considera la parte esencial de las familias, se nos obliga a permanecer al lado de quienes, abusando del poder, nos violan, golpean, humillan y asesinan.
Todas y todos sabemos que la única diferencia entre las mujeres y los hombres es la diferencia sexual, pero hoy todavía en nuestro país es lamentable que ser diferentes sea suficiente argumento para recibir un trato desigual y no tener las mismas oportunidades.
Pero no nos hemos quedado ahí inmóviles y calladas. La historia de lucha por el respeto a nuestra dignidad ha continuado. En los últimos 30 años de la historia de México y de otros países han ido apareciendo instituciones políticas, organizaciones sociales y feministas que promueven la libertad, la igualdad, la no violencia contra las mujeres, la libre decisión en los cuerpos, el reconocimiento de los derechos humanos como derechos de las mujeres, igualdad en condiciones y prestaciones laborales, el derecho a la maternidad libre y voluntaria, las relaciones homosexuales, la educación no sexista, el Estado laico y el respeto por la diferencia como base fundamental para modificar las leyes que nos oprimen.
Pero lo más importante es el aporte de estas organizaciones feministas para enfrentarnos al rostro femenino de la pobreza.
Este día la invitación es para comprender que el fondo del problema es la ausencia de equidad en múltiples planos de la vida social.
En el PRD hemos colaborado en la construcción de un país más democrático y justo; hemos sido asesinadas y asesinados, excluidas y excluidos de las discusiones del país. Pero tenemos la frente en alto y las manos limpias, pues siempre nos ha acompañado la valentía para enfrentar los problemas de México.
No aceptamos ni aceptaremos que quienes reconocen su incompetencia para construir condiciones dignas de vida para las mujeres, al mismo tiempo nos impidan estar donde se decide sobre nuestras vidas, sobre nuestros cuerpos, sobre nuestro país, sobre nuestro mundo.
El voto no es una concesión. Nadie nos concede nada; nacemos con los derechos. Son nuestros.
Para quienes consideran absurdo un lenguaje incluyente, les recordamos que de no haber incorporado la palabra ``Mujer'' en el artículo 34 de la Constitución, no seríamos todavía ciudadanas. Queda comprobada la tesis: ``lo que no se nombra no existe''.
¿Por qué ese esfuerzo imposible de querer seguir poniéndose en el lugar de quienes no se quieren poner? ¿Por qué ese empeño en negar que es más completa una visión de la realidad definida por todos sus protagonistas, que la definida sólo por un sector masculino?
Exigimos que cada vez que aspiremos a un puesto de elección o de decisión, no se nos exija capacidad, que no desa-tendamos las labores domésticas, que no seamos divorciadas, que tengamos testigos de una vida familiar estable o que tengamos determinada edad. Nosotras nunca le hemos exigido eso a los hombres. No es cuestión de capacidades, es un asunto de justicia democrática y de género. Que quede claro, si la mujer no está, la democracia no va.
Quienes militamos en el Partido de la Revolución Democrática, especialmente las mujeres de la izquierda feminista, desde este recinto reconocemos el trabajo de líderes sociales, presidentas municipales, senadoras, jefas delega- cionales, diputadas locales y federales, Jefa de Gobierno, secretarias de Estado y funcionarias de nuestros gobiernos democráticos, así como de todas las mujeres aliadas a nuestra lucha porque han demostrado un amor incondicional por nuestro país y capacidad y entrega.
Amalia García y Rosario Robles, en la presidencia del partido, son motivo suficiente de orgullo y un significativo aporte a la construcción de la democracia. Todas ellas nos abrieron la brecha que hoy transitamos; algunas de ellas hasta su vida han dado por la causa; sin su experiencia, confianza y paso firme, para no claudicar en la defensa de las acciones afirmativas y de todos los derechos para todas las mujeres, no estaríamos alzando nuestra voz como ellas nos enseñaron. Cuánto hemos aprendido de ustedes.
Manifestamos un profundo respeto al trabajo arduo y cotidiano de miles de mujeres en el país, en especial las del Movimiento de Mujeres y Feminista de México; son ellas las que nos han asesorado, exigido y acompañado en esta dura y satisfactoria tarea de poner en el centro de todo nuestro trabajo la visión de género. A ellas nuestro cariño y agradecimiento por confiar y también cuestionar nuestro quehacer político.
Las mujeres, las de la izquierda feminista, las del PRD, siempre hemos impulsado en nuestros estatutos la participación equitativa de las mujeres.
La responsabilidad de quienes ocupamos estas curules, debe ir más allá de un discurso oportunista.
Sentemos a todas las personas, a hombres y a mujeres, a la mesa para discutir nuestro proyecto.
Vamos por lo nuestro, vamos por la democracia de género, vamos por nuestro derecho a tener derechos, porque mientras sigamos siendo las analfabetas, las asesinadas, las desa-parecidas, las enfermas de cáncer cérvico-uterino y mamario, las desempleadas, las discriminadas, no podremos hablar de ciudadanía plena. A eso es a lo que aspiraban la sufragistas, eso es el reconocimiento pleno. No se nos olvide, ¡sólo están derrotadas las que han dejado de luchar! No rechacemos jamás la oportunidad de sumarnos a la construcción de una democracia incluyente y escuchemos lo que Rosario Castellanos reflexionó: ``debe haber otro modo de ser, humano y libre; otro modo de ser''.
Se pide a la Secretaría dar cuenta del registro electrónico de asistencia e instruir el cierre del sistema.
La Secretaria diputada Amalín Yabur Elías:Sí, señor Presidente.
¿Falta alguna diputada o diputado para registrar?..
Se informa a la Presidencia que hasta el momento hay una asistencia de 465 diputadas y diputados.
Por favor ciérrese el sistema.
Tiene la palabra la diputada Margarita Zavala Gómez del Campo, del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional.
La diputada Margarita Ester Zavala Gómez del Campo:Con su venia, señor Presidente:
En 1946 el diputado panista Gonzalo Chapela objetaba la Ley Electoral. ``La Constitución no habla de varones'', les decía. Tuvo que reformarse la Constitución mexicana para reconocer expresamente el derecho al voto de la mujer.
``Vamos a reparar una injusticia secular, no es exacto que vayamos a otorgar el voto como una actitud graciosa; la rea-lidad es que vamos a reconocer el voto que siempre han tenido. Al darle el voto a la mujer estamos modificando la historia del país''. Estas son las palabras del diputado panista Francisco Chávez González, en aquella sesión de octubre de 1954.
Pero la historia, la historia escrita no ha sido justa con las mujeres de ningún partido político. De hecho somos nosotras las que hemos recordado los nombres de quienes mucho han hecho por este país. En el PAN María Elena Alvarez de Vicencio se ha encargado de que se recuerde esta historia y hoy está presente.
Es hoy el momento más propicio para hacerle justicia a mujeres que han construido también la patria. Por ello aprovecharé esta tribuna para referirme especialmente a las mujeres de Acción Nacional, sin demérito de lo que otras mujeres, algunas ya mencionadas, han logrado en otros partidos, en otras organizaciones y en este país.
Reconocemos de antemano que estos avances se dan por el esfuerzo de miles de mujeres y hombres que han luchado, independientemente de ideologías, a favor de las mujeres. Este reconocimiento a mujeres panistas sirva también de reconocimiento al esfuerzo, entrega e historia de mujeres de otros partidos políticos.
En el PAN las mujeres han pertenecido y participado desde su fundación. En 1953 ya el sector femenino estaba organizado y asistía a la sesión de octubre. La primera mujer que fue candidata a un gobierno estatal fue una panista: Rosario Alcalá, por Aguascalientes.
Vimos a la primera presidenta municipal: Delfina A. Botello. A partir de aquel 17 de octubre la lucha de las mujeres panistas fue sobre todo en el ámbito del reconocimiento efectivo de los derechos políticos de las mujeres y de los hombres; fue en el campo de la democracia.
Tenemos muchas anécdotas. De solidarias y demócratas esposas de candidatos en resistencia civil. Recuerdo a Blanca Magraz y de Alvarez, recuerdo a Hortensia Olivas de Barrio, recuerdo a Leticia Carrillo de Clouthier.
Tenemos grandes historias de grupos de mujeres de candidatas a diputadas, senadoras y gobernadoras. En el PAN nos enorgullece la brava, valiente y heroica historia de las mujeres de Acción Nacional. Tenemos miles de anécdotas de mujeres que han dado la vida por este país. En mérito del tiempo me voy a referir a una:
Hace casi 20 años una mujer encabezaba la lucha contra el fraude electoral en el municipio de Agua Prieta. Fue ella encarcelada por violación a los derechos más elementales. Fue presa política. El comité nacional envió a defenderla a un prestigiado abogado del PAN. Ella estuvo hasta tres semanas en la cárcel. El prestigiado abogado que fue a la defensa de la mujer, es hoy Presidente de la Cámara de Diputados, y aquella mujer encarcelada es hoy diputada federal, nuestra compañera María Viola Corella.
Yo sé que los números no lo son todos ni suficientes, pero sí nos hablan del esfuerzo y de lo que ha significado en el PAN, el avance de las mujeres en las tomas de decisiones; hace 50 años dos mujeres eran miembros del comité nacional, hoy el 34% de los miembros del Comité Ejecutivo Nacional somos mujeres; en 1966 ganamos la primera presidencia municipal para una mujer, Norma Villarreal de Zambrano, en este momento tenemos 19 presidentas municipales; hace 28 años tuvimos la primera diputada local y han sido diputadas locales unas 200 mujeres, en este momento 58 diputadas locales panistas, seis coordinan sus grupos parlamentarios.
Hace 50 años no teníamos una sola diputada federal, fue Florentina Villalobos la primera diputada del PAN en 1964 y la primera mujer vicepresidenta de la Cámara; hoy somos 45 diputadas mujeres, somos el grupo parlamentario con más mujeres diputadas, y yo sé que esto puede parecer no suficiente pero lo presumimos, lo presumimos porque lo contrario sería ser injustos con la historia y con el esfuerzo humano que significa construirla; es entre otras razones esta historia que nos permite compartirles hoy, la que nos permite decirles las diputadas y diputados del PAN, estamos comprometidos con la equidad de género y que la mujer participe cada vez más en la toma de decisiones.
A las diputadas y diputados del PAN, nos resulta prioritario la promoción de la equidad, la eliminación de todas las formas de discriminación y violencia contra la mujer. La discriminación no le conviene a nadie, mucho perdió el país por tardarse tanto en permitirle a la mujer votar y con ello se obstaculizó la participación de las mujeres en la toma de decisiones.
Es cierto que en estos temas, las mujeres de diversos partidos políticos hemos logrado consensos y seguramente lograremos más; en más de una ocasión, legisladoras de todos los partidos políticos nos hemos puesto de acuerdo para reformar, por ejemplo, códigos civiles, códigos penales, reformas constitucionales, la ley de los niños y las niñas, para crear el Instituto Nacional de las Mujeres y por supuesto para reformar el Código Federal Electoral, el Cofipe, que es una de las grandes razones por las que estamos aquí.
Pero como reto de esta Legislatura están lo que se han llamado las reformas estructurales, la energética, la hacendaria, la laboral y la política; estos temas son también de mujeres y también opinamos y tomamos decisiones.
En el grupo parlamentario del PAN somos 45 mujeres diputadas, hay entre nosotras mamás, abuelas, solteras, jóvenes, muy jóvenes, agricultoras, líderes, maestras, abogadas, arquitectas, doctoras, en fin, mujeres, y a todas nos une el anhelo de lograr en esta Legislatura lo mejor para México.
El día de hoy, especialmente las diputadas del Partido Acción Nacional, queremos decirle al pueblo de México que no vamos a desperdiciar ni el más mínimo esfuerzo que se ha hecho para que nosotras estemos aquí. El día de hoy, las diputadas del Partido Acción Nacional queremos decirle al pueblo de México que bien vale la pena que las mujeres no sólo participemos en política, sino que también tomemos decisiones políticas; por ello, nuestro trabajo que es legislar para el bien de México, a éste, nuestro trabajo legislativo le vamos a poner toda nuestra inteligencia y todo nuestro corazón.
Muchas gracias.
El Presidente diputado Juan de Dios Castro Lozano:Gracias, señora diputada.
Tiene el uso de la palabra la diputada Diva Hadamira Gastélum Bajo, del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional.
La diputada Diva Hadamira Gastélum Bajo:Con el permiso de la Presidencia; compañeras y compañeros legisladores; señoras y señores:
Es un gran honor participar en nombre de mi fracción parlamentaria en esta sesión solemne en donde conmemoramos el L aniversario del reconocimiento constitucional del derecho de las mujeres a votar y ser elegidas.
En los últimos años el sentido de la democracia ha sido uno de los puntos medulares de la política mexicana, en la que se pretende llegar a este concepto como la manera en que el pueblo ejerce el Gobierno del país a través del voto.
Las mujeres y los hombres del PRI estamos ciertos que México ha vivido una transformación de la democracia, proceso que se ha venido gestando desde varias décadas, en donde grandes luchas se han llevado a cabo para reconocer los derechos fundamentales.
El derecho al sufragio femenino en nuestro país se logró gracias a un largo proceso en el que las manifestaciones y legítimas demandas adquirieron fuerza a partir de la segunda década del Siglo XX, bajo el ideario de la Revolución Mexicana que en síntesis proclamó democracia y justicia social.
Las mujeres de hoy somos expresión de una memoria colectiva, por cierto de una historia escrita por mujeres priístas que no enumeraré en este momento. La lista es larga, la historia refleja a las mujeres de ayer, mujeres de lucha priísta como las de hoy.
El voto de la mujer ha sido un proceso de crecimiento para la construcción de una cultura democrática y vamos por su consolidación.
La lucha de las mujeres por la reivindicación de nuestras causas ha estado a lo largo de la historia en un contexto de marginación, discriminación y segregación de género que la mayoría de las ocasiones ha representado una limitante para el reconocimiento y pleno ejercicio de nuestros derechos, la cual se ve reflejado en la transmisión de generación en generación de las costumbres que impiden nuestra visibilidad y pleno ejercicio de nuestros derechos.
En pleno Siglo XXI como sociedad no hemos podido entender plenamente que la equidad de género es un asunto medular que no compete exclusivamente a las mujeres sino a toda la sociedad, porque la problemática existente lesiona la esencia del ser humano y su dignidad de persona. Los roles y los estereotipos deben ser cosas del pasado; en nuestros días no deben de tener vigencia.
En este día mis palabras son algo más que el recuerdo de una fecha, son un justo reclamo para reivindicar el papel de la mujer, son la exigencia para llevar a cabo todas las acciones afirmativas necesarias que nos permitan alcanzar la igualdad, porque no basta con tener derechos sino que es necesario ejercerlos y educar a las generaciones venideras en el respeto de las mismas.
¡No más reminicidios, no más desigualdad laboral, no más marginación para nuestras hermanas indígenas y jornaleras, no más hechos que atenten contra el grupo más grande de la sociedad mexicana que somos nosotras las mujeres!
Hoy, a 50 años de conmemorar al derecho al voto de la mujer, el cambio democrático debe estar encaminado a una pluralidad que conlleve una cultura cívica y equitativa de las relaciones entre los géneros y de todos los sujetos sociales, las mujeres seguimos luchando por una apertura democrática y efectiva que concilie los valores de equidad, justicia, libertad, tolerancia y respeto de toda la sociedad y aun y cuando las mujeres hemos sido reconocidas legal y socialmente nuestra lucha sigue encaminada a eliminar toda forma de discriminación y que eso nos lleve en realidad a una ciudadanía plena.
Desde el PRI, como siempre, seguiremos trabajando para hacer valer nuestros derechos y consolidar la unión entre géneros y democracia sin dejar de reconocer a todas aquellas mujeres y aquellos hombres, porque los hubo como Salvador Alvarado, Lázaro Cárdenas, Carrillo Puerto y Ruiz Cortínes entre otros y hoy, estamos convencidas que nuestros compañeros deben de formar parte de este movimiento como nuestros aliados.
Los partidos políticos constituyen una institución esencial, nacieron y se desarrollaron conjuntamente con las elecciones y la figura de la representación y el constitucionalismo, los partidos son una especie de mediadores entre electores y electos, sin ellos el funcionamiento de la representación cuando menos en nuestros días resultaría imposible. Dadas las diferencias naturales entiendo que en ocasiones las fuerzas políticas representadas en las cámaras habrán de marcar separación, pero en lo que sin lugar a dudas debemos estar unidas y unidos, es en la lucha por la equidad, entre los géneros y por erradicar la cultura de la discriminación que afecta no sólo a las mujeres.
Cuánta razón tenía aquel pensador cuando le escribe a su hijo; cita: ``debes de estudiar con empeño porque sólo las mujeres armadas con la fuerza de la cultura pueden hacerse valer en este país nuestro, en dónde la ignorancia de nuestros hombres coloca todavía a la mujer en un plano de inferioridad, ¿cómo le exiges a una mujer pobre, excluida, sin primaria, con cinco hijos que apenas garabatea su nombre, que defienda sus derechos si ni siquiera los conoce?'' Termina la cita.
A medio siglo de esta lucha debemos reconocer que mientras exista desigualdad en las mujeres no podemos ejercer plenamente nuestros derechos en esta Cámara, por ser el máximo órgano de representación popular, tiene la obligación y es nuestro compromiso impulsar en todos los miembros de la sociedad una nueva cultura democrática de respeto, de inclusión y de equidad.
¡Que vivan todas las mujeres mexicanas! Muchas gracias.
El Presidente diputado Juan de Dios Castro Lozano:Gracias, señora diputada.
A lo largo de los años, un número de legisladoras han dejado su huella en el Congreso mexicano.
Darán ahora lectura a la lista de exlegisladoras, las siguientes diputadas:
Jazmín Elena Zepeda Burgos, del Partido de la Revolución Democrática; Regina Vázquez Saut, del Partido Acción Nacional: María de Lourdes Quiroga Taméz, del Partido Revolucionario Institucional y María Avila Serna , del Partido Verde Ecologista de México.
Se concede el uso de la palabra para el primer listado y dar lectura al primer listado de nombres, a la diputada Jazmín Elena Zepeda Burgos, del Partido de la Revolución Democrática.
La diputada Jazmín Elena Zepeda Burgos:Con su permiso, señor Presidente:
Abaroa Zamora, América
Aceves de Romero, Graciela
Achac Solís Sonia Magali
Aguayo Adame Irma Mayela
Aguilar García, Patricia
Aguirre Hernández, Amparo
Aguirre Maldonado, María de Jesús
Aguirre Soria, Maria Guadalupe
Alamilla Padrón, Celita Trinidad
Alba Ortega María de Lourdes
Alvarado Carrillo, Maria Elisa
Alvarado Castañon Martha
Alvarez Bernal, Maria Elena
Alvarez Bruneliere, Silvia
Alvarez Cervantes, Luisa
Amezcua Gudiño, Leticia
Anchondo Fernández, Rebeca
Anderson Nevárez, Hilda Josefina Amalia
Andrade Alcocer, Martha Victoria
Andrade del Rosal, Martha
Añorve Ocampo, Flor
Arabian Couttolenc, Myriam de Lourdes
Aragón Castillo, Hortensia
Aragón Cortes, Sheyla Fabiola
Araiza López, Carmen
Aramburu Cristerna, Germinal
Aranda Orozco, Ana Teresa
Arellanes Cervantes, Fanny
Arellano Heredia, Laura
Arellano López, Osbelia
Arellano Tapia, Alicia
Arenas Martínez, Elvira Rebeca
Argaiz Zurita, Norma Gabriela
Argüelles Guzmán, Jacqueline Guadalupe
Arias Staines, María de La Luz
Armendariz Muñoz, Rosa María
Arrayales de Morales, Aurora
Arredondo García, Arcelia
Arrieta Pérez, María Teodora Elba
Aubry Orozco, María del Socorro
Avelar Villegas, Gabriela Irma
Avila Serna Maria
Aviles Najera Rosa Maria
Bacilio Sotelo, Norma Enriqueta
Baduy Isaac, Rosa Elena
Báez Santoyo, María del Refugio
Baeza Estrella, Virginia Yleana
Balleza Sánchez Josefina Silvia
Baltazar Segura, María de la Soledad
Banda Gómez Rosalinda
Barajas Olea, Roselia Margarita
Barbosa Espinoza, María Albertina
Barbosa Hernández, María Concepción
Barrales Magdaleno, María Alejandra
Barrera Amezcua, Juana
Barrera de Macías, Elia Elizabeth
Batres Guadarrama, Lenia
Bazán López, Aurora
Beaurregard de los Santos, Lorena
Becerril Bernal de Beltrán, Graciana
Becerril de Brun, Maria de la Paz
Benavides Hernández, Zinthia de los Angeles.
Bernal Arenas, Olga
Bernal De Badillo, Zoraida
Bernal Ladrón de Guevara, Diana Rosalía
Bernardino Rojas, Martha Angélica
Berthely Jiménez, Lilia C.
Betanzos de Bay, Lucia
Betanzos Moreno, María Virginia
Blanco Becerra, Irene Herminia
Blanco Casco, María de los Angeles Marina
Blanco Fuentes, Argentina
Bolado del Real, María del Carmen
Botello Treviño, Consuelo
Botey y Estape, Carlota Angela Rosa
Bourell Viuda de Galván, Irene
Brasdefer Hernandez, Gloria
Bravo Martínez, Esveida
Brugada Molina, Clara Marina
Buenrostro López, Rosalba
Buitrón Brugada, Alicia
Burgos Ochoa, Leticia
Caballero González, María Irene
Cabrera Hernández, Pilar Concepción
Cabrera Lotfe, Rosa María
Calderon Corona, Esvelia
Calderón de Herrera, María Guadalupe
Calderón González, María del Refugio
Calderón Hinojosa, Luisa María
Calzada de Campos, Maria Luisa
Calzada Gomez, María Leticia
Camarena Adame, Lidia
Camarena Gómez, Consuelo
Cameron Gómez, Leticia
Campos Figueroa, Ema Victoria
Campos Gutiérrez, Rosa María
Campos Quiroz, Nelly
Campoy Ruy Sánchez, María Teresa
Cano Conde, Gladys Ethel Guadalupe
Capuchino Herrera, Elba Margarita
Cárdenas Sánchez, Nancy
Cardeña Luna, Seth
Carranza Aguayo, Marta Laura
Carrillo Medina, María de Lourdes
Carrillo Salinas, Gloria
Carvajal Cárdenas, Ramona
Casanova Calam, Marbella
Casares Esquivel, Estela
Casillas Ontiveros, Ofelia
Castañeda Ortiz, Concepción Olivia
Castellanos Gallegos, Carmita
Castillo Juárez, Laura Itzel
Castillo Moreno, Celeste
Castillon Coronado, Maria Refugio
Castro Rios, Sofia
Ceballos Trujeque, Ana Lila
Cedillo y Amador, Irma Eugenia
Cepeda de León, Ana Lilia
Cerezo Bautista, Adela
Ceron Nequiz, Irene Maricela
Cervantes Mandujano, Beatriz
Céspedes Arcos, Alicia
Chagoya Méndez, María Teresa
Chapa Hernández, Maria Elena
Chapa Pérez, Dora Elia
Chávez Murguia, Margarita del Sagrado Corazón de Jesús
Chávez Palacios, María Elena Lourdes
Chedrahui Obeso, Irma
Chozas y Chozas, Olga Patricia
Clouthier Carrillo, Tatiana
Cobos Borregos, Guadalupe
Colín Gamboa, María Guadalupe
Colín Lira, Rosa
Contreras Martínez, Maria de los Angeles
Coral Castilla, Elina Elfi
Corella Manzanilla, María Viola
Corona Cadena, Evangelina
Corona Marín, María Elena
Corral Romero, María del Carmen
Cortés Carrillo, Luisa
Cortés López, Raquel
Cortes Montes de Oca, Mercedes
Cortéz Cervantes, María Teresa
Cota Montaño, Rosa Delia
Cova Brindis, Eréndira Olimpia
Cruz Aranda, María Guadalupe
Cruz Blackledge, Gina Andrea
Cruz de Mora, Aurora
Cruz Espinosa Ortega, María Aurelia
Cruz García, Concepción
Cruz Lázaro, Abigail
Cruz Morales, Maricruz
Cruz Muñoz, María Elena
Cruz Olvera, Sara
Cue de Duarte, Irma
Cuevas Barrón, Gabriela
Cuevas Melken, Elizabeth
Cutiño Ruiz, Oralia
Dávalos Márquez, Martha Patricia
De la Cruz Moreno, María Adelaida
De la Fuente Solís, Ana María
De la Peña Gómez, Angélica
De la Peña y Gurza, Carmen Elena
Del Rio Herrera, María Soledad
Del Toro Gaytán, Martha Ruth
El Presidente diputado Juan de Dios Castro Lozano:Gracias diputada.
Para dar lectura al siguiente listado de nombres, se le concede el uso de la palabra a la diputada María Avila Serna, del Partido Verde Ecologista de México.
La diputada María Avila Serna:Díaz Amador, María del Carmen
Díaz del Campo, María Angelica
Díaz Delgado, Blanca Judith
Díaz Palacios, Socorro
Díaz Salazar, María Cristina
Domínguez Arvizu, Maria Hilaria
Domínguez Ramírez, María Luisa Araceli
Domínguez Rodríguez, Genoveva
Dorado Baltazar Emilia
Dorantes Jaramillo, María Teresa
Durán López, María Antonia
Duran Reveles, Patricia Elisa
Eliseo Ramírez, Delfina
Elizondo Maltos, Yolanda
Enríquez Ortega, Hortensia
Eppen Canales, Blanca
Erdman Baltazar, Mercedes
Escalante Jasso, Aracely
Escobar Camacho, Edith
Escobedo Pérez, María del Carmen
Escoto, Blanca Leticia
Escudero Fabre, María del Carmen
Espinosa Torres, Patricia
Espinoza Herrera de Ugalde, Esperanza
Esponda Espinosa, Blanca Ruth
Esqueda Llanes, Maria Claudia
Esquivel Farías, Susana
Excelente Azuara, Elpidia
Ezequiel de Quintana, Josefina
Ezeta Uribe, Remedios Albertina
Farías Mackey, María Emilia
Fernández Austri, Mercedes
Fernández Fernández, Aurora
Figueroa Canedo, Sara Guadalupe
Figueroa Romero, Irma Sinforina
Flores Benavides, Liliana
Flores Fuentes, Patricia
Flores Valdez, Anastacia Guadalupe
Flores Velásquez, Olga Haydee
Fonz Saenz, Carmen Guadalupe
Fragoso López, Claudia Carmen
Galindo Arce, Marcelina
Gallardo González, Celia
Gallardo Macias, Beatriz
Gallardo Mora, Julieta Hortencia
Gallardo Pérez, Lourdes
Gallegos Araujo, Fabiola
Galván Antillón, María Eugenia
Gamas Santillán, María de la Luz
Gamboa Castillo, Rosario de Fátima
Garavito Elias, Rosa Albina
García Acedo, Francisca Haydee
García de Zamora, Alma Ines
García Domínguez, Nicasia
García Escamilla de Santana Consuelo
García Fernández, María de las Nieves
García Flores, Margarita
García Galván, Blanca Rosa
García Gaytán, María del Rocío
García González, María Magdalena
García Guzmán, Emilia
García Laguna, Eliana
García López, Ady
García López, Ignacia
García Medina, Amalia Dolores
García Palomares, Juana
García Ribas Palmeros, Guadalupe Martha.
García Rosas, Magdalena
García Sierra, Griselda
García Suárez, María Miroslava
García Treviño, Yolanda Minerva
García Velasco, María Guadalupe
García Velázquez, Antonia Mónica
Garduño Morales, Patricia
Garfias Maldonado, María Elba
Garza Galindo, Laura Alicia
Garzon Franco, María Elisa
Gastelum Bajo, Diva Hadamira
Gastelum Corona, Leticia
Gastelum Valenzuela, Martha Dalia
Gaytán Contreras, María de los Angeles
Gómez Carmona, Blanca Estela
Gómez Gutierrez, Blanca Amelia
Gómez Juárez, Margarita
Gómez Maganda, Guadalupe
Gómez Mont y Urueta, María Teresa
Gómez Nucamendi, Gricel
Gómez Rodríguez de Ibarra, Graciela
Gómez Tueme, Amira Gricelda
Gondinez y Bravo, Rebeca
González Cabrera, Enoé
González Carrillo, Adriana
González Cerecedo, Alicia
González Furlong, Magdalena Adriana
González Gámiz, Rosa María
González Hernández, Yolanda Eugenia
González Molina, Concepción
González Ortiz, Juana
González Rubio, Bertha Onesima
González Salas y Petricoli, María Marcela
Gordillo Morales, Elba Esther
Grande López, Beatriz Guadalupe
Graniel Campos, Adela del Carmen
Grant Munive, Maria de los Ángeles
Guerra Castillo, Marcela
Guerra Díaz, Maria del Rosario
Guerrero Aguilar, Rosa Margarita
Guerrero Oliveros, Gabriela
Guevara Bautista, Maria de la Luz Julieta
Guevara de Terán, Rebeca
Guillén Quiroz, Ana Lilia
Guizar Villa, Rosa Elena
Gutiérrez Corona, Leticia
Gutiérrez Estrada, Elodia
Gutiérrez Ríos, Edelmira
Gutiérrez Tamez de Barrios, Graciela
Gutiérrez Zurita, Dolores del Carmen
Guzmán de Paz, Rocio
Guzmán Lagunes, Noemi Zoila
Hermosillo Ramírez, Maria Cristina
Hernández Barrón de Armenta, Maria del Rosario
Hernández de Galindo, Silvia
Hernández de Ruvalcaba, Bertha Lenia
Hernández Hernández, Virginia
Hernández Martínez, Ruth Trinidad
Hernández Oliva, Paloma
Hernández Pinzón, Carlonia
Hernández Ramos, Minerva
Hernández Rios, María Cecilia
Hernández Rodríguez Bertha
Hernández Rojas, Mercedes
Herrera Ascencio, María Del Rosario
Herrera Díaz, Marlene Catalina
Hidalgo y García de Barna, Matilde del Mar
Hinojosa Herrera, Josefina
El Presidente diputado Juan de Dios Castro Lozano:Gracias diputada.
Tiene el uso de la palabra la diputada Regina Vázquez Saut, del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, para dar lectura al siguiente listado de nombres.
La diputada Regina Vázquez Saut:Hoyos de Navarrete, Mirna Esther
Huerta Salgado, María Concepción
Ibarra de la Garza, Maria del Rosario
Izaguirre Francos, María del Carmen
Jaspeado Villanueva, María del Rocío
Jiménez de Ávila, María del Carmen
Jiménez de Palacios, Aurora
Jiménez Flores, Elsa Patria
Jiménez Lozano, Maria Elena
Jiménez M., Maria del Carmen
Joaquín Coldwell, Addy Cecilia
Juan López, María de las Mercedes Martha
Kolteniuk Toyber, Esther
Krauss Velarde, Franciscana
Lagarde y de los Ríos, María Marcela
Laguette Lardizabal, María Martha Celestina Eva
Lajous Vargas, Luz
Lara Saldaña, Gisela Juliana
Larios Rivas, Graciela
Lavara Mejía, Gloria
Laviada Hernández, Cecilia
Leñero Alvarez, Mónica Gabriela
León De Ramos, Zoila Victoria
Licona Spinola, Ana Maria
Lima Malvido, María de la Luz
Limón Aguirre, Martha
Linares González, Nohelia
Llado Castillo, Zaida Alicia
Llerena de Guillén, Xochitl
Lombardo de Gutiérrez, Marcela
López Bretón, Maria Guadalupe
López Cano y Aveleyra, Norma
López Castillo, Olga
López Cruz, Esther
López de la Torre, Alicia
López Díaz, María
López Escoffie, Silvia América
López Hernández, Rosalinda
López Macías, Victoria Ruth Sonia
López Mares, María Guadalupe
López Rivera, Luz del Carmen
López Rodríguez, Cecilia Eulalia
Lorenzo Juárez, Beatriz Patricia
Lozano de López, Hilda Aurelia
Lucero González, Luz María
Luevano Romo Josefina
Lugo Becerril de Vera, Elvia
Lugo de Rueda León, Josefina
Luna Calvo, Martha Irene
Luna Parra y Trejo Lerdo, Adriana M.
Lurs Cortes, Erika Lorena
Maciel Ortiz, María Mercedes
Madero García, Lidia
Madrid Tobilla, Areli
Magallon Camacho, Rosalba
Maldonado Pinedo, Ana Maria
Maldonado Zepeda, Martha
Manzanares Cordova, Susana Guillermina
Marín Torres, María del Rocío
Márquez Cabrera, Maria Rosa
Márquez de Romero Aceves, María del Carmen
Márquez de Torruco, Maria Elena
Márquez Haro, Artemisa
Márquez Ortíz, Adelina
Martínez Bárcenas, Celia
Martínez Carranza, Maria Elena
Martínez Colín, María Cruz
Martínez Cruz, María Guadalupe Francisca
Martínez de Hernández, Maria Guadalupe
Martínez Denegri, Rosa María
Martínez Hernández, Ifigenia Martha
Martínez López, Gema Isabel
Martínez López, Margarita
Martínez Macías, Martha Patricia
Martínez Nambo, Edna Janette
Martínez Rivera, Laura Elena
Martínez Rivera, Maria
Martínez Rodríguez, Lorena
Martínez Torres Adoración
Martínez Valdez, Armida
Mata Galarza, Alicia
May López, María del Socorro
Maya Pineda, Maria Isabel
Mazari Espin, Rosalina
Meave Torrescano, Graciela
Medina De Márquez, Genoveva
Medina Rodríguez, Lizbeth Evelia
Medina Serrano, Feliciana Olga
Medina Valtierra, Emma
Mejía Guzmán, María Guadalupe
Mellado Martínez, Juana Elda
Méndez Hernández, Lucía
Méndez Herrera, Alba Leonila
Méndez Márquez, Victoria Eugenia
Méndez Salorio, Alejandra
Mendiola Ochoa, Gloria Josefina
Mendivil Blanco, Julieta
Mendoza Cruz, María Lilia Arcelia
Mendoza Flores, María del Carmen
Mendoza Peña Martha Patricia
Mendoza Romero, María Luisa
Mercado Chávez, Maria del Carmen
Mercado Télles, Carmen
Merlín Castro, Gladis
Meza Cabrera, Marisela Guadalupe
Meza Escalante, Martha Ofelia
Meza Rochín, Maria Elisa
Micher Camarena, Martha Lucia
Mina Luna, Guadalupe
Moctezuma Lule, María Cristina
Molina Warner, Isabel
Montaño Villalobos, Alicia
Montelongo Gordillo, Maricruz
Montenegro Espinoza, Martina
Morales Farías, Carolina
Morales Ledesma, María Guadalupe
Morales Rubio, María Guadalupe
Morelos Borja, María Esperanza
Moreno Gómez, María Eugenia
Moreno Mena, Margarita
Moreno Salido, María Cristina
Moreno Uriegas, María de los Ángeles
Moreno y Contreras, Maria del Carmen
Morgan Franco, Rocío Del Carmen
Morlet Leyva, Angelina
Munguia Archundia, María Aurora
Muñoz Covarrubias, Emma
Muñoz Fernández, Lourdes Angelina
Muñoz Parra, María Verónica
Muñuzuri de Garibo, Rosa
Murgia Corral, Judith
Murguía Viuda de Sordo Noriega, Isaura
Muro Urista, Consuelo
Muza Simon, Sara Esther
Nabia Millán, Aurora
Navarro y Ramírez, Teresa
Noguera Corona, Virgilia
Núñez Casas, Teresa
Núñez Guzmán, Marina
Núñez Monreal, Magdalena del Socorro
Núñez Ramos, María de la Luz
Ocampo Aranda, María Gloria Bernardita
O'farrill Tapia, Carolina
Olamendi Torres, Patricia
Olguín Vargas, María Amelia
Oliva Fragoso, Silvia
Olivera Orozco, María Remedios
Olmedo de Garcilita, Jamila
Olvera Nieto, Ruth
Orantes López, Maria Elena
Oroz Ibarra, María del Rosario
Orta Mata, Maria de Jesús
Ortega Pacheco, Ivonne Aracelly
Ortega Villa, Margarita
Ortiz Castañeda, Rosa Maria
Ortiz Domínguez, Maki Esther
Ortiz Guerrero, Martha Elena
Ortuño Gurza, Maria Teresa
Ovando Reazola, Janette
Pabello de Mazzotti Frida
Padierna Luna, María de los Dolores
Padrón Chávez, Martha
Palafox Gutiérrez, Martha
El Presidente diputado Juan de Dios Castro Lozano:Gracias, señora diputada.
Se concede el uso de la palabra a la diputada María de Lourdes Quiroga Tamez, del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, para dar lectura al siguiente listado.
Se ruega a los señores legisladores mantener despejados los pasillos.
La diputada María de Lourdes Quiroga Tamez:Buenas tardes, con su permiso, señor Presidente; compañeras y compañeros diputados.
Paniagua Figueroa, Luz Argelia
Paredes Rangel, Beatriz Elena
Pastrana Villa, Flor Elena
Paulin Posada, Angelica
Pavón Jaramillo, Laura Hermelinda
Payán Cervera, Ana Rosa
Pazarán Navarijo, Magdalena Yunuen
Peña Mendoza, Martha Patricia
Peñaloza Izazaga, María Victoria
Peraldi Ferriño, Laura
Peredo Aguilar, Rosalia
Pérez de La Cruz, Adner
Pérez Gavilán Torres, Margarita
Perez Zaragoza, Evangelina
Pinal Hidalgo, Silvia
Pineda Chávez, Jacaranda
Piñeyro Arias, Antonia Irma
Piñón Reyna, Cecilia Martha
Ponce Beltrán, Esthela de Jesús
Ponce Torres, María Guadalupe
Portillo Ayala, Cristina
Prado Mercado, María Elena
Prado Piña, María Flor Celina
Prida de Yarza, Margarita
Prieto Fuhrken, Julieta
Quiroga Tamez, Mayela Maria de Lourdes
Rabadán Santana de Arenal, Marcrina
Ramírez Cortés, María Guadalupe
Ramírez de Ortega, María del Carmen
Ramírez Guzmán, Griselda
Ramírez Luna, María Angélica
Ramírez Ortega, Maria del Socorro
Ramírez Sánchez, Ofelia
Ramos Dávila, Yrene
Ramos de los Santos, Ana Patricia
Rangel de la Fuente, Elvia
Rangel Juárez, Griselda Beatriz
Rebolledo de Díaz, Delia de la Paz
Reyes Morales, Lilia
Reyes Castro, Gloria Xochil
Reyes Esparza, Diamantina
Reyes Retana Márquez, Regina
Reyes Reyes, Victoria
Reyes Terán, Norma
Ricalde Magaña, Alicia Concepción
Ricardez Vela, María del Carmen
Rincón Castillejos, Martha Luz
Rincón Chanona, Sonia
Riojas Santana, Norma Patricia
Ríos Ruiz, Josefina del Carmen
Rivera Centeno, Concepción
Rivera Cisneros, Martha Leticia
Rivera Marín, María Guadalupe
Rivera Pérez, Martha P.
Robinson Manríquez, Yolanda
Robles Berlanga, Maria del Rosario
Robles Colín, Leticia
Robles Villaseñor, Mara Nadiezhda
Rocha Medina, María Sara
Rochin Nieto, Carla
Rodríguez Aceves, Gloria
Rodríguez Carrera, María Guadalupe
Rodríguez de Alba, María del Consuelo Rafaela
Rodríguez de Campos, Gloria
Rodríguez de Casas, Elizabeth
Rojas Cruz, Graciela
Rojas de Soto, Esthela
Rojas Velazquez, Hortensia
Rojo e Incháustegui, María de Lourdes
Romero Castillo, María Guadalupe Cecilia
Romero Suárez, Silvia
Romo Castillón, María Teresa de Jesús
Rosado de Hernández, María Luisa
Rosales de Fonseca, Leonor
Rosas de la Luz, Concepción Trinidad
Rosas López, Elizabeth
Rosas Montero, Lizbeth Eugenia
Ruiz Anchondo, Martha Patricia
Ruiz de León, Zina
Ruiz del Rincón, Gabriela
Ruiz Massieu Salinas, Claudia
Sada Pérez, Verónica
Saenz López, Rosario
Salas Montiel, Alma Guadalupe
Salazar Pérez, Luz de Jesús
Salazar Torres, Yvett
Saldaña Hernández, Margarita
Saldaña Perez, María Lucero
Salinas López, María Trinidad Emma
Sánchez Arredondo, Nancy Guadalupe
Sánchez Cortés, Maricela
Sánchez de Guzmán, Arcelia
Sánchez de Mendiburu Fidelia
Sánchez Gavito Díaz, Margarita
Sánchez González, Martha Silvia
Sánchez Hernández, Gloria
Sanchez Lazcano, Alicia Perla
Sánchez Lira, María de los Angeles
Sánchez Martínez, María Guadalupe
Sánchez Mendoza, Cirila
Sánchez Mesa de Solis, Guillermina
Sánchez Perez, Rocio
Sánchez Ponce, Josefina
Sandoval Urban, Evelia
Sangri Aguilar, Maria Cristina
Sansores San Román, Layda Elena
Santana Benhumea, Graciela
Santillán Castillo, Esperanza
Santos Abunadera, Elba
Santos Ortiz, Petra
Santoyo de Garcia, Hortensia
Sarmiento Gómez, Ilce
Sarre de Guerrero, María Leonor
Saucedo Moreno, Norma Patricia
Sauri Riancho, Dulce Maria
Scherman Leaño, María Esther de Jesús
Segura Rangel, María del Carmen
Segura Rangel, Sandra Lucía
Senties de Ballesteros, Yolanda
Serrano Crespo, Yadira
Serrano Peña, Mónica Leticia
Servin Murrieta, Acela
Silva Álvarez, María Esther
Silva de Paz, María Guadalupe
Simental García, Bertha Alicia
Solano Sebastián, María Alejandra
Solares Bausa, Guadalupe
Solís González, María Inés
Solis Payan, María Luisa
Sotelo Ochoa, Norma Elizabeth
Soto González, Cecilia Guadalupe
Soto López, América
Soto Rodríguez, Virginia
Spezia Maldonado, Erika Elizabeth
Storsberg Montes, Heidi Gertud
Suarez Ponce, María Guadalupe
Talavera Hernández, María Eloisa
Tamayo Herrera, Yadhira Yvette
Tamayo Morales, Martha Sofía
Tapia Bahena, María Teresa
Tapia Medina, María del Rosario
Tapia Vargas, Gudelia
Téllez Oropeza, Esperanza
Téllez Sánchez, Alicia Virginia
Terrazas Allen, Patricia Alina
Tirado y Valle, Maria de la Luz Estela
Torres Ariseaga, Diana
Torres Chavarría, Celia
Torres Méndez, Clarisa Catalina
Torres Ramos, Lorena
Turrubiates Guzman, Eustolia
Uresti Narváez, Norma Delia
Uriarte Rico, Olga Margarita
Uribe Caldera, Julieta
Urrea Camarena, Marisol
Urrecha Beltrán, Luisa
Urzua Flores, Maria Guadalupe
Userralde Gordillo, Leticia Socorro
Valdés González Salas, María del Pilar Guadalupe
Valencia Abundis, Sofia
Valiente Gobea, María Esther
Valladares Valle, Yolanda Guadalupe
Vargas Barcena, Marisol
Vargas Florencio, Paula
Vargas Garza, Carlota
Vasconcelos de Verges, Justina
Vázquez Mota, Josefina Eugenia
Vázquez Osorno, María Estrella
Vázquez Osorno, Violeta Margarita
Vázquez Saut, Regina
Vázquez Segura, Maria Antonia
Vega Padilla, Maria Eduwiges
Velasco Ramos, María Isabel
Velasco Rodríguez, Verónica
Velázquez Sánchez, Sara Esthela
Velázquez Torres, Maria Consuelo
Veyna Soriano, María Martha
Viggiano Austria, Alma Carolina
Villalobos Chaparro de Pineda, Florentina
Villalobos Pérez, Esperanza
Villalpando Núñez, Sara
Villanueva Abraham, Patricia
Villanueva Ramírez, Margarita
Villanueva Ruiz, Margarita
Villaseñor Díaz, Maria
Villaseñor Vargas, Maria de la Paloma
Villaseñor y Villaseñor, Amelia
Villegas Najera, Dora
Villegas Nava, Leticia
Villers Aispuro Isabel
Vivanco Montalvo, Isabel
Vucovich Seele, Alma Angelina
Yabur Elias, Amalin,
Yáñez Robles, Elizabeth Oswelia
Yrizar Arias, María Elena
Yu Hernández, Nora Elena
Zaleta de Elsner, Luz María
Zataráin del Valle, María
Zavala Gómez del Campo, Margarita Ester
Zavala Medel, María Carmen
El Presidente diputado Juan de Dios Castro Lozano:Gracias, señora diputada.
La Secretaria diputada Amalín Yabur Elías:Si me permiten, voy a mencionar a las últimas dos compañeras que hacen falta:
Zavala Peniche, María Beatriz
Zepeda Burgos, Jazmín Elena.
Muchísimas gracias.
Gracias, señora Secretaria.
Tiene a continuación el uso de la palabra la diputada Elba Esther Gordillo Morales, en su carácter de Presidenta de la Junta de Coordinación Política.
La diputada Elba Esther Gordillo Morales:Con su venia señor Presidente; compañeras y compañeros legisladoras y legisladores; entrañables amigas que nos honran con su visita; amigas y amigos todos:
Gregorio Marañón afirmaba: ``La historia está hecha por hombres. Las mujeres tienen reservada la misión de hacer al hombre padre de la historia''. Estoy segura que en nuestro tiempo, las mujeres de México, las mujeres del mundo no coincidimos con esta afirmación; sin embargo debemos reconocer que la mujer continúa siendo una mayoría presente enormemente en desigualdades y contrastes dentro de la sociedad.
Si es latinoamericana, significa contar con un grado de participación democrática pero disponiendo de una mínima seguridad social; en cambio, siendo de Europa Occidental, ejerce la plenitud de derechos disponiendo también del más alto grado de seguridad económica y social.
Ser en el mundo mujer de hoy puede significar a aspirar a tener de 0 a 4 años de educación formal si nació en Africa; de 2 a 9 si nacío en Asia Central; de 4 a 5 si nació en Asia Oriental; de más de 12 si es europea o canadiense; ó de entre 3 y 6 si es mexicana.
A pesar de estos contrastes, lo logrado por la mujer ha sido una verdadera hazaña, producto a veces de una labor silenciosa; otras, de la solidaridad y muchas más, de las luchas en las calles por hacer valer el derecho a la equidad, a la significación, a la justicia.
Con todo y que valoramos la decisión política del presidente Ruiz Cortines de reconocer el derecho de la mujer a votar y ser votada, nuestra convicción parte del reconocimiento de que nada de lo alcanzado ha sido regalo de político alguno, de ningún estado y de ninguna iglesia, lo hemos conquistado y lo conquistaron en largas luchas las mujeres del ayer.
Es objetivo esencial de una democracia la participación igualitaria de hombres y mujeres en la toma de decisiones a todos los niveles: en la política, en la empresa, desde todos los ámbitos, en la cultura, en la educación.
La mujer no puede permanecer ajena a la construcción de la sociedad, de la sociedad del Siglo XXI, a la toma de decisiones, porque estas decisiones afectan a todas y todos y porque durante siglos no ha participado en ellas y ahí están sus consecuencias.
Es inaceptable que la condición de género implique también la definición del rol social: mujeres en lo privado, hombres en lo público; ese paradigma está roto y el contrato social que implicaba está en crisis. Debemos superarlo, debemos avanzar.
Las mujeres hemos aportado al progreso y seguiremos haciéndolo, porque tenemos ideas, tenemos propuestas, porque pensamos, porque sentimos; reconózcase ya, tenemos proyecto.
Queda claro que no bastan los pronunciamientos, ni los buenos deseos. Ante el reto y la responsabilidad de seguir expandiendo los derechos básicos que permitan a la mujer llegar al lugar que le corresponde en el concierto social, si bien en el Siglo XX se sentaron las bases para corregir las profundas asimetrías que enfrentaba la mujer, el Siglo XXI debe ser el espacio en el que se consoliden las conquistas y se tracen nuevas y audaces metas.
Para lograr este cambio profundo, la educación, sin duda, es la clave y constituye el primer factor prioritario; la falta de preparación de la mujer es todavía uno de los factores más terribles que potencia su sojuzgamiento, la discriminación y su atropello. La mujer que accede al nivel de capacitación y de formación adquiere un nivel de dignidad y de respeto que no tenía, quizá también por las circunstancias de discriminación en que vivía.
El segundo elemento clave está en la salud y en las costumbres. Tiene que avanzarse rápidamente en la salud sexual y reproductiva, que es donde está la esencia de una cultura que hace del rol de la mujer destino inamovible.
El tercer elemento es el de los derechos humanos, que si bien son fundamentales para todas las personas, lo son también para las mujeres. Hay dramáticas evidencias de ello, los asesinatos en Ciudad Juárez son inaceptables, evidencias en Guanajuato, en la propia Ciudad de México y en muchos otros lugares, donde la mujer sufre aberrantes atropellos, por el solo hecho de ser mujer. Esto es un atropello y no podemos permitir feminicidios, exigimos todos, todas, justicia; si no hay respeto para la mujer, no habrá dignidad para la sociedad.
Con estos tres factores y otros más, tenemos que revertir la perversa paradoja de que nunca antes la mujer mexicana, tuvo tanto peso en la sociedad como en los momentos actuales y nunca estuvo más alejada de la equidad. Porque aunque representa más del 58% de la población económicamente activa, percibe menos de la mitad del valor de los salarios, porque el 11% de las mujeres mayores de 15 años son analfabetas, contra 7% de los varones; porque 29 de cada 100 mexicanas tiene primaria incompleta o carecen de instrucción, contra 26 de cada 100 hombres: porque sólo el 18% de la población económicamente activa ocupada en labores profesionales y técnicas lo componen mujeres; porque el 20% de los hogares mexicanos son sostenidos, educados y alimentados por madres solteras; porque uno de cada cinco niños en México nace de madres que están entre los 12 y los 19 años y la mujer sin educación es la que más procrea al tener un promedio de 5.6 hijos, porque a pesar de que el mercado laboral femenino ha crecido, ello ha sucedido en la industria maquiladora que basa su ventaja competitiva en la explotación de dicha mano de obra.
Para corregir de fondo esta realidad las mujeres tenemos que buscar el poder, no debemos temer a empoderarnos, entendiendo que el poder no sólo está en la política, está en la ciencia, en las artes, en la jefatura de las empresas, en la cultura; tiene que avanzarse en cada una de ellas y entender que todas, absolutamente todas, desde el espacio partidario, político-ideológico, social e intelectual, tenemos que ser una sola. No se valdría pedirle a otros equidad, igualdad y seguir descalificándonos entre nosotras.
Si bien la mujer mexicana ha aumentado su representación política, su presencia es francamente minoritaria y en muchos casos es resultado de una dádiva vía cuotas, que ni se cumplen y muchas veces son ficción. Si aceptamos que estamos lejos de consolidar una cultura democrática, aceptemos también que ello se debe entre otras cosas a la escasa presencia de las mujeres. Queremos, debemos, exigimos estar en la mesa de la toma de decisiones, construir sin exclusión la sociedad que deseamos, el México que queremos. Avancemos en la construcción de un nuevo contrato social que reconozca a la mujer y dignifique a la sociedad.
Por su participación política, muchas mujeres tienen que pagar el precio de la calumnia, del acoso, de la descalificación que convierte al Estado de Derecho en utopía. Es imprescindible actualizar la perspectiva de género, no a partir de las diferencias, sino de las complementariedades; no a partir de la exclusión, nunca a partir de una visión misógina; siempre con una actitud incluyente, porque si bien la mujer es agraviada por múltiples situaciones que a ella se refieren, también lo es por aquello que daña a su compañero, a sus hijos, a su familia.
La batalla del Siglo XXI por la equidad plena de la mujer debe darse desde las instituciones jurídicas y políticas, transformándolas, poniéndolas al día. A diferencia de quienes lucharon por los derechos civiles en el Siglo XIX y en el Siglo XX, no tienen ya por qué subrayarse puramente las ideologías ni generarse emblemas, basta con asumir plenamente el rol social, demográfico y económico que tiene ya la mujer para definir la balanza.
Hoy, cuando los paradigmas están rotos, la mujer mexicana tiene la enorme oportunidad de construir lo que permita hacer del humanismo no sólo el eje de virtud de la condición humana, sino la razón esencial de su quehacer. Hoy, en la búsqueda de la equidad de género, queremos decir: no es una disputa entre hombres y mujeres, es simple y llanamente reconocer que entre los derechos humanos los hombres y las mujeres juntos, respetándose, podemos construir la patria a que aspiramos.
Las mujeres de México tenemos la palabra.
Muchas gracias.
El diputado Presidente Juan de Dios Castro Lozano:Muchas gracias, señora diputada.
Proceda la Secretaría a abrir el sistema electrónico por diez minutos para verificar la asistencia.
El Secretario diputado Marcos Morales Torres:Se pide se hagan los avisos a que se refiere el artículo 161 del Reglamento Interior, ábrase el sistema electrónico por 10 minutos para verificar la asistencia.
¿Quórum?..
El Presidente diputado Juan de Dios Castro Lozano:Proceda la Secretaría a dar lectura al acta de esta sesión.
Sí, señor Presidente.
«Acta de la Sesión Solemne de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, celebrada el jueves dieciséis de octubre de dos mil tres, correspondiente al Primer Periodo de Sesiones Ordinarias del Primer Año de Ejercicio de la Quincuagésima Novena Legislatura.
Presidencia del diputado Juan de Dios Castro LozanoEn el Palacio Legislativo de San Lázaro de la capital de los Estados Unidos Mexicanos, sede de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, con la asistencia de trescientos cincuenta y dos diputadas y diputados, a las once horas con quince minutos del jueves dieciséis de octubre de dos mil tres, el Presidente, en cumplimiento del acuerdo aprobado en la sesión del nueve de octubre de dos mil tres, declara abierta la sesión solemne para conmemorar el quincuagésimo aniversario de la incorporación a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos del derecho de las mujeres mexicanas a votar y ser elegidas.
El Presidente solicita autorización a la Mesa Directiva, y se le concede, para hacer uso de la palabra.
Presidencia del diputado Antonio Morales de la PeñaPara dirigir un mensaje se concede el uso de la palabra al diputado Juan de Dios Castro Lozano, Presidente de la Mesa Directiva.
Presidencia del diputado Juan de Dios Castro LozanoSe procede a la presentación de un vídeo conmemorativo.
Hacen uso de la palabra los diputados: Jaime Miguel Moreno Garavilla, de Convergencia; y Joel Padilla Peña, del Partido del Trabajo; y las diputadas: Alejandra Méndez Salorio, del Partido Verde Ecologista de México; Martha Lucía Mícher Camarena, del Partido de la Revolución Democrática; Margarita Ester Zavala Gómez del Campo, del Partido Acción Nacional; y Diva Hadamira Gastélum Bajo, del Partido Revolucionario Institucional.
Antes de la intervención de la diputada Zavala Gómez del Campo, a las doce horas con quince minutos la Secretaría informa del registro de cuatrocientos sesenta y cinco diputadas y diputados y ordena el cierre del sistema electrónico de asistencia.
Las diputadas: Jazmín Elena Zepeda Burgos, del Partido de la Revolución Democrática; María Avila Serna, del Partido Verde Ecologista de México; Regina Vázquez Saut, del Partido Acción Nacional; y Mayela María de Lourdes Quiroga Tamez, del Partido Revolucionario Institucional; dan lectura a los nombres de las mujeres que han desempeñado y desempeñan el cargo de diputadas federales de la Cuadragésima Segunda a la Quincuagésima Novena legislaturas.
Se concede la palabra a la diputada Elba Esther Gordillo Morales, Presidenta de la Junta de Coordinación Política.
La Secretaría da lectura al acta de la presente sesión solemne y la Asamblea la aprueba en votación económica.
El Presidente agradece la presencia de invitadas, invitados y de alumnos de diversas escuelas.
La Secretaría informa del registro final de cuatrocientos cincuenta y cuatro diputadas y diputados y el Presidente clausura la sesión solemne a las trece horas con treinta y cuatro minutos, citando para la sesión ordinaria que se celebrará el martes veintiuno de octubre de dos mil tres, a las once horas.»
Señores diputados, está a discusión el acta... No habiendo quien haga uso de la palabra en votación económica se pregunta si se aprueba.
Las diputadas y diputados que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo...
Las diputadas y diputados que estén por la negativa, sírvanse manifestarlo... Aprobada el acta por la afirmativa, señor Presidente.
El Presidente diputado Juan de Dios Castro Lozano:Aprobada el acta.
Antes de concluir la sesión y en tanto se recaba la asistencia, agradecemos la presencia de todas nuestras distinguidas invitadas y nuestros distinguidos invitados a esta sesión solemne.
Agradecemos la presencia en esta sesión solemne de las siguientes instituciones: Colegio Columbia, Asociación Civil; Escuela Benjamín Franklin; Instituto Gauss-Jordan; Escuela Nacional de Maestros y Colegio Peterson.
El Secretario diputado Marcos Morales Torres:Ciérrese el sistema electrónico de registro y por favor activen el sonido en la curul 435, ábrase.
La diputada Mayela María de Lourdes Quiroga Tamez (desde su curul):Presente.
El Secretario diputado Marcos Morales Torres:Por favor activen el micrófono de la diputada Elba Esther Gordillo Morales.
La diputada Elba Esther Gordillo Morales (desde su curul):
Presente.
El Secretario diputado Marcos Morales Torres:Activen el sonido en la curul 451.
Por favor, activen el sonido en la curul del diputado Bautista.
El diputado Héctor Miguel Bautista López (desde su curul):
Presente.
El Secretario diputado Marcos Morales Torres:Por favor activen el sonido en la curul del diputado Palmero.
El diputado Diego Palmero Andrade (desde su curul):
Presente.
El Secretario diputado Marcos Morales Torres:Señor Presidente, hay una asistencia de 454 diputadas y diputados.
Sesión solemne para conmemorar el L aniversario de la incorporación a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos del derecho de las mujeres mexicanas a votar y ser elegidas.
Tiempo de duración: 2 horas 19 minutos.
Quórum a la apertura de sesión: 352 diputados.
Asistencia al cierre de registro: 465.
Asistencia al final de la sesión: 454.
Oradores en tribuna: 12
PRI-3; PAN-3; PRD-2; PVEM-2; PT-1; PC-1.