SESION SOLEMNE DE CONGRESO GENERAL
Para recibir al Presidente de la República de Chile
Sesión Solemne de Congreso General, llevada a cabo con motivo
de la visita del Exmo. Dr. Ricardo Lagos Escobar, Presidente de la República de Chile, el
día 4 de diciembre del 2000. Presidencia del Dip. Ricardo García Cervantes.
EL PRESIDENTE: Ruego a la Secretaría haga el conocimiento de esta
Presidencia el resultado del cómputo de asistencia de ciudadanos diputados.
LA SECRETARIA, DIP. ALMA CAROLINA VIGGIANO AUSTRIA: Se informa a la
Presidencia que existen registrados previamente 289 ciudadanos diputados.
EL PRESIDENTE: Ruego al ciudadano Secretario de la Honorable Cámara de
Senadores haga del conocimiento de esta Presidencia la asistencia de ciudadanos senadores.
LA SECRETARIA, SEÑORITA MA. REYES ESQUIVEL: Con mucho gusto señor
Presidente. Con base en el registro previo de asistencia de la Secretaría, se informa que
están presentes 83 ciudadanos senadores. Gracias.
EL PRESIDENTE: Hay quórum de Congreso General. (12:15 Hrs.) Se abre la
sesión. Se abre la Sesión Solemne de Congreso General para recibir al señor Presidente
de la República de Chile, Doctor Ricardo Lagos Escobar, quien se encuentra en visita de
estado en nuestro país.
Se designa en comisión para recibir e introducir al Salón de Sesiones
al Doctor Ricardo Lagos Escobar, Presidente de la República de Chile, a los siguientes
ciudadanos legisladores:
Diputados:
Samuel Aguilar Solís
Omar Fayad Meneses
José Bañales Castro
Orestes Eugenio Pérez Cruz
Hortensia Aragón Castillo
Antonio Arévalo
Bernardo de la Garza Herrera
Jaime Cervantes Rivera y
Rosa Delia Cota Montaño.
Senadores:
Silvia Hernández Enriquez
Héctor Michel Camarena
Carlos Medina Plascencia
Fernando Margain Berlanga y
Marcos Carlos Cruz Martínez
Solicito a los legisladores atender la encomienda.
Se decreta un receso en espera del Doctor Ricardo Lagos Escobar,
Presidente de la República de Chile. (12:17 Hrs.)
( Receso)
EL PRESIDENTE: Honorable Asamblea, esta Presidencia ha sido notificada
que en cinco minutos estará en las puertas del Palacio Legislativo el Presidente de la
República de Chile.
EL PRESIDENTE: (12:48 Hrs.) Se reanuda la sesión.
En este momento se encuentra arribando al Palacio Legislativo el
Presidente de la República de Chile, Doctor Ricardo Lagos Escobar. Se ruega a la
comisión designada cumpla con su cometido.
( La comisión cumple su cometido)
Ruego a los presentes ponerse de pie.
(Entra al Salón de Sesiones del Presidente de Chile) (Aplausos)
EL PRESIDENTE: Excelentísimo Doctor Ricardo Lagos Escobar, Presidente
de la República de Chile:
Sea usted bienvenido al Congreso de la Unión de los Estados Unidos
Mexicanos.
México quiere tener la oportunidad, a través del Congreso Mexicano,
de expresarle al Presidente Chileno el afecto, el reconocimiento y la voluntad de
profundizar los lazos de amistad con el gobierno y el pueblo de Chile.
Reciba usted, por mi conducto, a nombre de las ciudadanas y ciudadanos
diputados y senadores mexicanos, la más cordial bienvenida a esta Sesión Solemne en la
que tenemos el gusto de contar con su presencia.
Desahogaremos el Orden del Día autorizado por las Asambleas del Senado
de la República y la Cámara de Diputados. Harán uso de la palabra un ciudadano
legislador en representación de cada grupo parlamentario, e inmediatamente después
solicitaremos al Presidente de la República de Chile dirija un mensaje.
En consecuencia, se concede el uso de la palabra al diputado José
Narro Céspedes, del grupo parlamentario del Partido del Trabajo hasta por diez minutos.
EL C. DIPUTADO JOSE NARRO CESPEDES. Con su permiso, Presidente.
Compañeras y compañeros diputados.
Excelentísimo señor Presidente de la República de Chile, Ricardo
Lagos Escobar.
Por una globalización democrática y socialista de América Latina.
En nombre del pueblo de México, el grupo parlamentario del Partido del
Trabajo, tiene el honor de dar la bienvenida y saludar al Excelentísimo señor Presidente
del hermano pueblo de Chile, Ricardo Lagos Escobar.
Su visita a México refrenda los vínculos históricos de hermandad y
aprecio que han unido a nuestros pueblos, pero en particular, siendo su gobierno el
heredero de la tradición socialista de Salvador Allende, su presencia tiene un enorme
significado en la campaña a favor de una transformación pacífica pero radical de
nuestras sociedades.
Este compromiso con la justicia social y la democracia, representa el
precepto más elevado de nuestros respectivos programas partidarios, por lo cual nuestros
vínculos, convicciones y compromisos van más allá de las meras acciones de gobierno.
Tenemos la enorme satisfacción de recordar que el pueblo de México,
brindó su amplio apoyo moral al gobierno de Salvador Allende y después del golpe de
Estado, expresó su enérgica condena recibiendo con los brazos abiertos a centenares de
hermanos chilenos que buscaron asilos en nuestro suelo. A partir de aquel momento, se
reforzaron los vínculos de solidaridad entre nuestros pueblos que hoy se ven enaltecidos
con su visita.
Rendimos un tributo a todos aquellos luchadores sociales que ofrendaron
su vida defendiendo un proyecto de emancipación y justicia social para el pueblo chileno;
el arribo de la democracia en Chile y la valerosa decisión de hacer justicia, demuestra
que su sacrificio no fue en vano.
Sin embargo, la consolidación de los nuevos tiempos no puede romper
tajantemente con el pasado; debemos resolver correctamente el pasado. No es posible el
borrón y cuenta nueva. Habrá que castigar los crímenes del pasado, aquí en México los
cometidos en el 68 y en el 71, entre otros; allá los cometidos durante la dictadura.
La reinserción internacional de nuestras naciones debe de ser el
vínculo por medio del cual se apuntale la transformación integral de nuestras
sociedades, dando paso a una modernización social no excluyente, que se traduzca en
mejores salarios y empleos de calidad superior.
No subordinemos las relaciones de nuestros países únicamente a los
aspectos económicos, sino busquemos fortalecer la integración en base a los aspectos
políticos democráticos, de justicia, de libertad y de cultura. Finquemos esa fortaleza
en la lucha conjunta en contra de la pobreza, la exclusión y el autoritarismo. Un
instrumento fundamental en el camino de esa modernización social que demandan nuestros
pueblos, es el establecimiento de convenios bilaterales a favor de una integración
comercial y económica progresiva, que haga realidad el sueño bolivariano.
Estamos por un nuevo pacto político social no únicamente entre
nuestros pueblos, sino de todos los países de América Latina para enfrentar juntos la
política neoliberal y poder sentar las bases de un desarrollo justo y democrático de
nuestros pueblos.
En este sentido, habremos de reivindicar conjuntamente la
democratización de los organismos internacionales en este sentido habremos de reivindicar
conjuntamente la democratización de los organismos internacionales. En especial hoy se
impone redoblar la solidaridad con Cuba y la exigencia del cese al bloqueo que ha sido
víctima por tantos año, refrendando sin concesiones el principio del respeto a la
autodeterminación de los pueblos y el rechazo enérgico a la amenaza o al uso de la
fuerza en las relaciones internacionales.
Las condiciones para hacer realidad la aspiración suprema de unir a
América Latina en torno a un proyecto democrático y socialista a favor de las grandes
mayorías se ha vuelto más exigente. Pero el ejemplo del pueblo chileno es uno de los
mejores alicientes con los que contamos.
En suma, Excelentísimo señor Presidente Lagos, su visita es propicia
para reiterar el sentimiento de hermandad que une a nuestros pueblos. Rendir un homenaje a
la memoria de Salvador Allende, pero sobre todo, refrendar el compromiso por una
transformación al servicio de las grandes mayorías.
No reproduzcamos en nuestras naciones el neoliberalismo salvaje de más
desigualdades sociales, de privatizaciones, de autoritarismo excluyentes en donde las
leyes del mercado se convierten en los rectores de nuestra sociedad; en donde a la
fraternidad se antepone el egoísmo, en donde el apoyo mutuo, la competencia, en donde al
culto a la amistad se antepone el culto a la utilidad, en donde al deseo de superación se
antepone el deseo a la ambición, en donde a las relaciones de solidaridad se anteponen
las relaciones de utilidad; en donde a la generosidad de la libertad se antepone el culto
al opresor y enajenante marketing; en donde a la justicia se impone la impunidad al
poderoso. Por ello, a esta larga lucha que ya se ha iniciado, un proyecto socialista y de
izquierda democrático, es el único camino histórico capaz de sanar las venas abiertas
de América Latina.
Muchas gracias.
PRESIDENTE: Gracias diputado José Narro Céspedes.
Se concede el uso de la palabra a la diputada María Teresa Campoy Ruy
Sánchez., del grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista de México, hasta por 10
minutos.
DIP. MA. TERESA CAMPOY RUY SANCHEZ: Con su venia señor presidente;
Honorable Congreso de la Unión; muy distinguido señor Presidente Ricardo Lagos, que hoy
nos honra con su presencia; compañeras y compañeros legisladores:
Es un honor para esta Legislatura, que la primera visita solemne que
tenemos en nuestro primer periodo ordinario de sesiones, sea para recibir al presidente de
una nación latinoamericana. Más relevante aún, es que esta visita sea la del titular
del Ejecutivo de una nación con la cual México mantiene una intensa y sólida relación
bilateral.
No obstante que están situados en las antípodas de América Latina,
México y Chile han trabajado en el fortalecimiento de sus lazos binacionales.
En los últimos 9 años, la relación México-Chile, ha estado marcada
por el intercambio comercial. Pero vale la pena recordar que el intercambio de productos
estuvo precedido por un diálogo entre los escritores y sus lectores, en ambos países.
Aquí, todavía a las niñas y niños mexicanas les enseñamos a valorar la fructífera
estancia de la inolvidable escritora Gabriela Mistral. Y en las memorias de Pablo Neruda,
abundan las páginas de su visita a México y sus charlas prolongadas y profundas con
José Vasconcelos y muchos otros escritores mexicanos.
Hace trece años creíamos que el destino comercial y el principal
escenario de la política exterior de México y Chile, eran en la Cuenca del Pacífico.
Nuestra mutua ubicación geográfica con largas costas en ese océano, aunada al potencial
y el altísimo intercambio de bienes y servicios entre los países ribereños hacía
presagiar un futuro promisorio y una expansión económica en dicha Cuenca.
Sin embargo, el ascenso de Japón como la nación hegemónica del mundo
no sucedió. El fin de la guerra fría y la transición hacia la economía de mercado en
Europa Central y Rusia desviaron la atención y los flujos de inversión. Las relaciones
comerciales se revalorizaron de entrada desde una perspectiva regional y los proyectos
más ambiciosos se dimensionaron a partir de tratados o uniones comerciales bilaterales o
regionales.
Fue en México, en este contexto, que Chile y de manera muy oportuna,
en un tiempo récord, concretaron un acuerdo de complementación económica en 1992.
Dado el sobresaliente desempeño de la relación comercial entre ambos
países, el año pasado los gobiernos de México y Chile negociaron la ampliación y
profundización de la cobertura de dicho acuerdo para que no sólo incluyera la
liberalización de comercio de bienes.
Ahora el nuevo Tratado de Libre Comercio entre México y Chile, vigente
desde agosto de 1999,incluye disciplinas en materia de servicios, inversión, solución de
controversias, compras gubernamentales y propiedad intelectual.
Las ventajas de este tratado es que ambas partes cuentan con un
instrumento moderno y perfeccionado que promueve un mayor intercambio de bienes, servicios
e inversión. Las bondades y el crecimiento del intercambio comercial entre su país y el
nuestro queda ampliamente demostrada al revisar el monto del comercio bilateral.
Por ejemplo, en 1999 el comercio entre México y Chile ascendió a
1,049 millones de dólares, cifra superior en 504% a la de 1991, año previo a la entrada
en vigor del Acuerdo de Complementación Económica.
En los primeros 8 años de vigencia del Acuerdo, las exportaciones
mexicanas a Chile crecieron a una tasa promedio anual de 14.5%. De hecho, durante el
primer semestre del año en curso, las exportaciones sumaron 196 millones de dólares,
monto superior en 12% al registrado en el mismo período de 1999 .
En el mundo contemporáneo, la preservación del medio ambiente no debe
pasar desapercibida; las nuevas realidades económicas imponen categóricamente la
actualización de conceptos basados en un gasto orientado a la conservación y
aprovechamiento racional y sustentable de nuestro entorno natural.
Por ello, cuando se enfatiza al medio ambiente y a la sustentabilidad
que implica la protección del mismo, esto se hace porque se considera que ésta es la
mejor forma de aprovechar los elementos naturales sin agotarlos en su totalidad para que
las generaciones posteriores puedan, al igual que nosotros, gozar de un medio ambiente
diverso y equilibrado.
Exhortamos a los mandatarios de ambas naciones para que busquen
soluciones definitivas que consistan, dentro del ámbito de sus atribuciones y de manera
prioritaria, en la satisfacción de la problemática ambiental.
U no de esos problemas es el relacionado a la protección de las
especies de la flora y la fauna. Es necesario que actuemos de manera decidida y eficaz.
Que la globalización no sea un pretexto para la depredación y el consumo desmedido de
nuestros recursos naturales.
Chile es uno de los países que más está resintiendo los efectos
peligrosos del aumento del agujero en la capa de ozono sobre la Antártida. Por ello, en
el Partido Verde Ecologista de México creemos que hay razones más que suficientes para
considerar que el porvenir y futuro de dos naciones hermanas como lo son la República de
Chile y los Estados Unidos Mexicanos es más que promisoria.
No permitamos que factores externos afecten el desarrollo y estabilidad
que con tanto ahínco hemos forjado. Muchas gracias. (aplausos)
EL C. PRESIDENTE: Gracias, Diputada María Teresa Campoy Ruy.
Se concede el uso de la palabra al Diputado Martí Batres Guadarrama,
en representación del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática,
hasta por 10 minutos.
EL C. DIPUTADO MARTI BATRES GUADARRAMA: Excelentísimo Señor
Presidente Ricardo Lagos; Distinguidas Legisladoras y Distinguidos Legisladores:
Saludamos la presencia del Presidente de la República de Chile,
Ricardo Lagos, y damos la bienvenida al Presidente demócrata, al Presidente socialista.
Festejamos con el pueblo de Chile su llegada al Palacio de La Moneda.
Su victoria representa la decisión de un pueblo, la opción por un camino. Es también,
sin embargo, un acto de justicia resarcitorio porque ya los socialistas habían ganado
hace 30 años la Presidencia de ese país en las urnas.
Con el voto llegó Ricardo Lagos, como Salvador Allende, el primer
Presidente socialista de América Latina en arribar a un gobierno no por la vía electoral
y a quien rendimos también hoy nuestro homenaje .
Con las botas militares se derrocó a un gobierno surgido del voto e
inició el primer ensayo neoliberal en Latinoamérica. Hoy esperamos, con toda la
humanidad, el castigo al dictador genocida.
El neoliberalismo entró a nuestras naciones por la puerta de la
dictadura, no de la democracia. México, como otras veces, abrió su territorio y su
corazón a los exilados chilenos. Su estancia constituyó un enriquecimiento
extraordinario de nuestra vida intelectual y sus enseñanzas, sin duda, influyeron en los
cambios que vivió la izquierda mexicana hasta hacerla concluir que la democracia no era
un camino táctico, sino un fin para siempre.
Fueron aquellos años terribles, de asesinatos, escuadrones de la
muerte, presos políticos, desapariciones, que recorrieron a todos nuestros países,
aunque frágilmente hoy transitamos hacia la democracia en México como en Chile, empero
estos son también años terribles en otros sentidos.
En menos de dos décadas el neoliberalismo ha dado ya resultados
concretos: a las puertas del tercer milenio llegan ya a 1,000 millones el número de
personas en extrema pobreza en el planeta.
Ciertamente en la aldea global se universaliza la democracia política
, se extiende el respeto a los derechos humanos, se abren las puertas a la información y
se difunden las culturas. Pero la furia globalizadora se encuentra en la economía, los
países no están decidiendo soberanamente su rumbo económico: de las dictaduras milita
res pasamos a la dictadura del mercado mundial. Llegan nuevos gobiernos y juran combatir
la pobreza; terminan y dejan más pobres que al principio.
La globalización convierte al Estado democrático en una entelequia.
Aquí y allá es lo mismo: privatizaciones, despidos, restricción de los salarios,
disminución del gasto. Vayamos a cualquier lugar del mundo y preguntemos por la política
económica. Parece que vivimos en el mismo país.
Cuando llega un nuevo gobierno ya existen compromisos. O privatizan la
energía eléctrica o no hay nueva inversión, nos amenazan Frente a la globalización
muchos gobiernos se avasallan y ofrecen ceder inteligentemente su soberanía.
Los gobiernos prefieren no exigir obligaciones fiscales a las
gigantescas empresas y en cambio aumentan los impuestos al consumo y castigan, otra vez, a
los que perdieron ya su empleo, sus prestaciones o su salario.
Los grandes consorcios transnacionales compran empresas locales, donde
pagan menos salarios que en sus metrópolis sin crear nuevos empleos; resisten la presión
de los traba trabajadores en un país porque operan en 20 o en 50 países más.
Pero no se crea que el neoliberalismo es siempre liberalización, para
la fuerza de trabajo no hay fronteras abiertas ni tampoco libre juego de la oferta y la
demanda. El neoliberalismo poco tiene que ver con el liberalismo clásico y nada tiene que
ver con nuestro liberalismo juarista.
Ninguna nación puede oponerse sola a esta presión descomunal. A los
pueblos parecía ofrecérseles en el pasado la satisfacción de sus necesidades sociales a
cambio de sacrificar sus libertades. Hoy pareciera que la oferta es la democracia a cambio
de perder el bienestar social.
En México la independencia, la reforma y la revolución generaron un
ideario que conjugó el sueño de la libertad con el de la justicia social. En América
Latina nunca estuvo tan cerca la unidad de la democracia y la equidad social como en Chile
en 1970,
México y Chile viven la transición a la democracia, la democracia sin
embargo no cuenta con seguro de vida, se tiene que cuidar todos los días y en México
hemos dado un gran paso a lograr la alternancia en el poder, pero sigue vivo el
presidencialismo autocrático.
Presidente Ricardo Lagos: Asumamos juntos el reto de una globalización
distinta, desde abajo, que de a luz a sindicatos internacionales, que acerque a los
pueblos indios de México y Sudamérica, que abra las fronteras a las empresas públicas,
que unifique los precios de los energéticos a la alza, que democratice el gobierno de las
Naciones Unidas, que abra las fronteras de los países desarrollados a la migración.
Construyamos una globalización desde el sur y evitemos que el huracán
de un mundo unipolar arrase con nuestros pueblos y sus frágiles democracias.
Presidente Ricardo Lagos, Presidente demócrata y socialista: El Grupo
Parlamentario del PRD le desea el mayor de los éxitos, porque desearle
suerte a usted es desearle suerte a toda la América Latina,
La democracia sólo tiene futuro en la equidad social y la equidad
social sólo ser posible con una América unida frente a la furia de la globalización
económica, Muchas gracias. (aplausos)
EL C. PRESIDENTE: Gracias diputado Martí Batres Guadarrama. Se concede
el uso de la palabra al Senador Fernando Margaín Berlanga, en representación del Grupo
Parlamentario del Partido Acción Nacional, hasta por diez minutos.
EL C. SEN. FERNANDO MARGAIN BERLANGA (PAN): Con su venia, señor
Presidente del Congreso.
Señor Presidente Ricardo Lagos; su distinguida esposa, Señora Luisa
Durán;
Miembros de su gabinete y de la Comitiva que los acompaña;
Señor Secretario Castañeda;
Compañeros Legisladores;
Público juvenil que nos acompaña:
Hace unos minutos en esta tribuna se hizo mención de Pablo Neruda y
eso me hizo recordar que precisamente Pablo Neruda en 1940 refiriéndose a México
escribió:
"Este es el último de los países mágicos, mágico de
antigüedad y de historia, mágico de música y de geografía, no hay en América ni tal
vez en el planeta país de mayor profundidad humana que México y sus hombres.
A través de sus aciertos luminosos, como a través de sus errores
gigantescos, se ve la misma cadena de grandiosa generosidad, de vitalidad profunda, de
inagotable Historia, de germinación inacabable. México me cubrió con su sortilegio y su
luz sorpresiva".
Excelentísimo señor Presidente Ricardo Lagos, a nombre de la
Fracción Parlamentaria del Partido Acción Nacional, reciba la más cordial bienvenida a
esta Sesión Solemne del Congreso de la Unión, ratificando el beneplácito de mis
compañeros y compañeras Legisladores por su presencia en este Recinto.
Se encuentra usted, señor Presidente Lagos, en un Congreso plural que
expresa la actual diversidad política del país y que en su conjunto se honra en
recibirlo y aprovechar la ocasión para fortalecer los lazos que nos unen con Chile, país
con el que compartimos profundos vínculos de hermandad sustentados en una Historia y
cultura comunes.
Además de la amistad que México mantiene con Chile, que da testimonio
de la fuerza histórica de nuestras relaciones, el momento actual y la similitud de los
procesos que experimentan nuestros países, no puede más que reflejarse en mayores
coincidencias entre nuestros pueblos.
Tan solo el pasado 23 de Marzo se cumplieron diez años de la
reanudación de nuestras relaciones diplomáticas, en este periodo, México y Chile han
logrado consolidar una relación bilateral única en la región latinoamericana,
sustentada en una intensa consulta y concertación política entre Mandatarios,
Funcionarios, Parlamentarios, Académicos, Lideres políticos y Empresarios, entre muchos
otros.
Esta fecha representa además, una nueva etapa de nuestra Historia
común, pero también un reflejo de una realidad distinta de la cual tanto mexicanos como
chilenos debemos sentirnos sumamente orgullosos. Así, nuestros países experimentan hoy
en día oportunidades y retos similares tanto en el ámbito interno como frente al sistema
internacional.
Señor Presidente Lagos, usted pudo presenciar el 1o. de Diciembre la
Toma de Protesta del Lic. Vicente Fox Quesada como Presidente Constitucional de los
Estados Unidos Mexicanos, este fue un día histórico para los mexicanos al llevar
intrínseco al cambio la voluntad de una ciudadanía empeñada en consolidar la democracia
y avanzar hacia la mayor equidad social como cimiento de nuestra vida pública.
Ello conlleva un sinnúmero de retos que i06 mexicanos estamos
dispuestos a asumir con responsabilidad a fin de lograr que le país multiplique las
oportunidades de desarrollo y crecimiento, En este mismo sentido, en la última década,
la sociedad chilena ha alcanzado un avance político y social que busca superar los
momentos adversos del pasado. La experiencia chilena de su procesos democratizador, del
cual usted ha sido parte fundamental, nos enseña que aún contra los modelos más
autoritarios puede construirse mediante consensos, una
nueva sociedad, plural, incluyente, prospera, libre y democrática en
la que luche por un solo interés, que es el de la unión.
Como usted lo ha dicho, la Patria es una y nos convoca a todos. El
respeto mutuo, la consolidación de la paz social, el progreso económico y la estabilidad
política son valores que compartimos y estoy seguro económico y la estabilidad
política, son valores que compartimos y estoy seguro que ambas sociedades lucharemos
porque prevalezcan en el difícil proceso de reestructuración de nuestros sistemas de
funcionamiento y convivencias.
Así nuestros países coinciden en la consolidaci6n de una lucha por la
renovación y una voluntad clara de enfrentar los cambios del mundo y sus desafíos desde
una institucionalidad democrática.
Carlos Fuentes sintetizó de manera brillante este espíritu que nos
anima:
"Queremos democracia pero historia; justicia pero con memoria;
desarrollo pero con destino".
El fenómeno de la mundialización es una realidad innegable ante la
cual los países debemos tomar posiciones y actitudes de cooperación y entendimiento
basados en la identidad nacional. Los países latinoamericanos deben repensar y actuar a
favor de la integración regional que en los histórico y lo cultural, se ha desarrollado
bajo la hermandad de los pueblos.
En Acción Nacional pensamos que la ayuda internacional para la
elevación humana y el desarrollo económico debe basarse en la promoción y estímulo de
las energías de cada país, con la adecuación de la política de desarrollo a las
características propias de cada comunidad, con respeto a la moral y con garantía a los
derechos humanos en un orden de libertad y de justicia y es bajo este marco y es bajo este
marco desde el cual trabajaremos para consolidar no solo los vínculos bilaterales con
Chile, sino para hacer del orden mundial un espacio de equidad en donde nuestros países
encuentren mejores condiciones para que la política exterior sea una verdadera palanca de
desarrollo a favor del bien común.
Nuestra condición de países hermanos latinoamericanos conlleva a una
mayor responsabilidad sobre el futuro del continente; ambos países entendemos la
necesidad de la integración latinoamericana y por ello estamos comprometidos con su cabal
realización para hablar con una sola voz como usted lo expresó ante el Congreso de su
país en su toma de posesión.
El Presidente Fox ha manifestado en diversas ocasiones la importancia
que el MercoSur tiene para México como un primer paso para intensificar nuestras
relaciones con América Latina, Una coincidencia más de nuestras naciones que nos lleva a
mantener el diálogo con objetivos concretos, Nuestro país tiene la intención de firmar
un acuerdo de Libre Comercio México Merco Sur que desde el Poder Legislativo habremos de
impulsar.
La relación México Chile no puede más que acrecentarse. El primer
Tratado Comercial de la llamada nueva generación que México suscribió fue con Chile en
1992; en lo político nuestros propios procesos de renovación democrática sirven de
estímulo mutuo para que en cada territorio de avance con paso firme hacia su
consolidación.
México y Chile son pueblos hermanos que no pueden olvidarse del
compromiso que tienen con las demás naciones latinoamericanas. Ambos debemos asumir esta
tarea con responsabilidad para que el quehacer internacional no se acalle en los pueblos y
prevalezca siempre la igualdad, la igualdad de oportunidades que para los integrantes de
nuestra sociedad buscamos, debemos llevarla también al plano mundial considerando que la
interacción de los pueblos supera en muchas ocasiones la relación institucional de los
Estados.
Permítame expresarle señor Presidente Lagos, la disposición de los
legisladores de mi partido para que nuestros países trabajen hacia el cabal cumplimiento
de los compromisos que tenemos ante nuestras sociedades y ante la Comunidad
Latinoamericana .
Así, México y Chile en una vinculación sin exclusiones deben
trabajar para alcanzar una integración hemisférica que se traduzca en beneficios para
todos los países del área, esta asociación nos llevará a fortalecer el vínculo
privilegiado con el que ya contamos, consciente del gran reto que nos demanda la
democracia, que nos enseña que gobernar es educar.
En este ánimo de trabajo conjunto y esperanzados en la construcción
de un nuevo futuro latinoamericano, también quiero yo recordar a Gabriela Mistral, que en
bellísimo poema nos dijo:
"Educar es lo mismo que ponerle motor a la barca, hay que medir,
pesar, equilibrar y poner todo en marcha, pero es consolador soñar, mientras uno trabaja,
que esa barca, ese niño, ese joven, irá muy lejos por el agua; soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca en barcos nuevos seguirá nuestra bandera
enarbolada".
Bienvenido a su casa, señor Presidente Lagos.
Muchas gracias.
EL C. PRESIDENTE: Gracias, senador Fernando Margain Berlanga.
Se concede el uso de la palabra al diputado Rafael Rodríguez Barrera,
en representación del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, hasta
por diez minutos.
EL C. DIPUTADO RAFAEL RODRIGUEZ BARRERA (PRI): Señor Presidente del
Congreso.
Señoras y señores senadores;
Señoras y señores diputados;
Señor Presidente de la República de Chile, con todo respeto:
Su visita constituye ocasión propicia para reiterar los lazos
profundos de amistad con su pueblo y la simpatía que sentimos por su prolongado proceso
para la reconstrucción de la democracia.
Esa amistad explica porqué en los aciagos días de septiembre de 73
más allá de banderas políticas, todos los mexicanos sin excepción sentimos como
nuestra la ciudad del gobierno democráticamente electo por el pueblo chileno; fue nuestro
el dolor de perder a un ilustre latinoamericano, así como la despiadada persecución que
sufrieron todos los que defendían la democracia, Y también explica porqué durante la
prolongada época en que Chile luchó por retornar a un régimen democrático el Partido
Revolucionario Institucional y su gobierno, así como nuestras delegaciones
parlamentarias, siempre estuvieron dispuestos a respaldar en los foros internacionales las
iniciativas que apoyaban a tan noble propósito.
La política de asilo que ennoblece a nuestra democracia permitió que
durante el golpe y la dictadura se recibiera a numerosos chilenos que enriquecieron
nuestra academia y nuestra cultura.
Esta visita, señor Presidente, evoca la que casi hace 30 años
realizó a nuestro país el señor Presidente Salvador Allende, que recibió la
hospitalidad, el aliento, la identificación de este Congreso, al par que el
reconocimiento del pueblo mexicano que se prolongó en nuestro respeto y solidaridad con
los gobiernos de los presidentes Patricio Erwin y Eduardo Frey. De modo, señor Presidente
que no es nueva la oportunidad de refrendar a través de usted, el afecto y la solidaridad
de los mexicanos al recio pueblo chileno, que como el nuestro, a conservado su virtud
libertaria por encima de las vicisitudes y de las contingencias de la política, y como el
nuestro, ha hecho de la democracia su más bella y permanente esperanza.
Estamos seguros, y lo deseamos, de que la colaboración mutua y la
participación mancomunada de nuestras naciones permanente esperanza .
Estamos seguros, y lo deseamos, de que la colaboración mutua y la
participación mancomunada de nuestras naciones contribuirá a abrir las puertas
esperanzadoras de una nueva América Latina, integrada al mundo global, pero con un rostro
y una cultura propios.
En el desafío de mantener la unidad latinoamericana y de que nuestra
región concurra con identidad de perspectiva en el nuevo orden mundial, la fraternidad
entre Chile desde América del Sur, y de México desde América del Norte, es
indispensable. Entre la visita del señor Presidente Allende y la de usted, señor
Presidente Lagos, han acontecido muchas cosas en la vida de nuestros países: En Chile las
turbulencias dictatoriales que alteraron temporalmente la vida democrática; el difícil
retorno a la normalidad, la efervescencia de los partidos políticos por conseguir los
elementos suficientes de cohesión, la estabilidad mantenida con virtuoso empeño en los
tres sucesivos gobiernos de la concertación, y en nuestro país: transformación que lo
han fortalecido; nuestra evolución político electoral; el crecimiento de la
infraestructura, el de su economía, que lucha por llegar traducida en bienestar a todos
los hoyares el nuestro pueblo, y también acontecimientos trágicos que han golpeado el
animo de los mexicanos, pero no nos han impedido seguir adelante, fortaleciendo nuestras
instituciones, consolidando nuestros logros, perfeccionando nuestra democracia, afinando
procedimientos electorales cada vez más depurados.
Lo hemos podido hacer así, señor Presidente, porque tenemos un marco
constitucional y también un andamiaje jurídico bien entrañado para asegurar esa vida
democrática.
Este Congreso, por ejemplo, reviste hoy una pluralidad más nítida y
fiel en la reproducción de la voluntad política de la ciudadanía; la proporcionalidad
de los partidos permite que el sentir de la inmensa mayoría de los mexicanos pueda
manifestarse en esta tribuna, de tal suerte que aquí los consensos tienen una verdadera
legitimidad nacional.
Y llega usted a México en un momento importante en el historial de
nuestra vida política, porque por primera vez asume la representación del Ejecutivo
Federal un Presidente que fue candidato de un partido distinto al PRI, que es el que
surgió de la Revolución, que es el más antiguo y el de mayor permanencia en el
gobierno.
En nuestra pluralidad, para algunos mexicanos esto significa
simplemente el triunfo de otro partido: Acción Nacional, o bien el triunfo de un
candidato: el señor Vicente Fox. Para otros, es el saldo de un prolongado ejercicio del
poder, en el que por fuerza no puede lograrse todo lo deseable. Pero lo que nadie puede
negar es que la pasada elección fue un triunfo de la madurez cívica del pueblo, porque
la realizamos en paz, y porque todos los ciudadanos y todos los partidos reconocimos y
respetamos la decisión popular mayoritaria.
Fue un triunfo de nuestras instituciones, porque los órganos creados
para preparar, conducir y sancionar la elección, funcionaron a cabalidad y pudieron
generar transparencia y confianza de la ciudadanía.
Fue un triunfo de nuestras leyes, porque, protegidos por su marco,
amparados por sus disposiciones, los mexicanos ejercieron en plena libertad el más
importante de sus derechos cívicos y políticos: el de elegir libremente a sus
gobernantes.
Ciertamente, esto lo hemos logrado todos los mexicanos y todos sus
partidos, pero nadie puede regatearle al Partido Revolucionario Institucional el haber
admitido la razón política, popular, y propiciado que se concibieran, proyectaran,
debatieran y sancionaran con su mayoría en las Cámaras, esas leyes y esas instituciones,
bajo cuya vigencia perdió una parte importante de su ejercicio del poder.
Entonces, vivimos en la democracia. Sabe nuestro pueblo que vivimos
además un sistema de división de poderes, y que entre ellos habrá saludable equilibrio.
Sabe que la delicada misión de velar por la permanencia de nuestros logros sociales se
cumplirá en el Poder Legislativo. Sabe que la función de contrapeso al Ejecutivo, cuando
se trate del bien de la nación, será ejercida en ambas Cámaras de este Honorable
Congreso, con racionalidad, sin apasionamiento, sin rencor, pensando siempre en el bien de
la nación pero se ejercerá y será saludable para el país.
Creo entonces que el mejor mensaje de los mexicanos para usted y para
que lo lleve a su pueblo es ése, el de la certeza, de la firmeza en la estabilidad de
México.
No en balde hicimos hace casi un siglo una revolución, no en balde nos
dimos una Constitución, una nos dio nueva fuerza y creó un nuevo Estado Mexicano; otra
instituyó a los derechos del pueblo, la ruta de su gobierno y los objetivos por
conseguir; una generó ideales, otra los consagró, ambas nos dieron un sistema de vida,
el de la democracia, nos dieron un estado laico y una educación pública obligatoria
gratuita y laica también,
Ambas nos dieron la potestad de la Nación sobre sus bienes, la
libertad para los ciudadanos de hacer trabajar, transitar, decir lo que queramos y votar
por quien queramos y la libertad de credo religioso, por eso la ruta del país está
asegurada, nadie puede torcer el rumbo de esta nación que como la chilena aprecia tanto
su valores históricos, con ellos podemos los mexicanos engrandecer a México y los
chilenos, como usted lo ha propuesto, ensanchar a Chile.
Formulemos entonces, señor Presidente, los mejores votos por nuestras
naciones, porque la libertad y la democracia señores en y porque nuestros símbolos, el
cóndor y el águila, que juntos dieron emblema al escudo de nuestra universidad, desde
los aires contemplen el mas venturoso desarrollo de nuestros pueblos. Muchas gracias.
(aplausos)
EL PRESIDENTE: Gracias diputado Rafael Rodríguez Barrera.
Con la autorización de las Cámaras que integran este Honorable
Congreso de la Unión, solicito al Presidente Lagos, tome la tribuna de este Congreso y
dirija a la representación nacional y popular aquí reunida, un mensaje.
EL DR. RICARDO LAGOS ESCOBAR, PRESIDENTE DE LA REPUBLICA DE CHILE:
Señor Presidente del Congreso; señoras y señores senadores; señoras y señores
diputados; miembros de mi Comitiva; estudiantes de la Escuela Pablo Neruda; estudiantes de
la Escuela República de Chile; estudiantes del Instituto Cultural Sucre; señoras y
señores:
Es un honor para Chile que su Presidente sea el primero en ser recibido
por el Congreso pleno de México, después de haber participado en el ritual democrático
de la asunción del mando del nuevo Presidente.
Es uno honor que nos obliga con b sociedad mexicana, con todas sus
corrientes de opinión, con toda la riqueza y diversidad de este país que es cuna de
buena parte de la cultura de Latinoamérica.
Hemos venido con alegría al México de siempre; hemos venido
encabezando una delegación que es expresión de la pluralidad y diversidad de Chile,
aquí están miembros de mi gabinete, miembros del Parlamento de Chile de gobierno y de la
oposición chilena; miembros del Poder Judicial; miembros de la Academia de las Artes y de
las Letras.
Aquí ha venido una pequeña representación del microcosmo que es
Chile, a renovar una relación larga y fecunda.
Gracias por sus palabras de bienvenida, señor Presidente, gracias por
las palabras de cada uno de los ciudadanos legisladores que me han dado la bienvenida como
expresión de la pluralidad del México de hoy,
Traigo para todos ustedes el cariño de Chile. En nuestro caso la
distancia no es lejana, sino que resulta de b grandeza de un continente unido por
hermandades muy profundas y por qué no decirlo también, por un futuro que queremos
construir y compartir.
México es querido en Chile, porque su cultura forma parte de la
nuestra desde hace tanto tiempo. Esa cultura que tiene que ver con la literatura y la
cocina, con arquitectura y arqueología, con iglesias y artesanía, música, pintura,
colores, sabores de cada uno de los pueblos de México.
Queremos a México por lo que México hizo en el pasado; por la
relación de la amistad con Vasconcelos cuando Vasconcelos quiso inundar al país de
libros, repartiéndolos de modo gratuito en bibliotecas, escuelas, universidades.
Queremos a México porque México se abrió a Chile cuando en Chile la
libertad se esfumó; queremos a México por los miles de chilenos que encontraron aquí su
familia y su trabajo, que decidieron permanecer en esta tierra; queremos a México por la
forma en que nos acogió cuando en momentos duros de mi patria, cuando la libertad se
esfumaba, aquí encontraron tierra de libertad, de hermandad, de cariño y de generosidad.
¡Gracias México!
(Aplausos)
Pero estamos aquí a partir de esa historia compartida, de esa
identidad que nos hace hermanos para plantearnos la posibilidad de construir ahora un
futuro común; a partir de la historia y el futuro, nos acerca un destino común que
queremos construir.
¿ Cómo somos capaces de cumplir lo que nos dictaron nuestros padres
de la patria? ¿Cómo nos preparamos para ésta, la próxima etapa?
Tenemos todavía pendiente lo que Miguel Hidalgo planteara en el
manifiesto de diciembre de 1810, cuando dijo:
" Disfrutarán sus habitantes de todas las delicias que el
soberano autor de la naturaleza ha derramado sobre este vasto continente. "
¿ Cuántos todavía reclaman que sea verdad la propuesta de Hidalgo,
que todos puedan disfrutar las bondades que se han derramado sobre este vasto continente?
Es esta promesa de hace casi dos siglos la que nos sigue comprometiendo
a todos, máxime a los que aquí, como ustedes, representan al pueblo soberano de México.
Es esencial que nuestras sociedades dispongan de ideas de sí mismas,
para ahora plantearnos cómo somos capaces de concretar la profundización de los sistemas
democráticos, el crecimiento de nuestras economías con oportunidades iguales a cada uno
de sus hijos, y cómo somos capaces de generar una vida cultural distinta, más rica y
más profunda.
Pero como ustedes mismos han dicho en esta mañana en esta sesión, es
que también debemos entender y actuar a tiempo porque a ratos solemos mirar al mundo con
ojos del pasado, sin distinguir las sombras de las realidades; porque las propuestas y los
propósitos son similares, los instrumentos y las herramientas son distintas porque en
estos años también el mundo cambió.
Por primera vez en 350 años vivimos en un mundo donde no hay
equilibrio de grandes potencias, cuando nuestros pueblos nacen a la vida independiente,
nuestra política internacional surge de entender cómo somos capaces de actuar en un
mundo de equilibrio de poderes.
Desde el Congreso de Westfalia, allá por la Europa de 1650, que
estábamos acostumbrados al equilibrio de las grandes potencias, hoy es distinto. ¿Cómo
somos hoy entonces, cuando por primera vez hay una sola grande potencia política y
militar en el mundo? Nunca en los 200 años de vida independiente casi que llevamos, nos
habíamos enfrentado a un escenario internacional de esa naturaleza.
Cómo hoy nos enfrentamos a una creciente globalización, que significa
que buena parte de lo que son nuestras herramientas propias de la soberanía de un país
tienen características distintas, a ratos es más importante la tasa de interés que se
fije en una potencia extranjera que la tasa de interés que fijan nuestras autoridades
monetarias o los tipos de cambio o los niveles y estructuras arancelarias que hoy dependen
de nuestra inserción internacional que de nuestras respectivas dinámicas internas,
porque el mundo está cambiando.
Pero también reconozcámoslo, se han globalizado valores como la
democracia, hoy no se anda por el mundo con la frente en alto si no se representa un país
que representa los más profundos valores democráticos.
¡En buena hora!, hay también un globalización, en el sentido de como
hoy respetamos los derechos humanos.
Hemos aprendido en el duro camino del siglo XX, por lo que en este
siglo ha ocurrido, que en donde quiera que hay un ser humano, cuyos derechos humanos son
violentados, otro ser humano independiente del país donde vive, tiene derecho a
levantarse y protestar su voz. ¡ En buena hora hacía falta aquello para que seamos
hermanos de nuestros hermanos en desgracia! (Aplausos)
Hemos aprendido que abierto un mundo nuevo con un desarrollo
tecnológico distinto, en el ámbito de las telecomunicaciones, es que el comercio mundial
ha existido siempre, como dice Hoffaun (?): la gran diferencia está en que es la
instantaneidad de la comunicación lo que hace el fenómeno de la globalización.
Y es ahí entonces donde tenemos ante estas mutaciones, cómo somos
capaces de ser fieles a lo que son nuestras demandas de siempre, a partir de la forma en
que hoy, con responsabilidad, ejercemos nuestras acciones.
Por eso, la forma en nuestros países participen de este proceso, van a
determinar los resultados de cada uno de nuestros países.
Así como no debemos sufrir las injusticias, en solitario o en
silencio, tampoco debemos culpar a otros de lo que no seamos capaces de hacer todos
nosotros conjuntamente.
Es cierto que vivimos en un mundo difícil, de injusticia sobre las
cuales debemos levantar nuestra voz, pero también digámoslo, de nosotros depende
enfrentar aquello si lo hacemos en conjunto y lo hacemos bien.
Por eso yo quisiera decir que en mi país, en mi gobierno, han apostado
por insertarnos en este mundo. Es cierto, como aquí se ha recordado, en poco más de diez
años hemos logrado duplicar el tamaño de la economía, reducir la pobreza pero aun nos
queda mucho, consolidar nuestra democracia y tenemos mucho todavía que recorrer. y crear
una cultura de respeto a los derechos humanos basada en la promoción de la verdad y la
justicia.
Estos logros han estado ligados, en buena medida, a la forma en que nos
hemos ido insertando en el mundo, tanto en el plano regional como global. Hemos abierto
nuestras economías, nuestras comunicaciones y nuestra cultura y estamos caminando, pero
queda mucho más por hacer.
Pero también estamos conscientes de los riesgos del proceso de la
globalización; tenemos claro que así como hay una fuente de oportunidades, fuente de
oportunidades como fueron los tratados de libre comercio que suscribimos con este país y
que nos han permitido incrementar nuestro comercio más de seis veces en diez años; hay
oportunidades, pero también la globalización puede originar agudas inequidades y graves
riegos.
La crisis financiera internacional de los últimos años mostró la
vulnerabilidad de nuestras naciones ante eventos que nosotros no originamos y que no
podemos controlar. Es ahí donde tenemos que ver cómo actuamos entonces unidos y de
consuno frente a ese tipo de situaciones, cómo somos capaces de enfrentar en este cambio
de milenio el número creciente de personas que son puestas al margen de las ventajas de
la globalización, cómo en muchos de nuestros países tenemos un sector de punta con
tecnología de última generación que avanza, y cómo hacemos para que no se nos vayan
quedando atrás segmentos significativos de la población para quienes el progreso no
llega, porque del progreso saben sólo de lo que decimos sus dirigentes, pero que no entra
a las casos o los hogares de cada uno de ellos.
Se olvida entonces que es ahí que para algunos este tipo de
producción necesitaría un empleo no sólo más flexible, sino a ratos precario y
desprovisto de garantías. No creemos que esa sea la forma de entrar a la globalización.
La importancia del Estado se vería minimizado y se cuestionaría y
papel de guardia de las garantías sociales. Se olvida así que en un mundo globalizado el
desarrollo requiere un estado normativo y catalizador, que facilite, promueva y regule los
negocios privados. Siendo un estado efectivo el desarrollo económico y social, parecen
imposibles. El mercado asigna bien recursos, pero no queremos una sociedad que se
construye a imagen y semejanza del mercado, porque esa sociedad está destinada a
reproducir la desigualdad que existe inevitablemente en todo mercado.
El sentido profundo de nuestros países y nuestras políticas públicas
está en cómo somos capaces de construir, a través de nuestras políticas, la necesaria
red de protección social para que en nuestras sociedades no exista el temor a la
enfermedad porque hay un sistema de salud, no exista el temor a la ignorancia porque hay
un sistema educacional, no exista un temor a la interprete porque hay una política de
vivienda.
¿Cómo somos capaces en definitiva de abarcar un sistema en donde la
democracia consista no sólo en elegir nuestros gobernantes, sino erradicar el temor que
existe en muchos de nuestros conciudadanos, porque no hemos construido una sociedad que a
cada uno le dé garantías de participar de un mundo mejor, y a nuestros hijos iguales
oportunidades para todos?
Es cierto, también hemos visto, como aquí se recordaba esta mañana,
que la globalización en su nombre se destruyen culturas locales y entornos ecológicos.
Es aquí donde surgen situaciones de violencia, abuso de los derechos humanos y de guerra
que la Comunidad Internacional a ratos todavía no sabe prevenir o enfrentar.
Todo esto nos obliga, creo, a reflexionar sobre el curso que lleva la
globalización y a tomar medidas necesarias para gobernar su mundo. Digámoslo en una sola
palabra: la globalización no tendrá un rostro humano si no somos capaces de estableceré
normas e instituciones globales capaces de regularla, en sus distintos planos: financiero,
tecnológico, jurídico, medio ambientales, comerciales. En este siglo XXI éste va a ser
el gran tema que nos convocará.
Ningún mecanismo automático va a reducir las desigualdades que se
generen en este siglo XXI, este va a ser el gran tema que nos convocará.
Ningún mecanismo automático va a reducir las desigualdades que se
generen a nivel global, la inestabilidad y las crisis que trae consigo la globalización;
tiene que haber voluntad política, una voluntad que sólo puede nacer de los estados,
sólo puede nacer aquí, de la expresión de la voluntad soberana. La definición de las
normas e instituciones no puede ser adoptada por un grupo pequeño y exclusivo de
naciones, dejando al margen al resto de los países. Nuestros pueblos quieren ser
ciudadanos del mundo global y no mero espectadores. La sociedad civil demandará ser un
actor cada vez y más importante en este mundo globalizado, y por eso entonces tenemos que
plantearnos cómo somos capaces de crear espacios donde podamos participar todos, todos en
la definición del mundo que nace con este milenio. Chile está dispuesto a apoyar todas
las iniciativas en este campo.
Por eso estoy hoy aquí ante este Congreso, para señalar que la
política exterior de Chile se hace a partir de lo que somos y lo que queremos ser,
atendiendo nuestras raíces y también cuidando aquellas flores que hemos podido producir.
Quiero señalar aquí solemnemente que proyectamos a nuestra política
exterior desde nuestra más profunda identidad latinoamericana; es a partir de esta
realidad que queremos participar por México y los demás países de América Latina en
demandar una voz única para participar en la construcción del mundo que se abre hoy ante
nuestros ojos. Ello tiene que ver con nuestras oportunidades en el mundo que viene, con
nuestra propia viabilidad en ese mundo que empieza a surgir ante nuestros ojos, en donde
los espacios económicos se amplían y las sociedades se globalizan. De ahí nuestro
empeño en consolidar una verdadera política regional.
Hemos seguido con particular interés las aproximaciones de México a
distintos países y bloques de América del Sur, hemos seguido con particular interés el
protagonismo y el liderazgo de este país desde el modesto Grupo Contadora en la década
de los 80's, al Grupo de los Ocho, para devenir luego en el Grupo de Río, la única
instancia de coordinación verdaderamente latinoamericana.
Es aquí en donde entendemos que tenemos que aprender a caminar, pero
entendemos en consecuencia que el proceso de integración de una perspectiva muy amplia.
La integración la vemos como un camino en que nuestros países transiten hacia una
globalización ventajosa para nuestros pueblos. No puede ser la integración vista sólo
como un instrumento del comercio, como un instrumento que se agota en discusión de
aranceles. La integración, mis amigos, es mucho más que eso: la integración se hace a
partir de una definición de valores compartidos en el campo político, a partir del
respeto a los derechos ciudadanos y en el crédito creo, democrático que nos convoca a
todos.
La globalización tiene que permitirnos también y el proceso
integrador, de entender que más allá del comercio y las inversiones debemos ser capaces
entre nosotros, latinoamericanos, de trabajar una gran carta social, ¿por qué no en un
mundo globalizado, con libre movilidad de bienes, capitales y servicios, nuestros
trabajadores, como aquí se recordaba, no tienen la opción de cambiarse? La mano de obra
es el único factor de la producción que no goza de movilidad.
¿Cómo somos capaces de definir entre nosotros una carta social que
sea capaz de colocar con la misma importancia con que debemos tratar con rigor para no
tener un déficit fiscal los esfuerzos que tenemos que hacer al interior de nuestros
países para no tener niveles de desempleo elevado los esfuerzos que tenemos que hacer al
interior de nuestros países para no tener niveles de desempleo elevados; para no tener
profundas desigualdades en el ámbito social como hoy día ocurre todavía en otros
países.
Aprendamos de otros también. Cuando aquéllos decidieron Maastricht
como un conjunto de normas de cómo ordenar las economías en Europa, también definieron
después una carta social para entender que la competitividad en el mundo no se hace a
expensas de la masa laboral como algunos lo creen en nuestro país.
Por eso me parece tan importante entender que los procesos de
integración tienen que hacerse a partir de una visión común compartida que hoy por
fortuna se extiende en América Latina.
Y llego hasta aquí, al Congreso de México, a decir que sí, que es
posible ese vínculo profundo entre Chile y México que surge desde los albores de la
Independencia, desde el grito de septiembre aquí y allá en el sur del mundo. Eso es
posible hacerlo ahora, entendiendo que hay una entidad común. Es cierto, queremos
comerciar con todos los países del mundo. Chile, Chile tiene un comercio tremendamente
equilibrado, casi un tercio de nuestro comercio es de Europa; un veintitantos por ciento
América del Norte; Estados Unidos; otro veintitantos el Asia; el resto, América Latina.
Queremos entonces tener acuerdos para poder fomentar nuestro comercio con Europa, con
Estados Unidos o con el Asia. Pero una cosa son acuerdos para fomentar comercio,
intercambiar bienes y servicios y otra cosa es creer que a través de esos acuerdos se
decide la política exterior de los países.
La política exterior se define a partir de las identidades que tenemos
con cada uno de los valores, que son los que permean nuestros pueblos. Por eso me parece
tan importante decir aquí que Chile puede abrir acuerdos comerciales con muchos sectores
del mundo. Pero la política exterior la hacemos desde América Latina, con los hermanos
de América Latina y por eso hoy hablo en este Congreso, ante todos ustedes.
Porque es entonces aquí donde estamos en condiciones de defender mejor
lo que somos. Y lo digo aquí, en este México, qué duda cabe, ha sido la gran potencia
cultural de América Latina. Aquí, ustedes que están inmediatamente al sur del Río
Grande, ha sido con su potencia cultural, con la raíz étnica que aquí se forjó y que
fue capaz de tener esa civilización que nos enorgullece a todos. Aquí, que fueron
capaces de incorporar a la Colonia y al conquistador español, con su propia impronta.
Aquí, ustedes que en el siglo XX, fueron capaces de generar la primera revolución social
de este siglo. Ustedes con su tremenda fuerza cultural, son los que dan contenido y
contexto a una visión latinoamericana como ningún otro país del Continente.
Con el mayor orgullo de lo que hemos hecho allá en el sur del mundo,
en el ámbito cultural con nuestras etnias y nuestras identidades. Reconocemos lo que
aquí ha surgido cono identidad de lo que queremos llegar a ser. Y por eso hoy, al llegar
hasta acá, a este Congreso, es que quisiera decirles que con este espíritu he llegado
aquí, para reforzar nuestras relaciones bilaterales, para entender que hemos avanzado
grandemente en el comercio y las inversiones recíprocas. Hemos pasado revista esta
mañana con el Presidente Fox en este ámbito. Pero también hemos puesto un elemento
fundamental en nuestras relaciones, porque queremos también ser capaces de tener una
mayor integración en el ámbito de nuestros sistemas educacionales, de nuestros estudios
de posgrado, las posibilidades de ayudarnos recíprocamente a crear ciencia y tecnología,
porque ahí también está la clave de una mayor independencia al interior de nuestras
propias políticas.
Es cierto, profundizaremos las relaciones económicas bilatelares, pero
Profundizaremos también nuestras relaciones culturales, educacionales,
a nivel universitario, en ciencia y tecnología.
Los países que avancen en este campo son los países que en el Siglo
XXI van a estar en mejores condiciones para definir con autonomía su propia inserción en
el mundo del futuro de la ciencia, la tecnología, el conocimiento.
De eso se trata. Cómo somos capaces, entonces, de definir entre
nosotros, entre nuestros pueblos, una política exterior con sentido ciudadano, en donde
la política exterior la concibamos sobre la base de un profundo sentido, a partir de
nuestras raíces.
El dinamismo y rapidez con que han ocurrido y siguen ocurriendo los
cambios en el mundo contemporáneo nos obligan a esforzarnos en la búsqueda de políticas
más adecuadas para insertarnos, como países y como región, en este nuevo mundo del
Siglo XXI.
Es que en este nuevo mundo tenemos que hacer un esfuerzo, como América
Latina, para hablar con una sola voz o no seremos oídos individualmente. Cuando decimos
que en ese mundo global va a tener que haber normas de conducta que la regulen es porque
queremos participar nosotros en esa definición y hoy, digámoslo, no estamos
participando.
Con el mayor respeto a los países que integran el Grupo de los Siete,
leemos en la prensa sus acuerdos, a cómo va a crecer el mundo de las principales
potencias y cómo ese crecimiento nos va a afectar.
Cuándo, en qué momento podremos decir que también queremos opinar en
aquello; también queremos opinar sobre cuáles son las normas en las cuales se va a regir
ese mundo global. ¿Serán otros los que van a definir las normas medioambientales o
laborales por las cuales debemos regirnos? Queremos tener nuestras propias normas
laborales y medioambientales. No queremos que nos sean dictadas por otros. Queremos llegar
a un consenso sobre cómo debe hacerse, y eso es posible.
Pero requiere entonces, primero, un esfuerzo de integración, de
integración política, económica, social, cultural de nuestros países para allí
decidir una política exterior con sentido ciudadano y en donde nuestras relaciones
internacionales le hagan sentido a nuestros pueblos, al interior de nosotros mismos.
Por ello entonces es que hemos diseñado una política exterior que
entiende que el proceso de cuidar los intereses permanentes del Estado se encuentra
íntimamente ligado a la diversidad y riqueza de la sociedad civil. Y aquí, es en este
ámbito donde me parece tan importante buscar los caminos para definir una política de
Estado que esté más allá de los gobiernos que por definición somos transitorios, que
nos convoque a los distintos sectores de la sociedad, con toda su riqueza y con toda su
diversidad, pero entender que hay ciertos ámbitos de la política exterior de nuestros
países que nos obligan a un profundo esfuerzo de concertación porque lo que tenemos al
frente es un mundo difícil en el cual tenemos que actuar todos de consuno, de consumos
colectivamente latinoamericanos, de consumos colectivamente al interior de nuestras
sociedades.
Sé que es difícil a ratos el proceso de concertación al interior de
nuestros países. En Chile hemos tenido un proceso de heridas muy profundas que tardan en
cicatrizar pero, excúsenme, cuando fui elegido señalé que estaba elegido no para
administrar las nostalgias del pasado sino para construir un futuro que nos convocara a
todos. (aplausos)
Es cierto, tenemos que ser capaces de construir de una u otra forma,
tenemos que ser capaces de construir una sociedad que en lo esencial tenga un propósito
común para ser capaces con fuerza de insertarnos en un mundo que si no nos va a escuchar.
Al llegar hasta acá quisiera decirles que en definitiva lo que
buscamos es una política exterior con una perspectiva humanista decirles que en
definitiva lo que buscamos es una política exterior con una perspectiva humanista, en
donde en definitiva la perspectiva de la persona y del ser humano, que es en último
término la razón de ser por la cual estamos en las tareas públicas.
[Aplausos]
Antes que yo aquí muchos otros chilenos que dirigieron mi patria se
dirigieron a este Congreso, cada uno de ellos expresó la visión de cómo en ese instante
se encarnaba una política exterior que era el reflejo del Chile de ese instante.
Por eso quisiera hoy decir acá esta tarde, junto con un autor vuestro,
que la historia no es más que el esfuerzo desesperado de los hombres por dar forma a sus
sueños más clarividentes. ¿Cómo somos capaces de dar forma a los sueños que tienen
más de 200 años? ¿Cómo somos capaces todos juntos de decir: si, ahora podemos iniciar
un camino en donde a partir de nuestras políticas públicas, entre otras la política de
nuestras relaciones externas, nos convoca a todos ciudadanos de América Latina para poder
ser escuchados en un mundo, que si no lo hacemos nos castigará por nuestra incapacidad de
coordinación y nuestra capacidad de convergencia?
¡No nos engañemos, es que estamos en un mundo distinto al que nos
acostumbramos durante tantos años! ¿Porque ese mundo cambió tenemos
que tener ahora la profundidad de entender que nuestra política exterior nos obliga con
más fuerza que antes a tener una identidad política, económica, social y cultural que
nace de lo que somos, de las raíces de nuestro propio pueblo?
Porque tenemos una historia común, yo los invito, amigos del Congreso
de México, a construir el futuro común. Después de todo, a partir de su historia nos
ganamos el derecho a construir el futuro. ¡El futuro será nuestro, pongámonos de pie,
comencemos a caminar!
Muchas gracias por haberme escuchado. Muchas gracias por este honor de
todos ustedes.
[Puestos de pie los ciudadanos Legisladores aplauden fuertemente]
EL C. PRESIDENTE DIPUTADO RICARDO GARCIA CERVANTES [PAN]:
Excelentísimo Doctor Ricardo Lagos Escobar, Presidente de la
República de Chile; Distinguido señor Secretario de Relaciones Exteriores de México;
Distinguidos miembros del Poder Legislativo Chileno; Distinguidos miembros del Poder
Judicial Chileno;
Señoras y señores representantes de la Ciencia, las Letras y el Arte
Chileno; Amigos todos:
Hemos recibido con mucho interés el mensaje de amistad, de solidaridad
y de convocatoria que ha hecho el Presidente Lagos a los mexicanos. Su visita al Congreso
constituye una fortaleza en las relaciones entre México y Chile, porque aviva nuestra
convicción de que son muchas las coincidencias entre chilenos y mexicanos: la historia,
el lengua je, la cultura hispanoamericana y los valores culturales que nos son comunes
Deseamos, señor Presidente, que su estancia en nuestro país sea
fructífera para ambas naciones.
Será el Senado de la República, en ejercicio de sus atribuciones
constitucionales, quien dará seguimiento puntual a la política exterior de nuestro país
y serán los integrantes de ambas Cámaras quienes con la riqueza de nuestra pluralidad se
dedicarán a profundizar a través de la diplomacia parlamentaria la comunicación entre
México y Chile y entre Chile y México, el conocimiento de Chile en México y de México
en Chile, la colaboración entre México y Chile, para generar una corresponsabildiad
entre Chile y México y México y Chile, por la paz, por el desarrollo con justicia en la
democracia.
El siglo XXI, señor Presidente, es de Latinoamérica. Gracias.
(aplausos)
Esta Presidencia a nombre de los legisladores del Congreso de la Unión
agradece la presencia de nuestros distinguidos invitados y ruega a los legisladores
designados acompañar al Presidente de la República de Chile, cuando desee retirarse de
este recinto.
(La Comisión cumple con su cometido)
En tanto las ciudadanas diputadas y senadoras y los diputados y
senadores que integran la Comisión de Cortesía acompañan al Presidente Lagos y a su
comitiva a las puertas del Recinto, solicito a los demás legisladores permanecer en sus
lugares.
Se pide a la Secretaría, como es parte del protocolo de la Sesión
Solemne, dar lectura al acta de la presente sesión.
EL C. SECRETARIO DIP. JOSE MANUEL MEDELLIN MILÁN:
LECTURA DEL ACTA DE LA SESION SOLEMNE
EL C. PRESIDENTE: Pregunte a la asamblea si se aprueba el acta.
EL MISMO C. SECRETARIO: Esta a discusión el acta.
Los ciudadanos legisladores que estén por la afirmativa, sírvanse
manifestarlo.
(VOTACION)
Los ciudadanos legisladores que estén por la negativa, sírvanse
manifestarlo.
(VOTACION)
Mayoría por la afirmativa, señor Presidente.
EL C. PRESIDENTE: Aprobada el acta de la Sesión Solemne del día de
hoy. Remítase copia a la Secretaría de Relaciones Exteriores y a la Representación
Diplomática de México en Chile,
(A las 14:21 horas) Se levanta la Sesión Solemne de Congreso General y
se reitera la cita a sesión de Cámara de Diputados, para mañana martes 5 de diciembre,
a las once horas y sesión de Cámara de Senadores, mañana martes 5 de diciembre, a las
once horas.