LA PRESIDENTA DIP. BEATRIZ PAREDES RANGEL: Muy buenas tardes.
Excelentísimo señor doctor, Alejandro Toledo, Presidente Constitucional de la República del Perú; distinguidos integrantes de su comitiva; señora de Toledo.
Quiero decirle, señor Presidente, que estamos aquí reunidos los miembros de la Mesa Directiva de la Honorable Cámara de Diputados de México, los miembros de la Mesa Directiva de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de la República y de su Sección de América Latina, así como los integrantes de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados de nuestro país.
Si usted me lo permite, y en un ambiente mucho más flexible como lo es el ambiente parlamentario, quisiera presentarle al diputado Martí Batres, que es Coordinador de la Junta de Coordinación Política y es coordinador parlamentario del Partido de la Revolución Democrática; al diputado Rafael Rodríguez Barrera, que es coordinador del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional; al diputado Felipe Calderón, que es coordinador del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional.
Están con nosotros el Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de la República, el senador Fernando Margáin y la Presidenta de la Sección de América Latina del Senado de la República, la senadora Cecilia Romero, así como los integrantes de la Mesa Directiva de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados; el diputado Tarcisio Navarrete, la diputada Erika Spezia y los distinguidos integrantes de ambas comisiones.
Si usted nos lo permite, daremos paso a una reunión de trabajo que tiene el siguiente formato:
Unas breves palabras de su servidora a nombre de la Mesa Directiva, posteriormente la oportunidad de escuchar su mensaje e inmediatamente después las intervenciones a nombre de los grupos parlamentarios y una intervención a nombre del Senado y si usted así lo desea, un mensaje de cierre de su parte.
Con este formato, agradeciendo la presencia de nuestros colegas legisladores de la Cámara de Diputados y de la Cámara de Senadores, así como de los representantes de la Cancillería Mexicana y de los distinguidos embajadores de México en Perú y de Perú en México, quisiera dar inicio a esta reunión no sin antes mencionar, señor Presidente, que estamos estrenando esta salón. Es una feliz coincidencia que tengamos oportunidad de estrenarlo con su presencia.
Con la representación de la Cámara de Diputados de la LVIII Legislatura de los Estados Unidos Mexicanos, le expreso una sincera bienvenida a este encuentro con legisladores mexicanos, en el que integrantes de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de la Unión y los diputados integrantes de los órganos de gobierno de esta Cámara tendrán oportunidad de compartir opiniones y escucharlo, señor Presidente don Alejandro Toledo.
En lo personal constituye un motivo de especial emoción esta reunión, pues aprecio en nuestro distinguido visitante a un latinoamericano de vocación democrática, que desde la hondura de sus raíces proyecta la grandeza de nuestras naciones originales y reconozco en el Titular de las Instituciones Constitucionales Peruanas de ese país entrañable, gorrión dulcísimo, como dijera el poeta y literato Manuel Escorza, a cuyo pueblo saludamos con la mayor fraternidad y el mayor respeto.
Muchas son las cosas que unen a los mexicanos con los peruanos. Desde el umbral de los tiempos las civilizaciones de mayor envergadura del macizo territorial que hoy denominamos Continente Americano se asentaron en lo que actualmente son tierras peruanas y mexicanas.
La civilización inca como las civilizaciones olmeca, maya y azteca, marcaron nuestras identidades y son nuestros países, pluriétnicos y pluriculturales, y esa realidad demográfica e histórica es lo que nutre el hilo de continuidad entre las culturas peruana y mexicanas.
Pero nuestros pueblos no merecen vivir rememorando la grandeza de su pasado prehispánico, sin encontrar respuestas y esperanzas, en una modernidad contemporánea que sea incluyente, tolerante, que erradique cualquier vestigio de discriminación y alcance niveles básicos de bienestar para toda la población, ese es el desafío para todos los estados democráticos en nuestra América Latina.
Unidos, desde el puente que atraviesa los escarpados Andes para desembocar en la maravilla de Machu Pichu, hasta la Alameda de esta Ciudad de México, cuna que fuera de la gran Tenochtitlán, la República el Perú y la República Mexicana, tienen mucho camino por recorrer, para reivindicar el derecho de los latinoamericanos a ser felices.
Fue la riqueza del áureo metal peruano y la argenta mexicana, los que hicieron grande a la metrópoli española. Después de los avatares de nuestra vida independiente, de holocaustos, dictaduras, democracias débiles, el proceso de consolidación de instituciones republicanas y democráticas, demanda de alianzas funcionales y de un verdadero espíritu de cooperación entre nuestros países.
Tenga la certeza de que en ese propósito, la Cámara de Diputados de México, acompañará a la política exterior mexicana.
Decía, César Vallejo: en las venas indígenas rutila un yaraví de sangre que se cuela en nostalgia de sol por la pupila. Nuestros pueblos tienen derecho a ver el amanecer, lo han conquistado con sangre, ese es nuestro desafío.
Sea muy bien venido señor presidente. (Aplausos)
-LA C. PRESIDENTA: Se ofrece el uso de la palabra al Excmo. Señor Doctor Alejandro Toledo, Presidente de la República del Perú.
-EL EXCMO. SEÑOR DOCTOR ALEJANDRO TOLEDO, Presidente de la República del Perú. Excma. Doña Beatriz Paredes Rangel, presidenta de la Cámara de Diputados. Damas y caballeros, Senadores y Diputados. Permítanme primero decir que me parece una extraordinaria idea la sugerencia, el esquema de esta reunión, que nos permite un intercambio, más allá de los discursos que sí me gustaría compartir. Le da un ambiente más de trabajo.
Con profunda emoción, tomo como un privilegio el ser recibido en esta sesión de ambas Cámaras de este H. Congreso. Este Congreso de la Unión, este Congreso depositario de una antigua tradición americana, fecundada en los años del esplendor prehispánico y acrisolada bajo la pasión democrática de los años de la gesta emancipadora.
Esta tradición personificada en José María Morelos, se traduce en una dinámica de actividad política y económica, que acompaña con eficacia, el desarrollo de un México, al que los peruanos nos sentimos cada vez más cerca.
Es aun más intensa nuestra satisfacción de reencontrarnos, una vez más, con el generoso pueblo mexicano, hermano del pueblo peruano, en el horizonte de los siglos, incluso antes de que aztecas e incas construyeran dos civilizaciones admiradas y que ellas dejaran como herencia a un occidente que hasta hoy no sale de su asombro frente a su portento organización y a la profundidad de sus raíces.
Con Morelos Aprendimos lo que él denominaba "Los Sentimientos de la Nación", expuestos en los albores de la Independencia Nacional ante la primera representación legislativa de este México querido. Ahí el prócer afirmaba que la soberanía nacional reside esencialmente en el pueblo, en el pueblo.
Fue ese mismo Congreso al que correspondió emitir el Acta de Independencia que declaró a la Nación Mexicana "soberana e independiente". Ese mismo espíritu liberal y republicano que también escuchó la voz de Morelos, ese espíritu se impuso en el Perú en el calor del debate sobre el futuro de nuestra Patria, de la mano de patriotas como Francisco Javier de Luna Pizarro, primer Presidente del Primer Congreso Constituyente del Perú.
Así, una vez más, México y Perú se asomaron a los albores de un nuevo destino fuertemente amarrados a nuestras convicciones de un pacto Republicano contra la opción autocrática y monárquica.
Amigas y amigos:
En esta visita no puedo dejar de desatacar un hito de la historia diplomática de mi país que sirvió para reafirmar la profundidad de las relaciones de amistad y cariño entre el Perú y México.
Cuando en mayo de 1863, durante la "invasión Napoleónica" se anunció que el gobierno se trasladaría a San Luis de Potosí, el Ministro peruano Manuel Nicolás Corpancho, insistió en permanecer aquí porque de ese modo no sólo protegía los intereses de nuestros compatriotas, sino que apoyaba la causa mexicana.
Varios liberales mexicanos fueron buscados por los franceses que ocuparon la Capital. Ellos, los mexicanos, permanecieron ocultos en la Delegación Peruana y en otras edificaciones acondicionadas que portaban el Pabellón Peruano. Corpancho se valió de las valijas diplomáticas para enviar información útiles al Presidente Benito Juárez. Cuando los franceses descubrieron las actividades del diplomático peruano lo expulsaron de México.
En su travesía de regreso al Perú, la nave que lo conducía se incendió y aquel distinguido diplomático peruano perdió la vida, convirtiéndose así en el símbolo imperecedero de la amistad entre Perú y México. Tenemos raíces, sentido de pertenencia. La historia nos ha acercado en más de una manera y los retos del futuro nos estrechan aun más fuertemente.
Esa relación tan fraterna en las buenas y en las malas es la que hoy día quiero recordar y saludar amigas y amigos.
Los principios, valores y objetivos comunes que unen hoy a México y a Perú, tienen como eje central la determinación de que nosotros compartimos en torno al fortalecimiento de nuestras respectivas democracias nuestras instituciones y el estado de derecho. En ellas estamos unidos como la única vía para alcanzar los consensos que nuestros pueblos reclaman para recorrer juntos el camino hacia el desarrollo económico con justicia social.
A pesar de nuestras diferencias geográficas, hemos transitado por situaciones muy similares desde cuando alcanzamos nuestras independencias. Nuestras repúblicas han sufrido casi los mismos males.
Hoy, sin embargo, como otros países de la región, compartimos una renovada situación democrática que nos permite bregar en mejores condiciones por la vigencia plena de los derechos humanos; por la inclusión de todos aquéllos que construyen la fortaleza de nuestros pueblos basados en la diversidad.
Nos une también la lucha contra la corrupción; contra la pobreza; contra el crimen organizado y el narcotráfico. Repito, nos une una lucha contra la pobreza. Estos son los hechos para adelante.
El Perú de hoy ha sabido luchar con terca convicción para recuperar su democracia. Ustedes lo saben. Esta lucha ha sido muy dura y compleja y sólo tuvo éxito por la enorme solidaridad de gobiernos y pueblos y corrientes de pensamiento democráticas del mundo. En esa solidaridad ha tenido un lugar privilegiado el apoyo que se desplegó aquí en México. Un pueblo cuya solidaridad democrática ha sido puesta de manifiesto a lo largo del siglo XX.
Ese respaldo hoy en este Honorable Congreso, quiero agradecerles de todo corazón. El Presidente Vicente Fox, ya elegido para conducir los destinos de México, tuvo el coraje de recibirme no como Presidente del Perú, que no lo era, sino como un líder rebelde contra la dictadura y la corrupción de Fujimori.
En la medida que él representa a México, yo quiero decir a las mujeres y hombres de este pueblo generoso: Gracias por tender tus manos en los momentos difíciles. Gracias por tener el coraje de difundir a través de los medios de comunicación, una dictadura con careta democrática pero con un corazón dictatorial y corrupto.
Por eso es especialmente satisfactorio poder compartir con los miembros de este Honorable Congreso, una de las experiencias más trascendentales que los peruanos hayamos emprendido de cara al futuro. Y que no es ajena a la historia de este México democrático.
Me refiero al proceso que ha permitido a los partidos políticos de mi país construir juntos con la sociedad civil, a iniciativa de nuestro gobierno, los sólidos consensos de gobernabilidad expresados en el acuerdo nacional suscrito el pasado 22 de julio.
Este acuerdo inédito en mi país por su alcance y por su contenido, establece 29 políticas de Estado a ser implementadas desde ahora hasta un plazo de 20 años, es decir, hasta el año 2021, el año en que nuestra república cumplirá 200 años de existencia.
El acuerdo nacional ha sido suscrito por siete partidos democráticos que concurrieron a las elecciones del año anterior y siete organizaciones representativas de la sociedad civil, desde las iglesias católicas, evangélicas, los gremios empresariales, los sindicatos, los pueblos andinos, los colegios profesionales y otros.
Este consenso ha sido el resultado de un paciente proceso de diálogo político y social que llevamos a cabo a partir de la convicción de que la transición democrática y la consolidación del estado de derecho son responsabilidades compartidas y no sólo exclusividad del gobierno.
Por lo mismo, establece por primera vez en el Perú una visión compartida de cuatro ejes centrales: democracia y estado de derecho, equidad y justicia social, competitividad del país y la construcción de un Estado eficiente, transparente y descentralizado.
El acuerdo nacional, suscrito hace tres meses en Lima en una ceremonia solemne, fue distinguida con la presencia de una connotada representante de este Senado mexicano, la senadora María Guadalupe Cecilia Romero. Ella fue testiga de nuestro esfuerzo.
En este acuerdo, firmarlo es sólo un punto de llegada, es un punto de partida. Esta América Latina no puede minar sus instituciones democráticas. Y en el natural debate político, con sus discrepancias, con sus concordancias, necesitamos trabajar el diálogo y el consenso, lo cual no significa excluir esas naturales diferencias muy ajustadas a la democracia.
Amigas y amigos, estos consensos nacionales nos acercan aún más a México, puesto que representan los principios democráticos y aquellos que buscan unirnos a través de una democracia y desarrollo económico, con inclusión, con justicia social. Eso que compartimos ambos pueblos, los peruanos y los mexicanos.
Señoras y señores parlamentarios, todos sabemos que éste es un momento especialmente difícil para nuestra región, para esta América Latina mestiza nuestra. Son momentos convulsionados.
En medio de esta situación México y Perú son vistos por los mercados y analistas internacionales como casos excepcionales, en medio de la turbulencia. México quizás haya avanzado más en este camino porque ha sabido emprender sus reformas desde hace un buen tiempo.
Mi país viene siguiendo también ese mismo rumbo. Estoy seguro que pese al difícil camino, estamos en la dirección correcta.
Por lo pronto nuestros indicadores macroeconómicos son esperanzadores, no obstante el ato costo político que pago como Presidente de la República.
Mi convicción por los pobres me obligan a un manejo responsable de la economía.
Seria fácil para mí aumentar mi popularidad, gastando más de lo que tengo como ingresos. Sería fácil para mí aumentar transitoriamente mi popularidad cayendo en el populismo; pero eso sería pan para hoy, hambre para mañana y no lo voy a hacer, porque mi convicción es con los pobres y eso significa políticas de Estado, eso significa políticas sociales deliberadas.
La economía peruana, no vengo a decir aquí a este México querido, con algún sentido de triunfalismo. ¡No! Es una de las pocas economías que crecen en América Latina en medio de una economía mundial adversa y una región latinoamericana turbulenta. Estamos creciendo en alrededor de 4 %, tenemos una inflación de menos 1 %; las reservas internacionales están en su nivel máximo; riesgo-país es uno de los más bajos en América Latina; nuestros bonos en el mercado internacional se colocan; la tasa de desempleo afortunadamente comienza a disminuir.
Y hemos tomado la decisión de revertir, de repriorizar nuestros presupuestos, porque creemos que al final un presidente no debe hacer decisiones pensando en las próximas elecciones. Estoy absolutamente convencido que debemos hacer decisiones no pensando en la rentabilidad política de las próximas elecciones. Necesitamos hacer decisiones de Estado, pensando en las próximas generaciones.
Basado en esa convicción mi gobierno ha decidido desde el inicio de su administración, reducir 20 % de los gastos militares para reorientarlo a la inversión social y en la lucha contra la pobreza. Salud, educación y trabajo digno.
Sé que esto no produce resultados de la noche a la mañana, pero créanme, yo sé lo que estoy diciendo, no por haber sido un profesor en las universidades o un funcionario en los organismos internacionales; soy la evidencia andante de lo que es capaz de hacer la educación.
Los pobres en América Latina, no esperan que les regalen permanentemente pescado. Los pobres serán pobres,, pero tienen dignidad, quieren aprender a pescar. Y el anzuelo y la carnada es: Salud, educación y trabajo digno.
Necesitamos tomar la decisión en la región de hacer una reingeniería en nuestros recursos públicos para reorientarlos a la inversión y en la mente de nuestra gente. No hay mejor inversión que la de invertir en la mente de nuestra gente.
Es una inversión altamente rentable, de larga duración, fácil de movilizarse y de bajo riesgo; bajo riesgo porque podrán venir gobiernos estatistas y no podrán estatizar lo que hemos sembrado en la mente de nuestra gente. Podrán venir gobiernos fanáticos del mercado y no podrán privatizar lo que hemos sembrado en la mente de nuestra gente.
La libertad y la democracia no se circunscribe solo a un acto electoral. No puede haber libertad cuando tiene usted millones de millones de personas en extrema pobreza, que no tienen la opción esta noche de escoger, que no tienen la libertad de escoger de que mañana puedan tener un trabajo digno. Hay muchos que se van a acostar esta noche sin saber si mañana tienen algo qué comer y eso no es libertad.
Les digo como Presidente y como economista que la tasa de retorno a la inversión en salud, educación y en trabajo es muy alta. No es políticamente rentable, sí es cierto; porque es más fácil inaugurar un edificio y poner una placa hecho por el Presidente tal o
una carretera, que hay que hacerlo. Es mucho más complicado inaugurar la catedral de un niño mal nutrido o inaugurar los resultados de la inversión en la educación 16, 17 años después.
Amigas y Amigos:
Por eso mi gobierno ha decidido entrar fuertemente a generar puestos de trabajo temporales mientras la economía crece. Los programas a trabajar urbano y rural. Los pobres necesitan también realizar el sueño del techo propio y hemos iniciado una política de vivienda nacional agresiva.
Yo nací en la altura de Los Andes en 4 mil metros sobre el nivel del mar. Y la típica migración masiva de los ´60 me llevó a un puerto a vivir en un arenal en un rancho de esteras, sin agua, sin luz; tragando polvo. Hoy, que tengo el privilegio de conducir los destinos de mi país, no puedo olvidarme de ellos. A mi me demoró 20 años tener una casa de adobe, siendo mi padre albañil aún. El programa del Techo Propio está dirigido a que se concretice el sueño de tener una vivienda digna para los pobres. El programa educativo vía Internet Uascarán, permite entrar al Perú profundo a llevar la tecnología y achicar las distancias digitales.
En contraste con algunos de mis consejeros hemos decidido establecer la tarifa social de electricidad para los pobres.
Hemos decidido restituir los derechos laborales de los trabajadores. La dictadura suprimió el derecho al trabajo de las ocho horas.
Hemos avanzado y sé que el tramo es todavía muy largo. Mujeres y hombres que hoy día golpean cacerolas en las calles de esta región nuestra tienen razón. El ruido de la calle que los gobernantes escuchamos se fundan en razones económicas, pero sus repercusiones pueden afectar la institucionalidad democrática y el estado de derecho; cuidado, cuidado. Cuidado que la pobreza puede conspirar contra la democracia.
Necesitamos escuchar las voces de los pueblos. Ha llegado el momento y nosotros sostenemos con convicción que los ciudadanos de América Latina piden una nueva alianza; los gringos llamarían un "new dialoge" (?), una nueva alianza para el siglo XXI, una nueva relación entre Estado y mercado, en que el Estado es la expresión directa de sus mandantes, es decir, los ciudadanos, para que los mercados produzcan los resultados benéficos de los que son capaces.
También sostenemos que hoy más que nunca necesitamos de una alianza continental contra la pobreza, aún más, una alianza internacional contra la pobreza extrema. Esta nueva alianza internacional debe concretarse en la captación de recursos frescos, que estén por sobre encima de los acuerdos con los organismos internacionales, que nos permita hacer inversión pública para dinamizar nuestras economías.
Vengo a decirles hoy que requerimos un fondo de solidaridad financiera para la defensa de la democracia y la gobernabilidad de la región.
En la Cumbre de Presidentes de América Latina, en Guayaquil, Ecuador, el pasado julio, sostuve que no es suficiente que los países industrializados declaren que tienen convicción democrática, también tienen que mojarse; la democracia cuesta. No nos pueden poner techos y decir: Mantengan la democracia, cuando se nos desborda la pobreza.
El propósito es muy claro. Necesitamos acoger recursos frescos que permitan inversión pública en nuestras economías, que generen empleo, que dinamicen la producción y que nos protejan de los shocks financieros adversos que vienen de fuera.
Hay que poner el dinero a donde ponemos la palabra. La pelota está en la cancha de los países industrializados.
Esta iniciativa se funda en la certeza de que la democracia es un sistema que abarca los valores del bienestar, pero que abarca con la misma fuerza los valores de la libertad. Y gocemos la convicción de que nuestro sistema debe perfeccionarse y que los derechos que nos entrega la política no nos lo puede arranchar la economía. Soy economista, pero que quede claro, la economía debe estar al servicio de las personas y no las personas al servicio de la economía.
Amigas y amigos: Hoy puedo decir con agrado que México y Perú están caminando juntos en la senda del fortalecimiento de nuestras economías. Nuestro intercambio comercial presenta montos que debemos reforzarlos; verdaderamente queda mucho por hacer ahí.
En el plano de las inversiones la situación viene siendo mucho más promisoria, hay un incremento en la participación de la inversión mexicana en el Perú y existe ya más de cien empresas peruanas invirtiendo en México.
Necesitamos fortalecer esa relación, la de comercio exterior, la de inversiones pero también las relaciones culturales. Necesitamos dar un salto de nuestro pasado fuerte, de ese pasado del cual debemos sentirnos profundamente orgullosos de ser herederos, queremos dar el salto de ahí a convertir que la globalización tenga un rostro humano.
Ese es el reto de Perú y México, estamos en una buena situación, es en esa perspectiva que estoy convencido que debemos dotar a nuestra relación bilateral una red de instancias de diálogo político, diplomático y de cooperación para abordar los temas de una agenda compartida consolidando las aspiraciones que nos une.
El Presidente Vicente Fox u quien les habla, hemos adoptado decisiones para apoyar el reforzamiento de nuestros valores democráticos, ello ha sido puesto de manifiesto en diferentes foros internacionales, hoy vengo a abrir en nombre de mi pueblo, nuestra mente, nuestro corazón y nuestros brazos para que con la fuerza de nuestro pasado caminemos con firmeza hacia el futuro, tenemos todo para ganar. Juntos, sí podemos; juntos, sí podemos.
Señoras y señores, las relaciones entre Perú y México tienen un futuro muy prometedor por delante, esta situación está fraguada por la Historia y tiene hoy día todos los indicios de enriquecerse para el futuro; esta visita mía renueva el compromiso asumido por las dos democracias, la mexicana y la peruana, para construir entre ellas una asociación para el desarrollo de nuestros pueblos , para que podamos juntos construir nuestro futuro sin temor pero tenemos que tener el coraje de no ser pasivos, tenemos que tener la fortaleza de no quedarnos en ser simples receptores de la globalización, necesitamos ser actores activos en la construcción de nuestro propio futuro.
Por todas estas razones, Damas, Caballeros, Diputados y Senadores es este honorable Congreso, es un gran honor estar con ustedes esta tarde, he venido a México varias veces durante el fragor de la lucha contra la Dictadura y fui recibido en las calles con generosidad, por eso esta visita ahora como Jefe de Estado es de enorme importancia para este Presidente y para mi pueblo.
Reafirmo mi público compromiso de re orientar todos mis esfuerzos hacia el desarrollo de esta relación especial y privilegiada entre el pueblo mexicano y el pueblo peruano .
Por el privilegio de compartir estas reflexiones con ustedes, muchísimas gracias y que Dios bendiga a México y el Perú, gracias.
(aplausos)
-LA C. PRESIDENTA. Antes de ofrecer el uso de la palabra a nuestros compañeros Legisladores, deseamos saludar la presencia de la Doctora Elianee Kar de Toledo, del señor Embajador Allan Wagner Tizón, Ministro de Relaciones Exteriores de Perú; del señor Aurelio Lorett de Mola, Ministro de Defensa; del señor general Luis Arias Graziani, Jefe de la Oficina de Gabinete; del Ministro Gonzalo Gutiérrez Reinell, encargado de la Subsecretaría para Asuntos de América; de la Ministra María Eugenia Schiossa de Robiliart, Directora de América del Norte; del embajador Gustavo Teisheira, Director Nacional de Protocolo y Ceremonial de Estado; del señor embajador Alfredo Arozamena Ferreiros, embajador de la República de Perú en México.
Muchas gracias por estar aquí en su casa. ( aplausos )
Significo la presencia del diputado José Carlos Borunda Zaragoza, secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara y de la Presidenta de la Conferencia Parlamentaria de las Américas, la diputada Laura Pavón.
Tiene la palabra el diputado Jaime Cervantes Rivera, hasta por cinco minutos, para hacer comentarios a nombre del grupo parlamentario del Partido del Trabajo.
- EL C. DIP. JAIME CERVANTES RIVERA: Ciudadano Presidente Constitucional de la hermana república de Perú, doctor Alejandro Toledo Manríque. Primera dama, doctora Elaine Care de Toledo. Compañeras y compañeros legisladores.
Es un honor para el grupo parlamentario del Partido del Trabajo expresar su reconocimiento y admiración al pueblo peruano representado honrosamente a través de su primer mandatario y su distinguida esposa.
El pueblo de Perú y México mantienen lazos de identidad cultural que se expresan en el surgimiento y desarrollo de civilizaciones prehispánicas que le dieron lustre y esplendor a lo que hoy son nuestras naciones.
Desde Machu Picchu hasta la gran Tenochtitlán, nuestra América mostró el alto nivel de desarrollo en nuestros pueblos indígenas. Desde Tupak a Marú, hasta Cuauhtémoc se mostró el espíritu indomable de nuestra raza; hoy llevamos con orgullo y dignidad nuestro mestizaje pero no olvidamos que la conquista de nuestros pueblos fue hecha a sangre y fuego pero con la resistencia heroica de los indígenas.
En el despuntar de este siglo XXI, nuestras naciones siguen manteniendo sus tradiciones ancestrales que no solo reivindican a la cultura precolombina sino también la hispanidad entendida en su mejor forma.
A toda la larga trama histórica que nos ha vinculado a lo largo de los siglos en el momento actual, tenemos compromisos con nuestros pueblos y con nuestra América que debemos cumplir.
Tanto Perú como México recientemente han experimentado un cambio político importante. Usted representa un gobierno legítimo electo democráticamente; nuestra honorable Cámara de Diputados está conformada de manera plural después de más de 70 años de hegemonía unipartidista; estamos comprometidos con la transición a la democracia como resultado de las nuevas exigencias que imponen los cambios mundiales y como un hecho imperativo de nuestras sociedades.
Cada vez más nuestros pueblos claman por justicia social porque las restricciones impuestas por los organismos financieros internacionales han generado una enorme deuda social que nuestros gobiernos necesitan afrontar en forma prioritaria.
El modelo neoliberal ha mostrado ser un fracaso por la cantidad de pobres que ha generado. Un hecho que tardíamente reconocen sus propios promotores; por lo tanto, para nuestros pueblos ya no puede haber más experimentos neoliberales. Con la pobreza en casa se crearon potenciales conflictos que amenazan la estabilidad política de nuestra América, en ese sentido no podemos continuar siendo víctimas de la voracidad del capital internacional tenemos que echar una mirada al pasado para recordar que debemos mantener nuestra independencia económica sobre la base de un modelo económico y social que responda a nuestras exigencias.
Señor Presidente Alejandro Toledo: El grupo parlamentario del Partido del Trabajo reconoce que los problemas que enfrentan nuestros pueblos son difíciles y complejos, pero por sobre todo ello creemos que la integración latinoamericana y la solidaridad de nuestras naciones deben seguir caminando tal hasta como en nuestros días ha ocurrido.
Perú y México se hayan en una coyuntura histórica sin precedentes que exige un rumbo firme para nuestros pueblos que no debemos desaprovechar, pero también exige que seamos capaces de distinguir entre la subordinación sin condiciones o la autonomía del manejo de nuestros recursos y de nuestra soberanía.
Sea usted bienvenido a nuestra patria, señor Presidente. Muchas gracias.
EL PRESIDENTE DE PERU: Muchísimas gracias, muy amable.
LA DIP. BEATRIZ PAREDES RANGEL: Gracias, diputado.
Tiene la palabra la diputada Erika Spezia Maldonado, quien es secretaria de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados y miembro del grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista de México.
LA DIP. ERIKA SPEZIA MALDONADO: Señor Presidente del Perú, Alejandro Toledo Manrique que hoy honra este recinto con su presencia; miembros de la delegación peruana; compañeras y compañeros legisladores:
Cuando los latinoamericanos nos encontramos se ha vuelto un hecho común exaltar la fraternidad de los lazos que nos unen, sin embargo, en el caso de nuestras dos naciones las similitudes y la historia común es tan amplia y compartida que difícilmente puede sonar como un recurso retórico o un sin sentido. México y Perú son los dos países más semejantes de América, porque nuestras similitudes arraigan más allá de su legado virreinal o de la lengua y la religión aportada por los conquistadores; México y Perú tuvieron imperios, consejos de ancianos, instituciones, observaciones astronómicas e histórica por voluntad e ingenio propio, empezando por nuestro nombre que conservamos desde tiempos prehispánicos y continuando con el comercio y las migraciones que conectaron a la cultura quechua con la cultura tarasca.
Los arqueólogos no tienen dudas de las similitudes y de la influencia que los quechuas en la lengua purépecha. La arquitectura y la cosmovisión de los pobladores del occidente de México es muy similar; esto demuestra el interés comercial y cultural que mantuvieron nuestros pueblos en el pasado y que, no obstante los riesgos y las enormes distancias para navegar el Océano Pacífico, hubo un contacto estrecho.
Desde ese pasado indígena hemos heredado un presente plural y diverso, ya que tanto su nación como la nuestra cuentan con una riqueza cultural que perdura en sus pueblos indios. La población india nos reclama ser entendida, apreciada e incorporada a los respectivos proyectos de nación en este nuevo milenio.
La originalidad del Perú y de México no se limita a unas ruinas y objetos de oro o a piezas arqueológicas; el pasado prehispánico que compartimos nos sigue hablando al oido y ha continuado forjando nuestra forma de ver y sentir y nuestro punto de vista acerca del medio ambiente, la globalización y el reconocimiento del otro; nuestro prójimo.
El Partido Verde Ecologista de México exhorta en este momento a los mandatarios que participan en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, que se busquen soluciones definitivas que consistan, dentro del ámbito de sus atribuciones y de manera prioritaria, en la satisfacción de los problemas reales en aras de lograr la equidad y la libertad para todos, y uno de estos problemas es el relacionado al cuidado del medio ambiente y la protección de las especies de flora y fauna.
Es necesario que actuemos de manera decidida y eficaz, que la globalización no sea un pretexto para la depredación y el consumo desmedido de nuestros recursos naturales. Trabajemos juntos los países latinoamericanos, para que en el marco juarista de respeto a las políticas y gobiernos, podamos hacer realidad el sueño bolivariano de una América unida.
La humanidad entera enfrenta un reto muy grande, que es el de conservar nuestro planeta y con él nuestra especie, en ello empeñamos la mayor parte de nuestro tiempo y nuestros esfuerzos.
Estamos conscientes que es imperativo e inaplazable, incrementar la capacidad productiva de nuestras economías, las necesidades apremiantes de millones de seres humanos así lo demandan, la deuda histórica que tenemos con los pobres de ambas naciones, imponen como absolutamente necesario, el mejorar no sólo las condiciones de competitividad de nuestra planta productiva, sino con mucha más razón, el mejorar las condiciones de vida de la gran mayoría de peruanos y mexicanos.
Si la deuda histórica y moral es muy grande con los pobres, más lo es con los pobres de los pobres. Los pueblos indios, los habitantes originarios de estas tierras, que han sido el sector más marginado y humillado en nuestra historia común, ambos gobiernos han adoptado el compromiso que tienen con el mejoramiento de sus condiciones de vida.
Ellos, los más pobres, tienen mucho que aportar a la América, y por ello deben ser incluidos con plenos derechos y deberes a la vida nacional.
El cuidado y mejoramiento del ambiente, no es tan necesariamente en conflicto con la actividad productiva, si ésta última no sólo busca el crecimiento sostenido sino el auténtico desarrollo sustentable.
Señor Presidente, comprometamos nuestras naciones con su pueblo, con su historia, caminemos juntos, hay razones más que suficientes para considerar que el porvenir y el futuro de dos naciones hermanas, como lo son la República del Perú y los Estados Unidos Mexicanos, es más que promisión.
Enhorabuena y le deseamos una fructífera y feliz estancia. Muchas gracias.
-EL EXCMO. SEÑOR DOCTOR ALEJANDRO TOLEDO MANRIQUE, Presidente de la República del Perú: Muchísimas gracias. Muy amable, muchísimas gracias.
-LA C. PRESIDENTA: Tiene la palabra el diputado Sergio Acosta Salazar con la representación del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, él es miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados.
-EL C. DIPUTADO SERGIO ACOSTA SALAZAR: Gracias presidenta. Distinguido Presidente del Perú, Doctor Alejandro Toledo Manrique. Señora Elianee Kar, primera dama del Perú. Señores que representan la comitiva del presidente. Miembros de la Embajada. Compañeras y compañeros senadores y diputados.
El grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, saluda y da la bienvenida a todos ustedes, deseamos que su estancia en nuestro país sea lo más placentera y benéfica. Los mexicanos siempre hemos visto a los pueblos latinoamericanos como hermanos, porque formamos parte de esa gran cultura latinoamericana, y nos es grato que nos visite un hermano, hermano Alejandro Toledo, como usted lo dijo: incas y aztecas.
Durante varias décadas, México estuvo en la vanguardia de la política exterior, en particular, como promotor de la unificación de los países latinoamericanos y del Caribe, en torno a objetivos comunes de desarrollo y de políticas culturales.
En la actualidad, América Latina, está pasando pro cambios muy fuertes, en sus estructuras y economías, al igual que otras naciones, México y Perú, deberán de estrechar, cada vez más, sus lazos de hermandad y solidaridad, para que juntos contribuyan a encontrar salidas a las crisis, en las que se encuentran las naciones de América Latina.
Nuestra región, la patria grande, ésta desgarrada socialmente, la inequidad y la pobreza se han agravado en los años del neoliberalismo, hoy nos encontramos ante otra nueva embestida neoliberal: el ALCA. Ante este tipo de iniciativas, nuestros pueblos no deben de quedar al margen, se requiere de una apertura en el procesamiento de propuestas que vayan encaminadas al verdadero desarrollo del Continente.
Mi partido ha pugnado porque México establezca acuerdos que potencien las características geográficas de la región, para convertirlas en un verdadero núcleo de comercio internacional.
Los pueblos latinoamericanos y caribeños requieren de una comunidad en acciones de América Latina. Consideramos que estas asociaciones deberán apuntar al desarrollo de los pueblos y superar las desigualdades sociales y sirvan para que los países de menor desarrollo alcancen niveles superiores de bienestar.
Señor Presidente Alejandro Toledo:
El Partido de la Revolución Democrática le expresa lo mejora para nuestros pueblos y que juntos contribuyamos para que América Latina se consolide como una gran Nación desarrollada, ya que en estos tiempos donde la apertura de la América Latina ha dado hombres como usted, ha dado hombres como Lula, ha dado hombres que han llegado de estratos sociales pobres, que es lo que necesita cada país; que realmente la pobreza sea la que marque en los países latinoamericanos ese símbolo y que etiquete a una América Latina democrática y sobre todo, con nombres y personas que realmente hayan carecido de tantos servicios como usted mencionó y que así como constituyó ese Partido de Perú Posible, así como desde los estratos muy inferiores llegó a las maestrías que también tiene, ahora como Presidente es justo que forme parte de esos grandes líderes y hombres que América Latina está urgida de dar y que poco a poco se está abriendo en un mundo unipolar.
Gracias, señor, por estar aquí en México y bienvenido sea.
Gracias.
EL C. DR. ALEJANDRO TOLEDO MANRIQUE, PRESIDENTE DE LA REPUBLCIA DEL PERU.- Muchísimas gracias, muy generoso.
(Aplausos)
LA C. PRESIDENTA.- Gracias, diputado.
Se ofrece el uso de la palabra al diputado Felipe Calderón Hinojosa, coordinador del grupo parlamentario de Acción Nacional.
Adelante, diputado.
EL C. DIPUTADO FELIPE DE JESÚS CALDERON HINOJOSA.- Gracias, Presidenta.
Distinguido Presidente Alejandro Toledo.
Distinguida señora Toledo.
Señoras y señores Ministros.
Compañeras y compañeros legisladores:
Sea bienvenido, Presidente, a esta Cámara de Diputados a nombre del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, partido en el que milita el Presidente de la República Vicente Fox y le deseamos de todo corazón una productiva estancia en nuestro país; esperamos que sirva para fortalecer un lazo que es indisoluble en nuestros pueblos y que sierva también para iniciar o fortalecer, más bien, una nueva relación que mejore las políticas públicas y que nos permita hacer frente de mejor manera a las problemas que como pueblos latinoamericanos tenemos y compartimos.
En particular, le apreciamos muchísimo su visita al Congreso, porque refleja la convicción de un demócrata, que lo es no sólo desde la concepción y la teoría sino desde la práctica, desde la marcha, desde la transformación democrática.
Una lucha de la que toda América Latina y el mundo, diría yo, fue testigo, que seguimos con atención y con fruición, diría yo, en México y particularmente quienes durante muchos años también lucharon porque nuestro país tuviese lo que hoy finalmente es una realidad, que es una democracia que fructifica, que es plena y que busca cada día y particularmente en este Congreso, su plena madurez.
Como legisladores, queremos que la relación entre México y el Perú sea una relación de hermanos y de pueblos democráticos. Queremos que sea una relación de Congresos y de gobiernos que piensan con orgullo en su pasado. Pero que piensan también con esperanza, ilusión y fuerza, en su futuro.
Sabemos que su visita tiene como marco la reunión del Foro de Cooperación Asía-Pacífico. Y creemos que México y Perú, por muchas de las cosas que compartimos, podemos establecer una relación aún más sólida, que pudiera ser de cooperación Latinoamérica-Pacífico.
Dos pueblos; dos economías; dos regímenes democráticos, latinoamericanos; que habiendo enfrentado pasados remotos y cercanos revestidos de problemas, tienen una franca decisión por superarlos y construir para sus pueblos un mejor futuro.
Yo también celebro sus palabras y la visión de un estadista que subordina la coyuntura, el episodio, al destino de un país. Creo que el Perú tendrá mejores días a partir de que en su gobierno hay lo que usted ha señalado, la firme decisión de no subordinar el episodio al destino, la firme decisión perdón, de subordinar los episodios al destino, la firme decisión de no convertir lo que son los excesos de hoy nuestros, en las privaciones de mañana, de nuestros hijos, de no hacer las deudas nuestras, los impuestos de mañana de los que vienen.
La firme decisión de tener políticas públicas responsables que no son incompatibles y diría yo al contrario, con políticas socialmente responsables. Diría yo que sólo hay políticas responsables cuando son éstas, políticas que gozan del énfasis social que usted da en su gobierno a la acción del gobierno. Y sólo hay políticas sociales auténticas, cuando éstas son al mismo tiempo responsables con las futuras generaciones.
Deseamos sobre todas las cosas que al compartir nuestras experiencias, al compartirlas usted con el Presidente Fox y con este Congreso, y al comparltirlas nosotros en un futuro próximo con los congresistas peruanos, encontremos nuevas ideas, nuevos caminos para luchas con más fuerza contra la pobreza; contra el tráfico de drogas; contra el crimen organizado y por fortalecer nuestra democracia.
Del proceso de transición democrática que como hermanos coetáneos y contemporáneos vivieron México y Perú recientemente, nos han quedado gratificantes lecciones comunes.
La democracia no sólo transforma la relación entre gobernantes y gobernados; entre partidos y sociedad civil; entre ciudadanos y mandatarios; sino que también transforma y debe mejorar la relación entre pueblos. México y Perú comparten visiones, historia, política internacional, principios, responsabilidad pública.
Como países latinoamericanos nos une la historia. Ya se ha dicho aquí múltiples veces, la común historia de incas y aztecas, aunque provengo de una región donde los purépechas nunca conocieron el dominio de los aztecas, de todos modos celebramos nuestra raun nuestra común raíz, profunda y latinoamericana.
Pero estamos seguros presidente que lo que puede cambiar la historia de nuestros pueblos es que algún día conozcamos y sepamos que lo mejor que podemos compartir no es sólo el pasado, sino y sobre todo, el futuro. Que lo que mejor puede guiar nuestra acción no es sólo la orgullosa remembranza de lo que hemos sido, sino la firme decisión y convicción de lo que juntos podemos ser.
Como mexicanos sabemos que nuestra frontera de 3 mil kilómetros al norte en el río Bravo, no es sólo la frontera de los mexicanos con Estados Unidos, sino es también la frontera de América Latina toda con Estados Unidos. La nuestra es una cultura, una experiencia, una historia y yo diría también un futuro de resistencia. Un futuro que pueda y deba ser profundamente latinoamericano.
Queremos para nuestros pueblos, como lo queremos para Perú y para México, que haya prosperidad, desarrollo y crecimiento, educación, salud, alimento, ingreso a partir de lo mucho que podemos crecer, comerciar, invertir, aprovechar de nuestra realidad geográfica y económica.
Pero también sabemos que sólo seremos nosotros mismos cuando veamos con el corazón y con el alma hacia nuestra propia identidad que es única, fundamental y firmemente latinoamericana.
Citada la presidenta Paredes a César Vallejo, ese exquisito poeta peruano, y concluyo simplemente recordando una frase de él que decía que empezar un libro es el mayor vacío. Yo creo que entre Perú y México no hay un libro que comienza y no hay vacíos, pero hay una larga historia que está por escribirse y que usted, presidente Toledo, está escribiendo. Muchas gracias y bienvenido.
EL C. PRESIDENTE DE PERU, DR. ALEJANDRO TOLEDO: Muy generoso, muchísimas gracias, muy amable.
LA C. PRESIDENTA: Tiene la palabra el diputado Víctor Díaz Palacios, del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional. El es miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados.
EL C. DIPUTADO VICTOR DIAZ PALACIOS: Gracias, señora presidenta.
Excelentísimo presidente de la República del Perú, don Alejandro Toledo,
Distinguidos miembros de la delegación peruana,
Señora de Toledo,
Distinguidos miembros del cuerpo diplomático acreditado en México y en el Perú,
Distinguidos legisladores:
A nombre de los diputados y senadores de la fracción parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional doy a usted y a su comitiva la más cordial bienvenida.
Escuchamos con muchísima atención y respeto lo que usted hace unos momentos ha expresado y llaman poderosamente la atención dos puntos: uno es el manejo que tienen en la inflación del uno por ciento, que a ese aspiramos. El otro, con un crecimiento del 4% en donde nosotros tenemos ya un 7%.
Por supuesto somos convergentes en su política social y nos da la confianza y la certeza de que en el Perú habrá un buen camino que permita tener un mejor horizonte para la América Latina.
Con pocas naciones unen a México tantos lazos de afinidad e identidad como con el Perú. La rica diversidad social que ha propiciado el mestizaje, la lucha heroica por la soberanía y el afán inquebrantable de construir una nación de libertades y progreso son el sello de estos países.
Esa lucha, hermanada en ideales a la del pueblo peruano, se inscribe en la voluntad de hacer de nuestra América una región de grandeza y prosperidad. Una convergencia más con lo expresado por usted.
Compartimos el firme compromiso de combatir la pobreza de remediar el deterioro del medio ambiente y de luchar incesantemente contra el narcotráfico y el crimen organizado. Y no necesariamente por presiones de un país, sino por propia convicción.
No podemos entender todavía cómo ellos nos critican y cuando llega esa supuesta droga a ese país, como por arte de magia desaparece de su frontera. No saben quién la distribuye.
Compartimos la convicción de que es mucho lo que nuestros países pueden lograr en materia de complementación económica, como es el Acuerdo de Libre Comercio.
En México hemos seguido con gran interés y respeto la profunda transformación estructural del pueblo del Perú, que usted ha sido pieza fundamental en ello.
La nueva posición del Perú en los mercados internacionales, sus logros económicos y la modernización del Estado logradas, sientan bases sólidas para un crecimiento sostenido y de mayor bienestar para su pueblo.
Tenemos una relación diplomática de más de 160 años; es una de las más antiguas del continente. Por nuestra historia, por nuestra larga amistad y por nuestra común aspiración de un porvenir de grandeza y justicia para el Perú y para México, señor Presidente, sea usted bienvenido a este Congreso y a éste su país hermano que es México.
- LA DIP. BEATRIZ PAREDES RANGEL: Saludamos la presencia del Embajador Gustavo Iruegas, Subsecretario de Relaciones Exteriores de México, del Embajador Ricardo Villanueva Jalal, Embajador de México en Perú y del ministro José Antonio Zavalgoitia, Director General para América Latina y El Caribe.
Le ofrezco el uso de la palabra a la senadora Cecilia Romero Castillo, Presidenta de la Sección de América Latina y El Caribe, de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de la República.
- LA C. SEN. CECILIA ROMERO CASTILLO: Muchas gracias, buenas tardes.
Excelentísimo doctor Alejandro Toledo Manrique, Presidente de la República de Perú; diputada Beatriz Paredes Rangel, Presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, compañeros legisladores; señores embajadores; señores ministros; señoras y señores:
Tengo el gusto de transmitir a usted un respetuoso saludo de bienvenida a nombre de la Cámara de Senadores del Congreso Mexicano, a nombre del senador Enrique Jackson, Presidente de la Mesa Directiva, del senador Diego Fernández de Cevallos, Presidente de la Junta de Coordinación y de todos mis compañeros senadores mexicanos de los cuales algunos me acompañan en esta tarde.
Le doy la bienvenida a un México que abre sus brazos hospitalarios a los participantes en la Cumbre de APEC los países que compartimos la Cuenca del Pacífico tenemos en esta reunión la ocasión de trabajar juntos para aprovechar cada vez más y mejor el enorme potencial que en torno al océano tenemos. Le doy la bienvenida a un México que vive momentos trascendentes en su caminar, un México que late intensamente en la transición democrática, que tiene en sus instituciones fortaleza histórica suficiente para afrontar los cambios de este momento, que tiene sobre todo en sus hombres y en sus mujeres la mayor riqueza del presente y del futuro.
La pluralidad del Congreso Mexicano se ve reflejada en el intenso debate, en la polémica, en las posiciones divergentes. Es difícil el trabajo cuando no estamos todos automáticamente de acuerdo en la propuesta de solución que se nos hace, pero es apasionante, es retador y está siendo y seguirá siendo fructífero.
Le doy la bienvenida a un México que como ya se ha dicho, comparte con Perú una historia ancestral, con raíces firmemente hundidas en las cordilleras de la Sierra Madre y de Los Andes, en monumentos que han sido elevados a la categoría de patrimonio de la humanidad como: Chichen-Itzá o Machupichu; con instituciones educativas, las más antiguas de América, como la Universidad de México y la de San Marcos; con trayectorias culturales y artísticas ricas y semejantes.
México y Perú, Rosa de Lima y Felipe de Jesús, San martín y Morelos; la alameda de Lima y la alameda de México; Cuzco y Tenochtitlán.
Tuve el honor de acudir, como usted lo mencionaba al principio, a nombre del Presidente de México, a la firma del Acuerdo Nacional en la capital de su país el pasado 22 de julio. Este Acuerdo Nacional nace como una propuesta que reúne a los partidos políticos con representación en el Congreso, la sociedad civil y el gobierno para establecer políticas de estado sobre temas de interés nacional que permitan construir una democracia basada en el diálogo y la justicia, que sirva al proceso de consolidación de la afirmación de la identidad nacional y a la visión compartida del país a futuro.
Esto que se menciona al principio del Acuerdo Nacional en Perú, es lo mismo que con métodos diferentes, con formas distintas también en México estamos haciendo, señor Presidente Toledo. La firma de este acuerdo en Perú, de la cual fui honrada con ser testigo al igual que representantes de muchos países de América, y los esfuerzos que en el mismo sentido estamos haciendo en México todas las fuerzas políticas, me confirman que México y Perú tienen un gran pasado, un comprometido presente, pero sobre todo, como también aquí ya se decía, un retador futuro.
Usted lo mencionaba en su intervención, con la fuerza de nuestros brazos caminemos con firmeza hacia el futuro. Sigamos trabajando juntos en la construcción de nuestras patrias México y Perú, y en la construcción de nuestra patria grande: Latinoamérica, sabiendo que esta patria, nuestras patrias y nuestra patria grande es la casa de nuestros padres en trance perpetuo de edificación.
¡Bienvenido!
(Aplausos)
- EL C. DOCTOR ALEJANDRO TOLEDO MANRIQUE, Presidente de la República del Perú: Muchísimas gracias, muy generosa. Muchísimas gracias.
- LA C. PRESIDENTA DIPUTADA BEATRIZ ELENA PAREDES RANGEL:
Señor Presidente:
Tenemos el gusto de compartir con usted estos momentos, sé que su agenda está apretada y a quienes les toca recordarnos que hay eventos inmediatamente posteriores pues están pendientes de ello, pero sería muy grato si quiere usted hacer algunos comentarios antes de que demos por concluida esta sesión.
- EL C. DOCTOR ALEJANDRO TOLEDO MANRIQUE, Presidente de la República del Perú: Muchísimas gracias, aprecio mucho.
Permítame en nombre de Eeliane y mío, en nombre del Canciller del Perú, del Ministro de Defensa del Perú, del Embajador del Perú en México, de mis asesores y mis colaboradores, expresarle nuestro profundo agradecimiento.
Los congresos, el parlamento es la fiel expresión de la voluntad popular. Aquí convergen las diferentes ópticas políticas que hacen que la democracia sea fuerte, sin tener temor a las diferencias, pero con la predisposición y la tolerancia para decir nuestras discrepancias, pero no quedándonos en las discrepancias sino buscando los consensos.
En nombre de la delegación que me acompaña, en nombre de Eeliane que lucha conmigo no solo en la consolidación de la democracia sino en la defensa de los pueblos originarios, en búsqueda de una sociedad mucho más incluyente y más equitativa, quiero agradecerles profundamente haber escuchado las reflexiones del Partido del Trabajo, haber escuchado las reflexiones del Partido Verde Ecologista de México, las reflexiones del Partido de la Revolución Democrática, del Partido Acción Nacional y de ese legendario Partido Revolucionario Institucional.
Reciba en nombre de las mujeres y hombres del Perú nuestro agradecimiento, diciéndole que tienen en el Perú un socio, un socio para incrementar los niveles de inversión y de comercio exterior, pero también un socio en la construcción de instituciones democráticas fuertes; un socio en la lucha contra la pobreza; un socio en la lucha contra la corrupción, el terrorismo, el narcotráfico; un socio que les pide a este México querido que deje su mirada un poquito más tiempo hacia el sur, que los estamos esperando aún más.
América Latina espera ojos de este México querido, buscando hacia el sur, que no son excluyentes del norte, pero recuerden que tenemos un mercado, un mercado para la inversión, para el comercio, pero tenemos valores comunes, tenemos historia común y una manera de construir los retos del futuro es pedirle hoy día, con todo respeto a este recinto, por favor, miren un poquito más hacia el sur; podemos caminar juntos.
Quiero sintetizar esta reflexión diciéndoles que voy a proponer la ampliación de acuerdos comerciales bilaterales entre Perú y México; tenemos razones fuertes. Tenemos que ir más hacia un acuerdo bilateral más amplio de lo que tenemos.
Sus inversiones están aseguradas en el Perú, estabilidad jurídica, reglas del juego claras, transparentes y permanentes. Y nosotros sabemos que esto es recíproco en México. Los esperamos.
Segundo. Mi delegación, Elianee y yo queremos expresar también nuestro agradecimiento a este México generoso, por haber recibido a nuestros compatriotas, que por razones adversas y diversas, han llegado y han encontrado aquí un corazón mexicano abierto. Y estas migraciones sin querer construyen integraciones hermosas, literales y figurativamente. Gracias por acoger a mis compatriotas, mujeres y hombres, en los momentos del terrorismo y de la dictadura; salieron buscando nuevos horizontes y encontraron en México una mano tendida.
Quiero que sepan que esto nunca lo olvidaremos y tienen en el Perú el corazón abierto no sólo desde Machu Picchu hasta la línea de Nazca, tienen el corazón abierto y las manos tendidas para caminar hacia el futuro.
En este Congreso está el reflejo de la pluralidad, de la democracia. En este Congreso se mezclan los rasgos étnicos y plurales, eso son nuestras sociedades. Esto es el cambio que aplaudimos los latinoamericanos. Solos podemos muy poco, juntos lo podemos todo.
Soy un admirador de Benito Juárez.
(aplausos)
A los partidos aquí representados, a las senadoras y senadores aquí representados, gracias por habernos acogido, gracias por haber acomodado su agenda a algo complicado. Sé que mi Embajador y mis colaboradores han tenido que hacer malabares, pero les puedo decir que al salir de la puerta me voy profundamente emocionado.
Muchísimas gracias, muy amables.
(aplausos)
-LA C. PRESIDENTA:-Permítame entregarle a nombre del Congreso una medalla que tiene todos los escudos, el del Escudo Nacional y un libro de un gran fotógrafo mexicano que acaba de morir, de don Manuel Alvarez Bravo y la Historia de nuestra primera etapa como nación independiente.
-EL SR. PRESIDENTE DEL PERU. Hermosa, muchísimas gracias. Permítame traerle y regalarle un pedacito del Perú. Es clásico los regalos modernos pero Ilianee y yo hemos querido dejar en manos de este Recinto democrático un pedacito del Perú.
-LA C. PRESIDENTA. Muchas gracias señor Presidente.