Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión, LXI Legislatura
Versión estenográfica de la sesión solemne, conmemorativa del 75 aniversario de la fundación
del Instituto Politécnico Nacional, llevada a cabo el jueves 14 de abril de 2011

Apertura de la sesión

Acuerdo parlamentario que normará la sesión

Pronunciamiento de los grupos parlamentarios

Jaime Álvarez Cisneros, Convergencia

Reyes Tamez Guerra, Nueva Alianza

Alfonso Primitivo Ríos Vázquez, PT

Alberto Emiliano Cinta Martínez, PVEM

José Torres Robledo, PRD

Sergio González Hernández, PAN

Alfredo Villegas Arreola, PRI

Palabras de la directora del IPN, Yoloxóchitl Bustamante Díez

Acta de la sesión

Cierre de la sesión


 
 
 
 
 
 

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Pido a la Secretaría que haga del conocimiento de la Presidencia el resultado del cómputo de asistencia de las señoras y señores diputados.

El Secretario diputado Balfre Vargas Cortez: Se informa a la Presidencia que existen registrados previamente 272 diputados. Por tanto, hay quórum.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín (10:56 horas): Por lo consiguiente hay quórum y se abre la sesión.

En cumplimiento del acuerdo aprobado el 12 de abril, se abre la sesión solemne para conmemorar el 75 aniversario de la fundación del Instituto Politécnico Nacional.

Invitamos a los presentes a ponerse de pie para entonar el Himno Nacional en este acto, orgullosamente acompañado por la Orquesta del Instituto Politécnico Nacional.

(Himno Nacional Mexicano)

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Proceda la Secretaría a dar lectura al acuerdo parlamentario que normará esta sesión.

La Secretaria diputada María Dolores del Río Sánchez: Acuerdo

Primero. Se acuerda celebrar una sesión solemne de la Cámara de Diputados el jueves 14 de abril de 2011, a las 10:00 horas, en el Palacio Legislativo de San Lázaro, a efecto de conmemorar los 75 años del Instituto Politécnico Nacional.

Segundo. El formato en que se desarrollará dicha sesión solemne será el siguiente:

Intervención del presidente de la Cámara de Diputados hasta por 10 minutos.

2. Una intervención por cada uno de los grupos parlamentarios representados en la Cámara de Diputados, de forma ascendente, hasta por 10 minutos.

3. Intervención de la directora general del Instituto Politécnico Nacional, doctora Yoloxóchitl Bustamante Díez.

Tercero. La logística y organización de la sesión solemne corresponderá a la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.

Cuarto. Se instruye a la Secretaría General llevar a cabo las previsiones necesarias para el ceremonial respectivo.

Palacio Legislativo, a 7 de abril de 2011, firma el diputado Jorge Carlos Ramírez Marín, presidente de la Conferencia para la Dirección y Programación de los Trabajaos Legislativos.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Señoras y señores, quiero en primer lugar agradecer la presencia en este evento de los señores representantes del Poder Ejecutivo del Estado, del Poder Ejecutivo de la nación, el doctor José Enrique Villa Rivera, director general de Conacyt, quien funge en esta sesión, como he dicho, como representante del Poder Ejecutivo federal. Bienvenido doctor Villa Rivera.

Agradecemos la presencia del representante del Senado de la República, el senador Ricardo Francisco García Cervantes. Bienvenido a la Cámara de Diputados.

Por supuesto, saludo la presencia de nuestra invitada de honor, y con ella a toda la comunidad politécnica de México, Yoloxóchitl Bustamante Díez, directora del Instituto Politécnico Nacional.

Distinguida doctora Yoloxochitl Bustamante, distinguidos representantes de los Poderes, la Mesa Directiva de esta Honorable Cámara de Diputados, quiere manifestar su reconocimiento al Instituto Politécnico Nacional en conmemoración del septuagésimo quinto aniversario de su fundación.

Reconocemos en el Politécnico, al pilar fundamental de la vida educativa de nuestro país. El Politécnico es un espacio permanente para la generación de conocimientos, ciencia e investigación, pensado por el presidente Lázaro Cárdenas del Río como el espacio de excelencia para la formación tecnológica de los hijos de la revolución que no podían acceder a la educación universitaria por la escasez de recursos.

En poco tiempo, muy poco tiempo, el Politécnico se constituyó no sólo en la escuela para las familias obreras y  campesinas, sino para cientos de miles de mexicanos que se han forjado en sus aulas.

Luego de sus primeras décadas de vida, el Politécnico fue labrando un prestigio bien ganado en el terreno de la generación científica y en la investigación de punta para nuestro país. Sus egresados forman un contingente de profesionales que todos los días contribuyen al proceso de desarrollo de nuestro país.

El Politécnico ha sido un fértil semillero de servidores públicos y de servidores en el sector privado; hasta que finalmente, en los años 90, el ideal del general Cárdenas, de que un estudiante surgido de aquél campus llegara a la presidencia de la República, también se cumplió.

Hoy en día, luego de 75 años, el Instituto Politécnico Nacional se ha consolidado en la formación de profesionistas destacados, de sólidos investigadores en las ramas científicas y tecnológicas, y en la generación permanente de saberes para campos tan diversos como la medicina, la ingeniería, la petroquímica y la electrónica, entre muchos tantos.

Desde aquí, desde la Cámara de Diputados, felicitamos a la comunidad politécnica. Hacemos votos porque siga siendo la institución educativa generadora de científicos de primerísimo nivel enriqueciendo todos los días con ello el acervo nacional y mejorando la calidad de vida de los mexicanos.

Desde aquí, desde la Cámara de Diputados, le damos a la comunidad politécnica nacional la más cordial y efusiva bienvenida, y el agradecimiento expresado hoy en esta Cámara por sus logros que se han convertido en logros y gloria del pueblo de México.

Bienvenidos a la Cámara de Diputados. Bienvenidos a esta sesión con la que celebramos que el Politécnico Nacional contribuya todos los días al desarrollo del país. Bienvenida nuevamente, doctora Yoloxóchitl Bustamante. Bienvenidos, señores integrantes de la comunidad politécnica de México. Muchas gracias.

Antes de conceder la palabra a los señores representantes de los grupos parlamentarios, queremos destacar la presencia en esta sesión del señor José Gertz Valenzuela, ex director del Instituto Politécnico Nacional; de don Sergio Viñals Padilla, ex director del Instituto Politécnico Nacional; de don Héctor Mayagoitia Domínguez, ex director del Instituto Politécnico Nacional; de don Manuel Garza Caballero, ex director del Instituto Politécnico Nacional; de don Óscar Joffre Velázquez, ex director del Instituto Politécnico Nacional; de don Raúl Talán Ramírez, ex director del Instituto Politécnico Nacional; de don Diódoro Guerra Rodríguez, ex director general del Instituto Politécnico Nacional; de Miguel Ángel Correa Jasso y, por supuesto –ya lo hemos mencionado-, del doctor José Enrique Villa Rivera.

Para todos ustedes nuestro reconocimiento por su contribución al pueblo de México.

Queremos señalar la presencia del doctor Juan Manuel Cantú Vázquez, secretario general del Instituto Politécnico Nacional.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: En cumplimiento al acuerdo que rige esta sesión, tiene el uso de la palabra hasta por 10 minutos el diputado don Jaime Álvarez Cisneros, en representación del Grupo Parlamentario de Convergencia.

El diputado Jaime Álvarez Cisneros: Gracias, señor presidente. Doctora Yoloxóchitl Bustamante Diez, directora general del Instituto Politécnico Nacional, estimada comunidad politécnica, con su venia, señor diputado, compañeras y compañeros diputados.

El motivo que nos convoca a la realización de esta sesión solemne es el cumplimento de los primeros 75 años de existencia del Instituto Politécnico Nacional, ocasión que sirve para reconocer el aporte y la valiosa contribución de tan noble institución al desarrollo integral de nuestra nación.

La historia consigna que en el año de 1936 el presidente Lázaro Cárdenas, con el apoyo de otros grandes mexicanos notables como los ingenieros Wilfrido Massieu y Juan de Dios Bátiz, o el científico y humanista Luis Enrique Erro, nos dieron las condiciones para que en beneficio de la incipiente nación emanada de los movimientos sociales armados ocurridos al principio del siglo XX se pudiera dar paso a la conceptualización de esta noble institución.

La capacidad, el talento, el mérito de los fundadores consistió en reconocer la importancia que tiene la educación en cualquier sociedad y en todo momento, particularmente la que les tocó vivir.

La enorme convicción de realizar acciones efectivas a favor del país les permitió a esos mexicanos de avanzada el adoptar una medida que ha trascendido con creces a su tiempo y se agiganta con el transcurrir de los años.

El Instituto Politécnico Nacional ha jugado un papel de trascendencia en la educación de México al hacer posible que los mexicanos de escasos recursos accedan a la educación superior y a ser beneficiados de la movilidad social que ello posibilita, cumpliendo uno de los principales postulados de la equidad social, que ha sido reivindicada a lo largo de nuestra historia y se ha convertido en un referente en la docencia de muchas generaciones de mexicanos, así como en la investigación tecnológica en el más amplio sentido.

Otro rasgo distintivo que ha caracterizado al Instituto Politécnico Nacional a lo largo de su existencia es su aportación a la generación, aplicación, difusión y transferencia del conocimiento científico y tecnológico, cumpliendo con creces el lema que le identifica: La técnica al servicio de la patria.

El recorrido no ha estado exento de dificultades, entre las que destaca el movimiento estudiantil de 1968, donde los estudiantes politécnicos desempeñaron un rol fundamental en las reivindicaciones de ese episodio histórico enjuiciando críticamente el autoritarismo, la falta de libertades, la restricción de los derechos políticos en el país y la feroz represión con que se trató de acallar esa protesta estudiantil.

Lejos de anclarse en el pasado como un ejercicio de autocomplacencia, las autoridades que han conducido los destinos del Instituto Politécnico Nacional han actuado con gran acierto, reforzando la oferta educativa y la generación de nuevos profesores e investigadores que han contribuido decididamente en el avance del país.

La dramática realidad que representan los 7 millones de jóvenes en México que ni estudian ni trabajan, no debe de ser atribuida a las instituciones de educación pública de nuestro país, sino la falta de visión y compromiso con la educación de los gobiernos actuales. La falta de oportunidades educativas es un factor que genera y potencializa problemas de distinta índole, no es ningún secreto que las naciones que han elegido destinar mayores recursos a la investigación científica y tecnológica, además de otorgarle un sitio privilegiado a la educación, han tenido experiencias exitosas en prácticamente todos los rubros, incluido el mejoramiento sustantivo de la calidad de vida de todos sus habitantes.

Por ello, no debemos de escatimar los recursos que requieren nuestras instituciones educativas de todo nivel. En el caso del Instituto Politécnico Nacional es imprescindible brindarle un apoyo total sin condicionamientos, para que siga contribuyendo a la generación del conocimiento además de formar a las generaciones presentes y futuras de mexicanos, a quienes corresponderá mantener el prestigio de su alma mater en su condición de egresados, ya sea a través de la investigación especializada o a través de su inserción exitosa en el mercado laboral.

El Congreso de la Unión, y muy particularmente esta soberanía, puede colaborar de manera decidida en el cumplimiento cabal de los objetivos de esta institución ejemplar.

El mejor homenaje que les podemos rendir a los fundadores del Politécnico Nacional, es que lo dotemos de mayores presupuestos que le permitan superar las restricciones que en los últimos años de nuestra historia le han aquejado al igual que a otras instituciones educativas, como resultado de una concepción equivocada de la política educativa.

El Instituto Politécnico Nacional, al igual que otras instituciones de enseñanza superior, requiere ampliar su matrícula y construir otros campos en diferentes regiones del país a fin de llevar los beneficios de la educación a un mayor número de mexicanos, entendida ésta como una actividad profundamente transformadora de su entorno y posibilitadota, como ya lo hemos dicho, de una movilidad social que prácticamente se ha cancelado en detrimento de la calidad de vida de millones de mexicanos.

Los 271 programas educativos que ofrece actualmente el Instituto Politécnico Nacional, comprendiendo 65 para el nivel medio superior, 78 de licenciatura y 128 de postgrado, son la expresión del enorme esfuerzo desplegado por la comunidad politécnica por incidir en la realidad del país desde la invaluable posición que les ha correspondido desempeñar, superando las adversas condiciones por las que atraviesa nuestra nación.

La necesaria articulación que debe existir entre la política educativa y los requerimientos del aparato productivo entendiendo su relación como complementaria, demanda también de una política económica que deje de controlar solamente las variables macroeconómicas y se traduzca en una serie de medidas que reactiven el crecimiento económico generando un contexto donde se creen más empleos para dar ocupación a los jóvenes egresados de las instituciones de enseñanza superior.

En nuestra opinión, se requiere desterrar del escenario nacional la práctica que podemos considerar como una práctica discriminatoria consistente en cancelar o reducir significativamente la inclusión en el mercado laboral de los egresados de instituciones de enseñanza pública, pues es un agravio que han sufrido muchos de los egresados del Politécnico.

Reiteramos nuestra profunda convicción en lo que respecta colocar a la educación en el centro de una estrategia que colabore a la superación de los enormes problemas que aquejan a México.

En prácticamente todos los rubros, con los saldos de violencia, inseguridad, desempleo, falta de oportunidades, estancamiento económico, carestía una dependencia alimentaria que se ha agravado en los últimos años, por esto consideramos que esta soberanía debe de actuar sin dilación para incrementar sustancialmente los montos presupuestales dirigidos a la educación, a fin de superar los problemas enunciados, pues se trata de una experiencia que ha resultado exitosa en otras naciones, tanto en países que tenían dificultades similares hasta hace algunos años, como los denominados tigres asiáticos y el caso de Brasil en el continente americano o los países denominados BRIC.

El Instituto Politécnico Nacional ha cumplido ejemplarmente con sus responsabilidades, ante ello no caben actitudes mezquinas ni las que se fundamenten el mero cálculo político electoral.

Larga vida al Instituto Politécnico Nacional y le formulamos un afectuoso exhorto a quienes lo integran, para no aminorar el esfuerzo y mantener la excelencia que le caracteriza en todos los rubros.

Por sus atención, amigas y amigos, muchas gracias. Y muchas felicidades al Instituto Politécnico Nacional.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Con las disculpas de esta Mesa Directiva, tiene ahora el uso de la palabra el diputado don Reyes Tamez Guerra.

El diputado Reyes Tamez Guerra: Con el permiso del señor presidente de la Mesa Directiva. doctora Yoloxochitl Bustamante Díez, directora general del Instituto Politécnico Nacional; doctor Enrique Villa Rivera, Director General del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y representante del señor presidente Felipe Calderón Hinojosa; senador Ricardo García Cervantes, representante del Senado en esta sesión solemne; distinguida comunidad politécnica; compañeros legisladores.

Oficialmente es en el año de 1936 cuando el Instituto Politécnico Nacional abre sus puertas bajo la presidencia del ingeniero Lázaro Cárdenas, pero poco menos de un siglo atrás, en 1845, comenzó a consolidar sus sólidos cimientos institucionales a través, inicialmente, de la creación del Instituto Comercial.

Posteriormente, con las escuelas de artes y oficios, la Escuela Nacional de Medicina Homeopática, la Escuela Práctica de Ingenieros Mecánicos y Electricistas, la Escuela Técnica de Maestros Constructores; el Instituto Técnico Industrial, las escuelas federales de industria textil y finalmente, la Escuela de Bacteriología.

El Politécnico nació como un proyecto de gran envergadura, pues el entonces secretario de Educación Pública Gonzalo Vázquez Vela se propuso agrupar a las mejores escuelas técnicas con las que contaba el país. La intención de tan ambicioso esfuerzo era doble:

Por un lado buscaba generar oportunidades educativas de nivel superior para estratos sociales que nunca imaginaron tener una oferta educativa de ese tipo a su alcance, y por otro, contar con una institución que formara técnicos especializados capaces de conducir la industrialización nacional.

Equidad con calidad y pertinencia fueron y seguirán siendo sus estandartes. El ingeniero Juan de Dios Bátiz Paredes fue quien estuvo al frente de su creación y a quien debemos agradecer la conformación de la que hoy es una institución insigne que ha dado a la patria, en sus 75 años de vida, más de 800 mil profesionales altamente capacitados, competitivos y sobre todo con un alto compromiso social para servir a la sociedad mexicana.

La conducción de esta gran institución siempre ha estado en manos de personajes distinguidos y con trayectorias profesionales exitosas. El primer director, el ingeniero Roberto Medellín Ostos, aunque por un período corto, logró dar rumbo a los 14 mil 300 jóvenes que en 1936, atentos a la convocatoria del Instituto Politécnico, acudieron ávidos de conocimiento a formar parte del nuevo proyecto.

La historia ha dejado claro que la decisión de éstos fue más que acertada. Ilustres científicos, ingenieros e investigadores, empresarios emprendedores y destacados políticos han sido formados en esta gloriosa institución.

Por otro lado, la colaboración de esta institución en el desarrollo de la industria petrolera, de la industria eléctrica, de la industria siderúrgica, así como en la construcción de la infraestructura carretera, es un referente histórico de la inagotable actividad y compromiso de sus egresados.

También es importante destacar que las labores directivas del Instituto Politécnico Nacional desde su fundación han sido desempeñadas por 25 grandes hombres y una mujer, una mexicana por excepción. La referencia no es menor. El que actualmente la doctora Yoloxóchitl Bustamante Díez esté al frente de esta institución es una muestra de que el Instituto Politécnico es sin duda vanguardista y que reconoce los talentos sin distingo de género. Para todos ellos yo quiero pedir un fuerte aplauso en reconocimiento a la labor de todos estos años.

Es así que el año 2011 debe significar para la comunidad politécnica no sólo el festejo de lo que han construido en tres cuartos de siglo, sino un momento clave para reforzar el rumbo tan exitoso que la institución ha recorrido.

Aquí quiero comentar que cuando un servidor realizó sus estudios de posgrado, a mediados de los años setenta, en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Politécnico, era muy común ver que Premios Nacionales de Ciencias, científicos reconocidos por la contribución en la frontera del conocimiento de sus diferentes áreas, estuvieran dando clases permanentemente y que los alumnos de licenciatura tuvieran oportunidad de poder compartir puntos de vista con gente distinguida a nivel internacional, con grandes reconocimientos. Muy pocas escuelas del país, de licenciatura pudieran decir esto, como a un servidor le tocó vivir, hace ya algunos pocos años.

Gracias a la calidad de sus 280 programas académicos que abarcan diversas ingenierías, ciencias físico-matemáticas, ciencias sociales y administrativas, y ciencias médico-biológicas, a sus 82 unidades académicas, a su oferta virtual y a distancia, y a sus cerca de 156 mil estudiantes de tiempo completo, aunque el Politécnico atiende a más de 350 mil estudiantes que asisten además a cursos de especialidad o de capacitación en programas cortos; a sus 16 mil docentes, a sus 759 miembros del Sistema Nacional de Investigadores y a su personal administrativo, ha permitido que a través de tiempo el Politécnico haya participado decidida y activamente en la construcción de un nuevo México; el México del siglo XXI.

Uno de los primeros logros del Politécnico que dio muestra de que una institución de educación media superior y superior podía educar no sólo desde el aula, sino a través de los medios de comunicación, fue la creación del Canal 11 cuya transmisión oficial dio inicio el 2 de marzo de 1959.

Muestra de ello es aquella legendaria clase de matemáticas impartida por el ingeniero Vianey Vergara que formó parte de sus primeras transmisiones. Fue la primera clase en Educación a Distancia del país. Es una visión, y en el mundo, una de las primeras también.

El Canal 11 es reconocido internacionalmente por la cantidad de contenidos su programación y por su creatividad, lo que lo convierte en uno de los mejores medios de comunicación de servicio público en el país y que lo ha hecho merecedor de 11 premios internacionales en los últimos años y es orgullosamente Politécnico.

Por si estos logros no resultaran suficientes debemos destacar que sus docentes, investigadores, alumnos y egresados han obtenido importantes premios a nivel internacional por sus contribuciones al conocimiento en diferentes áreas:

En salud, por ejemplo, por nuevos procedimientos, diagnósticos, vacunas, nuevos tratamientos para enfermedades infecciosas y cáncer. En tecnología por sus valiosas aportaciones en computación, en telecomunicaciones, en robótica. Por su contribución al desarrollo de la industria alimentaria y químico textil; además de sus aportes a la innovación y desarrollo, como ya hemos mencionado, de la industria petrolera, eléctrica y de comunicaciones. En suma, el Politécnico Nacional ha sido internacionalmente galardonado, lo que es una muestra de que es una institución madura y con mucho que dar, no sólo a México, sino al mundo.

Compañeros legisladores, todas las acciones emprendidas por el Instituto Politécnico Nacional han permitido al país avanzar con paso firme en el abatimiento del rezago educativo superior con calidad. Los recursos intelectuales, formados desde su creación, han representado, sin duda alguna, insumos de gran valía para la producción de riqueza nacional en la medida en que han transformado en tecnología, organización, inteligencia y productividad.

La oferta del Instituto Politécnico ha permitido a muchas generaciones acceder a conocimientos especializados, lo cual ha representado una ventaja comparativa para los jóvenes, las empresas y la economía mexicana.

Hoy, conmemoramos sus 75 años de compromiso ininterrumpido con la educación superior y el desarrollo del país. No es casual que su importancia haya trascendido y sea una pieza fundamental de México. Actualmente tiene presencia en 17 entidades de la República Mexicana. Debemos aplaudir la visión que han tenido para expandir sus fronteras.

Para el Grupo Parlamentario Nueva Alianza, trascender en el sentido más amplio de la palabra es la cualidad que reconocemos mayor a esta gran institución. También valoramos la calidad que imprime a su labor educativa, que es indiscutible. El Politécnico fue una de las primeras instituciones que se sometió a procesos de evaluación externa. Fue la primera en el país en acreditar todos sus programas de educación media superior en carreras técnicas y en educación media superior propedéutica.

Fue también una de las primeras instituciones en abrir a la evaluación externa todos sus programas de licenciatura y son pocas las instituciones de educación superior del país que pueden decir que atienen a más del 95 por ciento de sus estudiantes de carreras profesionales en programas acreditados por evaluación externa.

Además la mayor parte de sus posgrados forman parte del Programa Nacional de Posgrados de Excelencia de la Secretaría de Educación Pública y del Conacyt, y muchos de sus departamentos académicos en estos programas son ejemplo de producción científica a nivel de frontera mundialmente.

Por eso, para el Grupo Parlamentario Nueva Alianza, hoy debemos conmemorar a una de las instituciones estandartes de la laicidad, de la gratuidad y de la calidad de la educación media superior y superior del país.

Una  institución, que como bien dijo su actual directora, se ha distinguido por comprender y adaptarse a los cambios del entorno, e incluso, generar muchos de ellos.

En el Grupo Parlamentario Nueva Alianza no podemos hacer más que reconocer en él la excelencia, la vanguardia, la equidad y el compromiso social, pero sobre todo, la técnica al servicio de la patria. Gloria y la larga vida al  Instituto Politécnico Nacional.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Tiene la palabra el diputado Alfonso Primitivo Ríos Vázquez, y lo hace a nombre del Partido del Trabajo.

El diputado Alfonso Primitivo Ríos Vázquez: Con el permiso de la Presidencia. Doctora Yoloxóchitl Bustamante Díez, directora general del Instituto Politécnico Nacional. Senador Ricardo García Cervantes, representante del Senado de la República. Distinguidos maestros, alumnos y miembros de la comunidad politécnica. Estimadas invitadas, estimados invitados. Compañeras y compañeros legisladores.

La Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión rinde homenaje al Instituto Politécnico Nacional en el septuagésimo quinto aniversario de su fundación.

El Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo expresa su reconocimiento al Instituto Politécnico Nacional por la gran tarea realizada en estos 75 años de vida en favor de los mexicanos menos favorecidos, ya que les permitió acceder a una educación media superior y superior de calidad, que en otras circunstancias difícilmente hubiesen podido tener.

Fundado en el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas del Río, tiene como antecedente directo la reforma al artículo 3o. constitucional, del 13 de diciembre de 1934 que estableció a la letra:

La educación que imparte el Estado será socialista; y además de destruir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades de forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto de la vida social.

En el contexto de la implementación de la política social del gobierno cardenista se requerían profesionistas capaces de enfrentar los retos que implicó el proceso de transformación del país, que arrancó precisamente en la administración de Lázaro Cárdenas.

Sin lugar a dudas, el Politécnico ha contribuido de manera fundamental al desarrollo del país, sus egresados han sido pieza fundamental en el desarrollo, entre muchas otras áreas, de la industria petrolera y del sector eléctrico del país.

Hoy, el Politécnico, ajustándose a las nuevas realidades del desarrollo tecnológico, por medio de la Escuela Superior de Cómputo es vanguardia en el desarrollo de nuevas tecnologías informativas.

El Politécnico ha formado profesionales de excelencia, con una profunda vocación social y convicción de transformar su entorno y con un gran amor a México.

Es así que estudiantes y maestros participaron activamente en los movimientos estudiantiles de 1968 y 1971, en consecuencia, el Politécnico ha sido firme impulsor de las transformaciones democráticas de nuestro país.

A sus aulas, en las vocacionales y escuelas superiores han acudido y acuden a formarse jóvenes provenientes de todo el país. También en sus postgrados ha sido generoso receptor de profesionistas formados en otras instituciones de la República.

En la obra visionaria del general Lázaro Cárdenas, el Instituto Politécnico Nacional y sus egresados construirían un poderoso elemento de transformación de la realidad de nuestro país. El Instituto Politécnico Nacional es creado en 1936 en un entorno con una profunda desigualdad social y a pesar de que en la actualidad se vive en una condición semejante, esta noble institución sigue en pie de lucha y da formación profesional a miles de estudiantes.

De manera general, hoy se educa dejando de lado la lacerante realidad del país, formando profesionistas sin conciencia crítica, que salen al mercado de trabajo para enfrentarse a la dura realidad de un México sin oportunidades de desarrollo.

Nuestro país se debate entre la pobreza y la violencia rapante que lo golpea a lo largo y ancho del territorio nacional. Así vemos cómo los mexicanos ya estamos cansados de que el gobierno haga oídos sordos a sus demandas y exigencias.

Las contradicciones en la sociedad mexicana son enormes. Se tiene al hombre más rico del mundo y a millones de pobres que se debaten en la desesperanza. Por eso, uno de los grandes retos del Politécnico en estos días es ampliar la oferta educativa para recibir a más estudiantes y formarlos adecuadamente. Pero también se requiere que el Ejecutivo federal en sus iniciativas de Presupuesto de Egresos destine mayores recursos al fortalecimiento del Politécnico y de todas las instituciones de nivel superior públicas.

Basta ya de regatear recursos a la educación pública superior. Lo anterior es necesario para que se construyan las aulas, se les equipe, se les provea de laboratorios, maestros bien pagados y personas suficiente para que se formen los profesionistas con vocación social y con conciencia crítica y progresista que el México de hoy reclama. Que no haya más jóvenes sin educación, que no haya más jóvenes sin oportunidades de desarrollo y futuro.

El único camino para romper con el círculo vicioso de la violencia es eliminar la ignorancia y esto se logra educando y formando a las nuevas generaciones bajo los valores del nacionalismo, la solidaridad y el respeto a las diferencias.

El proceso educativo debe estar enfocado a la formación de profesionistas con una alta calidad técnica, pero también con una sólida conciencia social crítica. En el Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo concebimos la educación no como el mero proceso de acumulación de conocimiento sin utilidad práctica, sino como un proceso que es eminentemente transformador, que genere una conciencia crítica en los estudiantes para que a partir de ella cambiemos nuestro entorno, al país y al mundo.

México es un país que traslada a otras naciones grandes recursos económicos por la transferencia de tecnología, por eso el papel de la educación pública en el país y del Instituto Politécnico Nacional en particular es fomentar la investigación científica para el desarrollo de tecnologías propias que eviten ese flujo incesante de recursos al exterior.

En el Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo estamos convencidos de que en el Politécnico, como en el resto de las universidades públicas de México se están formando los científicos que en el futuro recibirán grandes reconocimientos para el país.

Los centros de investigación y estudios avanzados, las nuevas escuelas superiores, la tarea de difusión y preservación de la cultura politécnica por parte del Canal 11, así como las labores académicas que día a día se realizan en el Instituto Politécnico Nacional nos hacen estar convencidos que por muchos años más el Politécnico seguirá poniendo la técnica al servicio de la patria.

Que viva el Instituto Politécnico Nacional. Que viva el general Lázaro Cárdenas. Que viva México. Muchas gracias.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Escucharemos ahora la intervención del señor diputado don Alberto Cinta Martínez, quien la hace a nombre del Partido Verde Ecologista de México.

El diputado Alberto Emiliano Cinta Martínez: Gracias, presidente. En 1977 el Senado de la República le otorgó al primer director general del Instituto Politécnico Nacional, Juan de Dios Bátiz, la medalla Belisario Domínguez. Al recibirla, este insigne revolucionario, ingeniero militar y luchador social comprometido con la educación pública, declaró: la acepto, porque sé que es para el Politécnico. Sólo vale la pena vivir o morir si se vive o se muere por la patria. Yo no tuve el honor de morir por ella, pero he intentado servirle.

Con estas palabras queda plasmado el espíritu que nos obliga a celebrar hoy y siempre al Instituto Politécnico Nacional.

Hace 75 años nació el Instituto Politécnico Nacional en el casco de la vieja ex hacienda de Santo Tomás, reagrupando diversas escuelas que ya daban enseñanza técnica desde el siglo XIX, con aproximadamente unos 14 mil estudiantes. Cuando fue creado por el presidente Lázaro Cárdenas, en 36, nuestro país vivía momentos difíciles, se recuperaba de una guerra revolucionaria en la que más de un millón perdió la vida; la mayor parte de la infraestructura productiva, las instituciones del Estado y el propio ánimo de los mexicanos se reconstruían apenas poco a poco, y por si no bastara, bajo el contexto de la famosa gran depresión económica, que aunque iniciada en Estados Unidos perjudicó aún más las condiciones de estabilidad y bienestar de nuestras familias.

A pesar de estas adversidades, la historia que ha protagonizado el Politécnico Nacional desde entonces, es un compendio de razones por las que nos debemos sentir orgullosos de ser mexicanos.  75 años después y con un mundo de 800 mil egresados de carreras profesionales, el Partido Verde rinde hoy homenaje al Instituto Politécnico Nacional por el sentimiento de orgullo, optimismo y noción de futuro que su legado nos regala.

Por eso, hoy queremos celebrar al Poli, porque nos sentimos orgullosos de ser una nación que ha dado hombres como los que le dieron vida:

José Vasconcelos, quien como fundador de la Secretaría de Educación Pública creó el marco institucional que permitiría posteriormente la creación de más espacios para la educación. Narciso Bassols, quien como secretario de Educación Pública plantearía desde 32 la necesidad de una enseñanza técnica. Luis Enrique Erro, ingeniero y funcionario de la SEP que vinculó la tarea educativa a las necesidades del aparato productivo, idea que lo llevó a ser pieza central de la creación del instituto.

Juan de Dios Bátiz, su ya mencionado primer director general; el presidente Lázaro Cárdenas, quien impulsó y decretó el nacimiento del Politécnico porque buscaba, al mismo tiempo dar sentido práctico al conocimiento y generar movilidad social.

Todos mexicanos visionarios, con compromiso social y sentido de Estado, que entendieron la inminente industrialización del país, supieron leer su tiempo y crear instituciones para, como lo dice el lema del instituto, poner La técnica al servicio de la patria.

A lo largo de estos 75 años, dicha visión hizo de los egresados politécnicos actores indispensables en el desarrollo de nuestras industrias petrolera, siderúrgica y eléctrica, entre otras, así como de la construcción de presas y carreteras y demás infraestructura que ha sido clave para el desarrollo nacional.

En una era de globalización, constante innovación tecnológica e intensa lucha por los mercados, es más que nunca vigente el papel crucial del Politécnico en el aprovechamiento práctico de las ciencias y la formación de competencias para contribuir al crecimiento económico de México.

Hoy queremos celebrar al Poli porque nos sentimos orgullosos de una institución del Estado mexicano que fue pensada desde su nacimiento para los hijos de campesinos y obreros y que a través de la educación cumple con un papel social fundamental, en tanto que igualadora de oportunidades, fuerza de cohesión social y plataforma de desarrollo humano.

Dijo Immanuel Kant que el hombre no es más que lo que la educación hace de él. Nuestro Politécnico hace ciudadanos profesionistas. Ha hecho 800 mil que enriquecen a nuestra comunidad, le generan valor y, en esta época de violencia que nos angustia, nos enseñan con su ejemplo el camino de la dedicación, del esfuerzo y que son muchos más los mexicanos que trabajan y construyen.

Que sea este homenaje al Poli también un homenaje a todos sus egresados, a la cultura del esfuerzo y a nuestra capacidad de superación. Hoy queremos celebrar al Politécnico porque nos sentimos orgullosos de sus maestros, forjadores de futuro.

Este año y, por tercer año consecutivo, el Politécnico obtuvo los mejores resultados a nivel nacional en la Prueba Enlace de Habilidad Matemática y Lectora en educación media superior. Tan solo en 2009, mil 791 estudiantes, profesores e investigadores politécnicos obtuvieron distintos premios nacionales e internacionales.

A lo largo de estos últimos 20 años, a la comunidad de investigadores politécnica se le han otorgado más de 80 patentes de invención, el 10 por ciento del total de patentes en el periodo, lo que la sitúa como la tercera fuente generadora de patentes en el país, uno de los instrumentos más poderosos de competitividad y generación de valor en la nueva sociedad del conocimiento.

Muchas felicidades a los más de 150 mil estudiantes de media superior, superior y postgrado; y, sobre todo, a todos los cerca de 16 mil 500 profesores; a su directora, Yoloxóchitl Bustamante, que nos distingue con su presencia en el pleno para esta conmemoración.

Hoy queremos celebrar al Poli porque nos sentimos orgullosos de todas las aportaciones profesionales o inventivas que han protegido o mejorado la productividad, la calidad de vida y el medio ambiente de México. Hoy es un día para rendir homenaje a la capacidad creativa y de innovación que se convierte en fuente de bienestar.

Celebramos a los connotados egresados profesores, científicos, ingenieros e investigadores de diversas disciplinas y orientaciones que han contribuido con estas aportaciones, producto de la técnica y el conocimiento: Guillermo González Camarena, Esther Orozco, Jesús Kumate, Pablo Rumodín, Luis Fernando de la Peña, Juan Bormann, Heberto Castillo, Alexander Balanquín, Adolfo Guzmán, Constantino Reyes Valerio, María Luis Ortega, Evangelina Villegas, entre cientos más.

Queremos celebrar al Poli por su modelo de incubación de empresas con el que México se ha convertido en el líder de incubación de empresas en Latinoamérica. Celebramos la televisión a color; el proyecto de elaboración de gelatinas para bajar de peso, de galletas y panes a partir de caracoles, lombrices y chapulines, con la idea de recuperar la alimentación prehispánica.

Celebramos que sea el Politécnico la primera institución educativa en México en elaborar un inventario de emisiones de gases de efecto invernadero; sus prototipos de casas y aulas elaboradas con materiales de alta resistencia, capaces de soportar huracanes de nivel cinco; su desarrollo de baterías de plomo y litio para automóvil; la patente internacional del mecanismo de prótesis para mano; el bioinsecticida contra la plaga que ataca el aguacate; su aportación para atacar al dengue de forma natural con la bacteria bacillus thuringiensis; la silla para discapacitados que permitirá a muchos rehabilitarse y ponerse de pie; el proceso para la obtención de jarabes en fructosa utilizando cepas de levadura para la depuración de mieles; la tinta indeleble utilizada en los procesos electorales; la tecnología que usa energía eólica en las centrales hidroeléctricas; la tecnología PLC para transmisión de voz, datos y video a través del cableado de las redes eléctricas de media y baja tensión; y el diseño de moléculas para evitar la degradación de neurotransmisores que podrán derivar en nuevos fármacos para el tratamiento de la enfermedad del Alzheimer, entre cientos de otras más.

Finalmente, hoy queremos celebrar al Politécnico por su apertura y  pluralismo, porque su vocación técnica mantiene un compromiso humanista; porque ya desde el 38, más del 40 por ciento de sus estudiantes eran mujeres; por generar conocimiento y difundir cultura; por su Orquesta Sinfónica y su premiado Canal 11; por su papel descentralizador al servicio del desarrollo regional, con presencial de 81 unidades académicas y en 17 entidades federativas.

Hoy celebramos con orgullo al Instituto Politécnico, porque ha respetado y cumplido los ideales en los que fue inspirado, porque su historia y legado constituyen un homenaje al esfuerzo, a la solidaridad y compromiso social, a la habilidad para competir y salir adelante, a la capacidad de innovación y creatividad, y a la generación de conocimiento, a los espíritus tolerantes, en fin, a los valores que nunca debemos olvidar, que nos ayudan a ser mejores ciudadanos y que siembran el camino hacia la nación más justa y más próspera a la que todos aspiramos. Larga vida y gloria al Politécnico Nacional.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Queremos agradecer la presencia en esta sesión del señor rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana, Enrique Fernández Fassnacht; asimismo, la presencia del director del Tecnológico de Monterrey, doctor David Noel Ramírez Padilla.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Tiene la palabra ahora el diputado José Torres Robledo, en representación del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática.

El diputado José Torres Robledo: Con su venia, diputado presidente. Doctora Yoloxóchitl Bustamante Díez, directora general del Instituto Politécnico Nacional, invitados de honor, invitados politécnicos, compañeras diputadas, compañeros diputados, estoy convencido de que la educación, destacadamente la educación pública, es el mejor instrumento para alcanzar la libertad y la justicia en los pueblos.

En este sentido, con la misma emoción del año de 1936, hoy les invito a conmemorar el 75 aniversario del Instituto Politécnico Nacional, del que soy orgullosamente uno de sus egresados.

Nuestro reconocimiento a sus autoridades, a sus alumnos, profesores, investigadores y personal administrativo. Ellos son con su amor y entrega diaria, la verdadera esencia, pilar y rostro del Politécnico.

El ideal del Poli se hizo realidad bajo la sensibilidad, inteligencia y patriotismo del general Lázaro Cárdenas del Río, entonces presidente de la república, quien al forjar esta gran institución educativa, sello un compromiso con el pueblo de México y nuestra nación, abriendo un camino aún vigente, sobre el cual debe de ser la ruta para dignificar a nuestros jóvenes. Sólo el presente se hace futuro cuando se propaga la educación como el primer cimiento de la justicia social.

El Politécnico ha sido una institución básica para la configuración del México contemporáneo, formando generaciones de profesionistas y técnicos que han sido palanca para su desarrollo educativo, espiritual y económico, por lo que esta institución pública de educación e investigación, ha cumplido brillantemente el mandato de su lema: “La técnica al servicio de la patria”.

También ha sido ejemplo de justicia distributiva, al abrir las puertas de la superación por la educación, preferentemente a favor de los hijos de los campesinos, de los obreros, de los empleados, de los hijos de las clases menos favorecidas de todos los rumbos del país, quienes han acompañado a México en sus momento cruciales como los movimientos estudiantiles de 1968 y 1971, que escuchó su reclamo y fue testigo de su sacrificio, por lo que su contribución a la democracia, es otro de sus méritos.

Recogiendo algunas palabras de su himno:

“El Poli sigue siendo fragua encendida

en la que se forjan mexicanas y mexicanos,

en los que nuestra nación tan agobiada en estos momentos

pone sus esperanzas de desarrollo y un mejor mañana...”

Esto en las áreas de ingeniería, ciencias, físico-matemáticas, ciencias médico-biológicas y ciencias sociales y administrativas, destacando igualmente, en el área de la investigación científica y tecnológica, por lo que en la actualidad el Poli es una de las instituciones educativas con mayor prestigio a nivel nacional e internacional.

Por todo esto invito a las y los diputados, a concretizar en hechos nuestro respeto y admiración hacia el Politécnico, con recursos suficientes y crecientes para que cumpla su importante y noble labor a favor de toda la sociedad mexicana.

Hoy quiero prender una antorcha en el altar de la patria por estos 75 años de vida del Instituto Politécnico Nacional, nuestro querido Poli. Muchas gracias por su atención.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Tiene la palabra el diputado Sergio González Hernández, por el Partido Acción Nacional.

El diputado Sergio González Hernández: Con su venia, señor presidente. Compañeras diputadas, compañeros diputados. Senador Francisco García Cervantes, representante del Senado.

Saludo con mucho respeto y agrado a la directora general del Instituto Politécnico Nacional, doctora Yoloxóchitl Bustamante Díez, y de igual forma a los señores ex directores generales del instituto. De la misma manera saludo a los docentes, investigadores, estudiantes, egresados, padres de familia y a todos los miembros de la comunidad politécnica, a mis compañeros diputados egresados del Politécnico de las diferentes fracciones parlamentarias, en especial a mi coordinadora Josefina Vázquez Mota, quien también es egresada de la vocacional Juan de Dios Bátiz y que es una orgullosa politécnica, que tiene un gran amor por esa institución.

Este día la Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión abre el corazón de la república para rendir un homenaje a una institución que tiene un significado muy especial en el pueblo de México, una institución educativa que se ha significado por su compromiso con el pueblo, el Instituto Politécnico Nacional.

A nombre de los diputados de la fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional, felicitamos a toda la comunidad politécnica por este 75 aniversario de su fundación.

Sin duda hablar del México moderno, de aquél que se forjó a mediados del siglo pasado y que en este siglo XXI seguimos construyendo los mexicanos, sin hacer un análisis del papel histórico del Instituto Politécnico Nacional, sería negar que hay instituciones que más allá de las que el Estado mexicano creó para conducir los destinos del México actual, han sido las instituciones educativas pilar fundamental para tener un país que figura en el contexto mundial como un país que asume el papel que le corresponde en el tiempo y en el espacio del mundo.

La fundación del Instituto Politécnico Nacional se da precisamente ante la necesidad de no perder el paso en el desarrollo e inicio de la era del despegue industrial y tecnológico del mundo. Las naciones ya vislumbraban que el futuro y el progreso de la humanidad iban a estar en los avances que en esas materias se pudieran alcanzar.

México, ante las circunstancias vividas a principios del siglo XX con una revolución social y con un titubeo en la conformación de su democracia se vio envuelto en la incertidumbre de definir sus líneas de desarrollo; pero afortunadamente el general Lázaro Cárdenas entendió que la educación sería la palanca que impulsaría a México hacia la modernidad creando una institución educativa con ese carácter: que apoyara al desarrollo de México, pero que además respondiera al mandato social del movimiento de 1910, y que quedó plasmado en el artículo 3o. de la Constitución de 1917.

Como una institución educativa del Estado mexicano el Instituto Politécnico Nacional nació con un sentido social y con un objetivo muy claro de lo que debía ser su encomienda con relación a las nuevas generaciones del país y el progreso del pueblo mexicano en su conjunto: la educación tecnológica.

El Politécnico es el legado de hombres visionarios, del general Lázaro Cárdenas, de Narciso Bassols, Luis Enrique Erro, Carlos Vallejo Márquez, Gonzalo Vázquez Vela y Juan de Dios Bátiz —este último desde el Congreso de la Unión de esos momentos—, le dieron un rumbo a la educación técnica e industrial del país.

Los propósitos fundamentales de su origen fueron el formar técnicos y profesionistas de alto nivel que contribuyeran al desarrollo nacional ofreciendo la oportunidad de educación superior a los hijos de obreros y campesinos que se sumaron a otros profesionistas y a una clase social que, fuera de ideologías, asumieron un compromiso para impulsar desde diferentes ámbitos el México moderno que demandaba la sociedad mexicana.

Fue así que el Instituto Politécnico Nacional agrupó a todos los planteles de las escuelas superiores, de bachilleratos técnicos, abriendo las puertas del futuro a través de la educación técnica, y el 16 de enero de 1936, sin que mediara ceremonia oficial alguna, abrió sus puertas a la juventud mexicana; a una juventud de un país de apenas 18 millones de habitantes.

Como escribió entonces el presidente Cárdenas: “Todo Estado moderno exige una técnica dirigida hacia la abundancia de bienes esenciales y de equipos suficientes de cultivo, de transformación, de comunicaciones, de cambio y de cultura”. Es así que en el devenir de los años se ha puesto de manifiesto que el Instituto Politécnico Nacional resultó ser la institución educativa que el México de aquellos tiempos requería para impulsar los principales cambios económicos de la época, fundamentalmente todo lo referente al proceso de industrialización del país.

Esto ha dejado huella y ahí están los proyectos tecnológicos de ingeniería, de medicina, de administración más trascendentes que se han creado para este país y para su desarrollo, destacándose estos proyectos en los sectores petrolero, hidráulico, carretero, de telecomunicaciones, textil, eléctrico, automotriz y de vivienda; y en la actualidad en áreas de investigación que han tenido el reconocimiento no sólo nacional sino de la comunidad internacional.

Con la continuidad de una oferta educativa abierta a los jóvenes mexicanos, con la continuidad de la vinculación de la modernidad industrial y con la vanguardia de atención al desarrollo sustentable de México.

La comunidad politécnica ha contribuido al desarrollo social, económico, educativo, cultural y político; su aportación al desarrollo democrático, quedó plasmado también en los pasajes históricos del Movimiento estudiantil de 68, que junto con otras instituciones como la UNAM, lucharon por la libertad y la justicia.

Y ahí están los testimonios públicos de la aportación de los estudiantes del Poli, de ese tiempo. Ahí está también su sangre que fue derramada en aras de tener un México más justo, su lucha contra un sistema totalitario que tuvo que recurrir a las armas para contender el ímpetu de esa juventud comprometida con su tiempo. Ahí quedó su aportación a la construcción de la democracia de este país.

A sus 75 años de fundación, el Instituto Politécnico Nacional ha cumplido cabalmente su misión y se ha consolidado como la institución educativa, laica, gratuita, rectora de la educación tecnológica pública en México; líder en la generación, aplicación, difusión y transferencia del conocimiento científico tecnológico.

El México de hoy, no podría concebirse sin la aportación del Politécnico Nacional y sus egresados, pues a lo largo de su existencia, de estos tres cuartos de siglo, se ha distinguido por comprender y adaptarse a los cambios del entorno de este país.

El Politécnico llega en este 2011 a sus primeros 75 años de vida, y para el Partido Acción Nacional es una oportunidad de decir que este transitar por más de siete décadas, también como un partido que comparte, como el Politécnico, los más grandes anhelos del pueblo de México será un honor seguir caminando paralelamente.

Cada institución con su propia responsabilidad y sus propios ámbitos, pero que sus acciones convergen en el bien común del pueblo de México, que así como nosotros seguimos luchando por esa patria ordenada y generosa, el Instituto Politécnico sigue aportando la técnica al servicio de la patria. Vaya un huelum para toda la comunidad politécnica.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: El 20 de abril se cumplirán exactamente cinco años, cuando este Congreso tomó la decisión de inscribir con letras de oro en el Muro de Honor de su Salón de Sesiones, el nombre de Instituto Politécnico Nacional.

Intervinieron en aquel entonces, los diputados: Miguel Jaime Moreno Garavilla, Pedro Vázquez González, don Fernando Espino Arévalo, don Salvador Martínez de la Roca, don Roberto Colín Gamboa, y el entonces diputado don Víctor Manuel Alcérreca Sánchez que también nos honra hoy con su presencia.

Las palabras de su director general de entonces, correspondieron al doctor Enrique Villa Rivera, esto sucedió hace cinco años. Desde hace mucho tiempo la vida de este Congreso pasa por las manos del licenciado Rubén Resillas Uribe, director general de Apoyo Parlamentario y egresado de la Escuela de Administración, UPIICSA del Politécnico Nacional. De María Elena Sánchez Algarín, nuestra legendaria directora general de Procesos Legislativos, egresada del contador privado y curso de taquigrafía del Instituto Politécnico Nacional, y del doctor Francisco Luna Kan, director general de Servicios de Documentación, Información y Análisis de la Biblioteca del Congreso de la Unión, egresado de la Escuela Superior de Medicina, como médico cirujano.

Todos ellos comparten hoy con el Politécnico el honor y la gloria de servir al pueblo de México.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Tiene la palabra el diputado Alfredo Villegas Arreola, a nombre del Partido Revolucionario Institucional.

El diputado Alfredo Villegas Arreola: Respetable doctora Yoloxóchitl Bustamante, directora general de nuestro Instituto Politécnico Nacional.

Diputado Jorge Carlos Ramírez Marín, Presidente de la Mesa Directiva de esta Cámara de Diputados.

Señor representante del Senado de la República, senador Ricardo García Cervantes.

Distinguidos invitados egresados, alumnos, maestros; distinguidos ex directores generales, don José Gerstl Valenzuela, ingeniero Sergio Viñals Padilla, doctor Héctor Mayagoitia Domínguez, ingeniero Manuel Garza Caballero; doctor Enrique Villa Rivera; don Raúl Talán Ramírez; don Óscar Joffre Velázquez; don Miguel Correa Jasso; ingeniero Diódoro Guerra Rodríguez.

Con responsabilidad, orgullo y emoción agradezco, en mi carácter de diputado federal y egresado del Instituto Politécnico nacional, el alto honor que me ha conferido mi grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional para rendir un merecido homenaje al presente y al futuro de esta magna institución educativa como lo es nuestro Instituto Politécnico Nacional.

Su razón, su origen y sentido son parte de un capítulo de la historia de México, caracterizada por enormes retos y amenazas que nuestra patria supo trascender para derrotar a quienes anunciaban el fracaso de México como nación.

No es casual que en el tiempo y espacio coincidan grandes hombres de visión y compromiso, de conciencia y convicciones. Junto a Lázaro Cárdenas del Río, el revolucionario presidente que imprimió a México su perfil como nación moderna, brilló también la vocación educativa de Narciso Bassols, la visión cósmica de Luis Enrique Erro Soler, la pasión de Carlos Vallejo Márquez y el espíritu creador del ingeniero sinaloense Juan de Dios Bátiz Paredes, acompañados por cientos de mexicanos que creyeron en un destino mejor para México.

Ése es el México de los compromisos de las instituciones que dieron forma y rumbo a una nación. El México de leyes que imprimieron certeza y solidez expresado en un proyecto nacionalista revolucionario y social.

Surgió así el compromiso de dar cauce a las capacidades de miles de mexicanos de las clases sociales más pobres para iniciar el camino de la industrialización y el crecimiento tecnológico de nuestro país, dar paso al ascenso social con base en el esfuerzo y no en casualidades biográficas.

Sin esta conformación de una clase de obreros y campesinos altamente capacitados, de profesionistas y técnicos a la altura de los mejores del mundo, no se explica la reconversión industrial de nuestro país ni la consolidación de la nacionalización de la industria petrolera.

Ayer como hoy, los recursos no abundaban, pero sí los haberes de compromiso con la patria. Instituciones de la magnitud del Instituto Politécnico Nacional, hoy inscrito en letras de oro en este recinto, fueron entonces posibles por la decisión política y la claridad del proyecto educativo.

Lo realmente trascendente en el tiempo y en el destino de una nación es conjugar su historia con su futuro y así se hizo en el caso de este instituto, que es de México y que es de todos los mexicanos.

Por eso, lo primero fue consolidarlo, consolidar lo que ya existía, así fue como se hermanaron la Escuela Nacional de Medicina Homeopática, la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, la Escuela Superior de Comercio y Administración, la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, la Superior de Construcción y el bloque de escuelas del antiguo Instituto Técnico Industrial.

Los resultados de este primer esfuerzo son evidentes al hacer realidad el lema “La técnica al servicio de la patria”.

No puedo tampoco obviar la labor de los médicos rurales que combatieron epidemias y rezagos a lo largo y ancho del país, en lugares donde jamás un profesionista de la salud había llegado y ejercido a favor de los mexicanos más pobres y los marginados; y cuando dispusieron en esos tiempos de las primeras vacunas y combatieron la mortalidad materno-infantil en las montañas del México rural y del México indígenas.

Cómo pensar a México sin el Instituto Mexicano del Petróleo y sin los ingenieros del Politécnico que lograron desarrollar la producción de gasolina aún a costa de la vida de muchos de ellos, negando así la razón a las grandes transnacionales que esperaban un México de rodillas apostando a su incapacidad tecnológica.

Hoy no podemos concebir la investigación y el desarrollo científico sin contabilizar las 26 escuelas de nivel superior, los 20 centros de investigación científica y tecnológica, la docena de centros de educación continua y a distancia y el Centro de Investigación y Estudios Avanzados de nuestro instituto.

En el Planetario Luis Enrique Erro, sin el cual millones de mexicanos no hubiéramos podido asomarnos a tocar un retazo del universo que con tanta pasión estudió y difundió el maestro Luis Enrique Erro.

Sabemos que 75 años no es una larga data en la vida de las instituciones, pero sí expresa un enorme camino recorrido para lograr su enriquecimiento y proyección. Es por ello que si tan sólo pudiéramos destacar una de las cualidades de nuestro instituto, sin titubeos afirmaríamos que es su capacidad de transformarse, de adecuarse a épocas, a retos y a circunstancias, pues jamás el instituto ha perdido su capacidad de renovarse.

Prueba de ello es que hoy esta gran institución es precedida por la doctora Yoloxóchitl Bustamante Diez, primera mujer que asume su conducción en un claro reconocimiento a la capacidad profesional de las miles de mujeres que han pasado por las aulas de nuestro instituto.

Estamos ciertos de que no son las palabras ni los elogios lo que califica a las instituciones y a los hombres que les dieron vida, es el juicio de la historia la que imprime su valor y trascendencia. Y aquí están presentes en los más de 800 mil egresados que han llevado el saber y el hacer a todos los rincones del país, en sus miles de alumnos que día a día amplían su acervo y debaten en sus áreas; en su personal académico, de los cuales más de la mitad son de nivel superior y postgrado, lo que hace a nuestra institución una institución de alta especialidad y calidad educativa.

Es por ello que se reconoce al Instituto Politécnico Nacional como una realidad educativa que hace con una clara vocación social, con elevadas metas académicas, científicas y humanísticas.

También así lo acredita la invaluable labor del Canal 11, que desde su inicio de transmisiones difundió la cultura, un instrumento para la educación que en ese tiempo no se pensaba que iba a cumplir con sus objetivos y que, lamentablemente, hoy está sujeto a decisiones erráticas y algunas coyunturales.

Ha sido un esfuerzo que da continuidad al proyecto del maestro José Vasconcelos, que validó al arte como un medio de superación de las clases populares. Por ello es que logró convocar el Politécnico a lo mejor de México, a lo mejor de sus ciencias y de sus artes, como lo demuestra la presencia de José Luis Ibáñez, José Luis Gurrola, de Carmen Montejo, de Lorenzo de Rodas. Todo ello gracias al trabajo de tres ilustres politécnicos: el ingeniero Alejo Peralta, don Walter Buchanan y Eugenio Méndez Docurro.

Éste es el proyecto  nacional de educación que desde esta Honorable Cámara de Diputados hemos impulsado y defendido, como la vía para reinsertar a México en la competitividad y en el desarrollo.

La educación como camino para cerrar las brechas de desigualdad y de pobreza en nuestro país, como pilar sólido y de largo impacto para el crecimiento de un México que despliegue sus capacidades y resuelva sus retos con certeza.

Por ello, en esta sesión solemne con motivo del 75 aniversario de nuestro instituto, quiero reafirmar que el Instituto Politécnico Nacional requiere más presupuesto que del que hoy dispone, porque ha demostrado cabalmente que son recursos públicos invertidos bien y para el bien de la nación.

La esperanza de miles de jóvenes se canaliza a esta gran institución, que se ve obligada por falta de recursos y restringe el ingreso, a posponer la educación de quienes ansían una vida socialmente productiva, pues la dignidad que conlleva el convertirse en hombres y mujeres responsables y productivos no se sustituye con nada.

Es por ello que, junto al reto educativo coloco la construcción de un México de mejores instituciones y con mejores leyes, sin lugar a dudas lo que los jóvenes de México demandan sin excusa ni dilaciones es el acceso a una educación de calidad y a empleos dignos, con futuro y con la certidumbre de que su esfuerzo les permitirá una vida digna y productiva; con la garantía también de que sus derechos laborales, sociales e individuales no serán conculcados.

Para ellos no es opción el desperdiciar sus capacidad y hacer a un lado sus oportunidades. Los jóvenes de México no apuestan por la delincuencia ni por la desesperanza, y es nuestra obligación construir las vías institucionales para que así sea. En consecuencia, es un imperativo el pensar más allá del momento presente y reflexionar los impactos de largo plazo, sin condicionar futuros ni presionar para decisiones apresuradas.

No son las instituciones educativas diques temporales para contener a las nuevas generaciones, a costa de que a su egreso de las mismas se vean excluidos del mundo laboral, como tampoco lo es el pretender que se integren en condiciones de desventaja o indefensión al mundo laboral.

Reitero que lo que México necesita es una política educativa y laboral moderna, consensuada, donde todas y todos expresen su sentir y espiraciones, porque sus resultados tendrán una evaluación crítica, precisando si fuimos capaces o no de dar respuestas a los retos del México actual. Ésta es la responsabilidad de promover reformas profundas, de largo alcance que apliquen sobre millones de mexicanos y que no por apresurar la marcha obtendremos mejores resultados.

Reitero que las reformas tienen su tiempo justo para que se construyan con cuidado, con responsabilidad, para que se aplicación se dé con firmeza, convencimiento y compromiso con consensos que las validen socialmente

Comprometámonos entonces con estas reformas y con una educación de vanguardia, con compromiso social como lo señala el decálogo del estudiante politécnico, del cual cito: Soy politécnico porque me duele la patria en mis entrañas y aspiro a calmar sus dolencias. Soy politécnico porque ardo en deseos de despertar al hermano dormido.

Distinguidas autoridades e invitados a esta sesión solemne. Compañeras y compañeros diputados. El México de hoy nos demanda que podamos acreditar que cumplimos con nuestra responsabilidad a cabalidad. Que fuimos capaces de contribuir a construir una patria justa y equitativa.

El pasado y presente del Instituto Politécnico Nacional que hoy reconocemos, es muestra de que no hay retos que superen la capacidad de los mexicanos  cuando se antepone la razón, el compromiso, la inteligencia y la vocación de servicio.

Qué mejor forma de honrar este legado y esta enorme responsabilidad que comprometiéndonos con la construcción de un mejor presente y futuro de nuestra nación engrandeciendo al Instituto Politécnico Nacional. Muchas gracias.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Queremos resaltar la presencia en esta sesión del director del Cinvestav del Instituto Politécnico Nacional, doctor René Asomoza Palacio. Del secretario académico del Instituto Politécnico Nacional, Daffny Rosado Moreno.

Del director general de Once TV México del Instituto Politécnico Nacional, Rafael Lugo Sánchez. Del secretario de investigación y postgrado del Instituto Politécnico Nacional, Jaime Álvarez Gallegos. De Oscar Suchil Villegas, secretario de Extensión e Integración Social del Instituto Politécnico Nacional.

De Ernesto Mercado Escutia, secretario de Servicios Educativos del Instituto Politécnico Nacional. De Fernando Arellano Calderón, secretario de Gestión Estratégica del Instituto Politécnico Nacional. De Emma Frida Galicia Haro, secretaria de Administración del Instituto Politécnico Nacional.

Del secretario ejecutivo de la Comisión de Operación y Fomento de Actividades Académicas del Politécnico, Cuauhtémoc Acosta Díaz. Del secretario ejecutivo del Patronato de Obras e Instalaciones del Instituto Politécnico Nacional, Salvador Silva Ruvalcaba. De la abogada general del Instituto Politécnico, Adriana Campos López.

Del presidente del Decanato del Instituto Politécnico Nacional, Jesús Ávila Galinzoga y del doctor Efrén Parada Arias, director general del Instituto Mexicano del Petróleo.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Ellos nos acompañan esta mañana en esta sesión solemne, donde le corresponde el uso de la palabra a la directora general del Instituto Politécnico Nacional, doctora Yoloxóchitl Bustamante Díez. Adelante, doctora.

La directora Yoloxóchitl Bustamante Díez: Muy buenas tardes a todos ustedes. Muchas gracias por la hospitalidad de este recinto que refleja a la nación.

El Instituto Politécnico Nacional es una institución del Estado mexicano al servicio de la nación. Sintéticamente así fue concebido por el Congreso de la Unión al aprobar el artículo primero de su Ley Orgánica vigente. El enunciado hace justicia al quehacer que desde 1936 había venido realizando.

El IPN es un producto del movimiento iniciado en 1910, en el sentido de la obra que sobrevino al levantamiento armado y a la lucha contra la dictadura. Si como afirma Octavio Paz, la Revolución es la súbita inmersión violenta del mexicano en su propio ser, su obra constructiva es la expectativa ancestral vuelta realidad para los sectores tradicional e históricamente marginados.

La fundación de la Secretaría de Educación Pública, 90 años atrás, concretiza parte de esas aspiraciones y luego, gracias al genio de Vasconcelos, la educación técnica aparece como parte esencial de dicha obra.

Al paso de siete décadas y media el IPN ha permitido realizar el sueño de estudiar y tener una vida mejor a más de 800 mil hogares mexicanos, por el número de jóvenes egresados, lo hace ahora y lo seguirá haciendo en los años venideros. Ésa es su misión y ésa es la responsabilidad suprema para quienes temporalmente empuñamos el timón de esta nave insignia de la educación tecnológica nacional.

Desde el Constituyente de Querétaro y no obstante la cercanía del olor de la pólvora, la muerte y la destrucción, la educación es vista con respeto, casi reverencial. Al inicio de la discusión del artículo 3o., el diputado Francisco J. Múgica expresó: estamos en el momento más solemne de la Revolución. Con ello se resaltaba la importancia que a esa función pública le otorgaban todos los que, representando al pueblo mexicano, concurrían a Querétaro a elaborar una nueva Carta Magna.

Tal importancia que en ese momento era meramente simbólica, ya que no existía una estructura que le diera cuerpo a las ideas ahí contenidas, cobró vida plena cuando en 1921 Vasconcelos funda la SEP.

En su calidad de rector de la Universidad Nacional se asume como un emisario de la Revolución y con ese carácter, ya en la Secretaría de Educación Pública, funda el Departamento de Educación Técnica, poniendo ahí la simiente de lo que 15 años después sería el Instituto Politécnico Nacional.

Desde aquel momento la iniciativa de una escuela o institución politécnica empieza a manifestarse como un proyecto desprendido del movimiento social de 1910, pero también influido por la Revolución Francesa y el cambio radical que produjo en materia educativa.

La idea, por primera vez en el mundo, de la educación básica universal está asimilada a una reivindicación histórica, una nueva concepción de sociedad en la que el privilegio de clase, de dinero y herencia, no existiesen y el individuo pudiese buscar por la escuela, su posición en la vida social.

La escuela universal estaba destinada a dar a cada individuo la oportunidad de ser en la sociedad, aquello que sus dotes innatas debidamente desarrolladas, determinasen.

La Escuela Politécnica de París fue, en el terreno de la educación superior, la institución que llevó a la práctica aquellas ideas y en México, durante tres lustros, se fue madurando un propósito similar, mexicanos non como Luis Enrique Erro, Nrcizo Basols, Carlos Vallejo Márquez, Wilfrido Massieu y Juan de Dios Bátiz, fueron construyendo paso a paso, el proyecto de lo que en 1936 se llamó ya Instituto Politécnico Nacional.

Una de las lecciones que dejaron aquellos hombres y el presidente que privilegió y le dio cuerpo a la idea, fue la correspondiente a que no hay tiempos fáciles para emprender proyectos que satisfagan necesidades sociales.

En medio de una circunstancia donde el 67 por ciento de la población era rural, la esperanza de vida llegaba a 34 años y el 47 por ciento de las defunciones, provenían de enfermedades infecciosas y parasitarias.

Ahí, en ese medio, el gobierno de Cárdenas emprende las grandes obras de infraestructura que luego formaron parte del proyecto de industrialización nacional. La Comisión Federal de Electricidad, Pemex, Ferrocarriles Mexicanos, el reparto de tierras en La Laguna y Mexicali.

La creación de instituciones para atender las necesidades sociales, los departamentos de caza y pesca, forestal, asuntos indígenas, los Almacenes Nacionales de Deposito, el Banco de Comercio Exterior, el Banco Obrero, de Fomento Industrial, la Comisión Nacional de Habitación, así como los inicios de los institutos nacionales de medicina y la red hospitalaria.

En el campo educativo, en el nivel superior, en 1935 se crea el Consejo Nacional de Educación Superior y la Investigación Científica, antecedente remoto del actual Conacyt y todo el conjunto de instituciones de educación superior.

Un año más tarde constituyen la obra cumbre que daría origen a todo el subsistema de educación tecnológica nacional: el Instituto Politécnico Nacional.

El instituto empezó a funcionar en febrero de 1936 a partir de las escuelas y establecimientos educativos ya existentes, fundamentalmente situados en la ciudad de México y con una matrícula inicial de 14 mil 300 estudiantes.

El propio general Cárdenas ya le había trazado al instituto parte de su misión histórica. Cito: “Brindar a la juventud la oportunidad de prepararse para las nuevas actividades profesionales que contribuirán al desarrollo y aprovechamiento de los más variados recursos naturales del país”. Fin de la cita.

A partir de 1940, el IPN pasó por momentos difíciles derivados del embate ideológico de la época. Erróneamente se identificaba al politécnico como una obra coyuntural y no como una institución del Estado mexicano. Tal situación se fomentaba además por la carencia de un marco jurídico que le reconociera plenamente dicho carácter.

Sin embargo, la primera ley orgánica del instituto expedida por el Congreso de la Unión en 1949 aclaró dudas y otorgó la debida personalidad jurídica, dándole formalmente la rectoría del sistema educativo tecnológico. Desde ese momento el instituto tiene un cauce en el cual se define plenamente su naturaleza y papel dentro de la sociedad mexicana.

Es el Congreso y los diputados como Cámara de origen quien fija en 1949, en 1956, en 1974 y en 1982 tales características. A partir de ese primer momento, la institución fue más sólida, adquirió mayor certidumbre en sus acciones y tuvo un amplio reconocimiento dentro del sistema educativo nacional.

Señor presidente de la Mesa Directiva de la honorable Cámara de Diputados, señores representantes de los poderes, señoras diputadas, señores diputados, señoras y señores invitados especiales y sobre todo comunidad politécnica, señoras y señores.

A la comunidad politécnica le honra sobremanera que la LXI Legislatura haya resuelto llevar a cabo esta sesión solemne. En nombre y representación del instituto agradezco enormemente la distinción, pero también y con el mismo carácter, el Politécnico agradece al Poder Legislativo del Estado mexicano el haberlo dotado de la personalidad y funciones con las que cumple  su alto cometido con la nación.

La comunidad politécnica aquí reunida agradece a las generaciones precedentes de legisladores su preocupación y cuidado por engrandecer a nuestro querido instituto. Al mismo tiempo, queremos expresarle a esta representación de la ciudadanía que de los 14 mil 300 usuarios originales de nuestros servicios ya se llega en este 2011 a cerca de 375 mil en todos los tipos y modalidades, de los cuales 158 mil corresponden a los matriculados en 261 programas académicos diferentes de nivel medio superior, superior, licenciatura, maestría y doctorado y que estos servicios se prestan en 17 entidades federativas.

Que no obstante las dificultades, el IPN ha seguido creciendo y superándose año con año. Que tenemos, con nuestras acciones, un liderazgo en varios renglones y rubros de la educación superior nacional. Que cada vez resolvemos, en materia de cobertura, el problema de admisión a más jóvenes y familias mexicanas. Que las becas otorgadas para que los jóvenes permanezcan y se gradúen distinguen plenamente al Politécnico en todo el continente.

Que cada día queremos y hacemos las cosas mejor. Que nos preocupa que este México nuestro viva ahora momentos de inestabilidad y desasosiego donde el crimen y la delincuencia organizada parecieran haberse convertido en una especie de plaga bíblica.

Que el crecimiento económico del país en los últimos 25 años no es suficiente para generar el número de empleos que una creciente población económicamente activa demanda y que el número de pobres no haya disminuido consistentemente desde el 2008.

Que la educación superior, la ciencia, la tecnología e innovación no estén generando los suficientes recursos humanos y productos indispensables para un mejoramiento de los sectores productivos y del país, en general.

Pero que en este contexto el IPN seguirá siendo fiel a sus orígenes preparando cada vez más y mejor a nuevas generaciones de mexicanos, incrementando la investigación y desarrollos tecnológicos dentro de sus programas siendo más útil y vinculándose mejor con las empresas productivas, públicas y privadas, llevando sus programas de servicio social y sus brigadas a espacios y rincones del país donde los jóvenes apliquen sus conocimientos, pero también aprendan y se formen integralmente.

En suma, que estamos decididos a ser la institución que le responda cada vez mejor a la nación mexicana y al Estado del cual formamos parte, diciéndolo en una frase: Para seguir poniendo “La técnica al servicio de la patria”. Muchas gracias.

La directora general Yoloxóchitl Bustamante Díez y varios de los presentes: Huélum, huélum, Gloria; a la cachi cachi porra; a la cachi cachi porra; pim pom porra, pim pom porra, Politécnico, Politécnico, Gloria.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Quisiera suplicar a los concurrentes un aplauso de reconocimiento a quienes nos hacen hoy el honor de acompañarnos en la parte musical de esta sesión. Ellos son la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional y el Coro Alpha Nova, también del Politécnico Nacional.

Solicito a los presentes ponerse de pie para entonar nuestro glorioso Himno Nacional.

(Himno Nacional)

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Proceda la Secretaría a dar lectura al acta de esta sesión.

La Secretaria diputada María de Jesús Aguirre Maldonado: Acta de la sesión solemne celebrada el jueves 14 de abril de 2011 para celebrar una sesión solemne con motivo del 75 aniversario del Instituto Politécnico Nacional

Presidencia del diputado Jorge Carlos Ramírez Marín

En el Palacio Legislativo de San Lázaro en la capital de los Estados Unidos Mexicanos, con la asistencia de 272 diputadas y diputados, a las 10 horas con 56 minutos del jueves 14 de 2011, el presidente declara abierta la sesión solemne para conmemorar el 75 aniversario del Instituto Politécnico Nacional.

Puestos todos de pie se entona el Himno Nacional.

La Secretaría da lectura al acuerdo relativo a la celebración de una sesión solemne con motivo del 75 aniversario de la fundación del Instituto Politécnico Nacional.

El diputado Jorge Carlos Ramírez Marín, presidente de la Cámara de Diputados, dirige un mensaje a la asamblea y a los invitados especiales.

Se otorga el uso de la tribuna a los siguientes diputados: Jaime Álvarez Cisneros, de Convergencia; Reyes Tamez Guerra, de Nueva Alianza; Alfonso Primitivo Ríos Vázquez, del Partido del Trabajo; Alberto Cinta Martínez, del Partido Verde Ecologista de México; José Torres Robledo, del Partido de la Revolución Democrática; Sergio González Hernández, del Partido Acción Nacional y Alfredo Villegas Arreola, del Partido Revolucionario Institucional.

Se otorga el uso de la palabra a la doctora Yoloxóchitl Bustamante Díez, directora general del Instituto Politécnico Nacional.

Se invita a los presentes a ponerse de pie para entonar el Himno Nacional.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Consulte la Secretaría, en votación económica, si es de aprobarse el acta.

La Secretaria diputada María de Jesús Aguirre Maldonado: En votación económica se pregunta si se aprueba el acta. Las diputadas y los diputados que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo por favor (votación), muchas gracias. Las diputadas y los diputados que estén por la negativa sírvanse manifestarlo (votación). Es mayoría por la afirmativa, diputado presidente.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Queda aprobada el acta.

El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín (12:55 horas): Agradeciendo la presencia de los señores representantes del Poder Ejecutivo, del Senado de la República y de nuestra invitada especial, la doctora Yoloxóchitl Bustamante Díez, directora del Instituto Politécnico Nacional se levanta esta sesión solemne, y se convoca a los señores diputados a permanecer en el salón para iniciar dentro de 15 minutos la sesión ordinaria de la Cámara de Diputados.

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