Minuto de silencio por las personas que perdieron la vida por el sismo del 19 de septiembre pasado
Intervención de los grupos parlamentarios
Refugio Trinidad Garzón Canchola, PES
Virgilio Dante Caballero Pedraza, Morena
Cristina Ismene Gaytán Hernández, PRD
Emma Margarita Alemán Olvera, PAN
María de la Paz Quiñones Cornejo, PRI
Jorge Carlos Ramírez Marín, presidente de la Mesa Directiva
Minuto de aplausos por la participación de ciudadanía e instituciones tras el sismo
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Pido a la Secretaría haga del conocimiento de esta Presidencia el resultado del cómputo de asistencia de diputados y diputadas a esta que es una sesión solemne luctuosa con motivo del sismo del 19 de septiembre de 2017.
El Secretario diputado Andrés Fernández del Valle Laisequilla: Se informa a la Presidencia que existen registrados previamente 340 diputadas y diputados, por lo tanto hay quórum.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín (12:24 horas): Muchas gracias, señor secretario. Voy a pedir por favor a los señores diputados sean tan amables de ocupar sus lugares, y a quienes no formen parte de la diputación sean tan amables de ocupar su espacio en el lugar destinado para ellos. Se abre la sesión.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Se informa a la asamblea que el orden día con los asuntos correspondientes se encuentra publicado en la Gaceta Parlamentaria y está también disponible en el monitor de sus curules.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: De conformidad con el acuerdo acordado por la Junta de Coordinación Política y solicitado a esta Mesa Directiva, daremos inicio a esta sesión guardando un minuto de silencio por las personas que perdieron la vida con motivo de esta tragedia reflejada en un sismo el pasado martes 19 de septiembre.
(Minuto de silencio)
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Muchas gracias.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: De conformidad con el orden del día es el momento de escuchar el mensaje de los grupos parlamentarios. En tal virtud se han inscrito las y los siguientes diputados, quienes tendrán el uso de la palabra hasta por cinco minutos.
Le corresponde en primer término hacer uso de la palabra la diputada Refugio Trinidad Garzón Canchola, diputada por el Partido de Encuentro Social. Tiene el uso de la palabra hasta por cinco minutos la diputada Garzón Canchola.
Es solamente una coincidencia que haya sido precisamente la diputada Garzón Canchola quien estaba en uso de la palabra cuando fue imprescindible abandonar el salón de sesiones. Gracias, señora diputada. Adelante.
La diputada Refugio Trinidad Garzón Canchola: Honorable asamblea, agradezco como siempre a mis compañeros del Grupo Parlamentario del Partido Encuentro Social. Y en especial a mi coordinador de la bancada, diputado Alejandro González Murillo, por su confianza al concederme el fijar el posicionamiento en el marco de tan lamentables sucesos que por primera vez me toca presenciar encontrándome justamente en esta máxima tribuna de la nación.
Quiero felicitar a la diputada Martha Hilda González Calderón, mi amiga, quien en esos momentos del sismo del día 19 logró conducir con gran temple, logrando con ello una evacuación ordenada del pleno. En ese mismo sentido, nuestro reconocimiento a la Dirección de Protección Civil de esta Cámara por su excelente labor durante las labores de evacuación.
No quiero dejar de mencionar y agradecer también a los representantes del honorable cuerpo de bomberos; a los oficiales, que para fortuna se encontraban con nosotros y que, atendiendo a su gran don de servicio, ayudaron a los trabajos de evaluación, y a quienes también hago un reconocimiento público porque de inmediato se pusieron a las órdenes y se dieron a las tareas de rescate en las zonas de desastres.
Por su valor y don de servicio, vaya hasta Hermosillo, Sonora, al cuerpo de bomberos que tuvieron la mejor de las representaciones comandadas por el oficial Jesús Díaz Ruelas.
Septiembre de 2017, 32 años después de los sismos del 19 y 20 de septiembre del 85, México con fuerza y vigor de su gente se está levantando de los daños causados en el centro y sur del país. Los temblores del 7, del 19 y 23 de septiembre del presente año, arrancaron la vida a más de 400 personas causando con ello profundo dolor a cientos de familias.
De lo anterior debemos sumar la incertidumbre por las personas desaparecidas, en segundos se perdieron techos, patrimonios y bastantes vidas humanas.
Efectivamente, México está de luto por lo ocurrido en Morelos, Puebla, Oaxaca, Chiapas y la Ciudad de México, sede de los Poderes de la Unión y capital federal. A este recuento de los daños, es importante mirar desde otro lugar y desde nuevos enfoques todas las aristas de la misma realidad.
Por ejemplo, ha quedado claro que México no es más el de hace 32 años, durante todo este tiempo la cultura de la protección civil sí que ha funcionado y a ella debemos que la dimensión de la tragedia haya sido distinta
De la misma manera, poco más de tres décadas después, los servidores públicos de todos los niveles del Estado mexicano, salvo algunas excepciones, no caímos en pasmo, ni nos alejamos de la sociedad. Por el contrario, con, sin o a pesar de las múltiples reacciones de todo tipo de personas al respecto, la mayoría ahí estuvimos, preferentemente en el anonimato, codo a codo con la gente.
Lo que no ha cambiado en 32 años y que debe llenarnos de esperanza en el futuro, es la capacidad de la sociedad civil para organizarse y multiplicar los esfuerzos en las labores, entre otras de rescate de personas, de acopio de bienes, repartición de comida y víveres, remoción de escombros y acondicionamiento de albergues, mostrando la capacidad de dar y darse al otro, de ayudar, de confortar. En síntesis, de amar y servir.
Nuestro reconocimiento total a las personas de diversos estratos sociales, modos de ver el mundo, experiencias espirituales, edades y orígenes que han sido, desde el primer momento, y aún a la fecha, capaces de coordinarse con las autoridades y equipos a cargo para no escatimar tiempo ni esfuerzo al rescatar personas con vida y cuerpos, aun enfrentando las condiciones climatológicas más adversas y venciendo cansancio y fatiga.
De igual modo nuestra gratitud a las Fuerzas Armadas, así como a los equipos de rescate tanto nacionales como de riesgo: Alemania, Argentina, Canadá, Chile, China, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, los Emiratos Árabes Unidos, España, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Israel, Japón, Panamá, Perú, Rusia, Sudáfrica, Suiza, Turquía y la Unión Europea, Venezuela y de las Naciones Unidas y la Cruz Roja, que compartieron sus conocimientos, habilidades y las mejores actitudes de verdadero heroísmo y solidaridad, hermandad y entrega.
No quiero pasar por alto ni dejar de reconocer también la sensibilidad social de las personas dueñas de negocios, así como de pequeñas y medianas empresas o grandes, que hacen accesibles y gratuitos o definitivamente se desprenden de servicios y de bienes materiales. Capacidad de desprendimiento que junto con –además de las personas– en lo individual han venido marcando una gran diferencia a cada momento, y ahora inspiran el llamado que a continuación me permito formular:
Ante la tragedia y frente a tantas muestras de riqueza humana, con toda la humildad de está, la más alta tribuna de la nación, como padre de familia, como ciudadanos, como empresarios y representantes populares, convoco ahora a la sociedad, mercado y Estado, a no desperdiciar esta invaluable oportunidad para lograr una grande y honesta reconciliación nacional, y reconstruir no solo las zonas siniestradas, sino el tejido social, todo ciertamente erosionado durante años.
Legisladores y legisladoras, vamos poniendo de acuerdo, poniéndonos de acuerdo y demos testimonio de amor por México para devolver su justa dignidad y honorabilidad a la política, instrumento que debe recuperar su naturaleza de servicio a los demás.
México lo merece y la gente nos lo exige, dejemos de lado las agendas personales y de fracción, honremos a esta nación de pie. A todas las familias mexicanas, mi más sentido pésame por tantas pérdidas humanas y materiales. Dios los y nos bendiga. Gracias.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Muchas gracias, señora diputada.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Tiene la palabra la diputada Melissa Torres Sandoval, quien hará uso de la palabra a nombre del Partido Nueva Alianza.
La diputada Melissa Torres Sandoval: Con el permiso de la Presidencia. Compañeras y compañeros legisladores, hoy México es diferente, los acontecimientos del 7 y 19 de septiembre han modificado la forma en la que nos relacionábamos como sociedad.
La desgracia tocó primero a dos entidades federativas que han padecido por la pobreza y la desigualdad durante décadas. No podemos olvidar lo que ha ocurrido en Oaxaca y Chiapas. Y en Nueva Alianza estamos aquí para decirles que vamos a trabajar por ustedes.
La tragedia también tocó a cientos de familias en la Ciudad de México, Morelos, Puebla y el Estado de México. La lista de muertos ha ido aumentando y los daños materiales aún no terminan de calcularse.
La fuerza de la naturaleza nos pone una vez más a prueba. La solidaridad de cientos y cientos de voluntarios mostraron el verdadero rostro de México. Miles de mexicanas y mexicanos entendimos que unidos somos más poderosos, la sociedad se ha volcado en ayuda y solidaridad.
Los partidos políticos deben sumarse. La clase política debe dar señales claras de que entiende la difícil situación que enfrentan los damnificados, por cierto no solo los de los sismos, también los de los huracanes.
Hay figuras y partidos que tratan de lucrar con la desgracia de miles de mexicanos y mexicanas. Nueva Alianza actuará con mesura, responsabilidad y visión republicana.
En estos momentos no hay lugar para protagonismos o colores partidistas. No debería haber lugar para el oportunismo político ni para la desesperación de querer sobresalir a costa de los demás y menos aún a costa del futuro. La sociedad civil nos ha repetido la lección de hace 32 años. Al parecer, los partidos del siglo pasado no la han entendido todavía.
Diputadas y diputados, todos somos México. En Nueva Alianza lo tenemos claro. No permitiremos que nadie lucre con la tragedia. Las y los diputados turquesa estamos convencidos de que esta nueva sociedad, entre este México que siempre hemos sido y que hoy resurgió de los escombros está más alerta y más vigilante y nosotros sabremos responder a sus exigencias.
Sirva este espacio para recordar otras vidas que se han perdido en los últimos años, nos referimos al caso de Ayotzinapa, a tres años de ocurrido. Desde esta tribuna reiteramos nuestra solidaridad con los padres de los jóvenes, a quienes les decimos que continuaremos contribuyendo en la búsqueda de la verdad.
México resiste con Fuerza México. Por su atención, muchas gracias, es cuanto.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Muchas gracias, estimada diputada.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Tiene la palabra la diputada Mirza Flores Gómez, quien hará uso de la palabra a nombre del Partido Movimiento Ciudadano.
El diputado Omar Noé Bernardino Vargas (desde la curul): Presidente.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Un segundito, diputada. Diputado Bernardino, ¿con qué objeto?
El diputado Omar Noé Bernardino Vargas (desde la curul): Gracias, presidente. Para solicitarle que haga un llamado respetuoso a las y a los compañeros de aquí del pleno en esta sesión solemne luctuosa, pues no están poniendo atención, están platicando, están en sus celulares.
Creo que los familiares merecen respeto, porque pues lamentablemente perdieron a sus seres queridos y esta sesión solemne precisamente es por eso. Necesitamos respeto para las familias que perdieron a sus seres queridos y les pido también que asuman esa responsabilidad a las y a los compañeros en esta sesión. Gracias.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Muchas gracias. Señores diputados, creo que la observación del diputado Bernardino resulta oportuna. Ruego a los señores diputados ocupar sus lugares, prestar atención a los oradores y a quienes no están cumpliendo ninguna función en esta Cámara sean tan amables de alojar los pasillos. Adelante, diputada Flores.
La diputada Mirza Flores Gómez: Con su venia, presidente. Compañeras diputadas, compañeros diputados, muy buen día. En Movimiento Ciudadano externamos nuestras profundas condolencias al pueblo de México y dejamos constancia de nuestro compromiso absoluto con la restauración moral y material de nuestro país, pero a la luz de la inmensa solidaridad, valentía y entrega del pueblo mexicano para con las víctimas, en Movimiento Ciudadano queremos reconocer que nada de lo que aquí pueda decirse podrá jamás estar a la altura de la inmensa dignidad y las muestras de valentía del pueblo de México.
Y es por ello que nosotros los diputados y diputadas de Movimiento Ciudadano, en nuestro ejercicio de la máxima representación social declinamos nuestra participación en esta sesión solemne, porque no es la hora de nosotros, es la hora de que escuchemos a los ciudadanos.
Así pues, no nos queda más que reconocer que no habrá nunca palabras que basten para describir las irreparables pérdidas, el dolor de las víctimas y la dignidad de nuestro pueblo para unirse y para levantarse ante esta tragedia. Fuerza México. Viva México.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Muchas gracias, diputada.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Tiene la palabra el diputado Jesús Sesma Suárez, coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México.
El diputado Jesús Sesma Suárez: Estimadas compañeras y compañeros diputados, quiero comenzar uniéndome al reconocimiento de todos aquellos que han participado en las labores de ayuda y rescate desde el primer momento.
Gracias a las autoridades, a las policías, a los bomberos, a los soldados, a los marinos y a esos miles de voluntarios, amas de casa, padres de familia, hermanas y hermanos, maestros, estudiantes y a todos los que sin pedir nada a cambio simplemente salieron a las calles a ayudar.
Igualmente, quiero decirles a todas mis hermanas y hermanos mexicanos que triste y desafortunadamente perdieron algún ser querido que todo México está con ustedes en su dolor y que a diario seguimos pidiendo en nuestras oraciones por su pronta recuperación.
La sociedad entera está de luto, pero también muy indignada porque sigue viendo cómo hasta en estos momentos en los que más se necesita la unión sus políticos no se saben poner de acuerdo.
Ayer, precisamente estaba comentado en una reunión con los coordinadores de los grupos parlamentarios, que la única manera en que la gente volvería a confiar en nosotros es dándole resultados, pero para eso se necesita unión y ésa sí, déjenme decirlo con todas sus palabras, no la tenemos, compañeros.
Qué cierta es la frase que nos dice que los seres humanos nunca terminamos de aprender. A diario los adultos aprendemos de los niños y hasta los maestros de los alumnos y nada malo hay en eso. El que diga lo contrario es un soberbio que nada tendría que estar haciendo aquí.
Pues bien, ahora, una vez más la sociedad civil nos enseña a todos nosotros, minuto a minuto, lo que es posible hacer cuando el objetivo es claro, sacar a México adelante. La pregunta es, ¿por qué no terminamos de entenderlo?
A diario toda la ciudadanía se da cuenta de cómo sus representantes y partidos políticos, que se supone que existimos para encontrar la mejor manera de resolver sus necesidades, simplemente no nos podemos poner de acuerdo. Pasan los días, las semanas, los meses y los años y seguimos envueltos en discusiones que en nada ayudan a las y los mexicanos. Que si la derecha se alía con la izquierda, que si los del centro ya no pueden, que si solo uno es el que puede salvar a México. Puras cosas que no solo ya no le interesan a la gente, sino la tienen harta.
Lo que sucede en realidad es que la mayoría de los políticos están más preocupados por proteger sus propios intereses, que por darle una solución a los problemas de México. Que si ya van a ser las elecciones, que si el gobierno se beneficia, que si aquí el partido es un oportunista.
En fin, dejémonos ya de tonterías, por favor. La gente no cree en sus políticos precisamente por toda esta falta de seriedad en la que estamos metidos a diario. Los tristes espectáculos que damos y la falta de resultado que con todo derecho nos exigen.
Solo falta prender por un rato la televisión, la radio o checar los periódicos y las redes sociales para darse cuenta de cómo la gente ya no nos tolera. Esa es la reflexión que hoy quiero hacer a ustedes.
Ellos sí son capaces de trabajar de la mano, hombro con hombro, compartiendo tristezas y alegrías, tan solo por lograr un objetivo en común. Y nosotros aquí ni siquiera nos ponemos de acuerdo para definir las prioridades, cuando en realidad solo hay una: sacar a México adelante.
Amigos y amigas, aprendamos de toda esa gente que hoy se encuentra en las calles sin pedir nada a cambio, dejando a sus familias, olvidando sus problemas, faltando al trabajo o a la escuela, tan solo por ayudar a los que necesitan.
Aprendamos a tomarnos de la mano, a dejar del lado nuestros colores, a dejar de pensar en los votos y en las elecciones. Aprendamos a identificar el bien objetivo común y a olvidar los intereses particulares, tal como lo está haciendo ahora la sociedad civil en las calles de todas esas ciudades de nuestro país que están sufriendo por la pérdida de tantas vidas humanas, de sus hogares y de sus seres queridos.
Compañeras y compañeros, creo que tenemos varias maneras de honrar la memoria de esos cientos de compatriotas que perdieron la vida. De los miles que perdieron sus hogares y de los millones que aún lloran la desgracia, pero la mejor de ellas es trabajando unidos por México y para que salga adelante. Viva México. Muchísimas gracias.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Muchas gracias, señor coordinador.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Tiene la palabra el diputado Virgilio Dante Caballero Pedraza, a nombre del Grupo Parlamentario de Morena.
El diputado Virgilio Dante Caballero Pedraza: Gracias, presidente. Compañeras, compañeros. Hace 32 años un terremoto cimbró la Ciudad de México, la semana pasada nos enfrentamos a la catástrofe y bien vale recordar algo de lo que Octavio Paz escribió el 29 de septiembre de 1985, con palabras que no han perdido vigencia. Dice Paz: “ante los importunios y los desastres, lo mismo los naturales que los históricos, los hombres han respondido siempre con actos y con obras.
Ahora, el temblor del 19 de septiembre nos ha descubierto un pueblo que parecía oculto por los fracasos, fracasos de muchos años y por la erosión moral de nuestras elites. Un pueblo paciente, pobre, solidario, tenaz, realmente democrático. La sabiduría popular no es libresca ni moderna, sino antigua y tradicional, es una mezcla de estoicismo, silenciosa energía, humor, resignación, realismo, valor, fe religiosa y sentido común.
Tres fuerzas nefastas se han confabulado para producir este colosal disparate que hoy es México –continúa Paz– la primera ha sido el centralismo político, económico y cultural que, conjugado con el excesivo crecimiento de la población, engendró un hacinamiento humano contra natural.
Este crecimiento ha sido paralelo al de una extensa y poderosa burocracia estatal con ramificaciones en todos los centros vitales de la nación. No es extraño que la doble acción del centralismo y la burocracia, ambos esencialmente autoritarios haya terminado por asfixiarnos y paralizar a sus mismos y directos beneficiarios, los gobernantes.
En efecto, hay una relación directa entre la concientización de poder en un grupo y el centralismo, el excesivo crecimiento del segundo inmoviliza al primero. –Sigue Paz. La segunda fuerza ha sido de orden económico, el espíritu de lucro de los empresarios e industriales de la construcción que aprovecharon el auge relativo de este cuarto de siglo para entregarse a una especulación urbana desenfrenada e inescrupulosa con la complicidad de la burocracia gubernamental. Así, en unos cuantos años la ciudad se extendió de manera caótica y se cubrió con multitud de edificios no solo feos, sino inseguros.
Por último, la megalomanía de los últimos gobiernos empeñados en levantar en un parpadeo sexenal babilonias de cemento del tamaño de su vanidad. Los cimientos de esas moles estaban podridos como la moral de los que las erigieron.
Justicia poética. Mientras el temblor en unos pocos minutos echó por tierra esas construcciones alzadas por la vanagloria, la ambición y la codicia, los viejos edificios siguen en pie. Lo verdaderamente terrible –culmina Paz- ha sido el costo en sangre. Las víctimas nos duelen más que las pérdidas materiales.
La naturaleza y la historia son debilidades crueles y el desastre del 19 de septiembre debe verse como la conjunción de una fatalidad natural y un error histórico. Paz describe el 85 como si hubiera estado en este mes de septiembre.
Desde el inicio de la actual Legislatura –continúo yo–, primera en la que participa nuestro grupo parlamentario, propusimos la reducción del presupuesto que ejercen los gobiernos y que los funcionarios utilizan como si fueran sus recursos concentrando la riqueza en los que detentan el poder y que benefician a los empresarios que se hacen cargo de llevar a cabo las grandes obras de infraestructura del país. Obras que en muchos casos son excesivas o, bien, innecesarias.
Ante la emergencia nacional, ahora resulta que los partidos políticos se envuelven en la bandera nacional para pedir la reducción del financiamiento y la reasignación del Presupuesto público. Han armado sus discursos diciendo que ellos han pedido ya esto con anterioridad y siguen mintiendo al decir que fueron los primeros que lo propusieron desde esta tribuna.
Ya les recuerdo que Morena presentó la iniciativa de austeridad republicana el primero de septiembre de 2015, cuando se abrió el periodo ordinario de sesiones. Esa iniciativa no se dictaminó jamás por no convenir a los otros partidos ni a los gobiernos federal y estatales.
Ahora, nuestra propuesta deja de ser una iniciativa producto de la reflexión para la administración racional de nuestros recursos y se convierte en una necesidad inmediata para la reconstrucción a partir de lo ocurrido el 7 y 19 de septiembre pasados.
Desde esta tribuna Morena, levantando el puño, como lo han hecho los jóvenes, hace un reconocimiento a su acción ciudadana. Los jóvenes que seguramente han escuchado las experiencias de quienes vivimos el terremoto del 85 también despertaron y reaccionaron de manera inmediata para llevar a cabo las labores de rescate, superando con creces la respuesta gubernamental.
La sociedad civil se ha organizado de manera eficiente con la utilización de las redes sociales para encontrar y canalizar los apoyos de manera inmediata hacia donde se requieren.
Los partidos políticos y los funcionarios somos servidores públicos, nos debemos a los ciudadanos que hoy nuevamente nos han dado una lección de amor, confianza y de compromiso social.
Vivan los jóvenes de México. Viva la sociedad que ha levantado el puño para hacerse partícipe del dolor para estar con los suyos, para reconstruir este país desde el fondo. Viva México.
El Presidente diputado Edmundo Javier Bolaños Aguilar: Gracias, diputado Caballero Pedraza.
El Presidente diputado Edmundo Javier Bolaños Aguilar: Tiene el uso de la tribuna la diputada Cristina Ismene Gaytán Hernández, del Grupo Parlamentario del PRD.
La diputada Cristina Ismene Gaytán Hernández: Con su venia, señor presidente.
El Presidente diputado Edmundo Javier Bolaños Aguilar: Adelante.
La diputada Cristina Ismene Gaytán Hernández: Ante los sismos ocurridos el 7, 19 y 23 de este mes en los estados de México: Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Morelos, Puebla y Ciudad de México, el Grupo Parlamentario del PRD enviamos un mensaje de solidaridad con los damnificados y víctimas, así como nuestro reconocimiento a los miles de rescatistas, médicos, paramédicos, binomios, profesionistas y voluntarios.
En especial a los jóvenes, a nuestros jóvenes que demostraron que la fuerza de este país está en los mexicanos, que está en todas y en todos aquellos que levantando el puño, que cargando cubetas, que entregando víveres dieron todo de sí en estos días.
A las niñas, a los niños que se encuentran actualmente en los albergues damnificados. A los padres, a las madres, a los maestros y a las maestras que tomaron de su mano a estos niños para rescatarlos del desastre.
Todos aquellos que se volcaron a las calles, a labores de ayuda y de rescate para salvar a nuestras hermanas y a nuestros hermanos.
De igual manera a nuestras hermanas y hermanos de los diferentes países que nos dieron la mano, que se hicieron presentes y siguen en las labores de rescate, dando fuerza a México.
Ante estos hechos, la mejor muestra de solidaridad que podemos dar, es que esta soberanía colabore y se comprometa con acciones que permitan la reconstrucción de estas entidades, entidades donde vive el 38 por ciento de la población mexicana.
Si bien los daños son importantes tanto en la infraestructura pública como en las construcciones civiles, hoy lamentamos más de 300 vidas humanas pérdidas, a lo que suma a pérdida de viviendas y el desamparo que esto produce, sólo estas dos pérdidas superan las afectaciones físicas.
La capacidad de los mexicanos, su solidaridad y amor se mostraron y se desplegaron de la misma forma que hace 32 años lo supimos, lo conocimos, lo vivimos en la Ciudad de México. La solidaridad se mostró sin distingos de ninguna especie.
Frente a la desgracia ha surgido en México la voluntad de reconstruir el país. Las personas respondieron de forma inmediata ante el derrumbe de un edificio, vecinos, amigos, conocidos, desconocidos, acudieron al llamado para apoyar.
Ante el desamparo los brazos y las palabras de aliento se hicieron presente para dar socorro y consuelo.
Para reconstruir el país se requiere la unión de todos los esfuerzos, tanto del gobierno como de la sociedad civil, y en esta fase la de todas las personas que han participado. Para reconstruir este país, es necesario que lejos de pretender soluciones desde la burocracia respaldemos el enorme esfuerzo social que se ha desplegado.
En esta reconstrucción el pilar fundamental es la sociedad, tomar de la mano a las mujeres, jóvenes, profesionistas, colectivos. Tomar de la mano a las personas afectadas, pero también a los colegios de ingenieros, universidades, organizaciones de la sociedad civil volcadas a proporcionar ayuda, que están dispuestos y preparados para hacerlo.
Es por ello que consideramos que es posible crear un fondo de 15 mil millones de pesos con el Fonden y el bono catastrófico, con la perspectiva de alcanzar los 50 mil millones de pesos realizando diversos ajustes presupuestales en salarios y privilegios de la alta burocracia, tanto en los ramos administrativos como autónomos, particularmente el INE y el financiamiento público a los partidos políticos, a lo que se sumarían las asignaciones del Fonden y los recursos del bono catastrófico del Banco Mundial.
Esto tenemos que hacerlo de forma abierta, de cara a la nación, con toda la transparencia que ello reclama, también presente la sociedad civil. El llamado que hacemos es encontrar la satisfacción genuina en el amor a nuestros hermanos y hermanas mexicanos. Hacer esto de manera humilde, con la mayor celeridad y sin más pretensiones que el cumplimiento del deber.
Para que nuestros hermanos, que lejos de actuar como víctimas del siniestro sepan que cuentan con toda nuestra solidaridad y que esta soberanía es capaz de actuar a la altura de las circunstancias.
Va desde aquí nuestro abrazo, nuestra solidaridad y nuestro compromiso de actuar en consecuencia y sumarnos a esa fuerza de México que se ha puesto en manifiesto. Gracias Presidente.
El Presidente diputado Edmundo Javier Bolaños Aguilar: Gracias, diputada Gaytán Hernández.
El Presidente diputado Edmundo Javier Bolaños Aguilar: Tiene el uso de la tribuna la diputada Emma Margarita Alemán Olvera, del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional.
La diputada Emma Margarita Alemán Olvera: “México, creo en ti. Como en el vértice de un juramento, tú hueles a tragedia tierra mía, y sin embargo, ríes demasiado. Acaso porque sabes que la risa es la envoltura de un dolor callado”.
Con su permiso, señor presidente. Hace ocho días aquí estábamos, casi como siempre un poco más de la mitad de los diputados presentes; nuestros hijos en las escuelas, los comerciantes y sus trabajadores cumpliendo con su responsabilidad, todos en sus labores. Pero después de la 1:14 México tembló, y sí, México cambió.
Las y los maestros abrazaron, protegieron y cuidaron a nuestros hijos. No todos se salvaron. Los trabajadores y sus patrones salieron a las calles, las amas de casa, los que pudieron salieron corriendo. Y por supuesto, la responsabilidad de los mexicanos fue clara como siempre, no nos sorprendieron.
Cuando salí de la Cámara de Diputados rumbo a Morelos, las calles estaban llenas, jóvenes y jóvenes ayudando a detener el tráfico para que pasaran las ambulancias. Ahí estaban ya los mexicanos tratando de ayudar a quienes habían quedado en los escombros. Pero fue sorprendente cuando pasamos junto a las escuelas, sí una escuela caída, pero también los edificios y ahí estaban todos tratando de ayudar a quienes estaban gritando un auxilio.
Hombres y mujeres incluso dirigiendo hasta el tráfico, esperando que nos hiciéramos a un lado para que pasaran las patrullas, pidiendo incluso agua ya para quienes habían quedado ahí.
Lo que vino en la semana fue incalculable, miles y miles de víveres. En Morelos no todo llegó, el mando único lo detuvo y no permitió que llegara a su lugar. Aun así hombres y mujeres entregando todo: comida, ropa, víveres y más víveres.
Visitamos al matrimonio recién casado que con especial espacio había hecho su casa. Hoy no quedó nada. El hospital, que recibió miles de niños, hoy ya no hay nada. Así son los hogares y las casas y los terrenos y los lugares de donde hubo verdaderamente desgracia, como mi estado, mi querido Morelos.
Y sí, aquí no hubo colores, aquí no hubo ni la ocupación ni profesión, lo mismo ayudó el abogado con su traje, el albañil, el arquitecto, el maestro, el discapacitado. Y sí, sí estuvimos los políticos, ahí estuvimos diputados, diputadas, presidentes municipales, senadores. Los políticos estuvimos ayudando, aunque no lo quieran reconocer, sí, sí estuvimos.
Mi reconocimiento a los militares, a la policía, a Protección Civil, a los soldados, a los marinos.
Muy en especial, mi reconocimiento a los medios de comunicación. Sin los medios de comunicación, el mundo entero no se hubiera enterado de lo que pasó en México. Sin los medios de comunicación la ayuda no hubiera llegado como llegó. Muchas gracias a quienes transmitieron el dolor de México, sin ustedes no hubieran sido posible.
Como ocurrió en 1985, nuevamente la lección más importante que nos deja este fenómeno natural es el arrojo ciudadano para salir a las calles y ayudar a quienes se encuentran en desesperación. A todos los ciudadanos, nuestro mayor reconocimiento, sin distinción de sexo, edad, nivel económico.
Los ciudadanos, los mexicanos salieron a la calle para poder auxiliar a los que estaban ahí necesitando.
Los llamados millennials decidieron pasar de lo virtual a lo real y nos demostraron que están dispuestos a ayudar a quien lo necesita y que pueden lograr lo inimaginable.
Todo el país y todo el mundo se vertió de apoyo y solidaridad a mi estado, Morelos, llegó el apoyo a Puebla, a Oaxaca, a todos los que fueron afectados. El mundo entero se ha conmovido con las imágenes de los rescatistas arriesgando su vida por ayudar a las víctimas y hemos esperado con ansias que levanten el puño.
Ahora, mis queridas amigas diputadas y diputados, diputadas amigas, amigos diputados, ahora nos toca a nosotros levantar el puño para la etapa complicada que sigue, la de reconstrucción de hogares, de edificios de la ciudad, pero también de las emociones.
El terremoto pasado del 19 de septiembre nos ha dejado en un duelo que cada uno de nosotros está viviendo de manera diferente, pero la sacudida del sismo nos despertó como sociedad, como hermanos y hermanas, y nos mostró, como en 1985, la ciudadanía es capaz de rebasar a cualquier gobierno y a cualquier político.
Hoy tenemos, los políticos, los y las diputadas, la oportunidad histórica para reivindicarnos con los ciudadanos, es el momento propicio para corregir. Hoy les pido que juntos digamos, México creo en ti, porque creyendo te me vuelves ansia y castidad y cielo y esperanza, si yo conozco el cielo es por tu cielo, si conozco el dolor es por tus lágrimas que están en mí aprendiendo a ser llorado. México está de pie. Es cuanto, señor presidente.
El Presidente diputado Edmundo Javier Bolaños Aguilar: Muchas gracias, diputada Emma Margarita Alemán Olvera.
El Presidente diputado Edmundo Javier Bolaños Aguilar: Tiene el uso de la tribuna la diputada María de la Paz Quiñones Cornejo, del Grupo Parlamentario del PRI.
La diputada María de la Paz Quiñones Cornejo: Pueblo de México, compañeros diputados, de nuevo la tragedia nos tocó, tocó nuestros temores, tocó nuestros sentimientos, pero sobre todo tocó nuestros corazones.
Vimos resurgir el heroísmo y la solidaridad que todos llevamos muy dentro y que nos distingue como mexicanos. Esta solidaridad que forma parte de nuestra identidad se volvió a hacer presente en cada lugar, en cada persona y nos llevó a hacernos presentes para ayudar a nuestros hermanos en desgracia.
La sociedad entera se volcó de nuevo, ya sea con un gesto, una ayuda, con su presencia, pero sobre todo con su respeto y solidaridad fraterna hacia quienes perdieron todo y que ahora saben que nunca, pero nunca estarán solos. Que su dolor es el nuestro, que ante lo irreparable estamos con ellos y que cuentan con todos los mexicanos para superar su dolor y seguir adelante. Nuestras más sentidas condolencias a todos aquellos que perdieron un ser querido.
La vida continúa, sin embargo, ante el infortunio pudimos ver y corroborar la solidez del Estado mexicano y de sus instituciones. Prestos, con gran eficacia y con gran compromiso con su país vimos con orgullo y agradecimiento a nuestro Ejército, a la Marina y a las fuerzas de seguridad federales y locales acudir a prestar ayuda a sus compatriotas.
Sin afanes protagónicos y con un inmenso amor por la gente los vimos trabajar, arriesgarse y esforzarse incansablemente para apoyar incondicionalmente a sus compatriotas en desgracia. Vaya pues nuestro más amplio reconocimiento por su labor heroica y solidaria.
Ante la desgracia vimos a nuestro gobierno desplegar sus capacidades para contener la tragedia. Los servicios se restablecieron casi en su totalidad. El abasto general permaneció. Las comunicaciones continuaron y su presencia es actualmente permanente.
Un reconocimiento a todas y todos los servidores públicos, de todos los niveles, que con su trabajo y disposición hicieron esto posible. El trabajo continúa.
Para los países solidarios con México un agradecimiento muy especial, su ayuda y su valentía permitió salvar muchas vidas. A los medios de comunicación gracias, muchas gracias.
También deseo expresar un reconocimiento a mis compañeras y compañeros diputados y diputadas federales y locales, por su trabajo y compromiso con la sociedad, porque desde lo que yo vi lo hicieron sin afán de protagonismo, sin colores e ideologías que nos distinguieran. Solo privó el interés de servir a nuestros hermanos y hermanas en desgracia. Mi más alta estima y respeto para todos mis compañeros.
Asimismo, deseo expresar mi más alto reconocimiento a nuestro presidente de la República, el señor Enrique Peña Nieto, por su gran responsabilidad, su sensibilidad y su gran compromiso para con nuestro país y los mexicanos, siempre presente y siempre dispuesto a cumplir con su gente. Nuestra más alta estima y cariño, señor presidente.
Pero el mayor reconocimiento es para toda la sociedad. A los jóvenes, a las mujeres y a los hombres de todas las edades, gracias a todos por su gran solidaridad con nuestros hermanos y por el amor y compromiso con el que acudieron a prestar ayuda. Pero sobre todo, por su gran voluntad y su gran convicción para hacerlo.
Las tragedias nos transforman, nos hacen ver nuestra realidad cruda y sin ambages. Nos hacen ver nuestros errores y desviaciones. La dinámica de la vida cotidiana nos hace perder de vista lo más valioso que tenemos como país, como sociedad, como familia y como persona.
Es tiempo de cambiar nuestra visión, de ser sensibles a lo que la sociedad exige a quienes gobiernan y a quienes lo representamos. Diputados, en nuestras manos está la decisión, demos el ejemplo, hagámoslo juntos, sumemos creatividad, audacia y voluntad. La sociedad nos espera, no los defraudemos una vez más. Gracias.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Honorables diputados y diputadas, conforme al orden del día de esta sesión solemne, corresponde al presidente de la Mesa Directiva dirigir un mensaje a esta asamblea y posteriormente hacer el pronunciamiento conjunto de la Cámara de Diputados. Voy a pedir al señor vicepresidente, sea tan amable de conducir la sesión en la parte que se refiere al mensaje del presidente de la Mesa Directiva.
El diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Gracias, con su permiso, señor presidente.
Las distintas fracciones parlamentarias han dejado testimonio aquí, que el terremoto del pasado martes ha cimbrado a México, no solamente hubo un movimiento telúrico, sobre todo quizá como un movimiento social, al país completo. Sin duda, no será igual después del 19 de septiembre.
El ejemplo invaluable de la juventud. El ejemplo de cientos de miles de manos asistiendo a sus hermanos. El ejemplo de instituciones trabajando sin descanso horas y horas para cumplir con su deber. Pero aun así, quizá no entendemos por completo las implicaciones que esto tendrá en la historia de México, pero sí tenemos el relato de millones de personas y quisiera hoy referirme solamente a dos. Prefiero que sean las voces de ellos las que hablen y se escuchen en esta Cámara.
Lucía Zamora Rivera, 36 años. Trabajaba en una oficina en Álvaro Obregón, 286. Éste es su testimonio: comenzó a temblar y tomé mi celular, me dirigí a la recepción y un compañero Isaac, nos decía que nos dirigiéramos hacia las escaleras de emergencia. No alcancé a llegar, me quedé a la mitad del camino, cuando el techo se desplomó encima de nosotros. Cuando todo terminó de caer lo primero que hice fue tomar mi celular, ver si podía hacer una llamada, pero no había llamadas, después recé.
Conforme pasaban las horas poco a poco fuimos aceptando la realidad y cada vez que escuchábamos ruidos, gritábamos para que nos escucharan: ayuda, estamos aquí. Al día siguiente como entre cuatro y cinco de la tarde comenzamos a escuchar más ruido, maquinaria más cerca, ahí fue cuando nos unimos para gritar.
Pasaron otras cinco o seis horas antes de ser liberados. Los rescatistas nos hacían bromas. Nos hacían prometerles que les invitaríamos a una cena. Nos decía que tenía una linda sonrisa. Nadie debe perder la esperanza ante la vocación y la perseverancia de los rescatistas.
Estiré un brazo y el rescatista me tomó de la mano. Aunque todavía no veía la luz, me pusieron un arnés y me terminaron de sacar. Llovía y la lluvia en la cara fue la sensación más maravillosa de la vida. De gratitud. Todos los rescatistas aplaudían. Cada vida que salvan es una celebración. Lo toman como un nacimiento.
La historia de Lucía tiene un final feliz. Después de más de 30 horas volvió a nacer. Quizá sigue incrédula de haber resultado ilesa ante la tragedia. Seguramente aprovechará muchos años que le quedan para dar significado a su nueva vida.
El martes pasado, no todos sobrevivieron. Hoy en la mañana el conteo de víctimas ascendía a más de 330 personas fallecidas.
En una fotografía que la historia guardará para siempre, un soldado rompe en llanto tras recuperar los cuerpos sin vida de una mujer y una niña de tan solo 1 año. Marco Gil Vega, fotógrafo de profesión, esposo y padre de estas víctimas, al conocer la imagen y la historia del soldado escribió lo siguiente a este soldado: Gracias, porque sin saberlo me regalaste la oportunidad de despedirme de mi esposa y de mi hija. Gracias, porque sin dudarlo arriesgaste tu vida bajo los escombros y, junto con los demás, diste hasta el último esfuerzo para rescatarlas. Desgarraste tu garganta y tus lágrimas como si hubieran sido tu propia sangre quienes estaban sin vida. A ti te saludo, hermano soldado. Por ti desenvaino mi espada de dolor y ante ti la presento como muestra de mi respeto, admiración y estima.
El terremoto del martes cimbró a México. Espero que haya sacudido nuestras diferencias y nuestros prejuicios. Dejemos en pie lo que nos une. Nos une la solidaridad, la idea de ayudar a quien lo necesita, la idea de un futuro mejor, pese a lo grande del reto que plantea cualquier tragedia.
Estimados diputados, esta sí es nuestra cancha. Esta sí es nuestra responsabilidad. Asegurarnos de este futuro mejor es una tarea irrenunciable. Ninguna diferencia la puede posponer. Ningún color puede hacerse más importante. Esta es la hora. Después del terremoto llevemos la vida nacional a un mejor futuro y que nuestra patria sea, después de este terremoto, después de este 19 de septiembre, la tierra de la solidaridad. La nación del sí se puede, como lo demostró la juventud. La patria de los milagros posibles, como ha demostrado una y otra vez. Muchas gracias.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Señores diputados y diputadas, esta Cámara de Diputados expresa su profundo pesar y su solidaridad ante la pérdida de vidas ocasionada por este fenómeno ocurrido el pasado 19 de septiembre. Expresa su solidaridad con familiares, comunidades, ciudades, estados, que ante tan cuantiosas pérdidas materiales, pero sobre todo de vidas humanas lucharán de nuevo para ponerse de pie.
A todos ellos expresamos la seguridad de que estaremos a la altura para que cuanto antes sus vidas retornen a la normalidad, regresen a sus viviendas, a sus trabajos, a la paz para guardar respeto y honrar a sus seres queridos ausentes.
A los cientos de miles de mexicanos, que salieron sin dudar a ofrecer manos y aliento, nuestro reconocimiento y nuestro orgullo. Nuestro homenaje a esta sociedad civil, a esta juventud viva.
Al Ejército Mexicano, a la Secretaría de Marina, a los rescatistas internacionales de más de 10 países que se solidarizaron con el pueblo de México y a las naciones que mandaron ayuda humanitaria para mitigar los efectos de este sismo. A todos ellos reconocimiento y homenaje de esta Cámara de Diputados. Muchas gracias.
(Minuto de aplausos)
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Consulte la Secretaría a la asamblea, en votación económica, si el acta de esta sesión solemne se da por leída y aprobada.
La Secretaria diputada María Eugenia Ocampo Bedolla: En votación económica, se pregunta a la asamblea si el acta de esta sesión solemne se da por leída y aprobada. Las diputadas y los diputados que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo (votación). Las diputadas y los diputados que estén por la negativa sírvanse manifestarlo (votación). Señor presidente, mayoría por la afirmativa.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín: Queda aprobada el acta.
El Presidente diputado Jorge Carlos Ramírez Marín (13:24 horas): Se levanta la sesión solemne y se pide a los diputados y a las diputadas permanecer en sus lugares para dar inicio a la sesión ordinaria de este día.
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