Que reforma el artículo 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, presentada por el diputado Indalecio Sayago Herrera, del grupo parlamentario del PPS

«Iniciativa de reformas y adiciones al artículo 28 de la Constitución para ampliar las áreas estratégicas de la economía nacional.

Ningún proceso social es estático. La Revolución Mexicana se trazó como objetivo los de la elevación del nivel de vida de las masas populares, la ampliación de los cauces democráticos y la conquista de la independencia plena de la nación. En el transcurso de los años la Revolución fue enarbolando distintas banderas específicas que constituyeron los propósitos principales de cada etapa, siempre orientados hacia los tres grandes objetivos señalados.

En la actual etapa de la vida nacional la bandera fundamental de la Revolución Mexicana es la de la intervención del Estado en la economía, que constituye la vía de desarrollo surgida de nuestro proceso histórico.

No se trata de un problema nuevo. La lucha entre la corriente liberal, partidaria del estado gendarme. cuyas responsabilidades se limiten a proteger la propiedad privada, y a crear infraestructura que facilite el enriquecimiento creciente de un pequeño grupo, por una parte, y la corriente más avanzada surgida de nuestro proceso revolucionario, partidaria de que el Estado asumiera funciones concretas y crecientes como impulsor directo del desarrollo económico se da ya en el seno del Constituyente de 1916 - 17.

La Constitución recogió en su artículo 27 la nueva tesis que significó la derrota de la vieja corriente liberal, al señalar que la propiedad de las tierras comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originalmente a la nación, y que la propiedad privada en una concesión de ésta a los particulares.

Momentos estelares de la lucha revolucionaria han sido de las nacionalizaciones más importantes, como la de la industria petrolera, la de la industria eléctrica y la de la banca. Todas estas acciones se han dado en medio de luchas intensas, pues a pesar de que en términos generales la tendencia ha sido hacia la ampliación de la intervención del Estado en la economía, las fuerzas que se oponen a este camino revolucionario se han mantenido activas ofreciendo resistencia y desencadenando frecuentes contraataques.

Así, el resultado ha sido el de un avance zigzagueante, preñado de dificultades.

Con el propósito de impulsar y consolidar nuestra vía de desenvolvimiento con independencia, el extraordinario ideológico de la clase obrera y el pueblo de México, Vicente Lombardo Toledano, propuso en 1964 la incorporación a la Constitución de la República de un nuevo capítulo en materia económica.

La falta de sensibilidad de altos funcionarios del poder público en aquel momento determinado que no hubiera la decisión para aprobar aquella trascendente iniciativa. Sin embargo, la realidad se fue abriendo paso: la vida del país transcurrió por la ruta que proponía Lombardo Toledano: diversos pasos se dieron por ese camino hasta desembocar en la Nacionalización de la Banca y en un paquete de reformas a los artículos 16, 25, 27, 28 y 73 de la Constitución, en el que, aunque con serias limitaciones, se recogió la esencia de la iniciativa del Maestro Lombardo.

Poco tiempo después empezaría la contraofensiva feroz de la burguesía reaccionaria y sus patrocinadores imperialistas, México se mueve en un sentido socializante, dijeron, declararon de manera absurda la propaganda imperialista, calificando lo que en realidad son acciones emancipadoras que chocan con los intereses del gobierno estadounidense, impulsor de una concepción neoliberal que es la expresión reciente de los intereses globales de los supermonopolios imperialistas.

Desde afuera y desde dentro del país, aprovechando la vulnerabilidad de la nación, a causa del enorme volumen de la deuda y de la dependencia, prácticamente absoluta, de nuestra planta industrial, se inició una escalada de presiones y amenazas, económicos, políticas, diplomáticas y de todo tipo, para tratar de frenar la histórica lucha del pueblo mexicano por construir una patria independiente y soberana.

Los imperialistas pretenden determinar cuál debe ser nuestra política exterior, la que quieren sometida a sus intereses, y no guiada por los tradicionales principios que le han dado sustento; tratan de imponernos un modelo político bipartidista, de falsa democracia: en lo cultural, tratan de borrar nuestra conciencia histórica, a fin de vencer la resistencia de nuestro pueblo a su dominio. Pero es en el campo de la economía donde ejercen su mayor presión. Tratan de destruir el camino surgido de la Revolución Mexicana, el de la creciente intervención del Estado en la economía, y revertirlo, avanzando hacia su privatización y trasnacionalización.

Las presiones para actuar sobre la base económica de nuestra organización sociopolítica se acentúan, a cuatro años de la nacionalización de la banca, y por eso es indispensable, en nuestra opinión, entrar a la etapa de nuevos y vigorosos pasos que constituyan las respuestas claras para resistir esas presiones e impedir que alcancen sus objetivos.

Funcionarios públicos con mentalidad privatista, ajenos a las tesis de la Revolución Mexicana, las que confunden por ignorancia o interés con las opuestas, de tipo neoliberal, han dado marcha a un proceso contrarrevolucionario y desnacionalizador. Con ligereza regresan a manos de capitalistas particulares muchas empresas paraestatales que con sacrificio fueron rescatadas a lo largo del tiempo. Para el efecto han acuñado la novedosa tesis del "adelgazamiento" del Estado, que dicen, contra toda lógica, no traerá el debilitamiento de lo que llaman "teoría", "rectoría" del propio Estado, sino su fortalecimiento.

De continuar por ese camino, la vía de desarrollo histórico de México con independencia, surgida de la Revolución Mexicana, sufriría daños de gran magnitud.

Artículo 28............................................................
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No constituirán monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las áreas estratégicas a las que se refiere este precepto: Acuñación de moneda: correos, telégrafos, radiotelegrafía y la comunicación vía satélite: emisión de billetes por medio de un solo banco, organismo descentralizado del Gobierno Federal: petróleo y los demás hidrocarburos: petroquímica básica y secundaria: minerales radiactivos y generación de energía nuclear: electricidad: ferrocarriles: banca y crédito: transporte marítimo y aéreo de carga y pasaje: fertilizante: siderurgia: afinación y refinación de metales no ferrosos y todos los elementos que requieran el desarrollo de la industria nacional: comunicaciones y servicios telefónicos: comercio exterior: alimentos balanceados y el resto de las actividades que esta Constitución y las demás leyes señalan.

Se suprimirá el actual párrafo quinto.

Se añadirá al párrafo sexto en el texto siguiente:

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En todas las empresas del Estado, de participación estatal mayoritaria y organismos descentralizado participarán los trabajadores en sus consejos de administración y vigilancia en igual número que los representantes del Poder Ejecutivo.

Al formular esta iniciativa, la fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista ejerce los derechos que le confiere el artículo 71, fracción II de la Constitución.

Sala de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, a 26 de noviembre de 1986.

La fracción parlamentaria del Partido Popular Socialista diputados: Indalecio Sayago Herrera, Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, Héctor Morquecho Rivera, Manuel Fernández, Francisco Hernández Juárez,, Adner Pérez de la Cruz, Vicente Calvo Vázquez, Hildebrando Gaytán Márquez, Víctor M. Jiménez Osuna, Gabriela Guerrero Oliveros, Martín Tavira Urióstegui.»