Los que suscriben, diputados de la LIV Legislatura del Congreso de la Unión e integrantes de la fracción parlamentaria del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, con fundamento en lo dispuesto por el artículo 71, fracción II de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y artículo 55 y relativos del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, sometemos a esta soberanía proyecto de decreto de reformas y adiciones al artículo 5o. en su fracción III y artículo 48 de la Ley Federal de Educación, en base a la siguiente
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
Todos los países en el mundo, en estos momentos, están preocupados por revisar sus proyectos educativos, afinarlos para que respondan a los retos actuales. Los cambios sociales que pueblos diversos están viviendo, obligan a enfrentarse a una nueva realidad en la que se avizora la llegada del Siglo XXI y con él, la de un nuevo hombre, capaz de sobrevivir a lo desconocido.
México, nuestro país, no puede seguir rezagado en el contexto universal de la cultura, y debe aprestarse al llamado de la creación del mexicano del Siglo XXI, para esto el reto singular es: la educación actualizada para luego elevarla a la modernidad que los tiempos actuales exigen para poder viajar al Siglo XXI, si no a la par con los demás países desarrollados del mundo, por lo menos, ocupar un lugar que nos permita la convivencia universal, como pueblo que lucha por su desarrollo y, preservar su historia, de tal forma que nos obliga seriamente, con serenidad y responsabilidad a estructurar nuestro proyecto educativo como único camino para preservarnos en el futuro.
En el Siglo XX, México alcanza un equilibrio en su historia de la educación. Es el proceso más importante de nuestra nación, porque en ella se generan las grandes expresiones sociales, culturales y populares, les da forma y las difunde a todas sus generaciones, hasta delinear nuestra personalidad como pueblo, en cada una de las etapas en que sus escuelas y educadores formaron a los libertadores de la Independencia, la Reforma, etcétera, hasta llegar al México que hoy compartimos con un nacionalismo y una intelectualidad que preocupa y nos obliga a revisar nuestro sistema educativo, que después de la Revolución, se consolida en la Escuela Rural Mexicana. Para luego quedarse en el rezago, viviendo el estatismo y sufriendo el estancamiento por los hechos sociales del momento, perdiendo el camino que nos trazaron grandes educadores mexicanos.
Hoy nuestro país debe hacer frente a los cambios de la sociedad, debe abrirse paso y encontrar el camino de la evolución cultural, al reclamo de una nueva justicia social de nuestros pueblos, para formar insistentemente al mexicano del Siglo XXI, que vivirá en el mundo de la ciencia y la cultura, valiéndose del conocimiento de la tecnología. Sólo con la educación, podremos enfrentarnos al reto de la modernidad.
Pero en un país como el nuestro, caprichosamente geográfico, pluriétnico, pluricultural, plurilingüistico, con 57 lenguas y más de 300 variantes; con 24 estados en los que más de una etnia tiene presencia, en 15 millones de indígenas mexicanos, que habitan en 26 mil 267 comunidades, correspondiente a 1 mil 282 municipios de los 2 mil 388 que tiene el país, destacándose los estados de Oaxaca con 16 lenguas, Veracruz con 12, Chiapas con siete, Puebla y Sonora con seis, por decir algunos, nos hace pensar, que este fenómeno, es el gran reto para la modernidad educativa; por lo que me permito recordar las expresiones que en este renglón, citara el hoy Jefe del Ejecutivo. " La educación indígena se asume como consigna de la más alta prioridad política y social para los indios de México". A 50 años que el Estado reconoce el derecho que tienen los grupos indígenas de recibir una educación que respete la cultura, la lengua y la personalidad del educando, es necesario replantear la filosofía, los fines y los propósitos de la educación indígena, consolidar un proyecto educativo que considere sus particularidades y les permita participar de una convivencia nacional enriquecedora. En este marco, la educación indígena, debe formar individuos capaces de contribuir en igualdad de oportunidades, a la dinámica del desarrollo nacional, con las aptitudes para participar de sus beneficios.
Congruentemente, nuestros compatriotas indígenas no pueden quedar al margen de los proyectos educativos de importancia; se les debe asignar mayores recursos a los programas de educación indígena, porque ellos son los que menos tienen, porque ellos son a los que menos se les ha dado, porque siempre los hemos marginado.
En el presente, los maestros bilingües están subclasificados. Para lograr la modernización educativa, debemos empezar por actualizar nuestra Ley Federal de Educación, hacerla el instrumento que nos permita llegar a la modernidad, creando un proyecto educativo, cuya vértebra sea nuestro nacionalismo, pero que permita su regionalización; que cada estado de acuerdo a sus necesidades, cree su propio proyecto regional, con la participación de sus maestros y todos los sectores de la sociedad, pues el problema de la educación es de todos y todos debemos ser corresponsables.
En tal virtud y a nombre de la fracción parlamentaria del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, nos permitimos poner a su consideración el siguiente
PROYECTO DE DECRETO
Primero. Se reforma el artículo 5o. en su fracción III, para quedar en los siguientes términos:
"Alcanzar mediante la enseñanza de la lengua nacional, un idioma común para todos los mexicanos, sin menoscabo de las lenguas autóctonas, garantizando el Estado, la educación a los indígenas, acorde a sus necesidades sociales y culturales, en igualdad de derechos y recursos."
Segundo. Se adiciona al artículo 48 que habla de los derechos y obligaciones en materia educativa, con una fracción que exprese:
Fracción I. "Es obligación y facultad del Estado, garantizar la preservación de las lenguas y culturas de nuestras etnias, a través del Proyecto de Educación Indígena, que establezca una profunda y seria revisión de todos aquellos elementos extranjerizantes, que distorsionan nuestra cultura, especialmente los que responden a sectas y doctrinas religiosas, que enajenan a nuestros jóvenes y niños, apartándolos del respeto y amor a nuestro símbolos patrios y sancionado conforme a la ley, a quienes resulten responsables de estos ilícitos.
TRANSITORIOS
Único. El presente decreto entrará en vigor a los diez días de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Atentamente.
Por la fracción parlamentaria del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, diputados: José Francisco Melo Torres, Oscar Mauro Ramírez Ayala, Juan Jaime Hernández, Alberto Pérez Fontecha, Teodoro Altamirano Robles, Pablo Ávalos Castro, María Teresa Dorantes Jaramillo, Lorenzo Treviño Santos, Ramón Garza Rodríguez, Erasmo López Villarreal, Horacio Treviño Valdez y Lorenzo Ruíz Gómez.
Turnada a la Comisión de Educación Pública. Julio 3 de 1990.