Con su venia, señor Presidente; honorable asamblea: Vicente Luis Coca Alvarez, a nombre del grupo parlamentario del Partido Autentico de la Revolución Mexicana, con fundamento en lo dispuesto en los artículo 70, 71 fracción II de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en el artículo 55 fracción II del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, someto a la consideración de esta asamblea, la presente iniciativa de decreto que contiene la disposición de que se proceda a grabar con letras de oro en una de las columnas de este recinto, el artículo 12 del documento "Sentimientos de la Nación", del generalísimo don José María Morelos y Pavón, en base a la siguiente
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
La nación mexicana, procreadora y forjadora de grandes hombres que han influido con su gallardía y patriotismo en el destino nacional, ha logrado perpetuar su pensamiento allende sus fronteras.
En efecto desde Aztlán hasta el Copán florecieron extraordinarias civilizaciones complejas, que a costa de su creatividad y sabiduría lograron un progreso considerable. Sin embargo, el destino que les deparara a inicios del siglo XVI, llegó a comprender la incertidumbre de todos los pobladores de tan rica región, fueron oprimidos, esclavizados, avasallados y torturados por una tiranía proveniente de otras latitudes, con una concepción de la vida muy diferente a la que éstos tenían, una tiranía empecinada en acumular riqueza.
Es el genio de Morelos a quien reconocemos que fue el primero en fundamentar y consolidar a la nueva nación mexicana, anunciando la necesidad de instalar un Congreso que representara la voluntad del pueblo y canalizara los progresos y objetivos generales del movimiento.
Fue entonces, el 14 de septiembre de 1813, cuando por medio del documento los "Sentimientos de la Nación", demostraba al mundo entero el surgimiento de la nueva nación mexicana; un documento sin disimulos, sin sofismas, sin demagogia, diáfano, sencillo y comprensible, que hace resaltar el más alto espíritu del mexicano.
En función de los cambios que reclamaba ala nación, Morelos intuyó mejor que ninguno de los insurgentes los problemas del México de su tiempo, planeado con una gran visión la organización del país, apoyándose en destacados hombres de estudio, con quienes sentó las bases de una nación independiente, regulada por instituciones democráticas.
Observó la desigualdad social y dictó medias extraordinariamente avanzadas para su época, mismas que quedaron inscritas en aquel legado de 23 puntos, en donde quedó reflejado el ideario que el generalísimo propuso para que fueran tomadas en cuenta en el momento en que los constituyentes dieran a la nación una nueva estructura y un Código fundamental que las precisara.
De todos los artículo manifestados en los "Sentimientos de la Nación", sin quitarles la importancia que contienen, es justo uno, el que dicta con una gran visión histórica y cuya vigencia hasta nuestros días representa en la actualidad el autentico legado del generalísimo José María Morelos y Pavón.
Nos referimos a su artículo 12 que dice que como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicten nuestro Congreso deben ser tales que obliguen la constancia y patriotismo, moderen la opulencia, la indigencia y de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, alejándolo de la ignorancia, la rapiña y el hurto.
Esto, compañeros legisladores, sigue siendo un llamado que sintetiza nuestro quehacer legislativo, dictar leyes que efectivamente obliguen a constancia y patriotismo, que moderen la opulencia y la indigencia, que aumenten el jornal del pobre y que mejoren sus costumbres.
Hoy, 18 de diciembre de 1990, aquí en este pleno, estamos justamente en la antesala del dictamen que contiene el Presupuesto de Egresos para 1991 y posibles reformas a la ley del Seguro Social, que presumiblemente vendrán a beneficiar a más de 1 millón 200 mil compatriotas que pertenecen a la tercera edad, me refiero a las posibles reformas a la ley del Seguro Social.
Ambos ordenamientos, preguntamos desde esta alta tribuna de la nación, se ajustarán efectivamente al pensamiento de Morelos, o es que tendrá que resurgir otra insurgencia para retomar la verdadera esencia o para mejor decir el ser y el querer ser del mexicano de nuestro días.
Estamos aquí para dictar buenas leyes, leyes que moderen la opulencia y la indigencia, que en otros términos sugiere la distribución equitativa de la riqueza, que está en nosotros los legisladores dar respuesta a las demandas que exige el pueblo, hundido hoy por hoy en la peor de las crisis.
Por eso, es importante tanto para el presente como para el futuro incierto que nos depara, agilizar el incremento al jornal del pobre, que mejore sus costumbres, es decir, su nivel de vida, que tenga acceso a la satisfacción de sus necesidades más elementales que todo ser humano requiere para su sobrevivencia.
De esa forma podrá ser alejado de la ignorancia, la rapiña y el hurto, y para rechazar esos tres factores, necesitamos priorizar las acciones que promuevan efectivamente la educación, combatan la corrupción y la delincuencia y fomenten la creación de empleos para lograr un desarrollo efectivamente integral de toda nuestra sociedad.
Todo esto debe hacernos reflexionar a nosotros los legisladores, de la gran tarea que el pueblo de México nos ha encomendado, y no es justamente para ser solamente representantes de la nación ante las fotografías de los principales diarios del país, dejando por otra parte que sea sólo un hombre el que decida el destino nacional, que por cierto se vuelve más vulnerable e incierto.
Por eso, debemos grabar en nuestras mentes y en este honorable recinto, ese gran pensamiento tan significativo, con el más profundo y puro sentimiento de libertad y de patriotismo, para no olvidarnos de nuestra labor que tenemos como legisladores, como representantes populares y entender que está en nosotros la voluntad den nuestro destino nacional y que de nosotros depende si optamos o no por respetar la soberanía nacional.
Por otro lado, es importante insistir en la conformación de un Congreso plural y democrático libre y soberano, de donde surjan grandes perspectivas, atendiendo las demandas derivadas de los propios "Sentimiento de la Nación", no como ahora se pretende, un candado más para la famosa cláusula de gobernabilidad.
Por todo lo anteriormente expuesto y con fundamento en los artículos 70, 71 fracción II de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y en el artículo 55 fracción II del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, someto a la consideración de esta honorable Cámara de Diputados, la siguiente
INICIATIVA DE DECRETO
Unico. Procédase a grabar con letras de oro, en una de las columnas de este recinto, que comprenden ya algunas frases célebres que nos han heredado compatriotas que han dado su vida por la nación y que inspiran el más profundo sentir patriótico de todos los mexicanos, el artículo 12 del documento que emana de los "Sentimientos de la Nación", del generalísimo José María Morelos y Pavón que dice que: "Como la buena ley es superior a todo hombre, las que dice nuestro Congreso deben ser tales que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia y de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, alejándolos de la ignorancia, la rapiña y el hurto".
TRANSITORIO
Unico. El presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Sala de sesiones de la Cámara de Diputados, a 18 de diciembre de 1990.- Firmado por el suscrito.
(Turnada a la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales. Diciembre 18 de 1990.)