Crónica Parlamentaria, Cámara de Diputados

Para que se inscriba el nombre del profesor Jesus Romero Flores en los muros del recinto de la Camara de Diputados, presentada por el diputado Everardo Gamiz Fernández, suscrita legisladores de diversos grupos parlamentarios, en la sesion del martes 7 de junio de 1994

Como integrante de esta LV Legislatura y en fundamento al contenido del artículo 71 fracción II de la Constitución General de la República, así como a los numerales 54-56y 64 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos y los artículos 87 y 88 del Reglamento para el Gobierno Interior del propio organismo, sometemos a la consideración de esta soberanía y de la Comisión de Régimen, Reglamento y Prácticas Parlamentarias, el proyecto de decreto para que se inscriba en letras de oro, en los muros de esta Cámara, el nombre del último de los 218 diputados constituyentes que firmaron la Constitución Política de 1917; el ilustre mexicano, educador y conductor de muchas generaciones, el humanista, historiador, periodista, luchador infatigable, paradigma de hombre que anhela el bienestar de su patria, el profesor Jesús Romero Flores, nació en la ciudad de La Piedad Cabadas, Michoacán, el 28 de abril de 1885, estudió en la ciudad de Morelia, habiéndose recibido de profesor en el colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo el 7 de octubre de 1905, ejerció su profesión de maestro de primaria en las escuelas de La Piedad Tangancícuaro, Valle de Santiago, Celaya y en la ciudad de México como director de la escuela "El Pensador Mexicano".

Al triunfo de la revolución constitucionalista (1914) el gobernador preconstitucional, general Gertrudis G. Sánchez, lo designó director general de Educación en el Estado; igual nombramiento recibió del general Alfredo Elizondo, después de los combates de Celaya (abril de 1915). Fundó la escuela Normal para Maestros en mayo del expresado año. Fue jefe del departamento de Historia en el Museo Nacional durante 10 años (1934-1944) y rector de la Universidad Michoacana (1944).

Fue profesor de las escuelas secundarias números 3 y 6 en la ciudad de México y fundador de la escuela nocturna XIX Plan de Ayutla en la propia ciudad. Invitado por los gobiernos, ha visitado la Unión Soviética y la República Socialista de Rumania. Pertenece a 14 sociedades científicas y es el socio más antiguo de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. Ha publicado 57 libros sobre historia y literatura 21. Colabora en diversos periódicos.

Fue diputado al Congreso Constituyente de Querétaro (1916 - 1917), diputado del Congreso del Estado de Michoacán (1922 - 1924); diputado al Congreso de la Unión (1924 - 1926), senador por el Estado de Michoacán (1964 - 1970).

Ha recibido las siguientes distinciones:

En 1951: medalla al mérito docente "Maestro Altamirano".

En 1953: Doctor Honoris Causa, grado académico, conferido por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

En 1955: condecoración "Generalísimo Morelos", otorgada por el honorable Ayuntamiento de la ciudad de Morelia.

En 1956: condecoración como veterano de la Revolución, otorgada por la Secretaría de la Defensa Nacional.

En 1970: fundador de la biblioteca de la Cámara de Senadores.

En 1976: medalla de honor Belisario Domínguez, otorgada por el Senado de la República.

Presidente vitalicio de la Plataforma Constituyentes de 1917 de Servicios Sociales.

El profesor en su largo peregrinar camina llevando siempre en su mente y en sus manos la bandera que norma la vida de los mexicanos: la Constitución General de la República que ha sido y seguirá siendo respetada guía, inspiración y garantía de permanencia y supremacía del México actual y del futuro e instrumento que nutre los propósitos y anhelos esenciales de la nación, que son sin duda alguna, justicia social, democracia, libertad y paz.

Se constituyó en vigía permanente para oponerse a cualquier intento orientado a atentar contra el espíritu y esencias que desde su promulgación en 1917 han sustentado a nuestra Carta Magna y ésta conserve lo que la distingue de todas las que existen en el mundo: su calidad de guía, acción y garantía para consolidar y perfeccionar a nuestra patria y en ella no exista más imperio que el de la ley, el pensamiento y apego a lo que consagra nuestra Constitución. El profesor Romero Flores ha sido respetado por las diferentes legislaturas posteriores, que sólo han aprobado reformas orientadas a adecuarla a la realidad que vivimos, pero que nunca han atentado contra su espíritu y esencia, que desde 1917 la han sustentado, dando sólo respuesta a las exigencias de la sociedad y a los reclamos de alcanzar un México nuevo, de pleno de desarrollo, fuerte, productivo y unido, que soporte y supere los impactos de los fenómenos de cambio en todo el mundo, que impactan en la vida del maestro Romero Flores, con el que coincidimos plenamente lo hace merecedor, aunado a los grandes méritos obtenidos al servicio de la niñez, la juventud y de hombres y mujeres, a que figure su nombre en éstos muros, para ejemplo a seguir por la nuevas generaciones y como norma de conducta de todos los mexicanos que deberemos recorrer todavía muchos caminos, pero que sin duda alguna los transitaremos con éxito y así mismo conjuntaremos voluntades, crearemos un ambiente más amplio de respeto a nuestras libertades de pensar, creer, militar políticamente, sin más limitaciones que las que marca nuestra Constitución, para lograr el anhelo de todos los mexicanos: la paz, la justicia, la democracia, en sí la grandeza de la patria; por ello quienes firmamos esta iniciativa consideramos que se reúnen todos los requisitos y se cuenta con los merecimientos, suficientes para que esta soberanía, apruebe lo expuesto y con fundamento en el artículo 71, fracción II de la Constitución General de la República, se inscriba con letras de oro en los muros de este recinto en nombre del distinguido maestro y último constituyente de 1917, profesor Jesús Romero Flores.

Sala de sesiones de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión, a los 24 días del mes de mayo de 1994.- Diputados: Everardo Gámiz Fernández, Gustavo Carvajal Moreno, Cuauhtémoc Amezcua Dromundo, Alberto Jiménez Arroyo, Virgilio Pineda Arellano, Julián Rodríguez Sesmas, Anacleto Mendoza Maldonado, José Francisco Moreno, Jorge Mendoza Alvarez, Gregorio Flores Alonso, José Ascención Orihuela, Efraín Zavala Cisneros, Alfredo Anaya Gudiño Carlos Ávila Figueroa, Jaime Calleja Andrade, Hugo Miranda Mora, Medardo Méndez Alfaro, Martín Tavira Urióstegui, Juan Campos Vega, Francisco Hernández Juárez, Alberto Marcos Carrillo Armenta, Manuel Terrazas Guerrero, Octaviano Alaniz, José de Jesús Berrospe Díaz, Tomas Correa Ayala, Odilón Cantú Domínguez, Israel González Arreguín, Jorge Oceguera Galván, José Ramos González, Abundio Ramírez Vázquez, Demetrio Hernández Pérez, Juan Manuel Huezo Pelayo.

Yo quisiera, compañeros, para terminar, presentar a ustedes la petición que la Plataforma de Constituyentes 1917 nos hace para que en el nombre de esta institución y el de los familiares del maestro Jesús Romero Flores, se haga llegar un público reconocimiento a la diputada María de los Ángeles Moreno, por el amplio apoyo que ha brindado para que esta iniciativa se cristalice y el reconocimiento que hace a este ilustre patriota.

En consecuencia, nos hacemos eco de esta propuesta de los compañeros integrantes de la Plataforma de Constituyentes de 1917 y suplicamos que se inscriba en el Diario de los Debates. Igualmente esta organización solicita que se coloque en un lugar distinguido, en el menor tiempo posible, los bustos de los ilustres patriotas que se encontraban colocados en el vestíbulo de este honorable Congreso antes del incendio y, que desde luego, se les dé el lugar que les corresponde.

Esperamos que la comisión tome en consideración la propuesta de quienes son los continuadores del ideal de los constituyentes de 1917. Muchas gracias y dejo la iniciativa en poder de la Secretaría para el turno que ordene la Presidencia.

Turnada a la Comisión de Régimen, Reglamento y Prácticas Parlamentarias.