De reformas a los artículos 17, 18, 21, 39 y 157 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, presentada por el diputado Matías Salvador Fernández Gavaldón, del grupo parlamentario del PAN
Los suscritos diputados de la LVI Legislatura del Congreso de la Unión e integrantes del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, con fundamento en lo dispuesto en el artículo 71 fracción II de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como en el artículo 55 fracción II del Reglamento Interior del Congreso General, sometemos a la Asamblea de esta Cámara de Diputados la presente iniciativa de ley que reforma los artículos 17, 18, 21, 39 y 157 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente.
EXPOSICION DE MOTIVOS
La ecología tiene una dimensión constitutivamente ética y la ética una dimensión fundamentalmente ecológica. Etimológicamente la palabra "ECO" (en griego oikos) significa casa, morada. Igualmente la palabra ética (ethos), en uno de sus significados más antiguos (además de carácter, modo de ser, hábito, costumbre) significa morada, residencia, lugar donde se habita.
Existe un medio natural (un oikos y un ethos), conformado por recursos naturales renovables y no renovables que sustenta la coexistencia equilibrada de comunidades y poblaciones: El hombre participa de este medio, pero en su ascenso biológico se constituyó en el único animal terrestre que se propuso someterlo en lugar de adaptarse a él. A través del tiempo fue creando su propio sistema, que en muchos casos se contrapone a la dinámica del medio natural. Reconociendo esta situación, dice la Plataforma Política 1994-2000 del Partido Acción Nacional:
"México es uno de los países muy ricos en cuanto a recursos naturales se refiere, sin embargo, tales recursos no han sido aprovechados racionalmente. Puesto que no se ha dado un desarrollo sustentable, ello ha traído serias y preocupantes modificaciones en la biosfera, que implican riesgos y peligros a la vida humana. México está enfermo de gravedad. La mayoría de los mexicanos han perdido su sensibilidad de convivencia con su medio ambiente, pues no tienen respeto hacia la naturaleza, que tanto y tan pródigamente nos ha dado y sin costo alguno". Hasta aquí la cita.
Esta situación ha sido reconocida internacionalmente, replanteándose la forma como deben ser aprovechados los recursos naturales. Es conveniente su manejo sustentable, es decir, aprovecharlos para el beneficio económico presente, pero de manera que no se comprometa la capacidad de la naturaleza de regenerarse y proveer beneficios en el futuro.
Para lograr establecer un trabajo, tanto de planificación como de ejecución del manejo de los recursos naturales, es de suma importancia contar con relaciones intersectoriales e interinstitucionales que permitan la conformación de grupos interdisciplinarios que encaren con una visión general, amplia y profunda, la problemática de la intervención del sistema humano dentro del sistema natural.
Es necesario, para coadyuvar al desarrollo sustentable, la ejecución de un modelo de desarrollo, donde se aumente la productividad del campo para el autoconsumo y para la comercialización de los productos excedentes que creen sistemas de economía regional; disminución de gastos superfluos en las instituciones y empresas públicas para apoyar estilos de trabajo y tecnologías ecológicamente más sensatas; apertura de mercados y los mecanismos de acceso a éstos; crear alternativas sociales reales, abiertas a todo tipo de grupos sociales con estrategias que permitan representatividad de los interesados, como los únicos mecanismos capaces de equilibrar la codicia individual y empresarial; fortalecimiento de la acción pública y el aumento de la participación de la iniciativa privada.
Es necesario, en lo referente a las estructuras institucionales y legales, implantar un paquete de políticas y programas para restaurar y preservar los recursos naturales, siendo un punto clave la participación comunitaria para que estas prácticas y programas tengan éxito.
Un modelo de desarrollo sustentable implica que la rectificación del daño causado al ecosistema sea parte del propio plan de desarrollo y se realice por el mismo grupo de personas que usufructúan los beneficios del aprovechamiento de los recursos. De igual manera, es necesaria una clara visión del problema del consumismo como factor vertebral en la concepción de un modelo de desarrollo auténtico: para poder satisfacer las necesidades creadas de hiperconsumo es menester someter los limitados recursos naturales de la Tierra a una sobreexplotación que la va degradando; esto ocurre en buena medida a costa de los recursos naturales de los países del llamado tercer mundo que gravitan en el control de los países desarrollados. Se considera que si todo el mundo tuviera los niveles de consumo promedio de la sociedad estadounidense, sería necesario sobreexplotar a tres planetas Tierra para lograrlo.
Para los norteamericanos, se compre lo que se compre, nunca parece ser suficiente; sin embargo, todos los países del mundo quieren imitarlos. Junto a las miserias del subdesarroIlo, que son intolerables, nos encontramos con una especie de superdesarrollo igualmente inaceptable, porque el primero es contrario al bien y a la felicidad auténtica. En efecto, este superdesarrollo consiste en la excesiva disponibilidad de toda clase de bienes materiales para algunas categorías sociales; fácilmente hacen del hombre esclavo de la posesión y del goce inmediato, sin otro horizonte que la continua sustitución de los objetos que se poseen por otros cada día más perfectos. Es la llamada civilización del consumo o consumismo: es una forma de materialismo craso.
Al fondo de los problemas se encuentra la capacidad de un Estado fuerte, regulador y rector de la economía, propietario exclusivo de organismos y empresas en las áreas estratégicas; esto supone democracia, autoridad moral, eficiencia. El Gobierno mexicano devalúa cada vez más al Estado y valoriza más al mercado total: la mercantilización de todo, de las personas, de los recursos naturales.
Lentamente está surgiendo una cultura ecológica con comportamientos y prácticas de la visión del mundo y que tiene como efecto mayor suavidad y benevolencia en relación con la naturaleza. Cuando la mayoría de la gente vea un gran automóvil y piense primero en la contaminación ambiental que produce y no en el status social que representa, habrá llegado la ética ecológica.
Un modelo de desarrollo que tenga como premisa la sustentabilidad y que se especifique por su carácter moral, no puede prescindir tampoco del respeto por los seres que constituyen la naturaleza visible y que los griegos, aludiendo al orden que lo distingue, llamaban precisamente "cosmos". Estas realidades exigen respeto, merecen atenta reflexión: consiste en la conveniencia de tener mayor conciencia de que no se pueden utilizar impunemente las diversas categorías de seres, vivos o inanimados como mejor apetezca, según las propias exigencias económicas. Al contrario, conviene tener en cuenta la naturaleza de cada ser y su mutua conexión en un sistema ordenado, que es precisamente el cosmos.
La democracia no lo será totalmente si no fuera más a fondo, abriéndose a una auténtica democracia cósmica con todas las criaturas. En otras palabras: la fundamental relación, con las cosas de la naturaleza no es una relación de posesión ni de pertenencia, sino de convivencias y conviabilidad.
En mérito de lo antes expuesto, sometemos a la consideración de esta soberanía, el siguiente
PROYECTO DE DECRETO
Artículo único. Se reforman los artículos 17, 18, 21, 39 y 157 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, para quedar como sigue:
Artículo 17. En la planeación nacional del desarrollo sustentable la protección al medio ambiente deberá plantearse en forma integral, así será considerada en la política ecológica general y el ordenamiento ecológico que se establezcan, de conformidad con esta ley y las demás disposiciones en la materia.
Artículo 18. El Gobierno Federal promoverá la participación de los distintos grupos sociales, en la elaboración de los programas que tengan por objeto el manejo sustentable de los recursos naturales para que no se comprometa su capacidad de regenerarse, así como su preservación según lo establecido en esta ley y las demás aplicables.
Artículo 21. En la planeación y realización de acciones a cargo de las dependencias y entidades de la administración pública federal, conforme a sus respectivas esferas de competencia, que se relacionen con las materias objeto de este ordenamiento, así como en el ejercicio de las atribuciones que las leyes confieren al Gobierno Federal para regular, promover, restringir, prohibir, orientar y en general inducir las acciones de los particulares en los campos económico y social se garantizará el desarrollo sustentable y se observarán los criterios ecológicos generales que establezcan esta ley y demás disposiciones que de ella emanen.
Artículo 39. Las autoridades competentes promoverán la incorporación de contenidos ecológicos en los diversos ciclos educativos, especialmente en el nivel básico, así como en la formación cultural de la niñez y la juventud.
Asimismo, propiciará el fortalecimiento de la conciencia ecológica, a través de los medios de comunicación.
Las autoridades deberán reconocer debidamente la identidad cultural de las comunidades indígenas y hacer posible su participación en el manejo de sus recursos naturales para lograr un desarrollo sustentable.
La Secretaría, con la participación de la Secretaría de Educación Pública, promoverá que las instituciones de educación superior y los organismos dedicados a la investigación científica y tecnológica, desarrollen planes y programas para la formación de especialistas en la materia en todo el territorio nacional y para la investigación de las causas y efectos de los fenómenos ambientales.
Artículo 157. El Gobierno Federal promoverá la participación y responsabilidad de la sociedad en la formulación de la política ecológica, la aplicación de sus instrumentos, en acciones de información y vigilancia, y en general en las acciones ecológicas que emprenda. Toda persona deberá tener acceso a la información sobre el medio ambiente de que dispongan las autoridades.
ARTICULOS TRANSITORIOS
Unico. El presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Salón de sesiones de la Cámara de Diputados a los 6 días del mes de abril de 1995.- Por el grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, diputados Régulo Fernández Rivera, Gonzalo Alarcón Bárcena, Jorge Gómez García, Giuseppe Macías Beilis, Alfonso Martínez Guerra, Rodrigo Robledo Silva, Salvador Othón Avila Zúñiga y Salvador Fernández Gavaldón.
Turnada a la Comisión de Ecología y Medio Ambiente.