Apertura del homenaje e ingreso del féretro
Video con semblanza de su vida y obra
Intervenciones
Senadora Amalia Dolores García Medina y diputada Ivonne Aracelly Ortega Pacheco, PMC
Senadora Anabell Ávalos Zempoalteca y diputado Emilio Suárez Licona, PRI
Diputado Reginaldo Sandoval Flores, PT
Diputado Carlos Alberto Puente Salas, PVEM
Senadora María Guadalupe Murguía Gutiérrez y diputada Noemí Berenice Luna Ayala, PAN
Senadora Laura Itzel Castillo Juárez y Ricardo Monreal Ávila, Morena
Senador José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva del Senado
Retiro del féretro y clausura del homenaje
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna (12:02 horas): Buenas tardes a todas y a todos. Sírvanse a tomar asiento, por favor. Honorable asamblea, nos encontramos reunidos en este salón de sesiones para llevar a cabo un homenaje luctuoso con motivo del sensible fallecimiento de la maestra Ifigenia Martha Martínez y Hernández, presidenta de la Mesa Directiva de esta honorable Cámara de Diputados. Nos acompañan a este homenaje familiares y amigos de la distinguida maestra Ifigenia.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Sean todos bienvenidos y bienvenidas. Y ahora solicito a todas las presentes y los presentes ponerse de pie para guardar un minuto de silencio en homenaje a nuestra querida compañera.
(Minuto de silencio)
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Pueden tomar asiento. Muchas gracias.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: A continuación, se proyectará en las pantallas de este salón de sesiones una semblanza de la vida y obra de la diputada Ifigenia Martínez y Hernández. Adelante, por favor.
(Proyección de video)
– Ifigenia Martínez y Hernández nació el 16 de junio de 1925 en la Ciudad de México. Economista, política, catedrática, diplomática mexicana y presidenta de la Mesa Directiva de Cámara de Diputados. Estudió economía política en la Universidad Nacional Autónoma de México y es la primera mujer mexicana en obtener una maestría en la Universidad de Harvard. Tuvo un papel importante en el movimiento estudiantil de 1968 y fue una de las principales defensoras de la autonomía universitaria tras la ocupación del Ejército en Ciudad Universitaria.
– Fue asesora de la Secretaría de Educación Pública, a cargo del doctor Jaime Torres Bodet, donde participó en la comisión que elaboró el llamado Plan de Once Años para la Extensión y Mejoramiento de la Educación Primaria en México. Diputada federal de la L Legislatura por el Partido Revolucionario Institucional, donde presidió la Comisión de Presupuesto. Posteriormente, en 1980, fue nombrada por el presidente José López Portillo como representante permanente de México ante la Organización de las Naciones Unidas. En 1988 fundó la Corriente Democrática, junto con Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo. Subsecuentemente, en 1989, fue una de las fundadoras del Partido de la Revolución Democrática.
– Se convirtió en la primera senadora de la República electa por el Distrito Federal en la LIV Legislatura, representando a un partido de oposición. Asimismo, fue diputada federal en la LVI Legislatura y participó como coordinadora económica en la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en el 2000.
– Fue diputada en la LXI Legislatura del Congreso de la Unión. Nombrada presidenta de la Mesa de Decanos, convirtiéndose en la primera mujer de izquierda en tomar protesta constitucional a las y a los diputados federales.
– En 2016 fue diputada en la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, en el marco de la reforma política del Distrito Federal, donde participó activamente en la elaboración de la primera Constitución para la Ciudad de México.
– Paralelo a su vida política, la maestra Ifigenia Martínez participó activamente en ámbitos académicos y culturales como investigadora, columnista y conferencista, destacando su obra La distribución del ingreso y desarrollo económico de México, de 1960, estudio pionero en la maestría que permanece relevante hasta la actualidad.
– Integró el Consejo General Consultivo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
– Fundadora y socia de la Fundación UNAM y la Academia Mexicana de Economía Política. Sus aportaciones a la academia, la economía y la política la han hecho merecedora de diversos premios y reconocimientos, entre los que destacan: Premio Nacional de Economía, del Banco Nacional de México; doctorado honoris causa, de la Universidad de Guadalajara; Medalla Sor Juana Inés de la Cruz, de la Cámara de Diputados; imposición de su nombre a la sala de protocolos de Mesa Directiva del Senado de la República; doctorado honoris causa, de la Universidad de Guerrero; y la Medalla Belisario Domínguez, del Senado de la República.
– Fue senadora en la LXIV y LXV Legislaturas por Morena y presidenta de Mesa Directiva de la Cámara de Diputados en la LXVI Legislatura del Congreso de la Unión.
– Fue responsable de transmitir la banda presidencial a Claudia Sheinbaum durante la sesión solemne de transmisión del Poder Ejecutivo.
– Es así como recordamos a la maestra Ifigenia Martínez y Hernández, por su liderazgo femenino y como una gran mujer que dio múltiples batallas por la democracia y la justicia en nuestro país. Un ejemplo que abre paso a las generaciones futuras.
(Fin de video)
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Asamblea, en este homenaje luctuosa a la maestra Ifigenia Martínez, presidenta la Cámara de Diputados, harán uso de la palabra diputados, diputadas, senadores y senadoras de los grupos parlamentarios representados en este Congreso de la Unión, quienes evocarán a la memoria de nuestra querida compañera y darán un mensaje. Iniciamos con la senadora Amalia Dolores García Medina, de Movimiento Ciudadano, quien podrá hacer uso de la tribuna hasta por tres minutos.
La senadora Amalia Dolores García Medina: Muchas gracias, señor presidente. Hablar de una amiga, una mexicana entrañable, una comprometida con la democracia y con la igualdad, es para celebrar su vida. Porque como hemos comentado con su hijo, con sus hijas, con sus nietos, con su familia, hay mucho que celebrar de Ifigenia Martínez. Pero no solo, sino que debemos seguir su ejemplo.
Ifigenia Martínez, si sinterizáramos aquello que la explica y la significa, diría yo que es su compromiso con la lucha por un país mejor. Siempre el amor a México.
¿Qué es lo que hizo Ifigenia Martínez contribuyendo con México? Yo resaltaría en estos brevísimos dos minutos y medio que me quedan algunas de las cuestiones que me parece que son más relevantes. Su compromiso, su debate, su calidad a la hora de hacer el planteamiento de qué debía hacer la economía y el Estado mexicano.
Debatió y participó intensamente en una polémica internacional sobre el papel del Estado en la economía. Era una keynesiana convencida, sabía que el Estado podía modificar la vida de la gente. Y fue una visionaria, y, además, una comprometida con esa causa, enfrentando en ese momento de su vida, en el que el debate era más intenso porque empezaba la época del neoliberalismo, a los llamados Chicago Boys.
Ella planteó que no era real –como decía Adam Smith– que la mano invisible del mercado modificara la vida de la gente. Puso en el centro el papel del Estado, pero hablaba del Estado y de una planeación democrática que incluyera a todo el mundo, con una participación de fondo.
En la ONU, en Naciones Unidas, su participación junto con Porfirio Muñoz Ledo, que estaba como representante de México en el Consejo de Seguridad y ella como embajadora, fue en el ámbito económico con una visión de estadista.
Fue, como ya se ha dicho aquí, directora de la Escuela Nacional de Economía, después Facultad de Economía, y respaldó a los jóvenes del 68 porque estaba comprometida también con la democracia. Eso explica su participación activa en el PRI, luchando por democratizarlo y también su participación en la corriente democrática, que no solamente hablaban de democratizar al país, sino también de otro rumbo económico para México. Hay que decirlo, fue una de las fundadoras de la Cepal, es decir, planteó una visión latinoamericanista poniendo en el centro el interés de la gente.
Yo no quiero dejar de mencionar, junto a sus causas por la democracia y también por la igualdad, su compromiso con los derechos de las mujeres, porque ella lo vivió de manera intensa. Hoy hablamos en el movimiento feminista de romper los techos de cristal. Ella rompió techos de cristal y cuando vino a esta tribuna a entregar la Banda Presidencial a la primera mujer presidenta de nuestro país, lo hizo convencida de que ese era su papel, era una mujer pública. Y ante un debate que hoy se da en el ámbito público y en redes sociales, con su familia comentábamos, que es fundamental dar a conocer el documento que estuvo revisando palabra por palabra los últimos días antes de llegar al primero de septiembre.
Decía de Claudia Sheinbaum, de la presidenta, de la primera presidenta mujer en ese escrito que yo solicito que el Congreso de la Unión dé a conocer. Su llegada a la Presidencia de la República es la culminación de una lucha que hemos atravesado generaciones de mujeres, quienes con valentía desafiamos los límites de nuestros tiempos.
Hoy junto con ella llegamos todas y abrimos paso a una nueva era, yo misma que he recorrido tantas batallas por la democracia y la justicia me siento profundamente emocionada, y también al final de ese escrito llama al diálogo y a la reconciliación pensando en México.
Honremos sus palabras, su vida y su lucha poniendo en el centro el interés de nuestro país, el respeto y el diálogo para que México sea un país democrático, justo e incluyente para todas y para todos. Un abrazo a Ifigenia, que sigue viva en nuestros corazones, pero no solo como parte de la historia, sino con el legado que es parte de nuestra vida actual. Muchas gracias.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Gracias, senadora Amalia García.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Tiene ahora el uso de la palabra la diputada Ivonne Ortega Pacheco, de Movimiento Ciudadano, hasta por tres minutos. Se les solicita de manera respetuosa a los senadores nos ajustemos en tiempo lo más posible.
La diputada Ivonne Aracelly Ortega Pacheco: La bancada naranja, Movimiento Ciudadano y en particular nuestro coordinador nacional Dante Delgado quien expresara en vida un profundo reconocimiento a la profesora, la maestra Ifigenia Martínez, al proponerla en 2021 para recibir la Medalla Belisario Domínguez, un reconocimiento por su trayectoria, por ser compañera de luchas, por la democracia, por su aportación a la vida democrática de México, por su sentido social en el manejo económico, por haber sido senadora de la República en el primer bloque de oposición, por su vida, que viva México.
Hoy le rendimos respeto y le compartimos nuestras reflexiones, hoy 7 de octubre, fecha en la que también conmemoramos el aniversario luctuoso de don Belisario Domínguez, férreo defensor de la libertad, de la expresión y de la democracia, igual que ella.
Hoy está de luto la patria, está de luto porque nos dejó una mujer histórica. Estamos de luto porque no se nos ha adelantado una adelantada. Ella narraba que el significado de su nombre es: nacida en el poder. Y añadía, el poder del pueblo y como dogma de vida, el poder del pueblo para el pueblo guio su actuar en la historia política contemporánea y de México. Mujer fuerte, de ideas fuertes y convicciones fuertes. Una fortaleza que la llevó a ser pionera de todas las facetas de una trayectoria vital, académica y política ejemplar.
Hoy despedimos a la presidenta del Poder Legislativo de la nación, la maestra Ifigenia Martha Martínez y Hernández.
Una mujer que nos dejó claro que, en política, por más hombres que estén, las mujeres somos las que abrimos brecha. Si hoy podemos hablar de paridad y de igualdad y oportunidades es gracias a mujeres como ella, que muchas veces, a lo largo de su vida, fue la única mujer en salones de clases, en sesiones, en reuniones de gabinete y en debates.
La maestra Ifigenia siempre decía que en su hogar no se le obligó a profesar ninguna religión ni ideología, pero que siempre hubo acceso a libros y discusiones de ideas. Esa fue la fórmula para que desde su niñez se fuera formando la gran mujer de causas y convicciones claras que abrió brecha para todas las demás.
Nos toca ahora honrar su legado y sentar las condiciones para que más niñas y jóvenes tengan acceso a tener pensamiento crítico que les permita también seguir abriendo brecha para las que vienen.
Como mujer que participa en política, la maestra Ifigenia es para mí un referente y un ejemplo de lucha y valentía. En el 68 se enfrentó a la ocupación militar de Ciudad Universitaria, defendiendo sus estudiantes en aquel trágico 2 de octubre. Ella fue parte del proceso histórico, desde el voto femenino hasta tener a la primera presidenta de México.
Ifigenia Martínez es memoria, es representación y es revolución. Defendió sus convicciones y fundó, junto al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y al licenciado Porfirio Muñoz Ledo, la corriente democrática y la apertura política de México. Ahora, nos corresponde a todas y a todos los que estamos viviendo esta parte de la historia, imaginar y hacer posible un México nuevo.
Estoy convencida que las convicciones están escritas, en tan solo dos meses, dos meses de esta legislatura nos lleva nuevamente a momentos para reflexionar, para redireccionar y para construir desde la apertura política, desde la reconciliación con más ética, con más empatía y con más humanismo.
Desde la bancada naranja tenemos claro que legislar es llevar a la práctica las palabras que ella escribió en el mensaje que ya no pudo dar el primero de octubre, un país donde el liderazgo femenino dejara de ser la excepción para convertirse en la norma.
Una mujer congruente, una mujer defensora de la democracia, una mujer siempre dispuesta a dar lo mejor de sí para tener un país de iguales. Hagamos el compromiso con ella, de tender puentes y que esta legislatura no sepulte las causas por las que luchó toda su vida. Honrarla es escucharla. Descanse en paz.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Gracias, diputada Ivonne Ortega.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Tiene ahora el uso de la palabra la senadora Anabell Ávalos Zempoalteca, del Partido Revolucionario Institucional, hasta por tres minutos.
La senadora Anabell Ávalos Zempoalteca: Resulta ineludible al Poder Legislativo rendir un merecido homenaje a la maestra Ifigenia Martínez, ya que en este acto reconocemos sus grandes aportaciones en lo académico, político y en la diplomacia.
En primer lugar, destaca su liderazgo femenino en el ámbito académico como una economista notable, siendo la primera mujer que dirigió la Facultad de Economía, entre los años 1967 a 1970, en donde acompañó a las voces estudiantiles que en ese momento exigían libertad y democracia.
En lo legislativo, tanto como diputada federal como senadora de la República siempre reflejó seriedad, profesionalismo, consistencia y una amplia congruencia con sus convicciones. Ejemplo de ello son sus aportaciones al trabajo legislativo en la pasada LXIV y LXV Legislaturas del Senado de la República, donde siempre expresó su perspectiva de desarrollo nacional incluyente con justicia y pluralidad.
Asimismo, en lo político, doña Ifigenia Martínez fue una mujer de convicciones, mediante la Fundación de la Corriente Democrática acompañó a Cuauhtémoc Cárdenas y a Porfirio Muñoz Ledo, sin vaivenes ni variaciones, dejando un legado a la vida pública de México.
La partida de nuestra querida diputada presidenta Ifigenia Martha Martínez y Hernández, deja un vacío, no solo en los corazones de su familia, de sus amigos y de quienes la conocimos, sino también deja un vacío en las siguientes páginas de la historia democrática de México. Su nombre se asienta con letras de oro en la historia de nuestro país y su legado se hace eterno en la memoria de todas y todos los mexicanos.
Fue una mujer más que excepcional, fue una mujer de Estado, representa el inicio y la culminación de la lucha histórica de las mujeres por acceder a una vida pública de México. No solo perdimos a una compañera brillante, sino a una mujer de izquierda y revolucionaria con la que coincidimos en mucho, con sus principios y lucha por la justicia social.
Querida diputada Ifigenia, sus padres a quien siempre agradeció y reconoció no se equivocaron a elegir su nombre, que significa nacida en el poder. Pero, en el poder del pueblo, como usted lo decía y el pueblo siempre reconocerá su legado social y político.
Fue la primera mujer de muchas cosas. La primera mexicana en obtener una maestría de economía por la Universidad de Harvard. La primera senadora electa en el entonces Distrito Federal, representando un partido de oposición, y la primera en entregar la Banda Presidencial a una mujer.
El legado de la maestra, no solo queda en la memoria nacional, sino también en la del mundo, pues fue cofundadora de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, embajadora de México ante la Organización de las Naciones Unidas y la primera mujer mexicana en ocupar un cargo en el Fondo Monetario Internacional. En ellos llegó su pensamiento económico y social compartiendo con el mundo un bagaje de principios públicos para el desarrollo y bienestar.
Quiero retomar algunas líneas del discurso de la diputada presidenta que no tuvo oportunidad de pronunciar hace unos días en este recinto y que nos lleva a una reflexión profunda a todas y a todos:
Que nuestras diferencias no nos dividan, sino que sean la fuente de propuestas y de soluciones compartidas a los distintos retos que enfrentamos. Qué líneas tan oportunas ante los desafíos políticos y sociales que enfrenta nuestro país.
En su memoria comprometámonos a construir la reconciliación y la unidad nacional. Siempre será recordada como una de las mujeres que construyó –como lo planteaba– un país donde el liderazgo femenino dejará de ser la excepción para convertirse en la norma.
Las y los integrantes del Grupo Parlamentario del PRI, reconocemos de la maestra Ifigenia Martha Martínez y Hernández su capacidad de diálogo y su elegancia, su congruencia. Le agradecemos que abriera puertas para que las mujeres, siempre, con dignidad.
Lamentamos profundamente la partida de la diputada presidenta y expresamos nuestra solidaridad con sus familiares y amigos. Maestra Ifigenia Martínez, gracias por todo. Hasta siempre, descanse en paz. Es cuanto.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Gracias, senadora Ávalos. Tiene ahora el uso de la palabra el diputado Emilio Suárez Licona, del PRI, hasta por tres minutos.
El diputado Emilio Suárez Licona: Compañeras diputadas, diputados, senadoras, senadores, familiares y amigos de la maestra Ifigenia Martínez. Al presidente de mi partido, a mi coordinador, agradezco haberme cedido este importante espacio.
Hoy, como siempre fue costumbre en su vida cotidiana, la maestra llega puntual a su última cita en el espacio público, aquí en la casa del pueblo, la Cámara de Diputados. Y no lo hace de cualquier forma, lo hace como la más reciente presidenta de nuestro Congreso. Sí, que se escuche fuerte y claro, presidenta con a, como lo refirió el pasado primeo de octubre, la doctora Claudia Sheinbaum y en cuyo esfuerzo para dimensionar esa a estuvo involucrada Ifigenia, como muchas mujeres en nuestro país.
La maestra Ifigenia Martínez, fue una mujer de época, de esas que dedicaron toda su vida para contribuir con su inmenso legado al fortalecimiento de la participación de la mujer mexicana en la vida pública.
Ifigenia, como muchos la conocimos, bien le dio representación a la carga fuerte y poderosa de nombre. Fue académica, política, líder social, y por qué no decirlo, revolucionaria.
Además, Ifigenia, lejos de la fuerza de su nombre, supo lidiar con el tiempo para ser una buena madre, abuela, bisabuela, pero sobre todo amiga. Amiga sin límite de ideología de partido. En el rubro de la amistad tuve el enorme privilegio de atestiguarlo personalmente en su entrañable cercanía con Porfirio Muñoz Ledo y de voz propia con don Augusto Gómez Villanueva, aquí presente.
Es poco el tiempo que tenemos para recordar el legado de Ifigenia Martínez, a la vida política de México, pero traigo a este recinto dos momentos que la retratan. En su faceta de legisladora, allá en aquella L Legislatura, momentos en los que el entonces presidente López Portillo encomendó a Porfirio Muñoz y a don Augusto Gómez, procurar perfiles técnicos para la integración de la Cámara, Ifigenia tuvo la encomienda de presidir la Comisión de Presupuesto y ante la cerrazón de la burocracia hacendaria para escuchar sus observaciones al gasto público, decidió votar en contra de la propuesta del Ejecutivo. En distintas modulaciones, Ifigenia, nunca escatimó en defender su pensamiento.
Por otro lado, en algo que ya me tocó vivir a mí personalmente, en su casa de Coyoacán le pregunté qué tantas historias podían contarse de lo ahí vivido. Sin más, doña Ifigenia se abalanzó para contarnos las múltiples personalidades que por ahí pasaron. De varias anécdotas, debo decirlo, que la que más le entusiasmo, desde mi perspectiva, fue la de la corriente democrática.
Ya entrados en confianza me atreví a decirle a Ifigenia que tenía la impresión de que ella seguía siendo priista. Inmediatamente me volteó a ver con una mirada profunda y una leve sonrisa y me contestó: No. Después de una pausa reflexiva me dijo: Soy mexicana, todos somos mexicanos.
Y justo ahí es donde me quiero detener, en la profundidad de su respuesta, que varios años después viene a confirmarse con el discurso que no pudo pronunciar el pasado 1o. de octubre. Cito: Hoy más que nunca necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir juntas y juntos un país más justo y solidario.
A todos ustedes los invito a honrar el legado de la maestra. Muchas gracias, estimado presidente. Y larga vida a doña Ifigenia Martínez.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Gracias, diputado Emilio Suárez.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Tiene ahora el uso de la palabra el diputado Reginaldo Sandoval, del Partido del Trabajo, hasta por tres minutos.
El diputado Reginaldo Sandoval Flores: A nombre de las diputadas, diputados, senadoras y senadores de los grupos parlamentarios, del Partido del Trabajo en esta LXVI Legislatura, expreso nuestro más sincero pésame a los familiares y a los seres queridos de nuestra querida diputada Ifigenia Martínez y Hernández, pero también nuestras condolencias al pueblo de México que ha perdido a una mujer admirable, a una de las más grandes figuras y pilar de la política mexicana, a una mujer revolucionaria que marcó un antes y un después en la lucha por el avance de las mujeres, por la igualdad, por las causas populares, la democracia y la justicia.
Con tristeza, sí, pero con profundo afecto y convicción lo hago respetuosamente, estamos consternados con su partida, pero aquellos que tuvimos la suerte de verla en su última tarea, entregando la Banda Presidencial a nuestra presidenta Claudia Sheinbaum. Debemos enorgullecernos porque fuimos testigos del nacimiento de una nueva Nación Mexicana, más justa y equitativa, y con un futuro prometedor por delante, que ella había soñado desde hace ya varias décadas. Este acto simbólico es un sueño cumplido, su último sueño y el más importante.
Ifigenia Martínez representa para todas y todos a una mujer de ejemplos y de dignidad, de entereza, de convicción y de ética. Una mujer íntegra a quien hoy le debemos mucho. Nunca olvidaremos su calidez humana, su pensamiento, sus enseñanzas y su legado invaluable a la academia, a la política y a la sociedad.
La diputada Ifigenia Martínez ha dejado una imborrable huella en varias generaciones de mexicanos y mexicanas. Desde aquellos terribles años de persecución estudiantil, en donde defendió el derecho a la educación, a la autonomía universitaria, a la divulgación de la ciencia, a la libertad de pensamiento y a la cultura sin discriminación alguna.
Se va el gran ser humano y una de las mujeres pioneras de la vida pública de México, pero permanecerán por siempre sus ideales, sus logros legislativos, sus decisiones políticas y su congruencia, que se gestaron en seis décadas de lucha desde la izquierda mexicana.
Ifigenia buscó siempre el consenso para llegar a acuerdos, unir voluntades y la paz social a través del diálogo. Seguiremos fielmente su ejemplo. Recordemos sus palabras, la unidad en la lucha, en los propósitos y en la acción. Cuando en esta Cámara nos invitó a trabajar en conjunto para consolidar un Estado de bienestar más justo e igualitario.
Descanse en paz Ifigenia Martínez y Hernández, una gran mexicana, una mujer de izquierda y una entrañable compañera de lucha. Hasta siempre, Ifigenia. Te queremos y te recordaremos. Muchas gracias.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Gracias, diputado Reginaldo Sandoval.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Tiene ahora el uso de la palabra el diputado Carlos Alberto Puente Salas del Partido Verde Ecologista de México, hasta por tres minutos.
El diputado Carlos Alberto Puente Salas: Con su permiso, diputado presidente. Muy buenas tardes, honorable asamblea. A nombre de los grupos parlamentarios del Partido Verde Ecologista de México, del Senado de la República de la Cámara de los Diputados, queremos manifestar nuestra solidaridad a familiares, amigos y colaboradores de la maestra Ifigenia Martínez, deseando que encuentren pronta resignación ante esa irreparable pérdida.
Hablar de doña Ifigenia Martínez es hablar de una figura de la mayor trascendencia para la historia contemporánea de México. Se trata no solo de quien fuera la presidenta de esta asamblea y, por lo tanto, también presidenta del Congreso mexicano, sino de una mujer que lo largo de su vida y de su trayectoria, con talento, dedicación y lucidez abrió brecha a todas las mujeres.
Siendo presidenta de esta Cámara de los Diputados, cuando se le otorgó a doña Ifigenia la Medalla Sor Juana Inés de la Cruz, Porfirio Muñoz Ledo, gran amigo de doña Ifigenia afirmó que, al margen de esa estrella amistad, la consideraba la mujer más destacada del país en las últimas décadas.
Hablamos de una mujer que, como ella misma lo dijo al recibir la Medalla Belisario Domínguez, tuvo como principal motivación a lo largo de su vida realizar un servicio para nuestro país con entrega y convicción.
En casa, su padre la animó a estudiar economía, argumentándole que México necesitaba y requería de buenos economistas para sacar adelante a este país y elevar el nivel de vida de las y los mexicanos. Gracias a ello, doña Ifigenia se convirtió en una destacada economista, cuyo trabajo sobre la distribución del ingreso ha sido y sigue siendo una referencia obligada en nuestro país.
Doña Ifigenia fue pionera en muchos ámbitos, fue la primera mujer mexicana en obtener una maestría en Harvard. Me comparte mi amigo Toño, su nieto, la anécdota de cuando, ella lo decía, fue un momento de los más felices de su vida al recibir la carta de aceptación para estudiar la maestría en Harvard. Y esto venía de que fue acompañando a quien fuera su marido, a estudiar allá a Boston, pero que cuando se lo propuso ella le dijo que no sería una simple acompañante, sino que ella deseaba acompañarle, pero también para estudiar y formarse.
Fue así que obtuvo un empleo en el MIT para poder generar ingresos, ya que ella no contaba con la beca de apoyo por parte del Estado mexicano, y poder ingresar a estudiar esa maestría en Harvard. Es por ello que doña Ifigenia, lo mencionaba y lo decía, que el día que recibió la carta de aceptación había sido uno de los días más felices de su vida.
Eso la retrata de cuerpo entero, una mujer que se formó para contribuir en este país y abrir la brecha a muchas mujeres, que hoy lo vemos hecho una realidad en la figura de nuestra presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum.
Doña Ifigenia, junto con otras mujeres destacadas de este país, abrieron paso, abrieron paso para que hoy las mujeres tengan un destino distinto a ella, que cuando iniciaba 1925, cuando ella nació, no se permitía el voto a las mujeres.
Cuando ella cumplió 18 años aún no se permitía votar. Soñar que se podía llegar a tener una mujer presidenta en nuestro país era casi impensable. Doña Ifigenia se atrevió a desafiar eso que parecía imposible.
Hoy las mujeres presentes en este Congreso mexicano están en una gran medida a la lucha que dio doña Ifigenia, siendo siempre una mujer congruente, como lo destaca en otra anécdota cuando ella llega a ser diputada federal en la L Legislatura, si no me equivoco, a presidir la Comisión que era de Hacienda o de Presupuesto y Cuenta Pública, en donde al recibir el paquete de ingresos hizo observaciones, observaciones que no se tomaron en cuenta, nada raro de lo que sucede hoy en día y ha pasado siempre, pero ella en congruencia votó en contra.
Eso la retrataba de cuerpo entero, una mujer firme y leal a sus convicciones, que por eso logró lo que logró ser, una destacadísima mujer de Estado, una mujer que vino a contribuir a la democracia de nuestro país y, sobre todo, a la paridad y abrirle la puerta a que hoy podamos tener una mujer presidenta en este país.
Hoy las mujeres, las jóvenes, las niñas pueden soñar con un futuro muy distinto y eso es gracias a doña Ifigenia Martínez. Nuestro máximo reconocimiento, nuestro máximo respeto. Larga vida a doña Ifigenia y que descanse en paz. Por su atención, muchas gracias. Es cuanto, presidente.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Gracias, diputado Carlos Puente.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Tiene ahora el uso de la palabra la senadora María Guadalupe Murguía Gutiérrez, del Partido Acción Nacional, hasta por tres minutos.
La senadora María Guadalupe Murguía Gutiérrez: Con su permiso, presidente. Compañeras y compañeros legisladores, asistentes a este homenaje póstumo, creo que poco hay que pueda decir más de doña Ifigenia, una mujer de firmes convicciones, generosa y amable en su trato, abierta siempre al diálogo y a la búsqueda de acuerdos.
En el Partido Acción Nacional lamentamos su fallecimiento de la maestra Ifigenia Martha Martínez y Hernández, presidenta de esta Cámara de Diputados, mujer de convicciones, luchadora social y le expresamos nuestro más sentido pésame a sus familiares, a sus amigos y a todas aquellas personas que tuvieron oportunidad de crecer con ella. Tratarla fue una oportunidad de crecer tanto en la academia como en los movimientos sociales, como en la arena política.
Egresada de nuestra máxima casa de estudios abrió brecha, rompió techos de cristal, fue la primera mujer en dirigir la entonces Escuela Nacional de Economía de la UNAM. Como economista se convirtió en una pionera en los estudios sobre la distribución del ingreso en México, abogando siempre por las causas de los más necesitados.
En su momento enfrentó con una enorme dignidad uno de los momentos más oscuros de nuestra nación, cuando en 1968 se dio el ataque a la autonomía universitaria y la represión a los estudiantes. Su enorme convicción por la defensa de la universidad la llevó a sostenerse siempre, en su capacidad de concertación, diálogo y gran entereza. Se ha mencionado aquí que fue cofundadora de la CEPAL para apoyar el desarrollo y la igualdad en los países de América Latina y el Caribe.
En el servicio público fue notable su trayectoria, sobre todo en la Secretaría de Hacienda y como legisladora fue siendo protagonista de una de las décadas más importantes, 80, 90 que marcaron el inicio de la apertura de una vida más democrática en nuestro país, democracia que hoy queremos seguir construyendo y consolidando en México.
Por si fuera poco, la maestra Ifigenia Martínez fue además una gran impulsora de la equidad de género y del reconocimiento de la contribución de las mujeres al desarrollo económico del país.
Compañeras senadoras y senadores, hoy honramos a una mujer con una destacada trayectoria y que ha dejado su influencia en distintos ámbitos del quehacer nacional, la maestra Ifigenia Martínez se convierte en un ejemplo perdurable para esta y para las futuras generaciones, para los hombres y, por supuesto, también para las mujeres por su esfuerzo y contribución del México actual. Rescatemos su vocación de diálogo y de búsqueda de acuerdos. Descanse en paz doña Ifigenia Martínez, es cuanto. Muchas gracias.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Gracias, senadora Murguía. Tiene ahora el uso de la palabra la diputada Noemí Berenice Luna Ayala, del Partido Acción Nacional, del Partido Acción Nacional, hasta por tres minutos.
La diputada Noemí Berenice Luna Ayala: Quienes creemos en la vida trascendente estamos obligados también a creer que el encuentro con la verdad es en libertad. Por eso, hasta donde están las almas grandes, con su venia, presidenta Ifigenia Martínez.
Reconocer el rol de Ifigenia Martínez en la historia de México no es cuestión de ideologías, porque su vida va de la mano con la lucha para democratizar a este país. Su historia personal es reflejo de que las mujeres fueron rompiendo barreras. La última barrera que rompió es esa imagen tan poderosa que deja para el legado histórico, de pasar la banda presidencial. Qué imagen. Tres mujeres presidiendo los tres Poderes del Estado mexicano.
Pero tampoco podemos olvidar aquellos firmes pasos por la escalinata que la llevaría a la fundación de una nueva corriente política, que a la postre sería determinante en el devenir democrático de México.
Son los episodios de un México que comenzaba a abrirse las puertas hacia una participación plural y abierta a nuevas opciones políticas. Un México que con la participación de hombres y mujeres de la talla de Ifigenia Martínez comenzaba a derribar también las barreras del autoritarismo para tender los puentes del reformismo y la alternancia en el poder. Ella sabía que para edificar la democracia no había una sola visión, sino que era necesario escuchar las voces críticas de la ciudadanía.
Quiero recordar lo que ya se ha dicho mucho aquí, dejó un discurso escrito que no deben olvidar las futuras generaciones, un discurso muy significativo no solo por hecho de que iba dirigido a la primer presidenta mujer de la República, sino por su invitación al diálogo y al respeto a la pluralidad y decía: desde esta soberanía le decimos que no está sola, que la lucha de la justicia y por la igualdad es de todas y todos y que no descansaremos hasta lograr una democracia plena, donde no haya distinción de género, clase o condición.
Es tiempo de altura de miras, es tiempo de construir nuevos horizontes y realidades, es tiempo de las mujeres, sigamos dejando huella y qué huella dejó la maestra Ifigenia Martínez.
A nombre del Partido Acción Nacional externamos nuestras más sinceras condolencias por la partida de la maestra a sus familiares, amigos y colaboradores, pero sobre todo a México, pero almas como la de ella no se olvidan y seguirá dejando huella.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Gracias, diputada Noemí Berenice Luna.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Tiene ahora el uso de la palabra la senadora Laura Itzel Castillo, de Morena, hasta por tres minutos.
La senadora Laura Itzel Castillo Juárez: Con su permiso, presidente. Saludamos desde aquí, a nombre del Grupo Parlamentario de Morena, a la querida familia, amigos y compañeros legisladores y legisladoras de este Congreso de la Unión.
¿Qué se hace a la hora de morir? ¿Se vuelve la cara a la pared? ¿Se agarra por los hombros al que está cerca y oye? ¿Se echa uno a correr como el que tiene las ropas incendiadas para alcanzar el fin? ¿Cuál es el rito de esta ceremonia? Así inicia el poema de Rosario Castellanos, titulado Amanecer.
Y el día de ayer amanecimos con la noticia del triste fallecimiento de la maestra Ifigenia Martínez. Tengo el honor de evocar breves palabras de parte del legado de esta valiosa y admirada compañera de lucha. Ya se han mencionado muchas cosas de su trayectoria, que ha sido primera en muchas cuestiones en el avance en nuestro país.
A escasos momentos, a escasas horas de la partida de nuestra maestra, vienen a nuestra memoria algunos recuerdos y anécdotas que tienen que ver con su fructífera vida, su paso por la academia, por las organizaciones internacionales en la construcción y la defensa de la democracia en este país. Vaya que luchó por la democracia y por la formación también de institutos políticos.
Desde luego, recordamos a nivel personal, apenas hace unos meses, su cumpleaños. Lamentablemente bien diría su última celebración, donde con gusto apagó las velas de un pastel que le entregó uno de sus nietos.
Economista de la UNAM, como ya se ha dicho, doctorada en Harvard, pero no solamente fue maestra en las aulas, fue una maestra en todo el sentido amplio de la palabra, fue una maestra para todos y para todas nosotras, sobre todo para las mujeres.
Yo tuve el gusto de conocerla cuando Heberto Castillo Martínez, mi padre, declinó a la Presidencia de la República en aquellos años señeros de 1988, esos lejanos años. Ahí conocí a Ifigenia, al lado de Cuauhtémoc Cárdenas, cuando Heberto declinó a favor del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, porque pasamos de una izquierda testimonial a un movimiento que se planteaba la toma del poder político efectivamente, y no solamente dejar testimonio de la lucha. Por eso Heberto Castillo declinó en ese momento. Ahí conocimos a Ifigenia y a Porfirio Muñoz Ledo, al lado del ingeniero Cuauhtémoc, recorriendo nuestro país para cambiar la situación de México.
La maestra Ifigenia fue generosa, abrió su casa y desde ahí, en Coyoacán, en la biblioteca, se discutieron de manera muy importante, con muchas personalidades, lo que tendría que ser el futuro de México y se delineó lo que se requería para transformar a nuestro país.
Cuando fue directora de la Escuela de Economía y el 18 de septiembre de 1968, violando la autonomía universitaria, entró el Ejército a la UNAM, se enfrentó con ellos, le dijeron: señora, usted qué está haciendo aquí. Y ella contestó: más bien, ustedes qué es lo que están haciendo aquí, yo soy maestra.
Y bueno, esto nos la revela de manera clara, y estos hechos quedarán marcados en la historia como fue también la entrega de la banda presidencial de manos de Andrés Manuel López Obrador a nuestra compañera presidenta Claudia Sheinbaum.
Por eso, no es un eufemismo decir que estuvo, como nos consta a todos y todas nosotras, hasta el último aliento en esta Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
Y, bueno, pues finalmente podemos decir, que como aquí también se ha señalado, fue una gran revolucionaria y como feminista se demostró en cada una de sus acciones; como nacionalista y como revolucionaria lo hizo también en cada uno de sus actos y las decisiones que tomó.
Por eso, en este momento, recordamos que nuestros antiguos guerreros aztecas decían que cuando fallecíamos, iniciábamos un viaje al sol. Le deseamos buen camino a la maestra Ifigenia Martínez. Viva Ifigenia.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Gracias. Tiene ahora el uso de la palabra el diputado Ricardo Monreal Ávila, de Morena, hasta por tres minutos.
El diputado Ricardo Monreal Ávila: Ciudadano presidente de la Cámara de Diputados, ciudadano presidente de la Cámara de Senadores, a nombre del Grupo Parlamentario de Morena de la Cámara de Diputados queremos expresarle a su familia: a Juana Inés, a Andrea, a Paloma, a Alfredo, a sus ocho nietos, a sus siete bisnietos, nuestro más sentido pésame por la ausencia de esta mujer extraordinaria, sin par, singular, excepcional.
Esta es una ceremonia luctuosa que reúne al Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, que reúne a gobernadores: la gobernadora del estado de México, al gobernador de Puebla, que reúne a secretarios de Estado encabezados por la secretaría de Gobernación y muchos amigos y amigas que le admiraron en vida. Sí, fue una mujer adelantada a su tiempo, fue una mujer que abrió brecha.
El discurso que no leyó, ese día que entregó su último aliento en esta tribuna es espléndido, al dirigirse, al escribirlo con la lucidez que le acompañó hasta el último momento de su vida, es de una transparencia impresionante. Ella le dice a la presidenta Claudia Sheinbaum, que la lucha de sus generaciones y de las anteriores han llegado al momento de la culminación al verla a ella como presidenta de México.
Dice ella: Luchamos hasta el límite, pero ahora nos sentimos honradas de haber logrado lo que muchos no creían, ganar la Presidencia de la República. Y sigue diciendo en su discurso: Abrimos brecha para las mujeres del futuro y para las generaciones del mañana. Es un extraordinario discurso, corto, pero muy significativo, donde resume que está cumplido su sueño, es premonitorio. Ella dice: Ha culminado por lo que yo soñé y luché. Casi nos dice me siento lista para partir.
Y ahora que la recordamos, frente a su familia, frente a sus nietos, frente a sus hijos e hijas, les podemos decir: tuvieron una madre, una abuela, una bisabuela admirable que va a ser un peso significativo en su vida, porque fue una mujer consecuente. Estudió una maestría, un posgrado en un instituto extranjero y lo admirable era o fue que no perdió su esencia ni sus principios ni nunca olvidó su gran deseo de continuar luchando por México por la izquierda.
Cuando se convirtió directora de la Escuela Nacional de Economía, la primera, académica antes, defendía con pasión en lo que creía. Cuando fue electa la primera senadora en esta ciudad, en la fórmula con Porfirio Muñoz Ledo, nunca cayó, nunca sucumbió al poder ni al dinero ni a los puestos. Fue una mujer incorruptible, honrada, consecuente. Ha dejado hoy esta admirable mujer un legado para todas las mujeres, no sólo en México, en el mundo.
Ifigenia, te vamos a extrañar. Desde aquí, compañeros y compañeras, le deseamos feliz viaje a la eternidad. Nunca olvidaremos tus enseñanzas, tu sensibilidad, tu modestia. Pocas mujeres en la historia, pocas, tienen el consenso con el que ahora partes al infinito. Que el Creador te tenga muy cerca de ti. Que descanse en paz esta extraordinaria mujer.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Gracias, coordinador Monreal.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Familiares, amigos y amigas de la maestra Ifigenia, integrantes del Congreso de la Unión, gobernadora maestra Delfina, gobernador Sergio Salomón, secretaria Rosa Icela, secretario Mario Delgado, secretario Horacio Duarte, subsecretario César Yáñez, ciudadanas y ciudadanos, hoy nos reunimos aquí con un profundo pesar para despedir a la más grande lideresa histórica de la izquierda mexicana. Y había preparado unas palabras, pero varias intervenciones y la familia de la maestra me han solicitado que lea íntegro el discurso que ella había preparado para el primero de octubre. Varios han hecho referencia a ese discurso, y creo que vale la pena en este momento refrescar la memoria de la maestra.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Me pide el compañero Noroña, que iba a hacer uso de la palabra después de mi intervención, él hacer uso de la palabra en este momento, para cerrar con este discurso de la maestra. Adelante, compañero Noroña.
El senador José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña: Gracias. Me parece que el cierre con el discurso nuestra compañera Ifigenia Martínez y Hernández es la mejor manera de este homenaje que le rinde el Congreso mexicano.
Quiero reiterar la bienvenida a familiares y amigos, a seres queridos a la casa del pueblo en este difícil momento, y a mis compañeros, compañeras, gobernadores, funcionarios de gobierno, especialmente a Rosa Icela Rodríguez. No solo por ser la secretaría de Gobernación, sino por venir en representación de nuestra compañera presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo.
Es tan grande Ifigenia Martínez y Hernández que aquí nos convoca a todas y a todos, y nos convoca en unidad, como ya lo hemos estado escuchando. Ifigenia Martínez, como también aquí se planteó, cuando estudiaba, cuando fue mayor de edad no votaban las mujeres. Pero voy a decir un hecho todavía más aparentemente banal. Estoy seguro de que cuando estudió en la Facultad de Economía de la UNAM no había ni siquiera baño para mujeres.
Las mujeres han sufrido una discriminación brutal. Ya no rompió techos de cristal, enfrentó un mundo de hombres, de machismo, de discriminación, de desigualdad, de barreras permanentes, de convicción de que las mujeres no podrían tener un espacio en los asuntos públicos del país.
Y ella, que no le tocaron las acciones afirmativas, con su carácter, con esa bonhomía en el trato, pero con ese temple de acero, se fue abriendo camino a responsabilidades enormes, como aquí ya hemos escuchado.
Pero yo quiero resaltar, efectivamente, su presencia el 1 de octubre, porque cuando fue la sesión de Congreso General yo la vi en muy buenas condiciones de salud. Y, un mes después, me sorprendí al encontrarla en una silla de ruedas, con oxígeno suplementario y, además, con la información de que había estado en terapia intensiva los días previos a presentarse a la toma de protesta de la primera mujer presidenta de la República, nuestra compañera Claudia Sheinbaum Pardo.
Y aquí estuvo, acudió a la cita. Estuvo en el centro, literal, en el centro de ese momento histórico y emblemático, con un esfuerzo que difícilmente podemos imaginar. Muy complicado ponernos en sus zapatos, pero ahí estuvo. Cumplió la tarea, la sacó adelante.
Es una demostración de su carácter, de su enorme voluntad, de su convicción del momento histórico que estaba viviendo y de su determinación de aportar, con su ejemplo y con su presencia, hasta el último minuto en la actividad política en la que se comprometió de manera decidida y convencida.
A riesgo de parecer inmodesto, permítanme una anécdota. Yo a Ifigenia Martínez y Hernández la quise mucho y la sigo queriendo porque la llevo en el corazón.
El día de la entrega de la banda presidencial me acerqué a alentarla, me acerqué a decirle lo mucho que la quería, y ella me dijo que se acordaba cuando íbamos en el mismo camión a la preparatoria, que me veía siempre cargando libros, muy buenos libros. Yo le dije, sigo con esa costumbre y además los leo, Ifigenia. Me parece una obra enorme que ella me haya manifestado su cariño pensando que había ido yo con ella a la preparatoria. De verdad me lo llevo como una prenda particular del respeto y el cariño que nos teníamos.
Y término. Aquí se ha planteado que en su discurso final nos convoca al diálogo, pero con su ejemplo de vida nos convoca a luchar para que logremos plena igualdad entre hombres y mujeres, entres mujeres y hombres. Que nadie, ninguna mujer nunca más tenga que enfrentar la discriminación, las dificultades, los obstáculos, los prejuicios que Ifigenia Martínez y Hernández, y todas las mujeres sufren, siguen sufriendo y siguen enfrentando todos los días en nuestro país.
No debemos descansar hasta lograr la plena libertad de las mujeres en nuestra patria y en el mundo. Es un compromiso que en el corazón llevaba Ifigenia Martínez y Hernández, y es una tarea que tiene pendiente nuestra patria y la humanidad.
Nosotros no debemos cejar hasta no lograr que todo ser humano, sin importar si es mujer u hombre, sin importar su color, sin importar su credo religioso o la ausencia del mismo, sin importar su visión política, sin importar absolutamente nada, sea respetado en su dignidad como ser humano.
Ifigenia Martínez y Hernández, logró que se respetara su dignidad, que se reconociera su talento, que se reconociera su aportación, y como lo dije, nos convoca hoy en esta maravillosa unidad.
Que no sea endeble, que pongamos todos el compromiso de servir a la patria y a nuestro pueblo como lo hizo Ifigenia Martínez y Hernández. Larga vida a Ifigenia Martínez Hernández. Muchas gracias por su atención compañeras y compañeros.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Muchas gracias, presidente Noroña. También se encuentra con nosotros la secretaria Ariadna Montiel. Bienvenida, secretaria. Está por las filas de arriba.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Concluiré las intervenciones con la lectura del discurso que preparó la presidenta de la Cámara, la maestra Efigenia Martínez, y escribió lo siguiente:
Ciudad de México, primero de octubre del 2024. Hoy nos encontramos aquí, en este recinto solemne de la democracia mexicana, como testigos de un momento que marca un antes y un después en nuestra historia: la toma de protesta de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo como la primera presidenta de México.
Su llegada a la Presidencia es la culminación de una lucha que hemos atravesado generaciones enteras de mujeres, mujeres que con valentía hemos desafiado los límites de nuestros tiempos. Hoy, junto con ella, llegamos todas y abrimos paso a una nueva era.
Yo misma he recorrido tantas batallas por la democracia y la justicia, y hoy me siento profundamente honrada de presenciar este triunfo histórico. En 1988 formé parte de la Corriente Democrática de izquierda en México, una lucha que junto a muchas y muchos iniciamos con la firme convicción de que el cambio verdadero era posible. Hoy esas convicciones han rendido fruto. No solo tenemos una presidenta, sino que se vislumbra un presente donde las mujeres participemos en condiciones de igualdad en la construcción de futuros posibles y deseables para nuestra patria.
Ser parte de esta transmisión histórica del Poder Ejecutivo y entregar la Banda Presidencial a la primera presidenta es uno de los mayores honores de mi vida. Agradezco profundamente la confianza de mis compañeras y compañeros legisladores para desempeñar este acto simbólico, que representa no solo un punto de inflexión en la historia, sino también el triunfo de nuestros valores: igualdad, justicia y democracia.
Hoy las mujeres, junto a los hombres, estamos listas para continuar construyendo el país que soñamos, el de un México libre e igualitario, un país donde el liderazgo femenino dejará de ser la excepción para convertirse en norma.
Desde esta soberanía le decimos: presidenta, no está sola. Que la lucha por la democracia, por la justicia y por la igualdad es de todas y es de todos, y que no descansaremos hasta lograr una democracia plena, donde no haya distinción de género, clase o condición. Que nuestras diferencias no nos dividan, sino que sean la fuente de propuestas y de soluciones compartidas a los distintos retos que enfrentamos.
Hoy más que nunca necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir, juntas y juntos, un país más justo y solidario. Es tiempo de altura de miras, es tiempo de construir nuevos horizontes y realidades, es tiempo de mujeres, sigamos dejando huella. La maestra Ifigenia Martínez y Hernández.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Se informa a la asamblea que se realizarán guardias de honor que estarán conformadas por los integrantes de la Junta de Coordinación Política, la Mesa Directiva, las y los senadores de los grupos parlamentarios y nuestros gobernadores y gobernadoras invitados y funcionarios que nos acompañan. Adelante, maestro.
El maestro de ceremonias Alfonso Ruelas Hernández: Muchas gracias, diputado presidente. La primera guardia de honor la conforma la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, hasta por un minuto. Si pueden acompañarnos, por favor, diputados y diputadas integrantes de este órgano de gobierno. Por favor.
(Guardia de honor)
Pedimos ahora, respetuosamente, que nos acompañen en la guardia de honor, las y los integrantes de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, si son tan amables.
(Guardia de honor)
Damos paso ahora a la guardia de honor de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República.
(Guardia de honor)
Damos paso ahora a la guardia de honor de senadoras y senadores integrantes de la Mesa Directiva del Senado de la República, si son tan amables, por favor.
(Guardia de honor)
Pedimos ahora, por favor, la guardia de honor de la gobernadora y gobernadores aquí presentes y miembros del gobierno, del gabinete del gobierno federal que hoy nos acompañan, por favor.
(Guardia de honor)
Integraremos ahora la guardia de honor de integrantes del Senado de la República. Si son tan amables.
(Guardia de honor)
Procederemos ahora a la Guardia de Honor por el Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano.
(Guardia de honor)
Procederemos ahora a la integración de la guardia de honor por el Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, por favor.
(Guardia de honor)
Procederemos ahora a la Guardia de honor por el Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo, si son tan amables.
(Guardia de honor)
Damos paso ahora a la integración de la Guardia de honor, por el Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México.
(Guardia de honor)
Procederemos a la integración de la guardia de honor por el Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional.
(Guardia de honor)
Se procederá ahora a la conformación de la guardia de honor por el Grupo Parlamentario de Morena, por favor.
(Guardia de honor)
La siguiente guardia de honor está integrada por los hijos de la maestra Ifigenia Martínez: Juana Inés Navarrete Martínez, Andrea Navarrete Martínez, Paloma Navarrete Martínez y Alfredo Navarrete Martínez. Les pedimos, por favor.
(Guardia de honor)
La siguiente guardia de honor está conformada por los nietos de la maestra Ifigenia Martínez: Karla Rojas Navarrete, Antonio Rojas Navarrete, Rodrigo Rojas Navarrete y Morgán Hutín. Por favor.
(Guardia de honor)
Muchas gracias. Continúa con la moderación de este homenaje luctuoso el diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna. Por favor, diputado.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Pido a todos y a todas las presentes ponerse de pie para entonar el Himno Nacional.
(Himno Nacional)
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna: Se pide al cortejo fúnebre, integrado por legisladoras y legisladores, y a los familiares y amigos de la diputada y presidenta de la Cámara de Diputados Ifigenia Martínez, acompañar el féretro a la salida de este salón de sesiones en cuanto decidan hacerlo.
Esta comisión está integrada por la diputada María del Rosario Orozco Caballero, el diputado Arturo Federico Ávila Anaya, el diputado Fernando Castro Trenti, el diputado Arturo Hernández Tapia, la diputada Liliana Ortiz Pérez, el diputado Raúl Bolaños Cacho, la diputada Ana Karina Rojo Pimentel, la senadora Yeidckol Polevnsky, la diputada Claudia Gabriela Salas Rodríguez y la senadora Amalia García Medina.
El presidente diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna (13:49 horas): Agradecemos la presencia de todas y todos y damos por concluido este homenaje luctuoso en memoria de la maestra Ifigenia Martha Martínez y Hernández. Muchas gracias a todas y a todos.
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